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Título: “La Ley de Herodes o te chingas o te jodes”

Camilo Andres Gonzalez Fonseca

202114277

Etica y politica

Introducción

La Ley de Herodes, dirigida por Luis Estrada, es una obra cinematográfica mexicana
que ha dejado una huella imborrable en la historia del cine nacional. Estrenada en
1999, la película se sitúa en el contexto político y social de México en la década de
1940, ofreciendo una crítica satírica y mordaz de la corrupción y la ambición
desmedida que caracterizan a la política mexicana. Este análisis se sumergirá en las
categorías centrales del texto guía para explorar las complejidades de la trama, los
personajes y las dimensiones socio-políticas que hacen de La Ley de Herodes una
obra maestra del cine mexicano contemporáneo. Esta película no solo se presenta
como una obra maestra del cine mexicano, sino también como un espejo crudo y
revelador de las complejidades morales y políticas que enfrenta cualquier sociedad.
En este análisis, examinaremos de cerca cómo la ética y la política se entrelazan y
desdibujan en el universo de Herodes.

La Trama desde una Perspectiva Ética

El protagonista, Juan Vargas, es un burócrata ingenuo que se ve envuelto en el tejido


corrupto de la política local. Su ascenso al poder revela una transformación ética
fascinante. Al inicio, Vargas encarna valores éticos sólidos, pero a medida que se
sumerge en la maquinaria política, sus principios se erosionan gradualmente. La
película nos presenta la pregunta ética fundamental: ¿cómo puede un individuo
mantener su integridad en un sistema que promueve la corrupción?

La película plantea preguntas fundamentales sobre la ética en el ámbito político.


Juan Vargas, inicialmente retratado como un hombre honesto y bien intencionado,
se enfrenta a dilemas éticos a medida que se adentra en el mundo de la política. Su
transformación de un individuo éticamente sólido a un líder corrupto sirve como
lente a través de la cual se examina la fragilidad de la moralidad en un entorno
político decadente.
Además, La Ley de Herodes desafía a la audiencia a cuestionar la responsabilidad
ética de quienes permiten la corrupción. Los ciudadanos del pueblo, representados
como víctimas pasivas o cómplices, plantean dilemas éticos que resuenan más allá
de la pantalla, obligándonos a reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad en la
perpetuación de sistemas corruptos. La trama de la película también destaca la
compleja relación entre el poder y la moralidad, cuestionando la integridad de los
personajes en un entorno político decadente. A medida que Vargas se adapta al
juego político, el público es testigo de la descomposición moral y ética de su
personaje, lo que plantea preguntas provocadoras sobre la verdadera naturaleza
humana cuando se enfrenta al poder absoluto. En este contexto, La Ley de Herodes
destaca la presión sistemática que enfrentan los individuos para comprometer sus
principios éticos en el camino hacia el poder. La película sugiere que la ética se ve
amenazada en un sistema donde la corrupción está arraigada, planteando preguntas
incisivas sobre la capacidad del individuo para resistir las fuerzas corrosivas del
poder político.

Dimensiones Políticas de la Película

La película proporciona una mirada crítica a la política mexicana de la época y, por


extensión, a la naturaleza misma de la política. El título, La Ley de Herodes, hace
alusión a la famosa frase "o te chingas o te jodes", expresando la falta de
alternativas reales en un sistema político corrupto. Estrada utiliza la historia de
Vargas para destacar la falta de opciones éticas en el juego político, lo que plantea
preguntas profundas sobre la relación intrínseca entre la política y la corrupción.

El filme también revela la manera en que la política se convierte en un campo de


batalla donde los principios éticos son sacrificados en aras del poder y la
supervivencia. La lucha constante de Vargas por mantenerse en el poder, incluso a
costa de sus propios valores, simboliza la corrosiva influencia de la política en la
ética personal. Esto nos lleva a interrogarnos sobre la validez ética de los
compromisos que los individuos realizan para alcanzar y mantener el poder político.
El simbolismo también está presente en la película, con elementos visuales y
narrativos que representan la decadencia de la sociedad. El uso de la metáfora
visual refuerza la crítica política, ofreciendo a la audiencia una experiencia más
profunda y reflexiva. El pueblo mismo, donde se desarrolla gran parte de la trama, se
convierte en un microcosmos que refleja la realidad política de México y, por
extensión, de cualquier sociedad atrapada en la vorágine del poder y la corrupción.

