Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Le pregunté a mi madre como era cuando nací. Me dijo que como estábamos solas todo el
día, ya que mi padre trabajaba, todo el tiempo que yo estaba despierta ella me hablaba. Le
parecía que no hablarme era ignorar a una persona que estaba compartiendo con ella,
como si fuera una amiga que llegó a tomar el té.
A los 8 meses empecé a hablar. Frases enteras, según dicen. No sabía sentarme sola, pero
despatarrada en el cochecito iba indicando que había que esperar a cruzar la calle cuando
el muñequito estaba en rojo o anunciaba el avistamiento de la luna en el cielo.
Con todas sus virtudes y sus falencias. Es la mejor herramienta que tenemos para siquiera
intentar rozar la mente de un otro. Aunque ni siquiera se toquen. Aunque, al igual que en el
tacto, la sensación sea meramente los electrones de una y otra repeliendose entre sí.