Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ensayo
randall.namu@gmail.com
Introducción.
[1]
avances en la exploración de su riqueza biocultural y continúen aportando información. En
el caso de Costa Rica, si bien no hay un antecedente robusto en esta área, algunas
iniciativas aisladas, su amplio y continuo registro de la biodiversidad, así como su
diversidad cultural estudiada desde la antropología y la lingüística, crean un ambiente de
oportunidad para el desarrollo del estudio biocultural. Por lo tanto, este ensayo tiene como
propósito repasar los elementos teóricos básicos sobre esta temática, así como detallar los
aspectos locales en Costa Rica que pueden ser insumo para el impulso de este enfoque.
Diversidad biocultural.
[2]
en una sociedad o en un entorno globalizado. Así, esta se refiere a la diversidad de las
culturas humanas que incluyen todas las variedades de manifestaciones de estos elementos
anteriores.
[3]
En cuanto lo anterior, algunos estudios han abordado estas relaciones y conexiones,
uno de los patrones más interesantes que se han encontrado a nivel global, tomando la
lengua como un indicador de la diversidad cultural, es la correlación espacial entre los
sitios de alta biodiversidad con los sitios de alta diversidad lingüística, (Harmon 1996;
Maffi, 2005; Maffi, 2007, Pretty et al., 2009; Loh y Harmon, 2014). Estos análisis han
demostrado una notable superposición entre la diversidad lingüística y biológica en todo el
mundo, con la mayor concentración de países biológica y culturalmente megadiversos en
América Central y del Sur, África central, Asia meridional y sudoriental y el Pacífico. La
correlación que se encontró en la diversidad biológica y la diversidad lingüística refleja la
interconexión profunda entre la naturaleza y la cultura. Las áreas con alta biodiversidad
suelen albergar también una gran diversidad de lenguas, es decir, estas diversidades son
recíprocas y geográficamente coterráneas ya que los ecosistemas ricos y diversos suelen
estar habitados por comunidades humanas igualmente diversas (Luque et al. 2018).
Sobre las posibles causas de esta correlación, Maffi (2007) sistematiza algunas de
las propuestas que han surgido desde diferentes investigaciones. En general, se propone que
factores geográficos y climáticos como la baja latitud, altas precipitaciones, temperaturas
altas, costas y montañas se correlacionan positivamente con alta diversidad lingüística y
biológica. Se ha encontrado también que las latitudes más altas, llanuras y climas más secos
tienden a mostrar menor diversidad en ambos ámbitos. También, expone que las diferencias
en modos de subsistencia, influenciados por geografía y clima, ayudan a explicar estos
patrones. Esto es que, un mayor acceso a recursos favorece fronteras y sociedades más
pequeñas, lo que aumenta la diversidad lingüística. En áreas con recursos limitados,
[4]
sociedades más ampliamente distribuidas se desarrollan, estas sociedades complejas y
economías de gran escala se correlacionan con una disminución de la diversidad lingüística
y biológica.
Con el tiempo una amplia variedad de subdisciplinas surgió para abordar las
interconexiones entre la diversidad biológica y cultural (Pretty et al. 2009). Actualmente,
este campo de estudio ha permitido la construcción de una teoría biocultural que no
solamente se enfoca en la diversidad, si no también en otros campos como los derechos
humanos, la política entre otros. Carroll et al. (2017) expresan que la teoría biocultural
busca comprender las interacciones entre adaptaciones biológicas y construcciones
culturales. Además, expresan que su objetivo es integrar la investigación evolutiva y
cultural para una comprensión más completa del comportamiento humano. Indican que, en
las últimas dos décadas, ha surgido como un marco integral para la investigación
biocultural con contribuciones significativas de diversos campos. Por ejemplo, se abarcan
desde análisis de culturas específicas hasta la evolución humana, incluyendo coevolución
gen-cultura, historia de la vida humana, psicología social evolutiva, entre otros.
[5]
humanos y aquellas en las ciencias naturales que se centran en la riqueza evolutiva del
mundo no humano (Loh y Harmon, 2005). El resultado es una visión más integrada de los
patrones que caracterizan la vida en la Tierra. Los conceptos necesarios para comprender la
historia biocultural surgen de múltiples disciplinas, esto debido a la variedad de
información necesaria para construir un paradigma biocultural maduro (Carroll et al. 2017).
En esa coyuntura, la teoría biocultural, como área de investigación, está aún en
construcción, en medio de un debate conceptual significativo, principalmente debido a las
tradiciones disciplinarias diversas y a las posturas ideológicas y políticas de los sectores
sociales en los que está emergiendo, pero a su vez la tesis de la diversidad biocultural se
está consolidando en el medio académico (Luque et al. 2018).
