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Volumen I - “Experimento de Aguas Profundas”

Capítulo 1

Llegamos el tercer día al mar colindante de Islandia.


Rhine llevaba a cabo una búsqueda por radar en la cabina del capitán. Hasta ahora,
como antes, todavía no hay señales del paradero de las sirenas. Yo soy muy
escéptico acerca de si una sirena puede sobrevivir bajo temperaturas de agua tan
frías, pero Rhine insiste en que el año pasado encontró una vez unos rastros de
sirena aquí.
Según los registros conocidos, las sirenas están clasificadas como criaturas
tropicales, pero no quiero dejar que esta pequeña esperanza se esfume.
Es solo que estoy demasiado ansioso por ver un sirenio real.
Espero poder usar mi apodo para continuar la exploración de la misteriosa criatura
que incluso el mejor biólogo no fue capaz de explorar.
Escribí estos pensamientos en mi diario antes de mirar inesperadamente hacia la
ventanita redonda del camarote del barco, como si esperara que sucedieran cosas
inimaginables.
Estaba encapotado y oscuro afuera, solo podía ver el cálido reflejo de la lámpara
en la ventana y mi delgado contorno en el reflejo. Cabello negro, ojos negros y la
cara cada vez más pálida que se parece notablemente a un drogadicto con
sobredosis.
Sonreí. Rhine decía que a veces parezco un lunático cuando actúo paranoico, tal
vez sea cierto.
Mientras escribía esta oración, la punta del bolígrafo de repente se enterró
profundamente en el papel cuando un repentino desasosiego invadió mi mente. En
este momento, un grito de sorpresa llegó desde afuera.
—¡Desharow, mi pequeño Wallace! ¡Sal rápido, hay algo debajo del agua!
Mi mano tembló ferozmente. Con un cuerpo que respondió más rápido que la
mente, corrí con grandes zancadas hacia la cabina del capitán y pasé a chocar con
Rhine, quien estaba saliendo de la cabina. Me abrazó ferozmente en sus brazos
antes de señalar con entusiasmo la pantalla de la cámara de aguas profundas. —
¡Wallace, mira, dije que hay sirenios aquí, deberías haberme creído!
Cuando amplié los ojos y me concentré en la sombra móvil en la pantalla, perdí el
aliento en un instante.
Es la clara, incomparable y aerodinámica forma de una silueta que muestra una
nítida diferencia con respecto a los tiburones y delfines, donde la parte superior de
su cuerpo no tiene aletas en ambos lados, sino un par de extremidades abiertas y
corrientes como las de los humanos.
Efectivamente, es un sirenio.

—Rápido... ¡lanza rápido la red! Rhine, ¿qué estás esperando todavía?


Casi salté como si despertara de un sueño y golpeé a Rhine en el pecho, pero solo
me agarró la muñeca y se rio. —¿Crees que soy lento como tú? Nuestro hedor de
casería de tiburones ya confundió a este sirenio, de lo contrario, ¿por qué crees
que no se escapa?
—¡¿Tú?!
De inmediato me precipité como un rayo a la cubierta, y efectivamente vi que los
marineros a bordo ya se habían puesto su equipo y traje antes de sumergirse y
lanzar sus redes bajo el agua. Había boyas luminosas unidas a la red de pesca, las
cuales se dispersaban en el mar cuales estrellas en el cielo.
Acechaban bajo el mar undoso mientras los marineros se sumergían; mi corazón
las siguió a un costado mientras subían y bajaban. Mis nervios estaban bastante
tensos, como si estuvieran bajo la presión del agua.
Este será uno de los descubrimientos más increíbles en la historia de la biología
humana.
Con eso en mente, no pude evitar atiesar mi espalda y ponerme de puntillas sobre
el mástil del barco, deseando poder sumergirme con los marineros para subir al
sirenio.
—Wallace, relájate un poco~ ¡Trata de no caerte al agua!
Rhine soltó una carcajada detrás de mí, haciendo que la parte inferior de mi pierna
se tensara subconscientemente. Sus brazos de repente me agarraron,
asustándome hasta el punto de casi responder a su broma. Mi cuerpo se inclinó
hacia adelante, cayendo en picada. Rhine logró agarrar el cuello de mi blusa con
una mano veloz, pero terminó con dos hombres cayendo de golpe sobre la cubierta.
Mi trasero prácticamente se presionó sobre su rostro. Lo bueno es que mi peso es
ligero, de lo contrario, habría aplastado todo el puente de su orgullosa nariz.
—Hermano, no tienes que estar tan ansioso por besarme el culo, ¿bueno?
Moví mi cuerpo para levantarme. Entrecerré los ojos y le sonreí de modo juguetón.
Rhine se mostró indiferente mientras se quedaba sobre la cubierta, y dijo con la
boca que necesitaba una buena paliza, —Desde un punto de vista biológico, la
forma del trasero es muy buena, el sabor también es bastante bueno. Este es otro
gran descubrimiento además del tritón esta noche.
—Tu rodilla fuerte también es bastante buena. —Le di una patada en la rodilla antes
de mostrar una boca llena de dientes blancos.
Al segundo siguiente, el sonido de chapoteo debajo del barco se llevó
inmediatamente toda mi atención. Me agaché sobre el mástil del barco, vi a los
marineros jalando la luminosa red de pesca y luego colgándola en el gancho.
Las redes estaban enredadas, y dentro, evidentemente se envolvían alrededor de
una silueta mojada, como un tiburón capturado con su cuerpo espasmódico.
Cuando el gancho levantó la red, su cola se escurrió de esta y cayó en un elegante
arco.
El único tipo de sirenio que ha sido descubierto en la historia humana es el sirenio
de cola roja del Océano Índico. Este es diferente. Su cola es negra, pero no puramente
negra.
No sé si es por el reflejo de la superficie del agua, pero esta muestra un hilo de un
color azul frío que brota desde el centro cual fuego artificial. Sin embargo, la punta
está salpicada con un poco de rojo, un rojo que sorprende los ojos y asombra el
corazón. Es como sangre manchada en una cuchilla afilada.
De repente, mis ojos comenzaron a sentir un ligero dolor, como si hubieran sido
punzados, y mi corazón también comenzó a producir un rastro de un sentimiento
desconocido. Recordé vagamente la leyenda que el Sr. Shinichi–un sénior que había
estudiado sirenios durante cincuenta años–me había contado cuando visité
Okinawa, Japón, con fines de investigación hace unos cuantos años atrás.
Es una criatura llamada sirenio "Demonio Nocturno". Su cola es azul y negra con
un toque de rojo, justo como lo que veo ante mis ojos.
Me dijo con un cauteloso pánico en su rostro, solo diciendo que era una criatura
mucho más terrible que el tiburón tigre. La definición de terrible no estaba basada
en su poder ofensivo, sino en el malvado poder místico que tiene.
Me advirtió que, si alguna vez nos encontráramos con una sirena así, no debíamos
traerla a tierra y que deberíamos tratarla como una sirena de cola roja que estaba
siendo investigada, de lo contrario, una imprevista mala suerte aterrizaría sobre
nuestra cabeza.
"El espíritu maligno del infierno", describió.
Sin embargo, aunque no soy japonés ni comprendo la cultura japonesa, en cierto
modo entiendo el significado de la palabra y solo puedo adivinar que es
probablemente similar al diablo chino y al demonio occidental.
En cuanto a cuán terrible era, el Sr. Shinichi no me lo dijo en esa conversación, y
solo la terminó con una oración severa: "Es un asunto que debe mantenerse en
secreto". Parecía como si estuviera tratando de evadir mis preguntas y mi visita.
Al año siguiente, cuando fui a Okinawa, Japón, lo que rechazó mi visita fue
inesperadamente la noticia de su muerte.
Ese rompecabezas había permanecido en mi memoria desde entonces.
Pero ahora, la mismísima leyenda en verdad había aparecido frente a mí.
Independientemente de si la advertencia del Sr. Shinichi se dijera antes o después,
el sirenio mismo, para mí, como un biólogo misterioso y paranoico, es la tentación
de acercarme a la muerte.
Cuando fue llevado a la cubierta y puesto en el tanque de agua, en ese punto mi
latido se inmovilizó más.
Con la ayuda de los marineros, me arrodillé con cuidado, puse la cantidad correcta
de anestésico en la cola y, después de la inyección, toqué audazmente la curva de
la cola de pez.
Las escamas frías y pequeñas en la cola de pez no eran iguales a las de otros peces,
incluso más suaves y delgadas que la piel de un delfín... tanto así que se parece a
la textura de la piel humana, como una pierna humana envuelta en una delgada
membrana.
Semejante pensamiento me intimidó tanto que, sin querer, toqué la punta de la
cola con la mano e inmediatamente llegó un dolor punzante.
Quedé sorprendido de descubrir que tenía lengüetas en su cola, una aleta caudal
triangular que es tan afilada como una cuchilla real.
El rastro de sangre en la punta de mi dedo goteó sobre las escamas,
desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos como si hubiera sido absorbido.
La sirena de repente hizo un forcejeo violento y abrupto, su cola se curvó hacia mí
con un arco increíble, como una pitón tratando de envolverse en mi tobillo, una
que incluso varios marineros no podían controlar.
Volví a caer sobre la cubierta, congelado en el lugar, inesperadamente impactado
mientras observaba.
—Chico tonto, ¿eres necio?
Rhine me levantó del suelo, me arrojó a un lado, se paró sobre la cola de pez que
estaba atacando hacia mí y, con eficacia, inyectó directamente el resto del
anestésico.
—¡No! Esa es la cantidad para un tiburón, demasiado exceso podría matarla —grité.
Al ver que la cola se volvía rápidamente obediente a medida que se calmaba, entré
en pánico y aparté la mano de Rhine antes de quitar la red de su cuerpo.
Mis manos no pudieron evitar temblar por la lucha emocional, la emoción y el miedo
que merodeaban en mi memoria, lo cual ralentizó mi movimiento. Cuando la red
fue descubierta de su cabeza, revelando todo el cuerpo, me estremecí por todas
partes y retrocedí para estabilizarme.
Esta es mi primera vez enfrentando a un sirenio vivo en la vida real.
Se ve bastante diferente de los cadáveres recogidos y las fotos de esqueletos
coleccionadas en bibliotecas y museos. Si no miras esa cola de pez y esas orejas
puntiagudas, básicamente luce como un ser humano.
Yacía allí con su cuerpo doblado, su cara volteada hacia un lado, su cabello (no sé
si debería llamarse cabello) goteando sobre su cuello con mechones mojados. No
podía ver su rostro, solo su afilada mandíbula inferior. A juzgar por el costado,
podría tener un rostro humano guapo, lo que, por supuesto, no era lo que me
preocupaba.
Cuando mi mirada se extendió cuesta abajo, los ondulantes músculos de su espalda
estaban bien macizos y firmes, formados como la cuerda de un arco esperando a
ser liberada y como una feroz bestia de agua. Incluso sospeché que de repente
saltaría y me mordería como un tiburón.
Por cómo se ve, este es un sirenio que parece ser un hombre adulto de medio
cuerpo.
Alguna vez pensé que los sirenios no tenían género y solo cambiaban su sexo tal
como los peces payaso en el momento del apareamiento, pero esta paradoja
destruyó por completo mi conjetura.
Mis ojos miraron involuntariamente su vientre bajo, donde realmente había un
bulto envuelto solo en una membrana escamosa que crecía cuesta abajo junto con
los músculos oblicuos del abdomen, mostrando una pequeña abertura en el hueso
púbico.
Eso debería ser similar a la estructura reproductiva de los delfines, la cual solo
surge cuando se aparean con su pareja. La misma condición que los humanos con
su pilar.
¿Pero los sirenios tienen el mismo sistema reproductivo que los humanos? ¿Acaso
sus procesos de reproducción son similares a los humanos?
La curiosidad en mi corazón no pudo detener el impulso, así que saqué la linterna
que estaba en mi bolsillo trasero, planeando hacer un análisis simple aquí y ahora.
Sin embargo, justo cuando mi linterna pasaba sobre su cabeza, y justo cuando
estaba a punto de inclinarme, de repente se movió. Aunque fue solo un movimiento
pequeño, inmediatamente retiré mi cuerpo con alerta mientras Rhine se movía para
pararse frente a mí en caso de cualquier ataque repentino.
Pero no hubo mucho movimiento, solo una leve inclinación de la cabeza, cabello
húmedo deslizándose de su rostro para que uno pudiera ver la mitad de su
apariencia facial. Debajo de sus párpados había una capa de cabello con forma de
pestañas, pero era clara como la columna vertebral de un pez, mientras que la
pupila era oscura, profunda y medible, como una corriente oscura que flota en
aguas profundas, sin ningún foco.
Pero sé muy claramente que me está observando, tanto que parece que me está
estudiando.
Capítulo 2

18. 7. 1990, temprano en la mañana.

Bajo la disuasión de Rhine, abandoné temporalmente la inspección del tritón. Sin


embargo, según datos conocidos, los sirenios, como los delfines, pertenecen a los
mamíferos con alto intelecto. Cuando son capturados y encarcelados sin medidas
de seguridad eficaces, estas criaturas pueden luchar de la manera más extrema
para oponerse. Por ejemplo, el suicidio.
Este tritón es demasiado valioso, así que nunca podré permitir que su vida se vea
amenazada...
Incluso si eso significa arriesgar mi propia vida.
Escribí en mi diario un trazo a la vez con una determinación tan firme como los
afilados rastros de la tinta. Mi mente todavía parecía merodear en las oscuras
pupilas de los ojos del tritón.
Aún quedaban vestigios de escalofríos en mi espalda, no podía quitármelos de
encima.
Antes de que amanezca, quiero comenzar a diseñar un plan de domesticación, tal
como tratamos a los delfines salvajes. Aunque actualmente somos incapaces de
determinar qué tan alto es el CI del tritón, aun así, me gustaría tratar de
comunicarme con él, esperando que pueda relajar su guardia hacia mí.
Toc, toc, toc.
De repente golpearon la puerta. —¿Desharow?
Esa era la voz de Rhine. Cerré el diario de golpe y lo metí dentro de la costura
abierta de la cama para evitar que lo descubriera. Si Rhine alguna vez se entera de
este plan, definitivamente me detendría. Rhine siempre ha creído que los sirenios
son criaturas naturalmente sanguinarias, que son tan salvajes como los tiburones
blancos y solo pueden ser observados de una manera cerrada. Sin embargo, Rhine
es mi mentor, sus logros en la investigación de biología mítica son muy superiores
a los míos. Ni siquiera yo podría persuadirlo para que abandonara esa idea.
Justo después de que el diario fuera ocultado, Rhine abrió la puerta. Simplemente
me volví a inclinar sobre la cama y, con mis ojos entornándose, miré su figura
entrante antes de cerrarlos con fuerza para asumir una cara profundamente
dormida.
Se agachó, su sombra cayó desde el aire. —Deja de fingir que duermes, acabo de
escuchar el ruido de ti subiéndote a la cama.
Cerré los ojos y lo ignoré, fingiendo sueño profundo y chasqueando los labios como
si estuviera en un estado de ensueño. Sin embargo, por un momento, pareció estar
esperando pacientemente, pero después agarró mi mano herida. Cuando me
estaba preguntando qué iba a hacer, sentí algo frío y un golpe de dolor ardiente se
precipitó inmediatamente dentro de mi cuerpo. ¡Casi saltando de la cama, abrí los
ojos y vi que este hombre estaba untando una bola de algodón cubierta de alcohol!
—Qué odioso, prácticamente estás tratando de matarme de dolor, ¿no es así?
Lo fulminé con la mirada y mostré mis colmillos, pero mi brazo fue inmediatamente
asido con un fuerte agarre. No se molestó en mirarme, pero sus cejas se levantaron
descuidadamente para mostrar un indicio de siniestro triunfo, frotando mi herida
con lentitud. Apreté los dientes, fingiendo indiferencia ante el dolor, pero el sudor
apareció sobre mi frente. A Rhine le encantaba hacerme pasar malos ratos. Es,
literalmente, uno de sus mayores entretenimientos en esta larga y aburrida
travesía marítima.
Pervertido irascible, maldije en silencio.
La bola de algodón finalmente se retiró, mis ojos se oscurecieron. Me incliné sobre
la cama con alivio, pero desafortunadamente, Rhine todavía me estaba agarrando
la mano. En lugar de soltarme, me acercó hasta el punto donde sus labios casi
tocaron la punta de mi nariz. —No te arriesgues a acercarte al tritón a mis espaldas,
Desharow —murmuró—. La inquietud enterrada en lo profundo de tus huesos está
surgiendo de nuevo, ¿cierto? Me di cuenta de que algo andaba mal solo por la
mirada en tus ojos hoy.
Me tomó por sorpresa, haciéndome sentir un sudor frío al instante. Mi nariz fue
completamente invadida por el olor a cigarrillo en su cuerpo, incluso causando que
mi respiración se volviera vaga. —No, después de experimentar su ataque, ya sé
cuán agresivo puede ser ese tritón. Además, también soy el tipo de persona que le
teme al dolor y a la muerte.
Le mostré la mano herida que fue frotada hasta quedar roja, y lo miré con auténtico
miedo, pero mi conciencia culpable ya estaba reculando en mi garganta.
La manzana de Adán de Rhine subió y bajó ante mis ojos, su nariz dejó escapar un
resoplido. —Tú, Desharow, un amante de las aventuras... ¿le teme a la muerte?
Asentí rápidamente con la cabeza.
Su mano al fin me liberó y solté un suspiro de alivio. Pero entonces mi espalda fue
inmediatamente agarrada por su otra mano y, con su cuerpo mucho más fuerte,
me empujó fácilmente contra la pared. En ese momento pensé que me iba a
estrangular hasta la muerte, pero solo bajó la cabeza y respiró silenciosamente en
mi oído. —Si alguna vez descubro que hiciste algo absurdo sin mi permiso, te
violaré. Recuerda, esos marineros a bordo están contratados por mí.
Pensé para mí mismo, por el amor de Dios, cuanto más lo pienso, más gracioso se
vuelve.
Rhine es una persona con una boca jactanciosa, y con marineros a los que les gusta
hacer bromas vulgares, ya me acostumbré después de estar mezclado dentro de
esta comunidad camorrera durante varios meses. Entonces, ¿crees que todavía
tendría miedo de esta broma ridícula?
Levanté un poco la cabeza para encontrar la punta de su nariz y oponerme a él con
igual dureza. Abrí los labios y, con calma, chachareé una oración, —Una vez que
me hayas violado, ¿se me permitirá estudiar al tritón? Si es así... adelante.
Obviamente quedó estupefacto, al parecer no esperaba que le devolviera un
comentario tan absurdo. Su mano en mi espalda de repente aumentó en fuerza, se
deslizó directamente por mi coxis y arrancó mi cinturón, como si estuviera enojado.
Pensé que solo estaba bromeando, así que de manera perezosa fingí forcejeo un
par de veces hasta que mi cadera chocó con su entrepierna.
Mi cuerpo se congeló en un instante.
El "juguete" erecto de Rhine debajo de su abdomen me estaba presionado con
fuerza.
¡Maldita sea, mi compañero mentor es en verdad gay y se siente sexualmente
atraído por mí, su alumno!
Recordando cómo había estado codo a codo con él durante varios meses, brinqué
de la cama, me golpeé la cabeza contra la barandilla y me aparté rápidamente,
levantando tres dedos con una cara cenicienta. —Oh, oh, oh, juro por Dios que no
tocaré a ese tritón sin permiso.
Rhine apartó la mano y se incorporó lánguidamente sobre la cama. Levantó una de
sus cejas y me contempló con sospecha, sus delgadas piernas entrecruzadas y sin
siquiera molestarse en ocultar el bulto erecto en la entrepierna de sus vaqueros.
Rasqué mi mejilla levemente febril. Para aliviar la vergüenza, exprimí una broma a
través de mis dientes apretados: —Ha creciendo bastante bien, más grande que el
mío.
Rhine miró hacia abajo, la sombra de su flequillo asoló la esquina de su boca,
transmitiendo secretamente el amago de un arco significativo. Un escalofriante
entumecimiento que podía hacer que la sangre de uno se enfriara, se precipitó
desde las plantas de mis pies. Resistí el impulso de abrir la puerta de una patada
para escapar. De una manera pausada, lo observé levantarse lentamente de mi
cama antes de al fin salir caminando.
Rhine probablemente pensó que su intimidación fue exitosa, por lo que no siguió
acosándome. Pero desafortunadamente, soy un ateo que nunca se comprometió a
ninguna religión, por lo que hacer esa promesa fue solo un gesto hipócrita.
Esa noche me quedé completamente despierto, esperando en silencio que todo el
barco se acallara, incluso asegurándome de que los marineros que realizaban
deberes nocturnos estuvieran dormidos, antes de agarrar una varilla fluorescente
y un pequeño equipo útil: un pequeño sonar y una cámara Dv submarina. Me había
comunicado exitosamente con muchas especies de organismos distintos utilizando
estos, por lo que, por experiencias personales, estaba claro que eran herramientas
auxiliares indispensables.
Pero, por supuesto, lo más importante seguían siendo los mismos comunicadores,
utilizando experiencias biológicas para comunicarse.
2:11 de la mañana. El momento más soñoliento de la humanidad. Revisé el reloj
electrónico en mi mano, y como un suricato escondiéndose en la oscuridad, evité
con éxito el área visible de la cubierta observada. No perdí nada de tiempo e incluso
me escabullí victoriosamente en la sentina del barco.
Cuando abrí la puerta al final de la sentina, una luz verde se mostró en la oscuridad
y pronto apareció un tanque de agua cilíndrico y de cristal. Levanté la varilla
fluorescente y busqué en un grupo de plantas acuáticas artificiales la forma borrosa
y curva de una sombra delgada, descubriendo que el tritón estaba flotando
tranquila y silenciosamente en lo alto del cilindro. A través del cabello flotante,
pude ver su nítido rostro inclinado y delineado, al igual que un demonio silencioso
en la noche tranquila, aterrizando para llevarse mi alma en cualquier momento.
Respiré profundamente tratando de calmar la creciente adrenalina que fluía dentro
de mí, antes de subir la escalera de caracol posicionada alrededor del cilindro de
cristal. Por desgracia, mi corazón aun así no podía detener sus salvajes latidos.
Capítulo 3

Me acerqué más a lo alto del tanque en forma de pilar, cada paso colocado
deliberadamente ligero en el suelo. Incluso cuando me paré al lado del tritón, no
reaccionó, inclinándose en silencio contra la pared en forma de pilar, al igual que
antes. Al parecer estaba dormido, con su guardia baja.
Con cautela, mantuve mi ritmo y movimiento, su estado sedado era muy
conveniente para que grabara y observara. Aparté la varilla fluorescente, encendí
el modo nocturno en la cámara Dv, me pegué a la pared exterior del tanque y
comencé a tomarle fotografías en diferentes ángulos, desde la cola hasta la cabeza.
A la tenue luz del agua, la larga y aerodinámica cola del tritón se enroscaba como
una pitón alrededor de un grupo de plantas acuáticas. Sus tres aletas traseras en
forma de ala se superponían como humo negro, similar a la tinta negra rociada por
un grupo de jibias.
No pude evitar visualizarlo en las profundidades del mar luciendo tan fantasmal y
terrible como una sombra proveniente del infierno. Sería bastante aterrador
encontrarse con él mientras se bucea.
Era imposible medir con exactitud la longitud de la parte inferior de su cuerpo, solo
se podía juzgar por una medición visual que parecía ser de más o menos dos metros
de largo. Agregando la longitud de su torso, tenía aproximadamente el mismo
tamaño que un tiburón tigre adulto. Me pregunté si también estaban
equitativamente igualados en agresividad.
En tanto pensaba esto, modifiqué el ángulo de la cámara y filmé desde la cola hacia
adelante, revelando la espalda del tritón en el lente de la cámara. Durante ese
momento en la cubierta, solo lo ojeé apurado y pensé que su torso no era diferente
al de los seres humanos. Sin embargo, mientras lo observaba detenidamente en
este momento, descubrí que había una capa de una sustancia brillante en la piel
externa del tritón, similar a la piel natural de la beluga que había visto antes, la
cual brilla tenuemente en el agua, creando un halo que por un momento me hizo
sentir que [el tritón] parecía inesperadamente ilusorio.
No solo una ilusión sobre la existencia de los sirenios, sino que también me hizo
dudar si lo que estaba sucediendo aquí y ahora era real o no, como si hubiera tenido
la percepción errónea de estar soñando.
¿Los sirenios eran criaturas que pertenecían a este mundo? ¿Podría haber otro
planeta bajo las profundidades del mar del que no supiéramos?
Negué con la cabeza y forcé a mi mente a regresar–desde mi ensoñación salvaje y
perceptiva–a la razón. Maldita sea, ¿cómo es que estaba pensando en estas cosas?
Si Rhine escuchara mis pensamientos de ese momento, se reiría y burlaría de mí
por mi ridícula sofistería solo para irritarme.
¿Acaso no había un tritón presentado delante de mí? ¡Entonces, por qué seguía
pensando tontamente en estas cosas!
Después de un momento de autoburla, volví a enfocar mis ojos en su piel. Debe
tener una mucosa protectora. Es por eso que los sirenios no son como los humanos,
quienes desarrollan arrugas feas y se vuelven extremadamente frágiles después de
una larga inmersión en el agua. La piel de todos los sirenios se veía bastante suave,
tal vez incluso era tan resistente y duradera como la piel de un tiburón.
Con ese pensamiento, no pude evitar tener este repentino impulso de tocar la piel
del tritón con mis propias manos. Justo en ese momento, de repente encontré un
detalle extraño en la pantalla de la cámara Dv.
Había una gran herida en el poderoso y delgado brazo del tritón. Aunque no estaba
sangrando, la piel estaba abierta hacia afuera y revelaba una clara vista de los
músculos gruesos en su interior rodeados de espantosas capas de marcas de
dientes: parecían haber sido causadas por un tiburón.
Mis nervios se tensaron inmediatamente. Maldita sea, por qué no me di cuenta de
esto antes. Puede que ya haya estado débil antes y ahora agregando la anestesia,
no es de extrañar que haya estado tan tranquilo.
En ese momento no pude evitar estar contento de haber traído por si acaso la caja
de medicina. Guardé la cámara Dv a la velocidad del rayo y subí hasta lo más alto
del tanque de agua cilíndrico. Quizás debido a mis grandes movimientos repentinos,
al mismo tiempo, casualmente vislumbré que la sombra debajo de mí se movió un
poco antes de flotar silenciosamente hacia arriba, hacia mí.
El tritón estaba bajo mis pies en ese momento. Ese hecho me hizo respirar profundo
inconscientemente y mirar hacia abajo.
En estos momentos estaba parado en una plataforma de metal semicircular que
era usada por los cuidadores con fines de alimentación. A través de la pequeña
abertura podía ver el resplandeciente reflejo de las olas en las luces, pero no podía
ver dónde estaba el tritón.
Chapoteo...
Un sonido de corrientes submarinas ajetreadas se suscitó debajo, la luz en la
pequeña abertura se hundió de repente y un color opaco y borroso, muy distinto al
brillo normal del agua, pasó. El tritón nadó hacia el otro lado de la plataforma, era
una puerta de cristal transparente fuera de la baranda, la cual separaba el único
pasillo entre el fondo del agua y el mundo exterior.
No quería abrir la puerta que posiblemente podría sacar el peligro, pero en este
momento no parecía haber una mejor manera de lidiar con la herida en el tritón.
No quería que muriera de infección.
Toqué la pistola de anestesia en mi zona lumbar, una fina capa de sudor ya se
había escurrido de la palma de mi mano, pero en el fondo, mis nervios se agitaban
inquietamente por la emoción.
Este es tu primer contacto directo con un tritón vivo, no retrocedas ahora,
Desharow. Cálmate, cálmate.
Me advertí antes de ir paso a paso hacia el borde de la baranda mientras miraba la
sombra como de pesadilla que se encontraba bajo el agua. Estiré la mano, agarré
el picaporte exterior de la puerta de cristal, ejercí lentamente un poco de fuerza y
abrí un espacio que solo podía acomodar a una persona.
Al hacerlo, incluso si el tritón realmente me atacara, sus movimientos aun así
quedarían restringidos por el espacio estrecho, lo que también me ayudaría a
esquivar y contraatacar.
Me arrodillé sobre una rodilla. A medida que la sombra del tritón se levantaba
paulatinamente fuera del agua profunda, mi respiración se volvía rígida, como si
me estuviera ahogando. Aunque mi racionalidad todavía estaba viva y sana, mi
cerebro ya se había vuelto caótico debido a la tensión y emoción.
Cuando la cabeza del tritón salió del agua, mi conciencia se quedó en blanco por
un momento, y cuando la mitad de su cuerpo se asomó por la puerta con gotas de
agua salpicando mi rostro, al fin reaccioné. Sin embargo, mi mente aún estaba un
poco lenta y no parecía recordar lo que estaba haciendo aquí, como si hubiera sido
hechizado cuando las oscuras pupilas cubiertas por el cabello del tritón atraparon
mi mirada.
Al enfrentarse a cualquier animal feroz, era mejor evitar el contacto visual, o de lo
contrario, este podría sentirse provocado y atacarte. Este pensamiento estaba muy
claro en mi mente en este momento, por lo que intenté evitar sus ojos. Mi vista,
sin embargo, se negaba a alejarse de la cara vagamente imperceptible que me
acechaba en el agua. Era una cara que no podía describir.
No era tan hermoso como se rumoreaba que eran los sirenios, pero tenía que
admitir que era más impresionante que cualquier ser humano que haya alguna vez
conocido. Su perfil se mezclaba perfectamente con su agudeza. Si una cara así
naciera en un ser humano, seguramente lo consideraría como un soldado ruso de
ascendencia aristocrática.
Pero no pude pensar en ninguna palabra retórica hermosa para alabarlo. Lo que
me vino a la mente fue solo la palabra que el Sr. Shinichi murmuró con miedo.
Demonio.
Esos ojos se hundían profundamente dentro de la sombra de sus cejas,
empapándose en la penumbra de las aguas profundas. Pero las comisuras de su
boca estaban un poco levantadas, como si ridiculizaran algo. Esa expresión
sonriente estaba llena de indescriptible flirteo y maldad.
Por primera vez, saboreé lo que el Sr. Shinichi describió como "El miedo más
profundo del corazón".
Era un sabor que incluso hacía temblar al alma.
Cuando me quedé quieto por el susto, su forma superior ya había subido
completamente, y con una mano sobre el borde de la plataforma, su cuerpo mojado
logró erguirse. La sección expuesta que estaba fuera del agua formó una sombra
que era más alta que yo, cubriendo totalmente mi silueta desde arriba. Lo
contemplé sorprendido, ya que no pude imaginar cómo su cola siquiera podría
soportar su centro de gravedad desde el interior del agua: era una tarea imposible
para ese tipo de estructura corporal.
Con vigilancia, di un paso atrás y levanté la pistola de anestesia al mismo tiempo,
pero de repente curvó su cola hacia arriba y se me acercó abruptamente, dejando
solo medio brazo de largo entre nosotros antes de inclinarse para enfrentarme cual
pitón que observa a su presa.
Santo Dios, esta situación era simplemente demasiado horripilante.
Brinqué por la conmoción, pues me pilló desprevenido. Mi otra mano fue a cubrir
mi cabeza por costumbre, causando como resultado que la varilla fluorescente
cayera dentro del agua. La repentina transición de luz a oscuridad me hizo perder
el equilibrio. Al principio estaba arrodillado sobre una rodilla, pero antes de que
pudiera levantarme, perdí mi centro de gravedad y no pude dar ni dos pasos antes
de tambalearme hacia atrás y caer al suelo.
En este punto, perdí por completo mi ventaja geográfica, y mi cuerpo de alguna
manera se volvió extremadamente lento, hasta el punto en que para esconderme
solo pude enroscarme como un caracol moribundo. Ni siquiera podía ver dónde
estaba el tritón y cuán cerca de mí se encontraba. Solo podía oler un aroma extraño
y húmedo proveniente de la oscuridad, esto haciendo que la atmósfera se sintiera
congelada. Una tras otra, agua fría goteó sobre mi pierna inferior, y entonces mi
tobillo de repente sintió frialdad. Parecía estar firmemente agarrado por algo que
estaba mojado y pegajoso.
Esa es la mano del tritón...
Cuando me di cuenta de esto, el sudor de mi palma rápidamente hizo que mi agarre
en la pistola de anestesia se inestabilizara. Mi parte inferior del cuerpo no podía
moverse, permitiendo que el tritón se culebreara por mis piernas. Con el corazón
latiendo violentamente, esperé a que su cabeza se acercara a mí para así poder
inyectar anestésico en la arteria dentro de su cuello, lo que era la forma más rápida
y efectiva de interrumpir su ataque.
El cabello largo, abundante y húmedo del tritón pronto cayó sobre mi piel. Cada
mechón me recorrió las piernas, los muslos y luego, finalmente, el vientre bajo,
donde se detuvo.
En esa fracción de segundo, los nervios de mis piernas se contrajeron de tensión.
No estaba exactamente seguro de lo que quería hacer, pero era muy probable que
quisiera abrirme el estómago y comerse mis órganos internos.
Si decidiera disparar en este momento, lo más probable es que lastimaría la cabeza
del tritón. Entre la vida del tritón y la mía, debo tomar una decisión
inmediatamente.
Pero en el momento de mi vacilación, de repente se escucharon una serie de
sonidos bajos y peculiares.
—De... ra... cu... la...
Era una clase de sonido grave que parecía provenir de una vibración de garganta,
un poco como un idioma ruso. Mi familia es de Rusia, y esta familiar forma de
hablar hizo que mi conciencia de inmediato se escapara de los pensamientos
caóticos del encuentro cercano con la muerte.
Aunque fue imposible determinar qué quiso decir, al menos esto demostraba que
el tritón no era una criatura puramente instintiva, ya que en este momento no
estaba tratando de atacarme y comerme.
¡De lo contrario, qué extraño sería comunicarte con tu presa antes de comértela!
Tal vez... esta especie de sirenio podía entender el lenguaje humano. Esto puede
ser simplemente una conjetura audaz, pues en la historia no hay registro de una
comunicación exitosa entre humanos y sirenios más que usando varias formas
intermediarias. De hecho, puedo ser la primera persona en el mundo en tener una
conversación exitosa y directa con un tritón.
Respiré hondo para obligarme a calmarme, antes de mirar hacia abajo para encarar
al tritón que estaba presionando mi vientre bajo.
Sus ojos escondidos detrás del velo de su cabello emitían una tenue luz azul similar
a las pupilas de un lobo mostradas en el lente de una cámara de visión nocturna.
Dispersé un trago de saliva, y con esfuerzo, me tragué el miedo de vuelta a mi
estómago antes de expresar claramente en un susurro bajo, —Oye, escucha, no
quiero lastimarte. Fuiste mordido por un tiburón. Solo quiero desinfectar tu herida.
Incluso señalé las heridas en su hombro, pero el tritón no dio ninguna respuesta y
se recostó sobre mis piernas tal como antes, sus brazos agarrándolas firmemente
y sin signos de aflojamiento.
Me sentí un poco decepcionado, pero con la tenue luz fluorescente brillando bajo el
agua, vi que las comisuras de la boca del tritón parecían moverse, abriéndose un
poco y profundizando la leve sonrisa en su rostro; como una sonrisa socarrona,
como si estuviera bromeando.
Una sensación de miedo trepó por mi espalda otra vez, abrumando mi abatimiento.
Alguna vez pensé que la inteligencia de los sirenios estaba en algún lugar entre los
delfines y los humanos, y he publicado muchos artículos sobre este tema bajo la
guía de Rhine. En ese momento, tuve grandes dudas sobre mis opiniones pasadas.
Debido a la expresión del tritón, tuve una terrible percepción de que no sabía si eso
era falso o no.
Era una criatura altiva que, con su sabiduría única, podría jugar conmigo entre las
palmas de sus manos. Un completo cazador.
Capítulo 4

En el mismo momento en que se me ocurrió esta idea, el tritón inclinó la cabeza


hacia mi estómago. Debido a mi lucha anterior, mi ropa se había estirado,
revelando una gran parte de mi abdomen. El tritón parecía estar interesado en mi
piel expuesta.
Observé con asombro mientras la cabeza del tritón se acercaba a la costura de mis
pantalones y olfateaba profundamente. Con la nariz arrugada, lucía ebrio, como si
mi cuerpo fuera una tentadora copa de vino. Si fuera una hermosa sirena la que
hiciera esta expresión, esta habría sido una escena de erotismo extremo.
Pero la realidad era que... me enfrentaba a un enigmático tritón con objetivos
peligrosos que podría atacarme en cualquier momento.
Todo lo que sentía era miedo. Observé que la cabeza del tritón se inclinaba más
mientras sacaba sus manos de mis piernas para aferrase a mi cuerpo por ambos
lados. Usando sus largos y poderosos brazos, formó un grillete para refrenar mis
movimientos.
Sus uñas eran largas y afiladas, una "membrana palmeada" semitransparente entre
sus dedos. Los afilados omóplatos sobresalían de su espalda curva como dos huesos
de "alas de diablo" subdesarrollados.
Este tritón debe ser un aterrador cazador en el mundo de las aguas profundas.
Ahora en tierra, como antes, también era un asesino nato.
No mencionemos cómo debería domesticarlo. Primero, salvarme era mucho más
urgente en este momento.
Mis cejas saltaron bruscamente. El tritón bajó la cabeza, pero sus párpados estaban
levantados hacia arriba, atrapando mis ojos con su intensa mirada fija, una
expresión siniestra en su rostro. No sabía si el extraño poder innato del Demonio
Nocturno del que el Sr. Shinichi me había advertido era real o no, pero sentía que
estaba bajo una clase de maleficio mientras me encontraba clavado en el lugar,
incapaz de moverme.
A través de su cabello abundante y disperso, observé impotente cómo los delgados
labios del tritón–que estaban estirados en una agudísima sonrisa–se abrían
levemente, permitiendo que la punta escarlata de su lengua emergiera. Bajó la
cabeza y pegó sus labios sobre la parte baja de mi camisa estirada, y como si
estuviera degustando una presa, comenzó a lamerme la ingle.
Lamía cuidadosa y lujuriosamente. La sensación del toque húmedo y frío penetró
mi médula ósea como una pitón, haciéndome tiritar por todas partes y permitiendo
que mi miedo alcanzara su punto más alto en una fracción de segundo.
Mi mente zumbaba ruidosamente, como si estuviera sufriendo debido a una
explosión, y mi cuerpo se puso rígido por el ataque en mis partes sensibles. Con
mis brazos trepidantes, apenas sostuve mi cuerpo que estaba al borde del colapso.
Cuando se acercó a la base de mi muslo, el tritón levantó la cabeza y noté que su
expresión significativa había cambiado. Su lengua lamió sus labios, como si aún no
tuviera suficiente de mi sabor, y miró directamente a la parte inferior de mi cuerpo,
como si hubiera algo más dentro de mis pantalones que atrajera su interés.
...Debido a que esa era la clase de mirada hecha por criaturas hambrientas llenas
de deseo instintivo, no tuve dudas de que en el segundo siguiente abriría la boca y
se tragaría toda mi parte inferior del cuerpo.
¡Si no actúo ahora, solo el cielo sabría si esta terrible conjetura se haría realidad!
Mirando su estado actual de movilidad delicada, la inyección que recibió hace unas
horas ya debe haber perdido su efectividad. El metabolismo de este tipo es muy
rápido, incluso si le daba otra dosis, no pondría en peligro su vida.
Con esto en mente, me mordí la punta de la lengua con fuerza, y el dolor me ayudó
inmediatamente a tomar una decisión rápida para apretar el gatillo desde este
estado paralizado, inyectando con precisión la pequeña aguja anestésica en el
cuello del tritón.
Su hombro se sacudió un poco, levantando la cabeza para mirarme fijamente con
sus ojos oscuros y sombríos.
En ese instante, sentí un indescriptible horror que me heló la sangre. Por un
momento incluso pensé que la anestesia había fallado, que estaba a punto de morir
bajo sus garras.
Sin embargo, inesperadamente, la situación no se desarrolló de la forma que
imaginé.
El tritón se balanceó un par de veces antes de caer de costado, sus manos
puntiagudas y resbaladizas incapaces de sostener su centro de gravedad.
Aproveché la oportunidad para sacar mi cuerpo de debajo de él, pero mi pie pisó
accidentalmente su resbalosa aleta lateral, haciendo que todo mi cuerpo volviera a
caer. A toda prisa intenté levantarme del suelo, pero antes de que pudiera controlar
mi centro de gravedad, terminé a horcajadas sobre la cola como de pitón del tritón.
El tritón debió haber recobrado el sentido debido a la presión de mi peso, sus ojos
entornados pronto se abrieron, y cuando mi mirada colisionó con sus pupilas
profundas, sus brazos alrededor de mi cintura de repente se apretaron. Pude sentir
el filoso toque de las garras palmeadas del tritón penetrando la tela en mis
espaldas, como si estuviera a punto de desgarrarme por la mitad.
Apurado, levanté mi pistola de anestesia y apunté a su cabeza. De forma
amenazadora, dije: —Oye, amigo, escucha, en serio no quiero lastimarte, pero
primero tienes que soltarme. Deberías saber lo poderosa que es esta cosa.
No hui de él, sino que reuní el coraje para contemplar con enfado los ojos del tritón,
diciendo una palabra a la vez en un tono imponente, con la cabeza en alto de una
manera arrogante. Al mismo tiempo, el extremo de la pistola de anestesia estaba
apuntado sobre su cabeza.
No esperaba que entendiera español, pero con su CI, decidí que al menos podría
entender mi amenaza. Como queremos domesticar a este tritón, una criatura
altamente inteligente, y hacerlo obediente, debemos adoptar otro método nuevo a
fin de que coopere con nuestra investigación...
Quiero que se dé cuenta de que yo soy más fuerte que él, y más inteligente que él.
Tengo que someterlo primero.
No sé si fue por la ayuda, pero creo que este método realmente pareció funcionar
enseguida.
Obedientemente, el tritón relajó la fuerza de su mano colocada sobre mi espalda,
pero seguía encima con una presión suave. Sus párpados se entornaron
lentamente, sus pestañas de color claro caídas cuales alas mojadas; la expresión
hambrienta que tenía hace unos segundos se suavizó.
Además de la inherente oscuridad del tritón, tengo que admitir que su expresión
en ese momento parecía muy amable, haciéndolo parecer incluso más inofensivo
que un delfín. De hecho, esta dosis de anestésico está dirigida a delfines, y aunque
esto puede no hacer que se duerma, al menos lo ralentizaría y haría sentir
somnoliento.
Además, el tritón ciertamente debe temerle al formidable poder de la pistola de
anestesia. Y aunque su sonrisa socarrona me hacía sentir una sensación de temor,
sin ningún fundamento sólido en el que confiar, me resultaba difícil creer que este
tritón pudiera tener un CI lo suficientemente alto como para jugarme
maquinaciones.
Me sentí aliviado de finalmente tener la situación bajo control.
Capítulo 5

Esperé a que su respiración se calmara, y después de que estuviera en un estado


paralizado, solo entonces me atreví a estirar mi mano hacia la caja de medicina
arrojada a un lado. Encontré el desinfectante, limpié y examiné su herida.
La herida en el hombro del tritón era muy grande, y los músculos expuestos
estaban cubiertos de mucosa translúcida, lo que impedía eficazmente la pérdida de
sangre, pero desafortunadamente también retrasaba su curación. Además, se
encontró un extraño bulto debajo de la membrana. Lo anestesié con cuidado y
corté suavemente la mucosa. Como era de esperar, había sacado un diente de
tiburón roto de su herida: era de la mitad del tamaño de mi uña del pulgar y los
bordes estaban irregulares.
Esa cosa le pertenecía a un tiburón tigre adulto. El tritón debe haber tenido un
encuentro violento con un tiburón tigre adulto ayer o hace un par de horas. A juzgar
por su estado de salud actual y la gravedad del diente de tiburón roto, el destino
de este tiburón debe haber sido mucho más trágico que el del propio tritón.
O tal vez...
Para verificar mi suposición, no pude evitar palpar alrededor del estómago del
tritón. Efectivamente, estaba lleno y abultado, la comida aún no se digería. Podría
haber estado compitiendo con ese tiburón por comida, o ese mismo tiburón era su
presa.
Maravillado, no pude evitar chasquear la lengua ante el poder de ataque del tritón,
imaginándolo luchando con tiburones en las profundidades del mar. Debe ser una
escena muy emocionante.
El tritón no sabía lo que estaba pensando en ese momento, solo entrecerró los ojos
y permaneció en silencio, observando cada uno de mis movimientos como un
atento espectador. Levantando levemente una ceja, bajó la mirada a mi mano
sobre su estómago y reveló una expresión interesante.
Como si solo viera todo lo que hacía por él como nada más que una especie de
broma.
Esa idea me hizo sentir una fuerte sensación de malestar, así que aparté
rápidamente mi mano para coser su herida. Sin embargo, mi muñeca fue
firmemente agarrada por otra de sus garras palmeadas.
De inmediato tomé la pistola de anestesia y se la puse en la frente como
advertencia. El tritón levantó los párpados y miró el cañón de mi arma, al parecer
despreocupado, ni temeroso ni mostrando alguna intención de contraatacar. Seguía
holgazaneando perezosamente en el suelo como una foca bajo el sol. Incluso la
fuerza de su agarre en mi muñeca era muy suave.
Mis nervios tensos se relajaron un poco. El dorso de mi mano fue agarrado por una
de las manos húmedas y frías del tritón, mi palma entonces fue presionada contra
su músculo duro como piedra y frotada contra su abdomen, causando fricción. Su
cola se balanceaba suavemente debajo de mí, aparentemente cómoda. Sus ojos
también estaban centrados en mí, parecía haber una corriente submarina oculta en
el agua tranquila dentro de sus ojos: estaban esperando algo, implicando algo,
como si trataran de expresar una compleja demanda.
Como queríamos entender mejor a los sirenios, estas misteriosas criaturas, bien
podríamos tratar de vivir en paz con él a partir de ahora, y quizás funcionaría mejor
que tratar de domesticarlo. Pensando en ello de esta manera, cumplí audazmente
con su gesto. Sobre su abdomen, abrí tranquilamente la palma de mi mano, acaricié
y palpé suavemente a lo largo de su línea muscular, al igual que tratar con gentileza
y simpatía a un delfín.
Como había supuesto previamente, la piel del tritón era tan suave y delicada como
la seda fina, y mucho más gruesa y elástica que la piel humana. Tocarlo era como
tocar a un tiburón tigre gigante que pasaba con la corriente debajo de mi mano.
Una vaga emoción se desató inexplicablemente desde el fondo de mi corazón.
El tritón parecía disfrutar del toque humano tanto como los delfines. Movió su
delgado y poderoso cuello de una manera satisfecha, la mano que estaba detrás
de mi espalda serpenteó alrededor de mi cintura, y de la misma manera que lo hice
yo con él, acarició mi espalda con su palma gruesa y satinada. La cola del tritón se
dobló debajo de mí con un movimiento de nado, me levantó por las nalgas y las
comenzó a mover suavemente contra él.
La incomodidad casi me abrumó en una fracción de segundo.
La vergüenza, el sentimiento de traición a mi moralidad y el miedo invadieron mis
nervios al mismo tiempo. No solo tuve la impresión de que estaba teniendo sexo
con él, sino también la impresión de haberme convertido en una sirena que estaba
siendo abusada por él.
¡Qué clase de experiencia catastrófica es esta!
Mis nervios estaban hechos una bola. Al mismo tiempo, el tritón se acercó aún más,
hasta el punto en que podríamos estar moliéndonos entre sí. El aliento caliente de
su boca fue exhalado contra mi cuello como un deseo anhelante que invadiría mi
cuerpo en cualquier momento, convirtiéndose en una invisible corriente submarina
que podría penetrar profundamente mi cuello.
El incontrolable calor escapando de mi cuerpo me hizo voltearme para apoyarme
con la cola de pez ubicada debajo de mis nalgas. Él, que era una cabeza más alto
que mi figura medio agachada, usó sus brazos para rodearme. Por casualidad lo vi
tragar debido al deseo que aún no se había complacido, sus delgados labios abiertos
en lo que podría llamarse una sonrisa sexual, pero demoníaca, sus afilados dientes
mostrándose.
—A... ga... res...
El tritón me susurró al oído en un gemido bajo, su voz profunda y ronca,
asemejándose al sonido de las olas fluyentes que resuenan en las fosas oceánicas
del mar profundo.
Esta secuencia de susurros intermitentes me recordó a Agares, el Espíritu de la
Lujuria en "Las llaves de Salomón". La voz del tritón también parecía contener una
perversa naturaleza de espíritus malignos. Sentí que era hechizado, incluso la
fuerza en mi cuello se perdió momentáneamente, permitiendo que con sus labios
me mordiera la oreja, dejando que su lengua se enrollara a su alrededor y chupara
con avidez.
La secuencia de esos susurros graves aún permanecía en lo profundo de mis
tímpanos; mi mente era como un remolino, pesada y mareada, haciendo que me
sacudiera y balanceara contra el cuerpo del tritón. Sus afiladas garras palmeadas
rasgaron la tela en mi espalda, un escalofrío me recorrió la columna vertebral
directo a mi parte inferior del cuerpo, mientras que, al mismo tiempo, la cola de
pez húmeda y gruesa se apretaba entre las raíces de mis piernas, separándolas.
En mi embrollado estado mental, era consciente de todo lo que estaba sucediendo,
pero aun así era incapaz de resistirme. Como en una pesadilla, todo a nuestro
alrededor estaba cubierto con una ilusoria niebla negra, haciendo que el mundo
pareciese distorsionado. Solo la lujuria cada vez más intensa debajo de mi abdomen
era tan tangible que era irresistible.
Fue cuando estaba perdiendo poco a poco mi conciencia, que de repente escuché
un grito en la distancia. —¡Desharow! ¡Desharow!
Los gritos se hacían más claros cuanto más se acercaban, atravesando la niebla y
aclarando enseguida mi estado mental. Me desperté abruptamente de mi estado
obsesivo, y la presión sobre mi cuerpo de repente se relajó. Antes de que pudiera
ver con claridad, el tritón ya se había aupado del suelo y convertido en una delgada
sombra oscura. Saltó al tanque de agua y desapareció poco a poco en un grupo de
plantas acuáticas.
Pasé uno o dos segundos en pánico, y solo entonces descubrí que no sabía cuándo
o por qué mi cuerpo se había empapado, las ropas en mi torso muy rasgadas, ni
por qué había un enorme agujero en mi espalda. El agua goteaba gota a gota en
charcos debajo de mí.
¿Qué acaba de ocurrir?
Mi cerebro parecía haber sido formateado en una hoja en blanco. Al parecer no
podía recordar lo que había sucedido hace unos segundos, solo podía recordarme
tratando de obtener el semen del tritón.
Mi intento obviamente no tuvo éxito. Quizás fue mi comportamiento lo que asustó
al tritón y lo hizo huir tan rápido.
Miré el agua tranquila, sintiéndome un poco abatido por ese pensamiento.
—Desharow, ¿dónde estás?
¡Esa es la voz de Rhine! Parecía estar en la cubierta sobre mi cabeza. Tan pronto
como sentí un extraño entumecimiento en mi cuero cabelludo, fui rápidamente a
recoger la dispersa caja de medicina y la cámara Dv antes de salir corriendo de la
sentina, preso del pánico.
Capítulo 6

Regresé rápidamente de la sentina a mi camarote privado, y antes de que Rhine


pudiera alcanzarme, metí todo debajo de la cama, me mudé la ropa empapada y
corrí al baño.
De esta manera, cuando pregunte, podría decir que me estaba dando una ducha y
que, por lo tanto, no lo escuché. Aunque esta excusa puede ser un poco improbable.
Escuché cualquier señal de actividad afuera con miedo y trepidación antes de abrir
el grifo de la ducha. Con el agua caliente chorreando del maneral, me enjuagué
rápidamente, pero sin importar qué, aún se me era difícil tranquilizarme.
Parecía que el extraño aroma del tritón residual en mi cuerpo era imposible de
lavar, hacía que uno se mareara al olerlo. Además de eso, parecía haber una
inimaginable consecuencia que me hizo apoyarme contra la pared y mirar hacia
abajo.
La cosa entre mis piernas, no sé cuándo se había levantado. Además, también se
puso muy dura.
Esto llegó en el momento equivocado.
Mientras fruncía el ceño impotente, estiré la mano y agarré la cosa inquieta que
estaba abajo. Me incliné contra la pared, cambiándome a una posición cómoda
antes de amasar y frotar de una manera suave y superficial.
Siempre he tenido la costumbre de abordar mis necesidades físicas en la ducha, lo
cual es normal para un hombre de veinte años. Pero esta vez parecía que el deseo
es mucho más intenso. Me sentía abrumado de placer con cada pequeño
movimiento que hacía, incluso haciendo que mis muslos temblaran y se
ablandaran. Mi garganta se desbordaba con gemidos humillantes, y solo
mordiéndome los labios pude contenerme.
El creciente placer pronto me abrumó el cerebro. Levanté el cuello y dejé que el
agua se vertiera sobre mi cara mientras mi conciencia parecía seguir el vapor
ascendente hasta el aire y luego el mar. El agua azul oscuro se mostraba honda y
superficial ante mí mientras me hundía cada vez más en las aguas profundas más
allá del alcance de la luz.
Entonces, una silueta larga y delgada apareció detrás de mí desde los oscuros
recovecos, separando el flujo de agua a medida que se me acercaba. Su contorno
se aclaró cuando se aproximó a mí.
Después de eso, algo húmedo pareció envolverse alrededor de mis piernas,
enrollándolas hasta juntarlas, con una voz profunda y grave hechizando mi oído.
—A... ga... res...
Agares... ¿De qué idioma prevenía esta cadena de símbolos fonéticos, y qué
significa?
Parecía haberlo escuchado solo anoche. Me esforcé mucho por recordarlo, pero
cada vez sentí que había una porción de memoria que no podía unirse. Ese
sentimiento era muy extraño, como si alguien hubiera cortado deliberadamente
una parte de una videocasete antes de volver a pegar el resto.
Aparentemente, el agua que salpicaba en mi frente solo hacía que mi desordenada
mente estuviera aún más caótica. Solo la idea de perseguir mi placer hasta el punto
máximo era clara. Obedecí mis instintos y comencé a frotar impacientemente unas
cuantas veces. En medio de mi voz sonando incontroladamente en mi propio
tímpano, llegué a mi clímax y eyaculé en mis manos.
Después de la eyaculación, siempre había un estado temporal de indistinción, pero
me despabilé de una manera particularmente lenta. Después de un rato, todavía
me sentía mareado y mis piernas estaban inestables.
Debe tener que ver con que no haya dormido en absoluto anoche.
Apagué el maneral y sacudí mi cabeza mojada antes de darme la vuelta para
apoyarme verticalmente en la pared resbaladiza, tratando de desaturdirme con el
frío. El agua residual chorreaba por mi cuello, siguiendo una línea hacia abajo con
un ruido de tamborileo. Era una vista alarmante, como plantas acuáticas que me
recordaban el cabello largo y abundante del tritón.
Tampoco pude evitar pensar en la sensación de ser observado por esas pupilas
oscuras y bestiales, e inmediatamente se me puso la piel de gallina.
Hace solo unos minutos, tuve una fantasía sexual sobre ese tritón.
¡En realidad fui tan lejos como para tener un impulso sexual hacia una criatura
inhumana!
Por el amor de Dios. ¿Te volviste loco haciendo toda esa investigación, Desharow?
Puse mi puño contra mis labios, abrí la boca y mordí con fuerza el dorso de mi
mano, pero no fue suficiente, así que lo golpeé con fuerza contra la pared.
La sangre chorreó lentamente por mis dedos, pero el dolor sí me serenó mucho.
Sin embargo, la sensación de vergüenza se hacía cada vez más fuerte. Mi mente
incluso recordó mi imaginación hace un momento, enredado con la piel desnuda
del tritón y su cola balanceándose entre las raíces de mis piernas como si
estuviéramos teniendo...
Relaciones sexuales.
¡Cómo es que pensé en algo así!
Me dediqué a la investigación biológica y nunca tuve ninguna experiencia sexual.
Pero desde mi propio conocimiento biológico, estaba al tanto de cómo los hombres
podían tener sexo entre ellos. La estructura corporal de los sirenios era tan similar
a la de los humanos que también haría que su comportamiento sexual fuera similar.
Después de un momento de reflexión, me sentí muy avergonzado, e incluso mis
orejas comenzaron a calentarse. No pude evitar alegrarme de que esto fuera solo
una imaginación absurda, pues era imposible qué semejante cosa ocurriera en la
realidad.
Debo estar muy cansado. Me palmeé la frente y me tranquilicé por dentro.
Tomé la toalla de baño a mi lado, y cuando la estaba envolviendo alrededor de la
parte inferior de mi cuerpo, de repente escuché un clic detrás de mí. La puerta
alguna vez cerrada con seguro de alguna manera se abrió repentinamente.
Mi corazón se alarmó cuando una voz familiar sonó detrás de mí, —Wallace, ¿por
qué estás aquí?
La voz de Rhine estaba llena de un enojo irreprochable.
No puedo dejar que Rhine vea la sangre en mi mano. En tanto pensaba esto, me
apoyé contra la pared igual que antes a fin de proyectar un comportamiento
perezoso después de una ducha, mi cara vuelta hacia un lado. —Oye, ¿qué pasa,
amigo? ¿Qué con la gran prisa tan temprano en la mañana?
En la niebla, vi la sombría cara de Rhine, la cual prácticamente lucía cenicienta. Sin
embargo, pude sentir que sus ojos me raspaban la espalda cual cuchilla afilada,
antes de detenerse en el borde de la toalla de baño envuelta alrededor de la parte
inferior de mi cuerpo. No pude evitar sentir un estallido de apriete en mi columna
vertebral, que una sensación amenazadora se elevaba desde el fondo de mi
corazón.
¡Cómo odié no tener tiempo de traer mi bata de baño después enterarme de los
pensamientos inapropiados que Rhine tenía por mí!
Me sentí extremadamente incómodo y ansioso. Comencé a abanicar mi cuello
mientras me apresuraba hacia la puerta, tratando de evitarlo. —Oye, amigo, hace
calor aquí. Si tienes algo que decir, ¿qué tal si salimos y hablamos?
Mientras lo persuadía, con zancadas raudas y grandes fui a agarrar la puerta del
baño al lado de Rhine, pero aun así fue un paso más rápido que yo. Su cuerpo
mucho más alto se giró y me bloqueó el camino antes de cerrar la puerta con un
clic.
Mis ojos recorrieron su muñeca expuesta de venas azules hasta que se encontraron
con los filosos y abrasadores ojos marrones. La amenaza que alguna vez dijo se
me vino a la mente y retrocedí subconscientemente, agarrando la toalla de baño
que estaba a punto de deslizarse.
—Rhine, yo...
Tragué saliva e intenté explicar algo, pero antes de que siquiera pudiera hablar una
oración, con gran fuerza, mi cuerpo fue arrastrado unos pasos hacia adelante, el
cuerpo de Rhine presionándome desde atrás y contra la puerta. Su duro pecho se
presionó firmemente contra mi espalda y de inmediato sentí una presión
abrumadora, dificultándome la respiración.
—¿Qué dije anoche, Desharow? ¿Hmm?
Su mano se deslizó por mi cintura para agarrar el borde de mi toalla de baño. No
esperaba que de repente Rhine se volviera tan aterrador porque a menos que
sucediera algo importante, siempre parecía amable e ingenioso, como un típico
profesor y erudito, lo cual, de anoche hasta ahora, definitivamente era una
personalidad diferente. Incluso sospeché que tenía un trastorno de personalidad
disociativo.
En ese momento, tuve que admitir que estaba aterrado porque me tomó por
sorpresa.
Realmente creía que su intimidación no era broma.
Mi espalda comenzó a sudar frío. —No sé de qué estás hablando. ¡Rhine, cálmate
un poco!
Rhine soltó un resoplido, aunque la risotada me sonó horrible. —¿Lo olvidaste?
Entonces, ¿te gustaría que use la fuerza para ayudarte a recordar? Te advertí que
no te acercaras al tritón, esa criatura peligrosa, pero ¿a quién se le quedó la varilla
fluorescente en el compartimento de agua al final?
Mi respiración de repente se apretó. Me enojé tanto con mi propia negligencia que
sentí la necesidad de golpear una pared y suicidarme. Las objeciones eran inútiles,
pero se me era difícil dar marcha atrás. —¡Tal vez, tal vez se cayó de la cubierta
hoy, juro que no fui allá!
—No voy a creer tus promesas. Desharow, eres de la cabeza a los pies... un
pequeño mentiroso. —Rhine de repente me llamó por mi nombre real de una
manera tan tranquila que me cortó profundamente la espalda, haciendo que se
entumeciera. La forma en que concluyó esto lo hizo parecer como si estuviera
haciendo una identificación biológica factual.
Su brazo derecho se enrolló en ambos lados de mi cuerpo, confinándome
firmemente alrededor de mis brazos, mientras que su otra mano agarró mi toalla
de baño y tiró de lo único que cubría mi cuerpo.
Definitivamente estoy seguro de que Rhine hablaba en serio. ¡Nadie en este barco
vendría a salvarme!
—¡Rhine, no actúes imprudentemente, soy tu alumno!
Solté un alarido y comencé a saltar y forcejear como un conejo, pero había tanta
diferencia en la fuerza muscular que cada centímetro de mi movilidad se limitó a
un grado insignificante, a excepción de mis nalgas desnudas que aún podían
torcerse y girar. Pero preferiría no moverlas, pues eso no sirve para nada más que
provocar a Rhine.
—Si estás de acuerdo, Desharow... me he estado conteniendo durante mucho
tiempo —dijo Rhine en un tono semiamenazante y seminegociable.
Como un oficial de policía que arresta a un criminal, colocó mis manos detrás de
mi espalda y estiró su mano para quitar el cabello en mi nuca. —Desde el día que
me elegiste como tu mentor, me has gustado. Si me obedeces, puedo hacer que el
gobierno financie tu proyecto de investigación de sirenios, y te volverás
mundialmente famoso... e incluso te convertirás en un biólogo más espectacular
que Wallace y Darwin.
Me quedé allí en silencio durante unos cuantos segundos después de escuchar esa
oración. Pero no porque estuviese tentado, sino porque nunca había pensado que
mi excelente mentor y compañero, una persona a la que había admirado, usaría
explícitamente el soborno como cebo. Irónicamente, lo que quería a cambio era yo,
su alumno, un cuerpo masculino.
He estado viviendo en un mundo de académicos, así que eso me hizo descuidar la
realidad sucia y cruel.
—¿Aceptas, Desharow? —Rhine tocó mi pecho desnudo, su voz teñida de una
sensación de éxito. Inclinó la cabeza y besó mi cuello antes de suspirar—. Hueles
tan fragante hasta el punto en que ni siquiera podría soportar mancillarte.
Aparté la cabeza como si hubiera sido electrocutado. Una sensación de disgusto
humillado me hizo montar en cólera, haciendo que forcejeara más fuerte. —¡Me
niego! ¡Rhine, rechazo este trato sucio y me niego a seguir siendo tu alumno!
¡Preferiría dejar la academia! ¡Bastardo desvergonzado!
—Pero recién, ¿te di espacio para rechazar?
Rhine se echó a reír a carcajadas. Me agarró del brazo para darme la vuelta,
envolviendo su enorme mano alrededor de mi nuca y cráneo, obligándome a
levantar la cabeza para enfrentarlo. No evité mirarlo directamente. Apreté los
dientes e hice que mi cara se viera más dura y firme para que entendiera
plenamente que yo no era una persona débil.
A nivel de ética espiritual y moral, este tipo de comportamiento era suficiente para
que ignorara su licenciatura. —Me niego. Rhine. No me hagas despreciarte.
Su sonrisa invasora y amenazante se desvaneció lentamente bajo mis ojos
convincentes, dejando paciencia y moderación en su expresión. Sus cejas se
crisparon cuando se inclinó hacia mi oído para susurrar, —Desharow, eres
demasiado puro y sencillo. Algún día, la clase de integridad en la que piensas se
derrumbará ante la crueldad de la realidad y te someterás ante mí. En cuanto a mí,
estaré esperando ese día. Esta adorable mirada tuya prácticamente me hizo
enamorarme de ti...
Rhine giró la cara como para besarme los labios.
Lancé mi cabeza a un lado para esquivarlo, pero empleé accidentalmente
demasiada fuerza e hice que mi cabeza se estrellara contra el panel de la puerta
detrás de mí. Mi cabeza explotó de dolor poco después, dejándome mareado. Justo
en ese momento, el piso bajo mis pies comenzó a temblar violentamente. Una
extraña sensación de dejá vú flotó en el aire, e inesperadamente, el baño se volvió
completamente negro.
No pude ver nada con claridad, pero sí sentí que el peso del Rhine salía de mi
cuerpo tan repentinamente como si hubiera sido alejado por la fuerza.
Inmediatamente después de eso, soltó un gemido sofocado en la oscuridad, como
si algo lo hubiera asustado.
—¡Tormenta! ¡Tormenta!
Desde afuera llegaron los lejanos gritos de los marineros. No pudo importarme
menos lo que estaba sucediendo, y con rapidez, abrí de golpe la puerta del baño.
Era demasiado tarde para siquiera recoger la toalla de baño, simplemente salí
corriendo a trasero desnudo a mi camarote antes de cerrar la puerta con seguro
detrás de mí.
Afuera de la ventana, el viento y la lluvia comenzaron a acelerar; la repentina
tormenta que surgió hacía que todo el barco se sacudiera violentamente. El cristal
pronto se cubrió de líneas de lluvia jaspeadas, y nada se podía ver con claridad.
Me senté en la cama y escogí algo de ropa limpia para ponerme. Sin embargo,
justo cuando me estaba poniendo el abrigo, de repente vi una sombra oscura
pasando velozmente a través de la lluvia y la niebla fuera de la ventana. Pasó tan
rápido que pensé que probablemente era algo en el barco que había sido volado
por el viento. Me puse la ropa con rapidez en menos de unos pocos segundos, y
solo en esos pocos segundos, me di cuenta de que hubo un extraño cambio de
escena en la ventana.
Un borroso delineado estaba impreso en el agua condensada de la ventana.
Las huellas digitales de una persona, pero las estrechas hendiduras entre cada dedo
estaban conectadas entre sí.
Eran las garras palmeadas de un tritón.
Capítulo 7

Parpadeé con incredulidad, pero la huella de la mano pronto desapareció,


haciéndome sospechar que era otra de mis alucinaciones. Me acerqué
cuidadosamente a la ventana para una examinación más detallada. Froté la fría
ventana de cristal y, a decir verdad, no había nada más allí que marcas de lluvia
entrelazadas.
Probablemente solo estoy realmente cansado.
Me froté la frente y observé cómo el viento y la lluvia fuera de la ventana
empeoraban cada vez más. Estaba claro que la mejor solución para este tipo de
clima era quedarme en el interior, pues no solo no podría ayudar de ninguna
manera a los marineros, sino que también aumentaría el riesgo de que me cayera
al mar. Mi mente todavía se sentía atontada en este momento, aún sin salir de mi
estado de ensoñación, y sin ninguna energía para pensar en otra cosa, me volví a
dormir sobre la cama.
Estuve dormido por un rato en un estado aturdido hasta que un repentino estallido
de viento frío y húmedo me despertó. Cuando abrí los ojos, descubrí que mi
camarote estaba inusualmente oscuro y que el cielo se veía encapotado, similar a
esas tardes en Moscú al borde de una noche extremadamente fría, con un color
rojo oscuro y como empapadas de sangre. La ventana arriba del escritorio de
alguna manera se abrió, una tajante brisa marina soplando en mi camarote.
Solté un estornudo y me levanté con rapidez para cerrar la ventana.
Inconscientemente, levanté la mirada a la pared sobre mi cabeza.
Solo pasó media hora, ¿cómo el clima se volvió así?
Mientras ponderaba aquellos pensamientos extraños, fui a encender la lámpara del
escritorio para que la luz reflejara el reloj de cristal. Le eché un vistazo
descuidadamente, pero, como si estuvieran pegados allí, mis ojos se quedaron
congelados en el lugar.
El reloj de cristal reflejaba la vista detrás de mí. Había una silueta oscura con dos
tenues y acechantes luces ocultándose a la sombra de la puerta.
Mi adrenalina de repente se precipitó a su punto máximo, haciendo que mis pelos
se pusieran de punta instantáneamente.
Ese tritón... de verdad estaba en mi camarote.
Mi aliento parecía estar perdido y mi cuerpo estaba pegado en el lugar. Cada vez
más cerca mío, solo podía escuchar el murmullo del sonido hecho por la garganta
del tritón. La lámpara del escritorio titiló un par de veces antes de apagarse con un
siseo, haciendo instantáneamente que mi entorno se volviera a hundir en la
oscuridad. Pronto, un aroma a humedad y relente se pudo oler justo detrás de mí.
—De... sha... row...
Cada sílaba pronunciada fue como un llamado a mi propio ser. Una garra húmeda
y palmeada cayó sobre mi hombro, haciéndome tiritar repentinamente. Mi cuerpo
pareció actuar más rápido que mi mente cuando ya estaba usando el escritorio para
saltar, y con una velocidad que nunca supe que tenía, abrí la ventana y brinqué a
la cubierta de afuera.
—¡Chicos! ¡Ayuda! ¡Que alguien venga aquí!
Apresurado, me tropecé con la niebla que era suficiente para cegarme, pero
desafortunadamente no pude ver a ningún marinero, ni siquiera a Rhine. Las tenues
luces en la cabina del capitán de repente desaparecieron, haciendo que todo
pareciera siniestramente extraño, como si me encontrara en un barco fantasma,
solo en el gran barco de tres pisos.
Por supuesto, todavía estaba ese tritón demoníaco.
—De... sha... row...
La voz baja y mágica del tritón penetraba la lluvia y el viento, persiguiendo
vigorosamente mis oídos como una sombra que sigue el cuerpo. Estoy muy seguro
de que era mi nombre el que llamaba. Dios mío, ¿cómo sabía?
Aunque el tritón no mostró ninguna intención de lastimarme antes, aun así, no
podía evitar sentir miedo y temor en esta situación. ¡Enfrentarse a un tritón
anestesiado versus un tritón móvil en tierra son dos cosas totalmente distintas!
Tenía que poner mis manos en una pistola de anestesia de inmediato para evitar
ser atacado por el tritón y, lo que es más importante, evitar que volviese al mar.
Traté de mantener mi ritmo en la mecedora cubierta mientras me dirigía
directamente a la cabina del capitán. Subí las escaleras que conducían a la segunda
cubierta, pero en medio del pánico, me resbalé y me caí descontroladamente.
Empero, en el momento siguiente, el anticipado dolor no llegó. Todo lo que sentí
fue un viento corriendo hacia mí desde atrás antes de que mi espalda fuera
bloqueada por algún tipo de resistencia, mi cintura inesperadamente envuelta por
algo y dejando mi cuerpo suspendido en el aire. Pero ello fue solo durante unos
meros segundos antes de que me bajaran completamente contra una cosa larga,
gruesa, resbaladiza y escamosa.
Me levanté de inmediato e intenté escapar, pero en cuanto me giré, la oscura
sombra arriba de mí me atrapó con una mano fría y húmeda apretándose alrededor
de mi cintura. Forcejeé para sentarme y retroceder de las escaleras, pero ambas
piernas y pies estaban firmemente enrollados por su cola.
El cuerpo medio humano del tritón se levantó centímetro a centímetro, y su altura
pronto superó la mía. Su cabello largo y mojado lucía como algas marinas en la
tempestad, arrastrándose sobre mis brazos, cuello, cabeza y pronto sobre mis ojos,
cubriendo mi línea de visión con nada más que una oscuridad borrosa.
La fuerte lluvia prácticamente me imposibilitaba la respiración. Parpadeé un par de
veces en un intento de aclarar mi visión, pero como antes, seguía sintiendo una
sensación de desaliño frente a mí.
A través de mi visión borrosa, el contorno del pálido rostro del tritón se acercó por
debajo de su cabello y se acurrucó junto a mi clavícula. Sus dos garras retuvieron
mis brazos mientras su cabeza vagaba sobre mi torso, como si olfateara
cuidadosamente mi aroma. De repente, sus labios tocaron mi pecho cubierto. Sentí
que mi solapa ya mojada y pegajosa se tensaba antes de escuchar un sonido de
rasgado.
Sacudí mi cabello mojado. Nervioso, mi ceño fruncido torció con agua mis párpados
secos en tanto observaba cada movimiento del tritón, mi corazón latiendo
violentamente.
Dios mío, ¡¿qué diablos quiere hacer este tritón?!
Recién, el tritón expuso inesperadamente sus capas de dientes afilados y fue a
rasgar por la fuerza mis prendas superiores antes de mirar fijamente mi torso ahora
desnudo, como si estuviera examinando algo detenidamente.
Me apoyé con las escaleras. Mi respiración era dificultosa y mi pecho fluctuaba
violentamente mientras lo contemplaba con nervios, sin saber qué era tan inusual
en mí que atraía la atención del tritón. Sin embargo, el tritón simplemente entornó
los ojos y ojeó mi cuerpo, como si solo se estuviera asegurando de que el torso de
su presa siguiera intacto. Después movió su garra al borde de mis pantalones para
agarrar mi cinturón de cuero, como si ahora también estuviera interesado en la
parte inferior de mi cuerpo.
—¡Espera!
Solté un grito, y con mi mano libre, fui a aferrarme firmemente al dorso de la mano
del tritón. El tritón entonces bajó la mirada, sus ojos ahora enfocados en mi mano,
como si hubiera algo que había llamado su atención. Fue entonces cuando me di
cuenta de lo que era.
La herida en el dorso de mi mano de cuando golpeé la pared del baño aún no se
ha sanado por completo, y debido a la excesiva cantidad de movimiento hace un
momento, la herida se había abierto y mucha sangre se derramaba.
El tritón, como un tiburón, ciertamente buscó mi herida porque había olido la
sangre.
En esa fracción de segundo, me imaginé encontrándome con un tiburón blanco en
el mar y pensando que moriría en el momento siguiente, pero la racionalidad
restante que quedaba de mi miedo me dio un rayo de esperanza en vista del
comportamiento inusual del tritón. Me miraba como si fuera su comida, entonces,
¿por qué no me atacaba directamente?
Quizás es porque los sirenios estaban acostumbrados a probar sus presas
primero... Al enfrentar a este misterioso y desconocido tritón, todo el conocimiento
biológico almacenado en mi cerebro pareció convertirse en un desperdicio inútil y
de poco valor. Solo había una voz que gritaba desde el fondo de mi corazón: ¡No!
¡No quiero morir con tanto dolor!
Observé impotente cómo el tritón me agarraba la mano herida. Tan pronto como
la llevó a su boca abierta, enrosqué instantáneamente mis dedos con
desesperación. Estaba aterrado hasta el punto de que ningún sonido podía salir,
pensando que al momento siguiente me arrancarían de un mordisco unos cuantos
dedos.
Sin embargo, con sus afilados dientes, el tritón simplemente sostuvo con suavidad
la yema de mis dedos, y con su lengua, lamió mi herida. Aunque sus garras se
estaban aferrando firmemente a mi palma, la fuerza de su lamido era muy suave.
Podía sentir sus afilados dientes controlando cuidadosamente la fuerza para no
lastimarme.
Miré su rostro con asombro. Por un momento pensé que estaba haciendo un
escándalo por nada. Mi corazón latente y que estaba a punto de salir por mi
garganta pareció ser atrapado, sostenido por sus afiladas garras cercanas a mi
garganta.
Traté de persuadirme para calmarme un poco. Tal vez el tritón solo estaba
expresando intenciones amistosas–ya que yo lo ayudé a sanar su herida antes–y a
cambio, usaba su característica distintiva para tratar mis heridas. Similar a la
leyenda de que los sirenios devuelven la amabilidad con gratitud.
Pero aún no podía convencerme.
La ceja del tritón estaba levantada, su cabeza colgaba en lo bajo, pero sus párpados
todavía estaban claramente abiertos y observándome atentamente.
Bajo sus largas y húmedas pestañas había una sensación de maldad y agresión
que no se podía ocultar. Su lamida vigorosa se volvió cada vez más codiciosa y
lasciva. La punta escarlata de su lengua, como una serpiente erótica, se movió
suavemente entre cada uno de mis dedos, como si jugara obscenamente y adrede
con ellos, haciéndome sentir una extraña sensación de entumecimiento, como
pequeños insectos perforando los vasos sanguíneos de cada dedo...
Parecía salido de un sueño, como una ilusión que se materializa ante mi mente. Su
reluciente torso, a solo unos centímetros de mis ojos, era prueba de las grandes
similitudes de los sirenios con los humanos. En la superficie tenía que mantener la
calma a toda costa, de todos modos.
Puse mis pies sobre las escaleras e intenté apartar mi mano de su boca lo antes
posible, pero mi impotente muñeca fue agarrada con una fuerza dominante. Usar
toda mi fuerza fue como una tortura para mí mismo, y a pesar de que la restricción
se aflojó, el tritón apretó su mandíbula en mi dedo como si me estuviera
amenazando, y al fin detuvo su extraño comportamiento.
Cuando sus labios se alejaron un poco, noté un increíble cambio en mi herida: la
lesión reabierta había desaparecido sin dejar rastro, quedando solo unas manchas
de sangre sobre el dorso de mi mano.
El tritón realmente no tenía intenciones maliciosas. ¡No solo trató mi herida, sino
que incluso la curó! La saliva del tritón debe contener algo que puede regenerar
rápidamente las células dañadas. Oh, cielos. ¡Esto era simplemente un milagroso
descubrimiento biológico!
Había sido testigo de esto con mis propios ojos, pero todavía sentía una increíble
incredulidad. Con el miedo descartado al basurero, la sensación de emoción hizo
que me dejara llevar. No pude evitar estirar la mano para tocar sus labios antes de
murmurar para mí mismo, —Realmente eres una existencia maravillosa...
El tritón abrió un poco sus labios y su garganta soltó una vibración profunda,
aparentemente como si me respondiera. —A... ga... res...
—A... ga... res... —repetí inconsciente y ansiosamente, deseando aprovechar esta
rara oportunidad para comunicarme con él—. Tienes nombre, ¿no? ¿Agares? ¿Ese
es tu nombre?
El tritón no lo negó ni lo admitió, solo me observó en silencio. Sin embargo, las
comisuras de su boca se curvaron hacia arriba, como si estuviera un poco
emocionado. Supongo que no entendía lo que estaba hablando, así que tendría que
llegar a mi propia conclusión. Además, nombrar a tu propio objeto de investigación
es imprescindible para cualquier estudio de investigación.
—Aga...
Traté de continuar la conversación, mas fui detenido por su siguiente acción. Agares
volteó la cabeza y presionó sus labios contra mi muñeca. Como si tratara de
absorber mi olor, olisqueó mi antebrazo como si fuera un desesperado adicto.
Aterrado, mi espalda se presionó contra las escaleras, su ceñido cuerpo
hincándome allí. Su cabeza pronto merodeó sobre mi cuello, soltando un profundo
y ronco susurro, —D... e... sha... row... Mai... raid...
Ahora estoy muy seguro de que cada sílaba que soltó fue de mi nombre real y mi
apodo. Incluso el acento especial en el medio fue pronunciado con exactitud sin
que le faltara una letra.
La tempestad de repente se agrandó, la fuerte lluvia vertiéndose con más violencia.
Además del miedo, estaba aún más impactado porque no podía entender qué tipo
de criatura era el tritón. Creo que lo que alguna vez había sabido era
completamente erróneo.
Mientras pensaba esto, mi cuerpo de repente se sintió más ligero y, para mi
sorpresa, fui suspendido en el aire por el abrazo del tritón. Me había agarrado la
cintura con una mano, usando la otra para equilibrarse mientras se deslizaba a lo
largo de la cubierta como una serpiente, moviéndose velozmente hacia la barandilla
del barco. ¡Mi reacción innata fue que quería regresar al mar y llevarme consigo!
Era demasiado tarde para ponderar sobre el propósito principal del tritón de hacer
esto cuando comencé a forcejear instintivamente. —¡No, Agares, no hagas esto!
Pero eso no ayudó en nada. Justo cuando estaba cerca de alcanzar la barandilla,
escuché un repentino disparo sonando en la distancia. La bala golpeó la barandilla
junto al tritón, creando una chispa. Después de eso, hubo otro golpe y un chapoteo
en la cubierta inundada a unos cuantos metros de distancia.
Me quedé estupefacto cuando Agares se detuvo por instinto. Sus manos me
soltaron, pero su cola todavía estaba enrollada ceñidamente alrededor de mi pierna
inferior. Se torció hacia la dirección del sonido, y sus ojos de repente se volvieron
extremadamente fríos y maliciosos.
Tan pronto como levanté la vista, vi a Rhine cubierto de sangre y brincando de la
plataforma de tres pisos, sosteniendo una ametralladora que ni siquiera sabía de
dónde la había sacado. La ametralladora estaba apuntando directamente a la
cabeza del tritón mientras se acercaba a nosotros con zancadas de ritmo constante.
Su habilidad para sostener el arma y posicionarla claramente estaba entrenada
profesionalmente...
¡Rhine probablemente está... intentando matar al tritón!
Recobré el sentido por la repentina conmoción. Aunque no creía que Rhine fuera a
hacer algo así–ya que era un biólogo con nivel de profesor–el olor de la intención
asesina que salía de él en este momento me dejó absolutamente seguro de esta
idea. No solo eso, por la rasgadura gravemente mutilada en su pecho, lo más
probable es que fue atacado por Agares, dándole todas las razones para hacerlo.
En ese momento, preferiría dejar que Agares saltara de regreso al mar enseguida.
Prefiero perder la oportunidad de estudiar un sirenio que dejar que esta clase de
cosa ocurra.
Agité mis manos enérgicamente mientras rugía tanto con ronquera como
agotamiento, —¡Rhine, Rhine, cálmate! Deja que el tritón se vaya solo. ¡Ve a
disparar al mar para disuadirlo con el sonido de los disparos!
Rhine permaneció inmóvil, el agujero negro en el cañón del arma permaneció sin
cambios, todavía apuntando a la dirección del tritón y acercándose con pasos
lentos.
Pero en ese momento, Agares no mostró nada de ese supuesto instinto biológico.
Su cola apoyaba su cuerpo, ayudándolo a mantenerse erguido; su espalda doblada
mientras miraba maliciosamente hacia Rhine cual lagarto gigante provocado por
otro macho al momento del apareamiento. Agares usó su cuerpo para formar una
barrera inquebrantable frente a mí.
Sus afiladas garras se estiraron lado a lado como dos machetes mientras se
posicionaba en una postura lista para el ataque, formando una larga sombra
diabólica en la oscuridad sobre la cubierta. Estaba seguro de que, si atacaba, ello
sería un desastre devastador.
Mi cuerpo sintió una serie de escalofríos, como si me hubiera caído en una cámara
de frío. ¡No debo dejar que Rhine y él crucen espadas!
Con esta resuelta idea en mente, usé todas mis fuerzas para arrojarme sobre la
cola de Agares y abrí los brazos frente a él antes de gritar roncamente, —¡Rhine,
no dispares, vuelve, regresa a tu camarote!
—Fuera del camino. —Rhine puso el dedo en el gatillo, su rostro luciendo más
sombrío que nunca—. Desharow, esta es una operación militar.
—¿Qué? —Incluso sospeché que la tormenta era demasiado fuerte, causándome
problemas de audición. Pero mi corazón aun así se hundió hasta un punto bajo,
porque cuando miré la expresión de Rhine, incluso suponiendo, me di cuenta de
que algo sospechoso estaba sucediendo.
Olí débilmente una fuerte conspiración oculta. Rhine me había estado ocultando
algo todo el tiempo, pero en ese momento, no estaba de humor para pensar en
eso porque estaba seguro de que Rhine no necesitaba preocuparse por la vida o la
muerte del tritón, pues buscaba otra cosa. Definitivamente no retiraría su arma,
así que tuve que tomar una decisión rápida y decisiva de inmediato para detener
lo que podría suceder a continuación.
—No, como biólogo, nunca te dejaré dispararle al tritón.
Lancé unas cuantas palabras antes de retroceder para agarrar el cuerpo de Agares.
Aunque solo era lo suficientemente alto como para alcanzar su cintura, ahora era
suficiente para alterar los disparos de Rhine. Pero debido a que el barco se estaba
balanceando con tanto vigor, me tambaleé cuando ejercí todas mis fuerzas para
empujar a Agares de regreso al mar. Sin embargo, justo en este momento, el tritón
convenientemente me jaló por la cintura, usando su brazo para abrazar mi pecho
mientras su cuerpo se doblaba hacia atrás y formaba un arco increíble. Sentí que
mi centro de gravedad caía al mar con él y no pude evitar usar mi mano para
cubrirme la nariz y la boca.
Un estruendoso estallido pasó y mis muslos estallaron instantáneamente con un
ferviente calor mientras un dolor punzante aparecía después. La sensación me hizo
levantar la pierna como si sufriera un calambre en su totalidad, como si me jalara
un tendón. El cuerpo de Agares también se sacudió por la fuerza, el ímpetu hacia
atrás hizo que su cola se enrollara cuesta abajo. Luego, otro sonido de bala rozó
mi hombro de manera controlada y pronto un chorro como de tinta azul líquida
brotó, el brazo del tritón temblando subsecuentemente. Sus garras se aferraron a
mi ropa como si tratara de agarrarme, pero al final, su trepidante brazo me soltó.
Caí sobre la cubierta al instante, y el dolor en mi muslo me hizo arrodillarme a
medias. Observé impotente cómo una afilada línea rasgaba una cortina de lluvia y
golpeaba a Agares directamente en su cola, haciéndolo enroscar su cuerpo y reptar
frente a mí. El líquido azul que fluía de su herida se mezcló con la lluvia y se fusionó
con mi sangre para formar un color venenoso.
Sin importar cuán fuerte sea una especie, aun así, no podía competir contra las
armas creadas por la humanidad. ¡Cómo eran poderosas, pero tan ridículas, tan
ignorantes y tan despiadadas!
Apreté los dientes y forcejeé por defender a Agares con mi cuerpo. Creía que mi
vida al menos todavía tenía algo de valor para Rhine. No tenía más remedio que
tener esperanza en esa idea.
Agares yacía en un charco de sangre azul, su cuerpo estaba enroscado con su cola
ligeramente espasmódica presionando mi pantorrilla. Sus ojos oscuros, débiles y a
medio cerrar me estaban contemplando profundamente, inmóviles detrás de su
largo cabello sedoso. Esa clase de mirada era extraña y diferente, sin miedo a la
desesperación y libre de la ferocidad previa, como si quisiera grabar este momento
y cada centímetro de mi apariencia en su memoria, luego cerró lentamente los
ojos.
También sentí un fuerte ataque de parálisis en mis nervios. Me sentí a punto de
derrumbarme mientras la oscuridad crecía ante mis ojos.
—Es solo una bala anestésica. Lo siento, si no hacía esto, el tritón te habría llevado
a las profundidades del mar con él.
El segundo antes de que mi conciencia desapareciera, escuché que la voz de Rhine
se acercaba, y tan pronto como me quedé inmóvil, dos brazos me levantaron del
suelo.
Capítulo 8

No sabía cuánto tiempo había pasado antes de despertar.


Todavía estaba en un estado medio despierto cuando un leve movimiento a mi lado
me hizo abrir los ojos. El repentino brillo me hizo sentir una incomodidad temporal
en los ojos, y no pude evitar volver a cerrarlos. Escuché que alguien se levantaba
y la luz pronto se atenuó un poco.
Volví a abrir los ojos y la figura de Rhine se aclaró en mi línea de visión. Se acercó
a mi cabecera y bajó su cuerpo. La cara conocida aún tenía la sonrisa habitual,
pero me parecía tan falsa y extraña: recordaba claramente cuán frío estaba [Rhine]
en ese momento en la tempestad. Este tipo me había estado mintiendo desde el
principio. Desde su identidad hasta el verdadero propósito de esta expedición, todo
había sido un completo engaño.
Lo miré fijamente con el ceño fruncido. Sin palabras que decir, pues todavía me
sentía mareado. Incluso la fuerza para interrogarlo había desaparecido.
Rhine, actuando como si nada hubiera pasado, inclinó la cabeza para mirarme, e
incluso habló en un tono relajado: —Al fin despiertas. ¿Te sientes mejor, amigo?
—Genial —sonreí fríamente, solo escupiendo una palabra, queriendo secretamente
golpear esa pervertida cara hipócrita unas cuantas veces. Sin embargo, cuando
intenté levantar un brazo, me di cuenta de que este pensamiento no podía ponerse
en práctica en absoluto.
Mis manos estaban atadas por separado a los bordes de la cama cual paciente
psiquiátrico restringido, una venda de gasa envuelta alrededor de mis muslos y un
par de calzoncillos en la parte inferior de mi cuerpo, la que también estaba separada
y atada al pie de la cama.
Esta posición me hizo sentir incómodo y avergonzado al instante. Levanté los ojos
para mirarlo con una mirada afilada. —Rhine, ¿para qué es esto?
Rhine pareció sorprendido al principio antes de soltar una risa tortuosa. —Dios mío,
mi pequeño erudito, ¿crees que yo hice esto? Esto es lo que el doctor se vio obligado
a hacer en el proceso porque estabas forcejeando violentamente cuando estabas
en estado de comatoso, comportándote como si alguien estuviera intentando
violarte.
—¡Qué patrañas estás hablando! —Me burlé con desaire en respuesta, sintiéndome
un poco enojado por su descripción explícita, y estaba aún más incómodo por el
pensamiento de la escena en el baño. Rhine dejó que sus ojos deambularan
pensativamente sobre mi cuerpo antes de, al fin, detenerse en mis piernas
desnudas, mostrando de inmediato una gran sonrisa lujuriosa—. Pero estos
doctores han hecho un buen trabajo. Ahora eres como un platillo delicioso
preparado deliberadamente para mí.
Cuando dijo esto, desvió lentamente la mirada desde mis piernas hasta el costado
de mi cuerpo. Lo miré nerviosamente, y vi que había puesto una mano sobre mi
muslo ileso. Su áspera y tosca palma tocó mi piel, causando sin impedimento
alguno que se me pusiera la piel de gallina, así que forcejeé para liberar mis brazos
atados mientras gritaba con voz ronca, —¡Maldito seas, no me toques!
Sin embargo, en esta situación, mis palabras no tienen ningún efecto disuasorio.
Rhine solo silbó sin prestar atención, meditando mientras acariciaba el interior de
mi muslo antes de deslizar lentamente su mano hacia la raíz de mi pierna para
tocarla con osadía. —Desharow, tu piel es tan suave, igual que la de una mujer.
—¡Quita tu mano!
Me enfurecí tanto que casi podía saltar de la cama para darle una paliza. Los
soportes de hierro que sostenían el armazón de la cama y donde estaban atadas
mis manos y pies, produjeron un agudo crujido. No tenía dudas de que Rhine, este
idiota infundado, haría cualquier cosa para aprovecharse de las dificultades de
alguien. Bien podría haber sido un mercenario, arriesgando su vida por dinero.
Como un calzado desgastado, se había desecho de cada naturaleza humana,
moralidad, vida y muerte en sí mismo... ¿Por qué forzarse en alguien del mismo
sexo sería distinto?
Como para confirmar mi amenazante intuición, sus repugnantes manos subieron
unos centímetros, acercándose a la parte vital de mi cuerpo. Ludió ligera y
suavemente antes de alcanzar la costura de la ropa interior, lo que me hizo temblar
de miedo instantáneamente, incluso mi voz comenzó a tiritar, —¡No toques ahí!
Me quedé mirando a Rhine furiosamente, tratando de hacer una mirada feroz e
intransigente, pero mis ojos se dirigieron hacia las manos de Rhine que todavía se
encontraban situadas entre mis piernas separadas, tocando mi ropa interior.
Irreprimiblemente, mis mejillas ardían de rojo debido a esta vergonzosa situación.
Sé que mi cara ya debe estar ruborizada a estas alturas. Como hombre, sé que de
ninguna manera esta respuesta lo disuadiría; por el contrario, despertaría el deseo
de la otra persona a una mayor agresión.
Para ocultar mi tez rojiza, volteé la cabeza a un lado apresuradamente mientras
intentaba deshacerme de las ataduras lo mejor que podía, moviendo
constantemente mi muñeca. Durante ese mismo momento, sentí que [Rhine]
bajaba la cabeza. Sus dedos se apoderaron de mi mandíbula, obligándome a
enfrentarlo.
Rhine me miró a la cara con una mirada apreciativa, como si estuviera disfrutando
y obteniendo placer de mis emociones. Abrí la boca y mordí su dedo con fuerza,
incluso usando mis dientes caninos para triturar su hueso, y un sabor sangriento
rebosó instantáneamente en mi boca. Rhine, como si no sintiera dolor alguno, me
miró con calma durante un par de segundos antes de abrir la boca, —No puedo
evitar desearte ahora. ¿Qué debería hacer? Solo mirar esta expresión tuya ya me
puso duro, Desharow.
Después de decir eso, la tira que ataba una de mis muñecas fue rasgada por él.
Así, mi cuerpo se volvió más móvil, pero al instante fui agarrado y levantado por
la cintura. Se aprovechó de que yo estuviera suspendido en el aire para sentarse
sobre la cama antes de colocarme sobre su regazo. Sentí de inmediato un objeto
endurecido presionando firmemente mis nalgas, y antes de que pudiera pronunciar
un solo sonido, mi boca fue instantáneamente cubierta con su gran palma.
Solo podía hacer ruidos vagos. Blandí mi brazo libre para evitar que me quitara la
ropa interior mientras mis ojos se saturaban de un lloroso enrojecimiento. Fue
entonces cuando sentí que sería más peligroso quedarse con Rhine que estar en
una habitación con ese tritón. ¿Cómo pude ser tan tonto que no me di cuenta de
su verdadero rostro antes?
—Desharow, ¿realmente quieres saber mi verdadera identidad y el verdadero
propósito detrás de esta travesía marítima? —Rhine me susurró al oído, intentando
separar a la fuerza mi mano que estaba asida fuertemente a los calzoncillos. Negué
con la cabeza desesperadamente, tratando de demostrar que no tenía ningún
interés en este asunto solo para que me dejara ir.
—Lo sabrás más adelante. Porque pronto tendrás la misma identidad que yo, pero
solo después de que me haya follado este trasero tuyo, por supuesto.
Se escuchó una fuerte palmada de su parte golpeando mi trasero. Dejó salir una
risa vulgar antes de frotarse impacientemente a través de sus pantalones
desabrochados, ello seguido de su jadeo. Soltó la mano que me cubría la boca para
desabrocharse el cinturón.
Mis labios se separaron instintivamente para pedir ayuda a gritos, pero la sílaba
que pronuncié inconscientemente fue algo a lo que ni siquiera yo fui capaz de
reaccionar con rapidez, —¡Agares! ¡Agar…!
Por el asombro, me ahogué con mi propia palabra. Rhine detuvo su movimiento, y
también permaneció en silencio antes de alegrarse como si hubiera escuchado una
gran broma hilarante. Presionó con fuerza su parte inferior del cuerpo contra mis
nalgas, y dijo: —¿Le estás rogando a ese tritón que te salve? ¡Esa bestia ya yace
en el depósito como un pez seco, muriendo!
¿El tritón se está muriendo?
Sentí que mi cabeza estaba siendo duramente golpeada por un bate de béisbol,
que me hundía en una pila de nubes negras ante mis ojos. Incluso el impulso
anterior de resistirme había desaparecido por completo, mis pensamientos
ocupados por este repentino golpe devastador. Mi mano aflojó su agarre
descuidadamente, permitiendo que Rhine bajara mis calzoncillos. Su hirviente
órgano sexual punzaba mis nalgas desnudas mientras saltaba con inquietud. Podría
invadir mi cuerpo en cualquier momento.
Cerré los ojos dolorosamente, mi corazón estaba en un estado de desesperación.
Toc, toc, toc.
En ese momento, se escuchó un repentino golpeteo en la puerta, y la voz de un
hombre sonó: —¿Profesor Rhine? Escuché que alguien gritaba. ¿Eres tú?
—Doctor, necesito ayuda. ¡Me estoy muriendo!
Como si hubiera encontrado una última esperanza, grité una respuesta como si
estuviera loco, y al mismo tiempo jalé con todas mis fuerzas el cinturón de
esclavitud como si mi vida dependiera de ello. Mi cuerpo se movió precipitadamente
contra el de Rhine, obligándolo a soltarme y ponerse de pie.
Liberé mi mano, y fui de inmediato a levantar mi ropa interior andrajosa y de
aspecto lamentable. Observé a Rhine saliendo con una expresión que mostraba su
determinación de ganar y conquistar, y dejando la puerta medio cerrada.
Lo escuché explicarle al doctor en la puerta en un idioma que no podía entender,
pero claramente pude escuchar al doctor preguntando en un tono muy dudoso. Me
sentí un poco aliviado, pues al menos se podía deducir que los doctores aquí no
estaban asociados con Rhine. Parecía que Rhine no solo me ocultaba su identidad
a mí, sino que también le estaba ocultando sus secretos a los demás.
Esperaba tener la oportunidad de moverme libremente, pero la hipótesis era que
no podía permitir que pensaran que soy un paciente en un estado inestable. Tengo
que mantener la calma.
—Necesito ayuda, doctor. —Cuando el doctor abrió la puerta para entrar, respiré
hondo y dije en un tono muy tranquilo, esperando que entendiera español. Sin
embargo, cuando pude ver su rostro con claridad, quedé pasmado porque era una
persona que conocía, un predecesor en el campo de la biología digno de mi respeto.
¡Nunca pensé encontrármelo a miles de kilómetros de distancia!
En este momento, por el contrario, fue la otra persona que se acercó más y dijo
con una sonrisa amable, —Ey~ ¿no es este el más destacado genio de la Academia
Marítima de San Petersburgo, pequeño Wallace?
Esa oración me hizo regresar a los viejos tiempos en Moscú durante la fría noche
de invierno donde estaría haciendo alocadamente mi investigación anual junto con
un montón de apasionados estudiantes de biología. No pude evitar sentirme
aturdido por los recuerdos, y solo cuando me dio unas palmaditas en el hombro me
desperté de mi estado difuso. Sin embargo, todavía era incapaz de hablar
apropiadamente. —¡Oh, Dios mío! Sénior Davis, eres tú. ¿Cómo es que estás aquí?
Oh, cierto, perdona mi estupidez. —Me rasqué la cabeza—. En realidad, quería
preguntar... ¿Qué es este lugar?
—Aún estás confundido, amigo —dijo Davis en un tono algo sorprendido mientras
iba a desatarme de la atadura—. ¿No fuiste a Islandia solo para venir aquí? Esta es
la Base de Investigación de Biología Marina de Darwin, financiada oficialmente por
el gobierno ruso. Rhine dijo que tú y él fueron instruidos por el gobierno a que
vinieran aquí. ¡Qué honor!
Seguido de eso, su interminable parloteo de alabanzas se convirtió en nada más
que basura, sin embargo, mi mente comenzó a dudar de todo. ¿No se supone que
esta travesía marítima es mi proyecto de graduación? Cuándo se convirtió en algo
relacionado con el gobierno. ¡La mentira de Rhine es bastante y ridículamente
grande, ah!
¿Quién demonios es él, al final?
—Santo cielo, no puedo creer que realmente hayan descubierto un tritón. ¡Este es
uno de los milagros más increíbles de este siglo!
Mi corazón dio un salto al instante y fui a agarrarlo del brazo con entusiasmo, —
¿Dónde está el tritón? ¿Está... muriendo?
—¡Eso es ridículo! —Davis se burló de mí.
—El tritón actualmente está viviendo bastante bien en el depósito artificial, es solo
que está actuando un poco violento y ha rechazado cualquier comida que se le dé.
La razón de esto aún es incierta —frunció el ceño—. Sospecho que podría deberse
a que la bala anestésica de Rhine es demasiado excesiva, causando que el tritón
esté en un estado de ansiedad...
—¡Llévame al depósito subterráneo! —interrumpí impacientemente—. Escucha,
Davis, puedo comunicarme con el tritón. Puedo tratar de calmarlo, así que llévame
allí de inmediato.
Capítulo 9

Lo que me sorprendió fue lo bien que estaba construida la estructura de esta base
biológica. De la presentación de Davis, este lugar estaba unido a la placa
continental donde todo el edificio sigue el lecho del mar. El techo estaba diseñado
como un arco similar al de la Casa de la Ópera de Sydney, el cual puede mitigar
eficazmente el fuerte impacto producido por un tsunami.
Tan pronto como salí de la habitación y llegué al corredor exterior, tras mirar por
el cristal me di cuenta de que todos estamos bajo el agua. Davis explicó que el
llamado depósito subterráneo es un laboratorio submarino más profundo
construido dentro de un yacimiento marítimo, obligándonos a utilizar un ascensor
para llegar allí.
Mientras descendíamos lentamente en el elevador transparente del transbordador,
estaba deslumbrado y aturdido, prácticamente intoxicado por el mundo bajo el
océano.
Aunque la parte más profunda a la que podíamos llegar era solo el fondo del
yacimiento, que estaba a doscientos noventa kilómetros de distancia de la llanura
abisal en el fondo de la plataforma continental, solo mirar las vastas profundidades
oscuras creaba un complejo sentimiento de emoción, miedo y anhelo de explorar.
No sabía cuándo tendría la oportunidad de bajar al mar con un submarino y
explorar, pero si pudiera graduarme sin problemas y estudiar durante varios años
para convertirme en un oficial naval cualificado, tal vez entonces podría hacerlo.
—Desharow, ¿qué piensas que te distrae tanto? —Davis me dio unas palmaditas en
el hombro, haciéndome volver a la realidad—. Mira, al fin llegamos.
Levanté la cabeza justo a tiempo para ver la puerta del ascensor abierta, revelando
una sala circular con varias puertas cerradas unidas a la pared. Esas puertas lucían
particularmente redondas, mezcladas con materiales gruesos y fuertes, como la
entrada de un submarino, aparentemente de muy alta tecnología. También podrían
evitar eficazmente que algunas organizaciones ilegales fotografíen o roben valiosos
objetos de investigación y criaturas para obtener ganancias.
Recordé algo bastante divertido cuando vi la forma en que la estructura estaba
construida, y no pude evitar bromear, —Oye amigo, con tantos laboratorios aquí,
¿cómo siquiera recuerdas qué hay detrás de qué puerta? ¿Has visto la película "La
cabaña del terror"? Siempre y cuando presiones los botones equivocados, ahh,
todas las grotescas criaturas detrás de las puertas cerradas saldrán corriendo y te
comerán hasta dejarte limpio, huesos y todo.
Incluso pretendí intimidarlo mientras decía esto. Sin embargo, Davis simplemente
se quedó mirándome, sin saber si reír o llorar. —Desharow, sigues siendo el mismo
de siempre, tienes el cerebro de un prodigio, pero eres tan inmaduro como un niño.
Resoplé con desaire. Supongo que este viejo erudito seguía siendo el mismo de
siempre, sin ningún sentido del humor. Qué lastimosa esa aburrida vida suya.
Davis me condujo a una de las puertas y estiró la mano para presionar el lector de
huellas digitales en la puerta. La puerta soltó un sonido metálico antes de abrirse
automáticamente. Cuando se abrió, el familiar y húmedo olor del agua de mar
asaltó mi nariz al instante, pero como estaba mezclado con la peculiar fragancia
del tritón, me perturbó en gran medida.
Me froté la nariz. —Davis, ¿no te parece un poco peculiar el olor que viene del
tritón?
—¿Qué olor? ¿El olor del agua de mar?
—La fragancia —enfaticé mientras inhalaba el aroma una vez más—. Hueles eso,
es tan fuerte, es como... es como un olor a almizcle.
Davis aspiró más profundo. —Si puedes llamar al olor a pescado del agua de mar
un olor de una fragancia, entonces sí, de hecho, es bastante fuerte.
—Tu nariz probablemente está fallando —dije mientras fruncía el ceño, dubitativo,
sintiéndome un poco desconcertado. Lo seguí adentro, todavía tratando de
convencerlo de mi juicio.
Cuando entramos en la habitación oscura, la puerta detrás de nosotros se cerró de
inmediato y una cambiante capa de halo azul pronto brilló sobre nuestro cuerpo.
Miré hacia arriba y me di cuenta de la pared de cristal que circulaba a nuestro
alrededor; el depósito era en realidad una forma circular que nos atrapaba en el
centro. El reluciente reflejo de las olas en la luz llenaba el agua, haciendo que la
vista del mundo exterior fuera limitada y borrosa. Las sombras de los peces que
pasaban flotando formaban una umbría en forma de nube, haciendo que todo
pareciera tan increíble como si estuviera en "Alicia en el país de las maravillas".
Al final, no pude evitar descartar enseguida las crecientes dudas y sospechas en
mi mente. Chasqueé la lengua antes de exclamar, —Dios mío, este lugar es una
existencia milagrosa. Davis, déjame quedarme aquí para continuar mis estudios.
¡Realmente me gusta aquí!
—Por supuesto. —Davis parecía estar entretenido con mi reacción—. Eres el
investigador enviado por el gobierno para este proyecto. Incluso si no te gustara
este lugar, aún tendrás que quedarte aquí a regañadientes por un tiempo.
—¿Qué proyecto? ¿Qué te dijo Rhine? —pregunté inconscientemente, tratando de
vislumbrar al tritón a lo largo de la pared de cristal. Pronto noté un grupo de
sombras oscuras en el área superior del depósito. Después de una mirada más
detenida, descubrí que varios delfines estaban reunidos, sus cuerpos en celo
frotándose el uno contra el otro vigorosamente y suscitando pequeños remolinos.
Y esa zona es precisamente donde se encontraba la puerta de la escotilla del
compartimento de presión, el único cauce que conecta el depósito en forma de
anillo y el lugar donde nos encontramos de pie actualmente. —Davis, mira, ¿qué
está pasando allí? —señalé.
—Hmm, un fenómeno tan interesante, ven conmigo.
Davis me guio por la escalera de caracol que conducía al compartimento superior.
Al llegar frente a la puerta de la bisagra, me sorprendió descubrir que era una
escotilla esférica de cristal bastante gruesa, brillante y azul en el foco del agua en
el interior, como una entrada al cielo. Básicamente, al mirar por la puerta de la
escotilla, podías ver con claridad la situación en el tanque del depósito. Incluso
tenía un efecto magnificador donde se podía ver todo más nítido que a simple vista.
Supuse que el material utilizado era el mismo que las ventanas de los submarinos
que tenían la capacidad de resistir la presión del agua de mar. No pude evitar poner
mi mano extendida sobre la escotilla, presionando la fría superficie del cristal, —
¿Qué significa este fenómeno? ¿Acaso el comportamiento anormal de los delfines
tiene alguna conexión con ese tritón?
—Correcto. —Davis me entregó una pequeña caja negra, movió su dedo alrededor
del cristal, señalando hacia la dirección de los delfines—. Mira detenidamente, esos
delfines se están apareando. Es más, este tipo de comportamiento de apareamiento
se ha estado extendiendo durante varios días. Es bastante inusual, como si se
estuvieran apareando solo por el mero hecho de aparearse. Sin embargo, todavía
no es la temporada de reproducción de los delfines, y antes de la llegada del tritón,
su comportamiento era en realidad tranquilo y sereno.
—Ciertamente, es un poco inusual —ponderé los hechos con sorpresa—. Esto
significa que el tritón puede comunicarse con los delfines e influenciar sus patrones
de vida inherentes utilizando algún tipo de forma única, lo que demuestra que su
comunicación puede hacer que los delfines entiendan con éxito...
De repente, mi cerebro se iluminó con una idea: ¿Acaso puede el lenguaje de los
delfines repercutir en el tritón y hacerlo entender también?
—Davis, ¿recuerdas esa vez cuando hicimos un estudio sobre la traducción del
lenguaje de los delfines?
—Claro. —Davis señaló la caja negra en mi mano, y se echó a reír—. Los sonidos
de delfines que grabamos en ese momento están todos aquí. Además de eso,
incluso combiné los suyos con el sonido del tritón y encontré una sección que tiene
una frecuencia similar.
—¿Cuál sección? —Me estimulé de entusiasmo.
—Un segundo.
Davis jugueteó con los botones de la caja negra y comenzó a ajustarlos.
En ese momento, la esquina de mi ojo atisbó el agua justo a tiempo para ver una
nube negra de peces agrupados elevándose hacia arriba, haciéndome girar toda la
cara para mirar. No muy lejos dentro del agua, había una sombra enjuta y familiar
escondiéndose entre ellos, la que también flotaba hacia la puerta de la escotilla.
Mis ojos no se podían mover de la figura del tritón.
La silueta del tritón se podía ver por la luz que entraba por la transparente entrada
del tanque del compartimento, su disperso cabello hacía que pareciera una sombra
cubriendo la mitad de su rostro, revelando solo labios delgados que formaban una
malvada sonrisa socarrona. El grupo de peces negros nadaba cerca, rodeándolo y
haciéndolo lucir como un dios de la muerte formado por una nube de borrosa niebla
nocturna. Desde donde estaba, la luz reflejada fue tragada y desapareció en las
sombras que él se había llevado. Era como un agujero negro, suficiente para
tragarse todo el mar.
Ese pensamiento apareció en mi mente inexplicablemente.
El fuerte aroma del tritón flotó contra mi cara, haciendo que mi corazón latiera con
fuerza. Incluso mi mano se volvió algo débil, mas mi palma pareció estar unida al
cristal, incapaz de moverse. —Viene hacia nosotros —exclamó Davis—. ¡El sonido
de la caja negra debe haberlo atraído aquí!
—Escucha esto, es exactamente esta sección, ¡al fin lo encontré! —Davis se
tranquilizó mientras llevaba la pequeña caja negra cerca de mi oído para que la
escuchara. Luego continuó comentando con asombro—. La frecuencia de este
sonido es la misma que la del delfín cuando busca pareja. Creo que así fue cómo
el tritón fue capaz de desencadenar eficazmente el celo de los delfines.
Fruncí el ceño mientras escuchaba atentamente la señal de actividad en el interior.
La caja negra emitió un ruido estático quedo, y luego apareció una sílaba que había
escuchado un par de veces antes.
"A... ga... re... s..."
—¿Escuchaste eso? —Davis se emocionó—. Hice una conjetura. Este debe ser un
sonido de cortejo producido por el tritón cuando busca pareja.
Me quedé perplejo. Al instante, una fuerte sensación de vergüenza me golpeó.
Quise refutar a Davis de inmediato, pero intelectualmente, tenía que admitir que
quizás su hipótesis era correcta. Volteé la cabeza hacia al lado, obligando a mis
ojos a apartar la mirada del tritón para observar impasiblemente a Davis antes de
decir, impávido, —¿Estás diciendo que el tritón podría estar en celo?
Asintió seriamente, indicando que podría ser posible.
De repente, tuve el deseo de escapar de aquí inmediatamente.
¡Dios mío, en base a todas esas acciones que el tritón me realizó mientras estaba
a bordo, básicamente estaba en celo y apareándose conmigo! ¡No solo eso, incluso
usé tontamente estas sílabas, pensando en ellas como un apodo para llamarlo!
"A... ga... re... s..."
Al pensar en esto, la serie de sílabas de repente se volvió más difuminada. Sin
embargo, no provenía de la caja negra, sino de detrás de la puerta de la escotilla.
¡La puerta de la escotilla en verdad no era capaz de bloquear el sonido del tritón!
No sé si la voz del tritón tiene la misma capacidad de penetración de una onda
eléctrica, pero me estaba haciendo sentir entumecido. Sin embargo, al final, aun
así, no pude resistir mirar atrás.
Giré mi rostro rígidamente para ver al tritón flotando en posición vertical frente a
la puerta de la escotilla, sus ojos observándome profundamente entre su cabello
flotante. Una de sus pálidas garras palmeadas estaba presionada en el cristal,
coincidiendo con las huellas de la palma que yo acababa de dejar.
El tritón no puede salir. No puede amenazarme. Es solo una bestia que cometió un
error sobre quién es su pareja. Desharow, no pienses tan tontamente, solo mantén
una actitud científica tranquila.
¡Oh, verdad, puedo tratar de comunicarme con él!
Levanté la mano inconscientemente y la puse contra el cristal, permitiendo que mis
cinco dedos encajaran en la garra palmeada del tritón, que estaba separada por las
capas de cristal en el medio. Sus manos eran mucho más grandes que las mías.
Cada nudillo sobresaliente y marcado, pareciendo ser muy poderoso,
aparentemente beneficioso para agarrar algo. Además, según la proporción de la
longitud de su mano, si la cola del tritón se pudiera convertir en piernas, su altura
sería aproximadamente la altura perfecta necesaria para los modelos masculinos,
que era de aproximadamente 1,90 metros.
Qué criatura alta con un cuerpo musculoso tan bien proporcionado. Si fuera un ser
humano, probablemente envidiaría mucho su apariencia.
Agares parecía estar muy complacido con la acción de nuestras manos unidas.
Luego acercó más su rostro frente a la pared de cristal, inclinó el cuello, cambió el
ángulo de su cabeza y entrecerró los ojos, como si estuviera olfateando mi aroma
a través del cristal, su expresión mostrando éxtasis como si estuviera obsesionado.
Después de olfatear durante diez segundos, sus ojos se movieron para mirar detrás
de mí. Parecía estar abriendo su labio ante Davis que estaba parado detrás mío, y
pronunció una serie de sílabas que nunca había escuchado antes.
—A... bre... l... a... pu... er... ta...
Si escuchara detenidamente, ¿por qué eso sonó como... "Abre la puerta"?
—Davis.
Giré la cara con vacilación, viendo inesperadamente a Davis contemplando
distraídamente al tritón, al parecer en un estado de leve demencia. Entonces
observé con asombro cómo estúpidamente levantó la mano como un robot
controlado y fue a presionar un botón rojo en la puerta de la escotilla. Ese botón
que dice: "Interruptor de emergencia".
Di un paso atrás con un grito mientras veía que el nivel del agua en el depósito se
hundía rápidamente hasta la mitad de la altura del tanque del compartimento. La
escotilla se abrió con un pequeño espacio desde la parte superior, y con solo un
leve alabeo de su larga cola, desde el interior del tanque, salió fácilmente por la
puerta de la escotilla, revelando la mitad de su torso.
Este repentino e imprevisto evento me aterró hasta la estupidez y caí al suelo. Mi
cuerpo no se sincronizó con mi cerebro, viendo al tritón reptando hacia afuera como
un lagarto negro.
En cuanto a Davis, parecía estar más asustado que yo, ya que se desmayó en el
lugar.
—¡Maldición! ¡Despierta!
Me eché a correr, pero mi débil tobillo fue agarrado por la garra palmeada extendida
del tritón, haciéndome tambalear antes de caer directo a suelo. Cuando me di
vuelta con miedo, me encontré con la vista del tritón agachado sobre mis piernas
mientras sostenía su torso mojado sobre mí, sonriendo con entusiasmo como lo
había hecho en nuestro primer contacto directo.
—De... sha... row...
Capítulo 10

Con esa voz baja resonando en mi oído, me di cuenta de lo que estaba sucediendo
como si me despertara de una pesadilla. En un estado de pánico, intenté ponerme
de pie, pero mis dos tobillos estaban siendo fuertemente enrollados por la cola de
pez del tritón. No solo eso, la extraña fragancia que llenaba mi nariz me dejó
sintiéndome débil e impotente, incluso la fuerza para levantarme y escapar había
desaparecido.
Esa fuerte, joven y masculina sirena macho estaba en celo conmigo, quería
aparearse conmigo.
Cuando el tritón reptó hacia adelante, colocando sus brazos a ambos lados de mi
cuerpo, aprisionándome debajo de él, ese tipo de idea se magnificó en mi mente
con gran claridad. El sentimiento de vergüenza había eclipsado por completo el
miedo, vapuleando fuertemente mis nervios y causando desproporción.
Empujé apuradamente mi codo contra su mentón para evitar que se acercara más,
e intenté mantenerme tranquilo y sereno. A pesar de no saber por qué Davis de
repente se volvió loco y obedeció la orden del tritón, como el tritón parecía poder
hablar español simple, eso demostraba que al menos podía entender palabras
sencillas y comprender algunas de las cosas que quiero manifestar. —Escucha
Agares, lo entendiste todo mal. No soy...
¡Santo cielo! ¡Desharow, eres tan idiota!
Tan pronto como la palabra salió de mi boca, quise abofetearme la cara con fuerza.
Yo, a pesar de todo, me atrevo a soltar en un momento tan frenético esas sílabas
que tienen significados especiales. ¡¿Acaso no era eso básicamente responder a su
cortejo?!
Como era de esperar, la expresión del tritón se volvió inequívocamente más
excitada, incluso estirando la punta escarlata de su lengua y bajando la cabeza
para lamer mi muñeca que estaba colocada bajo su mentón. Sus labios se
adhirieron a mi hueso pisiforme y comenzaron a chuparlo impetuosamente, como
si disfrutara de la delicadeza de la carne y los huesos de su presa, ello haciéndolo
parecer más como un demonio lascivo que una bestia salvaje.
—¡Mierda, no hagas esto!
Un incontrolable comentario grosero estalló cuando aparté mi brazo como si
hubiera sido electrocutado, e inmediatamente usé mi palma para empujar con
todas mis fuerzas el pecho del tritón. Sin embargo, se sintió como si estuviera
tocando una roca dura y mojada, mi mano resbalándose cada vez que empujaba.
Entonces, de repente, mis dos manos fueron fuertemente asidas en una de las
garras del tritón mientras la otra se envolvía alrededor de mi nuca, subiendo un
poco mi torso. Esto le permitió bajar la cabeza y olisquear mi cuello un par de veces
antes de, con su lengua, seguir lamiendo hacia arriba.
—¡No, bestia loca! ¡Soy hombre!
Forcejeé por apartar mi cara y evitar sus inminentes labios, pero mi cuerpo parecía
estar bajo el control de alguna clase de fuerza oculta, incapaz de moverse hasta el
punto de volverse suave y deshuesado. En ese momento, me sentí más como un
tritón que él, paralizado y deshidratado mientras yacía débilmente en la seca tierra
firme.
Era un sentimiento absolutamente terrible. Definitivamente es una experiencia más
devastadora que ser amedrentado por soldados de alto rango cuando ingresas al
servicio militar. ¡No quiero ser como una mujer que se acostaría por voluntad propia
debajo de cualquiera!
Sin embargo, lo que dije fue obviamente inútil contra el tritón muy motivado
sexualmente, Agares, y no pude hacer nada más que soltar unas cuantas
maldiciones inútiles.
Agares sonrió levemente mientras me observaba, su sobresaliente manzana de
Adán subiendo y bajando en su garganta una vez. La deglución de su saliva
reverberó ruidosamente, como si estuviera extremadamente hambriento, sus
profundas pupilas resonando con un brillo aterrador y llenas de deseos lujuriosos.
Demonio lascivo. En mi caótico estado mental, pensé en esta palabra una vez más.
Perdóname por describir así a esta especie mística. Aunque el tritón tiene un rostro
guapo y encantador, su expresión era más erótica que cualquiera de los
protagonistas masculinos que he visto en películas porno. Desnudo con una
bestialidad brutal e indisimulada. Si una persona con un comportamiento como el
suyo apareciera entre los humanos, simplemente sospecharía que era un adicto al
sexo y que ni siquiera un intenso revolcón de un día entero sería suficiente para
satisfacerlo.
Además, sentí claramente que su grueso órgano sexual en su membrana escamosa
subabdominal brotaba de su cuerpo, ahora frotándose inquietamente contra la raíz
de mis piernas y creando fricción. ¡Este punto máximo de deseo sexual estaba a
punto de ser descargado en mí!
Si me hubiera dado cuenta antes de que el tritón estaba en celo, nunca me le habría
acercado precipitadamente. ¡Quién puede venir y salvarme!
Grité en mi corazón. Mi garganta se sentía como si estuviera cerrada, y solo pude
decir con voz ronca, —¡Déjame ir! Te lo advierto, estas no son las profundidades
del mar, este es un dominio humano. ¡Regresa a tu territorio a cortejar!
—Yo... Agar... es... De... sha... row...
El tritón miró fijamente mi expresión enojada, y respondió colocando sus labios
cerca de mi oído, susurrando lentamente y de forma intermitente, al igual que
antes. Hubo una profunda y pesada vibración proveniente de su garganta después
de eso, y luego un aire caliente y húmedo que salió de su boca se roció sobre mi
cuello expuesto, causándome picazón y haciendo que mi cuerpo trepidara. Maldito
seas...
¿Cuál es la diferencia entre eso y decir: "Quiero follarte, Desharow"? Esta bestia
desvergonzada...
Seguí forcejeando a fin de evadir los labios que se acercaban, pero refrenó mis
manos sobre mi cabeza, dejándome incapaz de evitar que su lengua se deslizara
por mi oreja para deambular hacia mi sensible manzana de Adán, chupando y
mordiendo ansiosamente como si no hubiera un mañana.
La resbaladiza e hirviente lengua chupó obscenamente la perla en mi garganta
antes de volver a atacar el lóbulo de mi oreja, dejando mi cerebro flácido y
entumecido. Cada centímetro de mi piel que tocaba se sentía como chispas
ardientes, abrasándome la piel y quemándola inmediatamente. Incluso la fuerte
fragancia flotando en el aire parece estar hundiéndose en mí como una presión
baja, induciendo una sensación ferviente e impaciente dentro de mí. Mi cuerpo
tembló levemente, —Detén esto, ya no lamas más. ¡No continúes o de lo contrario
te mataré!
El tritón levantó la cabeza de mi cuello y me miró con los ojos entornados. Su ceja
se levantó muy alto, luciendo casi juguetona y como si sintiera que mi amenaza
era meramente una provocación de un niño ignorante a un anciano.
Aspiré una bocanada de aire frío cuando una inquietante premonición surgió desde
lo más profundo de mi ser. En el siguiente segundo, mi premonición se confirmó
cuando el tritón bajó la cabeza, proyectando una sombra sobre mi rostro,
bloqueando la luz mientras algo cálido y suave se presionaba contra mis labios.
El tritón... realmente me estaba besando.
Ese pensamiento me golpeó como un trueno y un rayo. Sin embargo, el almizcle
de su cuerpo se zambulló en mi boca y nariz como una poderosa corriente de agua,
aparentemente arrasando con mi último rastro de fuerza. Ni siquiera pude apretar
los dientes, lo que había permitido que la lengua caliente del tritón entrara sin
ningún desafío, frotándose contra mi propia lengua como una serpiente libidinosa
que saborea mi boca con avidez.
Toda mi mandíbula inferior se entumeció cuando sentí la mojada saliva chorreando
por mi clavícula, formando un hilo de humedad. Siguió el rastro desde la comisura
de mi boca, lamiendo todo en mi clavícula. Luego fue a rasgar con los dientes mi
pegajosa y empapada ropa de hospital, olfateando mi pecho vacilantemente antes
de dejar que el aliento que exhalaba merodeara alrededor de mi pezón.
Elevé mi tembloroso cuello de fideo para mirar mi pecho. El tritón me ojeó a
propósito con una expresión petulante, sacando su lengua escarlata para lamer esa
cosa inútil en mi pecho. Entonces bajó completamente la cabeza para apretar los
labios a su alrededor, y comenzó a chupar ininterrumpidamente con un ligero toque
de dientes.
Un entumecimiento eléctrico brotó desde la punta de su lengua. Como una trucha
atrapada en una lanza, fui estimulado hasta curvar mi cintura hacia arriba. Levanté
el cuello con la intención de gritar, pero mi garganta se desbordaba con
vergonzosos gemidos.
Si otros vieran esta escena, podrían pensar que mi apariencia se ve desenfrenada,
pero no podía controlar mi propio cuerpo. Nada podía hacer además de cerrar mis
párpados con vergüenza.
Justo cuando estaba abandonando mi armadura, la cola de pez dura y húmeda
colocada en la parte inferior de mi cuerpo se deslizó fácilmente entre mis piernas,
creando un poderoso arco que llenaba el espacio entre la raíz de mi pierna hasta el
borde. Su órgano sexual de asombroso tamaño se entrelazó con mi propio fusil de
juguete entre la tela y mi entrepierna. Entonces, con ritmo, comenzó a mecer su
cola ociosamente contra la hendidura de mis nalgas.
Capítulo 11

Mi aturdido cerebro explotó con un estruendo. Sabiendo que la situación era


completamente irremediable, sacudí la cabeza para tratar de obligarme a estar más
lúcido, pero todo fue en vano cuando volví a ser sumergido en el caos del deseo
carnal.
La piel resbaladiza y escamosa debajo de mí entró en contacto con mis pantalones
y comenzó a frotarse contra mis genitales, y como los tentáculos de un calamar
acariciando suavemente las partes más sensibles de mi cuerpo, una explosión de
indescriptible lujuria llegó después de cada caricia de la cola de pez.
Además, mis pezones estaban siendo chupados y lamidos por la lengua de Agares,
duplicando la estimulación y obligándome a abrir la boca repetidamente. Ni siquiera
pude tener en cuenta el fluido que chorreaba desde las comisuras de mi boca,
aparte de dejar salir una serie de jadeos roncos.
Sentí que mi ropa interior se ponía húmeda, e instintivamente me di cuenta de que
no era agua. Fueron estas fricciones lascivas que hicieron que mi preseminal
saliera. Esto era básicamente un signo natural que indicaba el descontento de un
hombre por sus deseos insatisfechos.
Esa fuerte sensación de vergüenza de repente volvió a mí. Me tragué el rebosante
fluido en mi boca antes de apretar los dientes. Sentí que todavía me quedaba algo
de racionalidad, pero mi cuerpo ya había sucumbido a la lujuria hace mucho tiempo,
sin siquiera saber cuándo mis piernas habían comenzado a aferrarse
desesperadamente a la cola de pez.
Cuando me di cuenta de cuán coordinados estaban mis movimientos junto con los
de él, también sentí que el órgano sexual de Agares se agrandaba aún más, la
punta hinchada e hirviente golpeándose furiosamente entre mi ingle. Agares usó
una mano para apretar una de mis nalgas cubiertas, y con solo un movimiento de
su mano, mis pantalones fueron completamente rotos en pedazos, mis nalgas
ahora desnudas pegadas a la superficie fría, resbaladiza y húmeda de la cola de
pez.
Mi cuerpo se estremeció inmediatamente debido a la frialdad mientras los cinco
dedos del tritón se apretaban alrededor de mi cintura. La cola de pez entonces
levantó mi torso hacia arriba antes de empujar todo mi cuerpo hacia el abrazo del
tritón, guiando a mi entrepierna a ensillarse cuidadosamente sobre la suya. El
escurridizo y grueso órgano sexual debajo de mí ahora palpitaba contra la estrecha
hendidura de mis nalgas, e incluso mi propio genital expuesto y endurecido se
hincaba en el vientre bajo de Agares.
Apretando mis dientes otra vez, cerré los ojos, sin atreverme a mirar hacia abajo
para ver la escena que sucedía debajo de mí. Los vasos sanguíneos en mis mejillas
parecían haber explotado en un tono rojo, llamas calientes envolviendo mi cuerpo
y quemándome por todas partes. Me hacía sentir tan avergonzado que estaba
dispuesto a morir en ese mismo momento.
La cara de Agares se apegó a la mía, dejando muy poco espacio entre nosotros. Su
respiración dificultosa se derramó sobre mi frente. Abrí los ojos y mi mirada quedó
instantáneamente atrapada en las oscuras e insondables pupilas que me
observaban profundamente.
Fue en esa fracción de segundo que sentí que mi conciencia era arrancada de mi
cuerpo. Un sonido silencioso estaba resonando sin cesar en mi mente y haciendo
que mi cabeza girara con mareos, lo que provocó que mi cuerpo se sintiera
anormalmente pesado y como si estuviera sumergido en el fondo del océano
profundo. Entré en pánico instantáneamente y trepé para envolverme alrededor
del cuello de Agares, quien luego se aprovechó de la altura para abrazarme en sus
brazos.
La cola del tritón debajo de mi cuerpo de repente me sostuvo, mis caderas
instantáneamente levantadas antes de ser presionadas hacia abajo por la mano de
Agares. De la nada, sentí un creciente calor en la hendidura entre mis nalgas. Un
gigante resbaladizo abrió la entrada a mi cuerpo, el primer pionero en entrar en
una zona tan recóndita, secretando una clase de moco lubricante en el camino, y
se precipitó contra las paredes internas de mi ano.
En el caos, me di cuenta vagamente de que Agares me había violado, ¡y que incluso
esta bestia de criatura me había seducido al sexo! Temblé por tan tremendo
estímulo, apenas aferrándome a cualquier rastro de conciencia mientras los dedos
de mis pies se apretaban fuertemente. Quise gritar, llorar por ayuda, pero lo único
que me escuché decir fueron unos cuantos gritos intermitentes que salían de mi
trepidante garganta. —...Sácala... Agares, saca la cosa de adentro... ¡Ese lugar no
es para el coito!
—A... gare... s... De... sha... row...
Mi frenético grito pareció haber excitado aún más a Agares. Bajó la cabeza cerca
de mi oreja y jadeó fuertemente, su órgano sexualmente endurecido frotando y
explorando impacientemente el interior de mi cuerpo. La vergüenza y el
arrepentimiento oprimieron mis nervios al mismo tiempo, haciéndome sentir
jadeante. Traté de levantar mi cintura, resistiéndome a la intrusión de Agares, pero
la cola estaba comprimida entre mis dos piernas tan ceñidamente que ni siquiera
un dedo podía entrar.
Cuanto más intentaba moverme, más profundo se hundía el órgano sexual de
Agares, y más fuerte se aferraba la barra a las paredes anales calientes cual
ventosa, escarbando centímetro a centímetro y hasta que finalmente se insertó por
completo.
Ahora parece que mis nalgas están estrechamente encastradas con su cintura, sin
dejar espacios. El angosto pasaje que no debería contener ningún objeto se estiró
al límite por su órgano sexual, y la asta endurecida–que era mucho más grande
que la de los seres humanos–apalancaba forzosamente mis paredes internas. Se
sentía hinchado y lleno, pero doloroso hasta el punto de sentir que mi cavidad
abdominal se desplazaba. Pero al mismo tiempo, una sensación de picazón, como
hormigas mordisqueando mis huesos, creció desde las profundidades de mi cuerpo.
A medida que la fricción se hacía cada vez más intensa, se volvía aún más aguda.
Era un extraño placer mucho mejor que la masturbación, y supe que Agares debió
haber tocado mi próstata, ya que el intenso placer fue suficiente para quebrar a un
hombre que no tenía experiencias sexuales previas. Sentía que estaba al borde de
la locura. Incluso me sentía más bestia que él, gimiendo con la boca abierta en
demasía y con lágrimas involuntarias derramándose sin parar.
Mis párpados se humedecieron y suavizaron de inmediato, y sorprendentemente,
Agares fue y los lamió con su lengua. Sus acciones fueron muy suaves, como para
consolarme, pero su órgano sexual atacante era muy implacable. Cuando se retiró
de mis entrañas, mi espalda se arqueó hacia arriba como una cuerda de arco
estirada. Después, como si casi llegara a su límite máximo, alzó mi glúteo y
zambulló violentamente la cabeza de su asta directo en mi abertura caliente,
golpeando inmediatamente mi próstata.
—A... ah... Agares... ah... a ... Detente...
Mi cintura se contrajo bruscamente, seguido de vergonzosos gemidos cuando el
asfixiante placer casi me desmaya. Vi una explosión de oscuridad antes de mirar
inconscientemente la fuente del estímulo debajo de mí.
Vislumbré la enrojecida asta incrustada en mis nalgas, feroces venas rojas que
brotaban vivaces mientras moco blanco y sedoso se escurría con el vigoroso
bombeo de Agares. Era un arma sexual inconfundible que no era diferente de la de
los hombres, y en realidad me estaba volviendo jodidamente loco.
Maldita sea, Desharow. ¡Casi te vienes siendo follado por una bestia!
No... no...
Una voz gritó en mi mente. Me sentí febril por todas partes, manoseando
débilmente el lugar que nos unía y queriendo sacar esa cosa gigante. La cola de
pez fuertemente unida se agitó radicalmente esta vez, sacudiendo mi sensible y
débil cuerpo hacia arriba y hacia abajo mientras el órgano sexual comenzaba a
bombearse ferozmente dentro de mi cuerpo cual violenta tempestad.
Debido a sus acciones abruptas, ni siquiera tuve tiempo suficiente para recuperar
el aliento o gemir en voz alta, aparte de instintivamente rasguñar con mis dedos la
robusta espalda de Agares mientras las chorreantes lágrimas caían por mi cara
enrojecida, dentro de mi boca jadeante. No pude evitar admitir que en verdad
estaba llorando. Además de la respuesta fisiológica, también había una extrema
humillación, pues estaba experimentando mi primer orgasmo real en esta
bestialidad heterodoxa.
Temí nunca olvidar esta agresión del tritón. Estaría siguiéndome como una sombra
por el resto de mi vida, y debido a este encuentro, es posible que no pueda
continuar mi carrera de investigación en biología. Si otros lo supieran... otros lo
supieran...
¡No, no!
Mi mente confusa se llenó de pesadillas oscuras y salvajes, y no me atreví a pensar
demasiado en ellas. Al mismo tiempo, el frenético bombeo de Agares influenció a
mi mente a un estado de caos y confusión. Toda mi figura se sintió como arrojada
a las olas del deseo carnal, flotando y hundiéndose, incapaz de controlarme. Sin
embargo, justo en el momento en que me complació alcanzar el máximo punto de
placer intenso, un repentino grito sonó seguido de un sonido agudo de una bala
golpeando el depósito de cristal.
—¡Desharow! ¡Desharow!
Mi estado mental en este momento pareció haberse desmoronado. Simplemente
eché un vistazo de reojo y vi una figura familiar corriendo hacia mí. Se produjo una
explosión en mi cerebro, seguida de un grito de miedo antes de perder toda mi
conciencia.
Capítulo 12

—Desharow, ¿de verdad quieres estudiar a esta especie de sirenio llamado


Demonio Nocturno? ¿Incluso si te puede costar la vida? ¿Tú... sabes que los sirenios
son bestias devoradoras de hombres? —La anciana miraba la oscura y plomiza
superficie del mar, sus ojos vacíos contemplando el exterior, un lugar
aparentemente distante. Cada arruga en su cara envejecida parecía estar fija en
un temeroso recuerdo, temblando débilmente.
Aspiré profundamente el fuerte olorcillo a pescado que transportaba la brisa del
océano, y asentí. —He oído hablar de esos rumores, pero no hay un caso concreto
para verificarlos. Esta es también la razón por la que vine a buscarla —puse mi
mano gentilmente sobre la encorvada espalda de la anciana, tratando de guiarla lo
más amablemente posible para que siguiera hablando—. Le ruego que me cuente
sobre la sirena vista en el naufragio en el que estuvo. ¿No necesita también a
alguien a quien pueda decirle todo lo que piensa? Si habla, estaría dispuesto a ser
su psicólogo temporal para ayudar a aflojar los nudos en su corazón.
Pareció conmoverse hasta cierto punto, ya que giró la cabeza hacia mí. Ese par de
ojos nebulosos reflejaban la luz de la decreciente fogata detrás de mi espalda, su
expresión parecía compleja e impredecible mientras me miraba atentamente. Su
mano torcida estaba apretada alrededor de mi muñeca, sus uñas casi hundiéndose
en mi carne. Parecía como si estuviera usando esta clase de método para probar
mi sinceridad. Resistí la excentricidad de la enferma mental, y le devolví la mirada
con una decidida firmeza.
Sin importar lo que el Sr. Shinichi me hubiera mencionado alguna vez, incluso si
hablara con un testigo que se encontró con una sirena en un naufragio y con la
posibilidad de que las palabras pronunciadas no fueran muy creíbles, aún no estaba
dispuesto a abandonar un poco de consideración.
La anciana soltó un largo suspiro antes de cerrar los ojos.
Debajo de sus párpados caídos, el contorno de sus ojos perdió su distancia focal y
comenzó a balancearse, el movimiento evidenciando que un viajero marítimo
caminaba de regreso a la tierra una vez más. Supe que debía estar profundamente
absorta en aquellos años en el mar, y no pude evitar contener la respiración,
esperando seriamente que hablara.
Después de un largo silencio, la anciana dejó escapar otro largo suspiro y escupió
cada palabra desordenadamente, —En aquel entonces, un grupo de compañeros
aventureros y yo éramos igual que tú, anhelando la idea de ver una sirena. Nuestro
barco había estado flotando durante unos meses en una zona de mar donde se
decía que los sirenios frecuentaban. Finalmente, un día, atrapamos con éxito una
sirena macho. Sin embargo, no esperábamos que el sirenio fuera una criatura de
las profundidades marinas tan malvada y aterradora... Te ha de oler primero,
olfateando profundamente, como si juzgara el olor de su presa. Si lo disgustas, te
romperá el cuello y te hará pedazos...
Cuando dijo esto, su respiración se hizo abruptamente corta y apresurada, luego
sus ojos se abrieron de repente. —En verdad fue como una pesadilla en la noche,
ah. Vi en primera fila cómo varios de mis buenos compañeros eran considerados
comida por el tritón, solo quedé yo... solo yo... Me escondí en un oscuro camarote
secreto, permitiéndome escapar de esta calamidad. ¡Estaba tan aterrorizada que
no me atreví a hacer ningún sonido, hasta el momento en que miré impotente cómo
ese horrible bastardo se llevaba a mi hijo! El tritón se lo llevó al fondo del océano,
para no volver más... Realmente lo lamento... realmente lo lamento...
Siguió repitiendo esta serie de sílabas mientras negaba con la cabeza. Supe que su
enfermedad mental estaba volviendo a aflorar y no pude evitar aferrarme
rápidamente a sus hombros en un intento de pinchar en su brazo el sedante
preparado. Justo en ese momento, los bordes de los ojos de la anciana se abrieron
con desesperación, su vieja mano marchita se agarró fuertemente a mi cuello,
jalándome hacia su cara. Reveló una especie de sonrisa rara y también trastornada,
adecuada para una persona loca. —Desharow, créeme, si deseas ver a un Demonio
Nocturno en el mar, lo sentirá... Les gusta la gente joven y hermosa con deliciosos
aromas que sean agradables de oler... Tú eres... igual que mi hijo...
Estaba estupefacto por la locura de la que había hablado, y me sentía un poco
deprimido al mismo tiempo sabiendo que probablemente todas eran suposiciones
inconfiables dichas por una posible persona delirante. De la nada, un fuerte y
doloroso manotazo aterrizó sobre mi hombro. Me giré para mirar a mis espaldas, y
vi al difunto Sr. Shinichi parado ante mí. Su rostro estaba pálido e hinchado, todo
su cuerpo cubierto de algas. Sus cuencas oculares eran solo dos agujeros profundos
que no reflejaban nada. —Desharow, cree sus palabras. Te encontrarás con esos
sirenios...
Aterrado, retrocedí nerviosamente un paso solo para descubrir que mi habilidad
para caminar estaba un poco extraña. Bajé la mirada hacia la mitad inferior de mi
cuerpo para ver que todo debajo de mi cintura estaba inesperadamente cubierto
de escamas, convirtiéndola en una brillante cola de pez gris plateada.
—¡Ahhhh…!
Me desperté abruptamente de la pesadilla gritando, mi cuerpo bañado de sudor
frío. Aparté inmediatamente la manta que me cubría antes de mirar hacia abajo.
En un par de pantalones de hospital estaban mis dos piernas y pies perfectamente
normales y bien.
¿Cómo tuve un sueño tan extraño? Llegué tan lejos como para soñar
inesperadamente con algo que sucedió hace unos años atrás, e incluso vi al
fantasma del Sr. Shinichi muerto.
Rememoré en mi sueño las palabras realmente locas que la anciana alguna vez me
había dicho hace mucho tiempo, también la aterradora apariencia del Sr. Shinichi.
No pude evitar sentir un leve escalofrío en la espalda. Simplemente no me esperaba
que la predicción–de la cual no me había preocupado antes–sobre mi futura reunión
con una sirena fuera una profecía cumplida.
Solo que, ¿cómo estoy acostado en una cama otra vez? ¿No debería estar en el
laboratorio de aguas profundas estudiando el tritón con Davis? ¡Oh, cierto, recuerdo
cómo ese tipo de repente se volvió loco y dejó salir al tritón!
Después... ¿Qué ocurrió después?
Intenté recordar lo que había sucedido después de eso, pero mi memoria
permaneció temporalmente en la escena donde el tritón salía de detrás de la
escotilla. Entonces, como antes, pareció haber una brecha en mi cerebro, y mi
memoria saltó directamente a la pesadilla que acababa de tener.
¿Qué pasó exactamente? Me toqué la frente sudorosa y sentí que la temperatura
era un poco alta, indicando una leve fiebre. Sin ser capaz de manejar la sensación
de pesadez en mi cabeza, aupé mi cuerpo y planeé darme una ducha para
despertarme más. Sin embargo, justo cuando moví mi muslo, sentí que un dolor
prurito surgía de la parte inferior de mi cuerpo. Todo debajo de mi cintura se sentía
extremadamente débil y paralizado, como si no hubiera una columna en mi
espalda. Era simplemente como si alguien hubiera usado sus puños para golpearme
las nalgas despiadadamente de adentro hacia afuera.
Cómo es posible…
¿Quizás en mi estado mental de pánico perdí el equilibrio mientras bajaba corriendo
las escaleras, causando que no solo me lastimara el trasero, sino que también
perdiera la conciencia en la caída?
Desconcertado, me toqué las nalgas, el corazón sintiéndose perplejo ante la posible
probabilidad. Parecía que solo había una razón para explicar esto.
Justo en este momento, la puerta se abrió con un clic, seguido del sonido a la
lejanía de botas de cuero pisando el piso, acercándose solo para detenerse en la
entrada.
Capítulo 13

Cuando la luz de la habitación se encendió, me tapé los ojos inconscientemente.


