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DISCURSO NARRATIVO

El principito de Antoine de Saint-Exupéry (1943)

“—Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa,
o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no
ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?

—La culpa sería de usted —le dijo el principito con firmeza.

—Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —
continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu
pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir
obediencia, porque mis órdenes son razonables.”

DISCURSO EXPOSITIVO

1. "Uno de los primeros astrónomos ingleses Sir John, observó la luna desde su
telescopio y creyó descubrir cosas asombrosas: campos, montañas, lagos, etc.
Poco después, se descubrió con mejores telescopios una imagen más exacta de
la luna. Más tarde, los primeros astronautas norteamericanos (Borman, Lovel y
Anders) que rodearon la luna observaron su superficie".

2. “Antes de preparar el guiso, se debe cocer la carne con las especies, para
después darles un hervor con las verduras.”

Es importante tener claro en este tipo de estructuración el rol que cumplen los
mecanismos de cohesión textual (conectores, básicamente), pues permiten ubicar
con claridad los acontecimientos o acciones en la secuencia. Los conectores, por
tanto, en especial los temporales, serán primordiales. Este contenido será
abordado en profundidad en el módulo 3.

b) Relación Causal: la información se organiza sobre la base de relaciones


causales, es decir, algunos elementos funcionan como causa y otros como efecto
o consecuencia.

DISCURSO ARGUMENTATIVO

3. Discursos políticos. Si bien pueden utilizar argumentaciones relacionadas


a lo emocional e incluso manipular la verdad, un discurso político suele
basarse en el convencimiento de la masa de un punto de vista respecto a la
situación económica, social o política del país. Por ejemplo:

“Adolf Hitler – ‘Derrotaremos a los enemigos de Alemania’, 10 de abril de 1923


¡Mis queridos compatriotas, hombres y mujeres alemanes!

En la Biblia está escrito: ‘Lo que no es ni caliente ni frío lo quiero escupir de mi


boca’. Esta frase del gran Nazareno ha conservado hasta el día de hoy su honda
validez. El que quiera deambular por el dorado camino del medio debe renunciar a
la consecución de grandes y máximas metas. Hasta el día de hoy los términos
medios y lo tibio también han seguido siendo la maldición de Alemania.”

DISCURSO PUBLICITARIO

En este aviso de Bimbo, la imagen resalta la idea de que este pan está hecho con
leche. Además, hay un texto de menor tamaño que informa el porcentaje de leche
utilizado para su elaboración.

DISCURSO POLÍTICO

Amigos todos, soy del sur, vengo del sur.

Esquina del Atlántico y el Plata, mi país es una penillanura suave, templada,


pecuaria. Su historia de puertos, cueros, tasajo, lanas y carne. Tuvo décadas
púrpuras de lanzas y caballos hasta que por fin, al arrancar el siglo XX se puso a
hacer vanguardia en lo social, en el estado, en la enseñanza. Diría: la social
democracia se inventó en el Uruguay.

Durante casi 50 años el mundo nos vio como una especie de Suiza. En realidad,
en lo económico, fuimos hijuelos bastardos del imperio británico; y cuando éste
sucumbió, vivimos las amargas mieles de términos de intercambio funestos y
quedamos estancados añorando el pasado. Casi 50 años recordando Maracaná,
nuestra hazaña deportiva.

Hoy hemos resurgido en este mundo globalizado; tal vez, aprendiendo de nuestro
dolor. Mi historia personal: la de un muchacho, porque alguna vez fui muchacho,
que como otros quiso cambiar su época y su mundo tras un sueño, el de una
sociedad libertaria y sin clases. Mis errores en parte son hijos de mi tiempo.
Obviamente los asumo, pero hay veces que me grito con nostalgia: “quién tuviera
la fuerza de cuando éramos capaces de abrevar tanta utopía”.
Sin embargo, no miro hacia atrás porque el hoy real nació en las cenizas fértiles
del ayer. Por el contrario, no vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos. Me
angustia, y de qué manera, el porvenir que no veré y por el que me comprometo.
Sí. Es posible un mundo con una humanidad mejor, pero tal vez hoy la primera
tarea sea salvar la vida.

Pero soy del sur y vengo del sur a esta asamblea. Cargo, inequívocamente, con
los millones de compatriotas pobres en las ciudades, en los páramos, en las
selvas, en las pampas y en los socavones de la América Latina, patria común que
se está haciendo.

Cargo con las culturas originarias aplastadas, con los restos del colonialismo en
Malvinas, con bloqueos inútiles a ese caimán bajo el sol del caribe que se llama
Cuba. Cargo con las consecuencias de la vigilancia electrónica que no hace otra
cosa que sembrar desconfianza, desconfianza que nos envenena inútilmente.