[6]
Alarcón-Cháires (2018) expone que el lenguaje ha permitido que el conocimiento
fuera transmitido y adaptado al ambiente socioecológico particular, así mismo, la naturaleza
se expresó́ a través del lenguaje. Esta interacción entre las dos entidades independientes
pero interrelacionadas favoreció́ la existencia de sociedades con bases de lo que ahora
llamamos sustentabilidad y con manejo adaptativo. Cuando alguno de las dos entidades no
reconoce el “lenguaje” de la otra, se vienen las calamidades socioambientales que ahora
vivimos. Cuando se dan pérdidas en uno de los componentes de la diversidad biocultural
(por ejemplo, conocimientos y prácticas locales) podría resultar en una pérdida
concomitante del otro (por ejemplo, la integridad ecológica) y, aunque se producirá un
reemplazo, es poco probable que sea tan complejo o refinado (Pretty et al. 2009).
Los riesgos de perder son altos, los lingüistas están llamando la atención sobre la
veloz y dramática extinción de las lenguas en el mundo, ya que se estima que, para finales
del siglo XXI, de las lenguas actuales habrán desaparecido entre un 50 y 90% (Luque et al.
2018). En ese escenario es importante evaluar el estado actual la diversidad biocultural
global. Loh y Harmon (2014), hacen una amplia revisión y análisis de las principales
amenazas que tiene la riqueza biocultural. Reportan que tanto la biodiversidad como la
diversidad lingüística están amenazadas a nivel mundial y están disminuyendo a diferentes
ritmos en diferentes regiones del mundo. Destacan que las pérdidas más rápidas de
diversidad lingüística se han producido en las Américas, donde el 60% de las lenguas están
amenazadas o se han extinguido desde 1970.
[7]
Acerca de la pérdida de diversidad lingüística, comparten que los lingüistas
identifican alrededor de 7.000 idiomas hablados en todo el mundo. Por otra parte,
comunican que hay una distribución enormemente sesgada de hablantes entre las lenguas
del mundo. Aproximadamente la mitad de las lenguas del mundo tienen menos de 10.000
hablantes. Luego, el cuarenta por ciento de nosotros ocupamos el pequeño grupo de lenguas
que poseen más de 100 millones de hablantes. Poco más del uno por ciento de la población
mundial es responsable de mantener más de 5.000 lenguas, la mayoría con menos de
100.000 hablantes cada una. Sorprendentemente, sólo alrededor del 0,1% de la población
mundial o alrededor de 8 millones de personas, son responsables de mantener vivas la
mitad (alrededor de 3.500) de las lenguas del mundo.
[8]
Los riesgos que existen alrededor de la diversidad biocultural han generado que este
concepto considere orientaciones en diferentes dimensiones, originalmente un discurso
ambiental, ya que, por un lado, emerge de la problematización de la relación sociedad-
naturaleza en el ámbito científico multi e interdisciplinario, mientras que en otra arista, se
expresa como una voz en un contexto donde hay problemas éticos globales que están
relacionados a la movilización social relativo a la pérdida de derechos culturales y
ambientales (Luque et al. 2018). Hay un difícil panorama actual donde las regiones de
mayor valor biocultural se ven amenazadas por una globalización y su sistema económico,
en donde urge la promoción de derechos colectivos, así como resguardar y hacer valer los
marcos internacionales y normas nacionales existentes donde reconozca el axioma
biocultural (Toledo, 2018). En este sentido, el campo de la diversidad biocultural no ha
adoptado la “neutralidad” académica convencional, desde sus inicios, ha adoptado un fuerte
componente de ética y derechos humanos y ha promovido una visión en la que la
protección de los derechos (tanto individuales como colectivos) este íntimamente conectada
con la afirmación de las responsabilidades humanas y la administración de la herencia
natural y cultural de la humanidad (Maffi, 2007).
[9]
La integración de disciplinas que propone la diversidad biocultural es un aspecto
que puede fortalecer los procesos de conservación. Con el trabajo conjunto no sólo se
conservarían juntas la diversidad biológica y cultural en el entorno en el que ambas
evolucionaron, protegiendo así toda la gama de diversidad biocultural viva, sino también
los sistemas tradicionales de gestión de recursos, un componente fundamental de las
identidades culturales que ahora están en retirada podría aplicarse a la conservación del
paisaje, las especies que lo componen y sus lenguajes (Loh y Harmon, 2014). La diversidad
biocultural podría ir un paso más allá, al generar un intento a un acercamiento
transdisciplinario que integre no solo diferentes disciplinas si no que también diferentes
epistemologías e incorporar distintas fuentes de conocimiento.
