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Ña Catita Rufina: (¡Chito!

Tenga usted más Alejo: Usted va de promené, según lo que


discreción) estoy viendo. ¡Pero con capa…! ¿Quién usa
Manuel Asencio Segura
ya ese ropaje español?
Alejo: ¡Hola! Es Monsieur con madama.
Acto Primero.
(Ingresa al escenario por la puerta Jesús: Yo me visto como quiero.
Jesús: ¡Qué escucho! ¡Julieta! delantera)
Alejo: Póngase usted un Lord Regland, que
Rufina: La quiere mucho. Rufina: ¡Oh Don Alejo! ¿Cómo está? es el traje Comm’ il faut; donde Rosack
compre el mío, me costó caro pero es el
Jesús: Más que nunca, no será. ¡Habrá una Alejo: Me encuentro bien, espero no estar que me sirve hoy de modelo en toda lima.
mujer más verde! incomodando con mi presencia. Tengo yo un gusto tan exquisito…

Se oyen las risas de Don Alejo pero los Rufina: ¡Disparate! No, señor. Usted está Rufina: ¿Quién lo duda? Sí, señor…
esposos aún no identifican de quien se en su casa.
trata. Jesús: (¡Habrá mayor mentecato!) por no
Alejo: Mercí. escucharlo me voy. Hasta luego, mi señora,
Rufina: Silencio que ahí viene gente. caballero…
Rufina: No hay de qué.
Escena II (Dichos, Don Alejo) Alejo: Servidor.
Alejo: ¿Cómo está usted?
Alejo: Echemos antes el lente para ver Escena III (Doña Rufina y Don Alejo)
Rufina: Muy bien, gracias
quién anda aquí.
Alejo: ¿Y usted, Monsieur…? Alejo: Mala esta la guisa hoy.
Rufina: ¡Don Alejo!
Jesús: Sí, también me encuentro bien. Rufina: Déjeme usted señor Alejo;
Jesús: (¡Sin vergüenza!) mientras más viejo está peor. Se va
Alejo: Me alegro mucho. poniendo intratable. De nada sirve que yo
Rufina: (Hágame usted el favor de
le predique a todas horas para que mude
callarse) Jesús: Gracias.
de humor.
Jesús: (¡Pillo!) Rufina: ¡Prudencia, por Dios!
Alejo: Algunos días yo también estoy así. Rufina: ¡Jesús! ¡Nunca has de ser gente! Alejo: Déjala usted; harto dice su rubor;
Pero cambiando de tema ¿Julieta está aquí ¡Cómo no te doy un pellizco y te dejo quien calla otorga.
o salió? adolorida!
Rufina: Muy feliz va a ser Julieta con tan
Rufina: Sí, está aquí adentro. Juliana: ¡Mamá, por favor! buen esposo.

