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CUESTION 4: Identifique los tipos de armas de esta fotografía, indicando tipos de arma, y brevemente sus
características formales y decorativas, la función y significado social y simbólico de cada tipo, ambiente
cultural, cronología aproximada,
Las armas aquí expuestas pertenecen a distinto ajuar funerario encontrados en diferentes
necrópolis íberas localizadas en el sur de la Península Ibérica (en concreto en las provincias
de Córdoba, Jaén y Granada)
Todas están expuestas en el Museo Arqueológico Nacional que se encuentra en Madrid.
A continuación, pasaremos a explicar las características de cada una, empezando por la que
aparece en la parte superior de la imagen hasta acabar en la punta de lanza.
-Arma 1: Falcata íbera de hierro y plata. La empuñadura queda rematada en una cabeza de
felino. La hoja estaba decorada con motivos embutidos en plata. Tiene una longitud de 53cm.
Fue encontrada en la Necrópolis de Los Collados, situada en Almedinilla, provincia de
Córdoba. Datación en torno al S.IV-III a.C.
Ilustración 1: Armas MAN
-Arma 2: Falcata íbera de hierro y plata. Técnica de forjado y damasquinado. La empuñadura
con forma de cabeza de caballo remata en dos cabezas de felino afrontadas, con decoración
damasquinada. Esta técnica se repite en la parte inferior de la hoja, en una figura de ave. La
tipología del arma y la riqueza decorativa contextualizan la pieza en un enterramiento de un
personaje perteneciente a la élite militar de los iberos.
La iconografía de la empuñadura tiene motivos geométricos, motivos vegetales, pájaro,
motivo zoomorfo, caballo.
La longitud es de 58 cm. La empuñadura de la falcata tiene una longitud de 11 cm
La guarda de empuñadura tiene una longitud de 6,50 cm. La hoja tiene una longitud de 47 cm
Su datación sería entre el S. IV-III a.C. y su lugar de procedencia sería la Necrópolis de los
Collados, Almedinilla, Córdoba.
-Arma 3: Espada íbera de hierro forjado, tipo De frontón, Quesada 1. Espada completa pero
con la hoja y la empuñadura fragmentadas unidas recientemente. Hoja recta, ancha y
ligeramente pistiliforme, empuñadura losángica formada por una lengüeta romboidal a la que
irían superpuestas las cachas (de material orgánico), pomo en forma de frontón semicircular,
formado por varias piezas unidas entre sí, y cruceta interior recta con escotadura semicircular
en la guarda.
Tiene una longitud total de 60,10 cm, la empuñadura tiene una longitud de 10,70cm, la
guarda basal 5,70 cm y la hoja 43,70 cm.
El hallazgo, realizado por el Marqués de Cerralbo, en Íllora (Granada), estaba constituido
por un conjunto de elementos metálicos, básicamente en hierro, en el que se incluían varias
armas que debieron formar parte del equipamiento de varios guerreros ibéricos, junto a una
pequeña representación de fíbulas de bronce y algunas vasijas cerámicas que se desconoce
si podrían asociarse directamente con el armamento señalado. La denominación de espada
"de frontón" se debe al remate semicircular o de "frontón" del pomo de la empuñadura, en
este caso unido a la lengüeta por medio de tres vástagos. Es el modelo más antiguo de este
tipo de armamento dentro de la panoplia ibérica, derivando de modelos mediterráneos del
ámbito fenicio o itálico y en muchas ocasiones asociada a la más típica espada ibérica, la
falcata, que sustituirá progresivamente a la primera. Este tipo de espada, adoptado por los
íberos, pasará además a la Meseta, donde sufrirá un desarrollo e hibridación con las espadas
de antenas.
Su datación sería en torno a 2ª mitad s. V - 2ª mitad s. IV a.C. y fue descubierta en la
Necrópolis del Cortijo de Paco Torres en Íllora, provincia de Granada.
-Arma 4: Espada de antenas íbera. Loa materiales de construcción son el hierro, la plata y
cobre arsenical. La hoja está forjada y la empuñadura damasquinada. Decorada con motivos
geométricos.
Su longitud es de 40 cm y la de la empuñadura es de 11cm.
Espada de antenas, le falta una antena y la otra tiene un remate de botón casi esférico. En la
hoja se aprecian nervaduras en V. La empuñadura está realizada en hierro y debe tener en
su interior una espiga (que no se ve) cubierta por dos tubos unidos en el centro por un anillo,
todos ellos decorados con un total de nueve líneas incisas paralelas en forma de anillo,
rellenas con incrustaciones de bronce o cobre y de motivos de círculos concéntricos en la
guarda y en el remate del pomo con incrustaciones de plata.