El enfoque biocultural también destaca el papel del lenguaje como vehículo para
comunicar y transmitir valores culturales, conocimientos y prácticas tradicionales y, por
tanto, para mediar en las interacciones y las adaptaciones mutuas entre humanos y el medio
ambiente(Maffi, 2007). El mantenimiento de la diversidad cultural en el futuro, y el
conocimiento, las innovaciones y las perspectivas que contiene, aumenta la capacidad de
los sistemas humanos para adaptarse al cambio (Pretty et al. 2009).
[10]
En primer lugar, exploraremos el contexto social a través de sus instituciones
normativas, luego el estado actual de la herencia biológica y cultural. Después veremos en
términos muy generales la riqueza biocultural que se dibuja en el territorio, así como las
aproximaciones que se han desarrollado desde el concepto de diversidad biocultural.
En materia cultural hay normas legales como la Ley sobre Patrimonio Nacional
Arqueológico (Ley 6703 de 1981), así mismo el país está suscrito a convenciones
internacionales como la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial (2003) y la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las
Expresiones Culturales (2005) que se destaca como un instrumento que reafirma el deber
de los Estados en lo concerniente a la protección la diversidad de expresiones culturales.
Respecto a los derechos relativos a culturas indígenas, el país está suscrito al Convenio 189
del OIT y la Ley Indígena (6172 de 1977) que buscan el resguardo de los derechos
culturales y territoriales.
A pesar de todo lo anterior, el Informe Estado de la Nación (2023) indica que Costa
Rica documenta un crecimiento acumulado de especies amenazadas del 123,4%, del 2011
al 2022 según los datos de la UICN. El informe también indica un aumento de incendios
forestales y quemas que afectan ecosistemas y generan emisiones de contaminantes como el
dióxido de carbono. Lo anterior, se suma a un alto de uso de agroquímicos, reportando la
[11]
importación en el año 2022 de 16.8 millones de kilogramos de ingrediente activo, un 2.5%
más que el año precedente, además se registró que el 54.2% de este se queda en el territorio
nacional, colocando a Costa Rica, según la FAO, en el primer lugar de 100 países
analizados en el promedio de uso de plaguicidas por hectárea. Esto sin duda es un reflejo de
la presencia de altos riesgos a la diversidad biológica.
Por otra parte, los derechos culturales de las comunidades indígenas estos han sido
vulnerados y violentados. Especialmente ha habido una desposesión histórica de las tierras
indígenas, a pesar la normativa existente al respecto (Gutiérrez y Moya, 2018).
Adicionalmente, se ha registrado la pérdida de idiomas como el huetar y el chorotega,
culturas indígenas contemporáneas cuya lengua se extinguió entre los siglos XVIII-XIV
(Sánchez, 2020). Esto manifiesta un alto riesgo a una continua erosión de la diversidad
cultural.
[12]
culturas indígenas desde Nicaragua como los misquitos, sumos y ramas, aunque se
desconoce el estado de sus lenguas en Costa Rica.
En este contexto, los estudios con una aproximación a la diversidad biocultural son
escasos, algunos ejemplos se han desarrollado en la región sur del país con el pueblo
ngöbe/Ngäbe (Campregher, 2011; Montoya-Greenheck, 2018) en el valle central cerca de la
capital del país (Padilla-Mejía y Ramírez-Calvo, 2019) y en comunidades costeras y
pesqueras del golfo de Nicoya (Montoya-Solano et al. 2023). Aunque existe una diversidad
importante diversidad biológica y cultural en el país que se desconoce en su mayor parte
desde la mirada biocultural.
En síntesis, aunque Costa Rica se define como un país con capacidades para
reconocer y resguardar su diversidad biológica y cultural, posee grandes retos para evitar la
pérdida esta riqueza. Por otra parte, al ser un país con una gran biodiversidad y una
variedad de culturas y lenguas, tiene un alto potencial para desarrollar el concepto de la
diversidad cultural tanto como área de estudio como estrategia de conservación integral que
busque soluciones o enfoques a al cuidado de la naturaleza, los saberes, idiomas y derechos
culturales en general.
Referencias.
Alarcón-Cháires, P. (2018). Bioculturalidad y conservación de la naturaleza. Tópicos
bioculturales, 89-98.
Bermúdez, T., y Obando, V. O. (2021). Biodiversidad en cifras: avances en el conocimiento
de especies en Costa Rica. Biocenosis, 32(2), 51-58.
Carroll, J., Clasen, M., Jonsson, E., Kratschmer, A. R., McKerracher, L., Riede, F., ... y
Kjærgaard, P. C. (2017). Biocultural theory: The current state of knowledge.
