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Demanda de libros y difusión del conocimiento: Durante la Edad Media tardía, había una
creciente demanda de libros y una necesidad de difundir el conocimiento más ampliamente,
especialmente en Europa. Los manuscritos escritos a mano eran laboriosos y costosos de
producir, lo que limitaba su disponibilidad.
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conocimientos a través del tiempo y del espacio de una manera mucho más eficiente que los
manuscritos escritos a mano.
El estado moderno en España durante el siglo XVI se caracterizó por una serie de cambios
significativos que llevaron a la consolidación de un gobierno centralizado y poderoso. Aquí hay
algunos aspectos clave:
Unificación de los Reinos: Durante el siglo XVI, los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón, llevaron a cabo la unificación de los reinos de Castilla y Aragón,
estableciendo así las bases para la formación del estado moderno español. Este proceso
culminó con la toma de Granada en 1492 y la conquista de Navarra en 1512.
Centralización del Poder: Los monarcas españoles, especialmente Carlos I y Felipe II,
implementaron políticas destinadas a centralizar el poder en la corona. Esto incluyó la creación
de instituciones gubernamentales centralizadas, como el Consejo de Estado y la institución de
virreinatos en las colonias americanas.
Inquisición y Control Religioso: Durante este período, la Inquisición española fue utilizada
como una herramienta para consolidar el control religioso y político, persiguiendo a aquellos
que se consideraban herejes o disidentes. Esto tuvo un impacto significativo en la sociedad
española y en la conformación de la identidad nacional.
Crisis y Declive: A finales del siglo XVI, España comenzó a experimentar una serie de crisis
económicas y políticas, incluyendo la bancarrota estatal en 1557, las guerras con otras
potencias europeas y la expulsión de los moriscos en 1609. Estos eventos marcaron el
comienzo de un período de declive para el imperio español.
En resumen, el estado moderno en España durante el siglo XVI estuvo marcado por la
unificación de los reinos, la centralización del poder monárquico, la expansión colonial, la
dominación religiosa y la riqueza generada por el comercio con América. Sin embargo, también
enfrentó desafíos y crisis que sentaron las bases para el declive posterior del imperio español.
Francia
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El estado moderno en Francia se desarrolló a lo largo de varios siglos, pero el periodo
crucial para su formación se encuentra en la transición de la Edad Media a la Edad Moderna,
particularmente durante los siglos XVI y XVII. Aquí hay algunos aspectos clave:
Centralización del Poder Real: Durante los siglos XVI y XVII, los monarcas franceses,
especialmente Luis XI, Francisco I y Enrique IV, trabajaron para centralizar el poder real y
reducir la influencia de la nobleza feudal y de los señores regionales. Esto implicó la expansión
de la autoridad real sobre los territorios feudales y la consolidación del gobierno central en
París.
Creación del Estado-Nación: Durante este período, Francia se consolidó como un estado-
nación con una identidad cultural y política compartida. Se fomentó el nacionalismo y se
promovió el idioma francés como unificador cultural en lugar de los numerosos dialectos
regionales que se hablaban en el país.
En resumen, el estado moderno en Francia durante los siglos XVI y XVII se caracterizó por
la centralización del poder real, el absolutismo monárquico, la creación de una burocracia
centralizada, políticas económicas mercantilistas, la formación del estado-nación francés y una
relación compleja con la Iglesia Católica. Estos desarrollos sentaron las bases para la Francia
moderna que conocemos hoy en día.
Portugal
Imperio Colonial: Portugal estableció un vasto imperio colonial que incluía territorios en
África, Asia y América del Sur. Estas colonias proporcionaron recursos económicos
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significativos a Portugal, especialmente a través del comercio de especias, oro, esclavos y otros
productos.
Centralización del Poder Real: El rey Manuel I de Portugal (1495-1521) centralizó el poder
real y fortaleció la autoridad de la corona. Instituyó un sistema administrativo eficiente y
promovió políticas económicas que fomentaron el comercio y la expansión colonial.
En resumen, el estado moderno en Portugal durante el siglo XVI estuvo marcado por la
exploración y expansión colonial, la centralización del poder real, la institucionalización del
gobierno colonial, el control religioso a través de la Inquisición y desafíos económicos y políticos,
incluida la pérdida de independencia frente a España durante la Unión Ibérica.
Inglaterra
El estado moderno en Inglaterra comenzó a tomar forma durante los siglos XVI y XVII,
marcado por una serie de eventos y cambios significativos en la estructura política, social y
económica del país. Aquí hay algunos aspectos clave:
Estado de Derecho y Carta Magna: La Carta Magna, promulgada en 1215, sentó las bases
para el estado de derecho en Inglaterra al establecer límites al poder del monarca y garantizar
ciertos derechos para los súbditos. A lo largo de los siglos, este principio se fortaleció,
contribuyendo a la evolución del estado moderno en Inglaterra.
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comenzó en el siglo XVIII, transformó la economía del país y sentó las bases para su ascenso
como potencia mundial.
España:
Aspecto Social:
Durante el siglo XVI, España experimentó una transformación social significativa con la
consolidación del poder real y el declive de la nobleza feudal.
La Inquisición Española desempeñó un papel importante en la conformación de la identidad
religiosa y social, promoviendo la ortodoxia católica y persiguiendo a aquellos considerados
herejes.
La sociedad española estaba marcada por una estricta jerarquía social, con una élite noble
y eclesiástica dominante, seguida por la burguesía comercial y los campesinos.
Aspecto Económico:
La exploración y colonización de América generaron una gran riqueza para España en forma
de oro, plata y recursos naturales.
Sin embargo, la dependencia excesiva de la riqueza colonial condujo a problemas
económicos, como la inflación y la falta de diversificación económica.
La economía española estaba dominada por una aristocracia terrateniente y una burocracia
estatal, con un sector agrícola importante pero poco desarrollado.
Portugal:
Aspecto Social:
En Portugal, el siglo XVI estuvo marcado por la exploración y expansión colonial, lo que
llevó a una reconfiguración de la sociedad.
La sociedad portuguesa estaba dividida en clases sociales distintas, incluyendo la nobleza,
la burguesía mercantil y los campesinos.
La Inquisición también estuvo presente en Portugal, aunque con menos intensidad que en
España.
Aspecto Económico:
La expansión colonial, especialmente en África, Asia y América del Sur, permitió a Portugal
acumular una gran riqueza a través del comercio de especias, oro y esclavos.
La economía portuguesa se basaba en gran medida en el comercio marítimo y el monopolio
colonial, con una clase mercantil próspera y una nobleza terrateniente.
