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sapepaioos A sesordua ap souvsio & soanoosIp ap [eued pepriqesuodsay COLECCION JURISPRUDENCIA PRACTICA PE Ua «CARLOS LASARTE (Director) “1; Parkes etratannee Responsabilidad GABRIEL CASADO OLLERO . : ALFREDO MONTOYA MELGAR d d Vereen ce penal de directivos TOGIRBARENS Alsons 5 JOAQUIN TORNOS MAS My organos de empresas y sociedades Introduccién y seleccién de AVELINA ALONSO DE ESCAMILLA + laraertices at at rsad ata haat 4 bsiiiicd 1 aor tbe lnm ZOLBQTO V asadiqinia ob aobrbsica: ubownt MNOTA AAT L Diseho de eubierta: Joaquin Gallego Impresidn de cubiera (Graficas Molina © Invroduci6n ein AVELINA ALONSODE ESCAMILLA, 1996 G EDITORIAL TECNOS, S.A. 1996 Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Modrid ISBN: 84-309-2854-5 Depésito Legal: M- 23891-1996 Printed in Spain, Impreso en Espana por Rigorma Pol, Industrial Alparrache, Navaleammero (Madrid) we : eer en INTRODUCCION. Pag. 9 1. ELACTUAREN LUGAR DEGTRO.CoMN CLAUSULA DE RESPON SABILIDAD PENAL FOR EL NECHO PROP, ° 1, Precedente histvcos del artculo 31 del Cigo Penal. U1 2 Sistema que introduce en ruestro Codigo Penal la cl sua de actuar en ugar de otro 2 ‘A) Lateora de la dsociaién de os elementos pcos 12 B) Lateoria de los deltes de dominio social o deltas especiales de garane B Tl, La REPERCUSION MATERIAL DEL ACTUAR ENLUGAR DEOTKO DE EXTENSION. 4 IL, Aypito¥ coNTENID0 DEL ARTICULO 31 DEL CéDIG0 PENAL: EXPRESS REFERENCIA ALA ANTERIOR REVISE NORMATIVA 16 IV, LaPRocRESIVA APLICACION DEL ACTUAR ENLUGAR DEOTRO SELECCION DE JURISPRUDENCIA. 24 “TaantnA SurmeMo (SALA) 24 1. Sentencia de 24 de julio de 1989 (Ar. 6284) 24 2. Sentencia de 29 de Septiembre ce 1989 (Av. 6813).... 26 53. Sentencia do 6 de noviembre de 1989 (Ar 8563)... 28 4 Sentencia d 6 de marzo de 1990 (Ar. 2399) 29 ANEXOS, Sentencia de 8 ‘Sentencia de 1D de abrit de Seniencia de 22 de mayo de 1992 (Ar. 4268) de abril de 1993 (Ar ‘Sentencia de 2 de junio de 1993 (Ar 3 Senteneia de 13 de julio de 1993 (Ar. 6070) de Septiembee de 199 ‘de octubre de 1993 (Ar. 7957) Senteneia de 10 de noviembre de 1993 (A 8387). 1992 (Ar, 2962) 1. RELACION CRONOLOAICA DE SENTENCIAS 2. Biatiooraria nasi 3. Inpice De wareaias {Pogo bia 3 et cheba nat Ar, 6988) 59) Sentencia de 22 de noviembre de 1990 (Ar, 9079)... 30) 6 de noviembre de 1990 (At. 9193)... 31 Sentencia de 30 de noviembre de 1990 (Ar, ‘Sentencia de 27 de marzo de 1991 (Ar, 246) je mayo de 1991 Ar, 3023) 991 (Ar, 5642), 60 60 6! 6 bw Anes WENA AY 1 oe CHE sbonts + werd Be Introduccién A mis padres, modelo de toleran- cia y comprensién, por ensenarme el contenido de esas sencillas pala- bras que contienen buena parte de Ta esencia de la vida. ., IL. EL ACTUAR EN LUGAR DE OTRO : COMO CLAUSULA DE RESPONSABILIDAD PENAL POR EL HECHO PROPIO La doctrina dominante en Espaiia se manifiesta contraria a la responsabilidad penal de las personas juridicas (societas delinquere non potest), entendiendo tal responsabilidad en sentido estricto, como sujecién a penas criminales. Tal postura se encuentra en el res- pelo alos principios de culpabilidad y personalidad de las penas, que impiden que el castigo recaiga sobre todos los miembros de una persona juridica y obliga a que tinicarmente respondan de los hechos las personas fisicas que efectivamente 1os hubieran realizado, La capacidad de acci6n, culpabilidad y pena exige la p sencia de una voluntad, entendida como facultad psi- quica de la persona individual que, desde luego, no existe en la persona jurfdica, ente al que el Derecho atribuye capacidad a otros efectos distintos de los penales. Sin embargo, algunos autores se han pronunciado a favor de la responsabilidad de las personas juridicas, si bien parecen admitirla nds en un plano politico cri- minal que dogmético (Barbero Santos y Zugaldia Espinar). Este tltimo autor ha acusado al Derecho Penal de irrealismo, por no aceptar lo que es una reali- dad en las demas ramas del ordenamiento juridico, las personas juridicas, y porque con su negativa conduce a la consecuencia prictica de renunciar a ser instru- mento adecuado para combatir la amplia y peligrosa criminalidad desarrottada al amparo de las sociedades. ‘Aunque podria pensarse, como hace alguna otra opinién, que el instrumento juridico més adecuado para combatir esa criminalidad encubierta es aquel al que corresponde regular las formas de_nacimiento, establecimiento y desenvolvimiento de las personas juridicas, es decir, aquellas otras ramas del Derecho ‘cuya intervenci6n es anterior a la penal y que determi nan las posibilidades de actuacién de éta, con caric~ ter de subsidiario y de ultima ratio del ordenamiento, como corresponde al Derecho Penal. Esto no quiere decir, por otro lado, que el Derecho deba permanecer indiferente ante los abusos que se suelen cometer en el Ambito de la delincuencia econémica, y que se produ cen a través de personas juridicas, Delitos de gravedad muy elevada, frente a ios que no se debe producir relajacién alguna de la funcion preventiva reconocida al Derecho Penal, dificultada, a veces extraordinaria ‘mente, por las demas ramas del ordenamiento juridi- co, mediante una regulacién de las personas jurfdicas, que no logra su transparencia interior, ni tampoco de actuacién externa, La responsabilidad criminal del que actéa en lugar de otro, independientemente de que se admita 0 no la capacidad delictiva de las personas juridicas, 0 de que el representado sea o no penalmente responsable, se plantea como un problema de responsabilidad de per- sonas individuales sin més y de responsabilidad penal por el hecho propio, 10 En este mismo sentido, las SSTS 2." de 13 de julio, 2 de junio y 12 de febrero de 1993; 22 de mayo y 10, de abril de’ 1992; 8 de julio y 27 de marzo de 1991 y 29 de septiembre de 1989. 