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podríamos afirmar que todo éste mal sueño empezó


la vuelta esa allá en el parque atrás de la autopista
cuando del cielo encebollado cayó una gota opaca
que te perforó la mano. fueron tres días sin curita,
de sacarse con cuidado la pelusa adherida a la ampolla
y unos quince más hasta que la superficie rosácea
recuperó la textura y su color original: un #e3a776
rebajado por la anemia, levemente satinado por
los bloques de tiempo expuesto a la luz artificial.
Sapiencia

a qué viene esta repentina baja de tensión


que llega y nos adormece. rachas sin conversación
que dejan al descubierto el circuito vivo de nuestros
brazos al pasarnos los salvavidas: una botella destapada
y el gas que se escapa, un frasco usado como vaso, un vaso
de verdad, encendedor, tabaco, lillos; un cenicero
del tamaño de un plato con restos de comida fría.
¿a qué viene este apagón? ¿es común quedarse
rebotando unos minutos hacia adentro? ¿me hace mal
pensar estas ideas? ¿está bien reconocerlas? ¿si? ¿no?
¿maso? de mis certezas, mi favorita es que ninguna
cabeza es en el fondo LA cabeza y que todo para todos
es igual: el silencio que ahora nos embolsa, las risas
que cultivamos con o sin estupefacientes, el amor
que rápido sube, reluce su aleta plateada y regresa
de nuevo a las profundidades inaccesibles. todo pasa
y pasará: este cuarto, estas paredes, los ladrillos
precarios que sostienen el armazón de esta trama
tridimensional: todos todo junto pasando sin esfuerzo
por el horno de los siglos venideros, perdiendo los bordes,
goteando en etapas, cargando en su electricidad
insomne el ADN de un combustible de difícil extracción.
Bajo el puente

a veces, cuando la glucosa anda en déficit


se cuelga mirando el abdomen del puente.
las partículas ebrias de los días se unifican
en un punto fijo de la arquitectura brutalista
bajo la que vive y algo cercano al entendimiento
crece y lo excita: seguirá sin llegar un mensajero,
piensa, seguirá estallando el mundo en slow motion.
a cada terrible suceso le irán surgiendo otros
de mayor magnitud y qué mierda será de nosotros.
la flasha un toque nomás, después activa.
la carnada en el agua, esperando la señal,
ya viéndose alzar la criatura al cielo, aguarda
a que la noche caiga como una trompada certera.
luego, el clásico escenario con sus componentes:
el que bebe, el que duerme, el que fuma las colillas
que levantó de la vereda: es la hora en que todos
reunidos alrededor del barril prendido amortiguan
la llama con las palmas, tiritan lo justo, mastican
despacio, tragan la pesca del día mientras se lastiman.
Prosegur

BBVA, piso treinta, contra el vidrio,


en su mano: el rayo flúor transpirando
en la lata de su energizante a medio tomar.
se fueron siete, faltan cinco más enchufado
al pac pac de su frontón mental; por su suerte,
para el próximo cigarro solo 15min. la labor
hachera de las moles financieras al recortar
la luz o la luz que, cansada de estar viva,
se deja triturar en fetas cada vez más finas.
la tarde desafía la gravedad evaporándose
hacia arriba. los pocos que quedamos pateando
estas cuadras a esta hora de este día que se va
somos los primeros en perder la sombra; así,
hasta que la ola crece y borra del todo los edificios,
las antenas, los aviones dispersos en el cielo.
la E azul gigante de una cochera hace pan y queso
con la oscuridad de la calle pero no muchos autos
deciden mandarse a guardar. la palabra sueño
se agiganta en algún cuarto sin ventilación,
en otros, directamente se la reta a un combate.
el de seguridad, a todo esto, ahí mismo
donde lo dejaron, sigue clavado en su banqueta,
¿sabrá que cuando se aburre, contempla
y si contempla, puede acelerar el tiempo?
Alta llanta

