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2º Bach.

Historia de España

2º BACHILLERATO
2º Bach. Historia de España

OBJETIVOS DE LA MATERIA

Comprender los hechos ocurridos en el pasado y saber situarlos en su contexto.

Comprender que en el análisis del pasado hay muchos puntos de vista diferentes.

Comprender que hay formas muy diversas de adquirir, obtener y evaluar informaciones
sobre el pasado

Ser capaces de transmitir de forma organizada lo que sobre el pasado se ha estudiado o se


ha obtenido.

La enseñanza de la Historia de España en Bachillerato tendrá como finalidad el desarrollo de


las siguientes capacidades:

1. Identificar y situar en el tiempo y en el espacio los procesos, estructuras y acontecimientos


más relevantes de la historia de España, valorando sus repercusiones en la configuración
de la España actual y de Navarra.
2. Conocer y comprender los procesos más relevantes que configuran la historia española
contemporánea, identificando las interrelaciones entre hechos políticos, económicos,
sociales y culturales, analizando los antecedentes y factores que los han conformado.
3. Fomentar una visión integradora de la historia de España, que respete y valore tanto los
aspectos comunes como las particularidades y genere actitudes de tolerancia y
solidaridad entre los diversos pueblos de España.
4. Situar el proceso histórico español en sus coordenadas internacionales para explicar y
comprender sus implicaciones e influencias mutuas para ser capaces de tener una visión
articulada y coherente de la historia.
5. Identificar los cambios coyunturales y los rasgos permanentes del proceso histórico por
encima de los hechos aislados y de los protagonistas concretos, con el fin de lograr una
visión global de la historia.
6. Conocer las normas básicas que regulan nuestro ordenamiento constitucional,
promoviendo tanto el compromiso individual y colectivo con las instituciones democráticas
como la toma de conciencia ante los problemas sociales, en especial los relacionados con
los derechos humanos.
7. Seleccionar e interpretar información procedente de fuentes diversas, incluida la
proporcionada por las nuevas tecnologías, y utilizarla de forma crítica para la comprensión
de procesos y hechos históricos.
8. Identificar las peculiaridades históricas de Navarra y la evolución de sus fueros y tradiciones
través de la historia de España.
9. Emplear con propiedad la terminología y el vocabulario históricos y aplicar las técnicas
elementales de comentario de textos y de interpretación de mapas, gráficos y otras fuentes
históricas.
2º Bach. Historia de España

CRITERIOS DE EVALUACIÓN
1. Reconocer y valorar los procesos históricos más significativos anteriores al siglo XIX,
resaltando especialmente su trascendencia posterior y las huellas que todavía
permanecen vigentes.
2. Reconocer y caracterizar la peculiaridad de la génesis y desarrollo del Estado moderno en
España, así como del proceso de expansión exterior y las estrechas relaciones entre España
y América.
3. Analizar y caracterizar la crisis del Antiguo Régimen en España, resaltando tanto su
particularidad como su relación con el contexto internacional y su importancia histórica.
4. Explicar la complejidad del proceso de construcción del Estado liberal y de la lenta
implantación de la economía capitalista en España, destacando las dificultades y la
naturaleza revolucionaria del proceso.
5. Analizar el sistema político de la Restauración, analizando sus peculiaridades, los logros y
los fracasos de la etapa, así como los factores más significativos de la crisis y
descomposición del régimen.
6. Valorar la trascendencia histórica de la Segunda República y de la Guerra Civil,
destacando especialmente el empeño modernizador del proyecto republicano, la
oposición que suscitó y otros factores que contribuyeron a desencadenar un
enfrentamiento fratricida.
7. Reconocer y analizar las peculiaridades ideológicas e institucionales de la Dictadura
franquista, secuenciando los cambios políticos, sociales y económicos, y resaltando la
influencia de la coyuntura internacional en la evolución del régimen.
8. Describir las características y dificultades del proceso de transición democrática y su
trascendencia, reconocer la singularidad de la Constitución de 1978 y explicar los principios
que regulan la actual organización política y territorial.
9. Poner ejemplos de hechos significativos de la Historia de España relacionándolos con su
contexto internacional.
10. Conocer y utilizar las técnicas básicas de indagación y explicación histórica, recoger
información de diferentes tipos de fuentes y utilizar con rigor el vocabulario histórico.
2º Bach. Historia de España
PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN

1) 30% trabajo individual: Trabajo individual tanto en casa como en clase


(kahoots, tests individuales, etc.).

2) 70% examen evaluación


Ejemplo real:

Si un alumno/a sacara menos de un 5 en el examen de evaluación,


automáticamente tendrá la asignatura suspendida en esa evaluación, independientemente
de la nota que tenga en tests y controles y aunque le dé la media un 5 o más. Se pretende que
un alumno se esfuerce y no “juegue” a aprobar la asignatura calculando la media con los tests
y esforzándose poco en el examen de evaluación.

En Mayo, si un alumno, después de las recuperaciones, tiene alguna evaluación suspendida,


automáticamente suspenderá la asignatura y por tanto deberá examinarse en la convocatoria
extraordinaria.

Se penalizará hasta con un 10% de la nota de los ejercicios y exámenes las faltas de
ortografía y presentación, de acuerdo con el Plan de Evaluación Escrita aprobado por el
Claustro de Profesores.

Criterios que determinan las faltas que penalizan la calificación en cualquier


examen o trabajo escrito
• FALTAS DE FORMA: no guardar los cuatro márgenes o no distinguir párrafos, abusar de
asteriscos o señales equivalentes, suciedad (tachones llamativos, excesivo tipex, etc.)
o mala presentación en general.
• FALTAS DE ORTOGRAFÍA: faltas graves (mayúsculas, b, v, h.…), errores sistemáticos en
la acentuación, abreviaturas de móvil o por comodidad, etc.
• Falta de PRECISIÓN: Incorrección en las palabras propias de la asignatura (querer decir
una cosa, pero no ser exacto en lo que se escribe). Penaliza escribir “burradas”.
2º Bachillerato:
Historia de España
! 1ª PARTE:
· Definir 5 términos (a elegir de 7) de un listado de 25 de los
temas 1-4
5 términos x 0,8 puntos =
· Extensión aconsejable : 10 líneas. 4 puntos

Examen Historia de
España DE LA EvAU

! 2ª PARTE:.
· 2 preguntas de desarrollo (a elegir de entre 3) de los temas
5-12
· Extensión aconsejable: 30-35 líneas, aunque no penaliza
Total: 6 puntos
OPCIÓN A
! 1ª PARTE:
· Definir 5 términos (a elegir de 7) de un listado de 25 de los temas 1-4
· Extensión aconsejable : 10 líneas.
5 términos x 0,8 puntos =
4 puntos

! 2ª PARTE:.
•2 preguntas de desarrollo a elegir de 3:
• Temas 5 a 9. (15 epígrafes)
• Extensión aconsejable: 35-40 líneas (aunque no penaliza)

6 puntos
OPCIÓN B
! 1ª PARTE:
· Definir 5 términos (a elegir de 7) de un listado de 25 de los temas 1-4
· Extensión aconsejable : 10 líneas.
5 términos x 0,8 puntos =
4 puntos

! 2ª PARTE:.
•2 preguntas de desarrollo (a elegir de 3) de los temas 9-12 (siendo una
de ellas una fuente de los temas 11-12:
6 puntos

• 17 epígrafes
• Extensión aconsejable: 35-40 líneas (NO penaliza)

•El comentario de la fuente histórica es de los temas 11-12 y como se


pueden elegir 2 de 3, no es obligatoria.
Criterios de calificación y
corrección planteados
por la UPNA
CRITERIOS DE CALIFICACIÓN Y CORRECCIÓN

Cada uno de los ejercicios tendrá una duración de hora y media y se calificará de
0 a 10 con dos cifras decimales.
-Madurez intelectual: se tendrá en cuenta la madurez intelectual y la consiguiente
capacidad de comprensión, análisis y relación de los procesos históricos.
-Formación, conocimientos y causalidad histórica: se valorará la formación y
conocimientos de los y las estudiantes, reflejada en la comprensión razonada de los
conceptos históricos y de las causas y consecuencias. También se tendrá en cuenta la
claridad de ideas o conceptos, fruto de la asimilación adecuada
-Aspectos formales, lingüísticos y comunicativos: se prestará atención a los aspectos
formales, entre otros, la redacción ordenada, ortografía, presentación, estilo, originalidad
y riqueza expresiva. Es importante también que haya precisión en el manejo de los
términos históricos. En cada pregunta estas cuestiones podrán ser valoradas por las
personas correctoras en torno a un 10% del valor de la misma. (puesto en la plantilla)
1. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
-Las respuestas en la definición de términos propuestos serán breves (se aconseja un máximo de 8-10
líneas, no se penalizará la extensión).
-Se ceñirán a las cuestiones planteadas, no valorándose los contenidos que se salgan de lo preguntado.
-Así mismo se valorarán las respuestas que incluyan los siguientes contenidos:
(A) Catalogación de la cuestión planteada: batalla, personaje, proceso histórico, institución, pueblo,
yacimiento arqueológico, concepto económico, ley...
(B) Cronología. Localización temporal del término definido. En el caso de las instituciones y procesos se
pueden citar la fecha de comienzo y de final de la vida de las mismas.
(C) Caracterización. Se trata del núcleo de la definición, se citarán las características definitorias del
mismo.
(D) Importancia histórica. Se explicarán consecuencias importantes que se dan a partir del hecho,
personaje o concepto definido.
2. DESARROLLO DE UNA PREGUNTA

-El alumnado debe elaborar una síntesis de un proceso histórico, con una
redacción ordenada (no esquemática) de los aspectos esenciales, que incluya la
cronología, ideas, conceptos históricos y acontecimientos esenciales. Se aconseja
una extensión de 30-35 líneas (no se penalizará las extensión)
-En las respuestas se incluirá:
• Contexto próximo (causas o precedentes inmediatos).
• Cronología y desarrollo de los acontecimientos más importantes.
• Importancia histórica: consecuencias del proceso histórico
3. ANÁLISIS DE UNA FUENTE HISTÓRICA (temas 11 y 12) con preguntas dirigidas según este esquema:
a) Identificación de la fuente (0,5 puntos):
-Qué es (foto, mapa, gráfico, cuadro, texto, cartel o viñeta) y sobre qué informa la fuente. Fijarse en el pie de la
fuente
-Especificar fecha y otra información que aparezca: autor, lugar,...
Extensión breve: una o dos líneas
b) Análisis del contenido de la fuente (0,5 puntos):
-Textos: reconocer las ideas principales.
-Gráficos o cuadros: analizar los datos, evolución de éstos y secuencia cronológica.
-Mapa: identificar los datos del mapa
-Fotografías: identificar los principales personajes, elementos y lugares.
-Carteles: identificar los elementos más significativos de un cartel y la intencionalidad del mismo.
Extensión breve: dos o tres líneas (en función del contenido de la fuente, la explicación puede ser mas o menos
extensa)
c) Relación con el contexto histórico (dando respuesta a las preguntas planteadas). 2 puntos):
-Situar la fuente en su etapa o momento histórico.
-Explicar causas y/o consecuencias
-Relacionar con otros aspectos del momento, que estén relacionados con la fuente.
La extensión puede variar en función del tipo de pregunta que se haga, pero como máximo se ceñirá a la de los
apartados da cada tema, en torno a 30-35 líneas (no se penalizará la extensión). Se valorará el grado de precisión,
ciñéndose a lo que se plantea en las preguntas.
¿Todo claro?
2º Bach. Historia España

2º DE BACHILLERATO:
HISTORIA DE ESPAÑA

Índice de contenidos
(bloques, lecciones, términos y epígrafes)
2º Bach. Historia España
CONTENIDO de Historia de España 2º Bachillerato

Tema 1. La Península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la


monarquía visigoda.
1. Los pueblos prerromanos. La colonización griega, fenicia y cartaginesa.
2. La Hispania romana. Etapas de la conquista de la Península por Roma. La romanización y
el legado romano en España y Navarra.

BLOQUE 3. La monarquía visigoda.


1 Tema 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474)
4. Evolución política de al-Ándalus: del emirato a los reinos de Taifas.
5. El nacimiento de los núcleos cristianos de resistencia. El reino de Pamplona (s. VIII-X).
6. La España de los cinco reinos. (s. XI-XIII).
7. La crisis de los siglos XIV y XV. Cortes medievales. Dinastías francesas en Navarra.
Tema 3. La formación de la Monarquía Hispánica y su expansión mundial (1474-1700)
8. Los Reyes Católicos. Unión dinástica. Conquista de Navarra. Política exterior. El
descubrimiento de América.
9. El Imperio de Carlos V y la Monarquía hispánica de Felipe II (Política exterior).

BLOQUE 10. Crisis política y social en la Monarquía hispánica del siglo XVII.
2 Tema 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)
11. La guerra de Sucesión. El nuevo orden internacional: Los pactos de familia. La América
Española.
12. El nuevo estado: las reformas borbónicas del siglo XVIII.
13. La Ilustración en España. La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III.
TEMA 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LIBERALISMO FRENTE ABSOLUTISMO (1788-
1833)
14. La crisis de 1808 y la Guerra de la Independencia.
15. Revolución liberal: Cortes de Cádiz. Convocatoria y obra legislativa.
16. El reinado de Fernando VII: el enfrentamiento entre absolutismo y liberalismo.
TEMAS 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1837)
17. La Primera Guerra Carlista: causas y desarrollo. Consecuencias para Navarra.
18. Creación del estado liberal durante el reinado de Isabel II: transformaciones políticas.
BLOQUE 3 19. El Sexenio Democrático: la Revolución de 1868, Constitución de 1869 y la monarquía de
Amadeo I. La 1ª República.
TEMA 7. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DURANTE EL SIGLO XIX.
20. Agricultura: abolición del régimen señorial y desamortización de la tierra.
21. Los inicios de la industrialización: minería, ferrocarriles y diversidad territorial (Cataluña
y Bizkaia)
TEMA 8. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA: IMPLANTACIÓN Y AFIANZAMIENTO DE UN
NUEVO SISTEMA POLÍTICO (1874- 1902)
22. La restauración de la monarquía borbónica, la constitución de 1876, bipartidismo y
manipulación electoral (1875-1902)
23. La crisis de 1898 y sus consecuencias: El Regeneracionismo.
2º Bach. Historia España
TEMA 9. LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA
(1902-1931)
24.El aumento de las fuerzas de oposición: Republicanismo, Nacionalismo catalán y vasco.

25. El aumento de las fuerzas de oposición: Anarquismo y Socialismo

26.El problema de Marruecos y la crisis de 1909.

27. La crisis de 1917 y el final del sistema.

28. La dictadura de Primo de Rivera


TEMA 10. LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL EN UN CONTEXTO DE CRISIS
INTERNACIONAL (1931-1939)
II. República

29. La caída de la monarquía y la proclamación de la República. La Constitución de 1931

BLOQUE 30. El Bienio reformista


4
31. El Bienio radical-cedista

32. El Frente Popular. Antecedentes y causas del golpe militar.

Guerra Civil

33. Etapas de la Guerra Civil: contexto internacional y operaciones militares.

34. Evolución política en la zona de los sublevados.

35. Evolución política en la zona republicana.

36. Consecuencias de la guerra.

TEMA 11. LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975)

37. Características generales del Franquismo. Apoyos sociales y familias políticas.

38. Represión franquista (durante y después de la guerra)

39. Evolución política y contexto internacional durante el primer Franquismo (1939-1959)

40. Evolución política y contexto internacional durante el Desarrollismo (1960-1975)

41. La economía durante el franquismo: de la Autarquía al Desarrollismo.

BLOQUE 42. La oposición al régimen.


5
43. Cambios sociales durante el Franquismo

TEMA 12. LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA (1975-1982)

44. La Transición española: de la muerte de Franco a las elecciones de 1977.


45. La consolidación democrática: la elaboración de la Constitución de 1978. Del 23- F a las
elecciones de 1982.
2º Bach. Historia España
El bloque 1 y el bloque 2 corresponden a los 4 primeros
temas, que no se estudian como tal sino como
TÉRMINOS (1º parte del examen). En total son 25:
1. Pueblos prerromanos
TEMA 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA 2. Vascones
DESDE LOS PRIMEROS
3. La conquista romana de Hispania
HUMANOS HASTA LA
DESAPARICIÓN DE LA 4. Romanización
MONARQUÍA VISIGODA 5. Andelos
6. Monarquía visigoda

7. Califato de Córdoba
8. Reinos de Taifas
TEMA 2. LA EDAD MEDIA: TRES 9. Mozárabes
CULTURAS Y UN MAPA
POLÍTICO EN CONSTANTE 10. Expansión territorial de los reinos cristianos
CAMBIO (711-1474) 11. Reino de Pamplona
12. Formación y estructura de la Corona de Aragón
13. Cortes medievales

14. Unión entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón


15. Conquista de Navarra e incorporación a Castilla
16. Expulsión de los judíos
TEMA 3. LA FORMACIÓN DE LA 17. Casa de Contratación
MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU
EXPANSIÓN MUNDIAL (1474- 18. Herencia territorial de Carlos I
1700) 19. Diputación del Reino de Navarra
20. Validos
21. Expulsión de los moriscos
22. Paz de los Pirineos

TEMA 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA 23. Guerra de Sucesión española


FRANCESA: EL REFORMISMO DE
LOS PRIMEROS BORBONES (1700- 24. Decretos de Nueva Planta
1788) 25. Despotismo Ilustrado
2º Bach. Historia España
Y los bloques 3, 4 y 5 corresponden a los temas 5-12. Son
propiamente las lecciones de desarrollo de contenido y que
yo llamo EPÍGRAFES (la 2º parte del examen)

En la EvAU os van a dar 2 opciones. La opción A consta de los


términos y de estas 5 lecciones (15 epígrafes):

TEMA 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LIBERALISMO FRENTE ABSOLUTISMO (1788-1833)


14. La crisis de 1808 y la Guerra de la Independencia.
15. Revolución liberal: Cortes de Cádiz. Convocatoria y obra legislativa.
16. El reinado de Fernando VII: el enfrentamiento entre absolutismo y liberalismo.
TEMAS 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1837)
17. La Primera Guerra Carlista: causas y desarrollo. Consecuencias para Navarra.
18. Creación del estado liberal durante el reinado de Isabel II: transformaciones políticas.
19. El Sexenio Democrático: la Revolución de 1868, Constitución de 1869 y la monarquía de Amadeo I. La Primera
República.
TEMA 7. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DURANTE EL SIGLO XIX.
20. Agricultura: abolición del régimen señorial y desamortización de la tierra.
21. Los inicios de la industrialización: minería, ferrocarriles y diversidad territorial (Cataluña y Bizkaia)
TEMA 8. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA: IMPLANTACIÓN Y AFIANZAMIENTO DE UN NUEVO SISTEMA
POLÍTICO (1874- 1902)
22. La restauración de la monarquía borbónica, la Constitución de 1876, bipartidismo y manipulación electoral
(1875-1902)
23. La crisis de 1898 y sus consecuencias: El Regeneracionismo.

TEMA 9. LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA (1902-1931)

24.El aumento de las fuerzas de oposición: Republicanismo, Nacionalismo catalán y vasco.

25. El aumento de las fuerzas de oposición: Anarquismo y Socialismo

26.El problema de Marruecos y la crisis de 1909.

27. La crisis de 1917 y el final del sistema.

28. La dictadura de Primo de Rivera


2º Bach. Historia España
La opción B consta de los términos y de estas 3 lecciones (en
total (17 epígrafes):

TEMA 10. LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL EN UN CONTEXTO DE CRISIS INTERNACIONAL (1931-
1939)
II. República

29. La caída de la monarquía y la proclamación de la República. La Constitución de 1931

30. El Bienio Reformista

31. El Bienio Radical-cedista

32. El Frente Popular. Antecedentes y causas del golpe militar.

Guerra Civil

33. Etapas de la Guerra Civil: contexto internacional y operaciones militares.

34. Evolución política en la zona de los sublevados.

35. Evolución política en la zona republicana.

36. Consecuencias de la guerra.

TEMA 11. LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975)

37. Características generales del Franquismo. Apoyos sociales y familias políticas.

38. Represión franquista (durante y después de la guerra)

39. Evolución política y contexto internacional durante el primer Franquismo (1939-1959)

40. Evolución política y contexto internacional durante el Desarrollismo (1960-1975)

41. La economía durante el franquismo: de la Autarquía al Desarrollismo.

42. La oposición al régimen.

43. Cambios sociales durante el franquismo

TEMA 12. LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA (1975-1982)

44. La Transición española: de la muerte de Franco a las elecciones de 1977.

45. La consolidación democrática: la elaboración de la Constitución de 1978. Del 23- F a las elecciones de 1982.

Estudiad al día y no tendréis problemas.


Ánimo.
2º Bach. Historia de España
TEMAS 1-4: RAÍCES HISTÓRICAS DE LA ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA (25 TÉRMINOS).

Las respuestas de los términos propuestos y preguntas concretas serán breves (se aconseja un máximo
entre 8 y 10 líneas) y se ceñirán a las cuestiones planteadas, no valorándose los contenidos que se salgan
de lo preguntado. Así mismo se valorarán las respuestas que incluyan los siguientes contenidos:

a) Catalogación del término definido: Batalla, personaje, proceso histórico, institución, pueblo,
yacimiento arqueológico, concepto económico, ley...

b) Localización espacial. Localización geográfica del término, más general o más concreta,
dependiendo del término definido.

c) Cronología: Localización temporal del término definido. En el caso de las instituciones y procesos
se pueden citar la fecha de comienzo y de final de la vida de las mismas.

d) Caracterización: Se trata del núcleo de la definición, se citarán las características definitorias del
mismo.

e) Importancia histórica: Se explicarán consecuencias importantes que se dan a partir del hecho,
personaje o concepto definido.

Recomendaciones:

Ø Empezar la definición incluyendo el término en una categoría (institución política, acontecimiento


histórico, personaje histórico, proceso histórico, acuerdo diplomático, batalla, …). RESPONDE AL
“QUÉ”
Ø Señalar su cronología: fecha en la que ocurre un acontecimiento, en que se promulga una ley;
fechas que limitan el comienzo y el final de un periodo o proceso histórico, un reinado, fechas de
nacimiento y muerte de un personaje, etc. RESPONDE AL “CUÁNDO”
Ø Indicar la situación o el ámbito geográfico en el que localizamos el término: el lugar de la batalla, el
territorio al que se refiere un decreto, la localización de un yacimiento, la ruta de un itinerario, la
firma de un acuerdo, etc.) RESPONDE AL “DÓNDE”
Ø Características o elementos principales que nos permiten entender el significado o la importancia
histórica del hecho, concepto o personaje en cuestión. RESPONDE AL “POR QUÉ ES IMPORTANTE”
2º Bach. Historia de España

RECUERDA:

BLOQUE 1:
TEMA 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS TEMA 2. LA EDAD MEDIA: TRES CULTURAS Y UN MAPA
HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA POLÍTICO EN CONSTANTE CAMBIO (711-1474)
MONARQUÍA VISIGODA. 7. Califato de Córdoba
1. Pueblos prerromanos 8. Reinos de Taifas
2. Vascones 9. Mozárabes
3. La conquista romana de Hispania 10. Expansión territorial de los Reinos Cristianos
4. Romanización 11. Reino de Pamplona
5. Andelos 12. Formación y estructura de la Corona de
6. Monarquía visigoda Aragón
13. Cortes medievales

BLOQUE 2:
TEMA 3. LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA TEMA 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO
HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN MUNDIAL (1474-1700) DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700-1788)
14. Unión entre el reino de Castilla y la Corona 23. Guerra de Sucesión española
de Aragón 24. Decretos de Nueva Planta
15. Conquista de Navarra e incorporación a
25. Despotismo Ilustrado
Castilla
16. Expulsión de los judíos
17. Casa de contratación
18. Herencia territorial de Carlos I
19. Diputación del Reino de Navarra
20. Validos
21. Expulsión de los moriscos
22. Paz de los Pirineos
2º Bach. Historia de España
BLOQUE 1:
TEMA 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA
DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA.

1. Pueblos prerromanos: Pobladores indígenas que ocupaban la Península Ibérica en


el I Milenio a. C, antes de la llegada de los romanos en el año 218 a.C. Son resultado
de la síntesis de los pueblos autóctonos y de los invasores indoeuropeos en el
centro y oeste y colonizadores griegos y fenicios en el Levante y sur. Los más
importantes fueron los tartessos, los íberos, los celtas y los celtíberos. Tartessos fue
un reino situado en el bajo Guadalquivir que desarrolló una importante industria
metalúrgica y un destacado comercio. En la zona sur y sureste estaban asentados
los más desarrollados económica y culturalmente: los iberos (turdetanos,
bastetanos…). Poseían un mayor desarrollo político y administrativo por el intenso
contacto con pueblos colonizadores del mediterráneo (fenicios, griegos y
cartagineses). Su sistema político era la monarquía y su economía se basaba en la
agricultura, aunque también practicaban la ganadería, la minería, la metalurgia,
la artesanía y el comercio. Conocieron incluso la escritura. Los celtas eran pueblos
indoeuropeos que ocuparon el norte, centro y oeste de la Península. Presentaban
una estructura social tribal basada en clanes familiares dominados por guerreros.
Se dedicaban principalmente a la ganadería y a la metalurgia del hierro. No
conocían la escritura. Los pueblos más arcaicos eran los del norte, los cuales, en
buena medida, han dado nombres a territorios de nuestros días, como los galaicos,
astures o cántabros. Por último, en la zona de la Meseta se localizaban los
celtíberos, pueblos de ascendencia celta fuertemente influenciados por los íberos,
que vivían en poblados. Todos estos pueblos eran de origen indoeuropeo, a
excepción de los vascones, que constituían un grupo lingüístico y cultural asentado
en Aquitania, y actual Navarra y País Vasco.

2. Vascones: Pueblo de origen prerromano que aparece mencionado en las fuentes


romanas a partir del siglo I a.C Según estas fuentes, no eran un pueblo muy
homogéneo ni política ni culturalmente antes de la llegada de los romanos,
aunque debían tener cierta conciencia de grupo y algunos rasgos que les daban,
de alguna manera, unidad. Estaban establecidos en amplias zonas de la actual
Navarra y en zonas colindantes de lo que hoy es Aragón, La Rioja, Álava y
Guipúzcoa. Resulta difícil determinar su origen, habiendo muchas teorías al
respecto, aunque parece que se trata de grupos étnicos que recibieron un intenso
influjo indoeuropeo y mediterráneo. A partir del siglo II a. C. entraron en contacto
con los romanos y mantuvieron relaciones de fidelidad con Pompeyo recibiendo
territorios celtibéricos y en el este hasta Jaca, pero su romanización fue débil y
2º Bach. Historia de España
mantuvieron su propia lengua, el euskera, que ha perdurado hasta la actualidad.
Los vascones se dividían en dos grupos: 1) los vascones del norte, que habitaban
el “saltus” y que permanecían anclados en formas de vida pertenecientes a la
Edad de Bronce. Practicaban la ganadería de subsistencia y vivían muy aislados
en pequeñas aldeas, cuevas y abrigos naturales y eran mucho más agresivos y
estaban menos romanizados y 2) los vascones del sur, los del ager, quienes eran
más modernos y estaban más romanizados. Eran agricultores, vivían en ciudades
con algún tipo de organización política, practicaban el comercio y habían
recibido influencias celtas e íberas e incluso algunos se enrolaron en el ejército
romano como mercenarios. En cualquier caso, el nivel social de los vascones era
tribal y realmente era un pueblo belicoso que resistió al máximo diferentes
invasiones (romanos, visigodos, árabes...). De hecho, en la Alta Edad Media se
resistieron a la integración bajo el poder visigótico, pero fueron derrotados en 581
por Leovigildo. Posteriormente se extendieron hacia territorios a su oeste y hacia el
suroeste de Francia. Esto motivó la difusión de su lengua y modos de vida y la
ampliación del territorio vascón.

3. La conquista romana de Hispania: Proceso de ocupación que duró unos 200 años,
comenzando en 218 a.C. con el desembarco de Publio Cornelio Escipión “el
Africano” en Empúries, actual Ampurias. Los romanos llegaron con el objetivo de
luchar contra sus enemigos, los cartagineses, en el marco de la Segunda Guerra
Púnica (guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía del
mediterráneo occidental). Una vez vencidos, se descubrieron sus verdaderos
intereses y comenzaron la conquista de Hispania, en el año 201 a.C. Los pueblos
prerromanos se opusieron a la conquista, en especial los vascones, la ciudad de
Numancia y, por último, Zamora, liderada por Viriato. Sin embargo, fue una
conquista rápida porque los romanos eran superiores a los pobladores de la
península, puesto que no tenían ejército ni una organización como la que tenían
los romanos. Esta conquista concluyó en el 19 a.C. con la definitiva incorporación
de Hispania al Imperio Romano. Podemos distinguir tres etapas: 1ª etapa:
conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C). La victoria romana de Ilipa (209
a.C.) puso fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de
Roma sobre el este y el sur de la Península. 2ª etapa: conquista del centro y el oeste
peninsular (155-133 a. C.) Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de
los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son las guerras lusitanas (155-136
a.C.) en las que destacó Viriato, líder lusitano, y la férrea resistencia celtíbera en
Numancia hasta su rendición en el 133 a.C. 3ª etapa: conquista del norte
peninsular (29-19 a.C.) donde el emperador Augusto puso fin a la conquista con la
dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras). Todo
este proceso de conquista irá unido a la romanización.
2º Bach. Historia de España

4. Romanización: (218 a.C.-415 d.C). Proceso por el cual se integraron en el sistema


romano comunidades y pueblos conquistados o asociados a él a lo largo de varios
siglos. En el caso de Hispania, la romanización consistió en la transformación
gradual de todos los habitantes de los pueblos peninsulares en ciudadanos del
imperio romano, que fueron asumiendo las costumbres, la organización política,
jurídica y social romanas, así como su lengua, el latín. Este proceso fue lento pero
profundo, materializándose en aspectos tan variados como la economía, el
derecho, la organización social, política y administrativa, la religión politeísta y la
cultura, especialmente en lo que a la adopción de la lengua latina se refiere. Esta
integración se muestra en el hecho de que Hispania fue cuna de intelectuales
(Séneca) y emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio). El pueblo prerromano que
menos se romanizó fueron los vascones. Los factores que favorecieron este
proceso fueron la integración de los jefes indígenas en la administración, el
asentamiento de colonos latinos, la urbanización del territorio y la concesión del
derecho de ciudadanía romana a los habitantes. Sin embargo, sus resultados
fueron variables, puesto que la intensidad de la romanización fue muy diferente
entre las zonas del sur y del levante, en que fue temprana e intensa, y las del norte
en que fue muy débil y tardía. Para facilitar este proceso, construyeron una tupida
red de calzadas.

5. Andelos: Ciudad de origen prerromano del territorio de los vascones. El yacimiento


se sitúa en Mendigorría, al suroeste de Pamplona. En concreto, se ubica en la
terraza sobre el río Arga. Perteneció al “ager vasconum”, pues los habitantes se
dedicaban principalmente al cultivo de la tierra y a la metalurgia. Los trabajos
arqueológicos han descubierto una ciudad asentada sobre un poblado de la
Edad del Hierro con inicios hacia el siglo IV a. C., y gran desarrollo en los siglos I y II
d. C. Debió ser un importante cruce de calzadas, y unía Caesaraugusta (Zaragoza)
con Pompaelo. Tenía cerca de veinte hectáreas, situada en una meseta con
defensa natural apreciable. Disponía de un sorprendente sistema de
abastecimiento de agua, una auténtica obra de ingeniería hidráulica, con una
presa en la que se recogía el agua, un depósito para almacenarla y un acueducto
para distribuirla. También se distinguen hoy perfectamente los restos de lo que fue
la línea de murallas con dos torres defensivas, una estructura urbana de calles en
retícula y la planta de varias casas con pavimentos de mosaico (como el del
“Triunfo de Baco”, hoy en el Museo de Navarra). En la Edad Media fue una villa de
señorío y en el siglo XIV se despobló por causas desconocidas, aunque se cree que
pudo ser debido a una fuerte epidemia de peste. Actualmente, se pueden visitar
las ruinas, la ermita de Nuestra Señora de Andión, ver las calles e incluso parte de
la muralla, además del museo arqueológico de Andelos. También, cada año se
celebra un festival romano.
2º Bach. Historia de España

6. Monarquía visigoda (415 – 711): Régimen político establecido por los visigodos
entre los años 507 y 711. Tras su expulsión de las Galias (Batalla de Vouillé, 507), los
visigodos se adentraron en la Península y fueron dominando el territorio,
estableciendo su capital primero en Barcelona y finalmente, en tiempos de
Leovigildo, en Toledo (576). Era una monarquía electiva en la tradición del derecho
germánico que se asentó en Hispania tras la caída del imperio romano. En su
origen eran arrianos, pero con el reinado de Recaredo se convirtieron al
catolicismo. Los visigodos constituirán un reino independiente que representa la
transición entre el mundo antiguo y el medieval, construyendo su dominio sobre
toda la península a través de un proceso de unificación territorial, política y jurídica.
El rey era elegido por los hombres de guerra y su poder estaba condicionado a
mantener la lealtad y apoyo de sus “comes” (compañeros) de armas, organizados
en asamblea de hombres libres. Se caracterizaba por una gran inestabilidad y la
brevedad de sus reinados, debido a las continuas conspiraciones, magnicidios y
luchas grupales. Auxiliaba al rey el Officium Palatinum, integrado por el Aula Regia
o consejo permanente y los Concilios de Toledo, una representación de señores y
obispos encargados de redactar leyes y adoptar acuerdos de Estado. Los
gardinfos (jefes militares) y los duces (delegados del rey en los territorios)
trasladaban la voluntad real. Los visigodos perduraron hasta los inicios del siglo VIII,
A pesar de lograr la unificación territorial, religiosa (III Concilio de Toledo), y jurídica
(Líber Iudicioroum, 654) de la península, las luchas internas facilitaron la invasión de
los musulmanes en el año 711, cuando Rodrigo, el último monarca visigodo, perdió
en la batalla de Guadalete (cerca de Cádiz) a manos de Tariq ibn Ziyad, lo que
supuso la pérdida de Hispania y el sometimiento de casi todo su territorio al imperio
musulmán.
2º Bach. Historia de España
TEMA 2. LA EDAD MEDIA: TRES CULTURAS Y UN MAPA POLÍTICO EN CONSTANTE
CAMBIO (711-1474)

7. Califato de Córdoba (929-1031): Régimen político establecido en la España


musulmana tras la separación de los omeyas de los califas abasíes de Bagdad,
consiguiendo el poder político y religioso. Abderramán III (912-961) decidió
proclamarse califa en 929 con el máximo poder político y religioso como “Príncipe
de los Creyentes”, lo que supuso la independencia política y religiosa de Al-
Andalus (anteriormente Al-Andalus dependía de Bagdad) respecto a cualquier
autoridad exterior islámica. Unificó el poder político y religioso, acabó con las
luchas internas y el avance de los reinos cristianos del norte (Pamplona y León), en
el marco del proceso histórico conocido como Reconquista, obligando a los reyes
cristianos a pagar tributos para que los árabes no les invadiesen, convirtiéndose en
vasallos. Su sucesor Al-Hakam II mantuvo el esplendor de Al-Andalus a nivel político,
económico, militar y cultural, convirtiendo Córdoba en el centro de poder y la
ciudad más pujante de Occidente. Posteriormente, siendo califa Hisham II,
destacó entre las figuras más importantes la figura de Almanzor, verdadero
gobernante y caudillo militar. Tras su muerte en 1002, el califato entra en un periodo
de decadencia hasta su desaparición en 1031, produciéndose su fragmentación
en multitud de reinos llamados Taifas tras las luchas civiles entre los partidarios de
los califas Omeya y los descendientes de Almanzor.

8. Reinos de Taifas (1031-1492): Entidades políticas independientes en las que se


dividió Al-Andalus tras la desaparición del Califato de Córdoba a partir de 1031.
Esta fragmentación de los dominios musulmanes fue debida a las luchas internas
entre los nobles musulmanes en diferentes reinos (Zaragoza, Valencia, Sevilla,
Granada, Córdoba, Badajoz, Toledo...), y permitió a los reinos cristianos del norte,
entre ellos Pamplona, avanzar territorialmente en la Reconquista (divide y
vencerás). Tenían identidad étnica y al contrario que ocurría en el período anterior,
estaban sometidos a los estados cristianos, a los que entregaban unos tributos
llamados parias. Fue una época de decadencia y división política, salvo periodos
en los que almorávides y almohades a finales del siglo XI y benimerines (XI-XII)
acudieron sin éxito para reforzar estos estados. En los siglos XII y XIII reaparecerán
de nuevo los llamados segundos y terceros reinos de taifas, con los almohades.
Para el avance cristiano fue fundamental la victoria en Navas de Tolosa (1212) y la
victoria en Sevilla (1248). Además, la desunión de los taifas y el avance rápido de
los reinos cristianos permitió la reconquista de toda la Península a excepción del
reino nazarí de Granada, finalmente conquistada por los Reyes Católicos en 1492.
2º Bach. Historia de España

9. Mozárabes: cristianos que vivían en los territorios marginados dominados por los
musulmanes (Al Andalus) tras la invasión de la península en el año 711. Desde ese
momento, se les permitió conservar sus tradiciones, sus instituciones eclesiásticas,
sus leyes y sus prácticas religiosas, conservando su propia organización político-
social, a cambio del pago de un impuesto especial. En general convivían en paz.
Fueron muy influyentes en Al-Andalus, pero con el tiempo fueron perdiendo
influencia y vivieron en los arrabales, por lo que para evitar ser discriminados,
muchos se convirtieron al Islam y se arabizaron. Durante el siglo IX vivieron fases de
tensión, especialmente bajo dominio almorávide y almohade, lo que explica que
algunos de ellos emigraran hacia las zonas cristianas del norte de la Península,
sobre todo hacia las áreas despobladas del valle del Duero y también hacia
Cataluña y el valle del Ebro. Al norte del Duero, grupos de mozárabes se instalaron
bajo la protección de los monarcas de León. Finalmente, los almohades
decretaron su expulsión a comienzos del siglo XIII. De sus fundaciones han
quedado templos originales por el uso del arco cordobés como San Miguel de la
Escalada (León). Igualmente, los códices iluminados llamados “beatos
mozárabes”, manuscritos ilustrados, fueron excepcionales en la cultura cristiana de
la época.

10. Expansión territorial de los Reinos Cristianos (722–1492): Proceso histórico de


recuperación y expansión territorial protagonizado por los reinos cristianos del norte
de la península (Castilla, Navarra, Aragón...) con la finalidad de acabar con el
poder musulmán tras la invasión que se había iniciado en 711 tras la derrota de los
visigodos en la batalla de Guadalete. Se basaba tanto en argumentos religiosos
(lucha contra el infiel), como jurídicos, pues los reyes cristianos se consideraban
legítimos herederos de la monarquía visigoda. Abarca desde la aparición de los
núcleos de resistencia cristiana al islam (batalla de Covadonga, 722) hasta la toma
de Granada por los Reyes Católicos (1492). El avance de los reinos cristianos del
norte hacia el sur dio lugar a la formación de los reinos de Castilla, Navarra, Aragón
y Portugal. Se trató de un proceso muy largo y discontinuo que estuvo íntimamente
ligado al proceso de repoblación y feudalización de las tierras conquistadas. Los
avances más rápidos coinciden con las etapas de mayor debilidad de los
musulmanes. Se pueden distinguir tres etapas: 1. Superioridad de los musulmanes
(Califato de Córdoba). 2. Conquista de los valles del Tajo y Ebro (Reinos de Taifas).
3. Hegemonía de los reinos cristianos (siglo XIII). Tras las Batalla de Navas de Tolosa
(1212, Jaén) la reconquista estaba prácticamente acabada, pero no se culminó
hasta 1492 con la toma del reino nazarí de Granada por los Reyes Católicos.
2º Bach. Historia de España

11. Reino de Pamplona: Entidad política surgida a mediados del siglo IX en la zona
montañosa de la actual Navarra como “reino vascón de Pamplona”, cuando la
aristocracia local encabezada por Íñigo Arista logró expulsar a los francos. Fue un
estado cristiano. Luego se consolidó en el trono la dinastía Jimena, que comenzó
a reinar en los inicios del siglo X. Con su primer monarca, Sancho Garcés I (905-925),
este estado se expandió por el alto Ebro, ocupando villas tan importantes como
Calahorra, Viguera y Nájera, donde estableció su corte. Desde allí comenzará su
expansión territorial hacia el sur, dentro del proceso que conocemos como
Reconquista. García Sánchez I (925-970) incorporó al reino de Pamplona el
condado de Aragón, al casarse con la heredera de aquel territorio. Durante la
época del califato el reino vivió una época inestable ya que tenían que pagar
tributos a los musulmanes. Más tarde, coincidiendo con la crisis del califato
cordobés, estuvo al frente del reino Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035) con el
que el Reino de Pamplona logró el mayor esplendor de su historia, tanto político
como social y cultural. Este rey añadió el condado de Sobrarbe y Ribagorza, León
y Castilla, por lo que dominó gran parte del norte peninsular, y fue uno de los
principales promotores del camino de peregrinación hacia Santiago de
Compostela. A mediados del siglo XII, Sancho VI el Sabio cambiará su
denominación por la de Reino de Navarra, el cual repartirá su reino entre sus hijos.

12. Formación y estructura de la Corona de Aragón: Configuración de uno de los


estados más importantes de la península Ibérica durante la Reconquista. La
Corona de Aragón surge en el año 1137 como una unión dinástica con el
matrimonio pactado de Petronila (tenía un año), hija del rey de Aragón Ramiro II
el Monje, con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, en 1150 (Petronila tenía
14 años), supuso la unión del reino de Aragón y el condado de Barcelona y, por
tanto, el nacimiento de una nueva unidad política, la Corona de Aragón. Este
compromiso supuso de facto la unión entre el reino de Aragón y los condados
catalanes ya desde 1137. La entidad resultante fue una mera unión dinástica, pues
ambos territorios mantuvieron sus usos, costumbres y moneda. En 1164 Alfonso II
(nieto de Ramiro) hijo de Petronila y Ramón heredará el reino de Aragón y el
condado de Barcelona y se convertirá en el primer rey de la Corona de Aragón.
Con el paso del tiempo, la Corona de Aragón estuvo compuesta de cuatro reinos:
Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca, manteniendo cada uno de ellos sus
propios fueros y sus respectivas cortes. De igual manera, los territorios anexionados
posteriormente como Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles crearían y mantendrían
separadas sus propias instituciones. El modelo político de la Corona de Aragón era
conocido como modelo pactista. Con el matrimonio de los Reyes Católicos (1469)
se inicia una nueva etapa para la Corona de Aragón, marcada por el creciente
centralismo y autoritarismo regio, aunque los territorios aragoneses mantendrán sus
propios fueros e instituciones hasta el siglo XVIII.
2º Bach. Historia de España

13. Cortes medievales: Institución política característica de los reinos cristianos


desarrollada en la Baja Edad Media y que representa a la sociedad ante el rey.
Eran convocadas por el rey para la discusión y adopción de acuerdos sobre el
gobierno del Estado. Las Cortes son una muestra del desarrollo político, social y
económico de esta época. Sus funciones y peso político pueden variar de un reino
a otro pero en general su objetivo era defender los intereses del reino y frenar la
autoridad real. Cada reino hispano tuvo sus Cortes. Las primeras fueron las del reino
de León en 1188. En el caso de Navarra su origen es incierto y algunas fuentes
declaran que la primera reunión de las Cortes de Navarra fue en el año 1090 en
Uharte Arakil. El último reino en institucionalizarlas fue Navarra en el siglo XIV.
Estaban organizadas según los tres pilares en los que se estructuraba la sociedad
feudal, llamados también “brazos”: clero, nobleza y tercer estamento
(representado por la burguesía, lo que supone su incorporación a la vida pública).
Cada estamento disponía de una representación estable tradicional y un voto
corporativo. Aunque cada reino tenía sus cortes, la monarquía aragonesa era la
única que podía convocar Cortes Generales. Las Cortes perdieron sus funciones
con el desarrollo de la monarquía absoluta.
2º Bach. Historia de España
BLOQUE 2:
TEMA 3. LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN MUNDIAL
(1474-1700)

14. Unión entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón: Unificación dinástica (no
territorial) de los estados más importantes de la Península Ibérica tras la coronación
de Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón (eran primos, ya que pertenecían
ambos a la dinastía de los Trastámara) en sus respectivos tronos. Los Reyes
Católicos habían contraído matrimonio en 1469 y en 1479 tras la victoria sobre los
partidarios de Juana la Beltraneja en Toro, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla,
los Reyes Católicos, se erigieron como soberanos de la monarquía hispánica (1479-
1504). Con ellos empezó el Estado moderno, que suponía una monarquía más
estable y poderosa. La unión personal fue una unión política acordada con tres
objetivos comunes: el dominio peninsular, la unidad religiosa y la centralización del
poder, procurando rebajar el poder nobiliario. Pero la unidad de objetivos no
supuso la unidad territorial e institucional de las dos coronas, ya que cada uno era
monarca de su reino, pues ambos mantuvieron sus propias instituciones (Cortes,
Consejo Real...) y sus respectivas instituciones políticas, impuestos, moneda,
lengua, leyes, aduanas y usos tradicionales. Sin embargo, sí habrá una
administración común a ambos reinos: la Inquisición. Esta unión sentó las bases de
la posterior unificación peninsular y de la construcción del imperio español en el
siglo XVI que empezó a desarrollarse bajo el reinado de su nieto Carlos I de
Habsburgo o de Austria pues unirá ambos reinos (Castilla y Aragón). A partir de
aquí será Castilla, que era más extensa, más rica, más poblada y con unas
instituciones más manejables, el reino dominante en la península.

