Está en la página 1de 25

Del 1 al 8 de mayo

29 de Abril de 2022

Al presbiterio, vida consagrada y fieles laicos:


Les saludamos deseando que la paz de Cristo de Resucitado habite en sus corazones.
Como dimensión Arquidiocesana de Pastoral Vocacional les hacemos una atenta invitación a dedicar la
próxima semana a orar por las vocaciones como preparación a celebrar el día 8 de Mayo la Jornada
Mundial de Oración por las Vocaciones. Pidamos a Dios, como Iglesia local, que atentamente escuchemos
lo que Dios habla al corazón de cada persona, sea en el nivel de la vocación humana, cristiana o específica.
Recordemos que todos tenemos vocación y todos somos animadores vocacionales.
Esta semana tiene como objetivo: Fomentar la cultura vocacional y el compromiso eclesial, promoviendo
las vocaciones mediante nuestra oración en el marco de la celebración de la LIX Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones que se llevará a cabo el día 8 de Mayor, para que así, nuestra Iglesia local sea
fuente de muchas vocaciones. Invitamos a que cada día oremos especialmente por las siguientes
intenciones:
Domingo 1 de mayo: Por todas las vocaciones en general
Lunes 2 de mayo: El llamado a la vida (vocación humana)
Martes 3 de mayo: El llamado a la santidad (vocación cristiana)
Miércoles 4 de mayo: La vocación laical (matrimonio y soltería)
Jueves 5 de mayi: La vocación sacerdotal (ministerio ordenado)
Viernes 6 de mayo: La vocación a la Vida Consagrada
Sábado 7 de mayo: Por los niños y jóvenes, por su discernimiento vocacional
Domingo 8 de mayo: Por todas las vocaciones en general
También compartimos un esquema de Hora Santa, mismo que seguiremos en la Hora Santa Vocacional
organizada por el equipo Arquidiocesano de vocaciones. Además, anexamos el esquema del Rosario que
puede ser promovido para ser rezado en familia. Agradecemos que puedan unirse con nosotros para que
como Arquidiócesis oremos por las vocaciones con la confianza de que, bajo la intercesión de San José y
de los Santos Mártires de Durango, Dios escuchará nuestras plegarias.

Pbro. Emerson de Jesús Cárdenas Soto


I. PLEGARIAS DE LOS FIELES PARA CADA DÍA DE LA SEMANA

LUNES 2 DE MAYO
Llamado a la vida (Vocación humana)
Hermanos: Imploremos juntos al Señor por las necesidades del mundo, de la Iglesia y en
particular de nuestra Patria y de nuestra Arquidiócesis de Durango. Después de cada
petición diremos:
Escúchanos, Padre

1. Por la Santa Iglesia de Dios, para que siempre anuncie en medio del mundo la Buena
Noticia del Evangelio y sea signo de esperanza y de vida para todas las naciones.
Oremos .
2. Por nuestra Patria y los que fueron elegidos para ejercer los poderes públicos del
Estado, para que juntos trabajemos para defender la vida. Oremos.
3. Por todos los habitantes de México y de nuestra Arquidiócesis, para que uniendo
nuestros esfuerzos abramos en nuestra sociedad los caminos de una vida más
humana en que cada uno sea amado y ayudado como un hermano. Oremos.
4. Por quienes participamos de esta Eucaristía, para que la presencia del pan y vino
bajado del cielo, nos anime a ser promotores de la vida desde su comienzo hasta su
fin natural. Oremos.
5. Para que Cristo, que reunió a sus discípulos a su alrededor con el fin de asociarlos a
su predicación evangélica, suscite también en nuestros días servidores de su
Evangelio. Oremos.

OREMOS

Dios y Padre nuestro, escucha nuestra oración y envía desde tu seno al Espíritu Santo, para
que ilumine a los gobernantes y al pueblo de México en defender y promover la cultura de
la vida. Amén.
MARTES 3 DE MAYO
Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz
Llamado a la Santidad (Vocación cristiana)
Oremos, hermanos, con confianza a nuestro Redentor, que por su santa cruz ha redimido
al mundo. A cada petición diremos: Te Rogamos Señor

1. Para que el signo de la cruz gloriosa de Jesucristo, con el que han sido señalados
todos los cristianos en el bautismo, se manifiesten en su vida. Oremos al Señor.
2. Para que la Sangre de la cruz de Jesucristo reconcilie todos los seres y ponga paz en
todo lo que hay tanto en el cielo como en la tierra. Oremos al Señor.
3. Para que los enfermos, los atormentados y todos los que con sus sufrimientos
participan de la cruz de Jesucristo tengan también parte en su gloria. Oremos al Señor
4. Para que el ejemplo de los santos, que experimentaron que para entrar en el Reino
de Dios hay que sufrir muchas tribulaciones, fortalezca a los que sufren y se
tambalean en su combate. Oremos.
5. Para que el testimonio de nuestros Santos Mártires Duranguenses fortalezca nuestra
fe y conceda vigor a nuestra vida cristiana. Oremos.

Señor, Padre Santo, que has glorificado en tu Reino a los siervos fieles que han velado
esperando la llegada del Esposo, escucha nuestra oración y no permitas que se apaguen
nuestras lámparas, y así merezcamos entrar en el banquete de tu Hijo, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
MIÉRCOLES 4 DE MAYO

Fiesta de San Felipe y Santiago, Apóstoles

Vocación Laical

Imploremos, hermanos, la misericordia del Señor en este día en el que los bienaventurados
apóstoles san Felipe y Santiago, siguiendo el ejemplo de su Maestro, derramaron su sangre
para dar testimonio de la verdad, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres.
Respondamos a cada petición diciendo: Te rogamos, Señor

