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La inteligencia artificial va a cambiar el mundo, pero todavía sigue siendo un

misterio para mucha gente.

La inteligencia artificial es una tecnología tan amplia y revolucionaria que es difícil dar
una definición precisa. Puede considerarse una rama del campo de la informática, cuyo
objetivo es crear máquinas capaces de realizar tareas que tradicionalmente requerían
inteligencia humana.
La historia de la inteligencia artificial

La historia de la inteligencia artificial comenzó en 1943 con la publicación del artículo «A


Logical Calculus of Ideas Immanent in Nervous Activity» de Warren McCullough y Walter
Pitts. En ese trabajo, los científicos presentaron el primer modelo matemático para la
creación de una red neuronal.

El primer ordenador de red neuronal, Snarc, fue creado en 1950 por dos alumnos de
Harvard: Marvin Minsky y Dean Edmonds. Ese mismo año, Alan Turing publicó el Test de
Turing, que todavía se utiliza hoy para valorar las IA.

En 1952, Arthur Samuel creó un software capaz de aprender a jugar al ajedrez de forma
autónoma. El término inteligencia artificial fue utilizado por primera vez en la conferencia
«Dartmouth Summer Research Project on Artificial Intelligence» de John McCarthy en
1956.

En ese acto, los investigadores presentaron los objetivos y la visión de la IA. Muchos
consideran esta conferencia como el verdadero nacimiento de la inteligencia artificial, tal
y como se conoce hoy en día.

En 1959, Arthur Samuel acuñó el término Machine Learning mientras trabajaba en IBM.
Por su parte, John McCarthy y Marvin Minsky fundaron el MIT Artificial Intelligence
Project. En 1963, John McCarthy también creó el «AI Lab» en la Universidad de Stanford.

¿Qué es la inteligencia artificial?


La inteligencia artificial surge definitivamente a partir de algunos trabajos publicados en
la década de 1940 que no tuvieron gran repercusión, pero a partir del influyente trabajo en
1950 de Alan Turing, matemático británico,con lo cual se abre una nueva disciplina de las
ciencias de la información.1
Si bien las ideas esenciales se remontan a la lógica y algoritmos de los griegos, y a
las matemáticas de los árabes, el concepto de obtener razonamiento artificial aparece en
el siglo XIV. A finales del siglo XIX se obtienen lógicas formales suficientemente poderosas
y, a mediados del siglo XX, se obtienen máquinas capaces de hacer uso de tales lógicas y
algoritmos de solución.

De hecho, la inteligencia artificial pretende responder afirmativamente a la pregunta de


Alan Turing. Su objetivo es replicar o simular la inteligencia humana en las máquinas.

Se trata de un objetivo ambicioso, que también plantea muchos interrogantes y suscita el


debate. Por ello, aún no existe una definición única de inteligencia artificial.
la IA como «máquinas que responden a simulaciones como los humanos, con capacidad
de contemplación, juicio e intención». Estos sistemas son capaces de «tomar decisiones
que normalmente requieren un nivel humano de conocimiento». Tienen tres cualidades
que constituyen la esencia de la inteligencia artificial: intencionalidad, inteligencia y
adaptabilidad.

Hay dos categorías principales de inteligencia artificial. La inteligencia artificial de tipo


«narrow» (estrecha), también conocida como «weak» (débil), solo puede funcionar en un
contexto limitado. Suele centrarse en la realización de una única tarea, que es capaz de
hacer perfectamente.

Sin embargo, aunque esa máquina pueda parecer inteligente, es mucho más limitada que
la inteligencia humana. No es más que una imitación de esta.

Algunos ejemplos son el motor de búsqueda web de Google, el software de


reconocimiento de imágenes, los asistentes virtuales como Siri de Apple o Alexa de
Amazon, los vehículos autónomos o el software como Watson de IBM.

En cambio, la segunda categoría es la inteligencia artificial «general». Esa IA es similar


a las que se ven en las películas y libros de ciencia ficción.

Es una máquina dotada de una inteligencia artificial general, comparable a la de un ser


humano y capaz de resolver cualquier tipo de problema. Un algoritmo universal, capaz de
aprender y actuar en cualquier entorno.

Sin embargo, en realidad, este tipo de IA aún no existe. Ninguna tecnología está lo
suficientemente avanzada hasta la fecha como para competir con el cerebro humano.