15. Conquista de Navarra e incorporación a Castilla: Anexión del Reino de Navarra al


de Castilla tras la conquista por parte de las tropas castellanas en julio de 1512. La
ocupación fue justificada por Fernando el Católico debido al acercamiento entre
Navarra y Francia. El detonante final fue la firma del Tratado de Blois por el que
Navarra se aliaba con Francia como compromiso de amistad. En 1512, Fernando
el Católico ordenó a las tropas castellanas, dirigidas por el Duque de Alba la
invasión del reino ya que quería atravesar Navarra para atacar Francia, pero los
Reyes de Navarra lo impidieron en base a ese Tratado de Blois. La conquista fue
fácil ya que el Reino de Navarra estaba dividida en dos bandos nobiliarios:
agramonteses (partidarios del rey de Francia) y beamonteses (apoyaban a
Castilla). El duque de Alba, entrando por Vitoria, invadió el reino apoyado por los
beamonteses. Tras esto, los Reyes de Navarra, Juan y Catalina de Albret se
2º Bach. Historia de España
refugiaron en Francia. La unión, “de igual a igual”, como queda recogida por las
Cortes de Burgos que ratifican la anexión en 1515, permitía a Navarra conservar
todos sus fueros, instituciones y leyes propias, y convertía a Fernando el Católico en
Rey de Navarra, contribuyendo a la unificación peninsular. A su vez se designó un
Virrey. Tras la incorporación, los reyes Juan y Catalina, desde Francia, intentaron
recuperar el territorio navarro con el apoyo francés, pero fueron derrotados en la
batalla de Noain (1521) y solo conservaron el territorio de ultrapuertos.

16. Expulsión de los judíos: Acontecimiento histórico que tuvo lugar el 31 de marzo de
1492 tras la aprobación por parte de los Reyes Católicos del Edicto de Expulsión
propuesto por el Inquisidor Torquemada. Dicho edicto decretaba la expulsión de
todos los judíos de la Corona de Castilla y Aragón que no accedieran a bautizarse.
Para ello tenían 4-6 meses. Fue el episodio final de la marginación y persecución a
la que se vieron sometidos durante toda la Edad Media, ya que no podían
desempeñar cargos públicos y fueron marginados. Muchos de ellos optaron por el
bautismo (unos 50.000 conversos) pero la Inquisición delató a los falsos conversos.
Entre 1496 y 1498 fueron expulsados de Navarra y Portugal. Históricamente los judíos
habían sufrido persecuciones y confinados en barrios separados (aljamas). Los
motivos esgrimidos para la expulsión no fueron políticos ni económicos, sino la
defensa del catolicismo y de la unidad religiosa. En realidad, su función de
prestamistas y sus influencias en las altas esferas habían suscitado envidia y odio
popular (antisemitismo). Los que no regresaron mantuvieron el castellano antiguo
casi hasta la actualidad. Los que se fueron, unos 100.000 sefardíes, se dirigieron
hacia el norte de África, Flandes y el imperio turco. La pérdida de esta minoría
trabajadora y emprendedora afectó al desarrollo económico posterior, ya que
además de la pérdida demográfica, supuso para la burguesía la pérdida de su
núcleo más activo puesto que muchos de ellos se dedicaban a la artesanía, a la
medicina y a la banca.

17. Casa de Contratación: Institución creada el 20 de enero de 1503 por los Reyes
Católicos con sede en Sevilla para registrar y controlar todas las actividades
económicas relacionadas con las Indias. Concedía permisos de emigración y de
exportación y ejercía de aduana. Actuaba como institución depositaria de bienes
y mercancías con origen o destino en las Indias, registrando todo trafico mercantil
y fiscalizando especialmente la entrada de metales preciosos (oro y plata)
adoptando por tanto la forma de monopolio comercial. Es por tanto, un claro
ejemplo de centralización administrativa propia del reinado de los RR.CC ya que
además la Corona se aseguraba la recaudación de los tributos reales, el Quinto
2º Bach. Historia de España
Real, es decir, un quinto de todas las mercancías traídas de las Indias. Fue creada
siguiendo el modelo de la portuguesa y su sede inicial estuvo en Sevilla ya que era
un puerto fluvial fácil de defender (todos los barcos estaban obligados a pasar por
la Casa de Contratación). Fue además un centro científico y una escuela náutica.
Posteriormente desbordada por el volumen y complejidad de este comercio se
convirtió en simple órgano fiscalizador y de inspección del tráfico indiano. En 1524
perdió autonomía al integrarse en el Consejo de Indias. En el año 1717 se trasladó
por motivos de eficiencia a Cádiz (por orden de Felipe V) y con la llegada de los
Borbones el comercio se liberalizó, por lo que los españoles podían comerciar
desde cualquier puerto. Carlos IV mandó suprimir esta institución en 1790, dejando
en su lugar un juez de “arribadas”.

18. Herencia territorial de Carlos I de España V de Alemania: Conjunto de territorios


que recibió en herencia Carlos de Habsburgo (1500-1558), que formaron la base
de su posterior política imperial. Sus padres fueron Juana la Loca (hija de los Reyes
Católicos) y Felipe el Hermoso. Con el título de Carlos I, recibió de su abuelo
materno, Fernando el Católico, los territorios de la Corona de Aragón (Aragón,
Valencia, Cataluña, Mallorca, Rosellón, Cerdaña, Nápoles y Sicilia) y de su abuela
Isabel la Católica, la Corona de Castilla, con Navarra y las posesiones americanas
y norteafricanas. De su abuelo paterno, Maximiliano de Austria, heredó, con el
título de Emperador, el Imperio Romano-germánico (1519) y por tanto las tierras
patrimoniales de los Habsburgo en Alemania y Austria. De su abuela paterna, María
de Borgoña, recibió el Ducado de Borgoña (Franco Condado y Países Bajos). El
territorio heredado era enorme, muy disperso y fragmentado, formado por pueblos
de diferentes etnias, lenguas y religiones, aunque mantuvo el principio de unidad
dinástica (cada territorio mantuvo sus instituciones y leyes propias). La herencia
recibida del imperio alemán y su extensión territorial alentaron en Carlos la idea
imperial: reunir toda la cristiandad bajo su mando frente a los dos enemigos del
catolicismo, esto es, los turcos en Europa oriental y el Mediterráneo, y la herejía
protestante en el resto de Europa, pero la Universitas Christiana resultó un fracaso.

19. Diputación del Reino de Navarra: institución jurídico-política de las Cortes del Reino
de Navarra creada en 1501 pero que pasó a tener carácter permanente a partir
de 1576. Estaba compuesta por siete miembros nombrados por los tres brazos de
las Cortes (uno del eclesiástico, dos del militar y 4 miembros de las ciudades
aunque solo disponían de dos votos) y estaba presidida por el Obispo de
Pamplona. Era la institución encargada, mientras no hubiera reunión de Cortes, de
vigilar el respeto a la integridad de los fueros y leyes del reino y tenía un delegado
2º Bach. Historia de España
en Madrid llamado síndico que defendía precisamente ante el rey y los ministros
los intereses de la Diputación. Desde mediados del s. XVII percibía una parte del
donativo, colaboraba en el reclutamiento de tropas y emitía informes jurídicos
para salvaguardar los fueros pero sus atribuciones fueron creciendo a lo largo de
la Edad Moderna conforme las reuniones de Cortes eran más escasas y logró
hacerse con importantes atribuciones económicas que le permitieron jugar un
papel cada vez más notorio en la vida política del reino. Actuó como un poderoso
instrumento a la hora de limitar el poder del rey, al utilizar el pase foral o
autorización para que las disposiciones del monarca NO se aplicasen en Navarra.
Fue suprimida junto con las demás instituciones del Reino tras la Primera Guerra
Carlista y la posterior Ley Paccionada de 1841 siendo sustituida en sus funciones
por la Diputación Provincial, luego denominada Diputación Foral de Navarra.

20. Validos: Figura habitual de la política española de los monarcas de la Casa de


Austria durante el siglo XVII. Estas figuras surgen en Francia y eran personalidades
políticas situadas en la esfera de influencia del monarca, personas de total
confianza del rey, sobre los que se delegaba la mayor parte de la acción del
gobierno. Desempeñaban las funciones de primer ministro adquiriendo plenos
poderes en los asuntos de Estado y asumiendo de manera informal todas las
atribuciones regias, sobre todo por dejación y delegación de los monarcas que se
desinteresaban por la complejidad de la administración del reino. Eran nombrados
directamente por el rey y tomaba las decisiones sin escuchar otros órganos
consultivos. Mayoritariamente pertenecían a la alta nobleza o al clero, y
aprovecharon su poder para conseguir cargos, pensiones y privilegios para sus
familiares y partidarios, creando una clientela fiel a su persona que provocó críticas
generalizadas por parte, sobre todo, de los letrados que formaban los Consejos y
los miembros de la aristocracia que no gozaban del favor del valido, además de
acentuarse las irregularidades y la corrupción en la gestión pública. En la época
de los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), reinados de decadencia
ante la imposibilidad de mantener la hegemonía política en Europa (1600-1701),
destacaron como validos importantes el Duque de Lerma con Felipe III, el Conde
Duque de Olivares con Felipe IV, el cual tuvo que sofocar las revueltas de Cataluña
y la secesión de Portugal fruto de su famosa Unión de Armas y Don Juan José de
Austria con Carlos II. Este sistema de gobierno se había impuesto también en otros
reinos como Francia para reforzar el poder absoluto.
2º Bach. Historia de España

21. Expulsión de los moriscos: Acontecimiento histórico que tuvo lugar debido a los
decretos promulgados entre 1609 y 1613 por Felipe III que finaliza con el proceso
de homogeneización religiosa de la monarquía hispánica iniciada por los Reyes
Católicos y continuada por Felipe II, que incluso prohibió el uso de su lengua y de
los trajes árabes, motivo por el cual llegaron a rebelarse en varias ocasiones
(rebelión de las Alpujarra). Esta medida política fue tomada porque la monarquía
española consideró que los moriscos colaboraban con los turcos y piratas
berberiscos en sus expediciones contra la costa mediterránea. Los moriscos eran
descendientes de la población musulmana que, tras la conquista del territorio por
los reinos cristianos, siguieron profesando la fe islámica en secreto a pesar de verse
obligados a ser bautizados. Estos musulmanes residentes en territorio cristiano
(conservaban su lengua, cultura y religión) eran muy numerosos en Aragón,
Valencia y Andalucía. En Levante, muchas tierras de cultivo eran trabajadas por
moriscos. Otros muchos se ocupaban en la construcción. Tras la caída de Granada
habían sido un serio problema en la política interior de la monarquía. Incluso se
sublevaron tras décadas de maltratos, pero fueron derrotados y dispersados. Este
decreto supuso la expulsión hasta 1616 de unas 300.000 moriscos con destino al
Magreb (norte de África), Turquía y sur de Francia. Las consecuencias de la
expulsión fueron muy negativas a medio plazo para la agricultura y la economía
del levante español, produciéndose un vacío demográfico y una recesión de la
economía agraria y de las rentas señoriales.

22. Paz de los Pirineos: Tratado de paz firmado por las coronas española y francesa el
7 de noviembre de 1659 para finalizar un conflicto iniciado entre los dos países en
el contexto histórico de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), iniciada por
motivos religiosos entre protestantes y católicos. Tras esta paz, España cedería el
liderazgo europeo a la Francia de Luis XIV. Tras 25 años de guerra y siglo y medio
de rivalidad, España y Francia estaban exhaustas. España había sido derrotada en
la batalla de Las Dunas (1658) y Francia tenía graves problemas internos con la
revuelta de la Fronda (1648-1653). Tras la paz de Westfalia (1648) prosiguió la guerra
franco-española porque Francia se había anexionado Alsacia y Lorena y cerraba
el camino español que unía las posesiones españolas en Flandes y en el norte de
Italia. Ambos países necesitaban la paz. En la isla de los Faisanes (frontera franco-
española en el río Bidasoa), los representantes de ambos monarcas, Luis de Haro
(Felipe IV) y el Cardenal Mazarino (Luis XIV), debatirán durante meses los términos
del acuerdo por el que Francia obtuvo un crecimiento territorial al recibir el
condado de Artois y una serie de plazas fuertes en Flandes, Henao y Luxemburgo,
así como los territorios catalanes del Rosellón y la Cerdaña; a cambio, devolvieron
a España el Franco Condado y las conquistas de Italia. Este tratado supuso para
Francia la hegemonía en Europa y se fijó la frontera con España desde entonces
siguiendo los Pirineos. Así mismo se concertó el matrimonio de la infanta María
Teresa, hija de Felipe IV con Luis XIV de Francia en San Juan de Luz. Dicho enlace
supondrá a la larga la venida de los Borbones al trono de España.
2º Bach. Historia de España
TEMA 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS
BORBONES (1700-1788)

23. Guerra de Sucesión Española: Conflicto dinástico y bélico ocurrido entre 1701-1714,
tras la muerte de Carlos II de Habsburgo (1700), último rey de los Austrias, al dejar
en herencia el trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. La muerte sin
descendencia del rey Carlos II de Habsburgo provocó, por un lado, un conflicto
internacional y, por otro, una guerra civil española. La entronización de Felipe de
Anjou (Felipe V) como heredero, provocó el rechazo de la Gran Alianza (Gran
Bretaña, Austria, Holanda y Saboya), lo que provocó el inicio del conflicto
internacional, puesto que estos países querían en el trono de España al archiduque
Carlos de Austria y no querían al nieto de Luis XIV. Castilla, las Vascongadas y
Navarra apoyaron a Felipe con la ayuda de Francia, mientras los reinos de la
corona de Aragón apoyaron al archiduque Carlos de Austria, al considerar éstos
que el archiduque mantendría una postura respetuosa con sus fueros. Las batallas
de Almansa, Brihuega y Villaviciosa dieron ventaja a Felipe V. Sin embargo, el
aspirante archiduque Carlos de Austria fue coronado emperador en 1711, y la
Gran Alianza decide romperse en aras del equilibrio europeo, abandonando la
guerra. Por su parte, Felipe V renunció a la corona de Francia, y ambos grupos de
contendientes firmaron los tratados de paz de Utrecht (1713) y Rastadt (1714) para
garantizar el equilibrio europeo. Estos tratados de paz establecieron un nuevo
mapa político en Europa. Los grandes beneficiarios fueron Austria (que recibió el
Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña) y Gran Bretaña, que adquirió territorios
como Menorca, Gibraltar. En España, la guerra civil continuó hasta septiembre de
1714 cuando las tropas borbónicas tomaron Barcelona. Felipe V, tras su victoria,
abolió todos los fueros menos los de Navarra.

24. Decretos de Nueva Planta: Conjunto de leyes (disposiciones centralizadoras)


promulgadas por Felipe V entre 1707 y 1716 y que suprimieron el gobierno propio
de los reinos de antigua Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y
Mallorca) como castigo por haber apoyado al archiduque Carlos de Austria en la
Guerra de Sucesión española. Por derecho de conquista se desmantelaron las
instituciones (las Cortes, las diputaciones, etc), se abolieron sus leyes propias
(fueros) y se sustituyeron por las leyes e instituciones castellanas. Se suprimieron
también las aduanas interiores y la moneda propia y se estableció el castellano
como lengua obligatoria. Así mismo, los reinos pasaron a convertirse en provincias
gobernadas por capitanes generales en lugar de virreyes. En 1707 se promulgó el
primer decreto que abolía los fueros de Aragón y Valencia, tras la batalla de
Almansa. El segundo decreto se promulgó en 1715 para el reino de Mallorca,
aunque conservaron sus instituciones. El tercer decreto se promulgó en 1716 en el
principado de Cataluña, eliminando sus instituciones. Sólo las Vascongadas y
2º Bach. Historia de España
Navarra mantuvieron sus prerrogativas históricas (fueros, aduanas e instituciones)
como premio a su fidelidad a Felipe V. De esta manera, excepto a Navarra, se
impuso la organización político administrativa de Castilla y así toda España
constituyó una única estructura de carácter uniforme, dando un paso
fundamental en el proceso de centralización (unificación) que había comenzado
con la unión dinástica de los Reyes Católicos. Navarra continuará como reino
hasta 1841, con la promulgación de la Ley Paccionada.

25. Despotismo Ilustrado: Forma de gobierno reformista característica de algunas


monarquías absolutas de Europa Occidental durante el Antiguo Régimen,
especialmente en la segunda mitad del siglo XVIII, que incorpora al absolutismo
político ideas propias de la Ilustración, pero sin amenazar un fundamento esencial
del Antiguo Régimen: el Absolutismo político. La monarquía absoluta se legitimaba
como propulsora de reformas económicas, administrativas y culturales mediante
el ejercicio de un correcto gobierno y la intervención del Estado en las actividades
económicas con el objetivo de estimular la producción y aumentar la riqueza del
reino y sus habitantes. El estado, así, intervenía con sus recursos y leyes en todos los
campos de la vida social. Su lema “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”
describe esa aspiración de progreso y racionalidad impulsando reformas y
desarrollo cultural. La corona asume los valores de la ilustración siendo ejemplo de
reyes ilustrados por ejemplo José II en Austria, Federico de Prusia o la zarina
Catalina de Rusia. En España, el monarca que impulsó todas esas reformas fue
Carlos III, que se rodeó de ministros ilustrados como Campomanes, el conde de
Aranda y Floridablanca, y puso en práctica esta forma de gobierno aplicando un
programa de reformas, entre las que aparecían reformas económicas, medidas
liberales, reformas sociales (declaró honestas todas las profesiones), urbanas
(mejora de las infraestructuras tales como alcantarillado, alumbrado y
adoquinado) y educativas (apoyo a la reforma universitaria y creación de las
Sociedades de Amigos del País) y defendió las prerrogativas del monarca frente a
la Iglesia.
Historia de España
BLOQUE 3

TEMA 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LIBERALISMO FRENTE ABSOLUTISMO (1788-1833)

5.1. LA CRISIS DE 1808 Y LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

5.1.1. Introducción: Reinado de Carlos IV.

5.1.2. La crisis de 1808.

5.1.3. Guerra de la Independencia (1808-1814)

5.2. LA REVOLUCIÓN LIBERAL: LAS CORTES DE CÁDIZ. CONVOCATORIA Y OBRA LEGISLATIVA.

5.2.1. Revolución liberal.


5.2.2. Cortes de Cádiz: convocatoria.

5.2.3 Cortes de Cádiz: obra legislativa y la Constitución de 1812.

5.3. EL REINADO DE FERNANDO VII: EL ENFRENTAMIENTO ENTRE ABSOLUTISMO Y LIBERALISMO


5.3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)

5.3.2. El Trienio Liberal (1820-1823)

5.3.3. La Década Ominosa o absolutista (1823-1833)


Historia de España
TEMA 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LIBERALISMO FRENTE ABSOLUTISMO (1788-
1833)

5.1. LA CRISIS DE 1808 Y LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

5.1.1 INTRODUCCIÓN: El Reinado de Carlos IV (1788-1808)

En 1788, tras la muerte de Carlos III, accedió al trono su hijo Carlos IV. Un año
después, la Revolución Francesa (1789)
inició un proceso que derrumbó el Antiguo
Régimen y abrió paso al liberalismo Recuerda:
político, a la sociedad capitalista y a la Ilustración: Movimiento cultural que surgió en el siglo
sociedad de clases. XVIII y que promovió el uso de la razón para alumbrar a
la humanidad y construir una sociedad mejor. Buscaban
El monarca absolutista Carlos IV intentó reformar el Antiguo Régimen, pero sin cuestionarlo. Sus
ideas de progreso y reformas fueron asimiladas por el
continuar la política reformista liberalismo.
(Despotismo ilustrado) de su padre, pero
Antiguo Régimen: Fue el término que los
su reinado marcó el inicio de la crisis del revolucionaros franceses utilizaron para designar al
Antiguo Régimen (Absolutismo) y el sistema político, económico y social anterior a la
Revolución Francesa. Coincide con la Edad Moderna
comienzo del Nuevo Régimen (1492-1789). Se caracteriza por un sistema político de
(Liberalismo), y con ello la Edad monarquía absoluta (“El Estado soy yo”), sistema
económico de transición del feudalismo al capitalismo.
Contemporánea en España. Una sociedad dividida en estamentos (nobleza, clero,
tercer estado o pueblo llano).

Características del reinado de Carlos IV:

1. El gobierno de un valido: Al principio de su reinado, Carlos IV mantuvo a los


ministros ilustrados de su padre (Floridablanca, Aranda, Jovellanos…) pero ante
la compleja situación generada por la expansión de las ideas revolucionarias,
congeló todas las reformas y nombró valido al joven militar Manuel Godoy
(1792), hombre de máxima confianza y principal ejecutor de la política del
Historia de España
monarca. La política de Godoy suscitó cada vez más oposición, especialmente
por parte de los privilegiados, que irían cerrando filas y agrupándose en torno
al Príncipe de Asturias y heredero al trono, Fernando (el futuro Fernando VII).

2. La influencia de la Revolución Francesa (1789-1792): Las ideas de libertad de la


revolución, a pesar del intento de Floridablanca de cerrar las fronteras, se
difunden e influyen en la política española. Los liberales defenderán los
principios de la Revolución Francesa, de libertad, igualdad y ley.

3. Política exterior: La ejecución del monarca francés Luis XVI impulsó a Carlos IV,
en coalición con otras monarquías absolutas, a declarar la guerra a Francia
(1793-1795). Así dio comienzo la Guerra de la Convención, pero España fue
derrotada y esto hizo que España quedara subordinada a los intereses
franceses mediante la Paz de Basilea (1795) y el Tratado de San Ildefonso (1796).
A partir de ese momento, y desde el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte
(1799), se establece una política de alianza con Francia, para evitar al
poderoso ejército napoleónico, pero esta alianza provoca un enfrentamiento
con Gran Bretaña por el dominio marítimo, materializándose finalmente en la
derrota de la armada franco-española por la británica en la batalla de
Trafalgar de 1805 (en Caños de Meca, Cádiz).

5.1.2. LA CRISIS DE 1808

La derrota naval agravó la crisis de la Hacienda y ante esta situación, Godoy


planteó la desamortización de tierras, recibiendo la fuerte oposición de la nobleza
y clero. El campesinado también se oponía a Godoy, por la subida de impuestos y
además, Fernando, hijo de Carlos IV, también se oponía a Godoy, ya que veía en
su figura un peligro para llegar al trono.
Historia de España
La situación empeora cuando Godoy, con la aprobación de Carlos IV, busca el
apoyo de Napoleón y firma el Tratado de Fontainebleau (1807), que permitía la
entrada de los ejércitos napoleónicos en España para atacar Portugal, aliada de
Gran Bretaña y repartirse Portugal entre las familias de Godoy y Napoleón.

Las tropas francesas entraron en febrero de 1808 y fueron ocupando plazas


estratégicas (Barcelona, Vitoria, ...). La llegada de las tropas a Madrid supuso la
huida de la familia real a Aranjuez, donde el 19 de marzo de 1808 se produciría el
episodio clave en la crisis de la monarquía: el Motín de Aranjuez. En él, soldados,
campesinos y sirvientes del palacio, apoyados por los sectores afines (nobleza y
clero) al príncipe Fernando, provocaron la destitución de Godoy y la abdicación
de Carlos IV en su hijo Fernando. Los amotinados consiguieron sus objetivos.

Ante tal situación, Carlos IV pidió ayuda a Napoleón por lo que el emperador
francés reunió a padre e hijo en Bayona con el fin de resolver sus diferencias. Una
vez allí́, les obligó a traspasarle el trono mediante las llamadas “Abdicaciones de
Bayona”, por las que la Corona pasó de Fernando a Carlos y de él a Napoleón,
quien nombró rey de España a su hermano José. Esta “jugada” de Napoleón es lo
que se conoce como “Farsa de Bayona”. Así, España quedaba incluida en la red
de estados satélites que el emperador había diseñado para Europa, en los que
situaba al frente a gente de confianza.

El nuevo monarca, quiso ganarse parte del favor popular, proclamando el Estatuto
de Bayona, una Ley Fundamental para liquidar el Antiguo Régimen. En realidad,
era una “carta otorgada” basada en los principios del liberalismo político (abolición
de los privilegios, igualdad legal, fiscal y política, etc.).

Pero la mayoría de la población española veía a José I como un monarca


ilegítimo. Así, el 2 de mayo de 1808, se alzaron contra la presencia francesa
originando el estallido de la Guerra de la Independencia (1808-1814).
Historia de España
5.1.3 LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814)

Ante la salida de los últimos representantes de la familia real hacia Francia, el


pueblo de Madrid se alzó contra las tropas francesas el 2 de mayo de 1808. Los
levantamientos fueron reprimidos duramente por Murat, pero su ejemplo se
extendió por todo el país.

La resistencia popular a la invasión francesa se organizó formando Juntas (Sevilla,


Valencia, Zaragoza y Oviedo) que asumieron la autoridad en nombre del pueblo.
Para lograr el apoyo militar y económico de Reino Unido, enemiga de Francia, era
necesario formar un gobierno unificado y para ello los delegados de las juntas
provinciales se reunieron en Aranjuez donde constituyeron la Junta Suprema
Central (septiembre de 1808) que reconoció al rey Fernando VII como legítimo rey,
además de asumir la dirección de la guerra y la gobernación del país hasta el
retorno del monarca. Además, fue la encargada de tramitar la convocatoria a
Cortes que darían como resultado la elaboración de la primera Constitución en la
Historia de España, la Constitución de 1812.

En este período, una minoría de españoles, intelectuales, ilustrados y parte de la


nobleza, aceptaron al monarca francés, y fueron llamados afrancesados. El resto
de la población que se opuso a la invasión, fueron denominados patriotas. Entre
los patriotas se encontraba el clero, nobleza, reformistas fieles a Fernando, y por
otro lado también liberales (burgueses, comerciantes, profesionales…) que veían
en la guerra una oportunidad para implantar un sistema político liberal.

Etapas de la guerra:

1. Fase inicial: Mayo-octubre de 1808


El poderoso ejército de Napoleón creyó que la invasión sería fácil y rápida pero el
sitio de ciudades como Zaragoza y Gerona inmovilizó a parte del ejército que no
pudo avanzar hacia el Levante. Por otro lado, las tropas francesas fueron
derrotadas en Bailén (Jaén) el 19 de julio de 1808, lo que supuso un duro golpe
para el ejército francés. Esta derrota obligó a José́ I a abandonar Madrid y las
tropas napoleónicas retrocedieron hasta el norte (Valle del Ebro).
Historia de España

2. Hegemonía militar francesa: octubre 1808-Julio 1812


La derrota en Bailén hizo que Napoleón se desplazara a España al frente de un
ejército de 250.000 hombres (“La Grande Armée”). Su contraofensiva fue
imparable y el ejército tradicional español fue incapaz de frenar a las tropas
francesas. La victoria napoleónica en la Batalla de Somosierra (octubre 1808),
permitió́ que en pocas semanas José́ I regresara a Madrid y la Junta Suprema
Central se viera obligada a huir, primero a Sevilla y después a Cádiz. La victoria
francesa en Ocaña (noviembre de 1809) y el avance hacia el sur permitieron a
Napoleón controlar casi toda España, solo Cádiz y el levante peninsular quedaron
libres. A principios de 1812, las tropas napoleónicas alcanzaron el máximo control
sobre el suelo español con el dominio de Valencia. Sin embargo, la resistencia se
llevó a cabo mediante una forma espontánea, popular y muy eficaz: las guerrillas.
Sus miembros (grupos formados por antiguos soldados, voluntarios y civiles y hasta
bandoleros) conocían muy bien el terreno y atacaban por sorpresa. Esto supuso un
decantamiento hacia el lado español en la guerra. Además, el avance francés
provocó que UK decidiese entrar en la guerra.

3. Fase final: Julio 1812- 1814

En 1812 Napoleón inició la guerra en Rusia, pero los efectos adversos de la


campaña de Rusia obligaron al emperador a retirar tropas de España para
centrarse en otras zonas de Europa. Esta situación fue aprovechada por las tropas
españolas que organizaron una gran ofensiva apoyados por los aliados (británicos
y portugueses), que dirigidos por el general Wellington lograron la victoria en
Arapiles (Salamanca), Vitoria y San Marcial (cerca de Irún). Las Cortes españolas
nombraron al inglés comandante en jefe de los ejércitos españoles, que actuaron
desde entonces completamente bajo su mando. El avance de las tropas anglo-
españolas obligaron a José́ I y a los franceses a abandonar Madrid y al ejército
francés a cruzar la frontera hispanofrancesa. Finalmente, la derrota de Napoleón
en Leipzig (Alemania, 1813) en la guerra europea y la incapacidad de Napoleón
de mantener ambas guerras (Rusia y España), hizo que en diciembre de ese mismo
Historia de España
año firmara con Fernando VII el Tratado de Valençay (1813), por el que reconocía
a Fernando VII como rey de España y se daba por finalizada la Guerra de la
Independencia o Guerra del francés.

5.2. LA REVOLUCIÓN LIBERAL: LAS CORTES DE CÁDIZ. CONVOCATORIA Y OBRA


LEGISLATIVA.

5.2.1 LA REVOLUCIÓN LIBERAL

Durante la guerra se enfrentaron también dos modelos políticos: el reformista


francés, encarnado por José Bonaparte, y el liberal español, que se fue
produciendo a lo largo de la guerra y culminó en las Cortes de Cádiz.

a) Modelo político de José Bonaparte: se rodeó de ilustrados y afrancesados


españoles para dar a su reinado una legitimidad de la que carecía. Para ello se
convocó una asamblea de notables españoles en Bayona con el fin de aprobar
una nueva ley fundamental conocida como Estatuto de Bayona. Esta carta
otorgada, de un reformismo moderado, tampoco se llegó a aplicar en toda su
extensión a causa de la guerra. Con esta ley se creaba un régimen autoritario
basado en un poder casi absoluto del rey. Además, establecía unas Cortes en las
que estaban representados los tres elementos. José I
Intentó desligarse en cierto modo de Napoleón,
creando un régimen autónomo, pero no lo logró Carta otorgada: declaración oral por el
cual el rey se comprometía a gobernar a
debido a la dependencia militar y económica que sus súbditos de una forma despótica.
Suponía de hecho una pseudo
tenía con respecto a Francia. Sin embargo, a pesar de
constitución para el estado, si bien en
todo, quiso introducir alguna reforma como la lugar de ser dictada por el pueblo, la carta
otorgada surgía del poder absolutista
abolición de ciertos derechos señoriales, la división del
anterior, el rey.
país en distritos y la supresión de la Inquisición, medidas
que luego eliminará Fernando VII.
Historia de España
b) Modelo político nacional de corte liberal: mientras tanto, a lo largo de la guerra
se fue gestando un nuevo régimen político promovido por los españoles que no
acataban ni apoyaban a José Bonaparte ni a las instituciones del Antiguo Régimen
que colaboraba con él.

Se produjo por tanto una auténtica revolución política, ya que surgieron una serie
de instituciones cuya única legitimidad procedía del pueblo español. Entre esas
instituciones, las más importantes fueron las juntas, organismos de ámbito local y
provincial compuestos por ilustrados, militares, clérigos y otras personalidades
políticas elegidas por los ciudadanos.

La necesidad de coordinarse política y militarmente obligó a formar juntas


supremas provinciales y una Junta Suprema Central en Aranjuez (septiembre 1808),
que se encargó (ejecutiva y legislativamente) de organizar el país y la guerra en
ausencia del rey Fernando VII. Esta constaba de 35 miembros, la mayoría de ellos
nobles reformistas cuya figura más representativa fue Jovellanos.

5.2.2 LAS CORTES DE CÁDIZ: CONVOCATORIA

La llegada de Napoleón en noviembre de 1808 y la capitulación de Madrid, obligó


a la Junta Suprema Central a disolverse y a desplazarse a Extremadura y después
a Sevilla, estableciéndose finalmente en Cádiz, en enero de 1810, por su ambiente
liberal al estar libres de la ocupación francesa y ser fácil de defender ya que
estaba protegida por la marina británica.

Ese mismo año, la Junta Central, en nombre del rey, decidió poner fecha a la
composición de las Cortes, en un principio, el 1 de marzo. El 29 de enero se expidió
el último decreto de la Suprema Junta, por el cual, ésta se disolvía y daba paso al
Consejo de Regencia de España e Indias, que acabaría organizando dichas
Cortes.
Historia de España
El proceso de elección de los diputados fue difícil por estar en guerra, pero
finalmente se celebró la primera sesión en septiembre de 1810, con una cámara
única (frente a la tradicional cámara estamental) reuniendo a todos los
representantes llegados de distintos lugares de España en una misma asamblea
constituyente y autoproclamándose representantes de la soberanía nacional. En
su mayoría eran clérigos, abogados, funcionarios o militares. Había también
algunos nobles y unos cuantos comerciantes y propietarios. No figuraban entre
ellos ni artesanos, ni trabajadores de la industria ni campesinos. Por lo tanto, puede
decirse que la clase media urbana fue la protagonista de las cortes de Cádiz.

Agrupando por ideologías, los diputados reunidos en las Cortes pertenecían a tres
grupos:

• A la izquierda, los liberales, que querían cambios radicales y dotar a las


cortes de toda la soberanía.

• En el centro, los Jovellanistas, que querían establecer un compromiso entre


la nación y el rey a través de unas cortes estamentales.

• A la derecha, los absolutistas, partidarios del sistema tradicional, en el que


la soberanía del rey emanaba de Dios.

Fig. 1.: Composición de las Cortes de Cádiz


Historia de España
5.2.3 CORTES DE CÁDIZ: OBRA LEGISLATIVA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Las cortes funcionaron desde 1810 hasta septiembre de 1813, aumentando el


número de diputados constantemente en tres años, de 100 a 223. El 23 de
diciembre de 1810, se creaba una comisión encargada de elaborar un proyecto
de constitución. Además, de esta reforma política se plantearon también reformas
sociales y económicas:

1. Reformas políticas: Constitución de 1812 (Promulgada el 19 de marzo “La


Pepa”, por coincidir con la festividad de San José)
http://bicentenariocadiz1812.es. La Pepa constituye la primera Ley
Fundamental aprobada por un parlamento en la Historia de España y su
contenido fue muy avanzado para la época. Además, se convirtió́ en un
referente, no solo en la Península, sino también en Europa y América.

Sus principios se basan en la Constitución francesa de 1791:

• Soberanía nacional, la nación es el conjunto de todos los ciudadanos y


el poder de decisión reside en la nación. Dicho derecho lo ejerce a
través del voto. El sufragio es masculino.
• El Estado se estructura según la división de poderes: el legislativo en
manos de las Cortes unicamerales, encargadas de elaborar leyes,
aprobar presupuestos y de los acuerdos internacionales; el ejecutivo en
manos del rey y del Gobierno que él designará; y el poder judicial,
competencia de los tribunales que eran órganos independientes. Así se
establecieron los principios básicos de un Estado de derecho (códigos
únicos en materia civil, criminal y comercial, garantías en los procesos,
etc.).
• Monarquía parlamentaria: el monarca es el cabeza del poder ejecutivo,
pero debe gobernar delimitado por un Parlamento.
• Declaración de los derechos del ciudadano: libertad, igualdad ante la
ley y derecho a la propiedad.
• Desarrollo de la administración local gracias a una nueva organización
territorial en provincias, que serán gobernadas por las diputaciones
Historia de España
provinciales y los ayuntamientos, con cargos electos como los alcaldes
y diputados.
• Creación de la Milicia Nacional, para defender la nación y la
Constitución liberal.
• Afirmación del catolicismo como religión única y oficial del Estado.

2. Reformas sociales y económicas: Conjunto de leyes y decretos destinados


a eliminar el Antiguo Régimen y organizar el Estado como un régimen liberal,
tales como:
• Supresión de los señoríos jurisdiccionales que ya no pueden administrar
justicia. Sin embargo, se mantienen los señoríos territoriales con lo que los
antiguos señores quedan todavía como propietarios de las tierras.
• Se decreta la desamortización de tierras: el Estado se apropia de las
tierras que vende en subasta para recaudar dinero.
• Abolición de la Inquisición.
• Anulación de las aduanas internas, unificando el mercado.
• Establecimiento de la enseñanza primaria obligatoria.

La Constitución apenas pudo aplicarse debido a la guerra y a la oposición de los


sectores absolutistas que ansiaban el regreso de Fernando VII. Su vuelta a España
en 1814, truncó definitivamente el proyecto reformista y liberal de Cádiz, pero su
espíritu y programa fueron una referencia durante la mayor parte del s. XIX y se
convirtió́ en un mito para el liberalismo universal y un modelo para las revoluciones
liberales.

En cualquier caso, estas medidas liberales marcarán los inicios de la


modernización de España.
Historia de España
5.3. EL REINADO DE FERNANDO VII: EL ENFRENTAMIENTO ENTRE ABSOLUTISMO Y
LIBERALISMO.

Fernando VII había abandonado España como un monarca absoluto y debía


regresar en 1814, finalizada la Guerra de la Independencia con la firma del Tratado
de Valençay (dic. 1813), como un monarca constitucional.

5.3.1. EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814-1820)

La derrota de Napoleón, en la batalla de Waterloo (1815), inició en Europa el


período de la Restauración, que se prolongó hasta 1848. La Restauración fue un
sistema político diseñado en el Congreso de Viena (promovido por el Canciller
Metternich) por las grandes potencias vencedoras (Austria, Prusia, Rusia y Gran
Bretaña), con el objetivo de restablecer el absolutismo e impedir nuevos
movimientos revolucionarios liberales. Para ello crearon la Santa Alianza, que
garantizaba la defensa del absolutismo y el derecho de intervención en cualquier
país para frenar el avance del liberalismo.

En 1814 Fernando VII regresa a España, procedente de Francia con mentalidad


absolutista. Los liberales, desconfiados, dispusieron que viajara directamente a
Madrid para jurar la Constitución de 1812 pero Fernando VII, “El Deseado”, se negó
a seguir el camino propuesto por la Junta de Regencia y entró en Valencia, donde
un grupo de diputados absolutistas le entregaron un documento llamado
“Manifiesto de los Persas” en el que le piden que rechace el liberalismo y restaure
el absolutismo. El monarca promulgó el Decreto de 4 de mayo de 1814, por el que
disolvió las Cortes, anuló la Constitución de Cádiz y anunció la vuelta al
absolutismo, además de promover una dura represión contra los liberales, teniendo
que marchar muchos de ellos al exilio.

Nada más llegar, ante el estupor de la mayoría de la población, la monarquía


restauró todas las instituciones del Antiguo Régimen, como el régimen señorial y la
Historia de España
Inquisición, los gremios o los antiguos Consejos, restaurando la jurisdicción señorial
y sus privilegios sobre los campesinos. Además, abolió́ la libertad de prensa.

Sin embargo, tuvo que hacer frente a una serie de problemas:

- País destrozado por la Guerra de la Independencia (1808-1814), pérdida de


vidas que arruinaron al campesinado y paralizaron el comercio.
- Hacienda en bancarrota, elevados gastos militares por la emancipación de
las colonias americanas.
- Cambio en la mentalidad de muchos grupos sociales que no encajaban
con la restauración del sistema absolutista: El campesinado había dejado
de pagar rentas señoriales, la libertad de comercio había permitido el
desarrollo de empresas y negocios más allá de la rigidez del sistema de
gremios. Además, la integración de jefes de la guerrilla en el ejército originó
un sector liberal.

La ineficacia del monarca, su desconfianza, y unos gobiernos incapaces de


solucionar los problemas, facilitó la oposición política liberal. Durante este período,
se organizaron diferentes pronunciamientos (rebelión militar frecuente durante el
siglo XIX), como el realizado por Francisco Espoz y Mina en Navarra (1814) o el de
Francisco Milans del Bosch en Barcelona (1817). Pero todos ellos fracasaron y
algunos de sus protagonistas fueron obligados al exilio o incluso fusilados.

Sin embargo, hubo un pronunciamiento que sí tuvo éxito. El 1 de enero de 1820, el


oficial Rafael del Riego, se sublevó con sus tropas en Cabezas de San Juan (Sevilla)
proclamando el liberalismo y la defensa de la Constitución de 1812. El
pronunciamiento triunfó obligando a Fernando VII a aceptar la Constitución
(“marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”).
Historia de España
5.3.2 EL TRIENIO LIBERAL (1820-1823)

Los liberales, de nuevo en el gobierno, iniciaron rápidamente importantes reformas


legislativas bajo “el espíritu de Cádiz”:

- Supresión definitiva del Tribunal de la Inquisición (1820)


- Abolición del régimen señorial.
- Abolición de los gremios. Liberalización de la industria y el comercio con la
eliminación de trabas y potenciando así el desarrollo de la burguesía.
- Desamortización de tierras de los monasterios.
- Legislación sobre enseñanza: “Reglamento general de Instrucción pública”
(educación en tres grados (primario, secundario y universitario).
- Modernización de la política y la administración con la división del territorio
español en 52 provincias, formación de ayuntamientos y diputaciones.
- Creación de la Milicia Nacional, formada por ciudadanos armados para
defender el Liberalismo y la Constitución de 1812. También se reformó el
ejército.
- Libertad de prensa y reconocimiento de una serie de derechos individuales.
- Se promulgó un primer Código Penal (1822),

En este período (que solo dura 3 años) tampoco hay una estabilidad política, ya
que el sistema político parlamentario que quieren establecer los liberales es
impracticable con un monarca que no participaba en política y que paralizaba
cuentas leyes podía y conspiraba contra el gobierno con el apoyo de la oposición
absolutista. Las reformas liberales provocaron el descontento de los campesinos,
ya que los antiguos señores se convirtieron en nuevos propietarios, y los campesinos
en arrendatarios, obligados a vender sus productos para pagar el alquiler de las
tierras sin ver contempladas sus aspiraciones básicas como el acceso a la
propiedad de la tierra o la reducción de impuestos. De este modo, los campesinos
se encontraban más pobres e indefensos. Tampoco la sociedad tenía una cultura
parlamentaria. Por su parte, la Iglesia, afectada por la venta de bienes monacales
Historia de España
se sumó a la revuelta contra el gobierno del Trienio. En 1822, absolutistas realistas
apoyados por campesinos y eclesiásticos se sublevaron en Cataluña y Navarra.

Las tensiones produjeron también una división del liberalismo en dos facciones o
grupos:

• Los doceañistas o moderados, partidarios de reformas limitadas que no


afectasen a las élites sociales. Una transición moderada del Antiguo
Régimen al Nuevo. Sus integrantes participaron en la Constitución de
1812 y gobernaron hasta 1822.
• El intento de golpe de Estado de la Guardia Real del 6-7 de julio 1822
descubierto por la Milicia Nacional y el Ayuntamiento de Madrid,
cambió el signo político de esta etapa y dio paso al gobierno de los
veinteañistas o exaltados, planteaban reformas radicales favorables a
las clases medias y populares. Gobiernan a partir de marzo de 1822 hasta
el final del Trienio en 1823 (el General Riego, o Mendizábal).

Sin embargo, no fue ni las divisiones internas ni la oposición de carácter absolutista


(realistas, eclesiásticos, campesinos) las que acabaron con el régimen liberal, sino
la actuación de la Santa Alianza, que a petición de Fernando VII, encargó a
Francia la intervención militar.

La expedición denominada “Cien Mil Hijos de San Luis”, dirigida por el duque de
Angulema, irrumpió en España en 1823. La resistencia fue escasa, a diferencia de
lo que ocurrió́ en 1808 y en junio, el gobierno y las Cortes huyeron a Cádiz donde
resistieron hasta septiembre, por lo que se restableció a Fernando VII como
monarca, que volvió más absolutista y radical que en 1814.
Historia de España
5.3.3 LA DÉCADA OMINOSA (1823-1833)

La Santa Alianza restableció el Absolutismo, Mariana Pineda (1804-1831)


pero las potencias restauradoras
consideraban necesarias algunas reformas
moderadas para acabar con la constante
agitación política que vivía el país.