1, PRECEDENTES HISTORICOS DEL ARTICULO 31 DEL CODIGO PENAL Como es sabido, la Ley Orgénica 8/1983, de 25 de junio (BOE n2 152, de 27 de junio), de Reforma Ungente y Parcial del Cédigo Penal, incorporé una cléusula general de actuaciones en lugar de otro en el articulo 15 bis det detogado Cédigo Penal que, con modificaciones, respondfa al arti de Ley Orgdnica del Cédigo Penal del 1980. Tal cla sula decfa ast: El que actuate coma directivo u érgano de una persona juridicao en representaci6n legal o volontria de I misma, {esponderd personalmente, ungue no coneurran en ly si ‘¥en enfidad en cuyo nombre obrare, Jas condiciones, cua 4 lidades 0 relaciones que la correspondiente figura del delito tN, requiera para poder ser sujet activo de mismo. Hasta esa reforma, esta cuestiGn no habia estado regulada nunca en nuestro ordenamiento. Quizds su pre~ cedente mis remoto se encontraba en el Cédigo Penal de 1928, el cual previd una cléusula de exclusiva aplica- Cid a las insolvencias punibies. El Proyecto del Codigo Penal de 1939 introducfa también una cléusula especial, tomada de la del Cédigo de 1928 y referida a los delitos relativos a las insolvencias punibles. El vigente Codigo Penal, aprobado por Ley OrgSnica 10/1995, de 23 de noviembre (BOE n° 281, del 24), incorpora un articulo 31, cuyo contenido es el siguiente: EL que acide como alministrdor de hecho 0 de dere cho de tina persona juridca, 0 en nombre o representacion legal o voluntaria de otro, responders personalmente, aun {que no concurran en él las condiciones, cuslidades 0 re Giones que It_correspondiente figura de delito 0 falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, st aes ‘cunstancias se dan en la etidad o persona en euyo nora orepresentacion obre, i 2, SISTEMA QUE INTRODUCE EN NUESTRO CODIGO PENAL © LA CLAUSULA DE ACTUAR EN LUGAR DE OTRO Se ha debatido, con cierta insistencia en nuestra doctrina, acerca del sistema idéneo para acometer la tipificacion de esta cléusula, como tnica y dentro de la Parte General o dentro de la Parte Especial y en relacién con los tipos penales de que se tratara. Resut- ta evidente que el legislador ha preferido optar por la formula de la cléusula general, quizés para contar con un criterio comtin de tipificacién, o para evitar ell excesivo casuismo de la otra solucidn o las lagunas interpretativas a que conduce cualquier sistema de previsién pormenorizada, A) La teoria de la disociacién de los elementos tipicos El actuar en nombre de otro supone una dispersién personal de los elementos del tipo en su ejecucién, pues la totalidad de los mismos concurren en las dos personas, quien acta y el otro, produciendo una lagu- nna de punibilidad. La teoria de Ia disociacién, que se elabora en Ale- mania, mantiene que los elementos del tipo se diso- cian entre representante y representado. Es mayorita- ria en aquel pais y ha pasado al §14 StGB. En nuestro pais, también se puede considerar mayoritaria, Su formula presupone que a totalidad de los ele. mentos del tipo se reparten entre dos sujetos concre- tos, luego aparecen disociados personalmente, Y, asf, el Sujeto que ejecuta la accidn tipica carece de los ele menios de la autorfa (representante), mientras que en el representado, que no ha actuado, sf se cumplen los, elementos personales de la autoria. En estos supues- tos, se produce una verdadera laguna de punibilidad, a no Ser que el Derecho prevea una f6rmula de ajuste de dispersién de los elementos tipicos. Tal formula de ajuste exige que los elementos tipicos de que carece el representante concurran necesariamente en el repre- sentado. Por tanto, quedarin fuera de tal previsién legal aquellos supuestos en los que todos los elemen- tos personales del tipo concurran en el sujeto que acta (en este sentido, STS 2* de 25 de octubre de 1993), y también aquellos supuestos en Ios que Ios elementos de los que carece quien acta, tampoc concurren en la persona en lugar de quien se actiia (vid. STS 2.* de 13 de julio de 1993, en la que estable- ce que el articulo 15 bis del Cédigo Penal no puede resolver el problema de a falta de una accién tipica, pues su finalidad es precisamente la de solucionar los problemas que plantea la autorfa de los delitos espe-~ ciales, cuando dicha accién t{pica se da, pero su autor carece de los elementos personales especiales de la auiorfa establecidos en el tipo penal). La idoneidad de la formula de la disociacién de los elementos tipicos es algo que se acepta mayoritaria mente por la doetrina y también por la jurisprudencia (entre otras, SSTS 2 de 10 de noviembre y 13 de Julio de 1993; 21 de noviembre y 8 de julio de 1991; 26 de noviembre y 6 de marzo de 1990 y 24 de julio de 1989). B) La teorfa de los delitos de dominio social ® 0 delitos especiales de garante . En nuestro pafs, se aparta de la formula de la diso- ciacién como criterio para resolver Jos supuestos de actuaciones en lugar de otto Gracia Martin, Mantiene este autor que tal formula, conduce a determinadas lagunas de punibilidad por su formalismo rigido, y, propone, para superar la férmula referida, la teoria que vamos a pasar a exponer resumidamente. En opinion de este autor, una gran mayorfa de ele- mentos especiales de la autoria deseriben_a sujetos caracterizados por ejercer una funcién que implica el dominio del mbito de proteccién de la norma (domi nio social). Por ejemplo, en el delito de alzamiento de bienes, lo definitivo no es la cualidad de deudor, sino la disposicién que éste haga del patrimonio que garan- tiza el cumplimiento de Ta deuda, En tal sentido, pue- B den servir como criterios definitorios del concepto de dominio social los siguientes: el dominio social como accesibilidad al bien juridico por parte de un autor caracterizado por el éjercicio de una funcién social derivada de un status personal. Precisamente, los deli- tos de dominio social se caracterizan por que la accin tipica presenta una cualidad especitica, que se realiza en el ejercicio de una funcién que es monopolio de tuna cierta clase de sujetos. Por tanto, el dominio social ha de entenderse como fundamento de la posi cidn de garante del autor especialmente cualificado, estableciéndose como criterio formal de equivalencia, el deber de actuar. Para este autor, el dominio social explica la posicién de garante, que ha de determinarse con cardcter prioritario a la aplicacién de la cléusula de actuar en lugar de otro, puesto que se establece la posicién de garante como presupuesto de aplicacién de Ia cldusula de actuar en jugar de otro. Parece incl narse por esta opinién la STS 2.* de 30 de noviembre de 1990, que, en relacién con la comisién de un delito ecol6gico por emisién de lluvia dcida por parte del director de una central térmica, le condena sobre la base de considerar que «la responsabilidad le viene atribuida por su capacidad decisoria en tomo a los actos que constituyen el micleo del tipo delictivo que se le imputa 0 incrimina» Il. LA REPERCUSION MATERIAL DEL ACTUAR EN LUGAR DE OTRO EN LA TEORIA DE LA AUTORIA | Y PARTICIPACION: CLAUSULA DE EXTENSION Como veremos a continuacién, el articulo 15 bis de] Cédigo Penal ya derogado establecta la respor bilidad de los directivos, Srganos y representantes de Jas personas juridicas en la comisidn de delitos espe- ciales, es decir, en aquellos en los que el ambito per- sonal de la autorfa se encuentra restringido, Por tanto, 14 se trataba de una previsién legislativa cuya finalidad era evitar las lagunas de punibilidad que se produci- rian de aplicar las reglas generales de participacién a las actuaciones en lugar de otro. Asi el articulo 15 bis devenia causa de extensién de la punibilidad de determinados delitos especiales propios, a sujetos exiraneus, por no reunir Ios elemen ios personales exigidos