las mismas viejas ideas en torno al equilibrio


perfecto entre comodidad anatómica
y sobreexigencia física presente en el diseño
anterior pero actualizado. todo eso
va a desembocar en planillas de Excell, cuadros
comparativos en presentaciones inmersivas,
señaléticas gráficas impresas en el gas
de la nube y en hojas A4 reunidas en carpetas,
estudios de mercado a costos millonarios
para amortiguar el margen de error decimal
que pueda llegar a tener el artículo
en los potenciales compradores. incluído
en ese menjunje: discusiones generadas
en focus groups sobre el principio del color,
la articulación de los materiales, la resistencia
de la suela, el peso neto, la elección
de un cuerpo atlético (en la medida de lo posible
el de una celebridad deportiva) para ser fotografiada,
filmada, digitalmente retocada, con destino
a ser expuesta en publicidades virtuales
de alto alcance en territorio LATAM. la actividad
cerebral se pone en marcha, se calienta: el lóbulo
temporal procesa los estímulos auditivos,
el parietal integra la información somatosensitiva
y visual. en caso de que haya slogan, el occipital
comprenderá la grafía, la fuente utilizada,
su disposición en la imagen y su tamaño concibiendo
de esta manera una percepción global
de la pieza. sin embargo, nada de esto asegura
que la aprobación, el rechazo o desinterés
del producto sea exteriorizado por alguno
de los cuarenta y tres músculos faciales
como así tampoco no basta un solo visionado
para ser convencido de que podés tener
EL MUNDO A TUS PIES, por eso, claro, el spam.
Episodio eyectado de un viaje subterráneo

ir en otra, como el resto, con la cabeza desanclada


de su soporte natural y la vista perdida en los cables
que se arman y desarman del lado malo de la ventana
y que una falla eléctrica detenga el trayecto
que religiosamente hacés a la altura de los caños.
ni en la estación pasada, ni en la siguiente,
las cuchillas se desenfundan donde tienen ganas
y no hay pasajero que no tome dimensión de lo seguro
y sellado al vacío que estaba. por si acaso,
nadie habla, nadie contesta, nadie suelta las manos
de las costillas de la formación por miedo a perderlas.
al reiniciar la máquina, todo vínculo que el silencio
subterráneo anudaba, se deshace sin cuestionamientos.
allá en la superficie: mensajes empalados
a la antena que me cuelga esperan mi respuesta.
Genius K640

los dedos de alguien teclean un nombre


y su correspondiente apellido fecha
de nacimiento DNI CUIT país provincia
ciudad barrio dirección código postal
profesión estado civil mail en minúscula
arrroba yahoo punto com punto ar. los ojos
en la cara de ese alguien que no deja
de recibir el lechazo en seco del monitor
sobrecalentado escanean de un vistazo
rápido los datos en los casilleros. se buscan
posibles errores con el objetivo de reducir
al máximo futuros coágulos que obstruyan
el cauce informativo. la seguridad que surge de
la repetición repetición repetición de una tarea
da por finalizado el procedimiento. es cuando
el índice en la mano derecha responde
sin titubeos. presiona ENTER. la barra carga
en su jeringa un líquido verde: 98% 99%
100% y la página pasa a otra cosa. dilatada
por todo lo anterior, la memoria no retiene
un gramo de información pero eso al menos
por hoy, importa poco, por no decir, nada.
Buen día, son las 10:35:10 am, usted acaba de ingresar…

la voz genérica que la saca de la cama y la guía


hasta el baño para que apoye su resaca en el espejo.
las uniones de la nave que por alquiler le pertenecen
amplifican lo que lleva adentro y en cromado
no se oye otra cosa que "Buen día, son las 10:35 am.
Usted acaba de ingresar a una nueva jornada vital".
temperatura: 41°. humedad: 76%. aire: espeso.
sentimiento cero en una lucidez tirando a mala onda.
para comenzar, favor de mirar al frente. enfóquese
hasta superponer ambos contornos. uno encima
del otro, la línea del cuerpo sobre la del pensamiento.
dientes: ok. higiene: no. desayuno: dos rodajas
de pan blanco que deja en la tostadora y se va.
GRAN ERROR. que después no tendrá a quien culpar,
lo sabe bien, es la historia de su vida pero el sillón
es más fuerte, la llama, insiste, gana la fiaca y palma.
ahora sueña con rayos que se le enrollan a los tobillos
y agua, mucha agua, que la pesadilla absorbe para no
despertarla. mientras, de este lado de los párpados,
una bola de humo negro hace su entrada triunfal,
rueda desde la cocina y al no encontrar salida fácil,
suspendida, sobre su cabeza dormida, queda.
Un poema vaporwave