1. Para que la Iglesia, fiel a las enseñanzas de los apóstoles san Felipe y Santiago, sea,
ante el mundo, sacramento visible de la presencia invisible de su Señor, Oremos al
Señor.
2. Para que todos los cristianos tomen conciencia de la obligación que tienen de
anunciar el Evangelio a quienes lo desconocen. Roguemos al Señor.
3. Por nosotros y todos los fieles de nuestras comunidades, para que seamos luz del
mundo y sal de la tierra, y así la gente que nos rodea, al ver nuestras buenas obras,
dé gloria también al Padre del cielo. Roguemos al Señor.
4. Por todos los fieles de nuestra Arquidiócesis, para que el testimonio de nuestros
Santos Mártires Duranguenses y del Beato Anacleto González Flores, nos inspiren
a defender nuestra fe y dar la vida por el Evangelio. Roguemos al Señor.
5. Para que a nosotros, reunidos hoy para celebrar el martirio de san Felipe y Santiago,
nos conceda docilidad hacia los obispos de la Iglesia, que ocupan hoy el lugar de los
apóstoles. Roguemos al Señor

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y concede tu valor en abundancia a los que has
dado la misión de extender por todo el mundo la doctrina apostólica que ilumina y salva.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
JUEVES 5 DE MAYO

Vocación Sacerdotal

Acudamos, hermanos, a Cristo, a quien Dios ha puesto como instrumento de propiciación


y ha constituido sacerdote y justificador de cuantos creen en él. Unámonos a cada petición
diciendo: Te rogamos, Señor

1. Para que el Hijo de Dios, sumo y eterno sacerdote de la nueva alianza, conceda a los
obispos y presbíteros ser predicadores humildes y valientes de la Palabra divina y
administradores fieles de los sacramentos de la Iglesia. Roguemos al Señor.
2. Para que los que han sido elegidos y consagrados para hacer visible y presente a
Cristo, cabeza de la Iglesia, realicen con fidelidad la misión recibida y todos sepamos
verlos como imagen de Cristo sacerdote, maestro y pastor. Roguemos al Señor.
3. Para que los párrocos encuentren su gozo en el servicio pastoral y, como san Juan
María Vianney, confirmen su predicación con el testimonio de su vida. Roguemos
al Señor
4. Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes cristianos y les infunda su fuerza,
a fin de que sean muchos los que se dediquen al ministerio y consagren la propia
vida a hacerlo presente en medio de los fieles. Roguemos al Señor.
5. Para que quienes han escuchado la llamada del Señor y han iniciado su camino hacia
el ministerio presbiteral no se desanimen ante las tentaciones que puedan surgir a
causa de la propia debilidad o de las circunstancias que los rodean. Roguemos al
Señor

Señor Jesús, que nos mandaste rogar al Padre para que mande obreros a su mies, escucha
nuestra oración y haz que los ministros de tu Iglesia crezcan en número y perseveren
fieles a su ministerio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

VIERNES 6 DE MAYO
Vocación a la Vida Consagrada

Fieles al mandato del Señor, pidamos al Dueño de la mies que escuche nuestras
oraciones por las vocaciones a la vida consagrada en la Iglesia. A cada invocación
respondemos: Te lo pedimos, Señor

1. Para que el Señor renueve en todos los consagrados y consagradas el fuego del
Espíritu Santo, de manera que se afirmen en los propósitos que Él mismo encendió
en sus corazones. Oremos.
2. Para que, sean siempre fieles a Cristo, amando de todo corazón a su Iglesia y, con
su modo de vida, despierten en todo el Pueblo de Dios la esperanza de los bienes
celestiales. Oremos.
3. Para que el Señor bendiga a su Iglesia, libere al mundo de toda la miseria, sea padre
para los desvalidos, apoyo para los que sufren, alimento para los pobres, salud para
los enfermos y perdón para nuestros pecados. Oremos.
4. Para que cada comunidad se comprometa a ser comunidad evangelizadora y siembre
con valentía la llamada de Cristo entre sus miembros. Oremos.
5. Para que en nuestras parroquias haya muchos cristianos comprometidos en la
promoción vocacional, de manera que se difunda entre todos los jóvenes la opción
por la vida consagrada. Oremos.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y concede a los consagrados perseverar siempre
en sus propósitos y llegar finalmente a la meta de su camino. Por Jesucristo nuestro Señor.
SÁBADO 5 DE MAYO
Por los niños y jóvenes, por su discernimiento vocacional
Oremos hermanos, a Dios Padre, por medio de Jesucristo, su Hijo, que se entregó
por la salvación de todos. Respondamos a cada petición: Te lo pedimos, Señor
1. Por el Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Mons. Faustino Armendáriz y por
todos los Pastores de la Iglesia. Oremos.
2. Por todas las familias, iglesia doméstica, para que entre todas formen una sociedad
justa. Oremos.
3. Por todos los niños y jóvenes de nuestra Arquidiócesis de Durango, para que bajo la
guía de sus familiares encuentren en su vida herramientas que les ayuden a discernir
y responder con generosidad al llamado que Dios les tiene, Oremos.
4. Para que el Señor suscite vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en su Iglesia y
haya respuestas generosas. Oremos.
5. Para que el testimonio e intercesión de San José Sánchez del Río y de San David
Roldán sean para los niños y jóvenes de nuestra Arquidiócesis un referente para
responder a Dios con generosidad. Oremos.

Señor Jesucristo, que sabes lo que hay en el interior de cada hombre y amas a todos, porque
por todos te has entregado, escucha nuestra oración y haz que sean muchos, los niños y
jóvenes que tengan un amor tan grande, que estén dispuestos, como Tú, a entregar la propia
vida por los hermanos y para anunciarles el Evangelio de salvación. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amen.
II. HORA SANTA VOCACIONAL
1. Ambientación.

Si es posible, se colocan 50 huellas de papel sobre el piso (signo del seguimiento de Cristo), que
conduzcan al lugar donde se expondrá el Santísimo. Alrededor de este lugar se deberá concentrar la mayor
cantidad de huellas.