Pero entonces, de repente sentí que me levantaban, encontrando que esta acción
era bastante brusca.
Sacudí la cabeza con fuerza al abrir los ojos. Levanté la mirada y vi a Rhine
mirándome. La luz reflejada desde el fondo de su nariz formaba una profunda
sombra debajo de sus cuencas oculares, lo que hacía que sus ojos lucieran
extremadamente terroríficos. No hay duda de que sacaría su pistola en este
instante y me dispararía con ella.
Sin embargo, en este momento, no sé qué hice para enfurecerlo. ¿Podría ser
porque fui a ver al tritón con Davis?
Rememoré sus advertencias y su previo intento fallido de violarme, y no pude evitar
sentirme asustado. Apreté mi agarre sobre la ropa de cama mientras mantenía mi
expresión facial relajada y tranquila. —Oye amigo, ¿qué pasa con esa expresión
tan amargada y estreñida en tu rostro? ¿Comiste algo que te revolvió el estómago?
Antes de que apenas pudiera terminar mis oraciones, agarró el cuello de mi camisa,
jalándome hacia arriba y dejando mi cuerpo suspendido en el aire. Rhine me
contempló ferozmente, una expresión de entusiasmo por tragarme en su
estómago. Exhaló profundamente su aliento caliente en mi cara, del cual incluso
pude oler una intensa represión de ira. El sueño desapareció de inmediato como
humo en el aire. Le devolví la mirada a Rhine, fulminándolo y sintiendo dificultad
para respirar con mi cuello siendo ahorcado en el aire, pero no estaba dispuesto a
mostrar rastros de timidez y que se volviera a aprovechar de mí.
—¿Qué te volvió loco, bastardo? ¡Ni siquiera estaba completamente despierto
todavía! —Lo regañé con enfado en tanto intentaba sacar sus dedos, liberar la
restricción. Rhine no continuó ejerciendo su fuerza, lo que de repente me hizo
aterrizar de nuevo sobre la cama, mis nalgas heridas aterrizando directamente
sobre el duro tablón de la cama. El dolor me hizo acurrucarme inmediatamente en
una posición parecida a un camarón, aullando sin cesar miserables chillidos.
Rhine capturó mi muñeca y me obligó a levantar la mirada. Su firme rostro estaba
claramente lleno de remordimiento y negativa. —¡Te lo advertí, Desharow! Te
advertí que no te acercaras a ese peligroso tritón... Nunca pensé que sucedería,
Dios mío, ¡primero deberías calmarte!
—¿Calmarme? —La actitud de Rhine en este momento era como tratar con un
paciente mental lo suficientemente inestable como para suicidarse en cualquier
momento, lo que me hacía sentir extremadamente suspicaz y desconcertado.
Toqué mi trasero dolorido e hice una mueca de dolor. Le entorné los ojos y dije: —
Por Dios, ¿qué quieres decir con "calmarme"? ¡Fuiste tú quien me hizo esto!
Rhine obviamente quedó impactado. Aproveché esta oportunidad para soltarme de
su agarre y, con agonía, salí de la cama. Pero justo cuando mis pies tocaron el piso,
el dolor de mi zona lumbar casi me hizo caer de rodillas. Rhine tiró mi espalda hacia
arriba para inclinarme sobre la cama. Con mis dos piernas sintiéndose débiles e
inútiles, solo pude auparme aferrándome de la barandilla de la cama, y como un
anciano, me apoyé sujetando mi propia espalda, —Maldita sea, cómo podría doler
tanto...
—¿No sientes nada más que dolor? ¡Desharow, estás actuando inusualmente
calmo!
La mano de Rhine me pellizcó cruelmente la mandíbula, y sus dedos ejercieron una
fuerza brutal, como si trataran de dislocarla. Fui incapaz de evadir su duro agarre,
haciendo que el borde de mis ojos se enrojeciera de dolor. Estaba extremadamente
encolerizado hasta el punto en que no podía tranquilizarme. Pateé el tablón de la
cama sin piedad, golpeándolo contra la pierna de Rhine mientras gritaba
simultáneamente: —¡Loco! ¡Eres un demente! ¡Sal de aquí, y mantente lejos de
mí!
Inesperadamente, Rhine no trató de esquivar en absoluto. Para él, el impacto del
duro tablón de la cama solo se sintió como una esponja. Se quedó firmemente en
el mismo lugar, sin siquiera moverse. Su palma de repente se estrelló en la cama,
como si se diera cuenta de algo. Su expresión pronto se calmó y guardo silencio
por un rato antes de abrir la boca, —Desharow, dime que no estás haciendo esto a
propósito y que en realidad es solo amnesia... amnesia temporal, ¿verdad?
¿Amnesia temporal?
Esas palabras me tranquilizaron de inmediato. Así es, mis recuerdos ciertamente
han estado un poco defectuosos últimamente. Quizás Rhine sabía lo que sucedió
durante ese período de tiempo perdido.
Asentí. —Creo que sí. Rhine, sabes lo que he olvidado, ¿no? También obtuve mis
heridas en ese momento, ¿cierto?
Rhine no me respondió. Su mano al parecer se enroscó con más fuerza sobre el
tablón de la cama, haciendo que la sábana encima formara profundos pliegues. Su
rostro retorciéndose en expresiones monstruosas y extrañas, como si recordara
algo que lo enfurecía. Apretó la mandíbula con fuerza, una porción de rojo se
extendió desde la raíz de sus orejas hasta sus pómulos. Su respiración era
inconteniblemente errática, al parecer sintiendo una ira extrema, mas al mismo
tiempo era como si estuviera abrumado por una indescriptible lujuria.
Me contempló detenidamente, sus ojos se deslizaron por mi cuello y se quedaron
merodeando sobre mi cuerpo. La manzana de Adán que subía y bajaba en su
garganta indicaba la deglución de saliva. La piel de gallina apareció en todo mi
cuerpo, estiré la mano rápidamente para agarrar mi cuello un poco abierto y grité
mientras fruncía el ceño, —¡Rhine!
—No, no lo sé. —Rhine tardó mucho en responder, su voz sonando inusualmente
ronca.
El tipo de reacción que mostró fue como algo que venía tras ver una película porno.
No pude evitar sentir náuseas, queriendo de vomitar por ser observado
atentamente por él. A pesar de saber que Rhine debe haber sabido algo, no me
atreví a seguir preguntando porque intuitivamente sentí que el estado de ánimo
actual de Rhine estaba muy inestable, que podría hacer algunas cosas extremas en
cualquier momento, y que la víctima al final solo sería yo.
Si eres inteligente, si sabes lo que es bueno para ti, cállate obedientemente.
Inevitablemente, en el futuro habrá una manera de comprender por ti mismo la
totalidad de todo.
—Pero la cámara de seguridad lo sabe. Lo que sucedió anoche, lo puedes ver en
esto. —Rhine dijo de repente mientras sacaba un disco duro negro del bolsillo de
su pantalón. Lo lanzó sobre la cama, y exprimió reaciamente unas cuantas
palabras—. Velo por ti mismo. La computadora está allí sobre la mesa.
Lo recogí en mi mano mientras me maravillaba. Mi corazón acelerando levemente,
las palpitaciones se elevaron inexplicablemente como si tuviera la sensación de que
estaba a punto de ver algo horrible e inefable. Había una voz en mi cabeza que
gritaba desesperadamente: ¡Tíralo, tíralo, no mires Desharow, o te arrepentirás!
Pero cuanto más fuerte se volvía la voz, más curiosidad desarrollaba. En la lucha
entre estos sentimientos en conflicto, me obligué a encender la computadora y
conectar el disco duro.
La escena en la grabación de video saltó lentamente unas cuantas veces, solo
diversos puntos siendo reproducidos hasta que, poco a poco, todo se aclaró. Vi las
sombras de dos personas en la esquina inferior derecha de la pantalla: éramos
Davis y yo. Estábamos hablando frente a la puerta de cristal transparente. Recordé
a Davis discutiendo conmigo su hipótesis de que el tritón estaba en celo.
Unos minutos después, como lo había recordado, vi al tritón detrás de la puerta de
cristal y a mí mirándolo directamente. En ese momento, nuestros cinco dedos
estaban presionados entre sí con el cristal entre nosotros.
Escuché que la respiración de Rhine se intensificaba a mi lado. Dio zancadas hasta
la ventana, y le dio un fuerte golpe. Mi corazón latía violentamente, observando
con los nervios apretados la escena de mí y el tritón.
Toc, toc, toc.
La puerta de repente fue golpeada.
De hecho, me sentí bastante aliviado y dejé escapar un suspiro. Rhine se acercó
rápidamente y sacó el disco duro, como si tratara de proteger esto contra la
persona que estaba entrando. Después de eso, fue a la puerta y la abrió.
Detrás de la puerta apareció una mujer joven desconocida y de aspecto
competente, vestida con la bata blanca de una investigadora y con una insignia de
oficial de plata fijada a su pecho. Detrás de ella había hombres altos vestidos como
soldados. Verlos me dejó aturdido por tanta disposición de tropas y arsenal. Rhine
también parecía estar sorprendido mientras preguntaba, —¡Coronel Sakarol! Por
qué está...
—Llámame doctora aquí, mi querido Rhine. —La mujer sonrió y me tendió la mano,
sus ojos llenos con el brillo de la resolución rigurosa—. Este debería ser el pequeño
Wallace de San Petersburgo. Hola, soy Sakarol, la decana del Instituto de
Investigación Biológica Mística en San Petersburgo, y también la séptima coronel
de la Armada de Rusia. Es un placer conocerte.
¡Qué mujer tan extraordinaria! La admiro absolutamente desde el fondo de mi
corazón.
—Hola... —tomé la mano de Sakarol, respondiendo a su introducción muy disuasiva
con una vacilante y murmurante respuesta—. Hola, soy Desharow Wallace, un
estudiante de biología de último año en la Academia Marítima de San Petersburgo.
Dra. Sakarol, ¿cómo le va?
Sakarol asintió, un poco ansiosa, pero su tono no sonaba sorprendido. —Sr.
Desharow, quiero entender algo de ti. Anoche nuestro grupo de investigadores fue
terriblemente atacado por ese tritón cuando intentaron acercarse a él, dejando a
Davis en un estado de inconsciencia. No sabemos de nadie aquí que pueda
acercarse al tritón —sacó una pequeña caja negra de su bolsillo—. Antes de que
Davis entrara en un estado de comatoso, había declarado que el tritón
probablemente estaba en celo y que solo tú puedes comunicarte con él. ¿Es verdad
lo que dijo? Si es así, realmente esperamos que puedas asistirnos a aparear al
tritón.
Los nervios en mi cerebro de repente saltaron con un pulso, e inmediatamente
adiviné, —¿Aparear? ¿Podría ser que atraparon a una sirena?
Sakarol negó con la cabeza. —Es una especie clonada. Este instituto de
investigación una vez logró obtener una. Sin embargo, la vitalidad de la sirena
hembra era muy débil y frágil. Sobrevivió solo durante unos días antes de morir.
También se espera que esta especie clonada sobreviva en el período de solo un
año. A partir de hoy, solo le queda una semana más de vida.
—¡Lo haré! —respondí sin pensar, ocultando la emoción en mi corazón. Ver con mis
propios ojos y asistir el proceso reproductivo de una sirena es algo que vale la
pena. Además, esta es una oportunidad para corregir la tendencia de Agares a
elegir el compañero de apareamiento equivocado, y así desviar su atención de mi
cuerpo humano masculino...
Cuando esta idea pasó por mi mente, una indescriptible fluctuación fisiológica
surgió repentinamente desde la parte inferior de mi cuerpo. Sentí que los músculos
de mis nalgas se tensaban, mis mejillas hirviendo con pequeñas gotas de sudor
rezumando de mi frente. La fuerte sensación de vergüenza que llegó de la nada me
oprimió los nervios, haciéndome sentir avergonzado e incapaz de mostrar mi
rostro. Inesperadamente, nació la urgencia de escapar.
¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy así?
Me sentí mareado. En el infundado núcleo de lo desconocido, siento a algo mojado
y resbaladizo tocándome el espacio entre las piernas, ambas debilitándose justo
después.
A... ga... re... s...
—¡Desharow, Desharow!
Mi cuerpo tembló al despertar de este estado mental embrujado, y me encontré
inclinado contra Rhine.
—Sr. Desharow, ¿qué te pasa? Tu cara está bastante roja. ¿Tienes fiebre?
Sakarol midió la temperatura de mi frente con preocupación. Rhine me agarró el
brazo con fuerza, y dijo en un tono bajo y serio, —Coronel Sakarol, como su
mentor, me opongo firmemente a que Desharow, en su condición actual, ayude a
asistir el apareamiento del tritón. Sugiero esperar a que Davis se despierte.
Aparté mi cuerpo de sus brazos con dureza. —No, no me quiero perder esta
oportunidad.
—¡De ninguna manera! —Rhine levantó la voz decididamente en negativa, sus
puños estaban apretados con restricción, exponiendo sus anchos músculos y los
tendones en sus brazos. Sabía que, si no hubiera nadie aquí en este momento, ya
me habría oprimido usando su fuerza militarmente entrenada.
Desafortunadamente, Sakarol, esta oficial de alto rango, parecía ser su superiora
directa y no podía desobedecer sus órdenes.
Me escondí detrás de Sakarol, levanté provocativamente mi dedo corazón hacia
Rhine, y articulé en silencio: "Púdrete". Fui a buscar mi chaqueta cortavientos junto
a la cama y me la puse. —Dra. Sakarol, me gustaría asistir al tritón en el
apareamiento.
Capítulo 14

Tan pronto como entré en el laboratorio submarino, pude oler instantáneamente el


abrumador aroma de esa rara fragancia, haciendo que me cubriera la nariz con la
ropa de hospital que llevaba puesta. Inhalé el olor de la medicina, el cual me ayudó
a sobrellevar un poco los inexplicables mareos. Tampoco sabía por qué estaba
reacio a levantar la cabeza para buscar la figura de Agares en el mundo submarino
detrás del cilindro de cristal.
Estoy inesperadamente temeroso de ver a esa cosa... ¿O debería decir, verlo a él?
Desde que Davis me habló sobre su hipótesis, no podía ver al tritón como una
bestia corriente. Simplemente sería demasiado vergonzoso e incómodo.
Bajé la cabeza y seguí los pasos de Sakarol por la escalera de caracol hasta la
planta encima de la puerta de la escotilla. Este era un laboratorio sobre el depósito
anular donde todo el piso estaba hecho de cristal transparente. Estar de pie allí me
hizo sentir como si mis pies estuvieran flotando en el profundo mar azul, como si
los grupos de peces debajo mío fueran como nubes flotantes, moviéndose y
haciendo que el espíritu de uno se sienta tranquilo.
Por el rabillo del ojo, no pude evitar buscar la figura de Agares entre los grupos de
peces. Afortunadamente, no había ningún rastro de él, lo que ayudó a aflojar mi
corazón apretado.
—¿Qué buscas? ¿A esa bestia ruin? —Una mano aterrizó sobre mi hombro,
dándome un susto. Giré la cabeza para ver a Rhine sondeándome con atención y
una leve agitación.
Me sentí aturullado inmediatamente y repliqué por instinto, —¿De qué tonterías
estás hablando? ¿Qué bestia ruin? ¿Cuándo usaste adjetivos tan horribles? Amigo,
si no mal recuerdo, antes de que atrapáramos un tritón, ¡acaso no eras tú quien se
jactaba ante mí de que todas las sirenas son hermosas y tentadoras demonios!
—Pero esa cosa es un macho, un bárbaro y feroz macho. ¡Desharow, no debes
dejarte engañar por la apariencia de esa bestia despiadada! —La tez de Rhine se
oscureció, pareció haber recordado algo cuando me miró a la cara. Soportó
fuertemente el enojo, y exprimió un par de palabras de sus dientes apretados—.
Esa bestia vil, él...
—Mira, Desharow, esta es nuestra obra maestra.
Sakarol gritó desde la delantera, por lo que levanté la cabeza y vi que bajaban una
pared negra dentro de un cilindro al centro del laboratorio, revelando un
revestimiento de cristal transparente. Cuando la vista de lo que había dentro se
reveló por completo, no pude evitar soltar una sincera exclamación de admiración.
¡Esa era una sirena! ¡Dios!
Mis ojos fueron firmemente atraídos, mis pies caminaron involuntariamente hacia
el cilindro y se inclinaron contra la pared del cristal, todavía incrédulo por lo que
veía.
—Su nombre es Lilith, muy hermosa ¿no? Este producto fue fabricado a partir de
una célula de sirena traída hace veinte años desde la costa de Australia por un viejo
profesor de este instituto. Había estado congelada durante mucho tiempo, por eso
se ve muy débil y frágil.
Sakarol me lo explicó lentamente.
Sí, sí que se veía muy débil y frágil. Sin embargo, este tipo de fragilidad hacía que
esta sirena poseyera una belleza naturalmente pura y etérea. Desde el primer
segundo que mi mirada aterrizó sobre ella, no pude asociarla con los adjetivos que
Rhine usó para describir a los sirenios, pues no parecía verse como un demonio,
sino como un verdadero ángel puro.
Esta era una sirena tropical de cola roja. Supongo que la causa de su corta duración
de vida podría estar relacionada con la temperatura de agua fría en la que estaba
viviendo.
Su congénito cabello blanco plateado flotaba como nieve pura y santa a la luz del
reflejo brillante de las olas, su piel azulada pálida aparentemente emitiendo capas
de neblina translúcida centelleante, un par de ojos esmeraldas claros relucían en
el agua: parecía que estuviera llorando.
La sirena lucía muy deprimida y solitaria.
Mi mente fue inexplicablemente empujada por la expresión de la sirena. Esta
sirena, clonada por humanos, tenía una profunda e inexplicable pena en sus ojos,
como para suspirar sobre su soledad y desamparado destino.
—Lo siento... No tengas miedo, pronto te reunirás con tu propia especie, ¿bueno?
Presioné mi mano en la pared de cristal mientras articulaba estas palabras en tanto
la miraba sinceramente. El deseo de proteger de un hombre me dio el impulso de
apaciguar y calmar a esa criatura delicada y hermosa. El sentimiento de
inaguantable culpa saqueó mi pecho, como si hubiera pecado. A pesar de que tanto
Sakarol como yo deseamos explorar todo, verdadera y completamente, sobre los
sirenios y llegar a comprenderlos, aun así, sentía que, al mismo tiempo, usar a la
sirena clonada, a la que ni siquiera podíamos ayudar a prolongarle la corta vida, en
experimentos de reproducción era una acción ofensiva para una criatura tan
majestuosa.
Investigarlos y reproducirlos eran dos cosas distintas, no teníamos derecho a dictar
sus destinos.
—¿Oiga, Sakarol? ¿Lo que estamos haciendo es realmente apropiado?
Aunque estaba claro que no había mejor manera de apaciguar al irascible Agares
para continuar la investigación, la tristeza de la sirena me hizo vacilar
repentinamente. —Si el apareamiento es exitoso... Quiero decir, si la sirena se
embaraza exitosamente, ¿estamos seguros de que podemos preservar sus
embriones y asegurar un desarrollo exento de problemas? Y estos dos sirenios
vienen de dos especies diferentes que viven en aguas diferentes. Si los recién
nacidos crecieran hasta cierta edad, ¿cómo podemos juzgar en dónde liberarlos?
—Lo siento, mi pequeño erudito. —Sakarol se acercó a mí mientras también se
inclinaba contra la pared exterior del cristal. Luego se encogió de hombros de una
manera fría e indiferente, y continuó diciendo con una cara impasible que era tan
hermosa como las esculturas de hielo—. No hemos hecho ningún plan a largo plazo,
tampoco tenemos la preparación o el deseo de liberar a los sirenios recién nacidos.
Debes entender que no somos la misma clase de persona que tú eres, Desharow.
—¿La misma clase de persona? —Me quedé perplejo ante aquellas palabras, pero
cuando quise seguir preguntando, Sakarol levantó la mano e hizo un gesto simple,
seguido del chapoteo que se escuchó—. ¡Espere!
Grité demasiado tarde, pues Lilith ya estaba siendo arrojada al depósito. Su largo
cabello blanco plateado se desparramó en el agua como capas de hielo derretido.
Una premonición terrible, pero difusa surgió desde el fondo de mi corazón, haciendo
que latiera más rápido. La inexplicable sensación de pánico me hizo apretar los
puños con fuerza mientras mis ojos seguían atentamente la flotante silueta de Lilith
en el agua. La observé balancear su cola con gracia, y poco a poco comenzó a
nadar libremente. También parecía haber sentido las feromonas masculinas
liberadas por Agares.
Agares, ¿dónde estás? ¡Tu propia especie, tu propia pareja ya ha aparecido, ah!
Coreé silenciosamente en mi corazón, ansiando su aparición con entusiasmo e
inquietud. Cuando la densa masa de niebla negra se separó para revelar su
contorno en el agua azul profundo, mis nervios de repente brincaron. Un
estremecimiento de sensación emocionante explotó de adentro hacia afuera,
haciendo que mis piernas temblaran levemente y debilitándolas hasta el punto de
casi hacer que me desplomara sobre mis rodillas por la pared de cristal.
—¡Desharow! ¡Deja de mirar! —Rhine me agarró el brazo con dureza. Forcejeé
arduamente para liberarme antes de caminar directo hacia Sakarol.
—Oiga, doctora, creo que necesito un cigarrillo electrónico. Tiene uno, ¿verdad?
Señalé la caja sobresaliente en el bolsillo de su pecho. Sakarol soltó una risita, sacó
un delgado cigarrillo blanco y me lo entregó.
Hice un gesto de "gracias", fui a sentarme y seguí observando la escena ante mí
en el depósito mientras me colocaba el cigarrillo en la boca. Inhale profundamente,
el olor a tabaco que salió por mi nariz apaciguó eficazmente mi estado mental,
haciendo que me calmara de inmediato.
Vi que Agares y Lilith se estaban acercando lentamente el uno al otro. Este era un
buen comienzo, esperaba que pudieran completar el proceso de apareamiento con
éxito. Lilith parecía estar más entusiasmada que Agares, ya que bailaba
constantemente a su alrededor y mostraba su admiración, mientras que el
supuestamente violento e inestable Agares estaba inesperadamente tranquilo.
Simplemente estaba actuando bastante arrogante, estirando los brazos como si
esperara que Lilith se arrojara a su abrazo cual emperador con muchas e
incontables concubinas hermosas.
Esto era bastante diferente de las conductas regulares de muchos otros mamíferos
durante el apareamiento. Ya sea en tierra o agua, habría varios otros machos
compitiendo por una hembra. También era común que los machos compitieran a
fin de ganar el favor de una hembra, pero ahora...
Agares, acaso estás presumiendo a propósito, ¡vamos viejo! ¡Ve y haz un
movimiento!
Murmuré silenciosamente, apretando mi mano manchada de sudor en un puño y
lanzando un escupitajo de saliva con el cigarrillo electrónico todavía en mis labios.
En el momento en que Lilith se arrojó directamente al recodo de Agares, incluso
olvidé respirar.
Agares entonces abrazó por completo a Lilith, frotó su nariz en el hueco de su cuello
para oler su aroma. En ese momento, me sentí cada vez más inexplicablemente
nervioso, casi haciéndome caer al piso de cristal. ¡Sin embargo, en el segundo
siguiente, vi una vista aún más impactante!
—¡¡¡Aahhh!!!
Sakarol gritó de miedo a mi lado, mientras que yo casi me asusté hasta el punto
de desmoronarme al piso. El cigarrillo electrónico cayó al suelo, mis manos bastante
rígidas, incapaz de incluso de levantar un dedo. Solo vi una gran cantidad de
neblina de sangre roja purpurina saliendo del torso de Lilith, envolviéndose
alrededor de su cuerpo completamente roto e incluyendo el muñón de la cabeza
que fue arrancada. Su largo cabello blanco estaba flotando hacia arriba, implicando
a una cabeza que alguna vez fue tan hermosa como los capullos de las rosas, las
arterias del cuello expuestas. La cabeza flotaba hacia arriba en el agua, los
hermosos ojos esmeralda–aunque sin vida–observaban al otro mundo donde
estamos nosotros, desesperados como si lloráramos.
Agares seguía aferrándose al cuerpo sin cabeza y, como un verdadero tiburón tigre,
mordió y desgarró en pedazos brutalmente la carne de Lilith. Sus pupilas de color
oscuro titilaban evasivamente con el deseo y las necesidades de una feroz criatura
mitológica. El rostro alguna vez guapo en ese momento lucía como fantasma
siniestro que aparecía en medio de una densa niebla negra.
Ciertamente, era una bestia salvaje, feroz y aterradora. ¡De verdad no debería
haber sido cautivado por su apariencia externa!
—¡No! ¡No! ¡Dios mío! ¡Lilith!
Golpeé despiadadamente la pared de cristal, sintiéndome alarmado y horrorizado
hasta el extremo, una pizca de angustia en mi interior. Mi cuerpo reaccionó más
rápido que mi mente. Bajé corriendo desde el tercer piso del laboratorio, y golpeé
frenéticamente la puerta de la escotilla mientras gritaba, —¡Agares! ¡Agares!
¡Tienes que detenerte, ella es de tu especie, tu propia especie!
Agares pareció haber escuchado mis gritos, pues su deglución se detuvo
abruptamente antes de girarse para mirar en mi dirección. En la siguiente fracción
de segundo, la mirada feroz y despiadada en su rostro desapareció, y
reemplazándola hubo una expresión completamente diferente.
Sus delgados labios manchados por el esmog de la sangre se curvaron, así como
así. Sus iris oscuros me contemplaron atentamente, como si estuviera mirando a
su amante. Se lamió la carne restante en sus labios antes de soltar el pálido cadáver
sin cabeza de Lilith. Nadó hacia mí a una velocidad increíble, como una flecha
lanzada apuntando directamente a un objetivo, y antes de que siquiera pudiera
parpadear, el alto y delgado cuerpo de Agares embadurnó mi visión. Luego, para
mi sorpresa, bajó la cabeza y lamió eróticamente el cristal junto a mi mejilla,
actuando como un loco cachondo y lujurioso.
Esa repentina acción me hizo inhalar aire frío mientras sentía escalofríos
recorriendo mi columna vertebral. No pude evitar taparme la boca, y retrocedí un
paso solo para chocar con una persona detrás de mí. Me di la vuelta de inmediato
para ver a Sakarol estudiándome con una mirada muy peculiar; Rhine parado
detrás de ella, su rostro ceniciento.
Capítulo 15

—Sr. Desharow, llamaste a ese tritón... ¿Agares? —Los relucientes ojos de Sakarol
se quedaron atónitos, y se giró para mirar con incredulidad a Agares que todavía
estaba detrás de la puerta de la escotilla de cristal—. ¡Incluso respondió a tu
llamado! ¡Dios mío! ¡Realmente obedeció tu orden también! ¿Cómo lo hiciste?
—¡No no no! ¡Lo ha malentendido, doctora! —Me di cuenta de mi reiterado error, y
me alejé rápidamente de la puerta de la escotilla hasta que estuve completamente
fuera de la vista de Agares. Comencé a hacerle señas para que se acercara mientras
explicaba—. Esa palabra no era el nombre del tritón. Es-es simplemente una forma
eficaz de llamarlo para atraer su atención. No solo eso, fue Davis quien analizó que
la palabra muy probablemente significa... muy probablemente...
—¿Muy probablemente significa qué? —Sakarol me siguió inmediatamente. Se
subió los lentes y me miró con entusiasmo. Sin embargo, la siguiente oración que
quise decir se quedó atorada en mi garganta mientras mi respiración se acortaba,
haciendo que mis mejillas ardieran de rojo.
Sabía que debía estar ruborizado, ya que no sabía qué terminología científica usar
para interpretar lo que quería explicar.
¿Cortejo? ¿Celo? ¿La búsqueda de una pareja? ¿El deseo de aparearse?
Sin importar cómo intentara formularlo, siempre parecían venirme a la mente cosas
indescriptibles y oscuras. Si tuviera que explicar sobre un orangután o incluso un
mono que tuviera genes humanos similares, no sentiría ni una pizca de vergüenza,
incluso si el orangután mostrara sus herramientas reproductivas frente a mí.
Pero si es reemplazado por Agares, decir esas palabras en su presencia se convertía
en una tortura mental, suficiente para hacerme sentir avergonzado hasta el punto
de querer esconderme en una pequeña grieta.
¿Quizás sin pensar, accidentalmente consideraste a Agares como un humano?
¡No, no, eso es absolutamente imposible!
Mientras pensaba en esto, miré fija y atentamente a Sakarol hasta que incluso la
punta de mi nariz sudó. Sakarol me agarró las manos y esperó mi respuesta, lo
que me confundió aún más y tuve que recurrir a Rhine en busca de ayuda. Miraba
fríamente la escena en curso, como si estuviera esperando que aprendiera de mi
propio sufrimiento.
¡Qué odioso!
Sakarol entregó otro cigarrillo eléctrico a mi boca, lo adentré en mi labio mientras
tragaba saliva. —Este... es un término que expresa "Soy tu compañero" —juré en
mi corazón que jamás mentiría en el nombre de la ciencia que busca la verdad. Sin
embargo, mi boca declaró inesperada e inconscientemente—. Quizás por esto el
tritón fue atraído por esta secuencia de sílabas. Esto debe ser alguna clase de señal
especial utilizada en la población de sirenios. En cuanto al significado específico,
Davis y yo habíamos hecho algunas sugerencias anteriormente, pero aún se
necesita más observación.
Obviamente, Sakarol quedó decepcionada con mi respuesta. Se volteó hacia Agares
y suspiró con pesar. —Lilith es una clon que hemos trabajado tan duro por producir.
Nunca esperamos que la aniquilaran fácilmente. No sé por qué esta sirena macho
de repente se volvió loco y la usó como comida...
Mi corazón se apretó junto con sus oraciones. Ni siquiera de reojo me atrevía a
mirar el trágico y miserable resultado de Lilith como sobras en el depósito. Desde
ese horrible evento, la culpa en mi corazón comenzó a volverse intensamente
pesada y opresiva.
Jugueteé nerviosamente con el pequeño botón de mi camisa. —Tampoco entiendo
este punto, Davis dijo que el tritón ha estado en huelga de hambre desde que fue
traído aquí. Sin embargo, parece estar viviendo en armonía en el mismo depósito
con los delfines...
—Esta es la razón por la cual, Desharow, necesitamos tu ayuda incondicional, pues
eres el único que pudo comunicarse con el tritón. —Sakarol interrumpió mis
palabras. Puso su mano sobre mi hombro, sus delgados dedos se arrastraron sobre
mi ropa y se aferraron levemente a mi hueso, y continuó hablando con intenciones
solapadas en cada una de sus palabras—. Sí que eres un genio de la biología tal
como ha dicho Davis. Te pido solemnemente que aceptes el trabajo de investigación
de este instituto y seas la única persona especificada a cargo de esta investigación
de sirenios. Creo que los logros y las ganancias de esta investigación son un punto
crucial necesario para tu requisito de graduación, ¿verdad? El éxito de esta
investigación también puede ser equitativamente importante para el gobierno ruso
y su proyecto de investigación biotecnológica.
—¿Dice... permitirme trabajar para el gobierno? —respiré profundamente,
sintiendo una repentina gota de presión incómoda, pero al final, simplemente no
podía rechazar su solicitud. Creí intuitivamente que el tono que Sakarol usó no fue
el de una doctora, sino el de una demanda de una coronel imperiosa. Si me negara,
posiblemente perdería una oportunidad de estudiar sirenios. Solo considerar este
punto fue suficiente para hacerme aceptar sin dudarlo. Asentí.
—Acepto.
—Entonces, como un mentor, debería continuar dando mi guía incondicionalmente
para dirigir a Desharow durante el proyecto. Todavía es bastante inexperto, y
tampoco es un investigador hecho y derecho, doctora.
Rhine intervino rápidamente, su voz mezclada con una tensión no resuelta, como
si tratara de implicar algo de lo que había dicho. Nunca había visto a Rhine con una
cara tan cautelosa y actuando prudente, y no pude evitar sentir que algo andaba
mal.
Sakarol le echó un vistazo elocuente, cruzó el brazo y le dio la espalda de una
manera indiferente, —Desafortunadamente, lo que quiero decir es que quiero que
Desharow complete este proyecto de investigación de forma independiente. Rhine,
debes confiar en tu alumno, y es tan bueno como dijiste, así que como mentor tu
obligación ha sido cumplida.
—¡No! ¿Completarlo de forma independiente? ¿Sabe la terrible criatura que es ese
tritón? ¡Debo ser responsable de la seguridad de mi alumno!
Rhine insinuó con reproche mientras bloqueaba mi cuerpo con una mano, temeroso
de que Sakarol pudiera secuestrarme por la fuerza, su cuerpo filtrando una cantidad
anormal de vigilancia. Esto me hizo sentir incomprendido. Rhine nunca fue mi tutor,
así que no había razón para que restringiera mi propia decisión. Entonces, ¿no solo
quería violar mi cuerpo, sino que ahora también quería controlar mis propios
pensamientos y opiniones?
¡No debo dejar que tenga éxito!
—Creo que podría hacer esta investigación de forma independiente, doctora
Sakarol —insistí, oponiéndome a la idea de Rhine mientras reculaba al lado de
Sakarol antes de enfrentarlo directamente. Inesperadamente, su expresión estaba
empapada con un conflicto endurecido hasta el punto de que podía leer el
arrepentimiento y el remordimiento inconmensurables en sus pupilas.
—Regresa, Desharow. Aún tienes mucha libertad de acción antes de tomar tu
decisión.
Me miró. Su mirada era como una afilada flecha que me cortaba, pero dijo oraciones
tan desconcertantes, confundiéndome. No tuve tiempo de ponderar el significado
de sus palabras antes de vislumbrar a Sakarol a mi lado levantando su mano para
acariciar la pluma estilográfica en el bolsillo de su pecho, como si quisiera sacarla
para escribir algo. La expresión de Rhine cambió inmediatamente en el acto, como
al ver algo aterrador. Sin previo aviso, Rhine–como si experimentara una descarga
eléctrica–convulsionó antes de que todo el gran hombre terminara en el suelo con
un ruido sordo.
Quedé estupefacto, solo capaz de contemplar perplejamente mientras Sakarol
gritaba de miedo, —¡Dios mío! ¿Se acaba de desmayar? ¡Tenemos que darnos prisa
y llevarlo a un hospital!
Con su fuerte grito, varios guardias que previamente vinieron con nosotros se
precipitaron enseguida, y antes de que pudiera mirar detenidamente, ya estaban
cargando a Rhine.
—¡Oigan, esperen! ¿Qué le pasa? —Los seguí confundido, pero el agarre de Sakarol
en mi camisa me hizo detenerme.
—No pasa nada, no es necesario preocuparse. Trabajé con Rhine en el pasado.
Tiene epilepsia. Puede ocurrir fácilmente si se sumerge demasiado en sus
emociones. Puedes estar tranquilo de que obtendrá el tratamiento inmediato
necesario. El mejor hospital de Islandia se encuentra justo delante de este
laboratorio.
—Oh, esto es realmente impactante —tranquilicé mi corazón, pero seguía sintiendo
algo inimaginable. Rhine lucía tan sano como un soldado robusto. Nunca esperé
que estuviera diagnosticado con epilepsia. No es de extrañar por qué a veces siento
el aura de un lunático cuando estoy cerca de Rhine.
Esa noche, bajo los arreglos de Sakarol, la unidad de observación ubicada en el
tercer piso fue amueblada con mi propio escritorio, una cama e incluso un simple
juego de baño hecho para replicar la vista de mi antigua habitación. Estaba muy
satisfecho–por decir lo menos–no solo por la representación precisa y doméstica,
sino también por las ventajas de vivir aquí. Ahora podría, sin duda alguna, darlo
todo en la investigación, y con el cristal transparente como piso, ello me daba una
clara vista del recinto de abajo hacia arriba.
Empero, a pesar de que existe en el lugar una barrera tecnológica altamente
desarrollada para protegerme, compartir el mismo espacio con el tritón aún se
sentía algo inquietante. Sakarol ya me había asegurado que había guardias
estacionados justo afuera de la puerta, y que podía pedir ayuda en cualquier
momento a través de la computadora programada en el escritorio: se precipitarían
de inmediato al interior para protegerme. Además, me entregó una ametralladora
tipo anestésica–la cual podía disparar varias veces consecutivas–antes de
abandonar el laboratorio. Con todo listo, me sentí más calmo, mi miedo disipado.
Esta noche, probablemente será otra noche de insomnio.
Porque... ahora tengo un laboratorio propio, especialmente uno que estaba
sumergido bajo el agua. Y mañana podré comenzar mi investigación sobre los
sirenios, algo que había estado ansiando durante muchos años.
Estos pensamientos pueden hacer que uno se emocione mucho.
Cerré los ojos tratando de dormir tranquilamente, y finalmente caí en un sueño
profundo.
Capítulo 16

Desperté en medio de la noche, sintiendo una fuerte sensación de incomodidad. Mi


cabeza se sentía mareada y febril, mientras que todo mi cuerpo se sentía como
presionado por un objeto pesado, dejándome incapaz de mover un solo músculo.
Con un extraño ruido resonando en mi oído, conscientemente me di cuenta de que
todavía estaba atrapado en una parálisis de sueño, lo cual era algo común en
personas que sufrían de insomnio.
Debo haber estado demasiado inquieto antes de quedarme dormido.
Recité mi nombre en mi corazón, y con mi mano apretada en un puño, intenté salir
de este estado. Sin embargo, esto no solo no funcionó, sino que la sensación de
estar atrapado parecía fortificarse. Si antes el ruido de fondo solo estaba ahí, ahora
mismo también parecía sonar más fuerte y claro. Con concentración pude distinguir
que el ruido sonaba como agua fluyente envuelta alrededor de las sílabas que había
escuchado antes.
—A... ga... res... De... sha... row...
El sudor frío que me recorría la espalda traspasó mi ropa, mojándola.
¡Dios mío! ¡Esa es la voz del tritón! ¡¿De dónde viene?!
Mis ojos se agrandaron con alarma. Con gran dificultad, volteé mi rígido cuello para
buscar la fuente del sonido. Cuando estuve seguro de que el sonido provenía del
dispositivo de grabación del sonar conectado a la computadora en mi escritorio, no
pude evitar relajarme, incluso sintiéndome ridículo por pensar que el tritón podría
haber escapado.
Debí haber olvidado apagar la computadora antes de acostarme. Debería ser
imposible que el tritón entrara en este recinto. Sin importar cuán feroz y poderoso
fuera, seguía siendo una criatura hecha de carne y hueso que era incapaz de
contraponerse a las instalaciones de protección de alta tecnología.
Me toqué la frente que estaba apelmazada de sudor frío, y me peiné el flequillo
antes de cerrar los ojos. Respiré hondo, tratando de calmar mis nervios. Desharow,
¿cuándo desarrollaste temores psicológicos tan serios hacia el tritón? Debes
superar esta mentalidad y acostumbrarte a su existencia, debes hacerlo.
Traté de tranquilizarme en medio de la ensordecedora voz del tritón, pero parecía
estar haciendo lo contrario.
Mi cuerpo se estaba calentando poco a poco, como un paciente de hospital que
padece fiebre, el líquido en mi cuerpo estaba siendo rápidamente evaporado por el
creciente calor. Al mismo tiempo, una extraña picazón migraba desde la parte
inferior de mi columna vertebral cuales hormigas arrastrándose por todo mi cuerpo,
obligándome a dar vueltas y vueltas en la cama hasta el punto que no pude
controlar el impulso de simplemente levantarme y apagar el sonar. Pero no esperé
que mis manos y piernas estuvieran tan débiles como para caerme de la cama y
derrumbarme al suelo de cristal, asemejándome a una medusa sin columna
vertebral.
El escritorio estaba a solo un par de pasos de distancia, pero ni siquiera tenía
fuerzas para levantarme.
El bajo murmullo como de barítono del tritón resonaba alrededor de mi cabeza. El
volumen del sonar no era tan alto, pero era transmitido entre mis tímpanos como
un estéreo en repetición. Era como si Agares estuviera murmurando cerca de mis
oídos, tratando de maldecirme y hechizar mi cuerpo. Incluso podía escuchar su
respiración dificultosa, su fuerte deseo y lujuria eran como una vigorosa y violenta
corriente submarina que colisionaba conmigo, haciendo que mi propia respiración
fuera corta y rauda.
Esta clase de sentimiento me hizo estremecer. No sabía si era el misterioso poder
innato de los sirenios del que el Sr. Shinji me había advertido antes, pero sentía
que la extraña picazón en mi cuerpo se intensificaba cada vez más con la
continuación de la voz del tritón. Se arrastraba a lo largo de mi columna vertebral,
comiendo mis músculos y carne hasta los huesos, dejándome débil y entumecido...
Hasta que finalmente se acumuló dentro de mi ano y debajo de mi coxis.
La raíz de mis piernas temblaba con un extraño antojo, mis nalgas se sintieron
inesperadamente estimuladas para tensarse. La sensación de vacío en la
profundidad de mi cuerpo me hizo sentir desesperado y lleno de deseo, pero me
avergoncé demasiado como para pensarlo más.
Inmediatamente arrastré mi dedo hacia mi cadera, y fui a bajarme la ropa interior
con la esperanza de que solo fuera una ilusión causada por lo ceñido de lo que
llevaba puesto. Sin embargo, la sensación de vacío entre las raíces de mis piernas
era tan fuerte que ni siquiera podía engañarme. Mi cuerpo estaba reaccionando de
una manera extraña pero vergonzosa. Estaba ansioso por tener sexo, pero en lugar
de querer entrar en una mujer, anhelaba... que una cosa masculina entrara en mí.
—¡Mierda!
Maldije despiadadamente en voz alta y con frustración, tratando de deshacerme de
ese pensamiento totalmente repugnante. El cuello de mi camisa abotonada parecía
asemejarse a un grillete ahorcándome alrededor del cuello, sofocándome. Rasgué
con enfado un par de botones y toqué mi pecho desnudo que estaba empapado de
sudor. Por lo que mis ojos podían ver, mi piel alguna vez blanca florecía
inesperadamente con el color rojo debido al calor febril, que era un contraste raro
y abrupto con el fondo pálido claro.
Qué está sucediendo... Mi cuerpo se ve rojo y caliente como si me hubiera
emborrachado...
Cerré los ojos, y sacudí mi cabeza pensante mientras intentaba despabilarme.
¡Desharow, levántate y apaga esa caja de sonido! ¡Debe tener que ver con ese
sonido!
Repetí constantemente las palabras en mi corazón con la esperanza de que pudiera
detener el fuerte impulso de zambullir mi propio dedo en mi cuerpo para
consolarme. Doblé mis piernas y–con la pequeña fuerza que reuní con gran
dificultad–me tambaleé sobre mis rodillas, usando mi trepidante palma para
sostenerme. Luego estiré la mano para apagar la computadora y el incesante
murmullo del tritón se detuvo espontáneamente. Incluso la peculiar e intensa
sensación en mi cuerpo desapareció, y como una marioneta rota con las cuerdas
cortadas, me hundí suavemente hasta el suelo. El rastro de sudor de mis cinco
dedos quedó impreso en el piso de cristal, junto con pequeñas gotas que cayeron
de mi cabello mojado.
Me aparté el flequillo mojado. Las gotas de sudor que se reflejaban en el suelo
reflectaban mis ojos llenos de confusión.
Dios, el hecho de que produje tanto sudor en tan poco tiempo básicamente iba en
contra del sentido común.
Tiré de la parte delantera de mi camisa para limpiarme la cara. Incluso mis
pestañas estaban cubiertas de sudor, como si acabara de realizar una intensa rutina
de ejercicios.
¿La gente siquiera suda tanto cuando hace el amor?
De la nada, mi mente pensó en esa pregunta tan inesperada y desconcertante. Las
escenas de un cuerpo físico de repente flotaron en mi mente, y abofeteé
abruptamente mi frente con mi mano. ¡No, qué diablos estoy pensando! Sujeté la
silla a mi lado y me golpeé la cabeza dos veces contra el respaldo de ella. De
inmediato, el dolor hizo que la extraña ilusión desapareciera en el siguiente
segundo. Me obligué a no pensar en lo que había imaginado, mas la fuerte
sensación de vergüenza aún perduraba, lo que me hizo pensar en la terrible ilusión
de ser violado.
¿La voz de los sirenios tiene un efecto afrodisíaco? Pueden ser criaturas muy
libidinosas, tal como dice la leyenda...
Aunque no debería importar, Desharow. Es solo una característica biológica de una
criatura, así que cálmate, cálmate.
Respiré hondo, y me entibé en mi silla. Me desabotoné el resto de la camisa para
disipar el calor antes de levantarme para darme una ducha. Sin embargo, cuando
la sombra de mi cuerpo cubrió el suelo, hizo que el piso de cristal cambiara de un
estado reflejante a una vista más transparente. Bajar la mirada desde lejos y donde
estaba parado me hizo notar repentinamente las anormalidades en la oscuridad del
depósito de abajo.
Un par de largos y estrechos ojos que emitían una tenue luz me estaban mirando
fijamente en el agua debajo de mí. La larga sombra negra estaba oculta en las
profundidades de una gran pila de algas que estaban unidas al piso de cristal.
Solté un aullido por la repentina vista. Fui a cubrirme la boca con el puño
apresuradamente, todavía contemplando la sombra debajo de mí, y poco a poco
distinguí el contorno y el movimiento de su cuerpo.
Una de sus manos estaba colocada en el piso de cristal para mantener el equilibrio
mientras que la otra estaba colocada justo en frente de la parte inferior de su
cuerpo. El enorme órgano sexual estaba presionado contra la pared, el hinchado
glande púrpura escurriendo líquidos espesos y blancos.
Me di cuenta de inmediato de lo que estaba haciendo.
...El tritón había estado situado debajo del piso de cristal todo el tiempo, solo un
material orgánico transparente separando su cuerpo y el mío. Me estaba mirando
intensamente, disfrutando la sensación de jugar conmigo usando su voz mientras
se masturbaba.
Capítulo 17

Contemplé aturdido al tritón mientras drenaba el almizcle blanco e impuro de la


parte inferior de su cuerpo, una sonrisa satisfecha con un toque de astucia enlucida
en su rostro. Cuanto más miro al tritón, más se calienta mi rostro. Ya debe haber
cambiado de rojo a púrpura, mis orejas rojas y mis mejillas ardiendo.
¡Carajo, Dios, qué debería pensar de todo esto! ¡El piso de cristal que fue
originalmente hecho para la conveniencia de mis propósitos de observación, en su
lugar me convirtió en el sujeto para ser espiado! Y, además, ser espiado por esta
bestia a fin de saciar sus deseos carnales, ¡qué broma tan divertida!
Sin embargo, esto no me pareció en absoluto gracioso, y en su lugar solo me
encontré sintiendo una abrumadora vergüenza y embarazo. Que la situación llegara
a este punto, bien podría celebrar el hecho de que no había nadie más aquí. Si
alguna otra gente viera esta escena, ciertamente sería el hazmerreír de todo el
mundo de la biología. —Pensar que un investigador podría convertirse en el objeto
de fantasía sexual del espécimen que estudia, ¡qué absurdo es eso!
¡Esto era un completo error! ¡Si la situación seguía cayendo en esta dirección, mi
plan de investigación se me saldría totalmente de las manos! Necesito corregir la
desorientación que el tritón estaba mostrando, ¡¿cómo puede un tritón como él
aparearse con un humano, sin mencionar un hombre?!
Agares aún seguía merodeando debajo del piso, haciendo que mi mente se
empañara. La ropa empapada de sudor se pegaba a mi cuerpo, la sensación
sumamente incómoda. No quería pensar en esa bestia ni por un segundo, pero
continuó siguiéndome mientras me abría camino a la ducha junto a mi cama. Era
como si fuera una sombra, o un persistente fantasma de algún tipo. De cualquier
forma, aun así, me ponía los pelos de punta.
—Oye, Agar... Animal... ¡no me sigas! —pude corregir mi boca a tiempo, pero una
creciente ira seguía fluyendo a través de mí. ¡Pisoteo! Puse un pie sobre el cristal,
resonantes temblores a lo largo de toda la habitación. Y luego lo hice una y otra
vez, pero no fue suficiente para alejarlo. Agares se aferraba al cristal, mirándome
a través de la sombra turbia con la mitad de su rostro oculto en la oscuridad.
Maldición.
Exhalé una maldición silenciosa cuando la agitación finalmente voló hasta mi
coronilla. A pisotones, simplemente me dirigí hacia el cuarto de baño, me giré para
enfrentar a Agares, me levanté la camisa y me quité los calzoncillos. Finalmente,
heme ahí respirando profundamente y parado completamente desnudo frente a la
vista del depredador.
El tritón quedó un poco sorprendido por lo que vio. Pensé que era porque no
esperaba que yo tomara la iniciativa, y también porque era su primera vez viendo
la completa estructura corporal de un hombre en toda su gloria. Me senté de
cuclillas, golpeteando el cristal con un puño enroscado. —Mira detenidamente,
bestia. Soy un hombre. Un hombre ruso puro, normal y saludable. ¡Mira esto, tengo
lo mismo que tú allí abajo, lo que significa que definitivamente no soy la persona
adecuada para aparearte!
Era imposible que me escuchara–estoy consciente de ello–pero no había otra forma
de desahogar mi ira, y se sentía bien decir con 100% de seguridad que era un
hombre.
El tritón parecía estar preguntándose sobre lo que acababa de decir, y se acercó
más a través de las profundidades cenagosas del recinto. Era una figura esbelta y
alta, sus ojos–los que eran profundos y significativos–entornados, aunque su
expresión mostraba algún tipo de excitación. Se tragó la saliva con una fuerza
aterradora mientras sus garras palmeadas empujaban con fuerza el cristal. La
yema de cada dedo brillaba con un blanco doloroso, su fuerza aparentemente capaz
de romper el suelo en el que estaba parado.
Su actitud en este momento fue suficiente para decirme que mi cuerpo no lo hacía
sentir en conflicto, sino que parecía llenarlo de deseos mortíferos y seductores.
¡Mierda! ¿No me digas que de casualidad este tritón es gay?
Justo cuando estaba contemplando esa extraña posibilidad, vi que el tritón de
repente apartaba su mano que estaba presionando poderosamente el suelo de
cristal del tanque. Inesperadamente, empujó su cola hacia abajo para alejarse
nadando, y justo antes de desaparecer en la oscuridad del agua turbia, se giró para
mirarme profundamente a los ojos una vez más.
Agares no estaba a la vista, y sin importar cuánto mirara, ya no había ningún indicio
que me dijera dónde estaba. Supe con cierta certeza que ya no me estaba
espiando, y ese pensamiento me trajo un gran suspiro de alivio. ¿Quizás su
excitación anterior no fue por una lujuria ilógica, sino por la frustración de darse
cuenta de que yo era un hombre?
De lo contrario, ¿por qué se iría de repente?
Con este razonamiento, fui a abrir la cúpula de la ducha y permití que el agua
caliente se vertiera sobre mi cabeza, tranquilizándome.
Pero justo cuando me estaba mojando por completo, sonó una alarma desde el
exterior de la ducha. Me sobresalté con sorpresa, e inmediatamente salí corriendo
con una toalla envuelta a mi alrededor. El sonido provenía de una alarma equipada
en la pared, la cual era responsable de la comunicación con el mundo exterior sobre
el mar. Su pantalla LCD retumbaba frente a mí, exhibiendo el clima en el mar: una
tormenta se avecinaba.
Mi corazón se hundió.
—Hola, Sr. Desharow, ¿estás despierto?
El mensáfono conectado a la alarma se iluminó de verde automáticamente, seguido
de la urgente llamada de Sakarol.
Fui a agarrar el mensáfono deprisa, y respondí velozmente: —Sí, estoy aquí,
doctora. ¿Es la tormenta lo suficientemente grande como para golpearnos? ¿Qué
deberíamos hacer?
—No tienes que preocuparte, la tormenta no es lo suficientemente fuerte como
para dañar las instalaciones de investigación submarinas. Lo único que tienes que
hacer es quedarte quieto y continuar tu investigación. Pero tengo que decirte que
el resto de nosotros, incluido Rhine, tenemos que permanecer en tierra por el
momento. Sr. Desharow, me temo que tendrás que quedarte allí solo por unos
cuantos días, pero te prometo que la instalación de investigación es
extremadamente resistente; las olas no deberían tener ningún impacto dañino.
Vendremos a rescatarte tan pronto como podamos.
Pensé en la abundante comida y agua almacenada aquí, no debería ser un problema
para mí pasar unos días solo aquí. Presioné el micrófono, preparándome para
responder.
—Entendido, ustedes también asegúrense de mantenerse a salvo allá. Estaré
esperando su regreso.
—Está bien —respondió Sakarol en acuerdo—. El mensáfono en tu mano aún puede
conectarse con nosotros en tierra. Si hay algún problema, por favor llama al-
Bzz... bzz.
La señal fue repentinamente cortada por una ruidosa corriente eléctrica. Traté de
hablar por el micrófono otra vez, pensando que esto era probablemente causado
por el impacto de las olas en las instalaciones de comunicación justo en la calma
antes de la tormenta. Esperé de nuevo, pero el mensáfono solo siguió cantando un
pitido monótono.
La inquietud hervía dentro de mí mientras colgaba el mensáfono y caminaba hacia
el escritorio. Ojeé despreocupadamente el piso de cristal solo para ver cosas negras
dispersas en el suelo que no estaban allí antes.
Dándoles una mirada detenida, para mi sorpresa, eran un montón de algas con
rastros de agua detrás de ellas. Arrastré los ojos a lo largo de las marcas de agua,
bajando las escaleras, guiándome a observar la puerta de la escotilla de presión
ubicada en el segundo piso.
No sabía cuándo se abrió la escotilla al ancho de una sola persona, el nivel del agua
cayendo a la mitad del volumen original.
Un aterrador escalofrío trepó desde la planta de mis pies, golpeándome con fuerza
en la frente.
Mientras estaba observando esto, mi vista se enfocó hacia el piso de cristal debajo
de mis propios pies, y vi una sombra en forma de pitón envolviendo mi cuerpo.
Casualmente, mi espalda se frotó contra el cabello largo y húmedo, un profundo
suspiro se escuchó cerca de mi oído mientras un aliento caliente rozaba mi cuello
sensible.
No me molesté en pensar cómo el místico tritón siquiera llegó aquí, lo único en que
mi mente se estaba enfocando era en su cabeza que se presionaba cerca de mi
cuello, inhalando profundamente mi olor. En cuanto a mí, todavía estaba
prácticamente desnudo.
Mi cerebro zumbaba y mis piernas temblaban. Necesito correr, pero el repentino
pánico me arraigó profundamente al lugar como un ancla, manteniéndome en
prisión. Fue solo hasta que el pecho ancho y glacial del tritón se presionó contra mi
espalda y la sensación de un objeto duro y mojado hincó mi mitad inferior que me
desperté de repente. Pánico y adrenalina mezclados. Antes de que pudiera dar un
paso al frente, la extensa cola del tritón me hizo tropezar y terminé trastabillando
a varios pasos de distancia con un centro de gravedad inestable. Traté de apoyarme
agarrándome del escritorio, pero accidentalmente abrí el cajón que reveló la pistola
de anestesia escondida dentro.
¡Esta es una herramienta que salva vidas!
Preparé la pistola y torcí mi cuerpo, apuntando su punta hacia el pecho del tritón
que se acercaba. Agarró mi pistola instintivamente e intentó arrojarla, y
ciertamente parecía posible con su agarre literalmente férrico. Incluso sospeché
que podría aplastar fácilmente la larga pistola de acero.
Sin embargo, aun así, me opuse contra él con todas mis fuerzas. El sudor me
goteaba por la frente mientras contenía la respiración y forcejeaba. ¿Cuándo me
volví tan temeroso del tritón? Hace solo unos días estaba tan ansioso por tener
algún contacto personal con él, pero ahora sentía que algo extremadamente terrible
sucedería si renunciaba a mi resistencia, como si me hubiera enfrentado a una
situación como esta antes.
De repente me di cuenta de que tenía miedo de que el tritón me violara, ya que su
"parte" llena de vida era una clara indicación de sus deseos desesperados. Ni
siquiera parecía importarle la pistola de anestesia dirigida a su pecho, en su lugar,
sus ojos viajaban con avidez por los contornos de mi cuerpo y la cosa entre mis
piernas que no podía ocultar.
Los pelos de mi cuerpo se erizaron. Mis dedos se apretaron alrededor del agarre,
endurecí mi voz y advertí, —¡No te acerques a mí! ¡Aléjate, bestia!
Me sentía mentalmente exhausto y quería desmayarme. Fui cuidadoso al elegir mis
palabras para evitar mis errores pasados y no causar más consecuencias
inimaginables. Después de que terminé mis palabras, presioné la pistola contra su
pecho para mostrar que, si las cosas se ponían feas, estaría más que dispuesto a
dejar que probara la bala anestésica.
Los ojos de Agares se hundieron en un tono negro más profundo, separó las
mandíbulas, revelando dientes afilados con un brillo de helada indiferencia en su
expresión. Sus dientes descubiertos podrían infundir terror en los corazones de sus
víctimas, y en este momento sus labios se curvaban naturalmente en una sonrisa
amenazadora, como si se riera de su pan comido y victoria.
Sus ojos se encontraron con los míos otra vez, agarró el cañón de mi pistola con
sus garras palmeadas, y con fuerza bruta, alejó la pistola centímetro a centímetro.
Me dolían los músculos, como usar un brazo desmantelado para luchar un combate
imposible de ganar. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral cuando una cosa
mojada se enrolló en mi tobillo, abriendo mis piernas en un ángulo
extremadamente humillante. Y pronto, vi a Agares mirando intensamente en medio
de mi pierna extendida, sacó su lengua de terciopelo y se lamió los labios con
hambre.
—¡Púdrete!
La humillación de que jugaran conmigo hizo que mis dedos temblaran debido a una
amplia gama de emociones, y un dardo de la pistola de anestesia golpeó el hombro
de Agares. Su movimiento se ralentizó de inmediato y su agarre también se aflojó,
dándome la oportunidad de escapar hacia la puerta, agarrar el mensáfono y bajar
las escaleras a trompicones.
—Oye, oye, ¡¿hay alguien que pueda oírme?! ¡Soy Desharow y necesito ayuda
urgente!
Le grité al mensáfono en pánico, pero la única respuesta del otro extremo que
obtuve fueron varios ruidos estáticos. Entonces, de repente, una voz muy
intermitente pero familiar respondió: era Rhine.
—Hola, hola, ¿es Desharow?
Un hilo de esperanza surgió de inmediato en mi corazón, y estaba a punto de
responder antes de que mi pie tropezara con algo mojado y resbaladizo. Mi peso
se derrumbó hacia adelante y escaleras abajo. No sabía cuántas volteretas me
tomó llegar hasta abajo.
El techo estaba girando sobre mí, y mis cuatro sentidos trepidaban violentamente.
Lo único que permaneció claro en esta situación fue la aguda punzada de dolor en
mi rodilla. Probablemente me había cortado un ligamento al caer por las escaleras
de cristal, ya que ni siquiera podía levantarme.
Esto era realmente malo. El mensáfono y la pistola de anestesia habían aterrizado
a unos cuantos metros de distancia. Tenía que conseguirlos, son mi única defensa.
Preparándome, apreté los dientes y comencé a reptar con mis brazos. Poco a poco
me estaba acercando, pero un repentino arrepentimiento me inundó.
Al instante odié mi decisión de quedarme aquí solo con el tritón. Rhine tenía razón,
debería haber escuchado su advertencia.
Realmente debería haber escuchado.
Cuando mi mente reflejó este punto, el sonido de Agares acercándose se estaba
aproximando por encima de mi cabeza. Su sombra se extendió a lo largo de mi
visión como un abismo negro, y el escalofrío que sentí en este momento hizo que
el abismo pareciera mucho más convincente de lo que debería haber sido. El tritón
emitió un sonido bajo y entrecortado, el que exudaba una neblina de deseo y
esperanza, haciendo que la gente no pudiera escapar.
—Mi... Desharow...
Capítulo 18

No había ningún lugar para correr.


Por primera vez, me di cuenta del verdadero significado de la frase en un sentido
práctico.
Las escaleras habían obstaculizado el movimiento del tritón, y aproveché esta
oportunidad para arrastrar mi dolorido cuerpo para agarrar la pistola. Logré asir la
pistola de anestesia en mi mano justo cuando mi cuerpo fue acobijado por su
sombra.
—A... gares... A... gares...
La voz del tritón estaba llena de insaciables deseos impulsivos. Sus llamadas bajas
sonaban como el gruñido de un lobo hambriento que quiere hacerme pedazos en
el momento siguiente.
En ese momento, supe que era demasiado tarde para salvarme.
Levanté la pistola de anestesia para apuntar al tritón, miedo arrastrándose por mi
espalda. Los ansiosos ojos brillando en la sombra me hicieron tiritar
incontrolablemente, y fui de inmediato a apretar el gatillo sin vacilación. Se escuchó
un chasquido en la pistola, pero no salió nada. El cañón estaba vacío.
Maldición, ¿por qué solo había una bala en esta pistola de anestesia? ¡No,
imposible!
Pero ya era demasiado tarde para revisar qué andaba mal con la pistola de
anestesia, pues el tritón ya había llegado al pie de la escalera, su cola aupándolo.
Con la cabeza bien alta, avanzó hacia mí con una sonrisa siniestra en la boca.
Usando la pistola de anestesia en mi mano, hice mi mejor esfuerzo para arrojarla
hacia la cabeza del tritón. Inmediatamente después de eso, jalé velozmente la
cortina opaca de la ventana más cercana a mí y rodé todo mi cuerpo en ella
mientras intentaba evitar cualquier contacto de mi rodilla herida con el piso.
Después, me moví con dificultad hacia la puerta como un delfín varado. Junto a la
puerta había un extintor de incendios, y pesar de que nunca se necesitaba en el
laboratorio, estaba extremadamente agradecido de que alguien hubiera preparado
esto. ¡Esta cosa era mi única esperanza ahora!
Con un fuerte "bang", desde el reflejo vi al tritón atrapando con una mano
palmeada la pistola que le lancé. Simplemente la miró por un segundo o dos antes
de agarrar la pistola con sus dos garras palmeadas y torcer su totalidad en un nudo
deformado de un palo de goma y la arrojó a un lado como un trapo inútil.
—No... pued... e... hacer... me... da... ño.
Levantó la voz y terminó con una profunda y orgullosa risa. No me atreví a mirar
hacia atrás y seguí arrastrándome hacia adelante desesperadamente. Mi cabello
estaba erizado debido al aire frío, no solo por su poder monstruoso y peligroso,
sino también porque podía usar el lenguaje humano para provocarme. Si se
discerniera detenidamente lo decía, básicamente podría escucharlo decir: "¡Esta
cosa no me puede lastimar ni un solo pelo!".
Sentí que mi entendimiento anterior de que era un pequeño demonio travieso
tratando de presumir frente a sus mayores estaba terriblemente equivocado. ¿Era
este el precio a pagar por mis errores?
No, todavía tenía la oportunidad de salvarme, ¡todavía tenía la oportunidad!
El extintor de incendios estaba a solo un paso de mí. Doblé las rodillas e hice todo
lo posible para seguir luchando, pero mis tobillos de repente se tensaron y cedieron,
todo mi cuerpo volvió a caer al suelo.
—¡Joder! —grité.
Por un momento, sentí como si estuviera colgando peligrosamente desde el borde
de un acantilado. Una inesperada fuerza de repente me arrastró varios metros
hacia atrás, la cortina en mi cuerpo dio un silbido antes de que la tela debajo de
mi muslo fuera rasgada. La otra mitad estaba atorada en mi cuerpo, mientras que
la otra estaba en manos del tritón.
—M-mi-mi-erda...
Estaba temblando por doquier hasta el punto de que ni siquiera podía maldecir
bien. Me aferré al último trozo de tela que quedaba en mi cuerpo y me encogí en
la sombra del tritón en una posición humillante y sumisa. El cielo sabía mi reticencia
a adoptar una postura femenina tan humillantemente débil, como si fuera a ser
amedrentado, pero en verdad, esto era lo que mis instintos me decían que hiciera
en ese momento.
—¡Vete al carajo, bestia!
En el momento en que dije esas palabras, Agares se agachó y empujó su tenaz
cola contra mis piernas cerradas, forzando a que una abertura apareciera.
Nervioso, intenté apalancar el estrangulador agarre del tritón a patadas, pero fue
infructuoso porque mis pantorrillas fueron firmemente agarradas por sus dos garras
afiladas antes de ser arrastrado hacia su torso. El órgano sexual de color oscuro
hinchado y endurecido, apuntaba directamente hacia mi cara como una flecha
puntiaguda en una ballesta, listo para invadir mi cuerpo en cualquier momento.
Grité en voz alta con miedo y resonó a través de todo el laboratorio abierto,
haciéndome sentir aún más impotente. ¡Yo era la única persona aquí! ¡El único!
Forcejeé tan fuerte como pude. Con gran esfuerzo, mi mano trató de tomar la
cortina caída en el suelo, pero fue inútil. Al final, mis dos piernas fueron separadas
y colocadas sobre los hombros del tritón.
Los afilados y sobresalientes huesos en su hombro me lastimaban los tobillos y las
rodillas. Pero el dolor estimulado era mucho menos peor en comparación con la
humillación que me traía esta postura. Al mismo tiempo, una extraña clase de
emoción compleja que parecía haber experimentado antes me golpeó los nervios,
haciéndome querer estallar en llanto. Solo apretando los dientes pude resistir la
necesidad de llorar.
—¡Bestia vulgar, animal lujurioso, aléjate, aléjate de mí!
Maldije sin mucho cuidado. Empujé su cabeza para que no avanzara más entre mis
piernas, pero de la nada mis nalgas fueron levantadas por la enorme cola de pez.
Debido a eso, terminé perdiendo mi centro de gravedad y, de espaldas, volví a caer
a donde estaba. Inmediatamente después de eso, mis piernas fueron abiertas con
facilidad y la toalla envuelta alrededor de mis muslos rasgada hasta mi cintura.
Sin la tela, mi parte inferior del cuerpo se sintió fría y vacía. Ahora estaba
completamente desnudo y expuesto sin ninguna reserva frente al tritón. Parecía
estar disfrutando de mis partes privadas con gran interés, sus ojos brillando de
excitación. —De... sha... row... mi... De... sharow...
—¡Mi cosa es igual a la tuya! ¡No la mires con ese tipo de mirada en tu rostro,
animal, aléjate de mí!
Chillé histéricamente, sangre roja podría prácticamente rociarse de mis ardientes
mejillas. Mi mano se aferró con fuerza a los remanentes de tela para bloquearme
de los ojos intrusos, mas la mano del tritón empujó a un lado mi muslo interno.
Inclinó la cabeza hacia el costado, levantó mi muslo como una deliciosa paleta y
comenzó a lamer a lo largo de mi rodilla herida. Los rastros de sangre fueron
lamidos, y el dolor de la herida fue inmediatamente aliviado por su lengua húmeda.
Me di cuenta de que el tritón estaba curando la herida por mí, y también esperé
que no me dejara ir después de esto. Simplemente quería asegurarse de que mi
cuerpo estuviera listo para aceptarlo físicamente, pero siguiendo cómo su lengua
de serpiente comenzó a nadar hacia la raíz de mis muslos, mi cuerpo se volvió
incontrolablemente sensible. Extremadamente sensible.
Sentía que cada uno de mis nervios se tensaba, los músculos de mis muslos
crispándose con cada lamida; mi cuerpo comenzó a suavizarse y calentarse, justo
como lo había experimentado hace una hora con la voz del tritón. Tuve otra
reacción vergonzosa debido a esto.
Mi propia cosa en la parte inferior de mi cuerpo se endureció, y comenzó a doler
bajo la tela andrajosa. El tritón miró entre mis piernas y soltó un murmullo bajo y
satisfecho. Bajó la cabeza e inhaló profundamente antes de deslizar la punta de su
lengua mojada por mis caderas hasta la hendidura entre mis nalgas... De repente
sentí algo suave y húmedo dentro de mi cuerpo.
—¡Ah... Ah... No!
Sin pensarlo mucho, solté un grito que no fue diferente a un gemido, mis músculos
y mi mente, como las cuerdas de un violín, se tensaron enseguida. Mi cintura se
torció hacia arriba mientras mi mano se movía alrededor inútilmente, queriendo
evitar de alguna manera la excesiva obscenidad del tritón. Sin embargo, con mi
cintura apretada por su mano, era inalcanzable. Su lengua se estaba deslizando
imprudentemente dentro de mi cuerpo, lamiendo y frotando, y al igual que puntear
cada cuerda en mi cuerpo, destruyó todo mi razonamiento y despertó mi deseo
sexual al extremo.
Si Agares fuera un humano, sería un maestro en la cama. Mi defensa y
razonamiento comenzaron a derrumbarse lentamente bajo el jugueteo de la punta
de su lengua. Mi cintura estaba especialmente levantada por la acción excitante,
mis manos y pies tan rojos como un camarón cocido. Apreté mis dientes y labios,
cerré los ojos con mortificación, pensando: Nunca antes me habían tocado en ese
lugar ni había tenido ninguna experiencia sexual. ¡Entonces, por qué me siento tan
sensible como una viuda apasionada!
No... no. ¿Qué pasa contigo, Desharow?
Negué con la cabeza con sufrimiento y me tapé la cara con los codos. Estaba
confundido sobre lo que debería hacer. Con mis piernas abiertas de esta manera,
pensé inmediatamente en morir, pero con el estimulante placer, mis instintos me
decían que consiguiera más... incluso queriendo ser más invadido. Quería que
continuara.
El tritón de repente sacó su lengua de mi muslo, dejando a mi interior sintiéndose
extrañamente vacío y aflojando mi cuerpo tenso. Abrí la boca para respirar
profundamente el aire frío, e instintivamente, un incontrolado gemido explotó de
mi garganta.
Mierda, ¿qué tipo de sonido acabo de hacer ahora?
Quise bloquear mis labios con mi puño, pero no había fuerza en mi muñeca
ablandada. Eran como esponjas empapadas en la lujuria del tritón, incluso las
profundidades de mis huesos parecían emanar el olor de las hormonas. ¡No! ¡No
quiero ser sexualmente excitado por una bestia! Cuando Agares abrazó mi cintura
baja y la descendió para encontrarme con su rostro, grité desesperadamente este
pensamiento en mi mente mientras era presionado debajo de su pesado y húmedo
cuerpo.
Aferrándome al suelo frío, doblé las rodillas e intenté luchar para salir debajo de su
cuerpo, tratando de escapar, pero mi cuerpo fue firmemente sujeto por los brazos
extremadamente fuertes alrededor de mi cintura. La fricción creada a partir de mis
nalgas afirmó e irguió aún más su órgano sexual, y presionaba inquietamente mi
coxis, —A... ga... res...
El tritón dejó escapar un gemido erótico en mi oído, su aliento húmedo, caliente y
pegajoso rozó mi cuello.
—¡Ayuda... ayuda, Rhine, Sakarol! Ayúdenme... —El miedo y la vergüenza
colisionaron al instante, rompiendo mi barrera mental, pero mi grito terminó
abruptamente cuando algo duro y rígido se apretó en mi interior. Se escuchó un
jadeo de mi boca abierta, pero también fue interrumpido debido a la gran presión
de la estimulación. Sin que me quedara voz, solo se podían ver lágrimas cayendo
por mis mejillas y dentro de mi boca.
Estaba siendo violado por un animal y nadie podía salvarme... Nadie.
Golpeé mi propia cabeza contra el piso duro y casi machaqué mis propios dientes
con lo fuerte que los apreté. Todavía me aferraba desesperadamente a la tela inútil,
y lloraba amargamente. Esperaba que Agares perdiera su interés en mi cuerpo
después de que se diera cuenta de cuán terrible era la sensación dentro del trasero
de un hombre, pero era solo mi ilusión imposible.
Enredó su cola con una de mis piernas mientras sus manos levantaban mis nalgas,
haciéndome posar en una postura medio arrodillada y medio acostada. Luego bajó
su propia cintura y, de una vez, literalmente zambulló por completo el órgano
sexual endurecido dentro de mí. La gruesa y dura barra golpeó de inmediato un
cierto punto en mis paredes internas cual mazo, el placer viajando por mi columna
vertebral como una descarga eléctrica. Me pilló desprevenido sin previo aviso, y
todo mi cuerpo se derrumbó, excepto que mi cintura y mis nalgas aún eran
sujetadas en alto por las manos detrás de mí.
Golpeé alrededor descuidadamente en un intento de deshacerme de Agares–que
presionaba mi espalda–pero Agares usó una mano para oprimir mi cabeza contra
el suelo, y mordió con fuerza el lóbulo de mi oreja colocado entre sus labios, como
para castigar mi resistencia y declarar su posesión sobre mí. Al mismo tiempo, el
órgano sexual que me había penetrado también se insertó más profundamente
dentro de mí.
—Bastardo... bestia lasciva...
Maldije impotente. Una vez que me escuché sollozando de placer, me sentí más
avergonzado de mí mismo.
Agares, en respuesta, apretó su agarre, aplastando mi espalda en su pecho y sin
dejar espacio entremedio, lamió desde mis orejas hasta mis mejillas. Después de
un poco de bombeo superficial, comenzó a aumentar la velocidad y la presión de
sus acciones, como si quisiera clavarme al suelo. Su gran cola entre mis piernas
aumentó su balanceo duro, presionando siempre mi entrepierna con cada bombeo.
El órgano sexual se azotaba salvaje y lujuriosamente en mi cuerpo, moliendo y
apuñalando cada centímetro de mis entrañas, al parecer con ganas de follarme
hasta la muerte.
De hecho, sí me sentía cerca de la muerte. Mi cabeza estaba enterrada en el cabello
de Agares, completamente envuelta en la oscuridad mientras gemía y lloriqueaba
de manera intermitente. Mi cintura poco a poco comenzó a aceptar las acciones
bruscas de la cola de pez y comenzó a atenderlas. Mis piernas, por otro lado,
temblaban violentamente mientras todo mi cuerpo estaba siendo empujado hacia
arriba por la cola de pez a un ritmo muy rápido.
El órgano sexual parecía encajar cómodamente dentro de mi trasero, como si mi
cuerpo hubiera nacido para adaptarse a él; incluso mi alma se vio obligada a
convertirse en un agujero negro grande y suave por el intenso placer. Escondido
en la oscuridad, yace el abismo del deseo que surgió como un torrente, y luego se
convirtió en olas de agua para asolarme.
Sin pensarlo, rasguñé el piso con los dedos, sintiéndome aterrorizado de ser
controlado por el instinto si perdía toda mi racionalidad y control. Pero Agares,
como si no quisiera dejarme ninguna oportunidad, apretó su garra palmeada en mi
mano y soltó un profundo y satisfecho gemido de su garganta, —Yo Agares...
Desharow...
La gruesa y resistente cola de pez soltó una brusca sacudida entre mis piernas y,
de repente, sentí que mis entrañas se enfriaban, entonces una corriente de líquido
húmedo y pegajoso fue inyectada en mis tripas.
Era el semen del tritón. No solo me violó, sino que también eyaculó dentro de mi
cuerpo. Esta bestia ahora se había apoderado completamente de mí.
Después de darme cuenta de este hecho, fue suficiente para destruir por completo
la autoestima de un hombre, mi mente fue la última pieza en derrumbarse en este
juego de ajedrez y me eché a llorar en el suelo otra vez. Desde entonces, todo se
había vuelto caótico, incluso el paso del tiempo se volvió muy lento e imperceptible.
No sabía cuánto tiempo había durado esta relación sexual, y también había
experimentado varias posiciones mientras era violado, pero simplemente me hundí
más en la oscuridad por la decepción de escucharme gemir de placer.
Después de eso, parecí estar en un lugar completamente diferente.
No era el laboratorio submarino, ni tampoco era Islandia: era el mar que había
visitado una vez hace mucho, mucho tiempo.
Capítulo 19

El hielo flotante y la neblina blanca que cubrían el mar me rodeaban.


Miré a mi alrededor sin saber qué hacer, y no muy lejos vi el casco inferior de una
lancha motora volcada en la superficie del agua glacial. El motor del barco
funcionaba en las últimas, creando continuas ondas de agua y hielo, y los dispersos
remos rotos flotaban a un lado.
Yo, por otro lado, me aferraba desesperadamente a un salvavidas con fugas que
estaba perdiendo su efectividad poco a poco en tanto se sumergía en el agua
glacial. ¿Dónde es esto? Una situación tan familiar, pensé mientras tiritaba. Miré
hacia abajo para ver que mis manos se parecían a las de un niño pequeño, pero
los dedos ya débiles y tiernos se habían hinchado, cada uña negra y azul como
cercanas a la muerte. La mortífera temperatura deterioraba mi cuerpo, parecía que
moriría de frío primero en lugar de ahogarme.
—Pequeño De, pequeño De, ¿dónde estás, hijo mío?
—Por favor Dios, mantenlo a salvo y vivo. ¡Mi pequeño De! Mi pequeño De tiene
solo seis años. ¡Dios, dime dónde está!
Varias voces gritando mi apodo de la infancia llegaron desde lejos. Esa es mi
familia. Me di cuenta inmediatamente de que venían a salvarme.
—Aquí... ¡Papá, mamá! ¡Estoy por aquí! Estoy por aquí...
Mi respuesta fue débil, mi garganta fatigada emitió meramente unas cuantas
cadenas de murmullos de ayuda bajos que la gente apenas podría escuchar. ¡No,
no quiero morir! Me moví instintivamente en el agua fría, mas mi cuerpo parecía
haberse convertido en una escultura congelada, rígido y entumecido, incluso
apenas capaz de mover los dedos.
—¡No estoy muerto! ¡Estoy aquí! —grité con toda la fuerza que pude reunir. La luz,
simbolizando la vida y la calidez, brilló en el hielo cerca de mí a través de la neblina,
pero entonces se alejó y brilló en otra dirección. Ese destello de esperanza se sintió
como mi último, pero no pude atraparlo. El tremendo miedo y la desesperación que
sentía eran como la niebla en una noche fría, filtrándose en mi médula ósea. Sin
embargo, no había nada que pudiera hacer más que mirar con cautela el domo azul
grisáceo que estaba cerca del alba mientras trataba de obtener la mayor cantidad
de oxígeno posible en tanto el mar circundaba gradualmente mi cuello.
Voy a morir pronto... Papá. Mamá. Por favor, dense prisa y encuéntrenme rápido.
Este pensamiento consciente se amplió ilimitadamente en mi mente congelada e
inactiva. Incluso pensé que el paso del tiempo transcurría extremadamente lento.
Sentí que unos cuantos siglos ya habían pasado mientras esperaba mi lenta muerte
sin esperanza alguna, pero inesperadamente, algo bajo el agua tocó mi pequeño
pie. Fui despertado al instante de un estado cercano al coma, cuando mi cuerpo
fue elevado de la superficie. Lo primero que vi fue un brazo poderoso y pálido
sosteniendo mis piernas cortas, mi cabeza descansando sobre un pecho ancho y
duro, y mi mejilla tocando el cabello mojado cuales algas.
Ah, esta es una persona. ¡Me han encontrado, voy a ser salvado!
Mi corazón de repente se iluminó, pero el cuerpo pesado y rígido no me permitió
levantar la mirada para ver la cara de mi benefactor salvavidas, y solo pude ver las
enjutas y delgadas ondas de agua en la superficie del mar conduciendo a mi cuerpo
a nadar hacia la luz.
Más cerca... un poco más cerca... Ah, estoy salvado.
Cuando la cálida luz brilló sobre mí, mi línea de visión y conciencia se volvieron
indistintas y se emborronaron entre sí. Solo pude escuchar una voz familiar
exclamando de felicidad, —¡Oh cielos, gracias a Dios! Es el pequeño De. Está vivo.
¡Está nadando hacia nosotros! ¡Qué milagro!
—¡No, no, hay alguien agarrándolo! Eso, eso es un...
Mi cuerpo fue repentinamente liberado, y un par de manos le dieron un suave
empujón hacia la dirección de la luz. Sentí que mi cuerpo flotaba durante varios
metros en las olas frías antes de que me agarraran del brazo y la pierna y me
alejaran del agua con un salpicón, cayendo inmediatamente en un abrazo suave y
cálido.
—Oh, hijo mío...
La voz de mi madre me dio fuerzas, me apresuré a abrazarla con vigor y comencé
a llorar débilmente en sus brazos. A través de mis ojos llorosos y sombríos, volví a
mirar en la distancia al oscuro mar cubierto por la neblina, y vi la silueta del torso
de un hombre. Ah, ese es el hombre que me salvó. ¿Por qué no subió a bordo?
¡Con el agua tan fría, seguramente se congelará hasta la muerte!
Pestañeé mis ojos para aclararlos antes de volver a tratar de discernir su
apariencia, pero en la niebla nocturna solo vi un par de ojos azules siniestros y
angostos, lo que me hizo sentir miedo instantáneamente. Incluso el coraje de
llamarlo a bordo desapareció mientras enterraba mi cabeza en los brazos de mi
madre.
La persona que me salvó, al final no volvió. ¿Quién es? ¿Es humano...?
A... gares...
En lo profundo del abismo de mi audición, una serie de murmullos bajos resonó, y
de repente un par de pupilas azules que emergieron de la nada se superpusieron
con los ojos que estaban profundamente grabados en mi memoria.
Ese es...
Solté un grito de terror y abrí los ojos abruptamente, sacándome de la pesadilla en
tanto todo lo que acababa de ver desaparecía.
Pero la sensación de frialdad permaneció intacta en mi cuerpo, como gusanos
enterrándose en mis huesos. Tenía la espalda sudorosa, y también temblaba
incontrolablemente. Sin embargo, me sentí acostado sobre un suave colchón,
cubierto de una completa oscuridad. No estaba seguro de si era de día o de noche
sobre el mar, y mi cabeza todavía se sentía confusa y como si aún estuviera
nadando en mis sueños.
Ah, así es, soñé con un recuerdo de cuando era muy joven que casi olvido
completamente.
Si no mal recuerdo, estaba frente a la costa de Noruega... El barco pesquero del
abuelo chocó contra un arrecife de hielo, y todos los que nos acompañaban
perdieron la vida. Solo yo fui milagrosamente rescatado.
Me salvaron, pero el hombre que me rescató no subió al bote, en su lugar
desapareció en el mar azul oscuro. Era imposible que un humano normal apareciera
repentinamente en aguas tan frías. Esta podría ser la razón de por qué siempre
creí en la existencia de los sirenios y fui a buscar paranoicamente su posible
existencia.
Pero eso fue algo que sucedió hace mucho tiempo atrás, cómo es que de repente
lo pensé...
Espera, esos ojos...
La sensación de somnolencia estalló y se dispersó. El espacio vacío pronto se inundó
con violentas olas de insoportables recuerdos del presente totalmente repugnantes.
Nítidas escenas del encuentro humillante con ese tritón reaparecieron en mi mente.
Con intensa vergüenza y mortificación, me enrollé en una pequeña bola. Me abracé
con los brazos, enterré la cabeza en la almohada y abrí la boca para morder
ferozmente las almohadillas de algodón.
¡No, de ninguna manera!
Negué con la cabeza con fuerza, y cerré los ojos, pero los ojos azules en mi cerebro
no podían desaparecer. El recuerdo de mi infancia mezclado con la escena de la
noche anterior me hizo gritar de frustración. Mi corazón parecía embravecido con
peligrosas olas, y no podía respirar.
¡La misteriosa sombra que rescató al joven yo en el mar hace muchos años atrás
fue Agares, fue Agares!
Quizás había plantado un señuelo en mi subconsciente, quizás había previsto mi
obsesión por estudiar sirenios, ¡podría haber sabido que volvería al mar donde
existía! ¡Podría haber estado esperando que yo pidiera algo a cambio! Me devolvió
la vida a cambio de un costo una vez, y ahora que había tomado mi virginidad como
hombre, se había logrado el propósito de su inactividad y paciencia durante muchos
años.
Siendo una criatura tan superior, puede que yo haya sido marcado para ser su
presa desde ese día, oh Dios, oh Dios...
Me aferré desesperadamente a la cama, tiritando por todas partes, sin siquiera
atreverme a echar un solo vistazo para ver dónde estaba el tritón porque sabía que
todavía estaba solo con él, atrapado en esta jaula submarina donde ahora era su
festín a disfrutar.
—De... sharow...
Las cosas más terribles siempre parecían ocurrir cuando uno ya estaba asustado,
y con mi mente en completo caos en este momento, de repente escuché la voz de
Agares susurrando en mis oídos.
Tan pronto como me senté con miedo, agarré la ropa de cama y la envolví alrededor
de mi cuerpo desnudo antes de hurgar debajo de la almohada con mis manos.
Debajo de mi almohada había una linterna con una función de descarga eléctrica
de autodefensa. La agarré con éxito en mi mano, y con todo mi cuerpo apoltronado
en la esquina de la cama, encendí la linterna.
Me sobresalté cuando vi a Agares arrastrándose al final de mi cama. Parecía que
acababa de salir del agua, ya que estaba goteando. Un par de ojos oscuros y
sombreados me contemplaban atentamente, al parecer tratando de cautivarme.
—No... me... tengas.
Capítulo 20

—¡Mantente lejos de mí, bestia!


Me aferré fuertemente a la linterna y la balanceé frente a los ojos del tritón para
evitar que se me acercara más. Como antes, fue completamente inútil. Agares
simplemente no parecía molesto y, como un león desafiado por su presa, abrió la
boca para revelar hileras de afilados dientes blancos. Se volvió a aupar con su mano
y avanzó hacia mí hasta que su cuerpo me bloqueó por completo a la esquina.
El aroma hormonal único que exudaba su cuerpo llenaba el aire, y mi estado mental
pareció haberse quebrado debido a eso. Mi instinto de autodefensa me hizo
presionar el interruptor de descarga eléctrica de la linterna y apuñalarlo en el pecho
de hierro del tritón sin mayor reflexión.
Se escuchó un sonido de "szzzz" y el cuerpo de Agares se sacudió por un rápido
segundo, seguido inmediatamente del olor a piel y carne quemadas precipitándose
directo a mi nariz. Sin embargo, el tritón no se molestó en recular, sino que me
agarró el brazo y lo presionó contra la pared.
—¡Suéltame! ¡Vete a la mierda! ¡No me obligues a lastimarte!
Grité incoherentemente mientras usaba mi otro brazo libre para asir la linterna y
apuntar las corrientes eléctricas al brazo de Agares que retenía mi brazo derecho,
dejando una cicatriz blanca. Admito que perdí por completo mi racionalidad y
estaba actuando como un niño irritado resistiéndose locamente. Dios sabía cuánto
quería ser intrépido porque en este momento, ¡estaba dispuesto a deshacerme de
todo mi supuesto espíritu de investigación y resultados de estudio en mi mente
solo para poder empujar al piso al tritón doble cara, malicioso y embustero y
apalearlo violentamente de una vez por todas!
En realidad, mi fuerza no estaba para nada cerca de la del músculo grueso y bien
entrenado de una bestia despiadada: básicamente incomparable. Agares sujetó
fácilmente mis dos manos sobre mi cabeza, luego arrancó la linterna entre mis
dedos y la lanzó a un lado.
Agares entornó un poco los ojos y me miró con una mirada tanto obsesiva como
juguetona, como si pensara que mi obstinada resistencia era mi forma de coquetear
con él. Sentí sus enormes y mojadas garras moverse para sostener mi nuca,
levantando su cabeza sobre la mía. Antes de que pudiera emitir algún sonido de
exclamación, la sombra de su rostro inminente colocó una sensación fría sobre mis
propios labios.
¡Oh! Quise gritar, pero solo salió un gemido.
El recuerdo de haber sido violado sexualmente por el tritón aún permanecía vivido
en mi mente, y no pude evitar temblar violentamente por el miedo y la humillación.
Por reflejos condicionados, mordí el frío labio que me estaba presionando.
Inmediatamente, mi boca se rebalsó con el sabor de la sal y la sangre metálica,
pero Agares no se molestó en preocuparse, presionó mi nuca contra la pared y
comenzó a besarme con más profundidad y vigor. Su lengua como pitón taladró
directamente mis dientes apretados, sin reto alguno, e invadió cada centímetro de
mi boca, dejándome sin aliento. Era como un experto en el amor hechizando
fácilmente a alguien para doblarlo, pero también [un experto en el amor] mimando
a un niñito, usando una comodidad reconfortante.
Muy pronto sentí que mi boca y mi lengua no eran mías. La mitad de mi cuerpo se
había derretido, y con mis dos brazos ya liberados, intenté empujar a Agares. Sin
embargo, ambas manos solo tenían la fuerza para alcanzar su pecho, haciendo que
pareciera que le estaba respondiendo.
No sabía si la saliva del tritón tenía algún tipo de veneno como el de las víboras
que tenía un efecto paralizador en los nervios de una persona, pero me sentía
mareado hasta el punto de que ni siquiera me di cuenta cuando su rostro se había
alejado del mío. Todavía estaba inclinado en la pared, mi respiración errática y mi
cerebro en blanco durante un par de segundos.
Agares no parecía tener la intención de continuar forzándose en mí. En cambio,
presionó mi cuerpo con el suyo, utilizando uno de sus brazos para levantar su
cabeza antes de usar sus dedos para peinar suavemente mi cabello y oler el olor
que provenía de él. Sus acciones se parecían a una bestia feroz que ya estaba llena
de comida y descanso, terminando en un estado satisfecho y lánguido.
Sin embargo, cuando pensé en lo que había hecho para obtener tanta satisfacción,
me avergoncé hasta el punto de que ni siquiera tuve el coraje de enfrentarlo. Me
cubrí la cara con el codo inconscientemente y me limpié los labios aún húmedos
con el dorso de mi mano. Me incliné contra la pared con la cabeza en alto, deseando
que hubiera una grieta detrás de mí para poder esconderme dentro.
Respiré hondo, y forcé un par de oraciones a través de mis dientes apretados. —
Me has salvado la vida una vez, eso, lo sé. Y debería pagarte por ello. Ahora has
obtenido tu recompensa, pero ¿por qué no te vas todavía? Quieres volver a casa al
mar, ¿no? ¡Puedo liberarte ahora mismo!
—No. —La repentina respuesta de Agares permaneció en mi oído, su voz ronca
dejó un fuerte impacto, cada palabra pronunciada parecía reverberar en la parte
más profunda de mis tímpanos—. Te... quiero... a... ti.
Cuando abrió los labios, una ráfaga de aire caliente que salió de su boca húmeda
se dispersó sobre mi cuello, y me estremecí debido a mi sensibilidad actual. La
última pizca de mi resistencia se derritió; retiré el brazo y lo alejé a unos
centímetros de mi cuerpo con un empujón. Me pegué a la pared, rugiendo, —¡No
soy tuyo, y jamás le perteneceré a una bestia como tú!
Tan pronto como esas palabras salieron de mi boca, mi tobillo fue apretado entre
sus dedos. Levanté mi otro pie para patear con fuerza el pecho del tritón, pero
también fue agarrado. Las dos piernas ahora en sus manos estaban siendo
arrastradas hacia abajo, su increíble fuerza me hizo caer directo sobre la cama,
donde quedé preso bajo el cuerpo de Agares.
Una de mis piernas quedó colgando del borde de la cama, y sentí sus garras
subiendo lentamente a mi pantorrilla. La palma gruesa y fría frotándose contra mi
piel hizo que se me pusiera la piel de gallina, siguiendo cada toque mientras mis
dientes castañeteaban. —No me toques, no soy tu cónyuge. ¡No!
Mis palabras parecieron haber funcionado. Las garras en movimiento se detuvieron
en mi cintura, y de repente se aflojaron, dos manos entonces se apoyaron a ambos
lados de mi cuerpo. Contuve el aliento, el latido de mi corazón acelerado como un
auto de carreras mientras miraba fijamente a la figura que me envolvía. En la
sombra jaspeada creada por el cabello del tritón, el rostro de Agares se veía oscuro
e impredecible, y no pude encontrar la habitual sonrisa feroz y burlona en la
comisura de su boca. Sus ojos me observaban como si pensara en mis palabras de
hace un momento, sintiéndose bastante preocupado.
No podía captar lo que esta criatura de las profundidades marina sentía en este
momento, pero mi instinto me decía que estaba a punto de enojarse.
Cuán aterrador podría ser el tritón cuando estaba enojado era básicamente
impredecible. Una sensación de crisis extremadamente fuerte se extendió por todo
mi cuerpo, deteniendo mi respiración de pánico. La adrenalina se precipitó a mi
coronilla cuando Agares se inclinó sobre mí. Sin embargo, solo puso la punta de su
nariz en mi clavícula y aspiró profundamente, antes de soltar una serie de sílabas
extrañas y aparentemente mezcladas con ruso. Me pareció escuchar la
pronunciación de las palabras "tú" y "mi".
...Parecía estar diciendo "Eres mío" en ruso.
La sensibilidad hacia mi idioma nativo hizo que me sobresaltara de conmoción,
pensando que lo había escuchado mal. No podía creer que el tritón estuviera
intentado comunicarse conmigo usando ruso. Inhalé una bocanada de aire frío por
la sorpresa.
Los labios de Agares se empujaron levemente contra el lóbulo de mi oreja, su voz
continuó en un tono lento y suave. A pesar de que cada pronunciación era
incompetente e intermitente, había un indicio de fuerza y poder detrás de ellas. —
Yo... te permito... que... me conozcas...
Esta clase de tono sonaba como un cebo. El tritón parecía querer discutir algo
conmigo, pero no sabía qué quería decir. Al menos me aseguré de que no estaba
enojado, así que me tranquilicé un poco de mi estado de pánico. Pero todavía
estaba mentalmente tenso debido a la vergüenza y al miedo de que fuera a rasgar
la ropa de cama al momento siguiente.
Su respiración tranquila junto a mi oreja hizo que se me pusiera la piel de gallina
en el cuerpo, mas no me atreví a moverme ni un centímetro. —Tú... exactamente
qué tratas de decir... ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?
—Conocer... mi... todo... —Con la voz entrecortada, intentó juntar las palabras en
sílabas rusas burdas, tratando de hacerme entender lo que quería decir. Agarró la
linterna que fue arrojada a un lado y la alumbró a su propio cuerpo. Sus ojos
oscuros y brillantes me observaban mientras la esquina de sus labios se elevaba—
. Tú... quieres... conocerme...
Miré fija y perplejamente a Agares, inseguro de qué pensar de sus acciones. Solo
hasta un segundo después, mi cerebro logró ponerse al día con lo que trataba de
decir. Mi respiración se volvió pesada y apresurada, la inquietud que fue eclipsada
por el miedo una vez más se agitó en mi corazón. No pude evitar admitir que esto
era una gran tentación para mí.
Lo que Agares evidentemente quería decir era... que me permitiría estudiarlo tanto
como quisiera. Básicamente me permitía aprender todo lo que necesitara saber
sobre los sirenios.
Entonces, cómo podría no pedir algún tipo de pago. Desde luego que quería...
Apreté mi mano en un puño.
Capítulo 21

—Ellos... sabrán... que... eres mío...