El monarca no se avino a estas peticiones y


como en 1814, se produjo una feroz represión “Yo soy la libertad, herida por los
contra los liberales, muchos de ellos tuvieron hombres”
que exiliarse al Reino Unido y Francia. Durante
toda la década se persiguió a los seguidores de las
ideas liberales, depuró el ejército y expulsó a miles de
funcionarios (especialmente docentes), políticos, e intelectuales. El ajusticiamiento
de la granadina Mariana Pineda en 1831 por el delito de bordar una bandera
liberal (colores que luego integrarían la bandera republicana) se convirtió en un
caso emblemático de la represión fernandina.

Además, las dificultades de la Hacienda, agravadas por la pérdida definitiva de


las colonias americanas, forzaron un estricto control del gasto público. El rey buscó
ayuda entre liberales moderados de la burguesía, concedió un arancel
proteccionista (impuesto que pagan los productos importados), y nombró a Luis
López Ballesteros, ministro de Hacienda. Sus reformas mejoraron
considerablemente la economía española ya que, entre otras cosas promulgó el
Código de Comercio en 1829 y elaboró por primera vez los “Presupuestos
generales del Estado” para controlar el gasto público. El acercamiento del rey a
los liberales moderados aumentó la desconfianza de los realistas y ultra absolutistas,
ultraconservadores que querían medidas más fuertes para mantener la pureza del
catolicismo y de la monarquía absoluta.

La oposición política provino de estos absolutistas exaltados, realistas o carlistas,


que ya en 1827 en Cataluña se habían levantado contra el rey pidiendo el retorno
de las tradiciones (los Malcontents o agraviados, una sublevación campesina
Historia de España
financiada por los sectores más ultra absolutistas y animada por la propaganda
del clero). Fernando VII la reprimió́ con dureza, lo que terminó de propiciar el
apoyo de estos al príncipe Carlos María Isidro, hermano del rey y su previsible
sucesor, dado que Fernando VII no tenía descendencia.

Además de esto, el rey se enfrentaba al problema sucesorio. Fernando VII se casó


cuatro veces. Con su última esposa María Cristina de Borbón tuvo dos hijas, una de
ellas nacida en 1830 y de nombre Isabel.

La Ley Sálica, de origen francés e implantada por Felipe V, impedía el acceso al


trono a las mujeres, pero Fernando VII, al ver que no tenía descendencia
masculina, derogó la ley mediante la Pragmática Sanción. El sector más
ultraconservador, llamados carlistas por su apoyo a Carlos María Isidro (hermano
del rey), se negaron a aceptar esta situación. En 1832, presionaron al rey,
gravemente enfermo, para que repusiera la Ley Sálica, que beneficiaba al
hermano del rey como candidato al trono, pero no lo hizo.

Realmente, las disputas por el trono eran una lucha por imponer un modelo de
estado liberal o absolutista.

En 1833 muere Fernando VII, reafirmando en el testamento a su hija Isabel como


heredera al trono y nombrando regente a la reina Mª Cristina hasta la mayoría de
edad de Isabel. El mismo día en que muere su hermano, don Carlos se
autoproclama rey, iniciándose un levantamiento absolutista en el norte de España
y Cataluña. La regente, María Cristina, viendo peligrar el futuro en el trono de su
hija (que solo tiene 3 años), buscó apoyo en los sectores más cercanos al
liberalismo, con lo que formó un gobierno reformista que permitió el regreso de
muchos liberales. Comenzaba así la Primera Guerra Carlista (1833-1840), en el que
se enfrentarían los partidarios de Carlos María Isidro (carlistas, absolutistas, realistas)
y los partidarios de María Cristina y de Isabel II (cristinos, isabelinos, liberales).
Historia de España
TEMA 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874)

0. INTRODUCCIÓN (NO hay que estudiar)

6.1. LA PRIMERA GUERRA CARLISTA: Causas y desarrollo. Consecuencias para


Navarra

6.1.1 Causas y desarrollo.


6.1.2 Consecuencias para Navarra de la primera guerra carlista. La Ley Paccionada.

6.2. CREACIÓN DEL ESTADO LIBERAL DURANTE EL REINADO DE ISABEL II:


TRANSFORMACIONES POLÍTICAS.

6.2.1. La década moderada (1844-1854)


6.2.2. El bienio progresista (1854-1856)
6.2.3. La descomposición del sistema isabelino: La Unión Liberal y la vuelta al moderantismo

(1856-1868)

6.3. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO: LA REVOLUCIÓN DE 1868, LA CONSTITUCIÓN DE


1869 Y MONARQUÍA DE AMADEO I. LA 1ª REPÚBLICA

6.3.1. La revolución de 1868.


6.3.2. La constitución de 1869.
6.3.3. La monarquía de Amadeo de Saboya I (1871-1873)
6.3.4. La Primera República
Historia de España
TEMA 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874)

Anotación: Antes de empezar a estudiar este tema, es importante saber qué pasa en los años a la
proclamación de Isabel II como reina de España. Esto será en 1843. Antes de esto, habrá una guerra civil y
una situación política complicada, cuyas dos figuras fundamentales serán la regente Mª Cristina y el general
Espartero. NO entrará en el examen, pero sí conviene saber qué pasa en estos 10 años (1833-1843) a nivel
político.

INTRODUCCIÓN:
Muerto Fernando VII (1833), se proclama rey su hermano Carlos Mº Isidro. Según el testamento del rey, la
sucesora será su hija Isabel, que en este momento tiene tres años. Por tanto, la regente Mª Cristina será
quien esté a la cabeza del estado, mientras su cuñado y sus seguidores iniciarán una guerra para tomar
el trono, conocida como I Guerra Carlista (estudiado en el punto 6.1.) Por tanto, hasta la mayoría de
edad de Isabel, habrá unos gobiernos de transición a la vez que se libra la guerra civil en defensa de
dos modelos también confrontados: el liberal y el tradicional (carlista).
Este periodo de regencia, con gobiernos de transición, se puede dividir en 4:

1. LOS PRIMEROS GOBIERNOS DE TRANSICIÓN (1833-1836)


El testamento de Fernando VII establecía la formación de un Consejo de Gobierno para asesorar a la
regente María Cristina, presidido por Francisco Cea Bermúdez, compuesto por absolutistas moderados
que querían llegar a un acuerdo con los carlistas. Llevaron a cabo pocas reformas, solo la división
provincial (49 provincias) de España para poner fin a la centralización de la administración del Antiguo
Régimen. La I Guerra Carlista y el inmovilismo del gobierno hicieron nombrar a un nuevo gobierno capaz
de atraer el apoyo de los liberales, y se escogió a Francisco Martínez de la Rosa, el cual levó a cabo
reformas muy limitadas como la promulgación de un Estatuto Real, que no era una constitución sino un
conjunto de reglas para convocar unas Cortes, ya que seguían las mismas del Antiguo Régimen. Estas
reformas fueron insuficientes para un sector del liberalismo, que de nuevo se encontraba dividido entre
doceañistas (moderados) y exaltados (progresistas), como en el Trienio Liberal, dos tendencias que
dominarían la vida política en los siguientes decenios. La Corona y antiguos privilegiados apoyaban a
los moderados, pero la necesidad de lograr apoyos sociales fuertes y financieros contra el carlismo forzó
a la regente a nombrar un gobierno progresista.

2. LOS PROGRESISTAS EN EL PODER (1836-1837)


Los progresistas contaban con el apoyo del movimiento popular, la influencia en la Milicia Nacional y en
las Juntas revolucionarias (Juntas y Milicia fueron los principales instrumentos liberales para movilizar al
pueblo y forzar un cambio político). En el verano del 35 y 36, los progresistas organizaron revueltas
Historia de España
urbanas por todo el país. Las principales demandas de las Juntas fueron la reunión de Cortes, libertad
de prensa, nueva ley electoral, extinción del clero, y leva contra los carlistas.
Ante tal situación, en septiembre de 1835, María Cristina llamó al liberal progresista Mendizábal a formar
gobierno. Rápidamente tomó medidas para conseguir recursos financieros para organizar la guerra. Su
principal labor fue la desamortización eclesiástica (venta de las propiedades de la Iglesia), que provocó
el rechazo de los sectores católicos de la sociedad. Además, estallaron revueltas en muchas ciudades
para restablecer la Constitución de 1812 y quema de conventos. El levantamiento de sargentos en La
Granja, residencia real de verano, obligó a la reina a restablecer la constitución y entregar el poder a
otro progresista: Calatrava.
Entre 1836 y 1837, los progresistas asumieron la labor de desmantelar las instituciones del Antiguo
Régimen e implantar un sistema liberal, constitucional y parlamentario. Para ello, realizaron dos grandes
medidas:

o la reforma Agraria Liberal


o la Constitución de 1837.

§ La Reforma Agraria Liberal


La labor más importante se centró en la REFORMA AGRARIA LIBERAL (se estudiará en el tema 7), que
consagraba los principios de la propiedad privada y de libre disponibilidad de la tierra. Se llevó a cabo
a partir de tres grandes medidas.
- Disolución del régimen señorial: ya iniciada en las Cortes de Cádiz, por la cual los señores
Muy pierden las atribuciones jurisdiccionales, pero mantienen la propiedad y muchos
importante campesinos pasaron a ser arrendatarios o jornaleros.
- Desvinculación: fin de las vinculaciones (mayorazgo) que perpetuaban las posesiones en
manos de una familia. Se establece la libertad de venta.
- Desamortización, desde Godoy había sido un recurso vender las tierras de la Iglesia y de los
ayuntamientos para conseguir recursos para el Estado. Mendizábal en el 36, decretó la
disolución de las órdenes religiosas (menos las dedicadas a la Enseñanza y asistencia
sanitaria), y la incautación de sus bienes. Los bienes eclesiásticos fueron puestos a la venta
mediante subasta, con lo que el Estado lograba recursos para recuperar la deuda y los
nuevos compradores se comprometían con el liberalismo.
En resumen, estas medidas que transformaron el régimen de la propiedad junto con otras medidas
encaminadas al libre funcionamiento del mercado completaron el marco jurídico para el liberalismo
económico en España.

Muy
§ La Constitución de 1837
importante
Además de reformas en el plano económico, este período de gobierno progresista convocó unas
Cortes para adaptar la Constitución de 1812 a los nuevos tiempos. El texto constitucional
Historia de España
proclamaba algunos de los principios básicos del progresismo: soberanía nacional, derechos del
ciudadano, división de poderes y aconfesionalidad del Estado. También eliminaron la censura en la
prensa y establecieron el sufragio censitario, aumentado el censo. De este modo, tenían derecho a voto
varones de 25 años con un determinado nivel de renta.

3. ALTERNANCIA EN EL PODER: GOBIERNO MODERADO (1837-1840)


A partir de ese momento quedaría configurado un sistema de partidos con base moderada y
progresista, que se alternarían en el poder durante el reinado de Isabel II. Pero la intromisión constante
de militares, por el poder que habían adquirido gracias a las guerras carlistas, fue determinante en el
funcionamiento de todos los gobiernos en este período.
Una vez aprobada la Constitución de 1837, se convocaron elecciones ganadas por los moderados, que
llevaron a cabo medidas para frenar el progresismo anterior, como la Ley de Ayuntamientos o la
devolución de bienes al clero. El apoyo de la regente a los moderados provocó un movimiento
insurreccional en torno al general Espartero, vencedor de la guerra carlista, que con gran apoyo popular
asumió el poder.

4. ALTERNANCIA EN EL PODER: La regencia (PROGRESISTA) de Espartero (1840-1843)


Espartero convocó elecciones que dieron la mayoría parlamentaria a los progresistas. Gobernó con
autoritarismo apoyado por una camarilla de militares llamados los ayacuchos, perdiendo
progresivamente popularidad. Los moderados, con los generales Narváez y O´Donnell, Protagonista
aprovecharon el aislamiento de Espartero para conspirar y provocar su abandono del del período:
gobierno. En 1843 abandona la regencia y las Cortes se ven obligadas a adelantar la Espartero
mayoría de edad de la reina para ser proclamada con tan sólo trece años. Así se iniciará
el reinado de Isabel II que durará hasta su caída del trono gracias a la revolución de la
“Gloriosa” en 1868.
Historia de España
6.1. LA PRIMERA GUERRA CARLISTA (1833-1840). Causas y desarrollo. Consecuencias para
Navarra

ACLARACIÓN: es importante entender que mientras ocurre la Guerra Carlista (punto


6.1) ocurre todo lo explicado en la introducción de este tema. En total, hay 3 guerras
carlistas, pero nos vamos a centrar solo en la primera.

6.1.1. CAUSAS Y DESARROLLO:

ü Causa del conflicto:


La cuestión sucesoria: En 1833 muere Fernando VII y comienza la regencia de su
esposa, María Cristina, hasta que su hija Isabel cumpla la mayoría de edad. los
partidarios de Carlos Mª Isidro se negaron a reconocer a Isabel como legítima
sucesora al trono y se sublevaron contra el gobierno de la regente Mª Cristina. El
propio Carlos difundió́ el “Manifiesto de Abrantes” en el que reclamó sus derechos al
trono y se proclamó rey de España Los insurrectos le proclamaron rey como Carlos V,
confiando en su persona la defensa del absolutismo y de la sociedad tradicional. Se
inicia así una larga guerra civil que enfrenta dos posturas ideológicas y dos maneras
de concebir el modelo de estado.

El enfrentamiento ideológico: (Carlistas vs. Liberales)

- El carlismo, ideología tradicionalista y antiliberal que recogía la herencia de


movimientos anteriores. Bajo el lema “Dios, Patria y Fueros” se agrupan los defensores
de la legitimidad dinástica (según la Ley Sálica) de don Carlos, de la monarquía
absoluta de origen divino, de la preeminencia de la Iglesia, del mantenimiento del
Antiguo Régimen y de mantener los Fueros (foralismo). Muchos son propietarios
arruinados que desconfían de las reformas liberales agrarias, temían verse expulsados
de las tierras o recelaban de los nuevos impuestos. Tradición y Religión.

- ¿Quiénes apoyaban al carlismo?: Sobre todo de las zonas rurales (País Vasco,
Navarra, Aragón, parte de Cataluña y Maestrazgo (norte de Castellón y sureste de
Teruel), que defienden los fueros y las tradiciones. Sobre todo, numerosos miembros
Historia de España
del clero, baja nobleza, campesinos, algunos oficiales del ejército y sectores
conservadores de la Iglesia. En el ámbito internacional son apoyados por: Austria,
Prusia, Rusia, Nápoles y Estados Pontificios.

- Isabelinos; La regente buscó apoyo en los liberales para hacer frente al


carlismo. Y para comprometer a burgueses y sectores populares de las ciudades a su
causa, la regente tuvo que aceptar demandas liberales que exigían el fin del
absolutismo. El apoyo lo tuvo en las zonas urbanas y de la alta nobleza, funcionarios,
burguesía comercial, industrial, la mayor parte del ejército y un sector de la iglesia. En
el ámbito internacional: Gran Bretaña y Francia.

ü Desarrollo del conflicto:

1) Primera etapa: 1833-1835 (Foco de Insurrección Vasco-Navarro), el conflicto estalla


y se localiza en el norte, en zonas montañosas de Navarra, País Vasco, e intentaron
provocar una insurrección por todo el país, siendo rápidamente reprimidos. En 1834
el pretendiente, Carlos V, se instaló en Elizondo (Navarra), y el general Zumalacárregui
organizó las tropas intentando conquistar las capitales vascas, consiguiendo incluso
ocupar Tolosa, Vergara, Durango y Éibar, pero fracasó en la toma de Bilbao, donde
murió en el asedio de la ciudad en 1835, quedándose los carlistas sin su mejor
estratega.

En la zona de Levante estaban más desorganizados, al frente con el general Cabrera


como líder más destacado. Ambos son generales carlistas.

2) Segunda fase: 1836-1837, llamada de “Las expediciones nacionales”: los carlistas


son de nuevo derrotados en su intento por conquistar Bilbao, derrotados por el
general Espartero en el puente de Luchana (1836), y organizaron expediciones por
España. Las expediciones más importantes: “Expedición Gómez (1836)” recorrió más
de 20 provincias desde Galicia a Cádiz. Y la “Expedición Real” (1837) dirigida por el
propio Carlos salió de Estella para unirse al general Cabrera llegando hasta Madrid,
pero el fracaso de la expedición les obligó a replegarse hacia el norte.
Historia de España
3) Tercera fase: 1837-1839 (Convenio de Vergara): La debilidad del carlismo hizo al
general Maroto acordar la paz con el general liberal Baldomero Espartero con la firma
del Convenio de Vergara (Guipúzcoa) en 1839. Los carlistas a favor del acuerdo de
paz se llamaron transaccionistas. El acuerdo establecía el mantenimiento de los
fueros en las Provincias Vascas y Navarra, así como la integración de los oficiales
carlistas en el ejército real isabelino. El pretendiente Don Carlos marchó a Francia
donde en 1845 abdicó en su hijo Carlos Luis, quien adoptó el nombre de Carlos VI.

4) Cuarta fase: 1839-1840 (Final de la Guerra y Maestrazgo): El acuerdo puso fin a la


guerra en País Vasco y Navarra, pero hubo un grupo de carlistas al mando del general
Cabrera que se resistieron en la zona del Maestrazgo (Teruel), llamados intransigentes.
Finalmente fueron derrotados en 1840 y algunos tuvieron que exiliarse a Francia.

6.1.2. CONSECUENCIAS PARA NAVARRA. LA CUESTION FORAL Y LA LEY DE FUEROS DE 1841.


Definición: los fueros eran los usos y costumbres por los que se regían los distintos
territorios del País Vasco y Navarra, desde la Edad Media, y que fueron respetados
por Felipe V (1700) por el apoyo que estos territorios prestaron al monarca en la Guerra
de Sucesión al trono español.

Esta particularidad foral (régimen fiscal y monetario propio, aduanas, exención del
servicio militar, etc.) la perdieron Cataluña, Aragón, Valencia y Mallorca al establecer
Felipe V los Decretos de Nueva Planta.

La Primera Guerra Carlista supone la pérdida para Navarra de la condición de Reino.


En el Convenio o Abrazo de Vergara (1839), el general Espartero manifiesta su
compromiso de recomendar al Gobierno que presente a las Cortes un proyecto de
ley de confirmación o modificación de los Fueros de Navarra. Así, el Gobierno
promulga una ley que confirmaba los Fueros (Ley de Confirmación de Fueros, de 25
de octubre de 1839), por la que se reconocida la existencia de regiones forales, pero
se advertía de la necesidad de adaptarlos a la nueva situación política creada tras
Historia de España
la aprobación de la Constitución de 1837y dejará para más adelante la modificación
de los fueros. Esta ley de modificación se denominó “Ley Paccionada” (1841)

Como hemos comentado, la Ley Paccionada o Pactada surge de la necesidad de


conciliar el régimen foral con el nuevo estado liberal instaurado con la Constitución
de 1837. El acuerdo llegó tras largas conversaciones entre Espartero y Yanguas y
Miranda, presidente de la Diputación. Navarra renuncia a la condición de Reino, es
decir a sus leyes y costumbres, a cambio de obtener una amplia autonomía. Se
convierte en una provincia foral con autonomía fiscal y administrativa. La Diputación
Provincial pasa a llamarse Diputación Foral, y es la institución que administra y
gobierna de manera autónoma la provincia.
La Ley Paccionada, en sus 26 artículos, se ocupa del gobierno político y militar, de la
administración de justicia, de los ayuntamientos, montes y de las cuestiones de
Hacienda.
Esta ley transforma el reino de Navarra en una provincia foral eliminando las
instituciones tradicionales que tenía como reino: - Virrey - Consejo Real -Cámara de
Comptos –Cortes –Aduanas (pasan del Ebro a los Pirineos), y otros derechos como el
servicio militar propio o la emisión de moneda propia.
Sin embargo, ejerce las funciones de un Gobierno, aprueba sus propios presupuestos,
recauda los impuestos, se ocupa de los caminos y carreteras, de la ordenación y
cuidado de los montes y, progresivamente, presta servicios de una Administración
moderna.
En síntesis, ajustaba el sistema político, judicial y militar al común de toda España. Sin
embargo, mantenía algunas singularidades como el control de los ayuntamientos y
la recaudación de los principales impuestos por parte de la Diputación Foral, o la
vigencia del derecho civil navarro. A cambio, la Diputación debía entregar al Estado
una cantidad anual (cupo) para sufragar los gastos generales del Estado.
En conclusión, se trató de adaptar las instituciones forales con el liberalismo. Los
liberales navarros lo acogieron bien, pero muchos otros se opusieron al régimen liberal
en defensa de las leyes e instituciones del Antiguo Reino de Navarra.
Esta ley estuvo vigente hasta 1982, año en que se promulgó el “Amejoramiento del
Fuero”, para actualizar el régimen foral y tratar el autogobierno de Navarra.
Historia de España
6.2. CREACIÓN DEL ESTADO LIBERAL DURANTE EL REINADO DE ISABEL II: TRANSFORMACIONES
POLÍTICAS

ANTES de desarrollar el punto 6.2 es importante recalcar tres cosas:


1) Durante todo el siglo XIX habrá básicamente bipartidismo (hoy en día no hay tanto)
2) Durante el reinado de Isabel II irán apareciendo otras ideologías políticas además de la moderada y la
progresista: demócratas, republicanos…
3) Más adelante, irán surgiendo otras fuerzas políticas de oposición: socialismo, anarquismo,
nacionalismo…
Por eso, quiero que entiendas bien qué pueden defender cada ideología política durante la regencia de Isabel
II, clave para entender este período.
ATENCIÓN: NO HAY QUE ESTUDIAR

LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL REINADO DE ISABEL II (Moderados, Progresistas, Demócratas y Republicanos).

El Sistema político configurado por la Constitución de 1837 definió dos grupos; el moderado y el
progresista. Con el paso de los años, a la izquierda del progresista se formarían los núcleos demócratas
y republicanos.

ü Los Moderados

Principios: la autoridad y el orden por encima de la libertad individual. Por eso desconfiaban de la
participación de las masas en política, que debía quedar en manos de una minoría ilustrada y
propietaria. Era un grupo heterogéneo formado por: terratenientes, comerciantes, intelectuales
conservadores, junto con restos de la antigua nobleza, alto clero y altos mandos del ejército. Defendían:
- el derecho a la propiedad para mantener el orden y restringían el sufragio a la riqueza de
los electores.
- la soberanía compartida entre Cortes y Corona (con amplios poderes de intervención en la
vida política), y partidarios de limitar los derechos individuales (prensa, opinión, reunión y
asociación).
- la confesionalidad del Estado para que la Iglesia Católica tuviera gran influencia.
En 1854 se formó un nuevo partido, la Unión Liberal, como escisión de los moderados descontentos. Esta
Unión Liberal pretendía constituirse como una opción centrista entre moderados y progresistas. Sus
impulsores fueron O´Donnell y Serrano.
Historia de España
ü Los Progresistas

Principios: defensores de la libertad con un espíritu reformador. Formados por: mediana y pequeña
burguesía, oficiales del ejército y clases populares urbanas (artesanos, comerciantes, profesionales
liberales). Defendían:
- el principio de soberanía nacional como fuente de legitimidad.
- predominio de las Cortes. Sobre todo, rechazaban la intervención de la Corona en la vida
política ya que sólo debía intervenir como moderadora.
- el fortalecimiento de los poderes locales.
- otorgar amplios derechos individuales y colectivos (libertad de prensa, opinión, religión).
- el mantenimiento del sufragio censitario, pero favorables a su ampliación.
- la necesidad de una reforma agraria para poner fin a la propiedad vinculada a la Iglesia.
Buscaban limitar el papel de la Iglesia.

ü Demócratas y republicanos.

En 1849 una escisión de los progresistas originó el Partido Demócrata. Formado por: clases populares
urbanas y baja milicia. Defendía:
- la soberanía popular y el sufragio universal masculino.
- ampliación de los derechos colectivos, entre estos la libertad de imprenta. También querían
más libertades.
- formación de una Milicia Nacional.
- la elección de los ayuntamientos.
- implicación de la administración en la enseñanza pública.
- libertad de culto.
Historia de España
6.2. CREACIÓN DEL ESTADO LIBERAL DURANTE EL REINADO DE ISABEL II: TRANSFORMACIONES
POLÍTICAS
Isabel, hija de Fernando VII, heredó la Corona a la edad de tres años. Su madre, la
reina María Cristina, llamada la reina gobernadora y, posteriormente, el general
progresista Espartero, asumieron la regencia entre 1833 y 1843. Durante este periodo,
se produjo el paso del absolutismo al sistema liberal, un cambio que, a pesar de estar
marcado por tensiones y dificultades como la guerra carlista, el endeudamiento de
la Hacienda o el fraude electoral, acabaría transformando las estructuras políticas
del país permitiendo desmantelar el Antiguo Régimen e implantar las bases jurídicas
y administrativas de un verdadero Estado liberal, con medidas como la
Desamortización de Mendizábal y la Constitución de 1837 aprobadas en la regencia
de María Cristina o la apuesta por la política librecambista durante la regencia de
Espartero. (esto está ya visto en la introducción del tema).
En 1843, para evitar una nueva regencia, las Cortes proclamaron reina a Isabel con
sólo 13 años. La regencia y gobierno de la “Reina de los Tristes Destinos” se puede
dividir en tres etapas:
6.2.1. La Década Moderada (1844-1854)
6.2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
6.2.3. La Descomposición del sistema isabelino (1856-1868)

6.2.1. Primera etapa: LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)


Tras la caída de Espartero y la proclamación de la mayoría de edad de la reina, se
abrió un período de gobiernos moderados que apoyados por la reina mantuvieron el
poder durante diez años, y que acabó en 1854 mediante el pronunciamiento militar
progresista conocido como la “Vicalvarada”. Si durante la minoría de edad se
procedió a desmantelar el Antiguo Régimen, durante su mayoría se construirá el
Estado liberal.

¿Qué pasó en estos 10 años? ¿Cómo fue este gobierno moderado?

Protagonista
§ Año 1844: Las conspiraciones de los generales Narváez y O´Donnell
del período:
contra el gobierno de Espartero, provocaron su marcha definitiva.
Narváez
La consiguiente convocatoria de elecciones (1844) dio el triunfo a
Historia de España
los moderados que formaron un gobierno presidido por el general Narváez, quien
llevó a cabo una política basada en el liberalismo moderado. Para ello combinó
las reformas con fuertes medidas represivas para mantener el orden y la autoridad,
y acabar con la etapa revolucionaria anterior, lo que provocó el exilio de muchos
progresistas.
§ Apoyos: El régimen se asentó con el apoyo de una burguesía terrateniente (fusión
entre antiguos aristócratas que habían aceptado el liberalismo y la nueva
burguesía de propietarios rurales). El gobierno se apoyaba en la Corona y gran
parte del ejército para crear un Estado sólido y protegido tanto de reacciones
carlistas como de sublevaciones populares. Además, para garantizar esto, los
moderados falsearon las elecciones para mantenerse en el gobierno.
§ Una nueva Constitución, 1845: el nuevo gobierno moderado preparó una reforma
de la Constitución progresista de 1837, recogiendo las ideas básicas del
moderantismo (giro a la derecha):
- Soberanía conjunta entre el Rey y las Cortes. Se otorga mucho poder a la
Corona, como por ejemplo, facultad de nombrar ministros, disolver Cortes,
vetar decisiones, elegir el Senado, etc. Ampliación de los poderes
ejecutivos y reducción de los legislativos.
- Restricción del derecho de voto.
- Ayuntamientos y diputaciones sometidos a la Administración central.
- Supresión de la Milicia Nacional.
- Catolicismo como religión oficial, manteniendo el culto y clero.
- Control gubernamental sobre la prensa (una de las libertades básicas de la
revolución liberal).
- Sufragio censitario muy restringido para tener controlado el electorado y
que no participasen las masas populares.
§ Relaciones con la Iglesia: los moderados intentaron mejorar las relaciones con
la Iglesia, hasta entonces contraria al liberalismo y proclive al carlismo por las
desamortizaciones. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede, por el
que se suspendía la venta de bienes desamortizados y el retorno de los no
vendidos. Y el Estado se comprometía a dar a la Iglesia una dotación para
Historia de España
hacer frente a los gastos eclesiásticos. A cambio la Iglesia respaldaba a Isabel
II.
§ Economía: se llevó a cabo una Reforma Fiscal, la llamada Ley de Mon-Santillán
de 1845, para aumentar los ingresos de la Hacienda. Para ello el ministro Mon
y su colaborador Santillán establecieron los principios de igualdad (todo el
mundo debe pagar) y proporcionalidad (cada contribuyente paga en
función de las rentas disponibles). sin embargo, la recaudación no fue
suficiente y hubo que recurrir al impuesto sobre el consumo.
§ Reforma de la Administración pública: se reorganizaron los cargos del Estado
siendo el gobierno quien nombra a los alcaldes. En las provincias se crea la
figura del gobernador civil. Además, el gobierno se administraba de manera
piramidal, lo que favorece el caciquismo..
§ Reforma en materia judicial: nuevo Código Penal de 1848.
§ Creación de la Guardia Civil (1844): se disolvió la Milicia Nacional y se creó la
Guardia Civil para mantener el orden en el medio rural.

A pesar de estar diez años, los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad
política al Estado, ya que, entre otras cosas, la vida se estaba encareciendo y la
política no se desarrollaba en las Cortes sino en camarillas buscando el favor de la
reina. Las divisiones internas en el partido moderado y el descontento de amplias
capas sociales con el autoritarismo del gobierno provocaron el pronunciamiento
militar del general O’Donnell en Vicálvaro (junio 1854). Este pronunciamiento se
conoce como “Vicalvarada” y puso fin a la etapa moderada, iniciándose así un
período de 2 años progresista.

6.2.2. Segunda etapa: EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)

Como decimos, la unión entre progresistas, demócratas y algunos sectores


moderados defraudados con el autoritarismo del gobierno moderado, desembocó
en junio de 1854 con el pronunciamiento de Vicálvaro, liderado por el general
moderado O´Donnell, que fundó un nuevo partido: la Unión Liberal.
Historia de España
Los sublevados elaboraron el llamado Manifiesto de Manzanares (7 de julio de 1854),
para atraerse a los progresistas al levantamiento. Dicho manifiesto incluía la rebaja
de impuestos, reforma de la Ley Electoral, la autonomía municipal, la
descentralización administrativa y la convocatoria de Cortes. Al llamamiento se
unieron diversos jefes militares que organizaron Juntas en diversas ciudades. En ese
contexto, la reina Isabel II llamó a formar gobierno de nuevo al general Espartero,
nombrando a O´Donnell ministro de la Guerra. Las elecciones fueron convocadas
según la legislación de 1837 que presentaba un censo electoral más amplio, lo que
permitió una mayoría progresista y la aparición en el Parlamento, por primera vez, de
algunos diputados demócratas.
La principal labor del nuevo gobierno será la restauración de los principios del
progresismo:
-se restaura la Constitución de 1837, aunque ampliando el voto, se preparó una
nueva Constitución, pero no fue promulgada (constitución NON NATA) pero que
introducía novedades como la libertad de culto y la elección de Senado con los
mismo poderes y responsabilidades que el Gobierno.
- se restaura la Milicia
- se promulga la Ley Municipal que permitió a la elección directa de los alcaldes.
- se lleva a cabo un ambicioso plan de reformas económicas, en defensa de la
burguesía urbana y clases medias con el objetivo de desarrollar e industrializar el
país.

Otra labor fundamental de este período fue la relativa a la legislación económica,


en dos aspectos fundamentales: la desamortización y la extensión de la red
ferroviaria. (Se estudiará en el tema 7)
La ley de Desamortización de Madoz (1855), era mucho más amplia que la de
Mendizábal: afectó a los bienes del Estado, de la Iglesia, de las órdenes militares, de
las instituciones benéficas y sobre todo de los ayuntamientos (bienes propios y
comunales). Al igual que en 1837, lo que se pretendía era vender propiedades para
conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización del país. Una buena
parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles, pieza clave para
Historia de España
fomentar el intercambio y crecimiento económico. La construcción se inició en 1855
con la Ley General de Ferrocarriles.

Esta preocupación por fomentar el desarrollo hizo que se mejorara el sistema de


telégrafo, se amplió la red de carreteras y se fomentó la creación de sociedades
anónimas de crédito para desarrollar la minería. Todas estas medidas abrieron una
etapa de expansión económica que duró hasta 1866. Pero las medidas reformistas
no remediaron la crisis de subsistencias, que había movilizado al pueblo en los
levantamientos de 1854, generando un clima de grave conflictividad social. Las
malas cosechas y el alza de los precios, produjo huelgas obreras en Cataluña y
levantamiento del campesinado en Castilla. El gobierno respondió con la primera Ley
del Trabajo. Según esta ley, los obreros se podían ahora reunir, lo que a medio plazo
significará el germen del movimiento obrero español.

A los problemas de conflictividad social hay que sumar las discrepancias en el


gobierno entre los progresistas más moderados que formaron Unión Liberal, y los más
radicales que crearían el Partido Demócrata. Esto será el detonante que permita la
dimisión de Espartero y la entrega del gobierno por parte de la reina a O´Donnell,
iniciándose el último período regente de Isabel II que concluirá con la llegada de la
“Gloriosa”.

6.2.3 Tercera etapa: LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA ISABELINO (1856-1868)


Este período estuvo dominado por la alternancia en el poder de unionistas y
moderados. El favoritismo de la reina hacia éstos últimos y la marginación de
progresistas y demócratas condujeron a la descomposición del sistema político
isabelino.

§ Los gobiernos unionistas (1856-1863): Tras un periodo de dos años con Narváez
y los moderados (1856-1858), O’Donnell y la Unión Liberal volvieron al poder en
1858. El nuevo gobierno liderado por O´Donnell intentó mantener una
estabilidad política con la participación de moderados, unionistas y
progresistas, quedando al margen carlistas y demócratas. De este modo se
Historia de España
logró una relativa estabilidad política interior acompañada de una etapa de
prosperidad económica. (“boom de los ferrocarriles”). Se revitalizó el
parlamentarismo, limitando los poderes de la corona, y se permitió una minoría
opositora para que no se produjeran más levantamientos. En 1860, los carlistas
protagonizaron un levantamiento en San Carlos de la Rápita que fracasó.
§ Educación (Instrucción Pública): se regularizó la enseñanza pública,
completada por medio de la Ley Moyano (1857), que fue la primera gran Ley
de la Educación del país y que creaba los institutos de enseñanza media y los
cuerpos de catedráticos.
§ También se culminaron importantes obras públicas, se extendió el ferrocarril y
aumentaron las inversiones extranjeras que permitieron el desarrollo de los
bancos.
§ Política exterior: Los gobiernos unionistas llevaron a cabo una política exterior
activa para recuperar el prestigio internacional, unir a los diferentes partidos
en un fervor patriótico y contentar a importantes sectores del ejército. Se
llevaron a cabo tres campañas internacionales:
- La expedición a Indochina (1858-1863): la expedición, en colaboración
con Francia, estuvo motivada por el deseo de castigar una matanza de
misioneros. Los franceses iniciaron así la penetración colonial en la zona.
- Intervención en México (1862): se realizó junto a franceses y británicos para
exigir al gobierno mexicano el cobro de la deuda atrasada, pero los
españoles acabaron retirándose por desavenencias con Francia.
- Campañas militares de Marruecos (1859-1860): motivadas por disputas
fronterizas y se saldaron con el triunfo en las batallas de Tetuán y Castillejos,
donde adquirió gran prestigio un militar progresista: el general Prim. La paz
de Wad-Ras permitió a España la incorporación del territorio de Ifni y la
ampliación de las posesiones en Ceuta.
A pesar de todo, en 1863 la coalición gubernamental estaba rota y O´Donnell
presenta su dimisión, lo que obliga a la reina a entregar el poder al
representante moderado Narváez.
Historia de España
§ Los gobiernos moderados (1863-1868): En estos años regresó Narváez al poder
lo que supuso la vuelta al moderantismo más tradicional y autoritario del. Este impuso
de nuevo una forma autoritaria de gobernar, al margen de las Cortes y de todos los
grupos políticos. Narváez ejerció una fuerte represión sobre sus opositores. Esto hizo
que los progresistas acusaran a la Corona de entorpecer el funcionamiento de las
instituciones y promover formas de gobierno dictatoriales, pero se les marginó
políticamente, lo que hizo que, de nuevo, pasaran a la insurrección con el apoyo de
los demócratas, cuya influencia entre las clases populares aumentaba.

Así, en 1866 tuvo lugar, entre otras cosas, la sublevación de los sargentos del Cuartel
de San Gil, que contó con el apoyo de progresistas y demócratas y provocó
levantamientos populares (descontento por las desamortizaciones, crisis de
subsistencia, crisis financiera por inversiones ferroviarias no rentables, protestas
generales…). La insurrección acabó con el fusilamiento de 66 personas, la mayoría
de ellos sargentos de artillería y soldados. Los unionistas se opusieron al gobierno y O
´Donnell, que había vuelto al poder en 1865, tuvo que exiliarse a Gran Bretaña.

Además de este acontecimiento y la consiguiente fuerte represión, el año 1866 trajo


también una gran crisis de subsistencia, provocada por el aumento de los precios de
los consumos básicos como el trigo, lo que unido a todo lo anterior hizo que
demócratas y progresistas firmaran el Pacto de Ostende (Bélgica, 1866) para derrocar
a Isabel II.

La crisis económica y política de estos últimos años mostraron las deficiencias del
sistema liberal y la debilidad del sistema económico capitalista español. En este
escenario de crisis, se estaba gestando el germen de otro movimiento revolucionario
potente y que se llevaría a cabo dos años después, en septiembre de 1868. Esa
revolución, llamada “La Gloriosa” haría caer a la monarquía de Isabel II, la reina de
los “tristes destinos”, que deberá exiliarse a Francia, dando lugar a otro nuevo período
en la Historia de España.
Historia de España
6.3. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO: LA REVOLUCIÓN DE 1868. LA CONSTITUCIÓN DE 1869. LA
MONARQUÍA DE AMADEOI. LA I REPÚBLICA

En los últimos años del reinado de Isabel II, la triple crisis económica (financiera,
industrial y de subsistencias) y la crisis política derivada de la actuación autoritaria de
los últimos gobiernos moderados, llevaron a los grupos de la oposición (demócratas,
progresistas y, un poco más tarde, los unionistas), a la firma de del Pacto de Ostende
(1866) en el que acuerdan derrocar a Isabel II.

6.3.1 REVOLUCIÓN DE 1868 (“La Gloriosa”) y el Gobierno Provisional

Causas:

ü La crisis económica: La expansión económica que Europa estaba


experimentando desde mediados de los sesenta se vio frenada con el estallido de la
primera gran crisis del sistema capitalista a nivel internacional. Fue una Crisis
Financiera que coincidió con una crisis industrial, sobre todo en Cataluña, ya que la
industria textil se vio perjudicada por la Guerra de Secesión Americana. Debido a la
Historia de España
guerra se cerró la importación de algodón y como consecuencia muchas industrias
cerraron al no poder hacer frente a la competencia y a la subida de precios.

Importante el A esto hay que unir la crisis de subsistencias (comentada anteriormente)


año 1866 iniciada en 1866 a causa de una serie de malas cosechas y que generó una
hambruna entre la población rural, y gran oleada de paro en las ciudades, lo
que aumentó la conflictividad social.

ü El deterioro político: A mediados de la década de 1860, gran parte de la


población estaba descontenta con el sistema isabelino. Los industriales querían
proteccionismo y obreros y campesinos se morían de hambre. Ante tal circunstancia,
demócratas y progresistas se reunieron y firmaron el Pacto de Ostende (1866) para
conspirar y poner fin a la monarquía de Isabel II. A dicho pacto se adhirieron los
unionistas, hecho que fue fundamental para el triunfo de la revolución, ya que
sumaba a la causa a buena parte de la cúspide del ejército y de la población.

ü ¿Cómo se inició la Revolución?

La revolución se inició con un alzamiento militar liderado por el general Topete que
tuvo lugar en Cádiz el 19 de septiembre de 1868, de ahí el nombre de “revolución
septembrina”. El general Prim, exiliado en Londres y Serrano, desterrado en Canarias,
se reunieron con los sublevados y rápidamente contaron con el apoyo de la
población gaditana, que apoyó masivamente la publicación de un manifiesto
titulado “España con honra”. En dicho manifiesto se llamaba a la población a acudir
a las armas en defensa de la libertad, el orden y la honradez. La insurrección se
propagó por numerosas ciudades obteniendo gran apoyo popular. La reina Isabel II,
para defender su trono, envió sus tropas contra los sublevados en Andalucía. Ambas
fuerzas se encontraron en el Puente de Alcolea (Córdoba) el 28 de septiembre donde
tuvo lugar una batalla que dio como resultado la derrota de las tropas reales. El
gobierno tuvo que dimitir y la reina puso camino del exilio a Francia. La revolución
realizada por unionistas, progresistas y demócratas había logrado su objetivo:
derrocar a la monarquía.
Historia de España
Además del pronunciamiento militar, en la revolución tuvo un gran protagonismo el
pueblo que fue constituyendo Juntas revolucionarias en distintas ciudades y con las
mismas ideas de libertad.

A principios de octubre se nombró un Gobierno Provisional presidido por Serrano, y


compuesto por progresistas, unionistas y demócratas y convocó elecciones a Cortes
Constituyentes, en enero de 1869, las primeras que reconocieron el sufragio universal
masculino. Las elecciones dieron el triunfo a la coalición gubernamental (progresistas,
unionistas y un sector de demócratas). Las nuevas Cortes fueron ocupadas por:

-los partidos que apoyan al Gobierno: progresistas, unionistas y demócratas.


Defienden una monarquía parlamentaria y democrática. En esta monarquía no
admitirán a los Borbones, sino que propondrán a un italiano como rey de España:
Amadeo de Saboya. Entre sus líderes destaca el general Prim.

-los isabelinos o alfonsinos: moderados que apoyan el regreso al trono de los


Borbones en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso XII. A partir de 1873 el líder será
Antonio Cánovas del Castillo que dirigirá el Partido Conservador.

-los carlistas: eran antidemocráticos y tradicionalistas partidarios de una monarquía


absoluta, iniciaron la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).

-los republicanos: segundo partido en número de diputados, defensores de la


República federal.
Historia de España
6.3.2 LA CONSTITUCIÓN DE 1869

Las Cortes se reunieron en el mes de febrero para redactar una nueva Constitución
aprobada el 1 de junio de 1869, la primera Constitución democrática de la Historia
de España. Características:

- Defiende como régimen político la Monarquía.


- Proclama la soberanía nacional.
- Establece la división de poderes: poder legislativo (encargado de elaborar las
leyes. Son Cortes bicamerales: congreso y senado); poder ejecutivo (el
gobierno gobierna y ejecuta. La corona reina, pero no gobierna, no puede
vetar leyes, por lo que tiene poderes limitados); y poder judicial (tribunales de
justicia).
- Amplia declaración de derechos y libertades (derecho de manifestación,
reunión y asociación, libertad de enseñanza, libertad de culto…)

Proclamada la Constitución y con el trono vacante, las Cortes nombran al general


Serrano regente, y Prim jefe de Gobierno. La nueva situación política no era fácil pero
el nuevo gobierno fue bien acogido para afrontar las necesarias reformas
económicas necesarias para solucionar la grave crisis.

En el ámbito económico esta etapa se caracterizó por la defensa del librecambismo


frente al proteccionismo y la apertura del mercado español a la entrada de capital
extranjero. El ministro de Hacienda, Laureano Figuerola estableció la peseta como
unidad monetaria y con la Ley de Aranceles (1869) se ponía fin a la tradición
proteccionista de la economía española.

Para reducir la deuda pública promulgó la Ley de Minas (1871), por lo que se vendían
minas, monopolio de la corona, a empresas privadas para obtener recursos y
defender la propiedad privada.

La Constitución de 1869, por tanto, consolidó un régimen político basado en los


principios liberales y democráticos, pero frustró las aspiraciones de republicanos y de
Historia de España
un incipiente movimiento obrero internacionalista (la Primera Internacional Obrera),
que demandaba mejoras radicales.

Como la Constitución había establecido la monarquía como forma de gobierno, la


principal tarea institucional fue buscar un monarca para sustituir a los desacreditados
Borbones. El elegido fue Amadeo I de Saboya, hijo de Víctor Manuel II, rey que unificó
Italia. Así pues, ante el ofrecimiento del trono español, este desembarcó en España
el 30 de diciembre de 1870.

Sin embargo, no todo iba a ir bien, pues pocos días antes, el general Prim, su valedor,
había sido asesinado, con lo que su reinado empezaba ya con mal pie.

6.3.3 LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1871-1873)


• Un monarca para un régimen democrático
El nuevo monarca, con tan sólo 26 años, llegó a España el 30 de diciembre de 1870.
Tres días antes había sido asesinado el general Prim, con lo que el monarca llegaba
sin su valedor. El 2 de enero fue proclamado rey y las Cortes se disolvieron para iniciar
una nueva etapa de monarquía democrática.

