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Saray Ávila Salcedo.

Juan G Contreras C.

Diplomado de Derechos humanos.


Universidad de Córdoba.
Lic. En Ciencias Sociales.

El DIH protege a criminales y jefes de estado ?

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es un conjunto de normas que


rigen la conducción de los conflictos armados para proteger a los civiles y
combatientes. Sin embargo, hay críticas de que las protecciones del DIH se
extienden a criminales y jefes de estado, lo que socava los principios de
responsabilidad y justicia. A continuación se explicará cómo el DIH protege a
los criminales y a los jefes de estado.

El DIH protege a los criminales de varias maneras. En primer lugar, el principio


de irretroactividad del DIH garantiza que las personas no pueden ser
castigadas por actos que no fueron considerados delitos en el momento en que
se cometieron. Por ejemplo, la Corte Penal Internacional (CPI) no puede
enjuiciar a personas por crímenes de guerra cometidos antes de su
establecimiento en 2002. Este principio protege a las personas de ser
castigadas injustamente por acciones pasadas que no se consideraron ilegales
en ese momento. En segundo lugar, el principio de la responsabilidad penal
individual garantiza que solo rindan cuentas para quienes directamente en los
crímenes de guerra, no quienes dan las órdenes o planean los crímenes.

En cuanto para los jefes de Estado la aplicabilidad del DIH a estos sigue siendo
un tema complejo y controvertido en el derecho internacional. Si bien las
disposiciones del DIH se aplican a todas las partes involucradas en un conflicto
armado, incluidos los jefes de estado, el derecho internacional consuetudinario
otorga inmunidad a los jefes de estado frente al enjuiciamiento en tribunales
extranjeros por actos oficiales. La tensión entre el DIH y la inmunidad de los
jefes de Estado surge de la necesidad de equilibrar la protección de los jefes de
Estado con la rendición de cuentas por crímenes de guerra y otras violaciones
del DIH. Se han establecido tribunales internacionales como la CPI para
abordar este tema, pero el debate sobre la aplicación del DIH a los jefes de
estado está lejos de resolverse

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