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Joe Novoa T.

16/01/2024
Economía

Sin título aparente


En vista de que en el Ecuador no se considera a la cultura como sector estratégico,
¿cómo aborda la UArtes, siendo una universidad centrada en la innovación y la cultura,
la falta de atención en este ámbito desde lo literario en 2023?

¿Cómo la escuela de literatura de la UArtes, en vista de que en el Ecuador no se


considera a la cultura como sector estratégico, trata de suplir las necesidades literarias
en Guayaquil en el año 2023, considerando la industria cultural?

Marco conceptual: La muerte del autor, Blanchot; W. Benjamin, la escuela de


Frankfurt; Crítica del consumo desde tiempo inmemorial, Arne Kellermann; Triálogo:
aproximaciones teóricas a la sociología del consumo, Carlos Soldevilla Pérez; Estética,
historia y epistemología crítica: apuntes sobre lecturas y estrategias del saber
democrático durante la crisis mundial, Valeria Coronel.

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La noche del 30 de octubre de 1938, la estación de radio CBS iniciaba su transmisión
habitual. Un poco de música al inicio para después dar una breve introducción de un
boletín simulado. Los que sintonizaron la estación radial a tiempo escucharon que lo
que sigue a continuación era una actuación. Luego, la narrativa se fragmentó en
segmentos cortos sobre los avistamientos de unos marcianos en la Tierra. Se utilizaron
efectos sonoros, voces de reporteros y testimonios para crear una sensación de
autenticidad. Welles mencionó lugares reales y conocidos en los informes, lo que
contribuyó a la confusión y la creencia errónea de algunos oyentes de que la invasión
era real. La presentación provocó pánico en algunas áreas donde los oyentes
sintonizaron tarde y no captaron la introducción ficticia. Se informaron casos de
personas que creían que la Tierra estaba siendo invadida por marcianos y que se
produjeron evacuaciones en algunas áreas.
Después de la transmisión, Welles y CBS tuvieron que abordar la controversia y
aclarar que todo era una obra de ficción. Se realizaron explicaciones en los medios de
comunicación para señalar que la transmisión estaba claramente identificada como una
obra dramática al comienzo y que no pretendía ser una noticia real. La emisión de “La
guerra de los mundos” de Orson Welles se convirtió en un famoso episodio de la
historia de la radio debido a la reacción del público y sus consecuencias. La experiencia
influyó en las regulaciones de la radiodifusión para evitar malentendidos similares en el
futuro. Desde ese episodio tan particular se pudo conocer el poder que tienen los medios
de comunicación en el comportamiento de las personas.
La Escuela de Frankfurt (1923) ya se encontraba estudiando el poder de los
medios de comunicación, sobre todo en los métodos de consumo de las personas. Uno
de sus trabajos críticos fue dirigidos al neocapitalismo o el denominado Sociedad de
consumo o Industria Cultural. Walter Benjamin ya percibía una emergencia de la
sociedad de consumo de una forma claramente anfibológica. El responsable era, claro,
el capitalismo industrial que tomaría la cultura de las masas como su masificación
alienante. ¿De qué manera? Con la cada vez más rápida popularidad del consumo de la
moda. Este fenómeno cultural se presenta muy sutilmente. Con la culminación de la
segunda Guerra Mundial, los centros comerciales fueron en aumento. Benjamin los
denomina nuevas metrópolis, categorizados por él como espacios de la “fantasmagoría”,
auténticos “mundos de ensueños”. Carlos Soldevilla Pérez dice al respecto de los
centros comerciales:

[…]ilusiones y ensueños de un anhelo de completitud potenciado por la introducción de


un plus valor simbólicos en los artículos de consumo, presente en el diseño, en su
representación publicitaria, y amplificado todo ello en los escaparates comerciales.

