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POSGRADO ATENCIÓN PSICOLÓGICA Y ACCIÓN COMUNITARIA:

FEMINISMOS Y LGTBIQ+
ALUMNAS: ALESSIA CARA MÓDULO: CUERPOS

LLUÏSA FERNANDEZ GINER

MARIA DANIELA GUTIÉRREZ MARTÍNEZ

CAROLINE GUERREIRO

El texto de Tiqqun nos habla del poder, la dominación y la resistencia en las sociedades occidentales
contemporáneas. Repasa las diferentes formas en las que este poder y dominación se ejercen, cómo
afectan a dis ntos grupos sociales y cómo las personas que intentan resis rse a esta dominación lo enen
muy complicado para escapar a los “electrodos” del poder, en tanto estos “electrodos” están implantados
“en un número increíble” por toda la Tierra –“aquellos que por suerte o por desgracia se sustraen al sueño
prescrito, nacen a este mundo como niños perdidos”.

La noción de los “electrodos” nos ilustra de forma clara cómo se conforma nuestra sociedad actual, y a
par r de esto es posible comprender como este orden social afecta al género y su estructura binaria como
ideología de nuestras sociedades occidentales actuales.

Respondiendo a la consigna, la estructura binaria de género, como ideología en las sociedades occidentales
actuales, implica una división sociocultural rígida de los roles, ac tudes, comportamientos y atributos de
manera que los que se consideran apropiados para las mujeres son diferentes de los que se consideran
apropiados para los hombres. De este modo, se asignan unas expecta vas especí cas a cada género y se
ejerce una gran presión social para que estas expecta vas se cumplan. Pero lo más grave es que esta
división en función del género implica una jerarquía en la que lo masculino o relacionado con los hombres
se (sobre)valora por encima de lo femenino o lo relacionado con las mujeres sembrando y alimentando la
semilla de la misoginia. En consecuencia, esta ideología y estructura binaria de género limita las
posibilidades de desarrollo, expresión y acción de las personas –par cularmente de las mujeres y de las
personas que no se ajustan a este binarismo.

Según Tiqqun, gracias a la implantación de “electrodos” como la televisión, el dinero y la industria


farmacéu ca, entre otros innumerables en nuestra sociedad es que se man ene el encefalograma plano de
la metrópolis imperial actual, es decir, constantemente estamos recibiendo información por medio de

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canales impercep bles para la mayoría de nosotros y dicha información es la que determina nuestros
cambios de ánimo, crea nuestros afectos o contra afectos, “prolongando así el sueño universal”.

En este sen do, habría un electrodo “genitales/género” que fomentaría la opresión de las mujeres por
parte de los hombres en la medida en que los genitales se erigen como el elemento clave para la
diferenciación de los dos géneros, asumiendo que vulva = mujer = inferior y pene = hombre = superior. De
este modo, las normas asignadas en función de los genitales / género actúan como agente dominante y
restric vo que limita la libertad de elección de las personas, en tanto prescriben los comportamientos que
estas deben seguir en función de sus genitales o género asignado al nacer, fomentando que lo femenino se
infravalore y lo masculino se sobrevalore.

Los conceptos de ser “hombre" o de ser “mujer” son una construcción social que se escribe como una
cadena de signi cantes, valores, decisiones y situaciones que se aprenden y construyen un ideal de género.
El concepto de género, que es un concepto complejo, va más allá de una simple dicotomía binaria. A
menudo, se ha considerado que el género se divide en dos categorías: masculino y femenino. Pues esta
visión binaria no re eja la diversidad y la riqueza de las experiencias humanas. El masculino siempre
presenta una posición de poder y el femenino una posición más débil. El binarismo de género en el caso de
los electrodos funciona como la fuerza para mantener estructuras de poder y control.

El binarismo de genero y el capitalismo en este caso se retroalimentan y se perpetuan en tanto que los roles
de género se aplican a la mano de obra, de manera que a la mujer se le asignan trabajos asociados al
cuidado y a trabajos no remunerados o remunerados por debajo de los trabajos asignados a los hombres, o
infrarremunerados respecto a los mismos trabajos cuando los realizan hombres (brecha salarial), y a los
hombres se les asigna el liderazgo y los trabajos mejor remunerados. Es decir, hay una explotación de la
mano de obra según el género que jus ca salarios más bajos para los trabajos femeninos. También
binarismo de género y capitalismo se retroalimentan a través del marke ng para dirigir productos y
servicios a la mujer o al hombre según los estereo pos de género. Se fomenta así un ciclo de consumo que
refuerza los roles de género y que a su vez también refuerza la necesidad de comprar esos productos o
servicios para ajustarse a esos roles. En relación a esto, en el capitalismo se (sobre)valora la apariencia de
las personas indicando que hay un canon de belleza diferenciado según el género y explotando la imagen
corporal a través de diferentes industrias (moda, cosmé ca, cirugía esté ca, etc.). Finalmente, hasta la
iden dad de género se convierte en un producto de consumo en el sistema capitalista al promover
productos y servicios especí cos para que las personas transgénero o no binarias rea rmen su iden dad de
género. De alguna manera, el capitalismo se apropia de todas las “luchas” para explotarlas comercialmente
con nes de lucro.