en los cotespondientes tipos legales, elementos que, sin embargo, concurren en la persona juridica en la que los mencionados extranei actin en representacién, E| articulo 31 del Cédigo Penal vigemte establece Ja responsabilidad del administrador de hecho 0 de derecho de una persona juridica y la de quien acttie en nombre o representacién legal © voluntaria de otto, por lo que Ja cléustla de actuar en lugar de otro no comporia ampliacién alguna de acciones descritas en el tipo penal, ni de autores que puedan levarlas a cabo, sino de eliminar los problemas de punibilidad que se derivan de la comisién de un delito especial propio por quien no retine los elementos de la autorfa En este sentido, establecido quiénes pueden ser suje- tos activos de un determinado delito, habré que com- probar Ia realizacién de la conducta tipica, entrando seguidamente en consideracién las reglas comunes sobre autoria y participacién. En cuanto a la problematica de la aplicacisn de este articulo a casos concretos, debemos convenir, con Bacigalupo, que seré necesaria la realizacién de un delito especial propio, puesto que el articulo 31 no tie ne aplicacion en el émbito de los impropios, ya.que en Estos, a diferencia de en aquéllos, el no cualificado puede ser autor. Ademés, la accién del no cualificado ha de ser tipica, adecuada para infringir la norma penal, y, por vitimno, la persona juridica ha de ser titu- lar de ia cualificacién juridica requerida por el delito, yy que el autor de la accién obre en su representacién ‘A pesar de que tanto en Ja doctrina como en la juris- prudencia es opinién mayoritaria la que acabamos de Gracia Martin mantiene 1a viabilidad de apli- mula del actuar en lugar de otro a todos los delitos especiales, bien propios, bien impropios, sobre Is la base de la aplicacién de ta teoria del dominio social Efectivamente, el émbito de proteccién de la norma de Jos delitos especiales se determina mediante la formula del dominio social, que a su vez fundamenta una posi- cidn de garante. Asf, el extrafio que accede al dominio social asume la posicién de actuante en lugar de otro, con To que la cldusula de actuar en lugar de otro es, para los delitos especiales, de extensién de la autoria y'de la participaci6n del intraneus, Sobre esta opinién de apli- Car la regla del antiguo articulo 15 bis a quien actéa en nombre de otro en un delito especial impropio por exi- xgencias del principio de equivalencia, se mostr6 contra- rio Bajo Feméndez por entender que tal punto de vista choca con la necesidad de una interpretacién restrictiva en el Ambito de lo punible, incompatible con Ia extensi va insatisfactoria a que lleva la aplicacién de la pena del delito especial al extrancus. ¥ ello porque, en los deli- tos especiales impropios, la ley contiene una prescrip- ccidn especifica para quienes no retinen las condiciones propias del delito especial. Como ya apuntamos con anterioridad, la jurisprudencia ha optado por la aplica- cin de la férmula del actuar en lugar de otro a los deli tos especiales propios. Sirva, a titulo ilustrativo, la cita, entre otras, de las SSTS 2.* de 10 de noviembre y 13 de julio de 1993 y la anterior de 29 de septiembre de 1989 (este precepio regula como cléusula general [...J la denominada responsabilidad por la actuacién en nom bre de otro y su campo especifico de aplicacién se ins- tala inequfvocamente en el tea de los denominados delitos especiales propios»), Il. AMBITO Y CONTENIDO DEL, ARTICULO 31 DEL CODIGO PENAL. EXPRESA REFERENCIA ALA ANTERIOR PREVISION NORMATIVA Como acertadamente se consideré en su momento, la inclusién del articulo 15 bis en el Cédigo Penal fue 16 una de las mas notorias novedades introducidas por la Ley Orgénica 8/1983, de 25 de junio, de Reforma Urgente y Parcial dei Cédigo Penal. Su fundamento, segtin se establecia en la Exposicién de Motivos, con sistia en obviar uno de los més graves inconvenientes que, para la persecucién de los comportamientos delictivos en el marco de la actividad econdmica, se planteaban en la practica, y que los Tribunales se esforzaban en resolver, sin los necesarios apoyos legales. “Por lo que se refiere al dmbito y al contenido de la cléusula de actuar en lugar de otro, contenida en el lantiguo articulo 15 bis del Cédigo Penal, dos son las cuestiones que planteaba su redaccién, a saber: qué cabfa entender por directivo u érgano o representante legal 0 voluntario de una persona juridica y eémo podfan y pueden interpretarse los términos, condicio- nes, cualidades o relaciones. ‘Vayamos con Ia primera de las cuestiones, no sin antes poner de manifiesto, como hizo Bacigalupo, la injustificada exclusion genérica de Ta represent de las personas fisicas, que no necesitan representa. cién, pero que, sien su funcién de tutores, albaceas, etc., son representadas, dan lugar a la necesidad de aplicacién del actuar en lugar de otto. Tal olvido ha {quedado solventado en la actual redaceién del articulo 31 y en la expresa inclusidn de la representacién de ias personas fi 7 Se consideraban destinatarios de la disposicién, segtin el articulo 15 bis del Cédigo Penal ya derogado, Jos directivos u Grganos y representantes legales 0 voluntarios de una persona juridica. El Cédigo Civil nos define el concepto de persona juridica en su articulo 35, que establece: ‘Son persons juricas: Tings Corporaciones, asociaciones y fundaciones de + tends pblico reconocida por la ley ‘Su personalidad empieza desde el instante mis que, com arregio a derecho, nobiese: guedado v8 onstiuidas. ‘ ; "2" Las asociaciones de interés paicular, sean civil, rmercantles © industrials, alas que ale conceta personal + dail propia, independiente de a de cal uno de los asoriados. if _ La enumeracién del articulo 15 bis se referta a figuras juridicas que tienen en comin el cardcter de represeittantes, es decir, de personas que tienen la posibilidad de realizar negocios y actos juridicos en general imputables a una persona juridica. De esta manera, directivos y 6rganos no constituyen dos cate~ gorfas diferentes de personas, sino expresiones sindni mas, siendo diferente conceptualmente la referencia a representantes legales 0 voluntarios. Esta iitima cate- gorfa alcanzaria también a los que representan a un Srgano de la persona juridica, porque en estos supues, tos no se esta ante Ja tepresentacién de la persona juri- dica, siendo insuficiente, a efectos de aplicacién del articulo 15 bis, el mero ejercicio de hecho de las fun- iones 0 de la representaciGn tanto de los drganos como de los representantes, En opinién de Octavio de Toledo, los términos ««directivos y érganos de Ia persona juridica» eran de contenido diferente, debiendo considerarse reiterativa la referencia, que a continuacién se hacfa en el men- Cionado articulo, al