Agares se quedó mirándome mientras sonreía profundamente, como si ya hubiera
visto a través de mi punto débil.
Mis nervios de repente saltaron, finalmente procesando lo que estaba tratando de
expresar. Me incorporé, lo empujé directamente contra la pared y levanté mi puño
para golpearlo, pero sus garras de hierro atraparon fácilmente mi muñeca en el
aire. Su boca se abrió un poco y su lengua roja se disparó hacia afuera para lamer
mis dedos. Su boca se levantó imperceptiblemente en una sonrisa, las pupilas
debajo de sus largas pestañas eran oscuras e inconmensurables, se asemejaban a
un pantano turbio inhabitable para la humanidad.
¡Vaya bestia siniestra!
Había capturado completamente mi punto vulnerable. Fui incapaz de rechazar, y ni
siquiera tenía lugar para rechazar.
Apreté los dientes, sintiendo que mi raciocinio estaba en guerra con la vergüenza
que venía de mi corazón, haciendo que mis nervios se enredaran en un montón de
bolas.
Así es, si rechazara a Agares, no solo perdería esta oportunidad de estudiarlo, sino
que lo peor era que si no obtenía los resultados de investigación que esperaban,
cuestionarían lo que he estado haciendo en estos últimos días. Rhine
definitivamente iría a investigar debido a mi previo llamado de ayuda. Con su
naturaleza terca, si no salía con algún registro de investigación para encubrirlo,
tarde o temprano se enteraría de este vergonzoso secreto.
Nunca podría hacerles saber... de lo contrario, nunca más sería capaz de mostrar
mi rostro frente a nadie.
Solo imaginar que supieran este error ya me hacía sudar la espalda, mi cuerpo
incapaz de quedarse quieto.
Agares me soltó, y se inclinó perezosamente contra la pared. Su cola gruesa, larga
y flexible se frotaba sin cuidado contra mis pantorrillas mientras inspeccionaba mi
rostro con ojos angostos.
Sabía cuán superior era su seducción, cuáles eran mis debilidades y lo que [yo]
más necesitaba. Ya había envenenado mi mente hace muchos años, dejando que
se gestara lentamente en mi subconsciente a medida que crecía mientras tejía
tranquilamente una telaraña y esperaba, esperando que me metiera
profundamente en ella, atrapando mis huesos que se derriten.
Cuando me di cuenta, ya no había ningún lugar para escapar.
¡Encontré que la sagacidad del tritón era difícil de creer, estas majestuosas
criaturas realmente tenían la mente de un criminal de alto CI!
Presioné el puño contra mi boca, e inhalé una profunda y temblorosa bocanada de
aire. En este momento, aparte de aceptar la propuesta de Agares, no había otra
opción más que continuar con mi investigación de acuerdo con el plan original,
pero... Mierda, ¿cuál es la diferencia entre esto y vender mi propio trasero para
obtener resultados de investigación?
Este pensamiento me hizo estallar de ira. Me obligué a calmarme porque–además
de resistirme a Agares en un estado desnudo–en verdad no había nada que pudiera
hacer.
Solo podía fingir obedecerlo, haciendo de esto una medida temporal solo para que
pudiera relajar su guardia...
Meditabundo, le eché un vistazo a la dirección del escritorio de la computadora. En
ese escritorio, guardada en el cajón de la pistola de anestesia, debería haber una
aguja hipodérmica adicional llena de líquido. Todavía tenía la oportunidad de
contraatacar, además Sakarol dijo que vendrían a buscarlo mañana. Sería libre
siempre y cuando pudiera soportar hasta ese momento.
—Aceptaré esta propuesta —miré fijamente a Agares y dije en español para que
pudiera comprender con mayor claridad lo que decía, y enfaticé más—. Quiero
estudiarte a mi propio ritmo, y en el proceso de mi investigación, te prohíbo que
me hagas algo más.
Tuve que exprimir las últimas palabras de mis dientes. Mis mejillas ardían con
extrema vergüenza, y a fin de contenerme de recordar los eventos de la noche
anterior, le arrebaté la linterna a Agares y la alumbré violentamente en su dirección
en tanto lo miraba fijamente a los ojos. —¿Entiendes lo que quiero decir?
—Sí...
Dos labios, tan delgados como un cuchillo afilado, escupieron una sílaba clara. La
sonrisa en su rostro pareció profundizarse: a mis ojos, parecía más insidiosa y
artera, como si su objetivo largamente planeado al fin hubiera tenido éxito.
Ve y ríete, bestia. No podrás reírte por mucho tiempo.
—Entonces, recuéstate —ordené sin ningún rastro de cortesía mientras señalaba el
piso de cristal, pero mi corazón sentía vacilación. No me atrevía a estar seguro de
que esta bestia cumpliría su promesa, después de todo, no era un ser humano.
Estaba completamente libre de cualquier restricción moral, legal y de principios.
Incluso si fuera a actuar como un matón, no había nada que yo pudiera hacer.
Pero para mi sorpresa, el tritón realmente obedeció mi orden y se deslizó desde la
cama para recostar su espalda en el piso. La cola de pez negra y robusta se
extendió desde el pie de la cama hasta debajo de la mesa cual lagarto gigante
descansando sobre el suelo.
Entonces, así como así, levantó la mirada con uno de sus brazos acomodado detrás
de su cabeza–como si estuviera tomando sol–y me miró fijamente con gran interés.
Traté de resistir mi impulso de simplemente patearlo. Rápido, me envolví con la
ropa de cama, pasé sobre su cuerpo y corrí hacia la pila de ropa que me quité fuera
del baño. ¡No podía estudiarlo desnudo!
Agares no me detuvo con su cola, pero tan pronto como recogí mi ropa, me di
cuenta de que no había ningún lugar donde me pudiera cambiar. No tenía más
remedio que cambiarme frente a los vigilantes ojos del tritón. Incluso si le diera la
espalda, aun así, podría sentir su acalorada mirada en ella. Esto me hizo sentir
extremadamente inquieto, así que me escondí detrás del escritorio y deprisa metí
mis piernas en los pantalones que sostenía.
Pero justo cuando una pierna llegó a los pantalones, sentí la cola de pez de Agares
siguiéndome por detrás, llegando para acariciar mi pantorrilla. Este repentino toque
me asustó hasta el punto en que no pude ponerme los pantalones, por lo que me
abotoné la bata de laboratorio apuradamente y me puse de pie enseguida.
—Me... gusta... tu... cuerpo...
Su manzana de Adán rodó en su garganta mientras contemplaba la obturante
prenda en mí. El significado no solapado detrás de sus palabras me hizo olvidar la
situación vulnerable en la que me vi obligado a estar cuando, sin pensarlo dos
veces, fui a patear a un costado su larga cola mojada. Apreté el cinturón alrededor
de mi cintura y di un paso hacia atrás, donde la mitad de mi cuerpo quedó cubierto
por el escritorio. Luego, furtivamente, deslicé la mano en el cajón y empujé la aguja
de anestesia dentro del puño de mis mangas.
No me atreví a mirar a los ojos del tritón por temor a que, si lo hiciera, mi corazón
pudiera inexplicablemente dejar salir la verdad. Sentía que el tritón, como un
anciano experimentado, poseía una habilidad única para vislumbrar los corazones
y las mentes de las personas, y mis trucos baratos podrían ser fácilmente expuestos
tal como un niño superficial tratando de guardar un secreto.
Cielos, por favor protéjanme. ¡No permitan que mi plan se exponga pronto!
Aunque estaba rezando nerviosamente, por fuera mantuve una calma compostura
mientras me giraba para cruzar al otro lado. Reuní algunos materiales necesarios
para registrar el valor numérico fisiológico del tritón y los llevé a su lado antes de
ponerme en cuclillas junto a él.
Según el procedimiento de medición de la condición de un cuerpo biológico, lo
primero que necesito registrar es la presión sanguínea del tritón.
Eso es lo que me dije en mi corazón. Fui a recoger el esfigmomanómetro, pero mi
mano seguía sudando. Hice todo lo posible por mantener la actitud de un científico
que estaba estudiando una vida silvestre común, pero solo al mirar su fuerte torso
masculino ya me sentía sofocado.
Este cuerpo solo anoche... solo anoche...
Apreté los dientes y me obligué a no rememorar esas terribles escenas, pero la
imagen de las garras del tritón apretando el dorso de mi mano destelló en mi
cerebro. Sentí que mis muslos temblaban bajo la bata y una sensación de
mortificación despertada por la vergüenza que surgía de abajo hacia arriba. Agarré
la muñeca del tritón y rápidamente envolví el medidor de presión arterial alrededor
de la parte inferior de su brazo, encendiendo el interruptor.
Me obligué a concentrarme en los valores parpadeantes de esa pequeña pantalla
LCD. Los vi cambiar entre 200-300 mm Hg antes de finalmente fijarse en 261.
Sin molestarme en levantar la cabeza, ingresé rápidamente este valor en la tableta
de la computadora para su registro, y me obligué a pensar y decidir.
La presión arterial sistólica del tritón era casi el doble que la de un ser humano,
incluso un anciano emocional no puede alcanzar ese nivel a menos que consuma
una cantidad adictiva de drogas estimulantes.
Ciclo de celo.
Estas palabras pasaron por mi mente. En este momento, el tritón aún estaba en el
punto máximo de su ciclo. Mis ojos estaban fijos en ese número, pero no pude
evitar deslizarlos para mirar el cuerpo del tritón, mi espalda completamente
cubierta de sudor frío.
Capítulo 22

Quiero escapar, pero tengo muy claro que no tengo a dónde. Solo puedo hacer mi
mejor esfuerzo para lidiar con Agares, para retrasar el ciclo de su brote de deseo y
reducir la posibilidad de volver a ser violado por él.
Al menos, [Agares] aún no...
Mis ojos se deslizaron involuntariamente hacia la membrana escamosa cerrada
debajo de su torso, el arma letal durmiente todavía no ha mostrado ningún signo
de erección, lo que calmó mi corazón incierto. Quité mis ojos de allí como un ladrón
furtivo, pero colisionaron con dos profundas pupilas inquisitivas. Mi mano no puede
evitar crisparse de sorpresa; me sentí frenético, como cómo se sentiría un ladrón
al ser atrapado con las manos en la masa.
—Cómo hiciste que...
La esquina de la boca de Agares se levantó, albergando una intención maliciosa.
Sus pestañas de color claro descendieron para revolotear sobre su propio abdomen
antes de levantar los ojos para volver a contemplarme directamente con una
mirada urente, —Mi cosa... ¿te... gusta?
Un irritante zumbido pasó volando por mi cabeza, similar a la humillación de que
[él] me desnudara, y esto avivó mi impulso de agarrar la aguja de extracción de
sangre, y sin ninguna vacilación, apuñalarla profundamente en su músculo
mientras lo miraba fríamente.
—Lo siento, necesito tu análisis de sangre para la siguiente parte de mi estudio,
bestia.
Dije eso ferozmente sin ningún signo de preocupación, pensando que se enfurecería
por mi ofensiva acción de sacarle sangre de repente. De esta manera, también
podría experimentar el sentimiento de ser ofendido por otra persona. Así, al menos
puedo recuperar un poco de mi dignidad masculina. También prefiero que esta
bestia vulgar se enoje conmigo a que me provoque tan lujuriosamente.
Sin embargo, para mi sorpresa, Agares no mostró ningún signo de enojo hacia mi
contraataque. Su sonrisa simplemente se redujo, pero aun así tomó la iniciativa de
relajar su brazo, permitiéndome sostener su muñeca con fuerza. En silencio, me
observó sacar un gran tubo de líquido azul de sus vasos sanguíneos.
En el momento en que saqué la punta de la aguja de su brazo, Agares me agarró
la muñeca y fui jalado hacia su cuerpo, casi cayéndome sobre él. Por suerte, mi
reacción fue rápida y, apoyando mi codo sobre el suelo, fui capaz de evitar caer
más. Mi cabeza quedó colgando a solo un dedo de distancia del tritón, haciendo
que mi corazón quedara atrapado en mi garganta, casi desmoronándome.
Agares me miró con los ojos entornados, como si midiera pensativamente mi
estado de ánimo actual, absorbiendo mi pánico como el nutriente de su placer.
Hice mi mejor esfuerzo para resistir la vigorosa fuerza cual tenaza en mi brazo, y
lo contemplé casi rígidamente. Él, por otro lado, estiró uno de sus largos y delgados
dedos que estaban apoyados con una uña peligrosamente afilada, y limpió una gota
de sangre azul que estaba a punto de gotear de la punta de la aguja, e
inesperadamente, la untó a lo largo de mis labios. Su boca y dientes entonces se
unieron a mis orejas, y comenzaron a susurrar irresolutamente, como si tratara de
lanzar un hechizo.
—Yo... doy... mi... todo... a ti... porque... tú... eres... mi Desharow.
Las resonantes ondas sonoras del tritón parecen tener algún tipo de poder
venenoso que puede contaminar el estado psicológico de uno. Su voz se fue
directamente a mi tímpano, viajando a lo más profundo de mi mente, y en un
instante, mi barrera psicológica fue atacada al borde del colapso. A pesar de que
intenté suprimir lo mejor que pude el recuerdo de lo que sucedió esa noche, sentí
que, al igual que antes, la declaración de la bestia y el énfasis de que yo era su
posesión ya eran como una marca profundamente impresa en mi alma. Este
pensamiento me hizo sentir instantáneamente como si fuera un prisionero,
estampillado con su marca exclusiva que nunca podría borrarse.
En este momento, solo quiero encontrar un escondite seguro para protegerme.
Incluso esconderse en la ropa de cama servirá, ya que puede ayudar a aliviar la
sensación de impotencia y pánico de ser completamente violado.
Sin embargo, con el lóbulo de mi oreja siendo chupado, ello despertó una anormal
picazón que estalló en pequeñas ondas atacando mi médula ósea. Mis brazos
tiritaban levemente, dificultándome sostener mi cuerpo con ellos. Podría terminar
derrumbándome sobre el cuerpo de Agares en cualquier momento, convirtiéndome
en algo para su disfrute.
¡M-I-E-R-D-A! Maldije en mi corazón. Para no convertirme en propiedad exclusiva
del tritón, debo poner todo de mi parte para luchar.
Me dejé caer precipitadamente, obligándome a inclinarme sobre el pecho de Agares
e incluso envolviendo mis brazos alrededor de su poderoso cuello poco antes de
caer a un costado. Agares obviamente quedó sorprendido por mi iniciativa, su
agarre de pinza se aflojó de mi muñeca, y mi espalda fue inmediatamente abrazada
con entusiasmo, donde comenzó a explorar el interior de mi larga bata.
Debajo de la bata había un vacío total, y la dolorosa sensación de humillación del
contacto piel-contra-piel en mi muslo prácticamente me volvió loco. Me mordí el
labio, y con mi mano aferrada a su cuello, busqué rápidamente la aguja de
anestesia escondida en la manga, mas mis dedos estaban temblando tanto que no
pude agarrarla correctamente y la aguja se deslizó a las profundidades de la
manga.
—¡Mi-erda! —pronuncié una maldición ansiosamente, pero fui a arrastrar el cuello
de Agares más cerca mío para poder cubrir el deslizamiento de la aguja en mi
manga junto con mi movimiento.
Pero esto no es menos que básicamente servírmele en bandeja y una señal de
aliento para Agares. Sus movimientos eran mucho más rápidos que los míos, mi
cintura ya estaba enganchada en su brazo, mis nalgas sostenidas en lo alto por su
cola de pez mientras una mano levantaba traviesamente el dobladillo de la bata
hasta mi cintura. Esto dejó la mitad inferior de mi cuerpo expuesta al desnudo
frente a sus ojos para que disfrutara.
—De... sha... row...
Puso su labio en mi pecho y dejó escapar un murmullo bajo y satisfecho,
tamborileando en todo mi cuerpo. Luego enterró su cabeza más profundamente, y
comenzó a usar su hábil lengua para lamer a lo largo de mi ombligo.
La increíble sensación de cosquilleo hizo que mi estómago se retorciera un poco.
Instintivamente sujeté la cola entre mis piernas con un gemido vergonzoso saliendo
de mi garganta. Apreté los dientes con mortificación e intenté doblar mis dedos
para sacar la aguja de anestesia con ellos. Finalmente, logré agarrarla.
Temblando, le quité la tapa con la uña y vi que unas cuentas gotas de anestésico
cristalino rezumaban de la punta de la aguja. ¡En este momento se me convirtió en
algo tan valioso como el agua bendita!
Levanté la aguja e intenté apuntarla al cuello de Agares, pero justo en este
momento, la cola de pez debajo de mi cuerpo giró repentinamente, haciéndonos
rodar. Ahora estoy siendo inesperadamente retenido debajo del cuerpo de Agares,
y debido al contacto defectuoso, ¡terminé apuñalando mi mano izquierda con la
aguja!
—¡Me cago en Dios! —grité histéricamente en tanto sentía que la mitad de mi brazo
izquierdo se adormecía. Se dejó caer suavemente, pero exánime en el suelo
mientras mi mano derecha, que se aferraba desesperadamente a la nuca mojada
de Agares, comenzaba a resbalarse. Además, ya no parece quedar fuerza en el
interior para tratar de pinchar la arteria carótida de Agares con la aguja.
No solo fracasé debido a una falta de esfuerzo final, sino que prácticamente me
regalé a él por mi inescrupuloso método artero.
En esa fracción de segundo, sentí una gran aversión hacia el estúpido truco barato
que intenté jugar y que me hizo terminar así, y debido a esta gran desesperación,
sentí que todo mi cuerpo perdía su fuerza, como si finalmente me diera por vencido.
Sé que el próximo evento es inevitable, pero no puedo evitar mirar el techo.
Vaciando mi mente, intenté desviar mi atención de lo que estaba sucediendo en mi
cuerpo. Con suerte, al hacer esto, mi cuerpo no sería tan sensible y ni respondería
como una mujer.
Agares no parece estar al tanto de mi serie de luchas, y continuó abrazando mi
cintura con fuerza, su lengua lamiendo lujuriosamente frente a mí.
La parte inferior de mi bata de investigación se enrolló desordenadamente hasta
mi cintura, mientras que la parte delantera se empujó hasta mi hombro. El olor
familiar del agua desinfectante que viajaba por mi naval se mezcló con el fuerte
aroma hormonal del aliento del tritón. Al instante, de vergüenza, mis ojos se
enrojecieron, e incluso la sangre hirviendo en mi mejilla casi explotó. Este olor
acuoso biológico alguna vez simbolizó mi estatus como investigador... pero ahora...
pero ahora...
Apreté los dientes, sintiéndome reacio a causa de la humillación. Quise gritar, pero
solo un gemido placentero salió de mi garganta por la hábil provocación de Agares.
Era como si su lengua saboreara una uva en su punto más maduro, chupando y
lamiendo los dos pequeños frijoles en mi pecho. Usando ambas manos, mis dos
muslos fueron empujados a doblarse contra mi estómago, y con un solo chasquido
de la cola de pez, la enorme cosa debajo de la parte superior de mi cuerpo fue
empujada medio centímetro dentro de mí.
Solté un grito sensible, mis piernas pateando débilmente sin un objetivo obstructor:
las manos del tritón pronto las presionaron contra el suelo. La enorme cosa dentro
de mí se volvió a retirar antes de zambullirse agresivamente otra vez, con un ronco
gemido bajo entre cada movimiento. Después de un corto tiempo, al final entró por
completo y se incrustó profundamente en mis entrañas.
Mi cuerpo se sacudió de inmediato, una sensación de paralización me recorrió la
columna vertebral mientras bajaba, haciendo que la aguja de anestesia escondida
en mi mano casi se me resbalara. Mi línea de visión siguió a mi conciencia hasta
levantar la mirada, mis ojos deambularon a lo largo del techo de cristal, pero de
inmediato se detuvieron sobre un objeto oscuro y redondo estacionado en la
esquina. Tras identificar lo que era, sentí una incomparable conmoción en mi
cerebro, similar al sufrimiento de ser alcanzado por un rayo y hasta el punto de
que vi oscuridad ante mí.
...Esa es una cámara de vigilancia.
¡No, no!
Debido al enorme impacto mental, mi brazo de repente reunió una pequeña
cantidad de fuerza suficiente para levantar la mano y apuñalar la aguja de anestesia
en la arteria carótida de Agares, inyectando cada gota de líquido con mis dedos
temblorosos. El torso de Agares de repente se sobresaltó, pero su brazo todavía se
apretaba fuertemente alrededor de mi cintura, sin soltarla. Después de unas
cuantas convulsiones fuertes, el cuerpo sobre mí al final se cayó porque no pudo
resistir la dosis de las drogas, y yo también caí al suelo bajo la presión.
Observé resolutamente la cámara de vigilancia sobre mi cabeza mientras jadeaba
violentamente, un jadeo tras otro como si estuviera exhausto debido a una lucha.
Capítulo 23

El paisaje a mi alrededor parecía temblar visiblemente, me sentía débil con visiones


borrosas mientras yacía sin fuerza en el suelo con la cosa de Agares palpitando
levemente con estimulación, todavía firmemente unida a la pared interna de mis
intestinos. Se me era difícil reunir la fuerza suficiente para incluso quitar la cola de
pez plegada entre mis piernas, esto debido al placer remanente que hacía que
tiritaran.
Sin embargo, con cada movimiento, la gigantesca cosa del tritón rozaba el interior
de mis entrañas. La apremiante excitación era simplemente como un cuchillo
penetrando profundamente mi corazón. Resistir ese deseo instintivo me
atormentaba, como sacar dolorosamente una daga de mi cuerpo y haciendo que
mi frente produjera sin cesar mucho sudor.
En algún momento tuve la vergonzosa ansia de continuar y terminar lo que yo
mismo comencé, pero después de pensar de nuevo en la cámara de vigilancia sobre
mi cabeza, la gran vergüenza que sentí me obligó a doblar desesperadamente las
piernas y deslizarme por debajo del pesado cuerpo.
Su cosa salió repentinamente de mi cuerpo y, por reflejo, la miré. De la nada, un
chorro de líquido blanco se roció en mi cara. Ese olor distintivo generalmente
producido por los hombres atacó mi nariz mientras el líquido viscoso chorreaba
lentamente por mi mejilla.
Quedé estupefacto por un segundo o dos, y me fui a limpiar mecánicamente la cosa
de la cara antes de darme cuenta de lo que había sucedido.
Si alguien estuviera mirando al otro extremo de la cámara de vigilancia, con mi
apariencia cubierta con la semilla líquida del tritón, no me vería diferente de un
actor porno gay.
La sofocante vergüenza casi me hizo querer desmayarme. Utilicé frenéticamente lo
que llevaba puesto para limpiarme el líquido de la cara antes de sacármelo y
arrojarlo lejos de mí. Me puse de pie desnudo, y aparté la cola del tritón con una
fuerte patada, dejándola en un ángulo torcido en la esquina. Sin embargo, esa gran
cosa debajo de su torso estaba enérgicamente levantada, a pesar de que [Agares]
se encontraba en estado de comatoso.
Con un enojo incontrolable, agarré un par de libros y los presioné encima del gran
juguete de Agares y luego lo agarré del cabello bruscamente, queriendo golpearlo
en la cara. La ira me hizo ignorar si el efecto de la anestesia fue realmente eficaz
o no, solo sabía que quería golpear agresivamente a Agares solo para calmar mi
estado mental maníaco.
Mi puño tembloroso estaba a solo un milímetro de su cara, los sobresalientes
huesos blancos de mis nudillos mostraban lo fuerte que los estaba apretando. Sabía
que podía romper su nariz de aspecto orgulloso ahora mismo y hacer que esta
criatura celestial–que nació en vano con una cara muy admirada por todos los seres
vivos–tuviera una nariz gratamente maltratada porque detesto a este bastardo
doble cara.
Pero no pude. No es que sea compasivo, pero si golpeara a Agares, estaría
maltratando a una rara especie de criatura, lo que estaba totalmente en contra de
los principios básicos de toda investigación biológica. No solo eso, una vez que
Sakarol descubriera su herida, mis acciones serían inexcusables.
No podía darle una paliza. ¡Ni siquiera después de toda la humillación y vergüenza
que tuve que sufrir, no podía apalear violentamente a esta cosa!
Observé su larga y superior cola, y no pude evitar apretar mis puños y triturar
implacablemente el talón de mi pie en ella. ¡Cómo deseaba que Agares se
convirtiera en un humano en este mismo instante, pues entonces podría golpearlo
sin ningún remordimiento, e incluso si terminara en la cárcel, no me importaría!
Me precipité al baño y me lavé exhaustivamente sin dejar ni un solo espacio sucio.
Seguía sintiendo que ningún lugar en mi cuerpo estaba totalmente perfecto y
limpio, todo parecía estar manchado con el semen del tritón; desde cada gota de
sangre y hasta cada hueso estructurado. Me puse de cuclillas bajo la ducha con los
brazos envueltos alrededor de mi desprotegido cuerpo. Enterré mi cabeza en mis
brazos y comencé a llorar como un niño, el perfil de un decoroso y alto hombre
ruso desapareciendo completamente.
Si mi severo padre viera esta cobardía, definitivamente me golpearía con su
cinturón.
Ni siquiera podía entender por qué las cosas se desarrollaban de esta forma.
Hace solo una semana, era solo un investigador de biología ordinario, un estudiante
de último año lleno de entusiasmo y estándares simples, pero ahora, una semana
después, me encontraba atrapado en esta celda y fui completamente humillado por
una bestia en celo, y ahora también necesito mantener todo en secreto.
No... ¡No!
Mis dedos se hundieron más profundamente en mi cabello en tanto negaba con la
cabeza, frustración hasta el punto en que sentía que mi propia cabeza se partía por
la mitad.
¡Quiero salir de aquí! ¡Irme de Islandia! ¡Mantenerme alejado de ese malvado tritón
para que ya no pueda fastidiarme más!
¡Desharow, cálmate! ¡Tienes que calmarte! ¡Antes de partir, debes asegurarte de
borrar todo lo que sucedió y hacer de todo este asunto un secreto permanente!
Una voz gritó en la parte posterior de mi cabeza.
Luché para auparme hasta ponerme de pie, y apagué la ducha. Me precipité a la
mesa, encendí la computadora y destruí todos los programas instalados que
pudieran estar controlando las cámaras de vigilancia antes de agarrar el
pisapapeles disponible sobre la mesa y romper la cámara en pedazos, y antes de
finalmente detener mis frenéticas acciones.
Después miré fijamente a la bestia comatosa en el piso de cristal. Paso a paso, me
obligué a caminar hacia él con pasos pesados, arrastrarlo al tanque de agua
cilíndrico donde Lilith había estado guardada antes, y cerrar la puerta del tanque
antes de restablecer la cerradura electrónica.
Después de hacer todo esto, caí exhausto sobre la cama y le envié un mensaje
urgente a Sakarol y a los demás con la última pizca de energía que me quedaba.
Mi cerebro era como una olla de sopa hirviendo que se enfriaba lentamente a
medida que la somnolencia me inundaba.
Antes de que mis ojos se cerraran, vislumbré a Agares despertando en el depósito
cilíndrico. Su mano estaba colocada en la pared de cristal, sus ojos estaban fijos
en mí, su mirada estaba llena de hambre descontenta y sed. Esos ojos eran como
ventosas que pasaban sobre mi cuerpo, poniendo de punta cada pelo en mi
cuerpo...
Enterré mi cabeza más profundamente en la colcha, y sucumbí por completo a la
somnolencia invasora.
No sabía cuánto tiempo había dormido, pero podía sentir que mi propia conciencia
se volvía vaga e indistinta, merodeando lentamente a un estado de ensueño.
Estaba en un túnel de cristal de un acuario, y en tanto caminaba lentamente, esta
escena familiar me hizo darme cuenta de que había regresado a uno de mis
recuerdos pasados.
Mi mente se sentía espaciosa y vacía, como si faltara algo que se suponía que debía
estar allí. Traté de pensar profundamente, pero aun así no pude recordar nada. Mis
ojos se movieron con la sombra a la zaga de los peces que nadaban detrás de la
pared de cristal, sintiéndome en calma por primera vez.
¿Pero dónde está Davis? Sin mucha percatación, busqué su figura, y al mismo
tiempo una voz sonó detrás de mí, —Hola mi querido y pequeño Wallace, buenos
días.
Vi la imagen de Davis reflejada en el cristal frente a mí, por lo que me giré
felizmente para mirar hacia atrás.
Sin embargo, no había nada detrás de mí a excepción de un estanque de agua
mezclada con algas desechadas que cubrían el piso liso. Una larga sucesión de agua
se arrastró hacia el extremo más oscuro y profundo del túnel y allí, en la oscuridad,
al final, vi una figura alta y delgada parada.
No era Davis ni Rhine. Su cabello era largo y le llegaba hasta los tobillos, agua
goteando desde su punta.
Di dos pasos hacia atrás sin pensar mientras una familiar sensación de miedo me
agarraba el corazón y apretaba su agarre en él. Mi espalda terminó golpeando la
pared de cristal detrás de mí y un profundo escalofrío penetró exhaustivamente
mis huesos, haciéndome temblar por todas partes. Sé que estoy soñando, pero no
me puedo forzar a despertarme, e incluso en mi propio sueño, parece que ni
siquiera puedo mover una sola parte de mi cuerpo.
La sombra finalmente tomó la iniciativa de salir del otro extremo, y la oscuridad
fue despellejada lentamente para revelar a un hombre. Bajo la fluctuante luz azul
de las olas en el agua, vi un rostro sombrío pero guapo lleno de deseo perverso y
malvado.
¡Es la bestia malvada! ¡Ni siquiera en mi sueño me deja ser, pero...!
De repente me di cuenta de algo que debería haber notado antes, pero debido a
que mi mente parece reaccionar con más lentitud que en la realidad al momento
de soñar, mi desconcierto llegó un poco tarde.
La cola de Agares había desaparecido, y fue reemplazada por dos piernas humanas
musculosas y fornidas. La gran cosa de color oscuro debajo de su entrepierna se
meneaba enérgicamente mientras caminaba hacia mí.
El objeto de mi enojo y delusión del mundo real también existe en mi sueño, y al
final, aun así, ni siquiera tenía fuerzas para lastimarlo.
Por el contrario, el yo en esta pesadilla estaba en realidad más sosegado y
fácilmente controlado. Mi cuero cabelludo se sentía entumecido. De inmediato traté
de instarme a despertar de mi sueño, pero mi cuerpo estaba siendo retenido por
esta pesadilla, permitiendo que el tritón se me acercara más y apretara todo mi
cuerpo contra la pared con el suyo desnudo. Su pecho frío y robusto presionaba mi
cuerpo, solo siendo separados por una delgada pieza de tela. Se sintió tan
verdadero como la realidad cuando sus músculos fornidos se frotaron contra mí, lo
que hizo que la piel de gallina apareciera por todo mi cuerpo.
Sentí que mi nuca era sostenida en su mano. De repente, mi cara fue levantada y
terminamos mirándonos directamente el uno al otro. La luz detrás de mí cubría su
rostro, y lo único que podía ver era nada más que el contorno sombrío que, sin
embargo, me asusta. Estaba de pie con dos piernas humanas, que realmente lo
miden en 1.90m de altura. Ahora que tiene la ventaja de ser una cabeza más alto
que yo, prácticamente me subyuga tanto física como mentalmente.
El tritón bajó la cabeza y, como antes, olfateó profundamente unas cuantas veces
sin decir una sola palabra, el agua en su frente goteando sobre mi ropa.
—Vete, vete de mi sueño —articulé terriblemente debido a la sensación sofocante
de mi garganta. No sabía por qué estaba teniendo un sueño tan extraño, y no
parecía poder despertarme, lo que me impedía distinguir entre sueño y realidad.
—Desharow... —Agares susurró mi nombre en voz baja en mi oído, y continuó en
ruso fluido—. ¿Quieres que sea como tú? Entonces, en ese caso, evolucionaré... tal
como lo deseaste... Recuerda, esto es un... presagio.
Las últimas palabras rodaron de su boca con suavidad, sus dedos de repente
apretaron su agarre en mi mandíbula, y dos labios suaves y húmedos se
presionaron fuertemente sobre los míos.
Me quedé estupefacto por un par de minutos. ¿A qué se refiere Agares? ¿Quiere
convertirse en humano y seguir fastidiándome sin descanso?
¡No! ¡No! Si se convirtiera en un humano, ¿no significa eso que tengo la oportunidad
de abandonar el laboratorio de aguas profundas para evitarlo, y que también tengo
la oportunidad de poner fin a esta pesadilla de una vez por todas?
Aunque sé que esto no era más que un sueño, aun así, no pude contenerme de
gritar por desconcierto. Pero antes de que el sonido pudiera salir de mi garganta,
la pared del acuario que me rodeaba desapareció, dejándome ver un extenso
horizonte de oscuridad total.
—¿Desharow, Sr. Desharow?
En medio de mi mente caótica, escuché vagamente una baja voz femenina que me
llamaba con impaciencia. ¡Pude distinguir que la voz le pertenecía a Sakarol, y que
estaba justo a mi lado! Finalmente soporté las dificultades, estaba salvado, ya no
era necesario que viviera con esa bestia. Mi tensión muscular y nervios se relajaron
después de la compresión, y no pude evitar flotar en mi oscura conciencia por otro
rato. Lentamente, la luz se vertió por la rendija de mis ojos, y sin que mis parpados
se sientan pesado, los abro ininterrumpidamente debido a la esperanza de que me
rescaten.
Capítulo 24

Cuando mi visión borrosa se aclaró, el techo de cristal sobre mi cabeza apareció a


la vista, seguido del rostro recrecido de Sakarol y los ojos que me miraban
inquisitivamente detrás de un par de lentes dorados.
—Hola Sr. Desharow, ¿has estado bien?
—Yo...
Conscientemente me di cuenta de que todavía estaba en el laboratorio submarino,
y usé mi entumecido brazo para auparme. Mis ojos de inmediato se dirigieron
irresistiblemente hacia el gran depósito circular de agua no muy lejos a las espaldas
de Sakarol. Agares me estaba mirando perpetuamente detrás de la pared de cristal,
una amplia sonrisa pegada en su rostro.
Todo mi cuerpo se sintió entumecido e indefenso, incapaz de moverse un
centímetro. Dos días de terrible trauma habían inundado mi cerebro. Nada más que
zumbidos y sonidos de ajetreo se escuchaban en mi cerebro, todo mi cuerpo
temblando un par de veces y casi haciéndome caer de la cama.
Sakarol enseguida me agarró del brazo. —Oye, Sr. Desharow, ¿estás bien?
¿Quieres que llame a un doctor? Tu cara está muy pálida y parece que tu nivel de
azúcar en la sangre es muy bajo. ¿Podría ser que no comiste?
—¡No, no llame a un doctor! Ciertamente no comí mucho, pero eso es porque...
porque he estado tan absorto en mi investigación —sostuve mi palpitante frente
mientras me limpiaba el sudor frío que tenía en la cara. Dije al azar algunas
palabras absurdas, sintiendo que mi propia mejilla se calentaba por esta
vergonzosa mentira.
Mi cambio de expresión debe haber sido obvio, así que no me atreví a mirar a
Sakarol. Sintiéndome nervioso, quise levantarme, pero de repente vi a Sakarol
gritando y girando la cabeza hacia un lado, haciéndome detener mi movimiento.
Me señaló, —Sr. Desharow, tú... no llevas nada de ropa.
—¡Ah, ah, lo siento mucho!
De repente me di cuenta de que estaba desnudo con la mitad del edredón ya
deslizado hasta mi abdomen. ¡La marca roja que quedó de esa violación estaba
clara como el día entre mis piernas, y pude verla con facilidad bajo mis propios
ojos! ¡Debería alegrarme que Sakarol hubiera apartado la vista!
¡Los libros y los instrumentos de investigación estaban esparcidos por el suelo, y a
unos metros de distancia estaba la bata de investigación llena de los fluidos
corporales del tritón que yo había abandonado!
Aún no he destruido la "evidencia", pues no esperaba que Sakarol regresara tan
pronto, ¡especialmente durante el momento en que me faltaba conciencia!
Miré fijamente el grupo de cosas sin decir una palabra, pero mi corazón libraba una
tormenta, mi rostro luciendo pálido y ceniciento...
No sé si lo notó todavía.
Mi cerebro resonaba constantemente esta oración, como si fuera una especie de
hechizo. Con mis manos tiritando levemente, no respondí o siquiera noté que
Sakarol ya me había estado llamando varias veces. No recobré el sentido hasta que
apareció frente a mí.
—Oh Dios, ¿por qué estás más avergonzado que yo? Parece que tú, Sr. Desharow,
realmente eres un encantador alumno erudito. No es de extrañar que Rhine te
aprecie tanto.
Sakarol me dio unas palmaditas en el hombro, me hizo un guiño juguetón antes de
reírse entre dientes. Forcé un par de carcajadas falsas y huecas mientras mi
corazón ardía con extrema vergüenza y nerviosismo. Mis nervios se apretaron en
el momento en que Sakarol se volteó hacia Agares.
Para mi sorpresa, la cara de Sakarol estaba llena de admiración. —Sin embargo,
tengo que maravillarme con tus increíbles habilidades de comunicación. Ese tritón
ya se ve increíblemente dócil en comparación con hace dos días. ¿Cómo hiciste que
se quedara obedientemente aquí? ¡Si debes saber, con su comportamiento agresivo
de hace dos días prácticamente podría haber destrozado este cristal reforzado!
—No, no. ¡Me siento halagado, pero este mérito no debería ser mío! —levanté la
cabeza de inmediato, agité la mano apresuradamente a modo de rechazo y
respondí con palabras incoherentes. Mis dos mejillas se ruborizaron, volviendo a
traer la sensación de vergüenza y deshonestidad. Sabía que mi tez debía estar tan
roja como cuando uno tenía fiebre, los poros de todo mi cuerpo parecían abrirse
con sudor.
Pero mis ojos no pudieron evitar deslizarse para mirar a Agares. Sus párpados
estaban caídos mientras miraba a Sakarol de una manera tranquila, pero
arrogante, incluso dándole un ligero asentimiento con la cabeza a modo de
reconocimiento. No vi la expresión feroz y depredadora que tuvo por mí. Pero la
comisura de su boca se elevó cuando levantó la mirada hacia mí; estaba
indudablemente complacido consigo mismo y de sus propias conspiraciones e
intrigas.
¡Falso! ¡Es una bestia siniestra y vulgar! ¡Un estómago lleno de nada más que
malas intenciones!
Enrosqué mi mano en un puño en tanto gritaba enojosamente con vergüenza en
mi corazón. Casi quise correr hacia allá y hacer añicos el cristal y a Agares al mismo
tiempo.
Sakarol, en este momento, sin pasar por alto nada, continuó preguntando: —Pero
en serio, mira el desastre en el suelo. Pensé que hubo una pelea aquí. ¿Puedes
decirme qué sucedió?
Ya no pude obligarme a mantener la calma. Volé hacia la pila de cosas que–según
mi opinión–eran básicamente evidencia de un crimen, y las arreglé apuradamente
antes de recoger la ropa sucia del suelo y huir a la puerta del tercer piso.
—Sr. Desharow, ¿a dónde crees que vas? —La voz de Sakarol sonó más baja de lo
normal. No sabía si esto fue solo mi percepción errónea, mas su tono de voz sonó
como si estuviera haciendo un interrogatorio.
Mi corazón se aceleró, sudor frío apareció de mi espalda e incluso la acción de abrir
la puerta de cristal fue lenta.
Tejí rápidamente una excusa en mi mente, —...Dra. Sakarol, debido a algunos
problemas familiares, tengo que regresar a Moscú de inmediato. Ya reservé en línea
un pasaje de avión, tengo que irme esta noche.
Inventé algo descuidadamente porque no quería quedarme aquí por otro minuto,
solo quería salir de aquí lo antes posible. Cuando pensé en el sueño de hace un
momento, mi cuero cabelludo comenzó a hormiguear mientras la adrenalina se
disparaba dentro de mí. El miedo claramente todavía prevalecía en mi mente a
pesar del hecho de que era solo un sueño ridículo. Además, la evolución de Agares
en un ser humano iba completamente en contra de los estudios de la biología.
Justo cuando di mi primer paso por las escaleras, escuché a Sakarol alzando la voz
a mis espaldas, su aguda dicción penetrando mis tímpanos. —Desharow, el
bachillerato, te necesitamos. Siguiendo el curso de nuestro viaje planeado,
esperaba que pudieras partir hacia el mar con nuestro barco de investigación
mientras continuabas estudiando el proyecto de los sirenios a bordo. Por supuesto,
tienes derecho a elegir regresar a Moscú si... quieres ver tu video en YouTube.
De repente, como si hubiera sido apaleado violentamente, mis oídos comenzaron
a repicar con un sonido agudo. Mi cerebro se mareó. Inconscientemente, agarré el
barandal al lado de los escalones para sostenerme, lo que ayudó a evitar que me
cayera por las escaleras.
Incluso después de que un par de minutos hubieran pasado, seguía sin ser capaz
de comprender lo que escuché. Honestamente, no podía creer lo que Sakarol había
dicho. Me quedé parado allí, congelado, como una persona aturdida.
Esa cámara de vigilancia había capturado todo, y todos mis encuentros
desafortunados entre estos dos días fueron documentados por Sakarol, y ella–
siendo una erudita y una general cualificada con una prestigiosa identidad y fama–
realmente usó esto como un as bajo la manga de una manera tan despreciable
para amenazarme.
No... no, ¿cómo es posible? ¡¿Cómo Sakarol podía hacer esto Sakarol, como una
persona enviada por el gobierno para esta investigación?!
A menos que... a menos que nunca lo haya sido.
Recordé repentinamente las palabras de Rhine antes de desmayarme. Su
advertencia fue tan obvia que no me di cuenta en ese momento. Todo esto estaba...
¡Esto estaba planeado! ¡Todo fue intencional!
¡Había habido muchas señales extrañas que debería haber notado antes! ¡Es
porque fui demasiado ingenuo, demasiado estúpido! Mi mente salió lentamente de
la conmoción y la confusión, mis ojos se humedecieron tanto que no me atrevía a
girarme y enfrentar a Sakarol. Me sentía como una pequeña criatura roja y desnuda
siendo completamente violada y humillada por otros.
Mis labios temblaban, permitiendo que solo un par de palabras escaparan de mi
boca, —¿Quienes... son... ustedes? ¿Cuáles... son sus verdaderas intenciones? ¿A
qué lugar van a ir en este viaje planeado?
—Lo sabrás pronto, Sr. Desharow, porque eres nuestro investigador más esencial,
ah.
Sakarol enfatizó deliberadamente esas últimas palabras, su tono suave y pausado,
como si estuviera enunciando algo insignificante. Sin embargo, cada palabra
parecía estar raspando los huesos en mis oídos internos, haciendo que mi cerebro
temblara de dolor. Incluso mis mejillas se sentían hirviendo, como si les hubieran
dado una bofetada.
Mis dedos se aferraron al barandal de la escalera en tanto los tendones azules en
el dorso de mis manos sobresalían, listos para explotar. Toda mi sangre se precipitó
a mi cerebro, me imaginé matando a Sakarol en secreto aquí y ahora, pero
enseguida me sorprendí y asusté por mis propios pensamientos. ¡Cómo podría
tener un impulso tan inhumano!
Resultó que los humanos pueden ser criaturas crueles y aterradoras cuando se los
estimula en gran medida.
Sin embargo, un impulso era solo un impulso. No puedo hacerlo y nunca lo haré.
—Canallas... ustedes... Me voy, me iré esta noche. ¡Definitivamente no seré
amenazado por ustedes, gente repugnante!
Un estruendoso rugido explotó de mi garganta antes de volar por las escaleras,
lejos del tercer piso. Antes de que pudiera salir corriendo por la puerta, detrás de
mí llegó la respuesta amable, pero inquietante de Sakarol, —Adelante y ándate,
Sr. Desharow. Necesitas tiempo para comprender y aceptar todo, pero creo que
volverás a nosotros rápidamente. Eres un hombre inteligente.
Volumen II - "Aventura en el mar"

Capítulo 25

Con pasos tambaleantes, salí corriendo del ascensor que había llegado a tierra
firme. Afuera llovía a cántaros, el cielo sobre mí estaba cubierto densamente por
estrepitosas nubes negras, reflejando exactamente mi tesitura actual. Corrí como
loco bajo la lluvia y de alguna manera, sin saberlo, terminé en la costa del mar.
Caí de rodillas en el banco de arena de la playa vacía, mis brazos temblando
mientras miraba con desesperación y confusión el ilimitado océano. El confín del
océano y el cielo se difuminaba en la distancia, creando una bruma gris e indistinta,
atrapando mi línea de visión en este terrible encarcelamiento. De repente pensé en
El show de Truman. En este momento, me sentía tan lastimero y patético como el
protagonista. ¡Me había dedicado incondicionalmente a la investigación, pero hice
de mi propia vida nada más que un espectáculo de entretenimiento!
El mundo verdadero...
Qué es real en el mundo, qué es falso. Al final, todo lo que creía llegó a burlarse
completamente de mí.
Levanté la cabeza, permitiendo que la fuerte lluvia cayera sobre mi rostro. De
repente quise reír, y ciertamente comencé a reír, pero las lágrimas empezaron a
chorrear una vez más por mis mejillas, mezclándose con la lluvia. En tanto la
creciente marea del mar me golpeaba los tobillos con dureza, mi mente se
encontraba en un estado caótico cual viento y olas empujándose entre sí en la
superficie marina. Un pensamiento absurdo surgió desde el fondo de mi corazón,
similar a un remolino que me arrastra al profundo abismo del mar. ¿El otro lado
del océano es un mundo nuevo y totalmente diferente, como en el mundo de
Truman? ¿Estoy viviendo en un estudio de televisión falso?
¿Puedo escapar de esta pesadilla siempre y cuando nade al otro lado del mar como
lo hizo Truman, y rasgue la bruma falsificada por una cortina?
Con la curiosidad arrastrándose en mi mente, extendí mi pierna y me metí en el
agua hasta la cintura, y comencé a caminar paso a paso dentro del océano helado
y amargo.
El agua del mar empapó mi ropa y, a medida que me adentraba, sobrepasó
lentamente mi cintura y abdomen. En este momento, una voz de repente reverberó
en mi mente: Desharow... re... gresa... regresa... a mi lado...
Esa era la voz de Agares llamándome. Mi cuerpo se puso rígido inmediatamente,
como si fuera una estatua inmóvil. No estaba convencido de que [Agares] pudiera
controlar mi propia mente, y, por lo tanto, utilicé mi propia conciencia para resistir,
hundiendo toda mi cabeza en el agua de mar y haciendo que el agua amarga y
salada recorriera instantáneamente mi cavidad nasal.
Morir así quizás no sea tan malo... Tal vez esto era solo una pesadilla...
Pensé para mí mismo, alborotado, pero la insistencia de permanecer en el agua
solo duró un mero segundo antes de que el fuerte deseo de supervivencia me
hiciera levantar instintivamente la cabeza fuera del agua y toser el agua salada del
mar que me ahogaba desde la boca. Me di cuenta de que no quería morir en
absoluto, o al menos no tenía las agallas para suicidarme.
Justo en ese momento, escuché varios sonidos de salpicaduras y pasos caminando
en el agua justo detrás de mí. Cuando me volteé para mirar, vi una figura familiar
sumergiéndose rápidamente en el agua, y con solo un raudo plof, ya había nadado
frente a mí y usado un brazo estirado para jalarme fuera del agua. Terminé
tambaleándome bastantes veces antes de que la otra persona capturara mi mano.
Tosí brutalmente, todo mi cuerpo arrodillado en la playa, aferrándome a mi cuello
y aspirando desesperadamente bocanadas de aire. El ensordecedor rugido de Rhine
se escuchó sobre mi cabeza, —¡Estás loco! ¡¿Quieres suicidarte, Desharow?!
Negué con la cabeza desesperadamente, tosiendo y jadeando al mismo tiempo. Mi
espalda estaba siendo apretada, y todo mi cuerpo terminó en el abrazo de los
brazos de Rhine. Lo empujé sin mucha reflexión, y terminé cayendo al suelo de la
playa otra vez. Respondí con la garganta ronca, —No quiero morir. No quiero morir.
Solo quiero escapar de aquí, pero pensar solo me dejó atolondrado.
Rhine se quedó de pie allí, quedándose repentinamente callado sin decir ninguna
palabra.
De repente me di cuenta de que quizás Rhine también vio lo que había sucedido en
el laboratorio. Enseguida acurruqué mis rodillas contra mi pecho y enterré la cabeza
profundamente en ellas, mis brazos cubriendo mi rostro. Cómo deseaba poder
convertirme en un cangrejo ermitaño ahora, esconderme en mi propio caparazón
duro, sin enfrentar a nadie ni a nada. Siempre y cuando me encerrara, todo se
podría como no ocurrido.
Pero en este momento, solo podía encogerme en mis brazos, permitiendo que el
violento viento y la lluvia me rasgaran sin cesar, sin siquiera la posibilidad de
dejarme estar solo.
—Te lo advertí, Desharow. —La terca voz de Rhine estaba reprimida por el
arrepentimiento y la negativa—. En ese momento, tal vez podrías haber...
—¡De qué sirve! —Como si hubiera sido fuertemente apuñalado con una aguja, de
repente me puse de pie y le agarré el cuello con dureza—. ¿Cómo podría haber
habido suficiente tiempo en ese momento? Sí, fui estúpido hasta el extremo.
¡Estúpido hasta el punto de no darme cuenta de que todo no era nada más que
una conspiración! Rhine, esta travesía no es para mi proyecto de graduación, ¿no?
Todo... todo estaba deliberadamente planeado. En ese momento, al final, cuando
obstinadamente me elegiste a mí de todas las docenas de alumnos que te eligieron
como su mentor y de las que pudiste haber seleccionado, todo ya estaba arreglado
y grabado en piedra, ¿cierto? ¿Por qué, por qué quieres involucrarme en esta
terrible maquinación? ¡¿Me estás usando como cebo para atrapar sirenios?!
¡Estafador asqueroso, la escoria de los eruditos en todo el mundo!
—¡No, no! —Rhine de repente se puso frenético, las venas azules en su frente
sobresaliendo mientras me agarraba la muñeca—. Realmente quería que
participaras en el programa de investigación de sirenios del gobierno por tus
excepcionales logros y por mi propio egoísmo. No sé por qué Sakarol de repente
ideó ese plan para hacerte...
Me miró fijamente con los ojos abiertos en demasía, como si hubiera recordado
algo al verme. Su pupila se había encogido a un punto, pareciéndose a la punta de
una aguja gracias a sus emociones extremas y respiración irregular. Supe que debía
estar recordando las escenas en las que Agares me había violado, y no pude evitar
sentir extrema vergüenza. Cerré los ojos, y me alejé de él débilmente antes de
murmurar y desvariar absurdamente, —Rhine, Rhine, si sientes algún tipo de
remordimiento o culpa, incluso si es solo un poquito, por favor, ayúdame a salir de
aquí. Quiero volver a Moscú. Extraño mi hogar...
Rhine agarró la parte delantera de mi solapa, jalando mi cuerpo caído hasta el aire.
Me miró con ojos inyectados en sangre y fue a agarrarme de la cintura,
presionándome en sus brazos una vez más. —Desharow, perdóname. Con todo
progresado hasta este punto, ya estás atrapado en un callejón sin salida y sin ruta
de retirada. Pero te juro que nunca dejaré que esa bestia te vuelva a lastimar...
—¡Nunca volveré allí! —escapé del agarre de Rhine con una fuerza brutal, pero solo
pude dar dos pasos antes de que mi cintura volviera a ser asida. Todo mi cuerpo
fue arrastrado hacia el aire y sobre el hombro de Rhine, y sin importar cuánto
pateara y luchara, la fuerza de su agarre alrededor de mi cintura no se aflojó. Me
llevó sin esfuerzo todo el camino hasta la plataforma del barco anclado del instituto
de investigación.
Desde el costado llegaban muchos sonidos de personas hablando. Cerré la boca,
sin atreverme a gritar más para evitar hacer un espectáculo y avergonzarme. —
¡Rhine, Rhine, bájame!
Hizo oídos sordos a mis gritos y se apresuró a caminar hacia la plataforma, todavía
cargándome. Forcejeé por levantar la cabeza, y vi un barco de investigación
científica de tres pisos flotando en la costa del mar. No muy lejos estaba la dársena
donde estaba estacionado. Había de tres a cinco marineros grandes y fornidos
transportando un gran objeto cilíndrico al bote; su exterior estaba cubierto de capas
de fuerte red de tiburones. Detrás de ellos había cinco o seis hombres armados con
fusiles. Toda la formación estaba tan fuertemente escoltada como una fuerza
policial que garantiza un transporte seguro de grandes sumas de dinero.
—¿Hacia dónde se dirige exactamente este barco de investigación? ¡Diablos,
respóndeme!
Estrellé mi codo en la espalda de Rhine tan fuerte como pude. Simplemente resopló,
y sus brazos a mi alrededor se habían apretado aún más. Protegió mi cuerpo,
siguiendo el ritmo de los hombres armados y pasando por el gran compartimento
de agua de Agares.
En la siguiente fracción de segundo, vi un conjunto de ojos sombríos y oscuros a
través del espacio de la red de hierro, haciendo que mi corazón latiera.
Repentinamente, se escuchó un fuerte golpe de algo atizando el cristal. De la nada,
el tanque de agua se sacudió violentamente, asustando a los marineros y
haciéndolos tambalear. Ni siquiera el enorme tanque de agua pareció poder
soportar la vibración, casi cayendo a un costado. Personas de todos lados se
reunieron velozmente para sostenerlo. Rhine, en este momento, aflojó su agarre,
permitiéndome liberar mi cuerpo antes de alejarlo con un empujón.
El fondo del tanque tocó fuertemente la cubierta. Por suerte, el armazón de metal
aún estaba intacto, y aún había varias personas sosteniéndolo para estabilizar su
centro de gravedad. Entonces, la cara pálida de Agares flotó lentamente hacia la
única ventana en la jaula de tiburones.
Una de sus garras palmeadas que estaba presionada contra la ventana de cristal
se apretó. Su cabeza estaba un poco gacha, sus ojos se entornaron en rendijas
mientras deambulaban entre Rhine y yo. Había sombras profundas grabadas
debajo de sus ojos, la luz moteada de las olas reflejadas desde abajo hacía que su
rostro se viera más oscuro y peligroso.
No podía saber con certeza lo que este organismo de las profundidades marinas
estaba pensando en ese cerebro suyo, pero ciertamente podía saber que estaba
enojado, una rabia incontenible. Su rostro estaba lleno de intenciones asesinas,
pues su posesión estaba en manos de otra persona.
—Hmph, este animal sorprendentemente puede sentir ira por celos. —Rhine se
burló con desaire, dirigió su dedo corazón a Agares mientras también me halaba a
sus brazos, ignorando cualquier otra presencia.
Palidecí por el miedo, inconscientemente coloqué mi codo contra su pecho para
tratar de alejarlo con un codazo, mas solo apretó su agarre a mi alrededor,
manteniéndome quieto. Mis ojos no podían dejar de mirar el cristal de la jaula con
agua. Hubo una premonición extremadamente difusa en mi corazón y, como era
de esperar, el rostro de Agares cambió por completo después de encontrarse cara
a cara con la ventana de cristal infractora. Abrió la boca, mostrando sus dientes
caninos extremadamente blancos y filosos, cerró el puño y apuntó al cristal...
Fue un terrible sonido cual explosión, y todos gritamos al mismo tiempo con pánico
y miedo. Fue porque la pared de cristal templado extremadamente fuerte se rompió
con un gran agujero, de donde el musculoso brazo de Agares sobresalía. La sangre
azul que goteaba de su brazo se mezcló con el agua que se derramaba, ambos
salpicándose en la cubierta.
—Mi Desharow... mi Desharow... Suéltalo...
La voz peligrosamente queda y ronca se desbordó por la abertura. Miró fijamente
a Rhine, quien se aferraba a mi brazo firmemente. Con lentitud y efusión, lo retrajo.
El segundo golpe destrozó por completo el cristal de la ventana, haciendo que más
agua saliera a chorros desde el interior.
Todos se miraron entre sí con consternación. Entre ellos y de parte de los marineros
que me conocían desde antes, había miradas extrañas dirigidas a mí. Mis piernas
que carecían de resistencia naturalmente se volvieron como gelatina bajo la
atención, reculé uno o dos pasos hasta que mi espalda chocó contra la pared. Usé
la pared para estabilizar mi cuerpo desequilibrado, y dije con voz nerviosa: —No
me miren a mí. No llamó mi nombre. Rhine, imbécil ignorante. No lo enfurezcas
más. No conoces el poder de esa bestia. ¡Podría salir corriendo en cualquier
momento!
Varios hombres armados quedaron sorprendidos al escuchar esto. Levantaron
simultáneamente sus armas hacia Agares dentro del tanque de agua, pero nadie
se atrevió a acercarse a la ventana destrozada. Obviamente le tenían miedo, como
si se pareciera al T-rex retratado en la película del Parque Jurásico.
Cuando masacraba y mataba, realmente lo parecía.
—¿Es el cuidador de este tritón? —Un hombre armado preguntó con nerviosismo—
. Se ve muy dependiente de usted. Creo que necesitamos su ayuda. Es muy difícil
controlarlo. ¡Algunos de nuestros chicos desafortunados fueron destripados
mientras seguían vivos!
—¡Mierda! No lo soy... ¡No me pidas ayuda! —Lo regañé enojado mientras mi frente
comenzaba a sudar profusamente. Me aferré desesperadamente a mis pantalones,
desconcertado, pero en este momento, olí la fuerte y exótica fragancia única de
Agares impregnándose desde el interior de la jaula de tiburones, esparciéndose al
aire libre. Como si viera el fantasma de Agares viniendo a buscarme, comencé a
entrar en pánico. Con miedo, hui al camarote abierto y cerré la puerta, dejando a
Rhine, que logró alcanzarme, fuera de la habitación.
—¡Sr. Desharow! ¡Sr. Desharow! ¡Necesitamos su ayuda!
—¡Desharow, déjame entrar!
La puerta detrás de mí fue golpeada ruidosamente con los alaridos de los hombres
armados y de Rhine. Defendí la puerta con la espalda. El nerviosismo, la ansiedad,
la vergüenza y el embarazo colisionaron simultáneamente en mi cerebro, haciendo
que, al instante, todo se oscureciera ante mis ojos. Incluso la última palabra,
"Vete", no se pudo decir, ya que todo mi ser terminó derrumbándose en el piso.
Después de una breve pérdida de conciencia, me volví a despertar en un estado
confundido y desorientado.
El vasto mar fuera de la ventana se movía, el agua en el frente era dividida por el
barco, seguida de una larga pista en la parte trasera que básicamente desaparecía
entre las olas.
Este barco... ¿a dónde viaja?
Me pregunté por dentro, dándome cuenta de lo pesada y caliente que estaba mi
cabeza. Ni siquiera tenía la fuerza para sentirme enojado por mi propio sufrimiento,
parecía que me estaba dando fiebre.
No importa a dónde vaya, Desharow, estás condenado a no tener ninguna ruta de
escape a la cual retirarte.
Pensando de esta manera, dejé que mi cabeza golpeara la almohada, sintiéndome
alicaído. Mi cerebro había sido quemado hasta el punto de quedar atontado.
Capítulo 26

Con el tiempo, calor ardiente comenzó a aparecer poco a poco. El soporte de la


cama sobre el que descansaba mi espalda ya no se siente como un soporte para
dormir, sino más bien como una estufa. Sentía que el agua dentro de mi cuerpo se
evaporaba lenta y paulatinamente, mi piel se abrió con poros por donde salen
humos.
—Agua... —murmuré débilmente mientras estaba medio consciente, pero mi voz
sonó ronca y rota debido a mi garganta seca. Moriré pronto. Este pensamiento
apareció abruptamente en medio de mi mente desordenada, pues realmente me
sentía así. Si nadie me encontrara, podría arder más gravemente. Tal vez no
muera, pero definitivamente causará algún tipo de daño en mis nervios.
Tiritando, palpé alrededor del soporte de la cama debajo de mí, tratando de
incorporarme, pero mis dedos también se sentían extremadamente pesados, ni
siquiera se encontró la fuerza para levantarlos.
Mi conciencia estaba luchando contra el mareo, pero luego volvió a caer en la
oscuridad, perdiendo completamente mi capacidad de pensar. Mi cuerpo parece
estar en un gran remolino lleno de magma hirviente, hundiéndose, hundiéndose,
hundiéndose...
No sé cuánto tiempo había pasado, pero en el momento en que pensé que las
moléculas de agua en mi cuerpo estaban a punto de quemarse por completo, mis
brazos fueron envueltos en frialdad. Sentí que algo suave y húmedo me tocaba la
frente, rozando la piel con extremo cuidado y gentileza, lo que ayudó a enfriar un
poco mi cabeza hirviente. No tengo paciencia para pensar en lo que era, y mis
párpados estaban demasiado pesados para levantarlos. Como un ciervo que busca
agua, levanté la cabeza con desesperación y capturé inmediatamente el objeto
resbaloso que parecía una lengua, esforzándome por succionar tanta humedad
como pudiera.
Algo me cubrió suavemente labios, pero eso no me impidió succionar el objeto que
se encontraba en mi boca. El contenido húmedo adentrado en mi boca contiene un
sabor salado de agua marina, haciéndome sentir más sediento que antes. Me hizo
estirar el cuello con ganas de absorber más.
La fuerza colocada en mis labios aumentó repentinamente, y el objeto suave en mi
boca se retiró, pero luego–después de que algo fuera introducido por alguna
fuerza–el objeto volvió a extenderse hacia adentro.
Había un líquido frío y húmedo que tenía un olor dulce fluyendo lentamente hacia
mi boca mientras el objeto suave apalancaba mis labios y dientes, como si me
estuviera alimentando. Trago como una persona a medio morir, hambrienta y
abandonada en un desierto. Mi lengua tocó el objeto suave y, cuando lo recorrí,
encontré una pequeña abertura al final. Ah, de aquí debe venir el líquido dulce y
que salva vidas. Asumí con mi mente confusa. Esto sacia bastante mi sed. Quiero
más...
El fuerte anhelo instintivo me obligó a exprimir incluso una pequeña pizca de fuerza
para permitir que mis manos toquetearan lo que me presionaba la cabeza, y mi
dedo se hundió inmediatamente en un puñado de hilos mojados.
Mi cerebro no era capaz de distinguir lo que era, solo pude agarrar la cosa con
fuerza en mi mano temblorosa y explorar donde, debajo de los hilos sedosos y
mojados, sentía un objeto liso y muy curvado. Presioné hacia mi cuerpo lo que sea
que estuviera tocando para poder meter el agua en mi boca con más facilidad.
El objeto se derrumbó más en mí, acercándose aún más. Sentí que, frente a mí,
una sombra oscura se proyectaba sobre mi rostro. Como agua glacial, un hilo de
seda frío se derramó por mi cuello caliente, trayéndome una frescura y comodidad
indescriptibles. Naturalmente, estiré la mano y me aferré al montón de hilos,
frotándolo al mismo tiempo contra mi pecho y la ardiente boca de mi estómago.
No puedo evitar desear que envuelva todo mi cuerpo.
Pero cuando hice eso, sentí claramente que algo debajo de mi abdomen se
endurecía cada vez más, hinchándose lentamente hacia arriba y haciéndome sentir
incómodo incluso cuando estaba separado por capas de edredón. Dejé escapar sin
querer un insoportable runrún, pero todavía no tenía la energía ni estaba dispuesto
a alejarme: estaba disfrutando completamente mi sumersión en esta sensación
fresca y relajante.
Entonces, en esa fracción de segundo, mi ropa de cama fue levantada; parecía
haber rastros de calor fluyendo al interior e incluso sentí que mis dos piernas se
mezclaban con el magma caliente, volviéndose inexistentes. Solo cuando una gran
y resbaladiza longitud se forzó al interior, mis piernas pudieron recuperarse debido
a la temperatura fría que se adhirió a mi piel.
Como si fuera atraído por un campo magnético, mi pierna se envolvió
involuntariamente alrededor del cuerpo para obtener una zona de contacto más
grande.
Sentí vagamente que se trataba del par de piernas firmes y robustas de una
persona.
Era difícil manejar mi cerebro en este momento para descubrir quién era esta
persona, y tampoco estaba de humor para ponderar sobre si era hombre o mujer.
Todo se puede ignorar al ser torturado con el calor de una fiebre. Como un niñito
frágil buscando a alguien en quien confiar, toqué ansiosamente a la persona,
queriendo inclinarme más cerca. De inmediato, un fuerte par de manos mojadas
se aferraron a mi espalda, llevándome a un abrazo firme y seguro. Mi cabeza fue
presionada contra su pecho, mientras que mis mejillas quedaron enterradas en los
mechones de hilos húmedos sobre este.
El latido rápido y poderoso del corazón en el pecho de la persona golpeaba mi
tímpano rítmicamente, lo que creaba una sensación de seguridad en mi corazón.
La soledad y el pánico creados por esta atormentadora enfermedad también se
dispersan y, por ello, acerco ansiosamente a la persona a mi abrazo.
Ah, este cuerpo es un gran refrigerador bastante natural...
Literalmente pegué todo mi ser a esta persona, pero sentía que la ropa en mi
cuerpo era incómoda y nada más que un obstáculo. No puedo evitar arrastrar mis
manos hacia abajo para jalar la ropa desde su dobladillo hasta arriba. El brazo
enganchado alrededor de mi cintura me ayudó sin demora a levantar mi abrigo y
lo empujó hacia mi espalda, donde su acción ruda lo rasgó en dos pedazos antes
de quitarme el pantalón. Finalmente, pude abrazar el refrigerador natural de
manera desnuda.
La gran zona helada se filtró a través de cada pieza de mi carne y hueso, y sentí
que mi cuerpo, que alguna vez estuvo cubierto de grietas, se sanaba poco a poco
en este momento. Todo mi ser se sentía lo suficientemente cómodo como para
quedarme dormido, pero el enorme y duro objeto debajo de mi abdomen en
realidad se convirtió en el mayor óbice que me impedía dormir. No pude evitar
moverme, empujando y girando sin cuidado hasta que un gemido profundo y bajo
sonó junto a mi oreja, mi cintura inmediatamente sujetada por una palma,
dejándome incapaz de moverme.
No tengo mucha energía para competir contra la fuerza, así que seguí tendido en
silencio y sumisión. De todos modos, la cosa debajo de mí ya no parece moverse.
Realmente no pude resistir la somnolencia, y entonces también me adapté
lentamente a su existencia.
Cuando estaba a punto de entrar en un sueño profundo, sentí que mi cuerpo se
volteaba mientras seguía en el abrazo. El frío cuerpo humano ahora acolchado
debajo de mí era como una reconfortante cama de agua, y aunque la dureza debajo
todavía era un poco insoportable, aun así, me recosté suavemente arriba y entré
lentamente en el país de los sueños.
En mi sueño, parezco estar tendido en un pequeño bote que chocaba
frecuentemente contra las pequeñas olas, el viento arrastrándolo libremente. Sentí
vagamente un objeto extraño debajo de mi abdomen, acariciando mi vientre de
una manera no tan gentil ni hiriente, y esta acción continuó hasta que me sumergí
por completo en un sueño profundo.
Cuando volví a recuperar mi conciencia, me despertaron movimientos extraños en
mis pantorrillas. Algo frío y resbaladizo estaba enroscado alrededor de uno de mis
tobillos, la caricia de mis pantorrillas era impredecible, suscitando un picor irritante.
Bajo ese hostigamiento y perturbación, finalmente me desprendí de la empedernida
somnolencia y abrí mis ojos hinchados.
Frente a mí había un grupo de mechones de cabello plateado oscuro, y debajo
estaba el pecho grande y firme de un hombre de un antiguo color de porcelana,
mientras que mi cara estaba enterrada en los cabellos que parecían telarañas. Los
aparté de mi cara con desconcierto, moví los ojos para levantar la mirada y fui
sorprendido mirando un par de ojos oscuros y rellenos bajo la sombra de sus
pestañas. Me miraba con pereza y alegría.
Mi cerebro osciló fuertemente, como si hubiera sufrido una explosión mientras yo
yacía allí congelado en el lugar.
...Agares estaba en mi cama. Yo, por otro lado, estaba desnudo, sin siquiera ropa
interior y acostado diligentemente sobre su cuerpo.
—Desharow... despertaste...
Abrió la boca, su garganta vibró y un murmullo retumbó.
No, no, ¡¿cómo esta bestia podría... estar en mi habitación?! ¡Qué pasó anoche, no
me digas que he sido...!
Me desperté con un sobresalto, e inmediatamente me alejé de él con un brinco,
pero nunca esperé que una de mis pantorrillas estuviera enredada con la cola de
pez. Mi cabeza terminó teniendo un contacto íntimo con el techo bajo del camarote
del barco antes de volver a desplomarme cual trucha sobre el cuerpo de Agares.
Su cuerpo era extremadamente resbaladizo. Por miedo, traté de usar ambas
piernas y mi mano para levantarme, sin embargo, fue como remar en un bote por
un pantano fangoso. No solo fui incapaz de levantarme–con mis manos resbalando,
mis piernas patinando–sino que mi abdomen también terminó frotándose varias
veces contra el gigante dormido. Cuando finalmente reaccioné a lo que estaba
haciendo, claramente sentí que la gran cosa contenida detrás de las escamas se
movía inquieta, lista para salir en cualquier momento.
Agares, por otro lado, simplemente se incorporó con un brazo, luciendo tan
tranquilo y sereno como siempre. Me miró, claramente disfrutando de mi reacción
de sorpresa y vergüenza, sus ojos entrecerrados por la sonrisa. El tritón incluso
extendió deliberadamente su abdomen, haciendo que su cola de pez se torciera
más debajo de mi cuerpo, lo que levantó mis nalgas. Esto se siente como si mi
trasero estuviera siendo acosado sexualmente por un demonio del sexo gay.
Me asusté tanto que rodé hasta el suelo directamente desde la cama, solo
cubriéndome la boca me contuve de gritar. ¡No puedo gritar, no puedo permitir que
la gente en el barco me vea a mí y esta bestia viviendo en la misma habitación
mientras estoy desnudo!
Sin embargo, no debo permitir que esta criatura se quedé en mi habitación así, de
lo contrario...
Me recliné contra el marco de la puerta, arrastré la silla más cercana mientras sus
cuatro patas finales apuntaban directamente a Agares. Utilicé mi otra mano para
señalar la ventana (que podría ser por donde entró), y susurré entre dientes, —
¡Fuera! O de lo contrario los llamaré de inmediato. ¡No creo que quieras volver a
probar las balas!
Agares levantó una ceja casualmente, y le echó un vistazo a la ventana con
indiferencia. Parecía estar contemplando lo que yo trataba de manifestar cuando
levantó los dedos e hizo un gesto de estar sujetando un arma, y con una expresión
siniestra en su rostro en tanto me miraba, negó con la cabeza. Como un viejo rufián
saliéndose con la suya en un engaño, su boca se abrió más y salió una risilla.
Esta es la primera vez que escucho una risa tan nefaria y malvada, pues sonaba
exactamente como una risa hecha por una persona que tiene un corazón lleno de
nada más que terribles conspiraciones y engaños, pero que no quiere exponerse.
Solo escucharla hizo que mi cráneo se entumeciera.
Esta acción posiblemente signifique que las balas no pueden hacerle nada.
Usar las leyes humanas para competir con las bestias salvajes era un asunto
absolutamente absurdo, pero, en realidad, siento que ni siquiera puedo ser más
listo que Agares.
El fondo de mi corazón explotó de miedo, pero en la superficie rechiné mis dientes
y regañé, —Deja de ser tan engreído, animal. ¡Esta vez será un disparo real con
una bala real!
—No... —Agares de repente retiró su sonrisa, enrolló su cola y bajó de la cama.
Agarro firmemente la silla en mi mano que usaba para proteger mi cuerpo como
escudo, pero no pude resistir la vigorosa fuerza del brazo de Agares. Había
agarrado una de las patas de la silla, y la había arrojado fácilmente a un lado.
Me recliné más cerca del marco de la puerta, pero fui aprisionado entre los brazos
de Agares. Se escuchó una fuerte respiración a un lado de mi oído, seguido del
fuerte y sofocante olor hormonal perteneciente a los hombres, —Desharow...
llámame Agares... Soy tu Agares...
Gire la cabeza hacia un lado, avergonzado, al fin entendiendo el significado detrás
de esta palabra de sirenios. Esta es la misma frase que el gerundio en inglés. Esta
palabra puede representar cortejo, pero también significar pareja. ¡Que me permita
llamarlo directamente Agares básicamente no era distinto a responder a su cortejo
solapado! Esto es ridículo, ¡lo que ocurrió en el laboratorio, nunca dejaría que
vuelva a suceder, incluso si muero!
—De ninguna... ¡manera! —exprimí la sílaba a través de mis dientes apretados.
Mi mejilla se ruborizó por el calor, pero de aventón, Agares estiró una mano y me
cubrió la boca. Se inclinó hacia mi oído y, tanto lenta como cuidadosamente, habló
en sílabas rusas con melancolía. —Tú... ayer... tomaste la iniciativa... besarme...
Como si hubiera recibido una descarga eléctrica, la vaga sensación de la noche
anterior inundó mi mente y casi me desmayo de la vergüenza. En este momento,
alguien fuera del camarote de repente gritó:
—¡Miren! ¡Vengan rápido! ¡Hay un bote en el agua pidiendo ayuda!
Capítulo 27

Seguí las voces para mirar por la ventana, y vi la sombra de un transatlántico no


muy lejos en la bruma. Había humo rojo saliendo de la parte superior de la
chimenea del barco, lo que era una señal de ayuda. El barco probablemente había
sufrido daños por el ataque de la tormenta.
Un marinero gritó, —El bote salvavidas está remando hacia acá. ¡Bajemos la
cuerda!
—Pero la doctora Sakarol nos ha dicho repetidamente que no retrasemos nuestro
viaje. Todavía no se despierta, ¿por qué no esperas a que le vaya a preguntar? —
preguntó otra persona.
—No, tonto. ¡Estamos hablando de una docena de personas aquí! ¡Una mujer
despiadada como ella nunca los dejará subir a bordo!
No podría estar más de acuerdo con esto. Golpeé la puerta del camarote y dije: —
Oye, amigo, mientras la mujer todavía esté dormida, aprovecha y salva a esas
personas. ¡Yo los apoyo chicos!
—¡Entendido, Sr. Desharow! —respondió un marinero de inmediato.
Poco después, escuché los constantes gritos de ayuda acercándose aún más a
nuestro barco. Entonces las voces en la cubierta aumentaron, rebosando con llanto,
agradecimiento y oraciones. Rememoré repentinamente el accidente marítimo que
tuve cuando era niño: en el momento en que mis padres me vieron bien y vivo,
habían quedado tan emotivos como estas personas a las que se les había dado otra
oportunidad en la vida.
Pero los fallecidos solo podían despedirse de sus seres queridos mientras se
enterraban en algún lugar de la vasta sábana de agua oceánica. No eran como
estas personas afortunadas que de casualidad se encontraron con nosotros, al igual
que mi abuelo y varios de mis tíos.
Tuve de repente esta corajuda necesidad de salir y echar un vistazo, e incluso la
idea de servirle té caliente a estas personas también pareció bien. Pero era obvio
que Agares no deseaba dejarme ir. En el momento en que moví mi pierna, con su
mano, la volvió a fijar a donde estaba originalmente, y su cola de pez se coló en el
espacio de mis piernas, atrapando todo mi cuerpo debajo de él.
Me cubrí la entrepierna apresuradamente, el clamor de voces humanas que se
escuchaba desde fuera de la puerta hizo todo más embarazoso. Monté en cólera
por la humillación, queriendo golpear enseguida el rostro del tritón, pero me detuve
cuando vi que sus cejas se juntaban repentinamente. Puso su nariz entre la línea
de la grieta de la puerta y olisqueó un poco. Inmediatamente, las comisuras de su
boca y ojos se cubrieron con un nítido aspecto de vigilancia, igual como si se
hubiese encontrado con sus enemigos naturales.
De inmediato, una premonición mala reptó en mi corazón. ¿Qué podría hacer que
este feroz tritón se sintiera tan inquieto?
—No... salgas... —Agares presionó la puerta mientras sus ojos se agudizaban—.
Algo…
Sintiéndome perplejo, lo imité para girar la cabeza y miré por la estrecha grieta
entre la puerta y la pared que conducía a la cubierta. De casualidad, mis ojos
cayeron sobre un hombre con la espalda encorvada. Parecía que era solo un viejo
normal, pero cuando moví los ojos hacia su mano escondida debajo de su abrigo,
de repente noté algo extraño.
¡Quedé impactado!
¡La mano cubierta por la parte inferior de su abrigo claramente se estaba aferrando
a un arma!
¡¿Por qué un viejo que acababa de verse involucrado en un naufragio tendría la
necesidad de agarrar un arma?! A menos que estos grupos de personas sean...
Recordé repentinamente las aterradoras noticias que habían sido reportadas por
otros en el periódico. ¡La forma en que algunos barcos se encontraron con ataques
terroristas era similar a lo que nosotros estábamos experimentando en este
momento! Al instante, sudor frío afloró en mi espalda.
¡Fuimos engañados! ¡El 99% de ellos eran básicamente piratas disfrazados de
sobrevivientes de un naufragio!
¡Maldición!
Me levanté rápidamente y golpeé la puerta en un intento de atraer la atención del
marinero cercano. Quería tratar de advertirles secretamente sobre este asunto
espantoso y asegurarme de que actuaran como corresponde, sino solo empeoraría
las cosas. —Oye, ¿puedes venir aquí, Henry?
Le susurré al marinero más cercano, ojeando nerviosamente a los falsos refugiados
a mi alrededor y esperando que no se dieran cuenta de que había descubierto su
identidad.
—¿Sr. Desharow?
Perplejo, se acercó a mí, pero justo en este terrorífico segundo, vi que un viejo
entre ellos se enderezaba y estrellaba en el suelo algo que sostenía.
Simultáneamente, cuando solté un grito de sorpresa, una gran extensión de humo
blanco se levantó del suelo y pronto todas las figuras en la cubierta desaparecieron
entre ella. Un olor acre se filtró por la puerta y me atacó la cara. Agares me apartó
de la puerta enseguida y me tiró sobre la cama. Aun así, fue demasiado tarde, pues
mis ojos fueron quemados y me picaban hasta el punto en que las lágrimas se
vieron obligadas a salir.
—¡Mierda! ¡Es una bomba de gas!
Me froté los ojos precipitadamente mientras mi corazón latía sin control, sabiendo
que las cosas ahora estaban lejos de ser buenas. La gente fuera de esta puerta
quizá ya había sido atacada. Me senté nerviosamente en la cama, sin embargo,
Agares me agarró la muñeca, presionó sus labios suavemente contra mis párpados
ardientes y los lamió con la lengua estirada.
Me di cuenta de que estaba tratando de paliar la irritación causada por el gas que
entró en mis ojos. Aunque su acción íntima y natural me hizo sentir
extremadamente avergonzado, ante un peligro tan inminente, decidí soportarlo.
Así que cooperé con él, dejándolo empujar mi cabeza contra la almohada y
continuar lamiéndome los párpados.
Bang, bang, bang.
La puerta fue pateada abruptamente, creando varios sonidos cual terremoto.
Entonces, se escuchó el ensordecedor sonido de las balas disparadas desde una
ametralladora golpeando la cubierta de metal cerca del camarote. Me sorprendió el
sonido de los disparos, y me tapé los oídos de inmediato. Sin embargo, un zumbido
en mi cerebro todavía pervivía, creando un terrible dolor de cabeza. Agares pareció
patidifuso y, así, estiró su mano y jaló mi cabeza a su abrazo. Cada centímetro de
sus músculos se tensó como una cuerda de arco mientras sostenía la mitad de mi
cuerpo erguido en sus brazos. Su garganta liberó una maldición que sonó como un
canturreo bajo.
—¡La persona adentro, sal rápido! Te daré diez segundos. Contaré hasta diez, y si
hay incluso un segundo adicional, jaja, ¡más de un burro estúpido aquí verá a Dios!
La áspera voz de un hombre atravesó la puerta, el olor a gas y humo se escurría
por la hendidura y entraba en el pequeño camarote en el que me encontraba.
Aparté a Agares al instante y apreté mi puño. Estaba totalmente convencido de que
no estaba solo bromeando, ya que los piratas armados como ellos eran fugitivos.
No había nada que no hicieran. ¡Lo que podía hacer ahora era salir obedientemente
y acatar sus órdenes, o después de diez segundos, esos marineros bien
intencionados serían arrojados al mar para alimentar a los peces! ¡Aunque jamás
pensé que el bote salvavidas contendría piratas disfrazados, aun así, se me podía
culpar por esto!
—Agares, si eres lo suficientemente inteligente, no salgas.
Dicho esto, agarré rápidamente mi abrigo y me lo puse antes de saltar de la cama
de inmediato. Sin embargo, me tropecé con la cola de Agares, la cual [él mismo]
barrió antes de que siquiera pudiera acercarme a la puerta. Terminé cayendo hacia
atrás y en sus fuertes brazos, donde mi cintura fue apretada por la desconcertante
fuerza del abrazo de hierro. Mi cabeza quedó firmemente abrochada contra su
pecho, y una sombra lúgubre se proyectó desde arriba, encerrándome. Esos ojos
angostos y resonantes me perforaron de modo amenazador.
—No... salgas...

* El autor tiene algo que decir: Vine a responder algo relacionado con el nombre de Agares y por lo que
todos están desconcertados. Aunque, después de que estos dos se enamoren, Agares lo dirá él mismo (≧∀≦),
pero parece que debería responderlo con antelación.

Spoiler del autor


Los sirenios no tienen nombres porque se llaman entre sí mediante ondas ultrasónicas, las que no se pueden
traducir al lenguaje humano. El verdadero nombre de este tritón comenzó cuando, en la primera vez,
Desharow lo nombró estúpida y descuidadamente por la palabra "Agares"... Es por eso que esta novela se
llama “El tritón Desharow: Pertenecerte, ser nombrado por ti”. б(>ε<)∂ ¡¡¡Está esto lleno de romance
oculto, no es así!!!
Capítulo 28

Quedé aterrado por la expresión desalentadora en el rostro de Agares, pero un


fuerte rugido vino desde afuera de la puerta, el cual llamó inmediatamente mi
atención. —Oye, el idiota que está dentro de este camarote, para cuando cuente
hasta diez, si no sales, meteré explosivos en las grietas de la puerta, o quizás
podría simplemente dispararle a la cabeza a alguien de aquí.
La persona que habló se rio con sarcasmo cuando el sonido de un disparo de
advertencia sonó. Al instante, escuché a Henry gritando miserablemente, —¡No,
no! ¡¡Sr. Desharow, por favor ayuda!!
La voz de Henry pareció una navaja afilada raspando el interior de mis tímpanos,
despabilándome lo suficiente como para darme cuenta de que mi decisión afectaría
la vida de los que estaban afuera. Tenía que pensar en un plan que garantizara la
seguridad de los demás y de mí mismo, y en este momento, pedirle ayuda a Agares
era la mejor opción. Mi sentido de responsabilidad como hombre me guio a agarrar
el brazo de Agares, girando mi cuerpo para encararlo.
Esta era mi primera vez viendo tan de cerca el rostro de Agares, mi frente
básicamente estaba tocando su afilado mentón. Reprimí el sofocante sentimiento
de estrés y embarazo, luego dije una palabra a la vez en un susurro bajo. —
Escucha, Agar... No. —Al darme cuenta de qué palabra estuvo a punto de ser dicha,
me corregí rápidamente de vergüenza, y con mi marcado acento ruso mezclado
con mi pésimo español, dije—. Necesito tu ayuda... necesito salir, pero espero que
puedas encontrar un lugar para esconderte y esperar la oportunidad de salir y lidiar
con los que tienen armas. ¿Puedes hacer eso? Sabes a lo que me refiero, ¿verdad?
¡Solo los cielos sabrían cuán absurdo era mi español!
Después de que terminé de hablar, miré preocupado a Agares y con miedo de que
no entendiera, pero sus cejas estaban ciertamente un poco arrugadas, como si
estuviera ponderando algo profundo. Sus delgados labios se estrecharon
levemente, y dijo: —Llámame... Agares...
¡Qué horrible, esta bestia realmente me amenaza en este tipo de situación!
—¡Ocho... siete...!
El sonido de la cuenta regresiva desde afuera me tensó los nervios y volteé la
cabeza hacia al lado, evitando su mirada. Tomé una decisión rápida y escupí
aquellas sílabas humillantes.
—A... Aga... Agare...
Antes de que siquiera pudiera terminar de decir su nombre, mi mentón fue
levantado por su dedo. Tan pronto como eso sucedió, mi visión se oscureció cuando
sus labios se estrellaron contra los míos, besándome bruscamente con intensidad
y fuerza. Sin embargo, un corto período de tiempo transcurrió antes de que [yo]
quitara rápidamente sus labios de los míos. Cuando su agarre en mí se aflojó, usé
mi cuerpo para alejarlo. Pero al hacerlo, me tambaleé un poco y caí contra la
puerta. Entonces, justo frente a mí, la alta figura de Agares pasó por mi lado, y ello
fue cual serpiente de cascabel que acaba de lanzar un ataque, precipitándose por
la ventana del camarote. Seguido por el ruidoso destrozo del cristal, el sello de la
ventana ahora era un gran arco de oscuridad total, toda la densa neblina que alguna
vez estuvo fuera de la ventana había desaparecido sin dejar rastro.
Solo en este momento me di cuenta de cuán rápidos eran los sirenios. Eran como
un tipo de criaturas anfibias; en el mar eran como tiburones, y en tierra parecían
serpientes.
Sin embargo, ahora mismo no había tiempo para maravillarse de este hecho, y
respiré hondo. En el momento en que abrí la puerta, solo había un pensamiento en
mi cabeza: Agares volverá a ayudarme.
A pesar de tenerle miedo y odio por lo que me había hecho solo para satisfacer sus
instintos naturales, aún creía que me ayudaría.
—Oye~ el muchachito de rostro tierno, arriba las manos.
Detrás de la puerta apareció una persona negra feroz y de aspecto corpulento con
un pañuelo en la cabeza, y mientras sonreía, se podían ver dientes amarillos en
descomposición. En su mano había una AK47 y apuntando directamente a mi
cabeza estaba el cañón del arma, la cual se parecía a los ojos oscuros y vacíos de
un muerto.
El cabello de mis brazos se erizó. No había nadie que no sentiría temor al ser
amenazado con un arma. Levanté mis brazos en el aire obedientemente,
mostrando que no tenía intención de contraatacar y también que no tenía armas
en mi cuerpo. Con gran precaución, salí lentamente del camarote, diciendo, —
Cálmate, hermano.
Alrededor de la cubierta había piratas que se habían arrancado los disfraces, altos
y musculosos. Resultó que habían fingido ser ancianos con posturas encorvadas,
escondiendo sus figuras debajo de los chubasqueros para que no lo detectáramos.
Las manos de los marineros estaban atadas a sus espaldas, y fueron obligados a
arrodillarse. Sin embargo, entre ellos, no había signos de Rhine y esos varios
hombres armados. Tenían que estar escondidos en algún lugar, esperando la
oportunidad para contraatacar. Mi corazón de inmediato se sintió más ligero.
Rápidamente conduje mis ojos alrededor del barco, suponiendo que Rhine y ellos
se estaban escondiendo en una cabina en algún lugar del segundo piso del barco,
por lo que desde arriba podrían apuntar fácilmente a cualquier persona en la parte
inferior. En este momento, la parte delantera de mi abrigo fue repentinamente
apretada. Resultó que el hombre negro me estaba jalando del cuello, casi
ahorcándome.
—¡Sr. Desharow! —La gente a mi alrededor gritó de miedo. En el siguiente segundo,
mi estómago fue golpeado despiadadamente y sin previo aviso, haciéndome caer
sobre la cubierta. Escuché un carcajeo arrogante detrás de mí y seguido de un
conjunto de botas pesadas que me pisaron la espalda.
—Oigan, oigan, hermanos de allá arriba, ¿realmente pensaron que no los vi? Si son
lo suficientemente inteligentes, guardarán sus armas o, de lo contrario, haré sufrir
a este muchachito.
¡Rhine y ellos fueron descubiertos! ¡No! ¡Esto significaba que estábamos en una
total desventaja!
El traqueteo de los seguros de las armas resonó desde el segundo piso del barco.
Sentí que mi respiración se aceleraba. Aunque parecía que estaban en un punto
muerto con estos piratas, esperaba que no se hubieran dado por vencidos. ¡Porque
al menos, la cantidad de piratas era mucho menor que la cantidad de hombres que
Rhine tenía!
No sabía cuánto tiempo podría soportar estar bajo la forzosa sumisión y tormento
del pirata. El pie en mi espalda seguía aplastándome la columna, y dolía tanto que
me hizo sudar excesivamente, el sudor goteando por mi frente. Ejercí fuerza y
levanté la cabeza, deseando ver a Rhine y los demás, pero busqué
inconscientemente la silueta de Agares. Por primera vez, tenía un intenso deseo de
que apareciera de inmediato, pero como la niebla estaba nublando la superficie del
agua, era difícil ver alguna señal de él.
Alarmado, mi corazón inmediatamente comenzó a sentir una inmensa sensación
de pavor y pánico. ¡Quizás Agares había regresado al mar, a su antigua vida,
buscando libertad y cosas para cazar, sin querer mezclarse con los conflictos de la
humanidad!
Después de todo, seguía siendo un animal... Tan pronto como lograra su objetivo,
se iría como si no hubiera nada irrazonable al respecto. ¡Qué odioso!
Apreté el puño y hundí los dedos en las grietas del suelo del barco. Sin embargo,
en el momento en que mi corazón cayó hasta la parte más profunda del abismo,
de repente escuché el estruendoso rugir de las olas golpeando el casco del barco.
La cubierta del barco se inundó inmediatamente con el agua de mar que brotó
cuando el barco se sacudió violentamente, balanceándose de lado a lado.
El hombre negro que me aplastaba la espalda perdió el equilibrio. Aproveché este
momento y me levanté. En el momento en que levanté la cabeza, vi a Agares–que
era como un dragón de Komodo negro cernido sobre el mástil–apoderándose del
territorio. Un siseo dirigido al hombre negro salió de los labios de Agares.
Arremetiendo a la velocidad del rayo, Agares arrojó fácilmente al hombre de piel
oscura al suelo, y usando su larga cola como ventaja, se ocupó rápidamente de
aquellos que tenían intenciones de usar sus armas. ¡En el siguiente segundo, sus
garras afiladas cuales navajas, bajo los ojos de miles, atravesaron el pecho del
hombre negro, rajándolo de arriba abajo!
La sangre oscura chorreó del cuerpo y cubrió la figura de Agares. Por lo que vi, me
asusté hasta el punto de quedar mudo. Me quedé sentado y perplejo en la cubierta;
incapaz de mantener la bilis en su lugar, vomité continuamente mientras cada
célula de mi cuerpo tiritaba violentamente.
En contraste con la muerte de Lilith, esta era la primera vez que presenciaba el
asesinato tan horripilante de un humano. También era la primera vez que notaba
que la fuerza de los sirenios era, de hecho, realmente aterradora.
Mi mente estaba en un completo desorden, pero mis ojos no podían moverse de la
dirección de Agares. Simplemente lo vi levantarse del cadáver, completamente
empapado de arriba a abajo con sangre, y con el apoyo de su cola, erguido a dos
metros de altura en tanto miraba a todos desde arriba.
Detrás del cabello rojo mojado había un par de pupilas penetrantes que exudaban
un aura malvada que podría devorar la luz del alma de cualquiera.
De sus garras abiertas, la sangre goteaba en un hilo interminable, parecido a los
asuras de las leyendas orientales, quienes subían desde el suelo para exigir la vida
de alguien. Era suficiente para dejar muertos de miedo a esos fugitivos
desenfrenados.
—No... toquen... a... mi Desharow...
La visión de Agares me recorrió el rostro antes de volver a fijarla en las multitudes
de piratas. Por la comisura de su boca, reveló una terrorífica sonrisa mientras una
variedad de retumbos bajos se arrullaba en su garganta. Ni siquiera esos piratas
que habían cometido toda clase de crímenes se habían encontrado con un monstruo
como este, por lo que cada uno de ellos estaba convulsionando de miedo. Recularon
horrorizados, e incluso las armas que sostenían en sus manos estaban tiritando.
¡Santo cielo! El sudor frío apareció en mi frente. En esta situación, no iría y
detendría a Agares, porque este tipo de piratas solo estaban aquí por dinero, razón
por la que abordaron nuestro barco. Eran la clase de delincuentes que matarían a
cualquier persona vieja y débil, incluso a madres y a sus hijos. Pero mirar
directamente una escena como esta era demasiado para la cordura de uno, y tenía
la sensación de que incluso si tuviera las agallas, me habría vuelto loco como el Sr.
Shinichi.
—Desharow, mantente alejado del tritón y los piratas. ¡Regresa al camarote!
Exactamente en este momento, escuché la voz de Rhine. De inmediato seguí el
sonido de su voz y lo vi junto con algunos de sus hombres armados apuntando a
los piratas. Esta vez, a los piratas les tocaba sufrir, pues docenas de ellos estaban
arrinconados por ambos extremos, y ahora con ellos de pie el uno contra el otro,
la mitad apuntaba sus armas a Rhine y los soldados, mientras que la otra mitad
apuntaba a Agares. Nadie se atrevía a actuar imprudentemente.
Una vez que se liberara un fuego cruzado, los marineros atados en la cubierta
serían los primeros en sufrir. ¡No puedo simplemente ir y esconderme primero!
Este pensamiento atravesó mi mente. Aproveché inmediatamente este momento
crítico para agacharme y fui a rescatar a la persona más cercana. Traté de desatar
sus cuerdas, pero ya no me quedaba tiempo y no había otra opción, así que
simplemente agarré su pierna y lo arrastré fuera del alcance de tiro. Pero mi acción
fue seguida por alguien que soltó un grito triste, —Sr. Desharow, por favor sálveme,
voy a morir... ¡Me está dando un ataque al corazón!
Esa era la voz de Henry. Giré la cabeza con rapidez y vi que se estaba agarrando
el pecho, y, de hecho, parecía que estaba bajo una completa agonía.
—¡Aguanta! —Lo llevé rápidamente a la pila de tablas más cercana que podía
usarse como refugio, y luego me agaché rápidamente para darle primeros auxilios.
Sin embargo, justo cuando estaba poniendo mi peso para presionarle el pecho, no
supe cuándo ocurrió, pero su mano había alcanzado mi pecho y sujetaba una pistola
helada, esta descansando en mi mentón. Su rostro, que una vez estuvo cubierto
de dolor y sufrimiento, había cambiado a una expresión anormal y despiadada.
Me zumbó la cabeza y mis nervios explotaron. Henry... ¡era un espía para los
piratas!
No, no, ¡¿cómo pasó esto?! Henry era originalmente un marinero que estuvo
conmigo y Rhine, entonces, ¿cómo podría ser un espía? ¿Acaso estos piratas nos
siguieron hasta Islandia desde que partimos por primera vez al mar?
—¡Henry! —Rhine gritó con evidente furia en su voz. Cambió la dirección del arma
y apuntó a Henry y a mí, lo que me hizo sentir aún más frenético.
Henry usó el cañón del arma para empujar mi cabeza hacia arriba, forzándome
rígidamente a ponerme de pie. Usó una de las manos para agarrarme fuertemente
el cuello, mientras que la otra presionó el arma directo contra mi frente. Sentí su
mano temblar un poco. Era obvio que estaba emocionalmente inestable debido a
la repentina muestra de brutalidad de Agares.
—Tienen que bajar sus armas, o de lo contrario mataré a Desharow. Rhine, es
importante para ustedes, ¿cierto? Y también... ese monstruo. ¡Escúchame, la vida
de tu cuidador está en mis manos! Me entiendes, ¿verdad? ¡Si no quieres que lo
maten, solo quédate allí y no muevas un músculo!
Henry gritó en voz alta, y la atención de Agares cambió inmediatamente de mirar
a los piratas, a donde yo me encontraba. En el momento en que me vio, su
expresión cambió al instante. Hace unos segundos estaba usando una sonrisa
diabólica, pero ahora, esa expresión fue borrada de su rostro y reemplazada por
un rostro extremadamente despiadado y pernicioso lleno de intenciones asesinas.
—No... lo... toques... Morirás...
Agares fulminó con la mirada a Henry, quien se quedó parado detrás de mí en tanto
pronunciaba una advertencia baja, palabra por palabra.
La mano de Henry comenzó a tiritar aún más violentamente mientras su cuerpo
liberaba un estremecimiento incontrolable. A estas alturas, mis nervios estaban
distendidos y casi al límite. Estaba planeando usar unas tácticas psicológicas en él
para darle un golpe mortal, pero antes de que pudiera, escuché un disparo
resonando. No sé qué bastardo idiota disparó esa bala en el barco, y de casualidad
golpeó justo donde estaba parado Agares. Esto provocó que levantara su cola en
lo alto, como si fuera una pitón preparándose para lanzar un ataque. ¡El cuerpo de
Henry se sobresaltó y el arma que sostenía se resbaló inesperadamente de su
agarre!
¡Bendito sea Dios! Solté un suspiro de alivio en secreto y aproveché esta ventaja
para golpearlo en el estómago, listo para huir. Sin embargo, Henry no se molestó
en ir a recoger el arma, sino que me agarró poderosamente por la cintura y me
arrojó al suelo. En medio de mi lucha, un brillo plateado en la mano de Henry
atravesó mis ojos. Antes de que pudiera procesarlo, ya había levantado su mano y
empalado algo en mis costillas izquierdas.
El dolor fue agonizante y se extendió por mi cuerpo a la velocidad del rayo, mientras
que, al mismo tiempo, ¡una fuerte lluvia de balas sonó como una tormenta en la
cubierta!
Envolví mi mano alrededor de mis costillas izquierdas, incapaz de pronunciar un
solo sonido, todo mi cuerpo tiritando incontrolablemente. Como un montón de
fango, yací paralizado en el suelo, pero con gran dificultad, levanté la cabeza para
mirar hacia el otro lado de la cubierta. A través de mis ojos que veían puntos negros
debido al dolor, logré entrever la figura de Agares esquivando rápidamente las
balas como si fuera un fantasma. Pero parecía bastante obvio que era ralentizado
por la lluvia de balas. O es eso, o no tenía intención de atacar, ya que solo tenía
sus ojos fijos en mí mientras simplemente las evitaba.
Estaba preocupado por la herida que había recibido.
Maldición, ¿cómo puede evitar esas balas de esta manera? ¡Definitivamente morirá!
Mi corazón parecía haber sido apretado por el agarre de las garras puntiagudas.
Aunque aborrezco totalmente las acciones monstruosas de Agares, en este
momento, no quería que su vida estuviera en peligro. Para ser aún más exacto, no
podía evitar sentir ansiedad por él, tanto que ahora ni siquiera mi cuerpo parecía
doler tanto.
—¡Estoy bien, ve a atacarlos, Agares! —gruñí y grité en voz alta inconscientemente,
agarrándome las costillas dolorosamente. En el siguiente segundo, la daga que
estaba en mis costillas fue arrancada por Henry. En ese momento vi que el cuchillo
era del tipo especializado hecho para uso militar. A lo largo de la muesca de la
daga, sangre fresca se vertía sobre el suelo.
Pronto me agoté por la gran cantidad de sangre que había perdido, y todo mi ser
se convirtió en un camarón acurrucado en el suelo mientras a lo lejos, escuchaba
a un grupo de piratas gritando, —Levanten rápido las cadenas que se usaron para
el barco para atar a este monstruo. ¡Al fin ha dejado de atacar!
Capítulo 29

Miré inmediatamente hacia Agares, y vi de tres a cinco hombres envolviéndolo con


cadenas gruesas y pesadas, desde distintas direcciones y hasta el punto en que
Agares solo podía mover su cola hacia arriba y hacia abajo. Sus dos garras se
aferraron firmemente a las cadenas restrictivas, pero quedó atrapado en un punto
muerto y su boca no pudo evitar soltar un siseo represivo.
Obviamente había sido alcanzado por una bala, pues sangre azul fluía por su cola,
formando un pequeño charco en la cubierta del barco. A pesar de que estaba en
un punto muerto con los piratas, no tenía intención de lanzar otro ataque violento.
Incluso el mar alguna vez tempestuoso lleno de olas peligrosas y viento parecía
haberse calmado poco a poco, y la niebla que había estado rodeando el barco
también fue rasgada al instante.
Enseguida, no muy lejos en el agua, el barco que erróneamente creímos estaba en
apuros, al fin reveló su verdadera naturaleza...
Muchas velas gastadas y andrajosas colgaban del barco, junto con cortezas
incrustadas y esparcidas por todo el casco. Lucía como si hubiera sido fuertemente
dañado por la tormenta, pero igual se exhibía un enorme lanzador de misiles en el
asimiento de tres pisos del barco. No solo eso, al menos diez piratas estaban de
pie en la cubierta, apuntándonos con ametralladoras. Estaba claro que tenían el
doble de potencia de fuego que nosotros.
Como si me golpeara un rayo, casi me desmayé de la conmoción. Nunca soñé que
encontraríamos tanto infortunio. Qué odioso...
—Rhine, baja tu arma y ríndete obedientemente. Es mejor ser rehén que ser
arrojado al mar para los peces. Mira, Desharow ya está al borde de la muerte. —
Entonces, Henry colocó su daga contra mi cuello. El dolor nublaba mi visión, así
que no pude ver si Rhine había bajado su arma, pero sabía que ciertamente no
continuaría disparando.
En una situación con gran disparidad entre nuestro enemigo y nosotros, la
resistencia solo traería pérdidas y fracaso. Por lo que ser secuestrados por piratas
era una conclusión inevitable en este momento.
Además, nos necesitaban a Agares y a mí con vida. Parecía que el propósito de los
piratas no era solo robar, de lo contrario, ¿por qué habría un traidor como Henry
al acecho en nuestro barco durante tanto tiempo?
Al menos se nos daba la oportunidad de vivir, y mientras estuviéramos vivos,
siempre tendríamos la oportunidad de contraatacar.
Poco a poco, el creciente dolor y la pérdida de sangre me quitaron la capacidad de
pensar. Mi cuerpo se estaba acercando al borde de la cubierta mientras Henry me
cargaba. El otro barco ya se encontraba a una corta distancia antes de que los
piratas del otro lado estrellaran un puente de acero sobre nuestra cubierta, creando
un fuerte impacto que incluso hizo que el agua salpicara a bordo.
El fuerte olor metálico de la sangre atacaba mi cara. Mi subconsciencia me llevó a
girar la cabeza para mirar a mi alrededor, pero el dolor aumentó el flujo de sangre
en mis ojos, haciéndome ver capas de neblina roja en mis retinas. Solo pude
distinguir vagamente la figura de Agares siendo lentamente arrastrada por varias
cadenas aferradas a él. Había unos diez piratas gritando y resoplando como locos
cuando, con trabajo en equipo, al fin lograron arrastrar la pesada y larga cola de
Agares a través del puente. El tritón estaba siendo tratado como un animal cautivo
en un circo.
La criatura alguna vez naturalmente orgullosa y feroz, ahora era esclava de las
cadenas de hierro atadas a su alrededor. Quizá pudo haber escapado fácilmente
antes, pero ahora terminó atrapado en esta situación como la bestia que era.
Sentí una incómoda presión aplastándome el corazón. No debí haberle pedido
ayuda a Agares impulsivamente. Sin importar cuán parecidas fueran sus acciones
a algunos hábitos y atributos humanos, después de todo seguía siendo una bestia.
Básicamente, éramos criaturas de dos mundos distintos, ¡¿así que cómo pude
involucrarlo en peleas humanas?! ¡Tenía que estar demente! De esta manera, esto
prácticamente hacía que Agares me reconociera como su cónyuge, y mi propio
comportamiento era básicamente admitirlo. ¿Qué diablos hice? ¡Esto no es algo
que un biólogo cualificado haría!
Pero quizás... incluso si todo se rebobinara y comenzara de nuevo, habría elegido
hacer lo mismo, porque en una crisis, las personas siempre confiarán
instintivamente en una existencia fuerte, incluso si fueran hombres.
Me reí de mí mismo en mi mente. Con estados de ánimo conflictivos, apreté la
mano en un puño. Mi cerebro estaba desordenado, mas el sufrimiento que me
recorría el cuerpo hacía que me importara menos, ya que incluso respirar
suavemente se convirtió en un dificultoso lujo.
Mis ojos comenzaron a deslizarse involuntariamente en la oscuridad mientras mi
conciencia se reducía a fragmentos. Sentí que todo mi ser estaba pisando capas de
nubes flotantes, todo a mi alrededor distorsionándose. Mi capacidad de escuchar
también parece haber desaparecido, por lo que me convertí en un espectador que
ve una película muda en blanco y negro.
Sabía que estaba al borde de la muerte.
Entonces, de repente, de la nada el barco se sacudió violentamente, haciendo que
Henry soltara mi cuerpo. Perdí el equilibrio y terminé golpeándome la cabeza contra
la cubierta. Luché contra el dolor del impacto solo para abrir mis ojos borrosos y
ver a varias personas participando en una guerra de tirones contra Agares. Su cola
de pez atravesó innumerables metros para llegar frente a mí.
Quizás impulsado por el instinto, estiré la mano con el último vestigio de mi fuerza
y apreté mis dedos alrededor de su aleta caudal.
—¡Arrojemos a este monstruo a la sentina, deprisa! —De repente, pude escuchar
voces otra vez. Mientras los piratas gritaban, vi a Agares desaparecer de la
cubierta. Después, sentí que mi cuerpo era repentinamente agarrado y arrastrado
hasta que caí a través de un agujero negro y en el agua que llegaba hasta la cintura.
El severo dolor causado por el impacto en mi cuerpo me dejó perturbado y
mareado, las pequeñas olas de agua empujaron mi cuerpo hacia una esquina de la
pared.
El agua fría irritó mi herida, provocando que una oleada de insoportable dolor
viajara por todo mi cuerpo. Pero la fuerte estimulación sí me sacó del caos prístino
de la muerte. Tanteé a lo largo de la pared en busca de apoyo, y apenas me estaba
inclinando sobre ella cuando miré hacia arriba. Mis ojos nebulosos y desorganizados
vieron vagamente varias sombras pertenecientes a personas.
—Oye, no será un gran problema encerrarlos juntos, ¿verdad?
—Por supuesto que no. Este muchachito es el cuidador de ese monstruo. Con él
allí, no volverá a enloquecer. Por su apariencia, parece que está a punto de morir
de todos modos. Probablemente ni siquiera dure las próximas dos horas en esta
celda de agua, y mejor aún, podría ser utilizado como alimento para este monstruo.
—Oye, oye, vámonos ahora. ¡Vamos a tratar con el resto de los estúpidos burros
en el barco!
La escotilla de la sentina se cerró de golpe y todo cayó en completa oscuridad. Solo
se veían luces moteadas a través de las grietas entre la cubierta, y a mis ojos les
tomó tiempo adaptarse a este entorno. Sentí vagamente otra oscura sombra de
actividad. Era el sonido de las cadenas golpeando la cubierta, lo que se reflejaba
en las ondas en el agua.
Me di cuenta de que era Agares. Esos piratas en realidad nos confinaron juntos.
—De... sharow...
Una conocida voz baja se acercó mientras la larga sombra de una cola en la
oscuridad se batía en la superficie del agua, permitiendo que frecuentes olas
golpearan mi cuerpo. Antes de siquiera poder parpadear, vi debajo del agua un
contorno grande y oscuro que desde adelante parecía un grupo de algas marinas.
La cabeza de Agares emergió de debajo de las olas circundantes antes de que todo
su cuerpo siguiera su ejemplo, levantándose del agua como un fantasma.
Había muchas marcas preocupantemente profundas cubriendo su pecho y
abdomen, pero esas cadenas de hierro que lo habían confinado estaban
afortunadamente rotas. Lo que quedaba era una cadena del grosor de un brazo–
de la cual colgaba una cerradura de hierro–que seguía atada a su cintura. Sin
embargo, se volvió inútil, ya que no restringía en absoluto el movimiento del tritón.
Intenté mover mi cuerpo débil, pero incluso alzar los brazos me pareció arduo y
difícil. Simplemente le permití que estirara sus manos palmeadas para sujetar mi
cuerpo tambaleante. Después bajó la cabeza hacia donde estaban mis costillas
heridas.
Entendí inmediatamente lo que iba a hacer. Ante la muerte inminente y lleno de
miedo y dolor, la vergüenza parecía ser insignificante. Lo único que pensaba en
este momento era que [Agares] podía permitirme vivir. Agares tenía la capacidad
de salvarme la vida.
En tanto sus labios y dientes mordían mi ropa tratando de arrancarla, me coordiné
con él simultáneamente, usando mis manos temblorosas para rasgar la solapa y
exponer mi pecho manchado de sangre. En este momento, di a luz la ilusión de
sacrificarme a un demonio a fin de obtener otra vida.
Sentí la fuerte mano de Agares aferrándose a mi columna vertebral, y su cola
gruesa y flexible salió del agua para separar mis piernas y subir mi entrepierna,
por lo que todo mi torso fue sacado del agua. Sentí que montaba una pitón,
temblando de miedo. Cuando su cola empujó mis nalgas para encontrarse con la
pared, no hubo más opción que sentarme en una posición íntima para aferrarme a
la cola de Agares con fuerza.
Entonces, sin decir muchas palabras, Agares bajó la cabeza hasta mis costillas y
yo subconscientemente envolví mis brazos alrededor de su cuello para no perder
el equilibrio. Sentí que su lengua salía para lamer lentamente la herida que fue
causada por la daga. Su lengua sondeó suavemente mi carne, rozando cada
centímetro y espacio.
—Nn...
Solté un pequeño gemido mientras mi cuerpo convulsionaba de dolor, y solo
mordiéndome los labios pude evitar gritar miserablemente. Pero pronto, los
elementos especiales que presentes en la saliva del tritón comenzaron a tener
efecto, ya que el intenso dolor se desvaneció poco a poco. En su lugar apareció un
picor adormecedor, al igual que la sensación de un corte desarrollando costra. No
era del todo desagradable, más bien, era una sensación bastante cómoda.
Mi cuerpo se relajó con lentitud y mis párpados se volvieron muy pesados.
Conscientemente, parecí sentirme empapado en un océano vasto y tranquilo,
permitiendo que las olas se golpearan suavemente contra mi cuerpo, lo que, así
como así, me llevó lentamente a un sueño profundo.
Parecía que había pasado un siglo antes de que despertara de mi profundo
descanso. Agares, para mi sorpresa, todavía estaba inmerso en curar mi herida.
Me di cuenta de que había sido yo quien había confundido el tiempo, y mi cuerpo
ciertamente había recuperado la fuerza perdida, como si hubiera sido hospitalizado
durante varios días. Incluso mi estado mental estaba despierto y lleno de vitalidad,
tanto que no pude evitar maravillarme con el mágico poder curativo del tritón.
Bajé la mirada hacia mi herida, mas solo pude ver los contornos afilados de las
cejas de Agares y el puente de su nariz. Lo miré desde este ángulo: bajo esas
largas pestañas, supuestamente residían dos ojos intimidantes que podrían
aterrorizar a cualquiera. Sin embargo, debajo de sus párpados, una sombra en
forma de nube empañaba el contorno filoso y severo, haciendo que su apariencia
luciera inesperadamente... gentil.
Era lo suficientemente gentil como para ser engañoso y tentador. Me quedé
aturdido por esto al instante.
Pero justo en este momento, de repente levantó la cabeza, haciendo que mis ojos
colisionaran instantáneamente con los suyos. Mi corazón se disparó hasta mi
garganta mientras enseguida me horrorizaba de mis propios pensamientos. Maldita
sea, ¿cómo podría haber pensado que esta bestia vulgar, siniestra y salvaje era...
encantadora?
¡No, no, esto debe ser solo una ilusión creada por el mareo!
Levanté la mano intuitivamente, queriendo alejarlo con un empujón. Como un
ladrón atrapado, me puse nervioso cuando me miró con seriedad, como si hubiera
visto a través de los pensamientos absurdos que se me ocurrieron para
tranquilizarme.
Pareciendo como si estuviera orgulloso de su éxito en desconcertarme, los labios
de Agares se curvaron un poco. Simplemente apartó la cabeza de mi pecho y sus
labios se partieron en una expresión sonriente, donde la comisura de su labio
estaba pintada con mi sangre y haciéndolo lucir extraordinariamente guapo y
coqueto. Su lengua escarlata estaba rozando mis costillas, frotándose
juguetonamente contra mi herida unas cuantas veces antes de que se retrajera de
regreso a su boca. Esta fue una acción ambigua llena de significado sexualmente
sugerente.
Capítulo 30

Esa lengua... tocaba... tocaba...


A pesar de que era obvio que Agares solo estaba curando mis heridas, ver este tipo
de escena naturalmente hizo que mi lento cerebro explotara, donde de repente
todo tipo de malos recuerdos y abrasadora vergüenza me volvieron a asolar,
haciendo que la punta de mis orejas y mejillas se calentaran de embarazo.
Instantáneamente sentí que la punta de su lengua no estaba nadando en la zona
de mi herida, sino que en realidad estaba acariciando cierta parte que era muy
vergonzosa de mencionar. Todo mi cuerpo soltó un temblor y me puse rápidamente
en acción, empujándolo, pero me di cuenta de que mi mano se parecía a una
esponja: suave y débil.
Agares se apoderó de mi mano, giró su rostro y olisqueó profundamente mi palma,
al parecer muy feliz.
—Ya no sigas —retiré mi mano más rápido que al ser quemado, y tartamudeé—.
¡Me siento mucho mejor ahora!
—No... —bajó la mirada hacia mi herida, sus ojos se hundieron en un pozo profundo
y su cabeza volvió a bajar.
—¡No, no lo hagas! ¡Oye! —En un estado nervioso, intenté apresuradamente alejar
su cabeza, pero mis dos manos fueron capturadas y arrastradas a un costado de
su hombro. El entumecimiento y la flojedad que sentí antes volvieron
instantáneamente en un espiral de polvo cuando su lengua hizo contacto con mi
piel, y como una carpa saltadora, levanté instintivamente mi torso en una curva
perfecta. La vergüenza que fue reprimida por el dolor ahora subía vigorosamente
por mis nervios.
El olor a almizcle emitido por Agares aceleró mi respiración, y mi cuerpo–que estaba
totalmente empapado de agua–debería haber estado frío, pero en cambio, estaba
increíblemente caliente.
Avergonzado, apreté la mandíbula e inhalé un par de respiraciones profundas a fin
de calmar mi respiración anormal y rápida, así como mis irregulares latidos.
No admitiría cuán sensible se había vuelto mi cuerpo o incluso cómo con el más
mínimo toque de Agares, sufriría una reacción fisiológica.
La cola de pez emparedada entre mi entrepierna se frotaba suavemente contra mí
cada vez que [Agares] movía su torso. Sabía que estaba empezando a ponerme
duro, y Agares definitivamente notaría este detalle muy pronto.
En este estado de embarazo y confusión, logré agarrar su hombro y sacudí mi
cadera precipitadamente mientras gritaba, —¡Agares! ¡Agares! Bájame. ¡En serio
ya me siento mejor!
Usar este nombre para llamarlo pareció ser mucho más efectivo que solo usar la
palabra "oye", pues al instante mi cintura fue milagrosamente aflojada de sus
malvadas garras. Mi cuerpo bajado tropezó con la atrincherada y enrollada cola de
Agares hasta que finalmente encontré un espacio abierto donde pude hundir las
piernas en el agua. Inmediatamente después, junté mis dos piernas, temeroso de
que Agares descubriera la actividad movible que se encontraba abajo.
Al parecer no notó nada peculiar en mí, ya que simplemente se giró y apoyó su
figura contra la pared. Soltó un suspiro profundo y húmedo, como aliviado de una
carga, antes de bajar la mirada a su propio cuerpo.
Fue entonces cuando noté que había varios agujeros hundidos y esparcidos a lo
largo del abdomen del tritón. Pude ver los extremos brillantes y metálicos de las
balas incrustadas, así como una membrana translúcida que ya se estaba
solidificando desde el exterior, formando capas sobre las balas. Las balas no
pudieron penetrar completamente la dura piel de Agares, y estar atascadas a la
mitad debe haber dificultado la propia capacidad de curación de Agares.
Quizás debido al dolor, Agares de repente extendió una de sus afiladas garras para
rasguñar la membrana en formación que cubría el extremo de una bala. Al instante,
sangre azul se desbordó del agujero dañado por el rasguño.
Mi pecho se apretó instantáneamente cuando vi esto, y lo agarré del brazo de
inmediato antes de gritarle que se detuviera con una voz severa, —¡Detente, solo
abrirás más tu herida! Yo...
En esta situación, debería ayudarlo. Pero si estas balas fueran sacadas a mano,
solo abriría más la herida. Era mejor succionarlas usando mi boca, pero, oh cielos,
la posición de esas balas era...
demasiado baja.
Contemplé acaloradamente varios de sus agujeros de bala, uno de los cuales estaba
cerca del borde superior de las escamas de Agares. Pude imaginarme lo vergonzoso
que sería para mí ayudar a succionar esa bala por él.
Justo cuando estaba vacilando, Agares levantó la cabeza y usó esas pupilas oscuras
y profundas suyas para atrapar mi mirada. Sus cejas se fruncieron cuando suplicó
en voz baja.
—Ayúdame... Desharow...
Mi cuero cabelludo se entumeció por su intensa mirada. Volví a dirigir mi mirada
hacia su abdomen herido, y con gran esfuerzo traté de evitar que mis ojos se
arrastraran más abajo, sin embargo, eso no impidió que me sintiera avergonzado
y pudoroso. Pero Agares arriesgó su vida para ayudarme, y hace un momento
incluso curó mi herida grave. Así que, por supuesto, tenía que hacer lo que pudiera
para ayudarlo a recuperarse también. Además, un Agares sano y fuerte era sin
duda nuestra mejor esperanza contra esos asquerosos piratas.
Oye, Desharow, solo vas a actuar como un veterinario. ¡No pienses nada estúpido!
—Está bien... ¡Animal, no te muevas, y yo te ayudaré a sacar esas cosas!
Respondí con una cara seria para cubrir mi aflicción. Luego respiré hondo, me
arremangué y me puse en cuclillas junto a él. Sostuve a Agares contra la pared y
me incliné cuidadosamente hacia sus heridas abdominales.
En el momento en que mis labios tocaron la herida de Agares, su abdomen de
repente tembló. Las garras mojadas y palmeadas entonces se posicionaron
traviesamente sobre mi hombro, donde el agua goteó por mi clavícula y me puso
la piel de gallina. Se me era imposible cambiar de opinión ahora, así que fingí tener
la apariencia de un doctor tranquilo y me animé a succionar la metralla atrapada
en su piel lo mejor que pude.
Mientras succionaba cada vez más fuerte, los apretados músculos abdominales del
tritón seguían un intenso ritmo de respiración, convulsionándose violentamente
cual volcán listo para entrar en erupción. Tuve que usar ambas manos para
restringir su fuerte cintura cuando la metralla se hundió más, y decidí usar mi
lengua para enganchar la bala antes de escupirla a un costado.
Me limpié la frente que quedó cubierta de sudor. Era solo la primera bala y fue igual
de difícil que autodesafiarme para completar un complejo experimento de
investigación. Succionar balas no era lo único que desafiaba mis límites, pues
también estaba la indescriptible vergüenza. Pero todavía había muchas más heridas
de bala que tenía que tratar.
No me atreví a levantar la mirada y ver la expresión de Agares, ya que sabía que
mi cara estaba toda ruborizada y roja. Escupí la sangre en mi boca y continué para
succionar la siguiente. Rápidamente, casi todas las metrallas fueron predispuestas
por mí. La única que quedaba estaba cerca del área vital del tritón.
Contemplé con una mirada complicada el agujero de bala, y mi corazón quedó
hecho un desastre. Esto era un verdadero desafío para mi mente psicológica, pues
no había diferencia en participar... ¡en entregarme a Agares!
En el segundo en que este tipo de pensamiento saltó a mi mente, me dio un susto
mortal y por el cual me reprendí severamente. Negué con la cabeza
desesperadamente, pensando que podía arrancar este pensamiento de mi mente y
arrojarlo de regreso al mar.
La mano de Agares tiritaba suavemente en mi hombro, y su respiración era pesada
y oprimida, las venas de su abdomen incluso sobresaliendo. —Ayúda... me... —
susurró en voz baja.
Apreté los dientes con frustración y cerré los ojos antes de bajar la cabeza. Respiré
hondo y fui a succionar la herida con más fuerza que antes, solo para así poder
sacar esta maldita bala más rápido. La garra palmeada de Agares se aferró a mi
nuca, manteniendo mi cabeza donde estaba mientras movía su estómago hacia
adelante. Su cola de pez estaba completamente pegada a mi pecho, y se comenzó
a frotar contra mi torso, siguiendo el ritmo de su respiración. Esas pequeñas
escamas acariciaban lentamente mi pecho, tocando de vez en cuando, como un par
de palmas obscenas, mis sensibles pezones.
Ya se me había erizado la piel en todo el cuerpo, pero como ya era lo
suficientemente difícil succionar la última metralla cerca de mis labios, no me atreví
a fallar al final debido a la falta de esfuerzo. Subconscientemente arqueé mi
columna hacia atrás para evitar tener un contacto tan sensible, mas la garra
palmeada que presionaba mi cuello ejerció más fuerza para acariciarme
ambiguamente la columna. ¡No solo eso, parecía haber algo grande y muy duro
presionando mi mentón desde abajo, como si el cielo estuviera siendo apoyado por
un solo pilar grande!
Al límite de mi paciencia, mordí con fuerza la herida y agarré la metralla entre mis
dientes mientras una gran cantidad de sangre dulce–pero con sabor a pescado–me
inundaba la garganta.
¿Esta bestia dolosa, vulgar y salvaje acaso hizo esto a propósito?
Me volví a sentar en el agua frenéticamente, y escupí la última bala junto con la
sangre de Agares. Cuando volví a mirarlo, mi atención fue instantáneamente
atraída por el descomunal órgano púrpura debajo de su abdomen. Se erguía todo
alto y poderoso con grandes venas azules pulsantes y bombeantes, enfrentándome
directamente como una larga escopeta lista para disparar. Por primera vez, pude
ver claramente y a tan corta distancia cuán sorprendente era el auténtico tamaño
del órgano sexual del tritón, y una vez fue usado...
¡No! Solo pensar en esto me hizo creer que mi propia mente estaba estropeada.
Me levanté rápidamente con pasos tambaleantes. Intenté escapar atacadamente,
queriendo alejarme lo más posible de Agares. Sin embargo, la cola del tritón debajo
del agua me persiguió de cerca, como una pitón que ataca a una presa bajo el
agua. La cola rodeó mis zancadas, atravesando el agua frente a mí y alzando todo
mi cuerpo del agua en un santiamén.
—¡Ah, ayuda!
Rasgué mi garganta y solté un grito, pero mi cuerpo fue inmediatamente arrastrado
hacia atrás junto con la cola de pez hasta que mi espalda golpeó un pecho
musculoso y mojado, y un fuerte par de brazos se envolvió firmemente a mi
alrededor.
—Desharow... —sentí los labios heladísimos, pero suaves de Agares tocando mi
cuello en tanto su nariz asimilaba profundamente mi aroma antes de que un par
de sílabas rusas burdas fueran pronunciadas a través de cada respiración que
tocaba mi cuello—. No... me... tengas... miedo...
Solo Dios sabría cuán sinceras eran sus palabras, pero, por supuesto, solo si su
enorme cosa no se estuviera hincándose ansiosamente entre mis nalgas. ¡No era
distinto a un violador pidiendo permiso antes de violarte!
Incluso si esta bestia arriesgó su vida para salvarme, ello no podía borrar lo que
me había hecho antes, y tampoco significaba que no volvería a entrar en un frenesí
de apareamiento. Por estas razones, ¡¿cómo podría dejar de tenerle miedo?!
—No me toques... —El agua que empapaba mi camisa sin mangas era como una
corriente submarina de sentimientos y deseos que quería invadir vigorosamente
cada centímetro de mi cuerpo. Sentí la sensible agitación e inquietud de cada célula
de mi cuerpo, lo que hizo que mis dientes temblaran de vergüenza y rabia. Intenté
reprimir la creciente ira en mi voz, y mantuve un tono suave y tranquilo—. Agares,
dijiste que no quieres que te tenga miedo, así que no me... vuelvas a hacer ese
tipo de cosas.
—¿Por qué? —El sonido de la respiración de Agares se apresuró y sus labios se
cerraron sobre el lóbulo de mi oreja, lamiendo y mordiendo con la implicación de
querer invadir y ocupar mi cuerpo por completo—. Eres mío. Tú... también... me
amas...
—¡De ninguna manera!
Condené de inmediato y con enfado, inclinando la cabeza para evadir sus labios
entrantes. Pero entonces una garra traviesa se deslizó por mi espalda y alrededor
de mi cintura para finalmente entrar en la parte delantera de mis pantalones, donde
mi parte más vital fue agarrada por completo en su mano.
Mi cuerpo soltó un sobresalto condicionado, y apresuradamente traté de cerrar mis
piernas, pero la reacción vergonzosa de la parte inferior de mi cuerpo no quedó en
lo más mínimo oculta. Caí totalmente bajo el control de Agares, siendo frotado
impúdicamente. Cerré los ojos mientras todo mi cuerpo se ponía rígido. Toda mi
sangre se precipitó a mi coronilla, haciendo que mi cerebro se sintiera como un
matraz inflamable a punto de explotar en un experimento fallido.
Entonces oí la risilla profunda y diabólica de Agares junto a mi oreja, —Esto aquí...
es… prueba. —Cuando dijo esto, mi mano fue agarrada y jalada. Enseguida, mi
palma rozó un gran pilar de carne que estaba palpitando suavemente, mientras
que otro aliento húmedo se soplaba contra mi expresión impactada.
—Yo también.
Oh, por el amor de Dios, Agares creía erróneamente que esto era amor. ¡Pensaba
que la reacción de mi cuerpo era responder a su cortejo, y la forma en que esta
bestia salvaje expresaba su amor era la forma más primitiva y directa de relación
sexual!
Maldita sea, no debo dejar que experimente su celo aquí. ¡Esos malditos piratas
estaban justo encima de nuestras cabezas!
—¡No, no lo es! —Sintiéndome nervioso, hice mi mejor esfuerzo para retraer mi
mano, y al mismo tiempo, agarré la suya en un intento de sacarla de mis
calzoncillos mientras discutía vergonzosamente—. Agares, soy diferente a ti. Yo...
Me di cuenta de que se me sería complicado explicarle este asunto a Agares, pues
simplemente no podría comprender cuán complejas eran las emociones humanas,
lo que me hizo cambiar rápidamente mi fraseo. —No te amo. Esto... no prueba
nada. ¡¿Entiendes?!
Discutí incoherentemente, mezclando ruso con español.
Agares se volvió inesperadamente callado después, como si estuviera intentando
seriamente comprender lo que quise decir con mis palabras. Las manos que
estaban firmemente envueltas alrededor de mi cintura se aflojaron, y la cola de pez
que estaba montando me bajó, pero no liberó su agarre en mi tobillo. En cambio,
fui arrastrado y presionado contra la pared.
Volví levantar la mirada hacia la sombra imperiosa y alta que caía sobre mí cual
oscura neblina frente a mis ojos. Agares estiró sus dos garras, trabando por
completo mi cuerpo con grilletes irrompibles. Mi corazón latía violentamente en mi
pecho. Mis dedos se enterraron en la pared detrás de mí mientras suprimía el miedo
que se abría camino incesantemente desde el fondo de mi corazón.
Agares dejó caer su cabeza, haciendo que su largo cabello se derramara sobre mi
hombro. La punta de su nariz se presionó muy cerca de la mía mientras sus labios
merodeaban cerca de mi cuello, después olisqueó profundamente.
—¿Te gusta ese hombre?
Por un segundo o dos, pensé que iba a sufrir, pero no esperaba que Agares hiciera
una pregunta, especialmente una tan atroz.
—Lo llamaste... Rh... ine...
La expresión de Agares cayó un par de capas. En la tenue luz, vi que sus ojos
estaban entornados, y en sus pupilas, había una mirada extraña mientras me
miraba fija y directamente. —Yo estaba debajo del barco... vi a ustedes dos...
juntos... todos los días —dijo con lentitud.
Bajó la voz en un intento de expresar su significado en una mezcla de español
burdo y ruso. Sus labios se abrieron en la forma de una cuchilla afilada, enfatizando
profundamente la última palabra que pronunció hasta el punto en que su
puntiagudo canino quedó expuesto desde las comisuras de sus labios. Estaba lleno
de animosidad, desahogando sus celos.
Quedé estupefacto y mudo en ese instante. Mientras Rhine y yo habíamos estado
trabajando duro tratando de encontrar rastros de sirenios con el detector
submarino, Agares nos había estado espiando simultáneamente debajo de nuestro
barco todo el tiempo. Desde el principio, nunca fue la dosis de tiburón que usamos
lo que lo había capturado. Básicamente, él quiso subir a bordo de nuestro barco
primero. Pensábamos que teníamos un CI alto y éramos habilidosos, pero en
realidad caímos directamente en las manos de esta bestia inteligente.
Durante los siguientes segundos, mi concentración jamás estuvo en su pregunta,
pues era como una completa absurdidad para mí, pero para Agares, mi breve
silencio pareció hacer que lo malinterpretara aún más. Me miró profundamente a
los ojos, su rostro revelando una intensa renuencia y descontento. La respiración
apresurada del tritón se roció sobre mi rostro mientras el suyo se acercaba.
—¿Me perteneces... a mí? ¿O... a él?
Tragué saliva. Mi estado mental se sentía como si se tratara de una cuerda de violín
borneadiza siendo aserrada por las agresivas preguntas de Agares, haciendo ondas
de irritantes sonidos de vibrato. Ahora estaba al tanto de que el CI de Agares podría
ser mucho más alto que el de los seres humanos, sin embargo, frente a las
complejas emociones de los humanos, era como un niño al que le gustaba jugar y
gastar bromas. De hecho, sus emociones eran bastante incivilizadas y directas,
completamente libres de principios y razones éticas. Si le gustara algo, lo tomaría
obstinadamente para sí mismo, y si odiara algo, lo destruiría de inmediato hasta
que no quedara nada.
Pero en lugar de las más complicadas, preguntas sencillas como estas eran las que
encontraba más difíciles de resolver. No sabía cómo responder principalmente
porque nunca antes había tenido este tipo de interacción con una persona
homosexual. En Rusia estaba prohibido, pero ahora prácticamente me devanaba
los sesos por esto.
Yo era, desde luego, un hombre independiente, entonces, ¡¿cómo podría
pertenecerle a alguien?! Pero si respondía así, Agares lo encontraría difícil de
entender. Con la condición de que admitiera que le pertenezco, eso sería lo mismo
que darle rienda suelta para que me lo hiciera lascivamente. Pero entonces, si
respondía que le pertenecía a Rhine, ¡¿quién sabía qué consecuencias impensables
saldrían de eso?!
—Maldita sea... yo...
Sintiéndome bajo presión, escupí unas sílabas absurdas. Como si llegara al límite
de su paciencia, Agares inclinó la cabeza hacia mi cuello y me dio un mordisco que
no fue ni suave ni duro. Sus afilados dientes rasparon bruscamente mi piel, pasando
por donde estaba mi arteria carótida antes de que su garganta soltara un silbido
de advertencia, el mismo sonido que había hecho antes de matar a alguien. Quedé
atónito de inmediato, y pronto escuché a Agares exhalar fuertemente, —
Desharow... Tengo hambre...
Me estremecí y una inmensa cantidad de miedo me abrumó. Juro que me asusté
mucho. Todas las escenas sangrientas en el barco se precipitaron a mi mente. No
pude deshacerme de la imagen del abdomen brutalmente rasgado del pirata negro
y el Agares cubierto de sangre, quien había proyectado una expresión intimidante
similar a la de los asuras.
Volví a sentir náuseas y todo mi cuerpo siguió tiritando. Sospeché que podría haber
enfurecido a Agares hasta el punto en que cambió de opinión. Pensó que yo estaba
enamorado de otra persona, y me había reducido de ser su pareja a su comida.
¡¿Cómo pude olvidar que Agares era una bestia feroz con un temperamento
impredecible?!
¡Preferiría comprometerme a ser su pareja que perder mi vida!
—Quiero... devorarte...
Agares, al mismo tiempo, aumentó la gran seriedad en su tono cuando sus labios
se colocaron cerca de mi oído, rezongando con una intención enfatizada. Poco
después, abrió la boca y bajó a mi hombro, donde quiso morder con sus caninos
brillando tenuemente, exponiéndolos en la oscuridad. Abrí la boca de inmediato, y
grité: —¡Te pertenezco! Te pertenezco a ti, Agares. Por favor, no me comas... ¡Te
pertenezco!
No sabía cuántos "Te pertenezco" había gritado frenéticamente debido al pánico,
creyendo que sería una forma efectiva de salvarme de Agares, quien pretendía no
escuchar y usaba su filoso canino para palpar mi arteria carótida, como si estuviera
contemplando dónde sería su primer mordisco. Sin embargo, de la nada, una
profunda y extraña risilla salió de su garganta.
Me di cuenta de que era su risa, y no pude evitar bajar la mirada solo para ver los
labios de Agares casi estirados hasta sus orejas. Sus ojos largos y entornados me
miraban fijamente, llenos de pasión erótica, pero también de mofa.
—Eres mío... Desharow...
Su aliento fue como una corriente de agua que fluye hacia mi nariz. Poco a poco
me di cuenta de que mi conjetura con respecto al CI del tritón era, una vez más,
superficial e incomprendida, e incluso le había dado una razón lógica para
probarme.
¡Maldición! Antes de que tuviera tiempo de hacer una breve y alarmante
exclamación, Agares abrió la boca y succionó mis labios carnosos. La lengua
satinada y resbaladiza abrió mis labios a la fuerza, y se zambulló directo al interior
sin dificultad y comenzó a batirse obscenamente dentro de mi boca. Como si tratara
de imitar una relación sexual, su lengua entró y salió de mi boca mientras frotaba
mi lengua al salir, saboreándome intencionalmente y con lentitud. Al mismo
tiempo, la cola de pez debajo de mis pies se enroscó a lo largo de mis pantorrillas
y hasta arriba, donde acarició mi trasero, correspondiéndole a la fricción creada al
frente.
Estaba avergonzado casi hasta el punto de la insania. Pero Agares era un maestro
nato y habilidoso haciendo el amor, por lo que ser provocado por él desde dos
direcciones hizo que mi miembro–que acababa de quedarse sin ánimo–se levantara
una vez más. Su poderoso beso fue el más efectivo para confundir toda mi mente.
Mi cuerpo ya flácido no podía volverse más flácido, y simplemente me recosté sin
energía sobre la cola de Agares como una estrella de mar sin columna vertebral,
permitiendo que el tritón pasara su lengua lascivamente por mi cuello antes de
abrirse camino a mi pecho lamiendo.
La punta de su lengua parecía estar llena de corrientes eléctricas, pues cada toque
se esparcía por todo mi cuerpo en un instante, haciéndome tiritar con sensibilidad.
Enredé mis dedos en el cabello mojado de Agares, tirando de él en un intento de
alejar la cabeza de Agares de mi cuerpo. Mi mandíbula tembló cuando grite
jadeante, —¡No hagas algo como esto aquí... bestia!
Levantó la cabeza de mi pecho, su respiración se parecía a una fuerte y violenta
tempestad. —¿Dónde... está... permitido entonces?
Simplemente quise abofetearme en la cara solo para que mi boca no dijera las
cosas equivocadas. —Lo que quiero decir es... —escuché mi voz debilitándose y
suavizándose. Solo escucharla me hizo sentir tan avergonzado que ni siquiera pude
mostrar mi rostro. Simplemente sonaba como si lo estuviera seduciendo.
Los ojos de Agares se oscurecieron al instante. Su pecho subía y bajaba
violentamente, mientras que los tendones de su cuello sobresalían. Tragó saliva, y
debido a su extremo autocontrol, sus ojos brillaban como si estuvieran llenos de
sangre. Incluso pude ver claramente las venas azules emergiendo de su piel pálida
y blanca casi azulada.
Respiré profundo. Había cambios en Agares, se estaba conteniendo. En aquel
entonces en el laboratorio, había sido básicamente una bestia impulsada por deseos
sexuales, pero ahora que estaba afuera, claramente tenía un temperamento similar
al de los humanos y había tratado de comunicarse conmigo. Incluso me salvó la
vida arriesgando la suya, lo cual demostraba que podía ser bastante diferente
cuando estaba en celo en comparación con cuando estaba normal. Al menos tenía
algo de flexibilidad para evitar que me violara aquí. ¡En cuanto a lo que sucedería
en el futuro, pensaría en ello más tarde!
Maldición, ya no me podía importar tanto. Con este pensamiento en mente, espeté
mi siguiente oración, —Si puedes sacarnos de las manos de estas personas,
entonces yo... soy tuyo. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Escupir esas últimas palabras fue tan difícil como tragar sangre, ya que no sabía
cuáles eran las posibles consecuencias de engañar a esta bestia despiadada. En el
segundo en que dije esto, la ilusión de ponerme en juego de repente apareció en
mi mente. ¿Pero quién sabía qué pasaría en el futuro? Si alguna vez tuviera la
oportunidad de volver a pisar tierra firme, ¿podría Agares realmente perseguirme?
Cuando usé esta expresión falsa para enfrentar a Agares después de mi golpe de
suerte, el disfraz de sinceridad y amistad casi se derrumbó cuando lo vi mirándome
fijamente y sonriendo. En las sombras, un pliegue en la esquina de su boca era
profundo y hondo, pareciendo siniestro y ambiguo.
—Te conozco... —Agares estiró un dedo delgado y lo acarició en mi mentón como
un anciano profundo y previsor burlándose de las ideas de un niño travieso. Su
boca avanzó al puente de mi nariz, y exhaló un aliento húmedo, diciendo—. No es
necesario... escapar. No puedes... escapar, de todos modos. Este barco... nos
llevará... de regreso.
—¿De regreso a dónde? —Mis nervios saltaron—. ¿A la isla de la que salimos?
—No... —Agares negó con la cabeza y sus ojos entrecerrados se llenaron de una
sensación de profundo misterio. Su garra palmeada se enroscó alrededor de mi
cintura enseguida, y usó su cola de pez para subirnos verticalmente a lo largo de
la pared y hacia donde se podía ver una pequeña grieta en la sentina.
Capítulo 31

A través de la grieta del barco, mi visión se dirigió hacia el vasto mar. Para mi
sorpresa, vi que las oscuras nubes colgaban por encima de los alrededores, flotando
cerca de la superficie del mar como si estuvieran pegadas sobre ella. La
acumulación de nubes oscuras de aspecto idéntico seguía la dirección del barco,
pareciendo un escuadrón de personas que habían sido bien entrenadas para volar
aeronaves.
No había absolutamente ninguna razón para que el barco pirata siguiera la bandada
de pájaros, pero estas aves migratorias confiaban en el campo magnético natural
del entorno para determinar la dirección a la que se dirigían. Entonces, para que
este inconcebible fenómeno aparezca, la única explicación posible era que había un
campo magnético mucho más grande y más fuerte que el de la Tierra, colocado en
este barco. ¡Esta fuerza no solo influía en el vuelo de los pájaros, sino que incluso
alteraba el rumbo del barco!
Rememoré lo que Agares había dicho anteriormente, y no pude evitar mirar el
contorno de su afilado rostro, el cual estaba inclinado hacia un lado. Honestamente,
era difícil creer que los sirenios poseían una fuerza tan tremenda que excedía los
límites de lo que uno consideraría normal. En verdad había superado por completo
mi imaginación.
—Esto-esto es obra tuya... —tragué secamente—. ¿A dónde piensas llevarnos?
Agares no respondió de inmediato a mi pregunta, sus largas pestañas colgaban
sobre sus mejillas. Su mirada pareció desvanecerse en las inmensurables
profundidades cuales nubes, llegando al remoto final del mar antes de volver a
sumergirse más profundamente en el abismo sin fondo, como si estuviera inmerso
en los recuerdos del pasado lejano. Pasó un buen rato antes de que murmurara en
voz baja, —Lemegeton...
Todo mi cuerpo se sacudió cuando cada parte de mi cuerpo vibró de emoción.
Había oído hablar de esta palabra antes, e incluso se podría decir que estaba
extremadamente familiarizado con ella. Esta era una leyenda que se centraba en
una isla que se decía que jamás existió. Sin embargo, una vez que oí de ella, creí
en su existencia de principio a fin e incluso revisé mucha información al respecto
en libros y revistas.
Sospechaba que era una isla histórica que Atlantis–que se había hundido en el
fondo del mar–había abandonado en la superficie, pero nunca había pisado la isla,
pues no tenía acceso a ella. Así que, al final, no pude encontrar ninguna evidencia
para respaldar que la isla existía, por lo tanto, mi especulación siguió siendo solo
una especulación.
Todo comenzó durante las primeras etapas de mi proyecto de investigación de
sirenios. Visité a un científico, quien había pasado muchos años en una misión para
buscar bombas nucleares con el barco de exploración de la Unión Soviética: el
profesor Vinogreider.
Previamente, había publicado un artículo en el periódico sobre lo que había visto.
En el medio de llevar a cabo su misión de búsqueda de bombas nucleares,
atraparon a un sirenio en el agua alrededor de una isla cercana. Intentaron
recopilar información de él, y al usar un patrón de comunicación especial, llegaron
a la conclusión de que el lenguaje cultural de este sirenio se originó en la Atlantis
que había desaparecido.
Recordé al profesor Vinogreider diciéndome claramente que a la isla habitada por
este sirenio la llamaban "Lemegeton".
Era una isla flotante que solo aparecía sobre la superficie del mar en un período
particular, y cuando regresaron después de solo un par de días, ya había
desaparecido sin dejar rastro y cual espejismo. El sirenio que fue atrapado se había
llevado su valiosa grabadora de video junto con un miembro de la tripulación, y
desaparecieron misteriosamente, casi como si ni siquiera el sirenio hubiera
aparecido alguna vez.
El profesor Vinogreider fue incapaz de recuperarse de este contratiempo, y su
artículo escrito fue pronto reducido a algo falso y fraudulento.
Entre sus varios alumnos que entrevisté en ese momento, solo yo había
permanecido incomparable y firmemente creyente a sus recuerdos. Incluso utilicé
sus métodos de investigación basados en sus estudios para encontrar rastros de
sirenios, y este fue un prerrequisito que me ayudó a obtener el reconocimiento de
Rhine.
—Lemegeton... ¡Lemegeton!
Murmuré en voz alta, todo mi cuerpo se sintió como si fuera a estallar por la
inmensa sensación de regocijo que me envolvió. Sentí que había recibido la
iluminación y mucha fortuna de los cielos. Por un momento me había olvidado de
que estaba en un lugar desconocido, y fue solo cuando Agares se acercó a mis
alrededores que me salí abruptamente de mis recuerdos.
Sus ojos destellaban tenuemente con un vestigio de nerviosismo y emoción. Sus
manos palmeadas acariciaron mi mejilla con gran prudencia, como si yo fuera un
objeto valioso y frágil. Intenté inconscientemente girar mi rostro para esconderme
de él, pero no pude, pues los labios de Agares besaron mis orejas, una por una
antes de avanzar a mis sienes. Con una voz profunda y seductora, las palabras
fluyeron de su boca en bajos murmullos.
—Te gustará Lemegeton... pero ten cuidado... No te vayas... porque eres
delicioso...
Cuando el significado detrás de sus palabras hizo clic, el pelo en mi espalda se erizó
con horror. Agares me dijo que una vez que llegáramos a Lemegeton, no podía
abandonar su lado. ¿Acaso esto implicaba que, en esa isla, además de Agares,
había otros sirenios?
De repente me di cuenta de que, mientras estaba inmerso en la alegría de
enterarme de que esta isla existía, había olvidado el lado negativo de las cosas.
Como Lemegeton era el hábitat de los sirenios, obviamente habría más de ellos, y
eran bestias como Agares. Si los tritones de la población también estaban
interesados en los hombres humanos... ¡Dios mío!
No, no, eso no sucederá... Esto no corresponde a las características y hábitos
naturales de otros seres...
Intenté tranquilizarme concienzudamente mientras Agares me observaba con ojos
fijos. Sus pupilas fluctuaron junto con el cambio de mi lucha mental expreso en mi
rostro, y dejó salir una sonrisa, como si estuviera contento con la captura de los
rastros de mi miedo. —No tengas miedo, protegeré a Desharow...
Sus labios merodearon sobre la punta de mi nariz, y el tono bajo de su voz sonó
como si estuviera reconfortando a un niñito. Con eso, bajó la cabeza y me besó, y
la garra que estaba en mi nuca se aprovechó de mi estado de aturdimiento,
deslizándose hasta mi trasero y amasándolo con los dedos. El extremo de su cola
se enredó alrededor de mis pantorrillas, y con lentitud comenzó a frotarse
obscenamente contra ellas.
—Odioso... No necesito que me protejas... ¡Bestia salvaje estúpida, demonio
sexual, vete! —Esta manera de declarar abiertamente su posesión de mí hizo que
mis sentimientos cambiaran de vergüenza a ira. Por reflejo, usé mi rodilla para
empujar a Agares en un intento de separar mis piernas de su cola áspera, pero
flexible y fuerte. Fue en este momento que un grupo de pasos resonó por el techo
de la sentina.
Agares detuvo sus acciones y levantó la vista al mismo tiempo que yo. De repente,
la puerta de la escotilla se abrió de golpe, provocando un fuerte ruido antes de que
un cuerpo–que estaba totalmente atado–fuera arrojado al agua como una bolsa de
arena, creando un fuerte chapoteo. En el momento en que la puerta de la escotilla
se volvió a cerrar, se escuchó un sonido de chapaleo y forcejeo desde la esquina,
luego la mitad del cuerpo de una persona surgió de debajo del agua.
Mis nervios saltaron. ¡Ese es Rhine, todavía está vivo!
Quise llamarlo instintivamente, pero antes de que siquiera pudiera hacer un sonido,
la garra de Agares me cubrió por completo la boca. La cola enredada con mi pierna
rápidamente se hundió en el agua, desapareciendo. Agares usó su torso para
encerrarme silenciosamente en la esquina de la pared, y su ancha espalda me
ocultó por completo en la oscuridad. Era casi como si temiera que Rhine me
arrebatara, y, además, incluso en este momento crítico, inesperadamente bajó la
cabeza e intentó besarme el cuello.
¡Maldición! Con mi codo apuntalé la cabeza de Agares que estaba intentado
acoplarse en mi pecho mientras mis ojos latían violentamente y con incredulidad.
Este grupo de piratas ignorantes no se da cuenta de lo que podría pasar si los tres
estuviéramos encerrados en esta sentina. Dios mío, no puedo imaginar lo que
sucedería si Rhine y Agares se enfrentaran. ¡Solo espero que no podamos vernos
en la oscuridad!
Parecía que Rhine efectivamente todavía no nos había visto en la oscuridad.
Simplemente bajó la mirada como si estuviera ocupándose de sus propios asuntos,
y comenzó a morder las cuerdas que limitaban sus manos y su cuerpo, revelando
la peculiar característica de un soldado. A pesar de que estaba atado, la fuerza de
sus dientes aun así era bastante excepcional. No había pasado ni un minuto antes
de que ya hubiera aflojado las cuerdas alrededor de su cuerpo, y desde el agua se
enderezó y comenzó a observar el entorno.
Al final, el escenario por el que estaba más ansioso y el que esperaba no sucediera
era inevitable.
Los ojos de Rhine recorrieron hasta el último rincón de la sentina antes de
finalmente descansar sobre nosotros, y en ese momento, sus ojos de repente se
abrieron de par en par. Su rostro resuelto y firme, en un instante, cambió para
revelar conmoción e indigencia, su expresión original había desaparecido. Estaba
lívido. Las manos a los lados de su cuerpo se convirtieron en puños apretados y
sus nudillos emitieron un crujido.
Sin embargo, en comparación con el estado de ánimo agitado de Rhine, Agares
simplemente hizo oídos sordos y me agarró por la cintura, luego sacó la lengua y
me lamió lascivamente la clavícula. Incluso fue tan lejos como para hacer un ruido
indecente, vergonzoso y mojado. Estaba tomando represalias por la provocación
que Rhine hizo en el barco, y no solo no se molestó en ocultarlo, sino que también
refregó en la cara de Rhine el hecho de que yo le pertenecía como cónyuge. Esta
era una de las formas más comunes para que cualquier macho le declarara la
guerra a otro en un entorno natural.
Debido a este sentimiento de vergüenza, me hundí desesperadamente en el agua,
pero Agares me detuvo y giró mi cuerpo. Un par de garras desenfrenadas
deambularon por todo mi cuerpo, arriba y abajo. Lo acarició con sus uñas e incluso
rasgó mis pantalones, sujetando mis dos piernas y envolviéndolas alrededor de su
cintura. Luego sacó su enorme arma y la frotó con fuerza contra el costado de mi
pierna.
¿Acaso esta bestia estaba pensando en hacérmelo frente a Rhine? Estaba
avergonzado más allá de las palabras, y mordí firmemente el dedo de Agares con
la esperanza de que lo obligara a cesar este acto barbárico. Sin embargo, no ayudó
en absoluto, ya que Agares era realmente una bestia. De verdad que no entendía
lo que se llamaba sentido de vergüenza. Estaba usando su propia forma extraña
de mostrarle a la gente que yo era su pareja.
¡No! Forcejeé por mover mi cuello apenas maniobrable. Por el rabillo del ojo, vi a
Rhine agazapado en el agua y buscando algo cerca de sus pies. Entonces se aferró
a una protuberancia desigual en la pared en tanto se volvía a enderezar, y antes
de que me diera cuenta, ya estaba precipitándose hacia Agares y yo con una daga
militar brillando en su mano.
Más precisamente, se estaba lanzando hacia la porción de la cola de Agares que
estaba expuesta desde el agua. En ese instante, la larga cola en forma de serpiente
se levantó del agua, creando olas por doquier y azotándose hacia el cuerpo de
Rhine a la velocidad del rayo, pero Rhine fue rápido al esquivarla. Pero cuando
Rhine la estaba evadiendo, cayó accidentalmente al agua, mas su mano logró
agarrarse firmemente a la cola del tritón y donde entonces ensartó la daga en los
extremos caudales de la cola de pez.
El cuerpo de Agares se levantó de inmediato, su garganta haciendo un siseo bajo.
Giró la cola en la dirección opuesta y lanzó un ataque sorpresa. Inmediatamente,
todo el cuerpo de Rhine salió volando hacia la pared, creando un ruido sordo muy
espantoso. Antes de que Rhine pudiera soltar un jadeo, cayó directamente al agua.
Por un momento creí que estaba muerto y no anticipé que apareciera del agua
después de unos cuantos segundos. Rhine se apoyó contra la pared, jadeando
mucho, su rostro cubierto de sangre. Seguía sosteniendo la daga, fulminando
tenazmente con la mirada a Agares. Una feroz batalla estaba a punto de estallar.