Sin embargo, la falta de diversificación económica y la dependencia excesiva del comercio
colonial también hicieron a Portugal vulnerable a las crisis económicas.
Inglaterra:
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Aspecto Social:
En Inglaterra, el siglo XVI fue testigo de la consolidación del poder real y el surgimiento de
una clase mercantil emergente.
La Reforma Protestante tuvo un impacto significativo en la sociedad inglesa, llevando a la
ruptura con la Iglesia Católica y la disolución de los monasterios.
La sociedad inglesa estaba dividida en clases sociales, con una élite aristocrática, una clase
media en ascenso y una gran población campesina.
Aspecto Económico:
Aspecto Social:
En Francia, el siglo XVI fue testigo de la consolidación del poder real y la centralización del
gobierno bajo la monarquía absoluta.
La sociedad francesa estaba fuertemente estratificada, con una élite aristocrática
dominante, una burguesía emergente y una gran población campesina.
La Reforma Protestante también tuvo un impacto en Francia, aunque la mayoría de la
población seguía siendo católica.
Aspecto Económico:
Aspecto Político
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Portugal:
Portugal estaba gobernado por la dinastía de los Avís, con monarcas como Manuel I y Juan
III.
Aunque Portugal mantuvo una monarquía centralizada, también tenía una fuerte tradición
de descentralización, con una nobleza poderosa y autonomía regional en algunos aspectos.
La expansión colonial y el comercio marítimo fueron elementos clave de la política exterior
portuguesa durante este período.
La Inquisición también estuvo presente en Portugal, aunque con menos intensidad que en
España.
Inglaterra:
En Inglaterra, el siglo XVI fue testigo de la consolidación del poder real bajo la dinastía Tudor,
con monarcas como Enrique VIII, Eduardo VI, María I y Elizabeth I.
La ruptura con la Iglesia Católica y la creación de la Iglesia de Inglaterra durante el reinado
de Enrique VIII tuvieron importantes implicaciones políticas y religiosas.
El Parlamento inglés ganó influencia y poder durante este período, participando en la toma
de decisiones y la aprobación de leyes.
La Revolución Inglesa del siglo XVII sentó las bases para el establecimiento de una
monarquía constitucional y el parlamentarismo en Inglaterra.
Francia:
Francia estaba gobernada por la dinastía de los Valois y, posteriormente, por los Borbones,
con monarcas como Francisco I, Enrique IV y Luis XIV.
Durante el siglo XVI, se consolidó la monarquía absoluta en Francia, donde el rey tenía un
poder absoluto sobre el gobierno y la sociedad.
La política exterior francesa estuvo marcada por la rivalidad con otras potencias europeas,
especialmente España e Inglaterra.
La creación de instituciones gubernamentales centralizadas, como el Consejo Real y la
Intendencia, contribuyó a fortalecer el poder del estado.
En resumen, durante el siglo XVI, España, Portugal, Inglaterra y Francia experimentaron
diferentes evoluciones políticas que reflejaron sus respectivas estructuras de gobierno y
sistemas de poder. La consolidación de la monarquía absoluta, la expansión colonial, el
fortalecimiento de las instituciones gubernamentales y la creciente influencia del Parlamento
fueron algunos de los aspectos políticos más destacados de este período en cada país.
Eje N° 2
EXPANSION EUROPEA
La "expansión europea" puede referirse a diferentes momentos y contextos históricos en los cuales
Europa ha experimentado un aumento de territorios bajo su dominio o influencia. Aquí hay algunos
períodos importantes de expansión europea:
Edad Media: Durante la Edad Media, las cruzadas representaron un intento de expansión europea
hacia Tierra Santa (Jerusalén y los territorios circundantes) y otras regiones del Medio Oriente.
Edad Moderna: Durante la Edad Moderna, el proceso de expansión europea se intensificó con los
descubrimientos y conquistas de nuevos territorios en América, África y Asia. Esto incluye el período de
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la exploración y colonización europea, donde potencias como España, Portugal, Francia, Inglaterra y los
Países Bajos establecieron imperios coloniales significativos.
Imperialismo: Durante los siglos XIX y XX, las potencias europeas continuaron expandiéndose a
través del imperialismo, colonizando vastas áreas de África y Asia. Este período también involucró la
competencia entre las potencias europeas por el control de territorios y recursos.
Unificación Europea: En el siglo XXI, el concepto de "expansión europea" puede relacionarse con
la expansión de la Unión Europea (UE), una unión política y económica de países europeos que ha
crecido a lo largo de los años, incorporando nuevos miembros y expandiendo su influencia en diferentes
áreas de políticas y regulaciones.
Cada uno de estos períodos de expansión europea ha tenido un impacto significativo en la historia
mundial, dando forma a las relaciones geopolíticas, económicas y culturales hasta la actualidad.
RELACION ENTRE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE ABIA YALA
La relación entre España y los pueblos originarios del Abya Yala (término utilizado por algunas
comunidades indígenas para referirse a América) ha sido compleja y variada a lo largo de la historia. Se
puede dividir en diferentes períodos:
En resumen, la relación entre España y los pueblos originarios del Abya Yala ha sido marcada por
la conquista, la colonización, la resistencia y los procesos de emancipación, así como por esfuerzos más
recientes para reconocer y proteger los derechos de los pueblos indígenas.
EXPANSIÓN DE EUROPA
La expansión europea del siglo XV fue un período crucial en la historia mundial, marcado por los
viajes de exploración y la búsqueda de nuevas rutas comerciales que llevaron a la expansión de los
horizontes europeos y al contacto con diferentes partes del mundo. Aquí hay algunos aspectos clave
de la expansión europea durante este siglo:
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Exploración atlántica: Uno de los eventos más destacados del siglo XV fue el viaje de Cristóbal Colón
en 1492, financiado por los Reyes Católicos de España, que llevó al descubrimiento de América. Este
evento cambió para siempre la percepción del mundo conocido y abrió el camino a la colonización
europea en el continente americano.
Reconquista y expansión hacia el sur: Durante este período, España completó la Reconquista con
la conquista del Reino de Granada en 1492, lo que les permitió dirigir su atención hacia nuevas
empresas, incluida la expansión hacia el sur en África y hacia el oeste en el Atlántico.
Exploración portuguesa: Portugal fue pionero en la exploración del océano Atlántico, buscando rutas
hacia el sur de África en busca de una ruta marítima hacia Asia. En 1488, Bartolomeu Dias dobló el Cabo
de Buena Esperanza, allanando el camino para futuras expediciones portuguesas hacia la India.