2. Introducción.

GUÍA: En este momento entramos en oración para pedir por todas las vocaciones, en especial
pedimos por los 317 años de fundación de nuestro Seminario Mayor de Durango. Cabe recordar las
Palabras de SS Benedicto XVI para la XLVIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones para el
año 2018: “El arte de promover y de cuidar las vocaciones encuentra un luminoso punto de referencia en
las páginas del Evangelio en las que Jesús llama a sus discípulos a seguirle y los educa con amor y esmero.
El modo en el que Jesús llamó a sus más estrechos colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser
objeto particular de nuestra atención (cf. Lc 10,9). En primer lugar, aparece claramente que el primer acto
ha sido la oración por ellos: antes de llamarlos, Jesús pasó la noche a solas, en oración y en la escucha de
la voluntad del Padre (cf. Lc 6, 12), en una elevación interior por encima de las cosas ordinarias. La
vocación de los discípulos nace precisamente en el coloquio íntimo de Jesús con el Padre. Las vocaciones
al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el
Dios vivo y de una insistente oración que se eleva al «Señor de la mies» tanto en las comunidades
parroquiales, como en las familias cristianas y en los cenáculos vocacionales”. Iniciemos cantando…

GUÍA: Todos nos ponemos de rodillas


Canto: “Quiero levantar mis manos” u otro apropiado. Si no se puede cantar, se recita.

Quiero levantar mis manos, quiero levantar mi voz.


Ofrecerte a ti mi vida en santidad y amor.
Hoy, Señor, yo a ti te ofrezco mi vida y mi corazón.
Y me postro en tu presencia en adoración.
Cristo Jesús recibe hoy toda la gloria, la honra y honor.
Hijo de Dios recibe hoy toda la gloria, la honra y honor.

Exposición del Santísimo Sacramento (sacerdote)

TODOS: Padre Dios, movidos por tu Santo Espíritu y delante de Jesús sacramentado que nos ha
llamado a ser sus discípulos, te pedimos que los jóvenes del mundo entero y en especial los de nuestra
diócesis de Texcoco se descubran, valoren y acepten ante Ti y ante los demás con creativas expresiones
de conocimiento, respeto, confianza e interés mutuo para crear un ambiente de acercamiento, una nueva
civilización en el amor.

LECTOR 1: Escuchemos del Evangelio según san Mateo (Mt 4, 18-22):


Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado
Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo:
"Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan,
que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente,
ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. Palabra del Señor.

Se deja un breve silencio

LECTOR 2: El Señor, al comienzo de su vida pública, llamó a algunos pescadores, entregados al


trabajo a orillas del lago de Galilea: «Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres» (Mt 4, 19). Les
mostró su misión mesiánica con numerosos «signos» que indicaban su amor a los hombres y el don de la
misericordia del Padre; los educó con la palabra y con la vida, para que estuviesen dispuestos a ser los
continuadores de su obra de salvación; finalmente, «sabiendo que había llegado la hora de pasar de este
mundo al Padre» (Jn 13,1), les confió el memorial de su muerte y resurrección y, antes de ser elevado al
cielo, los envió a todo el mundo con el mandato: «Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos» (Mt
28,19). La propuesta que Jesús hace a quienes dice «¡Sígueme!» es ardua y exultante: los invita a entrar
en su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con Él; les enseña la entrega total a Dios y a la
difusión de su Reino según la ley del Evangelio: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24); los invita a salir de la propia voluntad cerrada en sí
misma, de su idea de autorrealización, para sumergirse en otra voluntad, la de Dios, y dejarse guiar por
ella; les hace vivir una fraternidad, que nace de esta disponibilidad total a Dios (cf. Mt 12, 49-50), y que
llega a ser el rasgo distintivo de la comunidad de Jesús: «La señal por la que conocerán que son discípulos
míos, será que se aman unos a otros» (Jn 13, 35).

GUÍA: Pero la dimensión Vocacional de la Palabra de Dios no sólo es para los jóvenes. A todos
nos invita a ser sus discípulos y a amarnos unos a otros. A todos nosotros nos debe interpelar, pues al ser
Iglesia, todos somos con-vocados, somos vocacionados. Escuchemos el siguiente párrafo de la carta que
el Papa Benedicto XVI nos dirige como Iglesia:

LECTOR 1: También hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada
de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere
decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de
formación para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía
de las autoridades eclesiásticas competentes. El Señor no deja de llamar, en todas las edades de la vida,
para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia
«está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la
maduración de las vocaciones sacerdotales» (JUAN PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo
vobis, 41). Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por «otras voces»
y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad
cristiana, todo fiel, debería de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es
importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la
consagración religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir «sí» a Dios y a la Iglesia.
GUÍA: Hoy, ante Jesús sacramentado, tú y yo estamos haciendo mucho por las vocaciones, pero
podemos hacer más. Hemos de ser más sensibles a las necesidades de nuestra Iglesia diocesana de
Durango. Escuchemos con atención y saquemos algunas propuestas de trabajo desde nuestra parroquia o
comunidad.
LECTOR 2: Conviene que cada Iglesia local se haga cada vez más sensible y atenta a la pastoral
vocacional, educando en los diversos niveles: familiar, parroquial y asociativo, principalmente a los
muchachos, a las muchachas y a los jóvenes -como hizo Jesús con los discípulos- para que madure en
ellos una genuina y afectuosa amistad con el Señor, cultivada en la oración personal y litúrgica; para que
aprendan la escucha atenta y fructífera de la Palabra de Dios, mediante una creciente familiaridad con las
Sagradas Escrituras; para que comprendan que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye
a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad más profunda sobre sí mismos; para que vivan
la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros, porque sólo abriéndose al amor de Dios es
como se encuentra la verdadera alegría y la plena realización de las propias aspiraciones. «Proponer las
vocaciones en la Iglesia local», significa tener la valentía de indicar, a través de una pastoral vocacional
atenta y adecuada, este camino arduo del seguimiento de Cristo, que, al estar colmado de sentido, es capaz
de implicar toda la vida.
GUÍA: Volvamos a escuchar este último párrafo… (Se vuelve a leer tratando que llegue al
corazón de las personas).

GUÍA: Después de esta segunda lectura, ¿A qué nos comprometemos personalmente? ¿A qué nos
comprometemos como comunidad? Se deja un especio de silencio y reflexión y se anotan los
compromisos…
Canto: “Renuévame” u otro apropiado. Si no se puede cantar, se recita. Renuévame, Señor Jesús,
ya no quiero ser igual.
Renuévame, Señor Jesús, pon en mí tu corazón.
Porque todo lo que hay dentro de mí, necesita ser cambiado, Señor.
Porque todo lo que hay dentro de mi corazón necesita más de ti.

