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La hidrografía se refiere muy especialmente a las aguas continentales, que son las más valiosas para los seres humanos.
Dentro de las aguas continentales se encuentran: los ríos, los lagos o lagunas y las aguas subterráneas.
Un río es una corriente de agua dulce, que se desliza por la superficie terrestre, siguiendo la pendiente del terreno. Se
extiende desde su nacimiento hasta su desembocadura.
La superficie drenada por un río y sus afluentes se denomina cuenca hidrográfica. Si las aguas de estos ríos llegan al mar
o al océano, las cuencas se clasifican como exorreicas. Si no lo hacen, ya sea porque los ríos desembocan en lagunas interiores o
porque se agotan por evaporación, infiltración o consumo, sus cuencas se denominan endorreicas. Las zonas donde no se definen
cursos fluviales, debido a la falta de agua o a los suelos muy permeables, se denominan zonas arreicas.
Todas las cuencas exorreicas que desembocan en un mismo mar u océano conforman una vertiente. En nuestro territorio,
la mayoría de los ríos pertenecen a la vertiente atlántica y sólo algunos ríos patagónicos, a la vertiente pacífica.
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Hidrografía Argentina
El mapa “Cuencas Hidrográficas Argentinas” muestra la red hidrográfica de nuestro país, organizada según estos
criterios. En él se observa la desigual distribución de los ríos sobre el territorio, y la importancia de la Cuenca del Plata, por lo que
se la representa separada de las restantes cuencas de la vertiente atlántica.
Los ríos de la vertiente atlántica comprenden la Cuenca del Plata, los ríos del sur bonaerense, que se originan en Tandilia
y Ventania, y los ríos patagónicos que se alimentan de los excedentes de agua provenientes de los Andes y que desembocan en el
océano luego de atravesar extensas zonas áridas.
La hidrografía patagónica posee características peculiares que la diferencian de la del resto del país y presenta las
siguientes singularidades:
Las cuencas exorreicas de la vertiente pacífica ocupan superficies muy reducidas en los Andes patagónicos. Se extiende
desde el sur del Lago Lácar, desaguada por el río Hua- Hum, hasta la isla grande de Tierra del Fuego con la red fluvial del Lago
Faguano.
Los ríos tienen sus nacientes en el este de la Cordillera de los Andes siendo emisarios de cuencas lacustres; después de
atravesar la Cordillera desaguan en el Océano Pacífico. Son ríos cortos, torrentosos, presentan gran cantidad de saltos en su curso,
lo cual constituye una importante reserva de energía. Presentan dos crecientes anuales: una otoñal, coincidente con el aumento de
las lluvias, y otra, estival, por el derretimiento de las nieves. El Río Futaleufú es el más importante por su caudal y por su
aprovechamiento. Se encuentran también los ríos Manso, Correncleufú, Hua-Hum.
Las cuencas endorreicas junto con las arreicas, prácticamente definen la diagonal árida de nuestro país. Los ríos de estas
cuencas tienen caudales muy reducidos, pero vitales para las áreas que atraviesan. Por ello, son cuidadosamente aprovechados, y
dan vida a importantes economías regionales. Se encuentran así oasis de regadío, en ellos el hombre hace un uso racional de los
caudales existentes y de ese modo obtiene producciones agrícolas, alimenta ganados o reforesta, etc.
La cuenca endorreica mas importante en cuanto a su superficie es la del Río Desaguadero, en cuanto a su caudal es la del
río Salí o Dulce.
Además de la distribución y amplitud de las cuencas hídricas, se debe tener en cuenta la cantidad de agua que los ríos
transportan, es decir, su caudal.
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La Cuenca del Plata representa el 85% de los caudales superficiales de la Argentina. Las restantes representan sólo el 15%
de los caudales, aunque cubren la mayor parte del territorio nacional.
El caudal de un río varía a lo largo del año de acuerdo con su principal fuente de alimentación: lluvias de verano, lluvias de
invierno, deshielos de primavera, etc.
Las variaciones del caudal a lo largo del año determinan el régimen del río, Estos datos son fundamentales para el
aprovechamiento de los cursos, pues muestran la cantidad de agua disponible en cada momento del año.
El clima es un factor que incide directamente en la regulación de los regímenes de los ríos, siendo las precipitaciones
pluviales y nivales las responsables de las variaciones de sus comportamiento.
Se pueden presentar los siguientes regímenes fluviales:
a) Ríos de régimen constante o mixto: el caudal no presenta oscilaciones a lo largo del año. Corresponde a los
ríos que reciben afluentes con distintos regímenes. El colector en consecuencia varía de régimen al recibirlos.
Ej: el Río Paraná, etc.
b) Ríos de régimen estacional, se diferencian en pluvial, nival o pluvionival:
Régimen pluvial: el caudal crece en las épocas de lluvias y disminuye en la estación seca. Se pueden
diferenciar los ríos de régimen tropical, los de régimen subtropical y los de régimen torrencial estival.
Régimen Tropical: las mayores crecientes corresponden al verano en coincidencia con las máximas
precipitaciones. El estiaje se produce en invierno. Ej: Río Pilcomayo, etc.
Régimen Subtropical: se caracteriza por presentar dos períodos de crecientes, uno durante el otoño y
otro en primavera, coincidente con los períodos mas lluviosos. Ej: Río Iguazú, Río Uruguay, etc.
Régimen Torrencial Estival: los ríos se caracterizan por tener varias crecientes violentas y cortas, a
veces de pocas horas, durante el verano, que es la estación más lluviosa. Durante el invierno,
permanecen casi secos. Los ríos de las Sierras Pampeanas corresponden a este régimen.
Régimen nival o de deshielo: los caudales de estos ríos crecen en primavera alcanzando su máximo caudal
en verano, por el derretimiento de las nieves. Ej: Río Mendoza, Río Santa Cruz, etc.
Régimen pluvionival o régimen de deshielo y lluvias de otoño: estos ríos tienen dos crecientes anuales: la
de otoño, causada por las lluvias, y las de verano por el derretimiento de las nieves. Corresponde a algunos
ríos patagónicos, a los ríos de la vertiente del Océano Pacífico, etc.
c) Ríos de régimen por alimentación de aguas subterráneas: es un caso poco frecuente y está relacionado con la
estructura de la cuenca. En el país, está representado por el río Salado de la provincia de Buenos Aires. En su
cuenca, chata y plana, la mayor parte de las precipitaciones estivales se infiltra y circula lentamente por las
napas freáticas y afloran en el lecho del río al iniciarse el invierno (estación seca)
El conocimiento de la red hidrográfica, sus caudales y su comportamiento es de capital importancia en relación con los
aspectos económicos y humanos del país.
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Mapa: “Cuencas Hidrográficas Argentinas”