Establecimiento de rutas comerciales: La búsqueda de rutas comerciales hacia el este fue uno de
los principales impulsores de la expansión europea en el siglo XV. El control de estas rutas comerciales,
particularmente hacia Asia, era fundamental para el crecimiento económico y el poder político de las
naciones europeas.
Impacto en las culturas indígenas: La llegada de los europeos a América tuvo un impacto
significativo en las culturas indígenas, que se vieron afectadas por la colonización, la esclavitud, la
enfermedad y la conversión religiosa. Este período marcó el inicio de la dominación europea en el
continente americano y el comienzo de un intercambio cultural y biológico conocido como el
intercambio colombino.
En resumen, la expansión europea del siglo XV sentó las bases para la posterior colonización
europea en América, África y Asia, transformando las relaciones globales, la economía mundial y la
configuración geopolítica del mundo.
TRATADO DE TORDESILLAS
El Tratado de Tordesillas fue un acuerdo firmado el 7 de junio de 1494 entre Portugal y España, bajo
el auspicio de la Iglesia Católica, con el objetivo de resolver disputas sobre los territorios recientemente
descubiertos en el Nuevo Mundo por los exploradores de ambos países, principalmente Cristóbal Colón
para España y Vasco da Gama para Portugal.
El Tratado de Tordesillas estableció una línea imaginaria, conocida como la línea de demarcación,
que se extendía de norte a sur a través del Atlántico, a unos 370 leguas al oeste de las islas de Cabo
Verde. Las tierras al este de esta línea serían para Portugal, mientras que las tierras al oeste serían para
España. Este acuerdo permitió a ambos países reclamar y colonizar nuevas tierras sin temor a la
interferencia del otro.
Es importante destacar que el Tratado de Tordesillas fue un acuerdo unilateral entre Portugal y
España, y no tuvo en cuenta las reclamaciones o los derechos de los pueblos indígenas que ya
habitaban esas tierras. Además, la línea de demarcación se ajustó más tarde mediante otros tratados y
acuerdos, como el Tratado de Zaragoza de 1529, que redefinió las áreas de influencia en Asia.
El Tratado de Tordesillas fue fundamental para establecer el dominio colonial de España y Portugal
en América y para sentar las bases de la división del mundo entre las potencias coloniales europeas
durante la era de la exploración y colonizació
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Resolución de disputas: El tratado ayudó a resolver las disputas territoriales entre España y Portugal
sobre las tierras recién descubiertas en el Nuevo Mundo. Esto evitó conflictos armados directos entre
las dos potencias y sentó las bases para la división del mundo entre las dos naciones.
División del mundo conocido: El tratado dividió efectivamente el mundo conocido en dos áreas de
influencia: una para España al oeste de la línea y otra para Portugal al este de la línea. Esto permitió a
ambas naciones explorar y colonizar nuevas tierras sin interferencias mutuas.
Aquí hay algunos desarrollos notables en la búsqueda de un paso interoceánico después del Tratado
de Tordesillas:
Expediciones europeas: Después del tratado, otras naciones europeas, como Inglaterra, Francia y
los Países Bajos, comenzaron a explorar y a buscar rutas alternativas hacia Asia. Sin embargo, estos
esfuerzos no condujeron directamente al descubrimiento de un paso interoceánico.
Exploración del Istmo de Panamá: A pesar de que el Istmo de Panamá estaba en la zona asignada
a España según el Tratado de Tordesillas, la búsqueda de un paso interoceánico continuó. Los
españoles, y más tarde otros países, exploraron el istmo en busca de una conexión directa entre el
océano Atlántico y el océano Pacífico.
Las civilizaciones prehispánicas de Mesoamérica y Sudamérica, como los mayas, los aztecas y los
incas, fueron algunas de las sociedades más avanzadas y culturalmente ricas de su tiempo. Aquí hay
una descripción breve de cada una:
Mayas: La civilización maya floreció en la región de Mesoamérica, que incluye partes de lo que hoy
es México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, entre otros. Su apogeo se dio entre los años 250
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y 900 d.C. Los mayas desarrollaron una sofisticada civilización con notables logros en arquitectura,
matemáticas, astronomía, agricultura y escritura. Son conocidos por sus impresionantes ciudades-
estado, como Tikal, Palenque y Chichén Itzá, así como por su sistema de escritura jeroglífica y su
calendario preciso.
Aztecas (o Mexicas): La civilización azteca surgió en el Valle de México en el siglo XIV y alcanzó
su apogeo en el siglo XV. Fundaron la ciudad de Tenochtitlán en una isla del lago Texcoco, que se
convirtió en su capital. Los aztecas establecieron un imperio expansionista que controlaba gran parte
de Mesoamérica mediante alianzas, conquistas y tributos. Desarrollaron una compleja religión, que
incluía sacrificios humanos, así como una economía basada en la agricultura y el comercio.
Incas: La civilización inca floreció en los Andes del Perú entre los siglos XIII y XVI. El Imperio Inca,
el más grande de América precolombina, se extendió a lo largo de la cordillera de los Andes desde
Colombia hasta Chile. Los incas construyeron una red extensa de caminos, terrazas agrícolas y ciudades
impresionantes, como Machu Picchu y Cuzco, la capital del imperio. Tenían una economía basada en la
agricultura, especialmente en el cultivo de papas y maíz, y administraban su vasto imperio a través de
una sofisticada burocracia.
Estas civilizaciones prehispánicas dejaron un legado cultural significativo que ha perdurado hasta la
actualidad. Su arte, arquitectura, sistemas de escritura y conocimientos científicos y tecnológicos siguen
siendo objeto de estudio e inspiración para las generaciones posteriores.
Sociedad: La sociedad maya estaba compuesta por una estructura jerárquica con una clase
gobernante compuesta por nobles y sacerdotes en la cima, seguida por artesanos, comerciantes y
campesinos, y finalmente esclavos y prisioneros de guerra en la parte inferior.
Economía: La economía maya se basaba en la agricultura, con un énfasis particular en el cultivo de
maíz, frijoles y calabazas. También eran hábiles comerciantes, intercambiando productos como jade,
cacao y textiles.
Religión: La religión desempeñaba un papel central en la vida maya. Adoraban a una variedad de
dioses y diosas, y creían en la importancia de los sacrificios humanos y rituales para apaciguar a los
dioses y mantener el equilibrio cósmico.