GUÍA: Oremos al Pastor Supremo por nuestra vocación y por todas las vocaciones en la Iglesia.
A cada petición digamos: R/. Envía, Señor, obreros a tus campos.
LECTOR 1: Pidamos al Señor para que todos reconozcamos muestra vocación a la vida y
respondamos optando siempre por la vida. Oremos. R/.

LECTOR 2: Para que descubramos nuestra vocación a ser hijos de Dios en Jesucristo. Oremos.
R/.
LECTOR 1: Supliquemos por todos los y las jóvenes que experimentan, en esta etapa de su vida,
la llamada de Dios a construir una nueva civilización en el amor, sea en el matrimonio, la vida religiosa,
misionera, sacerdotal. Oremos. R/.

LECTOR 2: Pidamos por los matrimonios, los sacerdotes, las religiosas y religiosos, los
misioneros y misioneras, los apóstoles laicos para que sean fieles a su vocación. . Oremos. R/.
LECTOR 2: Por los Seminaristas para que busquen su acompañamiento y para que quienes les
acompañan les lleven a Cristo, Maestro y amigo. Oremos. R/.
LECTOR 1: Para que los seminaristas del Curso Introductorio adquieran los elementos básicos
para la madurez humana, el discernimiento vocacional y el crecimiento espiritual, tomando conciencia
de lo que implica ser discípulo de Cristo, en comunidad. Oremos. R/.

LECTOR 2: Para que los seminaristas obtengan a lo largo de la etapa de filosofía, una madurez
humano-afectiva y cristiana integral, que propicie un mejor discernimiento de su vocación. Oremos. R/.

LECTOR 1: Supliquemos a Dios por quienes se encuentran en la etapa de confrontación para que
en su familia y trabajo, conozcan las necesidades y valores del hombre y de la sociedad y así confirmen
su radical seguimiento de Cristo Pastor en medio del mundo actual. Oremos. R/.

LECTOR 2: Pidamos que los seminaristas estudiantes de teología, se configuren con Cristo
Cabeza, Siervo y Esposo y, de esta manera, asuman los criterios y actitudes del Buen Pastor para ejercer
en la Iglesia el Ministerio Sacerdotal. Oremos. R/.

LECTOR 1: Intensifiquemos nuestra oración para aquellos que han terminado su etapa en el
seminario, para que participen en el plan diocesano de pastoral y en la formación permanente en comunión
con el Obispo y presbiterio para la edificación del Reino de Dios. Oremos. R/.

LECTOR 2: Finalmente oremos por nosotros mismos, por nuestra vocación al servicio de las
vocaciones y pidámosle al Señor que nuestro compromiso sea sincero y con todo lo que somos, para que
el Dueño de la mies envíe trabajadores. Oremos. R/.

Todos: Te bendecimos Padre, Dios del cielo y la tierra, porque lo escondido a los sabios, lo revelas
a los pobres y sencillos. Te bendecimos, Padre, Dios del cielo y la tierra. Amén.

Canto: “Yo tengo un nuevo amor” u otro apropiado. Si no se puede cantar, se recita.

“MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES?”

Guía: Jesús que nos ha dicho: “Vengan Ustedes que están fatigados y cansados y yo los aliviaré.
Vengan conmigo a un lugar apartado y descansen conmigo un poco”. Hemos venido aquí a su
presencia, para descansar un poco en el Corazón del Señor.
En este encuentro con Él, queremos orar, cantar y reflexionar en ese encuentro entre Jesús y los
primeros discípulos, después de que Juan Bautista presentó a Jesús como el “Cordero de Dios”.
Un pequeño grupo de hombres lo sigue, atraídos por el llamado misterioso que sale de su persona.
Es la llamada, es la vocación que Dios dirige a toda persona en Jesús, para invitarla a entrar en su
casa y quedarse con Él.

CANTO:
Hoy en Oración

ESCUCHANDO LA PALABRA
Guía: Hay encuentros que no se olvidan: alguien que se interesa por nosotros, nos da confianza,
nos interpela y nos tiene en cuenta para colaborar. Jesús se ha rodeado de sus primeros amigos de
esta manera. Ellos nunca olvidaron ese primer encuentro. También nuestro encuentro hoy con
Jesús puede hacer cambiar algo en nuestra vida. “Vieron donde vivía y se quedaron con Él”

Lector 2: Del Evangelio de San Juan (Jn. 1,35-42)


“Al día siguiente, Juan el bautista se encontraba en aquel mismo lugar con dos de sus discípulos.
De pronto vio a Jesús que pasaba por allí, y dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos
lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús dio media vuelta y, viendo que le seguían, les
preguntó: “¿Qué buscan?” Ellos contestaron: “Maestro, ¿dónde vives?” Él les respondió: “Vengan
y vean”. Se fueron con él, vieron donde vivía y pasaron aquel día con él. Eran como las 4 de la
tarde. Uno de los dos que siguieron a Jesús por el testimonio de Juan era Andrés, el hermano de
Simón Pedro. Andrés encontró en primer lugar a su propio hermano Simón y le dijo: “Hemos
encontrado al Mesías”. Y lo llevó a Jesús. Jesús, mirándolo, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan;
en adelante te llamarás Cefas, es decir Pedro”. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Lector 3: Cuando pienso a mi vida y en mi historia o en la historia de otros amigos, encuentro


mucho parecido con el relato evangélico. Si te he seguido es porque yo también he oído una voz
que me decía: “Es Él el Cordero de Dios”. Ha sido el Juan Bautista de turno que me empujó hacia
Ti. Sin embargo, hizo falta algo más: la decisión de ponerme en camino, el deseo de encontrarte,
la disponibilidad a estar contigo sin medir el tiempo. A mi pregunta: “¿Dónde vives?”
simplemente me has dicho de seguirte, de estar contigo, de escucharte, de quedarme junto a Ti.
“Vengan y vean”, esta es tu respuesta que desde siglos lanzas a los de corazón sincero y generoso
que te buscan.
No existen escapatorias, efectos mágicos, inmersiones instantáneas. Es un camino de encuentro y
de amistad que exige tiempo de cercanía, exige paciencia y fidelidad, disponibilidad y diálogo.
Solo así puede nacer una relación que nos cambia la vida.