• Las dificultades de la nueva dinastía


El nuevo monarca contaba con escasos apoyos. Satisfacía a progresistas y unionistas,
pero no todos los sectores de dichos partidos estaban de acuerdo. Desde su llegada
contaron con la oposición de la aristocracia, el clero y los isabelinos (alfonsinos). Por
otro lado, un sector del ejército se negó a jurarle fidelidad. Tampoco tuvo el apoyo
popular por influencia del republicanismo, opuesto a cualquier monarquía.

Amadeo I de Saboya intentó consolidar un régimen plenamente democrático, pero


los dos años de reinado se vieron marcados por dificultades constantes: la deuda
pública, la lucha entre los partidos políticos, revitalización del conflicto carlista, la
guerra de Cuba y las insurrecciones republicanas.
Historia de España
Los moderados consideraban ilegítima la nueva dinastía. Conscientes de la
impopularidad de Isabel II, comenzaron a preparar la restauración borbónica en la
figura de su hijo Alfonso. Cánovas del Castillo, líder de este grupo, fue captando a
descontentos de los principales grupos políticos para convencerles de que la
monarquía borbónica era una garantía de orden y estabilidad frente al liberalismo
de Amadeo. Esta opción contó con el apoyo de la Iglesia y de las élites con dinero
contrarias a las medidas progresistas.

Los carlistas se habían organizado como fuerza política y la llegada de Amadeo de


Saboya dio argumentos a un sector para volver a intentar una insurrección armada
para colocar en el trono a Carlos VII. En 1872 se inició la rebelión en País Vasco y
Cataluña y hostigaron hasta 1876, pero finalmente fueron derrotados.

Amadeo I de Saboya tuvo que hacer frente también a insurrecciones populares


alentadas por sectores republicanos y por la influencia de nuevas ideas de carácter
anarquista que fueron rápidamente reprimidas. Sin embargo, esta represión ocasionó
más inestabilidad al régimen.

Asimismo, en 1868 se había iniciado en Cuba (todavía colonia española) un conflicto


con el llamado “Grito de Yara”. Este conflicto duró diez años y pretendía entre otras
cosas el fin de la esclavitud. El gobierno español se mostró partidario de conceder
reformas, pero los sectores económicos con grandes intereses en la isla frustraron la
posibilidad de una solución pacífica y convirtió la guerra en un grave problema que
lastró aún más las dificultades de la regencia de Amadeo.

El final de la monarquía de Amadeo I llegó con la desintegración de la coalición


gubernamental (unionistas, progresistas y demócratas). En dos años se habían
formado seis gobiernos con tres elecciones y la oposición era cada vez más fuerte. El
11 de febrero de 1873, Amadeo de Saboya presentó su renuncia al trono y abandonó
España con la “sensación de ser un país ingobernable y contrario a una monarquía
democrática”.
Historia de España
6.3.4. LA I REPÚBLICA

ü La proclamación de la República
La proclamación de la Primera República fue la solución más fácil ante la renuncia
de Amadeo de Saboya. Las Cortes, depositarias de la soberanía nacional en
ausencia del monarca, decidieron someter a votación la proclamación de una
república, que fue aprobada el 11 de febrero de 1873, por una amplia mayoría. Para
dirigir el gobierno fue elegido el republicano federal Estanislao Figueras. Pero el apoyo
a la República no era real, la mayoría era monárquica y su voto fue estratégico para
ganar tiempo y organizar el retorno de los Borbones. Así, la República nació con
escasas posibilidades de éxito. A nivel internacional sólo contó con el apoyo de
Estados Unidos y Suiza. El resto de las potencias europeas veían la República como
un sistema revolucionario que podía poner en peligro la estabilidad de una Europa
burguesa y conservadora mayoritariamente.

Sin embargo, las clases populares acogieron el nuevo sistema con entusiasmo al
creer que se cumplirían sus aspiraciones.

No obstante, los líderes republicanos estaban lejos de las aspiraciones de las bases de
su propio partido y reprimió toda revuelta popular. Pacificado el panorama,
convocaron elecciones a Cortes constituyentes, que ganaron ampliamente los
republicanos. Pero fue una victoria engañosa ya que el 60% del electorado se
abstuvo.

ü El intento de instaurar una República Federal


Las Cortes se abrieron el 1 de junio de 1873 y el 7 proclamaron la República
Democrática Federal. El presidente Estanislao Figueras, dimitió al cabo de unos días y
el gobierno pasó a manos de Francisco Pi i Maragall. El nuevo presidente tenía como
objetivo llevar a cabo grandes reformas: elaboración de una constitución federal,
separación Iglesia-Estado, independencia de las últimas colonias, elaboración de
importantes leyes sociales (enseñanza, trabajo, etc.). En el año que duró la República
se llevaron a cabo las más innovadoras: la abolición de la esclavitud, la supresión de
quintas y los impuestos sobre consumos.
Historia de España
Sin embargo, el proyecto de una Constitución federal no fue aprobado. Seguía la
misma línea que la Constitución de 1869 pero introducía una novedad en cuanto a
la estructura del Estado: se establecía que la nación debía estar compuesta por
diecisiete Estados, entre ellos Cuba. Además, el poder emanaba a tres niveles: 1)
municipios; 2) estados regionales; 3) Estado federal. Estos Estados regionales, tendrían
autonomía económica, administrativa y política, descentralizando el Estado en virtud
de las tradiciones regionalistas lo que sería el origen de las futuras propuestas
nacionalistas.

ü Los conflictos armados


La Primera República tuvo que hacer frente a diferentes conflictos armados.

- Tercera guerra carlista (1872-1876)


- La guerra de Cuba (1868-1878)
- La sublevación cantonal.

La sublevación cantonal fue el conflicto que provocó la mayor crisis de gobierno. El


cantonalismo era un fenómeno complejo en el que se mezclaban las aspiraciones
autonomistas propiciadas por los republicanos federales con las aspiraciones de
revolución social inspiradas en las nuevas ideas internacionalistas. A lo largo del mes
de julio se proclamaron cantones en Cartagena, Sevilla, Cádiz, Granada, Málaga,
Castellón, Valencia y Salamanca. Los protagonistas de dichos levantamientos era un
conjunto social variado compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y
asalariados liderados por federalistas decepcionados con el rumbo que estaba
tomando la nueva República.

El presidente Pi i Maragall se opuso a reprimir el movimiento por la fuerza y dimitió,


siendo sustituido por Nicolás Salmerón, quien intervino militarmente poniendo fin al
cantonalismo, pero dando de nuevo un papel protagonista al ejército. Pero Salmerón
dimitió a principios de septiembre al sentirse moralmente incapaz de firmar las
sentencias de muerte contra activistas cantonalistas y la presidencia recayó sobre
Emilio Castelar, republicano unitario y mucho más conservador en cuestiones
sociales. La República inició a partir de entonces un giro a la derecha, gobernando
de manera autoritaria.
Historia de España
ü El fin de la experiencia republicana:
El 3 de enero de 1874, las Cortes se reabrieron a petición de un amplio sector
republicano (Figueras, Pi y Salmerón), y el gobierno de Castelar fue derrotado por 120
votos frente a 100. Era inminente la formación de un gobierno de izquierda, y ante tal
situación el capitán general Manuel Pavía pide la disolución de las Cortes
republicanas. El general Pavía entró en las Cortes apoyado con las fuerzas de la
Guardia Civil sin encontrar apenas resistencia ni política ni popular, lo que
evidenciaba la debilidad de la República.
El poder pasó en los siguientes meses a manos de un gobierno de coalición de
unionistas y progresistas, encabezado por el general Serrano, que intentó estabilizar
un régimen republicano de carácter conservador, pero a estas alturas, el pueblo ya
pedía el regreso del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

El 29 de diciembre de 1874, el militar Arsenio Martínez Campos pronuncia un


levantamiento en Sagunto proclamando rey de España a Alfonso XII. El pretendiente
había firmado días antes el Manifiesto de Sandhurst, elaborado por Cánovas del
Castillo, que sintetizaba el programa de la nueva monarquía alfonsina: régimen
conservador y católico que garantizara el funcionamiento del sistema político liberal
y la estabilidad política y orden social.

Terminaba así el fallido intento de establecer un sistema democrático y republicano


en España, abriéndose un nuevo período histórico conocido como la Restauración
Borbónica, personificado de nuevo en un borbón, hijo de Isabel II: Alfonso XII.
Historia de España

TEMA 7. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DURANTE EL SIGLO XIX

7.1. Agricultura: abolición del régimen señorial y desamortizaciones de la tierra.

7.2. Los inicios de la industrialización: minería, ferrocarriles y diversidad territorial


(Cataluña y Bizkaia)
7.2.1. Los inicios de la industrialización: industria textil y siderúrgica
7.2.2. El ferrocarril (1830-1875)
Historia de España
7.1. Agricultura: abolición del régimen señorial y
desamortizaciones de la tierra

España en el s. XIX seguía siendo un país fundamentalmente agrícola. La


transformación de la agricultura española a lo largo del siglo XIX fue lenta e
insuficiente, factor que explica el retraso de España respecto a otros países
industrializados europeos. No será hasta el siglo XX cuando el peso de lo agrícola
vaya disminuyendo en favor del secundario y posteriormente del terciario, si bien
a comienzos de la nueva centuria todavía ocupa al 80 % de la población. La
agricultura era un sector atrasado con un grave problema relacionado con la
estructura de la propiedad ya que en el Antiguo Régimen la propiedad estaba en
manos de la nobleza, el clero y los municipios, lo que se denominaba “manos
muertas”. Los bienes estaban vinculados a la familia o la institución y no podían
venderse ni ser repartidos, sino que se transmitían íntegros a sus sucesores.
Precisamente por este predominio de la agricultura los liberales del XIX,
especialmente los progresistas, intentaron acometer una reforma agraria liberal
con los objetivos de liberalizar la tierra, fomentar la propiedad privada, aumentar
el número de propietarios, modernizar el campo y desarrollar una economía de
mercado. Pretendían, en definitiva, abrir la agricultura al mercado capitalista,
modernizar las explotaciones y aumentar la productividad para liberar brazos para
la industria, así como aumentar las rentas agrarias para convertir a los campesinos
en consumidores de productos industriales, es decir, llevar a cabo una revolución
agrícola que impulsara la revolución industrial y el progreso del país. Para ello
propusieron tres importantes medidas:

- “Ley de Desvinculación” que suprimía los mayorazgos (1836)y las


vinculaciones, lo que facultaba a los propietarios a vender sus tierras.
- La abolición del régimen señorial (señoríos jurisdiccionales, 1837): Se procede
a la supresión de los derechos señoriales de carácter jurisdiccional, tales como
la administración de justicia, y se transforman las tierras de los señoríos en
propiedades plenas y libres de sus legítimos dueños, convirtiendo a los antiguos
Historia de España
señores en propietarios y a los campesinos en arrendatarios o jornaleros que
pagaban impuestos al Estado
- Las desamortizaciones: Consiste en poner en el mercado a particulares, previa
expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que
hasta entonces no se podían vender, hipotecar o ceder y que se encontraban
en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia Católica y
las órdenes religiosas” es decir, desamortizar significaba transformar las
propiedades en mercancías, un paso imprescindible para la puesta en marcha
de un proceso capitalista y modernizador. Consistía en la nacionalización o
expropiación por parte del Estado de las tierras eclesiásticas y municipales
para su posterior venta a particulares en subasta pública (privatización).

Aunque hay ejemplos anteriores (Godoy, Cortes de Cádiz, Trienio Liberal), hubo,
sobre todo, dos importantes desamortizaciones: la de Mendizábal (1836-37) y la
de Madoz (1855-56), ambas durante el transcurso de gobiernos progresistas, ya
que estos gobiernos van a intentar siempre expropiar las tierras de la Iglesia.

- En cuanto a la de Mendizábal, ésta afectó fundamentalmente a


propiedades de la Iglesia con el triple objetivo de sanear la deuda de la
Hacienda pública, financiar la guerra civil que se estaba librando contra los
carlistas (recordemos que España se encuentra en esta fecha en la I Guerra
Carlista) y convertir a los nuevos propietarios en adeptos a la causa liberal.
La venta las acaparó gran parte de la burguesía, que pagó con dinero o
con vales de deuda pública. A largo plazo, estas medidas debían fomentar
el desarrollo agrícola (introducción de nuevos cultivos y técnicas) y cambiar
la estructura de la propiedad que pasaría a ser libre e individual. La ley
permitió poner en cultivo tierras abandonadas y reducir el problema de la
carestía de alimentos, pero parte importante de los bienes desamortizados
fueron adquiridos por los antiguos terratenientes fomentándose la
concentración de la propiedad. Además, los campesinos pasaron a tener
que pagar altas sumas por su uso y la Iglesia perdió buena parte de sus
bienes y de su patrimonio artístico.
Historia de España
- En cuanto a la de Madoz (1855, durante el Bienio Progresista), afectó a los
bienes del Estado, la Iglesia, las órdenes militares, las instituciones benéficas
y ayuntamientos, es decir, cualquier propiedad civil o religiosa vinculada a
las manos muertas Fue conocida como “General” y su objetivo era mejorar
la situación de Hacienda, fomentar la inversión pública y financiar
infraestructuras que dinamizaran la economía española y más
específicamente la red de ferrocarriles. Sin embargo, hubo protestas,
especialmente de los sectores religiosos que se acogieron a las disposiciones
firmadas en el Concordato con la Santa Sede (1851) para impedir la
incautación y venta de sus bienes, de modo que la ley de Madoz afectó
principalmente a los ayuntamientos (bienes propios y comunes) que se
vieron muy perjudicados en sus haciendas locales al ver cómo la
privatización de sus bienes les quitaba su principal fuente de ingresos. El
proceso fue el mismo que el de Mendizábal, pero el volumen de venta fue
mayor. La gran beneficiaria fue la burguesía agraria mientras que los
pequeños campesinos se vieron muy damnificados al perder el derecho al
uso de las tierras comunales.

CONSECUENCIAS: El saldo final de estas medidas no será del todo positivo, pues,
aunque es cierto, que la agricultura española aumenta la superficie cultivada,
mejora sus medios técnicos, intensifica la producción y se especializa cada vez
más en cultivos mediterráneos (cereales y vid). Pero las mejoras agrícolas no fueron
tan significativas como para impulsar posteriormente una revolución industrial tal y
como ocurriera en el caso británico (que en esta época se encuentra ya en su II
Revolución Industrial), ya que sí aumentó la superficie cultivada pero no se invirtió
en innovación, con lo que se produjo un lento aumento de la productividad.
Además, los minifundios en la submeseta permitían sólo el autoabastecimiento, y
los propietarios de latifundios no estaban interesados en invertir y mejorar las
condiciones, lo que provocó el aumento de las diferencias de renta entre
propietarios y jornaleros, que se fueron traduciendo en un aumento de la
conflictividad a lo largo del todo el siglo XIX.
Historia de España
Por ello, se podría decir, incluso, que las desamortizaciones supusieron un
importante perjuicio para los campesinos más pobres, que hasta la fecha se
habían beneficiado del cultivo de las tierras de propiedad eclesiástica y comunal.
Además, los capitales generados con la venta de propiedades de la Iglesia o
municipios no fueron destinados a la industria, sino que principalmente se reinvirtió
en agricultura (pero sin innovar).

En conclusión, a finales del s. XIX la economía española continuaba siendo


principalmente agraria y más atrasada que la europea y la población permaneció
en el campo. Pese a algunos logros, las medidas adoptadas fueron insuficientes
para conseguir una verdadera reforma agrícola, ya que fue una transferencia de
los bienes de la Iglesia a las clases pudientes: grandes propietarios, aristócratas,
burgueses, etc., pero a nivel social, la venta de bienes comunales fue un desastre
para la población campesina y provocó un aumento de conflictividad social. Sin
embargo, es cierto que, a nivel político-económico, los nuevos propietarios
(liberales la mayoría) sí apoyaron el nuevo Estado Liberal, pero se perdió una
buena oportunidad de impulsar plenamente la industrialización y modernización
del país
Historia de España
7.2. Los inicios de la industrialización: minería, ferrocarriles y
diversidad territorial (Cataluña y Bizkaia)

La economía de algunos países europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania y Bélgica) se


transformó profundamente en el siglo XIX. La industria desplazó a la agricultura como
principal actividad económica, al mismo tiempo que la producción aumentaba en unas
proporciones desconocidas hasta entonces. La mecanización cambió la producción, y se
consolidó la propiedad privada. Todo ello transformó radicalmente la economía y la
sociedad, inaugurando la era del capitalismo. Sin embargo, la economía española del
siglo XIX y primer tercio del XX dista bastante del contexto internacional más desarrollado.
La Revolución Industrial española fue más incompleta que las experimentadas por países
como Gran Bretaña (I Revolución Industrial 1750-1850) en un primer estadio y Japón,
Estados Unidos y Alemania en segundo término (II Revolución Industrial, 1850/70-1914)

7.2.1 Los inicios de la industrialización: industria textil y siderúrgica


En la España del siglo XIX, el proceso de industrialización sufrió un notable retraso
con respecto a los países que lideraron la Revolución Industrial debido a varios
factores como la escasa demanda interior derivada del bajo poder adquisitivo de
la mayor parte de la sociedad española; la falta de fuentes de energía; la
situación periférica respecto al centro industrial europeo (que encarecía los
intercambios) o las dificultades de financiación de las empresas privadas a causa
de la absorción de recursos por parte de la Hacienda pública. Por todo ello, hasta
los inicios del siglo XX, la economía española siguió siendo fundamentalmente
agraria, aunque es cierto que a lo largo del XIX se percibe el despegue de la
industria textil catalana y de las siderurgias malagueña (1830-64), asturiana (ligada
a la minería 1864-79) y vasca (finales del XIX).
Historia de España
ü LA INDUSTRIA TEXTIL CATALANA

Las medidas liberalizadoras del mercado propulsadas por los gobiernos


progresistas, como la supresión de los privilegios de los gremios, permitió el libre
ejercicio de la actividad industrial y la rápida mecanización en zonas como
Cataluña. Así, a mediados del siglo XIX, la industria textil catalana era el motor de
la industrialización española. Destacó el sector del algodón, que a través de una
mejora en el proceso de mecanización redujo los costes y precios de venta,
favoreciendo así un aumento de la demanda. Para este desarrollo se apoyó en la
protección arancelaria que permitía hacer frente a la competencia exterior. Sin
embargo, sus posibilidades de crecimiento fueron limitadas por:

- la escasez de carbón (máquinas de vapor) y las dificultades para


transportarlo desde Asturias. Esta carestía hizo que proliferaran colonias
industriales a orillas de los ríos para aprovechar la energía hidráulica.

- la debilidad del mercado español y la escasa demanda de una población


básicamente campesina, por eso necesitaba de la protección de los
gobiernos para hacer frente a la competencia del exterior.

- la falta de inversión del sector bancario por lo que la industria debía


autofinanciarse familiarmente.

El crecimiento textil se vio interrumpido con la Guerra de Secesión de Estados


Unidos (1861-1865), pero después continuó su gran expansión logrando la
industrialización de Cataluña, pero no de toda España.

ü LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA

Por lo que se refiere a la siderurgia, ésta se basaba en los recursos mineros del
hierro y del carbón (hierro en Málaga, Vizcaya y Santander; cobre y pirita en
Huelva; plomo en Cartagena; cinc en Asturias). La existencia de yacimientos de
hulla en Asturias convirtió esta región en el centro siderúrgico. A partir de 1876 la
Historia de España
existencia de mineral de hierro de buena calidad y la llegada de carbón de coque
galés (a bajo precio) a Bilbao, se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco.
El eje comercial Bilbao-Cardiff fue fundamental para la industrialización del País
Vasco en el último cuarto de siglo.

Respecto a la producción minera, hubo un impulso de la explotación de las


minas españolas que contaba con abundantes reservas de hierro, mercurio,
cobre, plomo y carbón gracias al aumento de la demanda internacional, la
mejora en los sistemas de extracción y, especialmente, gracias a la Ley de Minas
de 1868 que liberalizó el subsuelo y concedió licencias para explotar las minas. Así,
entre 1874 y 1914 tuvo lugar la explotación masiva de los yacimientos mineros
españoles. Sin embargo, la extracción de estos recursos tuvo escasos efectos sobre
la economía española al ser explotados por sociedades extranjeras y exportados
en su inmensa mayoría.

En el último tercio del siglo XIX, Cataluña y País Vasco habían desarrollado ya
una estructura industrial moderna asentada en la producción textil y siderúrgica.

Sin embargo, el retraso del proceso industrializador, la escasez de compradores


y la deficiencia de los medios de transporte estuvo directamente relacionado con
las dificultades para articular un mercado interior, así que, para estimular el auge
de la industria y el desarrollo económico, fue imprescindible generar un nuevo
medio de transporte: el ferrocarril.
Historia de España
7.2.2. El ferrocarril (1830-1875)

Ya en 1844 una Real Orden sobre Creación de Ferrocarriles, permitió la


construcción de las primeras líneas ferroviarias, las que unían Barcelona-Mataró y
Madrid-Aranjuez. Sin embargó será la Ley General de Ferrocarriles (1855) la que
permita despegar al sector. sobre la economía. Aunque a la larga, la llegada del
ferrocarril fue beneficiosa, hubo también algunos efectos duraderos negativos:

1. En primer lugar, se consolidó una estructura radial de la red con centro en


Madrid, pero esto dificultaba las comunicaciones entre los principales focos
industriales.
2. En segundo lugar, el ancho de los carriles mayor que el resto de Europa,
obstaculizó los intercambios, lo que perjudicó a España.
3. Por último, la ley autorizó a las compañías constructoras, la mayoría
extranjeras, importar libres de aranceles aduaneros, lo que supone una
pérdida de entrada de capital importante al no pagar los impuestos
aduaneros.

Pero seguía siendo necesario construir un mercado nacional. Desde principios de


siglo se habían derogado los gremios, suprimido los impuestos y eliminado los
impuestos indirectos sobre el comercio. Faltaba algo que lo completara y fue el
ferrocarril, a pesar de sus deficiencias, lo que favoreció el aumento del comercio
interior, ya que se convirtió en el medio indispensable para dotar a España de un
medio de transporte masivo, barato y rápido que favoreció el intercambio de
personas y productos interiores. Además, se logró aumentar las exportaciones
fomentando el desarrollo del comercio exterior ya que a partir de la pérdida de las
colonias los mercados coloniales fueron sustituidos por los europeos (Francia y Gran
Bretaña).

En RESUMEN: ¿Por qué España no se industrializó plenamente en el siglo XIX?

1. Por la posición geográfica. Al estar en el sur de Europa la distancia se convertía en


un hándicap para importar y exportar.
2. Deficiencias de los medios de transporte.
Historia de España
3. Atraso agrario y escaso poder adquisitivo de la mayoría de la sociedad.
4. La deuda pública absorbió mucho capital disponible para invertir.
5. La mala calidad de las materias primas como el carbón autóctono.
6. La inestabilidad política.
7. La falta de demanda

En definitiva, en el último tercio del siglo XIX, solo Cataluña y País Vasco habían
desarrollado ya una estructura industrial moderna asentada en la producción textil
y siderúrgica. Poco a poco el tejido industrial se fue extendiendo y propiciando el
desarrollo de nuevas industrias como la agroalimentaria, química, del calzado,
harinera, editorial, etc, pero se empezaba a ver una diferencia importante a nivel
económico entre estas dos regiones y otras zonas españolas, lo que hará que hasta
bien entrado el siglo XX se pueda hablar, a nivel industrial y económico, de una
diversidad territorial y de una “España a dos velocidades”, lo que acentuará las
diferencias entre las distintas provincias de España.

Construcción del Puente (ferroviario) de los Franceses en Madrid, Charles Clifford, 1859.
Historia de España

TEMA 8. La Restauración borbónica: implantación y


afianzamiento de un nuevo sistema político (1874-1902)

8.1. LA RESTAURACIÓN DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA. LA CONSTITUCIÓN


DE 1876. BIPARTIDISMO, TURNISMO Y MANIPULACIÓN ELECTORAL (1875-
1902)
8.1.1. La Restauración de la monarquía borbónica
8.1.2. La Constitución de 1876
8.1.3. Bipartidismo, turnismo y manipulación electoral (1875-1902)

8.2. LA CRISIS DE 1898 Y SUS CONSECUENCIAS: EL REGENERACIONISMO.


8.2.1. La crisis del 98
8.2.2 Las repercusiones del 98. el Regeneracionismo
Historia de España
TEMA 8. La Restauración borbónica: implantación y
afianzamiento de un nuevo sistema político (1874-1902)

CLAVES PARA ENTENDER ESTE PERÍODO: Tras el fallido intento de instaurar un


régimen democrático durante el Sexenio (1868-1874), se restauró la monarquía
borbónica y España volvió al liberalismo censitario. Un nuevo sistema político
ideado por Cánovas del Castillo, fundamentado en la alternancia de poder de
dos grandes partidos: el conservador y el liberal. La Restauración duró más de
cincuenta años desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta
la proclamación de la Segunda República en 1931.Durante este largo período
que abarca los reinados de Alfonso XII y XIII, con el interregno de la regencia de
María Cristina, se consolidó un régimen constitucional y parlamentario. A pesar
del establecimiento del sufragio universal, nunca llegó a ser un régimen
plenamente democrático, sino que estuvo dominado por una burguesía
oligárquica apoyada en el capitalismo agrario. Los dos grandes partidos
(conservadores y liberales), no fueron capaces de integrar fuerzas emergentes
como el obrerismo y el republicanismo.

En 1898, la pérdida de las últimas colonias (Cuba y Filipinas), sumió a la


Restauración en una gran crisis política y moral, conocida como el “desastre”,
que fraccionó los fundamentos del sistema y planteó la necesidad de iniciar un
proceso de reformas para modernizar la vida social y política del país
(movimiento conocido como Regeneracionismo).

Etapas de la Restauración:

1) Restauración borbónica (1875-1898).

2) Crisis del Sistema de la Restauración (1898-1931)

Anotación: el tema 8 comprende desde la llegada de Alfonso XII hasta el inicio del
reinado de su hijo, Alfonso XIII. El siguiente tema, el 9, irá desde 1902 hasta 1931, cuando
se inicia la II República. Por tanto, estas dos lecciones comprenden lo que se conoce
como Restauración, si bien es cierto que muchos autores hablan de Restauración
referido solo al primer período, hasta 1902, cuando accede al poder Alfonso XIII.
Historia de España
8.1. LA RESTAURACIÓN DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA. LA CONSTITUCIÓN
DE 1876. BIPARTIDISMO, TURNISMO Y MANIPULACIÓN ELECTORAL (1875-
1902)

8.1.1. La Restauración de la monarquía borbónica

El pronunciamiento del general Martínez Campos en diciembre de 1874,


apoyado por el ejército y las fuerzas conservadoras, significó la restauración de
la monarquía en la persona de Alfonso XII, único hijo varón de Isabel II. Antonio
Cánovas del Castillo, político clave del momento fue el encargado de asumir la
regencia hasta el regreso del rey en enero de 1875, el cual había firmado el
“Manifiesto de Sandhurst”, declarando su voluntad de convertirse en rey de
España siguiendo un ideario católico, liberal y constitucional.

Los conservadores recibieron con gran satisfacción la Restauración con la


esperanza de recobrar la estabilidad política y poner fin a todo intento de
revolución democrática y social en España. Para ello, Cánovas ideó un sistema
político que superase los problemas endémicos anteriores: el carácter partidista
y excluyente de los moderados durante el reinado isabelino, el intervencionismo
de los militares en la política y la proliferación de los enfrentamientos civiles. Las
dos primeras medidas que adoptó fueron la elaboración de una constitución
que vertebrase un sistema político basado en el bipartidismo, y la pacificación
del país poniendo fin a la Guerra de Cuba.

Ø El fin de los conflictos bélicos: la estabilidad del régimen se vio favorecida


por el fin de las guerras carlista y cubana. La Restauración borbónica privó a la
causa carlista de su legitimidad y muchos acabaron reconociendo a Alfonso XII
como rey. A lo largo de 1875, el esfuerzo militar hizo posible la reducción de los
núcleos carlistas en Cataluña, y el golpe de Martínez Campos obligó a la
definitiva rendición de los carlistas en Cataluña, Aragón y Valencia. En el País
Vasco y Navarra, la resistencia carlista duró hasta febrero de 1876, año en que
Carlos VII cruzó la frontera francesa hacia el exilio y la guerra se dio por
finalizada.
Historia de España
La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición definitiva del
régimen foral en el País Vasco. De este modo, los territorios vascos quedaron
sujetos al pago de impuestos y al servicio militar igual que el resto de las
provincias. Sin embargo, en 1878 se estipuló un sistema de conciertos
económicos que otorgaba un cierto grado de autonomía fiscal a cambio del
pago de un cupo recaudado por la Diputación Provincial.
El final de la guerra carlista permitió concentrar las fuerzas para acabar con la
insurrección cubana (Guerra de los Diez Años, 1868-1878). En 1878 se firmó la
Paz de Zanjón, que incluía una amplia amnistía, abolición de la esclavitud y la
promesa de reformas políticas y administrativas por las que Cuba tendría
representantes en las Cortes españolas. El retraso o incumplimiento de estas
reformas provocaría el inicio de un nuevo conflicto en 1879 (Guerra Chiquita) y
la posterior insurrección de 1895.

8.1.2. La Constitución de 1876

LA CONSTITUCIÓN DE 1876: Tras la proclamación de la República había


quedado sin efecto la Constitución de 1869. Así, la primera medida política fue
la elaboración de una constitución conservadora inspirada en los valores
históricos tradicionales: monarquía, religión y propiedad.

Esta constitución se aprobó el 30 de junio de 1876. Fue la norma jurídica


fundamental de todo el periodo y ha sido, hasta el momento, la de mayor
longevidad, ya que permaneció́ en vigor hasta 1923. Se trataba de un
documento breve (89 artículos), que surgió́ como síntesis y punto intermedio
entre las dos constituciones precedentes (1845 y 1869). Su escasa concreción
dejaba en manos del partido gobernante algunos aspectos como el sufragio o
la cuestión religiosa, pero sí precisaba una serie de principios básicos.

La Constitución consideraba a la monarquía como una institución


incuestionable con poder moderador que debía ejercer de árbitro en la vida
política y garantizar la alternancia entre los partidos. Para ello se establecía la
soberanía compartida y se le concedían amplios poderes como el derecho a
Historia de España
voto, potestad para nombrar ministros y convocar Cortes, además de poder
disolverlas y suspenderlas sin contar con el gobierno. Dichas Cortes eran
bicamerales, con un Senado compuesto por miembros de designación real y un
Congreso elegido por sufragio directo.

La Constitución establecía el voto censitario y no será hasta 1890, cuando por


fin, se apruebe el sufragio universal masculino.
También proclamaba la confesionalidad católica del Estado y, por lo tanto, se
restableció el presupuesto del culto y clero para financiar a la Iglesia. Por otro
lado, declaraba una serie de derechos, aunque luego serían restringidos, tales
como el derecho de imprenta, expresión, asociación y reunión.

Turno pacífico o turnismo:


alternancia en el gobierno
de los partidos dinásticos
8.1.3. Bipartidismo, turnismo y (conservador y liberal). La
formación de gobierno por
manipulación electoral (1875-1902) parte de cada uno no
dependía del triunfo
electoral sino de la decisión
Antonio Cánovas diseño un sistema de gobierno del rey en función de una
crisis política o del desgaste
basado en el bipartidismo y en la alternancia de en el poder del partido
poder de los dos grandes partidos dinásticos gobernante.

(conservador y liberal), que renunciaban a los


pronunciamientos como mecanismo para acceder al gobierno. Mediante el
turno pacífico se aseguraba la estabilidad institucional y se evitaba la
intervención del ejército en la vida política, algo que había caracterizado la
época isabelina.
El ejército, uno de los pilares del nuevo sistema, quedó subordinado (mediante
una Orden Real) al poder civil sin poder intervenir en las contiendas políticas.
Cánovas había formado parte de la revolución de 1854 que abrió la década
moderada y fue el gran defensor de la restauración monárquica. Durante el
Sexenio (1869-1874) fue, como sabemos, el principal dirigente del Partido
Alfonsino. Tras el regreso de Alfonso XII, aglutinó a los grupos políticos más
conservadores, salvo a carlistas, y transformó el Partido Alfonsino en Partido
Historia de España
Conservador. Pero su proyecto bipartidista requería de otro partido más
progresista, la llamada izquierda dinástica, y propuso a Mateo Sagasta, político
progresista con el que había participado en la revolución de 1854, la formación
del Partido Liberal. Ambos partidos, conocidos como partidos dinásticos,
aglutinarían los diferentes grupos con el único requisito de aceptar la monarquía
Alfonsina y la alternancia de poder.

Conservadores y liberales coincidían ideológicamente en lo fundamental:


defensa de la monarquía, Constitución, propiedad privada y Estado liberal
centrista. Sus bases eran homogéneas y eran apoyados principalmente por
élites económicas. Sus diferencias eran escasas: los liberales defendían el
sufragio universal y eran proclives a un reformismo social de carácter más laico.
Pero en la práctica existía un acuerdo tácito por el que ningún partido podía
promover leyes que fueran a ser derogadas por el otro partido al llegar al poder.
De esta manera, ambas fuerzas fueron turnándose pacíficamente el poder asegurando
la estabilidad institucional y evitando la monopolización del poder por parte de un único
partido. Además, evitó la participación del movimiento obrero y de las fuerzas
nacionalistas, impidiendo así́ que partidos ajenos al régimen pudieran hacerse con el
poder.
Historia de España
Dicho sistema pudo mantenerse gracias a la MANIPULACIÓN Funcionamiento de la manipulación
electoral: el rey nombraba al presidente
electoral y a la utilización de la influencia de los caciques sobre la del Gobierno a quien otorgaba el decreto
de disolución de las Cortes. A continuación,
sociedad. Los caciques eran ricos propietarios, sobre todo del se celebraban elecciones con el fin de
obtener una cómoda mayoría
medio rural, que daban trabajo a jornaleros y tenían gran parlamentaria. Lógicamente, esto solo era
posible recurriendo al fraude electoral,
influencia en la vida social y política, y fueron los encargados de orquestado desde el Ministerio de la
Gobernación quien “fabricaba” los
llevar a cabo el fraude electoral. Compraban los votos a cambio resultados mediante el encasillado (lista de
personalidades que debían ser elegidas), y
de favores. La adulteración del voto o pucherazo (trampas llevado a la práctica a través de los
Gobernadores Civiles y personalidades
electorales, compra de votos, falsificación del censo) fue una locales, principalmente los caciques.

práctica para que el partido requerido para formar gobierno


lograra una amplia mayoría parlamentaria. El caciquismo fue un fenómeno que
se dio en toda España, pero sobre todo en Andalucía.

El desarrollo del turnismo durante el reinado de Alfonso XII y la regencia de Mª


Cristina:

Entre 1875 y 1898, la alternancia entre Cánovas y Sagasta funcionó con


regularidad. De hecho, conservadores y liberales se turnaron el poder hasta en
diez ocasiones. Con la muerte prematura de Alfonso XII (1885), se firmó el Pacto
del Pardo para asegurar la continuidad del sistema y apoyar a la reina viuda, Mª
Cristina de Habsburgo, en su regencia.

Así, tras la muerte del rey, el gobierno cayó en manos de los liberales de Sagasta
(1885-1890), que introdujo importantes reformas como la abolición de la
esclavitud en Cuba (1888) y la aprobación del Código de Comercio, el Código
Civil, la legalización de los partidos políticos y sindicatos de obreros con la Ley
de Asociaciones y el restablecimiento de las libertades de cátedra y de prensa,
así́ como la implantación del sufragio universal masculino (1890).

El sistema canovista funcionó hasta que atravesó dos momentos críticos: la


muerte de Cánovas del Castillo (1897) y el impacto del desastre del 98, que
erosionó a los partidos dinásticos. El personalismo del sistema deterioró a los
partidos, que dependían excesivamente de la personalidad de sus líderes
provocando disidencias internas y la descomposición de ambos partidos.
Historia de España
8.2. LA CRISIS DE 1898 Y SUS CONSECUENCIAS: EL REGENERACIONISMO.

8.2.1. La crisis del 98

Tras la independencia de la mayor parte de las colonias americanas a principios


del s. XIX, solo Cuba, Puerto Rico, y el archipiélago de Filipinas, continuaron
formando parte del imperio español, aunque de las tres zonas, Filipinas no tuvo
para España la misma importancia que Cuba o Puerto Rico.

En Filipinas la insurrección estalló en 1896 promovida por una organización


secreta que pretendía la expulsión de los españoles y la confiscación de las
tierras a las órdenes religiosas. La rebelión, liderada por José́ Rizal, fue controlada
en 1897.

Por su parte, en Cuba, las insurrecciones habían sido casi permanentes desde
1868 y fueron sofocadas tanto por vía militar como por pactos políticos.

• La paz de Zanjón (1878) había puesto fin a diez años de guerra. Los
naturales de Cuba esperaban que la Administración española otorgase
los mismos derechos de representación política en las Cortes que los
peninsulares y pedían también la libertad de comercio y la abolición de
la esclavitud. Pero muchas propuestas no fueron aceptadas.
• En 1879 se produjo otro conato de insurrección contra la presencia
española en la isla, que dio lugar a la Guerra Chiquita.
• En 1895 estalló en Cuba una nueva insurrección, a la que se sumó más
adelante la rebelión de las islas Filipinas. El 24 de febrero 1895, el Partido
Revolucionario Cubano, fundado por José́ Martí́, protagonizó esta nueva
insurrección, conocida como el “grito de Baire” que se extendió́
rápidamente por toda la isla y que dio inicio a un levantamiento
generalizado iniciándose la Segunda Guerra de Cuba (1895-1898)

ü CAUSAS: Fueron sobre todo políticas y económicas. Las principales


causas políticas del estallido fueron la ineficacia de la administración para
Historia de España
introducir las reformas que llevaban años reclamando (la abolición de la
esclavitud se logró en 1888) y los deseos de independentismo fueron ganando
posiciones. En Cuba existía el bipartidismo al estilo canovista con el Partido
Autonomista y el Partido Independentista. En 1893, el intelectual José Martí
fundó el Partido Revolucionario Cubano, que a la postre fue el promotor del
levantamiento contra la metrópoli.
En cuanto a las económicas, España imponía a la isla una política económica
proteccionista e impedía el libre comercio con Estados Unidos, principal
comprador de productos cubanos como azúcar o tabaco.

ü DESARROLLO DE LA GUERRA: El 24 de febrero de 1895, con el Grito de


Baire, se inició la insurrección en la parte oriental de la isla extendiéndose
rápidamente por toda la isla, hasta la capital, La Habana.
El gobierno de España, presidido por Cánovas envió un ejército al mando del
general Martínez Campos (el que realizó el pronunciamiento de 1874 que puso
fin al Sexenio y supuso la Restauración borbónica), que entendía que el éxito
dependía de una fuerte represión militar junto con una flexibilidad política para
llegar a acuerdos. No consiguió acabar con la insurrección y Martínez Campos
fue sustituido por el general Valeriano Weyler, quien empleó métodos más
contundentes. Por ejemplo, llevó a cabo una “concentración” de los
campesinos en unas aldeas cerradas para aislarlos de los insurrectos lo que
provocó una elevada tasa de mortalidad entre la población civil (a causa de
la hambruna y de las epidemias) y entre los soldados españoles, quienes no
estaban acostumbrados a luchar en la selva. La victoria final se convertía en un
objetivo cada vez más difícil de alcanzar.

En 1897, tras el asesinato de Cánovas (8 de agosto de 1897), el nuevo gobierno


liberal de Sagasta decidió apostar por la estrategia de la conciliación. Con la
esperanza de pactar con los separatistas se concedió la autonomía, el sufragio
universal, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía
arancelaria. Pero ya era demasiado tarde, los independentistas contaban con
Historia de España
el apoyo de Estados Unidos y se negaron a poner fin a las hostilidades con el
gobierno español.

La intervención de EE. UU. (abril 1895-diciembre 1898)

Entre tanto, Estados Unidos ya había iniciado su expansión en el Pacífico en


Hawai y Japón, y había mostrado su interés por la compra de Cuba. El
presidente McKinley mostró abiertamente su apoyo a los insurrectos enviando
armas por vía marítima. En abril de 1898 EEUU declaró la guerra a España con la
excusa del hundimiento del Maine, un barco estadounidense anclado en La
Habana, comenzando así la guerra hispano-norteamericana. Estados Unidos
intervino derrotando al ejército español en Cuba (batalla de Santiago) y
también en Filipinas (batalla de Cavite).

El 10 de diciembre de 1898 se firmó la Paz de París por la que España debía


aceptar la independencia de Cuba. La isla quedaría bajo supervisión de EEUU,
que además logró el control de Puerto Rico y Filipinas. Se ponía así́ fin a la
presencia española en ultramar y comenzaba una nueva etapa en la que
España debería asumir un papel secundario en el contexto internacional, en un
momento en que las naciones europeas estaban construyendo vastos imperios
coloniales en Asia y África.

8.2.2. Las repercusiones del 98: el Regeneracionismo

La derrota y consiguiente pérdida de las colonias fueron conocidas en España


como “el desastre del 98”, causando la primera crisis del sistema político de la
Restauración.

ü Una crisis política y moral

Realmente, la crisis política que se anunciaba no se produjo, ya que el sistema


de la Restauración sobrevivió, aunque la crisis estimuló el crecimiento de los
Historia de España
movimientos nacionalistas. Tampoco hubo crisis económica, a pesar de la
pérdida de los mercados coloniales y de la deuda causada por la guerra. ya
que permitió́ una importante repatriación de capitales que fueron invertidos en
la economía peninsular.

De este modo, la crisis del 98 fue fundamentalmente una crisis moral e


ideológica que causó un importante impacto psicológico entre la población.
La derrota sumió a la sociedad y a la clase política española en un estado de
desencanto y frustración porque significó la destrucción del mito del Imperio
español en un momento en que las naciones europeas estaban construyendo
vastos imperios coloniales en Asia y África. España quedaría así relegada a un
papel secundario en política internacional.

La prensa extranjera presentó a España como una “nación moribunda”, con un


ejército ineficaz y un sistema político corrupto (caciquismo). Esta visión cuajó
profundamente en buena parte de la opinión pública española y el desastre del
98 se convertirá en algo simbólico, triste para la población.

ü El Regeneracionismo

Un grupo de intelectuales reunidos en torno


a la Institución Libre de Enseñanza,
consideraban que la sociedad y la política
española estaban excesivamente influidas
por la doctrina católica y no favorecía la
modernización de la cultura ni de la ciencia
y reconocían su retraso frente al resto de
Europa. Esta corriente que promovía la regeneración y modernización de
España acabó conociéndose como Regeneracionismo y su mayor
representante fue Joaquín Costa.

En su pensamiento recoge una visión muy negativa de la historia de España.


Sostenía que había una degeneración de lo español y que era precisa la
regeneración del país enterrando glorias pasadas. Los regeneracionistas
defendían la necesidad de:
Historia de España
- alfabetizar a la población
- modernizar la economía
- dejar atrás los mitos de un pasado glorioso
- acabar con el caciquismo
Sus ideas están recogidas en sus lemas: “escuela y despensa” y “siete llaves al
sepulcro del Cid”.

Asimismo, un grupo de literatos y pensadores agrupados como la Generación


del 98 intentaron analizar “el problema de España” desde un punto de vista muy
crítico y pesimista. Defienden también la necesidad de una regeneración moral,
social y cultural del país.

En este grupo destacan los siguientes escritores: Unamuno, Valle Inclán, Pío
Baroja y Azorín. Y los temas comunes serán el pesimismo, el retraso de España y
el papel de España en la Historia.

ü El fin de una época

El desastre del 98 significó el fin de la Restauración tal y como lo había diseñado


Cánovas (aunque la Restauración, como período histórico, abarca, según
muchos autores, hasta 1931) y la aparición de una nueva generación de
políticos, intelectuales, científicos, activistas sociales y empresarios que
empezaron a actuar en el nuevo reinado de Alfonso XIII asumiendo un
programa de reformas orientadas a superar los problemas sociales y el atraso
del país. Sin embargo, los nuevos gobiernos regeneracionistas, siguieron
funcionando igual con apenas cambios lo que evidenció las limitaciones del
régimen de la Restauración y su incapacidad a la hora de solucionar los
problemas de España. Además, la crisis fomentó la intensificación de los
nacionalismos periféricos, sobre todo en el País Vasco y Cataluña, donde la
perdida de las colonias fue interpretada como la evidencia de la necesidad de
desvincularse de España.

La derrota militar tuvo también consecuencias en el ejército ya que creció el


resentimiento de los militares hacia los políticos, acusándoles de haber sido
utilizados. Frente a un antimilitarismo popular, una parte de los militares se inclinó
Historia de España
hacia posturas más autoritarias y fue tomando cuerpo el convencimiento de
que los militares debían tener más peso en la vida política del país. Esta
injerencia militar fue aumentando hasta culminar en el golpe de Estado de Primo
de Rivera en 1923, que inauguró una dictadura que durará hasta 1930.