Política: Los mayas estaban organizados en ciudades-estado independientes, cada una gobernada
por un rey, a veces en una federación de ciudades. Las ciudades-estado mayas competían entre sí por
el poder y los recursos.
Incas:
Sociedad: La sociedad inca estaba altamente estratificada, con el emperador o Sapa Inca en la cima,
seguido por la nobleza, los sacerdotes y los funcionarios administrativos. Debajo estaban los
campesinos y trabajadores, seguidos por los esclavos.
Economía: La economía inca se basaba principalmente en la agricultura, con el cultivo de papas,
maíz, quinua y otros productos. También desarrollaron un sistema de intercambio y redistribución de
bienes a través de un sistema de almacenamiento y transporte conocido como el "mit'a".
Religión: La religión inca giraba en torno al culto al dios Sol, Inti, y al culto a los antepasados.
Realizaban sacrificios rituales y participaban en festivales y ceremonias religiosas.
Política: El Imperio Inca estaba gobernado por un emperador, quien tenía autoridad absoluta y era
considerado un líder divino. El imperio estaba dividido en provincias gobernadas por nobles locales y
estaba unificado por una administración centralizada.
Aztecas:
Sociedad: La sociedad azteca estaba dividida en clases sociales, con una nobleza guerrera y
sacerdotal en la cima, seguida por comerciantes, artesanos y campesinos, y finalmente esclavos y
prisioneros de guerra en la parte inferior.
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Economía: La economía azteca se basaba en la agricultura, especialmente en el cultivo de maíz,
frijoles y calabazas. También eran comerciantes activos, utilizando un sistema de trueque y un mercado
central en la capital, Tenochtitlán.
Religión: La religión azteca era politeísta y estaba centrada en el culto a los dioses, especialmente
a Huitzilopochtli, el dios de la guerra y el sol. Realizaban sacrificios humanos y celebraban festivales
religiosos.
Política: El Imperio Azteca estaba gobernado por un emperador, quien tenía poder absoluto y era
considerado un líder divino. El imperio estaba dividido en provincias gobernadas por nobles locales y
estaba unificado por una administración centralizada.
En resumen, las civilizaciones prehispánicas de los mayas, incas y aztecas tenían sociedades
complejas con economías basadas en la agricultura y el comercio, religiones elaboradas con un énfasis
en los rituales y los sacrificios, y sistemas políticos que variaban desde la descentralización hasta la
centralización bajo un líder divino.
Los Guaraníes: Originarios de la región de la actual Paraguay, los guaraníes también se extendieron
hacia el noreste de Argentina, principalmente en las provincias de Misiones, Corrientes y parte de Entre
Ríos. Eran conocidos por su habilidad agrícola y su producción de yerba mate.
Los Mapuches: Originalmente de la región de la actual Chile, los mapuches también se establecieron
en el sur de Argentina, particularmente en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y parte de La
Pampa. Eran conocidos por su resistencia a la colonización europea y su habilidad en la guerra.
Los Comechingones y Sanavirones: Estos pueblos habitaron las regiones montañosas de las
actuales provincias de Córdoba y San Luis. Eran agricultores y construyeron terrazas agrícolas en las
laderas de las montañas.
Los Diaguitas: Se encontraban en la región del noroeste argentino, en las provincias de Catamarca,
La Rioja, Tucumán y Salta. Eran conocidos por su avanzada tecnología agrícola y su construcción de
terrazas para la agricultura en zonas montañosas.
Estos son solo algunos de los muchos pueblos originarios que habitaban el territorio argentino antes
de la llegada de los colonizadores europeos. Cada uno tenía sus propias culturas, lenguas, tradiciones
y formas de vida adaptadas a su entorno específico.
Tehuelches:
Sociedad: Los tehuelches eran nómadas y cazadores-recolectores que habitaban las regiones
patagónicas de Argentina. Vivían en grupos familiares y tribus que se movían en busca de alimento y
refugio.
Economía: La economía de los tehuelches se basaba en la caza de guanacos y otros animales, así
como en la recolección de frutos silvestres. También practicaban la pesca en los ríos y lagos de la
región.
Religión: La religión de los tehuelches incluía creencias en espíritus y deidades asociadas con la
naturaleza, así como en prácticas rituales para asegurar el éxito en la caza y la protección del grupo.
Política: La organización política de los tehuelches era principalmente tribal, con líderes o caciques
que ejercían autoridad en base a su prestigio y habilidades de liderazgo.
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Diaguitas:
Sociedad: Los diaguitas habitaban las regiones montañosas del noroeste argentino, especialmente
en las provincias de Catamarca, La Rioja, Tucumán y Salta. Eran agricultores sedentarios que construían
terrazas agrícolas en las laderas de las montañas.
Economía: La economía diaguita se basaba en la agricultura, con el cultivo de maíz, papas, quinua
y otros productos. También practicaban la ganadería de llamas y alpacas.
Religión: La religión de los diaguitas incluía creencias animistas y rituales religiosos asociados con
la fertilidad de la tierra y la protección de los cultivos.
Política: Los diaguitas estaban organizados en jefaturas locales o señoríos, cada uno dirigido por un
líder o cacique. La sociedad estaba estructurada en base a la descentralización política y la autonomía
local.
Comechingones:
Sociedad: Los comechingones habitaban las sierras centrales de Argentina, en las provincias de
Córdoba y San Luis. Eran agricultores que construían terrazas agrícolas y viviendas de piedra.
Economía: La economía comechingona se basaba en la agricultura, con el cultivo de maíz, porotos,
calabazas y otros productos. También practicaban la caza y la recolección de alimentos silvestres.
Religión: La religión de los comechingones incluía creencias animistas y rituales religiosos asociados
con la fertilidad de la tierra y la protección de los cultivos.
Política: Los comechingones estaban organizados en jefaturas locales o cacicazgos, cada uno
dirigido por un líder o cacique. La sociedad era descentralizada y cada comunidad tenía su propia
autonomía política.
En resumen, las civilizaciones aborígenes como los tehuelches, diaguitas y comechingones en
Argentina tenían sociedades con economías basadas en la agricultura y la caza/recolección, religiones
animistas y organizaciones políticas descentralizadas dirigidas por líderes locales o caciques.
Mapuches:
Sociedad: Los mapuches, también conocidos como araucanos, eran un pueblo indígena originario
de la región de la actual Chile y Argentina. Se caracterizaban por su organización social en clanes y
tribus, con una estructura descentralizada y una gran autonomía local.