Evolutionary Behavioral Sciences, 11(1), 1-15-
Campregher, C. (2011). Conservación de la diversidad bio-cultural en Costa Rica:
comunidades indígenas y el ambiente. Cuadernos de antropología, 21, 1-20.
Cocks, M. (2010). What is biocultural diversity? A theoretical review. Human ecology:
Contemporary research and practice, 67-77.
Constitución Política de la Republica de Costa Rica (1949).
[13]
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. (2003). UNESCO.
Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones
Culturales. (2005). UNESCO.
Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. (1989).
Organización Internacional del Trabajo.
Convenio sobre Diversidad Biológica. (1992). Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Organización de las Naciones Unidas.
Echeverría, B. (2019). Definición de la cultura. Fondo de Cultura Económica.
Elands, B. H., Vierikko, K., Andersson, E., Fischer, L. K., Goncalves, P., Haase, D., ... y
Wiersum, K. F. (2019). Biocultural diversity: A novel concept to assess human-nature
interrelations, nature conservation and stewardship in cities. Urban Forestry y Urban
Greening, 40, 29-34.
Gavin, M. C., McCarter, J., Mead, A., Berkes, F., Stepp, J. R., Peterson, D., y Tang, R.
(2015). Defining biocultural approaches to conservation. Trends in ecology y
evolution, 30(3), 140-145.
Gutiérrez, J. A., y Moya, C. (2018). Pueblos indígenas y Estado costarricense: disputa de
derechos y control territorial. Revista Rupturas, 8(2), 169-192.
Harmon, D. "Losing species, losing languages: Connections between biological and
linguistic diversity." Southwest journal of Linguistics 15.1y2 (1996): 89-108.
Jahoda, G. (2012). Critical reflections on some recent definitions of “culture”. Culture y
Psychology, 18(3), 289-303.
Ley 6172. (1977). Ley Indígena. Asamblea Legislativa.
Ley 6703. (1981). Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico. Asamblea Legislativa.
Ley 7317. (1992). Ley de Conservación de la Vida Silvestre. Asamblea Legislativa.
Ley 7575. (1996). Ley Forestal. Asamblea Legislativa.
Ley 7788. (1998).Ley de Biodiversidad. Asamblea Legislativa.
Loh, J., y Harmon, D. (2005). A global index of biocultural diversity. Ecological Indicators,
5(3), 231–241.
Loh, J., y Harmon, D. (2014). Biocultural diversity: threatened species, endangered
languages. WWF Netherlands, Zeist, The Netherlands.
Luna, R. B. (2013). El concepto de la Cultura: definiciones, debates y usos sociales. Revista
de claseshistoria, 2, 1-24
Luque, D., Martínez-Yrízar, A., López, G., y Murphy, A. D. (2018). Los complejos
bioculturales. Tópicos bioculturales, 7-33.
[14]
Maffi, L. (2005). Linguistic, cultural, and biological diversity. Annu. Rev. Anthropol., 34,
599-617.
Maffi, L. (2007). Biocultural diversity and sustainability. The SAGE handbook of
environment and society, 267-278.
Montoya-Greenheck, F. (2018). Biocultural diversity and Ngöbe people in the South Pacific
of Costa Rica. From Biocultural Homogenization to Biocultural Conservation, 361-
378.
Montoya-Solano, R.A., Vargas-Valverde, I., Romero-Serrano, D., Álvares, B., Torres, F.,
Peralta, E.,...Rojas, E. (2023). Guía de aves y saberes locales de isla Caballo.
Publicaciones Universidad Nacional. Heredia. Costa Rica. Disponible en
https://repositorio.una.ac.cr/handle/11056/27118
Padilla-Mejía, A., y Ramírez-Calvo, D. (2019). Las aves dentro de la memoria biocultural
de la población del Cantón de Paraíso, Cartago, Costa Rica. Zeledonia, 23(2).
Pretty, J., Adams, B., Berkes, F., De Athayde, S. F., Dudley, N., Hunn, E., ... y Pilgrim, S.
(2009). The intersections of biological diversity and cultural diversity: towards
integration. Conservation and Society, 7(2), 100-112.
Programa Estado de la Nación. (2023). Informe Estado de la Nación. Consejo Nacional de
Rectores.
Sánchez, C. (2020). Diversidad lingüística de Costa Rica/ Lenguas de Costa Rica.
Dipalicori, Universidad de Costa Rica. Disponible en
https://dipalicori.ucr.ac.cr/articulos/lengua/
Toledo, V. (2018). El axioma biocultural y su expresión en el espacio. Tópicos
bioculturales, 67-76.
[15]