que actie «en representacién legal de la misma», pues ha de pensarse que tal represen- tante puede subsumirse de antemano bajo el concepto de directivo 0 de érgano de le persona jurfdica, No sucedia igual con la referencia de ese articulo a la representacién voluntaria, Por tanto, serfan ditectivos quienes, en relacién con ia marcha de la persona jur dica, ostentaran individual o colectivamente, confor. me al esquema organizativo de la misma, la funcién de dirigirla, siendo en definitiva las personas fisicas que desempefian los puestos mas elevados y a los que esté atribuida mayor capacidad de decisién en el seno de la persona juridica: miembros del consejo de admi- nistracién, presidente, vicepresidente ejecutivo 0 con. sejero-delegado, director o subdirector, director geren- te. Es decir, quienes participan en la formacién y expresion de'la voluntad de la sociedad y en la ma de llevar a cabo su actuacién en el tréfico, seran 61 nos de la persona juridica. En relacién con una socie~ dad anénima, tales drganos serfan: la junta general de accionistas y el consejo de administracién, ‘siendo Grganos de una sociedad anénima a los efectos del 18 antiguo articulo 15 bis las personas que pertenezcan a uno de los acabados de citar. Junto a éstas, también deben considerarse Organos de una persona juridica aquellos encargados de las tareas de fiscalizacién 0 revisién de la gestion, asi como los liquidadores de una sociedad en liquidacién. El hecho de incluir entre los drganos de una persona jurfdica a todos los que desempefian funciones de representaciGn de la misma, quiere decir que merecen el calificativo de érganos todos los que la representan, cuando menos aquellos que ostentan su representacién legal. El actual articulo 31 se refiere al administrador de hecho o de derecho. En este sentido, la doctrina jurispradencial de 1a Sala 2 del Tribunal Supremo, interpretando los ele- mentos recogidos en el articulo 15 bis del Cédigo Penal anterior, estim6 que «siendo una persona juridi- ca el sujeto pasivo de la relacién tributaria, la respon- sabilidad penal ha de polarizarse en los’ directivos, gerentes, consejeros, delegados o personas que efecti- vamente ejerzan su administracién» (STS 2." de 2 de marzo de 1988). En términos parecidos la STS 2° de 20 de septiembre de 1993 establece la responsabilidad penal por el delito de apropiacién indebida de quien ‘era y actuaba siempre como administrador y apode- rado de la sociedad, Io que le configura como prin pal responsable de las actividades de la persona juridi- ca a la que representaban. ‘Sin embargo, el fracaso de la formula del actuar en. lugar de otro se puede dar en los supuestos de desco- nexién juridica entre el que acta y el sujeto cualifica- do. Esto puede tener lugar en los denominados gran- des complejos societarios, cuyas caracteristicas son, por un lado, unidad econémica, pero frente a una plu falidad juridica, La formula que suelen adoptar es la de madre-filiales, conservando aquélla, en todo momento, el auténtico centro de poder, del que ema- nan todas las decisiones, incluso las delictivas, madre que se encuentra juridico-formalmente desvinculada de las empresas y Sociedades unidas. En estos supues- tos, la formula de actuar en lugar de otro no resulta eficaz, lo que supone una enorme injustcia, al tratarse de los més graves ejemplos, y de aquellos que reper- 19 cuten, por su enorme magnitud, en la desestabiliza- cidn del sistema econémico y financiero nacional. Sin embargo, como ya se apunt6 anteriormente, ésta es una cuestiOn que excede al marco de la cléusu: la de las actuaciones en lugar de otra, y que ha de situarse fuera del dmbito estrictamente juridico-penal, aunque dentro de las ramas del ordenamiento juridico ‘que regulan tanto el nacimiento como el posterior fun- cionamiento de las personas juridicas. Con lucidez apunta el problema la STS 2." de 24 de julio de 1989 Y. mds recientemente, la de 6 de marzo de 1990, La segunda de las cuestiones a que hacfa referen- cia el articulo 15 bis del Cédigo Penal y mantiene el articulo 31, es la relativa a las condiciones, cualidades y relaciones requeridas por la «correspondiente figura del delitor 0, se aiiade ahora, falta. Parece evidente que el legislador se est4 refiriendo a elementos objeti- vos de la autoria de los delitos especiales propios. La terminologia empleada por el legislador quizés no sulte la més id6nea y pueda plantear algiin problema interpretativo (se pone de manifiesto a sensu contrario en la STS 2.* de 24 de julio de 1989). Sin embargo, la STS 2." de 13 de julio de 1993 establece con claridad gue «es claro, por tiltimo, que el articulo 15 bis del Cédigo Penal no puede resolver el problema de la fal- ta de una accidn tipica, pues su finalidad es precise- ‘mente Ia de solucionar los problemas que plantea la autoria de los delitos especiales, cuando dicha accién tipica se da, pero su autor carece de los elementos per- sonales especiales de la autorfa establecidos en el tipo penal». En términos parecidos, se promuncia la STS. 22 de 10 de noviembre de 1993 cuando mantiene que «si bien el precepto del articulo 15 bis del Cédigo Penal permite, sin atentar al principio de legalidad, considerar como autores a aquellas personas en quie- nes no concurren las condiciones, cualidades o rela- ciones que la correspondiente figura de delito requiera para ser sujeto del mismo, es necesario en todo caso ue concurran todos los demas elementos objetivos del tipo penal [...], pero semejante trasposici6n o des- plazamiento de la responsabilidad penal no opera mecénicamente, sino sobre la base de que la accién 20 del no cualificado sea adecuada, en s{ misma, para infringir la norma, de cuya violacidn se parte para la configuracidn del tipo delictual especial propio». Por {anio, cabria concluir que la referencia normativa es ‘adecuada a elementos objetivos de Ia autoria de cardc~ ter representable y susceptibles de concurrir en una persona jurfdica “| TV.LA PROGRESIVA APLIC. ACION DEL ACTUAR EN LUGAR DE OTRO EN LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL Con anterioridad a 1a entrada en vigor del articulo 15 bis, la jurisprudencia venia considerando responsa~ bles a las personas fisicas que actuaban por cuenta de ‘una sociedad, cuando en ellas concurria la cualidad ida por el tipo para el sujeto activo. Con todo, no es sino hasta la entrada en vigor de este precepto Cuando se solucionan los principales problemas de técnica juridica. Veamos su tratamiento en la doctrina jurisprudencial ; La STS 2.' de 24 de julio de 1989 sita con clari- dad la cuestién al establecer que «a partir de ta san: cin del articulo 15 bis del Cédigo Penal, ha quedado Claro que la jurisprudencia de esta Sala, que con ante- rioridad al mismo extendfa