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 En los 80s, el crecimiento del PIB real promedio anual fue de tan sólo 1%, con

recesiones en 1983, 1984 y 1986, por lo que se considera una década pérdida.
 La década de los 90s tuvo un crecimiento promedio anual muy superior de 4.1%.

 Entre el 2000 y el 2009 se observó un crecimiento anual promedio de 3.4%, que,


aunque inferior que la década anterior, fue positivo pese a la crisis financiera
mundial del 2008-2009, cuando en promedio la región latinoamericana decreció.
Crisis financiera global: Como en muchas partes del mundo, Guatemala
experimentó una desaceleración económica debido a la crisis financiera global,
que impactó negativamente en la demanda de exportaciones y la inversión.

 En la década actual se ha observado un crecimiento promedio de 3.4%.


 Entre los años 2,001 y 2,022 el PIB nacional pasó de 280 mil millones a 567 mil
millones de quetzales (controlando por la inflación), con un crecimiento anual
promedio de 3.43%. En 2020 el PIB cayó un 1.67 % por efecto del COVID-19 a
Q505 mil millones. 2008-2009 - Crisis financiera global: Como en muchas partes
del mundo, Guatemala experimentó una desaceleración económica debido a la
crisis financiera global, que impactó negativamente en la demanda de
exportaciones y la inversión.

La de mayor peso en este período (excluyendo 2020) es Comercio con un 18.7% del
PIB en promedio, seguido por Industrias Manufactureras con un 14.7% y luego por
agricultura, ganadería, silvicultura y pesca con un 10.2%. Por su parte, las actividades
que más han crecido son Información y Comunicaciones con un 7.6% de crecimiento
anual promedio y Actividades Financieras y de Seguros con un 7.3%.

a. Contribución al PIB: En algunos países, las remesas representan una parte


sustancial del PIB. Los fondos transferidos a través de remesas se suman al PIB
porque se consideran ingresos generados dentro del país receptor.
b. Estabilidad económica: Las remesas pueden proporcionar una fuente constante
de ingresos para las familias y las comunidades en los países receptores. Esto
puede ayudar a mitigar la volatilidad económica y reducir la pobreza, ya que las
familias que reciben remesas tienen acceso a un flujo de dinero más estable.
c. Alivio de la pobreza: Las remesas pueden tener un impacto significativo en la
reducción de la pobreza en los países receptores. Los fondos enviados por
trabajadores migrantes a menudo se utilizan para cubrir necesidades básicas
como alimentación, vivienda, educación y atención médica.
d. Estímulo al consumo: Las remesas familiares suelen ser utilizadas para el
consumo local, lo que puede impulsar la demanda interna de bienes y servicios.
Esto puede tener un efecto positivo en la economía en términos de crecimiento
económico y generación de empleo.
e. Apoyo a la inversión: Además del consumo, algunas remesas también se
destinan a inversiones productivas, como la creación de pequeñas empresas o
mejoras en la infraestructura local. Esto puede contribuir al desarrollo económico
a largo plazo.
f. Diversificación económica: En algunos casos, las remesas pueden ser una
fuente importante de ingresos que reduce la dependencia de una economía en
un solo sector o industria. Esto puede ayudar a diversificar la estructura
económica y hacerla más resistente a las fluctuaciones.
g. Dependencia y riesgos: Aunque las remesas pueden ser beneficiosas, también
pueden crear una cierta dependencia en los flujos de dinero del extranjero. Si las
remesas disminuyen repentinamente debido a factores como la recesión
económica en los países emisores o cambios en las políticas migratorias, esto
puede tener un impacto negativo en la economía receptora.
h. Necesidad de políticas adecuadas: Los gobiernos de los países receptores a
menudo implementan políticas para aprovechar los beneficios de las remesas y
minimizar los riesgos. Estas políticas pueden incluir la promoción de la
educación financiera, la creación de canales seguros y eficientes para la
recepción de remesas y la diversificación de la economía.

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