DISCURSO RELIGIOSO

Queridos hermanos y hermanas:

Me alegra mucho encontrarme con vosotros con ocasión de la Jornada de la vida


consagrada, cita tradicional que se hace aún más significativa por el contexto
litúrgico de la fiesta de la Presentación del Señor. Expreso mi agradecimiento al
señor cardenal Franc Rodé, que ha celebrado la eucaristía para vosotros, así
como al secretario y a los demás colaboradores de la Congregación para los
institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica. Con gran afecto
saludo a los superiores generales presentes y a todos vosotros, que formáis esta
singular asamblea, expresión de la multiforme riqueza de la vida consagrada en la
Iglesia.

Al narrar la presentación de Jesús en el templo, el evangelista san Lucas subraya


tres veces que María y José actuaron según «la ley del Señor» (cf. Lc 2, 22-23.
39) y, por lo demás, siempre estaban atentos para escuchar la palabra de Dios.
Esta actitud constituye un ejemplo elocuente para vosotros, religiosos y religiosas;
y para vosotros, miembros de los institutos seculares y de las otras formas de vida
consagrada.

A la palabra de Dios en la vida de la Iglesia se dedicará la próxima sesión


ordinaria del Sínodo de los obispos. Os pido, queridos hermanos y hermanas, que
deis vuestra contribución a este compromiso eclesial, testimoniando cuán
importante es poner en el centro de todo la palabra de Dios, de modo especial
para quienes, como vosotros, el Señor llama a seguirlo más de cerca. En efecto, la
vida consagrada hunde sus raíces en el Evangelio; en él, como en su regla
suprema, se ha inspirado a lo largo de los siglos; y a él está llamada a volver
constantemente para mantenerse viva y fecunda, dando fruto para la salvación de
las almas.
En los inicios de las diversas expresiones de vida consagrada siempre se
encuentra una fuerte inspiración evangélica. Pienso en san Antonio abad,
impulsado por la escucha de las palabras de Cristo: «Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos;
luego ven, y sígueme» (Mt 19, 21) (cf. Vita Antonii, 2, 4). San Antonio las escuchó
como palabras que el Señor le dirigía personalmente a él.

A su vez, san Francisco de Asís afirma que fue Dios quien le reveló que debía vivir
según la forma del santo Evangelio (cf. Testamento, 17: FF 116). «Francisco —
escribe Tomás de Celano— al oír que los discípulos de Cristo no deben poseer ni
oro ni plata, ni dinero, ni llevar alforja, ni pan, ni bastón para el camino, ni tener
sandalias, ni dos túnicas..., inmediatamente, lleno del gozo del Espíritu Santo,
exclamó: Esto quiero, esto pido, esto anhelo hacer con todo mi corazón» (1
Celano, 83: FF 670.672).

«El Espíritu Santo —recuerda la instrucción Caminar desde Cristo— ha iluminado


con luz nueva la palabra de Dios a los fundadores y fundadoras. De ella ha
brotado todo carisma y de ella quiere ser expresión toda Regla» (n. 24). En efecto,
el Espíritu Santo atrae a algunas personas a vivir el Evangelio de modo radical y a
traducirlo en un estilo de seguimiento más generoso. Así nace una obra, una
familia religiosa que, con su misma presencia, se convierte a su vez en
«exégesis» viva de la palabra de Dios.

Así pues, como dice el concilio Vaticano II, el sucederse de los carismas de la vida
consagrada puede leerse como un desplegarse de Cristo a lo largo de los siglos,
como un Evangelio vivo que se actualiza continuamente con formas nuevas (cf.
Lumen gentium, 46). En las obras de las fundadoras y los fundadores se refleja un
misterio de Cristo, una palabra suya; se refracta un rayo de la luz que emana de
su rostro, esplendor del Padre (cf. Vita consecrata, 16).