la responsabilidad penal a los representantes de personas juridicas que carecian de los elementos de Ja autorfa exigidos por el tipo, s6lo dados en la persona juridica representada, tenfa un débil respaldo legal y era susceptible de ser puesta en duda en relacisn al principio de legalidad. Aunque ello no le quita a dicha jurisprudencia, como es l6gi- co, un evidente sentido de justicia, que la Ley Organi ca'8/1983, de 25 de junio, no ha hecho sino ratificar, es indudable que si el articulo 15 bis del Cédigo Penal fue introducido en ef Cédigo por el reclamo de esa misma jurisprudencia, que reconocfa la lamentable laguna normativa reinante en esta materia —ctr, SSTS de 19 de enero de 1974 y 30 de diciembre de 1978— Y que vefa obligada a invocar para sostener sus deci 2 siones principios generales, hoy tales principios ya no Podrian desplazar el de legalidad, sobre todo ctiando ésta adquiri6 jerarquia constitucional.» ‘También el Tibunal Supremo habia mantenido con anterioridad «que en nuestro Derecho la responsabili- dad es s6lo individual. Las personas juridicas no son responsables ante el Derecho Penal comiin porque no poscen capacidad de culpabilidad, ni capacidad para la punicién, por el principio de personalidad de las penas, pero la responsabilidad afecta a los miembros de sus Srganos que tengan facultades de direccidn, {gesti6n, representacién o administracion, esto es, a los individuos responsables de Ia direccién de las mis- mas» (STS 27 de 2 de junio de 1993), entendiendo el actuar en lugar de otro como una cléusula de respon- sabilidad penal por el hecho propio. ‘Ya vimios e6mo el sistema que introduce el articulo 15 bis en el Codigo Penal opta por la teorfa de la diso- ciacién de los elementos tipicos, teoria que se plasma también en la jurisprudencia, entre otras en las SSTS. 2." de 8 de julio de 1991 («cuando haya de aplicarse el aniiculo 15 bis del Cédigo Penal, habra de acreditarse gue en la persona fisica que actué como directivo u Organo 0 en representacién legal 0 voluntaria de la misma, concurren los elementos propios del tipo penal de que’se trate»), 13 de julio de 1993 («es claro, por Ultimo, que el articulo 15 bis no puede resolver el pro- blema de la falta de una accion tipica, pues su finali dad es precisamente la de solucionar los problemas que plantea la autorfa de los delitos especiales, cuando dicha accién tipica se da, pero su autor carece de los elementos personales especiales de la autoria estable~ cidos en el tipo penal») y también en la de 10 de noviembre de 1993 («si bien el precepto del articulo 15 bis del Codigo permite, sin atentar al principio de legalidad, considerar como autores a aquellas perso- sas en quienes no concurren las condiciones, cualida- des o relaciones que la correspondiente figura de deli to requiera para ser sujeto del mismo, es necesario en todo caso que concurran todos los demés elementos Objetivos del tipo penal. No puede Hlegarse a una apli- ® La ' " 2. SENTENCIA = DE 29 DE SEPTIEMBRE DE 1989 (Ar. 6815) Aleamiento de bienes. Cuotas obreras de la Seguridad Social. Delito contra ta seguridad en el trabajo, Autor. Per- ‘ona juridica FUNDAMENTOS DE DERECHO el 3. Asimismo de manera conjunta han de ser examina: dos los motivos segundo del recurso de la acusacién particu 6 lar, que por la via del apticulo 849.1.° de la Ley de Enjuicia- miento Criminal denuncia la valneracién por falta de aplica- con del articulo 14.1.” y 3.° del Codigo Penal, y primero del recurso interpuesto por la Tesoreria indicada, que 0 cauce rituario invoca la infraccién por inapli articulo 15 bis del mismo Cédigo sustantivo; ya que su designio es unitario aunque con distinto fundamento lz direccién impugnativa es comin, Se trata de analizar la con- ducta de Tos procesados a Ia luz de la autorfa o no autoria de los mismos y de cusl sea la normativa aplicable a éstos des: de el plano esencial de la retroactividad posible del articulo 15 bis 0 la innecesariedad de acudir a este mecanismo fuera del espacio en favor del reo contemplado por el articulo 24 {del Codigo Penal. El relato histérico una vez necesariamen- {e modificado el mismo por la estimacidn del recurso, ha de. contemplar conductas temporalmente residenciadas entre el mes de mayo de 1983 y el mes de febrero de 1984. Desde cesta inicial perspectivs, 10 inicialmente requerido, es pro- runeiarse sobre el tema de la imputacién objetiva del resul- tado a los procesados dentro del referido perfodo. La fija ci6n hist6rica resultante incide en una fecha intermedia, cual la de 25 de junio de 1983, en la que se promulg6 la Ley Organica 8/1983, que introdujo el nuevo articulo 15 bis del Cédigo Penal. Este precepto regula como cliusula general —a diferencia de las particulares que ya existfan (arts, 238, 319.32 y 499 bis, ultimo pérrafo, del Cédigo Penal) — la ‘denominada responsabilidad por la actuacién en nombre de ‘to y su campo especifico de aplicacién se instala inequt vocamente en el area de los denominados delitos especiales propios. El problema de la aplicacin intertemporal normati- ‘va, partiendo de esta premisa esencial, resta minimo. Una cost es que la descripci6n tipica exija condiciones, cualida- des o relaciones especificas para ser sujeto activo y otra, muy diferente, es que el tipo penal constituya un delito ‘comin, en cuya érea no cabe referirse a delito Cometido por Ta persona juridiea, aunque el mismo sea cometido dentro de su seno. La subsuncién dentro del tipo quedara justificada fn estas doctrinalmente denominadas actuaciones «impro- pias» en lugar de ovo, Pero también, a mayor abundamien- to, la continuaciGn delictive resultante del espacio temporal ‘en que se inicia el comportamiento ffictico llevaria a la aph- ccacién del indicado articulo 15 bis. La persistencia en la cconducta en los términos aplicables que singularizadamente se examinarin conllevardn la aplicacién de tal norma, pues Jos individualizables comportamientos en otros drdenes valorables (por ejemplo, a efectos de prescripciGn) se agluti- nan sin precisiGn de acudir 2 la norma establecida en el 2 articulo 69 bis del Cédigo Penal ni a Ja doctrina precedente de esta Sala —Sentencias, entre muchas, de 18 de octubre de 1969, 19 de enero de 1974, 30 de diciembre de 19% en sus no muy adecuadas referencias a la existencia de una laguna legal, aunque la misma se produjese en areas de del. {08 especiales como los de quicbra o alzamiento de bienes El obsticulo del aspecto temporal indicado se desvarece, desde tal perspectiva con sélo tener en cuenta que mis que de un delito continuado se trata de un dolito permanente y ‘omo tal a su punibilidad aicanzaria la nueva normative pues en cualquier caso la escision de los distintos momentog lemporales de comisién en los términos en que se dirs s6lo se proyectaria sobre la responsabilidad civil ex dellers «stablecida en los artiulos 1.092 del Céaigo Civil y-19 9 101 y siguientes dei Cédigo Penal en sentido estricto, Proce de, pues, con el alcance final que posteriormente se sefals. "i, estimar estos motivos de impugnaeién, lal 3. SENTENCIA DE 6 DE NOVIEMBRE DE 1989 (Ar. 8565) Apropiacicn indeb Autor. Persona juridia Viviendas, Can ades anticipadas, FUNDAMENTOS ne DERECKO. L 2.