Economía: La economía mapuche se basaba principalmente en la agricultura, con el cultivo de maíz,
papas, calabazas y otros cultivos. También practicaban la ganadería de llamas y alpacas, así como la
caza y la recolección.
Religión: La religión mapuche estaba basada en creencias animistas y en el culto a la naturaleza,
con la veneración de espíritus y deidades asociadas con los elementos naturales y los fenómenos
meteorológicos.
Política: La política mapuche estaba organizada en base a clanes y tribus independientes, cada uno
dirigido por un lonco o cacique. La sociedad mapuche era conocida por su resistencia a la colonización
española y su habilidad en la guerra.
Querandíes:
Sociedad: Los querandíes eran un pueblo indígena que habitaba la región de la actual provincia de
Buenos Aires, en la zona de la Pampa y la costa atlántica. Eran cazadores-recolectores nómadas que
se movían en busca de alimento y refugio.
Economía: La economía querandí se basaba principalmente en la caza de guanacos, ñandúes y
otros animales, así como en la recolección de frutos silvestres y la pesca en los ríos y lagos de la región.
Religión: La religión querandí incluía creencias animistas y rituales religiosos asociados con la caza
y la recolección, así como con la protección de los espíritus de los antepasados y la naturaleza.
Política: La política querandí estaba organizada en clanes o grupos familiares dirigidos por líderes
locales. Eran una sociedad descentralizada con una estructura política flexible y adaptativa.
En resumen, las civilizaciones aborígenes como los mapuches y querandíes en Argentina tenían
sociedades con economías basadas en la agricultura, la caza y la recolección, religiones animistas y
organizaciones políticas descentralizadas dirigidas por líderes locales o caciques.
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CONQUISTA DE PERU Y MEXICO
La conquista de México y Perú fueron dos de los eventos más significativos en la historia de la
colonización española en América Latina. Aquí te proporciono un resumen de cada una:
Conquista de México:
Causas: La conquista de México fue liderada por Hernán Cortés y tuvo lugar entre 1519 y 1521.
Cortés llegó a México con la intención de explorar y colonizar nuevas tierras en nombre de España,
pero también estaba motivado por la búsqueda de riquezas y la expansión del cristianismo. Los aztecas,
bajo el dominio de Moctezuma II, gobernaban gran parte de Mesoamérica en ese momento.
Desarrollo: Cortés estableció alianzas con pueblos indígenas locales que estaban descontentos con
el dominio azteca, como los tlaxcaltecas. Con su ayuda, y aprovechando divisiones internas entre los
aztecas, Cortés avanzó hacia Tenochtitlán, la capital azteca. Después de varios enfrentamientos y la
captura de Moctezuma II, los españoles sitiaron y finalmente conquistaron la ciudad en 1521, con la
ayuda de una epidemia de viruela que diezmó a la población indígena.
Consecuencias: La conquista de México llevó al colapso del Imperio Azteca y estableció el dominio
español en la región. Se estableció la Nueva España, con su capital en la Ciudad de México. La población
indígena fue sometida al gobierno colonial español y se impuso el cristianismo como religión dominante.
Causas: La conquista del Perú fue liderada por Francisco Pizarro y se desarrolló entre 1532 y 1533.
Pizarro llegó al Perú con la intención de explorar y colonizar la región en nombre de España, así como
buscar riquezas. En ese momento, el Imperio Inca estaba dividido por una guerra civil entre los
hermanos Atahualpa y Huáscar.
Desarrollo: Pizarro aprovechó la división interna del Imperio Inca y capturó a Atahualpa en la batalla
de Cajamarca en 1532. A pesar de que Atahualpa ofreció un cuarto lleno de oro y dos de plata como
rescate, Pizarro lo ejecutó en 1533. Después de la captura de Atahualpa, los españoles avanzaron hacia
Cuzco, la capital inca, y consolidaron su dominio sobre el imperio.
Consecuencias: La conquista del Perú llevó al colapso del Imperio Inca y estableció el dominio
español en la región. Se estableció el Virreinato del Perú, con Lima como su capital. La población
indígena fue sometida al gobierno colonial español y se impuso el cristianismo como religión dominante.
La colonización de México y Perú por parte de España tuvo un impacto profundo en diversos
aspectos sociales, económicos y políticos en ambas regiones. Aquí se detallan algunos de los
principales efectos:
Aspecto Social:
Jerarquía Social: Se estableció una nueva jerarquía social en la que los españoles, como
colonizadores, ocupaban la cima de la pirámide social, mientras que los indígenas y los mestizos
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ocupaban posiciones inferiores. Esta jerarquía social se reflejaba en la distribución de la tierra, el acceso
a la educación y el poder político.
Aspecto Económico:
Explotación de Recursos: Los colonizadores españoles explotaron los recursos naturales de México
y Perú, incluidos el oro, la plata, el cacao y otros productos agrícolas. La extracción de metales preciosos
tuvo un impacto significativo en la economía mundial y en la acumulación de riqueza en España.
Estructura Agraria: Se introdujo un nuevo sistema de propiedad de la tierra en el que los españoles
y las instituciones religiosas controlaban grandes extensiones de tierra, mientras que los indígenas
fueron despojados de sus tierras ancestrales y se convirtieron en trabajadores agrícolas.
Aspecto Político:
Dominio Colonial: España estableció un sistema colonial en México y Perú en el que el gobierno
español tenía un control político y administrativo sobre las colonias. Se establecieron virreinatos y
audiencias para administrar las regiones colonizadas en nombre de la corona española.
Imposición de Leyes y Normas: Se impusieron leyes y normas españolas en las colonias, incluidas
las leyes de castas que regulaban las relaciones raciales y sociales, así como las leyes que restringían
las actividades económicas de las colonias en beneficio de España.
En resumen, la colonización de México y Perú por parte de España tuvo un impacto profundo y
duradero en la sociedad, la economía y la política de ambas regiones, marcando el comienzo de una
nueva era en la historia de América Latina.
La llegada de los colonizadores españoles provocó la pérdida masiva de vidas entre las poblaciones
indígenas debido a enfermedades introducidas por los europeos, como la viruela, el sarampión y la
gripe, para las cuales los nativos no tenían inmunidad.
La colonización también resultó en la destrucción y desaparición de muchas culturas indígenas, ya
que los españoles impusieron su lengua, religión y formas de vida, y prohibieron las prácticas culturales
y religiosas tradicionales de los pueblos indígenas.
