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¿De qué se trata la vida de las mujeres? ¿Cómo escuchar en sus vidas
cotidianas el atravesamiento de la política, y su inversa, los efectos de lo político en
sus modos de vivir? ¿Cómo se intervienen sus formas de habitar el espacio público
y doméstico?
Queremos con este trabajo indagar el contexto de las relaciones y prácticas
sociales de las mujeres, relevando la vida cotidiana de una mujer singular que
participa activamente de una colectiva política: “La Gran Puta. Murga de mujeres y
lesbianas”.
Surgió como idea trabajar “La Gran Puta”, por que la conocemos desde hace
años, vamos a sus presentaciones y tenemos lazos de afecto con algunas de sus
integrantes. Pese a esa familiaridad, conocíamos detalles sueltos de su historia de
formación, nunca habíamos tenido de primera mano el relato vivencial de una de las
mujeres que la forman.
No es un trabajo propiamente antropológico, sino que explora la perspectiva
de esta actora social: Viviana, murguera.
Nos centramos en la narrativa de su praxis subjetiva como mujer parte de la
murga, la reconstrucción de su trayectoria y forma de vida, indagando cómo
intervienen las dimensiones del género y la política en sus experiencias vitales. Para
ello utilizamos la técnica de entrevista semidirigida, que invita al relato espontáneo
sobre temáticas amplias, aunque precisas, con interrogaciones abiertas.
Creemos que profundizar en este nivel de anclaje, el subjetivo, nos permitirá
encontrar nuevas preguntas, claves de análisis, líneas de investigación; posibles de
ser desarrolladas en trabajos posteriores, que involucren otros niveles de
exploración: sociales, comunitarios, colectivos, etc.
Mujeres, política y vida cotidiana.
Del bagaje teórico trabajado a lo largo del seminario, sumado al corpus que
hemos recorrido durante el cursado de la Especialización, podemos relevar aportes
que nos permiten acercarnos a la comprensión sobre lo que supone indagar la
relación entre mujeres y política, sobre las implicancias puestas en juego en un
movimiento y en una organización de mujeres con objetivos, estrategias y
finalidades que buscan trascender y superar lo dado.
Pensar la relación entre mujeres, política y vida cotidiana con perspectiva de
género, articula una orientación precisa, donde poder indagar la interacción entre
ejes que se pretenden contrapuestos: lo privado y lo público.
Al inicio es necesario establecer aquellas categorías conceptuales que nos
permiten realizar un primer acercamiento.
Tomamos la definición que Grimberg realiza, tomando a Vincent (Grimberg,
2009), acerca de lo que significa la política, ya no como un dominio autónomo con
lógicas propias o exclusivamente institucionales, sino como un entramado de
relaciones de poder y, al mismo tiempo, como una dimensión básica de las prácticas
sociales y las experiencias de la vida cotidiana. La política y lo político desde esta
perspectiva, deja al descubierto el reconocimiento de un tejido de relaciones de
poder desde el que se configuran agrupamientos de distinto tipo, así como la
inscripción de distintos niveles de poder tanto en las esferas institucionales como en
aquellos espacios configurados en la vida cotidiana.
Existe entonces un vínculo, intrínseco a lo político, entre lo relacional y la
cuestión del poder. Toda relación o vínculo comporta relaciones de poder, siendo
éste el modo esencial de ejercer o realizar política. Ahora bien, con ello debemos
incluir un elemento esencial al momento de pensar en relaciones de género y es la
cuestión del tiempo. “El tiempo es una dimensión social y una herramienta de poder,
y las mujeres enfrentan la doble encrucijada de la insaciabilidad del tiempo de la vida
doméstica y la insaciabilidad del tiempo de la vida pública cuando está en manos de
los varones dedicados a la política” .1
1
Barrancos, 2001. pág. 34..
Para las mujeres la vida política tiene significación en tanto conformación
también de un espacio de ciudadanía (Barrancos, 2011) . El ingreso de las mujeres a
la vida política casi no fue reconocido en la región latinoamericana aunque hubo
innumerables manifestaciones de esa participación, visibilizándose hacia fines del
siglo XIX y principios del siglo XX, a través de las demandas de las sufragistas y -
posteriormente- a través de la Rama Femenina y la participación de Eva Perón
reclamando el voto femenino .2
Los procesos de afirmación identitaria y movilización etnopolítica, le dan al
feminismo regional una impronta particular. Diverso y mestizo, el feminismo
latinoamericano se sitúa en “locus inesperados” (Sciortino, 2012); espacios que
funcionan como lugar de enunciación y reinscripción. Lo inesperado, lo
des-centrado, se vuelve sujeto de agencia desde espacios de exclusión y/o
afirmación de lo marginal.
Viviana nos cuenta sobre los inicios de la murga:
“Nosotras queríamos hacer covers. Cantar y hacer arreglos femeninos. Eso solo ya
era todo un desafío, porque las murgas que habíamos escuchado, los arreglos que hacían
eran para grupo coral masculino. Y la mujer intentando imitar la sonoridad de la murga
tradicional uruguaya. Nosotras nos íbamos dando cuenta que eso no nos interesaba, y que
además nos lastimabamos, re loco, tratando de imitar al chabón que canta, terminábamos
lastimando las voces.”