Ilustración 1: Armas MAN
En la Alta Andalucía se usaron espadas de antenas relacionadas con las más antiguas de la
Meseta. Este modelo en concreto, emparentado también con los hallados en Íllora (Granada),
se relaciona con las denominadas por Encarnación Cabré, espadas de tipo Aguilar de
Anguita.
Su datación sería finales s. V - mediados s. IV a.C . y se encontrón en Mengíbar, provincia de
Jaén.
-Arma 5: Puñal o espada corta íbera. Tipo De frontón. Quesada 1. Elaborada sobre hierro
forjado. Longitud de 30,50 cm. La guarda tiene una longitud de 5 cm, la hoja del puñal una
longitud de 21cm, el pomo una longitud de 5 cm y el remache 1,70 cm.
Puñal o espada corta, de hoja estrecha con nervios en V. La hoja se prolonga en ancha
lengüeta central de lados bicóncavos que remata en V que conforma el eje de la
empuñadura, sobre la cual se colocarían las cachas de materia orgánica. Perforaciones y
restos de espigas de remaches, muestran cómo se unirían las cachas a la empuñadura.
Conserva la guarda que serviría de base al pomo orgánico y tiene una escotadura rectangular
hacia la hoja donde se acoplaría la vaina.
Se trata de una variante de las espadas de frontón, uno de los modelos más antiguos
conocidos entre los pueblos ibéricos meridionales y que se considera de raigambre
mediterránea. En la Alta Andalucía usaron también espadas de antenas relacionadas con las
más antiguas de la Meseta y espadas híbridas de frontón y antenas como ésta.
Su datación sería de finales s. V - mediados s. IV a.C. y fue descubierta en la Necrópolis de
Los Collados, Almedinilla, Córdoba.
-Arma 6: Punta de lanza íbera de hierro forjado, tipo Quesada 2-B. Tiene una longitud de
53,50 cm. El cubo de punta mide 14 cm y la punta de la lanza 39 cm.
Punta de lanza de hoja muy larga, de forma lanceolada con nervio central y anilla abrazadera
para la sujeción del astil de madera con el cubo de enmangue.
Estas puntas de lanza largas, destinadas a ser colocadas en un extremo del astil, con un
regatón en el otro, como contrapeso, se consideran pertenecientes a los momentos más
antiguos del armamento en hierro ibérico. Las lanzas de Almedinilla forman un conjunto muy
heterogéneo de formas y tamaños, aunque resulta imposible clasificarlas según su tamaño,
como hicieran Maraver o Sandars, ya que el descenso de tamaño es gradual y suave, sin que
además las formas de las puntas varíen de acuerdo con los tamaños. Este resultado no es
aislado, sino que coincide con el de los demás yacimientos que contienen un gran número de
armas (Quesada, 1992) como El Cigarralejo, Alcacer do Sal, Mirador de Rolando, Miraveche,
Monte Bemorio. Además, este hecho implica una producción artesanal poco estandarizada
(como la que se produce en el caso de las falcatas), pero sobre todo dificulta la interpretación
tradicional que atribuía a los guerreros ibéricos dos lanzas, una "de tipo grande, empuñada" y
otra "de tipo pequeño, arrojadiza" salvo en tipos muy claros y concretos.
Su datación sería de la 1ª mitad s. IV a.C y fue descubierta en la Necrópolis de Los Collados,
Almedinilla, Córdoba.
Según constatan los datos arqueológicos, el último destino de las armas ibéricas eran los
contextos funerarios. Los iberos preferían ser sepultados con sus armas antes que
consagrarlas a las divinidades. Tenían tal importancia para ellos las armas como objetos
simbólicos que tenían una disposición concreta en la sepultura (si hay por ejemplo dos
Ilustración 1: Armas MAN
espadas una se asocia a la urna funeraria y la otra se coloca a parte).
Como indica el profesor Quesada, las armas no tienen que formar parte estrictamente de las
sepulturas, siendo a veces ofrendas al difunto como en la Dama de Baza. También a veces,
en algunos lugares de cultos íberos, como en el Cerro de los Santos, las élites podían dedicar
ofrendas de armas propias o de enemigos.
Las armas como ajuar funerario eran inutilizadas siendo plegadas o golpeando el filo de las
mismas contra piedras o cascos. La cremación posterior permitiría su uso en el mas allá.
El hecho de estar impregnada la cultura ibérica de valores aristocráticos guerreros hace
entender el por que de la aparición y la importancia de las armas como ajuar funerario.
Las armas eran un símbolo de prestigio social y económico para los íberos. Si bien se solían
asociar a guerreros o aristócratas también aparece armamento en enterramientos de mujeres
y jóvenes. Lo que si es cierto es que la posesión de un arma en la Iberia prerromana se
asociaba a riqueza y libertad.