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2. Explotación y Esclavitud:
Los españoles establecieron el sistema de encomienda, que permitía a los colonizadores recibir
mano de obra indígena a cambio de protección y evangelización. Sin embargo, este sistema se convirtió
en una forma de esclavitud y explotación de los pueblos indígenas, quienes fueron obligados a trabajar
en condiciones deplorables en minas, haciendas y otros proyectos coloniales.
Además, muchos indígenas fueron capturados y vendidos como esclavos para trabajar en
plantaciones y minas en otras partes del imperio español.
Los españoles despojaron a los pueblos indígenas de sus tierras y recursos naturales, que fueron
confiscados y distribuidos entre los colonizadores y las instituciones religiosas.
La introducción de un nuevo sistema de propiedad de la tierra, basado en la propiedad privada y el
control por parte de los españoles, resultó en la pérdida de acceso de los indígenas a sus tierras
ancestrales y a los recursos que dependían para su subsistencia.
4. Resistencia y Rebelión:
Colonización Indígena: Antes de la llegada de los europeos, el territorio argentino estaba habitado
por numerosos pueblos indígenas con diversas culturas y formas de vida. Estos pueblos, como los
guaraníes, los quichuas, los diaguitas, los comechingones y los mapuches, habían desarrollado
sociedades complejas y sistemas agrícolas avanzados.
Colonización Española en el Siglo XVI: Durante el siglo XVI, los españoles establecieron colonias
y asentamientos en el actual territorio argentino, especialmente en las regiones del norte y el noroeste,
donde encontraron ricos yacimientos de plata y oro. Las ciudades de Córdoba (1573) y Salta (1582)
fueron fundadas en esta época.
Colonización Española en el Siglo XVII: Durante el siglo XVII, la colonización española se expandió
hacia el sur y el centro de Argentina. Se fundaron nuevas ciudades, como Santa Fe (1573), La Rioja
(1591), Santiago del Estero (1553) y San Juan (1562), entre otras. La actividad económica principal
durante este período era la agricultura y la ganadería.
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Colonización Española en el Siglo XVIII: Durante el siglo XVIII, la colonización española se
consolidó en la región, y se fundaron varias ciudades importantes, como Mendoza (1561), San Luis
(1594) y San Miguel de Tucumán (1565). Se establecieron estancias y se expandió la producción
agropecuaria, especialmente en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos.
Colonización Británica en el Siglo XIX: Durante el siglo XIX, Argentina experimentó una nueva
oleada de colonización, esta vez por parte de inmigrantes europeos, especialmente de España e Italia.
La inmigración masiva transformó la composición étnica y cultural del país y contribuyó al desarrollo
económico y social de Argentina.
FUNDACION DE JUJUY
La fundación de la ciudad de San Salvador de Jujuy, capital de la provincia de Jujuy en Argentina,
se remonta al período colonial español. Aquí está un resumen de los eventos principales relacionados
con su fundación:
Exploración inicial: La región de Jujuy era habitada por poblaciones indígenas antes de la llegada
de los españoles. En 1535, el conquistador español Diego de Almagro exploró la zona durante su
expedición hacia el sur, pero no estableció una colonia permanente.
Fundación oficial: La fundación oficial de San Salvador de Jujuy se realizó el 19 de abril de 1593 por
Francisco de Argañaraz y Murguía, quien recibió la orden del virrey del Perú, García Hurtado de
Mendoza, para establecer una colonia en la región. La ciudad fue fundada con el nombre de San
Salvador de Velazco del Valle de Jujuy, en honor al virrey del Perú, Luis de Velasco.
Centro regional: Con el tiempo, Jujuy se convirtió en un centro comercial y cultural importante en la
región, con una economía basada en la agricultura, la ganadería y el comercio. La ciudad también sirvió
como punto de encuentro entre las poblaciones indígenas locales y los colonizadores españoles.
Época colonial: Durante la época colonial, Jujuy estuvo bajo la administración del Virreinato del Perú
y posteriormente del Virreinato del Río de la Plata. La ciudad experimentó un período de crecimiento y
desarrollo, con la construcción de nuevas infraestructuras y la llegada de inmigrantes europeos y
africanos.
En resumen, la fundación de San Salvador de Jujuy en 1593 marcó el inicio de la presencia española
en la región y sentó las bases para el desarrollo posterior de la ciudad como un importante centro
regional en el noroeste argentino.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS
La fundación de San Salvador de Jujuy, al igual que muchas otras ciudades durante la época colonial
española, fue el resultado de una serie de causas y tuvo diversas consecuencias. Aquí te presento
algunas de las principales:
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Expansión territorial: Una de las principales razones detrás de la fundación de Jujuy fue la expansión
territorial del imperio español en América del Sur. Los colonizadores españoles estaban interesados en
establecer presencia en nuevas áreas para consolidar su control y explotar los recursos naturales
disponibles.
Control de los pueblos indígenas: La presencia española en Jujuy también tuvo como objetivo el
control de los pueblos indígenas que habitaban la región. La fundación de la ciudad permitiría a los
españoles establecer una base desde la cual administrar y evangelizar a las poblaciones indígenas
locales.
Conversión religiosa: La colonización española en América del Sur estaba fuertemente vinculada a
la difusión del cristianismo. La fundación de Jujuy facilitaría la labor de los misioneros en la conversión
de los indígenas al catolicismo.
En resumen, la fundación de Jujuy fue el resultado de una combinación de factores que incluyeron
la expansión territorial, las consideraciones estratégicas y comerciales, así como el deseo de controlar
a las poblaciones indígenas locales. Las consecuencias de su fundación afectaron diversos aspectos de
la vida en la región, desde lo cultural y económico hasta lo político y demográfico.
Después de la fundación de San Salvador de Jujuy durante la época colonial española, el sistema
de trabajo de los pueblos aborígenes en la región experimentó cambios significativos, principalmente
debido a la implantación del sistema de encomienda y otras formas de explotación laboral por parte de
los colonizadores españoles. Aquí se describen algunos aspectos importantes del sistema de trabajo
aborigen después de la fundación de Jujuy:
Encomienda: La encomienda fue un sistema instituido por los colonizadores españoles en el cual se
otorgaba a los encomenderos (colonos españoles) el derecho a recibir mano de obra indígena a cambio
de protección y evangelización. Los encomenderos tenían autoridad sobre los indígenas asignados a
ellos y podían utilizarlos para trabajar en sus propias tierras, en las minas o en otros proyectos.
Trabajo forzado: Bajo el sistema de encomienda y otras formas de coerción, los indígenas fueron
obligados a trabajar en condiciones de explotación y abuso. Fueron sometidos a largas jornadas de
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trabajo, recibiendo a menudo escasa remuneración o incluso ninguna, y enfrentaron castigos severos
en caso de desobediencia.
