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El Cristo De La Libertad

Acojo la descripción que Joaquín Balaguer ha legado a la posteridad sobre


Duarte, en su obra clásica “El Cristo de la Libertad”, escrita en 1956: “Duarte
hablaba algunas veces como Jesús y muchas de sus sentencias parecen
pronunciadas desde una montaña de la Biblia . En sus manifiestos políticos,
aunque llenos muchas veces de conceptos poco originales, surge de improviso
alguna frase con sabor a parábola, o asoma uno de aquellos pensamientos que
solo suelen brotar de los labios de esos hombres purísimos que llevan a Dios
en las entrañas iluminadas.

Todo lo que salió de esa garganta semidivina, todo lo que vibró en esa voz
semis agrada, nos deja en el alma una impresión de albura y de limpieza. Así
como Jesús había dicho a todos los hombres, a los pescadores humildes ya los
escribas mercenarios, “amaos los unos a los otros”, el Padre de la Patria se
dirige a sus conciudadanos para hacerles esta exhortación angustiosa: “Sed
unidos, y así apagareis el té de la discordia”. Cuando habla a sus compatriotas
para pedirles que lo exoneren del mando que quieren ofrecerle, les dice: “Sed
justos lo primero, si queréis ser felices”, ya sus discípulos los envía a repartir la
semilla de la libertad con las mismas palabras con que Jesús encarecía a sus
apóstoles que eran a predicar la nueva doctrina a las tierras dominadas por los
infieles: “Os envío como ovejas en medio de los lobos”.

A sus hermanos ya su madre valetudinana los invita con voz inexorable de


sacrificio: “Entregad a la patria todo lo que habéis heredado”. Y a los que
quieren seguir su causa, a sus discípulos más amados les habla con igual calor
de la renuncia a los bienes de fortuna: “Juro por mi honor y mi conciencia…
cooperar con mis bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano ya
implantar una república libre”. Jesús también había pedido esa suprema
renunciación a los hombres: “Porque hay más dicha en dar que en recibir”.

MELVIN MATTHEWS
Y Cortesía de JRC BALCÁCER

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