locura locura sería que sin haber andado


nunca en carne y hueso en esos pagos
uno pueda tomar el control de su cabina.
reclinarse así o asá o como le dé la gana
(siempre y cuando las configuraciones
psicomotrices lo permitan ya que
ninguno es idéntico al que tiene al lado
y la lluvia no oxida a todos por igual).
la onda es estar boca arriba, boca abajo
o en fetal, en fin, cómodo, flojo
que al pulsar el plástico de este botón
un pffffffffssssssszzz oculto libere
un aluvión de fragancias oriundas
de algún paraíso lejano. que uno, encima,
además de respirar, estar ahí y aceptar
que la consciencia no es puro
verso; pueda moverse hacia adelante,
de costado o para atrás. y ya que estamos,
R1 + triángulo para despegarse
corte ventosa del suelo y maximizar
el ángulo de visión. fuaaaaaaa que locura
sería tener piernas para sumergirlas
en agua dulce. qué locura un agua pura
y cristalina hecha de vitrales derretidos.
fuaaaa posta que me pasaría la tarde
entera viéndome los pies colorearse
y decolorarse por el vaivén azul que rodea
y da silueta a este paraíso virtual.
qué locura esto, qué locura aquello,
qué locura todo menos la parte esa en que
las olas traen en su arcada de bits bolsas,
papeles y envoltorios: mugre que resiste
abrazada al lomo de botellones multicolor.
Disorder

algo así como despertar sin alarma


y dejar de escuchar el ruido del sol
proyectándose sobre la materialidad
de las cosas. fue, dejarla pasar. despertar
al siguiente en la misma posición
en la que estabas y mirarte rápido
las palmas de las manos para constatar
que todavía se está en actividad, que
todavía nadie desenchufó la línea
grisácea que mantiene tensa
la urdimbre de estos pensamientos.
por una milésima de segundos, dudar,
y por dudar, asustarse. obviamente,
no contárselo a nadie.
Jet Lag

en sus seres queridos. en sus dos o tres


amigos. en lo que quiso ser y no, la verdad
que no se dio. en sus brazos tratando escapar
de una absoluta idea de amor y el poco tiempo
que le queda (nunca alcanza, nunca alcanza).
tampoco olvida el tic tic tic de la venita
en el ojo izquierdo y esa molestia tímida, hundida,
a la altura del diafragma. ¿tendrá algo que ver
con el carraspeo plomizo de algún trauma infantil?
ahora la amenaza consiste en vapores, motores
y cobre que lo llevan involuntariamente
a imaginar una falla eléctrica. y ya que está,
ve fuego. y si hay fuego, habrá humo
y en su cabeza se reconstruye la disposición
de los ansiolíticos en su último blíster.
como no los tiene a mano, lo posee
unas terribles ganas de fumar, acá nomás,
cuál fue, a 3mil metros de altura mirando
el despegue por la ventanilla
de este avión y la cuadratura de una ciudad que,
cada vez más chica, cada vez más chica,
se desgrana como un microchip entre los dedos
blancos de un par de nubes tiesas.
43°15'23.1"S 65°15'01.9"W