Anotación: lo que ocurra en la Historia de España desde 1902 (mayoría de edad


de Alfonso XIII) y 1931, incluida dictadura de Primo de Rivera lo veremos en la
siguiente lección.

Fechas clave:

• 1874-1931: Restauración borbónica.


• 1885: muerte de Alfonso XII
• 1897: asesinato de Cánovas
• 1898: pérdida definitiva de las colonias de Cuba y Filipinas. Crisis de la
Restauración
• 1902-1931: reinado de Alfonso XIII
• 1923-1931: dictadura de Primo de Rivera
• 1931: II República
Historia de España
TEMA 9. LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA (1902-1931)

0. INTRODUCCIÓN: REFORMISMO DINÁSTICO: LOS INTENTOS RENOVADORES DE MAURA Y CANALEJAS


(NECESARIO LEER, PERO NO ENTRA EN EL EXAMEN)

Canalejas. Maura
9.1. EL AUMENTO DE LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN: REPUBLICANISMO, NACIONALISMO CATALÁN Y
VASCO.
9.1.1. Republicanismo
9.1.2. Nacionalismo catalán
9.1.3. Nacionalismo vasco

9.2. EL AUMENTO DE LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN: ANARQUISMO Y SOCIALISMO.

9.3. EL PROBLEMA DE MARRUECOS Y LA CRISIS DE 1909


9.3.1. El problema de Marruecos
9.3.2. La crisis de 1909

9.4. LA CRISIS DE 1917 Y EL FINAL DEL SISTEMA.


9.4.1. Crisis de 1917
9.4.2. Final del sistema.

9.5. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA (1923-1930)


Historia de España

INTRODUCCIÓN: El desastre del 98 produjo una conmoción general en el país. Como


consecuencia, el régimen de la Restauración entró en una nueva fase que vino marcada por
la subida al trono de Alfonso XIII al cumplir la mayoría de edad en 1902, y que finalizó en 1931
con la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República. Durante estos
años, una nueva generación de políticos y nuevos movimientos sociales irrumpieron en la vida
española. Las fuerzas de oposición provocaran numerosos conflictos sociales y políticos. Entre
1898 y 1912, los partidos dinásticos, con sus dirigentes principales (Antonio Maura y José
Canalejas), intentaron modernizar el sistema, pero a partir de 1912, la continua decadencia y
fragmentación del régimen dio lugar al fortalecimiento de la oposición republicana, obrerista
y nacionalista. El problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran Guerra agudizaron
los conflictos, que estallaron en los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del
sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse acabó propiciando la solución
militar y, en 1923, el golpe de Estado de Primo de Rivera dio origen a una dictadura hasta 1930.
El compromiso de la propia monarquía con el nuevo régimen desembocó en su caída en abril
de 1931.

INTRODUCCIÓN: REFORMISMO DINÁSTICO: LOS INTENTOS RENOVADORES DE MAURA Y


CANALEJAS (NECESARIO LEER, PERO NO ENTRA EN EL EXAMEN).

El desastre del 98 mostró las deficiencias del régimen de la Restauración y dio lugar
a un reformismo político basado en las ideas regeneracionistas, iniciándose una
nueva etapa de la Restauración.

ü El fracaso del primer gobierno regeneracionista


En 1899, la reina regente María Cristina dio su confianza para formar gobierno al
conservador Francisco Silvela. El nuevo gabinete mostró una cierta voluntad de
renovación permitiendo la entrada en la política de figuras anteriormente
marginadas. Mantuvo una política reformista con proyectos de descentralización
administrativa pero también de aumento tributario para paliar las consecuencias
de la pérdida de Cuba. Los ministros más renovadores dimitieron y en 1901, la reina
otorgó de nuevo el gobierno a los liberales. La renovación duró un año y volvieron
las prácticas del turnismo por lo que la Restauración sobrevivió a la crisis del 98.

ü Las reformas de Maura (1904-1907) y Canalejas


Historia de España
En la primavera de 1902, al cumplir 16 años, Alfonso XIII subió al trono. El momento
coincidió con una renovación de los protagonistas de los partidos dinásticos:
Antonio Maura (Partido Conservador) y José Canalejas (Partido Liberal). Esta
nueva generación impulsó la regeneración desde dentro, pero mantuvo el
turnismo y falseamiento electoral impidiendo, así, una verdadera democratización
del sistema.

En 1904, el conservador Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno. De


espíritu renovador y reformista, diseñó un proyecto político de revolución “desde
arriba”, para reformar el régimen y democratizarlo, evitando que lo hicieran las
clases populares. Con la ayuda de “masas neutras”, (base social neutral) pretendía
desbancar al caciquismo, pero sin que se produjera una revolución social. Llevó a
cabo una Ley Electoral (1907), pero no consiguió acabar con la corrupción
electoral ni democratizar el sistema.

Por otro lado, Maura se atrajo hacia el régimen al nacionalismo moderado no


republicano, como el de la Lliga Regionalista, concediendo más autonomía a los
ayuntamientos y diputaciones. Maura también adoptó medidas para reactivar la
industria, y de tipo social como Ley de Descanso Dominical.

La defensa a ultranza del orden público, especialmente en los sucesos de la


Semana Trágica (1909), causó la caída del gobierno conservador.

En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal con el que


continuó la política modernizadora y reformista. Introdujo reformas más sociales
para atraerse a sectores más populares y limitando el poder de la Iglesia. Abordó
el tema de la financiación de la Iglesia y profundizó sobre la separación de la
Iglesia y el Estado con la Ley del Candado (1910), que impedía el nombramiento
de nuevas órdenes religiosas. En política social, lo más destacable fue la sustitución
del impuesto sobre el consumo por el impuesto sobre la renta, y las leyes
encaminadas a mejorar las condiciones laborales (trabajo femenino y niños).
Sensible al problema de los regionalismos y nacionalismos, aprobó La Ley de
Mancomunidades para unir las diputaciones provinciales y gestionar algunos
servicios públicos. Canalejas fue asesinado por un anarquista en 1912.
Historia de España
9.1. EL AUMENTO DE LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN: REPUBLICANISMO, NACIONALISMO
CATALÁN Y VASCO.

Durante la 1º fase de la Restauración, republicanos, carlistas, nacionalistas y


socialistas habían quedado marginados a la oposición por lo que no pudieron
plantear una alternativa al régimen, y nunca obtuvieron votos suficientes para
formar una minoría parlamentaria.

Estas corrientes ideológicos fueron el republicanismo (contrarios a una monarquía),


que fue la principal fuerza de oposición, aunque estaba dividido en distintos
partidos; la derecha carlista (anticonstitucionales), que mantuvo sus posiciones,
dividiéndose en carlistas, integristas y tradicionalistas, reunificados con la llegada
de la República en la Comunión Tradicionalista; los nacionalismos periféricos que
surgieron también durante la Restauración en el primer tercio del siglo XX, sobre
todo vasco y catalán; y el obrerismo, sobre todo el PSOE, que todavía tenía poca
fuerza, pero que contaba con sólidas bases que permitieron un progresivo
crecimiento. Después de la Revolución rusa (1917), algunos se escindieron y
fundaron el Partido Comunista de España (PCE).

Por tanto, el panorama político dejaba entrever ya diferentes ideologías muy


palpables en la sociedad.

9.1.1. REPUBLICANISMO

Tras el fracaso del Sexenio Democrático, el republicanismo tuvo que hacer frente
al desencanto por parte de sus seguidores, a la represión de los gobiernos
monárquicos y a la división
interna, lo que hizo que
perdieran apoyo electoral
aunque el ideario
republicano basado en la
defensa de la república
como forma de Estado, el
Historia de España
anticlericalismo, la fe en el progreso y las reformas sociales, se mantuvo vivo en los
sectores intelectuales y universitarios y se difundió́ a la sociedad civil a través de los
casinos, ateneos, tertulias y periódicos.

Emilio Castelar, el viejo dirigente republicano, consideró “posible” que la


monarquía asumiera algunos principios democráticos republicanos y
fundó el Partido Republicano Posibilista que terminó por integrarse en
el Partido Liberal de Sagasta tras la aprobación del sufragio universal
masculino en 1890. A su vez, Ruiz Zorrilla viró hacia el radicalismo y
creó el Partido Republicano Progresista (partidarios de la insurrección
y protagonizaron algunas hasta la muerte de su líder en 1895). Este sector
republicano terminó por tener una escasa implantación social); Salmerón creó el
Partido Republicano Centralista (partidarios de la unidad territorial y política del
Estado, y su base social se encontraba entre la burguesía ilustrada y progresista) y
finalmente Pi i Maragall, que fundó el Partido Republicano Federal, que contaba
con más adeptos y fieles a su ideario inicial. Además, fueron muy activos a través
de la prensa y las publicaciones. No colaboraron nunca con el nuevo sistema
político, pero, a diferencia de otros, renunciaron al empleo de métodos violentos
o conspirativos

La división del republicanismo se intentó superar en el inicio del nuevo siglo con la
creación de la Unión Republicana (1903), impulsada por Nicolás Salmerón y
Alejandro Lerroux con el objetivo de acabar con los enfrentamientos y poder
presentar una clara alternativa. Su programa pasaba por recuperar la Constitución
de 1869 en lo relativo a los derechos y organización de la administración, pero bajo
la fórmula republicana y no monárquica.

La Unión Republicana fue un éxito porque unió́ las tendencias republicanas y


obtuvo un gran resultado electoral en 1905 al conseguir treinta escaños en el
Congreso, lo que permitió́ que por primera vez hubiera en las Cortes una minoría
republicana. Pero las diferentes tendencias dentro de esta llevaron a la Unión
Republicana a desintegrarse en 1908, dando lugar a la aparición de otros dos
grandes partidos: el Partido Radical fundado por Lerroux (1908), anticatalanista,
anticlerical y revolucionario; y el Partido Reformista fundado por Melquiades
Historia de España
Álvarez (1912), más moderado que llegaba a admitir la monarquía democrática y
social.

El sufragio universal masculino revitalizó las fuerzas del republicanismo y estimuló la


formación de alianzas, pero perdió parte de sus antiguas bases sociales ante un
nuevo grupo político que representaba el obrerismo: el Partido Obrero Español
(PSOE), que había sido fundado por Pablo Iglesias en 1879.

ü El surgimiento de los nacionalismos periféricos

Explicación histórica: además del republicanismo, desde mediados del s. XIX


aparecieron movimientos regionalistas que, sobre la base de la existencia de unas
realidades históricas, lingüísticas y culturales propias, cuestionaron la existencia de
una sola nación en España y criticaron el modelo centralista de la Restauración.
Así́, los movimientos de recuperación cultural y lingüística que se habían producido
en varios territorios del Estado a lo largo del siglo adquirieron poco a poco tintes
políticos dando origen a los movimientos que reclamaban formas de autogobierno
en los territorios con lengua, derechos históricos (fueros), señas de identidad y
tradiciones propias. Fueron movimientos heterogéneos en los que participaron
grupos ideológicos diversos potenciados por las burguesías locales. El movimiento
regionalista fue más vigoroso y temprano en Cataluña y el País Vasco, porque en
estos territorios existía una burguesía desarrollada con importantes influencias e
intereses económicos y una diferenciación lingüística que cimentó el sentimiento
nacional.

9.1.2. NACIONALISMO CATALÁN

Cataluña fue la pionera en desarrollar un movimiento regionalista. A lo largo de


todo el siglo XIX, Barcelona y su entorno se habían convertido en la primera zona
industrial de España, factor que había propiciado el nacimiento de una influyente
burguesía de empresarios industriales. Este nuevo grupo sentía que los diferentes
Historia de España
gobiernos no protegían sus intereses. El desarrollo económico coincidió con un
renacimiento de la cultura catalana y la expansión de su lengua vernácula, el
catalán. Este movimiento de recuperación de la identidad catalana
se conoció como Reinaixença. Al progreso económico y el
renacimiento cultural se unió el catalanismo político, alentado por
Valentí Almirall, padre del catalanismo. Fue fundador del Centre
Català (1882) y autor de “Lo catalanisme” (1886), que defendía la
autonomía de Cataluña frente al centralismo. El regionalismo catalán se convirtió
en un verdadero nacionalismo a partir de las Bases de Manresa (1892), documento
que proponía, bajo acuerdo con la corona, la autonomía de Cataluña dentro de
España. La crisis del sistema canovista de la Restauración en 1898 aumentó el
interés de la burguesía catalana por tener su representación política al margen de
los partidos dinásticos. En 1901 se creó la Lliga Regionalista, fundada por Prat de la
Riba y Cambó para defender los intereses del catalanismo. Aspiraba a participar
activamente en la política para lograr sus objetivos: la autonomía de Cataluña y
la defensa de los intereses económicos de los industriales catalanes. convirtiéndose
en el principal partido de Cataluña durante el primer tercio del siglo XX.

9.1.3. NACIONALISMO VASCO

El nacionalismo vasco surgió en la década de 1890, en su origen como reacción a


la pérdida de los Fueros tras la derrota del carlismo en 1876, pero también por el
desarrollo de una corriente cultural en defensa y la lengua vasca (euskaros). Su
gran propulsor fue Sabino Arana. Tenía una visión legendaria de
los vascos como una etnia diferenciada y creyó que la cultura
autóctona y la lengua peligrarían como resultado de la llegada
de inmigrantes procedentes de distintas zonas de España
(conocidos como maketos) como consecuencia de la enorme
expansión de la minería y siderurgia vasca a finales del siglo XIX. Las propuestas de
Arana fueron apoyadas por la pequeña burguesía y en 1895 creó el Partido
Nacionalista Vasco en Bilbao (PNV). Arana acuñó un nuevo nombre para su patria,
Euzkadi, una bandera propia y propuso un lema para su partido: “Dios y antigua
Historia de España
ley”. Con gran sentimiento católico defendían las tradiciones, las costumbres
vascas y la pureza de la raza, por lo que adquirió un cierto sentido xenófobo. Desde
un principio se declaró independentista pero luego fue se fue suavizando al
aceptar la autonomía del País Vasco dentro de la legalidad y la unidad del Estado
español, lo que le permitió́ ampliar sus bases entre las clases medias y lograr ciertos
éxitos en las elecciones municipales y ostentar cargos en las diputaciones, como
el escaño del propio Arana en la Diputación de Vizcaya en 1898. Tras la muerte de
Arana en 1903, los preceptos del PNV se moderaron ligeramente, configurándose
dentro del partido dos grandes tendencias que se mantendrían en el futuro: una
favorable a la independencia vasca y otra más moderada que abogó por el
autonomismo al estilo del catalanismo político. En cualquier caso, fue el principal
partido representante del nacionalismo vasco, aunque tuvo que rivalizar con el
carlismo, que también defendía la identidad vasca y el restablecimiento de los
Fueros.

En definitiva, la oposición política (republicanos, carlistas, nacionalistas y socialistas)


se irá consolidando a lo largo de la Restauración colaborando con el movimiento
obrero en la desestabilización del sistema político, pero no logró articular una
alternativa viable de gobierno hasta 1930.

Esto no entra en el examen, pero conviene también saber:


El nacionalismo gallego: A diferencia del catalán y vasco, tuvo un carácter estrictamente cultural, con figuras
literarias como Rosalía de Castro. A través de la literatura denunciaban el atraso económico y la inoperancia
política que forzaba a muchos gallegos a la emigración.
Valencianismo, aragonesismo y andalucismo: Los movimientos de resurgimiento cultural se dieron en Valencia,
Aragón y Andalucía, durante la Segunda República, cuando se preveía la creación de autonomías regionales.
El carlismo, tras ser derrotado en 1876 y con su pretendiente en el exilio, entró en una grave crisis al comprobar
que muchos de sus dirigentes reconocían a Alfonso XII. Descartados constitucionalmente como sucesores al trono,
tardaron un tiempo en recomponerse como partido. Los carlistas mantuvieron su influencia en País Vasco, Navarra
y Cataluña. El partido experimentó una renovación aceptando el nuevo orden liberal-capitalista, una corriente
que no fue aceptada por todos. Algunos protagonizaron insurrecciones fallidas como la Gamazada (1893), y
fundaron milicia (los Requetés), que adquirieron gran protagonismo al estallar la guerra civil.
Por último, hay que señalar que la “cuestión católica” dio lugar a la formación de nuevos grupos políticos. El nuevo
espíritu renovador del Papa León XIII, favorable a la participación de los católicos en la política liberal, supuso el
fin del apoyo de la jerarquía católica al carlismo.
Historia de España
9.2. EL AUMENTO DE LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN: ANARQUISMO Y SOCIALISMO

ü El nacimiento del movimiento obrero:


El movimiento obrero que surgió con fuerza durante el Sexenio Democrático
constituyó una fuente de oposición al sistema de la Restauración a medida que se
vio apoyado políticamente. Sin embargo, durante los primeros años del régimen el
movimiento obrero pasó a la clandestinidad dada la limitación existente en lo que
respecta al ejercicio de las libertades de reunión, expresión y asociación, al
establecimiento de una rígida censura y a las fuertes medidas represivas que
estaban implícitas en la Constitución de 1876.

La llegada al poder de los liberales en 1881 inició una etapa de mayor libertad y
preocupación por las difíciles condiciones de vida de la clase obrera que dieron
paso a algunas iniciativas estatales como la creación de la Comisión de Reformas
Sociales (1883) encargada de informar sobre la cuestión social y proponer una
legislación laboral básica. Estas medidas se verían completadas más adelante con
la importante Ley de Asociaciones (1887) que legalizaría las asociaciones de
obreros.

Al principio, el movimiento obrero estuvo muy ligado al republicanismo, pero poco


a poco fueron arraigando las corrientes internacionalistas desarrollándose dos
grandes tendencias políticas: el socialismo y el anarquismo, cuyas ideas llegaron a
España gracias a la revolución de 1868 lo que permitió que surgieran las primeras
vinculaciones a la I AIT (también conocida como I Internacional, fundada en 1864).

ü Evolución del Anarquismo y Socialismo:

- Anarquismo:

El anarquismo se difundió en España gracias a la visita del italiano Giuseppe Fanelli


en 1868 (enviado por Bakunin para difundir las ideas anarquistas y ayudar en la
creación de la sección española de la I Internacional), pero no fue hasta la Ley de
Asociaciones cuando inició su verdadero auge, ya que esta ley, como decimos,
permitió que el obrerismo saliera de la clandestinidad y consolidara su presencia,
Historia de España
principalmente en Cataluña y Andalucía. El anarquismo actuó a través de la
acción violenta o de la producción cultural (panfletos, folletos, etc.), aunque en
todos los casos se caracterizó por mostrar su componente revolucionario,
colectivista, apolítico y contrario al Estado, a la burguesía y a la Iglesia (pilares
estos últimos del capitalismo). Carecía, además, de organización y táctica común
y mostraba indiferencia hacia las elecciones ya que rechazaba participar en el
juego político.

En 1881 nació la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), en la


que destacó Anselmo Lorenzo, uno de los principales líderes de los inicios del
movimiento anarquista. Durante algunos años creció en afiliaciones e
implantación mediante una política moderada, pero la identificación que hizo el
Gobierno entre la asociación anarquista y los violentos sucesos ocurridos en 1883
en el campo andaluz por una presunta organización anarquista secreta y violenta,
la Mano Negra (sociedad secreta), hizo que su peso disminuyera poco a poco.

A partir de los años 90, el movimiento se caracterizó por el progresivo abandono


de la corriente anarcosindicalista y el triunfo de las tesis más radicales partidarias
de la acción terrorista como por ejemplo el atentado con una bomba en el Liceo
de Barcelona en el que murieron veinte personas, el intento de asesinato de
Martínez Campos (1893) o los asesinatos de Cánovas del Castillo (1897), el de
Canalejas y el de Eduardo Dato. La acción directa llevó al Gobierno a ejercer una
dura represión indiscriminada contra todas las organizaciones anarquistas, lo que
hizo tambalear el movimiento libertario.

A partir de 1901 el anarquismo se dividió en dos facciones: unos se organizaron en


torno a “Solidaridad Obrera” en 1907 y otros fundaron en 1910 la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT), una organización nacional anarcosindicalista, que va
a reafirmar la acción directa (huelgas generales, sabotajes industriales, ocupación
de tierras y fábricas, sublevaciones, etc.) frente a la lucha política. Esta CNT estuvo
prohibida y perseguida entre 1911 y 1914.

Entre 1918 y 1923 el anarquismo vivió una época de duro enfrentamiento con las
fuerzas del orden, especialmente en Barcelona en la época del “pistolerismo” (lo
veremos más adelante).
Historia de España
- Socialismo:

El movimiento socialista fue más minoritario que el anarquista y tuvo mayor


implantación en Madrid, el País Vasco y Asturias. La difusión de las ideas de Marx
vino de la mano de Lafargue (su yerno) en 1871.

El 2 de mayo de 1879, todavía de forma clandestina, nació en Madrid la


Agrupación Socialista Madrileña, núcleo originario del Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), formado por 25 personas y dirigido por el tipógrafo Pablo Iglesias.

En 1886 se creó el semanario El Socialista, órgano de expresión del nuevo partido,


que fue el vínculo de unión y relación entre las agrupaciones socialistas distribuidas
por todo el país.

Opuestos a los anarquistas, los socialistas mantuvieron una ideología de carácter


marxista, defendiendo, desde la moderación y el reformismo, el derecho de
asociación, reunión y manifestación, el sufragio universal y la reducción de la
jornada laboral, entre otras medidas sociales. Aspiraban a la desaparición de las
clases sociales mediante la transformación de la propiedad privada en colectiva
y era partidarios de la lucha política, aunque sin renunciar a la revolución social.
La huelga fue su principal medio de lucha. Inicialmente rechazó toda
colaboración con los partidos burgueses y su influencia se limitaba a
manifestaciones pacíficas cada Primero de Mayo

Su evolución fue mucho más difícil y lenta que el anarquismo pese a estar mejor
organizados, algo que suele atribuirse a la rigidez de la disciplina y jerarquización
del partido y al hecho de querer conseguir mediante procedimientos políticos
legales objetivos claramente revolucionarios.

En 1888 los socialistas impulsaron la creación de un sindicato vinculado al partido


Unión General de Trabajadores (UGT). Más tarde, el PSOE, en 1889, participará en
la creación de la Segunda Internacional.

Posteriormente el socialismo va a aceptar colaborar con el republicanismo en la


lucha por la democratización del régimen sin renunciar a la revolución social.
Historia de España
El cambio de estrategia se produjo tras los acontecimientos en la Semana Trágica
de Barcelona. El socialismo, a partir de entonces, asimiló el discurso anticlerical del
republicanismo e incorporó a sus filas algunos intelectuales como Julián Besteiro
(republicano). Gracias a esta alianza con los republicanos, Pablo Iglesias, fue
elegido diputado en 1910 y el socialismo entró en las Cortes, por primera vez, como
fuerza parlamentaria, lo que le permitió aumentar su fuerza electoral y su influencia
en la vida política.

A partir de 1917, el PSOE vivió un proceso de radicalización que derivó en un


importante debate interno, especialmente tras el triunfo de la Revolución soviética.
Su rechazo por integrarse en la Internacional Comunista promovida por Lenin
provocó una escisión en 1921, origen del Partido Comunista de España (PCE).

El movimiento obrero, a pesar de la creciente importancia y del aumento de la


movilización, NO tuvo la suficiente capacidad para imponer cambios sociales y
políticos profundos, aunque sí es cierto que la represión del movimiento obrero por
parte de los Gobiernos de la Restauración provocará que el anarquismo y el
socialismo se fortalezcan hasta desestabilizar, en parte, el sistema de la
Restauración.

9.3. EL PROBLEMA DE MARRUECOS Y LA CRISIS DE 1909

9.3.1. EL CONFLICTO COLONIAL DE MARRUECOS

El “Desastre del 98” puso fin al imperialismo español en el momento en el que las
grandes potencias mundiales estaban en pleno apogeo imperialista. Tras el
reparto de la mayor parte de África, el territorio de lo que hoy es Marruecos era
una de las pocas regiones que quedaban por repartir en el continente. De modo
que, España, para poner fin al aislamiento exterior y recuperar parte de su prestigio,
centró su política colonial en conseguir un protectorado en Marruecos que se
convertirá en el eje de la política exterior del primer tercio del s. XX.
Historia de España
A partir de 1900, España consolidó su penetración en el norte de África. En La
Conferencia de Algeciras (1906) y sobre todo tras el Tratado hispanofrancés (1912),
se acordó el reparto de Marruecos entre Francia (que se quedó la mayor parte del
territorio) y España (que se apoderó de la montañosa franja norte del país, el Rif, y
un enclave en la costa atlántica llamada Ifni y Río de Oro). La misión encargada a
España era la de pacificar la zona del Rif, territorio poblado por tribus belicosas.
España aceptó la tarea, en parte por razones históricas (la presencia en Ceuta y
Melilla databa del s XV) y, en parte, por los posibles beneficios económicos
ansiados por la burguesía, como la explotación de las riquezas mineras o la
inversión en la construcción del ferrocarril hasta Melilla, pero, sobre todo, era la
oportunidad de restaurar el prestigio del Ejército hundido tras el desastre de 1898 y
conseguir que España se convirtiera de nuevo en una potencia colonial.

Todo esto obligó al Gobierno español a incrementar el contingente de tropas y


llevar a cabo una serie de campañas militares para someter el territorio, pero muy
pronto aparecieron los conflictos con los rifeños.
En julio de 1909, los ataques de las cabilas a los trabajadores españoles de una de
las compañías mineras obligaron a intensificar la presencia de soldados españoles
en la zona para evitar la caída de Melilla. Para ello, el gobierno ordenó la
movilización de los reservistas, muchos de ellos casados y con hijos y
pertenecientes a clases humildes, por lo que no podían pagar la exención de la
incorporación a filas que permitía la legislación de reclutamiento vigente.
Este llamamiento a filas provocó un importante levantamiento en Barcelona
(ciudad portuaria de donde partirían los soldados a luchar en Marruecos), que
acabaría en la conocida como “Semana Trágica”.

9.3.2. LA CRISIS DE 1909

La Semana Trágica de Barcelona (26 de julio-2 de agosto 1909)


La movilización contra la guerra de Marruecos se inició en el puerto de Barcelona
el 18 de Julio de 1909 durante el embarque de tropas hacia Marruecos. El día 24
se constituyó un comité de huelga formado por republicanos lerrouxistas, socialistas
Historia de España
y anarquistas. En esta situación, el sindicato de orientación anarquista Solidaridad
Obrera hizo un llamamiento a la huelga general para el 26 de julio que fue
apoyada por UGT y grupos republicanos. Las protestas aumentaron en los días
sucesivos, especialmente con la llegada de las noticias sobre la aplastante derrota
sufrida por las tropas españolas tras una emboscada rifeña en el Barranco del Lobo.
La huelga se radicalizó y derivó en una revuelta espontánea y caótica de fuerte
componente antimilitarista y anticlerical, conocida como la Semana Trágica de
Barcelona
Se levantaron barricadas, se produjeron fuertes enfrentamientos contra el orden
público y se incendiaron más de 80 centros religiosos. Ante tal situación, las
autoridades declararon el Estado de guerra (llamamiento que hace el gobierno a
todas sus tropas y ciudadanía para estar preparado ante una emergencia bélica),
enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones y tomando el mando de la
situación.
El balance final (hacia el 2 de agosto) fue de más de un centenar de muertos,
además de heridos y edificios destruidos. La represión posterior fue muy dura: un
centenar de personas fueron detenidas. Además, se celebraron juicios militares en
aplicación a la Ley de Jurisdicciones y se dictaron 17 condenas a muerte, de las
cuales se ejecutaron 5. El caso más conocido fue el del librepensador y fundador
de la Escuela Moderna, Ferrer i Guardia, que no había participado directamente
en los sucesos y cuyo proceso generó grandes protestas dentro y fuera de España.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura, quien
tuvo que abandonar el gobierno ante la campaña de denuncia por la fuerte
represión ejercida y la pérdida de confianza del rey Alfonso XIII, quien temía que la
situación dañase la imagen de la monarquía.
La caída de Maura contribuyó a reforzar el activismo de las fuerzas nacionalistas,
republicanas y de las organizaciones obreras, y permitió al liberal José Canalejas,
una vez disueltas las Cortes por Alfonso XIII, llevar a cabo el último intento
regeneracionista dentro del sistema de la Restauración, aunque no podría llevarlo
a cabo puesto que fallecería asesinado en 1912.
Historia de España
9.4. LA CRISIS DE 1917 Y EL FINAL DEL SISTEMA

ü El impacto de la Gran Guerra (1914-1919)


En el verano de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, que enfrentó a los
Imperios centrales (Alemania, Austria) con las potencias aliadas (Gran Bretaña,
Francia y Rusia) y en la que intervinieron muchos más países apoyando a uno u
otro bando. Al frente del gobierno en España estaba el conservador Eduardo Dato,
quien declaró de inmediato la neutralidad española, manteniendo al país fuera
del conflicto. La guerra se convirtió en una oportunidad para la economía
española ya que se exportaron numerosos productos industriales y de primera
necesidad para los combatientes, y así, industriales catalanes y vascos hicieron
grandes negocios. Sin embargo, al dedicarse gran parte de la producción a la
exportación, los precios interiores sufrieron alzas desorbitadas que no fueron
acompañadas con subidas salariales. Como consecuencia se encarecieron los
productos básicos y empeoró las condiciones de vida de la mayor parte de la
población, y las organizaciones obreras encabezaron protestas cada vez más
intensas que desembocaron en el movimiento huelguístico del verano de 1917.

9.4.1. LA CRISIS DE 1917

En 1917 se produjeron conflictos sociales y políticos en gran parte de Europa. En


un ambiente revolucionario y en un contexto de guerra, la crisis del sistema de la
Restauración, el descontento militar y la conflictividad social por el impacto
económico de la Primera Guerra Mundial provocaron una protesta generalizada
antigubernamental en la que se vieron implicadas las fuerzas de oposición al
gobierno dinástico, que colocarán al sistema de la Restauración en una situación
límite, pero que fracasarán por carecer de un programa común y de una mínima
colaboración entre sí.

La protesta militar: el ejército español, como consecuencia de las guerras


coloniales, presentaba un número excesivo de oficiales. Los oficiales de baja
graduación de la península formaron Juntas de Defensa para reclamar un
aumento salarial, un descenso del número de oficiales y un cambio en el sistema
Historia de España
de ascensos, estableciendo la antigüedad como único criterio objetivo ya que se
oponían a los ascensos por méritos de guerra. En el manifiesto de junio de 1917
pedían una renovación política regeneracionista. Pero en realidad buscaban sus
propios intereses, no una renovación social o política.

La crisis política: El gobierno de Dato había sido sustituido por un gobierno


liberal presidido por el conde de Romanones, que continuó con las viejas prácticas
de corrupción y ante las quejas cerró las Cortes en julio de 1916. En abril de 1917
Dato regresó al gobierno y una representación de diputados de la oposición
reclamó la reapertura de las Cortes. El gobierno se negó y declaró el Estado de
excepción. Como reacción, la Lliga Regionalista de Cambó organizó en Barcelona
una Asamblea de Parlamentarios, que exigió la formación de un gobierno
provisional que convocase Cortes para reformar el sistema político y descentralizar
el Estado. El movimiento parlamentario fue reprimido y las diferencias entre
diputados regionalistas y de izquierdas impidió que lograran el objetivo común.

La huelga general revolucionaria: Las tensiones de años anteriores se


consumaron en agosto de 1917, a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia. La
CNT y la UGT, con el apoyo del PSOE decidió llamar a la huelga general. La protesta
adquirió un carácter político y revolucionario. Las fuerzas obreras convocadas
reclamaban el fin de la monarquía y la formación de un gobierno provisional que
diera paso a un sistema republicano. La huelga tuvo una participación muy
desigual, apenas hubo participación de campesinos. Pero en zonas como Madrid,
Barcelona, País Vasco y Asturias se llegó a paralizar la vida ciudadana. La reacción
del gobierno de nuevo fue represiva: se declaró la Ley Marcial (estatuto de
excepción de aplicación de las normas legales ordinarias, por medio del cual se
otorgan facultades extraordinarias a las fuerzas armadas o la policía en cuanto a
la administración de jurisdicción y resguardo del orden público) y se envió al
ejército a aplacar el movimiento huelguístico con un resultado de casi un centenar
de muertos, heridos y dos mil detenidos. La huelga general fracasó, pero tuvo
enormes consecuencias: debilitó todavía más el régimen, demostró su brutalidad
y radicalizó a la oposición. A partir de entonces, el sistema de la Restauración
entraría en su crisis definitiva.
Historia de España
9.4.2. LA CRISIS FINAL DEL SISTEMA

Entre 1917 y 1923, la incapacidad de los gobiernos para reformar en profundidad el sistema
político, la fuerte conflictividad social y las tensiones políticas derivadas de la guerra de
Marruecos hicieron imposible la supervivencia del régimen de la Restauración.

ü La descomposición política
Los partidos políticos sin líderes claros se fragmentaron en grupos encabezados por
diferentes políticos, con lo que era imposible reunir mayorías parlamentarias
suficientes para constituir gobiernos estables. Desde 1917 se recurrió con
frecuencia a los gobiernos de concentración, siendo el más relevante el Gobierno
Nacional, impulsado por Maura y que contó con la participación de líderes
dinásticos (conservadores y liberales), y regionalistas (LLiga Regionalista), pero las
divergencias internas imposibilitaron llevar a cabo reformas y restablecer el orden
social. Fracasada la fórmula de concentración se volvió al turnismo (1918-1923). En
estos años hubo hasta diez gobiernos y ninguno superaba el año de duración.
Además, se siguieron las prácticas de corrupción electoral.

ü Conflictividad obrera y pistolerismo


El triunfo de la Revolución Bolchevique y la instauración del Estado soviético
socialista dieron esperanzas a grupos revolucionarios alrededor de toda Europa. En
España el fin de la Gran Guerra provocó de nuevo el descenso de la producción,
el aumento del paro y la inflación, lo que provocó de nuevo la movilización obrera
y un gran crecimiento del sindicalismo.

De nuevo Barcelona fue el foco del movimiento huelguístico, con la huelga en la


Canadiense, empresa que suministraba la luz en la ciudad. Los acuerdos entre la
patronal y sindicatos acabaron con fuerte represión.

En Andalucía, la situación de miseria del campesinado dio paso a un Trienio


Bolchevique (1918-1921), etapa denominada así por las continuas huelgas,
manifestaciones y revueltas en las que, imitando a Rusia, reclaman la justicia social.
Las huelgas agrarias se extendieron, pero la declaración del Estado de guerra, la
represión y la detención de sus líderes pusieron fin a la rebelión.
Historia de España
Ante la radicalización de los sindicatos la patronal instituyó la Federación Patronal.
Contrataron pistoleros a sueldo para asesinar a dirigentes obreros y recurrieron al
lockout (cierre de empresas). Además, fundaron el Sindicato Libre para combatir
el sindicalismo anarquista. La respuesta violenta surgió inmediatamente con grupos
como “Los Solidarios” que atentaban contra autoridades, patronos y fuerzas del
orden. Todo ello originó una época conocida como pistolerismo (1916-1923), con
226 asesinatos, entre ellos el expresidente Eduardo Dato o líderes sindicales.

ü El problema de Marruecos:
Al inicio de los años 20, las tribus rifeñas, entorno a Melilla comenzaron a hostigar al
ejército español. El protectorado español en Marruecos tenía escaso interés
económico y las clases populares estaban en contra de la guerra colonial.
Además, el ejército estaba dividido por los ascensos. Por lo tanto, sólo estaban
interesados en una eventual guerra los “africanistas”, un grupo de militares del
círculo de la Corona entre los que estaba el general Silvestre, quien lanzó una
ofensiva contra las cabilas rifeñas que se convirtió en el desastre de
Annual (1921). Los cabecillas rifeños, liderados por Abd el-Krim,
derrotaron a un ejército deficiente e inexperto. Murieron 13.000
soldados y como consecuencia, se perdió el territorio. El desastre de
Annual dividió́ aún más a los políticos y a la opinión pública y desde
todos los sectores políticos se pedían responsabilidades. En las Cortes se abrió́ una
comisión de investigación que implicaba al gobierno, a altos cargos militares y al
mismo rey (Expediente Picasso), lo que contribuyó a agravar la delicada situación
política del país y acrecentó́ el desprestigio del régimen.

En 1923, con un inestable gobierno y con graves tensiones sociales que pedían
responsabilidades que podían implicar al propio monarca, un sector del ejército y
de la derecha se movilizaron alrededor de Miguel Primo de Rivera, quien encabezó
un golpe de Estado para poner fin al sistema de la restauración (vigente desde
1875).
Historia de España
9.5. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA (1923-
1930)

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera lanzó un manifiesto a la población


proclamando el Estado de guerra y se dirigió al monarca para exigir que el poder pasase a manos
de los militares. El malestar del ejército, la conflictividad social y la falta de confianza en el sistema
constitucional de la Restauración, facilitaron que el pronunciamiento no hallase oposición alguna.
Así, Alfonso XIII aceptó un Directorio Militar presidido por Primo de Rivera, con lo que el golpe de
Estado suspendió el régimen parlamentario constitucional.

ü Las causas del golpe militar:


Primo de Rivera y los sectores que apoyaron su golpe (militares, políticos cercanos
a la monarquía y parte de las clases dirigentes decimonónicas) lo defendieron
como solución para poner fin a la conflictividad social, el deterioro político, y la
crisis económica.

Los golpistas alegaron las siguientes razones para justificarse:

- La inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, así como


su desprestigio por el continuo fraude electoral.
- El miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge
de la conflictividad obrera y campesina.
- El aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos
periféricos.
- El descontento del ejército tras el desastre de Annual.
Y el hecho que hizo al general Primo de Rivera dar el golpe fue el intento de evitar
que las Cortes exigieran responsabilidades al monarca por los hechos de Annual
(expediente Picasso).

Primo de Rivera justificó el golpe militar con un discurso regeneracionista y moralista


para atraerse a las clases populares. Así, en su manifiesto inaugural, anunciaba la
firme voluntad de acabar con la “vieja política”, limpiar el país de caciques, el
bandidaje político, la indisciplina social y las amenazas de unidad nacional. Pero
en realidad no quería reformar el país sino evitar que se democratizase y, en
definitiva, la dictadura fue una solución inconstitucional para frenar la reforma de
un sistema que perjudicaría a los sectores más privilegiados.
Historia de España
ü La reorganización del Estado:
La dictadura tuvo dos fases:
1. Directorio Militar: hasta 1925, gobernada por militares
2. Directorio Civil: de 1925 a 1930 gobernada por militares con la inclusión de
políticos.
1. Directorio Militar: Las primeras medidas del Directorio Militar ya mostraron su
carácter autoritario: suspensión del régimen constitucional, disolución de las
Cortes, cese de las autoridades civiles, prohibición de los partidos políticos,
sindicatos, disolución de ayuntamientos (que fueron sustituidos por Juntas
de vocales integradas por los mayores contribuyentes de cada localidad),
se paralizó el expediente Picasso; se prohibieron la bandera, el himno y la
lengua catalanas; y las organizaciones obreras fueron duramente
reprimidas, especialmente anarquistas (CNT) y comunistas (PCE). Además,
para acabar con los partidos políticos se fundó Unión Patriótica (1924), un
partido sin un programa y una ideología definida, que solo fue un
instrumento de propaganda gubernamental para asegurar el apoyo
popular al régimen.
La vida civil se militarizó, y la regeneración política consistió en sustituir unos
caciques por otros. Además de todo esto, la principal preocupación del
Directorio Militar fue el conflicto de Marruecos. Primo de Rivera asumió
personalmente el Alto Comisionado de Marruecos y en 1925, en
colaboración con Francia organizó el desembarco de Alhucemas, que se
saldó con gran éxito y tras varias derrotas, Abd el-Krim se rindió. En 1927 se
acabó de pacificar el territorio y el protectorado pasó a tener una
administración colonial.
2. Directorio Civil: El éxito de la operación en Alhucemas llevó a Primo de
Rivera a finales de 1925 a disolver el gabinete militar y a sustituirlo por otro
civil formado por tecnócratas, aunque sin perder el carácter autoritario. A
partir de 1926, Primo de Rivera, influenciado por el fascismo, intentó
institucionalizar el régimen para darle continuidad. Se creó la Asamblea
Nacional Consultiva, para elegir a los dirigentes de las principales
instituciones y una nueva Constitución que nunca llegó a ser aprobada.
Además, sus bases habrían de estar adscritos al partido único (Unión
Historia de España
Patriótica, fundado en 1924, durante el Directorio Militar). Por supuesto, e
sufragio universal quedó totalmente en el olvido.

ü La política económica y social:


La dictadura se benefició de los “Felices Años Veinte” que siguieron a la Primera
Guerra Mundial. En ese contexto de buena coyuntura económica, el régimen
fomentó la industria, pero no se ocupó del problema agrario. La idea era
nacionalizar e intervenir en los principales sectores de la economía, fomentando
las obras públicas y la industria. El Estado protegía con ayudas a empresas que no
podían competir con el exterior. También se concedieron grandes monopolios
(Compañía Telefónica Nacional o Campsa), pero la deuda iba aumentando
extraordinariamente. El mundo agrario siguió igual a pesar de que se promovió el
regadío para aprovechar los recursos hidráulicos. En el terreno social, la dictadura
puso en marcha un modelo de regulación del trabajo para eliminar los conflictos
laborales. Además, se creó la Organización Corporativa Nacional, que agrupaba
a patronos y obreros para reglamentar salarios, horarios y condiciones, mientras los
anarcosindicalistas y comunistas eran perseguidos y obligados a permanecer en
la clandestinidad.

ü La oposición a la dictadura:
Estuvo integrada por algunos líderes de los partidos dinásticos, republicanos,
nacionalistas, comunistas, anarquistas, determinados sectores del ejército e
intelectuales. Los antiguos turnistas criticaron la larga duración del régimen y
participaron en conspiraciones militares como en la “sanjuanada” (24 de junio de
1926). Con respecto a los intelectuales y universitarios, la dictadura procuró tenerlos
controlados con la censura y limitando su libertad, lo que provocó que crearan el
sindicato estudiantil Federación Universitaria Española (FUE). Figuras como
Unamuno, Ortega y Gasset, y Blasco Ibáñez elaboraron un manifiesto en defensa
de la cultura y fueron desterrados.
La oposición más consistente provendría de los republicanos (Alianza
Republicana) y de los nacionalistas catalanes (Estat Català). Por último,
anarquistas y socialistas poco a poco se posicionarían a favor de la República.
Historia de España
ü La caída de Primo de Rivera:
La creciente oposición (republicanos, nacionalistas, movimiento
obrero, intelectuales e incluso las élites liberales y sectores
militares) se intensificó cuando el monarca Alfonso XIII y su
camarilla se convencieron de que la dictadura hacía peligrar la
permanencia de la monarquía. Esto llevó al rey a retirar su
confianza a Primo de Rivera, lo que provocó la dimisión de Primo
de Rivera el 30 de enero de 1930 y su marcha a París, donde
fallecería 2 meses después.
Primo de Rivera fue sustituido por el general Berenguer, encargado de retornar la
normalidad constitucional. Ante tal situación, la oposición se organizó y acordaron
la firma conjunta del Pacto de San Sebastián (agosto 1930), con un programa para
presentarse a las elecciones y organizar un comité revolucionario que debería
convertirse en el gobierno provisional de la futura República. Berenguer fue
sustituido por el almirante Aznar, que decidió convocar elecciones municipales el
12 de abril de 1931. Pero Alfonso XIII se había comprometido demasiado con la
Dictadura, y estas elecciones se presentaron como un plebiscito a favor o en
contra de la monarquía, por lo que el resultado de estas obligó al rey a ir al exilio,
dando paso a un nuevo período en la Historia: la II República.
Historia de España
TEMA 10: LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL EN UN
CONTEXTO DE CRISIS INTERNACIONAL (1931-1939)

10.1. LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA Y LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA.


LA CONSTITUCIÓN DE 1931
10.2. EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933)
10.3. EL BIENIO RADICAL CEDISTA (1933-1935).
10.4. EL FRENTE POPULAR: ANTECEDENTES Y CAUSAS DEL GOLPE MILITAR
10.5. ETAPAS DE LA GUERRA CIVIL: CONTEXTO INTERNACIONAL Y
OPERACIONES MILITARES
10.5.1.1. Contexto internacional
10.5.1.2. Desarrollo de la guerra
10.6. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA EN LA ZONA DE LOS SUBLEVADOS
10.7. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA ZONA REPUBLICANA.
10.8. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL
Historia de España
INTRODUCCIÓN: El resultado de las elecciones del 12 de abril de 1931 dio la victoria a las
fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades y adquirió de este modo un
carácter de plebiscito contra la monarquía. Ante esta situación, el rey Alfonso XIII renunció
a la Corona, abandonó el país y el 14 de abril se proclamó la II República.
Para la mayoría de la población, el nuevo régimen se presentaba como una oportunidad
para democratizar y modernizar el Estado mediante un gran programa de reformas
económicas y sociales.
Sin embargo, nació en circunstancias difíciles en el contexto internacional. EL mundo debía
hacer frente a la crisis más grave del capitalismo, el “crack del 29” y en Europa había
empezado el ascenso de los fascismos que ponían en peligro los sistemas democráticos.
Las clases populares recibieron la República con entusiasmo, pero las élites económicas y
sociales no. La falta de tradición democrática, la conflictividad social, la lentitud de las
reformas y la oposición conservadora condujeron de nuevo a la inestabilidad.
Este período se divide en dos: El bienio progresista (1931-1933) y el bienio conservador (1933-
1935). Ambos tuvieron que adelantar las elecciones. Finalmente, el triunfo del Frente Popular
de izquierdas en febrero de 1936 fue el pretexto para que los enemigos de la República
decidieran alzarse en armas contra ella, iniciándose la Guerra Civil.