Alejo: ¿Y que hace Mademoiselle? Rufina: ¡Mamá! ¡Sin vergüenza! Alejo: Con tal madre y tal esposa nadie
más que yo: En fin, Madama, me marcho;
Rufina: No sé, estará al bastidor. Voy a Juliana: (¡Caramba!) tengo que ver a un deudor, que me han
llamarla… ¡Julieta…! dicho que se embarca luego para Copiapó;
Rufina: ¡Qué condición!
Alejo: No hay precisión déjela usted, no la pero despacho al instante.
llame; mas luego tendré el honor de Alejo: Madame, ne vous fachéz pas; todo
eso lo hace el pudor; yo a su edad era lo Rufina: Si hoy no es día de vapor.
presentarme.
mismo Alejo: Se va en otro buque…con que…
Escena IV (Doña Rufina y Don alejo) divina Julieta.
Rufina: Mira…el señor Don alejo dice que
Juliana: Madre ¿Usted me llamó? te ama y… Juliana: Adiós caballero.
Rufina: ¡A buena hora te apareces! Te Alejo: ¡Oh! En cuanto a eso, ni Orosmán, ni Rufina: ¡Niña!
llamé porque el señor ha preguntado por Orlando, ni Agamenón, ni todos los que
ti. han sentido el aguijón del amor, sufrieron Alejo: Madama, tengo el honor…
el voraz fuego en que arde mi corazón.
Juliana: ¿Por mí? Rufina: ¿Hasta luego?
Juliana: (¡Agua que este hombre se
Rufina: ¡Qué contestación! Por ti: ¿Por quema!) Alejo: Sí, hasta luego.
quién ha de ser?
Alejo: Todo por ese arrebol. Sí, Julieta, mía Rufina: ¿Lo aguardo?
Juliana: Como nadie me aviso. Julieta; más brillante estará usted hoy, que Alejo: Antes de las dos.
el lucero matutino antes que salga el sol.
Escena V Doña (Rufina y Julieta)
Rufina: Contesta
Rufina: Una mina de oro hemos hallado. Catita: Con la boca muy seca, y el Rufina: Eso espero Ña Catita, eso espero.
Este hombre vale un Perú. ¡Qué enorme estómago en un hilo.
diferencia hay de él al otro gandul! La Catita: ¡Qué tal! Con que, ¿Tu marido te
misma, ni más ni menos que de la leche al Rufina: Puede que haya en la alacena trata como a una negra? ¡Qué desgracia!
betún. Juliana: (Ni me he de casar alguna cosa. Yo creo que guardo la
cocinera un poco de caldo. Sí…que lo Rufina: Ña Catita, cada día me pesa más
tampoco zampamplús) haberme unido con él.
calienten. ¡Mercedes!
Escena VI (Doña Rufina) Catita: No hay mal que por bien no venga.
Catita: Dios te lo pague, mamita. Pero
Rufina: Cuando ustedes dos se casen se escucha; mejor fuera un poco de chocolate Rufina: Yo sola tengo la culpa. No faltó
celebrara a lo grande todos hablaran del caliente. quien me advirtiera el geniazo que tenía;
caserío, todo el mundo se enterara y pero yo, niña inexperta, cerré el ojo y me
escucharan de lo lujoso y elegante que Rufina: Mandaremos a comprarlo…
case con ese perro de presa. Bien
será. ¿Julieta?... Ya se marchó. Esta niña Catita: No; no, deja; tomare cualquier merecido me está.
me va a matar de cólera. ¡Quien lo paga es cosa, no te molestes.
mi salud! Catita: Pero hablando de otra cosa. ¿No
Rufina: No es ninguna molestia sabes que la Malema peleo ayer con su
Escena VII (Doña Rufina y Ña Catita) marido? La puso, hija, como nueva.
Catita: ¿Y cómo van por acá? ¡Serrano había de ser! Daba compasión al
Catita: Deo gracias
Rufina: Siempre, Ña Catita, en guerra. verla.
Rufina: ¡Oh! Ña Catita.
Catita: ¿Con que no hay forma de que Rufina: ¡Qué desvergüenza!
Catita: Déjame que vengo muerta. ¡Ay entre tu marido en vereda?
Jesús! Catita: ¿y cómo esta julianita? Debe estar
Rufina: Cada día está más terco. encantada con Don Alejo.
Rufina: ¿Cómo está usted?
Catita: ¡Que trabajo! ¡Como siento lo que Rufina: Ni lo piensa, es muy caprichuda,
Catita: Con un dolor de cabeza que no veo. este hombre te atormenta! pero ya se mucho. Ahora poco estuvo aquí don alejo
compondrá. a hablar con ella. ¡Y si hubiera usted visto!
Rufina: Pobre mujer.
¡Qué palabrotas tan secas, le contestó! Catita: Habla con menos enojo al hombre Rufina: ya no sé qué hacer.
Casi, casi me caigo de la rabia muerta. que dentro de poco será tu marido.
Catita: ¡Ay hijita! El amor es algo que se
Catita: A la fuerza Rufinita. Eso le pasa por Juliana: ¿Mi marido? puede manejar con el tiempo, al inicio
dejarla muy a la rienda suelta. talvez te parezca feo y narigón pero con el
Rufina: ¡Si, señor! ¡No empieces a tiempo lo veras lindo y ñato.
Rufina: ¿Pero qué hare Ña Catita? incomodarme!
Rufina: Es tan fino y caballero, todo el
Catita: Nada: a una niña doncella le pasan Juliana: A quien no amo no podre nunca mundo creerá que es extranjero.
etapas de rebeldía, que quieras o no ligarme.
quieras pero no por eso vas a dejar pasar Catita: ¡Ay, hija, y tiene una casa con todo
el fortunón que entra por las puertas. Don Rufina: ¿No la oye usted? ¡Sí me está lo necesario! Parece cuando una pasa que
Alejo es un partido que así no mas no se provocando esta insolente! está viendo un relicario.
encuentra. Juliana: Dispénseme usted, mamá voy Juliana: No importa, igual no deseo
Rufina: Mírela usted; aquí viene. hablarle francamente. Yo no puedo casarme con él.
manifestarme insensible a la existencia
Escena VIII (Doña Rufina, Ña Catita y terrible que diviso sobre mí. El matrimonio Catita: A la suela del zapato muchos
Juliana) no dura dos o tres días, deben tener quisieran llegarle.
simpatías y un amor reciproco, si no hay
Juliana: ¿Me llamo usted, mamita? eso será como tener a toda hora en la Juliana: Con todo, ese matrimonio la
garganta un cordel. Reflexione usted sobre pasaría siempre mal.
Rufina: ¿Dónde te fuiste, muchacha?
Pareces, mujer maldita, que estuvieras con eso, compadézcame. No lo amo, mama, no Rufina: ¡Te casaras te guste o no! Basta ya
caracha. No paras en parte alguna. ¡Lo has lo amo; perdone usted que así le hable, de tanto parloteo o aquí va a ver
hecho de mil primores contestando a Don casarme con él no es dable, sería hacerme maravillas. ¡Tanta lisura le saca a una, ya
Alejo! infeliz de sus casillas! Cuenta pues, como le
Rufina: ¡Qué tal lisura! ¡Si me ha dejado ponías mala cara a don Alejo, porque
Juliana: Si no me dijera amores a cada rato entonces no doy razones sino que te
no le mostraría enfado. pasmada!
despellejo. Y cuidado, te repito, si admites
Catita: ¡Ave María! más cuchicheos de ese pícaro mocito que
te anda haciendo rodeos, Dile que nunca, Acto Segundo Mercedes: Aquí lo tiene usted, pues; creo
jamás, me ponga los pies aquí. que yo estoy demás; la dejo sola con él.
Escena I (Juliana y mercedes)
Juliana: pero, mamita… Escena II (Manuel y Juliana)
Mercedes: ¿Y para qué, señorita, darle de
Rufina: No más piensen burlarse de mí. noche una cita cuando siempre viene Manuel: ¿Por qué estas asustada? ¿Te
¡Buena es la hija de mi madre! Que toda aquí? Esto podría traernos problemas. causo yo algún desdén? ¿Qué tienes?
esperanza pierda…
Juliana: Mercedes, si tuvieras mi corazón Juliana: No tengo nada.
Juliana: Veré a mi padre… lo entenderías. Me precisa hablar con él.
Yo lo amo y él también me ama. Pero Manuel: ¿Te he ofendido en algo?
Rufina: Tu padre es aquí un cero a la ahora no tengo el apoyo de nadie, todos
izquierda. Juliana: No es eso. Pensaba en el interés
me abandonan, todos contra mí se de las personas.
enconan, ¿Qué hare, mercedes, qué haré?
Juliana: Señora…
Manuel: ¡El interés! Yo no tengo otro que
Mercedes: ¿Por qué no habla a su padre?
Rufina: ¡Calla te digo! quererte. Tu amor juliana me basta, o
Juliana: ¿Y si apoyase a mi madre? acaso ¿tú no me amas?
Juliana: ¿Pero por qué…?
Mercedes: Verdad, imposible no es. Juliana: ¿Tú crees eso?
Rufina: Porque yo lo mando, y oye,
¡cuidado conmigo! Juliana: Por eso te he suplicado que lleves Manuel: No, pero te siento algo inquieta.
este recado.
Juliana: (¡Jesús, qué vida! ¡Hasta cuando!) Juliana: Escucha… ¿Alguno nos ve…?
Mercedes: Si usted se empeña, iré pues. (Viendo por la sala)
Rufina: ¡Pues no faltaba otra cosa! Vamos,
Ña Catita. Juliana: Anda, si, que me precisa hablar Manuel: No nadie. ¿Qué pasa? Explícame.
con él. Date prisa, dile que venga sin falta.
Catita: Vamos. Juliana: Me quieren casar.
Mercedes: Ya es inútil. Véalo usted.
Rufina: ¡Desvergüenza de mocosa! Manuel: ¿Casarte?
Juliana: ¡Dios mío! Si ahora mi madre…
Catita: ¡Jesús! ¡En que tiempos estamos! Juliana: como lo oyes.
Manuel: ¿Y con quién? Manuel: Ni lo hará; eso yo muy bien lo sé. Manuel: Ya lo ves juliana, podemos confiar
Tu padre es hombre muy bueno y sensato en tu padre, ¿Hay que contarle todo, no
Juliana: Con Don Alejo para estar dando a su hija aun hombre tienes nada de que temer.
Manuel: ¡Imposible! No lo puedo creer mayor por interés.
Juliana: Yo no temo nada, Manuel. Si no
¿Quién te desea tanto mal? Debe ser una Juliana: Calla, que él llega. me caso contigo no me casare con nadie.
burla.
Manuel: Hay que hablar con el Rufina: ¡Que tal! Mírelos usted (A Ña
Juliana: No, es cierto. Hace poco mi madre Catita)
me lo dijo aquí. Juliana: Ahora no, después.
Juliana: Mi madre.
Manuel: Pero ¿por qué te quieren forzar Escena III (Manuel, juliana y Don Jesús)
así? Eso es cruel e injusto. ¿Y tú que dices Rufina: ¡Picaros! ¡Ahora van a ver!
juliana? Jesús: Hola muchachos ¿Qué hacen?
Manuel: ¡Señora…! (La contiene)
Juliana: ¿Yo? Por supuesto que me niego Manuel: Nada señor
rotundamente a ese matrimonio, nunca Rufina: ¡Faltarme así! ¡Suelte usted!
Jesús: ¡ah! Manuel, necesito hablar
me casare con él. contigo; no te vayas. Manuel: No se violente.
Manuel: ¿Pero qué motivo ha habido? Manuel: Esta bien. Rufina: ¿Este mozón indecente que hace
Juliana: Sin duda que Don Alejo le ha aquí señorita? ¿No he dicho ya que no
Jesús: Voy un momento a mi cuarto a gusto que me pise estos umbrales?
vuelto el mundo al revés. Casi lo olvido mi buscar cierto papel que me precisa ya
madre no quiere que pongas ni un pie en vuelvo. ¡Cuidado con irse, eh! Juliana: Madre
esta casa
Manuel: No, señor. Rufina: Mira, ¡Canalla! ¡Si te agarro…!
Manuel: ¿Y tu padre…? Verás ahora…
Escena V (Juliana y Manuel)
Juliana: No, mi padre no ha hablado ni mal Manuel: ¡Deténgase usted, señora! Yo a su
ni bien de este asunto. hija la quiero no con mal fin.
Rufina: Ella jamás se casara con usted, ya Rufina: No, señor, de ningún modo. Son Catita: Nada, con la misma vara…
he dispuesto yo a quien se la puedo dar. disturbios de familia que nunca faltan.
Manuel: ¡Señora, no molestar!
Juliana: contra mi gusto Alejo: Se de lo que habla.
Catita: Si lo tomas tan a pecho te volverás
Rufina: ¡Chitón! Rufina: vete tú a dentro (a juliana) pronto loco.