v-v-vv- ve-ve-verde, era como un verde, un lápiz


enorme de color enjabonado, un tubo de luz
de caída recta y sólida, una eyaculación fosforescente
liberada con constancia desde el ombligo de la nave.
con el camión detenido y las pulsaciones
materializadas en el sobaco húmedo de su camisa, bajó
atraído por el magnetismo involuntario
que despierta un acontecimiento de ese calibre.
dijo el de Defensa Civil: que al día siguiente, los brotes
en los campos adyacentes se habían retrotraído
dejando huecos minúsculos en la tierra, que la tormenta
ocurrida esa madrugada debió haber sido registrada
por el servicio meteorológico, no caer de imprevisto,
que el acoplado apareció suelto y calcinado a 40km
de donde te encontramos a vos, flaco, desnudo
y en posición en fetal, dormido en el medio de la ruta,
adentro de un cráter hecho a tu medida;
pero sin otro testigo yo no puedo hacer nada. asique
ya sabés, hay que esperar, por lo pronto,
andá tranquilo y tratá de no rascarte la hinchazón,
de no toquetearte mucho debajo de la venda.
Avistamiento revelador

en Indochina, en la sabana, reflejado


en la planicie de un iceberg abandonado
como una bota a orillas de Nuussuaq, Groenlandia,
hablan de un lengüetazo naranja que barre estrellas,
curva el cielo y lo que no esquiva, lo pulveriza.
en las avenidas más anchas de las principales
áreas de mayor densidad poblacional,
la escena se repite, multiplicada se contagia.
conductores que detienen su marcha
en primera, segunda o tercera fila. transeúntes
que pelan sus celulares y con el zoom
al palo apuntan hacia el fenómeno que brilla
cada vez más fuerte y cae cada vez
más rápido y en su caída, se descascara.
hileras de capas debajo de otras que dejan
al descubierto la tibieza de la siguientes.
se dice que el avistamiento es más o menos así
hasta que adopta el tamaño de una nanopartícula
y por una sonda plástica desciende al interior
de un cerebro azulado, lustroso, huérfano.
un reactivo de origen inexplicable que hace que uno
se pregunte si es real o no la sensación
de estar flotando adentro de un frasco de vidrio
sobre una estanteria bajo llave repleta de más frascos
cerrados donde todos se preguntan lo mismo.
La intemperie

antes de que las calles pierdan sus nombres


y los carteles decapitados resistiendo
en las esquinas. antes de que venga el vendaval
a barrer con ruido de botella el cordón cuneta.
antes, minutos, unos quince, todo este polvo
que no lo deja ver más allá de sus manos
empujando la miseria en un carrito
de supermercado, era menos
que un detalle: pura caspa sobre toscas del baldío.
Luminarias naturales

me acuerdo, volvíamos en bajada, a pedal;


allá a lo lejos, los tanques de agua suspendidos
en lo alto de las torres de hormigón
invitaban a creer en la llegada de alienígenas.
detrás nuestro, un cielo con identidad propia
hacía de las suyas en un comportamiento
que no veíamos más que en la explosión repentina
de los colores que nos rodeaban.
nubes grises de las que en otro contexto, otra lógica,
pudo haber emergido un brazo que nos devolviera
íntegros a la historia que merecemos. pero no.
relámpagos reventaban, encandilaban y se iban.
las preguntas de siempre nacían, afectaban y se morían.
volvíamos ya por la sombra y ni el sonido
de las ruedas raspando la tierra aguachenta,
ni la saturación oculta de los truenos podían dispersar
los insectos de la cabeza: ese zumbido
que con el índice gusta de tocarnos el hombro
como avisándonos que por más cebados
que inflemos el globo, el aire no consigue tapar nunca
los orificios que fabrican nuevos pensamientos.
Estado ausente de reposo

ahhh, ahora sí, venga el merecido descanso,


vengan a mí los no sé cuántos pixeles
que en no sé cuánto tiempo consumirán
no sé cuánto espesor de mi visión. mal
de ojo: si los cierro sigo viendo lo que pienso.
a los 20 minutos reloj es posible percibir
que a la espalda se le ha esculpido un garfio
y que bajo su comba, leve aún, habita
una estructura que molesta. de las lumbares
viaja el dolor extendiendo verticalmente
su racimo estrellado hasta envolver el acabado
redondo donde nace todo, ósea, el bocho.
un par de horas después, uno deja de asumir
que trae cosas adentro, a lo sumo, lo recuerda,
reposiciona su postura si el músculo jode
y se vuelve a olvidar. ¿y si conmoverse ya fue?,
¿y si la onda ahora es vivir por y para los ojos?
Por un error 404

por un ERROR 404 sos ahora la persona más vieja


y más joven viva. digamos, el único sobreviviente
que queda al ritmo de tu constelación espiralada.
o esa es la conclusión a la que llegás, una vez
al mes, cuando de las colinas que te encapsulan