2
En el cambio de siglo, el modelo de subjetividad femenina privilegiaba la maternalización de las
mujeres. La sexualidad lícita se regía según la pauta heterosexual, dentro del matrimonio y al servicio
de la reproducción. Las mujeres eran sujetos de incapacidad jurídica de hecho. Durante el siglo XX,
el proceso de modernización socioeconómica que vivió la región, puso en tensión los mandatos
sociales reservados para las identidades femeninas, lo que tuvo efectos en reformas jurídicas que les
dieron mayor autonomía, pero también mayor control al Estado sobre ellas, a través de la protección
de la maternidad como forma de reafirmar el orden social basado en la familia. Este “Maternalismo”
en la formulación de los derechos de las mujeres, contaminó su participación en la vida pública. A las
labores reproductivas, se sumaba ahora la incorporación progresiva a las fuerzas productivas y la
participación política.
Un siglo después, con las actuales reformas jurídicas que dotan a las mujeres de capacidad
civil plena, el resultado sigue siendo la reproducción tácita de la subordinación.
históricamente ha sido solo de varones. Cantar como una práctica política, en contra
del peso de las costumbres y tradiciones.
Nuevas presentaciones subjetivas que cuestionan la categoría moderna de
sujeto, visibilizando nuevos saberes, saberes situados según Donna Haraway
(Sciortino, 2012), que visibilizan la naturaleza vivencial de la mirada y las
localizaciones que permiten ver:
“L. se fue como director, y a partir de ahí la murga empezó a ser otra cosa. Con él
hicimos ‘Desvelada’, el primer espectáculo de ‘La Granpu’, en 2012, en el que hicimos una
puesta recontra fuerte, pero hubo muchas cosas que no dijimos en ese espectáculo.
Recién ahora en este segundo espectáculo vamos a poder decir. Hoy nos identifica
La Gran Puta, la que siempre quisimos construir. Creo que fue una cuestión de crecimiento,
lo pienso desde ahora. A lo mejor dentro de 10 años siento que hoy no estamos diciendo
todo lo que queremos decir. Hoy siento que el proceso de crecimiento fue super sarpado.
Fue un quiebre que empezó a partir de ‘Desvelada’. Todavía con L., nosotras no
sabíamos bien qué queríamos decir. Si una cuestión política bastante fuerte, posicionadas
en un reclamo más de la calle, de la vida cotidiana. Hoy yo siento que es una murga
feminista, estamos re clavadas ahí, decimos todo lo que nos pasa.”
3
Molyneux, 2003. pág. 225.
la autonomía por un lado así como la defensa de los intereses de género serían los
primeros caracteres que permiten una aproximación a su distinción. Dice Viviana:
-“La murga fue parte de mi maternidad, y fué mi contención también para un montón
de momentos, momentos complejos de mi vida (…),la murga tuvo ahí un lugar de abrazo y
de contención que no lo tuvieron otros espacios, y de fortalecimiento también. En la murga a
cada una que le pasa algo siempre se lleva como a la mesa y se escribe sobre eso o se
cuestiona eso, o se lee... pero siempre estamos acompañándonos en los diferentes
procesos. Nos ha hecho de compañera la murga, como la compañera que está siempre.. “a
darle para adelante con esto..” o “bueno, veamos como se puede resolver”, hemos resuelto
cosas que por ahí le pasaban a una la hemos resuelto juntas.”
Ana de Miguel (De Miguel, 2005) revisa cómo los movimientos de cambio
social aportan un “sentido común alternativo” de interpretación .
Según este análisis, el movimiento feminista, como teoría y como
movimiento social, ha redefinido el problema de la violencia contra las mujeres,
señalando su carácter estructural y sistemático, inscribiéndolo como un problema
social y político.
Luego de siglos de legitimización por parte de nuestra cultura popular y
académica, el feminismo ha ido construyendo un marco de interpretación feminista.
Dice de Miguel, “...nuevos marcos de interpretación o referencia-marcos de
injusticia-, que pugnan con otros agentes sociales por hacer hegemónica su
definición de la situación…” .4
El colectivo social del feminismo define como injusto y objeto de cambio
social la subordinación de las mujeres y sexualidades disidentes, aportando nuevos
significados. El sentido común patriarcal, caracterizado por la inferioridad y
subordinación de las mujeres y la aceptación implícita de la violencia está siendo
sustituido por una nueva visión en que la violencia patriarcal se hace visible e
intolerable para la mayor parte de la sociedad.
De eso se trata Todas, una de las canciones de La Gran Puta:
4
de Miguel, 2005.p.232
Cuando yo me subo al bondi para ir a laburar
me siento bien en el fondo para el macho vigilar
que está siempre bien dispuesto a las pibas
apoyar como si fueramos todas un culito pa
bombear.
A ese chongo hay que bajarlo a patadas y que no nos toque más.