Juliana: Podrá usted matarme pero nunca Juliana: Ya voy. Manuel: ¡Por Dios, que me falta poco…!
podrá hacerme casar en contra de mi
voluntad. Catita: (Aquí va a ver maravilla) Catita: No hay que subirse a los techos.

Rufina: Míralos como se rebelan, pillos Rufina: Tengo que hablar con usted; si Manuel: Déjese usted de sermones,
maleducados. usted gusta que pasemos… señora mía.

Catita: No le hagas caso. Alejo: Como usted disponga. Catita: ¡Señora, será su abuela!
¡Mozonazos, flamasones! ¡No se fueran al
Escena VI (Dichos y don Alejo) Rufina: Entremos. infierno!

Alejo: (Esto anda en son de combate) Alejo: hágame usted la merced…con Manuel: Eso señora se saca…
permiso, mon ami. (A Manuel al irse)
Catita: Ve quien viene. Catita: ¡Y dale con la matraca!
Rufina: Bótelo usted…que se vaya (Al oído
Rufina: ¡Hola mi amigo! Adelante. de Ña Catita por don Manuel) Manuel: Pero señora…

Alejo: ¿Interrumpo yo el combate? Manuel: (Esto ya pasa de raya) Catita: ¡Ande a un cuerno! (Se entra
precipitadamente)
Rufina: ¡Qué! No, señor… Catita: Como usted diga
Escena VIII
Alejo: si incomodo… Escena VII (Manuel y Ña Catita)
Manuel: Es más que claro que su madre
Rufina: Usted aquí a nadie inquieta. Manuel: Ya no puedo tolerar tanto desaire hará lo que sea para alejarme de juliana
en mi cara. ahora lo que más me preocupa es que su
Alejo: Puede ser sesión secreta…
padre también apoye todo esto que se en la noche y que no hable con su padre Mercedes: Mande usted.
hace en contra de la voluntad de juliana, porque eso sería aún más problemático
yo la amo y ella me corresponde a ese estando aquí don Alejo. Catita: ¿Qué hablabas con ese joven?
amor, no importa quien se interponga Mercedes: Nada…le estaba diciendo que
ambos estaremos juntos. ¿A qué hora Manuel: Esta bien; me marchare. No
quiero mostrarme indócil a sus deseos. se fuese…
saldrá su padre?
Mercedes: Bien hecho. Catita: ¿Y por qué? ¡Pobre!
Mercedes: ¡Don Manuel!
Manuel: Nos vemos. Mercedes: Porque iba a barrer.
Manuel: ¡Oigo mi nombre! ¿Quién es?
¡Ah! Mercedes, ¿Qué hay? Mercedes: ¡Al trote! Catita: ¡Aja!

Mercedes: Hable usted bajo. Manuel: pero oye, dile luego que hablare Mercedes: y como se estaba inmóvil…y
con su padre en terminantes razones. como yo no quisiera que me tengan por su
Manuel: Nadie oye. Vamos Mercedes, cómplice… ¿No lo cree usted?
¿Qué ocurre? Mercedes: Así lo hare… pero váyase.
Catita: ¡Cómo no!
Mercedes: Pues, señor… ¡tengo miedo! No Manuel: No te olvides…
vaya a salir alguno Mercedes: Tuve que mandarlo…
Mercedes: ¡Jesús, que hombre!
Manuel: acaba con mil demontres. Catita: ¿A dónde?
Manuel: Adiós.
Mercedes: Oiga usted…dice la niña… Mercedes: A noramala.
Mercedes: Al fin.
Manuel: ¿Qué dice? Pronto, no Catita: Mal hecho. Eso ha sido mucho
embromes. Catita: ¡Bueno! golpe. ¿Te ha hecho algún daño?