10.1. LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA Y LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA.


LA CONSTITUCIÓN DE 1931

ü Las elecciones y el gobierno provisional

Tras la renuncia de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó el retorno a la normalidad


constitucional a través del gobierno del general Berenguer, dando lugar a la
conocida como “dictablanda”. En esta etapa, la oposición se organizó y acordó la
firma conjunta del Pacto de San Sebastián (agosto 1930), promovido por Niceto
Alcalá Zamora, cuyo objetivo fundamental era proclamar la República En él se
acordó la constitución de un comité revolucionario que debería convertirse en un
gobierno provisional de la futura República y se planificó el pronunciamiento militar
Historia de España
que debía acabar con la monarquía. El intento golpista tuvo lugar en Jaca en
diciembre 1930, pero fracasó.

En febrero de 1931, Berenguer fue sustituido por el almirante Aznar, quien decidió
convocar elecciones municipales para el 12 de abril de 1931 a las que seguirían
otras generales de carácter constituyente, para elaborar una nueva Constitución
que sustituyese a la canovista de 1876.

Así pues, el 12 de abril se celebraron, mediante sufragio universal masculino, las


elecciones municipales que cambiaron completamente la situación política
española. Dado el compromiso que Alfonso XIII tenía con la Dictadura, los partidos
firmantes del Pacto de San Sebastián presentaron esas elecciones como un
plebiscito a favor o en contra de la monarquía. Con una participación muy alta, la
coalición republicana-socialista triunfó en 41 de las 50 capitales de provincias y en
los principales focos industriales.

Ante la magnitud de la victoria de las coaliciones republicanas, el 13 de abril se


reunió el Consejo de Ministros para analizar la situación. Finalmente, el rey Alfonso
XIII, casi sin apoyos y con el fin de evitar una guerra civil, abandonó España por
Cartagena el 14 de abril sin abdicar formalmente y reconociendo a España como
“única señora de sus destinos”.

Ese día, el 14 de abril, los concejales de Éibar proclamaron la República, a la que


siguieron Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Barcelona, etc.

En Madrid, los representantes del Pacto de San Sebastián, constituyeron un gobierno


provisional y proclamaron oficialmente la Segunda República española desde el
balcón del Ministerio de Gobernación ante una Puerta del Sol abarrotada de
ciudadanos. La II República era ya un hecho que fue recibido en todas partes con
grandes manifestaciones de alegría popular.
Historia de España
Este gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio
de 1931. Fueron las primeras elecciones auténticamente libres y limpias en España
en las que se mantuvo el sufragio universal masculino y se rebajó la edad mínima de
voto de los 25 a los 23 años. La participación fue de un 70%. En estas elecciones
resultó vencedora la coalición republicano-socialista, mientras la derecha,
desunida y desconcertada por los acontecimientos, quedó reducida a una
insignificante minoría.

El gobierno decretó una serie de medidas de urgencia que tuvieron gran apoyo
popular. Estas medidas fueron el debate territorial; la miseria agraria; la educación,
con el objetivo de erradicar el analfabetismo y promover la enseñanza laica; o la
reforma del Ejército, reduciendo el número de oficiales y asegurando el
sometimiento del poder militar al civil. Sin embargo, estas medidas supusieron el
rechazo de las oligarquías financieras, caciques, parte del ejército y la Iglesia.

ü La Constitución de 1931

Las nuevas Cortes republicanas y el presidente de la República, Niceto Alcalá


Zamora, nombraron inmediatamente una comisión encargada de elaborar un
proyecto de constitución que fue aprobado en diciembre de 1931.

La Constitución republicana destaca por su enorme carácter democrático y


progresista. El artículo I del título preliminar define a España como una “República
de trabajadores de todas las clases que se organiza en un régimen de Libertad y
Justicia y todos los poderes emanan del pueblo”.

Entre los principios más significativos podemos mencionar:

§ La definición de un régimen democrático, parlamentario, laico, moderno y


descentralizado.
§ El establecimiento de la soberanía nacional y una marcada separación de
poderes en la que el ejecutivo recaerá en los presidentes del Gobierno y de la
Historia de España
República; un legislativo unicameral representado por el Congreso de los
Diputados; y un poder judicial en cuya cúspide se ubicaba el Tribunal Supremo.
§ El reconocimiento del sufragio universal, si bien será necesaria una posterior
reforma para que las mujeres accedan al voto (hito que se logrará en 1933).
§ El establecimiento del matrimonio civil y del divorcio, y el derecho a una
educación primaria obligatoria y gratuita.
§ Una ordenación territorial en la que se contempla la concesión de estatutos
de autonomía como los de Cataluña (1932) y País Vasco (1936).
§ El reconocimiento de una amplísima nómina de derechos individuales, así
como toda una serie de derechos sociales que incluían seguridad social,
protección del trabajo infantil y femenino, limitación de la jornada laboral y la
estipulación de un salario mínimo.
§ La anteposición de los intereses económicos nacionales sobre los privados,
posibilitándose las nacionalizaciones de empresas o sectores económicos.
§ Una tajante separación Iglesia-Estado que traerá cola, puesto que amén de
la libertad de cultos y la no confesionalidad estatal, el nuevo texto pone fin a los
subsidios al clero, prohíbe la enseñanza a las órdenes religiosas, admite los
cementerios civiles e insta a la disolución de los jesuitas.

La Constitución no consiguió el consenso de todas las fuerzas políticas ya que


algunos de estos principios como la cuestión religiosa o el derecho a la autonomía
fue polémico incluso dentro de la coalición gubernamental, pero fue aprobada por
amplia mayoría. De todas maneras, terminado así el periodo constituyente, se
iniciaba el Bienio Reformista (1931-1933), en el que el nuevo Gobierno, con Azaña a
la cabeza, planteó un ambicioso programa de reformas cuyo objetivo era la
modernización y democratización del país.
Historia de España
10.2. EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933)

Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, el gobierno de socialistas y


republicanos de izquierdas, presidido por Manuel Azaña impulsó un programa de
reformas con el objetivo de modernizar y democratizar el país.

• REFORMA AGRARIA: Fue el proyecto de mayor envergadura. Se pretendía


poner fin al latifundismo para mejorar las condiciones de vida de los jornaleros
(centro y sur de España). Era una reforma esencial, puesto que la economía
española se basaba principalmente en la agricultura con 8,5 millones de trabajando
en el campo (la mitad de la población activa). Además, se elaboraron una serie de
decretos para proteger a esos campesinos sin tierra y a los arrendatarios. Se fijó la
jornada laboral en ocho horas y un salario mínimo.

La principal novedad llegó en septiembre de 1932, cuando se aprobó en las Cortes


la Ley de la Reforma Agraria, una ley que no buscaba la colectivización de la tierra
sino la modernización de la agricultura. La ley permitía la expropiación de tierras a
nobles sin indemnización, mientras las que podían ser explotadas mejor se
indemnizaban. Para llevar a cabo esta ley, se creó el Instituto de Reforma Agraria
que contaba con un presupuesto para indemnizar a los propietarios expropiados y
se encargaba de facilitar el asentamiento de los campesinos sin tierra. Pero esta ley
compleja, lenta y con muchas trabas burocráticas originó más tensión social y
decepción hacia la República tanto de propietarios (se integraron en grupos
conservadores de oposición) como de campesinos que quedaron decepcionados
con los resultados y se orientaron a posturas más revolucionarias (ocupación de
tierras, incendios de cortijos, etc.).

• LA CUESTIÓN RELIGIOSA: Uno de los principales objetivos de la República fue


la limitación de la influencia de la Iglesia sobre el Estado, es decir, se intentó
secularizar la sociedad. La tensión aumentó al prohibir que la educación estuviera
en manos de las órdenes religiosas. Se disolvió la Compañía de Jesús y sus bienes
fueron nacionalizados. Además, la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas
Historia de España
de 1933 supuso el fin de las aportaciones del Estado a la Iglesia. Buena parte de los
sectores católicos percibió esas nuevas medidas como una agresión al catolicismo
que aumentó al producirse incendios de conventos en mayo de 1931. La jerarquía
eclesiástica, salvo alguna excepción, manifestó su oposición a la República y
movilizó a los católicos en su contra.

• LA MODERNIZACIÓN DEL EJÉRCITO: El gobierno estaba convencido de que el


ejército necesitaba una profunda transformación y el propio jefe de gobierno,
Manuel Azaña, impulsó una reforma con la que pretendía crear un ejército
profesional y democrático. Para ello se creyó necesario acabar con el número de
militares y la macrocefalia (un oficial por cada tres solados), derogar el fuero
especial de los militares y asegurar su lealtad al poder civil. Con este objetivo se
promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad (1931), por la que todos los oficiales en
activo debían jurar adhesión a la República o retirarse con un sueldo íntegro. Se
cerró también la Academia Militar de Zaragoza, núcleo de militares golpistas.
Posteriormente se creó la Guardia de Asalto, fuerza de orden público fiel a la
República.

La reforma obtuvo resultados ya que disminuyó el gasto y el número de oficiales,


pero la reducción del presupuesto dificultó la modernización del armamento y de
los equipamientos, por lo que los sectores llamados africanistas lo recibieron como
una agresión a la tradición militar y al poder del ejército. Los sectores conservadores
aprovecharían posteriormente este descontento contra la República.

• LA REFORMA DEL ESTADO CENTRALISTA: Uno de los problemas que se


arrastraban desde la Restauración era la organización territorial del Estado, debido
a los sentimientos nacionalistas de determinadas regiones. La Constitución intentó
resolverlo mediante el reconocimiento del derecho a la autonomía y fue Cataluña
la primera en iniciar el proceso a iniciativa de Esquerra. El 14 de abril de 1931,
Francesc Macià había proclamado la Republica Catalana. La negociación entre el
gobierno provisional y los dirigentes políticos catalanes anularon tal decisión,
dejando la cuestión para la Constitución, pero a cambio, se permitió la formación
Historia de España
de un gobierno provisional (Generalitat) y una comisión se encargaría de redactar
un proyecto de estatuto de autonomía (Estatuto de Nuria), aprobado en
referéndum por 99% de los votos. Tras la aprobación de la Constitución en diciembre
de 1931, y tras virulentos enfrentamientos con sectores de la derecha y republicanos,
el Estatuto de Autonomía Catalán fue aprobado finalmente en septiembre de 1932.
El nuevo régimen autonómico permitía la formación de un gobierno (Generalitat) y
parlamento con competencias en materia económica, social, educativa y cultural
y se reconocía el catalán como lengua oficial. Francesc Macià, de Esquerra
Republicana, fue elegido primer presidente de la Generalitat.

En el País Vasco, nacionalistas del PNV y carlistas aprobaron en junio de 1931 un


proyecto de estatuto (Estatuto de Estella) basado en la recuperación de los
privilegios forales y la defensa del catolicismo, pero el Gobierno republicano lo
rechazó por su conservadurismo, al considerarlo en exceso confesional, poco
democrático e incompatible con la Constitución de 1931. El proyecto quedó
paralizado tras la victoria de la derecha en las elecciones de 1933 y no sería hasta
1936, ya en plena Guerra Civil, cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía Vasco.
José Antonio Aguirre del PNV fue elegido primer lehendakari.

• REFORMA EDUCATIVA Y CULTURAL: Otra reforma de gran calado popular y a


la que se dedicaron muchos recursos fue la enseñanza. Por un lado, se buscaba
promover una educación liberal y laica, y por otro extender el derecho a la
educación a toda la población. El presupuesto en educación se incrementó un 50%,
centrándose principalmente en la enseñanza primaria. Se crearon 10.000 escuelas
y 7.000 plazas de maestros. Se adoptó un modelo de enseñanza mixta, laica,
obligatoria y gratuita. Por otro lado, para mejorar el nivel cultural de la población se
crearon las Misiones Pedagógicas, que consistían en grupos ambulantes formados
por profesores, intelectuales y artistas que promovían campañas culturales con el
lema “la cultura como derecho” llevando a las zonas rurales y a la población más
humilde, bibliotecas, charlas, cine o grupos de teatro.
Historia de España
• REFORMA LABORAL: El socialista Francisco Largo Caballero, ministro de
Trabajo, realizó una serie de reformas entre las que destacaron la Ley de Contratos
de Trabajo que regulaba los convenios colectivos en cuestiones como las jornadas
laborales (de 8 horas) o el trabajo de mujeres y niños; o la Ley de Asociaciones
Obreras que regulaba los sindicatos. Estas leyes contaron con una fuerte resistencia
por parte de las organizaciones patronales.

Los problemas del bienio progresista: Todas estas reformas buscaban una mejora en
la distribución de la renta y la riqueza y eliminar las grandes diferencias sociales, pero
provocó gran temor y desconfianza entre los sectores conservadores, propietarios y
empresarios.

En el contexto internacional, coincide con la mayor depresión económica mundial,


que paralizó la economía y la emigración a América. A los problemas crónicos de
la economía española se sumaron las medidas republicanas (aumento de salarios
para aumentar la demanda) que no aumentará la productividad e hizo descender
los beneficios de los empresarios. El recorte del gasto público para acabar con el
déficit provocó el descenso de las inversiones. Desde el punto de vista social, la
lentitud de las reformas adoptadas causó el desencanto de un sector de los
trabajadores que optaron por la vía revolucionaria alentada por los partidos y
sindicatos de izquierdas. La CNT y la FAI (Federación Anarquista Ibérica) vieron la
ocasión idónea para desarrollar su proyecto revolucionario y fomentó la
conflictividad social (aumento de huelgas) y la insurrección campesina con el fin de
destruir el orden burgués. Las huelgas, insurrecciones y ocupaciones de tierras
(colectivización y proclamación del comunismo libertario) aumentaron
progresivamente, con la consiguiente represión por parte de las fuerzas del orden
público, como el suceso de Casas Viejas (Cádiz) en 1933, lo que contribuyó a
desacreditar al Gobierno e indignó a la opinión pública.

Estos hechos, junto con la desconfianza empresarial hicieron que la situación social
y económica empeorara provocando un desgaste político, aprovechado por los
sectores contrarios a la República y a la coalición republicano-socialista.
Historia de España
Las reformas republicanas consideradas demasiado radicales, la conflictividad
social y la situación económica, hizo que amplios sectores conservadores y de
derechas se reorganizaran para oponerse al gobierno.

• La centroderecha se reestructuró en torno al Partido Radical de A. Lerroux, que


atrajo a grupos de empresarios, comerciantes o propietarios agrícolas.
• La derecha parlamentaria, católica ferviente opositora de las reformas agraria,
religiosa y autonomistas, se organizó entorno a la CEDA (Confederación
Española de Derechas Autónomas) de José María Gil Robles.
Asimismo, la derecha monárquica (Renovación Española, Comunión Tradicionalista)
y los grupos fascistas de las JONS y de Falange, se unieron para hacer frente a lo
que ellos consideraban un avance del marxismo y de la revolución bolchevique. El
ambiente de crispación fue en aumento y el general Sanjurjo protagonizó un golpe
de Estado en agosto de 1932 pero fracasó. El intento fallido, junto con el
descontento de un sector del ejército hizo que algunos militares crearan Unión Militar
Española que tendría una activa participación en el golpe del 18 de Julio de 1936.

El deterioro del Gobierno a causa de la represión de los conflictos sociales se vio


incrementado por la actitud del Partido Radical que, deseoso de acceder al poder,
maniobró para debilitar la coalición republicano-socialista uniéndose a la campaña
de desprestigio que estaba llevando a cabo la derecha. Finalmente, el presidente
Alcalá Zamora retiró su confianza a Azaña que tuvo que dimitir, y se convocaron
nuevas elecciones generales para noviembre de 1933, en las que las mujeres
ejercieron su derecho al voto por primera vez en España.
Historia de España
10.3. EL BIENIO RADICAL CEDISTA (1933-1935)

En el otoño de 1933 estalló la crisis del gobierno. El jefe del gobierno Azaña dimitió y
Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 19 de noviembre de
1933.

ü Las elecciones de 1933: el gobierno de derechas

Las elecciones generales se celebraron el 19 de noviembre en las que votaron las


mujeres. Sin embargo, a petición de la CNT tuvieron un alto índice de abstención.
La izquierda se presentó desunida: republicanos y socialistas enfrentados por la
etapa anterior se presentaron separados. Por el contrario, la derecha se presentó
unida y organizada. El Partido Radical de Lerroux (con 102 diputados) y la CEDA de
Gil Robles (partido vencedor con 115 diputados, pero sin obtener mayoría absoluta)
obtuvieron la victoria inaugurando dos años de gobierno conservador. El presidente
Niceto Alcalá Zamora confió la formación de gobierno al Partido Radical de Lerroux,
ya que desconfiaba de la lealtad de Gil Robles a la República. Se inició así una
nueva etapa, conocida como el Bienio Radical Cedista (1933-1935) o bienio negro,
como lo apodaron las fuerzas políticas de izquierda. El nuevo gobierno presidido por
Alejandro Lerroux inició su mandato paralizando todo el proyecto reformista anterior
sobre todo a petición de Gil Robles, que dio su apoyo parlamentario a Lerroux. Este
bienio se caracterizó por el conservadurismo político.

El freno a la reforma agraria enfrentó al gobierno central con el de la Generalitat


por la “Ley de Contrato de cultivos”, ley que permitía acceder a los campesinos a
la propiedad de tierras y que ahora pasaron de nuevo a sus antiguos propietarios
(nobles, aristocracia o incluso Iglesia). A su vez paralizó la elaboración del estatuto
de autonomía del País Vasco, lo que le enfrentará con los nacionalistas vascos.
También intentó contrarrestar la reforma religiosa con un presupuesto de culto y
clero y se permitió a la Iglesia volver a las escuelas y recuperar parte de los bienes
confiscados. En cuanto al ejército, se aprobó una Ley de Amnistía para los que se
sublevaron con Sanjurjo. Además, se crearon grupos paramilitares dentro de la
Historia de España
CEDA como son las JAP (Juventudes de Acción Popular, conocidos como “camisas
verdes”).

Este viraje conservador y claramente de obstrucción de las reformas tuvo como


consecuencia la radicalización del PSOE y de la UGT, que, junto con los anarquistas,
declararon una guerra abierta (huelgas y conflictos) al nuevo gobierno. De hecho,
incluso dentro del ejército favorable a la República se creó una organización de
izquierda llamada UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista) en contraposición
a la UME (Unión Militar Española, de derechas). Ante esta situación la CEDA
endureció su posición y reclamó una acción más contundente en materia de orden
público, exigiendo entrar en el Gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo
parlamentario y en octubre del 34 Lerroux otorgó tres carteras ministeriales a la
CEDA (Justicia, Trabajo, Agricultura). La entrada en el gobierno de la CEDA fue
interpretada como un camino hacia el fascismo (en un contexto europeo crispado
por nacimiento del III Reich Alemán tras la proclamación de Hitler como Jefe del
Estado). En este contexto de crispación, la mayor parte de las organizaciones
obreras convocaron una huelga general para el 5 de octubre que derivaría en la
Revolución de octubre de 1934.

La Revolución consistió en un movimiento insurreccional liderado por socialistas y la


UGT, con el apoyo de la Generalitat, el PCE y la CNT. Se convocaron huelgas
generales en las principales ciudades, especialmente notables en Cataluña y
Asturias. En Asturias, (donde los mineros tomaron la calle, hasta el punto de que
columnas de mineros armados sitiaron Oviedo y otros pueblos), la evolución tuvo un
matiz social y proletario. El gobierno mandó a la Legión Africana, dirigida por Franco,
para reprimir la revolución social. La resistencia minera duró 10 días, pero finalmente
los núcleos insurrectos fueron sofocados. El saldo, con más de 1.000 muertos, se
considera un preludio del conflicto fratricida. En Cataluña, se organizó una huelga
general pero la abstención de la CNT hizo que fracasara. La rebelión fue más política
que social, por el temor de la Generalitat a que un gobierno de derechas anulase
el Estatuto de Autonomía. El ejército entró en Barcelona y detuvo a todo el gobierno
de la Generalitat, incluido al presidente Companys, que había proclamado en
Historia de España
octubre la República de Cataluña, hecho claramente inconstitucional. La represión
fue sofocada y la Autonomía fue suspendida.

La CEDA propuso la reforma de la Constitución y la política del gobierno de Lerroux


se endurecerá a partir de ahora. Consecuencia fundamental de esta Revolución
fue la bipolarización de la política española:

• Por parte de la derecha, Calvo Sotelo fundará en diciembre de 1934 el


Bloque Nacional.
• Más tarde, la izquierda, en enero del 36, se unirá formando el Frente Popular.
A finales de 1935 el gobierno asiste a un hundimiento relacionado con escándalos
como el del estraperlo y acusaciones de corrupción. Ante esta situación, Gil Robles
intentó conseguir que Alcalá Zamora le encargara formar Gobierno, pero este se
negó y decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones generales para el
16 de febrero de 1936, en las que, con la participación del 70% del censo, el Frente
Popular logra el 59 % de los escaños, frente a una derecha que, a diferencia de
1933, en esta ocasión acudió dividida al plebiscito, iniciándose otra vez un período
de corte liberal y que verá cómo España se sume en su mayor conflicto negro: La
Guerra Civil.
Historia de España
10.4. EL FRENTE POPULAR: ANTECEDENTES Y CAUSAS
DEL GOLPE MILITAR

Las que serían las últimas elecciones democráticas de España hasta 1977, tuvieron
lugar el 16 de febrero de 1936 en un clima de extraordinaria crispación social. A
diferencia de lo ocurrido en las elecciones de 1933, las fuerzas de izquierda
comprendieron que, si querían volver al Gobierno, era necesario sentarse a dialogar
y entablar alianzas. Por eso constituyeron el Frente Popular, una coalición
encabezada por Azaña que incluía a republicanos de izquierda, socialistas,
nacionalistas y comunistas. Por el contrario, la derecha tuvo dificultades para unirse
a causa de las querellas internas entre la CEDA y la extrema derecha. La campaña
electoral fue extremadamente agresiva y puso de manifiesto la división de España
en dos bloques antagónicos. Finalmente, el Frente Popular consiguió la victoria y
reemprendió la labor reformista del primer bienio.

En este nuevo periodo republicano, Alcalá Zamora continuó ejerciendo la


presidencia de la República hasta el mes de mayo, mes en que fue sustituido por
Azaña, quien mandaría formar Gobierno a Santiago Casares Quiroga.

La principal característica de este periodo es la gran división de la coalición de


gobierno. Durante el escaso tiempo con el que contó el nuevo gobierno destacaron
medidas como la concesión de amnistías a los implicados en la Revolución de
octubre de 1934, y la restitución en cargos públicos de políticos suspendidos, lo que
permitió la excarcelación Lluís Companys que retomaría la presidencia de la
Generalitat. Además, se restituyó la autonomía de Cataluña y en País Vasco se inició
la tramitación del EstatutoVasco.

Para frenar los rumores golpistas fueron alejados de los centros de poder los militares
sospechosos, pero estos, desde la distancia, conspiraron con mayor facilidad
(Franco desde Canarias, Goded en Baleares y Mola desde Pamplona).
Historia de España
Esperanzados con las nuevas perspectivas, los partidos de izquierdas se lanzaron a
la movilización popular produciéndose una radicalización de las posturas políticas y
sindicales, aumentando las huelgas, la ocupación de tierras y la violencia callejera.
Los sectores conservadores alarmados ante la política reformista que amenazaba
su poder económico y ante la radicalización obrera, se apoyaron en el Bloque
Nacional y la CEDA, formando un verdadero contrapoder en defensa del orden, la
propiedad, la religión y la patria. El Gobierno parecía desbordado por las masas
izquierdistas y se mostró incapaz de frenar la espiral de violencia e imponer medidas
de consenso que solucionasen la crisis social, lo que contribuyó a desestabilizar el
equilibrio democrático.

En la primavera de 1936, la confrontación política se intensificó en todos los ámbitos


y aumentaron los enfrentamientos callejeros y atentados tanto contra líderes de
izquierdas como de derechas. Los pistoleros falangistas intentaron los asesinatos de
Jiménez de Asúa (12 marzo, primer intento de asesinato de la Falange) y Largo
Caballero (unos días después). La violencia partía de ambos bandos, pero para el
Bloque Nacional y Falange se trataba de un medio para desestabilizar el régimen,
lo que llevó al Gobierno a detener a José Antonio Primo de Rivera (14 marzo) y a
cerrar las sedes de Falange. Meses después, asesinaron también a José Castillo (12
de julio), capitán de la Guardia de Asalto de la República. Como respuesta a este
asesinato, las milicias armadas de la izquierda consumaron el 13 de julio el asesinato
de Calvo Sotelo, líder de la extrema derecha. Esto favoreció a los militares golpistas
que, desde Unión Militar Española, preparaban una conspiración contra la
República. Era el preludio del golpe de Estado del 18 de Julio de 1936.

ü Hacia el golpe de Estado

La conspiración militar tuvo escasa fuerza hasta que se puso al frente el general
Emilio Mola, destinado a Pamplona desde marzo del 36, verdadero jefe del golpe
de Estado, quien consiguió el apoyo de los sectores derechistas (monárquicos,
carlistas, falangistas y cedistas). Su plan era organizar un pronunciamiento militar
simultáneo, protagonizado por el ejército de África al mando del general Franco,
Historia de España
siendo claves Madrid y Barcelona y actuar con extrema violencia ante cualquier
resistencia, tanto de militares como de las organizaciones del Frente Popular. Primero
se declararía el estado de guerra y después se procedería a la detención y
eliminación de los principales dirigentes políticos y sindicales de izquierdas. Una vez
tomada la capital, se formaría una junta de generales que sustituiría al Gobierno. La
justificación fundamental fue el deseo de poner orden contra el clima de desorden
y violencia.

La conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas políticas de la derecha


(monárquicos, carlistas, cedistas, falangistas…) pero la fecha se aplazaba debido a
las discrepancias en cuanto al régimen a instaurar. La muerte de José Calvo Sotelo
aceleró los planes, y el golpe se inició el 17 de julio en Marruecos. Desde Marruecos
Franco se dirigió hacia la Península y el gobierno tardó en reaccionar. La
sublevación o alzamiento se extendió rápidamente y entre el 18 y 19 de julio la
mayoría de las guarniciones militares del resto de España se unieron al golpe, junto
con un sector civil de falangistas y carlistas (requetés). En dos días habían tomado
Pamplona, Sevilla, Castilla la Vieja y Aragón.

El 19 de julio Casares Quiroga dimite y es sustituido por José Giral que entrega armas
a las milicias de los sindicatos y partidos del Frente Popular (anarquistas,
republicanos, socialistas, comunistas…). Parte del ejército y fuerzas del orden, fieles
al gobierno de la República sofocaron el levantamiento en buena parte de España.
La sublevación triunfó en la España interior, Galicia, Zaragoza y parte de Andalucía,
es decir en las zonas agrarias. También triunfó en estas dos grandes ciudades: Sevilla
y Zaragoza. Y fracasó en las zonas industrializadas con mayor peso obrero; País
Vasco, Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid, Asturias, Cantabria, Extremadura,
Levante. En Madrid y Barcelona fracasó después de varios días de lucha.

Los sublevados, como hemos dicho, pretendían una operación rápida para tomar
el gobierno, declarar el Estado de Guerra y reprimir cualquier oposición, pero al
cabo de una semana, el golpe militar no había triunfado lo que originó la división
del país en dos bandos: nacionales y republicanos, y el estallido de la guerra al
Historia de España
contar ambos bandos con apoyos internacionales, alcanzando una dimensión
internacional ante el temor de que se extendiera a otras partes de Europa y el
mundo.

ü La consolidación de los bandos

Realmente la Guerra fue una confrontación permanente entre grupos dominantes


(aristocracia, grandes propietarios de tierras, empresarios, Iglesia y ejército) y las
clases populares (campesinos, obreros y pequeña burguesía), divididos en dos
bandos:

1) El bando de los sublevados: estaba constituido por militares conservadores,


monárquicos de derechas, grupos católicos, falangistas, carlistas y por todos
aquellos que se habían opuesto a las reformas de la República. Se definían
como “nacionales” (por su defensa de la unidad de España) y católicos. Entre
los sublevados no había unanimidad sobre qué hacer tras el golpe. Los altos
cargos militares querían restablecer el orden a través de una dictadura militar y
con el tiempo recomponer el poder civil en república o monarquía. Los cedistas
querían el regreso de la monarquía Alfonsina, los falangistas querían imponer un
régimen fascista y los carlistas instaurar a su monarca.

2) Los leales a la República: constituido por las clases más populares, obreros,
pequeña burguesía y campesinado sin tierras. La mayoría afiliados o influidos
por organizaciones socialistas, comunistas y anarcosindicalistas. También clases
medias vinculadas a los partidos republicanos, intelectuales y artistas. Defendían
la legitimidad republicana, reformistas y grupos revolucionarios con deseos de
transformar la sociedad por la vía de la revolución socialista o anarquista.

Se inicia así el hecho más relevante y trágico de la Historia de España del siglo XX,
que fue también visto, desde el estallido, como un primer enfrentamiento a nivel
mundial entre fascismo y democracia, en el contexto internacional de las tensiones
surgidas en Europa tras el ascenso del fascismo en Italia y Alemania.
Historia de España
10.5. ETAPAS DE LA GUERRA CIVIL: CONTEXTO
INTERNACIONAL Y OPERACIONES MILITARES

10.5.1 Contexto internacional

En 1936 la tensión entre las grandes democracias europeas (Gran Bretaña y Francia)
y los regímenes fascista y nazi alcanzó tal punto que cualquier crisis hacía temer el
estallido de una nueva guerra mundial. Desde el primer momento, la Guerra Civil
española tuvo gran repercusión internacional ya que fue vista como un
enfrentamiento entre las fuerzas democráticas y los regímenes fascistas. Pero la
Guerra Civil fue más bien un conflicto armado entre los viejos grupos dominantes
(conservadores, es decir, latifundistas, empresarios, Iglesia y ejército), que pensaban
que las reformas llevadas a cabo por la República atentaban contra sus privilegios;
y los grupos emergentes de obreros y burgueses, que querían establecer un sistema
democrático (progresistas).

“La guerra de España”, fue un acontecimiento que apasionó y dividió a


gobernantes, medios de comunicación e intelectuales del mundo entero.

El apoyo internacional a ambos bandos fue decisivo tanto en la duración como en


el desarrollo y desenlace de la guerra: demócratas, progresistas y partidos obreros
(URSS) de todo el mundo apoyaron a la República, mientras que conservadores y
gobiernos fascistas (Italia y Alemania) y Papado apoyaron a los sublevados. Pero los
gobernantes de las democracias (Francia, Gran Bretaña, EEUU) fueron prudentes en
su participación por temor a que el conflicto se extendiera por Europa. La reacción
inicial del gobierno francés del Frente Popular de prestar ayuda a la República no
se puso en práctica por la firme oposición de su aliado británico, que temía que
cualquier intervención pondría en peligro la política de apaciguamiento con
Alemania, por lo que decidieron impulsar una política de no intervención.
Historia de España
A finales de agosto de 1936, 27 países (incluidos Alemania, Italia y la URSS)
suscribieron un Acuerdo de No Intervención por el que se prohibía exportar a España
y a sus posesiones del norte de Marruecos armas, municiones y material de guerra.
Después se crearía el Comité de No Intervención, con sede en Londres, para vigilar
el cumplimiento del acuerdo. Pero en la práctica el acuerdo fue una farsa ya que
mientras las democracias (Gran Bretaña y Francia) se escudaron en él para no
apoyar a la República, los italianos y los alemanes se lo saltaron desde el primer
momento.

• Ayuda republicana:

La República solo pudo contar con el apoyo de la URSS materializado en pilotos,


técnicos, consejeros y material bélico que fue muy importante para evitar su
derrumbe inmediato. La decisión de Stalin de intervenir respondía principalmente a
razones políticas y estratégicas, ya que una derrota de la República debilitaría a
Francia y fortalecería el eje Roma-Berlín. La República financió la guerra con las
reservas de oro del Banco de España que el gobierno de Largo Caballero decidió
depositar en Moscú. La República recibiría también la ayuda de las Brigadas
Internacionales. Estas estaban formadas por más de 60.000 brigadistas voluntarios
de un amplio abanico ideológico (comunistas, anarquistas y demócratas) liderados
por los dirigentes de los partidos políticos comunistas de la III Internacional, cuya
actuación fue muy relevante en la defensa de Madrid y en la batalla de Teruel.

• Ayuda a los nacionales:

Hitler y Mussolini se decidieron a ayudar a los insurrectos una vez comprobado que
Francia y Gran Bretaña no iban a intervenir. Para Hitler el triunfo de un golpe militar
podía privar a Francia de un aliado en el sur, además de que España iba a ser el
campo de batalla donde probar su material militar y sus nuevas tácticas de guerra.
A Mussolini la victoria de los nacionales le daría un aliado en el Mediterráneo
occidental con vistas a su expansión imperial en el norte de África. Así, por parte de
Alemania, recibieron los sublevados carros de combate y la Legión Cóndor; y por
Historia de España
parte de Italia, el Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) y la flota submarina, que
desempeñó un papel muy importante en el Mediterráneo impidiendo la llegada de
material soviético a la República.

En definitiva, la ayuda a la República se encontró siempre con grandes obstáculos,


mientras que la ayuda al bando nacional o franquista fue regular, considerable y
decisiva, y se financió con créditos y con la entrega de materias primas, alimentos y
minerales.

10.5.2. Desarrollo de la guerra

Las grandes batallas que se sucedieron en los 36 meses de guerra se concentraron


en el control de Madrid, el Norte y la zona del Mediterráneo. Podemos distinguir las
siguientes fases con sus correspondientes operaciones militares:

1.El avance hacia Madrid (julio-noviembre 1936)

2. Las batallas en torno a Madrid (diciembre 36-marzo 1937)

3. La ocupación del Norte (abril-octubre 1937)

4. El avance hacia el Mediterráneo (noviembre 1937-junio 1938)

5. La batalla del Ebro y la ocupación de Cataluña (julio 1938-febrero 1939)

6. El final de la guerra (febrero-abril 1939)


Historia de España
1. El avance hacia Madrid (julio-noviembre 1936)

Después de cruzar el estrecho, las tropas de África avanzaron por la península con
el objetivo de tomar la capital, Madrid, símbolo del gobierno republicano. Desde el
sur, tomaron Badajoz dirección Madrid, pero Franco, jefe del ejército del Sur desde
septiembre, decidió desviarse a Toledo, donde estaban sitiados en el Alcázar unos
centenares de militares nacionales. Su liberación supuso un triunfo político y
propagandístico para Franco que le consolidaría como líder de la sublevación

A finales de octubre ya se encontraban a las puertas de la capital. El 29 de octubre


se decretó la movilización general para defender Madrid al grito de consignas que
se convertirían míticas como el “No pasarán” (Dolores Ibarrurri, La Pasionaria). El 6
de noviembre, el gobierno republicano se trasladó a Valencia, confiando la
resistencia a la Junta de Defensa de Madrid, que resistiría gracias a la llegada de los
primeros brigadistas internacionales, de los carros de combate rusos y de la columna
anarcosindicalista liderada por Buenaventura Durruti.

La resistencia de Madrid puso fin a la fase denominada “guerra de columnas (tipo


de formación militar)”, en las que las tropas republicanas estaban principalmente
compuestas por milicias de voluntarios y partidos.

2. Las batallas en torno a Madrid (dic. 1936-marzo 1937)

Fracasado el intento de tomar Madrid, los sublevados emprendieron maniobras


para aislarla de Valencia. En febrero de 1937 se produjo la batalla del Jarama, y un
mes después la batalla de Guadalajara, en las que las tropas sublevadas junto con
tropas italianas sufrieron una fuerte derrota a manos del reconstituido Ejército
Popular de la República.
Historia de España
3. La ocupación del Norte (abril-octubre 1937)

Ante esta sonada derrota, Franco concentró sus esfuerzos en la zona norte, donde
una estrecha franja desde País Vasco hasta Asturias había quedado en manos de
republicanas (fundamental área por los recursos mineros, siderúrgicos e industriales).
Las tropas sublevadas, al mando del general Mola, atacaron Vizcaya. El 26 de abril,
Guernica era arrasada por la aviación nazi por orden de Franco. Se producía así el
primer bombardeo aéreo de la Historia sobre la población civil. Más tarde, el 19 de
junio, Bilbao fue ocupada. La República contestará con el ataque a Brunete (norte
de Madrid) y Belchite (Zaragoza), pero no tuvieron éxito y no pudieron impedir que
las tropas franquistas se hicieran con Santander y Gijón, haciéndose con el control
del norte y de sus minas de hierro y carbón y sus grandes industrias siderúrgicas
prácticamente intactas. Es ahora cuando comienza el masivo exilio de civiles hacia
zonas republicanas.

4. El avance hacia el Mediterráneo (noviembre 1937-junio 1938)

A finales del 37, los republicanos todavía confiaban en la victoria y reorganizaron el


ejército colocando al frente al general Vicente Rojo, defensor de Madrid. La batalla
más importante fue la de Teruel (entre diciembre de 1937 y febrero de 1938) se saldó
con una desastrosa derrota republicana. Tras esto, Franco optó por una ofensiva
general en el frente de Aragón que le llevarían a alcanzar el Mediterráneo por
Vinaroz (Castellón) dejando la España republicana dividida en dos y Cataluña
aislada.

5. La batalla del Ebro y la ocupación de Cataluña (julio 1938-febr. 1939)

El avance de las tropas sublevadas fue detenido al reorganizarse las tropas


republicanas desde Cataluña desencadenándose la batalla del Ebro, último intento
por unir las zonas fieles a la República. Esta batalla fue uno de los mayores episodios
militares de la guerra. Comenzó en julio y terminó en noviembre del 38 con la derrota
de las tropas republicanas que ya estaban muy mermadas y desorganizadas.
Historia de España
Franco decidió emprender el último golpe: la ofensiva sobre Cataluña. El 26 de
enero, Franco entraba en la ciudad de Barcelona y una marea de gente emprendía
el camino al exilio huyendo hacia Francia. Medio millón de personas, civiles, restos
del ejército republicano de Cataluña, el presidente de la República (Manuel
Azaña), miembros del gobierno republicano de Negrín y la Generalitat, se exiliaron
a Francia. El presidente Azaña, el jefe de gobierno Negrín, el presidente vasco y el
de la Generalitat, también cruzaron la frontera.

6. El final de la guerra (febrero- abril 1939)

En febrero del 39 sólo quedaba Madrid, pero en marzo de ese año se produjo una
sublevación del coronel Casado, responsable de la defensa de la capital. Casado
controló Madrid con el apoyo de un grupo de socialistas que buscaban negociar
con Franco una “paz honrosa”, basada en la “generosidad del Caudillo”. Pero
Franco sólo aceptó la rendición sin condiciones y entró en la capital el 28 de marzo.
Los últimos reductos republicanos (Alicante, Albacete, Valencia) se rindieron y el 1
de abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra: “españoles: la guerra ha
terminado”.
Historia de España
Plan golpista trazado por Emilio Mola.
Historia de España
10.6. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA EN LA ZONA DE LOS
SUBLEVADOS

Los grupos que apoyaron el alzamiento militar (cedistas, monárquicos, carlistas,


católicos y falangistas) carecían de un proyecto común, por lo que el ejército se
convirtió en la columna vertebral del nuevo régimen y el encargado de organizar el
nuevo Estado. Desde el primer momento los militares aplicaron una sistemática y
selectiva represión para sembrar el terror y eliminar la resistencia. Las primeras
víctimas fueron los militares no sublevados, después los líderes sindicales y políticos
de izquierdas y los intelectuales republicanos. Les apoyaron en la represión los
requetés carlistas y los falangistas.

Los sublevados se inspirarán en el modelo alemán e italiano de la época,


evolucionando hacia una dictadura militar de corte fascista. Para ello, se
organizarán de esta manera:

ü La organización provisional de la sublevación:

Tras la sublevación, sin Sanjurjo (muerto en accidente de avión) y sin proyecto


político real, se creó un poder militar llamada Junta de Defensa Nacional (con sede
en Burgos e integrada solo por generales y presidida por el más antiguo de todos
ellos, el general Miguel Cabanellas). Se encargada de gobernar los territorios
ocupados. Esta Junta declaró el estado de guerra y todo el territorio quedó bajo el
poder militar, se suspendió la Constitución de 1931, se prohibió la actividad política
y sindical de cualquier ideología y se paralizó la reforma agraria, restituyendo las
tierras a sus antiguos propietarios.

El paso siguiente de la Junta fue establecer una dirección militar y política unificada.
De los posibles candidatos sobresalía Franco, porque dirigía el ejército de África con
Historia de España
las tropas mejor preparadas y porque había conseguido el apoyo de Hitler y
Mussolini. Además, su popularidad había aumentado con la liberación del Alcázar
de Toledo y siempre contó con un grupo de generales muy fieles. Así, el 1 de octubre
de 1936 era nombrado Generalísimo de los Ejércitos y Jefe de Gobierno, quedando
unificado el mando militar y el mando político en la persona de Franco.

ü El mando único de Franco:

La Junta de Defensa fue disuelta y Franco constituyó la Junta Técnica del Estado
(octubre de 1936) como órgano consultivo formada por militares y tecnócratas y
presidida por el general Dávila. A principios de 1937, tras la resistencia opuesta por
Madrid a las tropas franquistas, todo apuntaba a una prolongación de la guerra,
por lo que Franco decidió revisar su estrategia militar, iniciando la campaña del
norte, y planteó la necesidad de unificar políticamente el bando nacional. En esta
tarea de unificación política, fue decisiva la labor de Ramón Serrano Suñer (el
“cuñadísimo”), miembro de la CEDA y cuñado de Franco, quién convenció al
Caudillo para crear un régimen de partido único similar al de los Estados fascistas
mediante la fusión de Falange Española y la Comunión Tradicionalista (carlistas), la
llamada Falange Española Tradicionalista y de las JONS (Juntas Ofensivas Nacional-
sindicalistas). Su programa se basó en los principios de la Falange y en el
conservadurismo católico (nacionalcatolicismo), revestido con toda la parafernalia
de la simbología fascista (saludo fascista del brazo en alto, el uniforme de camisa
azul de los falangistas y boina roja de los requetés carlistas y, como emblema de la
nueva España, el yugo y la flecha de los Reyes Católicos). Esta unificación causó
algunas tensiones entre miembros falangistas y carlistas, algunos líderes fueron
incluso encarcelados por orden de Franco. Sin embargo, los antiguos militantes de
la CEDA y los grupos monárquicos no carlistas se sometieron al nuevo partido sin
problemas. De esta manera Franco cerraba el círculo de su poder absoluto:
Generalísimo del Ejército, Jefe de Estado y Gobierno y líder de un partido político
único. Con este nombramiento desaparecerá la Junta Técnica del Estado para dar
Historia de España
paso al Nuevo Estado, institucionalizado con la formación el 30 de enero de 1938
del primer gobierno de Franco, ya como jefe de Estado que pasó a llamarse
Caudillo de España, cargo que ostentará hasta 1973.

Una vez formado el gobierno se promulgó la Ley de Administración Central del


Estado que atribuía al jefe de Estado los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. En
los meses siguientes derogó toda la obra reformista de la Segunda República: abolió
los estatutos de autonomía; impuso el castellano como la única lengua oficial; anuló
la legislación laica (matrimonios civiles, divorcios o la reforma educativa), y la Iglesia
recuperó todos sus bienes y privilegios, a modo de recompensa por el apoyo
recibido con la “Carta Colectiva del Episcopado español a los obispos del mundo”
de julio de 1937, en la que la Iglesia justificaba el levantamiento militar por la
amenaza comunista y presentaba la guerra como una cruzada religiosa.