El autor tiene algo que decir: El sirenio con el que el profesor Veinograd y la tripulación se encontraron no
era Agares, así que no hagan suposiciones absurdas, jaja. ¡Durante toda la vida de un sirenio, solo eligen un
cónyuge! Además, les comento que el viaje a la antigua isla de los sirenios será un proceso muy interesante y
emocionante.
Capítulo 32

Lo que sucedió en estos pocos segundos fue tan rápido que me pilló desprevenido.
Solo después reaccioné inmediatamente, agarrando el brazo de Agares mientras
les gritaba a ambos, —¡Deténganse! ¡Deténganse!
Maldición, ¡¿acaso estos dos están locos?! Incluso en una situación tan nefasta de
estar retenidos como prisioneros, siguen siendo implacablemente hostiles el uno
con el otro.
Las venas azules en mi frente saltaron de cólera, pero traté de mantener la
compostura, pues era el único que podía actuar como pacificador y evitar que esta
trifulca se desatara. Sin preocuparme por mi ropa desaliñada, me volví a poner de
pie ansiosamente y agité mis manos hacia ambos, fingiendo estar tranquilo
mientras los persuadía amablemente. —Oigan. Oigan chicos. Escúchenme. En este
momento se supone que estamos en la misma página, así que los rencores que
tienen pueden resolverse después. Primero deberíamos tratar con esos piratas que
están arriba de nosotros, ¿bueno?
En respuesta, me encontré con un silencio ensordecedor.
No se podía decir que mi fuerza psicológica es notable, y en este momento, la alta
tensión en la sentina me hizo sentir bastante asustado y con el alma en vilo. Era la
misma sensación que uno tenía al caerse desde una gran altura y detenerse
repentinamente. Tragué saliva y le eché un vistazo a Rhine. No mostraba ningún
signo de movimiento y solo estaba agachado, una expresión de derrota y reticencia.
Las heridas de Rhine no eran leves. Sin embargo, era una persona inteligente, por
lo que podría entender que su acción impulsiva de ir contra la fuerza de Agares fue
un error. Estaba bastante seguro de que Rhine no lanzaría otro ataque, pero
Agares, por otro lado, era un asunto completamente diferente. Es posible que no
solo quiera matar a Rhine debido a nuestra relación (platónica), sino también
porque Rhine había herido previamente a Agares con una bala anestésica. Esta
clase de bestia con alta inteligencia definitivamente guardaría resentimiento hacia
aquellos que le habían hecho daño.
Si esos dos se pelearan de nuevo, solo beneficiaría a esos falsos piratas pescadores.
En el momento en que escucharan algún movimiento extraño desde abajo, se
apresurarían a disparar algunos disparos y ninguno de nosotros podría siquiera
escapar de ello.
Justo cuando estaba luchando internamente y pensando en cómo apaciguarlos a
ambos, Agares de repente empujó su cola fuera del agua, levantando columnas de
agua junto con ella. Su afilada aleta caudal parecía un cuchillo que iba a cortar la
cabeza de Rhine a la velocidad del rayo. Rhine logró esquivarla, pero aun así fue
golpeado por las duras y oscilantes olas del agua. La cola de pez no dejó pasar ni
una sola oportunidad y volvió a golpear. Al instante, la vida de Rhine pasó ante mis
ojos.
¡Espera un minuto, ah! Con gran alarma, me arrojé instintivamente hacia la espalda
de Agares y sostuve su fuerte y obstinada cintura, explotando un fuerte grito, —
¡Agares, detente!
Los movimientos en el agua se detuvieron abruptamente. A través de su amplia
espalda, una voz baja vibró en mi oído. —¿Por qué?
Me congelé por un segundo, no esperaba que es bestia indómita prestara atención
a mi súplica. Estaba aterrorizado como un caballo colgando de un precipicio,
aferrándome desesperadamente al cuerpo de Agares, el cual podría explotar con
poder destructivo en cualquier momento. Temía que, si lo soltara, cometiera una
masacre sangrienta.
—Es porque... yo... —tragué mi saliva secamente. Mi cabeza dio esta respuesta
extremadamente absurda, pero entonces, en este momento, quizás era la forma
más eficiente de detenerlo. Volví a tragar, y como si fuera impulsado por una fuerza
desconocida, dije—. Te pertenezco a ti... no a Rhine. Así que no tienes que matarlo.
Cuando dije esto, la piel de gallina apareció involuntariamente en todo mi cuerpo.
En mi cabeza, me criticaba en secreto: Ah, joder. ¿Qué clase de mierda estoy
escupiendo? ¡Debería morderme la lengua y morir!
Pero después de hablar, los músculos tensos alrededor de mi brazo se relajaron
poco a poco, e incluso la cola de pez que apuntaba a la cabeza de Rhine se retiró
otra vez al agua. Su cola extremadamente larga agitó un rastro de agua mientras
se giraba para retorcerse en mi pierna, dándome vuelta para enfrentarlo. Agares
bajó la mirada hacia mí con su ceja levantada espléndidamente, como si hubiera
ganado un gran premio. Una sonrisa profunda estaba enlucida en su rostro, y dijo:
—Pruéba... melo.
Pruébamelo.
—¿Cómo...?
Sus emociones eran cual lluvia de paso, pues cambiaban tan rápido. Estaba sin
habla, así que solo logré escupir una palabra. Mi mandíbula entonces fue sostenida
fuertemente por sus manos mojadas y goteantes, obligándome a levantar la
mirada. Sin mucho respeto por los demás, bajó la cabeza más cerca de mí. Sacó
la punta de la lengua de su labio–que estaba teñido de rojo por la sangre carmesí
oscura–y me lamió la cara casualmente. Fijó sus profundas y penetrantes pupilas
en mí, contemplándome con tanta firmeza como si estuviera intentando probar mi
sinceridad.
Contuve el aliento, me quedé ahí inmóvil mientras una fragancia inusual y dulce
atacaba mi nariz, haciéndome sentir un poco débil. De repente sentí que el campo
magnético transmitido por Agares se volvía tan tangible que parecía transformarse
completamente en una existencia.
Era plenamente consciente de que la vida y la muerte de mi tutor de tres años
estaban en juego, pero lo que era más difícil para mí en este momento no era la
amenaza de Agares; era todo lo contrario... Sentía que estaba siendo seducido por
él, o para ser incluso más preciso, hechizado. Su caprichoso descontrol había
influenciado mi estado mental y, por lo tanto, fui incapaz de comprender su forma
de pensar. Era como un gato curioso merodeando, buscando una forma de intentar
domarlo, mas ello era como un experimento inestable, uno irritante y adictivo.
Mi corazón estaba latiendo extraordinariamente rápido. No pude evitar sospechar
que la fuerza del poderoso Agares me había hecho desarrollar el síndrome de
Estocolmo. O tal vez solo nací con un complejo de masoquista heredado, podrido y
oculto, ya que, en este mismo momento, fui incapaz de controlar mi deseo de besar
a Agares, a pesar de que estaba al tanto de la mirada asesina de Rhine que estaba
disparando dagas por mi columna vertebral.
No supe cuándo tomé la iniciativa de extender mis brazos y envolverlos alrededor
del cuello de Agares, acercando nuestras caras. Al momento siguiente, puse mis
labios sobre los suyos, y todos mis pensamientos se congelaron. Los brazos de
Agares se abrocharon instantáneamente alrededor de mi espalda, y su fuerza me
empujó más cerca de él, como si quisiera asfixiarme en su abrazo. Su corazón
estaba latiendo como un tambor, haciendo que mi pecho vibrara en sincronización
con él. El emocionante latido de su corazón lo hizo parecer un soltero viejo que
acababa de encontrar el amor de su vida después de muchos años.
Algo anda mal, todo esto... ¡es demasiado extraño! ¡¿Qué pasa conmigo?!
Una voz en lo profundo del abismo de mi corazón espetó, pero mi atención no podía
retirarse de Agares.
En este momento, detrás de mí, la voz jadeante de Rhine se escuchó en susurros...
—Lo siento... La próxima vez definitivamente... ¡te alejaré del lado de esta bestia
malvada! —Su voz estaba torcida con un tono siniestro y venenoso. Era como si
estuviera en la puerta de la muerte y mandara su último juramento malicioso. No
fue alto, pero aun así fue como un ciempiés hipertóxico metiéndose en mi oído—.
Desharow, lo haré miserable... Algún día, tendrá un final trágico.
El sonido del juramento venenoso de Rhine haría que cualquiera se sintiera
encadenado dentro de un congelador, uno aún más frío que la temperatura corporal
de Agares.
Me estremecí, desperté de mi estado hechizado y casi onírico. Agares estaba a
punto de emborracharse por la probada de mis labios. Sus ojos entreabiertos y sus
largas pestañas proyectan una sombra sobre sus ojos, evitando que mi mente
divague y atrapando firmemente mi mirada con la suya. Sus besos se sentían como
si quisiera succionar todo mi oxígeno e incluso mi alma para poder engullirlos
completamente y con gran fuerza. Su cola de pez se había movido para acariciarme
el culo de arriba abajo, y fue igual que hace unos momentos cuando me tocó.
La sensación mojada que tocaba mi cuerpo penetraba el fino material de mi ropa,
y ello se sentía como si un afrodisíaco se inyectara en cada poro de mi cuerpo.
Parecía haber mandado y perturbado cada célula de mi cuerpo. Mi cuerpo no pudo
evitar responder a sus toques y besos, y el delgado objeto dentro de mi ropa
anhelaba el contacto con su cola, ansiando más fricción. Sin embargo, por alguna
razón, esto me hizo sentir avergonzado. Solo deseé tener la fuerza suficiente para
apartar a este demonio lascivo, pero no tenía otra opción, pues sentía que me
estaba hundiendo más en el agua. Abracé su cuello para no dejarme caer, mis
rodillas estaban suaves.
Sentía que me iba a sofocar, y no sabía si era porque estaba mareado, pero parecía
que tanto el cielo como la tierra se balanceaban y giraban hasta que me incliné
hacia el agua junto con la cola de Agares. Fue solo cuando el agua salpicó a nuestro
alrededor que reaccioné. Era el casco lo que temblaba; el mar estaba elaborando
unas masivas ráfagas de viento y olas. Quizás, una gran tormenta se avecinaba.
—¿Tú estás haciendo esto?
Me desplomé descuidadamente, entonces mi cuerpo fue inmediatamente levantado
fuera del agua por Agares, viendo que tenía una expresión inusualmente vigilante
en su rostro. Levantó la cabeza y miró a lo lejos a través de la pequeña grieta
circular, y luego sus pupilas se tensaron.
Capítulo 33

El barco comenzó a balancearse con aún más peligrosidad y tuve que aferrarme al
cuello de Agares de una manera ambigua para mantenerme a flote en la superficie.
Agares también había rodeado sus brazos alrededor de mi cintura para sacarme
del agua antes de volver a mirar hacia afuera una vez más por la pequeñísima
grieta. El cielo afuera se había vuelto muy oscuro, pero sorprendentemente, no
había señales de que una tormenta se avecinara. La superficie del mar parecía
estar densamente cubierta por sábanas de nubes oscuras, similares a las sombras
creadas por multitudes de aves marinas. La propia agua del mar iluminó un halo
verde musgo, lo que me permitió tener una visión clara del agua. De inmediato,
me quedé completamente pasmado por lo que vi.
Desde las proximidades de la proa del barco, un enorme remolino apareció en la
superficie del agua, y en el centro aparecieron dos objetos apenas perceptibles y
luminosos que eran similares a las luces de los automóviles. Al principio pensé que
era una especie de medusa grande y radiante, pero fue solo cuando los objetos
brillantes emergieron poco a poco de debajo del mar que rápidamente descubrí que
mi juicio era incorrecto.
Este era un... enorme monstruo. ¡Los dos objetos brillantes, cada uno del tamaño
de una cabeza humana, eran sus ojos! Dios mío, aunque los tiburones ballena
tienen cuerpos colosales, sus ojos nunca eran tan grandes como estos. ¡Según su
tamaño, esta terrible cosa debajo del poderoso remolino podría ser tan grande
como nuestro barco!
Mi respiración se aceleró mientras las venas de mi frente palpitaban violentamente.
Agarré el brazo de Agares enseguida y dije, —Eso... ¡¿Qué diablos es eso?!
—Nuestros... depredadores... naturales... —Los significativos ojos de Agares eran
tan oscuros y sombríos como el fondo del océano por la noche. Abrió un poco la
boca para pronunciar vagamente un par de palabras, y su tono fue completamente
afilado de seriedad por sus amenazadores colmillos.
Los enemigos naturales de los sirenios...
Abrí los ojos de par en par para observar atentamente la gran sombra que emergía
del remolino, sintiendo que cada músculo de mi cuerpo se volvía rígido, similar a
cuando la cuerda de un instrumento se estira. Siendo los enemigos de estos feroces
y bestiales sirenios, ¿qué clase de terribles criaturas eran? Era imposible que estas
criaturas, tan grandes como eran, aparecieran frecuentemente sobre el mar. ¡Lo
más probable era que un monstruo que vivía en el oscuro abismo marino hubiera
venido expresamente a alimentarse después de sentir la presencia de un sirenio!
Ciertamente nos estábamos... acercando a un antiguo mundo lleno de seres
desconocidos, como los sirenios.
En este preciso momento, pude ver la verdadera apariencia del monstruo en el
remolino. Tenía una enorme e incomparable boca que ocupaba casi la mitad de su
cuerpo entero, dándole muchas ventajas. Su cola, sin embargo, era similar a una
anguila eléctrica, delgada y larga, y se arrastraba entre varios tentáculos largos y
brillantes. La criatura se balanceaba levemente al aire, lista para atacar en
cualquier momento.
Era una criatura que sentí vagamente familiar a lo que había visto en esas valiosas
fotos de criaturas de aguas profundas en ese entonces en mi instituto de
investigación. Esta cosa... bien podría ser un pez pelícano, pero la forma de este
monstruo cual pez era diez veces más grande que la forma registrada en la foto.
¡Era más apropiado decir que este era un antiguo ancestro de los peces pelícanos!
En este momento, la enorme sombra negra finalmente emergió por completo fuera
del agua, y de repente nadó veloz y directamente hacia el barco. Entonces, un
sonido estruendoso y ensordecedor vino desde bajo nuestros pies, y todo el cuerpo
del barco se inclinó bruscamente hacia la izquierda, como si hubiera sido golpeado
por un tsunami. Incluso Agares perdió el equilibrio y cayó tambaleante hacia atrás
conmigo siguiéndolo al agua.
Un impacto más violento siguió después. Engullí involuntariamente un poco de agua
de mar antes de que Agares me jalara hacia arriba, pero antes de que pudiera
enderezarme, la pequeña abertura detrás de nosotros fue abierta con un crujido.
En una fracción de segundo, vi una sombra larga y negra–parecida a la de una
serpiente–dirigiéndose directo a mi cara a la velocidad del rayo. La cola de pez
debajo de mí entonces giró inmediatamente mi cuerpo a varios metros de distancia
y logré esquivar la sombra. ¡Pero entonces tuve que ver a la sombra negra volando
directamente a la cara de Agares cual víbora atacando!
Mis nervios quedaron suspendidos en lo alto, y un grito alarmante se atascó en mi
garganta. La cosa con forma de serpiente fue capturada firmemente en las afiladas
garras de Agares, y con un sonido de "ka", los huesos se hicieron añicos, colgando
sin rigidez en su agarre como fideos mojados. De inmediato, pude ver claramente
que no se trataba de una especie de serpiente marina, pues no tenía cabeza, sino
una sección transversal y circular. Me quedé mirando la extraña cosa y no pude
evitar sentirme nauseabundo. Esto empoderó a mi mente a buscar sin cesar
criaturas que pudieran coincidir con su forma.
La cosa extraña lucía evidentemente como una lamprea, pero era increíblemente
larga en longitud, ciertamente más de tres metros. Sin embargo, el extremo de su
cuerpo todavía estaba fuera de la pequeña abertura, por lo que no estaba claro.
Comenzó a sacudir su cuerpo, retorciéndose de la nada como si fuera arrastrado
por alguna fuerza extraña. La forma en que se movía... era como los tentáculos...
de una jibia.
¡Mierda!
De repente recordé cómo se veía la forma de la cola del monstruo en el agua. ¡Esta
cosa parecida a una anguila llena de dientes afilados debe ser el tentáculo de esta
cosa, o de lo contrario, posiblemente, una especie parásita!
Mientras pensaba en esto, varias sombras oscuras de repente se precipitaron hacia
nosotros en rápida sucesión. Al ser tomado totalmente por sorpresa, casi me
mordieron de frente. Pero por suerte, Agares, con sus ojos agudos y su ágil
velocidad de reacción, disparó su cola dura y resistente para golpear la pared,
donde dos de esas sombras, las cuales apuntaban a mi estómago, se escurrían.
Quizás su contraataque había herido al monstruo con forma de pez, ya que el casco
del barco comenzó a temblar aún más violentamente en este momento. Sin
embargo, por encima de nosotros también había sonidos de pasos desordenados y
disparos. Entonces, el aterrado rugido de un hombre penetró todo el barco. —
Rápido, rápido, deja salir a ese tritón en la sentina y deja que abandone el barco.
Ese monstruo debe venir por él. ¡El monstruo muerde implacablemente la sentina,
el motor se dañará!
—¡Entendido! ¡Deprisa, Michael, Jerry! ¡Abre rápido la puerta de la escotilla!
Alguien respondió con una voz fuerte, y pronto se escuchó el fuerte sonido de la
puerta de la escotilla de la sentina siendo abierta por encima de nuestra cabeza.
—Desharow... —Agares soltó un sonido bajo antes de ceder repentinamente su
agarre sobre los pocos tentáculos capturados en sus garras. Antes de que pudiera
reaccionar, mi cintura ya estaba en su abrazo, y todo mi cuerpo siguió su cola de
pez hasta brincar en el aire. Con un ruido sordo, abrimos de golpe la unión
ligeramente ensanchada de la salida de la sentina.
Lo que instantáneamente golpeó mi línea de visión fue la caótica y aterradora
escena en el barco. Docenas de enormes tentáculos parecidos a pitones rondaban
junto el borde del barco. Las numerosas ventosas en forma de anillo dentadas con
dientes de sierra irregulares estaban atacando constantemente, y esos piratas
alguna vez atroces estaban como pájaros asustados, dispersándose a los
alrededores para evitar los ataques. Cada pirata llevaba armas de fuego decentes,
pero lamentablemente, sus balas no podían hacer retroceder a ninguno de los
tentáculos, especialmente cuando el punto vital de la criatura no estaba en esos
tentáculos. Varios piratas desafortunados fueron masticados porque se habían
quedado sin balas demasiado pronto. Soltaban gritos espeluznantes mientras eran
arrastrados a la fuerza del barco, donde, en un abrir y cerrar de ojos, desaparecían
por completo en la grande y sangrienta boca del monstruo feroz.
¡Oh cielos, no quiero morir de esa forma!
Ser testigo de una escena tan horrible podría asustar a cualquier persona normal.
Estaba parado allí, mirando con terror la sombra movible en el mar, todo mi cuerpo
rígido y congelado. Solo hasta que Agares me arrastró a otra cabina oscura y me
liberó de su agarre, recuperé la consciencia.
La larga cola de Agares pasó junto a mí en la tenue luz de la noche. Su silueta se
colgó en el borde del mástil del barco antes de girarse para contemplarme con sus
ojos luminosos que podían asustar a cualquiera. De repente, sentí que mi alma
quedaba clavada en su lugar. No podía moverme, y su voz fue lo único que flotó
en mis oídos en esta noche oscura y aterradora.
—Desharow... quédate aquí y espérame...
Capítulo 34

¿Agares acaso tenía la intención de salir al mar para luchar solo con un monstruo
tan grande?
—¡Oye, espera un minuto! —Cuando finalmente reaccioné, corrí con grandes
zancadas, pero Agares ya se había tirado por la borda, todo su torso creando un
fuerte chapoteo en el agua fría. Al mismo tiempo, la cola de Agares cruzó la puerta
de la cabina, cerrándola de golpe y bloqueando mi forma de salir.
Pero mis pies en movimiento no se detuvieron a tiempo y terminé golpeándome la
frente contra la sólida puerta de metal con un batacazo. Mi cabeza explotó de dolor
al instante, y caí al suelo.
Maldito seas, Agares...
Lo maldije ferozmente en mi corazón, pues apenas era capaz de auparme para
incorporarme. Eliminé con una sacudida la sensación de pesadez en mi cabeza, y
solo después de un rato el mareo comenzó a disminuir. Mis ojos errantes
revolotearon sobre una pared que tenía varios objetos largos y negros colgando de
ella. Mi mente comenzó a despertar con vigor una vez más: ¡eran AK47! Tropecé
para levantarme rápidamente y saqué una de la pared para sostenerla en mi mano.
La sensación fría del rifle se filtró en mi palma, lo que redujo en gran medida mi
pánico.
Aunque tenía experiencia en el uso de una pistola de anestesia antes, no pensaba
salir corriendo con el rifle para luchar contra esos grandes y terroríficos tentáculos.
Dudosamente, ni siquiera sabía por qué tuve este impulso de sostener el rifle, pero
mágicamente me ayudó a tranquilizarme. Esto podría deberse a la sangre que fluye
en mi cuerpo: los hombres rusos nacieron para cazar y disparar.
Sin embargo, justo cuando estaba comprobando si este rifle estaba cargado,
inesperadamente vi pequeñas letras grabadas claramente en el cuerpo de metal:
Arsenal de Springfield del Ejército de los Estados Unidos.
Se podía transcribir como "Springfield".
Mi corazón de repente tembló y todo mi cuerpo se quedó congelado en el lugar.
Una vez había visto estas palabras antes, más específicamente en un curso de
teoría militar que había tomado en la universidad. Por suerte, con mi espléndida
memoria, recordaba cada detalle del curso, también escribí apuntes detallados
durante cada lección. Esta serie de palabras era el nombre de una famosa fábrica
militar de armas de fuego en los Estados Unidos que funcionó durante la Segunda
Guerra Mundial.
¡Dios! ¡¿Quién puede decirme por qué este barco pirata tiene municiones
producidas en un arsenal militar de los Estados Unidos?! ¿Podría ser que saquearon
un buque de guerra militar estadounidense? O...
No pude evitar pensar en la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética,
y una especulación cruzó por mi mente como un rayo, asustándome.
Tal vez esas personas que parecían piratas no eran verdaderos piratas. Tal vez
estaban en alguna misión militar secreta donde necesitaban esconder su identidad
como parte de la Armada de los Estados Unidos.
Así es, esto explicaría por qué Henry pudo abordar nuestro barco tan temprano y
sin que lo notaran. ¿Qué tan profundo me metí en el remolino de la conspiración
militar? ¿Cuál era el objetivo de Rhine y Sakarol, y qué escondían esos presuntos
piratas? ¿Podría ello estar relacionado con la especie de los sirenios y su isla?
Fruncí el ceño. Tenía la cabeza hecha un desastre mientras me aferraba
fuertemente al rifle. Justo en este momento, el rabillo de mis ojos vislumbró una
sombra desde afuera de la ventana de cristal de la puerta. Miré, vi a Rhine cubierto
de heridas y trepando por la puerta de la escotilla desde la sentina en la que yo
acababa de estar. Evitó velozmente a los piratas que luchaban con el monstruo pez
y subió corriendo las escaleras que conducían al compartimento del segundo piso.
Debe haber aprovechado la oportunidad para rescatar a las otras personas
atrapadas.
¡Solo Dios sabe cómo subió por sí solo!
Subconscientemente sostuve el rifle más cerca, queriendo seguirlo para ayudar,
mas cuando llegué a la puerta, no pude evitar detenerme. Mi puntería no se
consideraba buena ni precisa, por lo que ahora mismo no había nada profundo que
pudiera hacer. A lo mucho, en lugar de ayudar a Rhine, incluso también podría
perder mi propia vida por accidente; con respecto a lo ocurrido con Henry, ello
representaría una valiosa lección hecha de sangre. No quería terminar con dos
agujeros de bala en la cabeza o ser arrastrado al mar por esos tentáculos.
Esto no funcionará. Es mejor observar antes de hacer cualquier movimiento.
Me aconsejé firmemente y respiré hondo para contener la impulsividad en mi
cuerpo. Davis una vez bromeó que yo era una persona con puntos de vista
conflictivos. Por lo general, parecía un ratón de biblioteca que se concentraba en la
investigación, pero era un guerrero ruso hecho y derecho. Luchaba más duro que
nadie cuando quería luchar. A pesar de que a menudo sobreestimaba mi aptitud,
lo que Davis dijo era correcto.
Cálmate, Desharow.
¡Boom!
De repente se escuchó un fuerte y ensordecedor choque desde el barco. Luego se
balanceó violentamente, haciéndome tropezar un par de veces y donde mi espalda
terminó golpeando la pared detrás de mí. ¡Maldición! Me apoyé en la pared y miré
por la ventana de la cabina cerca de mi costado, viendo una sombra rozando el
agua debajo del barco. Creó una gran ola ascendente y verde como una cortina, y
entonces la gran boca llena de dientes serrados y ensangrentados se abrió
ampliamente debajo del agua, succionando un trago de agua de mar. ¡Esto creó
un agujero infernal en la superficie del mar que conduce a un profundo abismo
sangriento!
¡¿Dónde está Agares?!
Mi pecho se sintió inesperadamente apretado y sofocado mientras mis ojos
buscaban con preocupación su silueta en las olas violentas y peligrosas. Justo en
este momento, una figura larga, negra y delgada brincó del agua. Su cola de pez
llena de brillantes escamas lustrosas fue como una cuchilla afilada y cortante,
rasgando las olas y creando un magnífico arco de luz al pasar por la mitad superior
del monstruo con forma de pez pelícano. El extremo de la cola se pareció a una
hoz, y cortó limpiamente los ojos brillantes cual linterna cuando pasó. Enseguida,
esos ojos explotaron como un globo de agua, y un líquido fluorescente chorreó del
cristal transparente en los ojos del monstruo.
En una fracción de segundo, el monstruo pez pelícano salió del agua con gran dolor,
y su cuerpo superó la altura del barco. En medio del aire, balanceó la cola a su
alrededor, abrió la boca y persiguió como loco a Agares, que se encontraba en el
agua. Hubo grandes olas y agua nebulosa salpicando por un tiempo, el cristal frente
a mí quedó lleno de enormes gotas de agua. En el mar solo vi vagamente
terroríficos remolinos tanto grandes como pequeños. La cabeza del monstruo pez
con un solo ojo se levantaba del mar de vez en cuando, pero todavía no podía ver
en qué situación estaba enredado Agares. Pero pensar en ello no significa que
comprenda la peligrosa y anormal situación en la que se encontraba.
¡Este no era como un tiburón tigre como antes! El tamaño del cuerpo de este pez
pelícano es más de diez veces mayor que él, ¡ni siquiera era suficiente para dejar
marcas de dientes!
Apreté los dientes. Balanceé el rifle tres veces hasta que la ventana de cristal de la
cabina se rompió en pedazos antes de sostener el rifle en una posición inadecuada
para seguir al otro ojo del pez pelícano gigante.
¡Esperaba haber sido lo suficientemente bendecido como para que mi puntería
podrida usando una pistola de anestesia pudiera hacer algo bueno usando este
rifle!
Entrecerré los ojos y apunté la mira telescópica a los ojos cual ampolleta en el
agua, y retiré el cerrojo de seguridad. En el momento en que la cabeza del pez
pelícano salió del agua, disparé varias veces. El poder de fuego de una AK47 era
digno de su nombre, ya que todas las balas de esos disparos explotaron tan pronto
como golpearon la enorme cabeza negra, creando fuertes salpicaduras. A pesar de
no saber si el ojo recibió un disparo o no, sabía que debía haber causado algún tipo
de daño cuando vi cuánto se retorcía la gran sombra. En este momento, descubrí
que Agares flotaba hacia arriba y parecía aprovechar la oportunidad para cooperar
con mis disparos. Saltó ágilmente por la parte trasera del monstruo y volvió a bajar,
cortando la superficie del agua como una flecha. Usando sus fuertes y afiladas
garras, agarró el tentáculo que estaba enroscado alrededor de su cola y, como un
feroz caballo de guerra, se dirigió hacia la espalda del pez pelícano. ¡Su poderoso
brazo luego penetró profundamente el último ojo restante y arrancó con dureza el
cristal transparente cual vidrio!
El intenso dolor hizo que el monstruo pez pelícano forcejeara severamente, y la
mitad de su cuerpo terminó elevándose a la mitad del agua, exponiendo su frágil
abdomen.
Aprovechando esta rara oportunidad, bajé inmediatamente mi mira para apuntar a
su vulnerabilidad. Esta situación emocionante pero peligrosa hizo que mi brazo
temblara, pero no impidió que mis dedos apretaran el gatillo para disparar. El
monstruo se volvió a zambullir en el agua tan rápido como salió, y las grandes olas
transportaron turbias aguas de sangre que mancharon una gran zona del mar. La
situación debajo del agua parecía agitada por un tornado, llena de caos.
No podía discernir dónde estaba Agares. No sabía si mi terrible método de puntería
había terminado dañándolo también, así que dejé de disparar mientras tanto,
inclinándome por la ventana para ver la condición del mar mientras contenía la
respiración.
Cuando miré hacia el agua, vi una sombra negra arremetiendo repentinamente
desde el lado lateral de la ventana, asustándome. Subconscientemente levanté mi
rifle para bloquearla. La boca tipo lamprea de tres capas se lanzó directamente por
la ventana y se apoderó de mi rifle con un solo mordisco. El repentino ataque me
hizo olvidar soltar el rifle en mi mano y mi cuerpo fue arrastrado por la ventana
por una fuerza extraña. ¡Antes de que pudiera gritar, caí de cabeza al mar junto
con ella!
Al instante, el agua fría sepultó mi cuerpo. Me atraganté con un par de tragos de
agua salada antes de lograr usar mis brazos para ayudarme a levantar la cabeza
hasta la superficie.
Las caóticas olas me arrojaron abruptamente al aire, luego me lanzaron de regreso
al agua y, en un instante, aterricé a diez metros del barco. En el mar tempestuoso,
perdí por completo mi sentido de orientación. Y para empeorar las cosas, las olas
habían trastornado mi visión, sin permitirme ver dónde estaban el monstruo de las
profundidades marinas y Agares.
¡Maldición! Esto es malo...
Sacudí las gotas de agua de mi cara. En el momento en que vislumbré el barco en
medio de la barrera creada por las olas, sentí abruptamente el movimiento de una
gran corriente viniendo directamente por detrás de mí. ¡Ni siquiera tuve que mirar
hacia atrás para adivinar que era el tentáculo que me acababa de arrastrar al mar!
—¡M-mierda!
Grité debido al estimulante miedo y comencé a remar usando ambos brazos y pies
mientras las olas crecientes impulsaban mi cuerpo hacia adelante a una corta
distancia. Yo–que siempre tuve terribles habilidades para nadar–quedé sorprendido
de encontrarme nadando con habilidad y flexibilidad como un nadador profesional.
Mis piernas estaban estrechamente cosidas como una cola de pez, y pude
maniobrar arriba y abajo contra las olas con gran control. ¡Estaba bastante seguro
de que podía nadar más rápido que el nadador olímpico de estilo libre!
Dios mío... ¡¿cómo sucedió esto?! Estaba profundamente impactado, pero no había
tiempo para contemplar una razón. En este momento, mi deseo de vivir había
ocupado mi cerebro y mis nervios. Simplemente me moví por instinto, y en el
momento en que estuve cerca del casco del barco, imité el salto de Agares desde
el agua y estiré la mano para agarrar el mástil más cercano.
Sin embargo, justo cuando mi dedo tocó el barco, algo de repente me apretó la
espalda y un indescriptible dolor agudo penetró profundamente mis médulas óseas,
apuñalando todo mi sistema nervioso. ¡Grité de angustia cuando mi dedo se deslizó,
y todo mi cuerpo fue arrastrado a la fuerza por un vigor desconocido en mi espalda!
El agua glacial de repente ahogó mi cuerpo por doquier, y justo cuando mi cabeza
estaba a punto de sumergirse por completo, la opresión de la muerte me hizo
gritar: —¡Agares... Agares!
Antes de que pudiera hablar más, mi voz fue interrumpida por la afluencia del agua
de mar sepultando mi boca y nariz mientras mi cuerpo era arrastrado por una
fuerza extraña cada vez más profundo en el agua. La sofocante sensación de ahogo
me hizo sacudir la cabeza desesperadamente, y la presión del agua en mis ojos
empeoró las cosas. En este momento, de la nada una sombra larga y negra
arremetió desde mi lado derecho, y la cola muy larga meneó una curva. Como un
torpedo de aguas profundas, se me acercó rápidamente. Solo pude ver un par de
pupilas brillantes y angostas en el mar turbio. En un abrir y cerrar de ojos, la figura
familiar se acercó a mí, y las garras palmeadas atravesaron el relámpago de
oscuridad y atacaron al objeto fantasmal en mi espalda.
El ataque de Agares fue tan raudo y fluido que no pude ver lo que hizo para
deshacerse de la terrible cosa que me había mordido. Todo lo que sentí fue que mi
espalda se aflojó, mi cuerpo atrapado entre su larga cola y fui llevado de regreso a
la superficie.
La inhalación del oxígeno carente me dejó en blanco durante un par de minutos en
tanto mis ojos se oscurecían como si aún estuviera bajo el mar. Mis oídos también
zumbaban fuertemente. Sabía que sufría el estrés de estar bajo la parte más
profunda del agua durante tanto tiempo. En este momento, si jadeaba
ansiosamente por aliento, ello fácilmente me llevaría a una muerte súbita, así que
tenía que controlar desesperadamente mi frecuencia de respiración y no moverme.
Como madera a la deriva, me permití flotar en silencio junto con las olas. Miré el
cielo nocturno azul oscuro con los ojos, tratando de calmarme.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero poco a poco me las arreglé para
estabilizarme. A través de mi visión aún borrosa, vi que el barco pirata ya había
navegado lejos de mí. Las figuras de Agares y el monstruo pez luchando habían
desaparecido de la superficie del agua. No muy lejos había un enorme remolino
que se hundía paulatinamente en las profundidades del mar, y se podía ver una
sombra oscura agitándose vagamente en el centro del remolino.
No sabía si Agares se había llevado la victoria en esta batalla marina. Aunque
odiaba y temía a esta bestia, aun así, no quería que terminara en la barriga del
monstruo. Esta extraña preocupación incluso excedió mi miedo en este momento.
A pesar de que sabía que debía nadar de regreso al barco para estar lejos del
remolino, mis ojos no podían despegarse de él, como si estuvieran atrapados en
este.
Pero la espalda me punzaba de dolor y, cuanto más intenso se volvía, más me
obligaba a moverme hacia la dirección del barco. Sin embargo, en el momento en
que mis ojos recorrieron la superficie del mar, todo mi cuerpo se congeló.
En el mar oscuro gradualmente tranquilo y en el agua ilimitada, una serie de luces
punteadas emergió, y entonces varios contornos humanoides se despegaron de la
oscuridad del agua, rodeándome lentamente.
Había incontables números de... sirenas.
Capítulo 35

Una horrible sensación de hundimiento que podía hacer que el pelo se erizara me
presionó la cara cual aire presurizado, dificultándome la respiración. Solo me quedé
allí durante un par de segundos antes de darme la vuelta para intentar escapar.
Sin embargo, mi camino se vio inmediatamente obstruido por las oscuras sombras
humanoides que emergían una por una del mar.
Me puse rígido ante la escena y me quedé completamente congelado. Las sirenas
estaban apiñadas, sus figuras ocultas bajo la fría y clara luz de la luna, pero poco
a poco, bajo el tenue resplandor, los contornos de sus sombras se hicieron más
nítidos.
Mis ojos se ampliaron con sorpresa. ¡Este grupo de sirenas eran tan hermosas como
Lilith! Sus cabellos como algas colgaban sueltos sobre sus hombros níveos y
similares al jade, y sus cuerpos estaban bastante bien dotados y atractivos. Sus
ojos reflejaban el brillo del agua, haciéndolos aún más cautivadores en comparación
con gemas lustrosas y límpidas. Hubiera sido muy difícil para cualquier hombre
resistirse al estar rodeado de grupos de seductoras demonios, y yo no fui la
excepción, pues su belleza me dejó tonto y me quedé enraizado en el lugar.
El grupo de sirenas pronto nadó más cerca mío, y cuando todos sus ojos se
centraron en mí, sentí escalofríos inmediatos.
Estaban sonriendo, parecían no tener intenciones maliciosas. Sin embargo, sus ojos
contaban una historia diferente. No podía describir qué tipo de aspecto era, pero si
tuviera que exponerlo, sería como si me vieran como un paciente enfermo y al
borde de la muerte recostado en una mesa de operaciones, o como una ofrenda de
sacrificio.
—Hola... ustedes...
Exprimí esas cuantas palabras de manera temblorosa, pero en una fracción de
segundo, todas desaparecieron de la superficie del agua sin dejar rastro. Al
momento siguiente, mi cuerpo de repente dejó de pesar, y debajo de mí sentí que
numerosos pares de manos pálidas me levantaban del agua. Suponiendo que esto
fuera en tierra, me sentiría como un idol siendo cargado por un grupo de señoritas
hermosas. Empero, con esta situación solo pude sentir una sensación de temor
mientras mis nervios se mantenían en suspensión. Con una corazonada, me di
cuenta de lo que estaba sucediendo y forcejeé. Había pensado en gritar y pedirle
ayuda a Agares, mas mi boca había sido sellada por dedos palmeados. ¡Ahora,
tanto mis brazos como mis piernas estaban siendo firmemente sujetados, y era
casi como si fuera un cordero esperando ser sacrificado!
Dios, ¿qué quieren hacer?
Casi me asfixio por estar demasiado nervioso, y con mucha dificultad, levanté la
cabeza para mirar a mi alrededor con los ojos abiertos en demasía. El penetrante
viento frío del mar se convirtió en el mayor miedo de mi cuerpo, ya que me atacaba
por todas partes y me hacía tiritar intensamente. Al mirar impotente, vislumbré
que un pequeño remolino se formaba a mi derecha y, en el centro, se podía ver
una sombra flotando hacia arriba desde las profundidades del mar. Como un
fantasma, una cabeza apareció de la nada en medio de las olas.
Al principio, vi una gran pelambrera de cabello oscuro y sedoso esparciéndose en
las olas de agua antes de ver una cara pálida atravesando la superficie. El cabello
sedoso se partió cuando se acercó a mí, revelando un par de ojos claros y de color
cerúleo que tenían un fulgor de entusiasmo y sed en las movibles olas del mar. Me
quedé atónito en ese mismo momento, haciendo que mi mandíbula casi se cayera
hasta el suelo.
¡La razón de esto fue porque esta sirena se veía extremadamente similar a la
difunta Lilith! ¡Aparte del cabello, su rostro era exactamente el mismo, como el
trabajo del cielo!
Fue como si hubiera conocido a la hermana gemela de Lilith por un momento, pero
con un chapoteo estruendoso, todo el torso del cuerpo de la sirena se reveló fuera
del agua. Enseguida me di cuenta de que estaba extremadamente equivocado,
porque esta sirena, a pesar de que tenía el rostro de una seductora, ¡era un robusto
y recio tritón!
Me quedé mirando perplejamente su rostro mientras el tritón pelirrojo se me
avecinaba con su presencia tan cercana. Ojeó mi cuerpo de la cabeza a los pies en
tanto se inclinaba para inhalar mi aroma, pero a diferencia de Agares, no fue
inmediatamente toquetón con mi cuerpo. Las sirenas lo trataban con el mayor
cuidado y precaución, como si fuera un invitado honorable, mientras que yo era un
platillo cocinado que se le ofrecía respetuosamente, y [él] estaba probando el sabor
de los platillos que tenía delante.
Suponiendo que me hubiera encontrado con este tipo de situación antes de conocer
a Agares, entonces definitivamente habría pensado que este tritón quería llenar su
estómago comiéndome. Pero, debido a mi desafortunado encuentro con Agares
antes de esto, sabía con certeza que lo que estaba haciendo era probar si encajaba
con su parámetro. ¡Me estaba juzgando, viendo si me ajustaba a sus estándares
de cónyuge!
No, ¡¿qué está pasando aquí?! ¡Según lo que ha estado sucediendo, los sirenios
son realmente una raza excéntrica! Los machos no eligen cortejar a sus
contrapartes hembras, y mucho menos tener crías con ellas, sino que buscan a
varones humanos para que sean sus parejas. ¡Además, incluso estaban dejando
que las hembras se hicieran pasar por ofrendas de sacrificio! ¡Esto era
condenadamente extraño!
Mi cerebro estaba desorientado, me sentía extremadamente abrumado y remiso a
creer esto. Cuando noté la expresión del tritón pelirrojo, mi corazón incluso se
volvió frenético hasta el punto de quedar atorado en mi garganta. Las comisuras
de sus labios se alzaron débilmente, y cuando lo miré firmemente a los ojos, vi lo
que podría llamarse satisfacción. No tuve más remedio que reconocer que, en
comparación con la actitud lasciva y diabólica de Agares, la expresión de este tritón
parecía inusualmente reservada. Sin embargo, en el fondo sabía que esto era una
historia diferente, ya que claramente había estado observando su garganta, la cual
se movía hacia arriba y hacia abajo mientras su pecho se había estado ondulando
violentamente con entusiasmo. Entonces, una de sus manos palmeadas fue
suavemente colocada sobre mi estómago, y su cabeza también bajó
paulatinamente hasta llegar a mi pecho antes de inhalar mi aroma.
¡Mierda!
Forcejeé encarecidamente, pero no pude moverme. Si no fuera por la mano que
me sella la boca, habría estado gritando maldiciones. Fue entonces cuando me di
cuenta de que era un huevo desafortunado: podría ser porque mi constitución era
especial. Quizás era mi aroma o la forma de mi cuerpo, o tal vez mi apariencia
tenía ciertos rasgos que hacían que los tritones desarrollaran un interés en mí.
Dios mío, ¡¿qué parte de mis genes salió fallada?!
Pero en este momento no tenía el tiempo para reflexionar esta pregunta. Cuando
el tritón pelirrojo indagó debajo de mi ropa, inclinó la cabeza cerca de mi cuello e
inhaló profundamente mi aroma, todo mi cuerpo soltó un estremecimiento y solo
pude mover la cabeza inútilmente, el cuello siendo lo único que podía mover.
Entonces, una voz rugió en mi mente. Estupefacto, me di cuenta de que esperaba
que Agares regresara y me salvara. El resultado seguiría siendo el mismo si
estuviera en la mano de Agares o en la de este tritón pelirrojo, pero aun así estaba
pidiendo ayuda intensamente en mi corazón...
Si pudiera hacer sonidos, ya habría estado llamando a Agares ahí mismo, pero
desafortunadamente, no se podía distinguir nada más que alaridos sofocados
provenientes de mi garganta. Solo podía permitirme ser ofrecido como un sacrificio
para que el tritón pelirrojo [me] disfrutara como quisiera. Lo miré impotente
mientras me rasgaba la ropa, y como era incapaz de contraatacar, solo pude
apretar mi puño. Mis uñas se enterraron en la carne de mi palma, dejando que el
dolor me impidiera colapsar en este momento.
Juré que nunca había tenido una pesadilla más terrible que la situación actual. Las
venas azules en el costado de mi cuello estaban tensas al extremo, casi hasta el
punto de reventar. Miré alrededor del mar con ojos inyectados en sangre. ¡En este
momento, realmente deseaba ver una cola de pez negra saliendo del agua justo en
frente de mí!
Pero no había nada. El mar estaba tan estancado que ni siquiera se podía ver una
sola ola. Agares probablemente había sido tragado por ese monstruo devorador de
sirenios y estaba en lo profundo de su estómago, y por lo tanto se había esfumado
por completo. Como mi camisa ya había sido rasgada, el tritón ahora estaba usando
sus manos palmeadas para acariciar mi pecho por un rato antes de que estas
bajaran rápidamente para desabrocharme los pantalones.
Cerré dolorosamente los ojos y apreté los dientes. Todo mi cuerpo se había hundido
en los pozos de la desesperación y perdido toda esperanza, pero de repente,
escuché fuertes sonidos de agua en las olas crecientes, trayendo consigo un viento
frío y penetrante. Abrí los ojos y vi instantáneamente una gran sombra elevándose
rápidamente del agua. Con solo una garra palmeada, el tritón pelirrojo que estaba
sobre mi cuerpo fue de repente levantado y arrojado a diez metros de distancia, su
figura creando un arco antes de caer de cabeza al mar.
Las sirenas que se aferraban a mí emitieron sonidos estridentes y aterrados, y en
un instante se habían vuelto a dispersar en el mar, desapareciendo sin dejar rastro.
Cuando volví a caer al agua, mi cerebro todavía no podía procesar lo que acababa
de ocurrir, ya que aún estaba muy conmocionado. Solo pude mirar a Agares con
asombro. La luz de la luna estaba cubierta por la figura sombría de Agares, por lo
que lo único que podía distinguir era su largo cabello plateado que colgaba en el
mar, y la luz de la luna que brillaba a lo largo de los bordes de su cabello hacía que
este pareciera una vaina de metal, la cual se unía con la cola negra con forma de
cuchillo en el agua, formando un arma larga y afilada que separaba la luna y la
superficie del agua. Sin embargo, Agares estaba jadeando violentamente, como si
estuviera furioso. Todo su cuerpo emitía un aura espesa y asesina, una llena de
intenciones malvadas, y al mismo tiempo, olí el fuerte aroma metálico de la sangre.
Agares estaba herido... y sus heridas no eran leves. Al luchar con ese enorme
monstruo pez, parecía no tener gran ventaja.
Juré que no estaba preocupado por él, pero el profesionalismo de ser un biólogo lo
convertía en un hábito para mí. Entorné los ojos inconscientemente para examinar
la condición de las heridas de esta bestia, y como si sintiera mis pensamientos,
Agares se encorvó. El agua chorreaba por su cabello empapado frente a mí,
haciendo que mi visión se volviera borrosa. A través de su sombra moteada, sentí
que su mentón se había acercado a mi frente. Sus manos palmeadas se posaron
en mi nuca, manipulando mi cabeza para que descansara sobre su pecho.
—Oye, amigo, ¿dónde estás herido? —El olor a sangre me golpeó en la cara, así
que no pude soportarlo y pregunté. Me respondió con una voz baja que reverberó
a través de su pecho y al interior de mis oídos, pero antes de que pudiera descifrar
lo que había dicho, un silbido agudo que nunca antes había escuchado resonó en
la distancia.
Agares levantó la cabeza vigilantemente e hizo el mismo sonido de bocina con la
boca bien abierta, pero su voz fue más grave y baja, sonando como un violín tocado
con múltiples acentos. Al escuchar esto, pensé erróneamente que era un trueno
antes de una tormenta, y al mismo tiempo me hizo sentir extremadamente
mareado. Esto me llevó a preguntarme si las ondas de sonido de los sirenios tienen
una frecuencia que les permite producir una fuerza destructiva superior, tanto que
estas ondas de sonido pudieran usarse para atacar los nervios craneales de su
víctima.
Inmediatamente me cubrí los oídos y miré a mi alrededor. Descubrí que el tritón
pelirrojo no había escapado, sino que usaba su cola para sostenerse. Se levantaba
erguido en el agua con las garras a los costados, remiso a dejar las cosas así. Su
actitud era como si fuera a lanzar un ataque en cualquier momento, como si hubiera
descubierto la condición de las heridas de Agares y estuviera decidido a ganar. Su
expresión era algo altanera, y sus ojos tenían un fuego que ardía con un brillo
demoníaco mientras miraba hacia mi dirección.
Agares me soltó y se levantó, sin dar marcha atrás sin luchar. Por debajo del agua,
su cola agitó verticalmente un largo camino antes de que atravesara la superficie,
formando una línea horizontal justo frente a mí y como si creara una barrera para
separarme del tritón pelirrojo.
Inmediatamente me di cuenta de que la cola de este tritón era mucho más corta
en comparación con la larga y extraordinaria cola de Agares. Quizás esto tenía que
ver con la edad de un sirenio. Agares era probablemente un poderoso tritón sénior.
Si se dijera que el sistema de población de los sirenios era similar al de los leones,
creería totalmente que Agares podría ser el líder de la población de sirenios. Si
hipotéticamente Agares fuera derrotado, significaría que podría ser exiliado y
sufriría miserablemente.
Creo que podría tener TOC para pensar sobre este asunto en una situación tan
tensa ahora mismo, pero, de hecho, mi corazón estaba amenazando con saltar de
mi pecho, porque desde el principio, ¡no podría detener la batalla que estaba a
punto de estallar entre estas dos bestias!
Capítulo 36

—¡Espera Agares! ¡Tus heridas!


Aunque sabía que las posibilidades de detenerlo eran bajas, aun así, fui a agarrarlo
del brazo inconscientemente. Fue solo entonces cuando me di cuenta de que la
espalda de Agares, escondida detrás de su largo cabello sedoso, estaba tan teñida
de sangre azul que incluso la mitad de su cabello había sido manchado. Era obvio
que cualquiera podría saber naturalmente la forma de la herida. No pude evitar
quedarme atónito por un momento. De la nada, el dolor en mi espalda que
originalmente fue expulsado de mi mente debido a la abrumadora situación
comenzó a agitarse otra vez. Un dolor extremadamente agudo se extendió por toda
mi columna vertebral, haciendo que me agachara y usara mis dedos para excavar
la carne de mis omóplatos.
Maldita sea, ¡¿por qué es tan doloroso?!
Apreté los dientes, consciente de que tenía que soportarlo. No podía mirar a Agares
en busca de ayuda porque probablemente sufriría la derrota si me asistiera.
Entonces, cuando Agares giró la cabeza, me hundí más profundo en el agua,
revelando solo mi cabeza. La herida que ahora estaba empapada con el agua de
mar pareció haber sido frotada por todos lados con sal. Debido a la estimulación,
mi cuerpo inmerso en el agua tembló violentamente, pero aun así fingí estar
inalterado, presionando mis labios con fuerza. Miré directamente a los ojos de
Agares que brillaban con un tenue fulgor y, respirando profundamente mientras
ejercía un gran esfuerzo para mantenerme racional, dije con calma: —Oye, estás
gravemente herido. ¿Pueden tú y ese tipo que no es macho ni hembra negociar en
paz?
Sabía que lo que decía era ridículo. La idea de utilizar negociación humana no
existía en la población de bestias salvajes. Sin embargo, esperaba que en este
momento hubiera una mejor manera de resolver este asunto, porque no quería, o
al menos no quiero, que Agares pierda su posición como líder por mi culpa. ¡Solo
Dios sabe que estaba en contra del orden natural que los humanos intervinieran e
influyeran en la relación entre la vida de dos especies de bestias!
Agares me observó atentamente, y escondidas bajo sus pestañas como plumas
había impredecibles olas emergentes. Una de sus manos palmeadas me presionó
suavemente la nuca, como si sostuviera un valioso objeto de cristal. Bajé
nerviosamente mi mirada hacia el flujo de luces reflectantes en las olas entre
nosotros. Intentar adivinar sus pensamientos era similar a agarrar agua marina en
mi mano: inútil y en vano. Parecía que consideraba detenidamente mi sugerencia,
usando sus ojos para insinuar que mi idea era demasiado ingenua.
No podía mirarlo cara a cara, preocupado de que mi expresión se distorsionara por
el dolor y exponiendo involuntariamente mis taras. Fruncí las cejas. —Oye, ¿pudiste
entender lo que dije?
La provocativa voz alta del tritón pelirrojo resonó una vez más, haciéndome
levantar la mirada y encontrarlo acercándose en varios metros. Su cola, a medio
camino fuera de la superficie del mar, creaba una cresta de olas altas. Su cabeza
enfrentaba a Agares, pero sus delgados y volcados ojos me miraban deseosamente.
Levantando un brazo, había extendido sus dedos antes de volver a doblarlos uno
por uno, creando un atractivo gesto con la mano y como si quisiera seducirme. Sus
labios rojo escarlata se abrieron levemente, su lengua extendiéndose. Claramente
interesado, lamió el costado de sus labios mientras mantenía una expresión
desenfrenada, como si yo ya estuviera en sus brazos.
Joder... Se me puso la piel de gallina en todo el cuerpo, la sensación era como si
un demonio pervertido me hubiera acosado sexualmente. No sé si todos los ojos
de los sirenios tenían poderes mágicos y engañosos como Agares porque, aunque
me sentí bastante asqueado, no pude apartar la vista del tritón pelirrojo; mi
respiración se apresuró.
En este momento, mi nuca fue apretada. Mi línea de visión pronto fue eclipsada
por el cuerpo descendente de Agares y, antes de darme cuenta, mis labios fueron
fuertemente presionados. Luego su lengua se zambulló directamente en mi boca,
abriendo mis dientes y comenzando a succionar fuertemente, como si fuera
sabroso.
¡Ngh! Sintiéndome sofocado, no pude contener un gemido involuntario y ahogado.
El dolor de mi lengua siendo casi succionada hasta el punto de ser tragada me
despertó a la realidad. Por reflejo, comencé a forcejear del grillete de Agares.
Inesperadamente, no se resistió demasiado y, en cambio, giró la cabeza con una
mirada angosta e impávida hacia el codicioso agresor. Como un rey, le advirtió
silenciosamente, yo era su trofeo y nadie tenía derecho a tocarlo.
Los afilados contornos de los lados de la cara de Agares lo hacían parecer fuerte.
Sus ojos eran oscuros y sombríos, sus dientes blancos y puntiagudos mostrados en
la esquina de su labio, goteando con intenciones asesinas que podían hacer temblar
de miedo a cualquiera.
—Vol... veré... Desharow...
Sus manos mojadas y palmeadas rozaron mi mejilla, dejando atrás rastros de agua
helada. Reflexionó sin tanta fluidez las sílabas rusas mientras sus largas pestañas
revoloteaban tras sus párpados entreabiertos, proyectando una sombra delgada
pero profunda. Su mano agarró la mía y luego bajó la cabeza sobre mi palma,
inhalando profundamente. En el momento en que mi palma acarició el borde de su
contorno angular, la boca de mi estómago se apretó dolorosamente sin ninguna
razón, como cómo el cuero se encoge cuando se mezcla con el agua. Estaba tan
apretada que dejó un dolor que pica y punza.
—Espéra... me —escuché a Agares murmurar contra mi palma.
De repente sentí un terror inefable. Juro que nunca antes había experimentado
semejante sensación en esta medida, y me quedé desconcertado y totalmente
aturdido en el lugar. Fue solo hasta que Agares me soltó la mano que el alma me
regresó al cuerpo. Un repentino impulso surgió de la nada y extendí mi mano en
un intento de atrapar su brazo, pero solo logré agarrar aire. Mi puño terminó en el
mar, todavía apretándose con fuerza.
Desharow, ¿qué pasa contigo? ¡No es necesario que te preocupes tanto!
Mi mente era un desastre indiscernible en tanto miraba impotente la figura
fuertemente maciza de Agares zambulléndose de cabeza al mar. Su larga cola
negra se pareció al surgimiento de un gran arco, creando un puente a través de la
luna y seguida de una veloz y divisoria ola grande antes de desaparecer por
completo en las partes más oscuras del mar. El tritón pelirrojo, por otro lado,
simplemente me lanzó una sola mirada, albergando algún tipo de intención
maliciosa antes de penetrar la superficie del mar cual dardo, como si no quisiera
quedarse atrás.
En un instante, el tranquilo mar comenzó a ondear, era como si un tsunami
estuviera a punto de atacar cuando las olas se rodaron, creando una serie de capas
donde incluso la mitad de la luna terminó siendo cubierta por ellas.
Busqué apresuradamente una sombra debajo del agua, pero mi cuerpo estaba
siendo zarandeado por las mareas altas, dificultándome la búsqueda. El vasto mar
hacía parecer que yo era el único ser vivo por aquí. Tanto el dolor como el agua
glacial destruían lentamente mi estado mental, haciendo que se me fuera
insoportable permanecer en el mar. Si me quedara más tiempo, me temo que
podría entrar en shock por la pérdida de sangre o el olor podría atraer tiburones u
otros depredadores peligrosos en el mar.
¡Quién sabe! Tal vez habrá más sirenios o tal vez otra criatura marina como ese
pez gigante saliendo de la nada antes de que Agares termine el duelo con ese otro
tritón. Solo pensarlo hizo que me estremecieran por doquier.
¿Pero dónde está el barco? ¿Cuán lejos ha navegado?
Miré a la lejana distancia y en toda dirección, y justo cuando estaba a punto de
perder la cordura, inesperadamente vi a la lejanía una luz atravesando la niebla.
Comencé a sudar frío enseguida, pensando que ello eran los ojos de algún tipo de
pez gigante, mas pronto comprendí que se trataba de una luz intermitente
proveniente de una fuente de luminotecnia: si no lo fuera, no podría haber
penetrado la niebla. El brillo de la linterna recorría todas las direcciones,
obviamente buscando algo.
¡Ese es un bote salvavidas!
Me alegré e inmediatamente me dispuse a nadar hacia su dirección. Cuanto más
nadaba, más seguro estaba de mis especulaciones. Tan pronto como escuché varios
gritos de hombres desde lejos, me llené de adrenalina hasta donde incluso la herida
en mi espalda ya no se sentía dolorosa debido al vigor de mi movimiento. ¡Deben
ser Rhine y los demás! Deben haber aprovechado el caos para controlar la
situación, ¡excelente!
—¡Oigan! ¡Chicos, estoy aquí! —pataleé a través del agua hacia su dirección con
las dos manos y los pies a una velocidad increíble. ¡Oh Dios, era difícil creer que mi
velocidad fuera tan rápida como la de un yate! Entonces, cuando nadé justo
enfrente de ellos de la nada, casi se murieron de miedo.
—¡Desharow!
En el instante en que Rhine me vio, dejó escapar un grito emocionado y extendió
su brazo, levantándome ferozmente del agua y acercándome con fuerza a su
abrazo. Su cuerpo estaba temblando reciamente, su robusto cuerpo similar al de
un aro de hierro, atándome con fuerza e imposibilitándome la respiración. —Oye,
suficiente viejo. Estoy vivo, ¿no? Si aplicas más fuerza, me vas a aplastar los
huesos.
Fue solo después de que me quejé débilmente que Rhine al fin me liberó de su
agarre. Mi cuerpo finalmente pudo relajarse y sentarse. Rhine se instaló sobre la
proa del bote y comenzó a cambiar la dirección de este. El motor cobró vida con
un retumbo, y [Rhine] rápidamente condujo el bote hacia otra dirección. Por
primera vez, me sentí tan cómodo sentado en un bote, a pesar de que la travesía
de meses ya me había agotado. Los marineros a mi lado me cubrieron con un
impermeable e incluso me entregaron un cigarrillo encendido en consideración.
Me estremecí e inhalé el cigarrillo como un adicto. Estaba tan conmovido que
apenas pude decir algo.
—Oye, es bueno ver que estás bien, nuestro pequeño Wallace.
Uno de los marineros me dio unas palmaditas en los hombros y, nerviosamente,
miró a la distancia de atrás antes de continuar, —Acabo de ver una ola bastante
grande, no podría ser ese pez extraño, ¡¿verdad?! ¿Cómo escapaste, siquiera?
Mi respiración se tensó y las palabras que Agares había dicho antes de que entrara
al mar atravesaron mi cabeza, no pude evitar quedarme en blanco por un
momento. Mi corazón de repente se sintió sofocado, como si una gran esponja lo
cubriera, dificultándome la respiración. Una vez más me palmearon el hombro y
negué rápidamente con la cabeza. —No... nada, no fue ese pez. Fue... solo el
viento.
—Ese tritón...
—¡¿Dónde?! —giré inconscientemente la cabeza para mirar, pero el mar estaba
demasiado neblinoso. Además de las olas del mar y la luna llena, no se podía ver
nada más.
—O sea, ¿ese tritón escapó? —preguntó el marinero.
Volteé a cabeza desgarbadamente y aspiré otra bocanada del cigarrillo. Mi corazón
estaba en un desastre, sintiendo como si este hubiera sido pinchado por espinas.
—No lo sé. Volveremos a hablar cuando regresemos.
Traté de mantener mis ojos en el mar frente al bote, resistiendo el impulso de dar
la vuelta y mirar hacia atrás. Sin embargo, Rhine volteó la cabeza para mirarme
con una expresión complicada.
Fingí no haberlo notado y escupí otra bocanada de humo mientras seguía la
dirección de la niebla hasta la distancia del mar.
Esa noche, cuando regresamos a ese barco pirata, los que tenían el control ya no
era los piratas, quienes habían sido asesinados o heridos durante la lucha contra el
monstruo marino. Ahora habíamos recuperado la iniciativa. Los piratas
definitivamente no previeron que, al tomarnos como rehenes, se autoconvertirían
en chivos expiatorios; el destino es realmente difícil de predecir. Usando el refrán
de nuestro país limítrofe: "La fortuna va y viene".
Tomamos a un montón de esos piratas desafortunados y los arrojamos a la sentina
a cambio de lo que nos hicieron antes, después nos separamos en unos pocos
camarotes en el barco para descansar. Mi herida era algo grave, pero por suerte,
Rhine había encontrado un botiquín de primeros auxilios en la embarcación. Había
tenido la intención de aplicar la medicina yo mismo, pero desafortunadamente, la
herida estaba localizada en mi espalda y fuera de mi alcance. Solo pude dejar que
Rhine, que no estaba gravemente herido, lo hiciera por mí.
—Sopórtalo solo un poco. Tu ropa y la herida están pegadas.
Habló en voz baja mientras estaba parado detrás de mí. Asentí con la cabeza y,
como un maldito perro, me recosté obedientemente en la cama con la espalda hacia
arriba. Mordí la almohada y fingí estar relajado mientras daba una señal de OK.
Un dolor abrasador me atravesó la espalda cuando no estaba completamente
preparado. Mis dedos se enterraron inmediatamente en las sábanas mientras
sudaba frenéticamente. Lo regañé, —¡Mierda! ¿No puedes ser más delicado
conmigo?
Como respuesta, Rhine no dijo nada. Simplemente despegó la ropa que estaba
unida a la herida y usó agua fresca para limpiarla antes de proceder a usar vendajes
que estaban empapados con medicina líquida para envolverlos alrededor de mi
tronco.
Estaba tan adolorido que me quedé prácticamente paralizado mientras yacía allí.
Rhine había enlazado su brazo alrededor de mi axila para atar el vendaje con
movimientos ágiles, pero su brazo no se fue después de terminar y, en cambio, me
abrazó.
El dolor me llenaba la mente de angustia y estaba demasiado ocupado para
entender lo que estaba haciendo Rhine. Solo sentí su mentón descansando sobre
mi hombro antes de escucharlo suspirar. —Desharow... Por lo que sucedió durante
el día... en la sentina... Lo siento...
La disculpa de Rhine fue inusualmente sincera. Desde el primer día en que lo conocí,
nunca lo había visto con un comportamiento tan serio. Incluso durante la academia,
era muy popular entre los alumnos debido a su naturaleza juguetona. Sin embargo,
el Rhine en este momento no era el profesor en el que deposité mi confianza.
Además de eso, recordé que una vez se aprovechó de mí e intentó agredirme
sexualmente. Enseguida me sentí un poco avergonzado y me senté de su abrazo.
—No, no, no, Rhine.
Me di la vuelta y sujeté su hombro en tanto me obligaba a exprimir algunas palabras
con los dientes apretados, —No tienes que disculparte conmigo, has sido mi mentor
durante tres años, ¿cierto? Siempre me has ayudado, así que debería ser yo quien
te pague. Pero escucha, lo que ocurrió en la sentina... Finge que nunca lo has visto,
¿bueno?
Rhine me miró, la expresión que llevaba se puso rígida y como si quisiera decir
algo, pero vacilaba. Pude adivinar lo que quería decir. Lo que sucedió en la sentina
realmente lo había irritado. Sin duda, la razón por la que quería disculparse se
debía a que me comprometí con Agares a que sería obediente. Ciertamente, porque
quería proteger la vida de Rhine, había persuadido a Agares. Pero no quería que
Rhine malinterpretara nada, probablemente pensaba que, porque me preocupaba
por Agares, me convertí en una pieza de negociación.
Maldición, este era un gran y jodido malentendido humillante.
Para romper esta atmósfera ambigua, inmediatamente me puse en cuclillas y
organicé la medicina en el botiquín. Con movimientos rápidos, traté los tajos en su
hombro y pecho que fueron causados por la cola de Agares. Fingiendo estar
tranquilo, pregunté: —Rhine, ¿quiero saber a dónde va este barco? Como ya me
han arrastrado a su plan, tengo derecho a saberlo. Por favor dime.
Rhine inhaló una bocanada de aire, guardando silencio por un momento antes de
finalmente responder, —Un lugar llamado Lemegeton.
Mis manos no pudieron evitar temblar. —¿Cómo dices?
—Las leyendas dicen que es un lugar donde habitan sirenios. ¿Has oído hablar de
eso antes, Desharow?
Arrugué las cejas y lo miré fijamente con incredulidad, —¿Para qué van allá?
Mis pensamientos se remontaron a aquel día en que encontré un rifle con un
símbolo grabado de la fábrica del Ejército de los Estados Unidos, y mi corazón dio
un vuelco. —Rhine... ¿No me digas que el proyecto de investigación de sirenios era
una operación militar? ¿Por qué la armada estadounidense se hizo pasar por piratas
y atacó nuestro barco?
Toda la tez de Rhine cambió. —¿De verdad lo descubriste?
Solté una mofa y me reí amargamente, —Soy un alumno que obtuvo las
calificaciones más altas en el curso de teoría militar. ¿Cómo podría no reconocer
ese símbolo? Solo dime qué está pasando y ni siquiera pienses en ocultarme algo.
Rhine quedó sorprendido por la agudeza de mi tono. Me miró fijamente,
examinándome como si me hubiera transformado en un completo desconocido.
Después de un largo momento, negó con la cabeza, su rostro parecía una escultura
de hielo con sudor frío. Dijo: —Solo el personal de operaciones centrales lo sabe,
aparte de eso, se mantuvo en secreto. Es una orden del ejército, Desharow, pero
te aseguro que no sufrirás ningún daño, yo...
Se aferró a mi muñeca, sus pupilas lucían como si estuviera recordando una cierta
escena que no podía soportar, haciendo que su respiración fuera algo irregular y
pesada. —No dejaré que esa bestia te vuelva lastimar...
—¡Cállate! —Como un animal al que le pisaron la cola, me enojé. Apreté el puño y
lo puse encima de la cabeza de Rhine, fulminándolo furiosamente con la mirada—.
¡Sigue diciendo eso si te atreves!
Rhine frunció los labios mientras me miraba, sus ojos se posaron en mí por unos
segundos antes de extender la mano para agarrar enérgicamente la parte delantera
de mi abrigo. Me presionó sobre la cama junto a él y me besó firmemente sin
ningún respeto. Me senté contra la pared, aferrándome al abrigo rasgado y lo miré
fijamente como un animal atrapado mientras jadeaba con enfado.
—¡Lárgate de aquí!
Rhine simplemente se sentó allí como una montaña inmóvil, así que no pude evitar
brincar de la cama para empujarlo afuera antes de cerrar fuertemente la puerta
con un portazo, una manera incivilizada. Después de eso apagué la luz y me arrojé
de nuevo a la cama.
Enterré mi rostro en la almohada en un intento de quedarme dormido sin pensar
demasiado. Tanto mi mente como mi cuerpo estaban exhaustos, llegando
finalmente a sus límites. Sin embargo, mi corriente de pensamiento no podía dejar
de funcionar, haciendo que la batalla en mi mente fuera caótica. Aun así, mis ojos
no pudieron evitar dirigirse hacia la ventana exterior y la completa oscuridad del
mar. Mi estado de ánimo era similar a las burbujas que se amontonaban alrededor
del remolino en el abismo de las olas. Mi mente todavía permanecía en las palabras
que Agares había dicho.
Tal vez desde el punto de vista de esa bestia, eso contaba como si... rompiera mi
promesa.
Pero... ¡ni siquiera le prometí algo!
¡En serio me siento preocupado por este asunto acaso! ¿Qué pasa conmigo? ¿Es
posible que mi corazón haya sido tentado de alguna manera por este demonio
sexual?
¡Era absolutamente absurdo, simplemente ridículo!
Aunque me dije esto a mí mismo, en realidad no me estaba riendo ni un poco, ya
que, aunque esta idea era absolutamente imposible de ser cierta, casi me volvió
loco cuando salió de mi boca. Incapaz de soportarlo, me aferré a mi cabeza que
estaba en completo caos y la golpeé contra la almohada varias veces, como si fuera
una roca dura que podría partirme en cualquier momento. Desafortunadamente,
no me hizo desmayarme de inmediato ni eliminó los pensamientos extraños en mi
cabeza. Solo pudo proporcionarme un lugar para enterrar mi cabeza y ocultar mi
angustia que no tenía dónde desahogarse.
Retumbo...
Como para coincidir con mi estado de ánimo, el oscuro cielo de repente lanzó
truenos seguidos de un relámpago, por lo que sabía que se avecinaba una
tormenta.
Maldición...
Levanté la manta y zambullí la cabeza en el cálido escondite, cerrando los ojos. A
medida que mis alrededores eran acordonados, mi conciencia rápidamente se
volvió borrosa. Me sentí atolondrado, sin embargo, de repente olí un aroma
hormonal no tan desconocido saliendo de mi cuerpo. Este se emitía desde el interior
de mi médula ósea y había viajado a mi carne como si fuera una interminable
corriente. Se enterró en mis fosas nasales, a través de mi pecho, hasta mi vientre
bajo y...
Una peculiar corriente de electrocución se suprimió del lugar indescriptible,
dejándome sudando y sintiéndome jadeante mientras mis manos tanteaban
nerviosamente la sábana debajo de mí. Al final, no fui capaz de resistir la tentación
del instinto masculino y extendí la mano dentro de mis pantalones mientras
separaba ansiosamente mis piernas para seguir explorando.
Estar en un lugar oscuro me hacía sentir una sensación de privacidad que parecía
ocultar cualquier vergüenza, pero hacía que mi deseo se intensificara. Mis dedos
se movieron con cuidado debajo de la parte superior de mi cuerpo mientras mordía
la almohada para evitar emitir sonidos embarazosos. No pude evitar admitir que la
razón para hacer esas cosas lascivas con mi mano era porque quería sexo. No de
la forma en que un hombre normal querría darse placer, sino que quería usar mis
dedos para jugar con mi puerta trasera.
Tampoco podía negar que mi mente estaba llena de Agares, anhelaba… a esa
bestia.
Mordí la almohada con fuerza, acelerando el movimiento de mi mano mientras
simultáneamente clavaba la otra mano en el colchón empapado en sudor,
reprimiendo la sensación de vergüenza. Sin embargo, justo cuando estaba llegando
al clímax, un repentino trueno ensordecedor restalló desde fuera de la ventana,
enviando a todo mi cuerpo a un estremecimiento antes de que pudiera levantar la
cabeza por reflejo.
En ese momento, la luz blanca del exterior de la ventana me permitió ver una larga
figura negra, similar a un fantasma atravesando el cristal, reflejando una sombra
en mi cama.
Capítulo 37

Me caí de la cama al suelo por el espanto, pero me las arreglé para volver a
ponerme de pie. Sin embargo, el repentino sonido de un trueno golpeando el cielo
nocturno me hizo tropezar un par de pasos atrás, conmocionado. Me apoyé contra
la pared detrás de mí mientras miraba horrorizado la sombra oscura mezclada con
las intermitentes luces blancas provenientes del exterior de la ventana.
Otro trueno explotó antes de que pudiera descubrir qué era, y al mismo tiempo, vi
la sombra moviéndose repentinamente. Antes de darme cuenta, la ventana de
cristal del camarote fue destrozada con un gran agujero del tamaño de un puño.
Una garra pálida y palmeada atravesó el agujero y estaba buscando a tientas el
cerrojo metálico de la ventana, y con solo un "ka", este se rompió.
Ese era... ¡Agares!
Hui instintivamente hacia la dirección de la puerta. No me molesté en encender la
luz y simplemente intenté abrir los cerrojos de la puerta tan rápido como pude.
¡Oh, cómo odio en este mismo momento que la puerta se haya construido con dos
cerrojos, uno arriba y otro abajo! En estado de pánico, por alguna razón, la maldita
puerta, como si hubiera desaparecido, no se abría. Ya sentía el aire frío y húmedo
que se avecinaba por atrás, y no pude evitar soltar un estremecimiento antes de
girarme rígidamente.
El brillo del rayo fue eliminado por la silueta negra frente a mí, la cual me cubrió
por completo bajo su neblina.
A la luz blanca moteada, se me era difícil ver la expresión de Agares con claridad,
aparte del contorno de su espeso cabello en su cabeza mientras se inclinaba y
acercaba a mi cara. El sonido de la respiración de Agares era bastante vago e
indistinguible en medio de la tormenta ensordecedora, pero aun así podía escuchar
su ritmo pesado y rápido, su aliento húmedo y violento como el viento del mar
rociándose frente a mi rostro.
Me quedé pegado a la puerta, esperando que un pequeño espacio por detrás
pudiera abrirse para que me pudiera esconder. El repentino pánico y una fuerte
sensación de vergüenza me pusieron los nervios de punta al mismo tiempo. Sabía
muy bien que mi mitad inferior todavía estaba completamente erecta, ya que no
tuve tiempo para acabar, y no solo eso, mi ropa era un desastre. ¡Podía imaginar
exactamente cómo me veía en los ojos de la bestia ahora mismo!
—Desharow, ¿por qué... no esperarme?
En medio del estruendoso trueno, un suave murmullo llegó vagamente, pero
inesperadamente, pude distinguir lo que dijo. Agares claramente estaba
reprimiendo su enojo porque no lo esperé, e incluso alcanzó rápidamente la
velocidad del barco y me observó desde fuera de la ventana. Tal vez, recién en la
oscuridad, me atrapó masturbándome...
Al pensar en esta idea, no pude evitar mi creciente vergüenza y giré la cabeza hacia
un lado. —Yo... No hay razón para que te espere, Agares. ¡No deberías haber
vuelto! Tú... —dije vagamente.
Mis palabras decayeron cuando una gran fuerza me levantó en el aire y me empujó
firmemente contra la pared. Entonces, mis labios fueron bloqueados forzosamente
y besados con intensidad cual ferviente tormenta en formación. Ese ataque tan
repentino me tomó por sorpresa, rompiendo mi línea de defensa psicológica. Quedé
completamente estupefacto. El forzudo brazo del tritón me abrió las piernas a la
fuerza, las que habían estado juntas debido al miedo. La cola de pez logró meterse
entre mis muslos, y comenzó a frotarse hacia arriba y hacia abajo con entusiasmo.
Esas pequeñas escamas ásperas, no en lo más mínimo inferiores, rozaron la punta
de mi genital una por una, haciendo que el semen se filtrara descontroladamente
por mi pequeña uretra, pero este fue limpiado por la garra palmeada de Agares
cuando la mano viajó por mi columna vertebral hasta el frente. Sus labios se
apartaron lentamente. Con sus dedos, un líquido pegajoso se untó sobre mi pecho
y un vago olor a almizcle perturbó mi nariz.
Me di cuenta de que era mi propio olor, y mis orejas hirvieron. La vergüenza
extrema me hizo forcejear más fuerte, agitando mis brazos en un intento de
empujar a Agares, pero fue en vano, pues sosegó fácilmente mis brazos
sujetándolos por encima de mi cabeza con su fuerza como de tenaza. Agares bajó
la cabeza, el puente de su nariz rozó mi clavícula y su lengua me recorrió el pecho,
tomando una sola lamida del líquido impuro que fue esparcido allí antes de levantar
la mirada. En el abismo de las pupilas, se vio una llama ardiendo brillantemente.
—Tú... me... deseas... Desharow... Lo vi...
Susurró suavemente las palabras una y otra vez. En la tenue luz trémula, vi que
sus labios se ensanchaban, una risilla oscura llena de amenaza depredadora sonó.
La cola del tritón levantó mi cuerpo un par de centímetros, sus garras palmeadas
entonces se deslizaron hacia mi cintura, y de repente alzaron mis piernas sobre sus
dos hombros. Con mis piernas separadas por la fuerza, mi parte privada que se
podía ver con una sola mirada quedó expuesta a los ojos mordaces y brillantes de
una bestia. En la oscuridad, en el momento en que el trueno cesó, un estallido de
risa baja, pero despiadada resonó.
Sentí al instante que me habían volcado sobre hierro abrasador, sintiéndome muy
caliente y dolorido. Incluso pude visualizar la expresión de Agares en este
momento, su deseo sexual ya debe haber alcanzado su punto máximo. Los vasos
sanguíneos en mi mejilla se calentaron tanto que estallaron.
Lo regañé, —¡Bestia desvergonzada! ¡Maldito bastardo, no me mires así, suéltame!
Sin embargo, mi protesta fue una vez más ahogada por el resonante sonido del
trueno, ni siquiera yo me pude oír. En el segundo siguiente, la acción de Agares
cambió mi arrebato a un gemido tembloroso cuando de repente enterró su cabeza
entre mis piernas abiertas, y mi órgano sexual erecto cayó en una caverna suave
y mojada que se apretó a su alrededor.
De inmediato, este placer que nunca antes había sentido fue como agujas
pinchándome desde todas las direcciones hacia la parte más profunda de mi
cerebro. Mi conciencia siguió la agresiva succión de Agares y sentí que me soplaban
hasta el punto de quedar suspendido a gran altura, lo que solo hacía que las
personas anhelaran el momento de la caída.
Mi cuerpo, como si perdiera toda su fuerza, se suavizó y mi espalda apoyada en la
puerta no pudo dejar de deslizarse. Apenas me detuve de pronunciar más sonidos
impúdicos al poner mi brazo sobre mi boca. Mis muslos tiritaban en las garras
cuales pinzas de Agares, pero de repente, levantó todo mi cuerpo. Con un solo giro,
caí sobre el suave colchón. Los labios de Agares se fueron en un santiamén y el
placer de casi alcanzar el pico se detuvo.
Pero mi conciencia seguía flotando en el aire, nunca había descendido. Yacía allí
con mis muslos casi presionados contra mi abdomen mientras jadeaba
rápidamente. Me tragué la saliva que estaba a punto de derramarse de mi boca y
abrí subconscientemente mis nerviosos dedos para agarrar una esquina de las
sábanas, como si fuera mi última asistencia vital.
Pronuncié roncamente un sonido, —Ah...
Inmediatamente me cubrí la boca, casi ahogado por el embarazo. La repentina
pérdida de esa sensación suave y reconfortante prácticamente me hizo querer
gemir en voz alta. Desconcertado, bajé la mirada. Con la ayuda de la parpadeante
luz blanca del exterior, pude ver a Agares aferrándose a mi vientre bajo. Su lengua
se estiró de sus labios escarlatas y lamía suavemente la punta de mi instrumento
sexual, como si estuviera saboreando el sabor allí, pero sus ojos estaban clavados
en mí, revelando una sonrisa sexy y ambigua.
Esta escena era simplemente más explícita que cualquier película pornográfica que
haya visto. Era casi insoportable de mirar, y no solo eso, el protagonista en este
momento era yo.
Mi pecho martilleaba, mi corazón latiendo fuera de control. Quise retraer mi cintura
y mi entrepierna, pero inesperadamente, mi cuerpo se sintió como una esponja
que solo podía absorber agua, y observé con debilidad a Agares volviendo a bajar
la cabeza. Esta vez, lamió cuesta arriba desde la raíz mientras sus ojos todavía
permanecían fijos en mí, como si presumiera adrede cuán sensible era mi cuerpo
bajo su control.
Pero no tenía ningún escudo psicológico para resistir contra él, aparte de renunciar
a mi propio yelmo y armadura, suavizándome más. Jalé las sábanas hasta mi
cabeza hirviente que estaba a punto de explotar de vergüenza, pensando que me
ayudaría a escapar del venidero evento sexual. Sabía que debería sentir que estaba
sufriendo, pero al mismo tiempo, no podía evitar disfrutar de esta intensa
sensación. El segundo en que la lengua de Agares tocó mis bolas a través de la
funda del calzoncillo, ello desató un gran placer que obligó a mi cadera a arquearse
hacia arriba instintivamente. Existía este intenso deseo de que mi punta–que se
siente vacía–fuera succionada más fuerte que nunca.
Agares pareció sentir inmediatamente mi inexplicable deseo, y cubrió mi hinchado
órgano rojo con sus labios de manera oportuna. De inmediato, no pude evitar soltar
un gemido tembloroso de mi garganta. Incluso si mordía las sábanas y en medio
del ruidoso trueno, mi voz aun así se escuchaba claramente.
Traté de silenciarme más con las sábanas y con la esperanza de que Agares no la
escuchara, pero en el segundo siguiente, apretó la boca, haciéndome saber que
era imposible esconderla. Sentí sus fuertes brazos reteniendo mi muslo, el cual
tiritaba violentamente de excitación. Su jadeo se roció entre mis piernas y comenzó
a succionar aún más fuerte, tanto que producía un obsceno sonido mojado.
Mi cerebro zumbaba fuertemente. En medio del ahogo de este placer eufórico, me
convertí en una polilla desenfrenada tratando de encontrar una salida en esta
alternancia de oscuridad y luz intermitente. Mis dedos se arrastraron hasta la boca
de mi estómago donde se enredaron con el cabello húmedo de Agares. Tragué
saliva, moviendo mi cadera y entrepierna para una eyaculación más rápida, pero
la extrema vergüenza me impidió hacer una acción más grande. Agares parecía
estar prolongando deliberadamente la doble tortura de mi cuerpo y espíritu, y una
vez más comenzó a chupar y lamer lentamente, obligándome a jadear. Las lágrimas
rezumaron de la sábana que me cubría el rostro.
Creo que mi expresión en este momento debe verse terrible. Probablemente como
un drogadicto que se vio obligado a dejar las drogas con lágrimas chorreando por
su rostro, pero para alguien completamente inexperto como yo, el sexo oral era
tan excitante como consumir drogas. Al final, no pude soportarlo y finalmente me
ahogué con la emoción. En el momento en que grité, mis piernas tuvieron
espasmos alrededor de la cabeza de Agares.
El clímax era como la misma sensación ligera e ingrávida de caer desde una gran
altura, haciendo que mi mente se quedara en blanco por un tiempo. Después de
eyacular, sentí una fuerte sensación de fatiga, después mi cuerpo fue volcado por
el brazo de Agares.
Fui recostado suavemente, los ojos cerrados. El clímax remanente aún no se había
disipado, y toda mi persona se sentía extremadamente cómoda, como flotando en
olas tranquilas; casi me quedo dormido. En medio de mi aturdimiento, sentí que
me retiraban los vendajes que me rodeaban la herida de la espalda y que mi cintura
era levantada. Lo siguiente que sentí fue un objeto suave rozando suavemente mi
herida una y otra vez, creando una sensación de picazón que se filtraba en mis
músculos.
Me di cuenta de que era la lengua de Agares. Me estaba tratando las heridas. Esta
cómoda sensación me hizo cabecear varias veces, pero el suave toque deslizante
bajando poco a poco por mi columna vertebral me mantuvo medio despierto. Dejé
que mi cabeza cayera sobre la almohada para dormir, sin embargo, Agares sostenía
mi cuerpo con fuerza, obligándome a fruncir firmemente las nalgas contra la gruesa
y resbaladiza cola de pez mientras que la cosa abultada se frotaba lentamente
contra mi coxis, actuando totalmente inquieto otra vez.
Me desperté con un sobresalto y estiré subconscientemente el brazo para alejar la
mano que me sostenía la cintura, pero mis dedos no tenían resistencia contra las
escamas satinadas, por lo que fueron fácilmente capturados y apartados por las
garras palmeadas.
Me puse completamente nervioso y aparté la cabeza, pero antes de que pudiera
decir algo, Agares me agarró las mejillas. La cabeza que se inclinaba me aplastó
los labios. Su lengua era como una serpiente, saqueando lujuriosamente mis
dientes; sus afiladas garras fueron a rasgar mi ropa interior en dos pedazos por la
costura, y luego, la cola de pez me separó los muslos. El arma letal gruesa y mojada
era como una barra grande, golpeándose contra mi trasero y dejando que rebotara
un poco. Claramente no tenía prisa por entrar, y solo se estaba frotando hacia
arriba y hacia abajo, sintiendo rastros de sustancias goteando desde la punta de la
cosa entre mi trasero.
Agares me estaba lubricando para que pudiera aceptar sin problemas su tamaño
increíblemente dotado. Cerré los ojos y enterré la cabeza profundamente en la
almohada. Todo mi cuerpo irradiaba calor febril, especialmente mis mejillas.
Incluso pensé que la almohada pronto comenzaría a arder, pero en realidad, estaba
tan empapada de sudor que exudaba un fuerte olor hormonal. Mi nariz quedó tan
abrumada con él que mi cabeza comenzó a sentirse borracha, como si este aroma
pudiera paralizar la mente de alguien.
Sabía que no había forma de evitar que esta bestia me poseyera. Tampoco podía
negar que no hace mucho, deseé secretamente a Agares. Sin embargo, lo que me
estaba sucediendo ahora aún me hacía sentir tan avergonzado que quería volverme
loco. En esta noche tormentosa que podía esconder todo, estaba teniendo
relaciones sexuales secretas con una bestia salvaje, y no podía evitar disfrutar del
placer y la emoción de ello.
Esto está demasiado mal... Desharow...
Mordí fuertemente el algodón de la almohada, queriendo masticar mis
pensamientos liosos, pero entonces escuché a Agares susurrar en mi oído. Su voz
marcada y ronca, —Siempre... estaré contigo...
¡Este era simplemente el hechizo más aterrador del mundo!
—Vete. Bastardo, bestia sucia... —regañé débilmente, pero mi cabeza se sentía
demasiado pesada para levantarla, y ni siquiera mis ojos se podían abrir. Solo pude
sentir a Agares mordiéndome el cuello y soltando un gruñido bajo. La cola de pez
debajo de mí se dobló para sostener mi abdomen, y con mi cintura forzada a
enderezarse, la enorme cosa mojada comenzó a abrirse paso en mi agujero trasero,
centímetro a centímetro.
—Uh... Ah... —tragué saliva y jadeé, tratando de paliar la incomodidad de mi cuerpo
de ser invadido por un objeto extraño. Luché para mover mi cintura y la entrepierna
como un pez para alejarme del intento de Agares sobre mi cuerpo, pero esto solo
lo hizo apoyar mi cadera más alto con su cola, permitiendo que su órgano sexual
se sumergiera más profundamente en el camino angosto, como una cuña. Sin
embargo, no se sintió lo suficiente.
Se inclinó cerca de mi oído, el sonido de él tragando se oyó de su garganta. Su
nariz se torció ligeramente contra mi cuello mientras respiraba profundamente mi
aroma. La parte dentro de mi cuerpo había sido extendida absolutamente hasta el
extremo, y la picazón similar a una corriente eléctrica se acumulaba contra el final
de mi pared intestinal cuando Agares se apretaba contra ella. En todas partes por
donde pasaba se sentía como puntas de aguja finas y delgadas apuñalándome
profundamente, y esta estimulación me hizo llorar al instante.
En este momento, escuché un fuerte golpe en medio de la tormenta, —¿Desharow?
¿Ya estás dormido, Desharow? Yo... Hay algunas cosas que quiero decirte.
¡Esa era la voz de Rhine!
Temblé con conmoción, pero Agares, sin mucho cuidado, me dio la vuelta y me
presionó desde arriba. En tanto mis piernas eran sostenidas por su hombro, volvió
a insertarse en mí. La estimulación de ser atravesado me hizo arquear la cintura y
solté un gemido sollozante, pero el repentino sonido de un trueno lo reprimió por
completo.
—¿Desharow? Por favor, dame otra oportunidad, solo quiero hablar contigo. —
Rhine tocaba persistentemente desde afuera, obviamente, no se iría hasta que
obtuviera una respuesta de mí.
El miedo a ser atrapado me hizo entrar en pánico. Si Rhine abriera abruptamente
la puerta sin permiso, me vería acostado desnudo debajo de Agares, siendo follado
por él hasta quedar seco. ¡No quería que nadie me viera así ahora mismo!
Mi cuerpo fatigado era como una banda de goma estirada hasta el límite, pero las
brillantes pupilas se estrechaban en la oscuridad. Agares me miraba con ojos
depravados, usando sus garras para sujetar mis piernas. Desaceleró adrede la
velocidad de sus embestidas y simplemente trató de frotar más profundamente
dentro de mí con su robusto tallo.
El placer era como un veneno líquido erosionando toda mi mitad inferior. Estaba
tan estimulado que mi visión se llenó de puntos negros y casi me desmayo allí
mismo. Sin embargo, como hormonas, mi miedo y pánico intensificaron el placer
desde adentro, e inmediatamente, mi yo exhausto volvió a endurecerse.
Mis labios temblaron. Exprimí algunas palabras a través de mis dientes apretados,
tratando de soportar la vergonzosa sensación. —Yo... ya estoy dormido... Si hay
algo más, dímelo mañana.
No sabía si Rhine escuchó mis sollozos reprimidos. En verdad, mi cara estaba
realmente cubierta de lágrimas debido al tormento de Agares; mi trasero era como
una boca, abriéndose y cerrándose, todavía esperando ser satisfecha sexualmente.
No escuché la respuesta de Rhine desde afuera de la puerta. Tal vez el trueno había
ahogado su voz, y Agares tampoco me dio la oportunidad de relajar mi mente. Bajó
la cabeza, su grueso cabello era como sombras cubriendo mi línea de visión. La
mitad inferior se retiró, la cola de pez se arqueó hacia atrás y luego
instantáneamente volvió a embestir mi cuerpo.
En este momento, la tormenta fuera de la ventana se volvió más violenta, y con el
cuerpo del barco temblando enormemente, ello alentaba el violento ataque de
Agares, en el cual la cosa en mi cuerpo comenzó a perforar ferozmente cual
maquinaria de pilotaje.
Mis manos rasguñaron involuntariamente la amplia espalda de Agares mientras mi
cuerpo era elevado hacia arriba y hacia abajo como madera flotante en el mar
abierto, y con sus labios húmedos sepultando los míos, todos mis gritos bajos y
fragmentados fueron completamente tragados. La lengua mojada de Agares se
frotó contra cada uno de mis dientes, y la enorme cosa debajo de mí había follado
cada centímetro de mi pared interior.
Desde arriba llegaba un jadeo fuertemente estimulado, y un sudor
abrumadoramente fragante goteaba sin cesar en mi cara, como un vino sabroso
que penetra mis poros. Mis músculos y huesos se volvieron suaves e inútiles, como
si no quedara ninguna esencia existente y haciendo que me enganchara
inconscientemente alrededor de la cola de pez que se movía violentamente, ya que
parecía ser la única cosa física que podía tocar, y así, no me transformaría en agua
de mar, absorbido por un remolino giratorio de emociones y arrastrado al abismo.
Pronto, una vez más volví a eyacular, y la intensa relación sexual había
desordenado mi mente. Al final, no recordaba cuánto había durado la tormenta o
cuánto tiempo Agares me había follado una y otra vez. Todo lo que sabía era que
justo antes de perder el conocimiento debido al agotamiento, los relámpagos y los
truenos fuera de la ventana finalmente se detuvieron y todo se aquietó.
Capítulo 38

En el minuto en que me desperté de mi sueño, me sentí un poco distraído. Frente


a mí estaba el primer rayo de sol matutino, y una suave brisa marina me rozaba
suavemente las mejillas. Desde mi viaje a Islandia, ha pasado un tiempo desde
que sentía un clima tan templado y solo me hizo sentir como si volviera a la época
en que recién comencé este viaje.
Estiré la mano con somnolencia empedernida, queriendo tocar la calidez de la luz
solar, pero de repente, vi una capa translúcida entre cada uno de mis dedos. A la
luz visible, se mostraba de un color plateado opaco, y mis uñas estaban
anormalmente largas y afiladas, al igual que las garras palmeadas de un sirenio.
Mi somnolencia fue abruptamente borrada por el espanto. Solté un grito, e
inmediatamente me incorporé en la cama para examinarme repetidamente las
manos.
Sin embargo, no había nada.
Recién, parecía que fue simplemente una ilusión momentánea, a pesar de que
parecía tan real.
Agares... ¿exactamente qué me hizo? ¡No me digas que me ha hechizado!
El recuerdo de la insoportable noche de ayer explotó de repente en mi mente. Me
paré nerviosamente de debajo de la manta y miré alrededor de la habitación cual
ciervo asustado, y después de confirmar que Agares no estaba allí, me desplomé
en la cama con un largo suspiro de alivio. La vergüenza parecía ser parte del aire,
la que era tan ubicua como el fuerte aroma que [Agares] dejó atrás. Con la manta
cubriendo todo mi ser enroscado, apreté mi puño y enterré la cabeza en mis
rodillas.
Demasiado vergonzoso... demasiado vergonzoso...
Esa bestia salvaje y yo habíamos hecho el amor, además, hubo una cooperación
total de ambas partes y no pude evitar disfrutarlo. Desharow, ¿realmente eres tan
rápido para ceder ante esta bruta tentación lujuriosa?
Maldita sea... Enterré mis dedos en la manta. Esa bestia se fue tan pronto como
terminó de desahogarse, ¡cómo qué me considera! Si se atreve a quedarse la
próxima vez, ¡le dispararé a ese irritante rostro suyo!
Maldije cruelmente, pero mi cerebro no tenía restricciones, como una película
siendo reproducida una y otra vez, mostrando continuamente escenas de nuestros
cuerpos. Mis mejillas se elevaron rápidamente hasta un punto de ebullición,
cocinándome hasta el punto en que el sudor comenzó a gotear, pero aun así me
escondí poco a poco debajo de la manta. Sin embargo, el aumento de la
temperatura de inmediato me hizo oler un aroma más embarazoso proveniente del
algodón...
El olor era una mezcla de Agares y mi esencia. Era tan rico y fuerte que solo me
hizo recordar lo intensa que fue la noche anterior.
¡Mierda! ¡Carajo! ¡Ahhhh, maldita sea!
Salté de la cama enseguida y, con la ira instada por la humillación, agarré la manta
y la lancé por la ventana sin consideración.
Sin embargo, en el momento en que la manta cayó al mar, noté de inmediato una
larga sombra negra que nadaba bajo el agua azul, y debido a esta repentina
actividad, flotó hacia la superficie.
Ese era precisamente Agares. Primero vi aparecer la cara que necesitaba una
golpiza, después su torso tonificado. Levantó la vista mientras balanceaba
perezosamente su extraordinaria cola de pez y, con los ojos entornados, usó una
sonrisa bastante llena de satisfacción para mirarme. De vez en cuando, levantaba
del mar la parte sobresaliente debajo de su vientre bajo, como si me estuviera
insinuando deliberadamente que me había poseído la noche anterior.
Con fuerza, mis cinco dedos se apretaron contra la ventana y lo miré fijamente con
los dientes apretados, mostrándole el dedo medio con la otra mano.
Pero la respuesta que obtuve a cambio fue la sonrisa siniestra, pero traviesa de
Agares. ¡Incluso estiró la punta de su lengua escarlata y se lamió los labios con
ambigüedad mientras observaba mi cuerpo con hambre, haciéndome dar cuenta
de que olvidé ponerme algo de ropa!
Con una furia altísima, agarré la silla colocada junto a la mesa y la lancé
despiadadamente. Mi propia voz sonó con un gruñido tembloroso, —¡Piérdete,
lárgate, criatura malvada, palo pervertido, animal!
Antes de que mi voz pudiera extinguirse, una gran salpicadura de agua aterrizó
sobre mi cara. Antes de que pudiera limpiar el agua, una garra fría y palmeada de
repente me agarró de la garganta, y la mitad de mi cuerpo fue arrastrado
rápidamente hacia la ventana por una fuerza extraña. La cara de Agares estaba
casi a mi alcance, sorprendiéndome y haciéndome gritar de horror. Pero mis labios
quedaron fuertemente bloqueados al siguiente segundo, y la lengua llena del sabor
del agua marina, salada y amarga, invadió mis labios y dientes, comenzando a
saborear mi lengua lujuriosamente.
¡Juro que me arrepiento de haber provocado a esta bestia veleidosa usando la
forma humana de hacer las cosas! Me apoyé firmemente contra la ventana con
pánico, temeroso de que al momento siguiente me arrastrara por completo al mar.
Sin embargo, mis dos manos no pudieron formar ningún gran movimiento, y al
final, solo se convirtieron en un grillete obstaculizador que limitaba mi forcejeo.
Esto hizo que la bestia se desenfrenara aún más.
Su garra palmeada bajó por mi espalda desnuda, sus labios se deslizaron por mi
cuello y su lengua viscosa se detuvo para lamer mi manzana de Adán en un
movimiento circular, como si fuera una uva rechoncha y sabrosa. Traté
desesperadamente de retraer mi cuerpo de la ventana, pero Agares me reprimió
fuertemente. Incluso me amenazó jalándome un par de centímetros más, como si
dijera que, si seguía sin ser obediente, me arrastraría al mar.
En mi corazón estaba golpeando a esta bestia hasta dejarla hecha pasta de carne,
pero en verdad, todo lo que podía hacer era apretar los dientes y cerrar los ojos,
esperando que alguien golpeara repentinamente la puerta y me diera la
oportunidad de escapar de las manos de esta bestia salvaje que había estado
enérgica desde esta mañana.
La sensación de hormigueo y picazón proveniente de mi garganta atacó mis
nervios. Mi respiración se volvió apresurada y errática, creando una sensación
sofocante y como si mi tráquea estuviera siendo obstruida por la provocación de
Agares. Mi corazón latía rápido e inestable, toda la sangre de mi cuerpo
bombeándose a mi cerebro. Incluso mi cuello entero se sintió tan sensible que
apareció la piel de gallina.
—Suficiente, animal. Dame un respiro...
Tragué antes de suplicarle piedad al final, pero mi voz sonó tan ronca y débil que
me hizo perder cara.
Pero, contrario a mis deseos, Agares solo soltó una risilla y lamió el lóbulo de mi
oreja. Luego abrió la boca, envolvió toda mi oreja y comenzó a chuparla como si
fuera una uva, creando muchos ruidos mojados y obscenos. El sonido hizo que mi
cuerpo tiritara un poco, como si hubiera sido electrocutado. La manera en que
estaba usando su lengua para palpar era como si no estuviera tocando mi oreja,
sino mi...
Sentí una incontrolable reacción fisiológica. Sentí que el lóbulo de mi oreja se
derretía mientras Agares envolvía la lengua a su alrededor. Mi frente goteaba con
sudor y mis mejillas también ardían.
Nunca pensé que mi oreja sería tan sensible que no sería capaz de controlarme.
Cuando mis manos se debilitaron y se volvieron suaves, incluso la fuerza para
sostenerme desapareció. Cuando estaba a punto de derrumbarme, sentí que
Agares me arrastraba al mar, así que no tuve más remedio que usar mi mayor
fuerza para volver a levantar mi cuerpo. Mis manos–que estaban cubiertas de agua
del cuerpo de Agares–me hicieron resbalar hacia atrás. Con la pérdida de gravedad,
terminé cayendo sobre el escritorio donde el cuerpo de Agares se presionó justo
encima de mí, entonces mis piernas, de repente, fueron abiertas.
—¡Maldito seas! Suéltame... ¡Suéltame! —grité mortificado mientras intentaba
empujar el cuerpo de Agares que, con gran fuerza y desde la ventana, avanzaba
poco a poco hacia mi habitación. La cola de pez gruesa y larga se estaba frotando
inquieta contra el empeine de mi pie, dejando en claro cuán enérgica y vigorosa
era esta bestia vieja. Ya sentía que mis piernas comenzaban a temblar. ¡Maldita
sea, si tuviera que volver a ser follado, ni siquiera pienses en estar de pie hoy!
Justo en este momento, escuché algo golpear la puerta mientras que, al mismo
tiempo, se escuchó un fuerte sonido crujiente de un arma de fuego, ¡y luego vi un
resplandor pasar rápidamente junto a la cola de Agares!
—¡Rápido! El monstruo volvió a aparecer. Realmente quiere entrar en la habitación
de Desharow. ¡Deprisa! ¡Usa la bala anestésica, no lo dejes escapar!
La voz aguda de una mujer zumbó. Esa era la voz de Sakarol.
—¡¡¡Desharow!!! —Rhine azotaba la puerta mientras gritaba desesperadamente mi
nombre.
Todo el cuerpo de Agares se tensó en una fracción de segundo, su rostro quedó
nublado de nubes sombrías y sus ojos, llenos de renuencia, me dieron un vistazo
rápido antes de girarse para mirar las balas disparando más allá de su cola. Soltó
un gruñido quedo y despiadado, y su cuerpo se retiró de la ventana, lanzándose al
mar como una cuchilla. Entre las grandes salpicaduras de agua, su rastro
desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Se escuchó un fuerte batacazo desde atrás, y luego la puerta se abrió de golpe. Me
incorporé en pánico, y antes de que tuviera tiempo de agarrar la ropa esparcida,
Rhine–que acababa de colarse al interior–me vio completa y minuciosamente.
—Oye, oye, viejo. Antes de entrar, toca la puerta primero, ¡de acuerdo!
Grité implacablemente sin pensar. Avergonzado e incapaz de mostrar mi cara, me
puse en cuclillas para recoger mis pantalones y me los puse apresuradamente. No
me atrevía a pararme ni a levantar la mirada. ¡Dios sabe cuánto quería sumergirme
en el mar para esconderme!
Sin embargo, sin esperar a que me cerrara los pantalones, mi brazo fue
repentinamente restringido y Rhine me arrastró para ponerme de pie y enfrentarlo.
Los ojos de Rhine parecían inyectados de sangre frente a mí, —Desharow, ¿estás
bien? ¿Esa bestia...?
Mientras hablaba, sus ojos recorrieron mi cuello desnudo antes de quedar atónito;
su firme figura se crispó levemente. Ni siquiera tuve que mirar para saber qué tipo
de escena mostraba mi cuerpo. Debe haber estado lleno de huellas lascivas dejadas
por Agares. Mis mejillas se hincharon con sangre caliente y mis dientes se apretaron
casi hasta el punto de romperse, —Tú... ¡¿Ya has visto suficiente?!
El secreto que era insoportable de hablar ahora quedó expuesto, y la vergüenza y
la indignación me instaron a liberarme del fuerte agarre de Rhine. Tomé el resto
de mi ropa y la acomodé sobre mi cuerpo antes de volar por la puerta y correr
directamente hacia la proa del barco. En un arranque de energía, subí la alta torre
de observación a toda prisa. Finalmente, exhausto, me senté y me apoyé contra la
barandilla mientras miraba el mar ilimitado con el corazón confundido.
Volumen III - "La isla de los sirenios del horror"