Mercedes: Dice que tenga cuidado de no Mercedes: (¡Ña Catita!) Mercedes: Ninguno (¡Hipócrita!)
tener problemas con Don Alejo yaqué eso
Catita: (¡Aquí Manongo con ella! Esto es Catita: Pues entonces has pecado
le causaría mayores pesadumbre con su
sospechoso) Merceditas. mortalmente.
madre y que sería mejor que vuelva usted
Mercedes: Gracias. Catita: Solo estaba tomando un poco de Mercedes: (Lo misma que la de un
aire. chuncho)
Catita: Mira dice Rufinita que me hagas y
no te embromes, un poco de chocolate. Rufina: Espero que ese pícaro mocito ya se Catita: Vamos, Merceditas.
halla ido.
Mercedes: Voy Mercedes: Vamos.
Catita: Hace rato que se fue.
Catita: Que son más de las doce y aún Escena XI (Don Alejo y doña Rufina)
estoy sin almorzar. Rufina: oh vaya pero aquí los encuentro.
Alejo: Estoy preparando todo para el día
Mercedes: Bueno. Escena X de la boda, todo está quedando magnifico

Catita: Y házmelo espesito. Mercedes: Ña Catita, el chocolate. Rufina: Estamos más que encantados con
todos los preparativos, toda lima hablara
Mercedes: Así se hará. Rufina: ¡Qué! ¿Recién? de ello.
Catita: Y mira ponle un granito de sal Catita: Como un canuto tengo las tripas. Alejo: Así será, no lo dudo.
Mercedes: Bien. ¿Y qué más? Rufina: Vaya usted, pues. Rufina: Tendremos una gran lista de
Catita: Nada más corre. (¿Creerá que me Catita: Allá voy. invitados.
engaña a mí su fingido coram vobis?) Alejo: Lo mejor de lo mejor, los invitados
Mercedes: Qué se está enfriando.
Mercedes: (¡Tan fea! ¡Miren que molde! ) más distinguidos y refinados.
Catita: ¡Qué apuro! Vamos, pues. Con que
Escena IX (Ña Catita y Don Alejo) adiosito. Rufina: Todo es tan maravilloso.

Alejo: ¡Oh, Aquí Ña Catita! Alejo: Felicidades. Alejo: Dispénseme usted.

Catita: ¡Hola, buen hombre! Rufina: ¡Pobre señora! Rufina: Es un disgusto para mí, pero si
acaso a usted le precisa…
Alejo: Rufina la anda buscando tiene algo Alejo: Buena alma
que preguntarle, pasemos adentro. Alejo: Mucho, Adiós pues.
Rufina: Adiós. Rufina: ¿No quiere usted que haya riña? Jesús: Basta Rufina no empieces a
Pues no se haga usted el zueco, en tanto incomodarme.
Escena XII (Doña Rufina) que ese muñeco se abraza con esa niña.
Rufina: Matarlos.
Rufina: ¡Qué buen esposo hemos Jesús: Mujer, yo no he visto nada.
encontrado para julianita! Tan caballero, Jesús: Lo mejor será casarlos mañana
tan refinado…es un pozo de elocuencia y Rufina: ¿Nada? ¿Y cuando usted entro, a mismo a los dos.
de saber. Sería una desgracia que esta los dos los encontró en conversación
boda no se hiciese; pero pese a quien le tirada? Rufina: ¡Casarlos! Mientras yo viva eso no.
pese se hará porque me hace gracia. Jesús: Pues será así.
Jesús: ¿Y hablan acaso a mansalva por la
Escena XIII (Doña Rufina y Don Jesús) primera ocasión? Rufina: Jamás yo me opongo.
Jesús: ¿Se fue Manongo? Rufina: La ocasión hace al ladrón: la Jesús: Ya se ve; lo que tú anhelas es unirla
ocasión la pintan calva. a don Alejo.
Rufina: No sé.
Jesús: ¡Qué genio! Rufina: Que es un hombre de consejo.
Jesús: Le dije que aguardara.
Rufina: Y, cuando se puede, se evita con Jesús: y un pillo de siete suelas.
Rufina: Entonces la cosa esta clara ¿Por tiempo el daño. Lo que no pasa en un año
qué no lo busca usted? en un momento, sucede. Rufina: Pues bien, ya que usted se empeña
Jesús: ¿No tendremos nunca paz? en semejante consorcio, hoy mismo pido
Jesús: ¡Se habrá visto bachillera; si todo se divorcio.
Demonio o mujer ¿qué es esto? lo habla sola!
Rufina: No grite usted. Mejor fuera, señor Jesús: O se ha vuelto loca o sueña.
Rufina: Y el diablo mete la cola cuando
don Jesús terrones, que en lugar de esos menos lo espera. Rufina: Hoy mismo, viejo importuno, Y los
calzones se pusiera mi pollera. cuatro mil y un pico que ha hecho usted
Jesús: ¡Hasta cuando! chichirimico me ha de pagar uno a uno.
Jesús: Ya tanto pleito me hostiga, esto es
un infierno diario. Rufina: Ha hecho usted mal en consentir Jesús: ¡Dale con la cantaleta!
tal desvió. Se ha vuelto un viejo inmoral.
Rufina: Muñeco desolatado, ¿Qué es lo Jesús: ¿El plumero…? ¡Hola…! ya se ve, como sus amos no viven
que trajo aquí? Deme usted gracias a mí si conformes nunca…
esta vestido y calzado. Mercedes: Sí
Jesús: Ve al correo y echa esta carta.
Jesús: Hágame usted la merced de Jesús: Vete. ¡No es mal plumero el que
retirarse a su cuarto, mire que ya estoy buscas! Lo que hace tú son rebuscas a ver Criado: ¿Ahora mismo?
harto de su conducta. No pasa día, ni una quién más bulla mete. Para ir de aquí allí,
después por toda la población dando en Jesús: ¡Qué pregunta! Al instante.
hora en que no arme usted quimera. ¡Qué
juicios tan insensatos no harán los criados cuenta y razón de lo que es y lo que no es. Criado: Voy allá.
al vernos aquí a los dos siempre cual Vete, digo.
Escena XX
perros y gatos! Entre usted a su cuarto que Mercedes: Ya me voy.
le juro por mi nombre, que o yo dejo de Jesús: A ver si contesta esta última. Cinco
ser hombre o usted muda de bisiesto. Escena XIX o seis le tengo escritas y ni el recibo me
Jesús: Vea usted lo que resulta cuando los acusa. Esto me da algún cuidado, porque
Rufina: ¡Qué tal! ¡Con lo que me viene!
dueños de la casa no observan buena él no es ningún farfulla. ¿Si se habrá
Risa me da.
conducta. Los hijos se hacen altivos, los muerto? ¡Quién sabe!
Jesús: ¡Quite ahí! sirvientes unos truchas. Y la honra de la Acto Tercero
Rufina: Me voy…mejor es…No quiero familia por los suelos…Ah casi lo olvidaba…
¡José! También estará de escucha… Escena I (Don Jesús y Ña Catita)
incomodarme.
¡Muchacho!
Jesús: ¡Cuántos como yo las vísceras (sin
Mercedes: Cuidado (Ingresa en el
Criado: ¿Mande usted? ver a ña catita, pero esta si repara en el y
momento en que Rufina sale y se cruzan)
se queda oyéndolo) las tendrán repletas de
Rufina: ¡Qué! ¿No ves? Jesús: Oye ¿Dónde diablos te sepultas? ácidos y sufrían como un tísico solo de por
Tengo que mandarte, aguarda. tener poco animo!
Jesús: ¿Quién te ha llamado?
Criado: ¿Qué será lo que le ocupa? Esta Catita: (ya refocile al ventrículo, voy a
Mercedes: Vine a buscar el plumero. casa es un infierno, no cabe duda alguna; rezarle a san lázaro)
Jesús: Más yo no soy tan estúpido, ni Escena III (Don Jesús y Don Manuel) Catita: ¡Jesús! ¡Qué cara! ¿Es posible, hijo,
tengo alma de cántaro, para que una vieja que nunca me oigas?
ideática me vuelva loco o misántropo. Manuel: Señor...
Catita: Señora no empiece de nuevo.
Catita: Eso es don Jesús, verídico, porque Jesús: ¿Me pone en ridículo…? Pues me
un marido es el báculo de su casa… tendrá terror pánico. Catita: ¡Ay hijo! Cuando te miro el alma se
me destroza.
Jesús: (vieja hipócrita) Manuel: Permítame usted…
Catita: Quisiera que vieses como una
Catita: Y de su tronco los vástagos, y los Jesús: ¡Imbéciles! Verán que soy… madre, háblame con confianza ¿Qué
que forman su círculo, deben oírle como Escena IV (Don Manuel) tienes?
oráculo.
Manuel: ¿Qué es esto? Don Jesús también Manuel: (¡Dios eterno!) ¡No tengo nada,
Jesús: ¡Bueno estoy yo para algorgoras! me mira, en su casa con mal gesto. Su señora!
Déjeme usted con sus canticos. mujer lo ha obligado a proceder de esa Catita: Catita, me llamo hijo.
Catita: De otro modo… manera conmigo.
Manuel: Todo el mundo me incomoda,
Jesús: Allá los clericós Escena V (Don Manuel, Ña catita) ¡Mala la hora en la que vine aquí!