La política social se plasmó en el Fuero del Trabajo (marzo de 1938) que sentó las
bases del Estado nacionalsindicalista: respeto a la propiedad privada, prohibición
de los sindicatos y reivindicaciones obreras, y creación de los sindicatos verticales,
donde los empresarios y obreros quedaron encuadrados en unos mismos sindicatos
por ramas de producción.

En política económica, se devolvieron las tierras a los propietarios y se creó el Servicio


Nacional del Trigo para controlar existencias y precios.

Una de las principales preocupaciones del régimen fue el control ideológico. Para
lograrlo se suprimieron las libertades de reunión y asociación y, mediante la Ley de
Prensa e Imprenta (abril de 1938, en vigor hasta 1966), se impuso la censura previa y
todos los medios de comunicación y producción cultural se pusieron al servicio del
Estado.

Además, la construcción de ese nuevo Estado fue acompañada de una violencia


extrema, donde la represión tuvo un carácter sistemático, planificado y desde
arriba, con el fin de generar terror y aniquilar cualquier oposición al nuevo régimen.
Historia de España
En el exterior, el régimen fue reconocido oficialmente por la Alemania nazi y la Italia
fascista desde noviembre de 1936 y por Portugal y el Vaticano a partir de 1938. En
1939 lo hicieron las dos potencias democráticas europeas, Francia y Reino Unido.

Tras la victoria en la Guerra Civil (1 de abril de 1939), Franco instaurará una dictadura
que estará vigente durante casi 40 años, hasta su fallecimiento el 20 de noviembre
de 1975.

10.7. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA ZONA

REPUBLICANA.

• Guerra y Revolución (hasta agosto de 1936):

En la zona republicana la guerra generó una situación compleja. Dos elementos


confluyeron en esta situación: la propia guerra y la revolución social. Tras el
levantamiento militar del 18 de julio, Casares Quiroga, dimitió y fue sustituido por
Diego Martínez Barrio, que dimitiría poco tiempo después al fracasar en sus
negociaciones con el general Mola. El presidente de la República, Manuel Azaña,
nombró jefe de gobierno entonces a José Giral, el cual entregó armas a las milicias
de los partidos y sindicatos para hacer frente a los sublevados. Estas milicias
armadas se organizaron en comités, juntas y consejos, y organizaron al margen del
gobierno la lucha y represión contra los sublevados provocando un terror
incontrolado contra quienes habían participado en el levantamiento: burgueses,
aristócratas y la Iglesia.
Historia de España
En el verano del 36, el estado republicano sufrió el colapso, incapaz de controlar su
propio territorio y estas milicias, junto con campesinos y obreros, apoyados por
sindicatos y partidos obreros llevaron a cabo la colectivización de gran parte de la
propiedad industrial y agraria. Los trabajadores tomaron el control de empresas,
servicios públicos, fábricas, entidades bancarias, etc.

El caos social y las derrotas militares mostraron la necesidad de crear un gobierno


central de unidad que devolviera la autoridad a la república, y de organizar un
ejército regular que sustituyera a las milicias. Ante esta situación José Giral dimitió y
fue sustituido por Francisco Largo Caballero (septiembre de 1936), quien formó un
gobierno de coalición integrado por socialistas, republicanos, comunistas y
nacionalistas vascos y catalanes, al que dos meses después se incorporarían
también algunos anarcosindicalistas.

• El gobierno de coalición de Largo Caballero (septiembre-mayo 1937):

Sindicatos y obreros toman conciencia de que antes era preferible ganar la guerra
que desatar la revolución. Por eso se formó esa coalición presidida por Francisco
Largo Caballero (secretario general de UGT). El nuevo gobierno consideró prioritario
formar un verdadero ejército, que se logró gracias a la militarización de las milicias y
su incorporación a las brigadas mixtas. Asimismo, se reorganizaron las fuerzas de
seguridad, logrando restablecer el orden público, y se implantó una economía de
guerra materializada en la expropiación de tierra de propietarios insurrectos y la
reconversión industrial.

Sin embargo, hubo también muchos puntos de desencuentro: la centralización del


poder fue un objetivo más difícil de conseguir ya que, por un lado, el gobierno
central no pudo impedir que Cataluña y el País Vasco ensancharan su autonomía
(se aprueba el Estatuto Vasco, octubre 1936), creasen su propio ejército y asumiesen
Historia de España
el control absoluto de la economía. Por otro lado, aumentó la falta de
entendimiento y la división entre los socialistas, comunistas (partidarios de poner fin
a la hegemonía política de los sindicatos y regularizar las colectivizaciones) y los
anarcosindicalistas (se oponían firmemente a perder su poder y consideraban
prioritaria la revolución social).

Las diferencias entre las distintas tendencias en el seno del Gobierno afloraron
pronto y se evidenciaron en múltiples enfrentamientos, entre anarquistas y
comunistas principalmente, por el control del orden público y la vida civil en la
retaguardia. Además, el traslado del gobierno a Valencia fue visto como una
debilidad de la República. La crisis política se precipitó en Barcelona (los llamados
“Hechos de Mayo”), en un enfrentamiento armado entre las fuerzas que defendían
la República, aglutinados en torno al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña,
que reunía a socialistas y comunistas catalanes) y las fuerzas del orden público,
contra los anarcosindicalistas (CNT y FAI) y POUM (Partido Obrero de Unificación
Marxista). La crisis se resolvió con el envío de la Guardia de Asalto por parte del
Gobierno republicano y la derrota de los anarcosindicalistas. Los militantes
comunistas exigieron a Largo Caballero la disolución del POUM a cambio de seguir
colaborando con ellos. Ante su negativa, Manuel Azaña le destituyó y encargó la
formación de un nuevo gobierno al socialista Juan Negrín, que se apoyó en el
Partido Comunista.

• El gobierno de Negrín (mayo 1937-marzo 1939):

La prioridad de Negrín fue erradicar el caos traído por el clima revolucionario con el
propósito de ofrecer una imagen moderada en el exterior. Para ello, acabó con la
etapa revolucionaria, paralizando las colectivizaciones y restituyendo las tierras a sus
propietarios, intentó organizar una industria de guerra, reforzó el ejército y propuso
una política de resistencia de la República hasta el fin (“resistir es vencer”), aunque
Historia de España
abriendo la puerta a una salida negociada de la guerra mediante su programa
“Trece Puntos”, que fue rechazado por Franco.

Tras la caída de Barcelona (26 enero 1939), se exilió a Francia, pero a los días volvió
y estableció en Elda la sede de Gobierno, donde continuó con su política de
resistencia a ultranza. La pérdida de Cataluña en febrero del 39 y el reconocimiento
del gobierno de Franco por Gran Bretaña y Francia hizo que el gobierno de la
República se exiliara definitivamente. Azaña dimite.

En esta situación se produjo el golpe de Estado del coronel Casado el 5 de marzo


de 1939 que provocaría el fin de la República. El 28 de marzo se produjo la caída de
Madrid a la que seguirían el resto de las plazas en poder de los republicanos como
Albacete o Valencia, la última ciudad en ser tomada fue Alicante, donde se habían
agolpado miles de combatientes y civiles republicanos ante la promesa de
evacuación que fue impedida por los barcos franquistas que bloqueaban el acceso
al puerto. La ciudad cayó el 31 de marzo y el 1 de abril de 1939 Franco dio por
concluido el conflicto en su último parte de guerra.

La victoria de los sublevados significó definitivamente el fin de las reformas


democratizadoras y modernizadoras emprendidas por la Segunda República.
Supuso también la instauración de una dictadura y el exilio y persecución de los que
se habían mantenido fieles a la república.
Historia de España
10.8. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL

La guerra fue el episodio más traumático que vivió España durante el siglo XX y sus
consecuencias afectaron a muchos aspectos de la vida española. La primera y más
importante fue el establecimiento en España de una dictadura de casi cuarenta
años encarnada en la figura del general Francisco Franco.

1. Demográficas: no está claro el número de muertos, aunque se estima que


entre 400000-500000 murieron en los combates, por hambre, enfermedades y por la
represión posterior (muchos de ellos murieron en la cárcel o en los campos de
trabajo). El aumento de la mortalidad se vio acompañado por una disminución de
la natalidad. Desde primeros días de la guerra, civiles de ambos bandos se vieron
obligados a desplazarse y refugiarse. Los refugiados republicanos (unos 500000) se
concentraron en Levante y Cataluña. Fue especialmente relevante tras la caída de
Cataluña, y en los primeros meses de posguerra. Miles de niños y mujeres se
embarcaron con destino a otros países. Muchos de los exiliados fueron
concentrados en campos de internamiento en el sur de Francia (alugnos de ellos
incluso lucharon en el bando aliado en la II Guerra Mundial). Otros fueron a América
Latina, sobre todo a México y a la URSS. Especialmente dramática fue la situación
de los llamados “niños de la guerra”, que durante el conflicto fueron evacuados a
países extranjeros. Algunos no regresaron a España ni volvieron a encontrarse con
sus familias.

2. Económicas: fueron desastrosas por la pérdida de reservas de oro (la


República lo utilizó para la compra de armas a la URSS). La fuerte caída del PNB
provocó una depreciación de la moneda en un 50% respecto a su valor de 1936 y,
además, disminuyó la población activa y bajó el nivel de renta. A lo anterior hay
que sumar la destrucción de viviendas y las comunicaciones, ya que buena parte
de las infraestructuras de transporte se vieron dañadas y se perdió un porcentaje
importante de ferrocarriles y vehículos de motor. Durante los siguientes años, la
población sufrió el hambre y la escasez, lo que obligó al establecimiento de cartillas
Historia de España
de racionamiento de alimentos para acceder a productos básicos. Los precios
subieron y el mercado negro se extendió.

3. Culturales: se calcula que el 50% de los profesores fueron ejecutados o


represaliados. La mayor parte de la élite intelectual marchó al exilio (muchos
miembros de la “Generación del 27”) o murió ejecutado (García Lorca). La cultura,
en este sentido, retrocedió a tiempos pasados (censura y represión cultural).

4. Políticas: La guerra puso fin a un nuevo intento democrático: la II República.


Se inicia así un período de represión, de falta de libertad política y la supresión de
derechos fundamentales. Al finalizar la guerra se abrió una etapa de represión, con
internamientos en campos de concentración, donde los presos eran condenados a
trabajos forzados. Algunos republicanos continuaron la lucha formando guerrillas
refugiadas en los montes, conocidos como maquis.

5. Política internacional: Durante los siguientes 20 años, España estuvo aislada


políticamente de Europa, lo que supuso un retroceso evidente. Además, no pudo
beneficiarse del Plan Marshall y por tanto quedó fuera del progreso europeo tras la
II Guerra Mundial. No será hasta el año 1959 cuando España muestre cierto
aperturismo, poniendo fin a la etapa de autarquía impuesta por Franco.

En definitiva, la guerra transformó la vida cotidiana de la población tanto por las


pérdidas económicas como por las muertes, persecuciones y la represión y supuso
la consolidación del régimen dictatorial controlado por Franco, sostenido por el
Ejército y con una fuerte influencia de la Iglesia católica. La crueldad alcanzada por
el conflicto alcanzó cotas de odio nunca vistas, lo que enfrentó a la sociedad,
incluso a miembros de las mismas familias, hasta provocar una fractura social que
todavía hoy permanece abierta.
Historia de España
TEMA 11: LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975)

11.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL FRANQUISMO. APOYOS SOCIALES Y FAMILIAS


POLÍTICAS.

11.2 REPRESIÓN FRANQUISTA (DURANTE Y DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL)

11.3. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA Y CONTEXTO INTERNACIONAL DURANTE EL PRIMER


FRANQUISMO (1939-1959)
11.3.1. Evolución política interna.
11.3.2. Coyuntura internacional.

11.4. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA Y CONTEXTO INTERNACIONAL DURANTE EL


DESARROLLISMO Y FINAL DEL FRANQUISMO (1960-1975)

11.5. LA ECONOMÍA DURANTE EL FRANQUISMO: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO.


11.5.1. Etapa de la Autarquía.
11.5.2. Etapa del Desarrollismo.

11.6. LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN.

11.7. CAMBIOS SOCIALES DURANTE EL FRANQUISMO


Historia de España
11.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL FRANQUISMO. APOYOS SOCIALES Y FAMILIAS
POLÍTICAS.

La victoria del Bando Nacional supuso la instauración de una dictadura encabezada


por Franco que desmanteló la obra política, social y cultural de la II República. Fue la
construcción de un Estado nuevo, esencialmente antidemocrático y totalitario,
surgido de la crisis de las democracias liberales de la década de 1930.
El Franquismo se caracterizó por los siguientes rasgos, presentes durante todo el
régimen:
• El totalitarismo: El franquismo nació como una dictadura inspirada en el
modelo fascista italiano y alemán. Se suprimió la Constitución de 1931 y con
ella, todos los derechos individuales y colectivos, se clausuró el Parlamento y
se prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos.
• El caudillismo: Franco se erigió como jefe del Estado y presidente del
gobierno. Era, además, Generalísimo de los ejércitos y Jefe Nacional del
Movimiento (jefe del partido único FEJONS). Según Franco, solo respondía
“ante Dios y ante la Historia”.
• Concepción unitaria y centralista del Estado: El franquismo abolió los estatutos
de autonomía y fomentó el nacionalismo español, que defendía la unidad
de España frente al catalán, vasco y gallego. (“España una, grande y libre”)
a los que consideraba separatismos que debían ser combatidos y eliminados.
• La represión de la oposición: Fue continuada, sistemática y planificada
durante todo el franquismo y fue ejercida principalmente contra
republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas y todo aquel que fuera
sospechoso. Entre 1939-1940, hubo, además, muchas ejecuciones
amparándose en la Ley de Responsabilidades Políticas (febrero 1939) y la Ley
de Represión de la Masonería y el Comunismo (marzo 1940). También suprimió
los derechos y libertades más elementales (manifestación, reunión y opinión)
y los españoles quedaron sujetos a las nuevas leyes del Estado sin garantías
jurídicas, ya que eliminó la Constitución de 1931, cerró el Parlamento y
prohibió los partidos políticos y sindicatos.
Historia de España
• Control de los medios de comunicación: sujetos a una rígida censura y
utilizados como aparato de propaganda franquista, exaltando y mitificando
su persona, siendo objeto de respeto, admiración y culto.
• Fundamento ideológico: rechazo a la sociedad burguesa, a las instituciones
liberales y la democracia parlamentaria, asociada con judíos y masones.
Defensa del orden rígido basado en la defensa de la familia y la propiedad
privada.

ü Los apoyos sociales:

Desde los inicios contó con el apoyo de las élites económicas y sociales
(terratenientes, empresarios, financieros, propietarios agrícolas…),que recuperaron el
poder económico, social y político, así como el orden y la autoridad perdida durante
la República. En cuanto a las clases medias, se encontraban desconcertadas. Los
sectores más democráticos se habían visto desbordados por la revolución llevada a
cabo por sectores radicales anarcosindicalistas, y el trauma de la guerra les convirtió
en apolíticos y pasivos. Finalmente los sectores populares, “perdedores”, fueron los
primeros opositores y objeto del control y la represión. El miedo y el hambre
condujeron a la mayoría de la sociedad a la pasividad política. A este fenómeno
social se le conoce como mayoría ausente, mayoría silenciosa o franquismo
sociológico.

ü Las familias políticas del Régimen:

Los tres grandes pilares de la dictadura de Franco fueron: el ejército, el partido y la


Iglesia Católica, aunque también apoyaron al Régimen los tradicionalistas (carlistas)
y la derecha más conservadora. Estas familias políticas eran grupos de influencia que
habían mostrado una adhesión incondicional al caudillo y que podían participar en
el funcionamiento político del régimen. Sus diferentes concepciones de Estado y de
la sociedad les llevó a luchar por el poder de forma continuada, pero ninguna de
ellas tenía la suficiente fuerza para imponerse a las demás, por lo que Franco
aprovechó sus rivalidades para ser árbitro del juego político, distribuyendo
hábilmente los cargos sin comprometerse con ningún grupo y sin poner en riesgo su
Historia de España
liderazgo, haciendo la vista gorda ante la corrupción que no podía denunciarse por
la falta de libertades.
1) El ejército: constituyó la columna vertebral del régimen. Participó activamente
en el poder, ya que la mayoría del gobierno era militar y sus miembros gozaron
de importantes privilegios. Muchos de ellos fueron ministros de guerra y de orden
público.

2) La Falange Española y los tradicionalistas se fusionaron en el partido único (FET) y


de las JONS (FEJONS), llamado a partir de 1958 “MOVIMIENTO NACIONAL”): se
encargó de dar al régimen una base ideológica y constituyó el cuerpo
burocrático del Estado. Sus funciones eran controlar a los medios de
comunicación y a la oposición. Para asegurarse el apoyo social se organizaron
formando las siguientes organizaciones de masas:
• Frente de las Juventudes,
• Sección Femenina,
• Sindicato Español Universitario (SEU),
• la Central Nacional Sindicalista (CNS).
• Sindicato Vertical y Auxilio Social
Los miembros de FEJONS se encargaron de las carteras del ámbito social,
vivienda, trabajo y sindicatos.

3) La Iglesia Católica: tuvo un papel fundamental para legitimar y construir el


régimen, que se definía como confesional y católico. A cambio, la Iglesia recibió
una gran financiación y la labor educativa para el control de los valores y la
moral de la sociedad española. Así nació el NACIONALCATOLICISMO, la
ideología oficial y unificadora de los españoles. La Iglesia participó en la vida
política a través de dos organizaciones: la Asociación Católica Nacional de
Propagandistas (ACNdP), en las décadas de 1940 y 1950, y el Opus Dei a finales
de los 50’s y 60’s, logrando importantes cargos ministeriales en educación y
economía (a partir de 1959), en la fase conocidad como “aperturismo”.

Estas élites sociales junto con las “familias” del Régimen, fueron pilares fundamentales
para la pervivencia del Régimen de Franco.
Historia de España
11.2 REPRESIÓN FRANQUISTA (durante y después de la Guerra Civil)

Cuando Emilio Mola ideó el golpe de Estado, señaló la necesidad de que se llevase
a cabo con especial violencia una represión para aniquilar cualquier oposición
interior. La consecuencia de esto fue que en la zona rebelde fueron las propias
autoridades las que promovieron y organizaron la represión desde el primer
momento (entre julio y septiembre de 1936), sin que nadie lo denunciara. Esto fue
conocido como “terror blanco”.
Efecitvamente, la represión fue una de las características fundamentales del
franquismo y estuvo presente desde el inicio del conflicto hasta el final de su
existencia. La no observancia de las prohibiciones dictadas conllevaba penas de
cárcel, sanciones y multas, así como violencia física en la primera fase represiva del
Régimen. La represión ejercida por el franquismo se extendió a toda la sociedad,
dándose distintos tipos de represiones: represión violenta y física (ajusticiamientos,
asesinatos y desapariciones forzosas), represión administrativa, cultural (censura),
religiosa, lingüística, económica y política.

ü Durante la Guerra

Durante la Guerra Civil, los sublevados mostraron claramente su deseo de eliminar a


los que calificaban como “enemigos de España”. Los detenidos, cuando no eran
inmediatamente asesinados, eran encarcelados, torturados y fusilados, sin juicio
previo o mediante juicios sumarísimos sin ninguna garantía procesal por tribunales
militares. Muchos de ellos fueron condenados a muerte. A medida que se produjo el
avance nacional hubo masacres de milicianos, militantes de organizaciones de
izquierda y de civiles republicanos, como los fusilamientos sin juicio de más de 2.000
personas en la plaza de toros de Badajoz o la matanza de Dos Hermanas (Sevilla).
Esta etapa incluye los ajusticiamientos "legales", en cumplimiento de sentencias
dictadas por tribunales militares durante el periodo de la guerra y los asesinatos
ilegales, las llamadas sacas, o los “paseos”, practicadas al margen de las
autoridades militares, pero con el pleno conocimiento de que se estaban llevando
a cabo. Las "sacas" fueron especialmente intensas durante los meses de julio y
Historia de España
agosto de 1936. Dentro del ámbito de la represión física también se incluye el
encarcelamiento y cualquier pena de privación de libertad. Según el historiador
británico Hugh Thomas, el balance de la represión llevada a cabo por los sublevados
se cifraría en 75.000 muertos durante la guerra, de los que dos tercios
corresponderían a los primeros meses del conflicto (incluyendo las ejecuciones en
los campos de concentración y las ordenadas por los tribunales después de 1936).

ü Después de la Guerra: una represión instrumentalizada

Desde el final de la guerra, y durante el franquismo, no se produjo la reconciliación


entre vencedores y vencidos. Por tanto, la represión violenta y física ejercida por el
régimen continuó después del fin de la contienda, en periodo de paz, y se prolongó
hasta los años 1970, adoptando métodos menos masivos y más ajustados a la
legalidad establecida por el sistema judicial vigente en aquel periodo. Las
desapariciones forzosas siguieron produciéndose hasta después de la Segunda
Guerra Mundial. Muchas de las víctimas fueron enterradas en fosas comunes
repartidas por toda España, a menudo fuera de los cementerios y diseminadas por
el campo, y sin que su muerte fuese inscrita en los registros civiles.
Como decimos, el nuevo régimen tuvo como objetivo destruir o someter todos los
movimientos democráticos y de izquierda, así como todos los valores que representó
la República y cualquier manifestación nacionalista (lingüística, cultural o política), es
decir, a los “enemigos de España”. Para ello procedió a la instrumentalización de la
represión, es decir, a elaborar instrumentos para legitimar dichas acciones. Así, se
elaboraron una serie de leyes ejecutadas por el gobierno y NO por el poder judicial.
La primera ley represiva fue la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) por la que
quedaban fuera de la ley los partidos políticos, sindicatos y “organizaciones
separatistas”, y se establecía que las responsabilidades serían juzgadas por tribunales
compuestos por militares, magistrados y falangistas; la Ley de Funcionarios (1939),
que apartó de sus cargos a buena parte de los diplomáticos, jueces, fiscales o
profesores; la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería (1940), por la que se
culpaba a todos los que defendieran ideas contrarias a la religión, la patria y sus
instituciones y por último la Ley de Seguridad del Estado, (1941) que estuvo destinada
a la represión de los grupos insurrectos, considerados terroristas y bandidos.
Historia de España
El ejército era el principal brazo ejecutor hasta que en 1963 se creó el Tribunal de
Orden Público, de jurisdicción civil. Se calcula que fueron ejecutadas unas 150.000
personas. En cuanto a los presos, en 1940 ascendían a 280.000, albergados en
campos de concentración. Una parte considerable de los condenados fueron
enviados a Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, creados en 1940, en
los que los reclutas constituían una mano de obra barata tanto para empresas
públicas como privadas y realizaban obras de construcción de carreteras, puentes,
líneas ferroviarias o trabajaban en canteras y minas o en el Valle de los Caídos.
Estas medidas buscaban castigar y difundir el terror para acallar cualquier tipo de
disidencia. Durante el franquismo, las clases populares, que se consideraban los
perdedores de la guerra, estaban sometidas a gran vigilancia. El miedo se transformó
en silencio para ocultar el pasado, produciéndose una despolitización de la
sociedad, factor que ayudó a la pervivencia de la dictadura. Esta represión fue
acompañada de un amplio proceso de confiscación y expolio del patrimonio de
exiliados, políticos, sindicatos u asociaciones republicanas. Las depuraciones
también se ejercieron en el campo profesional. De esta manera, todos los que tenían
trabajo, debían estar adscritos al Movimiento Nacional.
En cuanto a los nacionalismos periféricos, en Cataluña, País Vasco y Galicia se
prohibió cualquier expresión nacionalista, insluso la represión cultural llegó también a
las lenguas, puesto que estas ahora pasarían a considerarse dialectos.
No fue hasta 1945 cuando el número de prisioneros y ejecuciones descendió debido
a la nueva coyuntura internacional y al intento de la dictadura de ofrecer una
imagen exterior más tolerable. Sin embargo, el carácter dictatorial del régimen se
mantuvo y continuaron aplicando la pena de muerte a los opositores políticos hasta
el final, como muestra el asesinato de Julián Grimau (1963), miembro del Comité
Central del PCE que fue sometido a un Consejo de Guerra sumarísimo por delitos
cometidos durante la guerra.
En el mundo administrativo, docente y cultural, la represión se realizó mediante las
depuraciones. El mecanismo más utilizado fue la acusación o denuncia (delación),
a menudo forzada por las autoridades. Así, muchos funcionarios y profesores tuvieron
que demostrar su inocencia sin conocer de qué se les acusaba y decenas de miles
de funcionarios fueron separados de sus puestos. La represión cultural se practicó por
Historia de España
medio de la censura y la manipulación de los libros de texto, en los que se enaltecía
a Franco, se tergiversaba la historia y solo se propagaban valores conservadores.
Actualmente, desde principios de los años 2000, diversas asociaciones de víctimas
del franquismo como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se
han encargado de localizar fosas para identificar los restos de los ajusticiados y
entregarles a sus familiares para que pudieran darles una sepultura digna. La ley de
Memoria Histórica, aprobada en diciembre de 2007, pretende hacer efectivos los
nuevos derechos reconocidos a las víctimas del franquismo para equipararles a las
víctimas del otro bando, y ha establecido un mapa de fosas y víctimas, en constante
actualización.
En definitiva, la represión franquista fue sistemática e instrumentalizada y sumió a
España en una situación de tristeza y odio. Además, con el paso del tiempo, muchos
ciudadanos se desligaron de la política, produciéndose una desafección política,
que permitió, en parte, la pervivencia del régimen.

11.3. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA Y CONTEXTO INTERNACIONAL DURANTE EL PRIMER


FRANQUISMO (1939-1959)

Durante sus primeros años de vida, la dictadura franquista procuró adaptarse a la


situación internacional manteniendo dos principios intocables: en el interior, la
permanencia de Franco en el poder; en el exterior, una actitud anticomunista.

11.3.1. La evolución política interna (1939-1959)

En estos años, la figura más relevante del régimen fue Serrano Suñer, ministro de la
Gobernación, encargado de diseñar el Nuevo Estado. Franco se rodearía de las
familias o facciones más influyentes según el contexto y la situación tanto interior
como exterior. Así, de la influencia falangista se pasaría a la católica y del Opus Dei.
El régimen franquista, al carecer de una constitución tras desmantelar la obra
Historia de España
republicana, inició la progresiva institucionalización del Estado con la promulgación
de una serie de leyes fundamentales (un lavado de imagen del régimen) para
presentarse a la comunidad internacional y para legitimar la dictadura. La
elaboración de este conjunto de leyes fue un proceso largo que se inició en plena
guerra con el Fuero del Trabajo (1938) que reguló las relaciones laborales entre
trabajadores y empresarios y estableció los principios del nacionalsindicalismo, y
concluiría en 1966 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. Hasta ese año
1966, las principales leyes fueron:
- El Fuero de los Españoles (1945): reconocimiento de derechos y deberes de los
españoles.
- Ley de Referéndum Nacional (1945), que preveía una posible consulta popular
al pueblo.
- Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), permitía a Franco designar su
sucesor, y se comprometía a restablecer la monarquía.
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), reafirmaba al Movimiento
como único partido.
Con estas leyes, el régimen pretendía un estado corporativista al estilo italiano, que
basaba la participación popular a través de la familia, el municipio y el sindicato, y
fue denominado democracia orgánica, pero que no tenía nada que ver con un
sistema democrático basado en la voluntad popular, el sufragio y la separación de
poderes.

11.3.2. La coyuntura internacional

ü 1939-1945;

La consolidación del régimen franquista y su evolución política estuvieron muy


condicionada por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias. Al estallar la
guerra en septiembre del 1939, Franco apoyó a las potencias del Eje, que le habían
ayudado a lograr la victoria durante la Guerra Civil, pero se declaró neutral. Ramón
Serrano Suñer, gran simpatizante de la Alemania nazi, será el encargado de mantener
las relaciones con las potencias del Eje, y en política interior, como hemos dicho, será
Historia de España
la FEJONS la encargada de construir un Estado nacionalsindicalista, a imitación de
los regímenes fascistas.
Alemania e Italia sondearon la posible participación española en el conflicto. Para
ello, Franco se entrevistó con Hitler (Hendaya, 1940) y con Mussolini (Bordighera, 1941).
A Hitler, Franco le planteó una serie de compensaciones económicas y territoriales
que Hitler no estaba de acuerdo en aceptar. Finalmente, España no entró en guerra,
pero colaboró en el esfuerzo bélico enviando una unidad de voluntarios: la División
Azul.
En octubre de 1943, cuando la guerra empezó a ser desfavorable a las potencias del
Eje, Franco disolvió la División Azul, se autoproclamó de nuevo como neutral y
comenzó a entablar relaciones con los países aliados. Para dar una imagen más
positiva de cara al exterior, dotó al régimen de unas Cortes sin capacidad legislativa
con la Ley Constitutiva de Cortes (reunidas por primera vez en 1943) pero realmente
se trataba de un órgano consultivo ya que las leyes estaban supeditadas a la
voluntad del jefe de Estado.
Con la derrota de Alemania en mayo de 1945, el franquismo asumió la necesidad de
distanciarse del fascismo y presentarse como un régimen católico, conservador y
anticomunista. Así, se procedió a la marginación del falangismo de los puestos de
poder y se suprimieron los símbolos fascistas. Se trató de mostrar un perfil más
parecido a las democracias occidentales con un sistema conocido como
“democracia orgánica”, tal y como hemos dicho anteriormente.
En el marco de esta política, se promulgó el Fuero de los Españoles (julio 1945) que
recogía los desechos y deberes de los españoles dentro de los principios del régimen
y de acuerdo a la confesionalidad católica del Estado, una especie de pseudo
constitución que en la práctica quedó en papel mojado. En octubre del mismo año
aprobó la Ley de Referéndum Nacional (1945) que permitía someter a consulta
popular las decisiones del Gobierno o de las Cortes, aunque la última palabra la tenía
el jefe de Estado.

ü 1945-1947:

Los años que siguieron supuso para el franquismo una etapa de AISLAMIENTO y
rechazo internacional puesto que las potencias vencedoras (Reino Unido, Francia,
Historia de España
EEUU y la URSS) consideraban a España como el último reducto del fascismo. La
recién creada ONU condenó explícitamente el régimen de Franco y recomendó a
los distintos países que retiraran a sus embajadores de España. La condena fue vista
como una maniobra extranjera para desprestigiar a España y provocar otra guerra
civil. Franco presentó este aislamiento como una conjura internacional de los
enemigos de España (una conspiración judeo-masónica-marxista), pero no obstante
tomó algunas medidas para mejorar la imagen del régimen, tales como la
eliminación del saludo con el brazo en alto (oficial desde 1937) y la promulgación de
la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947) con la que se pretendía borrar la
imagen fascista más visible del régimen (la dictadura personal). En ella se definía el
Estado español como “católico, social y representativo que, de acuerdo a su
tradición, se constituye como reino”, pero el jefe de Estado seguía siendo Franco a
perpetuidad que quedaba facultado para designar a su sucesor a título de rey. No
dijo qué dinastía sería elegida para reinar, pero fue bastante significativo el hecho
de que en 1948 el nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos, volviera a España para ser
educado bajo su tutela. Este aislamiento internacional conllevó un enorme coste
económico, ya que España no se beneficiaría del programa de ayuda
norteamericana llamado Plan Marshall, y a nivel político, además, fue excluida de la
OTAN.

ü 1947-1953:

A partir de 1947, con el inicio de la Guerra Fría entre los dos bloques (URSS y EEUU), la
situación internacional cambió totalmente. En este nuevo contexto, las potencias
occidentales buscarán en España un ALIADO contra el comunismo (enemigo común),
y de paso, presionarle para que democratizara su régimen. EEUU cambió de actitud
y en 1950 la ONU anuló el aislamiento diplomático permitiendo la entrada de España
en diversas organizaciones internacionales como la FAO (Organización para la
Alimentación y la Agricultura) en 1951 o la UNESCO (ONU para la Educación, Ciencia
y Cultura) en 1952. Pero las críticas verbales continuaban. Así, Franco decidió
proceder a una remodelación del gobierno para acercarse a algunas potencias
occidentales y mejorar su política internacional. El nuevo gabinete abrió las puertas al
nacionalcatolicismo en detrimento del falangismo. En 1953, Franco logró la firma de
Historia de España
dos acuerdos muy importantes: con EEUU firmó los “Pactos de Madrid”, para recibir
asistencia económica, ayuda para la defensa mutua y el envío de suministros de
material de guerra. A cambio, España cedía 4 bases militares (Rota, Zaragoza, Morón
y Torrejón de Ardoz), incluyendo la soberanía norteamericana en las zonas cedidas.
Este acuerdo supusp, sobre todo, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y
comerciales con países occidentales. Y con la Iglesia Católica firmó el “Concordato
con la Santa Sede”, lo que sirvió para afianzar el régimen en España al contar, en
parte, con el apoyo de la Iglesia.

ü 1953-1959:
Con estos acuerdos, el franquismo quedaba legitimado por la máxima autoridad
política y militar occidental y por la principal autoridad religiosa. El final del
aislamiento quedó patente con la entrada de España en la ONU en 1955 y la visita
del presidente estadounidense Eisenhower a España en 1959. Además, España se
ajustó a la política de descolonización de la ONU concediendo la independencia al
protectorado de Marruecos (1956). Sin embargo, la situación interior seguía siendo
muy difícil. Entre 1956 y 1958 se produjeron las PRIMERAS PROTESTAS obreras y
estudiantiles y en el interior comenzaron a oírse voces disidentes con el sistema
económico autárquico y la necesidad de reorientar la economía de un país que
estaba al borde del colapso. Ante esas protestas, Franco remodeló el gobierno y
permitió la entrada de tecnócratas del Opus Dei (una nueva generación de políticos
más técnicos que políticos, aperturistas en materia económica y conservadores en
asuntos políticos y sociales) que no habían participado en la guerra y que ocuparían
la dirección económica del país, impulsando el desarrollismo.
Por último, Franco dictó la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional
(1958), por la cual se relegaba el papel de Falange al tiempo que garantizaba la
integridad del Movimiento como partido único y cauce exclusivo de participación
corporativa a través de la familia, el municipio y el sindicato.
Así el régimen de Franco pasó del aislamiento internacional al reconocimiento
internacional, aunque a pesar de la apertura y de las leyes de aparente democracia,
España seguía siendo una dictadura en la que Franco ostentaba todos los poderes
Historia de España
11.4. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA Y CONTEXTO INTERNACIONAL DURANTE EL
DESARROLLISMO Y FINAL DEL FRANQUISMO (1960-1975)

Entre 1959 y 1975, la economía española creció a un ritmo sin precedentes en la


historia del siglo XX. La apertura del régimen a las relaciones con los países
económicamente más prósperos permitió el desarrollismo. Un cambio económico
utilizado como arma propagandística del régimen y origen, a su vez, del resurgir de
la conflictividad social. El cambio económico determinó una profunda
transformación de la sociedad y la difusión de nuevos comportamientos e ideas. Sin
embargo, dicha evolución no estuvo acompañada de reformas políticas profundas.
El régimen seguía inmóvil e incapaz de democratizarse. La falta de libertades y las
nuevas condiciones sociales y económicas estimularon movimientos de oposición. En
ese contexto, el franquismo intentó reformar sus instituciones para asegurar la
continuidad del régimen tras la muerte del Caudillo. Pero tras dicho acontecimiento,
la sociedad constató que querían el regreso de la democracia.

ü El gobierno de los tecnócratas

La apertura al exterior, el inicio del desarrollo económico y la consecuente


transformación social, llevaron al gobierno a emprender una serie de reformas políticas
encaminadas a disminuir los aspectos más dictatoriales del régimen. La incorporación
al gobierno del almirante Carrero Blanco como ministro, supuso la entrada de los
tecnócratas vinculados al Opus Dei en detrimento de las familias iniciales (falangistas,
carlistas...), aunque se intentó mantener un equilibrio. Es ahora cuando entra al
gobierno un joven falangista, Manuel Fraga Iribarne, ocupando la cartera de
Información y Turismo.
El objetivo del nuevo gobierno fue el desarrollo económico, pero también la
renovación política con la modernización de las instituciones del régimen. “El
desarrollismo” esperaba consolidar el franquismo y mejorar el bienestar de la
Historia de España
sociedad, PERO sin conceder libertades democráticas: prosperidad a cambio de
democracia.
Para lograr dicho objetivo se llevaron a cabo una serie de reformas, como son la
Creación del Tribunal de Orden Público, la Ley de la Seguridad Social, y se posibilitaron
elecciones en el Sindicato Vertical.
Además de esto, se promovieron nuevas e importantes leyes como la Ley de Prensa
(1966), promovida por Fraga Iribarne, que disminuía la censura y permitía una mayor
tolerancia cultural. Se publicaron nuevas revistas y libros hasta entonces prohibidos.
Desde el punto de vista ideológico, la Ley de Libertad Religiosa (1967), reconocía la
igualdad de todas las religiones y la libertad de práctica.
En 1967 entró en vigor la Ley Orgánica del Estado (aprobada el 14 de diciembre de
1966) que coronaba el conjunto de Leyes Fundamentales del régimen, depuraba el
lenguaje fascista anterior, y reconocía la institución monárquica para dejar todo
“atado y bien atado”. Además de continuar la concentración de poderes, establecía
la separación Jefe de Estado y Jefe de Gobierno.
En 1969 se firmaba la Ley de Sucesión, por la que Juan Carlos de Borbón era designado
sucesor, con el título de Príncipe de España y juraba fidelidad a Franco, a las leyes
fundamentales del Estado y a los principios del Movimiento. Esta elección supuso un
aumento de las tensiones entre tecnócratas y falangistas, que pretendían impulsar las
instituciones del Movimiento para garantizar el continuismo del régimen.

ü Las relaciones internacionales

Con el fin del aislamiento internacional y los acuerdos con EE. UU., España dio un
impulso a su presencia en el extranjero, y poco a poco, las relaciones internacionales
se fueron normalizando. El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mª Castiella, se
propuso ampliar las relaciones diplomáticas con Europa lo que le permitió la entrada
en algunos organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o
la OCDE, además de la firma de algunos acuerdos políticos y económicos con
Francia y Alemania.
Así, en 1962, España solicitó el ingreso en la CEE, pero su adhesión le fue denegada
por el carácter antidemocrático del régimen franquista. El gobierno español
Historia de España
continuaría insistiendo hasta lograr un Acuerdo Preferencial de carácter económico
entre España y el Mercado Común Europeo (julio 1970) y su definitiva integración en
1986.
Por otro lado, en esos años se llevó a cabo a nivel internacional la descolonización y
España también participó en dicho proceso con su retirada de Marruecos y la
concesión de la independencia a Guinea Ecuatorial. Sólo quedaría el Sahara
Occidental, ocupado hasta 1975.

ü El triunfo del inmovilismo

La evolución del régimen provocó tensiones internas entre las distintas familias
políticas con motivo de las leyes que se fueron aprobando a lo largo de los años
sesenta y setenta. Cuando en 1968 se abrió la posibilidad de crear asociaciones que
permitieran cierto pluralismo político dentro del propio régimen, los aperturistas como
Manuel Fraga Iribarne se mostraron a favor de caminar hacia una democracia
limitada, mientras que los inmovilistas (“el búnker”) eran partidarios de mantener
intacto el régimen nacido en la Guerra Civil, y los conservadores como Luis Carrero
Blanco, se posicionaban a favor de realizar ciertas reformas siempre que no
afectasen a los principios fundamentales del régimen.
Esa fractura entre aperturistas e inmovilistas estallará en 1969 con el denominado
“escándalo Matesa”, empresa textil con vinculaciones al Opus Dei que protagonizó
un fraude financiero y salpicó a miembros del gobierno. Este asunto tuvo
repercusiones políticas ya que los inmovilistas acusaron de su difusión periodística a
las libertades que se estaban concediendo. El vicepresidente Carrero Blanco expulsó
del gobierno a los implicados y defendió la necesidad de endurecer la política
aumentando la censura y la represión.
También en estos años se restableció el Consejo de Guerra en Burgos con la petición
de condena de muerte a dieciséis militantes de ETA, pero ante el alud de protestas
internacionales, Franco les concedió el derecho de gracia (proceso de Burgos, 1970).
Sin embargo, su política de violencia continuó con la proclamación de Estado de
excepción.
Historia de España
Las tensiones internas del régimen se decantaron a favor del inmovilismo y la mano
dura de Carrero Blanco y Franco.

ü La crisis de la dictadura. La muerte de Franco

Las tensiones internas del régimen y las externas con el aumento de las protestas
sociales y del contexto internacional, precipitaron la crisis del régimen.
En junio de 1973, Luis Carrero Blanco, brazo derecho de Franco era nombrado
presidente del gobierno. Su principal labor fue unir a las diferentes familias para
asegurar el futuro del régimen después de la muerte de Franco. Pero fue asesinado
pocos meses después por ETA en la llamada Operación “Ogro” (20/12/1973). A partir
de entonces, la fractura entre los inmovilistas, también llamado “búnker” (militares,
viejos falangistas y políticos aferrados a “los principios del 18 de julio) y los aperturistas
fue haciéndose cada vez mayor.
A su vez, desde 1973 tuvo lugar un espectacular crecimiento de la conflictividad
social (sobre todo por la crisis del petróleo de 1973) y de la contestación política, así
como de la actividad terrorista y el auge de los nacionalismos. Protestas obreras,
estudiantiles y grupos de oposición política se fueron organizando para pedir al
gobierno más libertades y poner fin a la dictadura.
En enero de 1974, se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro,
que realizó un programa de gobierno para unir a las familias franquistas bajo el
“espíritu del 12 de febrero”, fecha que pronunció un discurso en las Cortes con un
proyecto aperturista hacia un cierto pluralismo político. En dicho discurso anunciaba
una nueva Ley Municipal para elegir a los alcaldes, reformas sindicales y una nueva
ley de asociaciones y de prensa. Pero ante la presión de ultraderechistas, y con
Franco ya enfermo, Arias Navarro continuó con el inmovilismo y los aperturistas
abandonaron el gobierno, mostrando la incapacidad del régimen de llevar a cabo
un proceso democrático desde dentro.
Sin capacidad de diálogo para mantener su política, el gobierno utilizó a las fuerzas
de seguridad y tribunales de justicia para impedir cualquier reforma democrática,
reprimir las manifestaciones, restringir la capacidad informativa de los medios de
comunicación y prohibir los actos culturales críticos y reivindicativos. Las ejecuciones
Historia de España
del anarquista catalán Salvador Puig Antich (por garrote vil) y del preso común Heinz
Chez, aumentaron las protestas internacionales contra Franco. También aumentó la
tensión con el Vaticano a raíz del arresto del Obispo de Bilbao a quien se le acusaba
de haber permitido la difusión de panfletos a favor de la cultura vasca en los templos.
La aprobación de una ley antiterrorista para hacer frente a las insurrecciones fue
incapaz de contener las aspiraciones democráticas de la sociedad.
Mientras todo esto pasaba en España, se constituyó en París la Junta Democrática de
España que aglutinaba a numerosos partidos de izquierda y de derecha democrática
en el exilio. Propugnaban la formación de un gobierno provisional que implantase un
régimen democrático, que legalizase todos los partidos políticos y que concediese
una amnistía. Un año después, el PSOE impulsó la Plataforma de Convergencia
Democrática. La represión y el terrorismo ultraizquierdista aumentó.
A lo largo de 1975, la avanzada edad y delicada salud de Franco le impidió ejercer
el poder de forma personal. El gobierno intentó disimular su estado ocultando
información y practicando medidas represivas que aceleraron la crisis política, como
las ejecuciones de dos miembros de ETA y tres de la FRAP (Frente Revolucionario
Antifascista y Patriótico) en septiembre de 1975 al amparo de la nueva ley
antiterrorista. Estas ejecuciones se llevaron a cabo desoyendo la oleada de protestas
que su condena había producido en Europa. Para contrarrestar estas protestas, el
gobierno organizó una manifestación de apoyo al Caudillo el 1 de octubre de 1975,
donde Franco pronunció su último discurso.
En plena agonía de Franco, el rey de Marruecos, Hassan II, aprovechó la crisis política
española para invadir la frontera del Sahara español de forma simbólica y pacífica
con la llamada “Marcha verde” (6 noviembre 1975). El gobierno quiso evitar la guerra
y entregó la colonia a Marruecos y Mauritania con el compromiso de respetar la
voluntad de los saharauis mediante un referéndum que nunca llegaría a celebrarse.
Franco fallecerá unos días después (20 de noviembre de 1975) y con él la dictadura
franquista. En su testamento político reiteraba las ideas básicas que habían sido la
esencia de su régimen: catolicismo, patriotismo, autoritarismo, el rechazo a las ideas
de democracia y libertad, y la identificación plena entre España y su persona. Con
su muerte se abría un periodo de incertidumbre política “La Transición” que concluiría
con la elaboración de la Constitución de 1978.
Historia de España
Anotación: El pasado 24 de octubre de 2019 fue exhumado su cadáver del “Valle de
los Caídos” y llevado a un panteón de Patrimonio del Estado en el cementerio de
Mingorrubio, en El Pardo.