(verdes
colinas mentales
elaboradas con residuos
y sobrantes de tus miedos más frescos)

bajás a ver y caminar entre y sobre la devastación


esperando dar y recibir la misma imagen: algo,
alguien detrás de la niebla, un desprendimiento
natural como un primo lejano que -a la par tuya
pero en otro lado- también remueve escombros
con un palo de golf y se ríe para adentro cada vez
que escucha y se emociona con el eco de su voz.
La curación

no es momento de pensar en las veces que pudo


-y no lo hizo- haber abrazado a un amigo demasiado
tenso por el ruido que le causa su propia respiración;
o contemplado la luna llena por más de diez minutos
(me refiero a ir tras ella, no esperar a que cruce
la ventana, sino ir recto hacia su desinteresada
luminancia). pero ahora el mundo es otro, uno duro
y sin bordes, voraz como un pitbull reventándose
la trompa contra el tronco de un árbol, muy distinto
al que uno imaginaba en la suave adolescencia.
bajo esa óptica, de lo que tiene que encargarse es
de no pensar. esa es la misión primera. inundar el casco
con frescos pensamientos blancos, para después sí,
trabar la mandíbula, cerrar los ojos, concentrarlo todo
en el lengüetazo azul que sopla y hace soplar
la soldadora* ***** **** * *** * * * **** *** **
***** ** *** *** ***** ****** * 250° C ** ** **
***** *****puestos **** **** *** en la vena* *****
* **de su brazo** * *** * biónico* ***** *** ****
** *** ** * * ***** *** *** * * * ***** * ** *
** ** * *** *** ** ** * ***** ** * ***** ** *** * *
* ** * * * un revestimiento ** ** ** *** * ** * ** **
**** * de chispas** ** **** ** plateadas * **iluminando
*** ***** * ** * a su antojo *** *** ** ** * * * ** *
** * *el sótano ** ** ** *** en el que se oculta*** **
********** ***** ******* ** ******* * *** ***
* ** *** *** *** **** *** *** *** ** ****** ** ***
** **** ** ** ** ** para salir de nuevo a dar batalla.
La cosa

la cosa funciona más o menos así: uno


anda por ahí dejando que el mundo
entre y salga fraccionado en un polvo
invisible a la espera de que las risas
se sucedan libres de toda explicación y
raciocinio, y de la nada tiene 26 años.
la conclusión resulta obvia: vivir es fácil,
no hay más que flotar a través del tiempo
siendo a la vez un imán de pureza infinita
que atrae en su velcro lo que otros van dejando.
caprichoso, el bienestar es una bandera clavada
por terceros en un horizonte inalcanzable.
el miedo, contrariamente es lo auténtico
y por auténtico, un combustible supremo
que hay que aprender a administrar.
al final lo único que te hace levitar es la suma
de vínculos + conversaciones + gestos agradables
+ una graduación considerable de soledad
bien utilizada. después está el caos
y lo que hay que hacer con él, es decir,
dejar que tome forma sobre el torso,
que se esparza a su ritmo irregular
hasta que por fin, los brazos y la maraña
que sujetan sean indiscernibles entre sí.
Nunca están dadas las condiciones

porque aunque reniegue y vea el presente


como una transición,
yo también soy uno más.
sigo bronceando mi piel
con luz artificial,
viajo cansado a la altura de los caños
y gente muerta le da nombre
a las calles que camino.
imagino salidas, busco atajos,
me convenzo de lo que pienso.
lo intento.
pero qué insoportable
es esta sensación
de que la fiesta está siempre
en otro lado.
al llegar al fondo del pasillo
solo unos, solo ceros.

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