“...sobre ese tema que nosotras escribimos, ‘Nombrala’, es una situación que
tuvimos con mi hija. La maestra me llama del Jardín de Infantes para decirme que se había
golpeado. Llegué corriendo y la directora no me decía dónde se había golpeado. Y yo que
estaba re nerviosa le preguntaba dónde se había golpeado hasta que en un momento me
dijo ‘se golpeó ahí abajo’. ‘Se golpeó la concha?’, le dije. ‘Sí, sí bueno.. los genitales’, me
dice, como que se puso re incómoda!. Fue toda una situación como re estresante porque la
directora de un jardín de infantes que no pueda decirme que se había golpeado.. no sé,
aunque sea la ‘vagina’ que me diga. No podía nombrarla y por eso la canción se llama así.
Nombrala
“Voy y vengo en mi indignación: No la nombran, discriminación!
Cada cual con su represión, distorsionan según la intención:
En la escuela, pochola.
En la tele, ranura.
En la calle, cotorra.
En la radio, gata peluda.
Las historias pueden diferir, ser distintas según elegís.
Pero el principio es universal: No todas las vidas salen desde acá.
Mi cartera, mi alcancía.
Mi baulera, mi agujero.
Mi pompona, mi cachito.
No es cola, ni animalito.
Si es como nos contaron, que no hay que decirlo
porque caemos en pecado.
Y cómo les creímos que no hay que decir por que me vino
mi femenino, no no, no no!
Nombrala, nombrala, se llama concha,
la mía,
la de mi madre, tu tía,
la de tu hermana.
También vagina, la de tu abuela.
Nombrala, se llama concha.
Vivila, gozala.
Cuidala, ...la
Es divina!
Nombrala, nombrala, se llama concha,
la mía,
la de mi madre, tu tía,
la de tu hermano.
También vagina, la de tu abuelo.
Nombrala, se llama concha.
Vivila, gozala.
Cuidala, ...la
Es divina!
“Es volvernos a preguntar cosas todo el tiempo. Ahora está que arde, con el
espectáculo éste que estamos armando, es re denso.. se van a reir pero es heavy. Hicimos
un par de canciones como “Todas” que dice: vivas nos queremos, putas, lesbianas, pibitas y
trans. Habla de la diversidad.. toda la canción habla de la diversidad y de cómo estas todo el
tiempo estás expuesta a que te pase algo en la calle. Todas las experiencias que cada una
tuvo.. habla de cuando estás en la parada del micro y pasan y te tocan bocina.. de cuando
te subís a un bondi viene el chabón y te apoya.. de que vas caminando en la calle y
tenés miedo que te pase algo.. de que el tío, el primo del vecino vino a tu casa y de repente
terminaste con el dedo en el orto.. esa canción habla de todo eso y de cómo también están
afectadas las mujeres sino todas las personas más vulnerables, no?”
“La maternidad te diría que es casi el eje central. Siempre está en discusión.
Cambiamos algunas partes de canciones, por ejemplo en ‘Nombrala’: decíamos ‘todas las
vidas nacen desde acá’, y bueno y ahí se habló que no todas las vidas nacen desde la
concha.. se cambió la letra entonces.. todo el tiempo estamos revisando porque sino era
una cosa re biologicista y fuimos cambiando la letra.. nos van pasando esas cosas.. nos van
cayendo las fichas.. la cantábamos re convencidas hasta que un día a una le cayó la ficha y
dijo: ‘chicas qué estamos cantando?’”.
5
Lagarde y de los Ríos, Marcela. «Pacto entre mujeres. Sororidad». En El feminismo en mi vida.
Hitos, claves y topías, 557-569. México: Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, 2012.
Consultada en mayo 27, 2014. www.inmujeres.df.gob.mx.
de ello que el concepto de sororidad viene a nombrar en buena medida la naturaleza
de dichos procesos. Entendida como una alianza feminista entre las mujeres para
cambiar la vida y el mundo con un sentido justo y libertario (Lagarde y de los Ríos,
2012). “La sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo
contemporáneo. es una experiencia que conduce a la búsqueda de relaciones
positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a
subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la
eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el
poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada mujer”.6
La sororidad es un pacto político entre pares. (Lagarde y de los Ríos, 2012)7 “Solo se
sale del atolladero si comprendemos la insensatez de mantener separados los
mundos, los atributos de género, la asimetría, las relaciones jerarquizadas…
Ninguna esfera debe ser un absoluto para ningún género” .8
6
Lagarde y de los Ríos (2012), pág.126
7
Lagarde, Marcela y de los Ríos. “Pacto entre mujeres sororidad”. Aportes para el debate. Publicado
en www.celem.org
8
Barrancos, 2011. pág. 35
Bibliografía
● Falquet, Jules. 2007. "División sexual del trabajo militante: reflexiones en base
a la participación de las mujeres en el proceso revolucionario en El Salvador
(1981-1992)". Femenías, María Luisa. Perfiles del Feminismo
Iberoamericano, volumen 3 (pp.93-122). Buenos Aires, Catálogos.