Todos: Señor, te bendigo por la llamada que has puesto dentro de mí y porque tu palabra orienta
continuamente mi búsqueda hacia un verdadero encuentro contigo. Pongo a tus pies todas las
ambigüedades de mis expectativas y de mis proyectos, para que sea solo tu voz quien guíe mis
pasos hacia Ti. Ayúdame a quedarme cerca de Ti, a no tener miedo del silencio, de la
contemplación
(Unos momentos de adoración silenciosa)

CANTO: Señor, Permite…

EN REFLEXIÓN
Guía: “¿A quién están buscando?” pregunta Jesús a los dos que lo seguían. ¿Qué buscas tú, niño,
joven, adulto, cuando buscas a Dios? ¿Por qué quieres ser su discípulo? ¿Qué buscas en la
religión?

Lector 4: En la religión yo busco seguridad; aquella seguridad interior que no me da la ciencia,


que no me da la razón, que no me dan mis capacidades humanas, porque las siento cortas para
llegar a la verdad de mí mismo, y las siento inseguras para dar un sentido profundo de la vida.
Esta seguridad la busco en la fe, en Dios, creador de las cosas, amante del hombre, y sentido
seguro de la vida.

Lector 5: “Maestro, ¿dónde vives? Le preguntan aquellos primeros buscadores de Dios. ¿Dónde
se encuentra Dios? ¿Dónde lo podemos encontrar?
Es una pregunta urgente en nuestra actualidad, entre tanta irracionalidad y subjetivismo en la
experiencia religiosa. Dios ha querido facilitar la búsqueda del hombre, haciéndose hombre,
manifestándose en Jesús de Nazareth, que ha demostrado en la historia que es el verdadero Dios
con nosotros. “Vengan y vean”, nos dice Jesús.

Guía: “Fueron y vieron dónde vivía”. El estar y habitar con Jesús es el secreto de la vida y de la
acción. Es un habitar que penetra hasta el fondo de su corazón. Es un entender su deseo lleno de
amor. Él nos ha dicho: “Vivan en mi palabra” (Jn.5,38), “Permanezcan en mi amor” (JN. 15,9),
“Permanezcan en mí y Yo estaré en ustedes, como Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”
(Jn. 17,21-22).
Quién ha estado cerca de Jesús, quien se ha encontrado verdaderamente con él, ha salido de la
experiencia convencido y cambiado. San Juan, que nos relata ese primer encuentro con Jesús,
recuerda hasta la hora “eran las cuatro de la tarde

Todos: El encuentro contigo, Señor Jesús, nos anima a gastar la vida para un ideal alto, nos
estimula a estar y vivir contigo, nos señala un nuevo camino personal, haciéndonos don a los
demás, nos lanza tras de Ti, a vivir como Tú, a servir como Tú, a amar como Tú.
Sólo Tú, Señor Jesús, cambias nuestro corazón y nuestra vida, transformas nuestra historia, das
sentido a nuestros proyectos. Para construir tu Reino, hace falta pararnos y quedarnos cerca de Ti,
estar contigo, dejarnos transformar por Ti, dejarnos amar por Ti. Quién te ha encontrado no puede
continuar a ser lo mismo, a hacer lo mismo.
Tú penetras el corazón y conoces sus fibras más secretas. Concédenos, Señor, ponernos en
continua escucha de Ti, para conocer tu voz, saber tu voluntad y seguir tus pasos. Amén.
(Momentos de adoración en silencio)

CANTO: QUE DETALLE, SEÑOR

DESDE LA PALABRA
Guía: El cálido testimonio de Juan el Bautista nos dice también el método para un verdadero
encuentro con Cristo Jesús.
Lector 1: Normalmente el llamado de Dios pasa a través del testimonio de un hermano. Para
encontrar a Cristo debemos necesariamente fiarnos de las indicaciones de alguien, debemos
ponernos en escucha, en la escuela de alguien que conozca los senderos de la interioridad y de la
fe mejor que nosotros.
Lector 2: “Juan Bautista, fijando la mirada en Jesús que pasaba, dijo: ¡He ahí el Cordero de Dios!
Y los dos discípulos, escuchando a Juan, siguieron a Jesús”.
Lector 1: Simón Pedro será llevado a la presencia de Jesús por medio de su hermano Andrés, así,
más tarde también Natanael irá a Jesús por medio del anuncio de Felipe. Samuel siente el llamado
de Dios y corre hacia Elí, cuando siente que alguien le llama:
Lector 1: También nuestra fe, si lo piensas bien, nos llega del ejemplo de nuestros padres, o de
un sacerdote amigo, o de un encuentro con un cristiano significativo que nos ha llamado la
atención. Sin embargo, este testimonio es solo el inicio, para llegar a Jesús. Es la experiencia
personal y directa con Jesús que cambia y salva. Son los encuentros con Jesús en la oración, en la
meditación de la Palabra, en los sacramentos, en la Eucaristía, que nos cambian, nos llenan y nos
construyen la vida.
Lector 2: Andrés dijo a su hermano Simón: “Hemos encontrado al Mesías”, y lo llevó a Jesús.
Ese día se quedaron con Jesús. Y Jesús dijo a Simón:- Tú eres Simón, hijo de Juan. De ahora en
adelante serás Cefas, es decir Pedro
Lector 1: Cuando nos encontramos con Jesús, y estamos con Él, llega el momento en que sentimos
que Jesús nos urge a un compromiso. Esto es un examen también para nosotros. Nos decimos
discípulos de Jesús, pero, ¿vivimos el Evangelio y actuamos como discípulos en lo cotidiano, en
la calle, en la casa, entre los amigos? El discípulo es el que se apasiona por Jesús y por su misión.
Todos: Tú, el Buen Pastor, me has buscado y me has encontrado. Me has atraído desde la infancia,
te has manifestado, me has convencido, me he fiado de ti, he empezado a seguirte. Me he alegrado
de poder caminar tras de tus pasos. Me has acompañado con la riqueza abundante de tu palabra.
Me has llamado a continuar tu misión en mi mundo, me has pedido ser tus pies, tus manos y tu
corazón para tantos hermanos que te necesitan.
Te agradezco por haberme escogido, por haberme llamado, por haberme acogido, guiado,
sostenido y amado. (Momentos de adoración en silencio)