El filme retrata un sistema político donde la corrupción y el abuso de poder son


moneda corriente. La figura de Herodes, un político astuto y despiadado, se
convierte en un símbolo de la corrupción institucionalizada. Su influencia y
manipulación ejercen una presión constante sobre Vargas y otros personajes,
ilustrando la naturaleza tóxica del poder político sin restricciones. La trama también
destaca cómo las decisiones políticas impactan directamente en la vida de la
población. La falta de ética en las decisiones políticas se traduce en sufrimiento y
opresión para aquellos que quedan atrapados en las maquinaciones del poder. La
Ley de Herodes desentraña la política como una fuerza que, cuando no está atada a
la ética, puede tener consecuencias devastadoras para la sociedad.

Reflexiones y Relevancia Contemporánea

La Ley de Herodes no solo ofrece una crítica aguda a la corrupción política en el


México de la década de 1940, sino que también plantea cuestionamientos que
resuenan en el ámbito global y contemporáneo. En un mundo donde la corrupción
política sigue siendo una preocupación constante, la película invita a la reflexión
sobre cómo la ética y la política pueden coexistir de manera más armoniosa.

Además, el análisis de La Ley de Herodes nos lleva a considerar las posibles


soluciones éticas para combatir la corrupción política. La película no ofrece
respuestas fáciles, pero sí actúa como un recordatorio de la importancia de la
vigilancia ciudadana y la construcción de sistemas políticos que fomenten la
transparencia y la rendición de cuentas.

En conclusión, La Ley de Herodes es una obra cinematográfica que trasciende las


barreras temporales y geográficas al explorar las complejidades éticas y políticas de
la corrupción. A través de la lente de Luis Estrada, somos testigos de un viaje
impactante que nos desafía a cuestionar la intersección entre la ética y la política, al
tiempo que nos insta a buscar soluciones que promuevan un sistema más justo y
ético. En última instancia, la película de Luis Estrada ofrece una reflexión profunda
sobre la intersección entre la ética y la política. A través de la lente de la corrupción
política, invita a la audiencia a cuestionar la naturaleza intrínseca del poder y la
responsabilidad ética que conlleva. En un mundo donde las decisiones políticas
afectan directamente a la vida de las personas, La Ley de Herodes resuena como un
llamado a la acción, recordándonos que la ética y la política están inextricablemente
entrelazadas y que la responsabilidad individual puede marcar la diferencia en la
construcción de sociedades más justas y éticas. La película plantea la pregunta
crucial de si es posible mantener la integridad moral en el ámbito político o si, como
sugiere el título, la corrupción es inherente al ejercicio del poder.

En el contexto contemporáneo, donde la corrupción política sigue siendo un


problema global, La Ley de Herodes mantiene su relevancia al recordarnos que la
lucha contra la corrupción no es simplemente una tarea para aquellos en el poder,
sino también para la sociedad en su conjunto. La película sugiere que la ética y la
política no deben ser fuerzas opuestas, sino más bien aliadas en la búsqueda de un
sistema que sirva verdaderamente al bien común.

Una reflexión profunda nos lleva a considerar cómo los ciudadanos pueden
contribuir activamente a la construcción de un entorno político más ético. La
participación ciudadana, la promoción de la transparencia y la exigencia de rendición
de cuentas son elementos clave que la película destaca como pilares fundamentales
para combatir la corrupción. En este sentido, La Ley de Herodes actúa como una
obra que despierta la conciencia y fomenta el diálogo sobre cómo los ciudadanos
pueden desempeñar un papel activo en la creación y mantenimiento de instituciones
políticas éticas.

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