Explotación económica: Los indígenas fueron utilizados como mano de obra barata para trabajar en
las minas de oro, plata y otros recursos naturales que eran explotadas por los colonizadores españoles.
También fueron empleados en la agricultura, la ganadería y la construcción de infraestructuras,
contribuyendo al desarrollo económico de la región, pero a menudo a costa de su propia explotación y
sufrimiento.
Resistencia y rebelión: A pesar de las duras condiciones de trabajo impuestas por los colonizadores
españoles, los indígenas no aceptaron pasivamente su situación y a menudo resistieron o se rebelaron
contra la explotación y el abuso. Hubo numerosas revueltas y levantamientos indígenas en la región,
incluyendo la revuelta de los calchaquíes y la resistencia de los omaguacas, que buscaban proteger sus
tierras y libertades frente a la dominación colonial.
En resumen, después de la fundación de Jujuy, el sistema de trabajo aborigen estuvo marcado por
la imposición de la encomienda y otras formas de explotación laboral por parte de los colonizadores
españoles. Los indígenas fueron utilizados como mano de obra forzada en diversos sectores de la
economía colonial, enfrentando condiciones de trabajo extremadamente duras y luchando contra la
opresión a través de la resistencia y la rebelión.
EL PERIODO COLONIAL EN HISPANOAMERICA
El estado colonial en Hispanoamérica se refiere al sistema político y administrativo establecido por
España en sus colonias americanas durante la época colonial, que abarcó aproximadamente desde
finales del siglo XV hasta principios del siglo XIX. Aquí se describen algunos aspectos importantes del
estado colonial en Hispanoamérica:
Gobernantes: Los virreyes eran los máximos representantes del rey de España en las colonias
americanas y tenían amplios poderes políticos, administrativos y militares. Junto con los virreyes,
también había otros funcionarios coloniales, como los gobernadores, alcaldes, corregidores y oidores,
que desempeñaban roles importantes en la administración colonial.
Religión: La Iglesia Católica desempeñaba un papel central en la vida colonial, con misioneros y
clérigos españoles encargados de la evangelización y la administración espiritual de las colonias. La
Iglesia también ejercía influencia en la educación, la cultura y la política colonial.
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En resumen, el estado colonial en Hispanoamérica fue un sistema político y administrativo
establecido por España para controlar y explotar sus colonias americanas. Este sistema estuvo
caracterizado por una estructura jerárquica, una economía extractivista, una sociedad estratificada y
una fuerte influencia de la Iglesia Católica.
Aspecto Social:
Jerarquía Social: La sociedad colonial estaba dividida en diferentes estratos sociales, con los
españoles nacidos en España (peninsulares) en la cima de la pirámide, seguidos por los españoles
nacidos en América (criollos), luego los mestizos (de ascendencia mixta española e indígena), los
indígenas y los esclavos africanos en la base. Esta jerarquía social se basaba principalmente en el origen
étnico y tenía implicaciones en términos de derechos, privilegios y acceso a recursos.
Religión y Cultura: La Iglesia Católica ejerció una influencia dominante en la vida social y cultural de
la colonia, participando en la educación, la moralización de la sociedad y la organización de festividades
religiosas. La evangelización y la conversión religiosa fueron aspectos clave de la colonización española.
Aspecto Económico:
Comercio y Monopolio: España estableció un sistema mercantilista que regulaba el comercio entre
las colonias y la metrópoli, promoviendo la exportación de materias primas y la importación de productos
manufacturados españoles. Se establecieron monopolios comerciales que limitaban la competencia y
beneficiaban a las empresas comerciales españolas.
Aspecto Político:
Autoridad Real: El rey de España ejercía autoridad absoluta sobre las colonias americanas y
delegaba parte de su poder en los funcionarios coloniales. España controlaba todos los aspectos de la
vida colonial, incluyendo la administración, la justicia, la economía y la religión.
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opresión colonial. Estas rebeliones fueron a menudo motivadas por la explotación económica, la
opresión social y cultural, y la falta de libertad política.
En resumen, el estado colonial en Hispanoamérica estuvo marcado por una compleja interacción
de factores sociales, económicos y políticos, que configuraron la vida y las relaciones en la región
durante la época colonial española. La colonización española dejó un legado duradero en términos de
estructuras sociales, económicas y políticas que aún tienen impacto en la región hasta el día de hoy.
Eje N° 3
En el contexto de las colonias españolas en América, la crisis del absolutismo tuvo varias
repercusiones que contribuyeron a las rebeliones indígenas y a la lucha por la independencia:
Descontento social y económico: La explotación y opresión sufridas por las poblaciones indígenas
bajo el sistema colonial español generaron un profundo descontento social y económico. Los indígenas
enfrentaban condiciones de trabajo extremadamente duras, impuestos excesivos y discriminación
social, lo que alimentaba el resentimiento y la insatisfacción.
Ideas ilustradas: Durante el siglo XVIII, las ideas de la Ilustración europea, como la igualdad de
derechos, la libertad y la autonomía, comenzaron a difundirse en las colonias americanas. Estas ideas
inspiraron a muchos criollos y mestizos a cuestionar el dominio colonial español y a luchar por la
independencia.
Debilitamiento del poder colonial: La crisis económica en España, las guerras europeas y la
creciente resistencia indígena debilitaron el control de la metrópoli sobre sus colonias americanas. La
incapacidad de España para mantener un control efectivo sobre sus vastos territorios en América alentó
los movimientos de independencia y las rebeliones indígenas.
Crecimiento del poder de la burguesía: La burguesía, una clase social compuesta por comerciantes,
empresarios y profesionales urbanos, ganó influencia y riqueza durante el período mercantilista. A
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medida que acumulaban más poder económico, la burguesía comenzó a desafiar la autoridad absoluta
de los monarcas y a exigir más participación política y libertades civiles.
Ideas de la Ilustración: Durante el siglo XVIII, las ideas de la Ilustración, que promovían la razón, la
libertad individual y la igualdad ante la ley, ganaron popularidad en toda Europa. Estas ideas socavaron
la legitimidad del absolutismo y fomentaron el deseo de reformas políticas y sociales.
Descontento social y económico: Las desigualdades sociales, los altos impuestos, las malas
condiciones de vida y otros problemas socioeconómicos generaron un profundo descontento entre la
población, lo que llevó a la agitación y protesta contra el régimen absolutista.