Catita: respete usted al santo hábito. Catita: (Ya se fue, gracias a dios) Catita: ¿Cuánto apuestas que adivino lo
Manuel: (¡Qué situación tan penosa!) que, en vida te agobia y a que te doy el
Jesús: Respételo usted remedio que te mejorarás?
Catita: Herético. Catita: Pongámonos a rezar (aquí
Manongo) Manuel: ¿Qué dice usted?
Escena II (Don Jesús) Catita: El amor de julianita, es lo que te
Manuel: Esta es otra.
Jesús: Quién pudiera a esta sacrílega sofoca, ustedes se aman ¿Qué más
ponerle en la boca un caustico, que la Catita: ¿Qué hace aquí? Manongo hijo. quieres? Lo demás es trampantoja.
dejara de súbito sin poder echar el hábito. Manuel: ¡Eso a usted nada importa! Manuel: ¿Y su madre que me odia Ña
catita? Y su padre que creía, era el único
que me tendía una mano protectora, que Manuel: Muy bien Manuel: Hace poco opinaba igual que tu
ahora me trata como a un negro y que pero ahora conozco que ña catita es un
huye al verme a solas. Catita: Pues hijito un buen ánimo, si ángel que Dios manda a mi socorro.
quieres le hablare a una señora para que
Catita: (Me alegro de la noticia) los recoja, hasta que los case el cura de la Juliana: Te engaña talvez.
¡Jesús! parroquia.
Yo no ofrezco mi casa, por que como Manuel: No, Tengo motivos muy
Manuel: Créalo usted, no hace poco que ladrona ando huyendo del dueño de los poderosos para pensar así.
me ha dejado con la palabra en la boca. arriendos que me cobra ¡Ay, qué Pero hablemos de otro asunto, ¿Qué
vergüenza para mi tal cosa! ¡Yo sufrir buscas aquí? No es a mi supongo.
Catita: ¡Miren que tal! Mira en tu lugar yo
les haría una tosca. que…! Juliana: Venía a buscar a mi padre, para
Manuel: No llore usted, tenga para que hablarle sobre nuestro matrimonio y
Manuel: ¿Pero de qué modo? rogarle cuando antes nos hiciera
pueda pagar el alquiler.
Catita: Fugite… Que alce vuelo la paloma venturosos.
¿no me has entendido? Catita: Muchas gracias…creo que alguien
se asoma, creo que es julianita, así mejor… Manuel: Nada abrías logrado, pues tu
Manuel: Si ¡Muy buena idea! los dejo a ustedes solos, me marcho. Hasta padre tan bien ve nuestro amor con
luego Manongo. encono.
Catita: Pues hijo, manos a la obra
Manuel: Nos vemos señora. Juliana: ¿Qué dices?
Manuel: Entonces bueno será que lo más
pronto me ponga de acuerdo con ella. Escena VI (Don Manuel, Doña Julianita) Manuel: No hace mucho que al verme se
puso como toro y sin escucharme, se
Catita: ¡Ah! No me acordaba Juliana: (¡Qué veo!) marchó luego furioso.