De esta manera, los centros comerciales son usados para ofrecer productos
novedosos, totalmente nuevos. La ilusión de novedad atrae a las personas y su espíritu
de consumo, cegado por los escaparates brillantes y luces de colores, les obliga a
consumir cada vez más un producto que inútilmente necesitaban. Los medios de
comunicación, por supuesto, como la televisión y radio, ofertan con comerciales lo que
debes y necesitas comprar. La mercadotecnia aquí toma mayor importancia a la hora de
decidir qué comprar.
Aterricemos un poco y trasladémonos no al tiempo de Walter Benjamín, sino al
Guayaquil del siglo XXI. Una bella ciudad abarrotada de pequeños centros de abastos
de comida como supermercados y micromercados en cada esquina. También, a cierta
distancia, podemos observar que los mega centros comerciales tienen un número alto en
la ciudad. En contenido de productos que ofrecen dentro de los centros comerciales son
las marcas multinacionales que todos conocemos: Nike, Adidas, H&M, Aéropostale,
American Eagle, KFC, McDonald’s, etc. Benjamin reflexiona sobre la influencia de
estas metrópolis (las grandes ciudades) y las pequeñas metrópolis (los centros
comerciales) en la vida de las personas que cumplen funciones sociales, económicas y
de diversión. Se quiera o no admitir, estos espacios sociales influyen en el desarrollo
libre y autónomo del individuo.
Llegado a este punto, podemos hacernos la pregunta: ¿Qué relevancia tiene para
el Ecuador crear una universidad en artes, como lo es la UA, en una sociedad que el arte
no es su prioridad cultural? En vista de esa deficiencia, incluso cuando en el Ecuador es
un país con mucha cultura, y, por tanto, con grandes exponentes en las artes, la
población no acostumbra relacionarse con lo artístico. En la pandemia, podemos notar
un incremento en gestión en artes, que significó un apoyo enorme para el desarrollo
escénico, fílmico y literario. Sin embargo, luego de alcanzar un pico en las estadísticas,
la baja fue inevitable.
Las cifras que el Sistema Integral de Cultura arroja son que en el 2014 tuvo el
pico más alto, por políticas de Estado distintas; en el 2018 un alza poco alentadora, para
luego seguir decayendo en los años siguientes. Ante esta situación, la Universidad de las
Artes ha luchado por la innovación y la cultura artística en el Ecuador. Desde la escuela
de literatura, que es lo que estamos estudiando, existen varios programas para suplir y
extender lo literario a la ciudad de Guayaquil.
La Universidad de las Artes del Ecuador (UArtes) organizara el Primer
Encuentro de Editores Independientes y Feria de Libros, titulado Libre Libro. En el año
2015 se inaugura una feria, abierta al público, de editoriales y librerías independientes.
La idea de crear este tipo de ferias es para dar visibilidad a los autores de libros locales.
Desde la UA se impulsa a la publicación artística de textos académicos, de investigación
o creación libre de los alumnos y docentes. De esta manera, se da una oportunidad para
que los estudiantes puedan publicar sus obras y sean ofertadas al público que vista esta
feria. De esta forma, Guayaquil puede beneficiarse de este tipo de encuentros sociales
entre lectores y escritores independientes y el público en general. A parte de la
propuesta de libros de temáticas libres, pero no menos importantes, existen talleres,
mesas de género, debates y charlas. De una forma orgánica, se libera al libro de las
ataduras que las editoriales internacionales que monopolizan la venta y distribución de
libros.
La teoría crítica que manejó la escuela de Frankfurt fueron factores psicológicos,
culturales, sociológicos, filosóficos, y por supuesto, teorías marxistas. Este enfoque
critico permitió que se centraran en la sociedad, en la cultura, en la liberación política y
la igualdad social. Dando como resultado, lo que ya hemos mencionado antes, una
reflexión crítica sobre las sociedades industrializadas. Teniendo en mente este enfoque
multidisciplinario, la Universidad de las Artes, en el año 2023, presentó un proyecto
muy ambicioso. El producto final fue Soñar y vivir la selva: poesía desde el Yasuní.
Este proyecto estuvo a cargo de la directora de la escuela de literatura, Alejandra
Zambrano. Pero, ¿qué haca tan particular a este libro y de qué manera aporta a la cultura
y a la sociedad de Guayaquil? Bueno, este libro reunió el trabajo de varias diciplinas.
Los que participaron en este libro fueron poetas, ilustradores, editores, fotógrafos y
varias otras diciplinas más.
La presentación del libro no solo se limitó a un libro más de poesía en el
catálogo de la UA, sino que también una exposición de artes plásticas y visuales
acompañó el lanzamiento del libro. La temática también es importante de rescatar. Las
voces que se encuentran poetizadas en el libro son de personas que día a día viven con
petroleras en la selva del Yasuní. De una forma literaria, estas denuncias se hacen
visible a través de la literatura poética. A causa de esta denuncia de los pobladores, la
organización La Poderosa Media Project acompañó en el proceso de recopilación de
datos para este proyecto literario. Hubo, de igual manera, la cooperación del lado legar
(judicial) para la asesoría de gestión pública del proyecto. Pues como sabrán, el tema del
petróleo del Yasuní continúa en debate.
De esta manera, la escuela de literatura apuesta por la publicación temas que
normalmente no son tocados por otras editoriales por ser temas de censura nacional. Es
así que, la escuela de literatura suple las necesidades literarias culturales que desde
políticas de Estado no son consideradas. La UA tampoco tiene como prioridad que estas
obras sean un Boom literario, pero apuesta por el talento y expresión artísticas libres de
los estudiantes y docentes que la conforman. Eso sí, respetando la libre expresión, la
investigación e innovación artística.
A través de la aparente diversidad literaria del mercado global, termina ofertando
una escasa literatura de lo mismo. La forma convencional literaria se fractura
repensando la poesía como lo hace el libro Soñar y vivir la selva. Pensando, por
supuesto, en el momento de representar una expresión artística propia, pensada para la
ciudad y creada desde dentro de Guayaquil, y expuesta en las diferentes plataformas
digitales y eventos presenciales de la universidad. Este acercamiento con la otredad (el
Yasuní y sus habitantes) ofrece una oportunidad de leer poesía violenta contra estos
pueblos. Lo que se pretende es eso: visibilizar el atropello de los pueblos que viven en
la selva.
El producto artístico no es teleológico. La investigación no termina con la
publicación. La escuela de literatura continúa trabajando con las expresiones artísticas
literarias que van más allá o que existen, como lo es Soñar y vivir la selva. Porque es
otra forma de entender la realidad de la selva ecuatoriana. En este caso, la literatura es
parte de la representación particular para la ciudad para conocer la realidad de las
culturas olvidadas. El lenguaje ya produce (el lenguaje literario) artificialización de la
realidad. Es por eso que, el proyecto Soñar y vivir la selva se vio envuelta en el rechazo.
Más aún, fue rechazada por las editoriales por ser catalogada como literatura infantil.
Finalmente, podemos concluir diciendo que, la preocupación principal de que la
Industria Cultural contribuye a la conformidad y la pasividad en la sociedad que la
escuela de Frankfurt estudiaba, puede ser reconsiderada con la creación de programas
como el Libre Libro y literatura poética como Soñar y vivir la selva: poesía desde el
Yasuní. Estos dos proyectos que se gestan desde la preocupación por la falta de políticas
de cultura en el Ecuador, son creados específicamente pensando en suplir ese problema.
Además, los principales beneficiados de estos programas culturales, son los habitantes
de la ciudad de Guayaquil.

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