Orígenes y evolución cronológica


Los juegos matemáticos antiguos, como el de las Torres de Hanói, muestran el interés por
la búsqueda de un modo resolutor, capaz de ganar con los mínimos movimientos
posibles.
Cerca de 300 a. C., Aristóteles fue el primero en describir de manera estructurada un
conjunto de reglas, silogismos, que describen una parte del funcionamiento de la mente
humana y que, al seguirlas paso a paso, producen conclusiones racionales a partir de
premisas dadas.
En 250 a. C. Ctesibio de Alejandría construyó la primera máquina autocontrolada, un
regulador del flujo de agua que actuaba modificando su comportamiento "racionalmente"
(correctamente) pero claramente sin razonamiento.
En 1315, Ramon Llull tuvo la idea de que el razonamiento podía ser efectuado de maneral
artificial.
En 1847 George Boole estableció la lógica proposicional (booleana), mucho más
completa que los silogismos de Aristóteles, pero aún algo poco potente.
En 1879 Gottlob Frege extiende la lógica booleana y obtiene la Lógica de primer orden la
cual cuenta con un mayor poder de expresión y es utilizada universalmente en la
actualidad.
En 1903 Lee De Forest inventa el triodo, también llamado bulbo o válvula de vacío.
En 1940 Alan Turing y su equipo construyeron el primer computador electromecánico y en
1941 Konrad Zuse creó la primera computadora programable y el primer lenguaje de
programación de alto nivel Plankalkül. Las siguientes máquinas más potentes, aunque
con igual concepto, fueron la ABC y ENIAC.
En 1943 Warren McCulloch y Walter Pitts presentaron su modelo de neuronas artificiales,
el cual se considera el primer trabajo del campo de inteligencia artificial, aun cuando
todavía no existía el término.
En 1950 Turing consolidó el campo muy disperso de la inteligencia artificial con su
artículo Computing Machinery and Intelligence, en el que propuso una prueba concreta
para determinar si una máquina era inteligente o no, su famosa Prueba de Turing por lo
que se le considera el padre de la inteligencia artificial. Años después Turing se convirtió
en el adalid que quienes defendían la posibilidad de emular el pensamiento humano a
través de la computación y fue coautor del primer programa para jugar ajedrez.
En 1951 William Shockley inventa el transistor de unión. El invento hizo posible una nueva
generación de computadoras mucho más rápidas y pequeñas.
En 1952, Arthur Samuel creó un software capaz de aprender a jugar al ajedrez de
forma autónoma.
En 1956 se dio el término "inteligencia artificial" en Dartmouth durante
una conferencia convocada por John McCarthy, a la cual asistieron, entre
otros, Minsky, Newell y Simon.
En 1980 la historia se repitió con el desafío japonés de la quinta generación, que dio lugar
al auge de los sistemas expertos pero que no alcanzó muchos de sus objetivos, por lo que
este campo sufrió una nueva interrupción en los años noventa.
En 1987 Martin Fischles y Oscar Firschein describieron los atributos de un agente
inteligente. Al intentar describir con un mayor ámbito (no solo la comunicación) los
atributos de un agente inteligente, la IA se ha expandido a muchas áreas que han creado
ramas de investigación enormes y diferenciadas.
Dichos atributos del agente inteligente son:

1. Tiene actitudes mentales tales como creencias e intenciones.


2. Tiene la capacidad de obtener conocimiento, es decir, aprender.
3. Puede resolver problemas, incluso descomponiendo problemas complejos en otros
más simples.
4. Capaz de realizar operaciones más complejas.
5. Entiende. Posee la capacidad de dar sentido, si es posible, a ideas ambiguas o
contradictorias.
6. Planifica, predice consecuencias, evalúa alternativas (como en los juegos de ajedrez)
7. Conoce los límites de sus propias habilidades y conocimientos.
8. Puede distinguir a pesar de la similitud de las situaciones.
9. Puede ser original, creando incluso nuevos conceptos o ideas, y hasta utilizando
analogías.
10. Puede generalizar.
11. Puede percibir y modelar el mundo exterior.
12. Puede entender y utilizar el lenguaje y sus símbolos.
Podemos entonces decir que la IA posee características humanas tales como el
aprendizaje, la adaptación, el razonamiento, la autocorrección, el mejoramiento implícito,
y la percepción modular del mundo. Así, podemos hablar ya no solo de un objetivo, sino
de muchos, dependiendo del punto de vista o utilidad que pueda encontrarse a la IA.
En los 90 surgen los agentes inteligentes al paso de los años eso fue evolucionando.
El programa Artificial Linguistic Internet Computer Entity (A.L.I.C.E.) ganó el premio
Loebner al Chatbot más humano en 2000, 2001 y 2004, y en 2007 el programa Ultra Hal
Assistant ganó el premio.
Aplicaciones y casos prácticos de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial tiene muchos propósitos, como el aprendizaje, el razonamiento y


la percepción. Se utiliza en todos los sectores, hasta el punto en que las aplicaciones
son infinitas e imposibles de enumerar con exhaustividad.