Manuel: ¿Qué decía usted? Manuel: ¡Juliana! Juliana: Mi madre lo ha convencido, todos
aquí se conjuran contra nosotros.
Catita: Qué importa no dar pasó todavía, Juliana: Di, Manongo ¿Qué hablabas con
porque hay cierto inconveniente cual plazo ña catita? ¿No sabes que es un aborto del
no será largo. infierno esa mujer?
Manuel: Basta ya, partamos pronto, Manuel: Adiós. Alejo: Bueno, muy bueno ¡Excelente!
huyamos de estos contornos, donde nos ¡Hace meses tengo idéntica idea! Porque,
amemos sin estorbo. Juliana: ¡Don Alejo! hablando francamente, esta casa es muy
Escena VII lóbrega y muy endeble ¡Ah si viera la mía!
Juliana: ¡Huir! No nunca. Es una taza de Leche.
Manuel: Pues entonces huiré solo, donde Manuel: Con que no te olvides.
Rufina: Dispénseme usted… ¡José!
nunca tus ojos me vuelvan a ver. Juliana: Nos vemos, ya date prisa.
Escena IX (Rufina, Catita, alejo y José)
Juliana: ¡Dios Mío! Calla por Dios. Alejo: ¡Hola amiguita!
José: Señora ¿llamaba usted?
Manuel: Está bien, adiós para siempre. Manuel: Adiós
Rufina: Espérate ahí ¡qué trabajo lidiar con
Juliana: ¡Aguárdate…! Partiré… Calma…. Alejo: Julieta esta gente!
Manuel: ¿No me equivoco? Juliana: Hola y adiós. Alejo: Entiendo perfectamente.
Juliana: No Manongo, Huiremos juntos. Escena VIII Rufina: Mas volviendo a nuestro plan,
Manuel: ¡Juliana, ídolo mío, mi tesoro! preciso que usted tenga la bondad de ir a
Catita: Nada, no lo pienses mucho
Esta misma noche saldrás de este ver unas piezas vacías allá por mata y que
purgatorio, Ahora iré donde una tía, donde Rufina: ¡Oh! Mi amigo casual mente, le iba me mande la llave con este mozo
estaremos en depósito. a mandar un recado
Alejo: Corriente
Juliana: Parece que alguien viene, vete…, Alejo: Pues aquí estoy ¿qué se le ofrece?
Rufina: Nos interesa que esto se haga lo
vete… más breve, a la noche duermo allá
Rufina: Muy bien, tenemos un plan.
Manuel: ¿Con que a las siete...? Alejo. Voy al instante ¿Con que cueste lo
Alejo: Y cual es madame.
Juliana: Bien, bien, vete pronto, no sea mi que cueste?
Catita: ¡Cuéntale!
padre. Rufina: En nada se pare usted, el negocio
Rufina: Mudarnos de aquí en el día es que a las siete estemos por allá
Alejo: Ya entiendo ¡Vamos! Catita: ¡Hay Dios mío que punzada me ha Rufina: Las mujeres a tu edad no
dado aquí en la barriga! distinguen el bien del mal, los hombres
Rufina: (Al criado) ve con el señor hoy en día, muy corrompidos están
Rufina: ¿Qué tiene usted?
José: Corriente Catita: ¡Pobres! ¡Dios las compadezca!
Catita: La fatiga, ya se ve, no almorcé nada ¡Quién sabe por qué lo harán!
Rufina: ¡Ah! Don alejo, usted podrá venir
para acompañarnos Rufina: Ya la comida no tarda ¡Julieta! Juliana: (ya se ha dónde van)
¿Qué estará haciendo esta muchacha?
Alejo: No hay ningún inconveniente a las Rufina: en fin hija es necesario que no
siete estoy acá. Catita: ¡Hay si estoy muerta! insistas, poco esfuerzo bastara para que se
Rufina: No falte usted, para que nos lleve a Rufina: ¡Julieta! desvanezca ese amorcillo falaz
su Julieta y a mí Juliana: ¡Oh! ¡Nunca señora! ¿Olvidar yo?
Juliana: Allá voy
Alejo: Por supuesto, de bracete Jamás
Rufina: Mire usted, si estaba oyendo
Escena X (Rufina y Catita) Rufina: ¿Qué es lo que dices?
Escena XI (Rufina, Catita y Juliana)
Catita: ¡Qué señor tan buen cristiano! Catita: ¡Jesús! Mientras más se vive más e
Juliana: Mamita aprende ¡qué mozas tan alzadas las de
Rufina: Le digo ña catita, que no puede este tiempo!
haberme dado consejo más acertado. Rufina: ¿Te haces que no oyes? Llégate.
Rufina: ¡Si me dan ganas de hacerla
Catita: Pero niña, que rabieta dará tu Juliana: (¿Qué me querrá?)
pedazos!
marido al ver que te has ido dejando la Rufina: Tu Julieta, has contradicho mi
casa escueta. autoridad. Yo no te puedo hacer mal, tu Catita: Por Dios Rufinita, as que se
dicha es mi afán. confiese esta niña, nuestra alma es antes
Rufina: No creo que llegue cuando antes la de todo
hora. Catita: ¡Mucho amor es el de madre… no
¡Julieta! ¡Dios me haga buena! hay en el mundo otro igual! Rufina: Dice usted bien, ña catita, así es, se
(llamándola) confesara
Catita: Si tú gustas le hablare a mi padre Catita: Y un pan… Mercedes: Corriente (¡qué tramaran!)
espiritual, y mañana tempranito la llevare
a confesar Rufina: ¡Mercedes! Rufina: Oye mercedes, cuidado con
contarle algo a la niña
Rufina: si haga usted esa caridad Catita: Qué no lo traigan acá, que lo
pongan allá adentro. Mercedes: Bien esta
Juliana: (Vieja maldita)
Rufina: ¡Válgame Dios! Este mal como la Rufina: Ni al señor, porque si no, lo veras
Rufina: Anda, indigna, vete adentro y no atormenta a usted.
me salgas de allá hasta que yo te mande Escena XIV (Rufina y Ña catita)
Escena XIII (Rufina y mercedes)
Juliana: (poco falta de aguantar) Catita: Me parece bien que tomes
Mercedes: ¡Qué manda usted! medidas, para que no se entere ni tu
Escena XII (Rufina y catita) marido ni tu hija, si llegan a olerlo
Rufina: Ven acá
Rufina: ¿No le digo a usted? Si es dura, lo Rufina: No hay miedo, no lo sabrán
mismo que un pedernal Mercedes: ¿Qué cosa?
Catita: Una mujer no debe dejarse
Catita: No, por Dios no críes cólera y te de Rufina: Toma las llaves, ve y saca de la gobernar por el esposo ni los hijos ¡hay
una enfermedad… ¡Ay! alacena un pan y el frasco de agua hija! Mis tres difuntos fueron como un
ardiente y déjalo hay cordobán ¿por qué te parece a ti que no
Rufina: ¿Qué le ha dado a usted? me he vuelto a casar? por no querer lidiar
Mercedes: (¡Qué vieja tan…!)
Catita: No es nada ¡estos ayunos me con los hombres.
matan! Rufina: Es necesario que sepas que nos
vamos a mudar. Rufina: Ña catita, mire usted… mi marido...
Rufina: ¿Apetece usted tomar algo? Catita: Y viene acá, disimulemos que así
Mercedes: ¿Muy bien señora y a dónde?
Catita: Un traguito de agua ardiente conviene
Rufina: Eso después lo sabrás, ahora
Rufina: Voy a mandar a que le traigan el ordena todo lo que hay tirado, lo demás lo Escena XV (Rufina, catita y Jesús)
agua ardiente are yo con ña catita Jesús: (¡Que par!)
Catita: ¡Silencio! Juliana: ¿Mudanza tan repentina ahora, a Mercedes: ¡Qué escucho! Vea usted que
qué? por aquí anda doña Rufina y reñirla puede
Rufina: ¡Qué gestos pones!
Mercedes: señorita, yo no sé, cosa de Juliana: Poco me importa
Jesús: (Hablando de mi estarán) (¡tan doña Rufina, pero le cuento que todo se
buena la una como la otra! ¡Son Pilatos y dirige hacia ustedes dos , sobre todo a don Mercedes: ¡Me deja usted niña absorta!
califas!) Manuel ,apartarla a usted quiere. Juliana: Quiero ser franca contigo, hoy de
Rufina: Se conoce en la cara ¡qué tal si el Juliana: ¿T encargo que no me dijeras esta casa me salgo
adivinara la que le estamos ardiendo! nada? Mercedes: Bien hecho, si sirvo de algo
Catita: ¿No nos saque, hija, ventaja? Tanta Mercedes: si, niña y muy enfrascada, más puede usted contar conmigo. ¡Pero… calle!
ida y venida, no es por cierto, a humo de de eso rio yo. Porque ya me tiene hasta los Aquí se cuela Ña Catita
paja ojos, y sus antojos no sufro más un Escena II (Juliana, Catita y mercedes)
Rufina: Deseche usted ese presagio que es momento
de miedo Catita: ¡ay que sala tan oscura! ¿Por qué
Juliana: No te puedes figurar lo intenso de no encienden las velas?
Escena XVI (Rufina, Catita y Mercedes) mis dolores
Mercedes: (Que vieja tan fastidiosa)
Mercedes: Ya está eso Mercedes: ¡Ay, niña! Con mil amores lo
quisiera remediar Catita: ¡Habrá gente más ociosa!
Rufina: Vamos adentro ¡Mercedes! ¡Merceditas!
Juliana: mil gracias mercedes, vete
Catita: Vamos, pues Mercedes: ¿Qué hay?
Mercedes: ¿Se queda usted sola aquí?
Mercedes: (¡Qué traga aldabas!) ¿Cómo así? Catita: Te llama Rufinita.

