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¿Quién es Jezabel en Apocalipsis 2, versículo 20?

Ya sea que fuera una persona de carne y hueso o una metáfora, el


mensaje es claro: los cristianos no deben transigir con el pecado

Si Jezabel en Apocalipsis 2:20 no es una persona de carne y hueso,


puede representar la idolatría espiritual que algunos miembros de
la iglesia practicaban, bajo el influjo de las costumbres en Tiatira.
Aunque no podemos estar seguros de la identidad de Jezabel en
Apocalipsis 2:20, conocemos a su tocaya en las escrituras
hebreas. La Jezabel del Antiguo Testamento fue la esposa de
Acab, rey de Israel. Era una reina malvada, idólatra e impúdica
cuyo nombre es sinónimo de una mujer sin vergüenza ni
valores. Este matrimonio ayudó a solidificar los lazos
económicos entre Israel y la ciudad Fenicia de Sidón, una
ciudad marítima y comercial. Jezabel era la hija de Et-baal,
rey de los sidonios (1º Reyes 16:31).

Jezabel, quien adoraba al dios pagano Baal, corrompió a su marido el


rey Acab. De ese modo influyó para que toda la nación de Israel
hiciera lo mismo. Usó su posición influyente para que los demás la
siguieran en su pecado. Su muerte violenta fue profetizada por Elías,
que le dijo al rey que su mujer sería devorada por perros (1º Reyes
21:23)
En Apocalipsis 2 el Señor Jesucristo corrige a la iglesia de
Tiatira y les dice: “toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer
cosas sacrificadas a los ídolos” (Apocalipsis 2:20).

Si esta Jezabel del Nuevo Testamento era una persona de carne


y hueso, probablemente no tenía ese nombre. Cristo la describe
como una persona influyente en la iglesia y que usaba la
posición a la que ella misma se elevó para atraer a los
miembros de la iglesia al pecado. Todo esto es un calco de la
Jezabel del Antiguo Testamento que de igual manera influyó
para que los israelitas se corrompieran.

La ciudad de Tiatira era un centro comercial. Por lo tanto,


podemos asumir que la Jezabel de Apocalipsis 2:20 era rica e
influyente y que aglutinaba cierta cuota de poder en la
economía local. Notemos lo que el Manual de la Biblia de
Halley nos dice al respecto:

“Tiatira era un centro comercial, y los registros históricos hacen


referencia a más gremios comerciales allí, que en ninguna otra
ciudad de Asia… La necesidad de ser miembro de algún gremio
en una comunidad comercial hizo más fuerte la tentación de
comprometerse.
De este modo resulta apropiado encontrar allí a una mujer a la
cual se llamó o apodó Jezabel (la princesa que por medio del
matrimonio con Acab selló el acuerdo comercial entre éste y los
fenicios) al frente de un partido que buscaba la
contemporización en la iglesia de Tiatira”
Esta mujer le estaba enseñando a los miembros de la iglesia que
fueran amigos del mundo. La amistad con el mundo equivale a
adulterio espiritual contra Cristo. El apóstol Santiago lo dice sin
morderse la lengua. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la
amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios” (Santiago 4:4).

Cristo dice sobre esta Jezabel: “le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación”. Esto
es igual a la impúdica Jezabel que siguió desafiando a Dios
hasta el día de su muerte espantosa.

Si Jezabel en Apocalipsis 2:20 no es una persona de carne y


hueso, puede representar la idolatría espiritual que algunos
miembros de la iglesia practicaban, bajo el influjo de las
costumbres en Tiatira. Cualquiera que fuese el caso, el
propósito del mensaje de Cristo es que no se le debe tolerar. Él
le dice a la iglesia, “a sus hijos heriré de muerte” (Apocalipsis
2:23). A esta Jezabel la sorprende una muerte violenta como la
del Antiguo Testamento. Es una lección para todo cristiano que
no debe permitir su influencia seductora en la iglesia.

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