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UN PENSAMIENTO DISTINTO

El tiempo es tan fugaz, a menudo reflexiono sobre el pasado, pero de manera distinta. Recuerdo
el día en que tomé la decisión de salir de casa en busca de nuevas oportunidades, de cambiar mi
manera de ver la vida. Cuando uno es joven, anhela libertad, experimentar, respirar otro aire,
aunque sea el mismo. ¿Por qué escribo esto? Quizás tenga sentido, o quizás no. Pero quiero
recordarme que han pasado ya cuatro años lejos de casa, cumpleaños sin la familia, celebraciones
que ya no son lo mismo, alegrías que no pueden ser compartidas. Y es que para ganar algo,
siempre tienes que arriesgarte. Siento que nada es igual, todo cambió, para bien o para mal, pero
más para bien. Cuando era estudiante de secundaria, solía pensar que todo era fácil, que no había
tanto peligro, o simplemente me quejaba de algunas situaciones de la vida o de las que pasaba
con mi familia. Hoy, a mis 24 años, solo siento gratitud hacia Dios, hacia la vida y hacia mi
familia.

Poco a poco, ves la vida de manera diferente, con pensamientos de superación y agradecimiento
por lo que tienes, mientras te esfuerzas por conseguir lo que deseas. Tenemos tantos planes que
nos gustaría realizar, lugares por explorar, personas por conocer, sin olvidar a los nuestros, la
familia y, sobre todo, a Dios. Cambiemos, seamos diferentes, demos amor donde hay tristeza,
solución donde hay caos y ayuda a quien la necesite.

La vida es única, pero más allá de simplemente vivirla, vivamos con pensamientos distintos,
dejemos una marca en la sociedad, en el lugar donde estamos. Nunca sabremos cuándo será la
última sonrisa, la última lágrima, la última mirada y el último encuentro.

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