Acto cuarto Juliana: ¿habrán dado ya las siete? Mercedes: Ya voy. Adiós, señorita.
(¡Diablo! ¡Cara de balay!)
Escena I (juliana, Mercedes) Mercedes: Ya no pueden tardar mucho
Escena III (Juliana y Catita)
Juliana: vete pues, aguardo aquí una visita
Catita: ¿Qué haces niña por aquí? Juliana: (Ya te podrías marchar de una vez Catita: ¿No te he dicho que mañana?
vieja maldita)
Juliana: ¿Yo? Nada… Manuel: ¡Mañana! No puede ser
Catita: ¡Ah! Si acaso se te ofrece alguna
Catita: Nada… cosa. Catita: Ve que te vas a perder, reflexiona…

Juliana: (¡Ay señor!) Juliana: (¡Qué aprieto!) Manuel: Anda juliana, mira en la puerta
aguarda mi tía
Catita: Siempre estás de mal humor ¿Por Catita: Lo mismo digo al sujeto
qué eres así conmigo niña? Yo solo deseo Juliana: Aguarda. Tengo un miedo que
tu felicidad Juliana: Bien (ya está aquí me parece) estoy muerta.

Juliana: Gracias (¡Qué fatalidad!) Catita: Hablando del rey de roma Manuel: No temas nada… ven… ven…

Catita: Vaya dime tus cuidados, los males Escena IV Juliana: ¡No sé qué recelo tengo!
comunicados si no se quitan, se alivian.
Manuel: Juliana Catita: (A ver si los entretengo) Si,
Juliana: Yo no sufro ningún mal julianita, haces bien.
Juliana: Manongo
Catita: A mí no me digas eso, dale a otro Escena V (Manuel, Juliana, Catita y
perro ese hueso. Me da pena ver lo que se Manuel: Vamos Mercedes)
hace contigo Catita: ¿Cómo es eso? Mercedes: ¡Por la virgen, señorita! Aquí
Juliana: (¡Hasta cuando no se irá!) Manuel: ¿Qué aguardamos? viene la señora

Catita: ¡Tanta opresión, quien la aguanta! Catita: Pero oye… Catita: (Alcemos la voz)

Juliana: (¡Qué impotencia Dios mío!) Manuel: ¡No estoy de broma! Mercedes: ¿Ya es hora?

