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El búho ciego

Había un búho muy


divertido que tenía dos
amigos con los que
jugaba todos los días
en el bosque. Se
escondían entre las
ramas de los árboles,
saltaban, correteaban unos detrás de los otros y así
pasaban el tiempo muy felices.
Sucedió que el búho, debido a una enfermedad, se estaba
quedando ciego; por eso, el conejo y el ratón sin faltar un
solo día, iban a llevarle comida y a jugar con él.
El búho acostumbraba a ponerse en la misma rama del
árbol y por la noche sin perder su buen humor al
escucharlos llegar ululaba:
— ¡Uhuhuhaaa, Uhuhuhaaa, uh uh! ¿Estás ahí amigo
conejo?
— ¡Uhuhuhaaa, Uhuhuhaaa, uh, uh! ¿Dónde estás amigo
ratón?
Y sus amigos a voces contestaban divertidos:
— ¡Aquí, a los pies del tronco del árbol!
Un día en que la noche era muy oscura, el búho, aunque no
los escuchó llegar, ululó con gracia desde la rama del árbol
como hacía siempre:
— ¡Uhuhuhaaa, Uhuhuhaaa, uh! ¿Dónde estás amigo
conejo?
— ¡Uhuhuhaaa, Uhuhuhaaa, uh! ¿Estás ahí amigo ratón?
Pero ninguno de sus amigos contestó y el búho,
preocupado, ululó de nuevo:
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Dónde estás amigo conejo?
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Dónde estás amigo ratón?
Una lechuza de un árbol vecino dijo:
— No te molestes en buscar a tus amigos; seguro que se han
ido a divertir a otro bosque.
Pero el búho, sin hacer caso de las palabras de la lechuza
continúo llamando a sus amigos presintiendo que algo les
habría ocurrido.
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Estás bien amigo conejo?
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Estás bien amigo ratón?
Una serpiente que pasaba por allí dijo silbando:
— No te molestes en llamar a tus amigos; habrán hecho
otros planes y ya no se acordarán de ti.
De nuevo, sin dudar ni un solo momento de su amistad con
el conejo y el ratón, no hizo caso a la serpiente y ululó
mucho más fuerte llamando a sus amigos:
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Ocurre algo amigo conejo?
— ¡Uh, Uh, uh! ¿Estás bien amigo ratón?
Entonces, oyó a lo lejos las voces de sus amigos.
— ¡Búho, hemos caído en una trampa! ¡Estamos aquí!
El búho que tenía un oído muy fino, armándose de valor,
voló a ciegas hacia el lugar de donde venían las voces y
siguiendo las indicaciones de sus amigos pudo liberarlos.
Los tres volvieron juntos y felices al árbol del bosque
demostrando a todos los demás que la verdadera amistad
puede superar todos los obstáculos.

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