Capítulo 39

Me obligué a vaciar mi cabeza, sin permitirme pensar en nada. La brisa del mar
acariciaba suavemente mi rostro. La superficie del mar se veía tan azul y tranquila,
reflejando las grandes nubes en el vasto cielo.
Cuando estaba en Moscú, alguna vez soñé con dedicar toda mi vida a los misterios
del océano, con la esperanza de explorar el mundo de los sirenios, el cual era muy
distinto al del entorno de los humanos. Estaba tan inmerso en el estudio que incluso
quería sacrificar mi vida por ello. Sin embargo, no había previsto que me hubiera
quedado atrapado en las manos de un tritón, arruinando mi cuerpo y el resto de
mi vida al mismo tiempo.
¡Obviamente yo era un alumno con un futuro brillante!
Me sostuve la cabeza con las dos manos, dejando que mis dedos se hundieran en
mi cabello. Según el plan original, debería haber recopilado las imágenes de los
sirenios e información, luego regresar a Moscú para continuar mis estudios.
Después, podría haberme concentrado en completar mi tesis de graduación y haber
avanzado como postgrado, continuando para llevar una vida tranquila.
¡Pero, ahora todo se había arruinado, arruinado totalmente! Me había llevado la
corriente y alejado demasiado. Desde el primer día que ese maldito tritón apareció,
mi vida perdió el rumbo. O quizás fue desde el primer momento en que puse un
pie en el barco de exploración científica que mi destino se había salido
completamente de mi control.
Mi experiencia en la sociedad era muy escasa y mi capacidad general para actuar
también era bastante pobre. Ante el descarrilamiento de todo lo que me rodeaba,
similar a una mantis que intenta detener una cuadriga, estaba impotente.
¡Odioso! ¡Dios sabe cuánto quería regresar!
Mi mirada vagó por el barco, y de repente, un rayo de luz atravesó mi mente. Tal
vez no estaba completamente impotente. Quizá podría hacer uso del bote
salvavidas y escapar furtivamente cuando cayera la noche...
¿Pero dónde estamos? ¿Cuáles son nuestras coordenadas?
Levanté la vista y miré a lo lejos. Un contorno vago pero discernible se escondía
dentro de la neblina de las nubes, atrapando mis ojos y sorprendiéndome. Me puse
de pie inconscientemente y agarré el telescopio sobre la plataforma de observación,
mirando por su lente.
Hacia la línea del horizonte, el cielo parecía del color de la noche, como si fuera
otro mundo separado. Dentro de la capa del cielo, detrás de las nubes y la neblina,
había una silueta clara de una isla que emitía una fina capa de neblina azul verdosa
hacia su entorno. Era como si la isla hubiera sido cubierta en vapor, haciéndola
parecer un espejismo, muy irreal e ilusoria.
Mi estado de ánimo, como olas estruendosas, se llenó de emoción, porque sabía
que esto no era ninguna ilusión. Era precisamente lo que el Dr. Vinogreider había
dicho una vez, era la isla flotante habitada por sirenios, ¡Lemegeton!
¡Dios mío! ¡Dios mío! Realmente hemos... ¡llegado!
La idea de escapar de antes desapareció inmediatamente cual humo en el aire, y
fue reemplazada por la emoción de querer explorar la isla misteriosa. Sin embargo,
al mismo tiempo, no pude evitar recordar lo que Agares me había dicho cuando
estuvimos encarcelados en la sentina, así como durante nuestro encuentro en el
mar con ese seductor tritón pelirrojo. Mi corazón que había estado muy animado
ahora se encogió en mi pecho, y mis pensamientos se complicaron una vez más.
No sabía qué peligros me encontraría una vez que entrara a la isla de los sirenios,
pero con suerte, no llamaría la atención de ningún otro sirenio aparte de Agares.
Parece que tendría que aprender algunos métodos de defensa personal de Rhine.
Ninguno podía seguir estirando esta relación de "punto muerto", pues una vez que
atracáramos en la isla, era la única persona con la que podía contar como
compañero de equipo. En cuanto al resto, no se podía confiar en ellos.
Abrí la palma de mi mano y la miré: solo había una delgada línea de callo suave,
mas era simplemente una mano adecuada para un bolígrafo. No parecía en
absoluto una mano capacitada para luchar, pero todavía tenía plena confianza en
mí mismo.
Pero, ¿cómo se podría apaciguar mi relación con Rhine? Con todo lo que había
ocurrido, se nos hacía difícil tener una conversación normal, además vio las muchas
cosas que Agares me había hecho en varias ocasiones...
¡Maldición! Apreté mis manos en un puño y, con resentimiento, las golpeé un par
de veces en la barandilla. Después volví a sentarme y extendí las piernas para que
llegaran más allá del borde de la torre de observación, entonces me recosté contra
la barandilla, mirando hacia la isla de los sirenios. Simplemente intenté calmar mi
estado de ánimo, pero inesperadamente me quedé dormido.
Cuando desperté, ya era de noche. Ya no se necesitaba el telescopio para distinguir
el contorno de la isla flotante, ya que ahora se podía ver fácilmente dentro de la
luz fantasmal que se irradiaba en la bruma nocturna del mar. En comparación con
el día, lucía más misteriosa y extraña, lo que, en consecuencia, le dio escalofríos a
mi corazón. En este momento, la temperatura de la brisa marina también bajó,
poniéndome los pelos de punta.
Levanté inconscientemente la cabeza para mirar al cielo y vi que las nubes de arriba
estaban bastante bajas. Temía que otra tormenta llegara, por lo que me levanté
de inmediato y bajé las escaleras de la torre de observación.
Durante los siguientes dos o tres días, todos estuvieron inmersos en el nerviosismo
y la emoción de llegar a la isla de los sirenios. Rhine parecía como si quisiera
reconciliarse conmigo, y no mencionó nada sobre el incidente. Mi vida, una vez
más, volvió a su estado de paz, aunque estaba plenamente consciente de que iba
a ser de corta duración.
Nuestro barco había sufrido bastante daño cuando nos encontramos con ese
monstruo pez, provocando que navegara demasiado lento. Los marineros tuvieron
que reparar el barco con prisa cuando se encontrara de día, ello permitiéndome
tomar un leve respiro. También aprendí algunas habilidades de defensa personal
de Rhine y obtuve con éxito una daga militar afilada junto con una pistola diestra,
por supuesto, ocultándosela a Sakarol. Obtenerla se debió claramente a los motivos
egoístas de Rhine; probablemente esperaba que pudiera usar esto para alejar a
Agares si de repente apareciera.
Solo que, no sé por qué, pero Agares parecía haber desaparecido desde ese día.
Después de que la punta de mi bolígrafo escupiera la última oración en mi diario
de travesía, mi corazón de repente saltó como loco, como si ese nombre se hubiera
convertido en un tabú inviolable. Mi mente no pudo evitar evocar ese par de pupilas
serenas y brillantes, acompañadas de su voz baja que merodeaba cerca de mis
oídos. Incluso pude sentir su aliento húmedo sobrevolando mi cuello, como si
intentara abrirse camino a mi clavícula.
Mis dedos temblaron, y la punta de mi bolígrafo dibujó un largo trazo, manchando
así una gran zona de mi papel.
Meneé el bolígrafo a un lado con un simple movimiento de mi mano. Luego abracé
mi cabeza y la golpeé sobre la mesa un par de veces.
No pienses en esa bestia. ¡No pienses en ella, Desharow!
Me lancé sobre la cama, envolviendo todo mi cuerpo con una manta y hasta que
incluso mi cabeza quedó cubierta. Sin embargo, todavía sentía que había un par de
garras mojadas y goteantes en mi espalda, deslizándose por el arco de mi columna
mientras una boca suave y fría lamía y besaba mi pecho.
Cerré los ojos y sentí que la temperatura de mi cuerpo se elevaba poco a poco. No
pude evitar que mis manos imitaran las acciones de cómo Agares había jugado
antes con mi cuerpo. Estaba extremadamente avergonzado de admitirlo, pero tras
la desaparición de Agares, tanto mi mente como mi cuerpo lo deseaban, al igual
que una adicción a las drogas. ¡No podía negar que no padecía el síndrome de
Estocolmo! Esto me hizo esperar aún más que no volviera a aparecer, de lo
contrario, tenía miedo de que tomaría la iniciativa de abrir las piernas para él,
permitiendo que me poseyera como uno lo haría con una mujer, invadiéndome
feroz, pero gentilmente.
¡Maldita sea esta bestia! ¡Me había destruido por completo! ¡Me dejó incapaz de
siquiera perseguir a una mujer normal, haciéndome sufrir de cabo a rabo!
Mordí tenazmente la manta y me acurruqué en un bollo mientras mis manos se
movían cada vez más entre mis piernas.
Una noche, una semana después, nuestro barco finalmente se acercó a la
misteriosa isla flotante de sirenios. Sin embargo, después de que todos corriéramos
hacia la cubierta para vitorear, nos enfrentamos a una situación nefasta.
A través del tenue resplandor presuntuoso, vi que la costa que rodeaba la isla de
los sirenios estaba llena de escollos de arrecifes con forma grotesca, los cuales eran
tan afilados como cuchillos, o probablemente, semejantes a los dientes de un
monstruo. Si una persona fuera lo suficientemente valiente como para poner un
pie allí, se haría trizas. Pude imaginarme que, si nuestro barco viajara hasta allá,
se convertiría en un montón de cobre roto y hierro desguazado.
Según el sentido común, deberíamos haber esperado el alba antes de entrar a la
isla, pero desafortunadamente, el entorno de esta isla no le dio al sol ninguna
oportunidad de brillar. Durante los últimos días de camino a la isla, los alrededores
siempre habían estado cubiertos densamente por nubes oscuras y sombrías. Era
como un monstruo descomunal que dormía en la noche. Cuando estábamos todos
al borde de la locura, un marinero que sostenía un par de binoculares de repente
gritó: —Oigan, oigan, vengan a ver. ¡Allá hay una entrada natural, podemos entrar
por ahí!
Lo seguí y giré la cabeza. Efectivamente, en la distancia vi una entrada vagamente
discernible y similar a un canal, o quizás era más adecuado llamarla una cueva de
acantilado, expuesta en la superficie del agua. Pero la cuestión era que no sabíamos
qué tan profunda era la cueva. A pesar de que no había arrecifes rocosos en sus
alrededores, era imposible confirmar si había algún arrecife peligroso debajo del
agua. Así que, no había forma de que usáramos precipitadamente un bote
salvavidas para nadar allí en primer lugar.
Nos dirigimos lentamente hacia la entrada del canal. Fuimos lo suficientemente
afortunados de que el barco no chocara con ninguno de los escollos de arrecifes en
el camino. Aunque la entrada del canal era lo suficientemente grande como para
encajar la masa voluminosa del barco, todavía había muchas rocas extrañas y
escarpadas en la sección superior de la pared de piedra, como los dientes de un
perro. Si condujéramos el barco más adentro, no solo dañaría la torre de
observación, sino que también haría que el barco no pudiera darse la vuelta.
Podríamos entrar, pero no necesariamente podríamos salir.
Con auténtica desesperación, tuvimos que bajar los botes salvavidas al agua y
entrar en tres grupos. Sin embargo, no sabía cuál era la intención, pero bajo el
mando de Sakarol, los falsos piratas que estaban encerrados en la sentina también
fueron sacados y puestos en los botes salvavidas compartidos por Rhine y yo.
Los motores se ajustaron a la velocidad más baja posible a medida que
ingresábamos poco a poco al interior del canal. La brisa era helada y sombría
cuando nos atacó de frente, y la frescura y frialdad de ella se filtraron en mi médula
ósea, escarbando implacablemente su camino a mis poros, por lo que no pude
evitar envolver el grueso chaleco salvavidas más cerca de mi cuerpo. La lámpara
de gas iluminaba la superficie del agua oscura, donde se reflejaban muchas capas
de olas azules límpidas, centelleantes y cristalinas, exponiendo claramente el sutil
miedo en los rostros de todos.
Cuanto más profundo viajábamos, más sentía que la estructura de este canal era
como la del esqueleto interior de un enorme pez. La atmósfera exánime lo hacía
parecer como si estuviera encubriendo la presencia de espíritus malignos. Sin
embargo, sabía que no había espíritus malignos reales aquí, pues había incontables
sirenas que eran mucho más terribles que los presuntos espíritus fantasmales.
Pueden estar escondidas dentro de las cuevas oscuras junto a las rocas, donde la
pared se encontraba con el agua, espiándonos silenciosamente.
Una escalofriante sensación de horror se arrastró por mi espalda y hasta mis
nervios. Sujeté la pistola en mi cintura con recelo, siempre confundiendo los
microorganismos que titilaban en la oscuridad con los ojos de una sirena.
Esperaba que esos sirenios no hubieran descubierto que invitados no bienvenidos
se habían colado, y deseaba poder cruzar este canal y ascender a la costa sin
ningún obstáculo, porque, al menos en tierra, estábamos relativamente más
seguros.
—Oiga, señorita Sakarol. ¿Realmente existe un tesoro de sirenios escondido aquí
como lo había mencionado su padre, diamantes en todas partes y montañas de
oro?
—Sí, sí. Por como se ve... esto es como la isla de un hombre muerto. ¿De verdad
hay otros sirenios alrededor? Hasta ahora, solo nos hemos topado con el de cola
negra.
—¿Acaso de alguna manera llegamos al lugar equivocado, señorita Sakarol?
Después de que un marinero hiciera la primera pregunta, algunos otros
contribuyeron, haciendo una alegre conversación sobre el tema.
—De eso, por supuesto, ustedes no necesitan preocuparse. El dinero que se
meterán al bolsillo tras este esfuerzo ni siquiera se terminará en toda su vida. —
Una voz femenina determinada, pero fría, puso término a esta conversación. No
pude evitar contemplar a Sakarol con confusión y ojos abiertos de par en par. Mi
corazón se sintió inquieto, ¿no era este un proyecto de sirenios emitido por el
gobierno? ¿Desde cuándo tenía algo que ver con un tesoro?
Reflejada en el agua, la cara de Sakarol estaba inusualmente tranquila, y como si
hubiera sentido mi mirada, lanzó una leve ojeada hacia mí. Sus ojos estaban llenos
de advertencias y cálculos, como si me estuviera diciendo que mi información
perjudicial estaba en la palma de sus manos, así que no debería hablar.
Humillado, apreté los dientes y volteé la cabeza hacia atrás para mirar a Rhine.
Empero, simplemente hizo un gesto con la mano diciéndome que me quedara
callado.
¿Cuál es el significado detrás de eso?
Obligándome a emprender este viaje, pero ni siquiera me dicen el verdadero
objetivo detrás de él. ¿Cómo no era lo mismo que tratarme como un cordero de
sacrificio? Cuando llegue el momento, ni siquiera sabré cómo o por qué morí.
Esos marineros parecían más lamentables que yo. Pensaban que esto era
simplemente un grupo de búsqueda para un tesoro.
En serio...
Ahora tenía un arma en mi poder. Yo, al menos, tenía a Rhine de pie a mi lado. Si
no, no me habría dado esta arma en secreto.
Justo cuando pensaba en esto, mis ojos se entornaron sobre una ola bajo el agua
detrás de Rhine y donde era diferente de las olas de agua provenientes del bote.
Entonces, instantáneamente, un objeto en forma de arco pasó.
—¡Hay un sirenio aquí!
Un marinero que estaba a mi lado gritó en voz alta, e inmediatamente le cubrí la
boca. En voz baja, le dije: —¡Tonto! Si gritas demasiado fuerte, atraerás aún más.
¡Son extremadamente sensibles a las ondas sonoras!
Dicho esto, mis ojos recorrieron la superficie del agua, preguntándome en mi
corazón si Agares nos había seguido. En el instante en que apareció este
pensamiento, mi corazón comenzó a latir como un tambor y, esta vez, sonaba aún
más alarmado que la primera vez que vi a esa bestia. Pero, además del pánico,
sentí una previsión y emoción indescriptibles. Inesperadamente, deseaba que la
cara siniestra y sonriente se eyectara del agua en ese mismo momento.
Dos emociones en conflicto luchaban en mi pecho, haciendo que mi cuerpo se
pusiera rígido. Contuve la respiración, y con los ojos abiertos en demasía, escaneé
el área junto al bote y donde habían aparecido las olas peculiares.
Sin embargo, después de otro sonido de chapoteo proveniente del interior del agua,
apareció una cabeza con una desconocida cara pálida, seguida de dos, luego tres,
luego cuatro y luego cinco...
De ambos lados dentro de la oscura cueva, surgieron innumerables rostros de
sirenios. Sus pálidos brazos se estiraban desde las oscuras profundidades del agua.
Sus garras mojadas y palmeadas extendidas hacia nosotros, y sus ojos levemente
brillantes llenos de anhelo y sed. Eran como zombis arrastrándose desde las
puertas del infierno. A pesar de que sus caras parecían jóvenes, esta situación
seguía siendo tan aterradora como ser arrojado a una cámara de frío.
Poco a poco se reunieron, ¡y entonces pude ver al tritón pelirrojo que una vez me
atacó!
Estaba rodeado de oleadas de sirenios que se abarrotaban a nuestro alrededor. Su
torso estaba elevado sobre el agua mientras su par de ojos hechizantes me
observaban inquebrantablemente, como si me fueran a devorar.
Rhine me agarró del brazo, jalándome hacia atrás. Sujeté el arma en mi cintura y
observé atentamente las circunstancias de los alrededores. Aunque, para ser
honesto, luchar contra animales salvajes con balas reales estaba absolutamente en
contra de mi principio personal. Pero, también era una acción inevitable e
impotente, pues la seguridad de mi vida también estaba siendo amenazada.
Sakarol sacó una lanza que llevaba a la espalda y reveló los sentidos perceptivos
de la actitud de una oficial militar. Con un movimiento de su brazo, llamó al hombre
armado en el bote salvavidas que mantenía cautivos a los piratas falsos.
—¡Deprisa, arrójenlos!
¿Qué? Me quedé atónito al ver a todos esos hombres armados uniendo fuerzas
entre sí para arrojar a esos desmayados piratas del bote sin la menor vacilación.
Uno por uno, llevaron a los piratas sobre sus hombros y los lanzaron al agua cuales
sacos de arena antes de alejarse corriendo. En un instante, una multitud de sirenas
se lanzó velozmente tras esos piratas falsos que habían sido arrojados por la borda.
No podía ver lo que sucedía bajo el agua, pero no quería simpatizar con los
enemigos que intentaron asesinarnos. Sin embargo, una vez que pensé en lo que
podría ocurrirles, no pude evitar estremecerme de pies a cabeza. Cuando pensé en
cuán desalmada era Sakarol, esto hizo que mi sangre se enfriara aún más... Solo
piensa, imagina que utilizan este despiadado método conmigo... ¿Qué me haría
Sakarol cuando ya no tuviera ningún valor? ¡Esto no es más que la misma
estrategia!
Tragué saliva y agarré el costado del bote salvavidas. Los sirenios hacían olas
mientras competían por esos desafortunados hombres en el agua, pero todavía
había otra oleada de colas detrás de nosotros. Estas eran guiadas por nada menos
que el tritón pelirrojo, quien era tan rápido como un cohete espacial. En un abrir y
cerrar de ojos, llegó a poca distancia de nosotros.
Sakarol pensó en voz alta, —¿Por qué está pasando esto?
Sentí que Rhine apretaba su agarre en mi brazo, pero percibí aún más los ojos de
Sakarol en mi cuerpo, haciéndome sentir que tenía espinas en la espalda.
Le eché un vistazo a Rhine, quien miraba directamente a Sakarol con la cara pálida
y cejas firmemente cosidas.
—Es él... —Tan pronto como la voz de Sakarol se volvió queda, mi nuca se
entumeció.
—Rhine, solo hazlo. Desharow no debería quedarse a bordo más tiempo.
Sentí que mis nervios explotaron, y mi cuerpo respondió más rápido que mi
cerebro. Levanté el arma enseguida, sosteniéndola con ambas manos, y apunté a
todos a mi alrededor. Con los dientes apretados, exprimí: —¡¿Quién se atreve a
moverse?!
Fulminé con la mirada a Sakarol mientras rugía ferozmente, —No me bajaré de
este bote. ¿Desde cuándo comandas la vida y la muerte de las personas? ¿Bajar?
¡Qué tal si tú misma bajas, mujer vil!
Sakarol juntó las cejas y frunció el ceño. Sus ojos destellaron y simplemente dijo:
—Para lograr nuestro objetivo, siempre hay un precio a pagar. Pero, simplemente
tuviste la mala suerte de ser elegido como carnada.
Después de mirar a su alrededor, continuó: —¿Por qué no van a por ello? Solo
piensen en el tesoro. ¿Quieren morir aquí antes de siquiera tener la oportunidad de
ver una sola pizca de él?
Los marineros a bordo dudaron y se miraron con consternación antes de darse la
vuelta para mirarme fijamente. Estas personas que alguna vez fueron mis
compañeros día y noche, mostraban en sus rostros expresiones complejas y
entrelazadas con dolor, miedo, avaricia y deseo, todo presentando una apariencia
fea.
Mi muñeca tiritaba; se suponía que el arma que sostenía en mis manos me
protegería, pero aun así sentía que mi hueso estallaba con escalofríos. —Oigan
chicos, no la escuchen. ¡Esta mujer les hará lo mismo algún día!
Nadie me contestó, lo único que respondió fue el agujero negro de un cañón. Frente
a tal potencia de fuego, no tenía libertad para contraatacar. Antes de ser arrojado
al agua, probablemente me dispararían hasta que quedara lleno de hoyos.
Reculé un paso, pero choqué con Rhine mientras capturaba firmemente mi brazo.
Sakarol gritó en voz alta: —Rhine, ¿por qué vacilas? ¿Te atreves a ir contra una
orden? Ten en cuenta que las emociones tienen prohibido obstaculizar nuestras
acciones. ¡Esa ha sido la regla establecida desde el primer día! ¡¿Aun así no vas a
hacerlo?!
Volteé la cabeza mecánicamente y vi que había una vena sobresaliendo de la frente
de Rhine. Me miró con una tez oscura en tanto los músculos de su brazo temblaban.
"Desharow, perdón". Lucía como si me estuviera diciendo esto, pero no escuché
nada. Solo sentí que jalaban mi cuerpo hacia atrás, toda mi persona cayéndose del
bote. Inconscientemente agité mis brazos y, de casualidad, agarré el extremo del
bote con todas mis fuerzas. La mitad de mi cuerpo terminó cayendo al agua, ahora
arrastrado por el bote.
La energía del agua era tan grande que sentí que las articulaciones de mis dedos
se iban a romper, todo volviéndose blanco azulado. Mis ojos se enrojecieron por la
fuerza, y mi mente se estaba desvaneciendo junto con el retumbo del motor sobre
mí. Traté de reunir suficiente fuerza para obtener un vistazo final de los rostros que
querían arrojarme a mi muerte.
Sin embargo, no pude levantar la vista a tiempo para verlos, pues sentí que una
fuerza jalaba vigorosamente de mi pierna, haciendo que mi cabeza se sumergiera
por completo en el agua salada. Escuché el devastador grito de Rhine, su voz llena
de remordimiento y renuencia, —¡Desharow, Desharow!
Es una lástima que, incluso frente a la muerte, no tuviera lugar para odiarlo. La
voz de Rhine desapareció con la luz mientras sentía un par de garras palmeadas
arrastrándome a una oscura e indistinta cueva, donde numerosos pares de ojos
brillantes aparecían uno tras otro en el agua.
El miedo y la desesperación penetraron profundamente mis huesos, ahogándome
junto con los tragos de agua que venían de todas direcciones.
Agares... Agares...
En un momento de pánico extremo e impotencia, llamé desesperadamente su
nombre desde el fondo de mi corazón.
Sin embargo, en el siguiente momento, sea mi imaginación o no, proveniente de
las lejanías, escuché de repente un sonido profundo cual siseo, [un sonido] como
el de un violonchelo siendo tocado.
Capítulo 40

¡Agares!
El ruido que resonó desde la distancia sonó confuso en el agua marina, pero en mi
mente agitada, fue como una explosión. Esto inmediatamente me hizo forcejear,
pateando los brazos que estaban tratando de agarrar mis tobillos. Moví mis manos
para separar el agua y no escatimé esfuerzos para nadar hacia arriba.
Tan pronto como atravesé la superficie, jadeé en busca de aire antes de sostener
mi garganta, tosiendo violentamente por un minuto antes de apartar sin cuidado
el cabello mojado pegado a mi cara. Noté un destello de luz por encima de mi
cabeza, donde el extremo abrió un punto moteado en la superficie del agua,
revelando vagamente los numerosos ojos codiciosos ocultos dentro de la sombra
del agua.
Asustado, chapoteé frenéticamente en el agua y me apoyé contra una pared de
roca detrás de mí, sin siquiera atreverme a soltar un suspiro. Sin embargo, parecía
que esos sirenios también tenían miedo de algo, ya que no me rodearon de
inmediato, sino que hicieron duraderos ruidos de deglución y hambre. Pronto, se
retiraron uno tras otro hacia la oscura entrada de la cueva a donde yo fui
originalmente arrastrado, y como súbditos devotos, inclinaron la cabeza como si
estuvieran saludando a un soberano que llegaba.
La voz baja y ronca de Agares se acercaba poco a poco, y mi corazón se volvía
cada vez más violento, como si hubiera sido impactado por una gran ola. Palpé
alrededor de la pared de roca y comencé a subir. Los sirenios no notaron mis
movimientos, ya que toda su atención fue capturada por el ruido que emitía Agares.
Sin embargo, justo cuando la voz de Agares flotaba gradualmente más cerca de la
entrada de la cueva, sentí que mi tobillo había sido apretado de repente. Cuando
bajé la mirada, una sombra roja oscura atravesó mi visión, pero antes de que
pudiera gritar de miedo, todo mi cuerpo se arrastró de vuelta al agua. Una vez
debajo, un brazo fuerte y flexible se envolvió fuertemente alrededor de mi cintura
como una tela de araña, atando mi cuerpo. Entonces, me sacó del agua.
Fui tomado por sorpresa debido al cambio inesperado, por lo tanto, tomé una gran
bocanada de aire. Mis nervios temblaban como si hubieran sido severamente
jalados y luego aflojados otra vez. Mis ojos recorrieron mi cintura y vieron una
mano empapada y pálida. Sabía que el tipo que me había capturado en el aire no
era otro que este tritón pelirrojo y demoníaco.
Me di cuenta repentinamente de que una parte de los sirenios no había huido de
Agares, sino que giraban en torno al tritón pelirrojo, y como una miríada de
estrellas que rodea la luna, se apiñaban a su alrededor. La cantidad de sirenas
coincidía equitativamente con las otras que se reunieron para saludar a Agares en
la entrada de la cueva oscura.
Me encontré con la repentina ocurrencia de que posiblemente había sido atado en
el centro de una contienda entre los líderes de estos dos grupos de bestias. Este
tritón pelirrojo estaba, quizás, compitiendo por mí no porque estaba interesado [en
mí], sino porque, de algún modo, descubrió que yo era el "trofeo capturado" de
Agares y quiso apoderarse de mí a fin de desafiar a Agares por su posición y
autoridad.
—¡Mierda! ¡Suéltame! —En el forcejeo, no escatimé esfuerzos en usar ambas
manos para separar los brazos que estaban fuertemente atados alrededor de mi
cintura. Sin embargo, los brazos del tritón eran como pinzas de acero, firmes y
sólidos; sus uñas afiladas atravesaron mi ropa para evitar que me resistiera,
rasgando mi piel y carne. Solo pude imaginar que, si hubiera forcejeado más, lo
que podría haberse rasgado a continuación sería mi abdomen.
¡Qué detestable! Apreté los dientes, pero el dolor agudo me dejó sin otra opción
que rendirme temporalmente ante la fuerza del tritón pelirrojo. Justo cuando
abandoné el forcejeo, sus afiladas garras avanzaron, cortaron mi ropa y corrieron
por mi estómago hacia el dobladillo de mi pantalón.
—¡No! —Me puse pálido de horror y grité. Intenté detener la garra malvada que
apuntaba a mi entrepierna, pero de repente, sentí un dolor agudo irradiando de mi
cintura. La sangre me recorrió el estómago, creando hilos rojo escarlata. Escuché
una serie de maldiciones siendo murmuradas, pero no pude comprender lo que se
decía.
Pude distinguirlo como una señal de advertencia. Este tritón no estaba en lo más
mínimo preocupado por mi vida. Sin duda, apuesto a que, si la paciencia de este
tritón se agotara, me abriría el pecho hasta el estómago para que Agares lo viera.
Justo en este momento, la parte de la cola del tritón pelirrojo que estaba expuesta
en la superficie del agua tenía un tajo espantosamente horrible. Una gran parte de
las escamas había desaparecido sin dejar rastro, revelando la gruesa carne blanca
debajo de ellas.
Era obvio que había adquirido esta herida durante la intensa confrontación que tuvo
con Agares, y quería venganza. Me consideraba la herramienta para derrotar a
Agares.
Apreté los dientes mientras mis mandíbulas temblaban de miedo y humillación. Al
estar bajo la amenaza de daño, solo podía mirar impotente mientras el tritón
pelirrojo me rasgaba los pantalones y dejaba que sus manos palmeadas
deambularan lujuriosamente por mi muslo. Este tipo de escena insoportable pronto
se presentaría ante Agares. En este momento, pude ver un gran chorro de agua
arremetiendo desde la entrada de la cueva oscura, y en un segundo, una larga
silueta emergió de las sombras.
Contemplé con horror. Era como si mi vergüenza y mi miedo se hubieran
transformado en agua de mar y estuvieran presionando mis vías respiratorias,
creando un ritmo errático y desordenado cuando jadeaba en busca de aire.
No podía imaginar cómo respondería Agares a este asunto, porque hasta donde yo
sé, dentro de las razas de estas bestias, la posición de un líder sería mucho más
importante y más alta en comparación con su cónyuge o trofeo. Los sirenios no
poseían el mismo concepto de amor que los humanos, porque al final, siguen siendo
bestias. Cuando había una amenaza para su posición, ¿cómo Agares podría estar
preocupado por mi seguridad? Suponiendo que yo muriera, simplemente se iría a
buscar otro cónyuge que se adaptara a su gusto.
Seguí dándole vueltas este asunto, y cuando el cuerpo de Agares emergió del agua,
quedé muy estupefacto...
Su torso estaba cubierto de heridas punzantes tanto grandes como pequeñas. A
pesar de que había una capa de membrana blanca que se había solidificado y las
había cubierto, aún podías notar qué tan profundas eran. Era evidente que fueron
causadas por las garras de un sirenio. Esta puede haber sido la razón por la que no
ha aparecido en los últimos días. Estaba matando, defendiéndose para conservar
su posición, o tal vez para apoderarse de la posición, o tal vez para competir.
Agares se erguía alto en el agua, elevándose por encima, mirándonos, mas quedó
obstaculizado a pocos metros de distancia por los devotos seguidores del tritón
pelirrojo. Primero, fijó su mirada en mi rostro, luego se detuvo en donde estaba
jugando la garra del tritón pelirrojo. Entornó los ojos. No había un solo destello de
luz en sus ojos, solo el color negro de un agujero oscuro y sin fondo. Su expresión
cambió hasta el punto de que era helada y despiadada, como si se hubiera
convertido en un escorpión altamente tóxico.
Respiré hondo, sintiéndome frío solo por su mirada asesina. El estado de sus
emociones violentas entre ahora y cuando estuvo luchando contra esos piratas era
diferente cual noche y día. Era tan diferente que incluso dudé si era la misma bestia
con la que traté. Como si en estos pocos días hubiera renacido como un segador
de almas, una máquina de matar sin emociones.
¿Corrió para ayudarme o de casualidad vino a este lugar para luchar por su posición
de liderazgo?
Pensé para mí mismo, sintiendo vacilación y pánico, pues no quería esperar ni creer
que Agares se preocupara más por mi existencia que por su posición. Pero, cuando
las manos palmeadas del tritón pelirrojo me apretaron fuertemente la garganta y
mis orejas fueron lamidas con una lengua húmeda y flexible, escupí de inmediato
algunas palabras roncas. —¡Agar... es!
La mano del tritón pelirrojo de repente se puso rígida, pero luego emitió unas
cuantas y escalofriantes risillas. Dobló su cola para abrir mis piernas y arrastró la
última sílaba con su tono despectivamente burlón, —Agares...
Solo entonces me di cuenta de que había cometido un gigantesco error; había
olvidado el significado detrás de esa frase en particular. Decir esa frase en este
momento podría considerarse como "cortejo" ante los sirenios. ¡Mierda!
Su lengua comenzó a escurrirse más lujuriosamente por mi cuello, y su mano
palmeada abajo comenzó a recorrer el largo de mi entrepierna. Mi mente sentía
que se partiría de ira y humillación. Forcejeé histéricamente, sin importarme qué
tan profundo se clavara la garra en mi cintura, usando una de mis manos para
agarrar la transgresora mano palmeada en mis pantalones mientras usaba la otra
para buscar a tientas la daga militar que no fue útil antes, pero
desafortunadamente, ¡estaba dentro de mis botas!
De repente, una gran ola de agua estalló justo frente a mí, levantando a Agares–
que estaba dentro de ella–a unos pocos metros de altura. Su larga y gruesa cola,
como un látigo fatal, azotó ferozmente a varios sirenios en el frente que se estaban
preparando para lanzar un ataque. En un abrir y cerrar de ojos, esta acción le
permitió atravesar fácilmente el envolvimiento de los sirenios.
La mirada de Agares aterrizó en mi cuello fuertemente agarrado y rápidamente se
deslizó hacia mi cintura gravemente mutilaba y ensangrentada. Al ver esto, sus
dientes rechinaron, transformando su mandíbula en la hoja de un cuchillo afilado.
Las manos palmeadas de Agares que estaban suspendidas en el aire, se apretaron
en puños hasta el punto de que incluso pude escuchar el sonido de los huesos
crujiendo. Sus pálidos dedos se desbordaron de sangre azul, y con goteo tras goteo,
esta cayó al agua. Aunque el sonido era suave, en este momento parecía que era
un incomparable ritmo.
Miré su expresión con ojos confusos y conflictivos. La esperanza se levantó en mi
corazón. Pero entonces, esta esperanza me hizo sentir como si mi corazón hubiera
sido destrozado, y ello fue realmente difícil de soportar. Además de sentir culpa,
había un sentimiento indescriptible que me mordisqueaba los nervios, haciéndome
querer volverme loco. Traté de engañarme a mí mismo diciendo que era la virtud
de biólogo que me perseguía, pero sabía que no era así.
En tanto apretaba mis manos en un puño, Agares de repente expuso sus afilados
colmillos. Sus ojos fueron como un coxis siendo hundido en agua envenenada
cuando miró fijamente detrás de mí. Luego emitió una frase que no pude entender.
—Fa arensai miya...
Ese era probablemente el lenguaje de los sirenios. De inmediato, el tritón pelirrojo
hizo sonar una respuesta. Se inclinó más cerca de mi oído y dejó escapar un
escalofriante desprecio antes de escupir una serie de palabras. En el momento
siguiente, los sirenios derrotados hicieron otro regreso mientras se atiborraban
alrededor de Agares para reprimir los movimientos de su cola. Varias manos
palmeadas arañaron y rasgaron sus escamas, y uno tras otro, como una entidad
unificada, clavaron las uñas profundamente en las heridas de la cola-arma negra
en un intento de arrancar su epidermis.
—¡Agares!
Hice un grito estrangulado desde mi garganta apretada. Vi que los músculos del
brazo de Agares se contrajeron debido al dolor y, sin embargo, su torso ni siquiera
se encogió, pareciéndose a una estatua de metal. No puedo imaginar lo doloroso
que sería que te arranquen violentamente las escamas, pero sentí esas garras
arrancado mi propio corazón. Este dolor tormentoso proveniente de mi pecho había
superado el dolor de mi cintura al ser perforada.
Esta aflicción y angustia me hicieron encorvarme de aventón y dejar que la afilada
garra se enterrara más profundamente en mi carne. Usando este momento, saqué
la daga en mis botas y la balanceé firmemente detrás de mí.
Un fuerte rugido emitido junto a mi oído, y mi cuerpo fue bruscamente liberado,
cayendo al agua. En esa fracción de segundo, una gran explosión de olas golpeó
directamente todo mi cuerpo, azotándolo contra la pared de roca detrás de mí.
A través de mi visión borrosa por el agua, vi que la cola de Agares se había
levantado de la superficie del agua y se había convertido en un violento rayo negro,
liberándose de esas garras que la aprisionaban y apartando ferozmente a los que
iban a atacarlo de vuelta al agua.
El tritón pelirrojo cuyas costillas izquierdas habían sido heridas por mí no estaba
dispuesto a ser superado y atacó a Agares desde atrás, pero fue cortado por la
aleta caudal con forma de oz de Agares. Inmediatamente, un gran pedazo de las
escamas del enemigo se desprendió, y este dejó escapar un chillido espeluznante
antes de volver a retirarse a las sombras en la esquina del agua oscura, pero un
par de ojos seguían mirando fijamente a Agares.
Ahora sabía que este tritón ya no era oponente para Agares, o tal vez debería decir
que nunca lo había sido.
Me sostuve la cintura y me escondí entre las sombras, mirando a la silueta oscura
bajo la luz moteada. La fuerza de Agares era inimaginable. Qué clase de tritón
embelesé. ¡El tritón con el que me encontré era el jefe de la población!
Santo cielo Desharow, ¿tu suerte es buena o mala?
Capítulo 41

—Desharow... ven...
Justo cuando miré la cara lateral de Agares, sintiendo como si mis ojos estuvieran
sobre él, giró su rostro hacia mí y extendió una mano palmeada, doblando su dedo
en mi dirección.
Me apoyé contra la pared, sintiéndome pasmado, luego vi un destello de luz roja
aparecer debajo del agua oscura. El tritón oponente, que no admitiría la derrota
incluso ante la muerte, había sido provocado y terminó arremetiendo
agresivamente hacia Agares con una ola enrollada que había conjurado dentro de
ese segundo. Sus seguidores, que yacían derrotados en la parte de atrás, de
repente volvieron a saltar a la acción y lucharon contra los seguidores de Agares.
El sonido de los gritos espeluznantes y chirriantes resonaba por toda la cueva
oscura, y era lo suficientemente escalofriante como para hacer que cualquiera que
escuchara se alarmara de miedo.
Maldije. Cuando los sirenios luchaban entre ellos, era una vista mucho más
grotesca en comparación con cuando cualquier otra población de animales salvajes
y feroces se mataba entre sí. Si uno echara un vistazo a una foca, o quizás a un
león, no los vería como humanos, y especialmente ahora, desgarrándose los
cuerpos en pedazos. Se arrancaron los brazos y se volaron las cabezas del cuello
mientras aún estaban vivos. En poco tiempo, las extremidades rotas se habían
dispersado en el agua y algunas incluso flotaban debajo de mis ojos. Al instante, el
aire fue impregnado de un fuerte olor a sangre.
Me pegué a la pared, cubriéndome la boca con mi mano fría y temblorosa, sintiendo
como si estuviera a punto de vomitar. De repente sentí que me habían transportado
a la película de terror "La casa de cera" o que había regresado a esa época en la
que escribía informes de pasantías en la morgue del hospital.
Quedé totalmente abrumado tras presenciar una escena extremadamente horrible.
No pude evitar desear que hubiera otra salida para poder escapar de este lugar
caótico.
En el momento siguiente, de repente escuché una voz arriba mí. —¡Desharow,
Desharow! ¡Date prisa y sube!
¡Sonaba como la voz de Davis! Creí por completo que se trataba de una alucinación,
pero cuando levanté la mirada, de inmediato vi una cuerda colgando sobre mi
cabeza. Efectivamente, dentro de la luz brillante, vi un par de siluetas borrosas.
¡Dios mío! Me limpié el agua de la cara y agarré la cuerda. Ignorando el dolor que
fluía por mi cintura, la até alrededor de mi cuerpo y entonces fui arrastrado hacia
arriba por una fuerza proveniente del otro extremo.
Fui rápidamente separado del agua unos metros hacia arriba. Sin embargo, tanto
mis oídos como mi atención todavía estaban firmemente pegados al cuerpo de
Agares, por lo que tuve la dificultad de resistir el impulso de girarme y mirarlo. A
pesar de que ya sabía que Agares tenía la ventaja, como un ser humano, si me
quedaba en la guarida de los sirenios, entonces ello habría causado indudablemente
un problema mayor. Por eso no podía seguir confiando en que Agares me
protegiera. Cuanto más rápido me fuera, mejor sería.
Una vez que salí de la cueva, varias manos llegaron a sostenerme. Levanté la
cabeza y quedé impactado al ver caras que reconocía completamente, pues eran
las caras de mis compañeros de clase. Además de Davis, estaban Lafarre y Eva–
mis dos compañeros de último año–junto con una tripulación de hombres armados
de aspecto fuerte que parecían mercenarios.
La emoción de ver inesperadamente a mis amigos durante un momento de crisis
me hizo sentir emocional, por lo que mi nariz se irritó. Con ellos a mi lado, no tenía
que preocuparme de ser abandonado como lo hicieron Rhine y los demás. Resistí
el impulso de querer abrazarlos y llorar amargamente en su abrazo, y en lugar de
eso, simplemente susurré: —Hola chicos, apurémonos y abandonemos este lugar.
¡Es demasiado peligroso aquí!
—Hola, hermano. Por cómo se ve, ¡tus heridas son bastante serias! —Lafarre
arrugó las cejas, observó mi cintura y le hizo gestos a los hombres armados para
que me levantaran.
Lafarre era un biólogo selvático, por lo que poseía un amplio conocimiento de
supervivencia dentro de un entorno desconocido alejado de la civilización. Bajo su
liderato, en un corto periodo de tiempo, al final evacuamos la parte superior de la
cueva y desembarcamos en la selva cercana a un lago de agua dulce. A fin de
evadir ataques de animales salvajes durante la noche, tropas de la tripulación de
hombres armados escalaron unos cuantos árboles y construyeron una zona de
descanso simple.
Cuando cayó la noche, hicimos una fogata y dividimos la comida entre todos
nosotros. Durante la conversación con otras personas a la hora de la cena, me
enteré que el equipo de Davis había pisado la isla antes que mi equipo y el de
Rhine. Es más, descubrí que Davis había recibido inicialmente la invitación de
Sakarol para participar en el proyecto de investigación de sirenios y se suponía que
debía ir a la isla junto con ellos. Sin embargo, ese día en el laboratorio de aguas
profundas, se desmayó de repente, y una vez que se despertó, el equipo médico
del hospital lo puso bajo arresto domiciliario. Más tarde se dio cuenta de los signos
de la conspiración e informó a Lafarre antes de escapar.
Quizás, debido a que nuestro barco se había encontrado con los piratas, por eso
estaban un paso adelante.
—¿Por qué Sakarol no te permitió participar en el proyecto después de que te
desmayaras en el laboratorio de aguas profundas? —pregunté con recelo. Mi mente
se imaginó involuntariamente la escena de esa ocasión, desde el momento
fragmentado de mi despertar en el hospital antes de comenzar a rebobinar.
Siguiendo las llamas, detrás del cristal de los lentes de Davis, sus pupilas
confundidas seguían fluctuando, y poco a poco vi...
Vi una cola negruzca enredada con mis piernas y no pude evitar estremecerme de
pies a cabeza.
Fue fácil entender exactamente qué ocurrió durante el tiempo en que Davis se
desmayó y el segmento de recuerdos que perdí. Considerando cómo había
reaccionado Rhine anteriormente, esto me hizo reafirmar especulaciones que no
quería reconocer. Cuando entré por primera vez al laboratorio de aguas profundas,
Agares, esa bestia malvada y salvaje, probablemente ya debió haber...
—No, no, no. Davis, si no puedes recordarlo, está bien. No me siento tan bien. M-
m-me iré por un momento. —Mis nervios de repente explotaron con vergüenza.
Sintiéndome nervioso, perdí la calma y me puse de pie, tambaleándome sobre mis
pasos y queriendo escapar. Sin embargo, Lafarre me agarró del brazo y me tocó la
frente con gran preocupación, preguntando—. Oye, amigo, ¿estás bien? ¿Cómo es
que tu rostro se puso tan pálido de repente?
Negué con la cabeza con una expresión cenicienta. En mi mente, el recuerdo se
hacía cada vez más claro, haciendo que mi frente se salpicara de sudor. No me
atrevía a mirar a Davis porque tenía mucho miedo de que todavía pudiera tener
conocimiento de cuando se había desmayado. ¡Si aún lo recordara, nunca más
podría enfrentarme a mis compañeros de clase, quienes siempre habían estado
conmigo!
—No lo sé. —Davis negó solemnemente con la cabeza, soltando un suspiro
impotente antes de continuar—. Es solo una suposición, pero quizás, desde el
principio Sakarol quiso usarme, mientras que, al mismo tiempo, evitaba que
descubriera el secreto central que mantenía oculto, el cual puede haber estado
escondido aquí en la isla de los sirenios. Me robó mi mapa electrónico, sin
mencionar que mis copias de seguridad también fueron destruidas.
Afortunadamente, Lafarre pudo restaurar toda la información, de lo contrario, nos
habría tomado toda una vida siquiera llegar aquí.
Limpié el sudor venidero usando mi manga, y suspiré discretamente antes de volver
a sentarme. Hice mi mejor esfuerzo para mantener un comportamiento tranquilo
mientras les narraba detallada y sistemáticamente lo sucedido en los últimos días.
Por supuesto, excluyendo cualquier recuerdo que contuviera la aparición de Agares
y, en cambio, enfatizando mucho el asunto en el que descubrí una cabina llena de
armas de grado militar de Estados Unidos con los símbolos de la fábrica de
municiones impresos en ellas.
Después de escuchar esto, Eva, que había estado en silencio todo el tiempo, frunció
sus cejas delgadas y dijo: —Parece que nuestras suposiciones eran correctas. Este
proyecto está manejado por la milicia, sin embargo, puede no ser legítimo y
justificado.
Levantó la cabeza, sus hermosos ojos azules almacenando un fulgor complejo.
—Unos días antes, le pedí a un amigo que trabaja en la armada que investigara en
secreto información sobre esta persona, "coronel Sakarol". Hace tres meses,
Sakarol fue sorprendida espiando y fue despedida de su puesto, huyendo más
tarde. Sin embargo, este asunto se mantuvo en secreto dentro del cuartel general
del ejército, y nadie tenía ningún otro conocimiento de ello. Supongo que Rhine ha
sido su cómplice, o fue engañado.
¿Un crimen de espionaje? Se me cayó el alma a los pies cual piedra que se cae en
un pantano sin fondo, haciendo que mi pecho se sintiera sofocado y sin aliento.
Con un tono oscuro, respondí: —¡Creo que todavía existe la posibilidad de que,
detrás de escenas, haya un tercer país monopolizando las cosas, esperando de que
la Guerra Fría entre Rusia y los Estados Unidos se intensifique en una guerra de
fuego cruzado! No importa el costo, tenemos que seguir el plan de Sakarol para
ver exactamente qué está planeando.
—Sí. —Lafarre asintió con la cabeza, conviniendo, y sacó un instrumento negro.
Hizo un gesto hacia su luz verde parpadeante y dijo—. Miren aquí, ya encontré una
señal inalámbrica cerca del oeste de esta isla a unos cuatro o cinco kilómetros de
distancia. Creo que definitivamente es Sakarol y su tripulación. Partiremos mañana
por la mañana y los rastrearemos.
—Entendido. —Davis y yo respondimos al unísono. Me lanzó una sonrisa—. Si es
posible, detendremos a esta espía, la capturaremos y arrestaremos cuando
volvamos a Rusia.
—¡Por supuesto que podemos hacer esto! Somos los estudiantes más destacados
de la Academia Marítima de San Petersburgo. ¡Luchamos para defender a la armada
y luchamos para defender a Rusia!
En el fuego abrasador, manos se sostuvieron y algunos colegas no pudieron evitar
sonreírse entre sí.
Nuestra sangre parecía fluir en las venas del otro. Era una especie de sangre que
hervía, una especie de sangre rica en fuerza, y en un instante, se sintió como si
volviéramos a la época durante el final de nuestro duro entrenamiento militar,
cuando manteníamos la cabeza en alto e inflábamos nuestros pechos para caminar
juntos en los escalones de la Academia Marítima de San Petersburgo. Sentí que,
desde ahora hasta que envejeciera, nunca olvidaría este momento.
Antes de que nos diéramos cuenta, se hizo tarde en la noche, y una espesa niebla
comenzó a rodear la isla. Todo parecía estar encerrado bajo una cortina velada,
proporcionando una cobertura perfecta para peligros impredecibles. Para garantizar
la seguridad de nuestras vidas, todos subimos al área de descanso en el árbol.
Me acosté en la improvisada hamaca, sintiendo al fin que mi cuerpo se relajaba.
Después de un rato, mi corazón aún no se tranquilizaba. Es posible que la causa
no se haya debido fundamentalmente al desgaste, la medicina anestésica colocada
en mi herida cosida, recreando un dolor leve, sino probable y principalmente por el
recuerdo de los eventos de hoy en la guarida de los sirenios. Contemplaba el cielo
oscuro de arriba, pero en realidad, mis ojos volvían a vagar a cuando Agares
soportó el dolor, permaneciendo inmóvil y permitiendo que le arrancaran las
escamas cuando amenazaban con quitarme la vida.
Incluso ahora, podía recordar claramente su expresión en ese momento, haciendo
que mi corazón se sintiera como si estuviera siendo estrujado. No pude evitar
preguntarme si me había perseguido como la última vez: escondiéndose en algún
lugar en la oscuridad, espiándome, esperando la oportunidad de lanzar un ataque
sorpresa. Mi cuerpo se giró y se sentó derecho. Miré nerviosamente en todas las
direcciones hasta que mi mirada cayó sobre un lugar en el lago, donde la espesa
niebla flotaba sobre la superficie no muy lejana.
No estaba seguro de si fue producto de mi imaginación lo que dio origen a esa
alucinación, pero alcancé a ver una sombra vaga en el centro del lago.
¿Podría ser Agares...?
Mi corazón se sintió como si se disparara hasta mi garganta cuando adiviné
secretamente.
Traté de persuadirme de que lo vi erróneamente, empero, mi corazón parecía tener
una voz que me decía lo contrario. [La voz] seguía tratando de decirme que
efectivamente era él.
Por instinto, quise despertar discretamente a Lafarre–que dormía a mi lado–con
una palmadita, pero mi mano se detuvo en el aire.
Un impulso indescriptible se hizo evidente en mi corazón, haciéndome apretar el
puño. Me di cuenta de que realmente quería ir a ver a Agares, o al menos solo para
asegurarme de que no tuviera ninguna herida grave, ya que, en primer lugar, había
luchado para salvarme. Mientras pensaba en esto, me escabullí alrededor Lafarre
y robé una linterna, una daga y un rollo de gasa con alcohol. Me aferré al tronco
del árbol e intenté no hacer ruidos fuertes en tanto me deslizaba con cuidado antes
de abrirme camino lentamente hacia el lago a través de la niebla nocturna.
Encendí la linterna y, con otra mano, me aferré a la daga. Estaba en guardia
mientras vigilaba mi entorno. Mientras avanzaba, me puse en cuclillas a mitad de
camino como precaución. En el caso de que apareciera una bestia salvaje, podría
agacharme y rodar fuera de su rango de ataque, protegiendo mi frágil abdomen.
El lago rebosaba de capas de luces verde oscuro. También había pequeñas luces
parpadeantes, similares al resplandor de las luciérnagas, flotando sobre la
superficie del agua. En realidad, parecía ser una especie de colección de camarones
y plancton que podían brillar, lo que era difícil de encontrar en un lago de agua
dulce.
Miré hacia el centro del lago desde la orilla poco profunda. A través del halo
producido por el lago, vi que había una silueta en el centro, recostada sobre una
roca expuesta de la superficie del agua. Vagamente, distinguí que la forma de una
larga y gruesa cola de pez ocupaba las cercanías de la capa inferior de la roca. Con
la negrura de la cola contrastando con la capa de luz verde azulada proveniente del
agua, esto era una escena impresionante.
La figura, efectivamente, era Agares. Estaba tan inmóvil como una estatua de
piedra. Parecía estar descansando, quizás porque recibió varias heridas antes y
estaba reponiendo su energía. Tuve la repentina percatación de que, por accidente,
nuestro grupo pudo haber entrado en el dominio del líder de los sirenios, el cual
era precisamente su residencia.
Estaba convencido de que esto no era un sueño, ni tampoco producto de mi
imaginación, pero como si se lanzara un hechizo mágico, no pude evitar dar un
paso a la vez hacia el lago.
En el instante en que mi cuerpo tocó el agua, no pude evitar pensar en retroceder.
Intenté desesperadamente persuadirme a no provocar a la bestia, pero como antes,
el impulso contrario fue demasiado fuerte. Solo una mirada rápida antes de
escabullirme. La pelea que Agares tuvo que sufrir hoy en la mañana definitivamente
lo dejó extremadamente exhausto. Solo necesito ser un poco más cuidadoso...
Tragué saliva y entré en el agua, solo permitiendo que mi cabeza fuera revelada
desde la superficie mientras me acercaba lentamente a la roca. Mientras nadaba,
mi corazón se hinchó como si se estuviera ahogando. Incluso a través del agua,
aún podía escuchar los latidos de mi corazón. Badump, badump, badump.
Lentamente, al fin nadé hacia las cercanías de Agares.
No pareció notar mi aproximación. Su respiración sonaba continua y larga, y su
antiquísimo pecho de porcelana subía y bajaba con un orden rítmico. Bajo el
profundo contorno entre el puente de sus ojos, sus párpados estaban cerrados
pacíficamente, las pestañas proyectando su rostro con una sombra espesa y como
de tinta.
La tenue luz del lago brillaba sobre su húmedo cabello gris plateado y su piel pálida,
haciendo que los contornos de su músculo parecieran vigorosos, firmes y feroces,
como si contuvieran una rebeldía primitiva que podría estallar en cualquier
momento. Era como una estatua griega honorable y antigua tallada por un artista
y colocada dentro de un museo.
No pude resistir mirarlo fijamente a la cara y de repente sentir que esta bestia
malvada ya no era realmente una molestia, y que tampoco se veía aterrador
cuando dormía.
Si uno lo mirara mientras asimilaba su estética humana, aunque esta bestia tenía
una personalidad intrínsecamente malvada y despiadada, haciéndolo parecer
cualquier cosa menos bueno, en realidad era bastante guapo, o más bien, muy
guapo.
Como chico, no podía pensar en ninguna otra forma retórica y antinatural para
describirlo. Podría compararlo con un humano normal que asiste a mi escuela,
donde había una gran abundancia de chicos guapos. Definitivamente habría sido
una figura atractiva.
Aunque, desafortunadamente, no lo era.
Si lo hubiera sido... entonces, tal vez, habría comenzado a dudar de mi sexualidad.
No, Desharow. ¡¿Qué estás pensando?!
Me obligué a alejarme de su rostro, pero una vez más, no pude controlarme y
deslicé mi mirada hacia la cola de pez expuesta desde fuera del agua. El color de
sus escamas se movía con un fulgor similar al de las vidrieras de colores. [Las
escamas] parecían delgadas y densamente interconectadas, como un pedazo de
armadura sin costuras. Las garras de los que nos atacaron hoy en la mañana
parecían no haberle hecho ningún daño significativo.
Para aclarar mis pensamientos, deslicé mi palma sobre la luz de su cola y seguí las
delgadas escamas para acariciarlas.
Las escamas recorrieron mi palma como una corriente eléctrica en tanto se movía
débilmente, llegando bajo mi muñeca. De repente, esto me hizo rememorar la
sensación de la lengua de esta bestia lamiendo mi cuerpo. Mi mano tiritó por un
momento, y mis orejas se volvieron ardientes.
Justo cuando decidí abandonar este lugar, mis ojos se encontraron con un par de
ojos brillantes.
No me di cuenta cuando Agares se despertó.
Bajó la cabeza y me miró profundamente, las comisuras de sus labios levantándose
levemente.
Capítulo 42

—Lo siento mucho... ¡He interrumpido tu descanso!


Tragué y exprimí algunas palabras absurdas, poniéndome de pie. Pensé en
escurrirme, pero cómo podría escapar de la palma de esta bestia cuando su cola
se había enrollado alrededor de la parte inferior de mi cuerpo, lo que
inmediatamente me hizo tambalear y caer. Ni siquiera tuve tiempo de gritar antes
de que un par de manos palmeadas me agarraran el brazo y mi cuerpo chocara sin
aviso contra un goteante pecho mojado.
Justo cuando levanté la cabeza, la punta de su nariz tocó la mía mientras su cabeza
bajaba al mismo tiempo. Esas pupilas de naturaleza sombría que se precipitaban
atravesaron mi alma, y se apoderaron firmemente del control de mi mente.
Juré que casi me morí de miedo al mirarlo cara a cara de esta manera.
La razón es que cuando lo miro así, siempre me hace imaginarme como un polo
magnético siendo atraído por la presencia magnética de su cuerpo.
Cada vez que sentía cerca su poderosa fuerza, no podía evitar sentir que me había
vuelto femenino, que era una mujer y que estaba destinado a ser conquistado por
su existencia.
Este tipo de percepción incontrolable y subconsciente era simplemente
enloquecedor.
Encogí el cuello instintivamente. Justo cuando me levanté y pensé en saltar, sus
brazos me jalaron de regreso, lo que me hizo derrumbarme y caer sobre él encima
de la roca. Como las puntas de mis dedos de los pies no podían tocar el suelo, perdí
mi centro de gravedad y no tuve otra opción que arrojar todo mi peso sobre el
resbaladizo cuerpo de Agares. Con una reacción rápida y ágil, me aupé para no
estar tan íntimamente presionado sobre su cuerpo.
Sin embargo, me había esforzado demasiado y mi cintura dolió como si la hubiera
perforado un taladro, pero definitivamente no quería que Agares notara ese hecho,
porque si se enterara, definitivamente usaría ese peculiar método para tratar mis
heridas. Quién sabe si ello causará o no consecuencias impensadas. ¡Mis colegas
ciertamente todavía están cerca de aquí!
Jadeé erráticamente, sintiéndome confundido y nervioso. Me enfrenté a Agares que
estaba debajo de mí, con miedo de que en el momento siguiente hiciera algo atroz.
Sin embargo, solo sostuvo mi nuca y vagó íntimamente sus labios alrededor de mi
mejilla. Me miró fijamente por unos segundos antes de abrir la boca y susurrar, —
Desharow... ¿Por qué... querer... escapar? Dije... no me... tengas miedo...
¿recuerdas...?
Dijo las palabras una por una con una mezcla de ruso y español.
El sonido de su voz era incluso gentil y suave, aunque obviamente tenía la
implicación de no dejarme opinar, lo que hacía que todo sonara como un anciano
amenazando y sobornando a un niño.
Maldición. Sería extraño si no tuviera miedo. ¡Quién sabe cuántos ases escondes
bajo tu manga!
Fulminé con la mirada a Agares, pero no pude decir ni una sola palabra. O más
bien, no me atrevía a decir nada en caso de que lo provocara. Después de todo, fui
yo quien escapó sin dejar rastro en la guarida de los sirenios, y el que lo despertó
de su sueño también fui yo. El dicho de "estar buscando problemas" no sería
suficiente para describir la situación.
En tanto estaba perdido en mis pensamientos, quizás fui demasiado lento para
responderle, ya que Agares mostró una expresión impaciente. Abrió ligeramente la
boca y pasó la punta de su lengua escarlata por la sección superior de sus dientes.
Al momento siguiente, la garra palmeada que sostenía mi cuello se deslizó por el
arco de mi espalda y se dirigió hacia mi trasero, amasándolo.
—¡Oh, mierda! —grité en voz alta debido al repentino ataque. Con los ojos, fulminé
a Agares con vergüenza y resentimiento, y arrojé un puñetazo en su cara, pero
detuvo mi puño y lo sujetó con su mano libre. Después de eso, Agares nos giró, lo
que me llevó a ser el que estaba presionado. Procedió a usar su larga uña y rasgó
una gran zona de mi camisa. Gota a gota, el agua de su cuerpo cayó sobre mi
pecho severamente errático.
—¡Más... te vale no estar pensando en hacerme nada aquí! —Mientras fulminaba a
la sombra negra dentro de la luz de fondo, también pude escuchar que mi
respiración se había vuelto incoherente. Mis manos tiritaban mientras tanteaban la
roca, y se encontraron con la daga atada a mis pantalones. Inconscientemente la
agarré y, en pánico, la coloqué en su cuello—. ¡Oye! Te lo advierto...
Miré nerviosamente hacia mi campamento y me apreté al mango de la daga con
fuerza. Como amenaza, la sostuve sobre lo que parecía ser su manzana de Adán.
Aunque sabía que solo estaba actuando, Agares parecía ser más consciente de este
hecho que yo, hasta el punto de que incluso inclinó deliberada y levemente la
cabeza, no solo exponiendo su cuello delgado y poderoso a mi hoja, sino también
su arteria más vulnerable.
Su mano palmeada se aferró suavemente a mí muñeca, como si estuviera tratando
de frustrar mi resistencia a propósito. Inesperadamente, extendió la lengua y la
pasó por la hoja de la daga. Sus labios se cerraron alrededor de mis dedos, lo que
emitió insoportables ruidos vagos de succión antes de contemplarme con una
sonrisa profunda.
El incidente que sucedió unas cuantas noches atrás regresó instantáneamente ante
mis ojos. Como si me hubiera quemado todo el cuerpo con una descarga eléctrica,
toda mi muñeca e incluidos mis huesos, se sintieron como si hubieran sido
derretidos en papilla por su lengua. En cuestión de segundos, mi agarre en la daga
se debilitó y cayó al agua.
Agares se aprovechó de la situación y refrenó mis manos a mis costados mientras
bajaba la cabeza y usaba sus dientes para arrancar los últimos botones de mi
camisa.
—¡Maldición! ¡Por favor, no seas así! —Sintiéndome avergonzado, presioné mi
rodilla contra su hombro para bloquearlo, pero mis dos piernas fueron
obstaculizadas por su flexible cola de pez y no pude cerrarlas. Mientras forcejaba,
un dolor agudo irradió de mi cintura, haciéndome enroscar mi cuerpo como un
camarón. Entonces, fui presionado una vez más cuando Agares me abrazó.
Una voz baja flotó desde mi estómago. —No te muevas... Desharow... te sanaré.
El tono de su voz estaba lleno de advertencia, y quizás se debió a la velocidad de
la oración, la cual pareció ser más rápida debido a la tensión. Juré que era la
primera vez que escuchaba a Agares hablar un ruso tan claro y coherente. La
entonación en su tono ya no sonaba como una bestia, sino que no sonaba diferente
a un hombre humano común.
No pude evitar quedarme atónito por un momento y bajar la mirada. La garra
palmeada detrás de mi espalda inclinó mi cuerpo a un lado para que mi herida
vendada lo enfrentara.
Aturdido, miré a Agares mientras intentaba desatar mis vendajes con sus garras
palmeadas. Su ceja se frunció, claramente luchando y sintiéndose impaciente con
el vendaje atado profesionalmente, sin embargo, aun así, estaba muy atento
mientras lo hacía. Incluso tanto que maniobraba cuidadosa y solemnemente con
las yemas de sus dedos que eran tan afiladas como una cuchilla.
Los sirenios nacían con sus membranas interdigitales translúcidas, lo que hacía que
Agares no pudiera sobresalir en este tipo de trabajo manual. Era como si incluso
temiera raspar mi herida, pareciendo tanto serio como incómodo cual estudiante
de primaria que se encuentra con una pregunta matemática avanzada y difícil.
En este momento, era difícil no decir que la expresión de esta bestia malvada y
feroz realmente parecía divertida y algo... tierna.
—Ah... lo haré yo. —No pude contener una sonrisa mientras sostenía sus manos
palmeadas, mi mente de repente sintiéndose relajada. Apreté los dientes cuando
me arranqué las vendas, y fue entonces cuando me di cuenta de que mi herida se
había rasgado. El hilo cosido se había aflojado tras ser empapado en el agua, y de
la herida, la sangre escarlata se escurría.
Agares agarró inmediatamente mi cadera y acercó mi cintura a su boca. Bajó la
cabeza y comenzó a lamer delicadamente la herida. No tuve más remedio que darle
la espalda y sacar un poco mi trasero a fin de igualar su ritmo, pero estar en esta
postura me hizo sentir incesantemente avergonzado. Sin embargo, no me atreví a
moverme, por lo que solo pude apartar la cabeza para evitar ver. Justo cuando el
dolor se reducía paulatinamente, me di cuenta de que había rayos de linterna
provenientes del campamento desde no sé cuándo. ¡Alguien se había despertado!
¡Tarde o temprano descubrirán que falto yo!
—Agares... ¡tengo que volver!
Le di unas palmaditas en su amplia espalda, pero solo hizo oídos sordos y continuó
lamiéndome la herida mientras me sujetaba con fuerza, sin intenciones de
soltarme. También usó intencionalmente su cola de pez para presionar mis piernas
inferiores, y sus manos palmeadas masajearon mi trasero aún más lujuriosamente.
—No... No te permito... volver.
Levantó la cabeza, lamió las manchas de sangre en sus labios y, con cautela, echó
un vistazo a sus espaldas. Como si tuviera miedo de que me arrebataran, me llevó
a la parte trasera de la roca y giró mi cuerpo para que él quedara apoyado en la
roca seca, dejándome sin más opción que inclinarme contra su cuerpo. Ladee un
poco la cabeza, pero sus manos palmeadas me acercaron al costado de su cuello.
—Mira... Desharow...
Lo examiné con reservas, pero terminé soltando un resuello por lo que vi. Había
una herida en la parte inferior de su peculiar oreja alada y puntiaguda, y estaba
claro que había sido arañado durante la intensa pelea, solo que [la herida] estaba
oculta detrás de su cabello, lo que hacía que fuera difícil notarla.
¿Agares me está pidiendo que trate su herida?
Inmediatamente rebusqué en mis bolsillos e intenté encontrar el rollo de vendajes
empapados en alcohol, sin embargo, detuvo mi mano. Un par de ojos serenos se
estrecharon en mí, y sus manos palmeadas acariciaron suavemente mis labios,
delineándolos mientras lamía significativamente los suyos, implicando claramente
que debería usar el mismo método que él había usado en mí para tratar su herida.
Me quedé estupefacto y rígido. Pronto la sangre caliente se precipitó de mis orejas
a mi cabeza, y sentí que la vergüenza y el embarazo me inundaban. Sin embargo,
no podía rechazar la solicitud de Agares. Sí, porque era por cortesía de este
salvamento de "gracia de pez" que curó mi herida con un beso. No tenía otras
razones para no pagarle, incluso si mis acciones no tendrían ningún efecto real.
A los ojos del tritón, no podía permitirme parecer un humano ingrato que no
devuelve los favores. ¡Sí, exactamente!
Dije esto en mi corazón y tragué fuertemente mientras me preparaba para
inclinarme contra su cuello, el corazón alojado en mi garganta. Su piel era suave y
apretada con fuertes músculos de cuello enterrados debajo. Agares sesgó los ojos
y me observó atentamente, la esquina de sus ojos y la punta de su ceja estaban
teñidas de vagos afectos, y las gotas de agua hacían que los afilados contornos de
su hermoso rostro parecieran más suaves.
El calor se alzó intensamente sobre mis mejillas y me obligué a no mirarlo a la cara,
cerré los ojos y traté de convencerme a través del autoengaño. ¡Maldición, solo
finge que estás probando una rebanada fresca de sashimi, Desharow!
Cuando mi cara se encontró con una gran mopa de cabello con forma de alga
marina, una inusual fragancia dulce asaltó mi sentido. El olor me rodeó, y fue como
una nube densa, lo que me hizo jadear fuertemente. Sin siquiera lamer unas
cuantas veces, me sentí mareado.
Tras ser llevado a mis límites, me alejé un poco de él y respiré profundo.
Aprovechando esta oportunidad, traté de calmar mi corazón que estaba acelerado
como loco, pero mi cabeza ya se sentía un poco embrollada. Sacudí la cabeza antes
de preguntar, —Oye, ¿podrías decirme algo? ¿Por qué tu cuerpo emite este tipo de
fragancia?
Vi las comisuras de su boca se levantaban levemente, revelando una sonrisa
enigmática. Sus manos palmeadas acariciaron mi espalda, presionándome, y sus
labios flotaron más allá de la punta de mi nariz, como si quisiera besarla. Por
instinto retiré mi cabeza para evitarlo, sus labios entonces viajaron a mis oídos. En
voz baja y ronca, exhaló, —Solo tú puedes oler...
—¿Qué? —murmuré. ¿Solo yo podía olerla? Alcé las cejas con desconcierto, y mi
visión se volvió cada vez más borrosa. En mi línea de visión, lo único que podía ver
claramente era un par de ojos angostos y límpidos. Pero en un mero segundo, la
oscuridad entrante se tragó eso por completo. Mis labios no pudieron evadir el
ataque y Agares me besó fuertemente. De manera lujuriosa, su lengua exploró
cada grieta de mi boca antes de que fuera como una gota de agua interminable,
goteando por mi cuello, hacia mi manzana de Adán y luego hasta mi clavícula...
Abracé su cuello involuntariamente, como si me hubiera desconcertado y dejado
incapaz de reprimir mis emociones confusas y frenéticas. Mi respiración se volvió
cada vez más errática, y mis manos y pies se debilitaron, haciéndome descansar
contra el pecho duro y húmedo debajo de mí. De repente sentí que las manos
palmeadas en mi espalda tiraban de la tela que rodeaba la pretina de mis
pantalones y rompían sin rodeos un gran agujero.
En mi espalda desnuda, extendió sus cinco dedos y la acarició eróticamente, y como
si no fuera suficiente para satisfacerlo, bajó a explorar por mi coxis. También
comenzó a sacudir suavemente su cola de pez, creando fricción con el objeto
delgado entre mi entrepierna.
Con su toque sensual, por un momento sentí que mi mente había entrado en un
pantano lleno de lujuria y deseo. Sentí que los huesos de mi brazo se estaban
desmoronando, pero aun así los usé para sostener mi cuerpo suavizado.
—No...
El sonido que emití no hizo nada más que darle a Agares el deseo de más. Una de
sus manos palmeadas se apoderó de mi pierna derecha y giró mi cuerpo,
empujándome al agua antes de usar su cuerpo para apoyarme en la roca mientras
su cola de pez–que estaba sumergida bajo el agua–se enrollaba alrededor de mi
otra pierna.
El lago era tan cristalino y puro que podía ver su fondo, pero también me permitió
ver mi cuerpo bajo el agua dispuesto en una posición vergonzosa, y en mi visión
periférica, mis ojos recorrieron la sección inferior de Agares y vi su actitud excitada.
Incapaz de soportar el embarazo, me eché hacia atrás, queriendo hundirme en el
agua, esperando poder ahogarme, mas el brazo de Agares me detuvo, por lo que
no pude hacerlo.
Sus pupilas me contemplaron sombríamente, su garganta rodó cuando tragó
profundamente y su respiración contenía una mezcla de emociones.
—Desharow... no puedo... esperar...
Maldita sea... Parecía que ya no podría escapar...
Me apoyé débilmente contra la roca, y justo cuando estaba a punto de hundirme
en el agua, Agares, una vez más, me volvió a jalar hacia su cintura. Bajó la cabeza
y la presionó contra mí. Una garra palmeada bajó para explorar y rasgar mi pretina.
Fue solo en ese momento que escuché gritos repentinos y repetidos desde la
dirección del campamento, y dentro de esas voces, la de Lafarre era la más
distintiva. —Miren, Davis y Desharow podrían estar en el lago. ¡Miren, hay sombras
por allá!
—¡Vamos a ver! —Eva respondió de inmediato.
Un escalofrío golpeó mi cuerpo y empujé a Agares unos centímetros, desviando la
mirada al campamento con miedo como un ladrón. Como era de esperar, vi un par
de sombras acercándose. En estado de pánico, quise escapar a la orilla del río. Pero
entonces, Agares me abrazó por detrás, la cabeza baja y pesadamente apoyada en
mi hombro. Con un tono quedo, su voz sacudió mis tímpanos como un trueno. —
No... ¡Eres mi Desharow!
Capítulo 43

—¡Agares, déjame ir! ¡Si te ven aquí, te dispararán! —Palideciendo por el miedo,
intenté abrir su agarre, pero fue en vano, pues los brazos del tritón eran tan
fornidos como barras de acero, fuertemente atados a mi alrededor hasta el punto
en que no podía moverme. La cola de pez debajo de mi cuerpo se apretó aún más,
permitiendo que el objeto grueso, duro y en forma de arma se hincara más sobre
mis nalgas.
—No te... dejaré ir... —Un gruñido profundo, pero bajo sonó en mi oído.
Sentí los colmillos de Agares arañando mi nuca y bajando hasta mi hombro, donde
dio un gran mordisco de castigo. No pude evitar temblar por el miedo repentino, y
mi voz soltó un gemido ahogado.
Su mordisco no fue para nada fuerte, no me rasgó la piel, pero sabía que había
dejado una marca de mordida en mi cuerpo, una que no podrá desaparecer por un
tiempo. Sin embargo, no me atreví a seguir forcejeando. El temperamento de
Agares era muy voluble. ¡Quién sabe si irritara aún más a esta bestia, podría darme
un mordisco donde sus dientes me atravesaran directamente el cuello!
Al ver a Lafarre, Eva y los demás acercándose a nosotros con cada paso, mis
nervios se tensaron al extremo. No quería que me vieran todo desaliñado en el
abrazo de Agares, y aún más, no quería que usaran la fuerza pensando que Agares
me estaba atacando.
Reprimí mi pánico e intenté calmar a Agares presionando suavemente mi mano en
su garra palmeada. —Oye, te juro que volveré a tu lado. ¡Sé dónde está tu guarida!
Hay algunas cosas importantes que necesito terminar primero, pero tan pronto
como termine, iré a la cueva de los sirenios a buscarte, ¿suena bien? ¡Es justo que
te pague!
—¿Volverás, Desharow?
La garra palmeada de Agares subió por mi pecho para acariciar mi mentón. Me
presionó más cerca de su hombro mientras bajaba la cabeza para mirarme.
Ahora mismo, sus ojos brillaban con un inusual resplandor. Sus pupilas se
redujeron hasta parecerse a un pequeño clavo pinchando mi burbuja de mentiras,
y en una confusión, creí escuchar un tronido que me hizo sentir culpable.
Quise retractar esas palabras al instante, pues parecía que Agares quería
aprovecharse de mi error y no permitirme dar marcha atrás sobre lo que dije.
—¿Volverás?
Esos delgadísimos labios afilados se partieron levemente para repetir una vez más
aquella hechizaste palabra.
Contuve el aliento en tanto contemplaba directamente los ojos de Agares. Como
un mal agüero, sentí que estaba firmando con una misteriosa criatura vieja un
contrato de una apuesta que estaba destinado a perder.
Mi entorno se volvió silencioso, e incluso el aire se sintió sofocante y pesado.
Tampoco pude sentir el paso del tiempo, ya que todos mis recuerdos de Agares se
estaban rebobinando rápidamente cual película de cine, hasta que se detuvieron
en un paisaje de la superficie de un mar frío.
Escuché una voz familiar sonando en la lejanía, pero al alcance de mi mano.
"Niñito... ¿Volverás por mí?”.
La voz se superpuso totalmente con la pregunta de Agares hace un momento.
Sí, todo estaba destinado a ser.
En aquel entonces, Agares ya me había preguntado esto; es solo que en ese
entonces era un niño de seis años y no podía recordar nada.
Así como así, pasaron quince años y me había olvidado por completo de este
asunto. Sin embargo, con su subconsciencia enterrada profundamente dentro de
mí, otra vez me había atraído por el mismo camino, donde quedé atrapado en la
red largamente preparada por esta criatura vieja e inteligente, como una polilla
que vuela hacia una llama viva.
Mi destino había sido cambiado desde el primer momento en que lo conocí.
—¡Desharow! ¡Oigan, miren, ese parece ser Desharow!
—¡Mira de nuevo, hay un sirenio que lo ha capturado!
El sonido que hicieron Lafarre, Eva y los demás me sacó del trance lento y oscuro.
Me giré y en la niebla vi grupos de sombras negras corriendo hacia nosotros, con
armas y rifles en mano. Mi estado mental se volvió desordenado y caótico. Respiré
hondo y solté, —¡Sí, volveré!
—Entonces, te creo, Desharow.
La voz de Agares atravesó completamente mi tímpano, entumeciendo todo mi
cuero cabelludo con su vibración. Entonces, mi cuerpo de repente fue liberado.
La larga e inusual cola negra activó una gran ola en el agua en el lado lateral de mi
cuerpo y, en un abrir y cerrar de ojos, se zambulló profundamente en el agua.
Cuando me giré para mirar, solo vi su figura desapareciendo rápidamente en una
vaga y oscura cueva submarina del lago. Puede ser una ruta que conduce
directamente a la guarida del tritón, y esto dejó un miedo perdurable... Debería
estar contento de que simplemente no me haya llevado de regreso a su antigua
guarida.
—Oye, Desharow. ¿Estás herido? —Lafarre gritó desde la orilla.
Nadé rápidamente hacia la orilla con unos cuantos aleteos y, tan pronto como me
arrastré a tierra, me agarraron velozmente del brazo y me prestaron asistencia. De
repente, Eva soltó un grito de miedo, —Dios mío, tu hombro fue mordido, pero...
¿cómo es que la herida en tu cintura se... sanó totalmente?
—Eh... No sé qué me pasó. De repente me desperté en medio de la noche y
simplemente corrí hacia el lago. —Me cubrí el hombro de inmediato. Con pánico,
quise cubrirme el cuerpo, pero hace un momento mi chaqueta se había rasgado en
harapos, así que no tenía nada con qué cubrirme. No pude evitar bajar la mirada a
mis pantalones. Afortunadamente, aparte de la pretina rota, este todavía estaba
intacto.
¡Agares, bestia lasciva! Maldije ferozmente en mi corazón.
Lafarre se quitó la chaqueta y la colocó sobre mi hombro, luego levantó su arma y
condujo a algunas personas para inspeccionar los alrededores del lago.
Eva miró al centro del lago con una expresión nerviosa. —Desharow, creo que Davis
podría haber sido atacado por un sirenio como tú. Está desaparecido. Lafarre y yo
encontramos esto debajo de un árbol cercano.
Eva abrió la mano y, sorprendentemente, en su palma había una escama reluciente
y carmesí.
Al instante pensé en el cautivador tritón pelirrojo y quedé completamente
sorprendido. Quedé conmocionado hasta la estupidez durante un par de segundos
antes de finalmente responder, —¿Un sirenio? En ese momento, ¿viste lo que
sucedió en el encuentro de Davis? ¿Había rastros de sangre?
—No... no había nada. —Reflexivamente, Eva negó con la cabeza—. Durante ese
tiempo, estaba durmiendo soñolientamente, pero parecí escuchar algunos ruidos
provenientes del bosque; sonaba como si algo se moviera muy rápido. Para cuando
estuve completamente despierta, ya ni Davis ni tú estaban.
En cuestión de segundos, mis nervios se convirtieron en un bulto grande y
embrollado.
Esto debe haberlo hecho un sirenio que salió de noche a comer o buscar pareja. Lo
único seguro que podía decir era que Davis no fue considerado presa, ya que las
otras personas no habían sido atacadas por sirenios, excepto Davis, quien estaba
cerca mío. Además, no había rastros de sangre. La mayor posibilidad era que el
tritón pelirrojo–que anhelaba mi estatus y el de Agares–tuvo la intención de
capturarme, pero descubrió que no estaba allí y se llevó al desafortunado Davis
como sustituto.
Recordé el terrible evento que sucedió en la guarida de los sirenios. Solo pensar en
lo que Davis quizá podría encontrar me hizo sentir una inquietante frialdad
trepando desde el fondo de mi corazón, haciendo que toda mi espalda quedara
cubierta de sudor frío. Sostuve mi puño cerrado contra mi boca. —Dios... ¡Eva,
tenemos que ir a salvar a Davis lo más rápido posible!
Justo en este momento, proveniente del cuerpo de Eva, de repente escuché el
sonido de "dididi" de un revuelto pitido electrónico. Su rostro cambió en un instante
y, de prisa, sacó un mensáfono de su bolsillo.
—¡¿Hola?! ¡¿Hola?! Davis, ¡¿eres tú?! ¿Puedes oírme?
Observé nerviosamente el mensáfono y pronto escuché un ruido de siseo
intermitente. —Sálvenme... sálvenme...
¡Esa es la voz de Davis! Me apresuré a agarrar el mensáfono. —¡Hola, hola! Davis,
¡¿dónde estás?!
Sin embargo, no pude escuchar más de su respuesta, aparte de ruidos aún más
desordenados y caóticos, los cuales pude reconocer vagamente como el sonido del
mensáfono cayendo al agua. Mi corazón, como si cayera al abismo, se hundió
profundamente... Si este fuera el caso, entonces nuestro único contacto con Davis
pronto se romperá y solo seríamos como un grupo de moscas sin cabeza tratando
de ubicarlo.
Tal vez confiar en Agares para encontrar a Davis podría ser una buena idea...
Volví a mirar en la dirección del lago. No sabía si fue solo un producto de mi
imaginación, pero creí ver una sombra vega y revoloteante que se parecía a Agares,
no muy lejos en la espesa niebla, pero tan pronto como parpadeé, no había nada
allí.
—¡Oigan! ¡Acabo de encontrar las coordenadas de Davis!
La idea que acababa de aparecer en mi cabeza fue disipada por la voz. Lafarre
corría hacia nosotros con entusiasmo. Levantó el mapa electrónico en sus manos y
señaló una posición en la esquina derecha que no estaba muy lejos de donde se
encontraba la ubicación de Rhine.
—Acabo de ver que este lugar justo aquí ilumina un punto. Es la señal inalámbrica
de Davis. ¡Vamos, partiremos enseguida!
Planeamos una ruta simple para tomar, e inmediatamente empacamos todo y
emprendimos el viaje para rescatar a Davis. Debido a que las señales inalámbricas
no se pueden ocultar, cualquier otra puede buscarla, por lo que una vez que nos
encontremos cara a cara con el equipo de Sakarol en el mismo camino, ello
desencadenará inevitablemente una pelea terrible.
A fin de evitar eficazmente a Rhine y su equipo, elegimos deliberadamente una ruta
diferente a la de ellos. Ellos viajarían a lo largo de la costa, mientras que nosotros
caminaríamos por el centro de la isla.
En comparación, esta ruta era más corta, pero la desventaja es que estábamos
más propensos a encontrar peligros en la selva. Sin embargo, teniendo a Lafarre,
un experimentado biólogo y explorador selvático aquí como nuestro guía, era
mucho más prudente y más seguro que elegir la ruta del litoral, donde podríamos
ser atacados por sirenios y confrontados por Sakarol.
Después de confirmar la ruta de viaje en el mapa electrónico, organizamos nuestra
formación y procedimos con cautela, abriéndonos paso en la selva serena y
profunda.
Parecía que en la isla de los sirenios nunca había habido horas de luz reales, y para
las veces que había, era simplemente la distinción del brillo de la luz de la luna.
En este momento, nuestros relojes de pulsera mostraban claramente que eran las
ocho de la mañana, pero el paisaje nocturno aquí era más denso que la noche
anterior. Incluso la única luz de luna iluminante desapareció sin dejar rastro. Entre
las sombras de los árboles nebulosos, fragmentados había globos flotantes de luces
azul oscuro, asemejándose a esos espeluznantes fuegos fatuos que se podían
encontrar por doquier en las tumbas.
Mantuvimos un alto grado de vigilancia, cada uno sosteniendo un arma en nuestras
manos mientras recorríamos el sendero, buscando cansinamente cualquier
movimiento a nuestro alrededor.
—Oigan, chicos miren, ¿qué es esa cosa? La brújula sigue balanceándose en su
dirección, como si hubiera una fuerza magnética existente.
Un hombre armado en el frente de repente gritó, y siguiendo la dirección que las
linternas congregadas estaban iluminando, vi vagamente un contorno gris ceniza
expuesto desde un arbusto bajo delante de nosotros. Inesperadamente, resultó ser
un pedestal roto de forma cilíndrica, y en él parecía haber algunas marcas
cinceladas. Quizás sobre él había originalmente un artefacto similar a una
escultura.
—Oh, miren, hay más en esa dirección. Dios mío, hay tantos aquí...
La linterna escaneó el área e inmediatamente descubrí que en nuestro entorno
aparecían muchas ruinas de color gris ceniza y blanco, y había una justo a mi lado.
De inmediato me puse en cuclillas para mirar más de cerca con mi linterna: frente
a mí está la parte superior de un pedazo de infraestructura blanca grisácea cuya
mitad aún estaba enterrada en el suelo, por lo que no se podía ver el contorno
general. Pero tuve la vaga sensación de que esto era parte de un sepulcro.
Estaba cubierto de una gran cantidad de ratán húmedo, así que usé suave y
precavidamente una rama rota para quitarlo. Entonces, vi numerosos símbolos
irreconocibles tallados densamente en el muro de piedra. En la parte superior
también encontré una estatua tridimensional en forma de lagarto, al igual que esos
animales guardianes mitológicos que eran tallados en lápidas para desempeñar el
papel de protectores de las almas de los muertos. Todo esto demostraba que era
parte de su historia antigua, marcando la civilización que quedó en esta isla.
Tanto con sorpresa como admiración, Eva murmuró: —Restos. ¡Estos son los restos
históricos de la civilización de sirenios!
—¡Dios! —exclamé incrédulo mientras apretaba la linterna.
Entonces, realmente resultó que la leyenda de la civilización de los sirenios no era
solo una leyenda absurda, era real. De repente entendí por qué Agares tenía tanta
inteligencia y CI. Al igual que los humanos, los sirenios tienen su propia civilización
y cultura antiguas, y no eran bárbaros primitivos. Esto puede ser justo lo que
nuestros antepasados habían dicho, esta puede ser la parte de la Atlantis que quedó
en el mar.
—Oigan, creo que deberíamos arrancar un pedazo y llevárnoslo. ¡Esto no tiene
precio!
Un tipo al lado de Lafarre sugirió y, en tanto hablaba, preparó su arma, acercándose
a la ruina más cercana, pero Lafarre lo agarró del brazo. —¡Espera! ¡No te muevas,
hay algo mal con el suelo aquí!
También volví a estar vigilante. Vi a Lafarre ponerse en cuclillas para recoger una
piedra grande y arrojarla con fuerza frente a él. Pero no escuché un ruido sordo
normal. El suelo sonó con un chapoteo y, de modo interesante, la piedra
desapareció en el suelo sobre el que aterrizó.
Todos inhalaron frío simultáneamente.
Delante, o quizás rodeándonos, había un pantano con un rango que no podíamos
determinar.
Crujido, crujido.
En este momento, provenientes de la nada, hubo sonidos de algo moviéndose
rápidamente por los árboles, y todo el equipo se puso muy alerta y comenzó a
mirar a su alrededor.
De repente, no muy lejos del oeste, vi una forma de cuenco con un contorno
triangular negro flotando desde el suelo. Debajo de la cabeza que estaba
totalmente cubierta con armadura cuales escamas, estaban las malvadas pupilas
rojo oscuro de una bestia, observándonos profundamente e emitiendo un aura de
sed de sangre.
Capítulo 44

—¡Dios mío! ¡Qué es esa cosa!


Un hombre rugió de miedo, despertándonos de nuestro estado conmocionado.
Levantamos nuestras armas una tras otra hacia la criatura no identificada que
flotaba del pantano, pero luego escuchamos a Lafarre susurrar, —No se muevan,
esta es una especie de lagarto monitor. Los lagartos son extremadamente sensibles
al movimiento. ¡Cuanto más nos movamos, más rápido nos morimos!
Un hombre armado susurró: —Acuclíllense y retrocedan lentamente por el mismo
camino.
En tanto decía esto, giró la cabeza para hacerles algunos ademanes a varios de sus
camaradas detrás de él, y muchos asintieron con la cabeza tácticamente,
mostrando compresión. Esta debe ser una señal secreta vista y planteada
comúnmente entre los mercenarios durante los combates.
Seguimos las instrucciones de estos mercenarios experimentados y nos pusimos
en cuclillas, mirando fijamente al monstruo de ojos rojos para evitar posibles
ataques inesperados y retrocediendo cuidadosamente a la protección de los
árboles.
Pero ya era demasiado tarde para hacer mucho. Una ola de tierra y fango voló
desde el pantano.
Un gran contorno negro se levantó, mirando al frente; en el agua fangosa, una
gran boca se dividió, revelando dientes afilados y sangrientos con una gran lengua
púrpura venenosa que se escurría en el aire. Las afiladísimas garras bestiales, como
una excavadora, se enterraron profundamente en el suelo. Después de eso, arqueó
su espalda forrada con una membrana en forma de paraguas y nos observó con
ojos depredadores mientras soltaba un siseo serpentino.
Mis ojos se ampliaron por la conmoción. Este no era cualquier tipo de lagarto que
pudieras buscar casualmente en una enciclopedia de organismos biológicos. ¡Desde
el comienzo que la apariencia de esta criatura fue muy similar a la de una estesia,
una criatura existente en el Cretácico que comía dinosaurios jóvenes y sus huevos!
¡Solo Dios sabía cómo podía existir este lugar, y ni hablar de una criatura que se
suponía que se extinguió hace mucho tiempo!
Inesperadamente, el lagarto monitor no atacó de inmediato, simplemente yació
inactivo en su lugar. Sin embargo, sus brillantes ojos rojos estaban rotando en dos
direcciones distintas, como el lente de una cámara de vigilancia, observándonos
como si fuéramos solo un grupo de hormiguitas, pacientemente a la espera de
acciones. No sabía si su lengua venenosa llena de fango tenía las mismas y
aterradoras habilidades de caza de un camaleón, pero si es así, incluso con nuestras
armas a mano, será difícil lidiar con ella.
El extremo nerviosismo hizo que el sudor saliera sin parar por cada poro abierto.
No me atrevía a moverme, solo me quedé donde estaba con mi rifle apuntando
directamente a la boca del lagarto. Eva, debido al temor, se aferraba a mi espalda.
La sentí tiritando levemente, y no pude evitar sentirme preocupado de que de
repente gritara o saliera corriendo. A fin de calmarla, estiré un brazo hacia abajo
para sostener suavemente, pero con algo de fuerza ejercida, su muñeca. Sin
embargo, el dedo de Eva solo se apretó más en del dobladillo de mi chaqueta.
La sensación de que alguien dependiera de mí ha elevado el instinto protector en
mi corazón, e incluso ha eclipsado un poco mi miedo. Pero, en el momento en que
mi coraje aumentó, de repente descubrí que uno de los ojos del lagarto nos estaba
observando directamente, y pronto, toda su cabeza se giró lentamente en nuestra
dirección: ojos entornados y mirándome fijo, como si me atravesaran para ver la
oscura profundidad del bosque.
De repente, encontré que esta antigua criatura era un poco peculiar, pues no
parecía tener el aspecto de un depredador hambriento y famélico. No nos
observaba como si fuéramos simples presas, sino más bien como si fuéramos un
grupo de míseras hormigas ignorantes y pequeñas que quería aplastar. Parecía que
estaba reflexionando sobre cuál era nuestro propósito aquí, de dónde veníamos y
si valía la pena matarnos.
Sin embargo, al final, Eva tiritó aún más. El cañón de su rifle se extendió sobre mi
hombro, apuntando directamente a los ojos del lagarto monitor, pero agarré
rápidamente su muñeca y susurré una suave advertencia, —No entres en pánico
Eva, cálmate...
Mis palabras se detuvieron abruptamente cuando un fuerte estallido sonó y una
explosión de humo salió del cañón junto a mi hombro, luego una fuerza increíble
mandándonos a Eva y a mí hacia atrás, tambaleantes. Mis oídos de inmediato se
llenaron con un zumbido irritante, esto haciéndome sentir mareado en un instante.
Sacudí la cabeza mientras intentaba ponerme de pie. Rápidamente noté que, no
muy lejos, la membrana en forma de paraguas alrededor del cuello del lagarto
monitor, debido a la irritación, se ensanchaba ampliamente, ¡y el lagarto pronto
dejó escapar un fuerte rugido chillón, exponiendo su postura de ataque hacia
nosotros!
—¡Mierda!
Maldije en voz alta y me giré para apuntar mi rifle directo a la cabeza de la criatura.
Los hombres armados de los alrededores también abrieron fuego uno tras otro en
sucesión. En la lluvia de balas explosivas, la criatura levantó la cabeza en alto y
una lengua roja purpurina se extendió de su boca, directo hacia nosotros cual flecha
afilada y voladora.
Lafarre y yo inmediatamente jalamos nuestros gatillos, disparando a izquierda y
derecha, pero mi puntería podrida no pudo apuntar con precisión a la cabeza y solo
vi que la criatura usaba su lengua como un látigo, sacudiéndola directamente hacia
Eva, quien estaba posicionada justo a mi lado. ¡Soltó un fuerte grito y, presa del
pánico, se cayó con un tropezón, pero inmediatamente se levantó, tratando de
correr más profundamente en la selva!
Solté un grito corajudo y me arrojé sobre ella para derribarla al suelo. —No corras
por todas partes, Eva. ¡Eso ataca a la presa que se mueve más rápido!
En el momento en que terminé de decir esto, escuché algo que, por los árboles,
venía hacia nosotros a una velocidad muy rápida. Sabiendo que algo no estaba
bien, me giré velozmente para ponerme de pie, protegiendo inconscientemente a
Eva y poniéndola detrás de mí, y pronto, una sombra de color rojo purpurino
apareció, acercándose como un rayo justo ante mis ojos. En un reflejo
condicionado, sostuve mi arma en alto para proteger mi cabeza, pero escuché un
movimiento a mis espaldas, y de repente fui arrastrado hacia atrás por una fuerza
vigorosa, cayendo unos cuantos metros lejos de Eva. Miré impotente mientras la
lengua de la criatura se envolvía rápidamente alrededor de sus dos piernas,
levantándola. ¡En cualquier momento, será arrastrada directo a la boca cubierta de
dientes sangrientos y afilados, y se la comerá entera!
—¡No! —corrí hacia adelante tratando de disparar en represalia. Lafarre a un
costado también saltó, aterrizando cerca de la boca del lagarto monitor y tratando
de matarlo con su ametralladora. Sin embargo, justo en ese momento, una voz
grave y baja salió de la nada, resonando a lo largo toda la selva.
—Eka... la... Miya...
¡Esa es la voz de Agares!
Al instante, vi que el lagarto monitor milagrosamente se quedaba quieto. Su
lengua, como si recibiera un mensaje de un control remoto, se aflojó lentamente,
y la ya desmayada Eva volvió a caer al suelo. Entonces, la criatura cerró su horrible
boca ensangrentada, así como sus aterradores ojos rojos antes de inclinar la cabeza
y reptar por el suelo. Esta monstruosa criatura antigua realmente realizó una
postura reverente y respetuosa, como si fuera un creyente saludando a su dios.
El repentino cambio en la situación me pareció increíble, y a la gigantesca criatura
negra entre los árboles la miraba fijamente y con una gran boca abierta que no
podía cerrarse. Sin embargo, de repente noté que los varios hombres armados y
Lafarre estaban mirando algo detrás de mí, sus expresiones espeluznantemente
pálidas, como si se hubieran encontrado con un fantasma. Todos, al mismo tiempo
y sin decir palabra, levantaron sus armas de fuego para apuntar a algo a mis
espaldas.
No necesité girar la cabeza para saber que había algo detrás de mí y, a decir
verdad, simultáneamente había vislumbrado una larga cola de pez negra
escabulléndose por detrás y enroscándose alrededor de mi tobillo.
Con rigidez, hice un gesto de "deténganse", respiré hondo y tartamudeé con una
cara cenicienta, —N-no lo malinterpreten, este es m-mi ami... —Una lengua mojada
me lamió el cuello sin previo aviso, y la palabra quedó atorada en mi garganta,
pero aun así logré exprimirla—. go.
Una pálida y húmeda garra palmeada me envolvió por la espalda, abrazándome la
cintura. Lafarre nos miraba con ojos abiertos de par en par hasta el punto de que
sus globos oculares casi se cayeron. Solo pude soltar una risa incómoda y forzada,
—Cof cof, es verdad. Es solo un poco... demasiado... amigable.
—Él es mi Desharow...
Agares apoyó su mentón sobre la coronilla de mi cabeza, y con su voz profunda
vibrando de cerca, hizo que mi oído se sintiera entumecido. Vi a todos desde el otro
lado mirándonos boquiabiertos, y yo casi me quedo sin aliento. Me apresuré y agité
las manos de manera errónea. —Olvidé decirles que, en Islandia, este grandulón
fue atrapado por la tripulación de Rhine y yo. Lo cuidé durante un cierto período
de tiempo antes de liberarlo... ¡No sé por qué nos lo encontramos aquí!
Estaba escupiendo un montón de patrañas por fuera, pero por dentro estaba
gritando histéricamente. ¡Dios, este tipo realmente dijo palabras humanas frente a
mis compañeros de clase, y tenía que ser esta oración en específico!
Justo cuando me estaba sintiendo desesperado, Lafarre se despertó de su estado
de conmoción, levantó enseguida a Eva y, con incredulidad, sacudió la cabeza en
mi dirección. Miró entre Agares y yo, miedo y asombro mezclados en sus ojos. —
Dios mío... te encontraste con un tritón que en verdad puede hablar español...
¡Desharow, eres realmente afortunado!
¡¿Afortunado?! ¡¿Cómo diablos fui afortunado?! ¡Es todo lo contrario!
Mi corazón lloriqueó de dolor y traté de liberarme de la garra del demonio que me
apretaba la cintura, pero Agares no tenía intención de soltarme, y en su lugar, me
abrazó con más fuerza. No pude evitar sospechar que, si continuábamos en esta
postura de confrontación, este tipo haría algo más desvergonzado frente a mis
compañeros de clase. Básicamente no tiene ningún concepto de vergüenza.
Sin embargo, Lafarre y otros claramente no creían que Agares fuera amigable.
Después de todo, ayer un sirenio se había llevado a la fuerza a uno de nuestros
camaradas. Solo al mirar sus rostros tensos se podía ver que se estaban
preparando para luchar en esta situación.
No tuve más opción que, por ahora, recular rápidamente. —Qué tal si... dejamos
que se nos una por el momento. Puede ayudarnos a encontrar a Davis, y también
ayudar a detener a Sakarol y su equipo. Miren, miren, incluso hizo que el monstruo
se sometiera.
—¿Cómo sabes que este tritón nos ayudará? Fue su especie la que atacó a Davis.
Todos los sirenios son criaturas feroces, lo aprendimos plenamente incluso antes
de desembarcar en la isla.
Lafarre frunció el ceño, examinando detenidamente a Agares. Varios hombres
armados tampoco relajaron su vigilancia, y al igual que antes, los agujeros negros
de sus cañones todavía apuntaban en nuestra dirección, y uno [de los hombres]
estaba repleto de inquietud. Su rostro mostraba una mirada particularmente tensa
con músculos marcados y contracciones en las venas. No me sorprendería si
comenzara a disparar en cualquier momento.
Podía imaginar su encuentro con los sirenios antes de que desembarcaran en la
isla, y quizás habían perdido a algunos de sus camaradas. Su experiencia
emocionante debería coincidir parejamente con lo que Rhine y yo vivimos antes.
—Confíen en mí, puedo comunicarme con él. Puedo persuadirlo para que nos
ayude. ¿Por favor? Este grandulón puede parecer cruel, pero en realidad es... muy
gentil —exprimí este difícil adjetivo a través de mis dientes apretados, e incluso
extendí la mano para acariciar un par de veces la mejilla de Agares.
El afilado contorno de rostro se sintió extraño contra mi palma mientras miraba
fijamente a mis escépticos compañeros de equipo, forzando una sonrisa.
—Oigan, lo ven chicos, ¿no? Igual que un delfín grande.
En respuesta, una de las garras palmeadas de Agares que estaba ubicada detrás
de mi espalda me frotó el culo salvajemente, pero, por suerte, nadie lo vio. Me
ruboricé, y con dientes apretados, enterré el pie sobre sus aletas caudales sin
siquiera pestañear.
Debido a que mi trabajo de armonización fue bastante bueno, Lafarre y los demás
finalmente abandonaron el asunto de Agares. En cuanto a esa gran criatura
lacertiana, todavía no sabíamos por qué se rindió ante Agares, pero ya se había
escurrido sumisamente de regreso al pantano. La selva una vez más recuperó su
tranquilidad, como cuando entramos por primera vez. Debido a que Eva aún estaba
en estado de comatosa, solo pudimos ralentizar nuestro viaje y encontrar un lugar
para descansar en estas paredes rotas de ruinas.
Agares parecía estar bastante familiarizado con su camino por las ruinas. Se movió
fácilmente a través de los pilares rotos en el pantano, y desapareció por unos
segundos antes de que su torso apareciera junto a un escalón circular de piedra no
muy lejos de nosotros.
Noté que se parecía a esas antiguas termas públicas romanas, pero es poco
probable que su función sea para bañarse, ya que esta isla flotante se sumerge con
frecuencia bajo el agua. Probablemente, todos los lagos y lechos de esta isla
estaban todos interconectados desde el fondo hasta la guarida de los sirenios,
además, llegando a los mares.
Solo al pensar de esta manera, no pude evitar que mi mente imaginara el diseño y
la estructura de toda esta isla. Lo más probable es que el interior fuera hueco con
un sinnúmero de desembocaduras para que el agua fluyera y se drenara
rápidamente. Además, el peso de esta isla era mucho más ligero que cualquier otra
isla del mundo. Esto puede explicar el misterio de cómo la isla de los sirenios podía
flotar en el mar y rápidamente sumergirse con frecuencia.
¿La isla es una creación artificial o una estructura geográfica natural? Esto era
demasiado mágico. Básicamente era como una colmena, pero también como un
submarino.
La raza de los sirenios y su mundo en verdad son demasiado misteriosos... Suspiré
en mi corazón.
Mis ojos volaron involuntariamente para encontrar la mirada de Agares. A la luz
moteada y fluctuante, bajo la sombra de los árboles, su rostro, medio escondido
detrás de los escalones de piedra, solo revelaba dos pares de pupilas profundas,
brillantes y serenas. Entrecerró los ojos, haciendo que su expresión pareciera que
estaban coaccionando mi curiosidad, como si insinuara que debería ir y preguntarle.
Justo en este momento, una mano de repente me palmeó el hombro. En tanto
Lafarre miraba en la dirección de Agares, me entregó un tenedor con pescado
rostizado ensartado encima. —Lo siento, Desharow. Realmente parece que este
amigo tuyo no tiene hostilidad hacia nosotros. Gracias a él, la criatura monstruosa
fue ahuyentada y pudimos salvar a Eva con éxito. Toma, lleva esto. Ve a mostrar
nuestra sincera gratitud.
Quedé un poco sorprendido. —Es una bestia, ¿por qué molestarse en darle esto
para que coma? ¡Puede ir a cazar él mismo!
—¿Acaso no eras su cuidador antes? Por Davis, ¡¿por qué no lo cuidas de nuevo?!
Solo la única y breve respuesta de Lafarre me dejó estupefacto y sin palabras. No
pude evitar sentirme irritado conmigo mismo por lo que había dicho antes. Lo miré.
—Oye hermano, ¿sabes que prácticamente me estás empujando a un pozo de
fuego? —dije.
—¿A qué te refieres? ¿No quieres acercarte a ese tritón? Pero hace un momento...
Lafarre levantó una ceja con recelo, claramente sin entender mi repentino y brusco
cambio de actitud. Sintiéndome reticente, me levanté, agarré el pescado rostizado
y reuní coraje para caminar hacia Agares.
Capítulo 45

Justo cuando me había acercado al borde de las ruinas en forma de termas


romanas, solo entonces me percaté de que estas excesivas paredes de piedra
tenían al menos dos metros de altura, tan altas que ni siquiera podía ver la cara de
Agares. Tuve que caminar al menos diez metros alrededor de la pared de piedra
antes de que pudiera encontrar una pequeña abertura que me permitiera escalar.
Abajo no se podía considerar un pantano, más bien el agua era límpida y reluciente
de luz, junto con una vegetación de nenúfares flotando sobre la superficie del agua.
Sin embargo, el agua no poseía la misma transparencia que el lago, por lo que ni
siquiera podía ver dónde estaba Agares.
Me senté en la parte superior de la pared de piedra y balanceé el pescado rostizado
en mi mano, de la misma manera que la gente llamaría a un delfín en un acuario.
—Oye, vine a agradecerte por tu ayuda. ¡Si aún no quieres aparecer, entonces
volveré!
Después de decir eso, planeé ponerme de pie. Siendo sincero, deseaba que Agares
no apareciera de inmediato solo para poder tener una razón para abandonar pronto
este lugar, aunque tenía la sensación de que era naturalmente imposible. Justo en
ese momento, vislumbré rápidamente una garra palmeada emergiendo del agua y
estirándose más allá de las flotantes lentejas acuáticas. Luego se aferró a mi tobillo
que se balanceaba sobre el estanque. Una cara larga, malvada, pero hermosa flotó
de las sombras oscuras y se acercó a mi rodilla.
A pesar de que estaba mentalmente preparado y había retirado instintivamente mi
cuerpo, el repentino movimiento me hizo perder mi centro de gravedad. Antes de
que pudiera caer, algo se apretó alrededor de mi cintura y todo mi cuerpo fue jalado
hacia adelante, acercándome a un pecho mojado. Cuando levanté la cabeza, un
par de labios rozaron levemente el puente de mi nariz, y mis ojos solo miraron
directamente los enigmáticos ojos de Agares, sintiendo que mi aliento se atoraba
dentro de mi garganta.
—¿Desharow? ¿Dónde estás? ¡Ya no puedo verte!
No muy lejos, el sonido del griterío de Lafarre me despertó abruptamente del trance
y empujé a Agares de inmediato. Estabilicé mi cuerpo para sentarme una vez más
y levanté el pescado rostizado que tenía en la mano. Entonces, respondí a su
llamado, —¡Estoy aquí, no te preocupes! ¡Solo voy a alimentarlo!
—¿Alimentar...? —En voz baja, Agares repitió esa palabra en particular y me miró
fijamente, desconcertado y con las cejas en alto, como si no pudiera comprender
el significado detrás de esa palabra. Después de todo, los sirenios eran organismos
que estaban acostumbrados a cazar alimentos por sí mismos, así que ¿cómo
podrían comprender la acción detrás de la palabra? Además, si lo alimentara, sería
como un insulto para él, ya que probablemente era mayor que la generación de mi
padre o incluso de mi abuelo.
—Uhh... —blandí el pescado rostizado en mi mano antes de levantar una de sus
manos palmeadas. Luego metí el tenedor en su mano mientras explicaba—.
Básicamente... esto es para que comas, es nuestra comida. Fue asada a fuego,
¿puedes comerla?
Sus párpados cayeron cuando se quedó mirando el pescado rostizado en mi mano,
y cuando le dio una olisqueada, sus cejas se fruncieron. No estaba seguro de si el
aroma de la especia utilizada para asar–la cual Lafarre trajo desde Rusia–satisfacía
el gusto de los sirenios. Pero, en resumidas cuentas, a mí me encantaba usar esta
especia durante todo el año, y fue gracias a esto que pude resolver los problemas
respecto a las preferencias personales de comida durante la larga travesía.
Si Agares no quiere comérselo, entonces este pescado rostizado será mío.
Contemplé la exquisitez en mi mano, tragando saliva.
Estaba tan seguro de que estaría asqueado y rechazaría la comida, pero
inesperadamente, usó una de sus manos palmeadas para agarrarme la muñeca.
Después de darle unas lamidas al pescado, abrió la boca y arrancó un gran trozo
de un solo mordisco. Sin siquiera preocuparse por las espinas de pescado,
simplemente se lo tragó, o, mejor dicho, lo engulló.
Ansiosamente preocupado de que también pudiera tragarse el tenedor en el
siguiente mordisco, lo aparté a toda prisa de Agares, lo que casualmente también
sacó la mitad del pescado de su boca. —¡Oye, oye! ¡Así no es como usas un tenedor,
no sigas comiendo hasta que incluso te comas los cubiertos!
Agares se lamió las comisuras de los labios que quedaron pringosos de grasa. Luego
expuso sus afilados colmillos con insatisfacción, y mientras miraba el resto del
pescado rostizado en mi mano, toda su cara se contrajo en una adorable figura de
lástima. Al verlo así, no pude evitar soltar un "pfft" de risa. Me reía tan fuerte que
me balanceaba de un lado a otro, tanto que incluso el pescado rostizado casi se
cayó por ser sujetado con inestabilidad.
Sin embargo, la persona que jugaba el papel principal en esta comedia parecía no
tener la menor idea de sus payasadas, y solo levantó reflexivamente los ojos para
mirarme. Su indiferencia era igual que un niño que planea trucos baratos, tranquilo
e impasible. Las esquinas de sus labios se elevaron con una sutil curva, como si
estuviera elaborando algún tipo de plan astuto para vengarse de mí.
Contuve mi risotada a tiempo, y pensé: ¡Maldición! Casi me olvido de eso. ¡Si
bromeo con esta bestia engañosa, el que sufrirá al final seré yo!
—Ehh... así es como se supone que debes sujetar esta cosa.
A fin de compensar mi "comportamiento ofensivo" de recién, cambié su atención a
otra cosa. Fingí inocencia y agarré sus manos palmeadas, empujando el tenedor
en la unión de sus dedos, haciendo que lo sujetara de una manera que se pareciera
a cómo normalmente sostendrías un tenedor. Era una suerte que la membrana
entre sus dedos no obstaculizara este proceso.
—Después de eso, tienes que comerlo así, observa...
Bajé la cabeza y me concentré en presentarme comiendo con refinados modales
de mesa. Mordí un pequeño trozo de pescado del borde del tenedor, lo tragué y
luego escupí cuidadosamente las espinas. Evité adrede la mirada de Agares y dije:
—Así es cómo comemos, lioso, ¿no?
Después de decir eso, no pude resistirme a mirar la cara de Agares.
Captó reflexivamente mis modales de mesa y asintió con la cabeza; después de
eso, levantó su otra mano palmeada y usó sus dedos para frotar las esquinas de
mi boca, limpiando cualquier rastro de aceite brillante. Luego, inesperadamente,
sacó la lengua para lamer un poco el residuo. Después de eso, como si finalmente
hubiera probado la comida más deliciosa del mundo, las comisuras de sus labios se
alzaron, formando una sonrisa vaga mientras me observaba, desprendiendo una
leve mirada de satisfacción.
Embobado, me quedé mirándolo y mis mejillas se encendieron rápidamente en
llamas. Todo lo que quería hacer en ese momento era trepar por la pared y salir
corriendo. Sin embargo, una vez que levanté mis piernas, sus manos palmeadas
parecían haberse pegado instintivamente a ellas.
Entonces, al desgaire, lanzó un vistazo hacia mis piernas inquietas.
Mis movimientos, así como así, se congelaron en su lugar.
Estaba muy consciente de que no debería escapar, de lo contrario, esta bestia
definitivamente se sobreexcitaría. ¡Además, estaba seguro de que me atraparía y
me robaría directamente del lugar, y encima frente a mis compañeros!
Considerando estos factores, sin tener más remedio, fingí tranquilidad y volví a
bajar mi pie, continuando comiendo algunos trozos del pescado rostizado a modo
de demostración. Agares entonces me siguió genuinamente con su cabeza,
bajándola para imitar la forma en que comía.
Presentó su manera de sostener el tenedor. Después de observar con ojos
entornados la forma en que yo comía, sus largas pestañas cayeron mientras usaba
sus delgados labios para mordisquear delicadamente el trozo de pescado,
movimientos tan pausados que incluso sus mejillas apenas se movían. Solo su
manzana de Adán sobresalió una vez, seguido por el sonido de la deglución, la
saliva bajando por su larga y delgada garganta.
No pude evitar quedarme aturdido por un segundo. Tenía que admitir que la forma
en que comía lo hacía parecer un caballero atractivo. Si, digamos, no tuviera el
hábito de lamerse los labios con la lengua, este acto lo habría hecho parecer una
persona pervertida que con frecuencia visitaba bares para acechar personas y tener
una cita sexual con ellas.
Una cita de amantes.
Cuando esta frase vagó por mi mente, mis nervios saltaron. De repente sentí que
estaba sentado sobre alfileres y agujas, porque, en este momento, en este tipo de
luz de luna y en este tipo de estanque, los dos nos escondíamos furtivamente aquí
y comíamos pescado rostizado. ¡¿Acaso no era esto como tener una cena romántica
durante una cita de amantes?!
Esto es demasiado extraño...
En tanto pensaba en esto, mi mente no pudo suprimir la imagen de las cosas
relacionadas con el cuerpo físico, y la sensación de vergüenza hizo que el sudor
goteara por mi frente. Mi mirada se encontró con la de Agares y, como si estuvieran
unidas, no pude evitarla. Inevitablemente, tuve la premonición de que estaba a
punto de besarme. En este momento, su agarre en el tenedor se aflojó y sus manos
palmeadas recorrieron el arco de mi espalda hasta mi nuca, su cola de pez apoyada
para aguantar su peso corporal y permitiendo que todo su cuerpo emergiera del
estanque.
La ambigua atmósfera era espesa y pesada, como si fuera a incendiarse. Si no
hacía algo, tarde o temprano las cosas se desarrollarían hasta parecerse a la
próxima etapa de la cita de amantes. Moví mi cuerpo a un costado para evitar ser
aplastado contra el Agares que venía mientras simultáneamente tanteaba
alrededor mi cuerpo para ver si podía encontrar algo que pudiera desviar su
atención. De inmediato, en el bolsillo de mis pantalones, sentí un objeto metálico
muy sólido. Lo saqué.
Era la brújula de Lafarre. Su puntero de metal se sacudía frenéticamente, al igual
que mi corazón. Noté que la punta de la flecha apuntaba en la dirección de Agares.
Entonces, usando mis dos manos, sostuve la brújula justo frente a mí, pero el
artefacto no impidió que Agares se acercara. Por lo tanto, lo señalé y levanté la
voz, —¡Esta es una brújula!
Al parecer, pillé a Agares por sorpresa. Sintiéndose perplejo, le lanzó una mirada
al objeto en mi mano, lo sujetó con dos dedos y lo sacudió. Noté que la brújula
parecía haber logrado capturar su curiosidad, y no pude evitar sentirme un poco y
secretamente deleitado. Pero, por supuesto, no podía dejar que esa expresión se
mostrara en mi rostro.
Me froté el mentón por un segundo, y como un profesor serio, con los dedos toqué
levemente el puntero de metal, preguntando, —¿Sabes por qué esta cosa te sigue
apuntando?
Agares usó su uña destructivamente afilada para hincar el cristal un par de veces,
y entonces accidentalmente le hizo una pequeña grieta superficial antes de negar
con la cabeza para indicar que no sabía el porqué.
Toqué la brújula con angustia. Maldición, Lafarre definitivamente me matará. Como
explorador, realmente atesora su brújula. Me froté el entrecejo, mi cabeza dolía.
Con un suspiro, continué: —Es porque tu cuerpo tiene un campo magnético. Este
atrae a la brújula, haciendo que la flecha cambie su orientación.
—Campo magnético, a... traer...
En voz baja, Agares repitió estas tres palabras rusas. Su pronunciación era
intermitente e ineficiente, lo que obviamente demuestra que usar ruso para decir
estas palabras era excesivamente complicado para él. Aun así, reconsideró cada
palabra y masticó continuamente todas y cada una de las letras, como si en verdad
estuviera dando todo para comprender mi idioma.
Mientras reformulaba esas palabras en voz alta, mantuvo su mirada en mí como si
no estuviera simplemente repitiendo lo que dije, sino más bien expresando su
propio significado. Este tipo de confusión real, aunque aparentemente falsa, hizo
que un latido estremecedor surgiera desde mi corazón. Evité de inmediato aquel
par de ojos serenos, pero aterradores, y agarré sus manos palmeadas para
colocarlas sobre la brújula. La punta de la aguja se volvió loca inmediatamente,
sacudiéndose de izquierda a derecha y haciendo que pareciera que escaparía de su
caja de cristal en cualquier momento.
—Mira —respiré hondo, tratando de calmar mi pecho palpitante antes de explicar
en español—. Atraes, tú la atraes. Tú...
Mis palabras se detuvieron cuando Agares me agarró de la muñeca. Salté del susto
y casi arrojé la brújula al agua, pero con los rápidos reflejos de Agares, logró
atraparla. Luego fue a juguetear con el pequeño botón en ella. De repente, sentí
que mi corazón era como la brújula, también capturado en la punta de sus dedos,
y la comprensión me dificultó la respiración. Solo podía sentirme anonadado
mientras lo contemplaba, mi boca incapaz de exprimir nada que pudiera desviar su
atención.
No sabía lo que quería hacer o expresar. Solo pude mirar impotente hacia adelante
mientras Agares se enterraba en mi pecho, sus brazos revistiendo fuertemente mi
cintura mientras su nariz se presionaba contra mi camisa para poder inhalar
profundamente mi aroma. Bajé la cabeza rígidamente y vi que tenía los ojos
cerrados, pareciendo como si hubiera quedado beodo tras beber vino, como si mi
cuerpo emitiera algún tipo de aroma subyacente que dejaba un rico regusto.
De inmediato sentí que todos los pelos en mi cuerpo se ponían de punta, mientras
que, al mismo tiempo, sentía que cada poro se contraía repentinamente debido a
la cercana proximidad de Agares. Además, su cabello emitía un dulce aroma
hormonal, el cual corría sin cesar por mis fosas nasales, y en este preciso momento
era particularmente fuerte.
No estaba seguro de si se debía al entusiasmo de Agares, pero lo que sí sabía era
que en estos momentos yo estaba aterrorizado. Una vez más, no pude contener el
impulso de querer salir corriendo para poder huir de la situación.
Agarré inconscientemente el tenedor que estaba a mi lado y lo apunté hacia el
cuello de Agares. Ferozmente, advertí: —Oye. ¡Si te atreves a hacerme algo aquí,
no me guardes rencor si te trato tal como traté al pescado rostizado!
—...Atraer... —Agares, que estaba enterrando maravillosamente su cabeza cerca
de mi corazón, de repente emitió un sonido bajo y ronco. Me quedé pasmado por
un momento, y en ese lapso de tiempo, vi a Agares levantando la cabeza.
—Yo... te atraigo... Desharow... —sentí sus húmedos labios moviéndose hacia el
lóbulo de mi oreja, dejando pequeñas chispas en tanto se arrastraba desde mi
cuello—. Profundamente.
Fue como si esta oración fuera un hechizo mágico que azotaba el interior de mis
tímpanos, convirtiendo toda mi mente en un caos. No sabía cómo Agares podría
ser capaz de determinar las emociones internas de las personas a través de sus
olores. Yo, obviamente, sentía que era absurdo, pero sentí que había descubierto
un secreto insoportablemente vergonzoso. De repente, perdí la capacidad de
refutar, como si me hubieran robado la voz y me hubiera quedado completamente
atónito. De hecho, sentí que era igual que la brújula, comenzando a ser incapaz de
resistir el "campo magnético" de esta bestia.
Como ahora, cuando Agares presionaba sus labios en los lóbulos de mis orejas,
sentía una leve excitación solo por el mero toque.
Además, no solo fisiológicamente.
Mi corazón ansiaba que continuara su violación, que diera otro paso y me invadiera.
Incluso si nos encontrábamos en una situación tabú, este tipo de emoción
contradictoria me regresó a ese período en que Agares había desaparecido. Cuando
pensé en él debajo de la manta, solo... mientras me masturbaba. Y lo más
vergonzoso era que me había estado observando haciéndolo.
¡Maldición, maldición! ¿Podría ser que he desarrollado sentimientos por él?
¿Cómo mi orientación sexual podría cambiar por una sirena macho? Soy claramente
un hombre ruso normal. ¡Se supone que me debe gustar Eva!
No. Esto definitivamente es causado por mi síndrome de Estocolmo. En efecto, ha
empeorado cada día.
Todos estos tipos de pensamientos estaban batallando dentro de mi cabeza. Me
agité hasta la confusión cuando Agares me presionó contra la pared de piedra. En
el momento en que bajó la cabeza para presionar mis labios, todo mi cuerpo explotó
y me levanté de golpe. En pánico, me giré y salté de la pared para liberarme. Pero
tan pronto como aterricé, me tambaleé, me resbalé en el suelo blando y mi cara
se cubrió de fango.
Me limpié la cara sin cuidado y, subconscientemente, volteé la cabeza hacia atrás,
pero vi que Agares no venía de inmediato a perseguirme. En cambio, solo se quedó
tranquilamente detrás de la pared de piedra, sus ojos bajando con concentración.
Teniendo la actitud de un anciano mirando mi estúpida apariencia, sus ojos
contenían interés y una ambigüedad incomparable.
Desde el momento en que las comisuras de su boca se elevaron, ya me había
considerado como algo extremadamente divertido. A sus ojos, era como un
pequeño granuja que intentaba recuperar el poco orgullo que me quedaba, pero
que entonces fui completamente derrotado por él.
—Carajo, maldita sea. ¡Este bastardo artero!
Monté en cólera debido a la humillación y le dirigí unas blasfemias. Incluso estrellé
mi puño contra el fango, y tan pronto como me di la vuelta frenéticamente y me
puse de pie, me eché a correr. Incluso se podría decir que estaba volando de
regreso al campamento, hasta dejando sin responder las preguntas de Lafarre. Al
final, me agazapé, solo en un rincón y me lavé el fango en la cara.
Capítulo 46

Después de usar agua fría para lavarme la cara, el fango finalmente se había
limpiado, pero mi corazón todavía se sentía caótico e insoportable. Lafarre no había
sido prudente y quiso acercarse a mí para hablar, pero pronto fue ahuyentando a
una esquina cuando vio que mi rostro estaba rebosante de enojo.
Él conocía mi temperamento. Yo era alguien que por lo general era amable cual
cordero inofensivo, pero una vez que me agitaba, me encendía y me convertía en
un lobo que poseía colmillos y garras extremadamente afiladas. Así que, como
resultado, al fin pude ganar un poco de paz y tranquilidad, solo.
Aparte de mi corazón inquieto, mi cuerpo estaba caliente por todas partes, como
si tuviera fiebre. Hace un momento, cuando Agares me había tocado, mi cuerpo
había reaccionado fisiológicamente. Hasta ahora, eso todavía no había bajado. No
me atreví a mirar en qué condición se encontraba mi entrepierna, porque sabía
muy bien que... estaba duro. Sucedió exactamente cuando Agares había pegado
sus labios en el lóbulo de mi oreja. Si hubiera retrasado mi escape, me temo que,
como un gato callejero que había olido el olor a pescado, no habría podido
resistirme y me habría sometido automáticamente a él.
¡Odioso! Esto hace que uno se sienta demasiado... avergonzado.
Después de quitarme la chaqueta, me vertí el resto del agua sobre la cabeza. El
agua helada bajó rápidamente mi temperatura corporal, pero no pudo apaciguar el
deseo inquieto del interior. Mi mitad inferior seguía levantada de excitación.
Ni yo mismo sabía de dónde venía este intenso deseo; era como si hubiera
aparecido por el anhelo a Agares.
Como un ladrón sintiéndose culpable, giré la cabeza en secreto para mirar al
estanque. Por suerte, parecía que Agares ya no estaba en la zona, pues no pude
ver ninguna señal de él. Solté un suspiro de alivio, tragando profundamente y
descansando mi espalda contra un árbol. Apretando mis dos piernas, usé el
material áspero de mis vaqueros para frotar mi punta palpitante.
Resistí el impulso de meter mis manos dentro de mis pantalones, pero cuanto más
aguantaba, la reacción debajo se hacía cada vez más intensa. Mi espalda se
empapó completamente de sudor y mi respiración también se apresuró más. Con
Lafarre a unos metros de distancia, no podía evitar preocuparme de que me
escuchara.
Sin embargo, la cosa en mi mitad inferior se había hinchado demasiado y me dolía
tanto que juré que no podría soportarlo más. Siempre fui alguien que no podía
contener el deseo físico, pero si me masturbara aquí, alguien definitivamente lo
descubriría. Además, no me atrevería a hacer este tipo de cosas frente a nadie
más, especialmente porque también había una mujer por aquí.
Encima, estaba la posibilidad de que Agares me espiara.
Pensando en eso con extremo recelo, mis ojos miraron los alrededores. De repente,
no muy lejos en la oscuridad, de casualidad vislumbré un par de orbes indistintos
y brillantes.
Estaba seguro de que le pertenecían a Agares. Pensé en ponerme de pie
inmediatamente y regresar al lugar donde estaban Lafarre y los demás, pero en la
oscuridad, su mirada inmóvil hizo que mis manos y piernas se suavizaran, como si
enviaran una corriente eléctrica a mi torrente sanguíneo.
Con eso, todo lo que pude hacer fue vigilar la zona. Vi a Agares nadando más cerca
en medio del pantano. En poco tiempo, el contorno de su cuerpo gradualmente se
hizo más claro bajo la luz de la luna. Entonces, cuando vi lo que estaba haciendo,
en el siguiente segundo, una ola de humillación se precipitó a mi cabeza.
Había colocado sus manos debajo de su propio abdomen, donde sostenía esa gran
herramienta sexual que me había hecho sufrir terriblemente una y otra vez.
Entonces, frente a mí, con la mano se frotaba ferozmente el largo, los músculos de
su cuerpo temblando como un volcán. Y debido a su cabello plateado disperso que
lo cubría por encima, ello lo hacía parecer frío, fuerte y controlado. Sin embargo,
esto me hizo pensar que, en este preciso momento, Agares era sumamente sexy.
¡Maldición!
Aparté la cabeza como si me hubieran electrocutado. Al instante quise ponerme de
pie y regresar a los demás, pero con la forma en que Agares me observaba con esa
mirada suya, una vez más, la electricidad me recorrió las venas. La fragancia que
tenía también parecía haberse transportado por el aire, flotando hacia mí,
debilitándome las manos y las piernas, remisas a obedecerme.
Aparentemente, estaba fantaseando sexualmente con Agares, mientras que él
también se satisfacía conmigo como su musa. ¡Y en realidad era lo suficientemente
lascivo como para hacerlo justo frente a mí, descaradamente! Seducción sería lo
más apropiado llamar a este comportamiento.
No quería reconocerlo, pero la fuerza de su tentación fue bastante eficaz. Mi cuerpo
se inquietó más, y la cosa en mis pantalones se había endurecido aún más. Era
más de lo que podía tolerar, así que estiré mis manos entre mis piernas y procedí
a frotar mi parte inferior con mi cuerpo hacia un lado. Sin embargo, sin control
alguno, mis ojos volvieron hacia Agares.
Las manos de Agares comenzaron a moverse más rápido, sus ojos estaban
entornados y miraba de arriba abajo todo mi cuerpo. Su garganta rodaba
continuamente, como si me estuviera tentando en silencio.
De repente sentí que estábamos jugando algún tipo de juego tabú. Estábamos
usando el deseo del otro para llevar a cabo una especie de competencia de tira y
afloja para ver quién perdería primero. Claramente sobreestimé mis propias
capacidades.
La sensación me hizo rememorar las épocas en que acababa de llegar a la pubertad
y veía películas eróticas a espaldas de mis padres. Todos los hombres estarían
fascinados con este emocionante tipo de sentimiento tabú, y yo no era la excepción.
A pesar del hecho de que a los ojos de mis amigos y padres era un buen alumno
que nunca tuvo ninguna novia, eso no significaba que no tuviera fantasías.
Pero, ¿alguien puede decirme por qué yo, un hombre, estoy fantaseando con un
siniestro tritón, en lugar de la celebridad femenina más atractiva de Rusia? ¿Es
porque mi cuerpo virgen ya ha sido arruinado por las garras de ese malvado
sirenio?
Estaba luchando en mi corazón, pero mi mirada permanecía en el robusto cuerpo
de Agares, incapaz de reprimir los pensamientos peligrosos que inundaban mi
cabeza. Mi cuerpo bullía como si estuviera poseído, pero al mismo tiempo, también
pensaba en morir de vergüenza.
Me apoyé contra el tronco del árbol mientras todo mi cuerpo se suavizaba, incluso
mi respiración era difícil y desordenada. No pude reprimir la idea de cómo me
estaba convirtiendo poco a poco en un engranaje arruinado dentro de una caja
musical, resonando las encantadoras y suaves notas musicales tras seguir los
movimientos de Agares.
Maldición, todo ha salido completamente mal.
Justo cuando pensaba en esto, las repentinas voces de Lafarre y Eva que llegaron
por detrás se sintieron como un cucharón de agua fría vertido sobre mi cabeza. Me
sobresalté involuntariamente, como si de repente me sacaran de un pantano de
lujuria.
Nervioso y desconcertado, miré a mis espaldas, pero parecía que no notaron nada
fuera de lo común.
Solté un suspiro de alivio, sin atreverme a volver a actuar ciegamente y sin pensar.
Si los dos hubiesen decidido venir, habrían visto el extraño juego que Agares y yo
estábamos jugando y definitivamente habrían levantado una ceja ante la situación.
Bajé la cabeza y enterré mi cara ardiente de vergüenza en mis rodillas, sin
atreverme a seguir mirando a Agares. En su lugar, abrí mi botella de agua y tomé
unos tragos grandes. La porción restante de agua, simplemente la vertí sobre mis
pantalones.
Por fin, ello trajo alivio a mi inquietud. Inhalé profundamente un poco, y después
de no querer esperar a que mi deseo se calmara por completo, me levanté de
inmediato y abandoné el lugar. Temía que, si me quedaba un segundo más, Agares
vendría y me sacaría de la impaciencia.
—Hey Desharow, ¿quizás te mojaste allí?
Una vez que Lafarre vio mi embarazoso estado, no pudo evitar reírse. Incluso Eva,
que acaba de despertarse, se rio discretamente una vez que vio el área mojada en
mi entrepierna. Con la incesante vergüenza, les di una mirada sucia antes de ir a
tomar los pantalones limpios de la mochila de infantería a un costado.
Con movimientos apresurados, corrí a una esquina para cambiarme, mientras que,
al mismo tiempo, prestaba atención a mi entorno en caso de que Agares saliera de
la nada. Justo cuando me puse el pantalón a la mitad, escuché sonidos crujientes,
tal como había predicho. Miré a mi alrededor con los ojos muy abiertos y el corazón
en la garganta. Inesperadamente, parecía que ansiaba que Agares apareciera.
De repente, vi que algo se reflejaba cerca de las sombras de los árboles. Parece
ser como un casco militar. Entonces, justo antes de que pudiera confirmarlo, algo
frío y duro se presionó contra mi nuca.
—Ha pasado mucho tiempo, Sr. Desharow.
La voz fría y lúgubre de una mujer sonó detrás de mí, luego Lafarre gritó, —¡No te
muevas, también tenemos un arma en nuestras manos, déjalo ir!
Sorprendido, volteé la cabeza y vi que un grupo de personas se acercaba poco a
poco. Un individuo en el frente se movía lentamente, su rostro escondido en el
borde de las sombras, pero sus ojos estaban claramente clavados en mí. Mis ojos
se abrieron de par en par. Sakarol entonces empujó mi cuerpo con fuerza mientras
me acercaba más el cañón del arma, obligándome a enfrentar a la única persona
que desesperadamente no quería ver.
Lo fulminé fríamente con la mirada. El fuego crepitante iluminado desde su casco
mostró mis incomparables ojos que brillaban intensamente con una amenaza.
Capítulo 47

—Como era de esperarse, aún no te mueres, Desharow.