REVOLUCIONES BURGUESAS:
Las revoluciones burguesas fueron una serie de movimientos políticos y sociales que buscaron
derrocar el sistema absolutista y establecer regímenes más democráticos y liberales. Algunas de las
revoluciones burguesas más importantes incluyen:
Revolución Gloriosa en Inglaterra (1688): La Revolución Gloriosa resultó en la destitución del rey
Jacobo II y el establecimiento del Parlamento como la autoridad suprema en Inglaterra. Este evento
marcó el ascenso del parlamentarismo y el principio de soberanía parlamentaria en el Reino Unido.
Revolución Americana (1775-1783): La Revolución Americana fue un conflicto entre las colonias
americanas y el Imperio Británico que condujo a la independencia de los Estados Unidos de América.
La revolución fue impulsada por la búsqueda de libertad política, derechos civiles y representación
parlamentaria.
Revolución Francesa (1789-1799): La Revolución Francesa fue un proceso tumultuoso que llevó al
derrocamiento del antiguo régimen monárquico en Francia y el establecimiento de una república. La
revolución fue impulsada por la búsqueda de igualdad, libertad y fraternidad, y tuvo un impacto duradero
en la política y la sociedad europeas.
En resumen, la crisis del absolutismo y las revoluciones burguesas marcaron un período de cambio
político y social significativo en Europa, caracterizado por la lucha por la libertad, la igualdad y la
representación política. Estos eventos sentaron las bases para el surgimiento de sistemas políticos más
democráticos y liberales en el mundo occidental.
Causas de la crisis del absolutismo y las revoluciones burguesas:
La crisis del absolutismo y las revoluciones burguesas fueron fenómenos que se desarrollaron en
un contexto de profundos cambios sociales, económicos y políticos en Europa durante los siglos XVIII
y XIX. Aquí se presentan algunas de las causas y consecuencias de estos eventos:
Ascenso de la burguesía: La burguesía, una clase social compuesta por comerciantes, empresarios
y profesionales urbanos, ganó influencia y riqueza durante el período mercantilista. A medida que
acumulaban más poder económico, la burguesía comenzó a desafiar la autoridad absoluta de los
monarcas y a exigir más participación política y libertades civiles.
Ideas de la Ilustración: Durante el siglo XVIII, las ideas de la Ilustración, que promovían la razón, la
libertad individual y la igualdad ante la ley, ganaron popularidad en toda Europa. Estas ideas socavaron
la legitimidad del absolutismo y fomentaron el deseo de reformas políticas y sociales.
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Influencia de las revoluciones anteriores: Eventos como la Revolución Gloriosa en Inglaterra y la
Independencia de los Estados Unidos demostraron que era posible desafiar y derrocar regímenes
absolutistas. Estas revoluciones inspiraron a movimientos similares en otros lugares de Europa.
Caída del absolutismo: La crisis del absolutismo y las revoluciones burguesas llevaron al colapso de
muchos regímenes absolutistas en Europa. Monarcas fueron depuestos y sistemas políticos más
democráticos y liberales fueron establecidos en su lugar.
Expansión de los ideales democráticos: Las revoluciones burguesas difundieron los ideales de
libertad, igualdad y fraternidad en toda Europa y más allá. Estos ideales inspiraron movimientos de
emancipación y reforma en otras partes del mundo.
En resumen, la crisis del absolutismo y las revoluciones burguesas fueron eventos transformadores
que cambiaron el curso de la historia europea y sentaron las bases para el surgimiento de sistemas
políticos más democráticos y liberales en el mundo occidental. Estos eventos también tuvieron un
impacto duradero en la estructura social y económica de Europa y en la difusión de los ideales
democráticos en todo el mundo.
El absolutismo fue un sistema de gobierno predominante en Europa durante los siglos XVI al XVIII,
en el cual el monarca detentaba un poder absoluto y concentrado en sus manos, sin estar sujeto a
restricciones por parte de otras instituciones políticas, como un parlamento o una constitución escrita.
Aquí tienes una descripción del concepto y algunas de las características principales del absolutismo:
ABSOLUTISMO – CONCEPTO – CARACTERÍSTICAS
Concepto:
El absolutismo es un sistema político en el cual el poder del monarca es absoluto y no está sujeto a
ningún tipo de control o limitación por parte de otras instituciones o poderes del Estado. El monarca
detenta autoridad y poder supremos y actúa como una figura centralizada en el gobierno.
Monarquía absoluta: El monarca, generalmente un rey o una reina, posee autoridad absoluta sobre
el gobierno y la sociedad. Todas las decisiones importantes se toman por el monarca y su palabra es
ley.
Divina derecho: Se cree que el monarca goza de su poder por derecho divino, es decir, que su
autoridad emana directamente de Dios. Esta creencia proporciona al monarca una justificación teológica
para su autoridad absoluta.
Centralización del poder: El poder político se concentra en la figura del monarca y su corte real. El
monarca controla todas las instituciones gubernamentales, incluyendo la administración, la legislación
y la justicia.
Control sobre la nobleza: El monarca ejerce control sobre la nobleza y otros grupos privilegiados,
limitando su influencia y poder. La nobleza puede mantener su estatus social y privilegios solo si
permanecen leales al monarca.
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Política exterior: El monarca tiene control total sobre la política exterior y la diplomacia del país.
Puede declarar guerras, firmar tratados y realizar alianzas sin necesidad de consultar a otras
instituciones.
Burocracia: Se desarrolla una burocracia centralizada para administrar el estado, aunque en muchos
casos el monarca puede tomar decisiones sin consultar a los funcionarios.
Economía: En algunos casos, el monarca implementa políticas mercantilistas para aumentar el poder
económico del estado. Esto implica un control estatal sobre la economía, incluyendo regulaciones
comerciales y la explotación de recursos coloniales.
Tolerancia religiosa: En consonancia con las ideas de la Ilustración sobre la libertad de conciencia
y la tolerancia religiosa, algunos monarcas absolutos adoptaron políticas de tolerancia religiosa,
permitiendo la libertad de culto para diferentes confesiones dentro de sus reinos. Esto se veía como una
forma de promover la estabilidad social y política, así como de fomentar el progreso y la modernización.
Desarrollo cultural y científico: Aunque los monarcas absolutos mantenían un control autoritario
sobre sus estados, algunos de ellos apoyaban el desarrollo cultural y científico como una forma de
fortalecer su prestigio y legitimidad. Patrocinaban academias, sociedades científicas y centros
culturales, y promovían la producción de obras literarias, artísticas y científicas.
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