Catita: Me voy, julianita. No te quiero Catita: ¡Qué botafuego! Mira que te Catita: ¡Vaya adentro julianita!
molestar. expones niña… tu mamita saldrá luego. Juliana: Calle usted la boca
Manuel: Vamos ¿Qué nos detiene?
Mercedes: Carguemos con ella Manuel: Señor… Jesús: Mejor le estaría no moverse de su
(Agarra a catita por los brazos y la tira) lado, Así no hubiera impedido su rapto
Jesús: ¿y usted que hace aquí?
Catita: ¿Qué haces? (se resiste) Rufina: ¿Este canalla? ¿Y usted que hacia?
Catita: Rezando
Manuel: Bien hecho… Catita: Rezando
Jesús: ¿Dónde está su madre?
Catita: Hagamos las pases… Jesús: O ayudándolos.
Juliana: Adentro
Mercedes: Ande usted… (Tirándola) Rufina: Usted tiene culpa de todo esto, es
Jesús: ¡Qué tal! ¡Doña Rufina! ¡Señora! el que le dio alas para que vuele este
Catita ¿te has vuelto loca? ¡Rufinita! Ru… ¡Rufina…! ¡Demonio! pajarito, Usted que no tiene vergüenza.
Mercedes: ¡Chitón! (tapándole la boca) Escena VII (Jesús, Juliana, Catita, Manuel, Jesús: ¡Vamos! Cierre el pico, señora.
Mercedes y Rufina)
Catita: Tengan compasión. Rufina: Usted, sí señor.
Rufina: ¿A que son esos gritazos? ¡Pero
Rufina: ¡Julieta! que veo! ¡Indigna! ¿Dónde hay un palo? Jesús: Se lo que he hecho y lo que haré
Juliana: ¡Mi madre! Vámonos. señora, la paciencia tan bien tiene su
Manuel: ¡Señora! término. Usted caballerito, usted es
Manuel: Tapate Rufina: ¿Qué haces aquí? hombre ingrato, así responde a todo lo
que he hecho por usted.
Juliana: ¡Manongo mi honra en tu mano Juliana: Nada (Salen tres mozos con muebles) ¡Eh!
pongo!
¿Dónde van esos trastos?
Rufina: ¿Y ese bribón?
Escena VI (Manuel, Juliana, Catita y Don
Escena VIII (Don Jesús, Rufina, Juliana,
Jesús) Jesús: Buen cuidado tiene usted de su hija.
Catita, Manuel, Mercedes y Criados)
Jesús: ¡Eh...! ¿Dónde bueno? Rufina: Mira ¿No te dije que no salieras,
Jesús: Párese ahí.
sinvergüenza, de tu cuarto?
Juliana: ¡Mi padre!
Rufina: Sigan ustedes
Jesús: ¿Qué significa este escándalo?
Jesús: ¡Alto he dicho! ¡Señora! ¿Qué es Catita: Yo no me meto en asuntos de Rufina: Escúcheme usted
esto? Responda usted casados.
Jesús: (¡Muñeco!)
Rufina: ¿Qué ha de ser? Me canse de Rufina: En mala hora me case con
majaderías y de usted me separo semejante abacastro. Alejo: En que lo han cortado al hilo en vez
de cortarlo al sesgo.
Jesús: ¡Ah mujeres! La mejor es el mismo Jesús: Y a mí también
pie del diablo. Vamos ¿Qué aguardan Rufina: Pero oiga usted.
ustedes? ¡Fuera de aquí! Catita: ¡Malo, malo!
Mercedes: (¡Palangana!)
Rufina: Cargen… Rufina: Y mire usted…
Alejo: En lima no harán nunca nada bueno.
Jesús: ¡Largo! O los boto a garrotazos Catita: Yo que se… Por eso es que a mí, madame, me visten
solo extranjeros.
Escena IX (Jesús, Rufina, Manuel, Juliana, Rufina: Muy bien me lo aconsejaron.
catita, Mercedes) Rufina: Pero oiga usted, don alejo
Catita: (voy a traer mi pañuelo para
Jesús: ¡Qué barullo! ¿Qué dirán en todo el largarme a mi cuarto) Alejo: El saco, Monsieur prugue...
barrio? Escena X (Todos menos ña catita) Jesús: Escuche usted, Caballero
Rufina: Usted me estropea porque me ve Rufina: ¡Tan bruto! Alejo: las camisas el alemán, el peina…
sin amparo, como no tengo un pariente
que le pare a usted los machos. Jesús: Y usted tan sabia Jesús: ¡Digo a usted que no se trata de
retratos ni embelecos! Sino que usted es
Jesús: ¡Eso es! Alejo: Señores… un pillo, bribón y embustero que logro
Catita: (Hagamos invisibles, porque esto Rufina: A buen tiempo don alejo, venga alucinar con mil mentiras a mi mujer
huele a quemado) usted ignorante

Rufina: Ya lo ve usted, ña catita, ya ve el Alejo: ¿De qué se trata? ¿Se necesita mi Rufina: No me insulte usted
trato que me da. voto sobre algún vestido nuevo?
Jesús: ¡Silencio! Y perturbando el sosiego Manuel: Señor Don Jesús Juan: Señor don Jesús
de mi casa.
Alejo: ¡Eh bien! Entonces, las arma…, pero Jesús: ¡Oh Amigo! ¿Cuándo ha sido su
Alejo: ¡Don Jesús! le prevengo a usted que poseo una llegada?
destreza admirable. Con que vamos
Jesús: Más no será por más tiempo, ¡Vaya! Juan: en este mismo momento
¡Fuera! Antes que… Rufina: ¡Por la virgen! Cálmese usted don
alejo Alejo: (No es ese don juan sarmiento)
Rufina: No se ira.
Manuel: Señor, Deje usted… Juan: he querido antes que nada, darle
Jesús: Y usted cállese y usted, don alejo, váyase… esta carta que me la encargo nuestro
amigo, don Luis marta
Rufina: No quiero Escena XI
Mercedes: Señor, afuera hay un caballero Jesús: ¡Don Luis! Traiga usted
Jesús: Aún soy marido de usted y usare
mis derechos. que hablar con usted desea Rufina: (¿Qué harán?)

Rufina: ¿Y qué hará usted? Jesús: Dile que estoy ocupado Jesús: ¡Qué veo! ¡Gracias a Dios!

Jesús: ¡Basta! Váyase usted, caballero. Mercedes: Pero señor dice que ahora Alejo: ¿Qué trataran hay los dos?
mismo, que precisa
Alejo: No hay duda que usted me chancea. Rufina: No se
Jesús: que entre
Jesús: No señor, hablo muy serio Jesús: Pase usted don juan
Mercedes: bien
Alejo: Entonces me insulta usted como a Juan: Mis señoras…
un negro Alejo: (¿Quién será con tanta prisa?)
Rufina y juliana: Caballero
Jesús: ¡Cuidado! Amigo, yo por menos le Juliana: (¡¿Quién será?!)
dos cuatro estocadas al de bigote mas Juan: Señores ¡Oh que feliz casualidad!
Jesús: (¿Qué querrán ahora conmigo?) ¡Don alejo! Mi amigo
crespo
Escena XII Alejo: (¿Qué ira a decir?)
Jesús: Yo a nadie tengo miedo
Juan: Me ha ahorrado usted el trabajo de Jesús: ¿Qué ha de ocurrir? ¡Nada! Sino que
buscarlo, tengo aquí una carta de su el señor aquí tenía dado el contraer
esposa nupcias, con nada menos que mi hija

Todos: ¡De su esposa! Juan: ¿Qué dice usted? ¡Eso es muy vil!

Juan: Con mil encargos me la entrego Rufina: (Tan sonsa que lo creí)
cuando del cuzco Salí
Jesús: Ya ve usted ¡No tiene un alma más
Rufina: ¿Cómo? ¿El señor no es soltero? cándida que un serafín!

Jesús: No Señora Alejo: ¡Basta de pullas!

Alejo: (Esto se acabó) Juan: (¡Canalla!)

Jesús: Pues no podrá traernos usted una Jesús: ¡Y basta de hablarme a mí! Si no
nueva más feliz sale usted le hago ñiscas un cuadril

Rufina: ¿Es posible, don alejo? ¿Habrá sido Alejo: espero que usted en el campo se
usted tan vil para tratar de engañarnos? sepa tan bien batir…no digo más hasta
luego
Alejo: ¿Y usted lo cree? Fue un desliz ese
que tuve en el cuzco, una contradicción, Jesús: vamos, lárguese de aquí
en fin, un
Alejo: Madamas…
Juan: ¡Don alejo! ¿Cómo usted en mi
presencia puede mentir, con tal descaro? Jesús: ¡Largo!

Jesús: ¿Y por qué no? Si el hombre es de Alejo: Nos vemos vis a vis
conciencia motriz

Juan: ¿Don Jesús, qué ocurre?

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