Una vez que Rhine se quitó el casco, noté que sus ojos estaban inyectados en
sangre, como si hubiera sufrido una crisis mental. Inesperadamente, con su mano
acarició directamente mi mejilla, como si esa no fuera la misma mano que me
empujó del bote.
—¡Maldita sea, bastardo hipócrita!
En un instante, sentí una furia ardiente elevándose en mi corazón, y cuando
exploté, ignoré que todavía había un arma apuntándome por detrás. Mi puño
cerrado de repente se encontró con la cara de Rhine, haciéndolo caer directo al
suelo. Me arrojé sobre él, inmovilizándolo en el suelo, golpeándolo y pateándolo.
Sin embargo, no evitó mis agresiones, y después de soportar firmemente algunos
golpes fuertes, de repente se volteó para refrenarme.
Rhine luego me arrastró apresuradamente del suelo antes de apuntar un arma
contra mi frente.
—Lo siento, Desharow, pero siempre y cuando nos sigas obedientemente, te
prometo que no dejaré que ningún daño vuelva a sucederte —dijo Rhine con voz
baja y ronca, un tono que intentaba asesorarme.
Me burlé desdeñosamente y escupí el polvo que se encontraba en mi boca. —No te
culpo, solo estabas llevando a cabo tu misión. Simplemente estaba golpeando al
mentor cuya boca estaba llena de mentiras, no al tú que está parado aquí ahora.
Pero ya no somos camaradas, Rhine. No obtendrán nada de mí solo atrapándome.
Mira la situación en la que te encuentras en este momento.
En tanto decía esto, evalué la situación: el lado de Lafarre y los hombres armados
detrás de Rhine se apuntaban las armas entre sí. Miré subconscientemente hacia
la sombra oscura dentro de los árboles; Agares residía allí y obviamente estaba
esperando una oportunidad para atacar, pero el verdadero problema radicaba en
si lo habían visto o no.
Sakarol mostró una fría mueca y dijo: —Lo siento, no lo creo. Pequeño licenciado,
no estamos aquí para capturarte, solo te queremos... pues pareces tener cierto tipo
de efecto en las personas. Los hombres de nuestra tropa alguna vez encomiable se
han convertido rápidamente en perros locos solo por estar aquí. —Entonces se
acercó aún más a mi oído, susurrando—. Además, parece que eres un cebo de
pescado irremplazable. ¿Acaso creíste que no estaba al tanto de esa sirena macho
que seguía nuestro bote en ese momento? ¡Parece que no había probado suficiente
de tu trasero en el laboratorio!
La voz de Sakarol fue como un rayo golpeando mi oído, haciéndome ruborizar de
vergüenza y enojo instantáneamente. Le respondí, —¡Zorra asquerosa, cállate la
boca! Ugh-
Antes de que el resto de mis palabras pudieran caer, mi cuello fue estrangulado
por sus dedos delgados, pero fuertes. Sus afiladas uñas se enterraron en mi piel
con dureza, y por el rabillo del ojo, vi que Rhine había palidecido abruptamente
antes de gritar, —¡Coronel Sakarol!
—¡Rápido, muévanse! ¡Desháganse de esa sirena macho! ¡Yo arreglaré los asuntos
por aquí! —Un tono imponente sonó en mi oído como una radio.
Rhine me miró, hesitando un poco antes de sacar inmediatamente dos armas y
dispararlas en la dirección de Agares. ¡Ambas resultaron ser metralletas Thompson!
Con una fuerte explosión, el humo penetró el aire. Unas cuantas rondas de balas
salieron disparadas del cañón, dejando un increíble fuego en su estela.
Giré automáticamente la cabeza hacia donde se escuchaba un siseo. —¡Agares!
Sin embargo, por los sonidos de las balas disparadas que me rodeaban, mi voz fue
inmediatamente eclipsada. Sin importar a dónde mirara, todo estaba bloqueado
por un humo nuboso y amarillo que contenía un fuerte olor a pólvora, este
elevándose lentamente en el aire. En un instante, se escucharon disparos más
desordenados, y cuando distinguí el rugido de Lafarre mezclado con los gritos de
Eva, me di cuenta de que, desde las lejanías, estábamos siendo emboscados con
armas. ¡Habían sido los hombres de Sakarol!
—¡No! ¡Lafarre, Eva!
Me quedé mirando fijamente las sombras borrosas dentro del humo y comencé a
forcejear de un lado a otro, mis ojos llenos de cólera. Sakarol apretó mi cuello y
usó su cuerpo ágil, semejante a la seda, para envolverse a mi alrededor y presionar
mi cuerpo de bruces contra el suelo. Luché inmediatamente con todo mi poder,
pateando con mis dos piernas, y luego, coincidentemente usé mi rodilla para
golpear su abdomen. Durante esta ocasión, no podía molestarme en ser cortés con
el sexo más delicado. ¡Esta mujer aquí era básicamente una bruja maligna, y quería
matar a mis amigos!
De hecho, casi me estaba ahorcando a muerte también. Sin embargo, una vez al
borde de la muerte, esto parecía despertar la capacidad oculta de uno. Zarandeé
mi peso para resistirme a su agarre. Tenía una altura de 180cm y el vigor de un
hombre adulto, después de todo. Si usara toda mi fuerza, sería difícil para una
mujer simplemente soportarla toda. En el instante en que el agarre de Sakarol
sobre mí se debilitó, ya le había arrebatado el arma de su otra mano y levantado
apresuradamente del suelo. Luego azoté implacablemente la culata de su arma
contra su cuerpo antes de salir corriendo.
Me aferré al arma y avizoré mi alrededor, pero me sentía extremadamente
confundido y desconcertado. La oscuridad, el humo y el sonido de las armas se
revolvían cual olla de sopa, cegando por completo mi visión y otros sentidos. No
podía discernir quiénes eran nuestros hombres, dónde estaban y mucho menos qué
dirección conducía a Agares. Me agaché inmediatamente para evitar que me
dispararan, y grité tan fuerte que mi voz se volvió ronca, —Lafarre, Eva, ¡¿dónde
están?!
Sin embargo, solo un granizo de disparos volvió como respuesta. No se oía una
sola voz distinguible.
Mis nervios eran como una banda de goma estirada violentamente, saltando salvaje
y continuamente hasta que mi aliento se sintió atado en un solo hilo de aire
atrapado en mi garganta. No creía que Lafarre y Eva quizá estuvieran muertos,
pero la ansiedad y la preocupación estaban jugando conmigo, haciéndome perder
la razón.
Sintiéndome mareado, seguí mirando a mi alrededor hasta que entreví una figura
oscura en medio del humo. Pero no tuve tiempo de descubrir quién era, cuando de
repente, una punzada de dolor se sintió en mi estómago. Fue como si lava
abrasadora se estuviese calando por mi esternón, haciendo que mi respiración se
detuviera.
Una risa fría, vagamente indescriptible y desdeñosa resonó mientras mi cuerpo, sin
mi control, caía hacia atrás. Mi visión se volteó al cielo, y en ese momento, el ritmo
del tiempo pareció haberse ralentizado extraordinariamente.
Vi hojas marchitas cayendo suavemente en el aire a una velocidad
excepcionalmente lenta, y el humo era como una nube tangible que se expandía
poco a poco, manchada por el líquido escarlata que salpicaba el aire. Supongo que
eso era la forma de mi vida desvaneciéndose junto con mi sangre.
Sin embargo, no sentí dolor alguno. Solo pude ver el cielo completamente negro
mientras se derrumbaba sobre mí.
En medio de una oscuridad interminable, mi cuerpo se sentía como si estuviera
suspendido en el aire, pero también como si estuviera flotando con las olas del
mar. No pude levantar mis pesados párpados, pero como antes, vi una luz brillante.
Por lo tanto, luché para lanzarme en la dirección de la que provenía como una
polilla a una flama, ignorando el peligro sobrecogedor de lo que yacía delante.
A medida que caía, mi entorno poco a poco ya no se encontraba envuelto en la
oscuridad, sino que, lentamente, se convertía en una habitación de color blanco. Vi
doctores con batas blancas a mi alrededor, también un montón de caras jóvenes y
frescas. Vi de repente a un joven Davis, Lafarre y a la pequeña Eva similar a una
princesa. El contorno de sus caras, las que solo podrían haber sido desgastadas
por el tiempo, no mostraban rastros de envejecimiento, pero aun así reconocí que
eran ellos.
Abrí la boca, deseando soltar un sonido, pero una mano fría que usaba guantes de
cirugía de goma se apoderó de mi brazo. Una cegadora luz brilló sobre mi rostro,
haciéndome querer cerrar los ojos instintivamente, pero mis párpados estaban
siendo abiertos a la fuerza. La sombra de un extraño se inclinó, acercándose a mi
cara. Con sus ojos observando atentamente mis pupilas, dijo: —Muchachito bonito,
parece que tu composición y físico son los más adecuados de todos.
Efectivamente... qué extraordinario cebo de pescado.
¿Qué significaba eso?
En el pozo de mi corazón, una repentina y enorme ola de pánico me asoló. Incapaz
de abstenerme de recular, retrocedí y caí en una sustancia húmeda y pegajosa.
Bajé la mirada. Era, espantosamente, un charco de sangre. Cuando volteé la
cabeza, vi inesperadamente algunos cuerpos gravemente mutilados con carne
desgarrada superpuesta. Sus rostros familiares me miraban, y sus ojos muertos,
llenos de agravios remanentes, no se cerraban.
—¡Ah, ah!
Me agarré la cabeza y solté un silbido inhumano y alarmante, rompiendo
repentinamente la pesadilla. Una vez más, todo se convirtió en casi oscuridad, y la
única fuente de luz se filtraba vagamente por de las grietas entre mis párpados.
Jadeé en busca de más aire, mas mi pecho se sentía extremadamente apretado.
Abrí mis párpados con gran dificultad, pero entonces algo no tan suave
inmediatamente los volvió a cubrir, dándome otro susto.
Alcé automáticamente mi mano, palpando el objeto sobre mi cara. Era una mano.
En realidad, para ser más exactos, era una mano palmeada.
¡Es Agares!
Aupé mi cuerpo de inmediato, pero sentí un dolor agudo en el pecho. Después de
que mi espalda fuera firmemente sujetada, la mano sobre mi cara entonces se
retiró lentamente. Parpadeé mis ojos un par de veces, adaptándome poco a poco
a los rayos de luz no tan deslumbrantes.
Pude ver claramente el contorno de Agares, y pude oler ese olor peculiar que
calentó lentamente mi corazón, y el cual de alguna manera aliviaba un poco la
ansiedad restante de mi pesadilla previa. Sin embargo, al instante, recordé lo que
había ocurrido antes de desmayarme.
Mis manos tiritaban cuando agarré los hombros de Agares. Con voz ronca,
pregunté: —¿Viste a Lafarre y Eva? ¡¿Las dos personas que estaban conmigo, uno
hombre y la otra mujer?!
Agares guardó silencio unos cuantos segundos antes de negar con la cabeza. —
No...
El dolor en mi pecho se intensificaba cada vez más. Tosí brutalmente mientras mi
recuerdo de la pesadilla comenzaba a desvanecerse con rapidez. Ya no tenía una
imagen clara de en qué consistió el sueño. Lo único imposible de borrar eran los
rostros sangrientos y residuales de Lafarre y Eva.
No quería creer en esta espantosa premonición, pero la escena en el mundo onírico
fue terriblemente realista, como si el pasado y el futuro se hubieran juntando a la
perfección. La escena sin respuesta dentro del humo seguía vivida en mi mente,
como si insinuara que las cosas que ya se habían resuelto. Sin embargo, imaginar
que mis queridos amigos–con quienes he tenido una relación profunda–
probablemente estaban muertos, hizo que el corazón me doliera tanto que me
atormentaba a muerte.
—No pueden estar muertos... No pueden estar muertos. No ha pasado tanto tiempo
desde que hicimos esa promesa en la fogata...
Presioné mi puño contra mis ojos, tratando de reprimir las lágrimas mojadas que
se filtraban y el dolor mientras me convencía en voz alta. Al mismo tiempo, Agares
presionó sus manos palmeadas contra mi nuca, obligándome a apoyar mi cuerpo
débil contra su pecho y acariciando mi cabello como si consolara a un niño. Su
constante y poderoso latido resonaba dentro de mis tímpanos, y fue como si eso
tuviera un efecto hipnótico en mí, ya que, inesperadamente, me liberó de la
ansiedad intensa y deprimente.
Abracé su ancha y robusta espalda y apreté los dientes, resistiendo
desesperadamente el impulso de liberar mis emociones reprimidas mientras las
lágrimas goteaban silenciosamente en su pecho, gota a gota.
La mano que estaba en mi espalda se apretó, y aunque su expresión parecía
sombría, sus ojos eran amables y suaves. De repente bajó la cabeza y usó su
lengua para lamer las lágrimas que caían de mis ojos. Inconscientemente quise
retroceder, pero mi cabeza fue suavemente sujetada por su mano palmeada.
Lamía mi mejilla con ternura, limpiando las lágrimas que caían sin dejar una gota
atrás. Era como si estuviera usando este gesto especial y único para consolarme
en silencio, como los padres lo harían. Esto instantáneamente me hizo sentir
oprobioso, pues sentí que mi propia fragilidad se exponía frente a otras personas.
Mi autoestima estaba causando estragos en mi corazón, luchando unos contra
otros, haciéndome sentir incómodo por todas partes...
Debido a las reprimendas de mi padre, crecí extremadamente remiso a llorar frente
a los demás, especialmente mientras me consolaban. En este momento, sobre
todo, al enfrentar a este malvado tritón que me había invadido incontables veces,
me sentía de la misma forma.
—¡Detente, quédate un poco más lejos de mí! —No sabía de dónde había salido
repentinamente la fuerza, pero terminé apartando a Agares. Levantó la cabeza, al
parecer un poco confundido por mi repentino cambio de actitud. Frunció el ceño,
sus ojos afilados y profundos me observaron atentamente, similar a como si me
examinara. La forma en que me miraba me hacía sentir como un niño
desagradecido, y que él era un anciano impotente que no sabía qué hacer conmigo.
Tenía poca o nada de confianza debido al hecho de que fue Agares quien me salvó
la vida. Además, ya dependía estúpidamente de él, pero esa era una emoción que
no quiero admitir ni seguir.
Tragué con fuerza y lo contemplé débilmente. Con voz áspera, advertí: —No
pienses que te puedes aprovechar de mi vacío. ¡Déjame ir, tengo que encontrar a
Lafarre y a los demás!
Después de decir esto, usé mis dos brazos para apoyarme y darme la vuelta, pero
una vez que me levanté, mi pecho comenzó a doler otra vez, como si lo estuvieran
martillando. —Maldición...
Grité de dolor, pero luego un par de manos palmeadas se apretaron alrededor de
mis propias manos.
Levanté mis párpados y vi que un par de labios delgados mostraban un rictus,
revelando un poco de enojo. En el momento siguiente, mis labios sintieron algo
suave, pero pesado, cuando sus labios se sellaron firmemente sobre ellos.
Esto no podía llamarse un beso, pues me besaba muy profunda e implacablemente.
Era parecido al tipo de violencia en el que querría succionar mis labios hasta su
estómago. Sus colmillos me dieron un castigo obvio, ya que se rasparon contra mis
encías. Su lengua exploró mi boca y persiguió la mía, y una vez más, se envolvió
alrededor de mi lengua, rodando y succionando, dejándome imposibilitado de
cerrar la boca y causando que la saliva chorreara por las comisuras de ella.
La mano palmeada que sostenía mi espalda comenzó a deslizarse por mi columna
vertebral, y entonces comenzó a rasgarme los pantalones. Todo el tiempo, su cola
de pez se movió brusca y brutalmente en un intento de separar mis piernas, su
bulto presionándose contra mi entrepierna.
Con rabia y vergüenza, gruñí y usé mis rodillas para empujar la cosa ofensiva de
Agares, lamentando el hecho de que probablemente ahora lo había enojado. Sin
embargo, no tenía la fuerza para luchar contra él. En un momento de
desesperación, mordí sus labios con una fuerza excepcional y, en un breve
momento, pude saborear sangre. Empero, no relajé mi boca y seguí mordiéndole
firmemente la lengua, expresando que lo estaba desafiando.
La mano que estaba rasgando mis pantalones detuvo su acción. No pude evitar
ponerme rígido, dándole la oportunidad de permanecer entre mis labios un poco
más antes de levantarse. Entonces entrecerró los ojos y evaluó tentativamente mi
expresión, como si su acción de recién hubiera sido solo para darme un pequeño
susto, eso es todo.
Tengo que decir que tuvo éxito. Como un cordero cuyo cuello estaba firmemente
agarrado, me apoltroné en su abrazo, sin atreverme a ser demasiado temerario.
Seguía tiritando un poco, definitivamente debilitado por el dolor en el pecho.
Agares bajó la mirada, su garra palmeada se presionó suavemente cerca de la
abertura de la herida, insinuándome que la mirara.
Bajé la vista a mi pecho. Definitivamente debe haber sido de un disparo. Encima,
debe haber sido Sakarol la que me disparó, esa maldita mujer.
Maldición. ¡¿Debería estar contento de que no me hiriera el corazón?!
Con este pensamiento, no pude evitar tocarme donde yacía mi corazón. Ya se había
formado una costra sobre el agujero de bala, y además estaba cubierta por una
capa de membrana translúcida, evidentemente donde Agares la había lamido. Sin
embargo, esta herida de bala, a diferencia de las otras, era incapaz de curarse más
rápido. Supuse que algunos de mis huesos se habían lesionado, al menos uno roto,
si no, ¿de qué otra manera simplemente mover mi brazo podría hacer que sintiera
tanto dolor?
¡Odioso! Espero que sane más rápido, de lo contrario, no tendré la fuerza para
abandonar la guarida de Agares. Miré a mi alrededor, la cueva en la que nos
encontrábamos parecía estar suspendida en un precipicio, aunque en realidad no
era tan alto. Desde el lado derecho podía ver el mar a los alrededores de la entrada
de la cueva. La luz de la luna se filtraba por la sombra de los árboles, derramándose
sobre la roca en formas moteadas.
En mi corazón, pensé que la ventilación e iluminación aquí eran bastante buenas.
Aunque no podían compararse con las de una casa, aun así, esto se podía
considerar como una buena residencia para alojar. Es mejor primero sanar esta
herida y luego aprovechar cuando Agares estuviera lejos para ir a buscar a Lafarre
y los demás.
El pecho me dolía débilmente, traté de no pensar en cómo estaban en mi sueño.
Creía de todo corazón que no estaban muertos. Apreté el puño, pero...
¿Eso significa que, durante este tiempo, tendré que estar aquí solo con Agares?
Sintiéndome algo complicado, miré a Agares, y él también me estaba observando
pensativamente, como si viera a través de mis pensamientos cautos.
Capítulo 48

Como si tratara de evitar mis movimientos inquietos, Agares enrolló su áspera y


larga cola de pez entre mis tobillos, sus brazos rodearon mi cuello para acercarme,
permitiendo que mi cabeza descansara contra su pecho. Esta postura íntima me
hizo sentir tanto avergonzado como nervioso, ya que no sabía cuándo Agares
volvería a convertirse en una bestia bruta. Como me estaba quedando en su
guarida, estaba básicamente a su merced.
Por lo tanto, cerré los ojos, fingiendo dormir.
Pero Agares no parecía tener ninguna intención de tocarme por el momento. Su
pecho fluctuaba lentamente con ritmo, y su respiración cuidadosa–como una brisa
marina–era larga y constante, extendiéndose suavemente por la coronilla de mi
cabeza. Una de sus manos palmeadas, fuertes y anchas, similares a las de los
jugadores profesionales de baloncesto, se apoyó sobre mi mano, como si fuéramos
dos amantes homosexuales muy íntimos.
Este tipo de verdad no parecía estar planeando hacer algo.
Secretamente, giré la cabeza hacia un lado para mirarlo. Sus habituales ojos
brillantes, intensos y cautivadores ahora mismo estaban cerrados. Las gotas de
rocío mezcladas sobre sus largas pestañas goteaban por el alto extremo superior
de su nariz perfectamente respingada. Parecía una estatua silenciosa y pacífica.
Agares parecía estar durmiendo y, además, realmente se había quedado dormido.
Sin embargo, no me atrevía a despertarlo ni a escapar mientras durmiese.
No había duda de que fallaría. Estaba seguro de que incluso antes de que pudiera
sacar mis piernas de su cola grande y mortífera, Agares ya estaría despierto.
Volví a cerrar los ojos, respiré hondo unas cuantas veces y traté de tranquilizar mi
cuerpo rígido. Sin embargo, con el raro aroma hormonal dando vueltas en la
guarida, no pude conciliar el sueño. Mi corazón latía rápido y todo mi cuerpo se
cubrió de sudor. Estar simplemente acostado aquí, inmóvil, me hizo sentir que mi
fuerza física se estaba agotando rápidamente. Solo yací allí durante un par de
minutos y mi cuerpo ya me había traicionado...
Mi estómago soltó una serie de ruidos retumbantes.
—Ah... ¡Maldita sea!
Tragué. Recién me daba cuenta que no había comido nada durante un rato. Agares
claramente se sobresaltó gracias a mí. Había abierto los ojos. Me sentí un poco
avergonzado mientras me frotaba el estómago vacío. —Oye... um eso... tengo...
hambre.
Perplejo, Agares estiró su brazo y presionó su garra palmeada sobre mi estómago.
Con ansiedad, me quedé mirándolo. Realmente me estaba muriendo de hambre y
la única forma de obtener comida era a través de él. Agares, como si hubiera
captado mi punto débil, me miró en tanto la comisura de su boca se levantaba de
una manera bromista, soltando una risilla.
Su garra palmeada me pellizcó levemente el mentón, acercándome aún más a su
lado. Desconcertado, me preguntaba qué quería hacer exactamente, y pronto lo vi
acercar su oreja puntiaguda a mi cara, como si me insinuara que hiciera algo.
De inmediato lo comprendí: ¡este tipo me estaba pidiendo un beso! Para ser más
precisos, quería que hiciera lo que había hecho la última vez... Que lo lamiera como
una "recompensa adelantada" por conseguir comida. Esto de repente me hizo sentir
que me convertí en un delfín, la posición de Agares cambiando para convertirse en
un domesticador. Este tritón me alimentaba para domesticarme, por lo que
necesito estar obedientemente cerca de él.
¡Esto es demasiado ridículo!
Me quedé pasmado en el lugar, pero entonces mi estómago volvió a exclamar
decepcionantemente, y fue aún más fuerte que la última vez. La empoderada
sensación de hambre me hizo renunciar a la poca fuerza de lucha que me quedaba
en el corazón, acercándome a regañadientes para lamer la oreja de Agares. Pero,
quién hubiera esperado que Agares se aprovecharía de esta pequeña ganancia,
moviendo rápidamente su mejilla justo debajo de mí párpado.
Los ojos de Agares se entornaron en una sonrisa angosta y la comisura de su boca
se profundizó ante mí.
Vaya artero...
Maldije furiosamente en mi corazón, cerré los ojos y lamí el costado de su cara,
pero, al final, a pesar de ello, su garra palmeada una vez más sujetó mi mentón,
sus dedos frotándose suavemente a lo largo de mis labios. Sus ojos brillaban con
mucha ambigüedad, estaba claramente un poco excitado...
Solo de pensar en esto, puedes notar fácilmente cuán sexual sería una escena
lamiendo un dedo. Si esto continuaba, ¿me vería obligado a lamer todo el cuerpo
de Agares en aras de obtener comida? ¡Si es así, preferiría morir de hambre!
—¡Oye, bestia!
Con una cara ruborizada y nerviosa, lo fulminé con la mirada. La otra persona, sin
embargo, simplemente abrió la boca, agarró mi muñeca y lamió repetidamente con
la lengua estirada. Quedé completamente desconcertado y petrificado en el lugar.
Las puntas de mis orejas ardieron de rojo.
Después de permitir que Agares lamiera hasta la saciedad, levantó la vista y me
dio una mirada significativa antes de que su cola de pez se levantara, arrojándose
con un hermoso arco fuera de la entrada de la cueva. Antes de que pudiera
reaccionar, me quedé solo en la oscuridad, y lo único que pude escuchar fue un
fuerte chapoteo de agua en las lejanías.
Sostuve mi dolorido pecho y me arrastré lentamente hacia el borde de la entrada
para ver cómo cazaba, y mi línea de visión de repente se abrió a una vista amplia.
Esta guarida realmente estaba situada en un precipicio en el borde exterior de la
isla, pero la altitud no era tanta. Agares podía subir fácilmente con un solo salto.
No solo eso, había muchas rocas de arrecife en los alrededores, las cuales parecían
escaleras que llegan al mar.
Por lo que mis ojos podían ver, a mi alrededor había un mar interminable. Con la
luz pura de la luna salpicada sobre la superficie del mar, se podía ver el reflejo claro
y cristalizado de las olas lustrosas, y ello se conectaba a la perfección con la cúpula
de la noche estrellada.
La brisa marina se derramaba hacia atrás desde abajo, soplando mi ropa y mi
cabello como si estuviera planeando. La luna en la distancia parecía tan cercana,
como si estuviera al alcance, haciendo que la gente se sintiera como si estuviera
en un vasto universo con los pies dentro de una nave espacial vacía, flotando
silenciosamente en la larga, infinita y familiar Vía Láctea.
Al presenciar una belleza tan magnífica y misteriosa, no pude evitar relajarme y
librarme de las emociones afligidas en mi corazón. Momentáneamente, olvidé el
tiempo, olvidé mi propia sensación de ser y quedé completamente absorto en este
vasto mundo... hasta que una sombra en forma de flecha atravesó la superficie del
mar y de repente volví a la realidad.
Vi que una silueta fuerte de una mitad hombre mitad pez aparecía, creando un
elegante arco bajo la luminosidad de la luna llena. Al volver a chapotear en el agua,
las luces del agua se salpicaron por doquier, creando una imagen casi sideral. Sin
embargo, en lugar de caer en el mar oscuro, se zambulló directamente en mi
corazón, suscitando olas que no podían calmarse.
Mi corazón se sentía como si gotas de agua salpicaran mi garganta, sintiéndome
todo ahogado.
Aturdido, observé en esa dirección por un largo rato antes de retirar mis ojos a
regañadientes. De lo contrario, no podría controlarme de saltar al mar y nadar
junto a Agares.
Me recordé a mí mismo que debería explorar el terreno de esta cueva sin demora
antes de su regreso, preparar un plan de escape para el futuro cercano. Pensando
en esto, lentamente volví a tientas a la cueva. En la parte profunda de la cueva,
había merodeando mucho plancton cuales luciérnagas, emitiendo cúmulos de
estrellas y motas de color azul claro. Tenían un buen efecto de iluminación,
permitiéndome ver la estructura de la guarida de Agares. En el centro de la cueva
había una fosa hundida llena de agua corriente, similar a los baños públicos
naturales. Asumí que en su fondo había una ruta que lo llevaba directamente al
mar abierto, o quizás, al lugar donde generalmente dormía.
Rodeé cuidadosamente el borde, e inesperadamente encontré un segundo agujero
en el lado izquierdo con una entrada en la que no cabía más que la mitad de una
persona. Parecía una ventana ovalada, pero se podía ver que el interior no era muy
profundo. Con solo una mirada, se notaba que era un callejón sin salida sin otra
entrada o salida. No pude evitar notar que había montones de cosas dentro, y estiré
la mitad de mi cuerpo para investigar por curiosidad.
Me di cuenta enseguida de que todas estas pertenencias eran humanas. Había un
poco de todo, prácticamente todas eran cosas diversas: aceite de sésamo en lata,
perlas grandes, valiosos productos de marfil, vino tinto, vino blanco, cerveza, etc.
Todos estos eran productos comunes que a menudo se encuentran en los comercios
de Europa-Asia. Además, también había equipos que se usaban comúnmente
durante travesías marinas. Había algunos que solían usarse en el pasado, por
ejemplo, un sextante y un mapa de navegación hecho de badana. ¡El más antiguo,
sorpresivamente, era una especie de telescopio monocular que solo se podía ver
en el siglo XVIII, y un timón que parecía haber sido arrancado de un barco!
¡Dios mío! Justo cuando me estaba sintiendo incrédulo por todo lo que acababa de
ver, también vislumbré un diccionario de español deteriorado, pero grueso. Creo
que esta era la razón por la cual Agares podía hablar español. En verdad era un
tritón erudito...
Abrí casualmente el diccionario antiguo y vi que algunas palabras dentro estaban
especialmente marcadas con un bolígrafo. Estas notaciones deben haber sido
dejadas por los humanos que lo usaron anteriormente. Lo volteé varias veces y
accidentalmente me encontré con una carta doblada escondida en el interior.
Abrí la carta e intenté leerla, pero solo pude distinguir que había mucha escritura
manuscrita dentro de estas palabras densamente abarrotadas. No sabía de qué
país venía este idioma, pues la escritura era realmente demasiado desordenada, la
caligrafía más salvaje y desenfrenada que la mía. Y no solo eso, después de años
de la erosión del agua marina, era realmente difícil ver lo que estaba escrito.
La escondí inconscientemente en el bolsillo de mis pantalones porque tenía
curiosidad, tal vez contenía información documentada de la última persona que
conoció a Agares.
Estas cosas eran suficientes para demostrar que Agares tenía al menos más de 300
años. Estas eran las pruebas de su largo período de vida en el océano. Eran tesoros
que se traía, o posiblemente incluso recuerdos.
Y puede que yo ni siquiera sea el primer humano traído a su guarida... ni su primer
"cónyuge" elegido. Después de todo, mi edad difería mucho de la suya...
Con mis pensamientos desenfrenados, un repentino sabor agrio y amargo apareció
abruptamente en mi corazón, pero rápidamente me obligué a disipar estos
pensamientos extraños y continué enfocando mi atención en el diccionario de chino.
Volteé el libro libremente como lo deseaba, pero mi corazón todavía se sentía
caótico y algo nervioso.
¡Maldita sea, Desharow! ¡Cuál es el punto de preocuparse por esto! Pensar en cómo
salir de aquí en el futuro es lo más importante. ¡Cómo es de tu incumbencia que
ese tritón traiga a casa a otros humanos!
Mis cejas se juntaron y aparté la vista en otra dirección. Parecía haber otras
entradas en esta cueva profunda, pero cuando estaba a punto de salir del agujero
más pequeño en el que estaba, de repente escuché movimiento proveniente de la
cueva fuera de donde me encontraba. Me di cuenta rápidamente de que Agares
había regresado e intenté salir a toda prisa. Justo cuando pasaba el pequeño
estanque, la figura de Agares apareció inesperadamente en la entrada de la
pequeña cueva, y pillándome desprevenido, perdí el equilibrio y me resbalé,
tambaleándome hacia atrás al estanque.
¡Maldita sea, tan desafortunado!
En un frenesí, me atraganté con un par de tragos de agua, y justo cuando salía de
ella, levanté la cabeza, mi mirada aterrizando directamente en la cara de Agares y
casi haciéndome volver a caer al agua, asustado. Sin embargo, mi cintura fue
atrapada ágilmente por la garra palmeada de Agares, su cola rodeó mis piernas y
arrastró todo mi cuerpo directamente hacia arriba, del estanque a su abrazo.
En la tenue luz, no podía ver cómo era la expresión de Agares, pero me encontraba
preso del pánico, ya que había sido sorprendido mirando su colección privada.
Sé que debe haber descubierto lo que hacía recién, pero no sabía si se enfadaría
por esto o no. Entonces, cuando su garra palmeada se movió cuesta arriba hacia
mi cuello, no pude evitar tiritar, temiendo que me estrangulara hasta la muerte.
Pero solo sostuvo firmemente mi nuca y cuello mientras acercaba su cabeza a mi
pecho, comenzando a lamerlo.
Bajé rígidamente la mirada solo para encontrar que la herida de bala en mi pecho
se había abierto de nuevo debido al gran movimiento de hace un momento. Ni
siquiera noté la sangre roja que ya había manchado la parte delantera de mi
chaqueta.
Después de que la lengua de Agares hubiera lamido cuidadosamente un círculo
completo alrededor de mi herida, fue a seguir el rastro de sangre, lamiendo cuesta
abajo también. Había rasgado la costura de mi ropa con un mordisco, con ganas
de continuar lamiendo hasta mi abdomen. Reculé mi cuerpo velozmente y me
aferré a sus dos orejas para reprimir su propensión a bajar. —Oye... ¡no lamas
más, me siento mucho mejor!
Maldita sea, si sigue bajando, la cosa de abajo volverá a reaccionar...
Apreté los dientes mientras ya sentía la piel de gallina revistiendo todas las zonas
que su lengua había tocado. Sin embargo, lo que dije no tuvo efecto alguno.
Agares, haciendo oídos sordos, continuó lamiendo hacia abajo, y el par de orejas
satinadas se había resbalado fácilmente, escapando de mis garras. Su lengua
raspaba el largo de los rastros sangrientos que recorrían mi abdomen, haciendo
que mi sensible vientre se contrajera.
Solo pude usar la única línea defensiva–mi cinturón–y apretarla con fuerza. De
hecho, ya sabía que quedarme solo con Agares provocaría, en algún momento,
consecuencias indeseadas, pero no quería que sucediera enseguida. ¡Mi cuerpo
ahora mismo no puede soportar el tormento de esta bestia!
Pero mi actitud defensiva claramente produjo el resultado opuesto de lo que
deseaba. La garra palmeada de Agares en mi nuca bajó hacia mis pantalones.
Levantó los párpados y me miró fijamente. Mi tez se puso pálida al instante y solté
un tartamudeo, —N-no, no puedo.
—Mojado... deberías quitar pren... das...
Agares susurró cada palabra íntimamente con un tono un poco imponente. El
aliento húmedo se roció por mi cara, y el fuerte aroma hormonal entrante y flotando
en mi rostro hizo que mi expresión se oscureciera.
—Está bien, puedo usarlas. ¡Se secarán en un momento!
Discutí en voz alta y apreté aún más mi cinturón. Si hubiera cualquier otro hombre
aquí, no me importaría mostrar mi cuerpo, pero frente a Agares, ¡cuál es la
diferencia entre caminar frente a él sin ropa y saltar a un mar infestado de
tiburones!
—Quitar... —Agares retrajo la comisura de sus labios, su tono estaba lleno de
amenazas.
Mi espalda se sintió helada.
Al final, el resultado de mi forcejeo causó que mis pantalones se rasgarán en dos
pedazos y mi prenda exterior, en solo tres movimientos, fuera completamente
destrozada de mi cuerpo, dejándome usando nada más que un lamentable y sucinto
bóxer. Afortunadamente, antes de que Agares tuviera la intención de dejarme
totalmente desnudo, mi mano que estaba luchando con gran resistencia por cubrir
mi entrepierna, muy dificultosamente, logró detener su mano entrante.
Me enrosqué como un camarón y miré a Agares con ira y vergüenza infinitas, pero
no me atreví a contraatacar. Sin embargo, bajo mi ferviente mirada asesina, Agares
sacó indiferentemente algunos peces de sus espaldas. Por su apariencia, parecían
ser un tipo de alevín relacionado con el salmón, conocidos por sus altos valores
nutricionales. También escuché que su carne era muy tierna.
Sintiendo hambre, involuntariamente tragué saliva. No pude evitar mirar a Agares,
quedándome atónito cuando usó sus dedos palmeados para rebanar su pecho,
desarmando el pez. Solo cuando arrancó una larga tira de carne de pescado y la
colocó cerca de mi boca, me desperté de mi aturdimiento.
En esta situación, esperar comer comida cocida era absolutamente imposible, así
que, sin dudarlo, agarré la comida frente a mí y, vacilante, le di un pequeño
mordisco.
Sorprendentemente, la carne de pescado que entró en mi boca no tenía el sabor a
pescado fuerte que esperaba, solo un vago sabor salado del agua marina y una
leve dulzura al masticarlo. Esto despertó mi apetito y, como un lobo famélico,
devoré todos los peces que Agares trajo y disfruté de una satisfactoria comida
completa.
Justo cuando me estaba sintiendo completamente satisfecho con un estómago lleno
hasta el punto de eructar, escuché varios silbidos alargados provenientes de fuera
de la entrada de la cueva. Me giré para mirar, y asombrosamente, en medio del
mar, había muchos sirenios emergiendo de la nada del agua, solo sus cabezas a la
vista. No sabía por qué nos miraban esperanzados a Agares y a mí, como si
estuvieran esperando algo.
Capítulo 49

¿Qué están esperando?


Miré hacia abajo con los ojos llenos de preguntas, y al ver a los sirenios estirando
uno por uno sus torsos, me sorprendió descubrir que todos eran sirenios machos.
Estaban erguidos con su pecho firme enderezado mientras miraban hacia arriba.
Agares a mi lado, inclinó la mitad de su cuerpo por la cueva y estiró el brazo
repentinamente, abrazándome. En su posición altísima, bajó la cabeza, sus
delgados labios un poco separados. ¡Con una apariencia majestuosa, pero
arrogante, emitió un grito serio, profundo y firme, sonando simplemente como una
corneta utilizada durante el poderío naval para hacer señales, ensordecedor y difícil
de soportar!
Me quedé estupefacto de la conmoción. Justo ante mis ojos, los sirenios en la parte
de abajo, como si recibieran un llamado de Dios, de repente se emocionaron. En la
luna llena, saltaron, precipitándose por el cielo nocturno y convirtiéndose en
innumerables arcos cuales rayos brillantemente entrelazados, soltando diferentes
series de tonos toscos o altos, largos o cortos, llenos de ritmos apremiantes. Ello
se presionaba con las olas aplastantes y la brisa del mar, creando una
estremecedora Sinfonía n.º 5 que podía sacudir el corazón de una persona.
Mi tímpano fue incitado, mis nervios saltaron, ¿es este el legendario canto de los
sirenios?
Tengo que decir que este sonido era completamente diferente a lo que tenía en
mente. No había fascinación ni tentación, parecía más bien a una oleada de viento
aullante y lluvia embravecida, lleno de fuerza salvaje primitiva y emociones crudas.
Este tipo de canción me hace ver a estas criaturas feroces y hermosas
trasladándose por el profundo y vasto océano, persiguiendo y luchando con sus
enemigos naturales en la tormenta, cazando en las olas estruendosas e incluso
asediando embarcaciones humanas.
Solo que, ¿de qué están cantando exactamente?
¿Podría ser porque Agares me trajo?
Con este comienzo, la llamada "ceremonia" de los sirenios, ¿están felicitando a su
líder por "casarse" con su pareja?
¡Es demasiado absurdo!
Mis cejas se juntaron. Justo cuando pensaba en esto, simultáneamente vi que esos
sirenios–sin concertación previa–dejaban de saltar. La mitad del grupo se acercó
nadando a la parte inferior de la cueva, y sus grandes ojos, rebosantes de
profundidad oculta, brillaban intensamente mientras miraban hacia nosotros,
pareciendo pares de llameantes fuegos fatuos, mientras que la otra mitad se
apoyaba contra las rocas de arrecife aparentemente pequeñas, pero grandes que
sobresalían sobre el mar.
Justo cuando me preguntaba qué harían exactamente, los sirenios en las rocas
pronto se abrazaron en pares, sus colas entrelazadas. Uno de ellos incluso clavó al
otro a la superficie solo con su cuerpo, y su frecuencia comenzó a sacudirse
rápidamente. Antes de que pudiera reaccionar, en un instante, se escuchó el fuerte
y ruidoso golpeteo de las aletas caudales golpeando la roca. Los gruñidos y gemidos
vulgares, desordenados e incontrolados se emitieron juntos como una olla
hirviendo de sopa caliente, lloviendo por todo el mar.
Cuando miré a mi alrededor, todo lo que pude ver eran cuerpos robustos y recios,
enredados. De repente sentí que me encontraba en un antiguo festival de adoración
reproductiva, pero al mismo tiempo, sentía que estaba viendo un espectáculo
lujoso en un desordenado club gay clandestino.
Esto me hizo darme cuenta de que los sirenios que estaban teniendo relaciones
sexuales eran cónyuges, mientras que los que estaban debajo de nosotros eran
evidentemente un grupo de solteros hambrientos y sedientos.
Los sirenios pueden ser tal como los delfines: sumamente dependientes de los
comportamientos sexuales para construir relaciones sociales. Esta debe ser una de
sus "ceremonias" sociales.
Solo que, ¿quién podría decirme por qué todos los participantes aquí son machos?
¡Incluso si era una "ceremonia", debería haber también algunas hembras
involucradas! ¡Podría ser que los sirenios son realmente especies reproductoras
homosexuales! ¡Esto era simplemente demasiado increíble!
Me sentía extremadamente avergonzado, pero no pude detener mi intensa
curiosidad y asomé un poco la cabeza. En esa fracción de segundo, me quedé
perplejo porque vi a cientos de tritones en la parte inferior, todos estirándose y
observándome con inquietud. Sin embargo, ninguno se atrevía a saltar.
Además, con una sola mirada, sorpresivamente, había avistado a ese tritón
pelirrojo. Estaba en la roca más cercana, presionando a otro chico más pequeño
que él con su cola de pez herida. Pero el cuerpo del pelirrojo estaba torcido en mi
dirección, exponiendo deliberadamente la parte inferior de su cuerpo mientras sus
delgados y diabólicos ojos me miraban fijamente. No era difícil imaginar lo que
tenía en mente.
No pude evitar que la piel de gallina apareciera por todo mi cuerpo.
Estos solteros obviamente tenían miedo del formidable poder de Agares como líder.
Sin embargo, aun así, poseían una mirada devoradora, como si anhelaran
desgarrar mi cuerpo, desmembrarme pedazo a pedazo y luego tragarme
centímetro a centímetro.
Eso no es para nada un apetito de hambre, era otro deseo.
¡Dios mío!
Tragué secamente. Traté de imaginar lo que podría pasar si me cayera allí, y un
horrible escalofrío me asoló desde debajo de los pies, haciendo que me
estremeciera involuntariamente.
Esos ojos eran exactamente los mismos que los de Agares en aquel entonces en el
laboratorio de aguas profundas...
Apreté el puño con fuerza, mis palmas estaban llenas de sudor. Cuando eché un
vistazo a mi lado, accidentalmente me encontré con un par de ojos intensamente
luminosos. Me sorprendió la expresión de Agares. Su frente y el puente de su nariz
estaban cubiertos de sudor fino, las venas azules sobresalían peligrosamente de su
cuello robusto y había un toque de color sangriento oscuro subrayando su párpado.
Era una imagen severa de un drogadicto excitado.
¡Mierda, no desconozco esta apariencia!
Casi lo había olvidado. A mis ojos, a lo mucho, el impacto de esta inimaginable
escena me dejaba incrédulo, pero, para Agares, aparentemente puede ser lo mismo
que ver una porno...
De repente reculé, casi cayendo de la cueva, pero las garras palmeadas me
empujaron contra la pared de roca detrás de mí. Un jadeo pesado y tosco se golpeó
directamente contra mi cara. Agares me contempló profundamente y su garganta
rodó, seguido de un fuerte sonido de deglución. Entonces sacó la lengua, dándole
una fuerte lamida a mi cuello.
La cola de pez gruesa y áspera se enrolló debajo de mi cuerpo, apretando mis
piernas. La cosa que presionaba mi vientre bajo ya estaba dura hasta el punto de
ser insoportable, y la larga coronilla enraizada apuntó directamente a mi
entrepierna y comenzó a frotarse contra la delgada capa de mi ropa interior,
queriendo abrirse paso impacientemente.
—¡Mierda, no hagas esto! ¡Aléjate!
Preso del pánico, usé mi codo para bloquear inmediatamente su pecho mientras
gritaba con inquietud.
¡Como hombre, no podía soportar la deshonra de ser violado en público, encima,
abusado por una bestia macho frente a su propia comunidad étnica! Pero mi
protesta no sirvía de nada frente a la fuerza bruta de Agares, pues había agarrado
y refrenado mis manos con facilidad, presionándome firmemente debajo de él con
su robusto pecho.
A la fuerza, mi cabeza fue empujada hacia abajo por un vigor bárbaro, haciendo
que mi cuello quedara expuesto.
Sus labios se presionaron contra mi manzana de Adán, mordisqueando y mordiendo
ferozmente como si fuera un vampiro codicioso e insaciable. Sus músculos sólidos
eran como láminas de hierro galvanizado, e incluso podía sentir su temperatura–la
cual se elevaba rápidamente–sintiendo que su sangre bullía debajo de su piel
pálida. Su largo cabello gris plateado cubría abrumadoramente mi rostro, haciendo
que el fuerte olor hormonal se precipitara agresivamente en mi nariz. Me sentía
mareado y en pánico, todo mi cuerpo estremeciéndose de sensibilidad.
¡Admito que anhelo a Agares, pero incluso si fuera vapuleado a muerte, no estoy
para nada dispuesto a exponer nuestra actividad más secreta en esta clase de
situación!
Cuando las garras palmeadas de Agares se estiraron para agarrar mi ropa interior,
prácticamente aullé con voz severa, —¡Agares, Agares... te lo ruego! ¡Maldición!
No soy uno de ustedes. ¡No quiero pasar por esta ceremonia rara! Si te atreves a
hacerme este tipo de asunto aquí, ¡juro que te odiaré para siempre! ¡Deja que me
vaya de este terrible lugar!
Tan pronto como se dijeron las palabras, la acción de Agares en verdad se detuvo.
Con la cabeza aún enterrada en el costado de mi cuello, olisqueó profundamente y
escupió algunas palabras intermitentes con voz ronca, —Desharow... tengo que...
probar...
—¡Probar qué!
Su respiración hizo que mi cuello se sintiera entumecido. Giré la cabeza
inmediatamente y solté un grito, mi voz sonando ronca como si estuviera a punto
de ser estrangulado a muerte.
Hice lo mejor que pude y liberé mis manos para jalar de sus orejas puntiagudas
cuales alas, ello en un intento de levantar su rostro de mi cuello sensible.
Agares también había levantado repentinamente la cabeza, haciendo que su cara
terminara más cerca de la mía, prácticamente sin distancia. Contuve el aliento y lo
miré fijamente. En aquellos ojos profundos, flamas calientes llameaban en la
profundidad, y los alrededores estaban ocupados por venas rojas sangrientas, las
que casi cubrían toda la blancura. Esto era la evidencia de su último raciocinio
restante para luchar contra su deseo.
Me quedé estupefacto y mi corazón se relajó un poco. Aunque Agares estaba en
celo, al menos su condición no era como la de los tritones de abajo. Ahora puede
controlarse.
—O... —bajó la mirada a los tritones y, de manera protectora, su garra palmeada
se presionó contra mi nuca, y sus labios húmedos se frotaron contra el puente de
mi nariz, exhalando una oscura corriente de lujuria y deseo—. Estarás peligro...
¿Probar qué, exactamente?
Vacilé por un segundo antes de reaccionar. Lo que Agares quiere decir es que
necesita demostrarles a estos tritones que le pertenezco, o de lo contrario estaré
en peligro de ser disputado por los competidores. Tiene que usar las relaciones
sexuales como una forma de marcarme públicamente a fin de aniquilar por
completo los corazones codiciosos de otros tritones.
Diablos, esto era demasiado terrible. ¿No podría haber otra manera?
No me atrevía a permitir que mis dos manos soltaran las orejas de Agares, y seguí
presionando ansiosamente, —Puedes esperar...
Bajé la vista a mi pecho. Por suerte, descubrí que realmente había una pequeña
ruptura allí, y de la membrana recién curada, la sangre manaba, esto
aparentemente causado por los movimientos excesivos de Agares recién. Pero sentí
un momento de regocijo y deseé que saliera más sangre, sería mejor hacerle
pensar que me estaba muriendo.
Solté una tos débil y traté de persuadir en voz baja, —Oye... se siente realmente
doloroso aquí. Por el bien de mi herida, déjame ir hoy, si no, qué tal otro día... —
Mis palabras quedaron atoradas en mi garganta—. cuando mi herida se sane,
puedes probarles...
En el momento en que la última sílaba salió de mis labios, mis piernas se habían
suavizado un poco. Agares no me respondió, en su lugar bajó la cabeza en silencio
para lamer mi herida, pero sentí claramente que su mano se apuñaba con
moderación, y ya no trataba de arrancarme los calzoncillos.
El obsceno sonido mojado en el aire estimulaba mis tímpanos, haciendo que mi
cerebro zumbara. Como una música pecaminosa impulsándome, sentí que todo mi
cuerpo se calentaba con fervor, mi respiración no tan tranquila volviéndose
apresurada y corta. La sensación de la robusta espalda de Agares hacía que mi
sangre se acelerara aún más.
¡Dios sabe qué tipo de prueba mental era esta situación, que tu pareja fuera tu
impulso sexual y fantasía! Me obligué a apartar la mirada, pero no me atrevía a
mirar la escena debajo de la cueva y solo pude mirar las rocas sobre mi cabeza. En
silencio, no me permití caer en esta situación; no quería que nos vieran a Agares y
a mí entrelazándonos. ¡Por favor Dios, bendíceme para escapar esta vez!
Justo cuando estaba entrando en pánico, Agares de repente me abrazó la cintura,
su cola de pez se arqueó hacia arriba, y antes de que pudiera reaccionar, ¡fui
trasladado al interior de la cueva donde se encontraba el agujero de agua marina,
y un gran salto ocurrió!
En un instante, el agua de mar empapó todo mi cuerpo mientras yo, lado a lado
con Agares, me hundía rápidamente en la profundidad del agujero, cayendo hacia
la insondable oscuridad del abismo. Pensé que me ahogaría, ya que no tuve tiempo
para contener la respiración, pero era extraño que no me sintiera sofocado ni
incómodo.
Bajo la presión, sentí algo de dolor en la parte posterior de mis orejas: era como si
hubiera dos pequeñas aberturas. El agua entró por mi boca y nariz, y el aire fue
automáticamente filtrado para que respirara. Eso antes de que el agua volviera a
salir de esas dos pequeñas aberturas.
Son branquias.
Pero, ¿cómo puedo tener branquias? ¡No, es imposible! Pero, ¿entonces de qué
otra manera puedo explicar por qué puedo respirar libremente en el agua?
Mis ojos en la oscuridad sintieron la presión del agua apretándome el cerebro, lo
que confundió por completo mi mente. Incluso sentí que seguía durmiendo, que
aún no me había despertado, pero el poderoso brazo de Agares que me abrazaba
se sentía tan firme y real.
Abrí los ojos. Mi mirada recorrió de un lado a otro el agua azul profundo y mis ojos
se abrieron de par en par ante lo que vi. La enorme parte trasera de un naufragio
estaba incrustada en la placa continental de la isla. Yacía allí, suspendido en
silencio, enterrando su secreto mientras dormía. No se sabía cuánto tiempo había
estado aquí, pero finalmente se convirtió en parte de esta isla. Este puede haber
sido el rastro dejado por nuestros antepasados que habían explorado anteriormente
la isla de los sirenios.
¿A dónde fueron? ¿Se hundieron todos en el mar junto con el barco?
Después de nuestra zambullida, el barco hundido se acercaba cada vez más. Poco
a poco vi que se trataba de un barco a vapor del siglo pasado. Había grandes
timones rotos en su exterior, su estilo de ventanas perteneciente al este, y también
había algunos patrones decorativos en la superficie del casco que apuntaban
también al país del este. Creí que este barco podría ser de China o Japón. ¿Podría
ser este el mismo naufragio que sufrió la amiga del Sr. Shinichi, la anciana que
había perdido a su hijo, cuando era joven?
Pensando de esta manera, no pude evitar querer averiguarlo.
—¡Agares! ¡Llévame a ver!
Traté de hacer un sonido en el agua, pero solo escupí una gran cadena de agua
marina. Dio un giro veloz en la dirección en la que ya estábamos entrando, pasando
directamente al costado del naufragio. De inmediato, la presión del agua marina se
redujo enormemente a medida que nos elevábamos a la superficie del mar con
rapidez.
Vagamente, pude ver la dispersa luz de la luna temblando por encima de mi cabeza.
Agares me llevaba tan rápido como una fuente que brota a los cielos, como si
voláramos hacia la rueda de la luna que estaba fuera de alcance. De repente, con
un fuerte estallido de agua atravesando la superficie, en verdad habíamos saltado
al cielo nocturno.
El flujo de aire en la superficie del mar parecía acercarse como un tornado, y ante
mis ojos, la enorme rueda de la luna casi se presionó en mi cara, donde casi sentí
el puente de mi nariz cerca de su superficie. Mi aliento se enganchó en mi garganta
cuando exclamé un "Ah" con admiración.
El sonido se disipó cuando nuestros cuerpos volvieron a caer al mar, pero de
inmediato volamos de regreso al cielo nocturno. Esta vez, saltamos más alto y más
lejos que la última vez. Agares incluso giró varias veces en el aire, agitando las olas
y salpicando gotas de agua por todo nuestro alrededor. Me di cuenta de que me
estaba llevando a hacer saltos y brincos tan hermosos e increíbles.
Lo abracé nerviosamente mientras jadeaba de asombro ante esta experiencia
espectacular. De repente, presionó sus labios hacia abajo, abrazando mi cintura
firmemente, como si quisiera soldarnos.
En mi visión borrosa causada por el agua del mar, la luz de la luna parece una
botella de vino de cristal irreal. Planear por el cielo con estos brincos voladores hizo
que mi cabeza girara con vértigo, pero también sentí la extrema libertad de mi
alma saliendo de su caparazón. Como si fuera un verdadero borracho, respondí
fervientemente al beso de Agares, y una fragancia dulce y feliz surgió del fondo de
mi corazón. Estaba completamente ebrio.
Maldición. No sabía cómo describir esta experiencia en este momento. ¿Novedosa,
emocionante o... romántica?
Ni siquiera lo sabía, pues no era una jovencita que anhelaba amor. Sin embargo,
pude saber que este momento especial podría convertirse en el recuerdo más
memorable de mi vida. Incluso si alguna vez abandonara la isla de los sirenios,
nunca lo olvidaría.
Parece que estoy (pero, por supuesto, si tuviera que usar mi juicio racional, podría
ser una ilusión probablemente causada por mi creciente adrenalina) enamorado de
Agares.
Pero este sentimiento solo estuvo allí por un momento efímero. En el momento en
que Agares me sentó sobre una roca de arrecife, noté algo en mi mano que me
dejó estupefacto. Había una tela delgada entre mis dedos, la cual reflejaba el halo
húmedo a la luz de la luna. Esta vez, sin embargo, no era un sueño o una ilusión:
Agares se entrelazaba con mis dedos y la fuerza era real.
—Agares, qué me hiciste...
Saqué mi mano, mis ojos se agrandaron ante mis dedos y de repente mis ojos
parpadearon a la oscuridad.
—El primer cambio... vendrá.
Antes de desmayarme por completo, sentí sus garras palmeadas tocando mis
mejillas, y con esos ojos largos y estrechos mirándome fijamente, su boca se abrió
levemente, murmurando para sí mismo de manera irresoluble.
Capítulo 50

Sentí vagamente una sensación intensa y peculiar acercándose a mis piernas.


Sentía tanto comezón como dolor, como si mis piernas fueran corroídas por miles
de hormigas trepantes. Sin embargo, al mismo tiempo, se sentía similar a un
crecimiento de piel y carne nuevas en mis huesos.
Inconscientemente quise estirarme y tocarlas, pero un par de garras palmeadas
poderosas y húmedas presionaban mis dos brazos firmemente contra la coronilla
de mi cabeza, junto con un objeto mojado y suave que lamía mi cuello. Muy pronto,
sentí un dolor penetrante detrás de las orejas y alrededor de mis dedos. Era como
si espinas me estuvieran atravesando la piel por la fuerza, o como un virus
parasitario bregando por entrar.
Por el dolor, solté un alarido de mi garganta y abrí mis párpados pesados.
Sobre la coronilla de mi cabeza, la luna llena estaba tan cerca que parecía que
estaba al alcance de la mano, y bajo la luminiscencia del agua, parecía una canica
de cristal rota y destrozada. Esto se debía a que mi distancia focal se encontraba
desordenada y mi visión estaba muy dispersa, mi cabeza sintiéndose muy pesada.
Me sentía extremadamente mareado, casi al punto de vomitar. Pude ver que la
sombra que me estaba presionando era Agares, y cuando abrí la boca para llamarlo,
no salió nada. A medida que la comezón comenzó a volverse cada vez más intensa,
ello me obligó a bajar la mirada...
Dios mío, ¿qué acabo de ver?
Mis piernas estaban densamente cubiertas de escamas plateadas grisáceas que, a
primera vista, parecían una cola de pez. Sin embargo, mis dos piernas todavía
estaban ahí, aunque, adicionalmente, había dos capas palmeadas en forma de
abanico que brotaron en mis pies, colgando en el agua con su gran longitud.
Con inquietud, levanté la vista para mirar a Agares, pero antes de que pudiera ver
su expresión exacta, me desmayé una vez más.
La oscuridad se extendía por doquier, como si hubiera una espesa niebla en todas
partes. En un instante, todo desapareció: sin luz de luna, sin mar y sin Agares. El
dolor había desaparecido y mi cuerpo parecía hundirse más profundamente en el
agua marina, pero estaba consciente de que me encontraba atrapado en una
pesadilla.
Me esforcé por girarme y nadar hacia arriba, pero sentí un fuerte agarre en mis
pies, arrastrándome hacia abajo, abajo, abajo...
De repente, mientras todo mi cuerpo se hundía, un destello de luz revoloteó
instantáneamente ante mis ojos.
Descubrí que no sabía por qué me encontraba en un sereno pasillo de cristal oscuro.
Un gran pez y una medusa translúcida flotaban junto a mí, rozando rastros
moteados de agua y sombras. Parecían tan cerca hasta el punto en que se podrían
tocar con solo estirar un brazo, ello haciéndolos parecer más reales en comparación
con verlos a través de una pared de cristal transparente como antes.
Sentí vagamente que algo andaba mal, y con perplejidad, extendí la mano solo
para toparme con una capa de cristal.
Pero no estaba entre el pez y yo, sino entre el pasillo y yo. Era como un delfín
atrapado en un gran acuario que se usaba para la observación.
¡Oye! ¡Oye, qué ocurre!
Grité, pero solo el suave sonido del agua corriente me replicó.
Maldita sea, ¿dónde estoy?
Empujé vigorosamente la barrera transparente que me separaba del mundo
exterior, pero sentí su resiliencia. Sintiéndome un poco atónito, me giré para mirar
mis alrededores y, de repente, por el reflejo del cristal, vislumbré un par de pupilas
oscuras y sombrías.
¡Es Agares! Con mi propensión instintiva, me incliné cerca de la pared de cristal.
Sin embargo, lo que vi ante mis ojos me dejó totalmente estupefacto.
Agares usaba una gabardina negra. La larga cola de pez en la parte inferior de su
cuerpo se había desvanecido asombrosamente sin dejar rastro, reemplazada por
un par de piernas delgadas con pantalones de cuero. A través del reflejo en el
cristal, vi mi apariencia al instante.
Mis propias piernas estaban envueltas en una larga cola de pez gris plateada, con
aletas caudales en forma de abanico siguiéndome lentamente con la corriente,
moviéndose hacia arriba y hacia abajo.
Miré a Agares con incredulidad mientras él me miraba profundamente, con una ceja
fruncida. Sus manos estaban presionadas contra el cristal, al parecer tratando de
tocarme, mas ello permaneció fútil. Sus dedos estaban blancos por la presión, y
sus vasos sanguíneos estaban visiblemente saltones. Entonces, Agares empuñó
lentamente su mano y la golpeó duramente contra el cristal.
Con un fuerte sonido, varias grietas aparecieron y se extendieron. Cuando el cristal
se destrozó, el mundo ante a mí regresó instantáneamente a la oscuridad.
Hice todo lo posible para estirar los brazos. Extendí los dedos, pero solo atrapé
aire.
La repentina sensación de pánico me hizo abrir los ojos de inmediato y, cuando la
percatación volvió a mi cuerpo, me incorporé enseguida y me miré las piernas.
Por suerte, no había nada.
Mis piernas no se convirtieron en una cola de pez. Todavía estaban perfectamente
normales y saludables, de regreso a sus capas de piel originalmente lisas y suaves,
y no estaban hechas de capas de escamas de pescado. Aún sintiéndome
susceptible, volví a levantar la mano, y solo después de confirmar que no había
una membrana delgada y palmeada entre mis dedos, pude exhalar de alivio. Con
una cantidad desbordante de sudor frío, me toqué las piernas de arriba a abajo, y
luego, emotivamente, besé mi rodilla: un paciente cuya pierna casi fue amputada.
Gracias a Dios, después de todo, mi cuerpo no sufrió ninguna transformación
extraña.
Entonces, hace un rato, qué pasó exactamente con todo...
Sentí mis emociones y el flujo de mi conciencia en un completo caos mientras
rememoraba cuidadosamente esas escenas reales, pero ilusorias. Al mirar a mi
alrededor, me encontré de vuelta en la guarida de Agares.
¿Quizás nunca me había ido de aquí y solo había caído en un sueño ilusorio desde
la extraña ceremonia de los sirenios? Me froté la frente, todavía sin sentirme tan
seguro. El placer y la emoción que sentí cuando Agares saltó conmigo al mar, y el
doloroso cambio de mi cuerpo se sintieron tan reales. Todo se mezcló en un
sentimiento complicado que dejó un fuerte regusto en mis extremidades.
Si todo realmente hubiera sucedido, entonces debe haber algún tipo de rastro
remanente, de lo contrario, había algo muy mal en mi cerebro.
Pensando en ello, levanté la mano inconscientemente y me toqué la parte de atrás
de la oreja. Todo mi cuerpo se puso rígido...
Había una pequeña grieta en la parte posterior del lóbulo, incluso quedaba algo de
agua. Esto me recordó de inmediato la sensación del agua marina que fluyó desde
aquí cuando Agares me llevó al mar. Esta evidencia demostraba que esas extrañas
transformaciones realmente habían tenido lugar en mi cuerpo. La existencia de
estas branquias de repente destrozó por completo mis ilusiones.
Por la conmoción, una gran presión sobre mis nervios me dejó sintiéndome
sofocado. Respiré profundo algunas veces, abracé mi cabeza y me froté las sienes
violentamente para evitar volver a desmayarme después de concluir este hecho
incrédulo; todo en un intento de obligarme a pensar con calma.
Así es, mi cuerpo mostraba signos de los rasgos de los sirenios. Hace unos
momentos, tenía garras palmeadas, piernas cubiertas de escamas de pescado y
branquias que habían aparecido detrás de mis orejas (si realmente eran branquias).
Además, pude respirar libremente dentro del agua. En términos biológicos, mi
cuerpo había cambiado y, en otras palabras, habían ocurrido mutaciones en mis
genes.
Mi mente zumbaba de pensamientos. Seguí pensando en un segmento del estudio
de "biología genética":
La mutación genética es una fuente fundamental de variación biológica. Hay
muchos factores que pueden causar una mutación genética, los cuales se pueden
agrupar en tres categorías básicas. Uno es un factor físico: rayos X, láser, etc. El
otro es un factor químico, el cual se refiere a sustancias que pueden interactuar
con las moléculas de ADN para cambiar las propiedades naturales del gen: ácido
nitroso, análogos de bases, etc. La tercera categoría es un factor biológico, este
incluye virus y ciertas bacterias.
¡Por el momento, solo podría ser la tercera categoría!
¡Debe haber sido causado por Agares! A través de agresiones sexuales, había
inyectado el ADN de los sirenios en mi cuerpo. Sus células genéticas deben haber
tenido una característica extremadamente agresiva y corrosiva. Al igual que los
virus y las bacterias, probablemente controlaron, cambiaron y recombinaron mis
cromosomas... Quizás fue por su estructura o su gran cantidad, pero no importaba
qué diablos podían hacer, esas cosas terribles y extrañas habían causado la muerte
de una porción de mis células. Las mías probablemente fueron reemplazadas por
células nuevas asimiladas...
El primer cambio...
¡Entonces, eso significaba que iba a haber una segunda, tercera y cuántas veces
más! El resultado final será la asimilación de los genes de los... ¡sirenios!
¡No, no, no, no! ¡Mierda!
Me puse de pie y paseé por la cueva un par de veces. Mi mano peinaba mi cabello...
cada mechón lleno de sudor.
Maldición, ¡¿para qué sigo pensando en esto?! No debería haber pensado en estas
teorías. Incluso si escribiera la tesis más asombrosa del mundo, prácticamente no
tenía sentido si yo mismo era el espécimen mutado y podrido aquí. ¡Ni siquiera
puedo salvarme a mí, la muestra variable!
No quiero ser un tritón y quedarme en esta isla para siempre. ¡Aún quiero volver a
la academia y poder llevar una buena vida con mis padres!
Cálmate. ¡Solo cálmate, Desharow!
La única forma de detener la mutación era inyectando un suero que pudiera
dominar y suprimir los genes de los sirenios. Debo irme de inmediato, y cuanto
más lejos mejor. Debo evitar todo contacto con Agares. Después de todo, todavía
tengo oportunidad de volver mi cuerpo a la normalidad. Quizás, Lafarre y los demás
trajeron sueros de veneno de serpiente. No sé si funcionará, pero vale la pena
intentarlo.
Con estos pensamientos, sorprendentemente me tranquilicé. Sabía claramente que
entrar en pánico solo sería inútil. En este momento, la única persona que podía
salvarme era yo mismo.
Entonces, me incliné en la entrada de la cueva con cuidado. Mirando hacia el mar,
no encontré a Agares cerca. Es posible que se haya zambullido en el agua para
buscar comida o, tal vez, ido a tratar con los conflictos entre los grupos étnicos. Al
parecer, no encontrar rastro de Agares me hizo sentir más confiado en escapar.
Girándome hacia la pequeña cueva dentro de la guarida, donde se encontraba la
colección de Agares, saqueé algunas cosas esenciales que eran necesarias para
sobrevivir en la selva. Por suerte, prácticamente todo lo que podría necesitar estaba
disponible: una daga un poco roma, un telescopio, una brújula anticuada, un ancla
de hierro que podría usarse como arma, una botella de vino sin abrir que podría
desinfectar heridas, un sílex y algunas cosas variadas.
Los envolví rápidamente en una tela delgada que se parecía a una de esas banderas
en los veleros, la cual encontré debajo de todos los objetos. También arranqué
varias piezas para usar como ropa, y usé mi cinturón–lo único que Agares no
destrozó–para atarlas.
Me miré "totalmente armado y equipado". Básicamente me parecía al varado
Robinson y su Viernes.
Bien, ya era hora del paso más importante, que era el más crucial.
Este paso determinaba si podría escapar de esta cueva o no.
Me puse en cuclillas y hundí primero la cabeza en el estanque de agua donde Agares
me había llevado al mar. Después de confirmar que podía respirar suavemente en
el agua, salté por completo.
En esa fracción de segundo, sentí un rastro de renuencia en mi corazón, pero fue
inmediatamente limpiado por el agua marina que envolvió todo mi cuerpo. Casi por
instinto, prácticamente nadé a las profundidades tan rápido como pude, como un
pez veloz y ágil que se desplaza en el mar a una velocidad inhumana. Luego,
siguiendo la luz hacia arriba, atravesé el agua en un instante.
Después de limpiarme las gotas de agua en la cara, descubrí que había llegado a
una zona costera baja. Al notar que la tierra firme estaba cerca mío, subí
rápidamente a la orilla y saqué el ancla en mi cintura. Estaba muy alerta por
posibles depredadores en la orilla mientras entraba en la selva.
Necesitaba encontrar un tronco de árbol más alto para subir y ver dónde estaba el
barco que habíamos estacionado antes.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de subir a un árbol alto cercano, de
repente se escuchó un gruñido bajo en la distancia. Todo mi cuerpo se sacudió en
reacción. Ni siquiera tuve que mirar atrás para saber que era Agares que venía por
mí. Como reflejo condicionado, inmediatamente rodé al suelo y me agaché para
esconderme entre los pequeños arbustos. Al mismo tiempo, mi cuerpo se presionó
contra el fango húmedo de debajo, dándome una gran idea. Agarré dos manos
llenas de fango y lo esparcí por las glándulas sudoríparas que producen un aroma
natural en los humanos: en mi cuello, axilas y también en mi ropa interior.
Recordando lo que me dijo Agares hace un tiempo, me di cuenta de que, a cierta
distancia, usaba mi aroma para encontrar mi paradero. El sentido del olfato de los
sirenios podía ser más sensible que el de los tiburones y, además, mi olor,
especialmente para él, era más fuerte. Era precisamente como cuando yo huelo su
propia fragancia especial de su cuerpo.
Repté en las sombras. En tanto observaba nerviosamente la costa, en efecto, vi
una larga sombra negra que se elevaba del mar y arrastraba su larga cola hacia el
bosque, no muy lejos en la distancia. Cuando giró la cabeza para examinar todas
las direcciones, obviamente supe que el fango desempeñaba un papel importante
en ocultar mi olor. No podía encontrarme.
A lo lejos, un aullido ansioso atravesó toda la selva, sonando como si estuviera
justo al lado de mi oído. Con mi corazón sintiéndose alarmado, temblé de miedo
mientras me tapaba la boca, sin siquiera atreverme a respirar.
Capítulo 51

—Desharow... ¡Desharow!
Agares rugía mi nombre en voz alta, el sonido similar a un trueno. Donde sea que
pasara, era como un tornado abriéndose paso, e incluso las hojas a mi alrededor
temblaban. Quizás se había dado cuenta de que su aullido me espantaría, pues de
repente se tranquilizó y simplemente levantó su largo y poderoso cuello. Con los
ojos entornados, era como si quisiera oler cada voluta de aroma en el viento,
tratando de distinguir mi paradero con ellas.
Yacía nerviosamente en el suelo, escondiéndome en la sombra. Solo Dios sabía
cuánto quería enterrar todo mi cuerpo en el fango. No podía saber si Agares podía
oler mi aroma o no, pero tal vez era solo cuestión de tiempo.
Esperaba que mi suerte fuera un poco mejor. Sin embargo, obviamente se podía
discernir cuán furioso estaba Agares. Solo se había ido en búsqueda de alimento o
dirigido al mar para resolver algunos problemas, regresando solo para descubrir
que yo había escapado y, además, ¡que incluso me había llevado sus pertenencias!
Si me capturara, ni siquiera se necesitaría usar la cabeza para saber qué clase de
castigo emitiría. ¡No debo permitir que vuelva a hacerme ninguna cosa que requiera
contacto físico!
Fue en este momento que sentí un pinchazo agudo y doloroso en el tobillo, y cuando
bajé la mirada para revisar... Dios mío, había tres largas sanguijuelas tratando de
perforar sus dientes en mi piel, y una ya se había enterrado hasta la mitad en mi
carne. El dolor era similar a un punzón pinchándome la carne. Quise saltar de
inmediato y deshacerme de estas malditas criaturas repugnantes, pero la
racionalidad y la experiencia me detuvieron en seco. Si me moviera siquiera un
centímetro, sin importar cuán insignificante fuera el movimiento, Agares lo
percibiría. Además, eliminar sanguijuelas requería un método especial, por lo que
incluso si me levantara ahora, no ayudaría en nada.
Me cubrí la boca y la nariz, y soporté el dolor inmóvil mientras observaba
atentamente a Agares no muy lejos. Giraba la cabeza para oler el aire, pero parecía
que todavía no podía rastrear mi olor.
Su pecho como roca jadeaba ferozmente con emociones, y entonces, de repente,
arqueó la espalda, permitiendo que su larga cola se golpeara violentamente contra
un árbol, tan rápido como un rayo. Pronto se pudo escuchar el chasquido del árbol
partiéndose en dos. Su afilada aleta caudal se había liberado en el aire, la cual
emitió un terrorífico sonido de azote que atravesó el aire cuando casi roza la
coronilla de mi cabeza, ello antes de volver a sumergirme en el suelo fangoso,
escalofríos recorriéndome la columna vertebral.
¡Dios mío, ruego que no me vea! Enterré mi cara en mi brazo para reprimir mi
respiración temblorosa. En el viento llegó la ronca y profunda voz de Agares, —
¡Desharow, no puedes dejarme! Cambiarás... ¡Me necesitarás!
Todos mis músculos se tensaron aún más. Podía sentir el distintivo dolor de las
sanguijuelas enterrándose en mi piel, pinchando las profundidades de mis nervios
y haciendo que mis pantorrillas se contrajeran. Me mordí el brazo y me quedé tan
quieto como antes, sudando como un cerdo mientras perseveraba.
Un minuto, dos minutos, tres minutos...
Conté en mi corazón, sintiendo repentinamente que había regresado a la época
durante mi entrenamiento militar, sufriendo mientras nos arrastrábamos por el
suelo de hormigón que hervía bajo el sol abrasador, que Agares era mi instructor
estricto. Pero incluso cuando ese maldito instructor me descubría holgazaneando,
lo peor que obtenía era una paliza, pero si Agares me encontrara, ¡jamás podría
escapar de su agarre y de esta isla de sirenios!
Quizás mi perseverancia había funcionado: justo cuando había llegado a los diez
minutos, el sonido de los movimientos de Agares se fue alejando poco a poco. Sin
embargo, no me atrevía a bajar la guardia, así que esperé un poco más antes de
levantarme e inspeccionar mi tobillo. ¡Dios mío, estas tres sanguijuelas ya se
habían saciado con mi sangre, sus vientres translúcidos a la vista mientras colgaban
de mi piel, pero aún trataban de perforar mi carne!
Me desabroché rápidamente los pantalones y comencé a orinar. Usando mis manos
para atrapar un poco de la orina, la froté sobre mi tobillo. Aunque hacer esto era
algo sucio, no tenía ningún otro método además de este, pues el contenido de sal
en la orina era suficiente para irritar a las sanguijuelas. Una vez que toqué a esos
demonios chupasangre, sus cuerpos actuaron como si hubieran sido quemados y,
poco después, se enroscaron y cayeron al suelo. Mi ancla de hierro los aplastó hasta
la muerte.
No sabía cuántas sanguijuelas más había aquí, pero según mi conocimiento de
biología, este lugar era un pantano y no podía permanecer más aquí. Regresando
al árbol que había querido escalar antes, hice uso del ancla y trepé, seleccionando
una rama alta y gruesa para sentarme. Abrí el paquete y agradecí que la botella de
vino aún estuviera intacta y no se hubiera hecho pedazos. Giré la tapa de la botella,
vertí el líquido sobre mi pierna y froté la sangrienta abertura donde las sanguijuelas
me habían mordido, utilizándolo como un desinfectante simple antes de usar la tela
para vendarla.
En realidad, no era necesario vendar una herida tan pequeña, pero la sangre puede
transmitir mi olor y permitir que Agares me huela de inmediato. Así que, incluso si
el fango en mi cuerpo se sentía realmente incómodo, aun así, no me atrevía a
eliminarlo.
En este momento estaba completamente solo, y para seguir sobreviviendo, podía
confiar únicamente en mi propio conocimiento y capacidad. Mi experiencia en
supervivencia no era tan rica como Lafarre, pero, insisto, esto no era un examen.
Además, tenía innumerables experiencias de visitas al campo a acampar, junto con
una gran cantidad de teorías de biología que se pueden designar como un método
de salvamento. Siempre y cuando tuviera cuidado y no me encontrara de frente
con Agares, regresar a ese barco no sería tan difícil.
En tanto pensaba esto, saqué el telescopio–que era completamente antiguo–y lo
extendí hacia todos los rincones del mar. Casi de inmediato, me sorprendió ver
algunas luces parpadeantes que apuntaban al este, acercándose desde la costa del
mar. Había bastantes barcos al parecer, y en el cielo también había algunos
helicópteros. Me impacté bastante, una mezcla de felicidad e inquietud surgiendo
en mi interior porque no podía decidir si eran Lafarre y los demás que venían a
salvarme, o si era la tripulación de Sakarol, o tal vez no era ninguno de los dos,
pero independientemente de eso, estos barcos que venían eran mi mayor
esperanza de rescate.
Observé la distancia entre ellos y la costa. Les tomaría al menos un día antes de
que pudieran llegar a la isla de los sirenios.
Debo ponerme en contacto rápidamente con Lafarre y los demás. Pero después del
tiroteo con Rhine, Y si... No, definitivamente aún estaban vivos, pero era imposible
que se quedaran en el mismo lugar. Entonces, ¿dónde están ahora?
Me di la vuelta y ojeé los alrededores de la isla a través del lente, y con mi ventaja
geográfica, inmediatamente vi un cúmulo de fuego débil e imperceptible
centelleando en la parte noroeste de la selva. No estaba tan lejos de mí, y
estimando, probablemente sería una hora de viaje a pie. Solo que no estaba seguro
si esos eran la tripulación de Sakarol o mis propios hombres. No puedo tomar esto
a la ligera, especialmente porque no conocía sus identidades. Primero debo seguir
al acecho en la oscuridad para no exponerme tan temprano en el juego.
Inmediatamente después de tomar esta decisión, me puse en acción enseguida.
Después de bajar del árbol, usé la brújula como guía para encontrar la dirección
del lugar que había observado previamente en el árbol. Después de caminar
durante unos diez minutos, descubrí que a mi alrededor estaban los viejos muros
que había visto antes. Al parecer, me había tropezado con la ruta que regresaba a
las ruinas históricas, y debido a esto casi inmediatamente me tensé y eché a correr,
pero pude detener mi impulso a tiempo.
Estaba silencioso y no había signos de movimiento, eso demostrando que Agares
no estaba aquí. Sin embargo, las posibilidades de que apareciera eran altas. En
estado de alerta, miré el estanque artificial en el que alguna vez había morado y
me agaché inconscientemente, avanzando hacia otra dirección y planeando rodear
el alcance de los grupos emergentes de rocas, a pesar de que hacerlo alargaría mi
ruta.
Aunque estaba muy lejos, cuando pasé junto al estanque, un familiar aroma
hormonal flotó. Me tapé la nariz inmediatamente cuando mi mente me informó que
era el aroma de Agares. Me eché a correr, pero ni siquiera un par de pasos después,
mis piernas de alguna manera se suavizaron y mi cuerpo se sintió muy pesado.
Todo mi cuerpo se tambaleó y caí al suelo, desmayándome en el lugar.
No sabía cuánto tiempo había transcurrido antes de que una sensación incómoda
me despertara. En un momento sentía que me estaban cocinando vivo, y al
siguiente, sentía que estaba en una casa de hielo, haciéndome sentir como si
estuviera situado entre dos mundos: helado y caliente. Mi cuerpo estaba empapado
de sudor, entonces comencé a tiritar y esta sensación se volvió cada vez más
intensa, como si un rayo me azotara el cuerpo.
Abrí mis párpados pesados e intenté levantarme del suelo, mas la fuerza en mi
cuerpo parecía haberse evaporado y solo volví a caer.
¡¿Qué ocurre?!
Aturullado como estaba, traté de evaluar la situación. Mi cuerpo reaccionaba con
cada vez más ferocidad, nublándome más la cabeza. El aire frío y crispado golpeaba
mi cuerpo, haciéndome temblar, y tuve que abrazarme el cuerpo cuando la piel de
gallina apareció violentamente. El calor parecía haber invadido la médula de mi
cuerpo, mis órganos internos parecían haber sido drenados de humedad, como un
suelo agrietado que se había tostado bajo el sol abrasador.
No pude evitar dar vueltas, rodando por el suelo duro mientras sonidos bestiales
salían de mi garganta. Dios mío, ¿qué le estaba pasando a mi cuerpo? ¿Podría ser
que la segunda etapa ya había comenzado? No, ¿cómo podría ser tan corto el
período de tiempo de ataque entre la primera etapa y la segunda etapa? ¿No me
digas que en cuestión de instantes me brotarían escamas de pescado y manos
palmeadas? ¡Esto era desastroso!
Esta vez debo soportarlo, pero necesito regresar inmediatamente al barco para
recibir algún tratamiento antes de que vuelva a ocurrir la siguiente etapa.
Cerré los ojos de dolor y clavé mis manos en la tierra para soportar la agonía. Tanto
mi boca como mi garganta estaban lo suficientemente secas como para poder
exhalar humo, pero además de estar agostado, también sentía una sed
completamente diferente cada vez más notoria. Había una corriente eléctrica
emanando de cada célula de mi cuerpo, amontonándose y nadando por doquier.
No podía explicar la sensación con exactitud. Era como si hubiera tomado algún
tipo de... medicina o afrodisíaco, este aumentando mi sentido del olfato al máximo.
El olor del aroma de Agares flotando el aire parecía haberse duplicado
drásticamente, perforando cada uno de mis poros, suavizando todo mi cuerpo.
También sudaba profusamente y mi mundo giraba.
Cerré los ojos y contuve la respiración, tratando de convertirme en un aislante
eléctrico poco receptivo para poder resistir las reacciones fisiológicas. Sin embargo,
mi mente se inundó con la idea de Agares invadiéndome, la sensación de su toque;
anhelaba locamente estas cosas, y era más intenso que esas fantasías sexuales
furtivas que tuve antes. La cosa situada debajo de los dos objetos redondos entre
mis muslos se contraía ansiosamente, como una boca hambrienta que rememora
un deseo previo.
Me di cuenta de que estaba pensando como una criatura hembra en celo y no pude
evitar girarme por la vergüenza, enterrando la cabeza en el fango en un intento
por despejarla, pero fue inútil. Parecía que mis intestinos se batían y contraían,
encima mi abdomen seguía retorciéndose durante cortos períodos de tiempo,
despertando un dolor devastador y una inexplicable sensación de vacío, sintiendo
que la estructura de mis entrañas se pegaría si algo no entraba en mí lo
suficientemente rápido.
Me desabroché instintivamente el cinturón alrededor de la cintura, quitándome la
ropa hasta que quedé semidesnudo. Estiré la mano a ese lugar oculto en la parte
trasera, buscando a tientas esa cosa que me dolía sin cesar. Con solo un toque, mi
puerta fue como un pez hambriento agarrándome el dedo, succionándolo. Las
paredes internas de mi recto secretaban un tipo de sustancia que no se suponía
que estuviera allí, espesa y resbaladiza. Con un toque suave se indujo un gran
estremecimiento, y como si acabara de ser electrocutado, mi cuerpo tembló.
¡¡Ah no, maldita sea!! ¡¿Qué le está pasando a mi cuerpo?!
Retiré mis dedos y me mordí firmemente el brazo, enrosqué mi cuerpo hacia arriba
en un intento de resistir este anormal reconcomio fisiológico. El torrente de lujuria
dentro de mi cuerpo aumentó violentamente, y sentí como si se estuviera
expandiendo sobre la superficie de mi piel. Después sentí que mi cuerpo estaba
atravesando la pubertad, desarrollándose a un ritmo rápido y finalmente
convirtiéndose en una fruta madura y regordeta, esperando ser arrancada por
Agares. Estaba completamente maduro, incluso pensé que, si llegaba un poco más
tarde, mi cuerpo explotaría.
Mi cuerpo esperaba frenéticamente su llegada, pero mi racionalidad no. Justo
cuando estaba luchando, de repente escuché un ruido: era el sonido de personas
hablando, y caminaban hacia acá.
En una fracción de segundo, un estremecimiento me atacó. Estar al borde de que
la gente me descubriera con este tipo de apariencia me llenó de pavor, lo que de
repente me dio energía. Me levanté, gateando y rodando frenéticamente para
esconderme debajo de la sombra de un gran árbol.
Capítulo 52

—¿Seguro que había alguien aquí recién?


—Sí, coronel. Definitivamente escuché la voz de una persona, sonaba como...
¡sonaba como Desharow!
El hecho de que esas voces pertenecieran a Rhine y Sakarol me puso los nervios
de punta. Me retiré a las sombras con la espalda pegada al árbol. Cuando asomé
la cabeza, los vi aparecer por los pilares de piedra al otro lado, a unos diez metros
de mí. Si se acercaran un poco más, podrían escuchar mi incontrolable respiración
pesada.
Me tapé la boca con fuerza, sin siquiera atreverme a moverme, y todo lo que podía
escuchar era el agitado pulso de los latidos de mi corazón. Mi cuerpo tiritaba con
tanta intensidad que esperaba que oyeran mis movimientos sutiles.
—Definitivamente todavía está cerca —continuó Rhine, oteando la zona, apuntando
su linterna a todas partes mientras se acercaba cada vez más a mi dirección, ello
haciéndome encoger mi cuerpo más profundamente en la sombra. Al ver que
estaba a punto de apartar los arbustos que me cubrían, mi corazón se atascó en
mi garganta, pero entonces, en ese instante, Sakarol soltó un resoplido frívolo.
—Oye, no busques más, tenemos cosas más importantes que hacer. Tenemos que
llegar rápido a la costa para ayudar a los profesores y a los demás. En cuanto a
querer encontrar tu Desharow... Mañana esta isla estará repleta de nuestras tropas,
esos rusos no podrán escapar.
Cuando Sakarol habló con indiferencia y desprecio, mi corazón se hundió de
inmediato: supe que el giro de los acontecimientos estaba lejos de ser bueno. ¡Esos
barcos eran aliados de Sakarol, y además sus hombres eran del ejército! ¿De qué
país eran y cuál era su motivo para venir a la isla de los sirenios?
Me quedé mirando a Rhine, quien parecía estar perdido en un mar de
pensamientos. Frunció el ceño durante unos segundos antes de girar su cuerpo. —
Coronel Sakarol, no tengo ninguna objeción con respecto a esos otros rusos, pero
espero que pueda dejar a Desharow con vida. Es muy joven y un genio dentro del
campo de la biología, por lo que dejarlo con vida sería beneficioso para nosotros.
Podemos reclutarlo como miembro de la base experimental que construiremos
aquí.
¿Base experimental? ¿Planean convertir esta isla en una base para fines
experimentales? ¿Con qué van a experimentar? ¿Sirenios? ¿Por qué despliegan a
la milicia para proteger la isla? ¿Es porque iban a explotar los genes de los sirenios
para fabricar armas biológicas?
Respiré profundo para tranquilizarme, sudando como si hubiera llovido sobre mí.
Estupefacto, vi a Sakarol girándose hacia Rhine mientras una risa glacial brotaba,
sus ojos respingados mostrando un frío destello. —Decidir eso no depende de
nosotros, Rhine. No dejes que tus emociones influencien tus acciones y nublen tu
juicio. Admito que Desharow tiene mucho valor que podemos aprovechar, y es una
persona bastante fascinante. También es alguien apasionadamente valiente que
echaría toda cautela por la borda a fin de perseguir sus sueños.
Mientras decía eso, su rostro cayó repentinamente y escupió varias palabras
suavemente: —Como una polilla. Pero sabes, las polillas son realmente frágiles,
mueren... muy rápido. Wer hoch steigt, kann tief fallen.
—Pero Coronel, yo no...
Sakarol interrumpió, —Te gusta y te has enamorado de él. Rhine, solo admítelo
francamente. No somos como esos rusos inflexibles y obstinados. Permitimos la
homosexualidad, pero los sentimientos solo pueden existir por debajo de las
órdenes militares.
—...Entendido.
¡Maldición! Mis dedos se enterraron en la corteza del árbol, corto de respiración;
mis pensamientos se llenaron de tensión. Lo que me ponía más nervioso era que
estaba seguro de que Sakarol acababa de agregar una serie de palabras extranjeras
a su oración. Aunque no pude entender lo que dijo, aun así, pude distinguir esa
oración como alemán.
Eran alemanes, probablemente un grupo remanente de nazis de la Segunda Guerra
Mundial que no estaban dispuestos a rendirse.
Se habían escondido en Moscú hace mucho tiempo, y quizás ya habían estado
observando la isla de los sirenios descubierta por el Dr. Vinogreider hace muchos
años. Conspiraron y planearon un gran complot mientras fingían ser rusos,
arrastrando fácilmente a los estadounidenses a la mezcla para hacerles creer
erróneamente que Rusia ocultaba algo bajo su manga, y a nosotros nos hicieron
pensar que los Estados Unidos estaban en contra de Rusia, esto mientras se
escondían en la oscuridad para encontrar la oportunidad perfecta para resucitar.
Dios... tengo que hacerles llegar esta información a Lafarre y a los demás
inmediatamente, ¡no puedo quedarme más aquí!
Tragué saliva, mirando fijamente a Rhine en tanto se alejaban. Levanté mi cuerpo
suave y gelatinoso del suelo, pero antes de que pudiera dar dos pasos, volví a
tropezar al suelo y, por descuido, me resbalé accidentalmente por una pequeña
pendiente. Los gritos de Rhine se escucharon de inmediato, seguidos de pasos que
se acercaban en la distancia. —¡Oye! ¿Quién está ahí? ¿Eres tú, Desharow?
¡Maldita sea, esto es terrible! Rodé, pensando en escapar por el bosque, pero mis
piernas suaves simplemente no tenían la fuerza, tropezándome sin siquiera llegar
a un metro antes de volver a caer. Girando la cabeza, vi a Rhine acercándose por
detrás. Al parecer quería ayudarme a levantarme, sin embargo, su mano se congeló
en el aire cuando sus ojos recorrieron todo mi cuerpo con asombro, claramente
notando mi apariencia inusual. Todo mi cuerpo estaba ruborizado por la fiebre, la
cosa entre mis piernas no había bajado y también estaba la mucosidad
transparente que me daba vergüenza mencionar.
Enrosqué mi cuerpo, reculando. Humillado, usé mis brazos para cubrir mis mejillas
sonrojadas y grité con voz severa: —¡Vete al carajo, no me mires con ese tipo de
ojos! ¡No te me acerques!
—¡Déjame ayudarte, Desharow! ¡Estás enfermo!
Rhine me agarró del brazo, tratando de levantarme del suelo, pero mi cuerpo era
demasiado pesado para que lo manejara, por lo que perdió el equilibrio y cayó
sobre mí. En el instante en que su rostro quedó justo frente a mí, su expresión
cambió a una mirada tonta, sus ojos clavados en mi rostro e incapaz de apartar la
mirada. Era consciente de que mi aspecto actual parecía de actor porno, y aunque
probablemente no lucía tan atractivo, caer en la mano de Rhine así sería
indudablemente peligroso.
Desharow, esto es peligroso. ¡Apúrate, apúrate y sal de este lugar!
Pensando en esto, inmediatamente quise levantarme y correr, pero mi cuerpo me
falló: se encontraba demasiado débil para seguir adelante. Me tendí en el suelo
mientras el mundo giraba a mi alrededor, mis ojos húmedos y difusos, mi boca casi
jadeando en busca de aire, mis manos tanteando el suelo para encontrar algo para
sujetarme, pero en su lugar sentí una palma áspera tocándome el muslo. Mis
piernas se sacudieron cual resorte; estaba tan ansioso que perdí mi línea de visión,
lo que me hizo sentir que una sensación de crisis se volvía a reunir.
Viendo un vago y cálido tinte apareciendo en el determinado rostro sobre mí, Rhine
me llamó: —Oye, mi pequeño Wallace, ¿de alguna manera te indujiste con un tipo
especial de medicamento? Me parece que necesitas hacer "eso"... —Mientras
hablaba, su mano se maniobró a mi ingle, y con voz ronca, continuó—. Este lugar
de aquí... está rebosante de sangre caliente...
—¡Piérdete!
Con gran dificultad, levanté la pierna para darle una fuerte patada en el estómago
a Rhine y usé esto como una oportunidad para escurrirme, pero saltó desde atrás
y se abrazó fuertemente a mi alrededor. Solté un fuerte grito cuando usó su cuerpo
para presionarme contra un árbol e intentó atar mis manos detrás de mi espalda.
Utilicé la poca fuerza que me quedaba para montar una pelea, sin embargo, con el
intenso forcejeo, el fango en mi cuerpo había sido desprendido.
No podía luchar contra un soldado entrenado como Rhine, y en poco tiempo, fui
completamente restringido. Justo cuando estaba jadeando con mi fuerza casi
mermada, una voz baja y profunda de repente resonó dentro de la oscuridad no
muy lejana, haciendo que las hojas circundantes crujieran y se balancearan en un
instante. Subsecuentemente, un fuerte olor penetró el aire.
Es Agares...
Mi cuerpo tembló como si hubiera sido golpeado por un rayo. Cuando la fuerza del
agarre de Rhine se aflojó, aproveché el momento y corrí al bosque, sin importarme
a dónde este conducía como un conejo. En este momento, un par de disparos
sonaron a mis espaldas y pude escuchar a Sakarol gritando en voz alta, —¡Ese
tritón! ¡Rhine, dispárale rápido!
Bang, bang, bang.
Se escuchó otra ronda de disparos, pero ahora pude escuchar a Agares rugiendo
aún más cerca. El fuerte viento presionaba mi espalda con fuerza, mas no me atreví
a mirar hacia atrás y solo seguí a tropezones con las lúgubres y moteadas sombras
del bosque. Tragaba montones de aire cuando me quedaba sin aliento, corriendo a
una velocidad tan alta.
La falta de oxígeno hacía que mi cabeza estuviera tan caótica que incluso me
confundía si estaba mezclando sueños y realidad. El sonido de los gritos de Rhine
parecía cercano, pero lejano, —¡Desharow, regresa! ¡Ese tritón está justo delante
de ti!
Perdí la compostura y miré hacia el frente, pero entonces, mi pie pisó el aire vacío,
dándome cuenta de que lo que había ante mí era un precipicio escarpado, y en el
fondo había una inmensa cueva oscura. Sin embargo, a pesar de que vi esto, mi
cuerpo no pudo detenerse a tiempo y caí por el precipicio. En este punto, era una
cuestión de vida o muerte, pero en ese momento, mi brazo fue inmediatamente
agarrado y mi cuerpo quedó suspendido en el aire. Levantando la cabeza, vi los
ojos de Rhine mirándome. Desesperado por sobrevivir, instintivamente me aferré
a su brazo con ambas manos, pero al hacerlo, escuché un vago ruido flotando desde
la cueva de abajo.
El estado de mis nervios se disparó. Rhine se aferraba a mi brazo que se estaba
resbalando lentamente, centímetro a centímetro, debido al sudor mientras me
miraba fijamente a los ojos y gritaba, —¡No mires, Desharow! Aguanta un poco
más. ¡Te voy a subir!
Pero una vez que dijo eso, no pude controlarme de bajar la mirada...
Lo que vi me impactó.
Inesperadamente, vi al Henry que había conocido antes: yacía desalentado, los
ojos vidriosos y abiertos de par en par, acostado desnudo sobre la roca, sus manos
y pies presionados por varias manos palmeadas pálidas, ellas atrapándolo contra
la roca. Unos cuantos tritones robustos se presionaban contra él, y uno en
particular, estaba usando toda su fuerza, sacudiéndose sobre él y follándolo.
Su trasero ya goteaba sangre, mezclándose con algún tipo de sustancia
cuestionable que no pude ver con claridad. Quizás eran sus intestinos, retratando
claramente que había sido follado demasiadas veces hasta el borde de la muerte.
Sin embargo, a su alrededor había incontables tipos sedientos, obviamente
esperando su turno.
¿Dónde está Davis? Miré alrededor de la zona, esperanzado y en trance, pero no
pude encontrar rastro de él. Pero la escena nauseabunda ante mí hizo que mis
entrañas se retorcieran, haciéndome querer vomitar. Temeroso, me aferré a la
mano de Rhine, mis piernas pisando la roca y haciendo mi mejor esfuerzo para
escalar, pero mis brazos estaban demasiado resbaladizos, y sin importar qué, mis
piernas simplemente no podían encontrar la fuerza. ¡Pero en ese momento
extremadamente crítico, una sombra negra se cernió sobre Rhine!
Al ser tomado por sorpresa, me morí de miedo. Escalofríos aparecieron y mi brazo
se resbaló del agarre de Rhine. Por un momento, mi cuerpo se sintió ingrávido, y
al siguiente, mi cuerpo se había sumergido en el mar. Aturdido, miré la entrada de
la cueva, y en solo unos segundos, vi innumerables sombras oscuras precipitándose
hacia mi dirección. Mi cerebro explotó fuertemente, y cuando todos los ojos se
posaron en mí, mis manos y pies se sacudieron de inmediato hacia la superficie del
agua. Los tritones me miraban como un tigre a su presa, reuniéndose a mi
alrededor cuales fuegos fatuos flotando en el cementerio, queriendo quemarme en
cenizas.
Los dolorosos y espeluznantes gritos de Henry me adormecieron el cuero cabelludo.
No me atreví a voltear la cabeza para mirar, y solo pude encogerme de miedo y
trepar una pequeña roca que estaba en el centro de esta cueva llena de agua, todo
mi cuerpo tiritando de pies a cabeza.
No pude distinguir cuántas manos palmeadas vinieron por mí. Algunas emergieron
para agarrarme de los brazos a cada lado, algunos pares fueron a agarrarme las
piernas, mientras que otros fueron a rasgar mi ropa. Era como si estuvieran
luchando por un trofeo valioso. ¡Juré que hoy era definitivamente el día más
aterrador de mi vida, nunca antes había experimentado algo tan terrible!
Justo cuando sentía que me iba a desmayar de miedo, una gran sombra cayó
abruptamente desde arriba, separando el mar como un cuchillo afilado, levantando
olas para dividir su estela y, emergiendo de las aguas, he ahí un perfil familiar.
Solo con esos ojos sombríos recorriendo mis alrededores, a pesar de que no dio
ninguna advertencia u orden, los tritones que planeaban comerme se dispersaron
al instante, corriendo uno tras otro para retirarse al agua y solo exponiendo la
mitad de sus ojos para observar en silencio a su líder.
Me tumbé en la roca, flácido y débil mientras la lujuria ardiente se expandía
rápidamente dentro de mi cuerpo, haciéndome perder toda mi fuerza para siquiera
escapar. Solo pude contemplar perplejamente a Agares acercándose con lentitud
desde el agua, nadando hacia donde me encontraba. Se inclinó, su sombra se
cernió sobre mí, cubriéndome completamente con su cuerpo. Estaba perdido en la
niebla de su intenso aroma hormonal que parecía haberse convertido en una nube,
con una intensa lluvia que se vierte sobre mí.
Sus manos palmeadas treparon por mi cintura, abrazándome. Inhalé
profundamente su aroma cual drogadicto grave que estaba en rehabilitación, pero
había logrado obtener una gran dosis de heroína y no podía esperar, mi garganta
soltando un gemido suave, pero ronco.
Capítulo 53

Mi visión se puso borrosa, como obstruida por una fuerza magnética especial. No
podía ver nada a mi alrededor excepto el contorno de Agares ante mí. Era como si
el mundo no contuviera nada, y la única existencia verdadera y real... fuera él. Casi
pensé que estaba dentro de un sueño velado y comencé a dudar de dónde me
encontraba.
Sin embargo, podía escuchar claramente los gritos entusiasmados y bajos de los
tritones a mi alrededor, como si se estuvieran susurrando entre sí, esperando con
ansias nuestro espectáculo apetitoso y exquisito. Incluso podía escuchar los fuertes
alaridos de Rhine desde arriba, dejándome con un pequeño rastro de conciencia y
embarazo.
—Deja que me vaya... de este lugar.
Sentía que me ardían las mejillas por la sangre urente que fluía acaloradamente en
ellas, y ni siquiera mi boca me hacía caso. Solo pude apoyarme en el recodo de los
brazos de Agares, jadeando fuerte y desordenadamente, en todo momento incapaz
de desviar mi mirada de su cuerpo. Ese cuerpo fuerte, al alcance de mi mano,
estaba lleno de gotas de agua que chorreaban por su pecho relajado y tonificado,
así como por sus músculos abdominales. Una por una, goteaban sobre mí, como si
fueran una especie de catalizador que hacía que cada uno de mis poros se
expandiera, exigiendo con anhelo el toque y el beso de Agares.
No puedo permitir que me vuelva a invadir. No quiero ser marcado en público y,
sobre todo, ¡no quiero transformarme en un tritón!
En medio de toda la confusión y el vahído, estos eran los últimos pensamientos que
me quedaban y que me hacían tratar de resistir las violentas olas de deseo que se
avecinaban. Agares acarició suavemente mi espalda con una de sus garras
palmeadas posicionada allí, y ello causó que mi cuerpo severamente sensible
temblara por doquier. Mi pene ya se había levantado mucho, y la pequeña parte
entre mis muslos se sentía mojada y pegajosa. El deseo burbujeante en mi interior
quería explotar desesperadamente. Mi boca también se había secado mucho, pero
mi garganta secretaba tanta saliva, como la garganta de una persona famélica, y
emitía un sonido de deglución anhelante, pero insatisfecho.
Mi entrada trasera era como una boca sedienta, contrayéndose y tensándose, lo
que al mismo tiempo despertaba un deseo suave y prurito. Tuve que juntar las
piernas para cubrir ese momento embarazoso.
Y el iniciador de todo esto claramente sabía lo que yo deseaba.
Agares bajó la cabeza y me miró intensamente. Interpreté la lujuria turbulenta en
sus pupilas angostas y profundas, y me impactó notar que también había una
determinación mortal en su interior. No sé cómo llegué a esta conjetura, pero, con
total seguridad, se podía decir que su estado actual es tranquilo, como si estuviera
llevando a cabo una decisión bien pensada. Este tipo de mirada significativa me
hizo sentir aún más avergonzado, pues era como contarle alegremente a otra
persona una broma sucia, pero que la contraparte permaneciera calma y
controlada.
Además, esta "contraparte" fue, alguna vez, una bestia salvaje carente de
racionalidad debido a su celo. Pero ahora, en comparación, yo soy más como una
bestia salvaje, una hembra encima, como un coqueto gato salvaje que flirtea por
ahí. ¡Maldición! ¡Esta debe ser una de esas señales de advertencia antes de
convertirse en tritón!
Agares no solo quería follarme aquí por puro instinto, sino que simplemente quería
que su gente viera que me estaba volviendo suyo, y todo esto para ponerme una
marca protectora. Aun así, maldición, no quería este tipo de marca. ¡Solo quería
irme rápido de este espantoso lugar!
Quería cerrar los ojos para escapar al menos mentalmente de todo esto, pero un
cierto par de pupilas brillantes y cautivadoras parecían haberme atrapado en su
interior. A través de los ojos de Agares, vi mi apariencia: lo contemplaba con una
mirada significativa, aunque borrosa; mi flequillo mojado estaba apelmazado a mi
frente, y mis acezos y jadeos desordenados se escapaban de mi boca entreabierta.
Lucía como si no pudiera rehusar mi deseo, como si le estuviera dando la
bienvenida y llamara su violación despiadada.
¡Diablos, no quería ni siquiera revelar semejante expresión! Sin embargo, no podía
controlarme, porque, ahora mismo, Agares era precisamente como un fuerte imán
que atraía mi propia existencia. Mi cuerpo quería ansiosamente que Agares se
satisficiera. Mi fuerza de voluntad se estaba derrumbando rápidamente, y había un
volcán oculto dentro de mí que estaba listo para entrar en erupción.
Mi cuerpo bullía, era insoportable, así que Agares forzó su cola fría, resbaladiza y
mojada entre mis piernas. Me apreté instintivamente sobre ella para aliviar esa
parte acaloradamente consternada en la mitad inferior de mi cuerpo. No pude evitar
frotarme contra esas escamas pequeñas y compactas, lo que creó un placer
inefable que provocó que mi respiración fuera más acelerada y pesada. De repente,
mi cintura fue levantada y las dos garras palmeadas de Agares abrieron mis dos
nalgas redondas. Su pilar ya peligrosamente duro entonces se presionó entre mis
piernas, seguido de un gruñido bajo y ronco.
De repente, a mi alrededor, una serie de gritos agudos sonó en respuesta,
pareciéndose a los ruidosos vítores de una gran boda.
Si lo de ahora realmente fuera la boda de un sirenio, entonces incluso la luna de
miel también estaba siendo observada por incontables otros ojos. ¡Así de miserable
era yo! Estas voces terminaron regresándome a mi última racionalidad moribunda
que el deseo abrumador que sentí hace una fracción de segundo casi quemó. Usé
mis dos manos débiles para sujetar el cuello de Agares.
—Mierda, aquí no... ¡Bastardo!
Me encogí en su sombra mientras lo regañaba, aturdido. La voz que se desbordó
de mis labios sonó bastante ronca y suave, e incluso las manos apretadas alrededor
de su cuello terminaron deslizándose flácidamente, como si le estuviera tocando el
pecho íntimamente.
Las garras palmeadas de Agares me tocaron la mejilla. Sus ojos eran profundos,
más que nunca, como un agujero negro que podría tragarme. Entonces, de repente,
mi visión se oscureció cuando me besó fuertemente. Su órgano sexual se frotó
contra el interior de mi muslo, y parecía que la punta hinchada en cualquier
momento iba a entrar en mi territorio.
La lujuria en mi cuerpo alcanzó su punto máximo, los músculos en la raíz de mis
piernas se contrajeron obscenamente. No pude evitar cerrar los ojos, y debido al
deseo, mi garganta secretaba saliva sin cesar, produciendo gemidos roncos
resueltamente.
¡Bang!
De repente, este mundo caótico se destrozó cual cristal. Abrí inmediatamente los
ojos solo para ver que todo el cuerpo de Agares se sobresaltaba hacia arriba, antes
de llevarme a su abrazo y escurrirnos en el agua en un santiamén.
¡De un rápido vistazo hacia atrás, al instante noté la cara de Rhine y el cañón negro
que apuntaba directamente a la cola de Agares, el gatillo apretándose
rotundamente una y otra vez! En una fracción de segundo, la cúpula abierta se
llenó de ruidosas salpicaduras, y en medio de todo el caos, solo sentí que Agares
me abrazaba de cerca mientras nos hundíamos. Luego nos escondimos
rápidamente en un oscuro agujero submarino que estaba debajo de la cúpula. El
lugar era bastante estrecho. Tuve que ensillarme sobre la cola de pez de Agares–
que estaba enrollada en una bola grumosa–y enfrentarlo hasta que las puntas de
nuestras narices se tocaron.
En este momento, todos los sirenios de afuera parecían haber huido, dejándonos
solos a Agares y a mí. El espacio apartado me relajó instantáneamente, pero
también había intensificado los movimientos coquetos de nuestros cuerpos. No
pude evitar tragar, aferrándome más fuerte a la cola de pez debajo de mí.
Agares, sin embargo, estaba mirando por el agujero con vigilancia. La comisura
interna de sus ojos y las puntas de sus cejas estaban casi solidificadas, manchando
un color feroz en su rostro. Cuando vi un proyectil de bala flotando en mi vista, de
repente me di cuenta de que fue alcanzado por una bala. La sangre azul que fluía
transportaba un fuerte aroma hormonal, el cual se infiltró en mi nariz y, como un
detonador en funcionamiento, una creciente sensación de ardor se encendió en
llamas. Ese deseo acrecentado explotó dentro de mi cuerpo, arrasando con mi
último rastro de raciocinio.
No quiero convertirme en un tritón, pero maldición... ya no puedo soportarlo más.
Este alarido apenado se desvaneció lentamente de mi mente. Mis manos tomaron
la iniciativa, rodeando el cuello de Agares. Torpe e impacientemente, lamí su
herida, chupando su sangre como un famélico vampiro recién nacido. La sangre de
Agares era como un buen vino, exudaba una deliciosa fragancia que me dejó
intoxicado y borracho una vez que la tragué. Hizo que cada célula de mi cuerpo se
hinchara y fermentara. No pude evitar convertirme en un inquieto gato callejero
con emociones desenfrenadas tras acercarme a la fuente de mi adicción: su cuello.
Al principio, solo saqué la lengua y le di una pequeña lamida, pero luego, poco
después no pude evitar obtener otra lamida más grande. Agares no se movió nada
bajo mi acoso, como una estatua de piedra. Era como si todavía estuviera en
guardia. Su órgano sexual erecto también pareció retraerse de vuelta a su
membrana cubierta de escamas, hasta que no pude sentir su existencia.
¡Puede que su interés haya sido realmente destruido por Rhine, pero yo todavía
estaba en la cima de la locura!
—Agares...
Enterrado en su cuello, murmuré con voz ronca mientras el fondo de mi corazón
lloraba histéricamente. ¿Este tipo quería torturarme hasta la muerte a propósito?
¡Mierda, lo que aún no hago es gritarle directamente que me folle!
Levanté la cabeza y lo fulminé con la mirada. Mis ojos estaban mojados y
aturullados, y no podía ver nada con claridad. Ni siquiera podía discernir qué
expresión estaba haciendo Agares, y solo sabía que me miraba mientras yo jadeaba
cual pez moribundo.
Quizás, realmente había perdido interés, o quizás quería castigarme por escapar a
sus espaldas, o estaba esperando que yo lo satisficiera activamente a él. Pero, sin
importar qué diablos pensara en esa cabeza de pez suya, yo solo sabía que iba a
colapsar. ¡Y si no tenía sexo con él, de verdad que me desmoronaría!
Un impulso instintivo estalló desde mis nervios hasta la yema de mis dedos. Cerré
los ojos y lo besé con mis labios temblorosos, pero debido a la sangre inquieta que
se revolvía continuamente en mi interior, comencé a chupar y mordisquear. Todo
el tiempo, Agares permaneció inmóvil.
—Agares, fóllame... —cerré los ojos y froté mis orejas contra su rostro como un
gatito domesticado. Sonó como si llorara, y de hecho estaba a punto de largarme
a llorar por la tortura de este fuerte impulso y deseo. Me volví a atragantar con las
emociones—. No voy a escapar más, perdóname. Solo follar... ¡Ven pronto y hazme
tuyo, ven y fóllame hasta la muerte!
Tan pronto como mi voz cayó, el cuerpo de Agares se movió repentinamente. Su
pesado cuerpo cayó hacia mí como una montaña que se derrumba, presionándome
contra la pared de roca a mis espaldas. Sus garras palmeadas acariciaron mis
piernas de abajo hacia arriba, finalmente deteniéndose en mis nalgas para
elevarme más lejos del agua. Me recliné contra la pared de roca mientras perdía
mi gravedad. Mis dos manos se retuvieron detrás de mí, mis piernas separadas y
mis nalgas inclinadas hacia atrás. No se le dio ningún refugio a mi parte privada,
levantándose más a la cara de Agares como una ofrenda de sacrificio.
Mis genitales se pusieron aún más rígidos, y el jugo erótico de mi agujero goteó
sobre el pecho de Agares. Sin embargo, él solo entornó los ojos y lo miró de manera
erótica y fantasiosa, como si disfrutara del paisaje entre mis piernas.
Ya no sentía nada de vergüenza. Simplemente solté un sollozo suplicante y cerré
los ojos, abrazando con fuerza su cuello y esperando su intrusión mientras
temblaba.
Agares no parecía tener en cuenta mi sufrimiento, y tampoco parecía tener prisa,
meramente usando su lengua húmeda y suave para recorrer vulgar y
lujuriosamente el largo de mi muslo interno. La respiración húmeda y pesada de
Agares acarreó una sucesión de chispas sobre mi ombligo, luego subiendo hasta
mi pecho y pezones. Sus labios y dientes mordisquearon mis pequeños y sensibles
pezones redondos, lamiéndolos y chupándolos intensamente. Después me mordió
muy fuerte, como para estampar su propia marca en ellos, haciendo que los dedos
de mis pies se doblaran de dolor. Sus garras palmeadas entonces alcanzaron mi
entrepierna y acariciaron mi parte más mortal. De vez en cuando, sus afiladas uñas
raspaban la parte más suave y frágil de mis muslos internos, causando una serie
de comezón.
La estimulación extrema hizo que los nervios de mi cerebro se tensaran, como una
banda de goma que se estira al máximo justo antes de partirse por la mitad. Perdí
el control y grité en voz alta, —Uf... Ah... Agares...
De repente, sentí que sus garras palmeadas volvían a levantar mi cuerpo. Cuando
se inclinó hacia delante, bajé la cabeza y las lágrimas cayeron de mi rostro al suyo,
y pronto mi vista por fin se aclaró. Vi que estaba casi arrodillado sobre su pecho,
mi inclinado órgano sexual cerca de su cara. Mientras culebreaba por mi cuerpo, el
líquido secretado de mi punta había caído junto al puente de la nariz de Agares.
Sus labios se curvaron ante esto, el líquido arrastrándose hacia su afilado mentón.
Con voracidad y como si saboreara miel, usó su lengua para lamerlo a su boca, sus
ojos oscuros devolviéndome la mirada, como pidiendo más.
—Desharow... no puedes dejarme... jamás.
Murmuró la oración palabra por palabra, su aliento irregular como una violenta
brisa marina soplándose en mi cara. Sus pupilas oscuras estaban contraídas,
asemejándose a una flecha que podría perforarme el corazón. Sus labios avanzaron
para bloquear mi respiración rápida y desordenada, mientras que, al mismo tiempo,
sus garras palmeadas sostuvieron mi cintura firmemente en su lugar, dando una
sola embestida hacia arriba.
El instrumento sexual incomparablemente grueso, como una bala, se disparó
contra mis nalgas; los enormes sacos chocaron contra mi cadera, creando un
lascivo sonido de palmada. Me estremecí con sensibilidad y casi me derrumbé
encima de él, desmayándome en el lugar. Mi grito quedó atorado en mi garganta y
solo un gemido ronco y burdo salió de mí.
Mi agujero trasero era como un pez hambriento que de repente había conseguido
comida, contrayéndose vigorosamente. La secreción pegajosa dentro de mis nalgas
se escurrió más de lo que había salido del frente, y como una boca inflada, mi borde
succionó el enorme objeto de Agares hasta el punto de que incluso sentí que mi
cuerpo se lo tragaba a toda prisa. Esto excitó a Agares, por lo que soltó un gemido
ronco en tanto susurraba suavemente en mi oído, —Tú... me deseas...
Ni siquiera pude decir una sola palabra decente en respuesta, y con la lujuria
enloqueciéndome, ello me obligó a morderle la oreja. Mi cintura comenzó a
contonearse temerariamente, pero antes de que pudiera buscar la sensación que
quería, las garras palmeadas en mis nalgas de repente empujaron mi cintura hacia
su duro abdomen, lo que provocó que el gran órgano sexual de Agares saliera. Esta
acción hizo que la raíz de mi pierna temblara como si sufriera un calambre. Mientras
mis lágrimas goteaban sin cesar sobre su cuello, Agares una vez más me apuñaló
feroz y directamente, comenzando así esta dinámica lluvia de embestidas fieras.
Una presión explosiva se precipitó de inmediato a toda mi cabeza: pensé que me
iban a follar hasta ver el cielo. Suspendido en el aire, me estaban haciendo el amor
exquisitamente, y no podía abstenerme de gritar.
Nunca he experimentado un deseo tan fuerte. Es como si mi alma se hubiera
partido en dos, una mitad todavía estaba dentro del cascarón de mi cuerpo,
mientras que Agares se había llevado la otra. Solo combinándome completamente
con él podría llenar ese gran vacío que faltaba, y en este momento, aún no era
suficiente. Anhelaba que me invadiera con más rapidez y ferocidad, hasta que
llenara el agujero vacío en mi cuerpo. —Agares... Agares... Ah... Aha...
Cerré los ojos y lancé el cuello hacia atrás. Sentí que todo mi ser iba a caer en un
agujero negro sin fondo mientras exclamaba repetidamente su nombre. Cuanto
más violenta era cada embestida, más fuerte gemía. Montando su cola de pez que
se sacudía velozmente, mi parte inferior del cuerpo se había ensanchado en
demasía.
Agares también parecía estar disfrutando del placer de atacarme, haciendo que me
rindiera, como si realmente tuviera esa otra mitad de mi alma. El sudor rodaba
silenciosamente por mi cuerpo, fusionándose con el sudor que provenía de Agares,
el cual goteaba mientras estaba arriba mío. La sangre en todo mi cuerpo se unió
en la zona donde Agares y yo estábamos conectados, y en el punto máximo de su
placer, ningún sonido se pudo pronunciar. Su órgano sexual se precipitaba adentro
y afuera de mi cuerpo, alejándose e insertándose profundamente, clavándose en
mí como una cuña. Sus labios causaban estragos en todo mi cuerpo, dejando atrás
rastros de marcas de mordiscos. Agares entonces soltó un rugido bajo y primitivo,
enviándome directamente a una cúspide interminable.
Ni siquiera pude descifrar cuántos orgasmos tuve tras ser follado por él hasta el
punto en que mi pene ya no pudo disparar nada. Sentía que todo mi cuerpo estaba
completamente seco. El lujurioso incendio en mi cuerpo finalmente se alivió, y solo
entonces sentí que Agares, de golpe, se venía dentro de mí. Fue un fuerte chorro
ondeante, como si fuera un paciente enfermo que había estado aguantando su
hambre y sed durante tantos años. Después de su convulsión final, me abrazó,
llevándonos a los dos a derrumbarnos contra la pared de roca, jadeando y
resollando debido al cansancio total, sumergidos.
Capítulo 54