11.5. LA ECONOMÍA DURANTE EL FRANQUISMO: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO

11.5.1 La etapa de la autarquía

El fin de la Guerra Civil abrió un período de miseria unida a una política económica
basada en el aislamiento y autoabastecimiento que dificultó mucho la reconstrucción
y el crecimiento del país.
Uno de los primeros objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la
autosuficiencia económica (autarquía). La política autárquica tuvo tres grandes
ámbitos de actuación:
a) Reglamentación del comercio exterior: todo el comercio era controlado por el
Estado, reduciendo al máximo los intercambios con el exterior. El resultado fue
la gran escasez de bienes de consumo. También afectó al encarecimiento de
las materias primas o suministro de petróleo o eléctrico.
b) Fomento de la industria: en 1941 se creó el INI (Instituto Nacional de Industria)
con el objetivo de fomentar y nacionalizar la industria. Se prestó especial
atención a la industria militar y a los sectores considerados estratégicos:
transportes (naval, aeronáutica, ferroviario y automoción), energía
(hidroeléctrica) y defensa. Surgieron empresas como Iberia, SEAT, RENFE o la
Compañía Telefónica (CTNE).
c) El intervencionismo estatal: también afectó al sector agrícola estancado por
los bajos precios, la baja productividad e innovación. La producción agrícola
descendió́ por el atraso técnico, el paro, la larga sequia (1945-1949), la
Historia de España
imposición de precios oficiales y la supresión de las medidas de la Reforma
Agraria republicana

El resultado de esta autarquía fue el estancamiento, el aislamiento y el descenso de


la producción y el consumo, poniendo fin a la tendencia de modernización de la
economía iniciada a principios del siglo XX. La falta de productos y el racionamiento
de alimentos de primera necesidad, hizo que muchas personas buscaran productos
en el mercado negro, donde muchos productores preferían vender a un precio mejor
que entregando la mercancía al Estado.
La época de la autarquía supuso un aumento de las desigualdades sociales y un
empobrecimiento general de la mayoría de la población. Además, hubo una
progresiva corrupción de la Administración pública, inseguridad, miedo, e inflación.

11.5.2 Etapa del desarrollismo

A mediados de la década de 1950 se constató la imposibilidad de crecimiento


económico con dicha política autárquica, por lo que se inició una fase de transición
desde la autarquía hacia un mayor aperturismo logrado gracias a la supresión de
algunas medidas intervencionistas (en 1952 se suprime la Cartilla de Racionamiento),
al fin del aislamiento internacional y al inicio de la ayuda estadounidense que permitió́
un crecimiento moderado. La crisis económica y las presiones del Banco Mundial y
del FMI llevaron a Franco a remodelar el gobierno en1957. Este gobierno y los que
sucedieron en los sesenta propusieron un profundo cambio de rumbo para abrir la
economía al mundo occidental y acelerar el crecimiento. Este cambio también
significó un giro político de orientación del dominio falangista al de los tecnócratas.
Para esta nueva generación, el crecimiento era la base para la estabilidad o “paz
social”. Apostaban por un reformismo técnico, sin cuestionar la dictadura, como
solución para salir de la grave crisis económica y así continuar con el régimen. Era
necesario un cambio de rumbo obligado por la coyuntura internacional (etapa de
recuperación económica), y el aumento de las protestas sociales.
Estas medidas facilitaron el ingreso de España en la Organización Europea de
Cooperación Económica (OECE), en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el
Historia de España
Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), organismos que apoyaron
los planes españoles y prestaron ayuda financiera y técnica para su ejecución
La primera acción encaminada a mejorar la situación fue la elaboración del
Plan de Estabilización de 1959. Posteriormente se llevaron a cabo los Planes de
Desarrollo Económico y social:

ü Plan de Estabilización (1959)


Dicho Plan ponía fin al fuerte intervencionismo estatal permitiendo la liberalización
del comercio y las finanzas. Su actuación comprendía tres ejes:
• estabilización de la economía,
• liberalización interior de la economía,
• liberalización exterior de la economía.
Además, a lo largo de los años se recibió apoyo exterior mediante la concesión de
préstamos.

ü Planes de Desarrollo Económico y Social (de Laureano López Rodó)


Tras conseguir cierta estabilización, se procedió en la década de los sesenta a la
puesta en marcha de los planes de desarrollo económico y social. Consistían en la
planificación de la economía para impulsar el crecimiento y abrir el mercado a
inversores, además de estimular la iniciativa privada en determinadas áreas y sectores
(por medio de ayudas, subvenciones, exenciones fiscales, ...) y fijar las intervenciones
estatales en enclaves tradicionalmente deprimidos. T
Tuvo dos líneas de actuación principal:
• acciones estructurales (mejorar las estructuras de la industria)
• polos de desarrollo (reducir los desequilibrios económicos de las distintas
regiones como Burgos, Huelva, Vigo, La Coruña, Sevilla, Valladolid y Zaragoza, en
los que se realizaron importantes inversiones en infraestructuras para favorecer la
implantación de industrias. Aunque estas previsiones no llegaron a cumplirse ya
que los recursos se destinaron principalmente a aquellas zonas industriales más
rentables y seguras (País Vasco, Valencia, Madrid y Cataluña) quedando
muchos polos deshabilitados, por lo que aumentaron los desequilibrios y
desigualdades interregionales y sociales.
Historia de España
ü El “milagro económico”
Entre 1959 y 1973 España experimentó el mayor crecimiento económico de todo el
siglo XX, cifras que se explican porque la economía partía de un nivel muy bajo.
El sector industrial actuó como motor de crecimiento, gracias a las mejoras en la
productividad, bajos salarios, innovación tecnológica e inversión de capital
extranjero. Los sectores líderes fueron la industria química, energética, naval,
automóvil, calzado y ropa. El ritmo de crecimiento fue excepcional tanto por su
intensidad como por la duración lo que le valió el calificativo del “milagro español”.

+productividad –precios +consumo= crecimiento

En cuanto al sector de la agricultura, entró en crisis debido al éxodo rural y unas


prácticas muy retrasadas. La transformación de la agricultura fue posible gracias a
la introducción de la maquinaria, fertilizantes y nuevas técnicas que permitieron un
aumento y diversificación de la producción orientada al mercado, una subida de los
salarios agrarios y una mejora en el nivel de vida de los agricultores.

El mayor desarrollo se produjo en el sector terciario debido a la urbanización y


aumento de comercios, transporte y sobre todo el turismo. La llegada masiva de
turistas supuso una elevada fuente de ingresos. El “boom turístico” de la década de
los 60 y 70 transformaría la economía y sociedad del país. Para entender tal
crecimiento, hay que tener en cuenta la coyuntura internacional, ya que el gran
crecimiento de las economías europeas permitió que España se beneficiara al recibir
grandes ayudas, inversiones de capital y recursos.

Entre 1960 y 1975 aumentó el 40% de la Renta per cápita. Sin embargo, ese gran
crecimiento era limitado presentará ciertas limitaciones como la escasa creación de
empleo, la especialización en actividades básicas, la dependencia del exterior o la
falta de competitividad.
Historia de España
Así, dicho milagro calificado por el franquismo como propaganda, no se produjo por
la política económica franquista en sí, sino como consecuencia de la integración de
España en el mercado internacional y el aprovechamiento de la ola de crecimiento
europeo. También fue debido al bajo nivel del que partía España, tras años de
autarquía.
En cualquier caso, ese destello económico había permitido cierta mejoría en una
sociedad que necesitaba ver, de una vez por todas, un atisbo de desarrollo, al menos
en el plano económico, puesto que en lo relacionado con las libertades individuales
estas no llegaron hasta años más tarde.
A partir de 1973, la expansión económica se frenó a causa de la crisis del petróleo
que provocará un aumento de la inflación y del déficit comercial y presupuestario
(el Estado tenía más gastos que ingresos). La persistencia de algunas medidas
intervencionistas (control de precios, protección el comercio exterior, subvenciones)
dificultó la adaptación de la economía española a la crisis, los índices de crecimiento
se ralentizaron y se dispararon las tasas de paro, añadiendo un factor más de
inestabilidad en los últimos años del franquismo que produjo un aumento de la
presión reivindicativa de sectores importantes de la sociedad española y un
endurecimiento del régimen.

11.6 LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN

El régimen franquista mostró desde el principio una de sus principales características


que no abandonaría nunca: la represión contra los movimientos democráticos y ante
cualquier manifestación nacionalista.

ü Los años 40

Durante los años 40 no hubo realmente oposición en el interior de España, puesto que
solo había hambre y represión, aunque sí movimientos en la clandestinidad. Durante
la II Guerra Mundial, los partidos en el exilio se movilizaron ante la previsible victoria de
Historia de España
los aliados para conseguir una intervención militar contra Franco. Con este fin el PCE
logró introducir en España partidas de guerrilleros que invadieron el Valle de Arán
(1944) y se extendieron por zonas rurales y montañosas hasta el Levante, conocidas
como maquis. Sin embargo, estas actividades guerrilleras acabarían fracasando a
finales de los años 1940 por el aislamiento entre los grupos guerrilleros, la no adhesión
a la guerrilla por parte de la población civil temerosa de una nueva guerra, por la
dura represión militar y por la renuncia del PCE a la lucha armada en 1948.
Tras la guerra, la oposición al régimen protagonizada por los exiliados seguirá
existiendo, aunque de manera testimonial. Así, los grupos que integraban el Frente
Popular intentaron reorganizarse, establecer alianzas y buscar apoyos para derribar
la dictadura. Junto a los socialistas en el exilio, los monárquicos practicaron una
oposición basada en la conspiración. En 1945 Don Juan de Borbón hizo público en
Lausana (Suiza) un manifiesto en el que solicitaba a Franco que restaurara la
monarquía en su persona. En 1948 firmó con los socialistas el Pacto de San Juan de Luz
que establecía un programa democrático para el futuro de España. Aunque estos
intentos fracasaron, la oposición monárquica continuó vigente a lo largo de las
décadas 1960 y 1970.
Un poco más adelante y paralelamente, partidos y formaciones políticas
protagonizaron la oposición al régimen también desde el interior, aunque desde la
clandestinidad. Se reactivaron los viejos partidos políticos y aparecieron nuevos
grupos de izquierda y derecha. La actividad clandestina de los grupos políticos (PCE,
PSOE e incluso CNT) no se interrumpió con el establecimiento del franquismo, como
muestran los encarcelamientos y ejecuciones llevados a cabo entre 1939-1940 bajo
el amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y la Ley de Represión de la
Masonería y el Comunismo (1940).

ü Los años 50

Durante estos años, las protestas de los trabajadores fue el principal foco de oposición
al régimen. El número de huelgas y conflictos aumentó mucho y se centró en las zonas
con tradición sindical. Toda reivindicación era reprimida brutalmente. Las huelgas de
mineros produjeron el renacimiento del sindicalismo. Con UGT en la clandestinidad,
Historia de España
nace CCOO, sindicato independiente y democrático que impulsaba la lucha laboral
y política y que combinará la acción legal (participando en las elecciones a enlace
sindical o jurado de empresa, por ejemplo), con la acción ilegal (convocatoria de
huelgas). La conflictividad laboral aumentó en los sectores más dinámicos
(construcción, minería, química, textil y metalurgia) en los que se exigían mejoras
laborales y económicas, libertad sindical y derechos políticos. El desarrollo industrial
favoreció el crecimiento y la organización de la clase trabajadora en las principales
zonas industriales y esta aprovechó el marco legal de las organizaciones sindicales
franquista para debilitar y romper el orden laboral establecido. Las reivindicaciones
aumentaron de forma gradual en forma de huelgas entre 1945-1958 con gran
impacto en Madrid, Cataluña y el País Vasco.
El segundo foco de oposición estos años fue el movimiento estudiantil. Las primeras
revueltas en las Universidades se habían producido en 1956, e impulsaron la creación
de sindicatos democráticos de estudiantes. El régimen reprimió con dureza las
manifestaciones, sancionó y expulsó a profesores, ocupó instalaciones universitarias e
incluso clausuró algunas facultades. La pérdida de influencia de Falange facilitó la
desaparición de SEU (Sindicato Español Universitario) y el surgimiento de sindicatos
estudiantiles alternativos de ultraderecha (Fuerza Joven o Guerreros de Cristo Rey) y
de izquierdas (Bandera Roja, Anarquía o Jóvenes Libertarios) constantemente
enfrentados entre sí.
También los movimientos de vecinos adquirieron protagonismo reclamando una
mejora de las condiciones de vida y criticaba la precariedad de servicios públicos en
barrios obreros, los planes urbanísticos y la mala calidad de la vivienda protegida.

ü Los años 60

Los años 60 ven el surgimiento de grupos políticos que estaban en la clandestinidad y


un aumento de la conflictividad laboral y de las manifestaciones callejeras. El régimen
responderá con la creación del Tribunal de Orden Público (1963).
La oposición social alentó la recomposición de la oposición política. Las viejas
organizaciones desde la extrema izquierda al liberalismo monárquico comenzaron a
actuar. Así, el PCE constituirá la fuerza mejor organizada en el interior gracias a su
Historia de España
política de actuación en masas (sindicatos, asociaciones, etc.) pero también fue la
que sufrió más detenciones, torturas y ejecuciones como la de Julián Grimau en 1963,
fruto de la represión por la fallida huelga general de 1959.
También habrá partidos que volverán a tener peso, como el PSOE, o nuevos, como
Democracia Cristiana. Estos grupos de oposición moderada tanto del interior como
exterior, salvo el partido comunista, participaron en 1962 en el Congreso del
Movimiento Europeo, calificado como “contubernio de Múnich” para reivindicar la
necesidad de una España democrática y que provocó una dura represión por parte
de Franco ya que hizo encarcelar o desterrar a los participantes de aquella reunión
cuando volvieron a España.
Por otro lado, los partidos nacionalistas históricos se revitalizaron, especialmente en
Cataluña y País Vasco. Aquí surgirá la ETA, en 1959, con una ideología que pretendía
fusionar nacionalismo y marxismo, pero a partir de 1968 se inclinará por la práctica de
la lucha armada como respuesta a la represión de la dictadura.
En cuanto al movimiento intelectual y siguiendo el movimiento opositor de los años
50, el “Mayo francés de 1968” alentó las revueltas estudiantiles que alcanzaron gran
tensión con el asalto de los estudiantes barceloneses al rectorado y la muerte del
estudiante Enrique Ruano en Madrid mientras estaba bajo custodia policial. En las
protestas de estudiantes se mezclaban reivindicaciones económicas y laborales, se
rechazaba el sindicalismo oficial y se demandaba libertad sindical y derechos
políticos.
Por otro lado, la Iglesia Católica, ahora más preocupada por las injusticias sociales,
irá siendo cada vez más crítica con el régimen. En esos años, organizaciones obreras
de inspiración católica como Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o
Juventud Obrera Cristiana (JOC) colaboraron con el sindicalismo de clase y
comenzaron a desarrollar una actividad crítica. Pero esta oposición iría en aumento
principalmente tras el Concilio Vaticano II (1962-1965) que marcó una nueva etapa
en la Iglesia, más abierta y tolerante y mucho más crítica con los sistemas políticos
que no respetaban los derechos humanos. Esta oleada renovadora enfrentó a la
clase dirigente con el Vaticano, quienes en 1971 pedirían perdón a los españoles por
no haber sido capaces de desempeñar un papel conciliador que hubiera evitado la
Guerra Civil. El aumento de oposición se vio favorecido también por la actividad de
Historia de España
los llamados “curas rojos” muy preocupados por las injusticias sociales que defendían
la actividad de los grupos ilegales y antifranquistas. El régimen suavizó su política
religiosa aprobando la Ley de Libertad Religiosa en 1967.

ü Los años 70

A principios de los años 1970, el PCE y el PSOE se configuraron como los partidos más
importantes de la clandestinidad. En 1974, ante la previsión final de la dictadura, el
PCE, dirigido por Santiago Carrillo impulsó la Junta Democrática, en la que
participaron diversas organizaciones exigiendo la formación de un gobierno
provisional y la adopción de un sistema democrático. El PSOE vivirá una fuerte tensión
entre su dirección en el exilio y sus jóvenes dirigentes del interior, que se harán con el
control del partido en el Congreso de Suresnes (Francia 1974), y donde destacará
Felipe González.
En 1975 el PSOE formará la Plataforma de Convergencia Democrática, con
planteamientos parecidos a la Junta Democrática del PCE.
En definitiva, la oposición al Régimen fue de carácter social (vecinos, trabajadores,
estudiantes…) y de carácter político, a través de los partidos en la clandestinidad y
más adelante con la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia
Democrática.
La oposición al régimen a través de las acciones violentas (ETA, FRAP y GRAPO) ante
los cuales el régimen respondió con una mayor represión como muestra la ejecución
del anarquista Salvador Puig Antich en 1974 o las condenas y ejecuciones de los
miembros de ETA y FRAP en 1975 y la postura crítica y distante de parte de la Iglesia
supuso también un foco importante de oposición.
A esto se unirá el nacimiento de Unión Militar Democrática (UMD) en 1974, desde
donde también se criticaba al régimen.
En el exterior aumentó la presión internacional contra la dictadura y su política
represiva. Mientras tanto, la sociedad, sin abandonar las movilizaciones, esperaba la
muerte del dictador para plantear alternativas políticas que reimplantaran la
democracia.
Historia de España
En este contexto y tras la muerte de Franco, España iniciará un proceso de transición
hacia una democracia donde jugarán un papel muy importante el futuro rey, Juan
Carlos I, y un joven político, Adolfo Suárez.

11.7. CAMBIOS SOCIALES DURANTE EL FRANQUISMO

ü Los años de la autarquía (1939-1959)

Durante la primera etapa del franquismo (1939-1959), la sociedad española sufrió un


giro hacia formas más conservadoras. Al finalizar la guerra, España quedó dividida en
un bando vencedor y un bando vencido que tuvo que asumir las consecuencias de
su derrota y para el que la vida estuvo condicionada por el miedo a la detención o
a una condena. La declaración de buena conducta era esencial para encontrar
trabajo o evitar problemas con la justicia, de ahí que Falange, la Iglesia, la Guardia
Civil y los delegados del Movimiento fueran los agentes esenciales del control social,
pues a ellos correspondía decidir quién era buen ciudadano y quién no.
Los años 40 son años de miseria, hambre y enfermedades. El nivel de vida era bajo
debido a la inflación y a la subida de precios y la renta per cápita de la preguerra no
se recuperó hasta 1954. En las grandes ciudades apareció el fenómeno del
chabolismo y esto, junto con otras condiciones, situaban la esperanza de vida en 47
años para hombres y 53 para las mujeres. Para sobrevivir en estos duros tiempos, la
sociedad buscó auxilio en organizaciones de beneficencia y en el estraperlismo o
mercado negro.
La necesidad de escapar del miedo, las presiones y sobre todo del hambre provocó
un progresivo movimiento migratorio del campo a la ciudad. La mayoría de los
ingresos familiares se destinaban a la alimentación y quedaban pocos recursos para
el ocio y la diversión, pero, a pesar de ello, la Dictadura fomentó el desarrollo de una
cultura de masas inofensiva con espectáculos como el fútbol, los toros o el cine, que
adquirió gran popularidad especialmente cuando comenzó a elevarse el nivel de
Historia de España
vida de las familias. Desde 1943 se impuso en los cines obligación de proyectar el NO-
DO (Noticiarios y Documentales), que ofrecían una imagen idealizada del régimen.
En la vida cotidiana era fundamental la moral, impuesta por la Iglesia Católica y que
era convenientemente revisada por censores. También desde los púlpitos de las
iglesias se difundían constantes mensajes contra la relajación de la moral,
especialmente de las mujeres y de los jóvenes. Así, los derechos alcanzados por las
mujeres en la legislación republicana quedaron en el olvido y las mujeres quedaron
supeditadas al dominio del hombre, siendo necesario el permiso paterno o del marido
para trabajar, sacarse el pasaporte, abrir una cuenta corriente o abandonar el hogar
paterno antes de los 25 años. En la difusión del modelo de mujer franquista tuvo un
importante papel la Sección Femenina que se encargó de educar mujeres sumisas,
que asumieran su rol social de esposas, madres y amas de casa.
La Iglesia controlaba todos los niveles de enseñanza y en las escuelas se hacía
hincapié en las glorias pasadas, la misión evangelizadora del catolicismo y en la
glorificación de Franco.

ü Los años del “Desarrollismo” (1959-1975)

A mediados de la década de los 50, ante el fracaso de la autarquía, se hizo


imprescindible el cambio de rumbo de la economía hacia una economía moderna
que acelerase el crecimiento económico.
Así, en la década de los 60, superados el aislamiento internacional y el hambre, las
perspectivas de crecimiento permitieron a la Dictadura consolidarse gracias al
llamado franquismo sociológico (un amplio porcentaje de la población que asumió
la falta de libertades, a cambio de la paz social y el progreso económico). La
implantación de los Planes de Desarrollo permitió el tránsito de una economía agraria
a otra industrial y de servicios, lo que supuso una modernización económica que vino
acompañada de cambios sociales profundos.
La población creció como nunca en el siglo XX. Este aumento demográfico fue
consecuencia de un descenso de mortalidad y una elevada natalidad (baby boom)
debido a la mejora de las condiciones de vida, las mejoras sanitarias (creación de la
Seguridad Social y potenciada también por una política natalista (Premios Nacionales
Historia de España
de Natalidad. Dicho crecimiento demográfico estuvo acompañado por los
movimientos migratorios. Es ahora cuando se produce el gran éxodo rural desde
Andalucía, Castilla, Murcia y Galicia a las principales ciudades y focos industriales
(cuatro millones llegaron a Madrid, Cataluña y País Vasco). Este éxodo provocaría un
desequilibrio económico entre regiones y la creación de barrios periféricos de
inmigración obrera, mal urbanizados y con viviendas de baja calidad. Este
desequilibrio fue definido por los historiadores como “la España de las dos
velocidades”. A esto hay que añadir más de un millón y medio de españoles que
emigraron a Francia, Alemania, Suiza y Bélgica, países necesitados de mano de obra
y que fue impulsado por el Gobierno para reducir el impacto del desempleo interior
y aumentar la entrada de divisas, que se mantendría constante hasta 1973.
El desarrollo de la economía industrial y la expansión del sector servicios, transformó
las estructuras sociales y profesionales. Así, España se consolidó como una sociedad
capitalista industrializada. Sin duda, una de las consecuencias demográficas más
importantes del desarrollismo fue la creación de la clase media, compuesta por
asalariados, profesionales liberales, ejecutivos y funcionarios del Estado. A esto hay
que unir el aumento del empleo y los salarios, que cambiaron las costumbres, los
hábitos y la mentalidad de los españoles.
Además, en esta época hubo cierto aperturismo de las fronteras hacia los turistas
extranjeros, lo que supuso una entrada de dinero y un boom turístico.

El desarrollo económico hizo posible las mejoras sociales. Algunos de los factores que
favorecieron estas mejoras fueron:
• En primer lugar, se amplió la cobertura de la Seguridad Social.
• En segundo lugar, la la influencia del modelo estadounidense de sociedad del
bienestar y el impulso al consumo desde el Gobierno propiciaron que los
hogares se llenasen de electrodomésticos (frigorífico y televisor). Desde 1957 el
objetivo de muchas familias era adquirir un SEAT-600, símbolo del desarrollismo.
Además, las ventas a plazos se multiplicaron, así como la concesión de
créditos.
• En tercer lugar, el aumento de la demanda de educación. La Ley General de
Educación (1970) amplió la escolarización obligatoria hasta los 14 años,
Historia de España
adecuó los planes de estudio a la realidad del mercado laboral) y supuso un
aumento considerable de la población escolarizada, ya que la mayoría antes
era analfabeta. Además, aumentó el número de estudiantes universitarios.
• En cuarto lugar, el núcleo familiar, ya que este comenzó a reflejar los cambios
y de la familia rural se pasó a la nuclear urbana.

En cuanto a la condición femenina, esta cambió radicalmente. La mujer empezó a


abandonar su papel tradicional de madre y esposa para incorporarse a la educación
y al mercado laboral, dando lugar al surgimiento de un movimiento feminista que
reivindicaba los derechos de la mujer.
Por último, en lo referente a la Iglesia, el Concilio Vaticano II supuso un cambio y un
distanciamiento del régimen. La Iglesia empezó a reconocer a los sectores sociales
que reclamaban la democratización del país. De paso, hubo una creciente
secularización y un descenso de la influencia de la Iglesia sobre la moral de la
sociedad. De este modo, el cambio social estimuló el fortalecimiento de un nuevo
tipo de oposición que reclamaba la libertad, la democracia y una sociedad más
plural abierta y libre en consonancia con el resto de los movimientos culturales
europeos.

Todos estos cambios tuvieron una repercusión política entre las nuevas generaciones
de obreros y estudiantes que protagonizaron un proceso de oposición al franquismo
que ya fue difícil de detener. A su vez, socialmente, España se fue abriendo poco a
poco a la sociedad de consumo y asumiendo los nuevos tiempos que se vivían en el
resto del mundo capitalista. En poco más de una década la sociedad había dejado
atrás la miseria y la rígida moral puritana de posguerra para avanzar hacia
comportamientos sociales y culturales más propios de las sociedades modernas de la
época.
Historia de España

TEMA 12. NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EN


EUROPA (1975-1982)

12.1. LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA: DE LA MUERTE DE FRANCO A LAS ELECCIONES DE 1977.

12.2. LA CONSOLIDACIÓN DEMOCRÁTICA: LA CONSTITUCIÓN DE 1978. DEL 23F A LAS


ELECCIONES DE 1982.
12.2.1. CONSTITUCIÓN DE 1978.
12.2.2. EL SEGUNDO GOBIERNO DE UCD
12.2.3. DEL 23 F A LAS ELECCIONES DE 1982.
Historia de España

INTRODUCCIÓN

Franco pensaba haberlo dejado todo “atado y bien atado” para continuar con un régimen
monárquico, pero no democrático, pero tras su muerte, se abrió un proceso de transición a la
democracia por el que España se transformó en pocos años de una dictadura en una democracia.

El período de la Transición se abre con la subida al trono del rey Juan Carlos I (1975) y se cierra con
la llegada al poder del PSOE (1982), uno de los partidos de la oposición al franquismo. A partir de ese
momento, se considera que ya España ha logrado la normalidad democrática. En democracia, los
dos partidos principales (PSOE y PP) han gobernado alternativamente. Los gobiernos de la
democracia han sido el PSOE (1982-1996) con Felipe González, el PP (1996-2004) con José María
Aznar, y de nuevo el PSOE (2004-2011) con José Luis Rodríguez Zapatero. Posteriormente fue
presidente Mariano Rajoy (PP) hasta el 2 de junio 2018 y tras él, Pedro Sánchez (PSOE).

Durante este período de democracia constitucional, España asentó el “Estado de Bienestar” y se ha


convertido en una sociedad moderna con los rasgos de los países más avanzados.

12.1. LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA: DE LA MUERTE DE FRANCO A LAS ELECCIONES DE


1977.

Se conoce como Transición al proceso de desmantelamiento de la dictadura


franquista que culmina con el establecimiento de un régimen democrático
expresado en la Constitución de 1978. El punto de partida es la toma de posesión
de Juan Carlos I dos días después de la muerte de Franco, el 22 noviembre de 1975.
La nueva monarquía nacía legitimada por el propio franquismo, lo que parecía
apuntar a un proyecto continuista de la Dictadura, sin embargo, el rey apostó por
iniciar una vía reformista, integradora y de concordia, convirtiendo a la monarquía
en garante de una transición política que los españoles aceptaron como un
camino de libertad, paz y convivencia.
Historia de España
El panorama político a la muerte de Franco presentaba tres alternativas: los
continuistas del régimen sin Franco, los reformistas que promovían el cambio, pero
liderado por los miembros del régimen, y los rupturistas, que querían romper
totalmente con el pasado dictatorial e instaurar un nuevo sistema político
democrático.

El 22 de noviembre de 1975 Juan Carlos es proclamado rey. El nuevo jefe de Estado


mantuvo como jefe de gobierno a Carlos Arias Navarro, pero Arias no introdujo las
reformas esperadas para conducir progresivamente el cambio de la dictadura a
la democracia. Algunos ministros, de perfil reformista como Adolfo Suárez,
Leopoldo Calvo Sotelo o Manuel Fraga, despertaron cierta esperanza de un
cambio ya que eran partidarios de introducir reformas para atender las demandas
sociales e integrar al país plenamente en el mundo occidental. Pero, como
decimos, el gobierno de Arias Navarro, en su esencia, seguía manteniendo el
régimen franquista.

Este inmovilismo del Gobierno favoreció el aumento de la conflictividad social y


laboral y la confrontación política. Tal y como hemos estudiado, la oposición
antifranquista se había organizado entre 1974 y 1975 en la Junta Democrática,
creada en París en 1974 a iniciativa de los comunistas, y en la Plataforma de
Convergencia Democrática, creada en 1975 a instancia del PSOE. Ambas se
unieron en 1976 dando lugar a Coordinación Democrática, más conocida como
“Platajunta”. Sus integrantes defendían la amnistía general, libertades políticas,
sindicales, de prensa, opinión e información, el reconocimiento de las
nacionalidades históricas, elecciones a Cortes constituyentes y la legalización de
los partidos políticos.

A principios de 1976, se produjeron numerosas manifestaciones en demanda de la


libertad política y las mejoras sociales, a lo que el Gobierno respondió con un
endurecimiento de la represión. Este clima de violencia tuvo su punto álgido en
marzo de 1976 en Vitoria, donde una convocatoria obrera en la Iglesia de San
Francisco fue desalojada de forma violenta causando la muerte a cinco personas
y heridas a más de cien. A su vez, en mayo de este año, ocurrieron los graves
Historia de España
sucesos de Montejurra. La represión y el recurso a la militarización acabaron con la
credibilidad del Gobierno de Arias Navarro, quien tras perder el apoyo del rey (el
rey quería reformas y Arias Navarro era inmovilista), se vio obligado a dimitir en julio
de 1976.

El rey nombró nuevo presidente a Adolfo Suárez, un político joven, abogado de


profesión, que se formó en la burocracia franquista y tenía una gran experiencia
en las instituciones del régimen. El nuevo presidente, pese a ser recibido con
reticencias por parte de la sociedad y de la oposición política al haber formado
parte del Movimiento, actuó con realismo y aceleró las reformas.

Pero para avanzar, era necesario desmontar la estructura del régimen franquista y
acabar con sus instituciones. Para ello, Suárez inició contactos con las fuerzas
democráticas y promulgó un indulto para los presos políticos. En septiembre de
1976 hizo púbico su proyecto de Ley para la Reforma Política cuyos objetivos eran:
recuperar la soberanía popular, establecer unas Cortes cuyos miembros fueran
elegidos por sufragio universal, libre, directo y secreto; defender los derechos
fundamentales e inviolables de las personas y reconocer el pluripartidismo. Esta ley
permitía la ruptura pactada del sistema, es decir, “ir de la ley a la ley, a través de
la ley”. Esta ley, con rango de fundamental, fue debatida y aprobada con escasa
oposición en noviembre de 1976 y sometida a referéndum popular el 15 de
diciembre de 1976, que contó con un alto porcentaje de participación (superior al
77%) y votó “Sí” algo más del 94%. La aprobación de esta ley marca la frontera
entre el régimen franquista y la nueva etapa democrática iniciándose ahora el
proceso de Transición propiamente dicho. A los pocos días de aprobarse, el
Gobierno suprimió el Tribunal de Orden Público, encargado de la represión desde
1963, y comenzó el desmantelamiento de las instituciones del Movimiento
Nacional.

Sin embargo, a principios de 1977 grupos extremistas iniciaron una campaña de


desestabilización del régimen a través de asesinatos, atentados y secuestros, que
pusieron en peligro la transición hacia la democracia. La extrema derecha
(representada por grupos como los Guerrilleros de Cristo Rey, la Triple A (Alianza
Historia de España
Apostólica Anticomunista) o el Batallón Vasco Español), llevó a cabo la “Matanza
de Atocha” el 24 de enero de 1977, en la que murieron cinco abogados laboralistas
vinculados al PCE y CC.OO. Las manifestaciones por la muerte de estos abogados
fueron multitudinarias y permitieron la salida masiva a la luz pública de la
organización del PCE. En el otro extremo del arco político, tanto ETA como GRAPO
(Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre), secuestraron a militares
y asesinaron a policías y miembros de las instituciones del Estado.

En febrero de 1977, los partidos de la oposición, que seguían siendo ilegales, pero
actuaban con cierta tolerancia, se reunieron con el Gobierno para pactar la Ley
Electoral, que regularía el modo en que los partidos políticos podían ser legalizados
para participar en las elecciones, y acordaron convocar elecciones para el 15 de
junio. Gracias a la ley, se legalizaron hasta 78 partidos. Posteriormente, el Gobierno
reconoció la libertad sindical y legalizó los sindicatos UGT y CC.OO. Solo quedaba
un obstáculo para que la oposición aceptara el proceso de reforma política, la
legalización del PCE, liderado por Santiago Carrillo. Adolfo Suárez tomó la decisión
personal de legalizarlo mediante el decreto del 9 de abril de 1977, pese a la
oposición de miembros del Ejército y políticos inmovilistas. A cambio, los comunistas
moderaron sus posturas, aceptaron la Ley para la Reforma Política aprobada por
referéndum e incluso la institución monárquica y la bandera bicolor (frente a la
tricolor republicana).

Pensando en las elecciones, Adolfo Suárez formó y lideró la coalición de Unión de


Centro Democrático (UCD), compuesta por pequeños grupos de
democratacristianos, liberales, socialdemócratas y regionalistas. A su derecha
quedó Alianza Popular (AP), liderada por Manuel Fraga, y en el otro extremo, los
“partidos históricos”: PSOE y PCE. También hubo presencia de partidos
nacionalistas catalanes como Partido Democratic per Catalunya (PDC) y Esquerra
Republicana, que, al no ser legalizada por ser republicana, se presentó como
Ezquerra de Catalunya; y vascos como el PNV y Euskadiko Ezkerra. A la izquierda y
derecha de los partidos mayores surgieron otros más pequeños, pero con escasas
opciones electorales.
Historia de España
Las elecciones del 15 de junio de 1977 concluyeron sin ninguna incidencia y con
una alta participación (78,8%), y dieron el triunfo a UCD con 166 escaños, seguido
del PSOE con 118, quien se convertiría en el principal partido de la oposición. Los
resultados de estos comicios marcaron una tendencia de signo moderado, con
una apuesta mayoritaria por los partidos de centro-derecha y centro-izquierda y
un rechazo a las fuerzas de extrema-derecha y extrema-izquierda, que no
obtuvieron representación parlamentaria. Así, se comenzó a consolidar un sistema
básicamente bipartidista, en el que dos partidos mayoritarios (UCD y PSOE y,
posteriormente, PP y PSOE) gobernarán alternativamente.

Tras las elecciones, el rey confirmó como presidente del Gobierno a Adolfo Suárez,
quien mantuvo la iniciativa en cuestiones importantes, pero al carecer de mayoría
absoluta en el Congreso, optó por gobernar en minoría buscando acuerdos
parlamentarios con otras fuerzas políticas.

12.2. LA CONSOLIDACIÓN DEMOCRÁTICA: LA ELABORACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN


DE 1978. DEL 23 F A LAS ELECCIONES DE 1982.

INTRODUCCIÓN: La Ley de Reforma Política abrió el camino para la celebración


de las primeras elecciones desde 1936. Como hemos dicho en el punto anterior, el primer
paso para ello fue la legalización de los partidos políticos, libertad sindical y una amplia
amnistía para los presos políticos. La legalización del partido comunista fue uno de los
temas más complicados en el proceso democrático ya que contaba con fuerte apoyo
social, pero con la oposición de los sectores más inmovilistas y amplios sectores del ejército.
Finalmente, Suárez decidió su legalización provocando una crisis de gobierno, pero de esta
manera garantizaba la legitimidad democrática de las elecciones.

A estas elecciones se presentaron, por parte de la derecha, Manuel Fraga Iribarne, que
había fundado Alianza Popular y Unión de Centro Democrático (UCD), creado por el
gobierno, cuyo líder era Adolfo Suárez. A la izquierda se encontraban los partidos que se
habían opuesto a Franco (PSOE, PC, etc). Las elecciones se celebraron el 15 de junio con
alta participación y UCD, que ganó dichas elecciones, formaría el primer gobierno
democrático tras la Guerra Civil.
Historia de España
12.2.1. LA CONSTITUCIÓN DE 1978

La victoria de UCD en las elecciones de 1977 permitió a Adolfo Suárez iniciar la


conocida como legislatura constituyente que culminaría el proceso de transición
política iniciado en España tras la muerte de Franco. Su mandato se caracterizó
por el consenso establecido entre el partido en el Gobierno y el resto de fuerzas
parlamentarias, que fue fundamental para atajar los dos retos más importantes del
momento: la crisis económica y la elaboración de una nueva Constitución.

El impacto de la crisis económica internacional de 1973 resultó demoledor para la


economía española y se convirtió en una amenaza para la estabilización
democrática. En octubre de 1977 los partidos políticos firmaron los Pactos de la
Moncloa para intentar combatir la inflación y el desempleo, a los que se añadirían
otras medidas complementarias como la reforma fiscal y la ley que reestructuraba
la Seguridad Social y creaba el INEM.

La primera labor de las nuevas Cortes sería la elaboración de una Constitución


democrática. Para ello se formó una comisión de diputados de todos los partidos
políticos salvo el vasco, que renunció. “Los padres de la Constitución” pusieron en
práctica la política del CONSENSO, es decir, negociando e intentando poner de
acuerdo a las distintas fuerzas políticas existentes para construir la democracia. Los
acuerdos no fueron fáciles en temas como la educación, la libertad religiosa, el
aborto, el divorcio, la pena de muerte, el sistema electoral, etc., pero los partidos,
para evitar que la Constitución quedara en papel mojado, optaron por ceder en
sus posiciones programáticas e ideológicas para lograr un amplio pacto
constitucional, dotando al texto de cierta ambigüedad que permitía que su
posterior desarrollo legislativo fuera aprobado tanto por la izquierda como la
derecha.

El texto fue aprobado en las Cortes en octubre de 1978 y apoyado por una
abrumadora mayoría popular (88% de votos favorables) en el referéndum
celebrado el 6 de diciembre de 1978.
Historia de España
La Carta Magna, de clara voluntad progresista, recoge en sus 169 artículos las
características esenciales de las democracias occidentales: una amplia
declaración de derechos fundamentales, inspirada en la Declaración Universal de
Derechos Humanos (1948), y de libertades civiles y políticas que establece la no
discriminación por razones de edad, sexo, raza y religión. La constitución define
España como un Estado social y democrático con una monarquía parlamentaria,
en la que el rey como jefe de Estado tiene una función representativa y arbitra
entre las distintas instituciones, pero no tiene poder ejecutivo; la división de
poderes, con un legislativo bicameral (Congreso de los Diputados y Senado)
elegido cada 4 años por sufragio universal directo y secreto, el ejecutivo recae en
el Gobierno, integrado por el presidente, los vicepresidentes y los ministros, elegidos
en función de la composición mayoritaria de las Cortes, y, por último, un poder
judicial que corresponde a los jueces y magistrados, coordinados en última
instancia por el Tribunal Supremo. Ese cuadro de instituciones se completó con
otras dos: el Tribunal Constitucional, que se encarga de interpretar la Constitución
en caso de conflicto, y el Defensor del Pueblo, cuya misión es atender
directamente a los ciudadanos velando por el respeto de sus derechos y
libertades. El ejército queda sometido al poder civil. También establece el carácter
no confesional del Estado, abole la pena de muerte y reconoce el derecho a la
libertad civil y política. Uno de los puntos más ambiguos e imprecisos del texto fue
el de la organización territorial, pues la Constitución, aunque se fundamenta en la
unidad de España, estableció el Estado de las autonomías, a medio camino entre
un modelo federal y otro centralizado, que contemplaba la posibilidad de que las
regiones y nacionalidades pudieran optar por convertirse en Comunidades
Autónomas, que a su vez se organizarían en provincias y municipios. La
descentralización del Estado dio paso a una nueva vertebración del territorio. Así,
el 25 de octubre de 1979 se aprobaron los estatutos de autonomía catalán
(Estatuto de Sau) y vasco (Estatuto de Guernica) en sendos referendos y a
mediados de 1983 todas las comunidades disponían de estatuto promulgado,
configurándose un nuevo mapa político en el que España pasaba a tener 17
comunidades autónomas, a las que se sumarían, a partir de 1995, dos ciudades
autónomas: Ceuta y Melilla.
Historia de España
12.2.2. El SEGUNDO GOBIERNO DE UCD

Tras la aprobación de la Constitución de 1978, Adolfo Suárez disolvió las Cortes y


convocó nuevas elecciones el 1 de marzo de 1979 que ganaría UCD. La
normalización democrática se completó con una convocatoria de elecciones
municipales en las que, a pesar de que UCD consiguió mayor número de
concejales, la coalición de fuerzas de izquierda (PSOE y PCE) se hizo con los
ayuntamientos de las principales ciudades.

El Gobierno de Suárez estuvo sometido a un duro desgaste. Las diferencias entre el


Gobierno y la oposición se acentuaron y, tras la etapa de consenso, el PSOE
comenzó a realizar una dura crítica opositora que culminó con la presentación de
una moción de censura en el mes de mayo de 1980, que, aunque no prosperó,
deterioró mucho la imagen de Adolfo Suárez ante la opinión pública. Además del
acoso de la oposición, Suárez tuvo que afrontar la progresiva desintegración de su
propio partido, en el que la falta de unidad se ponía de manifiesto ante los
problemas que se iban planteando: Ley del Divorcio, reforma fiscal,
descentralización autonómica, crisis económica, intensificación del terrorismo y los
rumores de conspiración militar contra la democracia (el llamado “ruido de
sables”). Finalmente, el 29 de enero de 1981 Suárez presentó su dimisión. El elegido
para sustituirle fue Leopoldo Calvo Sotelo cuya sesión de investidura quedó
convocada para febrero de 1981.

12.2.3. DEL “23 F” A LAS ELECCIONES DE 1982

Dentro del estamento militar perduraba gran nostalgia por el franquismo y


bastante hostilidad ante el cambio democrático. El 23 de febrero de 1981, mientras
se celebraba la investidura del nuevo presidente, un grupo de militares y miembros
de la Guardia Civil al mando del teniente coronel Antonio Tejero ocupó el
Congreso y secuestró a los diputados durante más de 14 horas. Al mismo tiempo,
otros golpistas tomaron la sede de RTVE y otros puntos estratégicos de la capital, y,
en Valencia, Jaime Milans del Bosch sacó los tanques a la calle y estableció el
Historia de España
toque de queda. En los cuarteles de toda España se vivieron momentos de tensión.
El rey se puso en contacto con las distintas Capitanías Generales y, después de
asegurarse su fidelidad a la corona y al sistema constitucional, se dirigió a la nación
a través de la televisión. Con esta intervención televisada, el rey desautorizó el
golpe y pidió al Ejército que respetara el orden constitucional. Socialmente, miles
de personas salieron a la calle para manifestarse en defensa de la democracia. El
golpe militar fracasó y los implicados fueron detenidos, procesados y, muchos de
ellos, condenados.

Dos días después, tras el fracaso del “Golpe”, Leopoldo Calvo Sotelo fue
finalmente proclamado presidente del gobierno, continuando con la misma
política que Suárez, dando incluso un paso más con la aprobación de la Ley del
Divorcio (la 1º ley de divorcio fue aprobada en 1932). La integración de España en
la OTAN suscitó un tenso debate en las Cortes por la oposición de los grupos de
izquierda, aunque finalmente sería aprobada por el Parlamento con mayoría
simple. Pero el partido de la UCD siguió desunido. Ante esto, Suárez fundó su propio
partido, el CDS (Centro Democrático y Social), lo que supuso un mazazo para el
partido que él mismo había fundado. En agosto de 1982, Leopoldo Calvo Sotelo
disolvió las Cortes y convocó elecciones anticipadas para octubre de ese mismo
año. Los resultados de los comicios dieron la victoria por mayoría a los socialistas
de Felipe González con el lema “Por el cambio”. Se iniciaba así el primer Gobierno
socialista de la España contemporánea y una etapa de hegemonía socialista y
estabilidad gubernamental que duró hasta 1996.

La victoria socialista se interpretó como la consolidación del sistema democrático


que se vería refrendada con los triunfos del Partido Popular (José María Aznar) en
las elecciones de 1996 y 2000, así como del PSOE (José Luís Rodríguez Zapatero) en
2004 y 2008 y, de nuevo, el Partido Popular de Mariano Rajoy en 2011 y 2015, quien
sería sustituido por el PSOE tras la moción de censura de Pedro Sánchez en 2018.
Todo ello símbolo de la normalidad y de la alternancia política habitual en los
regímenes democráticos.
Historia de España

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