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COLOMBIA ¿POTENCIA HÍDRICA?

Por: Álvaro Enrique Castañeda Torres

Es frecuente escuchar en los corrillos ambientalistas que Colombia es un país rico en tierras
y aguas, bendecida por la naturaleza, con tres cordilleras, grandes ríos que surcan sus
tierras, diversidad climática, altísima biodiversidad, abundantes cuencas si lo hidrográficas,
con vocación agrícola, forestal y autosuficiente desde el punto de vista alimentario, ¿Es todo
esto cierto?

Una mirada sus tierras y aguas de Javier altos índices de erosión y sedimentación, mala
calidad del recurso agua, baja productividad y altos índices de contaminación y de pobreza,
así como altos niveles de desnutrición.

Para reflexionar y entender el potencial hídrico de un país, y sus problemas con el recurso
agua, se debe tener la respuesta a preguntas elementales como ¿qué es el agua?, ¿de dónde
se encuentra?, ¿cuál es su dinámica?

El agua, fuente de vida, base principal de todos los organismos vivos, constituida por dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, en moléculas tridimensionales con forma de ángulo
cercano a los 45°, y con cargas eléctricas residuales que le dan una característica bipolar,
recurso vital solvente universal, conductora de la electricidad, tan abundante que se
encuentra, según parece, dispersa por todo el universo, viaja a través del espacio formando
parte de cometas y meteoros y en la tierra se encuentra ocupando las tres cuartas partes
de su superficie, constructora de paisajes y ecosistemas está presente en los diferentes
estados de la materia (sólidas, líquida y gaseosa) y sigue un ciclo cerrado, el llamado ciclo
hidrológico.

¿si sigue un ciclo cerrado y hasta donde se sabe, no escapa de nuestro ámbito atmosférico,
por qué parece haber cada día menos agua? Para todo el mundo es claro que el agua rara
vez porno decir nunca, se encuentre químicamente pura, siempre contiene sales y solutos
de su concentración las clasificamos como agua dulce y agua salada, las primeras llamadas
continentales y la segunda llamadas marinas. Para entender el funcionamiento de cualquier
ciclo se puede comenzar por cualquier parte, en este caso para entender el ciclo del agua
comenzaremos por el Sol, astro rey que con su magnificencia, en su diario trabajar,
convierte mediante procesos de fusión nuclear dos átomos de hidrógeno en uno de helio,
milagro termodinámico que libera grandes cantidades de energía, y también de partículas
físicas, el viento solar, viento que es atraído por el campo magnético de la tierra incorporado
en forma de electricidad por los polos dando lugar a un espectáculo grandioso, las auroras
boreales y australes, cantidades inimaginables de electricidad que se incorporan a nuestro
planeta cargando magnéticamente las partes internas de nuestro magma, obligando a
nuestros océanos como un gigantesco engranaje, a rotar en forma circular alrededor de los
polos magnéticos y dar inicio a las corrientes marinas, corrientes que permiten que aguas
frías fluyan hasta lugares más fríos dando origen a la principal fuente de agua dulce
conocida, y las nubes, transportadas por el viento se convierten en lluvias o precipitación
pluvial.

¿Qué se requiere para que el agua gaseosa, se convierte en agua líquida? ¿será un simple
proceso de cambios de presión como lo muestran nuestros meteorólogos-modelos en la
televisión? No, el simple cambio de presión atmosférica no es suficiente para generar lluvia
o precipitación, se requiere que flotando en la atmósfera se encuentra en partículas muy
finas, cargadas negativamente capaces de atraer el agua alrededor de sí mismas hasta
formar gotas lo suficientemente grandes para que sean atraídos por la gravedad, partículas
conocidas como núcleos de condensación.

¿cuáles son las principales y más abundantes partículas que se comportan como núcleos de
condensación? Las partículas más abundantes en la tierra, como características que las
hacen comportarse como núcleos de condensación, son principalmente el polen, las
esporas, las arcillas, las cenizas volcánicas, la sal marina y la contaminación atmosférica.

Colombia, otro era un país rico en bosques, no muestra problemas de agua ni de eficiencia
de precipitación. Las épocas secas rara vez eran extremadamente secas y aunque las épocas
son mías eran probablemente más húmedas no se presentaban inundaciones ni procesos
erosivos de la magnitud en que se presentan ahora. ¿La razón? La abundante cantidad de
polen y esporas flotando por sobre nuestros bosques, condensaban y precipitaban el agua
atmosférica en estado gaseoso, siguiendo las leyes de la zona de confluencia intertropical,
esto es, masas de aire provenientes del norte y del sur que confluyen sobre nuestro
territorio dos veces al año generando nuestros “inviernos y veranos” muy diferentes a los
que ocurren en otras latitudes.