* Prescindienco de que el articulo 15 bis del Cédigo Penal no estaba en vigor en la fecha de comision de ies hechos (16 de julio de 1981) por haber sido introducide Por la reforma del Cédigo Penal de 25 de junio de 198% es lo cierto que, segdn términos del factum, los dos pro dos ahora recurridos otorgaron al procesado en ‘rebeldia lenos poderes para llevar a cabo el fin social propucsicy esto es, la construceién de viviendas y locales de comercig £1 el solar de que era propietaria Ia Sociedad, esto ex que segiin apuntan los mismos recurrentes fueron al efecto ‘modificados los Estatutos sociales para otorvar tales pode res al procesado rebelde como Consejero Delegado, con el fin de que en nombre de la sociedad efectuara contratos, pereibiera camtdadesy, en definitiva,digira la promo- {dn inmobstara proyeceada,¥ esto hasta el puntode uc El rebelde al realizar fa venta de sendas viviendas os Jos ‘matimonios compareientes en eats como acuseion par social ct total del precio. perebido por ly imports 2is0.000 pescas cad piso, Be ello se ddsprende co la fad que rosea fi Te uns como responds pesonainente, por mas que fra ty sredad Te gue vendiay dcbia recibir precio de Venta de Tas sven bs y locales, tal como rera el anticulo 19 bis del Codi Penal, sin que sen irito extender tal responsailiad. a Presidente Secretar dela sociedad quiches a virad de Ios plenos poderes otrsados sl rebel, no aetaren ene seniido previsi en areulo 953 del Coaigo Pena, En Consecubnei, cl motivo debe se desestimad la : 4. SED ENCIA DE 6 DE MARZO DE 1990 (Ar. 2399) Falsedad en documento piiblico, Alzamiento de bienes. Autor, Persona juridica, FUNDAMBNTOS DE DERECHO nt AIS 109004, 28. Con igual apoyo procesal se alega intaccién por aplicacin indobida del arco 15 bis del Codigo Penal Se albuye nt iniciativa y ‘ona responsabilidad propia de aos ia ads «npc or penis Sas de los uates fueron aquellos mers insirumentos de materiale 2zacién, dicen los recurrentes adeno quel eforma que introdujo el precepto Fue anterior alos hechon La sentenela no aplica realmente el articulo que sce igi aunque haya una cite genérica dl precepo, Obscrvese, como yase dijo. que los hermanos Femando y Vicens ls dos her 10s procesadosy condenados ostenlaban ta FESA, S.A y tn INCA, SL, la ouaticad de eal socal con el oto acu Sado Javier, abstelt, su padre js hermang Mt ren. No slo en el Derecho pena sino incluso en los dre hos civil’y mercanti se able hoy dela necesiad de Ses Garter, deseo punto de vista scietario el velo qus ude ocular realidaes tnsosayables desde ‘e] pant de vista social yjuriic,y en est sentigo hay que deci que fs pro. esas can reament las sociedades mins es desde Panto de vista juridica-econémic, no hay ns heb Ta die fenca base df areulo 13 bis ef eto u ano de a persona jurica 0 s0 epresniams legal o volta por Una pare yl persona furidca o mora, por ota NO faba necesidad de acuir ad en este eas Ios processdos ache, bande Hes en una sic de enitain con por fona oem nsonpreo yor elo el Dero peal yl. Seso que fo apliea, cco antes se ij, contempan fe ite vs no inne sprnciae 0 oma, wecepo no era de ninguna manera indispensable pare daa solucién que se dio. ae bl 5. SENTENCIA ¢ * DE 22 DE NOVIEMBRE DE 1990 (Ar, 9079) Alzamiento de bienes. Autor. Persona jurfdica FUNpaMENTos De DeRecHo tl 3." El segundo de los motivos del recurso se apoya en el mismo precepto procesal que el anterior y denuntcia como iniringido el articulo 15 bis del Codigo Penal, y prescin- diendo de otra clase de consideraciones acerca de la res Ponsabilidad en la que pueden incurrir los directives 0 representantes legales o voluntarios de una persona juridica, cn los supuestos a que se refiere el articulo 15 bis, es lo ierto que siempre sera menester que conste que se han rea: lizado los comportamientos generadores del delito de alza- ‘miento de bienes y, como queda dicho anteriormente, en el resultando de hechos probados no se consignan los datos ue serfan menester para poder apreciar la comisién del 30 delito por el que los querellados fueron acusados, por lo {que procede la desestimiacién del 6. SENTENCIA. : DE 26 DE NOVIEMBRE DE 1990 (Ar. 9193) Alzamiento de bienes, Delito contra la libertad y seguridad en el trabajo, Personas responsables criminalmente. Perso- FUNDAMENTOS DE DERECHO La 2° Denuncia el primer motivo del recurso infraccién del antfeulo 24,2 de la Constitucién, por inaplicacién, en rela ién con el articulo 519 del Cédigo Penal, «porque de Jas, ‘actiaciones de fa totalidad de fa causa... no se desprende en modo alguno que haya sido desvirtuada la presuncién de novencia, pues ne existe en los autos prucba alguna de car- ¢g0 que pueta fundamentar la condena dictada por la Sala de Trstancian. Alega la parte recurtente, en spoyo de este moti ‘vo, que la figura delietiva del articulo 519 del Cédigo Penal, {5 uno de los delitos de tendencia 0 de mera actividad, de Tos denominados propios 0 especiales, «en el sentido de que ‘como elemento objetivo del tipo se requiere que en el sujeto activo concura Ie eondicion de deudor, y cuya aesién ‘erecae sobre el propio patrimonio del autor», exigiéndose, ‘como elemento Subjetivo, el «dolo». Arma, luego, que no existe prueba del acuerdo entre los tes procesados; destaca {gue Alberto G. no tiene cargo en Ia entidad Gabarro-Sevilla, ‘que ésta y Gabarro-Barcelona son «sociedades totalmente independientes», que en el traslado de la mercanefa de Sevi- lla a Barcelona no aparece acreditada la intervencién del recurrente, que tales mercancias no eran bienes propios, y ‘que Gabarro Barcelona era acreedora de Gabarro Sevilla ‘Ante todo, debe tenerse en cuenta que tritindose de perso- fas juridicas, como sin duda lo son «Gabarro Sevilla, S.A» Y «M. Gabarro Barcelona, S.A.», quienes actien como 31 representantes legates 0 voluntarios de las mismas respon deran personalmente «aunque no voncurran en él y sien | entidad en cuyo nombre obrare(n), las condiciones, cual des 0 relaciones que la correspondiente figura de delits Fequiera para poder ser sujeto activo del mismo» (vid. art 15 bis del Cédigo Penal). Con anterioridad a la vigencia ck esta norma, la jurisprudencia habia venico tmanteniendo criterio de que’ la responsabilidad criminal es individual § que, por tanto, tratindose de personas juridicas, inicamentc podria exigirse responsabilidad por 1az6n de delito 0 falta tus empleados o mandatarios (vid. Sentencias de 18 de ene 0 de 1909, 27 de diciembre de 1913, 20 de febrero de 191 ¥y 8 de mayo de 1928, entre otras tuchss). Llegados a este Punto, y partiendo de la base de que no es 3 la condi ign dé deudor de la empresa Gabarro-Sevilla, ni la pert nencia a la. misma de los bienes y mercaderfas sacados de sus instalaciones, debe ponerse de manifiesto que el examen de los autos permite constatar, entre otros, fos siguiet cextremos de interés, en relacién con este motivo: w) El aqui recurrente —-Alberto G. C.