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El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre, un producto natural resultado de la interacción de cinco factores
formadores: clima, roca madre, relieve, biota (vegetales y animales) y el transcurso del tiempo.
Componente fundamental del medio, es tanto soporte de la vida vegetal como sustrato de la mayor parte de las
actividades desarrolladas por el hombre.
Estas cualidades combinadas repercuten sustancialmente en las actividades humanas a través de:
Molisoles: excelentes suelos agrícolas cuyo espesor de casi 10 cm es rico en materia orgánica; en general están
bien drenados. Corresponden a zonas húmedas y subhúmedas. Son los de mayor fertilidad y de mayor valor
económico de la provincia. Se los encuentra especialmente en las planicies orientales y en el piedemonte.
Alfisoles: contienen arcilla y otros minerales. Suelen presentar problemas de drenaje. Son buenos suelos
agrícolas a pesar de contener menos materia orgánica (humus) que los anteriores.
Entisoles: son suelos débilmente desarrollados sobre materiales transportados por agua (aluviales) o deslizados
por gravedad (coluviales). Están presentes en las sierras de Córdoba.
Ardisoles: son suelos de zonas áridas, de color ocre con muy bajo contenido de materia orgánica, de escasa
fertilidad, textura gruesa, permeables, sensibles a la erosión. Pueden ser cultivables bajo riego, pero corren el
riesgo de la salinización. Su valor económico depende de la capacidad forrajera de la cubierta vegetal
espontánea, la cual permite el pastoreo extensivo. Es fundamental mantener un equilibrio para no provocar
erosión por sobrepastoreo.
Suelos en problemas.
Salinidad: se vincula con los contenidos de sales solubles en el suelo. Un suelo excesivamente salino permite el
desarrollo de pocas especies. Las zonas circundantes con la depresión de Mar de Ansenuza presentan hasta un
30 % de salinidad.
Drenaje: se asocia con la rapidez o facilidad con que el agua se elimina del suelo tanto por escurrimiento
superficial como por infiltración y pasaje a través del suelo hacia las capas subterráneas o bien mediante
evaporación y transpiración. Se considera drenaje bueno a los suelos que presentan condiciones óptimas (que
retienen agua después de lluvia una cantidad apropiada para cultivos). Zonas del centro y este de la provincia
poseen buen drenaje, mientras que presentan problemas el área de las sierras, planicie occidental y el sur de la
misma.
Erosión eólica: incluye casos de gran alteración, cuando el viento ha removido prácticamente todo el suelo y
abundan médanos activos y hoyas medanosas. La intervención humana inadecuada degrada los médanos y
favorecen su expansión. Zonas del noroeste provincial y del departamento río Cuarteo presentan este
problema.
Erosión hídrica: produce pérdidas de suelo, canales excavados y cárcavas de magnitud. De mayor a menor daño,
son ejemplos los dptos. de Calamuchita (en Cañada de Álvarez y Monsalvo), Santa María (en Cosme y San
Antonio), Tercero Arriba y Río Cuarto.
Pendiente Oriental:
Las variaciones climáticas, las formas de relieve y el tipo de suelo que presenta esta planicie se reflejan en los
distintos tipos de cuencas que la componen.