Mientras me encontraba aturdido, sentí que Agares me besaba. Su beso estaba


repleto de posesividad, pero también era muy gentil y suave. Sus labios y dientes
chuparon mis propios labios, como si estuvieran chupando un caramelo sabroso
que era bastante difícil de obtener. El clímax placentero que una vez tuve se
desvaneció rápidamente, evacuando por completo mi conciencia. Solo restaba una
sensación desconocida, como la de la repercusión de sumergirse en vino. Mi pecho
se sentía tanto suave como mojado, con la misma sensación borrosa y cálida que
la de una bola de algodón redonda y esponjosa.
Entreabrí mis ojos húmedos y brumosos, y no pude evitar devolverle el beso.
Nuestras respiraciones se entrelazaron, como si estuviéramos rozando los puentes
de nuestras narices. Ni siquiera pude abstenerme de usar mi lengua para palpar
alrededor de sus colmillos, y todo el tiempo, Agares me mordisqueó la lengua,
apretándola cuidadosamente de una manera juguetona. Luego, bajó por mi mentón
para morderme la manzana de Adán, aunque ni suave ni fuerte, como si todavía
no hubiera tenido suficiente.
Tragué saliva y cerré los ojos, soltando un suspiro de descontento.
Incondicionalmente, mis piernas se agarraron fuertemente a la cola de Agares y
comenzaron a frotarse con ella, y mi cintura–que estaba pegada a su pecho–
comenzó a torcerse con inquietud. La llama dentro de mi cuerpo una vez más se
encendió.
Poco después de un poco de jugueteo, desatamos otra guerra inevitable y volvimos
a hacer el acto varias veces más. Ni siquiera sé cuánto tiempo estuvimos
zarandeándonos hasta que, finalmente, terminé perdiendo el conocimiento por el
agotamiento.
Antes de que comenzara a despertar lentamente, parecía que el tiempo se había
ralentizado, casi como si hubieran pasado algunos siglos.
Mi cerebro todavía estaba en un estado túrbido y desordenado, e instintivamente
había tomado un puñado de agua marina para verterla sobre mi cabeza. La frescura
del agua invadió profundamente mi médula ósea, y mi mente hirviente y caótica
pronto se enfrió, despacio.
Cuando abrí los ojos, me sorprendió lo que vi: el espacio oscuro y estrecho original
se había vuelto mucho más brillante. Era como si, donde fuera que aterrizara la
vista, estuviera iluminado por lámparas fluorescentes, de modo que incluso las
grietas y defectos en las rocas se veían con mucha claridad.
Pero no había ninguna fuente de luz aquí.
La escena era muy extraña. Era como si... a fin de ver el mundo exterior, estuviera
mirando a través de una lente de visión nocturna.
¿Qué está pasando?
Me toqué los ojos, pero no había nada cubriéndolos. Sin embargo, de inmediato
noté una vaga luz tenue mostrándose en mi piel, como emitida por mis ojos. Qué
diablos, ¿mis globos oculares brillan? No pude evitar pensar en los vigilantes ojos
de Agares en la oscuridad, y me estremecí. Acaso este es otro signo de mutación,
por lo tanto, ¿puedo ver en la oscuridad?
Moví la mirada hacia el rostro de Agares, quien, en estos momentos, se encontraba
flotando de espaldas sobre la superficie del agua. Pude ver claramente que sus ojos
estaban cerrados, su fuerte pecho ondulándose horizontalmente. Su cuerpo estaba
cubierto de distinguidos moretones, marcas de mordidas y rasguños. Al parecer,
Agares se había quedado profundamente dormido y, tras consumir gran parte de
su energía, parecía muy cansado.
Me quedé mirando a Agares, incapaz de apartar mi vista ni por un momento. No
quería admitirlo, pero su aspecto dormido realmente exudaba una atracción mortal,
y no pude evitar extender la mano... solo para poder tocar esas marcas suyas.
Mis dedos recorrieron su clavícula, su pecho e incluso cuesta abajo hasta su vientre
bajo. Un impulso indescriptible se difundió en mi interior, como una ola causada
por el contacto de la yema del dedo con el agua. De repente, bajé la cabeza para
acercarme a su rostro, y el momento siguiente, justo cuando no estaba seguro de
qué, exactamente, quería hacer, vi claramente mi reflejo en el agua oscura: mis
ojos enrojecidos y mis labios hinchados. No terminaba ahí, mi cabello estaba
mojado, pegado y pegajoso sobre mi pálido rostro; mi cuello, mi pecho y mi
abdomen estaban totalmente cubiertos de restos púrpura rojizos, remanentes de
nuestro vívido encuentro amoroso. También había una gran y llamativa marca de
mordisco en un lado de mi pezón. La marca de los dientes en sí era bastante honda
y profunda, asemejándose a una marca de posesión.
Mi mente aún desordenada explotó al instante. Como un alma que deambulaba
libremente por el cielo hasta que al fin era absorbida de regreso a su cascarón
vacío, recordé instantáneamente cuán desenfrenado fui mientras satisfacía los
caprichos de Agares para hacerlo feliz. Incluso recordé mi propia apariencia
mientras lo seducía activamente. En un instante, mi autoestima se derrumbó,
dejando todo mi cuerpo temblando de conmoción. Me giré inconscientemente, puse
mi cabeza en la pared de roca y, con fuerza, me golpeé varias veces contra ella. El
vigor ejercido fue tan fuerte que casi me dejo inconsciente. ¡Caramba, solo quería
desmayarme y despertarme para descubrir que todo era solo una pesadilla!
Maldición, en verdad... ¡me veo así! ¡¿Ahora cómo diablos se me puede considerar
un hombre normal y heterosexual?!
¡Mi cuerpo ahora no estaba controlado por ningún sentido común! ¡¿Cuál era la
diferencia entre mi cuerpo y un cadáver andante impulsado únicamente por el
deseo instintivo?!
Ahora... ¡mis posibilidades de convertirme en un tritón habían aumentado! ¡Esto es
terrible! No puedo discernir cuánto durará este terrible celo, ni cuántas veces será
necesario repetirlo...
Enfadado, estrellé varios puñetazos contra la roca frente a mí, como si fuera la cara
de Agares. Sin embargo, golpear la roca no hizo nada más que hacer que me doliera
el puño, y a mis espaldas, el sonido de la respiración baja seguía siendo constante
y suave. El creador de todo este lío todavía estaba profundamente dormido, sin
siquiera una señal de despertarse.
Pero, a decir verdad, ni siquiera tenía el coraje para pisotear la cola de pez enrollada
debajo de mi cuerpo. Solo pude cerrar los ojos, sollozando sin derramar ninguna
lágrima mientras presionaba la frente contra la áspera pared de roca, dispuesto a
tranquilizarme.
La cueva estrecha estaba increíblemente silenciosa. Impregnada en la atmósfera,
había una fragancia fuerte y dulce mezclada con mi propio aroma original, y cuando
la olí, mi respiración normal y constante no se pudo mantener. La intensa escena
de nuestra cópula hace un par de momentos todavía existía vívidamente frente a
mí, sin abandonar por completo mi conciencia, siempre perviviendo. La irritabilidad
y la sensación de impaciencia de antes volvieron instantáneamente. Maldita sea,
me iba a poner duro otra vez.
¡Mierda! Presionado contra la pared de roca, respiré hondo un par de veces para
reprimir el peligroso impulso ocurriendo dentro de mi cuerpo, y luego volví a mirar
hacia Agares. Al ver que aún no se había despertado, me escabullí de la cueva
submarina sin dudarlo. Cuidadosamente, inspeccioné mis alrededores y encontré
que el agua una vez infestada de tritones, en este momento, estaba calma y
serena. La superficie del agua era como un espejo, ya que reflejaba la luz de la
luna desde arriba. Ahora, con mi nueva habilidad de ver en la oscuridad, mi línea
de visión era tan brillante como el día. Después de confirmar meticulosamente que
no había ningún peligro oculto en el agua, me abrí camino por el acantilado del que
me había caído.
No sabía si era debido a la variación de mi cuerpo, pero de repente descubrí que
mis manos y pies eran más poderosos que antes, que mis dedos podían unirse
firmemente contra la pared de roca húmeda sin resbalar. Mi cuerpo era como un
gecko, trepando fácilmente por la pared de roca. En muy poco tiempo, casi escalé
hasta la cima de esta cueva hueca, profunda y escarpada.
Quizás todo esto se debía a la capacidad de los cuerpos de los sirenios de secretar
algún tipo de moco friccional que les facilitaba moverse en tierra y evitar que su
piel se secara. En cualquier caso, este descubrimiento inesperado me dio
muchísima energía y una mayor esperanza de volver a la normalidad.
Pero entonces, justo cuando estaba a pocos metros de la cima, se escucharon
fuertes vientos en la distancia.
Pensé que se trataba de un huracán cerca del mar, así que apresuré mi escalada.
Cuando pude estabilizarme firmemente para estar de pie, miré la fuente del viento
y me di cuenta de que estaba completamente equivocado.
No era un huracán, en realidad eran... ¡varios helicópteros que venían a aterrizar!
Me quedé allí, estupefacto. En un instante, varios helicópteros aterrizaron frente a
mí. Los fuertes vientos cortantes producidos por sus hélices levantaron las esquinas
de mi ropa, así como el polvo y las hojas, todo revoloteando a mi alrededor. Tuve
que levantar el brazo para protegerme los ojos, los que, tras ser soplados sin parar,
estaban lagrimeando. Lo siguiente que supe fue que había docenas de hombres de
negro armados saltando desde arriba. ¡Me alejé por instinto, retrocediendo
tambaleantemente unos pasos y dándome cuenta repentinamente de que todos
estos eran hombres de Sakarol!
Sin embargo, en este momento, no había espacio para escapar. Con docenas de
cañones negros apuntándome directamente, me vi obligado a hacer un gesto de
rendición estándar, mostrando de inmediato que no tenía intención de resistirme y
agazapándome lentamente. Detrás de mí, sin previo aviso, una mano extendida
me empujó de bruces contra el suelo de tierra, empujando bruscamente mis dos
manos detrás de mi espalda antes de atarlas con algo. Cuando me toqué la espalda,
me di cuenta de que todavía estaba desnudo, como un cerdo listo para ser
sacrificado.
Pero ni siquiera tuve tiempo de sentirme avergonzado, pues la situación actual era
tan repentina. ¡Lo era hasta el punto que mi cerebro se sintió completamente
aturdido! Y tampoco podía ver nada debido a las brillantes luces del helicóptero.
Apareció un gran zumbido en mis oídos y supe que las temblorosas figuras a mi
alrededor estaban gritando. Mi mente se quedó en blanco durante docenas de
segundos, pero, de repente, vi a esas mismas personas precipitándose hacia la
entrada superior de la cueva hueca, apuntando sus armas hacia ella. ¡Fue entonces
cuando desperté en un instante!
¡Espera, Agares!
Por un momento, una gran sensación de ansiedad me llenó el pecho, haciéndome
sentir una punzada aguda. Forcejeé por darme la vuelta con fuerza bruta, la cual
no sé de dónde vino, y golpeé al tipo que me reprimía por detrás. Entonces, corrí
hacia esos hombres armados. —Oigan, qué van a hacer. No hagan esto. ¡Oigan! —
grité.
—¡Desharow! —La voz de Rhine rugió detrás de mi oído. Un fuerte brazo llegó
abruptamente del costado, enganchándose de inmediato a mi alrededor y
arrastrándome hacia atrás.
—¡Maldita sea Rhine, hijo de puta, suéltame! —rugí, mirando impotente a través
de mi lucha mientras los hombres armados levantaban un trozo de red metálica.
La red destelló con peligrosas chispas eléctricas y después fue arrojada a la cueva.
En el segundo siguiente, escuché el angustiado rugido de Agares acompañado por
un seseante humo de electricidad proveniente del agua. El sonido pareció
penetrarme los tímpanos y hasta el fondo del corazón, apuñalándome hasta que
quedé tembloroso por todas partes. Todo mi corazón se sentía firmemente
agarrado por una garra filosa, imposibilitándome la respiración. No podía entender
por qué mi corazón dolía tanto, pero tampoco tenía tiempo libre para pensarlo. Solo
había un pensamiento circulando en mi mente, no puedo aceptar que Agares pueda
morir, así como así.
Observé fijamente la entrada de la cueva, como un lobo moribundo, luchando con
los ojos rojos. Por un segundo, Rhine no pudo mantenerme quieto, así que me las
arreglé para escabullirme unos cuantos pasos una vez que obtuve la ventaja.
Derribé enseguida a uno de los hombres armados, me senté fuertemente sobre él
y luego le arrebaté el arma. Apunté a uno de los tipos que sostenía la red de hierro
y grité hasta quedarme ronco, —¡Bastardos, más les vale subir esa red, o de lo
contrario dispararé!
En el momento en que sonó mi voz, sentí un fuerte ardor proveniente de mi muslo,
y la gran fuerza motriz de ello hizo que mis rodillas se hundieran al suelo. En la
siguiente fracción de segundo, sentí un dolor terrible y desgarrador, e
inmediatamente supe que alguien me había disparado. Pero en lugar de mirar quién
me estaba apuntando, no dudé en jalar el gatillo hacia el tipo que sostenía la red
de metal frente a mí.
Desde el momento en que la bala salió disparada del cañón, el culatazo me arrojó
al suelo. Entonces, un par de brazos llegaron desde atrás para someter mis brazos
a la fuerza. Esa persona también usó su rodilla para presionar mi espalda, todo su
peso corporal utilizado para presionarme contra el suelo y que no pudiera
moverme. Incluso mis protestas y alaridos quedaron atrapados en mi pecho, solo
se escuchaban gemidos intermitentes.
El rugido de abajo era aún más ensordecedor, solo escucharlo me dejaba
trepidante. Sin embargo, solo podía yacer en el suelo fangoso. Hice todo lo posible
para levantar la cabeza, pero solo para mirar impotente cómo la red cableada era
jalada por el gancho del helicóptero y levantada desde abajo.
El roce del metal contra la pared de roca creó un sonido penetrante, como el
impacto del metal y la piedra golpeándose entre sí y luego destrozándose en
pedazos más pequeños. Envuelta en el corazón de la red había una sombra furiosa
y salvaje, sus garras atacando violentamente la indestructible red de metal, su
poderosa y mortal cola de pez fuertemente reprimida en el interior, con solo la
mitad de esta sobresaliendo. Desde la sombra moteada y la luz de la red, vislumbré
la mitad de la cara de Agares, la cual estaba llena de propensiones malvadas. En
este momento, ese par de ojos largos, angostos y sombríos estaba lleno de
reprimenda, como si gotearan sangre, pero llenos de deseo mientras me miraban
directamente.
¡Maldición, a dónde se lo llevan estos nazis!
Apreté los dientes, queriendo llamar a Agares, pero solo unas pocas sílabas burdas
lograron escurrirse de mi garganta. Apreté fuertemente el puño e intenté forcejear
para levantarme y hacer algo. Pero el peso sobre mi espalda aplastó mi columna
vertebral. Quise mirar a los ojos de Agares, mas mi visión de repente se volvió
borrosa. Solo pude ver cómo la red se apretaba aún más y se la llevaba un
helicóptero a otra dirección, antes de finalmente desaparecer de mi vista.
El líquido caliente pareció gotear silenciosamente de mis mejillas, pero cuando
parpadeé, descubrí que no había lágrimas. Pero el dolor en mi pecho palpitante era
tan profundo y real que me encontré jadeante, sin aliento y paralizado sobre el
suelo fangoso cual pez moribundo.
Capítulo 55

—Desharow, levántate.
Se escuchó una voz mezclada con el fuerte y salpicón ruido del viento creado por
las hélices, luego siguió la extracción de la rodilla que una vez había estado
reprimida contra mi espalda, junto con una mano que me levantó a la arrastra del
suelo.
Ni siquiera tuve que pensar para saber que la persona que me había estado
reprimiendo era Rhine, ¡ese repugnante perro faldero nazi! En un instante, una
enorme fuerza erupcionó en mi interior, permitiéndome saltar hacia atrás y golpear
ferozmente a Rhine, quien en estos momentos estaba detrás de mi cuerpo. Todo
mi cuerpo ahora posaba en una postura de boxeo, abalanzándome directamente
hacia él. Sin embargo, pareció haber anticipado lo que estaba a punto de hacer, y
rápidamente dio un paso al costado para evadir mi fuerte ataque. Al final, mi puño
apenas pudo rozar la punta de su nariz antes de que mi brazo fuera agarrado
hábilmente, jalando de toda mi persona para inclinarla hacia adelante. Para
refrenarme, Rhine pronto siguió con una técnica básica de agarre. Al mismo tiempo,
sentí un dolor contundente en mi nunca, y antes de que siquiera pudiera
comprender completamente todo lo que acababa de suceder, ya había caído al
suelo con mis ojos viendo manchas oscuras.
Sacudí la cabeza e intenté levantarme, pero mi cabeza ya se había aturdido y sentía
que todo mi cuerpo daba vueltas. Después, en un abrir y cerrar de ojos, escuché
varios ruidos fuertes de rasgadura, y antes de darme cuenta, mis dos manos y
piernas fueron atadas con una resistente cinta adhesiva. Una chaqueta ancha fue
arrojada sobre mi cuerpo, haciendo que mi línea de visión se llenara de oscuridad.
A fin de evitar desmayarme y que se aprovecharan de mí, tuve que morderme la
lengua. Sin embargo, quedé estupefacto ante el inesperado y severo dolor.
Una bendición de Dios que no terminará partiéndome mi propia lengua, porque,
después de morder, ¡me di cuenta de que mis dientes caninos se habían vuelto
extremadamente filosos! Realmente pude sentir la sangre fluyendo de mis labios,
haciendo que mi lengua se sintiera entumecida, como si se hubiera ido.
¡Gracias a Dios, porque si tuviera que rezarle a Agares, ya estaría mudo!
Maldición, eso hubiera sido muy desafortunado...
Mientras mi mente se despabilaba del mareo causado por el dolor, luché
internamente y maldije en silencio. En el momento siguiente, sentí que mi cuerpo
se volvía ligero. Fui levantado por un único brazo recio y cargado por un par de
pasos, luego colocado rápidamente en una camilla. Me ataron fuertemente con los
cinturones de esta, y sentí que mi entorno giraba velozmente hacia arriba con un
familiar viento desorientador.
Mi corazón se sentía como si estuviera suspendido en el aire, latía salvajemente y
mis manos y pies sudaban profusamente, como si fuera la primera vez de un
acrofóbico en un helicóptero. Pero, en este momento, no se me consideraba un
pasajero, sino simplemente como ganado o mercancía transportada. Era una
sensación bastante incómoda, como si se estuviera atrapado dentro de una cueva
llena de una oscuridad desconocida. No podía controlar mi propio destino latente y
paradero. No sabía dónde estaban Agares y mis amigos ahora mismo y, además,
no estaba seguro de si realmente tenía algún valor para estos nazis. Si lo tuviera,
¿tendré la oportunidad de liberarme mientras esté bajo el estricto control de sus
fuerzas militares?
Que Dios me bendiga. Realmente quería orarle a Dios, pero no creía en el
cristianismo. Además, sabía perfectamente que al grandulón no le importaría un
ateo como yo. Tenía que reconocer mi propia realidad: en estos momentos, estaba
en una antigua isla que estaba a miles de kilómetros de Rusia, en una situación
verdadera, nefasta y aislada sin ayuda, todo mientras era rehén de un grupo
remanente de nazis que intentaban ocupar dicho lugar.
En un instante, una sensación de desesperación me abrumó, pero inmediatamente
suprimí los tipos de pensamientos que normalmente harían que las personas se
hundieran en sus niveles más bajos.
Oye, oye, Desharow, no vayas por ahí pensando en la muerte. Al menos sigues
vivo, ¿verdad? Esos tritones siguen siendo criaturas bastante poderosas. ¡Quizás
puedan usar las leyes de la naturaleza para darle a todos estos bastardos taimados
una represalia feroz!
Al alentarme de esta manera, sentí un destello de esperanza en mi asentimiento
mental. Además, los cambios en mi cuerpo hacían que mi fuerza física fuera aún
más fuerte, y aunque todavía había algunos riesgos impredecibles, ahora se
convertía en mi mejor ventaja. ¡Ah, verdaderamente increíble!
Mientras mi imaginación volaba, el helicóptero en el que viajaba descendió
lentamente. Pronto, se escuchó un sonido que solo podría haberse producido al
aterrizar en el piso plano y metálico.
La tela que me cubría la cabeza fue arrancada bruscamente, permitiéndome ver
claramente dónde estaba este lugar.
Me habían llevado al buque de guerra nazi que había atracado en la costa. Después
de ser forzado por varios hombres armados, vislumbré cuatro barcos conectados
uno junto al otro con placas de metal, cuya estructura los hacía parecerse a una
pequeña planta hidroeléctrica. Pero no podía tener más claro que esta era
exactamente la "base experimental" de la que Rhine y Sakarol habían estado
hablando antes.
Iban a establecer esta zona como su base, luego irían hacia el interior y ampliarían
su rango de invasión, al igual que el Plan Z de la armada alemana durante la
Segunda Guerra Mundial a pesar de que ese proyecto fue un fracaso. Espero que
también los derroten aquí, tal como en la Segunda Guerra Mundial. Pero, lo
gracioso es que, durante la Batalla de Normandía, Francia tenía fuertes aliados
como refuerzos, y en este momento, yo solo era un simple niño ruso, un estudiante
de biología además, cuya única utilidad era discutir teorías que eran peores cuando
se materializaban en la realidad.
—Oigan, ¿a dónde me llevan? ¿Dónde está el tritón que capturaron?
Sofoqué la sangre residual en mi boca y fulminé con la mirada al tipo a mi derecha,
quien era responsable de escoltarme. Sin embargo, solo me dirigió un vistazo frío,
y entonces, me ignoró rotundamente. Después de pensar que esta gente tal vez
no entendía ruso, repetí lo que había dicho en español, pero fue un poco
inarticulado y con un fuerte acento moscovita. La respuesta fue prácticamente la
misma que antes.
Con un soplo de frustración, aparté la mirada, pero luego, de repente, se iluminó...
Lo que vi fue exactamente la misma red metálica de púas que se había utilizado
para atrapar a Agares. Estaba colgando de un gancho en el borde exterior del barco
y se balanceaba, vacía. Parecía que también estaba en este barco.
Pero mientras oteaba a mi alrededor, mi cabeza fue bruscamente impelida hacia
abajo por una palma a mis espaldas. Al momento siguiente, me empujaron hacia
la puerta de la sala frente a mí. Una voz llegó agresivamente desde mis espaldas,
—¡Idiota, gehen!
No podía entender qué estaba hablando, pero estaba seguro de que me estaba
insultando. Para mí, a decir verdad, todo en alemán sonaba como insulto. Cuando
me llevaron a la sala sin ventanas, noté un montón de cadenas y esposas colgando;
a un costado había otra puerta, pero estaba cerrada. Creía que este era el lugar en
el que me iban a mantener prisionero.
Una mano detrás de mí me empujó para hacerle frente a la pared, y antes de que
pudiera reaccionar, una enorme columna de agua se vertió repentinamente por
detrás, lo que me hizo saltar un poco. Mi cabeza se encontró en un estado muerto,
pues fue presionada contra esa pared, y a la fuerza, varias otras manos me
inmovilizaron el cuerpo. El chorro de alta presión lleno de agua salada con olor a
mar rastrilló todo mi cuerpo cual ametralladora, sin permitir que maniobrara fuera
del ataque que apuntaba a cada nicho de mi cuerpo. Ni mis ojos podían abrirse, y
no tuve otra opción que ahogarme violentamente contra el agua, sintiéndome tanto
maltratado como exhausto. Esto prácticamente era lo que experimentaban todos
los presos antes de ser enviados a prisión.
Este tratamiento era una forma de socavar la autoestima de los criminales antes
de ser enviados a prisión. Como resultado, se daban cuenta claramente de que ya
no tenían privacidad ni posibilidad de rebelión. No solo eso, sino que ya no eran
tratados como "personas", sino como ganado. Básicamente, estas personas me
estaban tratando exactamente igual que cómo tratarían a un criminal declarado
culpable. Quizás también querrían atormentarme antes de un interrogatorio
intenso.
Ahora, estaba empezando a sentirme algo aterrorizado, pero apreté fuertemente
los dientes y no solté ni una sola reacción. Me quedé completamente inmóvil, como
una estatua de piedra.
Tener el lanza-aguas de alta presión disparándole a cada rincón y grieta de mi
cuerpo era una sensación desagradable y terrible. Ni siquiera evitaban mis nalgas
o la parte inferior de mi cuerpo, y me hacía sentir humillado al más alto nivel.
Incluso me recordó el peor recuerdo de mi vida: cuando era pequeño, mi padre
estricto me disciplinaba cruelmente con castigos corporales. Pero lo que era
realmente terrible es que a esta gente no le importaba si yo vivía o moría tanto
como a mi padre.
No sabía por cuánto tiempo el lanza-aguas me recorrió el cuerpo, pero cuando
pensé que el agua que estaba atrapada dentro de mi oído lavaría su camino hasta
mi cerebro, todo al fin se detuvo. Mis tímpanos zumbaban y mi cerebro se sentía
entumecido. Me limpié mecánicamente el agua en la cara y me palmeé la cabeza
que parecía haber sido inundada. Pero antes de que pudiera recuperarme por
completo, de repente sentí que una palma áspera me tocaba las nalgas.
Me quedé atónito por un segundo, luego escuché que otras personas detrás de mí
se largaban a reír. Uno de ellos se burló y dijo con un fuerte acento español: —
Oye, niño ruso. ¿Escuché que el tritón que atrapamos era tu amante?
¡Estos bandidos descarados y vergonzosos!
Mi cerebro explotó y, con un manotazo, alejé violentamente la mano rebelde y
repugnante que descansaba sobre mis nalgas. Dándome la vuelta, me enfrenté al
hablante con una expresión lúgubre, pero tranquila y firme. El hombre de piel
oscura lucía fuerte, los músculos gruesos y sólidos en sus brazos eran como troncos
de árboles enroscados, y su pecho estaba lleno de un área de pelo rizado y erguido.
Prácticamente parecía un enorme chimpancé que simplemente hacía que la gente
quisiera odiarlo. Lo miré fijamente con disgusto y, despacio, solté una frase a la
vez, —¿Qué acabas de decir? No puedo entender ninguna de tus asquerosas
palabras.
La sala de repente se volvió silenciosa, pero pronto llegó otra carcajada. El tipo
frente a mí me miró maliciosamente de arriba abajo, rascándose el mentón, y luego
se mofó con un tono despectivo, pero ambiguo. —Escuchamos que justo antes de
que llegáramos, tú y esa bestia salvaje estaban debajo de la cueva hueca haciendo
algún tipo de... ¿lucha intensa?
Mis orejas ardieron con calor, y una sensación de vergüenza y enojo se vertió
directamente en mi cerebro, haciendo que mis nervios humearan. Como un resorte
de alambre que se rompe, mi cuerpo comenzó a temblar de ira. Mis puños se
apretaron involuntariamente a los costados de mi cuerpo, mis uñas hundiéndose
en mi carne. Sin embargo, gracias al dolor, el raciocinio se levantó, diciéndome que
me contuviera y fuera paciente porque no tenía medios para rebelarme en este
momento.
Así que me quedé mirando al tipo frente a mí, mis ojos afilándose en un cuchillo
para picar su repugnante cara. —Solía ser su cuidador y todavía estoy tratando de
domesticarlo, pero el proceso no ha sido tan fácil.
La respuesta fue solo otra mofa insolente. El tipo que se burlaba de mí parecía
actuar como si escuchara una especie de broma hilarante, sosteniéndose el
estómago y soltando una gran risotada. Una mano de repente se estiró y me agarró
el mentón, demostrando una fuerza militar tras usar su pecho para golpearme
contra la pared. —Oh, ¿en serio? ¿Domesticar con qué, entonces? ¿Con ese culito
petulante tuyo o esa suave lengua? Mira, oh mira, este hermoso niño ruso rebosa
de carne tierna y piel tersa...
No podía concentrarme en escuchar o ver algo claramente. Todo lo que sabía era
que la ira hirviente ya me había atravesado el cráneo. Mi reacción física fue incluso
más rápida que la de mi cerebro, y antes de que alguien lo supiera, mi puño
apretado ya se estaba estrellando en la nariz del hombre, quien soltó un grito lleno
de dolor. Seguí golpeando, uno tras otro, hasta el punto de vapulearlo en el suelo.
No vacilé en lo más mínimo en arrojar todo mi peso corporal sobre él para sujetarlo
al suelo.
La gente a mi alrededor levantó sus armas y rifles, gritándome. Sin embargo, en
este momento, nada más podría importarme menos, mis ojos ya estaban llenos de
intención asesina. Usando mi rodilla, seguí reprimiendo en el suelo al tipo que era
mucho más grande que yo, todavía vapuleándolo locamente. Incluso mientras los
otros usaban la culata de sus armas de fuego para golpearme el cuerpo, ello no
jugó ningún papel sustancial en detenerme. A mis ojos, casi parecía que estaban
usando almohadas de espuma para lidiar conmigo.
Estas personas claramente no pudieron reaccionar a cómo un cordero de aspecto
dócil como yo podría convertirse de repente en un león de apariencia feroz. De
hecho, ni yo podía creer el tipo de poder que podía producir cuando me enojaba,
como ahora. Simplemente me entregué al despiadado y violento componente
recorriéndome la sangre, como una chispa crepitante que explota al contacto.
Felizmente me abalancé sobre todos los que se me acercaban, uno tras otro,
golpeándolos a todos en el suelo hasta que la sangre goteaba de todas partes. Al
final, después de que derribé con éxito a algunas personas, los demás a mi
alrededor retrocedieron a un círculo abierto, apuntando sus armas de fuego hacia
mí.
Jadeaba y me arrastraba por todo el suelo, limpiando la sangre de la parte superior
de mi cabeza y nariz. Como una verdadera bestia, vigilé a las personas que me
rodeaban. Sus rostros ya no contenían su mirada previa de desprecio y desdén,
sino que me miraban con asombro, y ello me hizo sentir vigorizado y mucho más
cómodo. Sin embargo, lo peor era que sabía que iban a dispararme directamente.
Si tuviera otros diez minutos para volver a hacerlo, lo haría. Carajo, no iba a
soportar esta maldita falta de respeto y humillación. ¡Que se jodan! Si iba a matar
a alguien, entonces debería ser mientras estaba de humor. Deseé poder derribar
todo este lugar con una ametralladora.
Clic.
Escuché el sonido de alguien liberando el seguro de su arma. Una voz en mi mente
señaló desesperadamente las cosas que podría decir, cualquier cosa que se pudiera
usar para salvar mi vida. Pero no pude escupir una sola palabra de mi boca, así
que simplemente cerré los ojos.
Maldita sea, Desharow, eres un toro obstinado. Desde muy joven hasta ahora,
siempre has tenido mala suerte. Muy bien, ahora finalmente lo darás todo y le
concederás un poco utilidad a tu pequeña vida.
—¡Esperen! No disparen. ¡La coronel Sakarol aún piensa que es útil!
En este momento crítico, de repente escuché la voz de Rhine en la puerta.
Abrí los ojos y lo vi entrar. Dirigió su mirada al desorden sangriento debajo de mis
pies y detuvo sus pasos. Se giró hacia un lado para ver a una lamentable criatura
con la nariz rota y los dientes destrozados, antes de volverse para mirarme con
incredulidad. El significado detrás de esa mirada era claro: ¿Tú hiciste esto?
Me levanté y me encogí de hombros. Mis ojos se entreabrieron, mirándolo con
provocación. Usé el dorso de mi mano para limpiar la sangre que goteaba de mi
mentón, pero por el rabillo del ojo, de repente me di cuenta de que algo andaba
mal en mi mano. Entre mi dedo índice y el dedo medio, otra delgada membrana
transparente había aparecido. Las venas en el dorso de mi mano sobresalían, y eso
hizo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo. Volví a bajar la mano
inmediatamente, permaneciendo tranquilo y sereno mientras Rhine acercaba a mí.
—¿Qué? ¿Todavía me queda algún tipo de valor, Rhine, mi querido mentor? —
resoplé fríamente y fingí estar tranquilo mientras lo miraba, cara a cara, ocultando
el pánico que había subido a la cima de mi corazón. No estaba seguro de si esta
transformación de repente se intensificaría, ni podía saber cuándo mis piernas se
convertirían en una cola de pez. Tal vez incluso pasaría por ese maldito período de
celo que una vez me hizo sentir extremadamente bochornoso.
No, no, Dios... Por favor, no permitas que vuelva a suceder.
—Arrástrenlo acá, deprisa.
En este momento, la voz aguda de una mujer de repente rompió el silencio dentro
de la sala. La voz previno de un mensáfono que estaba actualmente en el cuerpo
de Rhine. Esto logró cambiar la mirada de Rhine, la que se había endurecido y
complicado, reprimiendo muchos tipos diferentes de emociones. Agitó la mano,
sirviendo como una indicación para que los demás bajaran sus armas. Luego, me
dio ropa que podría cubrir mi cuerpo. Al fin, pude evitar la humillación de
mostrarme desnudo ante las personas. Me agarró y me arrastró hacia una dirección
diferente en el barco.
Al bajar a la sentina, sentí que me habían colocado dentro de una jaula subterránea
que estaba fuertemente vigilada.
¡Dios mío! ¿Qué acabo de ver? Vi que el cristal en ambos lados de este lugar estaba
lleno de agua. Había una capa de malla metálica y, a través de ella, descubrí que
había otros sirenios aislados. Quedé atónito ante la vista. En tanto miraba de un
sirenio a otro, un estremecimiento destruyó todo mi ser. Había una variedad de
hembras y machos, con la cabeza dentro de una capa de cristal, mirando al mundo
exterior con desesperación y miedo. Sus ojos expresivos apretaron mi garganta,
haciéndome sentir sofocado.
Pero pronto me di cuenta de que no había señales de Agares.
¿Dónde estaba?
Justo cuando me llené de dudas, Rhine me llevó hasta el final de la sentina, con
Sakarol ahora parada frente a mí. A sus espaldas había una puerta cerrada. Lo que
me impactó fue que había marcas de sangre serpenteantes que se dirigían al
cuarto, y la manija de la puerta estaba manchada de sangre azul.
Mi mente de repente se oprimió un poco.
—Eres realmente afortunado, Desharow. —Sakarol levantó levemente sus labios
rojos, dejando su sonrisa icónica y asquerosamente siniestra—. Aún tienes
oportunidad de sobrevivir, pero no es porque Rhine rogó por ti. Más bien es por el
tritón en el cuarto a mis espaldas. Hace poco descubrí que era el líder de la isla de
los sirenios. Mira todos esos pececillos a tu alrededor, todos vinieron solo para
salvarlo.
Se detuvo, mirándome fijamente con una mirada suave e hipócrita. —Pequeño
genio, en este momento, necesitamos su ADN. Desafortunadamente, nadie más
puede acercarse a él y usar una jeringa para perforarle la piel. Sólo tú...
—¡Coronel! —Rhine interrumpió a Sakarol.
—¡Cállate! —La cara de Sakarol cambió de brillante a malhumorada, y después
dijo—. ¿Qué mejores ideas tienes? ¿O no quieres que tu precioso cariño viva?
—Yo...
—Lo prometo. Te ayudaré —abrí la boca y escupí estas palabras, impertérrito. Solo
Dios sabía cuánto quería escupir en el hermoso rostro de esta víbora y darle una
fuerte bofetada a cada lado. Pero era consciente de que esta era mi única
oportunidad de ver a Agares y rescatarlo.
—Muy bien... —Sus pestañas cayeron y volvió a posar su mirada en mi rostro. La
luz se reflejó en sus ojos verdes, haciéndome temblar de miedo—. Sin embargo,
antes de entrar, debo mostrarte algunas cosas.
Fruncí las cejas y vi que había levantado abruptamente la mano para presionar un
botón que se encontraba en la pared, tras lo cual el sonido de una escotilla metálica
apareció por encima de mi cabeza. Inconscientemente, levanté la cabeza para
mirar, y en ese instante, mis pies se tambalearon por un momento.
Por el cristal de arriba, vi a Lafarre, Davis y Eva. Todos estaban acostados uno al
lado del otro con los ojos cerrados, las manos y las piernas amarradas con grilletes
y cadenas.
—Tú... ¿qué les has hecho? —Mis ojos se abrieron tanto que prácticamente salieron
de mis cuencas. El estado de mis emociones hizo que mis voz temblara. ¡Deseé
que mi cuello pudiera crecer un poco más para poder morder de la garganta de
esta mujer!
Sakarol se cruzó de brazos y colocó un poco de distancia entre nosotros antes de,
una vez más, presionar el botón, esta vez restándole importancia. —No te
preocupes. Solo están inconscientes. Pero si sus vidas pueden salvarse o no, bueno,
eso depende de tu desempeño, De-sha-row. —Sus labios rojos llamaron mi
nombre, como si me lanzaran una especie de maleficio fatal. Sus manos hurgaron
en su bolsillo antes de sacar una jeringa que estaba bien empaquetada en un
envase estéril. La meneó delante de mi cara, haciéndole un ademán a Rhine para
que me soltara.
El fondo de mi estómago se revolvió furiosamente cuando mis ojos descansaron en
esa jeringa, después volví a mirar su rostro. Ahora, realmente quería estrangularla
hasta la muerte. Pero reprimí el impulso de hacerlo con todas mis fuerzas, extendí
la mano para recibir el extraño objeto y luego lo metí en mi bolsillo.
—Tengo una condición. —La miré fijamente y continué—. Mientras esté tomando
la muestra, a nadie se le permite entrar.
Sakarol no pudo evitar reír, una sonrisa se formó en su rostro mientras abría la
puerta de la escotilla. —Solo te estaremos vigilando desde afuera. Será mejor que
no juegues ningún truco barato. Tus lastimosos amigos no podrán durar más días.
Apreté el puño súbitamente, haciendo que mis nudillos tronaran con un sonido.
Con una respiración profunda, me dirigí hacia adentro. La puerta del cuarto se cerró
detrás de mí bastante fuerte, y la oscuridad se asentó lentamente. Sin embargo,
solo después de unos segundos, la visión nocturna que había obtenido después de
mi mutación interpretó su papel.
Era un cuarto bastante grande y espacioso, con un tanque de cristal oscuro
posicionado en el centro. Los brazos de Agares estaban suspendidos por varios
grilletes gruesos y ásperos, su cabeza colgaba hacia abajo. En el mar, era una
fuerza vigorosa, poderosa y feroz. Pero, en este momento, su postura se parecía a
Jesús cuando estaba cerca de la muerte, parecía que se estaba muriendo,
encadenado aquí. Su torso estaba sobre el agua, y una vez que me acerqué,
descubrí que su pecho violentamente ondulado estaba quemado con una enorme
cicatriz negra, cortada profunda y horizontalmente. Debe haber sido por la
descarga eléctrica de la red.
Me quedé anonadado durante unos dos segundos antes de finalmente saltar al
tanque de agua y correr por el agua para llegar a él, para verlo. De repente me
dolió el pecho, como si hubiera sido aplastado por un martillo y hecho pedazos, y
entonces, una especie de dolor me atravesó el corazón. Mis dedos tiritaron cuando
toqué la piel alrededor de la herida, pero después, mi cuerpo tiritó brutalmente.
Los temblores se sintieron tan violentos que mi garganta se cerró, incapaz de
pronunciar una sola sílaba. Sin embargo, al final logré tartamudear un sonido:
—Agares.
Mi voz fue bastante ronca, tanto que apenas pude oírla.
Jadeó fuertemente en busca de aire, su cabeza colgando y balanceándose antes de
levantarse dificultosamente. Sus ojos largos y angostos parecían desenfocados,
tardando un rato antes de concentrarse poco a poco en mi rostro.
—Desharow... —murmuró en voz baja, su cara tan cerca de la mía que los puentes
de nuestras narices estaban prácticamente pegados. Su voz también era tan baja
que era casi como un susurro. Sostuve su mejilla, asegurándome de que no se
fuera a morir en cualquier momento, y luego presioné mis labios contra los suyos
mientras temblaba.
Capítulo 56

El cuerpo rígido de Agares fue bastante obvio, y creo que fue porque no esperaba
que yo lo besara por propia cuenta.
En realidad, ni yo mismo sabía por qué lo hice. No estaba mentalmente preparado,
fue como si otra persona de repente poseyera mi cuerpo. No, no solo mi cuerpo,
sino también mi mente. Fue realmente una acción subconsciente. Sabía que había
una cámara de vigilancia grabando, pero aun así no pude impedir ese maldito
pálpito en mi corazón. De verdad me sentía extremadamente consternado, y
definitivamente no era porque me compadecía de esta poderosa criatura que había
caído en una situación tan degenerada, ni por algún tipo de virtud y moral que un
biólogo hubiera tenido... Más bien, era otro tipo de emoción intensa.
Sentí desconcierto, vacilación y conflicto al besarlo, pero Agares no correspondió,
tal vez porque no le quedaba nada de fuerza, o quizás porque me había escapado
y provocado su ira, o probablemente pensaba que Sakarol y yo éramos un equipo.
Por supuesto, tenía todas las razones para pensar esto. Tal vez, ahora creía que yo
también era un ser humano cruel y egoísta, traicionándolo por el bien de mis
propios intereses y beneficios.
Al pensar esto, mi corazón se sintió pesado e incómodo, y retiré mis labios de los
suyos debido a la vacilación e indecisión. Sin embargo, de repente bajó la cabeza
y estrelló sus labios contra los míos, sus colmillos perforando suavemente mi labio
inferior y haciéndome gemir de dolor, pero aun así persistió, mordiendo con más
fuerza; luego continuó con su lengua aterciopelada, lamiendo y chupando donde
sangraba.
Sentí su cuerpo estremecerse junto con el mío. El poder del beso era imperioso,
pero firme como si quisiera matar mis pensamientos anteriores, deshaciéndolos a
mordidas y tragándolos firmemente. O era como aferrarse a una locura moribunda,
queriendo confirmar mis sentimientos y aprecio.
Mis labios se hincharon rápidamente, y el dolor provocó que encogiera la cabeza a
unos centímetros de distancia. Mis manos descansaron sobre el costado de su
prominente mejilla mientras murmuraba con un poco de incoherencia, —No me
malinterpretes... Agares. De ser posible, realmente me gustaría salvarte ahora...
Lo siento... ¡Maldita sea! Todo es por mi culpa, es completamente mi culpa que
terminaras sufriendo así...
Mi mirada recorrió las cicatrices quemadas en su cuerpo. Cuanto más hablaba, más
se contraía mi corazón. No pude evitar bajar la cabeza, descansar la frente contra
su pecho y respirar profundamente.
De repente, me di cuenta de que había solo una cosa que debería y podía hacer:
tratar sus heridas. Por lo tanto, suavemente y con precaución, estiré la lengua y
comencé a lamer las cicatrices negras y chamuscadas en el pecho de Agares. Los
contornos de sus músculos se tensaron repentinamente, como al jalar una cuerda
de arco, y se pudieron ver claramente pequeñas venas azul verdosas sobresaliendo
de su piel intacta. Era obvio que Agares sentía un dolor inmenso.
Pero como un verdadero doctor, usé mi mano para presionar su fuerte y ancho
omóplato, y como si estuviera tratando de consolar a un gran delfín herido, le
acaricié dulcemente la nuca, moviendo mi cabeza hacia abajo para lamer la herida
con lentitud.
La piel ya se había endurecido, pareciendo cuero quemado y hasta el punto en que
incluso se podía oler el horrible hedor a quemado, lo que provocó que soltara una
respiración temblorosa que había estado conteniendo. Como resultado, su habilidad
de curación claramente se dañó y no tenía forma de activar la función de las células
específicas que viajan por su sangre para que interpretaran su papel.
Hacerlo sangrar sería la forma más rápida de curarlo, pero no podía usar este
método. ¡No podía arriesgarme a dejar que los nazis tuvieran la oportunidad de
conseguir el ADN de Agares, quién sabe qué clase de investigación aterradora
llevarían a cabo si lo obtuvieran!
Me detuve por un segundo antes de morderme con fuerza el labio donde Agares
me había mordido anteriormente, pero mi vigor fue demasiado intenso, y mis labios
comenzaron a doler como si se estuvieran destrozando en pedazos. ¡Ahora
probablemente parecen salchichas hinchadas!
Todo el cuerpo de Agares comenzó a temblar en el momento en que mi sangre
comenzó a gotear sobre su pecho. Sus brazos jalaron de la cadena, su dura
mandíbula descansó en mi nuca, y con una voz superficial, exhaló: —No te hagas...
daño, Desharow.
—¡Maldición, deja de moverte! —Le agarré el brazo, sin siquiera levantar la cabeza
mientras lo reprendía. No necesitaba que se preocupara por mí, por una herida tan
leve en esta situación. Aunque sabía que con mi boca goteando sangre, la herida
podría ser un poco aterradora de ver.
Mezclé mi sangre y mi saliva, usando mi lengua para lamer cuidadosamente cada
centímetro de su herida, de arriba a abajo, tratando de no pasar por alto ningún
lugar. Escuché el vigoroso latir de su corazón, sonando fuerte y apresurado, claro
contra mi oído. Pronto, a un ritmo veloz, la piel chamuscada debajo de mi lengua
formó una capa de membrana blanca, mostrando eficazmente los frutos de mi éxito
a cambio de mi dolor.
Me sentí extremadamente feliz, y entonces continué inspeccionando las otras
heridas leves en su cuerpo. A pesar de que no eran tan grandes como la de su
pecho, tampoco podían sanar. Por eso, incluso cuando se encontraban muy abajo,
cerca de donde se fusionaban el hueso de la cadera y las escamas de pescado del
tritón, aun así, me agaché y las traté sin dudarlo. En tanto hacía esto, incluso me
había olvidado de que había alguien mirando este espectáculo ambiguo, pero fue
porque me había sumergido por completo en ser un doctor dedicado, o quizás, una
pequeña parte se trataba de ser un... cónyuge competente.
Sin embargo, borré inmediatamente este extraño pensamiento. ¡Maldita sea, sea
cual sea la noción, no importaba en un momento como este! Este tipo de
pensamientos eran insignificantes en nuestro aprieto actual, tanto Agares como yo
estábamos encarcelados como rehenes, ¡que lo ayudara era un hecho!
Bajé la cabeza y seguí dando lo mejor de mí, pero en mi mente, no podía dejar de
recordar ese beso impulsivo, así que no presté atención a lo mucho que estaba
bajando cuando, de repente, un cilindro hinchado y brilloso se asomó por debajo
del agua fría y se presionó sobre mis labios. En ese momento, no sé si mi cerebro
hizo un cortocircuito o algo así, pero lo lamí mecánicamente antes de que mi cuero
cabelludo explotara tras la comprensión.
¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea!
Me limpié el labio y me levanté de inmediato, mis manos aferrándose a Agares
antes de lograr estabilizarme correctamente tras resbalar un par de veces. Mi cara
estaba cerca de la suya, y mi mirada se encontró accidentalmente con sus débiles
ojos negrísimos. Un color oscuro surgió en su rostro, claramente debido a la sangre
precipitada a su cabeza.
Si pudieras llamarlo excitación, Agares realmente se ha excitado un poco debido a
mis acciones. Aunque parecía que mantener los ojos abiertos ya arrebataba la
mayor parte de su fuerza, los labios delgados y tensos de Agares aun así parecieron
arquearse en una sonrisa juguetona... porque usé mi lengua para atender su gran
lugar. El maldito yo todavía podía saborear la esencia residual que tenía un toque
de pescado.
Lo fulminé con la mirada y usé el dorso de mi mano para limpiarme la boca, pero
ni siquiera pude soltar una sola palabrota.
Cada vez que me encontraba con Agares, mi nivel de CI parecía caer a los
negativos, siempre dándole la oportunidad de burlarse de mí. Sin embargo, en su
estado actual de encadenado, atrapado en una prisión de agua, en un estado medio
muerto y con cicatrices en todo el cuerpo, me temo que cualquier ser humano
fuerte se volvería impotente, ¡pero Agares aun así podía ponerse duro! Esta criatura
demoníaca realmente merecía el título de Jefe Sirenio, siendo un irremediable viejo
demonio sexual.
Pero al menos semejante reacción demostraba que su condición física no era tan
mala como temía originalmente.
Aunque mis orejas estaban impresionantemente calientes y mi cara hervía, actué
como si la situación anterior no hubiera sucedido y saqué un poco de agua para
lavar la sangre en mi boca. Pero mi mirada no pudo ignorar esa cosa erguida como
una especie de planta acuática, haciendo que me atragantara torpemente con mi
saliva.
—Desharow...
La voz de Agares era débil y ronca. Sus ojos cayeron para mirarme, sus pupilas
fijas en mí, como si me estuviera rogando que lo ayudara a resolver su problema.
—No, no podemos hacer eso, tu cuerpo no podrá soportarlo —tragué secamente,
cara encendida. Diablos, con Agares luciendo así, esto también hacía que la célula
mutante oculta dentro de mí comenzara a estimularse con inquietud. No pude
evitar sentirme nervioso, y apresuradamente me lavé la cara con unas cuantas
salpicaduras de agua, deseando calmarme con algunas respiraciones profundas.
Tal vez debería asumir un poco de responsabilidad por provocar problemas
involuntariamente y ayudar a Agares, que era incapaz de moverse un centímetro,
pero definitivamente no debo hacerlo. De lo contrario, si lo ayudaba a venirse un
poco, ello consumiría gran parte de su energía restante y quedaría inconsciente,
quizás no se despertaría. No olvidemos a Sakarol, que seguía monitoreándome
para ver si seguía sus órdenes. Ahora, acabo de recordar su amenaza, y si no puedo
completar este cometido de hoy, definitivamente les hará algo a Lafarre y a los
demás, pero yo tampoco podía obligarme a extraer la sangre de Agares.
Miré a mi alrededor con vigilancia antes de acercar mi cuerpo a Agares, intentando
aprovechar esta oportunidad para obstruir mis movimientos. Saqué la jeringa de
mi bolsillo, agarré el brazo de Agares mientras pretendía usarla para penetrar su
piel, levanté mi propia muñeca, y bajo la cubierta de mi otra mano, hice que la
aguja formara un ángulo sobre la piel de Agares, permitiendo que perforara con
precisión mi propia piel hasta mi vena.
—¡Desharow! —Agares se pegó a mi oreja, jadeando bruscamente en busca de
aire. Me mordió el lóbulo, como si reprendiera y reprochara mis acciones. No le
presté atención y extraje rápidamente mi sangre hasta que la jeringa se llenó por
completo. Descubrí que mi sangre parecía verse púrpura, como una mezcla de rojo
y azul. Este era, sin duda alguna, el signo más evidente de la mutación. Si mi
mutación no se detenía, la forma final de mi sangre definitivamente sería el mismo
azul que Agares.
Aunque el color de mi sangre y la de Agares era bastante distinguible, Sakarol
nunca había examinado su cuerpo correctamente. Además, descubrí hace bastante
tiempo que una vez que la sangre de Agares se separaba de su cuerpo y se exponía
incluso a un poco de aire, se solidificaba rápidamente en algo tan duro como un
fósil. Entonces, a menos que la extrajeras directamente de su cuerpo, no podrías
ejecutar ninguna prueba. Debido a estas razones, Sakarol no podía saber con
certeza si el líquido azul era realmente la sangre de Agares. Es por eso que me
ordenaron que entrara y extrajera su sangre, y por esa razón, desde luego que
podía usar mi propia sangre extraña para engañarlos.
Si tuviera que definirlo desde el punto de vista del género biológico, definitivamente
no soy humano, pero tampoco soy un tritón, sino que era una especie mutada que
estaba entre ambos bandos. Es importante saber que no siempre es fácil estudiar
hebras de ADN que cambian de forma y cantidad todos los días, por lo que
necesitan muchos registros intensivos y seguimiento, lo cual sería suficiente para
atormentarlos.
No pude evitar resoplar. Puse la jeringa en la bolsa estéril y la levanté,
balanceándola en la oscuridad y mostrándoles que había hecho lo que querían.
Después dije en un susurro suave, —Me protegeré, Agares. Dime, ¿hay una
existencia más fuerte en esta isla que pueda ayudarte a salir de aquí?
Cuando pregunté esto, una luz brilló en mi cabeza, y de repente recordé al
monstruo lagarto de ojos rojos. Levanté los ojos para mirar a Agares y estuve a
punto de preguntar, pero Agares al parecer ya sospechaba esto y entornó los ojos,
no mucho antes de escupir estas extrañas sílabas, —Na... ka... mi... ya. Tú...
regresar allá...
—Entiendo...
Tenía que pensar en una manera de hacer que Sakarol y los demás bajaran la
guardia, para así obtener cierto nivel de libertad y poder regresar a donde vi por
última vez a ese monstruo, para hacerle saber el aprieto de Agares y los otros
sirenios. Aunque no estaba seguro de podría resistir artillería pesada, es sin duda
el compañero de armas más poderoso.
Mientras lo pensaba profundamente, una voz aguda estalló por el cuarto,
destruyendo mi razonamiento. —Desharow, ya que has extraído la sangre, sal
rápido, ¿o aún piensas pasar más tiempo acompañando a tu amante allí?
Qué maliciosa, esa maldita zorra. Apreté el puño y acaricié suavemente el pecho
de Agares. Pensé en volver a revisar sus heridas para asegurarme de no haber
pasado por alto alguna, pero luego sentí su cabeza caer. Su frente se pegó a la
parte superior de mi cabeza, sus ojos mirándome profundamente. Su mirada
parecía haberse transformado en una noche que caía con lentitud, revistiendo todo
mi corazón hasta el punto de que incluso mi respiración y pulso quedaron
sepultados. No pude evitar cerrar los ojos y hundirme en el beso donde nuestras
respiraciones se entrelazan.
Después de un buen rato, de repente me despertó el sonido de una corriente
eléctrica, y sabiendo que ellos entrarían si no me iba de inmediato, salí
apresuradamente del cuarto.
Capítulo 57

Cuando salí de las puertas de la sala, vi a Sakarol caminando hacia mí con Rhine
justo a sus espaldas; este tenía una expresión complicada que me sorprendió. Me
miró atentamente, el contorno de su mandíbula sobresaliendo un poco de sus
mejillas, como si estuviera enojado hasta el límite de su paciencia. Con lo que
parecían las cosas, si Sakarol no estuviera aquí, se habría convertido en un león y
me habría comido entero.
Obviamente habían estado monitoreando todo recién, y a pesar de prepararme
psicológicamente desde el principio, aun así, me sentí inevitablemente
avergonzado. Bajé la cabeza para evitar sus miradas intensas mientras sacaba la
jeringa de mi bolsillo, y con las cejas fruncidas, al final se la entregué a la Sakarol
que se acercaba.
Sus ojos recorrieron mi rostro con una mirada que podía hacer que uno se sintiera
remilgado. Con una risita desdeñosa, tomó la jeringa e inspeccionó el líquido de
color malva en su interior: mi sangre. La acción me puso un poco nervioso, pero
mantuve una fachada tranquila, mi expresión no flaqueó ni un poco. Se sabe que
los espías internacionales son hábiles en el disfraz y tienen la capacidad de descifrar
la máscara de las personas; de ninguna manera debo permitir que disciernan algo
de mi expresión, sin sudar ni ningún otro pequeño cambio.
Para no revelar ningún defecto, fingí estar impaciente y crucé los brazos, puse los
ojos en blanco y escupí fríamente, —¡Oye, ya tienes la sangre, así que debería
poder reunirme con mis amigos ahora! ¡Y no piensen que me pueden mangonear
sin confirmar que sus vidas están a salvo y que no morirán de hambre!
Sakarol frunció el ceño, ignorándome. Simplemente sacó un tubo de ensayo y
transfirió cuidadosamente la sangre de la jeringa antes de agitarla varias veces. La
comisura de sus labios se levantó solo después de que el color y la consistencia no
se detectaran como anormales. Le echó un vistazo a Rhine. —Oh, por supuesto, mi
pequeño erudito. Rhine te llevará allá.
—Sí, coronel. Lo llevaré allá ahora mismo. —La cara tensa de Rhine de repente se
volvió laxa, como si apenas hubiera escapado del castigo antes de agarrarme del
brazo y tratar de arrastrarme, pero entonces Sakarol lo detuvo—. No lo olvides,
espósale las manos. —Dicho esto, sacó un objeto brillante de su bolsillo y se lo
arrojó a Rhine, que estaba de pie detrás de mí.
Cuando sentí el metal helado girando alrededor de mi muñeca, forcejeé
inconscientemente por retirar mis manos, observando el cuello aparentemente
ultra suave de Sakarol.
Sabía que con el poder oculto dentro de mi cuerpo, no sería un problema libertarse
de Rhine y usar las esposas como un arma para amenazar a Sakarol ahora mismo.
Sin embargo, rápidamente descarté esta idea en el momento en que atravesó mi
mente. Incluso si pudiera intimidar a Sakarol para liberar a mis amigos, Agares y
el resto de los sirenios no podrían resistir la lluvia de balas que las tropas
desplegarían. Tenía que ser paciente y esperar el momento adecuado para un
ataque furtivo, y hundir sus barcos uno por uno.
Apreté los puños y permití que me esposaran. Rhine me arrastró por las escaleras
hasta el piso de arriba. Mientras nos movíamos, observé a los sirenios cautivos en
ambos lados de mi persona, y me impactó descubrir que bastantes me estaban
mirando. La emoción en sus ojos era muy diferente a la de aquella vez en la isla.
No me hacía sentir para nada aterrorizado, y en cambio, hizo que la esperanza
aumentara en mi corazón, pues la manera en que me miraban era la misma manera
en que miraban a los de su propia especie.
Me atrevo a decir que sentí una sensación de veneración. La forma en que bajaron
la cabeza con las cejas y los ojos hacia abajo era exactamente como los humanos
mostraban cortesía formal.
Sin duda alguna, esto se debía la "ceremonia de marcado" de Agares. Reconocían
mi condición como su cónyuge. ¿Como... el papel de una reina?
¡Ah, al diablo con eso!
Como hombre, se me estaba considerando como una reina para la raza mística de
los sirenios. ¡¿Qué clase de broma me está gastando Dios?!
Arrugué las cejas, chasqueé la lengua con un "tsk" y aparté la cabeza, pero luego,
inesperadamente, Rhine me empujó. Mis pies terminaron tropezando en el peldaño
de la puerta de la cabina, casi haciéndome caer de cabeza en la cubierta exterior.
Rhine me agarró por detrás, levantó mi cuerpo hacia arriba, y antes de darme
cuenta, mi espalda fue estrellada contra la pared, su gran mano presionando con
fuerza mi cabeza contra ella. La fuerza fue tanta que tuve que mover la cabeza
hacia un lado, e incluso mis labios se presionaron hasta el punto de deformarse. Lo
fulminé con la mirada. —Mierda, ¡¿qué diablos estás haciendo?!
Rhine me observó detenidamente. Una vena azul palpitaba débilmente en su frente,
su mentón estaba cubierto de una barba incipiente y su aliento con un fuerte olor
a alcohol me golpeó en la cara, como un indigente que sufre de una resaca. Darme
cuenta de que bebió mucho licor me hizo sentir realmente intranquilo. Estaba
seguro de que miraba mis labios, y tal vez fue por el incidente en el que había
lamido la gran cosa de Agares que [Rhine] estaba a punto de estallar. La sangre se
precipitó a mis mejillas cuando la vergüenza y el enfado burbujearon en mí, así que
cambié de tema apresuradamente. —¡Rhine, no me importan los problemas que
tengas, pero primero tienes que llevarme con Lafarre y los demás!
Rhine había guardado silencio todo el tiempo, pero antes de que siquiera pudiera
terminar el final de mi oración, me interrumpió con una repentina risilla. Después,
dijo en voz baja, —Desharow, estoy pensando en cómo se sentiría tu lengua. Pero
tal vez lo sabré esta noche. Sakarol te puso bajo mi cuidado, ¿sabes lo que esto
significa? —hizo una pequeña pausa, se acercó a mí con un poco de ferocidad y
continuó—. Haré... las cosas que ese maldito tritón te ha hecho. Solo haciéndolo
una vez conmigo, haré que no te puedas parar al día siguiente...
—¡Vete a la mierda! ¡Hijo de puta, no creas que alguna vez podrás! —grité
groseramente, sintiendo que mi cuero cabelludo se entumecía. Doblé la rodilla,
pensando en golpearlo en la ingle para darle una idea de mis intenciones, mas no
pude porque sus grandes manos se deslizaron hasta mi nuca, y luego me
empujaron bruscamente para caminar hacia adelante con grandes zancadas.
—Pero no te preocupes, cumpliré tu pequeño deseo de reunirte con tus amigos.
Después de la reunión, te darás cuenta de que ganar mi favor y complacerme es
lo que más necesitas.
—¿Ganarme tu favor? —reí con desprecio—. ¡Un cabrón como tú es solo el perro
faldero de esa ramera!
Después de escupir esas palabras, doblamos en una esquina; Rhine se detuvo
frente a otra cabina. Entonces, con sus manos ásperas, agarró con dureza la parte
posterior del cuello de mi camisa y giró fuertemente mi cabeza desde el frente
hasta mi hombro. Sus labios prácticamente se pegaron a mi oreja, el asqueroso
vapor que llegó cuando exhaló se sintió como agua hirviendo vertiéndose por las
costuras de mi ropa. —Ah, en efecto Desharow, soy un perro, pero ya te he mordido
firmemente, ¿qué puedes hacer al respecto?... ¡Ve y diviértete con tus amigos!
La puerta de la cabina se abrió con un fuerte ruido cuando terminó de hablar y fui
empujado inmediatamente al interior, después la puerta se volvió a cerrar a mis
espaldas. La pequeña habitación de la cabina se mantenía iluminada por una
pequeña lámpara de aceite, pero aun así era extremadamente tenue. Al lado de la
pared de la cabina, había una cama simple con sombras vagas e indistinguibles de
personas acurrucadas. Vi a alguien ponerse de pie, y una voz familiar resonó dentro
de la habitación, —Desharow. ¡Oh Dios, todavía estás vivo!
—¡Lafarre! —parpadeé unos segundos antes de que una cara familiar apareciera
ante mis ojos y me hiciera sentir emocionado. Mis pies trastabillaron hacia
adelante, pero Eva me bloqueó, de pie ante mí. Su delgada mano me agarró el
hombro y soltó suavemente un "shhh" mientras señalaba la cama al mismo tiempo.
Me impactó de inmediato lo que yacía ante mis ojos.
Davis, que había estado desaparecido un tiempo, estaba acostado en la cama,
acurrucado como un animalito terriblemente devastado. Su respiración no era
tranquila, como si estuviera atrapado en una pesadilla. El abrigo de Lafarre estaba
sobre su cuerpo, pero no podía cubrir los moretones y las cicatrices que llenaban
toda la parte inferior. Especialmente los hombros y los tobillos, esos estaban
cubiertos con bastantes mordidas profundas y marcas de rasguños. Las sábanas
también estaban manchadas con sangre ya oscurecida proveniente de la mitad
inferior de su cuerpo. Toda su complexión estaba raquítica, parecía algo
irreconocible. Si no fuera por esa cara, no habría podido reconocer que la persona
que tenía delante era el sénior con el que me llevaba bien todos los días.
—¿Qué le sucede? —murmuré rígidamente a pesar de que sabía que estaba
preguntando algo realmente idiota.
Se sentía como si una esponja empapada de agua estuviera atascada en mi
garganta, dejándome incapaz de llorar o sollozar, incluso si quisiera. Mi cabeza
seguía repitiendo al pirata que previamente conspiró contra mí, Henry, y su
espantoso encuentro en la cueva de los sirenios. Me imaginé su rostro
transformándose en el rostro de Davis y ello casi me volvió loco. Se habían
encontrado con el mismo destino.
¡Dios mío, no! Me agazapé, con el corazón dolorido, queriendo extender la mano y
tocar la cara de Davis, pero no pude con las manos aún esposadas. Eva me ayudó
a levantarme, pude ver sus lágrimas destellar a la luz de las velas, sus labios
temblando mientras decía, —No sé qué hacer con sus heridas. ¡Desharow, tengo
miedo! Su lugar allí abajo... digo... ¡Su pene está roto! Necesita suturas y
desinfectado, pero esos nazis nos encerraron en ese lugar. ¡Pronto, si no en solo
unos días, morirá de una infección! No sé qué maldito pervertido le hizo esto, quizás
esos nazis...
—¡No hables más! ¡No hables más, Eva! —Le grité jadeantemente, mi corazón se
retorció en una bola y mi voz trepidó—. Pensaré en una forma... lo juro, pensaré
en una forma de salvarlo...
Recité incoherentemente mi oración. Lafarre me palmeó suavemente la espalda y
soltó un profundo suspiro. Eva, por otro lado, se cubrió la boca y se tragó un sollozo.
—Guarden silencio, los dos. —Lafarre nos acercó a Eva y a mí a un costado, nos
dio unas palmaditas en los hombros y procedió a hablar en voz baja—. No es que
hayamos perdido toda esperanza. Antes de que fuéramos capturados por esos
nazis, logré emitir una señal inalámbrica para obtener ayuda de la división de la
armada. Una vez que reciban la señal, se apresurarán aquí lo antes posible. Por
ahora, tenemos que intentar sobrevivir por nosotros mismos. Desharow, no nos
matarán porque tenemos lo que más quieren en nuestras cabezas. Tú también,
Desharow.
—¿Qué cosa?
—¿Conociste al profesor Vinogreider antes? —Lafarre me miró a los ojos, su voz
espolvoreada de misterio.
—Sí. —Mi corazón saltó con fuerza—. ¿Supongo que tú también hablaste con él
antes?
—¿Recuerdas el momento en que te mostró una foto? Esa rara que tenía un montón
de cuadrados negros, largos y cortos.
—Así es. —Mis nervios brincaron—. Era algo similar a los códigos morse. En ese
momento, le estaba haciendo preguntas con respecto a las comunicaciones entre
sirenios, pero extrañamente me mostró esa foto y me dijo que lo anotara. No
entendí a lo que se refería y realmente pensé que se había vuelto un poco loco.
¿Qué, también viste la foto?
Lafarre miró a su alrededor con tiento antes de bajar la voz para que solo Eva y yo
pudiéramos escuchar, incluso usó consonantes coronales en cada palabra, una
forma especial de articular, y habló a un ritmo rápido, —Esa serie de código morse
es la contraseña para acceder al disco más importante del profesor Vinogreider.
Dentro está almacenado el secreto más buscado por este grupo de nazis, el que
puede llevarlos a la ubicación del tesoro más grande de la isla de los sirenios: el
portal temporal. Sé que suena algo absurdo, pero no es un mito, ese "portal"
realmente existe. Es como el Triángulo de las Bermudas, aquellos que ingresan
regresan a un cierto punto en el pasado, o tal vez entran en una realidad
completamente nueva, incluso a un mundo paralelo. Este es el misterio de la
desaparición de Atlantis. Escucha, la legendaria Atlantis no está en el fondo del
océano, sino en otro espacio, en otra era, donde viven los sirenios...
Se detuvo un momento, mirando tranquilamente mi expresión atónita, diciendo las
palabras lentamente para disipar mi incredulidad, —Estoy tan seguro de esto
porque el subalterno del profesor Vinogreider, el miembro de la tripulación que un
sirenio se llevó, regresó. Desharow, lo creas o no, ese tripulante es tu abuelo.
Estaba tan sorprendido que me quedé boquiabierto. —¡No no no, cómo es posible!
El profesor Vinogreider dijo claramente que el miembro de su tripulación había
desaparecido hace décadas sin ninguna noticia, y que lo había estado buscando
desde entonces. Incluso publicó un aviso de desaparición en los periódicos, y los
envió a todo el mundo. ¿Cómo podría ser mi abuelo? Había estado conmigo desde
que era un niño hasta que encontró un desafortunado final en un naufragio en
Islandia...
La escena de aquel momento de mi infancia apareció repentinamente ante mis
ojos, y una vez más vi una silueta oscura dentro de la niebla nocturna, con un par
de ojos agudos, serenos y brillantes. Esa fue la primera vez que conocí a Agares, y
la escena en la que me rescató era clara como el día, vivida. En ese momento, sentí
que una capa de bruma me cubría el corazón, y algunas conjeturas aparecieron
mientras esperaba desesperadamente que Lafarre continuara.
—El profesor Vinogreider me reprodujo una grabación de voz, y en esa grabación,
tu abuelo mencionaba lo que sucedió después de entrar en el portal temporal. Dijo
que era un espacio diferente a todo lo que había visto en la tierra, pero algún tipo
de corriente eléctrica entrecortó la transmisión de su voz. No pude entenderlo todo.
Solo sé que regresó de allá después de hacer un cierto compromiso, o para ser
exactos, fue una transacción... Um, le prometió al líder de ese lugar que en el futuro
le pagaría un precio, un precio muy grande.
—El precio... ¿soy yo? —tragué saliva y exprimí esas sílabas de mis labios
temblorosos, y me sentí helado.
Capítulo 58

—¿Eh? —Lafarre parpadeó rápidamente, confundido. Hizo una pausa—. ¿Tú... qué?
Moví los labios, pero ninguna palabra salió y solo pude negar con la cabeza
rígidamente, exhalando un largo suspiro. Lafarre no conocía la situación entre
Agares y yo. Por eso, obviamente, no pudo entender lo que acababa de decir.
Además, habría sido una irracionalidad poder hacer una conexión entre todas estas
situaciones, pues en la época en que el profesor Vinogreider era joven, mi abuelo
solo tenía veinte y tantos años, lo que obviamente significaba que yo aún no había
nacido. Le hizo una promesa a Agares, el líder de una especie mítica, una promesa
que no sabía si podría cumplir, utilizando a su nieto, que no existía en ese
momento, como "cheque" de entrega. ¡Maldita sea, pensarlo en voz alta suena
ridículo!
Solo yo creería que esta era la razón de la inesperada invasión de Agares a mi
rueda de la fortuna, pero a pesar de eso, no quería creer en mi teoría. Ni un poco.
Mi conjetura era que mi abuelo se había vuelto loco, de lo contrario, debió haber
ignorado impulsivamente las consecuencias cuando hizo esa promesa, imprudente.
Definitivamente no pensó en cuánto me afectaría en el futuro, mas no podía culpar
a un familiar que ya había fallecido. Todavía podía recordar claramente cuánto me
amaba cuando era pequeño.
A menudo me llevaba a pescar, hacer rafting y acampar, de modo que toda mi
infancia transcurrió sin preocupaciones junto al mar. Incluso ahora, cada vez miro
hacia el mar, aún puedo recordar su risa brillante y alegre, cómo su suave palma
me acariciaba. Estos momentos, eso ya se había grabado en las partes más
profundas de mi mente, algo que jamás olvidaría. Para mí, incluso fue como una
figura paterna.
No creía que estas acciones se debieran a que quería cumplir la promesa que hizo.
Sin embargo, ahora que lo recuerdo con detenimiento, algunos de sus actos eran
ciertamente extraños. A menudo, lanzaba fuegos artificiales hacia el vasto e
ilimitado mar, o se detenía en la proa del barco y soplaba su bocina, como si llamara
o respondiera a algo. ¿Estaba pensando en presentarme a Agares?
Mi respiración se entrecortó, mi mente se sentía como si hubiera sido arrastrada
por una repentina ráfaga de viento fuerte, dispersando mi razonamiento a un
completo desastre. Mientras Lafarre seguía hablando, sus palabras parecían
escurrirse por mis oídos, sin escuchar una sola palabra.
—¡Desharow! —Me desperté de mi aturdimiento cuando Lafarre agitó las manos
frente a mis ojos—. Así que escucha, estos nazis probablemente sepan sobre el
pasado de tu abuelo, y por eso tienen los ojos puestos en ti. Debes tener mucho
cuidado y, al mismo tiempo, intentar hacer uso de esta información que obtuviste
para salvar tu vida. Puedes decirles sobre el portal temporal, porque incluso si
pueden entrar, se les será difícil salir...
—Entendido, lo haré —solté un profundo suspiro para tranquilizarme, retirando a
la fuerza mis pensamientos polvorientos y posando mis ojos sobre el cuerpo de
Davis—. Pensaré en una manera de preservar mi vida para poder ganarles algo de
tiempo a ustedes. Esos nazis me necesitan para poder estudiar a Agares, podría
usar eso negociar y conseguirle un doctor a Davis... ¡Espera!
En tanto decía esto, no pude evitar pensar repentinamente en mi sangre. ¡Así es!
Me golpeé el muslo e inmediatamente me precipité a la cama, agarrando el abrigo
que cubría a Davis, pero luego volví a hesitar.
Eva me agarró la muñeca. —Desharow, ¿qué tratas de hacer?
—Voy a tratar sus heridas. Podría... tener un método para curarlo, pero necesito
que aparten la mirada por un rato —dije desgarbadamente en voz baja, incapaz de
imaginar cuán fea sería la escena de mí curando a Davis, especialmente en esta
cabina estrecha y apretada con Lafarre y Eva. No podía tener más claro ese tipo de
vergüenza, especialmente cuando yo me había topado con el mismo destino en el
laboratorio. Debería estar agradecido de que Davis estuviera inconsciente, o de lo
contrario podría haber querido suicidarse.
Mientras pensaba en esto, de repente me acordé de la cámara de seguridad
instalada, haciendo que mi corazón palpitara en mi pecho. Me di cuenta de que, si
hacía esto, habría nazis vigilando esta habitación.
—Es mejor si no haces eso —dijo Lafarre mientras apartaba mi mano, su rostro
taciturno y negándome con la cabeza, indicándome que siguiera su mano mientras
rozaba el rostro de Davis. Noté inmediatamente que los párpados de Davis se
fruncían como una toalla bien estrujada. El contorno de sus globos oculares
cerrados temblaba, los músculos de su cara se contraían y toda su expresión estaba
apretujada, como si estuviera teniendo una pesadilla, luchando contra demonios
que estaban ansiosos por devorarlo en el segundo en que flaqueara.
Inhalé frío. ¿Esto no es un signo de TEPT severo?
En su estado actual, Davis parecía alguien que se asustaría de su propia sombra.
Como si pudiera morir de la conmoción si lo despertaba muy bruscamente de un
sueño profundo.
—¿Entiendes ahora? Necesita un verdadero doctor. Sus heridas se están sanando,
pero tiene tejido necrótico en el interior...
Bang, bang, bang.
Apareció un fuerte conjunto de golpes al otro lado de la puerta. —¡Desharow!
Escuchamos la voz de Rhine y, acto seguido, la puerta se abrió fuertemente.
—¡Oye, espera un minuto! —Mi cuerpo había sido arrastrado bruscamente por la
puerta antes de que tuviera tiempo de responderle a Lafarre. Me arrastró
apresuradamente hasta el otro lado del barco, y tan pronto como dobló en una
esquina, nos topamos con un grupo de hombres armados altos y fuertes, los cuales
saludaron a Rhine. Dentro del grupo, un tipo calvo y bronceado me miró y todo su
rostro cambió por completo. Les dirigí una mirada fría a todos, ohh, me di cuenta
de que eran el grupo que me vio darle una paliza a ese idiota con aspecto de gorila.
Deberían mirarme con un nuevo nivel de respeto.
Sin embargo, noté que estaban armados con armas y explosivos, con un
helicóptero en la distancia listo para despegar. Maldita sea, deben estar preparados
para apropiarse de la isla.
—Oye, ¿no es este el pajarito ruso que casi mató a golpes a Canoson? —La
comisura de la boca del calvo se torció hacia arriba con arrogancia, escudriñándome
de arriba abajo con una expresión siniestra. Extendió la mano, queriendo tocarme
la cara, pero rápidamente la esquivé con un giro de mi cabeza. Me lanzó una sonrisa
de dientes—. Oye, ten cuidado, amigo.
El hombre cambió ágilmente la dirección de su mano y fue a apretarme el cuello,
pero Rhine lo bloqueó. La cara del tipo calvo se arrugó de inmediato, como si
hubiera comido algo ácido. —Capitán Rhine, ya que la coronel Sakarol le pidió que
lo interrogara, es mejor que use ese conjunto específico de métodos que se usan
con los prisioneros y permita que pruebe lo que es nuestra "dulzura". No deje que
esta cara bonita se desperdicie. —La esquina de su boca se levantó y presionó
firmemente su puño contra el pecho de Rhine mientras continuaba—. Canoson fue
golpeado hasta el punto de sufrir una conmoción cerebral severa, incluso su retina
se desprendió.
Dios, se lo merecía. Quise decir esta frase, pero me contuve y solo solté un
resoplido desdeñoso. Si mis manos estuvieran libres para moverse, ya le habría
mostrado un dedo medio al calvito.
—Me encargaré de eso. Tengan cuidado, no luchen contra los sirenios cerca del
agua, traten de atacarlos desde lo más lejos que puedan. Todos son bestias locas.
—Rhine se giró para mirar el helicóptero y me obligó a caminar junto a ellos—.
Mucha suerte, jajaja.
A medida que el sonido de los pasos desaparecía, una fuerte sensación de crisis se
apoderó de mi corazón. Rhine me llevó a una cabina extremadamente oscura, y
sentí que se me erizaban los pelos.
Rhine estaba borracho. Aunque recién habló tan fluidamente con su subalterno,
¿qué tipo de superior se echaría a reír al advertir a sus hombres del peligro? No
está solo un poco mareado, está extremadamente beodo. ¡¿Quién sabría si
aprovecharía esta oportunidad para hacerme algo?!
—¡Rhine, quiero reunirme con Sakarol! ¡Tengo que contarle un secreto que le
resultará extremadamente interesante! —grité con ansiedad, pero hizo oídos
sordos y me empujó directamente al interior de la cabina, cerrando la puerta detrás
de nosotros con un fuerte golpe.
En un instante, todo lo que yacía en la oscuridad se fue aclarando lentamente.
Descubrí que de las paredes colgaban cadenas y varios tipos de artefactos de
tortura metálicos. Una sensación espeluznante y escalofriante me atravesó los
nervios, e inmediatamente traté de usar mis piernas libres para hacer una pataleta
y forcejear, pero Rhine me agarró del brazo con fuerza. Luego sacó una larga
cadena de un costado y la ató a mis esposas, lo que hizo que mis brazos colgaran
por encima de mi cabeza. Entonces, pisó una especie de mecanismo que levantó
mi cuerpo del suelo en un instante, tan rápido que un dolor contundente me
atravesó los brazos, como si se hubieran dislocado. Solté un grito y comencé a
jadear en busca de aire.
—¿Qué secreto? ¿Por qué no me lo dices a mí primero? Déjame escuchar y ver si
tienes más trucos escondidos bajo la manga, mi pequeño genio. —Rhine levantó
mi cabeza, su mano acariciando mi mejilla con su palma ardiente y áspera.
Sus ojos azules estaban fangosos e inyectados en sangre, hilillos sangrientos
nublaban el blanco de sus ojos, su expresión era una mezcla de adoración y
admiración. Pude notar que sus emociones temblaban violentamente cual cuerda
floja sobre la que se camina, perdiendo por completo su fachada de perro faldero
leal que había estado manteniendo desesperadamente. Su yo actual era diez veces
más peligroso que Sakarol.
—Te prometo que es un secreto que Sakarol querría saber mucho. Te lo puedo
decir, pero tengo una condición —soporté el dolor en mis brazos y apreté los dientes
para mantener la compostura.
Quizás usar el nombre de una superiora le despabiló un poco la cabeza. Frunció las
cejas, preguntando, —¿Qué condición?
—Mi amigo necesita ayuda y tú tienes un doctor militar, ¿verdad? —entorné los
ojos, jadeando mientras el sudor me goteaba por la frente hasta el mentón.
Rhine me limpió el sudor con sus dedos, después siguió el rastro hasta mi cuello
antes de presionar la solapa de mi camisa. Jugueteó con los botones mientras
observaba mi pecho humedecido.
Se quedó absorto en sus pensamientos antes de soltar una carcajada borracha. —
Oh, ¿así que en serio se trata de esto? ¿Me estás rogando, Desharow? Entonces,
yo también tengo una condición. Para conseguirle a tu amigo lo que necesita... —
En tanto decía eso, desabrochó algunos de mis botones—. Haz el amor conmigo y
que ese patético tritón nos escuche. Quiero que escuche cómo te poseo —miró de
reojo hacia la esquina superior derecha de la cabina. Sorprendentemente, había
una caja negra que tenía muchos agujeros en su superficie. Era una grabadora de
comunicación.
—Rhine, ¡¿te has vuelto loco?! —Lo miré, conmocionado y furioso, sabiendo que
tratar de discutir y resistir solo lo volvería más enojado y desenfrenado en su estado
de borrachera. Solo pude apretar mi puño, fulminarlo con los ojos y obligarme a
ignorarlo mientras me desabrochaba la ropa—. No tiene sentido hacer eso. Quieres
declararle a esa bestia que te pertenezco, ¿no? ¿Crees que estaría resentido y
celoso como tú? ¡Te equivocas! No le importaría en absoluto, y lo más probable es
que se excitaría y lo trataría como si estuviera escuchando pornografía.
Simplemente... me trata como a un objeto sexual por una deuda impaga. ¿De
verdad crees que una bestia como él sentiría algo como... amor por un humano?
¡Oh, carajo, qué gran broma! No lo entiendes... solo hace poco descubrí que yo soy
solo... un objeto usado como compensación en una conspiración, eso es todo.
Cuando comencé a hablar, las palabras que había estado conteniendo en mi interior
salieron de mi boca como un mar tempestuoso. Sentí que las palabras que seguía
espetando en el momento eran racionales y llenas de lógica, pero las partes más
profundas de mi mente burbujearon la imagen de Agares refutando ferozmente lo
que acababa de decir. Solo pude ver sus ojos oscuros observándome con
desesperación, una voz aullando y diciendo que no es así, ¡no es así!
Mi rostro mostró una expresión dolorosa, proyectando los pensamientos conflictivos
en mi corazón. Rhine levantó los ojos para mirarme, como si se sintiera un poco
confundido. Su aliento alcohólico seguía golpeándome la cara, abrazando mi cintura
con tanta fuerza que parecía que se iba a romper en cualquier momento. Pegada a
mí, su entrepierna parecía arder, y la cosa en sus pantalones ya se había levantado,
pero, por suerte, parecía que todavía le quedaba algo de racionalidad.
—Así es, me enteré hace poco, Rhine —cerré los ojos—. Soy un producto de
compensación, y mi familia tiene algunos enredos con los sirenios. Quizás Sakarol
no te informó, pero debe haberlo sabido. Las cosas que me vieron hacer desde la
cámara de vigilancia fue porque estaba hechizado. Hay algo en cuerpo de la bestia
que... —tragué, sintiendo que mi garganta se había vuelto un poco dolorida y seca,
como si estuviera tratando de decir algo que iba en contra de mi corazón,
haciéndolo muy difícil—. Estaba hechizado, yo.
Mi corazón se apretó, semejante a una pequeña bestia que se acurruca fuertemente
para protegerse. A pesar de ello, solo pude continuar porque sabía que podía usar
esto y ganarme la compasión de Rhine para que no me comiera entero en este
momento. Fui tan estúpido que no me importó lo cerca que estaba la lente de la
cámara de seguridad de Agares, y tampoco esperaba que Rhine tuviera un deseo
tan fuerte de conquistarme.
—Si... realmente te gusto un poco... entonces... —Mientras exprimía estas pocas
palabras, me sentí un poco nauseabundo, pero lo aguanté.
Decir que los sentimientos de Rhine por mí se representaban como "gustar",
entonces este sería el espectáculo de "gustar" más extremo y aterrador del mundo,
ya que todavía podía recordar claramente cómo me empujó del bote, arrojándome
al estrecho llenó de sirenios, como si estuviera desechando un óbice que les
impedía avanzar. Sin embargo, una vez que se enteró de que estaba vivo, se volvió
loco por querer algo que no podía tener, como los nazis que perseguían un sueño
inalcanzable, volviéndose iracundos y pervertidos.
Mi impresión de ese mentor encantador y llevadero era solo una de sus muchas
pieles. En el fondo era un nazi, un terrorista de pies a cabeza.
—Deja de atormentarme... Rhine, busca un doctor para mi amigo y te lo agradeceré
por el resto de mi vida. De verdad, se está muriendo.
Recordé los párpados temblorosos de Davis y un hirviente torrente de tristeza me
inundó la nariz, haciendo que mi voz fuera un poco ronca.
—Agredecer... —Rhine repitió mis palabras, luego soltó una risa baja. Sus dedos
se enterraron en mi cabello, separando y peinando mi desordenado flequillo antes
de volver a agarrarlo suavemente, de modo que tuve que mirarlo cara a cara—. No
quiero tu agradecimiento, Desharow, solo quiero una oportunidad. Ya que dijiste
que no sientes nada por ese monstruo, puedes aceptarme, ¿verdad?
—Solo si me das una razón para aceptarte. Un doctor, Rhine —enfaticé con voz
ronca y ojos rojos. Sus labios impregnados de alcohol estaban prácticamente en la
punta de mi nariz, casi sofocándome.
—Déjame probarte primero. Ya he esperado demasiado —cerró los ojos y sostuvo
mi cabeza como si estuviera sosteniendo un cristal, sus labios besando mis lóbulos.
Ni siquiera tenía energías para sentirme asqueado, el peso de su cabeza sobre mí
intensificaba el dolor que ya sentía al tener los brazos suspendidos: sentía que se
iban a dislocar en cualquier momento y podía escuchar el crujir de mis huesos.
Suspiró suavemente en mi oído. —¿Por qué naciste ruso? Hubiera sido mucho
mejor si fueras alemán. Desharow, en este sucio y complejo campo de batalla
donde el sol nunca brilla, eres la existencia más pura que he conocido.... —Se
detuvo y me acarició la espalda—. No lo sabes, pero la primera vez que me
acompañaste a las cuevas de Cantabria a investigar, tu seriedad y valentía
realmente me fascinaron. No podía creer que acabaras de zambullirte ahí y crear
un milagro. Hubo tantas ocasiones en las que me sorprendiste e hiciste que mi
nivel de respeto por ti subiera más. Poco a poco comprendí que no tenía control
sobre ti, ni siquiera como tu mentor, que no había nadie más que pudiera limitar
tu perseverancia y ambición. La forma en que persigues tu sueño es algo que los
alemanes realmente admiran. Lo que dijo Sakarol fue correcto, ciertamente eres
una hermosa polilla, la gente no puede evitar querer aferrarse a ti, el que vuela tan
alto...
Respiró hondo y soltó otra carcajada ebria. —Si no, volarás, volarás tan lejos,
donde nadie en toda la vida podría alcanzarte.
—Tú no me atrapas... —Mis muñecas tiritaron en las esposas, la fricción del metal
helado me pinchó de una forma insoportable—. Quieres romperme las alas y
convertirme en un insecto que no vuela, retorciéndose impotente en la palma de
tus manos, rezando para tener tu misericordia y amor. Disfrutas esa sensación,
¿no? Rhine, eso es lo que quieres hacerme. No te describas... como alguien tan
profundamente lleno de amor.
Aparté la cara con desprecio, mis ojos penetrantes tan afilados como un clavo. —
Vamos, si quieres arruinarme entonces adelante, pero nunca podrás ver esa polilla
que quieres atrapar desesperadamente, o... puedes tratar y hacer que tenga una
razón para estar agradecido contigo.
Rhine se quedó perplejo ante las palabras, sus ojos oscuros y lúgubres como si
hubiera una capa de telarañas nublándolos, difuminándolos. Me di cuenta de que
su embriaguez estaba empeorando, que su cerebro no estaba completamente
despierto y que su corazón se balanceaba un poco.
En este momento, agradecí de que sus sentimientos por mí no fueran pura lujuria.
Si estuviera sobrio, es posible que realmente no me hubiera hecho nada. Remiso
estaba a usar la fuerza para someterme porque eso solo probaría que realmente
no podía vencer las hormonas de una bestia. En esencia, Rhine era un conquistador
que quería que lo obedeciera de principio a fin, que lo amara y lo adorara, solo que,
para empezar, era un sueño increíblemente tonto.
—Encontraré un doctor para tu amigo y haré que reciba la mejor atención médica...
Sin embargo, Desharow —respiró con dificultad, su mano torciendo y jugando con
los lóbulos de mis orejas—. Contéstame, una vez que hayan terminado de construir
la base, tienes que volver conmigo a Alemania, convertirte en ciudadano y casarte
conmigo. Y de ahora en adelante, nunca más debes acercarte a ese tritón, ¿puedes
hacer eso?
—¿Matrimonio? —Me impacté tanto que mi boca quedó colgando, abierta. La
persecución nazi de la homosexualidad durante la Segunda Guerra Mundial fue
espantosa, y este tipo aquí podía jugarme una broma tan horrible. ¡Gracias a Dios
que no es la Segunda Guerra Mundial en este momento, si no, me habría
condenado a esos temibles campos de concentración!
—Sí, matrimonio. No restringimos la homosexualidad como lo hacen ustedes los
rusos. Aunque todavía no es legal, en el futuro... —murmuró, cayendo en su propia
imaginación emocionada—. No puedo esperar para convertirte en mi pequeño
novio, Desharow, ya no puedes volver a Rusia. Le encomendé a alguien que borrara
los registros de todos tus permisos residenciales y estudiantiles. Ya no eres ruso
ahora, eres alguien apátrida y pronto serás olvidado con el paso de los años.
Sentí como si un pesado martillo me hubiera golpeado en la cabeza y me hubiera
dejado atónito hasta el punto de la estupidez. Mi mente dio vueltas durante mucho
tiempo antes de comprender lentamente este hecho aterrador. Rhine me había
quitado la oportunidad de seguir estudiando en la academia, había destruido mi
sueño y borrado mi existencia, desarraigándome de Rusia y convirtiéndome en un
pájaro sin patas incapaz de aterrizar, para que él me guiara como una cometa.
—¡No... no no! ¡¿Qué hiciste, por qué hiciste algo así?! ¡Perro rabioso, perro
rabioso! ¡Te mataré!
Lo pateé histéricamente una y otra vez, pero Rhine estaba fuertemente aferrado a
mis piernas, sujetándolas, y el insoportable dolor en mis brazos me imposibilitó
seguir ejerciendo fuerza. El sonido de las cadenas de metal fue como una explosión
en mis oídos, mareándome la cabeza. Pude escuchar a Rhine preguntándome una
y otra vez, —¿Me aceptas, Desharow? ¡Te amo tanto, me está volviendo loco!
—¡Piérdete, hijo de bastardo! ¡Eres peor que una mierda de perro, maldito lunático!
—Le arrojé una lluvia de insultos, desvalido, la calma que traté de mantener se
derrumbó en un instante. El segundo Rhine alcanzó mi cinturón con manos
temblorosas, supe que estaba acabado.
Sin embargo, en el momento en que me quitó los pantalones, de repente escuché
un montón de ruidos eléctricos chisporroteantes que me hicieron estremecer y
contener la respiración.
—¡Rhine, atento Rhine! —La voz de Sakarol sonó en su bolsillo. Solo Dios sabría
que esta era la primera vez que sentía alivio al escuchar la voz de esa demonio—.
Trae a Desharow, este tritón de repente se volvió loco de la nada. ¡Detén el
interrogatorio, te ordeno que traigas a Desharow aquí en este instante!
—Parece que tu superiora me ha impedido aceptar tus condiciones por el momento.
Mi voz tembló.
Gracias a Sakarol, pude escapar de las malvadas garras de Rhine. Justo cuando
volvían a llevarme a la sentina, no pude evitar sentir que había obtenido una
amnistía. Mis dos piernas estaban un poco blandas, como si estuviera pisando aire
y flotando hacia el cielo. De repente, mi mente se llenó de los recuerdos de mi
cálido hogar, la comida de mis padres y los emocionantes años de aprendizaje en
la academia, mis queridos compañeros y profesores, todo aquello que ahora se
convertiría en un sueño, que pronto se dispersaría en el viento como polvo.
Mi alma parecía haber sido sacada de mi cuerpo, mi corazón se sentía vacío, mi
cuerpo volviéndose tan frágil como una capa de hielo fino, escuchando el crujido al
momento de pisarla.
Me llevaron a Sakarol sin decir nada. Ojeó con indiferencia los moretones en mi
muñeca y sacó una llave para abrir las esposas, diciendo apáticamente, —Vi a ese
tritón mutilándose cuando miré el monitor de vigilancia hace un momento. Tengo
que molestarte para que lo calmes por favor, pequeño Desharow. También se niega
a comer, así que tendrás que alimentarlo también. Tenemos que asegurarnos de
que siga viviendo.
Después de decir eso, me entregó un balde lleno de sardinas y me mostró una
sonrisa falsa.
Lo tomé sin decir una palabra y entré en la sala. Solo después de que mi línea de
visión siguiera la puerta de la escotilla cerrada y mi mente despejara, procesé la
palabra que dijo Sakarol: Agares se estaba lastimando a sí mismo.
Una vez que vi la apariencia de Agares, mis manos comenzaron a temblar y el balde
casi se cae al suelo. Sus muñecas ya no estaban suspendidas a ambos lados de su
cabeza como antes, sino que bajaron hasta sus hombros. Las gruesas cadenas
conectadas a los engranajes metálicos en la parte superior fueron arrancadas de
su riel por Agares, y sus dos muñecas tenían cortados moretones blancos
extremadamente profundos. Su carne sobresalía y su sangre azul estaba tan
densamente coagulada alrededor de sus muñecas que parecían muñequeras, todo
atascado en los grilletes.
—Desharow... —Agares me miró fijamente a través de su cabello apelmazado.
Su mano forcejeó por moverse, arrastrando los grilletes con su movimiento. —E...
yo... —pronunció sílabas rusas burdas, pareciendo como si estuviera pensando
mucho en expresar algo, mas no sabía cómo combinar las palabras para ello.
Me atacó una repentina comprensión. Fue porque había escuchado toda la
conversación entre Rhine y yo, que pensó en automutilarse para forcejear por
liberarse y salir. Esta comprensión me hizo tambalear un paso o dos antes de
lanzarme a abrazar el cuerpo de Agares. Mis manos agarraron fuertemente su
espeso cabello, luego cerré los ojos y enterré mi rostro en su cuello, inhalando
profundamente su aroma.
Capítulo 59

—Agares... —Con voz ronca, canté este nombre repetidamente.


El cuerpo que abrazaba era tan fuerte y recio, era como una roca que sostenía
todo mi cuerpo. No sabía por qué últimamente me había vuelto tan dependiente
de este tritón, cuando claramente debería haberlo odiado. Pero era algo que no
quería entender. Solo quería abrazarlo con fuerza, como si fuera la única forma
en que pudiera llenar las enormes grietas de mi corazón.
Agares inclinó la cabeza contra mi mejilla, lamiendo mi patilla con su lengua y
mordisqueando mi carne con sus labios y dientes, rebosante de cariño y consuelo.
Gotas de agua chorrearon por mi cuello, filtrándose lentamente por mi médula
ósea y permitiendo que su frescura se permeara en mi interior.
Extrañamente, no sentí ninguna molestia. Mi corazón, como quemado por
magma, pareció enfriarse repentinamente, y con una fragancia familiar llenando
todo mi mundo, mi mente cayó a las profundidades más lejanas en un lodazal
suave y tranquilo. Solo se podía escuchar el latido constante y poderoso dentro
del pecho de Agares: badump, badump, badump, badump.
Mi mente, que antes se había sentido tan tensa y apretada hasta el punto de
colapsar, ahora de repente se aflojó en un estado aparentemente hipnótico y
relajado.
La cola de pez debajo de mí me enroscó firmemente, subiendo y creando una
barrera de seguridad para envolvernos a Agares y a mí. Este tipo de estabilidad y
preocupación hizo que de repente me desprendiera de mi caparazón exterior que
acababa de ser perforado por esas afiladas púas de Rhine hace un momento.
Liberé mis lágrimas amargas y lloré mientras me aferraba desesperadamente a
Agares. Él era la única persona (oh, espera, quiero decir pez) que podía entender
el tipo de dolor y presión que actualmente tenía sobre mis hombros. Pero no
podía permitirme actuar de esta manera: una vez que una persona expone su
lado más débil, no sería fácil volver a estar fuerte y tranquilo. Lo mismo podría
decirse de una almeja a la que se le rompe el caparazón o a una caída al primer
golpe, sobre todo ahora, cuando tienes personas a las que necesitas proteger.
Tenía que soportar esto. Tenía que perseverar con los dientes apretados.
Aflojé mi agarre sobre su cuerpo. Dios sabe cuánto quería depender de él,
aunque fuera un poco más. Sin embargo, las heridas en la muñeca de Agares
necesitaban atención inmediata. Estiré mi mano para sostener su muñeca y darle
un vistazo; Agares cooperó conmigo levantándome un poco y permitiendo que mi
cabeza se nivelara con su mano.
No podía imaginar cuánta fuerza había utilizado en su forcejeo, pues los grilletes
quedaron completamente deformados. Sin embargo, era una lástima que las
articulaciones huesudas de Agares sobresalieran mucho más que las de un
humano y sus manos no pudieran salir fácilmente de los grilletes. Como
resultado, su muñeca resultó gravemente herida: los huesos blancos eran visibles
del gran y profundo desgarro producido por la constante fricción de su muñeca
contra los grilletes metálicos. Por suerte, la herida estaba sanando, pero parte del
tejido nuevo se adhería a los grilletes.
Cuando levanté suavemente la muñeca de Agares, escuché simultáneamente un
gruñido corto y amortiguado saliendo de su garganta. Estaba al tanto de lo
lacerante que debía haber sido, y por eso mi corazón sintió un dolor insoportable.
Pero traté de mantener una actitud quirúrgica y, poco a poco, separé la carne que
estaba pegada a los grilletes, pegándola hacia atrás para tapar una vez más los
huesos visibles.
Después, lamí cuidadosamente la herida, sin pasar por alto ningún espacio.
Mucho esfuerzo se requirió para, al fin, sanar las dos garras palmeadas de
Agares. Para cuando las membranas blancas habían cubierto la totalidad de las
heridas, yo ya estaba cubierto de sudor, y en ese momento, de repente sentí que
algo mojado me lamía el vientre bajo.
Cuando bajé la cabeza, descubrí que, quién sabe cuándo, Agares había usado su
cola para rodear mi cintura. Con su cabeza enterrada frente a mí, pude ver que
sus pestañas cuales plumas caían con la frecuencia de su cuerpo trepidante. Su
expresión estaba llena de obsesión. Solo cuando pareció darse cuenta de que
había notado su pequeña acción, levantó los párpados para mirarme con los
labios profundamente levantados.
Mi corazón saltó de repente, una corriente de fuego se hinchó en mi pecho y se
disparó directamente a la parte inferior de mi cuerpo. ¡Maldita sea, casi tuve una
reacción en este momento crítico e inapropiado! No pude evitar palmear la gruesa
y sólida cola de pez, sintiéndome un poco frenético. —Oye, oye, todo está bien
ahora. ¡Bájame!
En respuesta, la cola envuelta a mi alrededor se apretó aún más, y como no
podía poner nada de mi peso sobre su cuerpo, solo tenía su cola para auparme.
Esta postura era como estar acostado en un telesilla cubierto de escamas. Con
nuestras caras frente a frente, sus labios, sin advertencia alguna, se adhirieron a
los míos. La cola de pez mojada luego se frotó contra mi espalda, suavemente y
en círculos, como si me apaciguara en silencio. Además, tener que sentir esto a
través de una capa de ropa fina, lo hacía muy cómodo, tanto que incluso mi
cintura sintió un leve entumecimiento.
No pude evitar abrir mis labios un poco, permitiendo que su lengua se apretujara
y enganchara alrededor de mis encías. Sus ojos me miraban de cerca, y su
mirada entornada era como la línea del filo de un cuchillo. Solo que que había un
cariño profundo e inevitable brotando de ellos.
Demasiado peligroso. Era más peligroso que cualquier otra criatura de las
profundidades marinas. Sentí que estaba a punto de hundirme por completo y ser
devorado por él, sin restos de huesos. Quizás, puede que ni siquiera queden
muchos restos. Después de todo, Agares ya me había saboreado totalmente y
ahora, gracias a él, yo también comenzaba a tener el deseo de que me poseyera.
Mi cuerpo aún se encontraba situado en una jornada sensible. Si Agares pudiera
moverse libremente en este momento, yo no podría protegerme. Sin embargo,
cuando Agares se inclinó hacia adelante, más cerca de mi cuello para profundizar
el beso, inmediatamente recordé la horrible experiencia que acababa de vivir con
Rhine hace unos momentos. No pude evitar mirar con alerta la cámara de
seguridad sobre mi cabeza: era un orbe negrísimo, como el ojo de un cocodrilo
escondido en secreto. Le traía escalofríos a todo el cuerpo.
Ahora mismo, Rhine debía estar observando todo esto con atención. Cuanto más
Agares y yo nos descarriláramos, más aterradores arderían sus celos y envidia.
Ante ese pensamiento, me estremecí de inmediato y rápidamente agarré el
mentón de Agares, obligándolo a no acercarse más a mí íntimamente. Con
nuestros enemigos en control en este momento, tenía que ser sensato. Por otro
lado, Agares deseaba continuar. Se apoyó en mis mejillas, olfateando y besando
con anhelo, embriagándose. Era como si estuviera probando una botella de
exquisito vino. Su torso húmedo se pegó al mío como si quisiera moldear
nuestros dos cuerpos en uno.
Maldita sea. ¡Incluso sentí que su gran cosa escondida debajo de todas esas
escamas se movía nuevamente!
Solo pude voltear mi cuerpo y rodar por su cola de pez. Agares inmediatamente
se enderezó hacia adelante, como si quisiera atraparme. Lástima, se había
olvidado de que sus dos garras palmeadas seguían atadas, y el ruido de las
cadenas alrededor de su muñeca resonó irónicamente.
—¡Oye oye oye! Deja de moverte así. ¡Aún estás herido! —Me sobresalté y no
pude evitar levantar la voz. Agarré de inmediato sus afiladas orejas aladas para
evitar que se moviera y lastimara. Rápidamente, me incliné en su oído y
susurré—. ¡Alguien nos está mirando!
Levantó la cabeza y miró al techo. Su rostro de repente se oscureció, sus ojos
entrecerrándose con un destello lúgubre. La larga cola de pez se alejó
instantáneamente de mi costado, provocando una gran ola de agua. Como un
rayo, con su aleta caudal mandó a volar el balde metálico que contenía el
pescado. Entonces, con un fuerte ruido, golpeó directamente la lente de la
cámara de seguridad. Vi como los cables estallaban inmediatamente en grupos de
chispas. Había sido destruida.
—Jaja... —El llamado "rey de la destrucción" sonrió y miró a mi persona atónita.
Como si acabara de gastar una broma divertida, Agares encarnó una ceja y soltó
una sonrisa pícara antes de usar su cola para apretarme. Sin embargo, esa
expresión sonriente no duró mucho, y en un instante, se borró de su cara.
Agares bajó la cabeza, sus labios se presionaron contra mis orejas y pronunció
una serie de palabras rusas profundas, no convencionales, pero reconocibles, —
Tú... puedes... preguntarme... acerca de... lo que... quieres saber. Yo...
estableceré, conectaré.
Me quedé estupefacto. Me di cuenta de que Agares había escuchado la
conversación que tuve con Rhine, enterándose de lo que sabía. En realidad, era
algo que había querido preguntarle, pero temía que no revelara nada acerca de
ello.
Respiré hondo y lo miré directamente a los ojos, tratando de captar algo de esas
insondables pupilas suyas. —Quiero saber todo. Todo sobre ti y mi abuelo, o los
orígenes de mi familia. Me refiero a... —Me encogí de hombros—. Tú y yo
existimos en dos mundos... En la tierra, que estabas tratando de... ¿Por qué...
viniste a buscarme?
Me miró, inhaló profundamente y permaneció en silencio durante un largo rato.
Después, finalmente respondió con una voz ronca, —Tú... me perteneces... a mí.
Su voz de repente se vertió en mi tímpano, como agua marina turbulenta, y llegó
hasta lo más profundo de mi cerebro. Mi conciencia cayó en un trance y el
entorno circundante comenzó a difuminarse poco a poco. Empero, solo la figura
de Agares seguía tan clara como el día. Inesperadamente, vi que había partículas
azules y luminosas flotando en su cavidad torácica, como si su sangre estuviera
llena de fluorescencia. A través de sus densos vasos sanguíneos, las partículas de
luz rápidamente comenzaron a esparcirse, titilando suavemente como una
especie de placa de circuito complicado, como si estuviera a punto de explotar.
Era similar al volante de una nave espacial lista para despegar.
Con asombro, observé los extraños cambios en su cuerpo, sin saber si me
encontraba dentro de una alucinación o no. Su apariencia se veía terrible; una
zona entera de piel en su pecho presentaba una textura translúcida a la luz azul
moteada y entrelazada, al igual que las descripciones de los testigos en los
archivos de extraterrestres que he visto antes.
¿Quién sabía si los tritones eran en realidad extraterrestres, después de todo?
Según la existencia del "portal espacial", podrían haber venido de otro planeta.
Pensando en esto, mi vista se perdió paulatinamente en esa compleja luz azul, y
sentí que me envolvía un espacio de vacío. Ya no entendía dónde ni cuándo
estaba. Incluso mi mente pareció ser arrastrada por varios hilos sedosos,
arrojada al ancho y vasto cielo cósmico solo para esparcirse dentro de un
horizonte ingrávido.
Solo resonaba en mi oído la respiración rítmica de Agares, la cual sonaba
sumamente distante, pero al parecer también fluyendo al interior de mi oído,
asemejándose al suspiro del mar. A pesar de ello, no pude desplazarme de donde
me encontraba.
Cuando miré a mi alrededor, descubrí que había llegado a un mundo
completamente diferente. Lo que vi frente a mí fue una escena asombrosa y
multicolor que, jamás en mi vida, había presenciado. Ni siquiera podría haberla
imaginado. Era extremamente extraño...
Estaba rodeado de agua oceánica, había mar debajo de mis pies y sobre mi
cabeza. Las olas y el agua eran como nubes pasajeras, circulando de abajo hacia
arriba, liberándose del ciclo de gravedad natural. Solo mirarlo podría abrumar por
completo a una persona, pero, al final, se convergieron en un enorme remolino
en lo alto. Aquel lugar donde la luna, el sol y las estrellas deberían haber colgado,
estaba lleno de numerosos plánctones flotantes de diversas formas
indescriptibles. Eran casi transparentes, como medusas de alta mar, e irradiaban
halos de luz azul verdosa brillante a su alrededor. Eran como innumerables pares
de ojos inteligentes que atisban la tierra, reluciendo sobre el mundo entero. Sin
embargo, también eran como una ciudad radiante en la noche, convirtiéndose en
un espejismo y flotando sobre la cabeza para hacer que la gente quisiera jadear
de asombro y sentir que su propia existencia era humilde e insignificante.
¿Dónde es esto? ¿Podría ser este el planeta o el espacio paralelo donde vivían los
sirenios?
Al ver todo esto, casi me olvido de respirar, y dejé que mis ojos vagaran en el
aire, libres. Pero cuando mis ojos se posaron en mis pies, no pude evitar
estremecerme. Un escalofrío se difundió por las plantas de mis pies y subió,
congelándome instantáneamente en un bloque de hielo.
¿Cómo describiría lo que vi? El lecho marino en el que estoy ahora era
claramente... ¡un enorme cementerio submarino!
En el bosque de coral blanco, incontables cadáveres de sirenios, como estatuas
de yeso, estaban densamente apiñados, desordenados y superpuestos entre sí,
todos yaciendo silenciosamente bajo mis pies en varias posturas. Sus cuerpos
pálidos estaban rígidos y marchitos, y algunas de sus colas de pez, alguna vez
onduladas, estaban enrolladas. Otros estaban erguidos y algunos más todavía
estaban en posturas dinámicas. Fue como el efecto de un volcán activo, parecía
que se habían convertido en víctimas de un magma chorreante que había
solidificado todos sus cuerpos.
Algunos sirenios entre los cadáveres aún tenían los ojos abiertos, y con ojos
vacíos, miraban fijamente hacia arriba, enviando un poco de luz tenue a través de
las olas cambiantes del fondo del océano con sus pupilas largas y vacías.
Esta escena produjo una gran sensación de miedo en mi corazón. Este lugar era
tan vasto y extraño... pero muy muerto, como si no existiera ningún ser vivo.
Incluso el enorme plancton que flotaba en lo alto ahora parecía ser solo un
montón de fantasmas, y ni siquiera podía escuchar un solo sonido excepto por mi
propia respiración temblorosa. De repente, me sentí como en ese momento
durante un proyecto de investigación en el que una vez participe y que requería
un submarino: estaba por debajo de un kilómetro de la zona béntica, donde todo
era similar a lo que era ahora, completamente silencioso día y noche.
—¡Oh... qué diablos! ¿Qué-qué está pasando?
Grité mientras me abrazaba los brazos, —¡Agares, Agares!
Los ecos de mis gritos resonaron desde la distancia, desde el vacío, lo que reveló
cada vez más el inquietante silencio sepulcral.
De repente, el paisaje ante mí volvió a cambiar después de que un halo azul
envolviera el mundo entero. Allí, en la distancia, vi una "puerta" translúcida.
Quizás no debería llamarlo una puerta en sí, más bien era más como una entrada
luminosa. No sabía a dónde conducía, pero desde el interior, pude vislumbrar
puntas de llamas abrasadoras ardiendo en el agua oceánica y un color rojo
sanguinolento que contaminaba la mitad del horizonte. Todo era difuso en el flujo
de aire distorsionado, sin embargo, pude distinguir vagamente dos grandes
sombras en la superficie del mar.
Parpadeé un par de veces, enfocando mis ojos en esa zona. Luego, lentamente,
comencé a ver una diferencia.
Había dos tritones. Primero reconocí a Agares. Cerraba los ojos con la cabeza
levemente levantada, y en el centro de su pecho, como lo que vi hace unos
momentos, se agitaban filamentos azules brillantes. Mirarlo haría que uno se
sintiera increíble, pues parecían una especie de bacteria celular que salía de la
superficie de su piel translúcida. Creí que en realidad era la sangre de Agares,
pero extrañamente, como humo en el aire, se juntaron y formaron un pequeño
grupo de luz.
Se veía muy extraño, como una versión ampliada de algún tipo de espora
parásita del tamaño de una uña del pulgar.
Y el otro tritón estaba observando todo esto en silencio, como yo. Sin embargo,
su comportamiento y expresión mostraban una especie devoción.
Justo cuando sentí vagamente que la silueta del otro tritón me resultaba familiar,
ya había extendido sus garras palmeadas para aceptar la pequeña cosa que se
separó del vaso sanguíneo en el corazón de Agares. Después saltó para
desaparecer por la entrada en llamas.
Observé esta escena sin comprender, acaricié mi pecho inconscientemente y bajé
la mirada, pues en mi pecho izquierdo se encontraba la marca de nacimiento azul
claro en forma de espora.
Capítulo 60

—¡Ah! —grité sobresaltado cuando la escena frente a mí se distorsionó


repentinamente, convirtiéndose en un remolino y desapareciendo por completo
en la entrada en llamas. Mi cuerpo también se absorbió y mi entorno se
transformó en oscuridad.
Mi cuerpo flotaba en el aire, volviéndose particularmente ligero cual pluma
bamboleante. Poco a poco, la visión frente a mí se iluminó y pensé que iba a
regresar a la realidad, pero cuando la brillante escena ante mí me cubrió los ojos,
no pude evitar sorprenderme.
Como un fantasma, flotaba en el techo de una sala cuna. Vislumbré a un pequeño
bebé de cabello negro que yacía tranquilamente en la cuna debajo de mí. Se veía
enfermo, pálido y débil, su cuerpo estaba conectado a un soporte intravenoso.
Parecía estar al borde de la muerte, pero su par de ojos gris plateado estaba muy
abierto, mirando hacia arriba con curiosidad. Al principio, pensé que me estaba
mirando a mí, así que estúpidamente lo saludé con la mano. Sin embargo,
simplemente me ignoró y giró su cabecita hacia un lado. Fue entonces cuando me
di cuenta de que miraba a un hombre que acababa de entrar por la puerta lateral.
Era un anciano de cabello canoso. Cuando lo miré, un sentimiento muy extraño y
nostálgico se apoderó de mi corazón. Solo cuando se acercó al bebé y estiró la
mano para acariciar suavemente su frente, lo reconocí al instante: ¡esta persona
era mi abuelo!
Además, el tritón que tomó la espora de Agares frente a la "puerta" y que
acababa de irse momentáneamente, ¿su perfil no se parecía al de mi abuelo
cuando era más joven? En ese entonces, la escena que vi fue cuando le prometió
a ese líder–que era Agares–que para regresar a la tierra tenía que pagar cierto
precio. Como prueba de este "contrato", Agares le había permitido llevarse sus
genes.
Aun así, ¿qué diablos estaba pasando? ¿Y cómo mi abuelo podía ser un tritón?
¿Podría ser que absorbió la espora de sirenio que tomó, y cuando regresó con
éxito al mundo real, por alguna razón, sus genes se recombinaron de alguna
manera, convirtiéndolo otra vez en humano?
Mientras pensaba con incredulidad en toda la logística y las conexiones detrás de
todo, vi a mi abuelo sacar un pequeño tubo de ensayo de su bolsillo, el cual
contenía un líquido que emitía un tenue color azul luminoso. En el momento en
que se desenroscó ese tapón, el líquido fluyó inmediatamente en reversa desde la
abertura de cristal, como una nubecita de humo flotante, antes de finalmente
condensarse y formar un grupito de luz similar a una medusa: la "espora" de
Agares.
Mi abuelo miró al bebé y desenvolvió suavemente las sábanas sedosas que lo
rodeaban. En ese momento, todo mi cuerpo entró en un estado de shock, pues de
repente me di cuenta de que el bebé era en realidad "yo".
La razón por la que no me había dado cuenta de inmediato de que era yo mismo
era porque sabía que no tenía ojos grises plateado. Sin embargo, cuando miré el
cambio en el iris de mis ojos cuando la espora se adhirió a mi pecho, reaccioné
enseguida. Los genes invasores, transportados por la espora de Agares, habían
penetrado mi cuerpo y cambiado ciertas partes de mi cadena de ADN, tal como
una especie de virus celular. Desde entonces, se me grabó su marca.
Entonces, cuando Agares dijo que "yo le pertenecía", fue porque mi abuelo, de
esta manera, me había dedicado al igual que un cuento de hadas para niños, uno
en el que el rey y su esposa le ofrecían una princesita desafortunada a una bruja.
Aunque esta descripción era un poco ridícula, no la encontré para nada graciosa.
Solo sentí conmoción e ira. ¡Ni Agares ni mi abuelo tenían derecho a decidir mi
destino, y sin importar qué tipo de trato o contrato que hayan hecho entre ellos,
no podían simplemente hacer de mi vida una apuesta o una moneda de cambio!
De repente, pensé en algo que era aún más incrédulo: ¿cómo grabó Agares estas
escenas, de todos modos? ¿Agares me estuvo espiando con alguna especie de
forma secreta desde el momento en que nací? ¿O mi abuelo registró todo esto y
se lo entregó? No importa qué método, aun así, me resultaba difícil de aceptar.
—Hola... pequeñín... —En este momento, inesperadamente, escuché los susurros
de mi abuelo. Bajó la cabeza y me miró amablemente, su generosa palma
jugueteando con mis deditos, permitiendo que me aferrara suave, pero
firmemente a su dedo índice—. Lo siento, mi pequeño y tierno Desharow, pero el
gen de los sirenios te puede salvar la vida —escuché la voz de mi abuelo, ronca y
llena de desamparo—. Espero que no me odies cuando te enteres de este secreto
en el futuro...
¿Salvarme la vida? Mi nariz ardió con un calor agrio. Me quedé atónito cuando
escuché esta frase. Entonces, noté que, cuando la espora de Agares entró en mi
cuerpo, la palidez enfermiza se había desvanecido poco a poco y mi piel comenzó
a mostrar lentamente un tinte rojizo más saludable. ¿Está haciendo esto para
salvarme?
Supongo que saber que mi abuelo hizo todo esto por mí y no por Agares, me
hacía sentir un poco mejor. Solté un suspiro de alivio y, simultáneamente, la
escena cambió una vez más.
Mi cuerpo cayó rápidamente. Me vi caer en el vasto mar azul. Mejor aún, debería
decir que fue más como si terminara colgando a unos centímetros por encima de
la superficie del agua.
Después de dar vueltas en mi cabeza para mirar, me encontré con un rostro
sombrío, pero lautamente hermoso y perverso que ya era muy familiar. Me
miraba de cerca, con su cabello mojado caído y colgando ante mi cara. De
repente me di cuenta de que Agares me sostenía en sus brazos, que sus ojos
estaban juguetonamente entornados, escudriñándome de arriba abajo. Era como
si [sus ojos] estuvieran viendo un artilugio interesante, con una sensación de
bufa, pero aun así llenos de amor escondido en sus profundidades. Era muy
similar a un padre mirando a su propio hijo.
"¡Oye, déjame ir!”. Eso era lo que quise decir, pero un sonido de balbuceo
inhumano fue lo único que pudo oírse de mi boca. Estiré mi mano para intentar
alejar su brazo, pero descubrí que mi mano era un poco más corta y que mis
dedos eran pequeños y suaves. Solo pude rasguñarle suavemente la cara y
aferrarme a su cabello. En respuesta a mi acción, Agares acarició dulcemente mis
piececitos con sus garras palmeadas, y como si estuviera reflexionando sobre
cuán claramente diferentes eran nuestras estructuras corporales, la comisura de
su labio se curvó y dejó escapar una risa significativa.
Le di un manotazo en los labios.
Sin embargo, mi cuerpecito, en este momento, fue tomado por otro par de
manos, y un rostro viejo y familiar se reflejó ante mis ojos. Era mi abuelo
mirando a Agares con una expresión piadosa y muy devota. Entonces bajó la
cabeza y susurró en un idioma que no entendí en absoluto, mas sabía que debía
haberle estado pidiendo disculpas sinceras a Agares, al igual que cómo se le
serviría a Dios.
¡Ah, qué diablos! Si este anciano supiera lo que Agares me había hecho en el
laboratorio, ¡¿le estaría abofeteando la cara con rabia?!
Cerré los ojos y traté de recordar lo que sucedió en mi pasado. Mi cerebro era
como una computadora importando una gran cantidad de información y datos
complejos, operando a alta velocidad. Pronto, me sentí mareado y todo mi ser
pareció bordear el colapso. Las escenas que se proyectaron ante mí en mi mente
fueron como películas rodando a gran velocidad. En solo unas pocas decenas de
segundos, volví a revivir la infancia borrosa en mi memoria, descubriendo que la
sombra de Agares estaba en casi todas partes antes de que yo tuviera seis años:
por la bahía, alrededor del barco, afuera de la ventana de mi casa en la playa,
etc. Era como un fantasma en la oscuridad, vigilándome (y espiándome) sin que
me diera cuenta. Para ser honesto, en realidad me protegió de los muchos
peligros que los niños normalmente encontraban. La presencia de Agares era
incluso más frecuente que la de mis padres "viajeros" que venían de lejos para
visitarme de vez en cuando.
Además, también jugó conmigo. ¡Quién hubiera pensado que una bestia tan feroz
realmente jugaría conmigo al waterpolo como un gran delfín!
¡Pero ni siquiera recordaba estas cosas! Después del naufragio de mi abuelo,
había perdido todos los recuerdos de las actividades de mi vida antes de los seis
años, y me trajeron de Suiza para vivir con mis padres en Moscú.
¿Entonces esto significaba que Agares había jugado el papel de ser algo así como
mi guardián? (Por supuesto, "pez guardián" era un término más apropiado). ¡Qué
hecho tan ridículo era este! Oh, ¿debería alegrarme de que no tuviera una
tendencia pedófila, como un anciano repugnante, y realmente esperara hasta que
al menos yo fuera un adulto...? ¡Maldición!
—Desharow...
Una voz profunda volvió a llenar mi mente y una oscuridad de baja presión se
reunió por todos lados, cubriéndome los párpados, y después se desvaneció
paulatinamente, tal como antes. Cuando volví a abrir los ojos, descubrí que
finalmente había regresado al mundo real.
Agares me miraba a los ojos, su mirada superpuesta con el recuerdo lejano. Una
extraña sensación que nunca antes había sentido me recorrió todo el cuerpo,
haciendo que me estremeciera. Nunca esperé, ni jamás habría imaginado, que
hubiera un lazo tan profundo entre esta bestia y yo, que de repente se hubiera
entrometido en mi vida y trastornado su órbita. Después de todo, tenía sus genes
y su linaje en mi cuerpo. ¡Al parecer era como un padre adoptivo en mi niñez,
pero ahora, esperaba que yo fuera su cónyuge!
Este tipo de cognición me hacía sentir como si fuera culpable de incesto, pero
también me dificultaba aún más la resistencia a su atracción magnética. Aunque
quise imponerme como dominante, mi cuerpo y mi mente siempre se sintieron
encarecidamente atraídos por él, y en especial ahora, cuando pienso en todas
esas escenas de antes de los seis años, siento que puedo depender...
incondicionalmente de él.
Mis ojos se posaron involuntariamente sobre su pecho, estiré mi mano y toqué su
corazón palpitante. A través de la piel dura, pude sentir su sangre fluir por abajo.
Esta era la fuente de los genes que restablecieron mi existencia, pero también
eran lo que había afectado por completo mi vida. Mi mano trató de tocar su
mejilla, pero una respuesta emocional más fuerte me hizo detener mi acción.
Maldita sea, soy Desharow Wallace, no Desharow Agares. ¡Soy un individuo
independiente!
—Eres mío... —Agares bajó la cabeza, sus labios y dientes escupiendo un
murmullo bajo e inhumano.
Me impactó saber que lo que dijo no era ni español ni ruso, sino el idioma
especial de los sirenios. De alguna manera, milagrosamente lo entendí. Parecía
que mis nervios de repente agregaron algún tipo de función especial de
retroalimentación lingüística que permitía que la intención de Agares se tradujera
en mi cerebro.
Pensé que probablemente tenía que ver con la "conexión" especial que Agares
acababa de establecer conmigo, la que no podía ser explicada por la ciencia o la
biología actual. Tal vez era una de las habilidades únicas de los sirenios.
En solo unos pocos minutos, había captado más información de la que podía
digerir. Sacudí la cabeza e inconscientemente me alejé de Agares; mi cerebro
estaba hecho un desastre y no podía pronunciar palabra. Entonces, de repente,
mi cintura se apretó: la cola de pez debajo de mí se había enrollado a mi
alrededor, acercándome al cuerpo de Agares. Las gotas de agua cubrían toda la
cabeza y la cara de Agares, y goteaban por encima de mí.
—No trates de evitarme...
Los ojos largos y entrecerrados de Agares se redujeron en rendijas, cortando la
línea de defensa de mi corazón como una espada.
Mi respiración se entrecortó. Debo decir que la sensación de que [Agares] de
repente pudiera comunicarse libremente conmigo era demasiado extraña y
aterradora. Sus pensamientos e ideas podían expresarse sin obstáculos,
golpeando directamente mi corazón y dejándome sin forma de amortiguar su
ataque y deseo.
Justo cuando estaba pensando esto, mis labios desguarnecidos fueron
instantáneamente presionados y succionados enérgicamente por los de Agares.
Sin embargo, mi mente miserable siguió llenándose con esas malditas imágenes
de él sosteniéndome en sus brazos como una figura paterna, jugando conmigo en
el mar. Con mucha dificultad, traté de evitar sus labios atacantes debido al pánico
embarazoso, pero la fuerza ejercida de Agares era tan fuerte. Tan pronto como
me liberé para tomar aire, vi que sus muñecas estaban, una vez más, chorreando
sangre.
Sin aliento, me apoyé contra el costado del depósito artificial y lo miré. Al final,
incliné la cabeza. No pude evitar reír y llorar al mismo tiempo, jadeando en voz
baja, —¿Cómo debería enfrentarte, Agares? Ya ni siquiera lo sé. ¡Mi relación
contigo es tan rara, es incluso ridícula! Mi cerebro está hecho un desastre,
necesito algo de tiempo...
—Levanta la cabeza y mírame, Desharow... —susurró Agares. Su voz sonó como
un violonchelo vertido en mi tímpano, haciéndome levantar lentamente la cabeza.
El moteado y oscilante resplandor del agua reflejaba el contorno agudo y severo
de Agares, presumiendo su porte diabólico, pero también gentil. Sus ojos eran
profundísimos, como si almacenaran una cantidad infinita de cariño que podría
dejarme sin aliento.
—Estás destinado a ser mío.
Abrió levemente los labios y dijo esto con su voz ronca y confiada. Luego, esa
larga cola se deslizó frente a mí y, como incontables uñas, trozos de escamas
ásperas me recorrieron el pecho, abriendo instantáneamente algunos botones de
mi ropa. Después, lentamente, centímetro a centímetro, la cola se frotó contra mi
pecho desnudo. O para ser exactos... contra la marca de nacimiento en mi pecho
que simbolizaba su huella de sangre.
Mi corazón debajo de esa zona específica latía tan violentamente que parecía que
iba a atravesar la superficie de mi piel. Esto me obligó a acariciar esos pequeños
contornos de escamas con mi palma. Instantáneamente, un escalofrío eléctrico
me recorrió el corazón, y no pude evitar cerrar los ojos y disfrutar de la
maravillosa sensación de tocarlo.
La cola de pez, gruesa y áspera, de la nada, usó la fuerza para presionarme
contra la pared del depósito artificial y abrió hábilmente mis piernas de una
manera punitiva. Entonces, la cola de pez presionó mi raíz y comenzó a ludir dura
y vigorosamente, una y otra vez.
—Maldita sea... Ah... Agares... no... —Mi cuerpo se movió hacia arriba y hacia
abajo, y soportando la estimulación que se elevó inmediatamente desde abajo,
jadeé fuertemente mientras trataba de volver a levantarme, pero mis piernas se
volvieron blandas y tiritaban.
—Pero no será pronto.
La puerta de la escotilla se abrió de golpe y la sombra de Rhine se reflejó en la
superficie del agua. Entonces escuché el clic de una pistola, el frío sonido de la
liberación del seguro.
Capítulo 61

—¡Espera! —salté del susto y traté de detener a Rhine.