Guía: Hagamos el intento de entrar en la escena del Evangelio y pongámonos en el lugar de esos
dos discípulos que siguen a Jesús tras el anuncio del Bautista. Jesús nos invita a su casa, nos
hospeda y se sienta en la cena con nosotros, pasando la tarde juntos a nosotros.
¿Qué nos dice en esa intimidad de su casa? ….
Y nosotros, ¿Qué le decimos? …
No podemos estar cerrados en nosotros mismos, cuando Él, Jesús, abre su intimidad y su amistad.
Es necesario abrirnos también nosotros, debemos ser capaces de abrir la puerta de nuestro corazón
para hacer entrar a Cristo Jesús y hacer que él se quede con nosotros.
Lector 2: “He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y me abre, yo entraré
en él, cenaré junto con él y él conmigo”.
Guía: Si tienes la valentía de abrir aquella puerta, verás que él entrará con esa dulce prepotencia
de la verdad, del amor, y seguramente serás tú quien le insistirás de no irse jamás de ti.
Lector 2: “Quédate con nosotros, porque está anocheciendo”. “Señor, ¿A dónde iremos? Tú solo
tienes palabras de vida eterna”.
Guía: Ahora nos toca a nosotros. ¿Qué nos pide el Señor? ¿Y cuál es nuestra respuesta? ¿Cómo
hacer para que nuestra permanencia con el Señor determine un cambio en nuestra vida? ¿Qué pide
Jesús a aquellos que él escogió para que estuvieran con él? ¿Qué me pide a mí?
Si dejamos que estas preguntas tomen respiro en nuestro corazón, probablemente encontraremos
los caminos que nos lleven a ser discípulos y misioneros de Jesús, de su Evangelio.
Todos: Señor, nos hemos gozado pensando en esta tarde maravillosa en la que llamaste a Juan, a
Andrés, a Pedro y a Felipe o a Natanael, en ese misterio de servirte de unos u otros para escoger
a tus primeros amigos y discípulos. Y hoy, lo sabemos, Tú te sirves de otros para llamarnos a
nosotros para estar cerca de Ti y mandarnos a continuar tu misión. Tú continúas buscando
pescadores de hombres por los caminos del mundo. ¿Me quieres también a mí? Señor, heme aquí,
deseo hacer de mi vida lo que Tú deseas. Heme aquí, estoy listo: ¡llámame! Tú eres el secreto de
la alegría y de la plenitud en la vida. Amén
CANTO: SEÑOR, TOMA MI VIDA NUEVA
Bendición con el Santísimo

3. Rosario Vocacional

- Los gozosos: lunes y sábados.


- Los dolorosos: martes y viernes.
- Los gloriosos: miércoles, y domingos.
- Los de la luz: los jueves.
ORACIONES INICIALES
Guía: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Guía: Señor mío, Jesucristo
Todos: Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quién eres y porque
te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido; propongo firmemente
nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y, cumplir la
penitencia que me fuera impuesta por mis culpas. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en
satisfacción de todos mis pecados, y, así como te suplico, así confío en tu bondad y misericordia
infinita, que los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me darás
gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.
Amén.
OFRECIMIENTO DEL ROSARIO
Oh Virgen María, en la mañana de Pentecostés tú has presidido con tu oración el comienzo de la
misión de la Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo:
Te ofrecemos esta, nuestra plegaria para que, con tu intercesión, obtenga del Señor, una nueva
primavera de vocaciones sacerdotales y religiosas en la Iglesia. Se Tú, la estrella mañanera que
guía la Iglesia, siempre dócil al mandato de su Señor, sobre todo en estos tiempos difíciles pero
llenos de esperanza. Amén.
MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado):
1.- La Anunciación del Ángel a María.
Con su consentimiento sin reservas para ser Madre de Jesús, María pone su vida en las manos de
Dios. Las vocaciones sacerdotales y religiosas brotan ordinariamente allí donde hay cristianos
capaces de superar sus propios intereses y de considerar la vida como un don de Dios para el
servicio de los hermanos.
Pidamos a la Virgen, que los jóvenes sean generosos, como Ella en decir sí a Dios que los llama.
2.-La Visitación de María a su prima Santa Isabel.
Todos los fieles, como María en casa de Isabel, deben llevar el mensaje de salvación de Jesús a
los demás hermanos; pero esta misión, a tiempo completo, es llevada a cabo especialmente por
los sacerdotes y los (las) religiosos(as).
Pidamos a la Virgen, que las familias estén animadas por un intenso espíritu de amor y de fe, de
modo que lleguen a ser auténticos semilleros de vocaciones.
3.-El Nacimiento de Jesús.
Santa María Virgen ha dado a Jesús al mundo: así también los sacerdotes, con la evangelización
y los sacramentos, dan a Cristo Salvador a los hombres de hoy. Colaboran en la obra de la
salvación las personas consagradas en la vida religiosa y en los institutos seculares: Dios necesita
a los hombres para salvar a los otros hombres.
Pidamos a la Virgen que los sacerdotes y los (las) consagrados (as) sean santos para que
santifiquen a sus hermanos.
4.- La presentación de Jesús en el Templo.
La prisa con que María presenta en el Templo al Niño Jesús, nos hace pensar en las madres
cristianas, educadoras amorosas de la piedad de los hijos. A estas madres Dios les concede a
menudo la gracia de un(a) hijo(a) sacerdote o religioso(a).
Pidamos a la Virgen, que las madres cristianas sepan respetar y guiar las vocaciones de sus
hijos(as) que desean consagrarse a Dios y a sus hermanos.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo.
Jesús perdido y encontrado. Un incidente sencillo con un significado profundo: los padres que dan
un hijo o una hija al Señor y no lo pierden, sino que lo encuentran transformado y enriquecido por
la gracia, defensor de los débiles, consolador de los afligidos; portador de salvación.
Pidamos a la Virgen, que ayude a los padres a ser generosos, en ofrecer sus hijos a la vida
consagrada.
MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes):
1.-La Oración de Jesús en el huerto de los olivos.
Jesús, llamado a salvar a la humanidad por medio de la cruz, siente el enorme peso y suda sangre.
Los sacerdotes y los(as) religiosos(as) saben que sus dolores, según la voluntad de Dios, son un
tesoro de redención para los demás.
Pidamos a la Virgen que las personas consagradas sepan reconocer el valor redentor de sus
sufrimientos, unidos a los de Jesús.
2.-La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.
Como Jesús, a menudo los sacerdotes y los(as) religiosos(as) son probados duramente con
murmuraciones y calumnias, con la soledad y el desprecio. Se cumple la palabra del Maestro: “Me
han perseguido a mí, también los perseguirán a ustedes.”
Pidamos a la Virgen que todos los consagrados sientan muy viva la presencia consoladora de Jesús
en los momentos de cobardía y lo sigan por el camino doloroso del Calvario.
3.-La Coronación de Espinas.
“La Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios,
anunciando la cruz y la muerte del Señor hasta que Él venga”. (LG, 8).Esta es misión de la Iglesia
y de cada cristiano. Esta es la vocación del sacerdote y del (la) religioso(a).
Pidamos a la Virgen, que los consagrados sepan aceptar con amor las cruces de la vida.
4.-Jesús con la Cruz a cuestas.
Siguiendo a Jesús a lo largo del camino doloroso de la salvación, el sacerdote y el (la) religioso(a)
pueden sentir la tentación de detenerse.
Pidamos a la Virgen que, como madre amorosa, los sostenga, los levante y los vuelva más
convencidos de que, abrazando los consejos evangélicos, se unen al Señor en su obediencia hasta
la muerte de cruz, enriquecen la vida de la Iglesia y su apostolado se vuelve más fecundo.
5.-La Crucifixión y Muerte de Jesús.
“Urge al cristiano la necesidad y el deber de luchar con muchas tribulaciones, contra el demonio
e incluso padecer la muerte. Pero asociado al misterio pascual, configurado con la muerte de
Cristo, llegará, corroborado por la esperanza, a la resurrección” (GS 22).
Pidamos a la Virgen, que alcance a la Iglesia verdaderos testigos del misterio pascual, que
anuncien y vivan a Cristo crucificado y resucitado.