Por tanto, en el decurso de los siglos, seguir a Cristo sin componendas tal como
se propone en el Evangelio ha constituido la norma última y suprema de la vida
religiosa (cf. Perfectae caritatis, 2). San Benito, en su Regla, remite a la Escritura
como «norma rectísima para la vida del hombre» (n. 73, 2-5). Santo Domingo «por
doquier se manifestaba como un hombre evangélico, en sus palabras y en sus
obras» (Libellus, 104: en P. Lippini, San Domenico visto dai suoi contemporanei,
ed. Studio Dom., Bolonia 1982, p. 110) y así quería que fueran también sus frailes
predicadores, «hombres evangélicos» (Primeras Constituciones o Consuetudines,
31). Santa Clara de Asís pone fuertemente de relieve la experiencia de san
Francisco: «La forma de vida de la Orden de las Hermanas pobres —escribe— es
esta: observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo» (Regla I, 1-2: FF
2750). San Vicente Pallotti afirma: «La regla fundamental de nuestra mínima
Congregación es la vida de nuestro Señor Jesucristo para imitarla con toda la
perfección posible» (cf. Obras completas II, 541-546; VIII, 63, 67, 253, 254, 466). Y
san Luis Orione escribe: «Nuestra primera Regla y vida ha de consistir en
observar, con gran humildad y con amor dulcísimo y ardiente a Dios, el santo
Evangelio» (Lettere di don Orione, Roma 1969, vol. II, p. 278).
Esta riquísima tradición atestigua que la vida consagrada está «profundamente
enraizada en los ejemplos y enseñanzas de Cristo el Señor» (Vita consecrata, 1) y
se presenta «como un árbol lleno de ramas, que hunde sus raíces en el Evangelio
y da frutos copiosos en cada época de la Iglesia» (ib., 5). Tiene la misión de
recordar que todos los cristianos han sido convocados por la Palabra para vivir de
la Palabra y permanecer bajo su señorío.

Por tanto, corresponde en particular a los religiosos y a las religiosas «mantener


viva en los bautizados la conciencia de los valores fundamentales del Evangelio»
(ib., 33). Al hacerlo, su testimonio da a la Iglesia «un precioso impulso hacia una
mayor coherencia evangélica» (ib., 3); más aún, podríamos decir que es una
«elocuente, aunque con frecuencia silenciosa, predicación del Evangelio» (ib., 25).
Por eso, en mis dos encíclicas, al igual que en otras ocasiones, no he dejado de
señalar el ejemplo de santos y beatos pertenecientes a institutos de vida
consagrada.

Queridos hermanos y hermanas, alimentad vuestra jornada con la oración, la


meditación y la escucha de la palabra de Dios. Vosotros, que tenéis familiaridad
con la antigua práctica de la lectio divina, ayudad también a los fieles a valorarla
en su vida diaria. Y traducid en testimonio lo que la Palabra indica, dejándoos
plasmar por ella que, como semilla caída en terreno bueno, da frutos abundantes.

Así seréis siempre dóciles al Espíritu y creceréis en la unión con Dios, cultivaréis
la comunión fraterna entre vosotros y estaréis dispuestos a servir generosamente
a los hermanos, sobre todo a los necesitados. Que los hombres vean vuestras
buenas obras, fruto de la palabra de Dios que vive en vosotros, y den gloria a
vuestro Padre celestial (cf. Mt 5, 16).

Al encomendaros estas reflexiones, os agradezco el valioso servicio que prestáis a


la Iglesia y, a la vez que invoco la protección de María y de los santos y beatos
fundadores de vuestros institutos, os imparto de corazón la bendición apostólica a
vosotros y a vuestras respectivas familias religiosas, y de modo especial a los
jóvenes y a las jóvenes que están en período de formación, y a vuestros hermanos
y hermanas enfermos, ancianos o en dificultad. A todos aseguro un recuerdo en
mi oración.

Discurso educativo

DISCURSO CIENTÍFICO

El impacto de la pesca de arrastre en las costas de Margarita

La pesca de arrastre es una modalidad de extracción de la fauna marina que tiene


por fin la alimentación de las poblaciones humanas cercanas y foráneas. Este tipo
de pesca tiene un notable impacto en el medio ambiente en el que se efectúa,
debido a que daña corales, hábitats naturales y atrapa especies no deseadas o en
peligro de extinción.

En todos los casos en los que esta práctica se efectúa también se evidencia la
sustracción de especies en veda (es decir, que no están permitidas para la pesca)
y de especímenes muy pequeños, lo que afecta significativamente la repoblación. 

Durante la aplicación de la pesca de arrastre en la Isla de Margarita no solo se han


visto afectadas las especies marinas, sino también los pescadores artesanales.
Estos trabajadores del mar han visto menguadas sus actividades, pues las
especies a las que acostumbraban pescar han ido desapareciendo. Esta
disminución en la producción pesquera a pequeña escala afecta a innumerables
familias que dependen de los frutos del mar para su sustento.

Es sumamente necesario que las autoridades pertinentes creen leyes que


salvaguarden a los pescadores artesanales y garanticen sus derechos y que
frenen las acciones de los navíos que practican esa tan dañina manera de pescar. 

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