— figura como Secretatio de! Consejo de Administracion de la sociedad Gabatro-Sevilla, S.A., enel Registro Mercantil; haciéndose constaren la cer: lifiegeién del Registrador que «... no resulta de los asientos del Registro la renovaci6n det ultimo Consejo de Adminis: ttacién de Ia indicada sociedad «Gabarro Sevilla Sociedad Anénima» que aparece de la inscripcidn 8...» (vid. Folios 225, 230, 503 y 514). b) El mismo procesado-recurrente aparece como Vocal y Consejero Sccretario de la entidad «M, Gabarro Barcelona, S.A.» segtin consta también en la certficacién del Registro Mercantil (vid. folios ¢ Diversos testigos —empleados de Gabarro-Sevilla—, en el juicio oral, manifestaron que las instrucciones paral marcha de la empresa venian de Barcelona; que por encima del Director Comercial de Sevilla estaba Barcelona (Luis P. RD, y que allf los que mandaban eran S., C. y el St. A. Enrique L. R., José C. O. y José R.). d) El coprocesado Emilio S. P., ante cl Juez de Instruccién, en relacion con el albarin obrante al fotio 95, dijo que lo confeccions asi como la relaci6n de material, «la cual entreg al Sr. C ‘como representante de M. Gabarro de Barcelona, en calidad de Director Comercial de dicha empresa, que fue cl que cords la venta a Mediterranean Import Export, S.A., iadiendo que luego «... recibié orden de Barcelona de don Alberto G., indicdndole que Ia venta ala entidad Mediterra nean se suspendia y ellos se hacfan cargo del material» (vid. folio 159). Y ¢) El mismo recurrente viene a reconocer implicitamente su intervencién en los hechos enjuiciados en 3 7. SENTENCIA DE 30 DE NOVIEMBRE DE 1990 (Ar. 9269) Detito ecoldgico. Autor: Director de Central Térmica. FUNDAMENTOS DE DERECHO, 4e Iesentncia por hiborse ‘trngido el arteuto Te. del Pond 1 El ongeptojuréco de ator abere, enn seta 3 nes 0 vertidos de cualquier clase en la atmésfera contravi hiiendo Tas leyes 0 Reglamentos protectores del medio ambiente. El Director de la Central Térmica, segin el hecho probado era el «maximo y tinico responsable de su funcio- hamiento» desde el ario 1980 hasta el momento en que se enjuician los hechos. Desde este punto de vista resulta incuestionable que el procesado asumic las funciones direc tivas en cuanto al funcionamiento de la Central, haciéndose responsable de las condiciones técnicas en que se products 1 quemado del cumbustible y la emisién de humos corres. Pondiéndole no sélo vigilar os Ifmites marcados en cuanto, al contenido de particulas o residuos contaminantes sino la adopeién de medidas correctoras necesarias para evitar la egradacién ecoldgica de la zona. 3. Conocedlor de las pres cripciones técnicas y de la normative reguladora sabia cua, les eran los limites maximos permitides por la legislacién vigente en orden a los indices de contaminecion, no obstan ‘e durante todo el tiempo que estuvo al frente de ia direccién ‘omitio el deber de cuidado responsabilizéndose de la emi. sin de contaminantes asumiendo las consecuencias deriva ddas de su proceder. Con su conducta atrae hacia si las condi. ciones, cualidades o relaciones que vendrian aribuidas al sujeto activo del hecho punible, de tal manera que se homo- Joga con ef autor ditecto y material de la ejecucién del hecho que se describe en el nimero 1.* del articulo 14 del Céstigo Penal al haber aportado una decisiva contribucién la realizacién del hecho. Por todo lo expuesto se debe deses- timar ef motivo, Ll 8, SENTENCIA DE 27 DE MARZO DE 1991 (Ar, 2461) Falsedad: letras de cambio. Estafa Persona juridica. ‘Autor. FUNDAMENTOS De DERECHO " bd o 52 El quinto y ultimo motivo se canaliza a través del artfculo 849.1° de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 34 denuncia la infraccién del articulo 15 bis del Cédigo Penal 1. La vfa casacional elegida impide introducir nuevos datos de hecho en lo que se declara probado pot To que las cons: deraciones sobre las actividades del procesado que no se incluyen en el relato fictico deben ser descartadas. Nadie discute que el procesado era Consejero Delegado de la Enti- dad «Prensa Castellana» ta como se afima en el hecho ro- bado pero ello no es sufcene para consierarlo como auto fo responsable de los delitos que se le imputan pues la propia senecarecud descr eualgie manipulcin saa realizada en las firmas y la existencia de engafiosas manipu- Taciones o arlificios destinados a mover I voluntad de la cntidad querellante tl ‘ ). SENTENCIA DE 29 DE MAYO. : DE 1991 (Ar. 5023) Apropiacion indebida:cantidadesretenidas a trabjadores Qreucnta del impuesto dela renta de las personas de las cuotas de cottznciOn @ la Seguridad Soci. Autor Persona juritia. FUNDAMENTOS DEDERECHO + Ld 22 Con Ta misma sede procesal que el precedent, formula el segundo motivo de impugnacon, en el qu Se che afieaeion mdebida del arene 333, en relaion con 1528 fel Codigo Penal, Incde el motivo en las mismas aus de inadmisin que el ano, no respetre fs is dtd po aetna pee. fdzimus el recurrente va conta sus prpios actos, ya que eaineea -¢ del antecedente de hecho segundo de aquella nel acto del juicio or, modified sus con Sones provifonales aciitendo a exsencia de un delito ae tprepacion indebida, que ahora niega En todo e280, en hts facto te regan ) pean ts Tos elementos Ge tipo penal que se cuestiont Un rier doctrna ju prodendal aie Seatencias de 11 de noviembre de 1988, Ae febrero y 29 de septiembre de 198, 15 de enero de 35 1991— tua venidodectrando que pueden ine Ei ae popactn mies sco sopoos ope Kes'o de seguridad social nose gn checivo speed los organismos comespondicntes, con base sla concur cia de ta figura constitutum posessorium, exigiéndose la ctectiva dpoiiiad de led ets portent cuanto éste paga al obsero su slario. poto teluvo ona oo do decirse que la retencion de la posesion con corel traslado al trabajador de sus cuotas es realy no Heth detuccion de as cuoas de corral ore tee Ja seguridad social, y asi mismo del Impuesto c Hered es penons fan see las fuesen ingresadas en la Tesorerin Territorial de ridad Social ni en la Administracion de Hacier SEL Vo, pues, debe rechazarse. eee Lal sank Partimo, enc cua motive de impugmacidn, con amma see paca uc on essen ee cecion del auto 15 Sy del Codigo Perak Sea hcchos