Infortunadamente, con la rana creencia que de nuestro país es un país agrícola, de que
tenemos suelos de alta calidad y que por ende, el país especialmente el sector rural debe
estar poblado por campesinos, alejados de la ciudad (eso si, sólo los campesinos, los
intelectuales no, estos deben permanecer en la ciudad, su contacto con el campo debe
restringirse a salir los domingos a disfrutar de su buen sancocho criollo) se ha generado una
cultura del campo, llamada economía rural, agresiva, depredadora de los recursos
naturales, en donde uno de los principales efectos ha sido la deforestación de los bosques
y por consiguiente de la disminución de los núcleos naturales de condensación. Esta cultura
de la deforestación, del monocultivo y de la ganadería extensiva a eliminado de una manera
dramática la presencia de núcleos de condensación en el aire y por consiguiente ha
disminuido la cantidad de lluvias haciendo que las temporadas secas sean cada vez más
secas, generando vulnerabilidad a los fenómenos globales como “El Niño”, existente desde
los comienzos del tiempo pero acentuado en esta época por nuestra incomprensión e
ignorancia.

Si cada vez llueve menos debido a estos procesos, ¿por qué cada vez que hay épocas de
lluvias, se presentan inundaciones, pérdidas de cultivos y de infraestructura productiva?
¿Será que por nuestra cultura no solamente estamos afectando la parte atmosférica del
ciclo hidrológico, sino la parte hidrogeológica del ciclo?

Lamentablemente todo parece indicar que si el agua líquida atraída por la gravedad llega al
suelo y dependiendo de su calidad de composición generalmente toma dos vías. Si el suelo
está cubierto de vegetación multiestrata, con abundantes raíces profundas, lo más probable
es que parte del agua será absorbida por el sistema radicular Y devueltas al medio por
mecanismos de evopotranspiración, la otra parte, debido a la fuerza de la gravedad es
infiltrada y almacenada en los reservorios de agua dulce más importantes en los
continentes, los acuíferos.

Si el suelo está desnudo, o cubierto por vegetales de poca profundidad radicular como
pastos, gramíneas, hortalizas, monocultivos, o si el suelo estado sujeto que más
“tradicionales “, lo más seguro es que esté impermeabilizado y endurecido, todos sabemos
que si cocinamos arcilla ésta se convierte en uno de los elementos más duros y resistentes
en la tierra, los ladrillos. Entonces ¿qué pasa con las aguas de lluvia cuando encuentran un
suelo fuertemente intervenido por actividades agropecuarias, con cubierta vegetal de
raíces de poca profundidad, sobremecanizado, endurecido impermeabilizado? Elemental,
el agua no se infiltra no recarga de los acuíferos, el agua se pierde por escorrentía,
ocasionando sedimentación, crecidas e inundaciones. Por esa razón, así estén
disminuyendo las lluvias cuando ocurren estas no infiltran y por consiguiente todas van a
dar a las partes más bajas generando desgracias, pérdidas materiales y aumentan el
resentimiento y la desesperanza social.

Entonces aparece un nuevo elemento muy importante en el ciclo hidrológico, vital para el
equilibrio y disponibilidad de agua en nuestro país, los acuíferos, poco tenidos en cuenta en
la formulación de los famosos y te mudas planes de ordenamiento de cuencas hidrográficas
o POMCAS como se le conocen.

¿Qué es un acuífero? Un acuífero es una estructura rocosa, de gran extensión y profundidad


constituida por materiales rocosos por osos o por fragmentos de roca, con la capacidad de
absorber, almacenar y suministrar agua dulce o corriente en forma de manantiales o pozos.
Hay varias clases de acuíferos, los hay confinados, cuyo aprovechamiento solamente puede
hacerse a través de perforación de pozos, semiconfinados los cuales tienen un área por
donde se recarga y se descargan (éstas son las descargas un popularmente conocida como
“nacimientos“) Y los no confinados, los cuales se encuentran sobre la superficie en forma
de pantalón naturales, humedales, paramos, capaz de cenizas volcánicas y vegas de
inundación de los grandes ríos que drenan el territorio colombiano.

En Colombia los acuerdos más importantes son semiconfinados, que se encuentran en rocas
porosas (areniscas), depósitos de pie de ladera y en fallas geológicas (ver mapa):
Todo acuífero en mi confinado tiene un área por donde recargar el agua lluvia dependiendo
de la permeabilidad y la conductividad hidráulica y de su cubierta vegetal, y una zona por
donde descarga, es decir, donde se forman los nacimientos y manantiales.

Increíblemente en Colombia los planes de ordenamiento territorial y de manejo de cuencas


hidrográficas dan mayor prioridad a la zona de descarga (nacimientos) que a las zonas de
recarga, como si la simple siembra de árboles en un nacimiento, o en los bordes de los ríos
y cañadas, o con declarar franja de 30 m al lado y lado de las corrientes de agua fueran
aumentar los caudales, o como si pudieran generar agua de la nada, como si estás en
formada por generación espontánea. ¡No! El agua no se forma por generación espontánea,
el agua cumple un ciclo y si existe un nacimiento manantial en alguna parte, es porque en
otra parte existe una recarga de agua lluvias, y es de la mayor importancia identificar y
comprender la zona de recarga, con el fin de garantizar una buena descarga.