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)


1.-La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Hoy, como ayer y siempre, Jesús es el Resucitado, es el Dios de la vida y la alegría. Es la primicia
de los resucitados. Su resurrección es garantía de la nuestra.
Pidamos a la Virgen, que los jóvenes en la búsqueda de orientación de su futuro, encuentren la
plenitud de la felicidad en Jesús Resucitado, y lo sigan con la total dedicación de su existencia.

2.- La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo.


Mientras deja la tierra, Jesús confía a los Apóstoles la misión de predicar el Evangelio a todas las
gentes. Desde este momento la Iglesia es misionera. “Enviada de Dios para ser sacramento
universal de salvación, se esfuerza en anunciar el Evangelio a todos los hombres.” (AG1).
Pidamos a la Virgen, que suscite en los jóvenes más comprometidos, la vocación misionera.
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
El Espíritu Santo concede dones particulares y los distribuye como Él quiere, para que también
ellos contribuyan a la edificación de todo el cuerpo de la caridad. (1 Cor.12, 7-11;AA3)
Pidamos a la Virgen, que así como en el Cenáculo imploró para los Apóstoles el don del Espíritu
Santo, así implore sobre los jóvenes confirmados, la luz necesaria para descubrir su vocación, su
particular ministerio en la comunidad.
4.- La Asunción de María a los cielos.
“La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el curso
de la vida terrena, en alma y cuerpo, fue asunta a la gloria celestial” (LG59). Ser llevados al cielo
al fin de los tiempos, es la vocación de todos los bautizados.
Pidamos a la Virgen, que los aspirantes al sacerdocio y a la vida religiosa, se inspiren en Ella y
quieran ser Como Ella, portadores de gracia y de salvación.
5.- La Coronación de la Virgen María como Reina de Cielo y tierra.
“La Virgen Inmaculada, es enaltecida por el Señor, como Reina del Universo, para que se
asemejara más plenamente a su Hijo”.(LG59) Los bautizados, como María, son llamados a ser
semejantes a su Hijo; en la santidad, en la plenitud de la vida cristiana, en la perfección del amor.
Pidamos a la Virgen que todos los cristianos se comprometan a vivir la vocación universal de la
santidad.

MISTERIOS DE LA LUZ (jueves)


1.- El Bautismo de Jesús en el Jordán
Cristo entra en el agua del río. Se abre el cielo, y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto,
mientras el Espíritu Santo desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera.
Pidamos a la Virgen para que interceda para que los jóvenes sean generosos, y al oír la voz del
Padre respondan con valentía con un sí a su llamada.

2.-La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.


En las bodas de Caná ocurre el primer milagro de Jesús. Gracias a la intervención de su Madre,
se adelanta a su hora, y transforma el agua en vino.
Cómo no pedir a tan poderosa intercesora que atienda a tiempo nuestras necesidades, en especial
a lo referente a las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, en la seguridad de que la
“omnipotencia suplicante” nos ha de conseguir la gracia que estamos pidiendo.
3.- El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de
quien se acerca a Él con humilde fe. Así se inicia el ministerio de la misericordia que Dios
continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del Sacramento de la
Reconciliación confiado a la Iglesia.
¡Virgen Santa! Para que el Sacramento de la Reconciliación pueda seguir impartiéndose a lo largo
del tiempo, necesitamos muchos santos sacerdotes. Por tu intercesión, la de San José, la del Beato
Junípero Serra y la de todos los santos, rogamos a Dios nos conceda el aumento de las vocaciones
sacerdotales para que todos los sacramentos puedan ser administrados
4.- La Transfiguración de Jesús.
Según la tradición, tuvo lugar en el Monte Tabor. La Gloria de la Divinidad resplandece en el
rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo escuchen.
“Qué bien se está aquí!” dice Pedro y, olvidándose de sí mismo, quiere construir tres chozas, una
para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías. Todos querríamos como Pedro estar en la Gloria,
para lo cual debemos seguir a Jesús. ¿Cómo seguirlo hoy día si no tenemos sacerdotes que nos
enseñen como hacerlo?
Roguemos a la Santísima Virgen su intercesión para que en el mundo no falten vocaciones
sacerdotales y religiosas y misioneras
5.-Institución de la Eucaristía, Misterio de nuestra Fe.
En la última cena, Jesucristo, Supremo y eterno sacerdote, hace la primera consagración del Pan
y el Vino, diciendo “Esto es mi cuerpo” y “Esta es mi Sangre”, e instituye a continuación el
sacerdocio ministerial, al decir “Haced esto en memoria mía”. Es el milagro perenne de amor que
puede suceder porque el que lo instituye es Amor y Todopoderoso. El que hizo todo de la nada,
¿cómo no va a poder transubstanciar el pan y el vino en su cuerpo y en su sangre, y dar poder a
los consagrados para hacer esto en memoria suya?
Pidamos a la Santísima Virgen su intercesión para que muchos jóvenes puedan prepararse para el
sacerdocio y una vez ordenados administrar este admirable sacramento.
--------------------------------------------------
Padre Nuestro……
Dios te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos
ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia…
R. Santa María, Madre de Dios….