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En de ni va, el binarismo de género sirve para mantener estructuras de poder y control dentro del
capitalismo al perpetuar roles que bene cian a quienes están en posición de dominio y poder. Representa
un “electrodo” más que apoya la perpetuación del sistema social occidental por el que “se man ene el
encefalograma plano de la metrópolis imperial”, con la nalidad úl ma de perpetuar el statu quo para que
incluso cuando nos rebelemos, lo hagamos a favor del sistema “el capitalismo ha encontrado entre sus
crí cas la manera de garan zar su supervivencia” (Jappe, 2019).

Desde una perspec va feminista, el texto pone de mani esto la arbitrariedad y la construcción social de las
normas de género, así como la necesidad de liberarse de estas constricciones para encontrar una iden dad
genuina y autén ca. La idea de "construir la lengua que habitarás" puede interpretarse como la necesidad
de desaprender y reaprender las normas de género impuestas por la sociedad patriarcal, mientras que la
búsqueda de "los antepasados que te hagan más libre" sugiere una reconexión con una genealogía
alterna va que desa e las narra vas dominantes de género y poder. Destaca el papel del patriarcado y el
deseo subyacente de mantener el control sobre las estructuras sociales. El "Imperio" representa esta
búsqueda de dominación, ya sea a través del patriarcado tradicional o de un potencial "neo-matriarcado"
que mantenga el status quo de poder. La rebelión contra esta dominación se presenta como una lucha por
la liberación de los roles de género prescritos y la búsqueda de una sociedad más igualitaria. Los "niños
perdidos" son aquellos que desa an estas estructuras de poder y se encuentran fuera de los órdenes
conocidos, abrazando el caos como una forma de resistencia y liberación.

Por ende, se puede comprender que el género y su estructura binaria como ideología de nuestra sociedad
occidental actual esta directamente determinada por aquellos electrodos implantados en nuestra
civilización, los cuales nos han suministrado una información acerca de cómo debemos percibir y actuar
para alcanzar el sueño de la época, creando roles de género, estereo pos de cuerpos, estableciendo
binarismos, formas de vivir nuestra sexualidad, etc. Allí, es donde debemos cues onarnos como nos
sen mos con este sueño que nos permea e impulsarnos a despertar, dándonos la posibilidad de ser “niños
perdidos” construyendo un sueño diferente, a pesar de experimentar la hos lidad de aquellos que aun
duermen. La invitación es a estar juntxs en este nuevo sueño, abriendo nuevos lugares, creando nuevos
mundos, donde la información que recibimos provenga de unos electrodos que aporten a la digni cación de
la lucha de género, poder sen rnos libres de expresar y vivir en pro de nuestro bienestar y estabilidad
emocional, defendiendo nuestros derechos, ocupando espacios que se nos han arrebatado a lo largo de la
historia, saliéndonos de todos aquellos ordenes conocidos y permi rnos experimentar el caos del mundo.

Para cerrar e integrar esta re exión con la perspec va lacaniana, los "electrodos" se revelan como las
fuerzas invisibles pero omnipresentes que moldean la iden dad del individuo, actuando como puntos de
conexión con el "Otro" y transmi endo las normas de género internalizadas desde una edad temprana. En
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este sen do, los "electrodos" se convierten en re ejos de la in uencia del "Otro" en la formación del yo,
especialmente durante el crucial "estadio del espejo", donde el individuo construye una imagen uni cada
de sí mismo en relación con las normas de género predominantes. Además, la "Ley del Padre" emerge como
una fuerza reguladora que impone las normas y restricciones sociales que rigen la iden dad de género del
individuo, perpetuando así las estructuras de poder patriarcales

Referencias bibliográ cas:

• Jappe, A. (2019). La sociedad autófaga. Pepitas de calabaza.

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