En el ámbito de la salud, se utiliza para desarrollar tratamientos personalizados, descubrir


nuevos fármacos o analizar imágenes médicas como radiografías y resonancias
magnéticas. Los asistentes virtuales también pueden ayudar a los pacientes y recordarles
que se tomen sus pastillas o que hagan ejercicio para mantenerse en forma.

El sector del comercio minorista está utilizando la IA para ofrecer recomendaciones y


publicidad personalizadas a los clientes. También puede utilizarse para optimizar la
disposición de los productos o gestionar mejor el inventario.

En las fábricas, la inteligencia artificial analiza los datos de los equipos IoT para predecir
la carga y la demanda mediante Deep Learning. También puede anticiparse a posibles
fallos de funcionamiento e intervenir en una fase temprana.

Los bancos, por su parte, están utilizando la IA para prevenir y detectar el fraude. La
tecnología también puede utilizarse para comprobar si un cliente podrá pagar el crédito
que solicita y para automatizar las tareas de gestión de datos.

Estos son solo algunos ejemplos de sectores que utilizan la inteligencia artificial. Como
puede verse, esta revolucionaria tecnología está llamada a revolucionar todos los
sectores de actividad en los próximos años.

Los peligros de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial ofrece muchas promesas para la humanidad, pero también podría
representar una amenaza más peligrosa que la bomba nuclear.

Con su capacidad de aprender y evolucionar de forma autónoma, la IA podría superar


algún día la inteligencia humana. Entonces podría decidir volverse contra sus creadores.

Este oscuro presagio puede parecer sacado directamente de una película de ciencia
ficción, pero es una posibilidad muy real. Destacados expertos como Stephen Hawking,
Elon Musk o Bill Gates ya han dado la voz de alarma sobre la inteligencia artificial.

Según ellos, la IA representa un riesgo inminente e inevitable en los próximos años. Por
eso piden a los gobiernos que regulen este campo para que se desarrolle de forma ética y
segura. Más de un centenar expertos ha pedido también a Naciones Unidas que prohíba
los «robots asesinos» y otras armas militares autónomas.

Sin embargo, otros expertos creen que el futuro de la inteligencia artificial depende
únicamente de cómo decidan utilizarla los humanos. Incluso una IA aparentemente
inofensiva podría manipularse y utilizarse de forma malintencionada. Ya podemos verlo
con el incremento de los «DeepFakes»: vídeos falsos creados mediante Deep Learning
para mostrar a una persona en una situación comprometida.

La inteligencia artificial seguirá desarrollándose a gran velocidad en los próximos años. La


humanidad es quien debe decidir qué dirección tomará su desarrollo.

El Impacto de la inteligencia artificial

La IA ha penetrado profundamente en nuestras vidas, desde nuestros teléfonos


inteligentes hasta la infraestructura de las ciudades. Su influencia es evidente en la
automatización de procesos, la toma de decisiones informadas y la capacidad de
aprender y mejorar con el tiempo. Algunos ejemplos notables son:

Atención médica: la IA ha revolucionado el diagnóstico médico al analizar imágenes


médicas y patrones para detectar enfermedades en sus etapas más tempranas.

Industria automotriz: los vehículos autónomos, impulsados por la IA, están


transformando la movilidad y la seguridad en las carreteras.

Servicio al cliente: los chatbots y asistentes virtuales basados en IA mejoran la atención


al cliente al proporcionar respuestas rápidas y precisas a las consultas.

Beneficios de la IA

 Eficiencia: la automatización de tareas repetitivas y procesos complejos aumenta


la productividad y ahorra tiempo.
 Personalización: la IA permite ofrecer experiencias personalizadas a los usuarios,
desde recomendaciones de productos hasta contenido en línea.
 Análisis avanzado: grandes conjuntos de datos pueden ser analizados
rápidamente para extraer información valiosa que guíe la toma de decisiones.
 Innovación: la IA impulsa la creación de productos y servicios innovadores que
antes eran difíciles de imaginar.

La mejor forma de utilizar la inteligencia artificial

Aprovechar al máximo el potencial de la IA requiere un enfoque consciente y estratégico


para esto se requiere realizar un entrenamiento y supervisión, es decir, los algoritmos de
IA deben ser entrenados con datos precisos y supervisados para evitar sesgos y
resultados no deseados.

Llevar a cabo la colaboración humano-máquina pues la IA complementa las habilidades


humanas, permitiendo a los profesionales centrarse en tareas más creativas y de alto
valor. Además, ética y privacidad, la cual es que durante la recopilación y el uso de datos,
esto debe ser ético y respetar la privacidad de los individuos.

Y tener en cuenta que es un aprendizaje continuo, ya que la IA mejora con el tiempo.


Actualizar y mejorar los algoritmos asegura resultados cada vez más precisos.

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