Dios te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos
ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...
R. Santa María, Madre de Dios….

Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto,
en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que
los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies, llena eres de gracia...
R. Santa María, Madre de Dios….

"Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen
concebida sin la culpa Original".
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de
este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh Clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen.
LETANÍAS

Señor, ten piedad de nosotros R. Señor, ten piedad de nosotros


Cristo, ten piedad de nosotros R. Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros R. Señor, ten piedad de nosotros

Cristo, óyenos R. Cristo, óyenos


Cristo, escúchanos R. Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial R. Ten piedad de nosotros


Dios Hijo Redentor del mundo R. Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo R. Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad R. Ten piedad de nosotros

Santa María, madre de Dios R. Ilumina nuestra vocación


Madre de Jesucristo R. Ilumina nuestra vocación
Esposa de Dios, Espíritu Santo R. Ilumina nuestra vocación
Madre del sí a Dios R. Ilumina nuestra vocación
Madre de la Esperanza R. Ilumina nuestra vocación
Madre del Amor R. Ilumina nuestra vocación
Madre dócil a la Palabra R. Ilumina nuestra vocación
Madre de la luz R. Ilumina nuestra vocación
Madre de la Iglesia R. Ilumina nuestra vocación
Madre modelo a seguir R. Ilumina nuestra vocación
Madre de los sacerdotes R. Ilumina nuestra vocación
Madre de los jóvenes R. Ilumina nuestra vocación
Madre generosa R. Ilumina nuestra vocación
Madre de bondad R. Ilumina nuestra vocación
Virgen de la escucha R. Ilumina nuestra vocación
Virgen fiel R. Ilumina nuestra vocación
Vasija del amor de Dios R. Ilumina nuestra vocación
Arcilla que se deja modelar R. Ilumina nuestra vocación
Creyente fiel R. Ilumina nuestra vocación
Reina de la fe R. Ilumina nuestra vocación
Semilla de esperanza R. Ilumina nuestra vocación
Estrella de salvación R. Ilumina nuestra vocación
Esclava de Dios R. Ilumina nuestra vocación
Roca de la fe R. Ilumina nuestra vocación
Modelo de entrega a Dios R. Ilumina nuestra vocación
Portadora del Evangelio R. Ilumina nuestra vocación
Ideal de santidad R. Ilumina nuestra vocación
Templo del Espíritu Santo R. Ilumina nuestra vocación
Reina y Madre de los consagrados R. Ilumina nuestra vocación

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo


R. Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
R. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
R. Ten piedad y misericordia de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas. Antes bien, líbranos
de todos los peligros, Oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. R/. Amén.

ORACIÓN A LOS SANTOS MÁRTIRES DE DURANGO


Dios Padre Todopoderoso, que has querido que los Santos Mártires Duranguenses, San Luis Batis,
San Mateo Correa, San Manuel Morales, San Salvador Lara y San David Roldán, derramaran su
sangre por el amor a Cristo en nuestra tierra, concédenos que su ejemplo nos mueva a todos los
fieles de la Arquidiócesis de Durango, para que, utilizando todos los medios a nuestro alcance y,
sobre todo, llenos de tu gracia, busquemos con valentía y decisión la santidad.
Ven en ayuda de nuestra debilidad, para que podamos dar con nuestra vida, el mismo testimonio
de ti que ellos no dudaron en dar con su muerte, y suframos valerosamente todas las adversidades
por tu Hijo que nos ama. Te pedimos que la intercesión de San Luis Batis y San Mateo Correa
proteja a nuestros sacerdotes jóvenes, ancianos y enfermos, haciéndolos dignos, puros, santos y
sabios, que vivan con santidad su ministerio transformándolos en ofrendas vivas, agradables a tu
presencia.
Te rogamos que la intercesión de San Manuel Morales proteja a nuestras familias, en especial a
nuestros matrimonios que estén atravesando alguna dificultad, para que su fe se acreciente, su
esperanza se fortalezca y el amor se expanda en su vida cotidiana.
Te suplicamos que la intercesión de San David Roldán y San Salvador Lara protejan a nuestros
jóvenes y a nuestros niños, que siempre y en todo momento tengan la valentía de abrir su corazón
a Cristo y que formen su espíritu y su alma en la pureza, la valentía y la santidad.
Que sepamos impulsar con audacia evangélica, la difusión de la Palabra de Dios como ellos lo
hicieron, a través de nuestro testimonio y de la misión permanente. Que la intercesión de Santa
María de Guadalupe nos cubra con su manto de amor y misericordia, para que seamos capaces de
imitar y acompañar a aquellos fieles hijos suyos que dieron la Vida por Cristo. Te lo pedimos por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén

SANTOS MÁRTIRES DURANGUENSES,


RUEGUEN POR NOSOTROS.

Oración por las vocaciones


¡Oh Jesús, Buen Pastor, dígnate mirar con ojos de misericordia, a esta porción
de tu grey amada.
Señor suscita en tu Iglesia vocaciones sacerdotales, consagradas y laicales
para extender tu Reino.
Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y
Santa Madre
¡Oh Jesús danos vocaciones según tu corazón!

También podría gustarte