Sorprende escuchar, en los programas medio ambientales de nuestra TV, expertos


ecologistas hablar de protección de nacimientos, de la importancia de los páramos como
esponjas y de la necesidad de reforestar riveras de los ríos y cañadas así como de los mal
llamados humedades. Aunque no se puede negar su importancia, la cantidad de agua que
puede ser retenida por un páramo es mínima. Una delgada capa de materia orgánica o la
presencia de algunos líquenes no es suficiente para garantizar el reservorio de grandes
caudales ¿Cuándo se ha visto que un paramos forme algún río caudaloso desde el principio?
En realidad, los ríos aumentan su caudal cuando pasan por alguna falla geológica, o sobre
un acuífero, ya sea por roca porosa o depósitos de pies de ladera.

¿Y para que sirve reforestar las márgenes de los ríos? ¿¿para que sirve declarar franjas
protectoras 30 m al lado y lado de los cauces y 50 m alrededor de los nacimientos? La
respuesta es una sola, desde el punto de vista de los acuíferos ¡no sirve para nada! Es
probable que sirva como refugio a especies de fauna, o que disminuyen la posibilidad de
evaporación de la corriente por efectos del viento, pero para que esto sirva para mejorar o
aumentar el caudal o la cantidad de agua es muy dudoso; lo que demuestra es una amplia
comprensión y una visión muy simplista sobre el tema.

La identificación y cuantificación de los acuíferos en Colombia es una prioridad nacional. La


identificación, reglamentación y manejo de las zonas de recarga hídrica es mucho más
importante que la formulación de planes de manejo de cuencas hidrográficas, que sólo
tienen en cuenta el agua descargada y la visión de la comunidad. Si el agua se acaben los
acuíferos y esto se agotan, si no hay núcleos de condensación suficientes para el aire que
generen lluvias ¿para qué planes de manejo? ¿para que la participación de la comunidad?

Y este es uno de los grandes problemas en que se ven abocados los especialistas en el
manejo de cuencas hidrográficas: el tener que estar dando participación y gusto a los
intereses particulares de la comunidad. El asunto es tan grave que la comunidad no
encuentra la diferencia entre un plan de ordenamiento de cuencas hidrográficas, con un
plan de desarrollo o con un plan de ordenamiento territorial. En todas las reuniones para
concertación del manejo de cuencas hidrográficas, la comunidad se acerca con una lista de
mercado, con una lista de problemas, como si un plan de manejo de cuencas fuese a
solucionar los problemas que no solucionaron los planes de desarrollo o los planes de
ordenamiento territorial.

Debemos darle participación a la comunidad, pero en su justa medida. Los planes de


ordenamiento territorial y los planes de desarrollo deben incorporar y tener en cuenta la
visión de la comunidad; pero sobre la visión de la naturaleza, la mayoría de las veces lo
concertado con la comunidad terminen disminución de núcleos de condensación y el
secamiento de acuíferos. ¿entonces porque en los planes de ordenamiento y manejo de
cuencas hidrográficas no se escucha la naturaleza sobre lo que dice la comunidad?
Siempre he creído que cuando un especialista recurre encontrar la soluciones a partir de
propuestas de la comunidad es porque no tienen nada que aportar, es como una cortina de
humo para ocultar su incompetencia.

¿Por qué no intentar un nuevo paradigma? Dejemos que en el ordenamiento territorial, y


en los planes de desarrollo prevalezcan los intereses particulares y de la comunidad humana
sobre los intereses de la madre naturaleza y de las comunidades no humanas, pero ¿por
qué en los planes de manejo de cuencas hidrográficas tanta participación de la comunidad?
¿si la comunidad es tan sabia y el saber popular es tan amplio, porque se está agotando los
acuíferos, disminuyendo las lluvias, bajando la productividad de los suelos, aumentando la
erosión, las inundaciones y la pobreza en el campo?

Despertemos, Colombia no es una potencia hídrica. Miremos cualquier Río, cualquier valle:
las huellas de caudales inmensos y de Ríos y Gante se encuentran por doquier. Y nuestros
ríos ya no fluye agua, sólo se encuentran rocas y fragmentos de formas redondas, testigos
mudos de otras épocas y de otros climas, y prueba de la existencia de acuíferos otrora
rebosantes de agua, de vida y de equilibrio hidrológico. Respetemos la naturaleza,
analicemos la, comprendámosla y formulemos estrategias y soluciones basadas en el
conocimiento y en el esfuerzo intelectual, no hay soluciones superficiales, politiquera que
lo único que buscan son votos con el disfraz y simulacro de la participación de la comunidad.

Revista CEPA octubre/diciembre 2007.

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