probados deserie el acceso. del recuente Is reeion del empresa, se completa con ls fundamen, cign juridica, para expresar con relacign al dels de ie, dae lovelies tana aempreseés en ois 4 la wpropiacicn indebida que weon posterond ¢ era aeusado la dieceion de fa empresa continu is werk implantde con anerindad de eens 9 mo ingar cuoias obreras», fundamento juidico segundo, Pox tanto. al motivo debe rechazarse, \ cana Lal " 10. SENTENCIA DE 8 DE JULIO DE 1991 (Ar. 5642) Estofa. Delito masa, Autor. Director de empresa ‘i FUNDAMENTOS DE DERECHO 62 Resta por analizar el cuarto de los motivos del recur- so formulado por la representacidn de «Palmera Industrial, S.A.» y 52 perjudicados més, deducido al amparo del mime ro 1. del articulo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en el que se denuncia «infraccidn de los articulos 14 y 15 bis del Codigo Penal», Alega la parte recurrente que «dados Tos hechos probados, incluso prescindiendo de los errores de hecho denunciados en el motivo tercero, se ha infringido el articulo 14 del Cédigo Penal, al estimar que a ninguno de los procesados le es aplicable ni el nimero 1. autoria dit ta, ni el nlimero 3.°, cooperaciGn necesaria, Pero, ademds, resulta patente la responsabilidad de Tber-Tir, por lo que al nnegar la autoria a los dos procesados, la Sala ha inftingido también el articulo 15 bis del propio Cédigo». En el desa- rrollo del motivo, alude la parte recurrente aa sucesiva tit laridad de Iber-Tir —primero C., luego T., continuando ‘aquél como asesor de Ia empresa—; a Ta domiciliacisn de ‘sla filial Fantasma de la Compatifa alemana» en el propio domicilio de Tber-Tir, que fue la que «despach6 para Mikin pieles por valor de cincuenta millones de pesetas», que han Gesaparecido «en el almacén de D. S.»,y la que Nets el bugue maltés «con destino a Chipre>, por lo que «parece evidente que en la comparifa Tber-Tir, S.A., concurren las condiciones que el delito de estafa mase requiere para poder Ser sujeto activo del mismo». Al analizar el posible funda- ‘mento de este motive, se imponen dos consideraciones pre~ vias: a) la necesidad de respetar escrupulosamente el relato Fietico de la sentencia recurrida —dado el cauce procesal clegido (vid, artieulo 884.3" de la Ley de Enjuiciamiento, Chiminal)—j y b) la necesidad de respeter, igualmente. las cexigencias del principio de culpabilidad (vid, articulo’ 1.2 ‘del Cédigo Penal), de la que deriva que, cuando haya de aplicarse el acticulo 15 bis del Cédigo Penal, habr& de acre: ditarse que la persona fisica que actué como ditectivo u Grgano 0 en representacién legal o voluntaria de la mista, 37 concurten ls elementos propios del tipo penal de que se trate y Ta culpabilidad dolosa 0 eulposa que exige el atculo, 1° del propio Cidigo Penal sin” presuncion alguna, que seria contra al arenlo 24 de nuestra Constitucion, Sobre estas bases es preciso destacar 1) que, en el relato faction de la sentencia recuria, se dice que un grupo de extane. 10s no puesios 8 disposicién del Tribunal, con fin de ‘export oltos pafses mercancis adguiids eh Espana ‘eneargaron al ciudadano ialiano Giorgi T. la compra én nuesto pais de alguna sociedad inoperanic>, epara to ual contact en el mes de septiembre en Bucelona con Alejandio C. M... titular de TberTir, S.A, a quien le adguin la toulidad de las actones. 130 de diciembre “solictando del vendedor que continara como asesor en empresar. Luego, wesiablecido ya el gropo bajo el rtulo indicado cn un local de la Avenida Drassans, en el mismo domiciiaron también otra RazOn Social inexisiene... Oxon G.MDH. “Import Exper. (que)fingieron fia de oa alemana del mismo nombre... por medio dela cal i ‘ue desconocta Ia opertcin y sefalando en los contatos la exclusiva de transporte a favor de Iber-Tit S.A, quien des picho para Milan en TIR 80,000,000 de pesetss en pices Que fueron aceptadas por la Aduana de dicha ciudad con Posterior destino Munieh y que han dsaparecio..». En el Propio factum se dice que el Capitan del Bugue fue edvert- 4 epor el procesado C: de que no zarparay autorizars a descarga del citado lets ante la posibildad de un fraude..» ¥22) que el Tribunal de instants razona, en fos funds tos de derecho cuato y quino, la exclusion de la esponst bildad criminal de los procesados C. 1. El primer por due desempeno una foncién asesora, normal en Cusiguter ‘empresa, es ncluso, pudo tener la conviceidn de que trabala: ba para una multinaciona, valorando postuvemnente an et suaviso al captin del bugue, por su parte en cian 1 titular de la empresa, ene a sd fivor que esta sha Cumplido eorectamente su parte en la operacion comer cial. Llegados a ete punto, procede desta, ante too, insuficienias del relato facco de la semenci, ques ene otros exttemos de interés, mite una deseripcion cars y minante de las relaciones de ls procesados C.y T. con el ‘grupo de extranjeros no puestor a disposicin del Tribu: nly, asf como de st concretsintervencion en las operaio. nes felaiadas,e, nels, de los propéstos tins de etado fmupo; sin que, porotta pare te diga en poder de quien Guedaron les pels transportadas a Milin. Aa vista de todo 38 lo dicho, es patente que el relato de hechos que la sentencia recur detlar expresamente probados no permiten rept tar a C.y T. criminalmente responsables del delito que les Jmputan las partes acusadoras; habida cuenta, adems, de Jos razonamientos exculpatorios expuestos por el Tribunal de instancia en la fundamentacidn juridica de la sentencia recurrida, que, en titimo término, implican una absolucion de los referides procesados basada en el principio «in dubio pro red». Procede, en conclusisn, la desestimacién de este i ll LaMk 11. SENTENCIA DE 21 ‘) DE NOVIEMBRE DE 1991 (Ar. 9147) Faltedad:ccutacén dela condcion de ccopeatvistas de cate hor persona area mores dete Recrora de Cooperative FUNDAMENTOS DE DERECHO Ll # {1 Vuelven os recente a lz lod pi sno pa nga gue gon condenades como miembros de la es Recto dea Cooperation vt de una negra Glennie del anteuo 13 bs dsl Cadigo Penal, no Sls ene moment de sche atalino el muti de ee oa caridad de 4.766713 pests pris por resented Seguro de Desempeo,y 9.417468 pests impo el ccna porcini de os ts By Sczuridad Socal por los totrentes, pro en exlisivo benelicio de la Cooperatva, Cieramente que el susodicho druetlo 15 bis del" Codigo a0 figura en Ta normatva ‘igene cn et momento‘ low besos, peo no es menos UStotgue ta jumopradencia Je esta Sal ena exbecao Sheen esjoneebildad des personas morales 0 Jura 0 Ge pocpnel ase Sond actors los Mem bros de ses Gganoo, oa es personas fess divide Pi gue comgntehdo insted, tenga facades do Ga ellin represenactn, edition 0s _quier otra o simplemente gobiernen o impulsen ¢l comporta- 39

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