¡Sin embargo, el sonido del disparo demostró que ya se había disparado por
detrás, golpeando el agua en un instante y salpicando gotas por doquier!
Instantáneamente, la cola de pez de Agares esquivó con rapidez cual rayo, y al
parecer el disparo no la alcanzó. Acometí apresuradamente hacia Rhine,
azotándolo contra la puerta de la escotilla a sus espaldas sin ninguna advertencia.
Luego comencé a empujar y pelear con él. Agarré el arma de Rhine con fuerza,
forzando el cañón para que no pudiera apuntar directamente a Agares. La fuerza
que estalló en mi cuerpo fue tan grande e increíble que incluso si Rhine me diera
la vuelta y me empujara contra la puerta, no podría volver a recuperar el control
de su arma.
—Desharow. —Por el rabillo del ojo, vislumbré la cola de Agares recorriendo unos
metros, pero la distancia entre Agares y la escotilla era inalcanzable. Solo podía
balancear esa arma mortal que quería matar a Rhine cerca del borde de la pared
del depósito.
La tez cenicienta y disconforme de Rhine me encaró, los ojos casi saltando. —
¿Dijiste que solo estabas hechizado? ¡Desharow! ¡Claramente, parece que en
realidad eres adicto a él hasta el punto de que ni siquiera puedes liberarte! Te
debe gustar, ¿verdad? ¡Entonces yo también puedo satisfacerte!
Mientras decía esto, inesperadamente usó la estructura de su arma de fuego para
retener mi cuerpo y después diluviar besos en mi cuello como una fuerte
tormenta. A estas alturas, ya estaba encolerizado y quería darle un buen
puñetazo, pero, antes de que pudiera hacer mi movimiento, escuché un terrible
golpe. Una sombra se estrelló contra la cabeza de Rhine. De repente, su fuerza se
aflojó enormemente, lo que me permitió liberarme, y vi a Rhine caer tambaleante
junto al umbral de la puerta de la escotilla, limpiándose la sangre que brotaba de
su cabeza. A su lado, rodó un balde metálico haciendo ruidos de traqueteo: el
mismo que Agares había usado para romper la cámara de seguridad antes.
Me agaché de inmediato para aprovechar la oportunidad y arrebatarle el arma.
Sin embargo, su reacción fue mucho más rápida de lo que esperaba. Agarró
firmemente el arma, usó la puerta de la sala para sostenerse y ponerse de pie
después de un rodamiento completo en el suelo, ¡y luego le disparó directamente
a Agares!
En ese momento, sin siquiera pensarlo dos veces, me lancé al agua por instinto.
Entonces, al igual que la primera vez que me enfrenté a Rhine para defender
Agares en ese barco de travesía inicial, me usé para bloquear Agares. A pesar de
que mi constitución pequeña no era suficiente para ser un refugio de defensa
adecuado en el cual depender, esto era lo único que podía hacer.
La cola de pez debajo de mí se retrajo como una sombra que te sigue en los días
soleados, elevándome contra el pecho de Agares con su aleta caudal levantada al
frente, protegiendo por completo mi corazón. Los labios de Agares se presionaron
junto a mi cuello y, aunque mis oídos no lo escucharon decir nada, se escuchó
una voz baja en mi cabeza, —¿Querías protegerme?
No pude evitar congelarme. No fue solo porque Agares de repente se comunicó
conmigo a través de mi cabeza, ¡sino porque su tono sonaba como si estuviera
sonriendo! ¿Qué diablos? ¡No entendía qué era tan divertido sobre mi acción para
protegerlo, especialmente cuando estábamos enfrentando una crisis de vida o
muerte en este momento! ¿Podría ser que todavía me consideraba el mismo niño
de su abrazo hace más de diez años atrás?
—¡Maldita sea, cierra tu boca de pescado! —bajé la voz—. Rhine quiere
atraparme. ¡A mí no me matará, pero definitivamente usará cualquier método
inescrupuloso para matarte a ti!
—¡Te lo advierto, déjalo enseguida! ¡Desharow, ven a mi lado!
Rhine jadeaba fuertemente, el cañón de su arma tiritaba mientras nos apuntaba a
los dos. Esto me hizo sentir muy intranquilo. Los pensamientos de este tipo eran
realmente difíciles de entender. No estaba seguro de si realmente nos mataría a
Agares y a mí, pues todavía no podía conquistarme. Pero ahora mismo, teniendo
la necesidad instintiva de la autoprotección, el peso de Agares en mi corazón
había prevalecido por completo.
Me apreté contra su pecho, sintiendo que su latido constante y poderoso enviaba
sacudidas reconfortantes por mi columna. Una extraña e indescriptible emoción
se apoderó de mi corazón, provocando que mi médula ósea se desbordara de
coraje.
—No puede matarme. Soy el último monarca de escamas negras, soy inmortal.
Desharow, a partir de ahora, ese tipo no podrá invadirte. Mi "campo magnético"
te protegerá. Busca una manera de salir de aquí y encontrar a Nakamiya. Abrirá
el portal a nuestro mundo.
El profundo murmullo en mi cerebro llovió como el sonido de una tormenta
eléctrica, y la fuerza de la cola de Agares ceñida en mi cintura aumentó aún más.
Sentí que el puente de su nariz se frotaba fervorosamente en mi nuca, su aliento
acariciándome la piel como un suspiro cariñoso y profundo.
—Nos volveremos a encontrar. Sin importar en qué parte del mundo estés,
siempre te encontraré.
Después de eso, mi cuerpo fue bajado y liberado. No sabía por qué, pero de
repente recordé el mundo sirenio mortalmente silencioso que se parecía mucho a
un enorme sepulcro marino. Una premonición extremadamente amenazante se
levantó instantáneamente en mi corazón, haciendo que me inclinara
subconscientemente y envolviera su cola en mi abrazo, levantando la cabeza para
mirarlo como el niño que alguna vez fui en aquel entonces. Sin embargo,
simplemente elevó la cola y me acercó suavemente a la pared del depósito
artificial. Rhine me reprimió el brazo de inmediato y me arrastró a la puerta de la
escotilla de la sala. Mi respiración estaba acelerada, mirando fijamente los ojos de
Agares e ignorando mi visión borrosa causada por el agua chorreante proveniente
de mi cabeza.
Quizás, estaba profundamente conectado con Agares, pero después de todo
éramos de dos planetas totalmente diferentes. Además, quién sabía si dichos
planetas estaban a decenas de miles de años luz de distancia, o incluso a varias
galaxias. El destino es como nuestra Vía Láctea, vasta y torrentosa, donde Agares
y yo no somos más que dos pequeñas esporas. Quizás nuestros lazos eran incluso
más microscópicos y vulnerables que inclusive un solo mechón de cabello.
Sin embargo, sin importar cuán poderoso fuera Agares, siempre habrá momentos
en los que ni siquiera él podrá rotar la desdicha, tal como no tiene forma de
resucitar los cadáveres de su gente que dormirá para siempre en el fondo del
ilimitado océano solitario. Yo, por otro lado, siempre haré todo lo posible para
rescatarlo, pero en el futuro, realmente no sé hasta dónde podremos caminar
juntos.
Bajé la cabeza y de repente sentí un dolor leve, pero sofocante, en todo mi
corazón.
En ese momento, Sakarol, que finalmente llegó corriendo, le dio una bofetada a
Rhine. —Suficiente, esto es una astracanada. Rhine, ¿dónde está tu
autorregulación como personal militar? ¿Debería solicitar que el almirante Celt te
saque de tu puesto, o quizás, incluso que te mate? ¡Te entregue a este ruso para
que lo controlaras, no para que te volvieras loco por él!
—¡Entendido! —Rhine levantó su mano temblorosa y se presionó la frente
sangrante. Con esta oportunidad, me liberé inmediatamente de sus manos. Rhine
inclinó la cabeza hacia Sakarol, pero sus dos ojos seguían fijos en mí como un
chacal exhausto que encuentra un callejón sin salida. Lentamente, articuló—. Por
favor, disculpe mi impulso anterior, coronel Sakarol. ¿Qué debería hacer con él
ahora?
—Enciérralo. —La expresión de Sakarol se suavizó un poco y agarró el arma de
Rhine—. Y tienes prohibido volver a intentar matar a este tritón. El Dr. Bing Ye lo
necesita vivo y capaz de hablar el idioma de su raza.
Las delgadas e irritantes cejas de Sakarol se levantaron, luego me observó. —La
conquista de la población de una especie comienza con el lenguaje. Hablando de
eso, tendremos que molestarte para que te comuniques con este tritón más a
menudo, Desharow, nuestro pequeño erudito.
¡Ni lo pienses! Vociferé en mi cabeza, pero, en la superficie, solo mantuve una
cara seria y tranquila. —¿Y mis amigos? Siempre que encuentres un doctor para
tratarlos correctamente, entonces estoy dispuesto a cooperar contigo.
—Entonces, agradecemos tu cooperación. —La voz de un anciano llegó de
repente desde la entrada de las escaleras. Habló español, pero su acento fue
corto y peculiar, como un japonés. Además, sonaba familiar. ¡Espera! Este era...
En el segundo en que me di cuenta de a quién pertenecía la voz, la figura de un
anciano tembloroso ya bajaba las escaleras, aclarándose frente a mis ojos.
De repente, me quedé estupefacto en mi lugar como si hubiera recibido una
descarga eléctrica. Conmocionado, miré el rostro no tan desconocido. Al igual que
hace unos años, seguía usando ese kimono negro y, aunque su cabello era de un
blanco pálido, su rostro no tenía arrugas. La textura de su piel se veía tan tersa
como la de una jovencita, pero estirada en su faz como una hoja plana de papel
blanco. Parecía como si se hubiera sometido a una excesiva cirugía de
estiramiento facial, lo que hacía que su rostro se viera muy rígido y raro.
—Cuánto tiempo sin verte, Desharow. —Me habló en japonés mientras agitaba
suavemente la mano.
—Sr. Shinichi... —murmuré con los ojos abiertos en demasía por la incredulidad.
Me sentí extremadamente sorprendido al ver a un viejo amigo a quien vi morir
frente a mí. Además, incluso había asistido a su funeral. Por lo tanto, que de
repente apareciera frente a mí con esta apariencia y nueva identidad, me hizo
darme cuenta de que una conspiración enorme y puntillosa debió haber estado en
marcha durante muchos años, y conmigo como elemento clave, se desarrolló
silenciosamente, una telaraña tejida de misterios que envolvía mi pasado y mi
futuro.
—Por favor llámame Dr. Bing Ye. Me alegro de verte de nuevo, mi pequeño cebo
ruso. —Los ojos túrbidos del Sr. Shinichi me miraban atentamente. Parecía
querer sonreír, pero su rostro rígido apenas podía moverse, como una olita
invisible sobre agua estancada.
Mi puño se apretó con fuerza y mis uñas se clavaron en mi carne. Negué con la
cabeza, totalmente incrédulo. —¿No murió? ¡Lo vi con mis propios ojos, su
electrocardiograma se detuvo y también vi que lo colocaban en el ataúd!
Cuando dije eso, recordé la tormenta de esa tarde hace muchos años. Fue como
volver a verla justo ante mí. Recordé que el cielo estaba encapotado ese día
mientras acompañaba al Sr. Shinichi, escuchando sus experiencias de
avistamientos de sirenios cuando era joven. Luego miró al mar por la ventana,
tragando su último aliento. Más tarde, había seguido a sus familiares, amigos y
monjes para vigilar su procesión fúnebre.
Aún recordaba que fue un funeral japonés tradicional con una etiqueta
complicada. Como el Sr. Shinichi no tenía descendientes directos, yo, como su
único alumno de intercambio, tuve que ayudar personalmente a que su alma
partiera pacíficamente, cubriendo el ataúd y cargándolo según sus instrucciones
hasta que finalmente fue enterrado 49 días después. ¡Así que solo Dios podía
saber cuán terrorífica era esta escena frente a mí!
—Sí, Desharow, todo lo que viste fue cierto. —Se apoyó en su bastón y se acercó
cojeando, paso a paso—. Realmente me morí, pero ahora he vuelto de entre los
muertos. Mírame, cada día me hago más joven. Todo es gracias a los genes
extraídos de nuestros sirenios. ¡Es un milagro!
En tanto decía eso, señaló uno de los muchos tanques de cristal a la derecha, los
que estaban llenos de sirenios cautivos. Mi mirada giró para seguirlo y me
sorprendí al ver que señalaba a un tritón joven de apariencia oriental. Los ojos
negros del tritón observaban con fiereza al Sr. Shinichi, y en esas pupilas llorosas
ardía la enemistad.
—¿Recuerdas la historia que te contó la anciana acerca de que un sirenio se llevó
a su hijo durante un naufragio? —El Sr. Shinichi mencionó esto con un tono
lastimero—. Bueno, regresó en busca de su madre, y con eso, pudimos obtener
una brújula de sirenios natural y algunas muestras genéticas. ¡Esta fue
básicamente la voluntad de Dios!
Mirando directamente a mi yo estupefacto, se detuvo, sus ojos ahora mostraban
algo de derrota y frustración. —Es solo que esas muestras genéticas fueron
demasiado inestables en mi cuerpo, por lo que necesitábamos una calidad de
genes más fuerte e invasiva. Piénsalo, Desharow, juventud eterna, rápida
regeneración de heridas, fuerza extraordinaria. Proveeremos la evolución de la
humanidad y lograremos lo mejor de la "supervivencia del más apto". ¡Qué
emocionante es esto! ¡Únetenos en nuestros planes y también serás un biólogo
milagroso, incluso mejor que Wallace y Darwin!
¡¿Supervivencia del más apto?! ¡Qué retórica tan formidable! Este fue el mismo
lema de esas legiones fascistas inhumanas durante la Segunda Guerra Mundial
para llevar a cabo masacres brutales. Ahora, trataban de conquistar la población
de los sirenios, fortalecer a sus soldados con sus genes y lograr su "supervivencia
del más apto" desencadenando la Tercera Guerra Mundial.
Y jamás me enteré que desde el momento en que nací, porque llevaba los genes
de Agares, me había convertido en la pieza de ajedrez más importante para los
designios de estos nazis. Hace muchos años, la carta de invitación personal
enviada por el Sr. Shinichi no fue simplemente una gran oportunidad para
estudiar en el extranjero, ¡sino las manos de un demonio que me arrastraron a
este torbellino abismal!
—Psicópata... ¡Están todos locos! —De la cabeza a los pies, se me puso la piel de
gallina. Negué con la cabeza, tiritando y tambaleándome un par de pasos—.
Tratar de cambiar la evolución de la naturaleza no dará ningún buen resultado.
¡Solo serán devorados por su propia codicia terrible! Recuerden el incidente en el
bombardeo de Múnich, ustedes intentaron usar a sus soldados enfermos y heridos
para lidiar con las fuerzas aliadas, ¡pero desafortunadamente, al final, los llevó a
la ruina de toda su base interna! Ustedes nunca tendrán éxito, ya sea en el
pasado o ahora en el presente.
Sakarol se rio. —¿Dónde hay éxito sin fracaso? No teníamos suficiente tiempo o
muestras experimentales en ese entonces durante la Segunda Guerra Mundial,
pero ahora... —abrió los brazos—. Mira a tu alrededor. Tenemos todas las
condiciones adecuadas para el éxito y, no solo eso, tenemos un elemento
esencial: tú.
Sakarol me miró fijamente, y entonces de repente levantó la mano para tocar mi
mentón. Giré la cabeza con repulsión, pero Rhine me sujetó firmemente el brazo
por detrás e incluso limitó rápidamente mi movimiento con las esposas. Un dedo
pintado con esmalte morado me pellizcó el mentón. —Un hombre hermoso que
nació para fascinar fuertemente a los sirenios. Tienes muchos secretitos, y poco a
poco los iré descubriendo todos, así que es mejor que... cooperes
obedientemente.
—¿"Elemento", dices? —bajé los párpados con frialdad, enderecé la espalda y
luego miré a Sakarol con mi ventaja de altura. Siendo la mujer fuerte que era, lo
más probable es que no le gustara que la miraran así, pero no me importaba una
mierda. Además, escupí con indiferencia—. Entonces más te vale tratar mejor a
mis amigos, de lo contrario, si me suicido, creo que tus planes ya no avanzarán
tan bien.
Sakarol fingió aterrorizarse, sus labios rojo sangre incluso se ovalaron
exageradamente. —¡Oh, en serio! Bajo el atento cuidado de nuestro capitán
Rhine, ¿cómo podría permitirte que te suicidaras? —miró a mis espaldas, sus
labios se curvaron un poco—. Toma, te permito que le hagas lo que quieras,
Rhine. Entiendo que servir diligentemente en esta larga travesía marina ha sido
algo agotador para ti. Es hora de recompensarte. Te permitiré que lo trates como
mujer. ¿Sabes a lo que me refiero?
—¿Qué? ¡No! —grité. Empecé a forcejear con todas mis fuerzas para liberarme de
las esposas y del agarre de Rhine. Sin embargo, sentí una descarga eléctrica cual
aguja en mi cuello y perdí el conocimiento instantáneamente.
Capítulo 62

Cuando desperté, mi entorno estaba pintado de oscuridad. Me encontraba


acostado en una cama y mis manos colgaban sobre mi cabeza, esposadas, con mi
cuerpo despojado de cualquier ropa. Esto hizo que se me enfriara la sangre e
inmediatamente comencé a forcejear.
Entonces, noté que todo estaba extremadamente silencioso, sin siquiera las voces
de alguien. Rhine no estaba aquí y mi cuerpo no sentía nada fuera de lo común,
lo que sirvió como prueba de que no me agredió sexualmente cuando me
desmayé. O quizás realmente fue el campo magnético de Agares lo que me
protegió.
Después de parpadear un par de veces, mi visión nocturna se activó poco a poco
y pude ver mejor mis alrededores. Me encontraba en una habitación que no era ni
muy grande ni muy pequeña, y colgadas en la pared había algunas armas de
fuego junto con uniformes militares. Sobre la mesa, he ahí un telescopio y una
brújula. Este probablemente era el camarote de descanso de Rhine.
El aire del camarote estaba impregnado de un fuerte olor a tabaco y alcohol, y
solo pensar en lo que Rhine quería hacerme mientras me mantenía prisionero
aquí me hizo sentir muy mal del estómago. Mi líquido gástrico se batió por dentro
y me dieron ganas de vomitar, incluso la respiración se había vuelto difícil. Todo
lo que sucedió antes me tomó desprevenido cual explosión pirotécnica en mi
corteza cerebral. Apreté el puño y tiré de las esposas metálicas que aprisionaban
mis muñecas en un intento de abrirlas, pero lo que obtuve fue un dolor agudo en
la muñeca y el nítido traqueteo de los metales. Sin embargo, me tranquilicé
rápidamente.
No podía hacer más movimientos para no llamar la atención de Rhine. Miré
alrededor del camarote y descubrí que había una ventana al lado de la cama. El
cielo ya se había oscurecido y podía ver las luces intermitentes de los barcos
vecinos, junto con las figuras de personal armado haciendo sus rondas de
patrullaje. Tengo que encontrar la manera de salir de aquí, esperar hasta el
momento en que la gente esté más cansada e intentar escurrirme por esta
ventana.
Cuando pensé esto, levanté mi pierna e intenté abrir la ventana con golpes del
talón, pero sentí que mis piernas estaban bastante flácidas. No podía levantarlas
en absoluto, y lo mismo pasaba con mi cintura. Parecía ser un signo de parálisis.
No pude evitar recordar ese pinchazo en mi cuello que me hizo perder el
conocimiento: la anestesia que se inyectó en mi sangre todavía estaba presente.
Es posible que necesite unas horas antes de que mi cuerpo pueda recuperar una
pizca de fuerza, ¡pero quién sabe cuánto duraría la anestesia! ¡¿De medio día a
uno completo?! No podía esperar tanto, tengo que hacer que los efectos de la
medicina se desvanezcan rápido. Tengo que acelerar el metabolismo de mi
cuerpo haciéndome excretar o sudar.
¡Al diablo con eso, no quiero cagarme ni orinarme en la cama! Eso significa que
solo puedo hacer lo último: hacerme sudar. Mi mente nadó instintivamente hacia
Agares como un pez que salta al mar. Esto era porque, de hecho, cada vez que
pensaba en algunas cosas respecto a Agares, era la forma más rápida de que mi
cuerpo sudara profusamente.
Así es, "algunas cosas".
Dios sabe cómo no debería estar recordando esas malditas cosas en la situación
en la que me encontraba, pero era lo único que podía hacer: la estimulación física
siempre es más rápida que cualquier dolor o miedo, lo que hace que la adrenalina
aumente más rápido.
En silencio, me acosté en la cama con los ojos cerrados. Respiré hondo y exhalé,
separando los labios como si estuviera esperando un beso. Me imaginé a Agares
inclinado sobre mí, contemplándome en la oscuridad, lamiendo y chupando mi
cuello y mi manzana de Adán, los lugares más sensibles. Esto aceleró casi
inmediatamente mi respiración, y mientras mi cuerpo se calentaba,
inconscientemente separé un poco las piernas, dejando que esa cola de pez
suave, gruesa e imaginaria frotara el interior del muslo, y luego profundicé el
vínculo con él.
Quizás Rhine tenía razón, Agares me había follado más allá de la adicción. ¡Ni
siquiera yo me di cuenta!
Mi cosita colgante rápidamente se estremeció y endureció, el sudor se escurrió
lentamente por mi espalda. ¡Maldita sea, un poco más de sudor, solo un poco
más! Traté de reunir un poco de fuerza para girar las muñecas y doblar las
rodillas para patear la ventana.
Solo podía dislocarme primero, de esa manera podría liberarme de estas esposas,
pero pude sentir el músculo de mi brazo temblar, lo mismo en mis piernas. Esta
cantidad de sudor estaba lejos de ser suficiente, tengo que sudar como si hubiera
corrido una maratón de 100 metros, solo entonces será suficiente. Si mis dos
manos pudieran moverse libremente, así tal vez podría lograrlo, pero
desafortunadamente, solo podía confiar en mi imaginación mientras me
atormentaba.
—Agares... —apreté mi puño, sin darme cuenta de que lo llamaba desde el fondo
de mi corazón. Cerré los ojos una vez más, deseando recordar esas escenas, e
inclusive comencé a imitar la frecuencia rítmica de mis nalgas en la cama cuando
nos combinábamos firmemente, y poco a poco, mi sudor empapó las sábanas.
No sabía si el vínculo que teníamos con Agares le permitiría sentir esto, pero de
ser así, realmente se excitaría con el estado en el que me encontraba ahora.
Tratar de entender su razonamiento en este momento es realmente vergonzoso
para mí, pues parecía que estaba creando un Agares en mi mente donde en sus
ojos, me veía a mí mismo. Supongo que, en su corazón, por mí, Agares puede
tener sentimientos similares al complejo de Adán. Me permitió tomar sus genes
para echar raíces y brotar, luego me acompañó personalmente durante mi niñez
vulnerable, y después de unos años, me cosechó como una fruta madura. Ahora,
con el poco de éxito que penetró mi corazón, ello me había imposibilitado el
escape y solo podía perderme en su cálido abrazo.
Fue en este momento que comprendí instantáneamente lo que Agares pudo haber
sentido la "primera" vez que nos encontramos.
Tal vez, mis acciones cuando me comuniqué por primera vez con Agares–o eso
pensé–le hicieron verme como ese pequeñín que crio, pero que no lo recuerda.
Sin embargo, lo seduje inconscientemente una y otra vez, hasta el punto de
querer estúpidamente una muestra de su semen.
Especialmente cuando estaba en el punto máximo de su celo.
Ahora, rememorando la ocasión en el laboratorio de aguas profundas, cuando
descubrí a Agares espiándome desde el piso de cristal, me había quitado toda la
ropa y dicho que era un hombre. Agares probablemente encontró ese momento
tanto hilarante como emocionante.
Dios mío, hasta ahora no me había dado cuenta de que había estado jugando con
fuego y me había quemado.
Después de todo, ¿cómo se suponía que iba a estar al tanto de todo cuando
Agares había sido borrado de mi mente?
Justo cuando estaba recordando todos estos abundantes recuerdos mientras me
sentía un poco enfadado, de repente, una corriente eléctrica me recorrió el
pescuezo, sobresaltándome. Esta sensación era algo que ya había experimentado
antes, algo que suele ocurrir justo antes de que mi cuerpo entre en la etapa de
mutación. Mi celo se acercaba, y tal vez yo mismo lo adelanté. ¡No, maldita sea!
¡No empieces ahora!
¡Mierda!
Oré frenéticamente en mi corazón, mas mi cuerpo simplemente no me hizo caso
y se levantó como lo había hecho la última vez, y fue incluso más brusco en
comparación. Sin saberlo, mi cuerpo ya estaba empapado de sudor, y debido a la
estimulación, comenzó a recuperar su fuerza.
Admito que este giro de los acontecimientos fue malo, pero también bueno.
Apreté la mandíbula y luché contra el deseo intenso y persistente que me
consumía cual agujero negro, concentrándome en dislocarme. Este proceso sería
sin duda horroroso, pero era mi único medio de libertad. Acerque el pulgar al
centro de mi palma, junte los dedos de los pies para aumentar la fricción con la
cama y, con todas mis fuerzas, jalé violentamente de las esposas que colgaban
sobre mi cabeza, golpeando la pequeña parte metálica circular en el lugar que
conectaba mi índice y pulgar. Sentí como si un martillo me aplastara los dedos, el
dolor agudo casi me desmayó, pero de inmediato pude escuchar el sonido de mis
huesos dislocándose con un crujido sofocado...
La base de mi pulgar se torció en un ángulo anormal, doblada hacia mi palma. La
membrana palmeada que creció entre mis dedos colgó lastimeramente en el
dorso de mi mano como una pata de cocodrilo arrugada, oh, o tal vez una pata
de cocodrilo asado de Orleans, ya que mi mano se había puesto extremadamente
roja.
Mi boca no pudo evitar estirarse en una enorme sonrisa, mis músculos faciales
crispándose, incluso cuando lágrimas de dolor se resbalaban silenciosamente por
mis ojos. Si alguien viera mi expresión facial, se impactaría a muerte, ya que mi
rostro sonriente era definitivamente mucho más feo que el de un fantasma
malicioso.
Lo que me hizo aún más feliz fue que mi celo había terminado prematuramente
debido al dolor. Aunque puede ser solo temporal, al menos no me atormentaría
durante toda la noche como la última vez.
Después de sacar con cuidado mi mano de las esposas, respiré hondo a modo de
preparación y volví a presionar mi pulgar contra la tabla de la cama para
devolverlo a su estado original. El dolor esta vez fue aún peor que cuando lo
disloqué, mordí la sábana prácticamente chillando miserablemente. El dolor
retrajo mis lágrimas y gotas de sudor chorreando de mi cara las reemplazaron.
¡Maldita sea, el hecho de que estoy sudando la cantidad justa que necesitaba
antes! ¡Joder, joder, joder!
En mi corazón, maldije al dios que estaba jugando conmigo. Sacudí mis manos
hinchadas y rojas, sintiéndome afortunado de que no se hubieran estropeado por
completo y solté un largo suspiro de alivio. Cuando estaba a punto de
levantarme, la puerta del camarote detrás de mí se abrió con un ruido que me
sobresaltó, haciendo que mi corazón gritara por la terrible suerte.
Al girarme, inesperadamente, vi a Rhine entrar por la puerta. Sin embargo,
rápidamente la cerró con seguro una vez que sus ojos se encontraron con los
míos.
—¿Qué ocurre, Desharow? Tus ojos, tus orejas... ¿Cómo sucedió esto? —Para mi
sorpresa, Rhine no se preocupó por mi escape, sino que abrió los ojos de par en
par mientras me escudriñaba la cara. Miré hacia la ventana a mi izquierda, la luz
rebotaba en el cristal y reflejaba mi apariencia... Mis pupilas emitían un tenue
brillo en la oscuridad, y en mis orejas habían brotado dos delgadas "alas",
similares a las de Agares.
Con rigidez, levanté mis manos para tocarme la cara, pero antes de que mi mano
hiciera contacto, por el reflejo vislumbré la mano de Rhine metiéndose en su
cintura. Quizás quería sacar algo para someterme. Una alarma se disparó
inmediatamente en mi corazón, y cuando se arrojó ágilmente hacia mí, me
precipité rápidamente al otro extremo de la cama, viendo que su mano sostenía
una jeringa.
Capítulo 63

—No me toques, Rhine. Tal como puedes ver, ya no soy un ser humano, ¡así que
es mejor que te mantengas alejado de mí! —levanté mis ojos despiadados y lo
contemplé atentamente, pero aun así siguió tratando de someterme. En el
segundo en que tuvo el punto de la aguja listo en el aire, apuñaló
implacablemente hacia mi cuerpo.
No escatimé esfuerzos en bloquear su brazo, causando que la jeringa saliera
volando de su mano. Sin embargo, debido a la desventaja geográfica, mi cuerpo
seguía atrapado en una esquina, con el cuerpo más grande de Rhine
atrapándome en el lugar. Mis manos que acababan de dislocarse ahora se habían
convertido en mi mayor desventaja, dejándome momentáneamente incapaz de
competir con él.
Rhine me agarró la cabeza en un apretón mortal, obligándome a levantar la
mirada sosteniendo mi mandíbula, su respiración pesada aún sofocante con el
olor a alcohol. Sus ojos parecían arder con fuego. —Desharow, no me importa en
lo que te estés convirtiendo, ni siquiera pienses en escapar de mis manos,
¿entiendes?
Cuando Rhine dijo eso, bajó para besarme, pero reuní todas mis fuerzas para
levantar la cabeza y estrellarla firmemente contra su frente. Al mismo tiempo, un
extraño poder en forma de flujo de aire burbujeó en mi interior, llenando cada
raíz de mis venas.
Inesperadamente, incluso escuché el chisporroteo de la electricidad quemando
piel, junto con una explosión de chispitas que de repente estallaron en el aire
ante mis ojos. Rhine fue tomado por sorpresa, y al momento siguiente, azotado
bruscamente contra la pared.
Atónito, Rhine me miró boquiabierto como si hubiera conocido al diablo. Pero eso
no lo detuvo, y una vez más saltó en mi dirección con renuencia. Brinqué
rápidamente a la cama y lo arremetí, sentándome a horcajadas sobre su cuerpo
hasta que volvió a golpearse fuertemente en la pared. Aproveché esta
oportunidad para darle un fuerte codazo en la cabeza, y casi instantáneamente,
sentí que su cuerpo se ablandaba. Al final se derrumbó en el suelo, inconsciente.
Me agaché para levantarlo por el cuello e incluso darle otra patada o dos. Cuando
confirmé que realmente se había desmayado, lo volteé y rápidamente tomé su
arma y sus llaves. También le quité la ropa y me la puse, antes de finalmente
darle una probada de su propia medicina al esposarlo al cabezal. Realmente
quería matar a este lunático nazi que borró mi nacionalidad y destruyó mi futuro,
pero cuando sostuve el arma fría en mi mano y apunté a su cabeza, me di cuenta
de que matar a alguien era más fácil de decir que de hacer, pues no tenía la
deposición natural de un asesino apático.
Ya le había quitado el seguro al arma y apuntaba a su sien, pero mis manos
tiritaban un poco. En mi corazón, sabía que, si no me deshacía de él ahora,
causaría problemas aún mayores en el futuro. Sin embargo, el sonido de los
pasos patrulleros desde afuera de la puerta me devolvió a la realidad,
recordándome que definitivamente no debía hacerlo este momento.
Una vez que sonara el disparo, las otras personas irrumpirían en este camarote, y
cuando se dieran cuenta de que Rhine había muerto bajo mi mano, realmente no
tendría ninguna posibilidad de escapatoria.
Al examinar estos pensamientos, no pude evitar sentirme aliviado de no tener
que matar a nadie con mis propias manos. Pero para asegurarme de que Rhine
permaneciera inconsciente durante al menos dos días, lo golpeé con fuerza en la
cabeza con la culata del arma un par de veces, e incluso levanté la jeringa llena
de líquido que había querido usar conmigo antes y se la inyecté en el torrente
sanguíneo.
Disfruta dormir aquí unos días, bastardo. Le di unas palmaditas en la cara antes
de poner el arma en mi bolsillo trasero, entonces miré por la ventana y esperé
pacientemente. Cuando los hombres armados que patrullaban cerca parecieron
cansados y negligentes, rompí hábilmente el vidrio con el codo y luego, como un
pez flexible, me escurrí por ahí y aterricé en la cubierta inferior, pero la escena
debajo de mí me dio inmediatamente un gran susto.
Me encontraba en el techo de la cubierta inferior, y debajo de mis pies había una
trampilla cerrada con una ventana redonda de cristal en relieve incrustada en el
centro, mostrando al tritón atrapado en el interior.
Me sorprendí aún más cuando noté que realmente caí encima del chico japonés
(más bien, llamarlo tritón sería más apropiado) que Shinichi usó. Obviamente se
sobresaltó por el fuerte ruido y mi aparición repentina. Me miró vigilantemente
por el cristal entre nosotros, pero cuando me agazapé para mirarlo cara a cara,
sus ojos se ampliaron repentinamente con sorpresa, y pronto mostró una mirada
llena de expectación y esperanza mezcladas con miedo. Las garras palmeadas se
unieron al cristal, parecía rogarme que lo dejara salir.
Miré a mi alrededor. Al parecer, nadie había detectado mi presencia todavía, así
que aproveché esto y me encorvé para examinar la manija de la trampilla, solo
para descubrir que había sido cerrada con un enorme candado metálico. Saqué el
juego de llaves de Rhine y las probé una por una, pero descubrí que ninguna
coincidía.
En estos momentos, no se me ocurría ninguna otra forma de soltar a estos
sirenios que no fuera rompiendo el cristal. Sin embargo, si hacía algún
movimiento detectable, los hombres armados que rodeaban el perímetro me
atraparían y golpearían hasta hacerme pulpa antes de que siquiera pudiera liberar
a uno de ellos. Aun así, necesitaba la ayuda de los sirenios–o al menos solo uno–
para poder apresurarme y encontrar a Nakamiya lo antes posible.
Solo podía liberar al que tenía ante mí porque estaba seguro de que solía ser
humano, que estaba al tanto de la conspiración en la que estábamos envueltos.
Podríamos beneficiarnos el uno del otro.
—Oye, te ayudaré a salir, pero no puedes actuar precipitadamente, tienes que
escapar inmediatamente al mar conmigo. Necesito tu ayuda para encontrar a
Nakamiya y poder salvar a tu gente, ¿entiendes lo que digo? ¿Cómo te llamas? —
Me acerqué al cristal mientras hablaba en un tono suave, usando mi japonés que
no había olvidado por completo.
Me miró, un par de pupilas negras se iluminó. Asintió enérgicamente, moviendo
los labios, —Yukimura.
No estaba seguro de haberlo escuchado correctamente o no, pero solo lo repetí:
—Bueno, Yukimura.
No teníamos tiempo que perder, debíamos actuar antes de que amaneciera.
Verificando visualmente la distancia de aquí y al mar, necesitábamos correr unos
metros por la cubierta despejada y saltar sobre un par de barandillas, pero este
proceso nos dejaría vulnerables a los francotiradores. Tenía que crear un poco de
caos para distraer su atención, lo que no sería una tarea difícil con la ayuda de mi
visión nocturna.
Pensando en esto, saqué el arma de mi bolsillo trasero y miré a Yukimura,
indicándole que una vez que rompiera el cristal, tenía que salir inmediatamente.
Asintió a modo de reconocimiento y procedió a esconderse en un rincón donde la
bala no lo alcanzaría, esperando a que disparara. Entonces, me escondí detrás de
algo que me impedía ser fácilmente detectado por esos hombres armados, giré la
cabeza y apunté al otro extremo del barco, apretando el gatillo.
La bala provocó una conmoción inmediata en el otro extremo, y oleadas de
clamor se agudizaron no muy lejos. Aprovechando los disturbios en el otro
extremo, apunté con mi arma a la ventana de cristal en el centro de la trampilla y
disparé otra bala. El cristal comenzó a resquebrajarse después de escuchar el
estallido, y con eso, agregué algunas patadas y golpes antes de que se
destrozara por completo en un millón de pedazos.
Con un fuerte movimiento desde abajo, Yukimura salió disparado del agua. En un
abrir y cerrar de ojos, vi una cola de pez azul jade rozándome el cuerpo, junto
con una mano agarrándome el cuello, saltando desde la cubierta en un arco
increíblemente grande y directo al mar, sumergiéndose en el agua como un
picador de hielo.
Una lluvia de balas nos persiguió por encima. Por el rabillo del ojo pude
vislumbrar un resplandor parpadeante antes de ser rápidamente sepultado por la
oscuridad de las aguas profundas. Una vez que todo se aquietó, Yukimura me
agarró y volvió a nadar hacia arriba, pero supe que una vez que llegáramos a la
superficie, ya no estaríamos en el mismo lugar.
Vi que nos dirigíamos hacia los acantilados de la isla enterrados en el agua,
zigzagueando por las cuevas. El interior era pequeño y angosto por dentro,
dejando a Yukimura sin otra opción más que soltarme el cuello y que yo lo
siguiera. La luz moteada fluctuaba dentro de las aguas profundas, similar a la de
una tierra onírica desconcertante, haciendo que mis pensamientos se desviaran
inconscientemente con dicha luz. Yukimura, que estaba frente a mí, nadaba a un
ritmo extraordinario, el balanceo de su cola de pez era elegante y natural. Sus
escamas eran ondas de color azul brillante, haciéndolas parecer un pequeño río
de estrellas.
Si no estuviera al tanto de la situación en la que nos encontramos en este
momento, no pensaría en absoluto que alguna vez fue un ser humano como yo.
Según el año en la historia de esa anciana, el tiempo que su hijo, Yukimura,
había pasado en el océano como tritón ascendía a casi sesenta años.
Probablemente ya se había adaptado a este estilo de vida hace mucho tiempo.
¿Eso significaba que el Yukimura del presente es cómo sería yo en el futuro?
Incluso si ya he desarrollado sentimientos por Agares, eso no significa que pueda
aceptar el hecho de que me estaba convirtiendo en un tritón: abandonar para
siempre mi tierra natal, mi herencia y adentrarme en su mundo, para ser como
Yukimura era ahora. También debería haber estado reacio a renunciar a su
humanidad, pues había regresado a ver a su madre, pero luego fue
inesperadamente secuestrado y usado por el grupo del Sr. Shinichi.
Sin embargo, mi cuerpo ya estaba experimentando la mutación, así que si me
negaba a ir con Agares a su mundo (aparte del hecho de que me llevaría a la
fuerza), ¿a dónde podría ir en este mundo? ¿Me aceptarían todavía mi ciudad
natal y mi academia, podría volver a la sociedad humana? En este gran mundo,
¿dónde más podría encontrar un lugar al que llamar hogar?
En tanto me preguntaba a mí mismo con una mente perpleja y caótica, el espacio
circundante comenzó a abrirse poco a poco, el halo de arriba se concentró más y
sus luces veteadas se juntaron en una hoja completa como la zona de la
superficie de una lámina azul. Parecía ser un lago del corazón de la isla sobre
nuestras cabezas.
Yukimura me guio a nadar cuesta arriba y pronto llegamos a la superficie. Me di
cuenta de que llegamos a la entrada de una cueva enorme, o quizás podría decir
que ya estábamos dentro de la cueva: una cueva dentro de una cueva. Sin un
guía, esos nazis habrían tenido dificultades para orientarse aquí, puesto que no
había otras entradas que no fueran subacuáticas.
Esta cueva tenía aproximadamente sesenta metros de altura, se veía turbia y
oscurísima, como estar dentro de la cavidad corporal de una criatura prehistórica,
y cuando miré a mi alrededor, solo pude usar los insectos luminosos para
determinar la zona de su suelo. La cueva definitivamente no se había creado
naturalmente, y el lago en el que nos encontrábamos contenía muchos restos
blancos de ruinas derrumbadas que parecían hechas por el hombre. También
había orbes de luz azul de material desconocido flotando en la superficie del
agua, espaciados con unos pocos metros entre sí. Era como una constelación de
estrellas en el cielo nocturno, siguiendo una cierta regla de distancia y formación.
¿Qué eran estas cosas? Observé con cautela la esfera azul más cercana a mí.
Parecía un átomo encerrado en cristal, o como la versión miniatura de un rayo
que estalla luz azul en un montón de nubes brillantes.
No pude evitar querer extender la mano y tocarlo, pero una mano palmeada
mojada me agarró la muñeca. Yukimura lo miró fijamente y murmuró: —No lo
toques, morirás. Estos orbes azules se llaman "Galaxia Aislada", son una capa
protectora para evitar que la radiación nuclear destruya por completo el pasaje.
—¿Radiación nuclear? —fruncí el ceño, sorprendido—. Yukimura, ¿puedes
explicármelo mejor, por favor? Una vez vi el mundo de los sirenios a través de un
sueño ilusorio y vi que el lugar... se había convertido en un enorme cementerio...
Perdóname, solo pude pensar en este sustantivo...
—Sí, radiación nuclear. —Yukimura bajó la vista con tristeza, su voz un poco
temblorosa—. No eres de esa época, pero debes estar al tanto del bombardeo de
Hiroshima, Japón, en la Segunda Guerra Mundial. Cuando supe que mi ciudad
natal se había visto gravemente afectada por la catástrofe, quise regresar y traer
a mi familia a Atlantis por un tiempo. Sin embargo, nunca me imaginé que el
poder de la bomba atómica también prácticamente destruyera ese lugar, así que,
de hecho, se convirtió en un cementerio gigante. Casi todos los sirenios murieron,
tal como los civiles de Hiroshima. Se convirtieron en fósiles y se extinguieron
como esos dinosaurios hace millones de años.
Sacudí la cabeza con incredulidad, incapaz de creer que, bajo el mar silencioso e
inmóvil, esos montones de esqueletos esparcidos por el lecho marino que vi en la
ilusión fueran causados por los conflictos en nuestro mundo. —Cómo es posi...
—Por supuesto que es posible —sonrió con pesar—. Quizás nadie pensó que la
verdadera Atlantis estaba escondida dentro del núcleo de la Tierra, donde en ese
espacio, se creó un universo independiente y un sistema de vida. Cada trinchera
marina está conectada a su entrada, y por eso la bomba atómica pudo causar
destrucción allí. La Atlantis de las leyendas ya no existe, solo quedan los líderes y
algunos sobrevivientes jóvenes que no estuvieron expuestos a la radiación
nuclear para continuar la población lo mejor que pueden. Pero incluso con eso,
las llamas de la guerra encima de nuestras cabezas nos alcanzan una vez más.
Mi pecho se sintió sofocante, e inconscientemente apreté el puño, inhalando
hondo. —¿Dónde está Nakamiya? Tenemos que dejar que abra el pasaje, si no,
esos nazis destruirán esta isla, su último y restante hogar.
Yukimura asintió con un semblante solemne, luego lo vi nadar hacia la cueva
frente a nosotros antes de levantar un poco la cabeza y abrir los brazos, como si
estuviera ofreciendo un sacrificio. Similar a lo que hizo Agares cuando le gritó a
esa criatura gigantesca, Yukimura emitió un sonido estridente, y como un cuerno,
dicho sonido resonó a través de la cueva, alcanzando una gran distancia.
Casi instantáneamente, sentí la cueva temblar y una silueta negra se despegó de
la oscuridad. Un par de ojos rojo sangre observaron a Yukimura, antes de
moverse a mi cuerpo y bajar la cabeza como si estuviera viendo a Agares, como
un respetuoso veterano inclinándose para mostrar respeto.
Esto me hizo sentir un poco avergonzado, como que sin importar a dónde fuera,
aun así, sería reconocido como alguien que pertenece a Agares. Me rasqué la
cabeza. —Hola, eh, Sr. Nakamiya, Aga... Tu líder quiere que abras el pasaje que
conduce a Atlantis. Han sido encarcelados.
Inesperadamente, Nakamiya asintió suavemente con la cabeza de una forma
humana, después bajó su enorme cuerpo y se sumergió en el agua,
transformándose en un relámpago negro y rápido y desapareciendo en el abismo
del lago. Yukimura luego me agarró del brazo para sacarme del lago y apoyarnos
contra una pared de roca cercana.
En el momento en que salimos del agua, un remolino comenzó a formarse
instantáneamente desde el abismo del lago hasta arriba, envolviendo esos orbes
azules de luz en un huracán de rayos y truenos en el agua. Acompañado por los
crujidos de la corteza terrestre y los fuertes temblores de un terremoto, observé
con asombro cómo el lago originalmente tranquilo y con apariencia de espejo se
partía en una enorme grieta negra, como si una antigua bestia gigante abriera
lentamente los ojos y se tragara todo.
El techo de la caverna sobre mi cabeza también estalló en grietas, destellos de
luz y grava cayeron como conchas rotas. El luminoso huracán azul se elevó desde
el fondo como un chorro de agua, y con los vientos violentos, nos arrojó a
Yukimura y a mí a los aires.
Sentí que mi cabeza daba vueltas mientras flotaba en el viento, y cuando abrí los
ojos con gran esfuerzo para intentar presenciar todo, inesperadamente avisté
algunos helicópteros volando hacia la isla, ¡y en el fuselaje había símbolos rusos
impresos!
Me emocioné mucho en una fracción de segundo, como la emoción de finalmente
ver a tus parientes cercanos y tu tierra natal. Instintivamente quise girarme y
soltar algunos gritos en su dirección, pero el huracán hizo que rodara un par de
veces en el aire, separándome cada vez más de Yukimura
En este momento, el cielo y la tierra parecían haberse partido por la luz azul
eléctrica. Bajando la vista desde el aire, pude ver que la grieta oscura se
agrandaba cada vez más, como una bestia abriendo su boca para envolver toda
la isla. En la superficie de los mares, era como si todo se hundiera en un deslave,
o para ser más precisos, como si la grieta oceánica se tragara todo hasta el fondo
del mar. Sé que es la entrada a Atlantis.
Un viento feroz me picoteó el cuerpo, revolviendo mi visión y pensamientos en un
desastre. Una gran oleada de pánico surgió en mi corazón, haciendo que todo mi
cuerpo se estremeciera mientras dirigía la mirada a esos barcos nazis. ¡Lafarre y
los demás todavía estaban en ese barco! Maldita sea, nunca esperé que una vez
que el "portal" se abriera, habría circunstancias como esta emergiendo con
rapidez y violencia. ¡¿Por qué Agares no me advirtió?!
¡Tengo que llegar a esos helicópteros para rescatarlos!
—¡Oigan, oigan! —moví enseguida los brazos hacia los helicópteros que volaban
cada vez más cerca, pero obviamente les preocupaba la fuerza del huracán, así
que se desviaron. Dadas las circunstancias, me giré hacia el árbol más cercano y
salté a través del viento para abrazar el tronco que se balanceaba. Luego, una
vez más grité por ayuda.
Solo entonces un helicóptero voló hacia mí y dejó caer una escalera de cuerda, a
la que inmediatamente me aferré y trepé. Tan pronto como los rescatistas me
levantaron, me presionaron inmediatamente en un asiento, ambas manos
esposadas a mi espalda antes de que siquiera pudiera reaccionar.
¡De repente recordé que estaba usando la ropa de Rhine, quizás por eso me
consideraron aliado de los nazis! Grité fuertemente en ruso, —¡Oigan, se
equivocan, soy ruso, libérenme!
Hice todo lo que pude para levantar la cabeza, pero me sujetaban con tanta
fuerza que no podía moverme. El helicóptero voló hacia los barcos nazis que
estaban a punto de hundirse y simplemente planearon en el cielo. Miré hacia
abajo para buscar a Lafarre y los demás, junto con la silueta de Agares, pero solo
pude ver a los miembros de la tripulación nazi luchando por abordar sus botes
salvavidas. No pude evitar sentirme ansioso. —Las... Lo que quiero decir es, esas
son las personas que quiero que rescaten, están en el segundo piso del barco,
¡por favor bajen y ayúdenlas!
—¡Atención, atención Aska 2! ¡La primera unidad se encontró con el ataque del
huracán y se estrelló, la fuerza del rango del viento se está expandiendo!
¡Aborten las operaciones de rescate, retírense de inmediato!
El ruidoso sonido del mensáfono llegó desde el asiento del piloto.
—¡No, no! —Estaba tan agitado que casi salté de mi asiento. Usé mi codo y
golpeé la ventana de cristal en un frenesí, pero luego las dos personas sentadas a
mi lado me refrenaron en el asiento. Solo pude girar la cabeza y mirar con
impotencia cómo los barcos y la isla desaparecían poco a poco en el mar.
Una sombra negra emergió repentinamente del centro de la tormenta azul, era
como si Satanás ya se hubiera tragado al mundo entero a la oscuridad, y ahora
se convertía en una flecha afilada lista para lanzarse de regreso al abismo.
Aunque la sombra estaba muy lejos de mí, sabía que era Agares: miraba este
helicóptero que me alejaba de él.
Este momento solo duró una fracción de segundo, y después de eso, vi el
huracán azul extenderse como una bomba atómica con un estallido de luz
cegador. La isla, los barcos nazis y Agares desaparecieron en la oscuridad. Sin
dejar rastro. La escena ante mí se borró de mi vista, como si nunca hubiera
existido en primer lugar.
Me quedé mirando perplejamente el cielo nocturno, una repentina sensación de
vacío me envolvió la mente y el corazón.
Volumen IV - "Conspiración en Venecia"

Capítulo 64

Página 1, 28 de noviembre de 1990


Hoy marcó el día 16 en que el avión del equipo de rescate en el que estaba se
estrelló en el mar, donde luego fui rescatado del accidente por un equipo de
salvataje marítimo. O quizás... este era el día 17. Desafortunadamente, todavía no
puedo discernir con certeza cuánto tiempo estuve inconsciente y solo puedo confiar
las descripciones del doctor que me atendió para llevar un registro. Kolov dijo que
todos los rescatistas del helicóptero habían perecido, y que solo yo había
sobrevivido milagrosamente.
Tuve mucha suerte de haber sufrido solo unas pocas fracturas en ambas piernas,
junto con una conmoción cerebral leve. Además, no hubo ningún daño en mi
columna. El doctor me dijo que dentro de medio año, debería poder recuperar mi
habilidad de caminar, así como mis recuerdos perdidos. Por ahora, aún no puedo
recordar cómo había aterrizado en este aprieto, lo que estaba empezando a
hacerme sentir extremadamente frustrado.
Que Dios me bendiga para que me recupere sin problemas.

Página 157, 6 de mayo de 1991.


¿Debería alegrarme de al fin poder recordar todo lo que había experimentado?
Seguí al Poseidón de regreso al mar costero de la isla de los sirenios para buscar a
un Lafarre desaparecido y los demás, junto con... Agares, pero regresé con las
manos vacías. Al parecer, la isla de los sirenios y la flota de nazis habían
desaparecido sin dejar rastro, y cuando fui a una expedición de buceo submarino,
al final, no encontré nada. Sentí que, tal vez, era porque el pasaje a Atlantis ahora
se había cerró para siempre...
En el mar, llamé fuertemente a Agares, Lafarre y los demás, pero solo obtuve el
silencio como respuesta.
Por lo tanto, el Poseidón y yo salimos de allí.

Página 158, 18 de mayo de 1991.


Después de suplicarle repetidamente al capitán Kolov, el Poseidón finalmente
navegó hacia la costa de Noruega, donde mi abuelo naufragó en el pasado. La
expectación de que Agares apareciera me llenaba, yendo tan lejos como para fingir
ahogarme en las aguas frías. Sin embargo, no hubo rastro de su presencia. Yo
tampoco sabía por qué intentaba semejantes proezas: al principito quería escapar
de Agares, pero ahora, estaba haciendo un gran esfuerzo para encontrarlo... Es
realmente ridículo ¿no? Maldición. Terminemos de escribir esto.

Página 160, 20 de mayo de 1991


Fuimos a saquear un barco hundido y, como no obtuvimos ninguna de las "cosas
valiosas" que prometí que habrían estado allí, el capitán Kolov se enfadó mucho,
pensando que lo había engañado (aunque en realidad lo hice). Ordenó que el
siguiente lugar al que partiéramos fuera el Océano Ártico, para que pudiéramos
saquear algunos pedazos de un ovni que había caído allí tres semanas antes.
Pero me sentí muy feliz, ya que recuperamos una maleta en la misma zona antes
de irnos. ¡Dios, ni siquiera podía atreverme a creer lo que tenía dentro!
Dentro había cosas de mi infancia y de mi abuelo, incluso una imagen que el tiempo
había difuminado. Inesperadamente, en esa fotografía estábamos Agares y yo,
juntos, y parecía estar cargándome mientras sonreía un poco siniestramente.
Cuando los demás vieron la foto, pensaron que era una imagen de un monstruo,
pero a mí, por otro lado, casi me dolió la nariz al mirarla.
Zarpamos de Noruega por la noche.
Página 201, 1 de enero de 1992
Aún no podía creer que pasamos casi medio año en el polo norte. Sin embargo, con
la constante perseverancia del Poseidón, ello nos permitió a todos ganar una gran
fortuna. ¡En serio, no podíamos creer que pudiéramos encontrar una cantidad tan
grande de gemas en los restos del ovni! Las cosas realmente no podían ser mejor,
eran muy buenas noticias para nosotros, los "gitanos del mar". Esto significaba
que, durante el resto del año, no teníamos que ir por todo el mundo para saquear
más naufragios y afrontar los peligros del mar. En lugar de eso, al fin podríamos
pasar un buen rato.
Desde mi punto de vista, esto no era una suma menor. Sin embargo, para el
fugitivo buscado que era ahora, ¿de qué servía todo este dinero?
La Guerra Fría ya había terminado. Quería volver a Rusia, pero era una lástima que
nunca tuviera la oportunidad de hacerlo.
Ya no soy Desharow, el estudiante de San Petersburgo, sino un mercenario errante
llamado "Derte" contratado por el Poseidón.
Mi querido padre y madre, ¿me extrañan allá en la lejana Moscú? ¿Todavía
recuerdan a su hijo completamente desaparecido, un criminal de espionaje buscado
por el ejército ruso?
Este cargo absurdo se me fue impuesto debido a mi relación con Rhine y Sakarol.
Tenía muchas ganas de limpiar mi nombre, pero sabía que, como una persona
apátrida sin antecedentes que no podía dar cuenta de ser ruso, ni siquiera tendría
la oportunidad de hablar con un gobierno extremadamente vigilante.
Madre, padre, ¿qué tal si se olvidan completamente de mí? Si hay alguna
posibilidad en el futuro, definitivamente les contaré mi historia.

Página 202, 16 de abril de 1992


Esta es la tercera vez que vengo a la zona territorial de la isla de los sirenios en el
último año. El mar estaba igual de inmóvil y vacío que antes, así que volví al
Poseidón, decepcionado. Desde luego, ahora no tenía ningún otro lugar al que
llamar hogar, excepto este barco.
Desde la apertura del pasaje a Atlantis, Agares parecía haberse desvanecido por
completo, como si un par de manos invisibles lo hubieran borrado de mi vida.
Entonces me convencí más de la historia que me había contado el capitán Kolov:
había dicho que los nervios de mi cerebro habían sufrido lesiones importantes, lo
que provocó que tuviera recuerdos que no existían, que básicamente todo era
producto de mi imaginación.
Por lo tanto, quizás, Agares en realidad no existía; quizás era solo alguien en un
sueño que había irrumpido abruptamente en mi vida. Aun así, no tenía claro si se
trataba de un buen o un mal sueño.
Es hora de despertar, Derte.
Esta será la última página de este diario.

Miré el vasto e interminable océano y escupí la última bocanada de mi cigarrillo,


viendo como el humo se expandía lentamente en el viento, hasta que, al final, se
disipó sin dejar rastro. Después de eso, levanté mi diario extremadamente grueso
y lo arrojé al agua. Ello pareció suscitar algunas olitas en mi corazón, el dolor en
mi pecho perceptible a medida que se propagaba, pero me reí.
Después de unos días, nos detuvimos en una famosa ciudad acuática: un puerto
dentro de Venecia.
El capitán Kolov iba a participar en una subasta en un casino clandestino aquí,
usando el tesoro que saqueamos del naufragio para cambiarlo por dólares
estadounidenses. Aunque semejante transacción era muy rentable, en realidad
también era muy peligrosa: la mafia italiana se dividía en varias familias, y durante
muchísimo tiempo, Kolov solo había comerciado con la familia Camorra. Si el clan
de otra persona de repente se interesara por las cosas que tenemos en nuestra
posesión, o si simplemente quisiera encontrar una nueva razón para iniciar una
lucha territorial, nos traería una cantidad extraordinaria de problemas, por lo que
tenemos muchísimo cuidado. Dado que el negocio de los botes de Venecia había
estado monopolizado por el clan Camorra durante mucho tiempo, en el pasado
había traído mucho odio y envidia de todos los demás clanes.
El casino al que íbamos se llamaba "Damora". Era un lugar escondido en un callejón
acuático muy estrecho y profundo cerca de la prisión de Venecia, donde teníamos
que pasar específicamente bajo el "Ponte dei Sospiri" que en la antigüedad se usaba
especialmente para escoltar a los prisioneros. Al mirar el mapa, no pude evitar
bromear que este era el camino sin retorno. De hecho, tenía un mal presentimiento
al respecto, pero los demás no estaban preocupados y se largaron a reír.
Después de salir del puerto, fuimos guiados por un conocido del capitán Kolov,
viajamos en una "góndola", el único medio de transporte aquí, y nos dirigimos
lentamente a nuestro destino.
De camino al callejón, el flujo de agua se dividía en dos largas olas siguiendo la
trayectoria de la embarcación. La superficie del agua barría el reflejo de las luces
moteadas de los bares a ambos lados, como un río lleno de estrellas que fluye bajo
nuestros pies. Acompañando a las estrellas ilusorias se encontraba el clamor
ocasional de las prostitutas que atraían a sus clientes con voces suaves,
deslumbrando a la gente.
Miré las aguas cristalinas y relucientes, recordando de repente el profundo barranco
que encontré al atravesar la isla de los sirenios. En trance, mis ojos siguieron la
corriente que se movía, como si estuvieran siendo atraídos por una fuerza
magnética invisible y desviándose para mirar a mis espaldas.
Había una figura enormemente familiar estaba de pie al otro extremo, se
encontraba debajo de las luces entrelazadas y me miraba directamente desde las
lejanías.
Entorné los ojos, mi corazón temblaba, pero la figura ya se había desvanecido
dentro de la corriente de gente. Las luces parpadearon como si ridiculizaran mi
absurda ilusión. Sí, ¿cómo siquiera podría aparecer Agares aquí?
—¡Oye, Derte! ¿En qué luna estás?
A mi lado, Nick me palmeó los hombros, sacándome de mi aturdimiento y
devolviéndome a la realidad. Nick era un caucásico alto y fugitivo como yo, aunque
su transgresión fue mucho más leve que la mía. Básicamente, en el Poseidón, no
había una sola persona que no hubiera cometido un crimen; todos éramos
vagabundos sin hogar. El capitán Kolov nos ofrecía refugio y, a cambio, todos
trabajábamos para él.
Nick me entregó una pequeña pistola. —Toma esto. Más tarde, los dos estaremos
de centinelas afuera. Será mejor que no andes corriendo.
—Entendido, no te preocupes —tomé la pistola y la deslicé en mi bolsillo trasero.
Me reí un poco mientras miraba vigilantemente los alrededores a través de mis
lentes de sol.
Para evitar que la policía internacional reconociera mi apariencia, me teñí el cabello
de color castaño dorado y me oscurecí mucho la piel. Incluso usaba plantillas todo
el año para realzar la altura para parecer más alto. Exudaba la imagen de alguien
con quien no se debería jugar, así que, por supuesto, sería más difícil reconocerme.
Poco después, en las profundidades del carril de agua, la góndola se detuvo frente
a la entrada de un túnel sellado por una puerta metálica.
Apareció el sonido débil y suave del arrastre de las olas fluyentes por la puerta que
se abría desde el interior del túnel, provocando capas de ecos. Las luces borrosas
y cambiantes traían los contornos de las figuras movibles, llenando las paredes de
sombras proyectadas. Esto le daba a todo el lugar la ilusión de una Venecia durante
la época medieval, donde los aristócratas habían vivido una vida extravagante
dentro de esta antigua ciudad de literatura y artes. Pero no podía tener más claro
que el interior de este lugar estaba lleno de heroína y marihuana, así como de
traficantes marítimos. Por lo tanto, nunca querría involucrarme en eso, así que
cuando Kolov quería que ayudara más en su negocio clandestino, encontraba
discretamente una razón para negarme.
Después de que el socio de Kolov mostrara su pase, la puerta de metal comenzó a
abrirse lentamente. Luego, otra embarcación que se dedicaba a llevar gente al
casino ingresó a Kolov y a algunos de nuestros camaradas. Nick y yo nos quedamos
afuera para vigilar la puerta y evitar la aparición de los guardias de la ciudad y los
jefes de la mafia residencial veneciana.
Cuando los informantes nos contactaron, noté que un tipo calvo entre ellos me
observaba con una expresión peculiar, como si estuviera escudriñando mercancía.
Mis nervios saltaron, solo para descubrir que también miraba a Nick. Kolov nos
volvió a echar un vistazo, asintió e hizo un gesto de aprobación con las manos,
explicándole al calvo que éramos sus centinelas. La otra persona se dio cuenta de
esto y asintió.
Solo después de eso mi corazón se calmó un poco y solté un profundo suspiro.
Después de ser catalogado como un criminal buscado, me volví muy vigilante a lo
que me rodeaba, y las cosas que había experimentado antes también me llenaron
de desconfianza en la relación entre personas, temiendo conocer gente como Rhine
y Sakarol, aquellos que fácilmente volverían a traicionarme. Incluso frente a Kolov,
que también son criminales buscados como yo, no puedo cumplir con mi lealtad.
Juro que si algo salía mal, desaparecería sin dudarlo y cambiaría mi nombre e
identidad.
Aunque, durante este año, ya había considerado al Poseidón como mi hogar.
¿Pero podría tener un hogar? Una vez que una persona comienza a huir, debe huir
para siempre, de lo contrario la prisión le espera. El hogar es solo un lujo
inalcanzable. Tal vez algún día, cuando expire mi orden de arresto...
Anhelo ese día. Miré el cielo nocturno.
Esta iba a ser una noche extremadamente larga.
Cuando me agazapé en un escalón de piedra al costado del túnel del casino, Nick
me entregó una lata de cerveza y bebí un trago simbólico. Sacando el diccionario
español-chino de mi bolsillo, lo hojeé y murmuré palabras mientras leía.
Nick se rio entre dientes mientras yacía sentado a mi lado, palmeándome el
hombro. Sabía que parecía hilarante: en esta noche romántica en Venecia, no
quería intentar mezclarme con las encantadoras prostitutas al lado del bar, sino
que me sentaba aquí y practicaba mi español. Qué desperdicio de este hermoso
paisaje. Sin embargo, ignoré a Nick y simplemente continué mirando la amalgama
de palabras. Después de todo, esta era la mejor forma de protegerme: tenía que
eliminar mi acento ruso y dominar el español. Además, cuanto más rápido, mejor,
porque no sabía si llegaría un día en que la policía internacional caería del cielo y
aterrizaría frente a mí.
—Oye, oye, hermano. ¡Deja de arruinar el ambiente! —Nick me arrebató mi libro
de español y adoptó una pose de lanzar el libro al agua.
—¡Oye!
Rápidamente lo agarré por la muñeca y comencé a arrastrarlo al agua de una
manera amenazante, lo que atrajo la risa de algunas prostitutas cercanas.
Batallamos mientras nos empujábamos y jalábamos, y finalmente terminamos esta
tonta pelea cuando dejé de practicar mi español. Después, los dos nos
desplomamos en los escalones de piedra, chocamos las latas de cerveza, charlamos
ociosamente y bebieron.
—¿Cómo te va, Derte? ¿Sigues pensando en encontrar ese sirenio de tus sueños —
Nick dijo en broma mientras tomaba un trago de cerveza y me miraba con los ojos
entrecerrados. Lo más probable es que haya escuchado la basura que soltó el Dr.
Dika, el doctor que me atendió en aquel entonces. Ahora probablemente pensaba
que estaba mal de la cabeza y soñaba despierto todo el día.
—Sí, sí. ¿Acaso no planeo ganar más dinero? Luego, me compraré un barco para
viajar por el mundo y buscar —balanceé exasperadamente mi lata de cerveza aquí
y allá, demasiado perezoso para molestarme en discutir con él, y dije
desganadamente que el sirenio ni siquiera era tan bonito, que si aparecía frente a
ti, lo más probable es que te murieras de miedo.
Deprimido, tomé unos tragos de mi cerveza y recogí algunas piedras para jugar y
matar mi aburrimiento. Las piedras hicieron algunas ondas al deslizarse por la
superficie del agua, pero entonces, mis nervios comenzaron a tartajear y una
sensación peculiar comenzó a extenderse por mi corazón. No sabría decir si era un
sentimiento bueno o malo, pero me dio un impulso indescriptible de levantarme y
mirar a mi alrededor con curiosidad.
No sé cuándo empezó a llover en el cielo.
Golpeteo...
La lluvia cayó tan repentina y rápidamente, envolviendo los alrededores en una
capa de gotitas brumosas. Incluso las luces se volvieron borrosas y nebulosas.
—Derte, ¿qué ocurre? ¿Viste algo? —Nick buscó la pistola en su bolsillo trasero y
se puso en cuclillas al mismo tiempo que yo, escondiéndose detrás del pilar de
piedra cercano. Confié en mi visión nocturna superior, y en la oscuridad, miré
atentamente a mi alrededor y traté de encontrar la fuente de mi inquietud.
En la siguiente fracción de segundo, en una esquina a ambos lados del callejón
acuático, vi un par de figuras de aspecto sospechoso. Entorné los ojos con cautela
y observé que esas personas vestían trajes negros. Aunque no sabía si eran unos
pocos policías encubiertos o un grupo mafioso, este último parecía tener una mayor
probabilidad. La policía de Venecia es mucho menos sensible a algunas actividades
en el casino que la mafia italiana, pues habíamos interrumpido su orden.
Sin embargo, la diferencia era que, si la policía nos encontraba, nos arrestarían e
investigarían. La la mafia nos mataría directamente y nos arrojaría al mar para
alimentar a los tiburones.
—Nick, dile a Kolov que se ha revelado nuestro paradero, tienen que terminar
rápido la subasta —murmuré en voz baja.
—Lo sé. —Nick presionó su mensáfono—. ¡Aló, aló! Atento jefe. Creo que tenemos
que retirarnos temprano. Derte dice que nos vigilan.
Miré esas sombras mientras la lluvia se intensificaba cada vez más. Luego levanté
mi pistola, siguiendo todos y cada uno de sus movimientos. Sin embargo, mi mirada
vagó rápidamente, y de repente, mis ojos se congelaron.
Dentro de la cortina de lluvia, en el Ponte dei Sospiri lejano, he ahí una figura negra
que sostenía un paraguas negro. Llevaba una cazadora negra y una máscara
veneciana plateada. Su figura era alta y delgada, y el cabello atado a sus espaldas
era gris plateado.
No, esto era imposible... imposible.
En un instante, sentí como si una mano se hubiera apretado sobre mis vías
respiratorias, dejándome seco de aire. Mi corazón latía como si saltara
violentamente mientras sentía que mi mundo entero giraba. Era consciente de que
probablemente era un producto de mi imaginación, o tal vez, era solo un tipo que
se tiñó el cabello. Sin embargo, mi cuerpo reaccionó más rápido que mi cerebro,
instintivamente levanté la pierna y comencé a correr hacia la dirección del puente.
Pero después de pasar por algunos clubes y llegar al puente, la figura que estuvo
allí antes ya había desaparecido sin dejar rastro. Sucedió como cuando me paraba
en el botecito y miraba a mis espaldas, expectante, como otro viento intocable que
no pude atrapar.
Dónde estás... ¿De verdad estás aquí? Agares...
Me paré en lo alto del puente confundido, abriendo los ojos y buscando
desesperadamente la sombra en las luces moteadas de Venecia, dejando que la
tormenta se derramase sobre mi rostro y cuerpo, y dejé que se filtrara en mi ropa.
Jadeé apoyado sobre los pilares de piedra junto al puente, mirando la superficie del
agua perturbada por la lluvia. En esa superficie rota flotaba el reflejo de mi sombra
que parecía destrozada por un grupo de fuegos artificiales que surcan los cielos.
El alcohol que se vertió en mi estómago comenzó a quemarme los nervios y mi
cerebro se incendió, lo que me hizo sospechar que en realidad estaba borracho y
alucinaba. En ese momento, sentí ganas de llorar, pero en cambio, solo salieron
risotadas, simplemente considerando que mi comportamiento era cómico, como un
alcohólico loco. Grité fuerte bajo la lluvia y azoté mi puño contra el duro cemento,
luego me sostuve la cabeza y me agaché débilmente.
La realidad parecía estar muy lejos de mí, y mientras la lluvia restante caía, me di
cuenta cuán solo estaba, como una espora solitaria en la totalidad del universo. El
líquido frío que goteaba en mi nuca me dio la ilusión de que era el agua marina que
goteaba del cabello de Agares. Imagine que ese par de ojos estrechos y profundos
me miraban fijamente, con sus manos palmeadas colocadas gentil y posesivamente
en mi espalda mientras, en todo momento, sus labios me besaban los lóbulos. Una
vez que me quité la lluvia de la cara y levanté la vista con vergüenza, me di cuenta
de que en realidad no había nadie a mi lado.
Entonces, el sonido de una embarcación el sobre agua vino de otra parte. Mi cabeza
siguió el sonido y, en la distancia, pude ver una góndola girando
ininterrumpidamente para ir a un callejón marítimo a la derecha. Antes de que
desapareciera, la parte de atrás de la espalda del hombre de cabello plateado se
grabó claramente en mis ojos, superpuesta con el recuerdo de la figura anhelante
en mi cabeza.
Esta vez, estaba seguro de que no era solo mi imaginación. Debido a esta increíble
conmoción, mi cuerpo se estremeció con fuerza, desde las plantas de mis pies hasta
el fondo de mis nervios, y por impulso, me levanté.
—¡Desharow! —gritó Nick a mis espaldas—. ¿Qué estás haciendo? ¡Bájate del
puente, rápido!
Le dirigí una mirada y no dije nada, después salté al agua para perseguir el bote.
Capítulo 65

La lluvia se intensificó aún más y el estrecho callejón se volvía más intrincado a


medida que la niebla se colaba, haciéndome sentir como si estuviera en un
laberinto. A pesar de que mi velocidad de natación superaba con creces a la de la
gente común, aun así, casi perdí de vista la embarcación después de viajar unos
metros en el agua. Al ver por el rabillo del ojo que la figura, quien sospechaba que
era Agares, se alejaba cada vez más, mi corazón ardió ansiosamente.
—Agares, ¡Agares, sé que eres tú, detente! —grité con desesperación.
Grité hasta que mi voz se volvió ronca, pero la sombra en la distancia no disminuyó
ni un poco la velocidad, desvaneciéndose en la niebla. Confiando en mi memoria
visual, perseguí a la figura que se desvanecía, solo para detenerme ante una
entrada de un canal subterráneo en penumbra. Simplemente vi una góndola vacía
flotando en el agua, todavía balanceándose de un lado a otro debido a la física del
agua sin ningún signo de aquella figura. Fue como un fantasma, yendo y viniendo
sin dejar rastro.
A propósito, lo que me obstruyó el camino, impidiendo que me adentrara más, fue
una compuerta metálica. El interior era oscuro y aislado, y aunque había un desvío
a la izquierda en el fondo, no sabía a dónde conducía. No solo eso, se podían ver
fácilmente atisbos de estructuras en relieve delineando las paredes secas del túnel.
Este era probablemente un antiguo sitio turístico que fue abandonado y cerrado
por alguna razón. Noté que el espacio entre las barras de hierro era muy estrecho,
me acerqué y traté de pasar con un giro de mi cuerpo, pero me resultó imposible.
Mi tipo de cuerpo era de complexión media y delgada que no tenía mucha masa
muscular. Entrar hubiera sido aún más imposible para Agares, con su cuerpo
robusto, y mucho menos mientras arrastraba esa gruesa y larga cola suya. Incluso
si se hubiera humanizado de alguna manera, no podría apretarse en una entrada
tan estrecha. Entonces, ¿cómo desapareció de repente de aquí? ¿Se sumergió en
el agua? Desconcertado, nadé en círculos. El agua aquí era perfecta para la altura
de un humano, las alcantarillas muy angostas. Entonces, ¿dónde podría
esconderse?
¿Podría ser realmente mi imaginación?
No pude evitar volver a dudar de mis ojos. Miré los alrededores, luego al abismo
del canal subterráneo. Giré mi cuerpo para sentarme en la góndola, mis manos
descansando en el borde húmedo de la embarcación. No pude evitar tocar la áspera
capa de pintura que se estaba despegando, que se sentía como esa áspera, flexible
y fuerte cola de pez que se me había escurrido de las manos.
Las gotas de lluvia se vertían sobre mi cuerpo y el frío mordisqueaba todo mi ser.
Fue solo entonces que de repente sentí un escalofrío, tanto escalofrío que incluso
mi corazón se convirtió en un bloque de hielo. Sabía que lo mejor era irme de este
lugar, pero una voz débil en mi corazón refutó: ¡No, está aquí, está aquí mirándote
directamente!
Cerré los ojos y usé la mejor habilidad de mi nariz para olfatear el aire, pero aparte
del petricor húmedo, nada más atrapó. Sin el olor familiar, concluí que tal vez esta
sea la pequeña esperanza que no quiero soltar, tanto que inclusive quería
engañarme a mí mismo. Si Agares realmente hubiera regresado de Atlantis, ¿por
qué no apareció antes? Obviamente nunca regresó y quizá abandonó por completo
mi búsqueda.
No debería sorprenderme, ya que fui yo quien decidió abandonarlo. Sin duda
alguna, desde el fondo de mi corazón, no estaba dispuesto a convertirme en un
tritón e irme a otro mundo.
La conexión entre él y yo debería haberse cortado en ese momento, maldita sea.
Entonces, ¿por qué estoy persiguiendo la existencia de la que originalmente quería
escapar? Es como aferrarse a un espejismo sin soltarlo nunca... ¡Qué ridículo eres,
Desharow!
Agares, ¿estás aquí? ¿Me estas mirando en estos momentos? Si es así, ¿qué debo
hacer para que salgas a verme? ¡Diablos!
Usando mi manga para limpiar las gotas de lluvia de mi cara, apreté mi puño con
fuerza en tanto lo estrellaba en el casco. Apoyándome en la popa que se levantaba
a mis espaldas, me acosté lentamente contra ella, mirando el cielo neblinoso sobre
mi cabeza mientras la lluvia caía como cascada. Mis pestañas también se volvieron
bastante pesadas y se me pegaron a los párpados. Justo cuando no pude abrir más
los ojos, por el rabillo, vislumbré una sombra envuelta en la niebla bajo la lluvia;
el bote incluso comenzó a balancearse también.
Me incorporé, veloz como un rayo, y salté al agua de inmediato. Mis ojos
escudriñaron las aguas circundantes, pero solo vi las luces rotas flotando en las
olitas agitadas por la lluvia, y no pude encontrar ningún rastro que pudiera ser
causado por una cola de pez que nada.
Un incomparable destello de consternación pervivió después de que cada
posibilidad se hizo añicos. Blandí mi mano en el agua, agitándola por los
alrededores, sin importarme la expresión de sorpresa de algunos transeúntes
cuando veían a un loco paseándose y aullando.
—¡Agares, sal, maldito bastardo! Sé que estás aquí. ¡Lo sé! Sé que quieres probar
cuán desesperado estoy por verte, ¡¿verdad?! ¡Entonces ganaste, ganaste
totalmente! ¡Te he estado buscando durante todo un puto año! Maldición, he
querido volver a verte, lo he querido hasta el punto de volverme loco...
Bajé la cabeza y apreté el puño, diciendo la última frase en un volumen bajo para
que solo yo la oyera. Mi corazón se sentía pesado; una fuerte emoción lo cubrió,
similar una esponja que absorbe toda la lluvia.
Por curiosidad, un pensamiento incontrolable salió del fondo de mi corazón. Ni yo
mismo sabía por qué se me había ocurrido esto, pero aun así me subí a la góndola
y remé más cerca de la compuerta, de modo que pudiera permanecer escondido
en la oscuridad y evadir a cualquiera que pudiera presenciar mi extraño
comportamiento. Definitivamente sería extraño, pensé. Si alguien me viera,
definitivamente especularía que tengo algún tipo de pasatiempo obsceno.
Escondiéndome en la oscuridad, me tumbé en la góndola y desabotoné uno por
uno los botones de mi traje.
Fui lento con mis movimientos y, en poco tiempo, tanto mi camisa y mis pantalones
estaban fuera. Desnudo, me acosté horizontalmente, tumbado ahí tranquilamente,
mostrándome y esperando, acariciándome el pecho con la mano y levantando el
cuello como un sacrificio. Mi corazón latía extremadamente rápido y una sensación
de vergüenza me llenó todo el cuerpo hasta el entumecimiento. Solo Dios sabe si
realmente me había vuelto loco o no, pero quería probar suerte y aposté, ¡porque
sabía lo pervertido que era ese viejo demonio de Agares!
Esperaré aquí y veré cuánto tiempo puedes resistir. Hace dos años que no tocas
este cuerpo. ¿Es porque perdiste el interés?
Mis ojos húmedos estaban abiertos de par en par, parecían espadas mientras
rastrillaban cuidadosamente cada rincón y recoveco en la oscuridad. Sin embargo,
no había señales de movimiento en mi entorno, solo quietud y oscuridad girando,
como si se estuvieran burlando silenciosamente de mi absurdo comportamiento.
Sintiéndome descorazonado, cerré los ojos y giré la cabeza hacia un lado, mi mente
completamente vacía. Aupé mi cuerpo desnudo y apoyé la cabeza en mis rodillas,
contemplando distraídamente mis pies.
Inesperadamente, en este momento, en el viento húmedo arrastrado de la ruta
subterránea, olí una fragancia inusual: un aroma que siempre reconocería. Mi
cabeza se levantó bruscamente, y en ese instante, me volví como un drogadicto
que huele opiáceos, mi cerebro zumbando.
Vi que una sombra se separaba de la puerta de hierro en la esquina del túnel,
saliendo del agua. Al igual que la primera vez que me reuní con él en el laboratorio
de aguas profundas, expuso lentamente la cabeza. Su cabello gris plateado siguió
el movimiento de su figura ascendente, pegándose a su cuerpo.
No estaba desnudo como solía estarlo en el mar, sino que usaba una cazadora
negra, que estaba empapada y totalmente abierta, exponiendo su pecho sólido
como una roca. Su tez pálida lo hacía parecer una persona proveniente de un
misterioso clan de sangre en esta antigua ciudad.
Me miraba con la cabeza ligeramente inclinada, una máscara veneciana cubriendo
la mitad superior de su rostro, de modo que no podía ver sus ojos. Sin embargo,
podía sentir su mirada ardiente, llena de amor y anhelo mientras apreciaba mi
desnudez.
¡Al fin logré sacar a este imbécil!
De repente, varias emociones se mezclaron en mi corazón, como olas tormentosas
que caen sobre mi pecho, convirtiéndose en una corriente de calor que inundó todo
hasta mi cabeza. Mis ojos se enrojecieron casi instantáneamente y me incliné hacia
atrás sin decir palabra, mirándolo de arriba a abajo con una expresión de vencedor,
a pesar de que estaba completamente desnudo.
—Agares, bastardo...
Le maldije en voz baja, con las cuencas humedeciéndose. Mis ojos revolotearon
involuntariamente en su pecho fornido, y no pude evitar tragar un poco mientras
mi respiración se aceleraba. Durante el lapso de estos dos años, el celo no me
había fastidiado y mi mutación también parecía haberse detenido debido a la
desaparición de Agares. Pensé que mi deseo por él también había cesado, pero
pronto descubrí que estaba gravemente equivocado: innumerables veces me
desperté después de ver a Agares en mis sueños, descubriendo que había algo
pegajoso en mis pantalones. Todavía lo extrañaba, y también lo deseaba.
¡Maldición!
¿Y él? Contemplé a Agares con saña. Su manzana de Adán subía y bajaba, su
respiración inusualmente pesada y sus venas estiradas vigorosamente. Pero no
sabía por qué simplemente estaba ahí, mirándome inmóvil. No parecía tener
ninguna intención de acercarse.
Odioso...
—¡Ven aquí... de lo contrario, me iré! —Con impaciencia, me senté y agarré las
barras de hierro, agitándolas con fuerza un par de veces. Mi vista se posó en su
rostro y solté un gran suspiro.
—¿Por qué estás vestido así, Agares? ¿Por qué no dices nada?
Estaba tan quieto como antes, sin decir una palabra. Una densa nube oscura de
perplejidad se condensó en mi cabeza y dejé que mi agarre en la barra de hierro
se aflojara. Apoyé la cabeza en la compuerta del canal, mirándolo solemnemente.
Después de un momento, al fin se movió y se acercó a mí en el agua. Mi corazón
comenzó a latir con rapidez, resonando en toda mi cabeza.
En el momento en que se acercó a mí, ya estaba rígido e incapaz de moverme.
Solo pude verlo estirando el brazo desde el otro lado de la compuerta, descansando
su mano palmeada en mi nuca y acercándome más mientras presionaba sus labios
húmedos y heladísimos contra los míos. Después de eso, me mordió firmemente.
Todo mi cuerpo se estremeció, su ataque me había tomado por sorpresa. Las
lágrimas mezcladas de lluvia chorrearon por mi rostro. Después de que me besara
por un tiempo, al fin reaccioné. Mis manos lo imitaron y atravesaron las barras de
metal para agarrar ferozmente su cabello, chupando con nerviosismo el agua
salada del mar en sus labios. Sus dientes rechinaban contra mis labios, su lengua
precipitándose al interior. Nuestros dientes y labios luchaban en un desastre
enredado cuales animales salvajes.
En el agua, mi pecho se pegó a su piel suave en su cazadora. Incluso las barras de
hierro se iban a doblar por la fuerza de los dos, como si se moldearan con nosotros.
Me dolía el cuerpo, pero no me importaba. Todas las demás emociones habían
desaparecido durante este momento; el tiempo se había detenido.
Sin darme cuenta, mi boca se llenó con el sabor de la sangre. El agarre de Agares
sobre se apretó, acercándome con un tirón. Después lamer mi mandíbula inferior
de una manera primitiva y lasciva, sus labios la presionaron y chuparon. Me aferré
temblorosamente a su cuello, queriendo acercarlo aún más, tocarlo aún más. Sin
embargo, su poderosa mano palmeada me agarró la muñeca y la sujetó contra mi
espalda, lo que me imposibilitó el movimiento.
La onerosa compuerta me bloqueaba el cuerpo, así que solo pude levantar el cuello
y aceptar su devastación. En medio de la lluvia torrencial, mi cabeza se sentía
mareada, haciéndome sospechar que esto en realidad era un sueño del que me
despertaría dentro de poco. —Oye, abre esta maldita compuerta. Déjame verte...
—susurré a través de esta confusa dulzura.
El agarre en mi cintura de repente se apretó. Frotó su cabeza contra mi cuello,
levantando la vista y presionando su máscara contra mi frente. Entonces, inhaló
profundamente mi aroma, sus manos palmeadas subieron a mi cabeza y peinaron
tiernamente mi cabello tal como solía hacerlo cuando [yo] era pequeño, empujando
suavemente hacia arriba el flequillo que me cubría los ojos.
—Agares... —Me quedé mirando el conjunto profundo de pupilas detrás de la
máscara, con unas ganas reflexivas de intentar acariciar su mejilla. Pero una voz
femenina de repente sonó no muy lejos de mi espalda.
—Oigan, ¡¿qué están haciendo?!
Me estremecí de miedo. Al mirar atrás, encontré a una chica sentada junto a la
orilla con la intención de lavar su ropa. Por lo visto, parecía impactada por la gran
conmoción que Agares y yo habíamos causado. Tartamudeé, pues no sabía cómo
explicar esta situación, y luego escuché un chapuzón a un costado: antes de que
pudiera reaccionar, Agares ya había desaparecido.
—¡Oye, a dónde vas! —grité, sorprendido y enojado mientras azotaba la
compuerta, pero lo que me respondió fueron los ecos intensos de mi propia voz en
el túnel submarino.
Capítulo 66

¿Por qué Agares me estaba evitando así? ¿Estaba guardando algún tipo de secreto
que no podía revelarse?
Fruncí el ceño con duda, sintiéndome extremadamente descorazonado, pero
encontrándolo ridículo. En el pasado, era Agares quien siempre me perseguía o
espiaba, pero ahora me tocaba a mí sentirme angustiado por su paradero. Mierda,
¡¿cómo pasó todo esto?! Una intensa renuencia me impulsó a explorar alrededor
de la compuerta de metal, luego me agaché para sumergirme en el agua y poder
examinar más a fondo. Debe haber habido algún tipo de mecanismo aquí que podría
permitir que alguien atravesara la puerta; probablemente lo pasé por alto...
Efectivamente, mis dedos pronto rozaron una barra de metal suelta que estaba
cerca de la pared. La agarré, la sacudí fuertemente un par de veces e
inesperadamente se rompió.
¡Era irritante no haber notado esto antes! Inmediatamente me volví a poner mi
ropa arrugada y me agaché para pasar por la abertura rota.
—¡Agares! —grité su nombre en voz alta mientras navegaba por el largo canal
subterráneo. Pero justo cuando doblé una esquina, aparecieron sorprendentemente
varios cruces oscuros ante mis ojos. No sabía qué cruce conducía a dónde. Quizás,
estaban conectados a todo el sistema de desagüe subterráneo de Venecia, por lo
que parecería un laberinto subterráneo perfectamente diseñado. Debería alegrarme
de tener visión nocturna, de lo contrario, incluso si me mataran a golpes, no me
gustaría aventurarme en este lugar como un ratón.
No podía entender lo que estaba pensando Agares. Él... No, ese trozo gigante de
sashimi se estaba volviendo cada vez más enigmático. ¿A qué tipo de travesuras
estaba jugando?
Aparté las botellas desechadas y los cigarrillos que flotaban a mi lado y olí
profundamente el olor mezclado en el aire: a fin de distinguir el paradero de Agares
de entre los cruces. Entonces, usando mi propio sentido del olfato, nadé al cruce
de la izquierda. En ese momento, no me sentí en absoluto como un puto ratón,
más bien como un gato salvaje que sigue el olor de un pez, buscando comida. ¡Ah,
buscando comida, qué manera tan inapropiada de describir esta situación!
Mientras la imaginación en mi cabeza volaba, del canal subterráneo que solo
debería haber contenido el sonido del flujo del agua, ahora se emitían extraños
ruidos. Mezclados con las olas del agua corriente, los sonidos del diálogo humano
llegaron por encima de mi cabeza. Parecía que había un lugar bullicioso arriba.
¿Dónde diantres estaba esto?
Siguiendo los ruidos, avancé y vi que había un tenue rayo de luz arriba. Busqué a
tientas por encima de mi cabeza y empujé con fuerza la tapa de una alcantarilla.
Por encima, la tapa se abrió un poco, y sigilosamente asomé los ojos para mirar a
mi alrededor. Me di cuenta de que en realidad estaba dentro (o debería decir,
abajo) de un casino. Me encontraba alejado de la multitud. Podía ver niebla
humeante por doquier, con las luces psicodélicas que estaban por todo el lugar. A
través de los velos oscuros, se podían ver figuras de personas reunidas alrededor
de una mesa de juego bajo una luz dorada y deslumbrante. El olor a dinero y deseo
impregnaban el aire, convirtiendo el lugar en una olla de sopa hirviendo. Nadie
estaba prestando suficiente atención para verme, un don nadie que había aparecido
de la nada.
El olor de Agares definitivamente estaba aquí, estaba seguro.
Después de salir con cautela, miré alrededor y descubrí que este casino fue
reconstruido originalmente a partir de un monasterio. Se podía ver esto del techo
de la cúpula y los pilares circundantes con estructuras en relieve de ángeles
tallados. Incluso había murales colgados de las paredes. ¿Para qué diablos vino
Agares aquí? ¿Fue porque pescar en el mar no era suficiente, por lo que tuvo que
venir a tierra y tontear?
Metí las manos en los bolsillos de mis pantalones y enderecé la espalda, fingiendo
ser la silueta de un jugador mientras miraba distraídamente a mi alrededor
buscando la figura de Agares. Justo cuando estaba a punto de subir al segundo
piso, vi a mis compañeros del Poseidón. Una chica bielorrusa, Rodia, que estaba
muy familiarizada conmigo, al parecer se escondía de algo presa del pánico. Bajaba
las escaleras encorvada, corriendo sin prestar atención a lo que había delante. Me
di cuenta inmediatamente de que el casino al que había llegado era en el que Kolov
también había entrado antes, y al ver su tez inusual, mi corazón no pudo evitar
alertarse. Subí unos escalones para agarrarle la muñeca, le cubrí la boca antes de
que pudiera gritar y la arrastré a la sombra del rincón detrás del tramo de escaleras.
—¿Qué ocurre, Rodia? ¿Por qué estás tan nerviosa? ¿Qué sucedió? —pregunté en
voz baja.
—Ellos... La mafia... —Los hombros de Rodia temblaron suavemente—. ¡Le
cortaron la mano al jefe Kolov!
Quedé estupefacto. —¡¿Qué?!
—No sé por qué... pero parece tener algo que ver un objeto que usamos para una
transacción antes. Dijeron que la gema que trajo Kolov la última vez era falsa, así
que por eso hoy reclamaron una mano a cambio. ¡No solo eso, sino que también
tuvimos que traer algo más para compensarles la pérdida! —Rodia se cubrió la
boca, obviamente estaba aterrorizada.
—Cálmate. Llévame a ver qué está pasando —respiré hondo, mi corazón se hundió
hasta el fondo de mi pecho.
Kolov era mi salvador. Fue bajo su amparo que pudimos adaptarnos y sentirnos
como en casa. Ahora que estaba metido en este aprieto sangriento, eso era algo
que no podía ni deseaba ver. Tenía que encontrar alguna forma de ayudarlo. Por
ahora, le di unas palmaditas en la espalda a Rodia y le susurré, —La mafia tiene
sus propios principios y leyes. Exigieron la mano de Kolov, pero mientras todavía
haya remedio, es poco probable que simplemente lo maten.
Rodia asintió. Era una excelente ladrona, por lo que su fuerza mental era bastante
buena, lo que la llevó a estabilizar su mente en unos momentos. Me llevó desde el
otro lado del patio del segundo piso hasta un baño cercano. Afuera se extendía un
balcón, lo subimos cuidadosamente y llegamos a una ventana. A través de las
rendijas de la cortina, pude ver lo que estaba sucediendo dentro de una sala
separada y oculta en este piso. No pude evitar tomar una bocanada de aire frío...
Había una mesa de juego en el interior, y junto a ella, había unos matones de la
mafia con armas de fuego rodeando a Kolov. Este se sujetaba el brazo que ya
estaba empapado de sangre. Faltaba la parte por encima de su muñeca. Sin
embargo, realmente era un tipo duro: se estaba conteniendo, apretando los dientes
mientras miraba a un anciano, que obviamente era el jefe de la familia Camorra.
Solo su rostro pálido mostraba leves signos de contracciones de dolor. En verdad
admiro la calma de Kolov bajo semejante lesión. Moví mi cuerpo para poder
observar desde otro ángulo, pero encima de la mesa noté inmediatamente un
objeto brillante del tamaño de una perla. Había sido cortado en dos con una
herramienta afilada y una especie de líquido azul luminoso se filtraba de él.
Mis ojos se abrieron de par en par cuando le di otra mirada. Fue en ese instante
que me di cuenta del motivo de la aparición de Agares en este lugar.
Fue porque reconocía el objeto. En realidad, era una espora de sirenio. ¡Se veía
exactamente igual a la que una vez entró en mi cuerpo y, tal vez, también le
pertenecía a Agares!
Cuando Kolov pescó esta cosa anteriormente, no sabía qué era y debió haberla
usado como una gema para comerciar con la mafia. ¡Dios mío!
—Dime, Kolov. ¿Qué es esta cosa extraña que gotea agua? ¿Son dulces para niños?
Al realizar transacciones y acuerdos con nosotros, debes ser honesto. Sin embargo,
¿usas este tipo de cosas como zafiro falso? —En ese momento, escuché una voz
preguntando, y vi al líder de la familia Camorra jugueteando con el líquido azul en
la mesa, con un rostro oscuro.
—Después de mentir y estafarnos con una enorme suma de dinero la última vez,
¿aun así te atreviste a volver? Este es el precio de tu codicia, Kolov. Ahora, o les
pides a tus hombres que traigan gemas reales, o te cortaré la otra mano.
—Señor Camorra, por favor confíe en mí. No tengo ninguna intención de engañarlo.
Todas estas gemas han sido autenticadas en el acto, ¿no es así? ¡Incluso si no es
un zafiro, sigo creyendo que tiene un gran valor! —La mandíbula de Kolov
castañeteaba—. La saqué de un naufragio de un presunto barco de fabricación
alemana, de una caja fuerte cerrada con llave. Si solo fueran gemas falsas, ¿por
qué los alemanes las protegerían con tanta fuerza? Juro por mi mano que ha sido
cortada que debe ser algo extraordinario.
—Oh, no, no, no. No me interesan tus patéticas teorías de explorador. Solo me
importa si puedo cambiar estas cosas por una gran cantidad de marihuana y
heroína. ¡Kolov, nos diste una gran pérdida monetaria!
Camorra se enfureció y golpeó la mesa con la palma. Una persona en el costado
apretó inmediatamente la muñeca cortada de Kolov, lo que le hizo soltar un grito
espeluznante. Mi cuero cabelludo se sintió entumecido y no pude evitar apartar la
vista. En el fondo de mi corazón, sabía que esta situación era mala, pues no estaba
seguro de si las cosas que recuperamos en el Océano Ártico eran suficientes para
compensar las pérdidas de la mafia. Además, eran el valor de medio año de
nuestros ingresos. No me importa sacar mi propia parte para ayudar a Kolov, pero
a algunas otras personas que planeaban separarse eventualmente de Kolov y
trabajar solas pueden que sí.
Rodia se tapó los oídos. —Dios mío, Dios mío, Derte, hemos provocado a la mafia
italiana. ¿Qué hacemos? —murmuró en voz baja.
—Vuelve e informa a los demás en el barco. Luego ve y trae algunos artículos
valiosos. Yo me quedaré aquí y actuaré de acuerdo con la situación —instruí en voz
baja. Rodia asintió, pero justo cuando estaba a punto de irse, de repente escuché
un disturbio proveniente del primer piso y alguien llamó a la puerta.
—Señor Viclado, llegó la madrina Licciardi.
—Qué, esa zorra...
El anciano llamado Viclado se sentó inmediatamente en la silla. La puerta se abrió
de repente y salió una mujer rubia extremadamente hermosa con una cara
deslumbrante. Usaba una cazadora negra y parecía tener mucha confianza.
Sus tacones altos repiqueteaban al caminar por el suelo de mármol. A los pocos
pasos, llegó a la mesa y presionó una daga de plata contra la frente de Viclado. —
¿Quién te dio permiso para hacer una transacción privada aquí? —habló
casualmente—. Estas cosas son muy valiosas, una empresa alemana ya las había
negociado conmigo. Tenía la esperanza de conseguir más, pero en lugar de eso,
¡fuiste y le cortaste la mano a Kolov!
Una vez que terminó de hablar, levantó la daga y la clavó en el dorso de la mano
de Viclado. En un instante, un chillido horrible sonó en toda la sala, como un cerdo
sacrificado. No tuve tiempo ni para quedar atónito ante la situación, ya que toda
mi atención de repente se centró en otra figura que acababa de entrar por la puerta.
Esa persona llevaba una máscara veneciana, con el cabello plateado peinado hacia
atrás. Era muy alto, alrededor de dos metros, tal como predije que sería su altura
si fuera humano en aquel entonces detrás del cristal. Su cabeza casi se presionaba
en el marco de la puerta y, mirando a la mayoría de los italianos altos, parecía ser
una cabeza más alto que todos. Era verdaderamente un poco aterrador. Ningún ojo
pudo evitar atraerse a su persona. Yo no pude evitar enfocar mi mirada en la parte
inferior de su cuerpo, tratando de penetrar su larga cazadora negra que alcanzaba
sus tobillos. Qué se escondía detrás de ella, ¿de verdad escondía un par de piernas
debajo? ¿Su cola de pez podría estar escondida en el interior?
No estaba seguro de cómo Agares pudo ocultarse entre los humanos, solo sé que
vino por estas esporas. Salvo por la que ya había sido destruida, el resto seguía en
manos de la familia Camorra, por lo que obviamente tenía que esconderse entre
ellos. Esto finalmente podía explicar su comportamiento. Además, conseguir estas
esporas no era fácil. Tengo todas las razones para creer que la empresa alemana
mencionada por Licciardi era en realidad la de Rhine and Sakarol.
Independientemente de si murieron en el mar hace dos años, los nazis restantes
no se atreverían a renunciar a este proyecto. Y una vez que sople el viento, sus
cenizas volverán a arder; esperaban su malévolo regreso para volver a la cacería.
—Ese tipo alto... ¿Podría ser el subordinado de Licciardi, su carta de triunfo, el
infame asesino albino, Roy?
¿Asesino? ¿Esta era la identidad de Agares después de que ingresó a la sociedad
humana? De hecho, era una tapadera adecuada para esconderse, ya que a los
asesinos siempre se les permitía ser misteriosos y distantes...
—He escuchado rumores de que también es su amante —añadió Rodia.
—Oh, en serio... ¿Su amante? —solté inmediatamente, y después sentí como si
una espina se atascara en mi garganta.
—¿Qué ocurre?
—No, nada. Parece que Kolov debería estar bien ahora. Tenemos mucha suerte. —
Me rasqué la punta de la nariz y vi que la gente de Licciardi se acercaba para limpiar
las repercusiones.
Agares era como un guardaespaldas competente, permanecía inmóvil en un rincón.
Su máscara proyectaba una sombra espesa sobre su rostro, pero, aun así, pude
notar que sus ojos habían estado mirando todo este tiempo la espora destrozada
en la mesa.
Eso es bastante valioso para los sirenios sobrevivientes. Puedo imaginar su estado
de ánimo como líder en este momento. Si hubiera podido, definitivamente habría
elegido matar a todos los que estaban en la sala, mas mantuvo una calma absoluta,
no diferente de una escultura de hielo congelado hasta que Licciardi se inclinó en
su oído. Después de decir algo, movió levemente los labios, respondiendo en lo que
sospechaba que eran sílabas italianas, y hasta se rio un poco. Odiaba admitirlo,
pero, la sonrisa combinada con la máscara lo hacía parecer un caballero misterioso
y encantador.
Pero en un instante, sentí una sensación desagradable en mi pecho, como la
sensación de una esposa que vio a su marido engañándola. No pude evitar mirar
la espora rota mientras mi imaginación volaba. Cuando me di cuenta de que me
estaba cuestionando si yo era simplemente una espora viviente para Agares y nada
más, inmediatamente detuve mi mente y me obligué a no pensar más en ello. Sin
embargo, todavía había una sensación de amargura en mi corazón.
¡Maldición!
Sacudí la cabeza, queriendo tomar cualquier pensamiento dentro y noquearlo. En
ese momento, noté que Licciardi se alejaba. Después de que Agares ayudara a
escoltarla, regresó a la mesa, levantó la espora y la sostuvo en la palma de su
mano. Usaba un par de guantes de cuero negro. Por las caricias que sentí cuando
me abrazó en la compuerta, puedo confirmar que a pesar de que se había
humanizado, eso no significaba que su transformación estuviera completa. Lo más
probable es que su mano aún tuviera la forma de las garras palmeadas, por eso
necesitaba que estuvieran ocultas.
Entonces me di cuenta de que el alto cuerpo de Agares temblaba anormalmente,
como si estuviera reprimiendo su ira y dolor.
Sabía que le pasaba algo.
—Derte, vamos. Probablemente Kolov necesite a alguien a su lado.
Cuando Rodia me habló, me di cuenta de que Agares volvía a salir por la puerta.
Girando la cabeza a un lado, le indiqué a Rodia que se adelantara. Después de eso,
me di la vuelta para aventurarme más allá de la ventana para seguir a Agares, pero
ya había desaparecido sin dejar rastro. Lo maldije en mi cabeza y corrí hasta el
primer piso para buscar su paradero. Justo cuando pasé por una puerta abierta,
alguien me agarró por la espalda con ambas manos y todo mi cuerpo fue
instantáneamente arrastrado hacia la oscuridad. Una fragancia fuerte me llenó la
nariz, lo que me hizo abandonar inmediatamente la lucha y permitir que mi cuerpo
fuera casi arrastrado por Agares, de regreso al canal subterráneo.
Después de que Agares cerró la tapa sobre nuestras cabezas, me abrazó
fuertemente mientras nos apoyábamos en la pared húmeda. Jadeaba rápidamente,
con dificultad, y su cuerpo temblaba cual volcán en medio de una violenta erupción.
Poco después, el sonido de la tela rasgada salió de debajo de nuestros cuerpos, lo
que me hizo bajar la mirada inconscientemente. Solo pude ver que la parte inferior
del cuerpo de Agares se expandía y ondulaba progresivamente. Había algo que
luchaba por liberarse del interior de su cazadora, y aunque quise ayudarlo
inmediatamente a abrir las costuras de su ropa, él se apresuró a abrirlas primero.
Después, lo que vi dentro me tomó por sorpresa y me impactó más allá de las
palabras...
No sabía si debería llamar "piernas" a las cosas que tenía delante, porque no lo
parecían en absoluto. Era solo una cola de pez que se había partido por la mitad y
dividía la estructura original en dos hebras, las que todavía estaban cubiertas de
escamas negras hasta el torso. En cuanto a dónde estaban ubicados sus "pies"
humanos, estaban escondidos dentro de un par de botas de cuero negro. En ese
momento, no sabía cómo se veían, tal vez, ni siquiera tenía pies y solo se había
metido las aletas caudales dentro de los zapatos. Además, de la parte donde su
cola de pez se había partido ahora crecía un tejido nuevo, obviamente volviéndose
a juntar para convertirse en esa larga y áspera cola de pez negra.
—Es muy inestable, Desharow... Voy a volver a cambiar pronto, necesito buscar un
lugar para esconderme. —Agares me miró fijamente y susurró en el lenguaje de
los sirenios que ya podía entender. Lo miré temeroso, sintiendo que la forma en
que se estaba comunicando conmigo era a la vez extraña, pero familiar.
Me acarició la coronilla con su amplia mano cubierta por un guante, lenta y
gradualmente deslizándose de mis mejillas a mis labios. Su voz profunda y ronca
volvió a sonar. —Ahora ... ¿todavía me tienes miedo?
No dije nada, solo le agarré la máscara y se la quité de la cara. Aunque lo que se
reveló detrás de la máscara fue un rostro que no había cambiado en absoluto, sus
orejas puntiagudas crecían lentamente debajo de su cabello como una planta
obstinada. Quizás este aspecto sea un poco aterrador para otros, pero yo no pude
evitar encontrarlo un poco divertido. Sonreí con ironía, tocando la punta de su oreja
como bromeando con algún tipo de animalito, pero entonces su agarre alrededor
de mi cintura se apretó punitivamente y me mordió posesivamente el mentón.
Encogí el cuello debido a la sensibilidad, y en el momento justo, unos pasos
repentinos resonaron sobre nuestras cabezas, lo que me hizo darme cuenta de que
no era buena idea tener una cita en este lugar. Miré el cruce subterráneo que no
sabía a dónde conducía. —Agares, ¿estás familiarizado con las rutas de Venecia?
—insinué.
Capítulo 67

Así es, Agares estaba muy familiarizado con los canales subterráneos de Venecia.
Conmigo a la espalda, Agares caminó libremente a través de este laberíntico mundo
oscuro. No dudó en enfrentarse a cada esquina y cruce en el camino, y era tan
competente como un pez ciego nacido en el canal subterráneo. Por lo tanto, se
puede imaginar que va y viene aquí frecuentemente, haciendo de este su pasaje
secreto para ocultar su forma inestable después de la mutación.
Mientras avanzábamos medio sumergidos en el agua, mis ojos observaban
atentamente las orejas de Agares que se formaban poco a poco. La tendencia
habitual del antiguo "Desharow" a ser teórico saltó del disfraz de "Derte", y no pude
resistirme a pensar en cómo Agares pudo cambiar sus características físicas:
¿cambió su estructura genética espontáneamente de adentro hacia afuera? ¿O es
una mutación que obtuvo del descubrimiento inesperado y uso de reactivos
químicos en el naufragio nazi? Tanto la primera como la segunda teoría estaban
destinadas a ser increíbles en el campo de la biología moderna. Sin embargo, para
una criatura alienígena como Agares, parecía que lo imposible siempre sería posible
y que no había nada que no pudiera lograr.
Pese a que traté de hacer un análisis razonable de mis dos teorías anteriores, no
pude llegar a una conclusión plausible. Volví entonces a pensar en los problemas
actuales y los medité.
Con respecto a lo que Agares experimentó en los últimos dos años, era más
razonable suponer que después de enterarse de que Kolov había tomado las
esporas de los restos del barco nazi y las había intercambiado con la mafia italiana,
se había quedado latente aquí en Italia todo el tiempo.
Con su gran CI y la letalidad innata de un tritón, no fue difícil ganar el
reconocimiento de la gente en este territorio conflictivo controlado por la mafia.
Utilizando a "Roy el Asesino" como identidad, se integró fácilmente en el grupo de
la mafia y trabajó bajo sus órdenes para ganar su confianza, de modo que más
tarde pudiera destruir desde adentro la presunta transacción de la mafia con la
"empresa alemana" y así recuperar todas las esporas de sirenio robadas.
En cuanto a los supuestos rumores de amantes, al pensar en la situación de la
incapacidad de Agares para exponer la parte inferior de su cuerpo frente a una
persona, puedes juzgar que este rumor era una completa patraña. Lo más probable
es que se tratara de un chisme inventado por periodistas que disfrutaban añadiendo
un ambiente romántico al mundo de la mafia.
Oh, ¿a quién no le gustaba escuchar la historia de la joven y hermosa madrina y
su apuesto caballero asesino?
Joder, vete al infierno. En cualquier caso, no me interesa. Es absolutamente
aburrido.
Maldije en secreto esos rumores. En mi cabeza, no pude evitar pensar en la forma
en que Licciardi miraba a Agares. Puse los ojos en blanco. Inconscientemente,
abracé con fuerza el largo y poderoso cuello debajo del cabello grueso de Agares y
me acosté sobre su amplia espalda como un gato. Este gran trozo de sashimi
levantó levemente mi cuerpo para que pudiera descansar de una manera más
cómoda.
Usé su espalda como almohada, todavía sumido en mis pensamientos. Esta sería
una buena explicación de por qué no vino a buscarme. Priorizando la recuperación
de las esporas de sirenio, Agares había estado implementando su plan
cuidadosamente, por lo que era obvio que estuvo completamente ocupado en los
últimos dos años para siquiera molestarse en considerar mi paradero, lo que casi
me había llevado a pensar que había desaparecido por completo.
Olí un par de veces, internalizando profundamente en mi cerebro esa fragancia
particular que su espalda exudaba. Las emociones sofocantes y opresivas que
habían estado enterradas en mi corazón durante tanto tiempo se hincharon en mi
pecho, todo mi ser se volvió acre como si hubiera bebido una botella de pasta de
arándanos descompuesta. Levanté en silencio las comisuras de mi boca y analicé
la situación con una sonrisa amarga y forzada: francamente, si tuviera que pensarlo
con más detención, mi importancia para Agares solo equivalía a ser otra espora
dispersa. Me protege y me cuida… Quizás solo sea únicamente porque tengo su
ADN en mi cuerpo, lo que es esencialmente equivalente a ser su descendiente. (Y
sin duda alguna, al vincular todas las circunstancias reales, puedo ser el más
problemático de todas y el que lo pillaba desprevenido siempre).
Desharow, no deberías tener ningún motivo para sentirte insatisfecho, ¿verdad?
Esta es la tendencia y la misión del líder de los sirenios, al igual que el monarca de
cualquier grupo étnico en el mundo.
Ah, maldita sea, ¿estoy pensando demasiado?
—Desharow... —Agares llamó de repente, lo que arrastró mis pensamientos
violentamente de África a Venecia. Giró un poco la cabeza, con su oreja rozando
suavemente el puente de mi nariz—. ¿En qué estás pensando?
—En ti —solté inconscientemente lo que ocupaba mi mente. Debido a mi respuesta
despistada, casi me ahogué con el agua subterránea—. Me refiero a que estoy un
poco sorprendido por tu transformación... y experiencias.
—Tendrás... la oportunidad de entender —volteó la cabeza y mostró la luz de una
ligera sonrisa significativa. Su voz resonó a lo lejos en el oscuro canal pavimentado.
Para ser honesto, realmente no estaba acostumbrado a escuchar el lenguaje de los
sirenios. Su pronunciación era incluso más áspera que la del ruso, cada palabra
sonaba como un canto de alguna misteriosa maldición. Además, la voz baja de
Agares estaba llena de un poder autoritario que podía acobardar a cualquiera
(imagínate el efecto de Ghiaurov cantándote con un micrófono en el oído), y
siempre me hacía sentir anonadado en el lugar.
Asentí antes de que Agares me agarrara el brazo y lo pusiera alrededor de su
cintura. Lo siguiente que supe fue que comenzamos a acelerar rápidamente en el
agua mientras me arrastraba como cuando estaba en su forma original de tritón.
En ese momento, el canal subterráneo se abrió repentinamente, y las paredes de
piedra circundantes se volvieron espaciosas. De repente nos sumergimos más
profundamente en el canal.
Las luces jaspeadas de colores cálidos se esparcían por encima de nuestras
cabezas, con el agua vaga y brumosa, albergando el resplandor de un ocaso.
Cuando pasamos nadando, los pilares de los puentes en nuestro entorno parecían
un denso bosque acuático costero, y las sombras de los barcos balanceándose en
la superficie parecían nubes flotantes que habían sido perturbadas y dispersadas
por las gotas de lluvia que caían. Era como si estuviéramos en un sueño. Nadie
podía vernos y parecía que la superficie del agua era un mundo completamente
diferente, mientras que debajo había otro espacio totalmente distinto, una fantasía
secreta que solo nos pertenecía a Agares y a mí.
No pude evitar apretar mis brazos alrededor de la cintura de Agares.
Mientras me sostenía en sus brazos, comenzamos a nadar agua arriba hasta que
llegamos entre los pilares rectos de un edificio, acercándonos finalmente a un techo
de tablas arriba de nosotros. A continuación, Agares extendió su brazo y empujó,
y así como así, un pedazo de tabla se abrió como una puerta de escotilla. Todo este
proceso se le fue muy rutinario; parecía que este era su lugar residencial en
Venecia. Parecía una enorme mansión, con la puerta de hierro que daba al canal
encadenada por una enorme cerradura de hierro. Si no hubiéramos pasado por la
entrada oculta debajo del agua, no hubiéramos podido entrar. Sin embargo, era
obvio que esta no era una residencia que el propio Agares compró. Había trozos de
vidrio roto alrededor del edificio, la puerta interior estaba sellada y un viejo letrero
de madera colgaba exánime sobre una ventana: Instituto de Investigación de
Biología Acuática de Venecia.
Parecía que este lugar había sido abandonado hace mucho tiempo.
A pesar de saber que el instituto tenía las condiciones adecuadas para que Agares
se adaptara y habitara, mi mandíbula casi se cayó. Hice un gesto. —¿El Instituto...
de Investigación de Biología Acuática? Tú, siendo un... tritón tan... grande y largo,
un líder, además, ¡¿en serio te estabas escondiendo tan tranquilamente en el
Instituto de Investigación de Biología Acuática?! ¿Por qué no simplemente fuiste al
mercado donde se venden y comercializan productos pesqueros? Ni siquiera sabía
que tenías tan buen sentido del humor.
El "sashimi" me miró con los ojos entornados, tratando de determinar si las
palabras "productos pesqueros" realmente se referían a él. Me encogí de hombros
a modo de broma para indicar que significaba exactamente eso, y curvé mi dedo
en un anzuelo, imitando la acción de un pez mordiéndolo. Creo que esto debió ser
una gran ofensa a su dignidad como líder, pero no pude evitar hacerlo, aunque
sabía que enfrentaría un desastre inminente.
Mi presentimiento se confirmó al momento siguiente. De repente me agarró por la
cintura y me presionó contra el panel de la puerta, luego bajó la cabeza y presionó
sus labios amenazadoramente contra el puente de mi nariz. —Desharow... me
pones... —tragó saliva, su ojos largos y entrecerrados se encendieron tenuemente
con las llamas del desconcierto, y su garganta expulsó un ronco susurro—. Me
pones realmente…
Sus garras palmeadas escondidas dentro de sus guantes de cuero acariciaron mi
espalda, deslizándose por las vértebras de mi columna hasta mi coxis. Sus palmas
sostuvieron cómodamente mis nalgas, con su cintura y entrepierna apretadas
ceñidamente contra mis piernas. A pesar de que el grueso abrigo bloqueaba el
camino, aun así, sentí que su increíble tamaño se había endurecido y apuntaba
directamente a mi vientre bajo.
Mi corazón se aceleró en mi pecho y mi respiración se volvió un poco urgente, pero
aun así traté de mantener una cara seria con gran esfuerzo. —Quiero saber... ¿Qué
significo exactamente para ti, Agares? ¿Un descendiente de tu sangre? ¿Un
portador de genes?
Cuando pronuncié esas palabras, mi corazón palpitó de dolor, como si literalmente
me estuviera forzando a despojar una cruel verdad. Agares respondió con una
sonrisa y me miró a los ojos pensativamente, como si meditara la pregunta que le
hice.
Quizás, como el rey de toda la población de sirenios, la vida y la edad de Agares
eran como una pluma que se hunde en la profunda e insondable fosa de las
Marianas. Aunque es posible que haya experimentado muchas tormentas,
incontables batallas y desastres en solo la mitad de su vida, nunca se había
enfrentado a un acertijo tan simple, pero difícil. ¿El amor y los sentimientos eran
algo que los tritones y los humanos compartían?
Realmente no podía juzgar haciendo uso de mis conocimientos de biología, y, de
hecho, mi CE no era alto. No tenía experiencia en el amor y había gastado toda mi
energía en aprender y estudiar durante los últimos diez años, por lo que
básicamente era un ñoño tonto de pies a cabeza.
No sabía si los sentimientos de Agares por mí eran instintivos o no. De ser así,
incluso si yo no fuera Desharow, cualquiera podría servir.
Ah, Agares, siendo el líder de los sirenios, tenía que enfrentar un problema
emocional que involucraba a un joven humano que creció como su portador
genético.... Tal vez, este problema de la revelación era más inesperado para él que
para mí.
Puede que estuviera más confundido que yo, o tal vez, crea que responder las
preguntas de una mera espora viviente era innecesario. No quería que su respuesta
fuera la última. Me sentí profundamente intranquilo, como si caminara sobre la
cuerda floja, muy nervioso y asustado, con respecto a ese resultado.
Las gotas de lluvia fría caían sobre mis molestas pestañas largas, provocando que
prácticamente se pegaran a mis párpados inferiores, de modo que solo pude abrir
a la fuerza mis párpados acuosos y pesados para mirarlo. No me moví ni un
centímetro, con mi respiración dificultosa mientras esperaba su respuesta.
Vi mi cara reflejada en los ojos de Agares. Me veía un poco patético y miserable,
como un gato abandonado, pero maldición, esta no era una apariencia que quisiera
mostrar en absoluto. Así que me rasqué mi flequillo desordenado y fingí
indiferencia, riéndome torpemente. —Está bien, solo bromeaba, pregunté al aire
nada más, eso es todo. Puedes fingir que no escuchaste nada.
Dicho esto, me moví hacia atrás para sentarme fuera del agua. Al momento
siguiente, Agares me volvió a sujetar la cintura y me arrastró de vuelta a donde
estaba antes. Me resbalé en el panel de la puerta, con una garra palmeada
sosteniéndome el hombro, sintiendo la textura de los guantes de cuero que se
movían por mi cuello para acariciar mi mentón.
Las yemas de sus dedos trazaron las líneas de mis labios y los contornos de mi
nariz. Extendió las yemas hasta mi frente y peino mi flequillo hacia atrás,
sosteniendo suavemente mi cabeza para que no pudiera evitarlo. Entonces, su
cabeza bajó e imprimió sus labios en mi cuello, besando muy fuerte. Aunque las
gotas frías de su cabello goteaban por mi pecho, se sentía tan caliente como la
lava, tan caliente que pensé que incluso mi alma se estaba quemando mientras
todo mi cuerpo se estremecía.
Mis labios trepidantes se movieron levemente, queriendo preguntar algo, pero
terminaron sin decir nada.
—No lo sé... Desharow... —levantó la cabeza y me miró desde arriba. Vi en sus
ojos la corriente submarina oculta detrás del fuego de la lujuria, lo que llegué a
entender un poco, mas no me atrevía a estar seguro de ello.
—No sé cuándo empezó. De hecho, solo te consideraba mi descendiente durante
tu niñez. Te cuidé, te defendí y te hice sentir profundamente dependiente de mí,
pero cuando tu abuelo tuvo ese accidente, te alejaron de mi lado de una forma tan
abrupta.
Su aliento húmedo se aferró a mi nariz. Sus labios y lengua me atormentaron los
lóbulos.
—Hacía tanto frío en Noruega en aquel entonces que tuve que dejarte ir —continuó
murmurando—. Después, comencé a buscarte en cada rincón del mar. Te busqué
durante quince años, pero nunca pude verte, salvo por el canal de los sueños. A
medida que crecías, empezaste a anhelarme en tus sueños, pero cuando
despertabas tu memoria no me recordaba. En ese momento, me sentí tan frenético
que quise cambiar mis genes e intentar mezclarme con los seres humanos, pero
no pude. Aun así, no caí en la desesperación total porque sabía que lo que tienes
acá te llevaría de regreso a mí.
Respiré hondo cuando los dedos de Agares cayeron sobre mi frente. Sus ojos
descendieron para encontrarse con los míos mientras las gotas de lluvia caían,
como si me llevara a su memoria.
—De repente, un día, te volví a sentir. Estaba ansioso por venir a ti, quería ver
cuánto había crecido ese pequeñín que me pertenecía. Pero todo lo que vi fue que
eras inseparable de este tipo llamado Rhine. La forma en que lo mirabas parecía....
llena de admiración y cierta dependencia, tal como cuando me mirabas cuando eras
pequeño, pero de mí no te acordabas en absoluto. Desde esa vez que me dejé
atrapar por ustedes, lo supe. Tus ojos se llenaban de desconocimiento cada vez
que me mirabas. Estaba tan celoso, tenía envidia, Desharow. Era tanto que perdí
completamente el control. Solo quería que fueras mío.
—Yo estaba en celo en ese momento, y tú, un chiquillo que no sabía nada, de
repente te acercaste a mí por voluntad propia en medio de la noche. Con tu
apariencia seductora, ¿cómo pude haberlo soportado? Si no te comía entero... Pasé
toda la noche planeando cómo hacerte mío. Tenía hambre y sed, actuaba tal como
la especie que aún no alcanzaba la madurez, e hice todo lo posible para coaccionar
tu curiosidad...
Agares curvó maliciosamente los labios, extendió la lengua y se lamió un lado de
la boca como si estuviera inmensamente orgulloso de su astuto plan del pasado.
—Bastardo...
Le pellizqué las orejas, pero él me agarró las muñecas e inmovilizó una a cada lado
de mi cabeza. Su lengua recorrió mi mandíbula y me dio un fuerte beso en la
mejilla, después presionó sus labios contra mi boca. —Cuando te hice mío, fue
entonces cuando realmente no fui capaz de dejarte ir. Tu olor, tu forma de hablar,
tus acciones, tus expresiones y tu cuerpo... todo me cautivó. Tu obvio miedo hacia
mí me hizo consciente de que había hecho algo mal, pero aun así no pude evitar
hacerte mío una y otra vez... No sé cómo son ustedes los humanos, pero en nuestra
etnia, una vez que llegamos a la edad adulta, entramos en un período estable y
solo experimentamos este tipo de atracción por una pareja elegida… Por lo general,
en mi caso en particular, la mayoría de los antiguos sirenios de escamas negras no
tienen cónyuges, y solo a través del esparcimiento de su yiola pueden continuar su
linaje.
Agares bajó las pestañas, mirando la parte inferior de nuestros cuerpos, y frotó las
raíces de mis piernas con esa cosa dura, lo que provocó un fervor en mis orejas.
Levanté la cabeza tímidamente y tragué saliva.
Agares se inclinó en mi oído. —La yiola que dispersé no solo sobrevivió en ti, sino
que nunca... he tratado a ningún otro portador de la misma manera que te trato a
ti.
Mi corazón latía con violencia y mi cerebro zumbaba. Vi sus garras palmeadas bajar
y sacar algo de su bolsillo. En instante, mis ojos se abrieron de asombro y me
quedé estupefacto por lo que había sacado...
Era lo que había lanzado del barco de Kolov, era mi diario que contenía mi largo
viaje escrito sobre mi búsqueda [de él] de todo este año.
—Si esta es la respuesta que quieres escuchar, Desharow, entonces sí, te amo.
Capítulo 68

Cuando Agares expresó esas palabras en un tono bajo y suave, las gotas de lluvia
parecieron aumentar repentinamente y se derramaron sobre nosotros. Una
sensación maravillosa acompañó al aguacero en mis poros, pero hizo que todo mi
cuerpo se sintiera caliente.
Había escuchado esas palabras con frecuencia en innumerables novelas, películas
o entre algunas parejas jóvenes mi alrededor. Esa frase era probablemente la frase
más conmovedora y entrañable del mundo, pero, al mismo tiempo, la mayoría de
las veces, estaba llena de falsedad y pretensión. Como una persona que nunca
antes había expresado interés en el amor ni afecto hacia alguien del sexo opuesto,
yo había desdeñado esas palabras, siempre pensando que nunca me podrían
conmover. Sin embargo, cuando Agares la dijo palabra por palabra, y con tanta
calma como lo hizo, me quedé prácticamente atónito en el lugar, mirando como
bobo sus labios. Era como si de repente me hubiera caído de lo alto de una cuerda
floja suspendida, de la cuerda directo a su abrazo, incapaz de superar el impacto
repentino.
—¿Y tú, Desharow...? Mi pequeñín... —Agares me frotó tiernamente los labios con
la línea de su mandíbula. Su pecho estaba pegado al mío, presionándome contra el
panel de la puerta, y sus garras palmeadas me amasaban las nalgas—.
Respóndeme. ¿Me amas también, o todavía me tienes miedo como antes?
Dios mío... Incluso si me mataran a golpes, nunca podría imaginar que un tritón
malvado y poderoso como Agares diría palabras de amor tan cursis. Era
simplemente... ¡tan extraño! No sé dónde aprendió a decir palabras tan dulces y
melosas. Quizás las aprendió solo, pero, de todos modos, el efecto de lo que
pronunció fue más convincente que cualquier casanova romántico y casual allá
afuera. A pesar de que [yo] era un hombre de mente lenta, en estos momentos
sentía que mis orejas se volvían suaves hasta el punto de derretirse.
Las comisuras de mi boca se levantaron un poco, por lo que mi lengua se sintió
pesada. Empecé a balbucear absurdamente porque no sabía cómo actuar o
responder. —Eh... Tal vez... supongo...
—No puedes decir "tal vez", Desharow. Dame una respuesta definitiva.
Agares dijo con una implicación amenazante, tomando mi sensible lóbulo en su
boca. Un solo mordisco hizo que mi cuello se estremeciera de inmediato, con la
carne mi trasero también apretada con más fuerza por sus garras palmeadas. Sus
dedos ludían intermitentemente mi punto vital a través de mis pantalones y, bajo
sus repetidas caricias, me puse duro enseguida. Mis manos no pudieron evitar
treparse más en su espalda. Intenté forzar garganta abajo un gran montón de la
creciente saliva, y mis labios después se separaron para soltar un leve jadeo.
Los profundos ojos de Agares que estaban al alcance de la mano me observaban
con muchísima atención. Las profundidades ocultas dentro de sus pupilas eran tan
hondas que se parecían al océano, queriendo jalarme y ahogarme, todo mientras
podía ver claramente mi propio reflejo en ellas.
Me asombró descubrir que mis ojos ardían intensamente, ardían de lujuria intensa,
enamoramiento y dependencia, revelando completamente todos los sentimientos
de los que no estaba seguro y trataba de ocultar. Esos sentimientos estaban
prácticamente a punto de escapar de mis ojos y sumergirse en los de Agares para
explorar, disfrutar, enredarse y ser totalmente aplastados y rotos en pedazos.
El amor se está desmoronando, una frase que apareció de la nada en mi cabeza,
que apareció resonando. Ahora sabía que estaba completamente enamorado. El
amor fuerte, invasivo e incondicional de Agares fue suficiente para romper todas
las barreras: raza, ética, emociones y perspectivas... Todas las cosas relacionadas
con la antropología se convertían en nada más que pensamientos miserables frente
a él. Me había instado a reunir todo mi coraje, romper las barreras que sostenían
todas mis firmes creencias para obtener su océano.
—Sí, así es.... —envolví su cuello con los brazos y enterré mi cabeza en su cabello
fragante, dejándome llevar mientras murmuraba con una voz torpe—. Estoy
enamorado de ti...
La fuerza que usaba para presionarme se intensificó. Después, una garra palmeada
me recorrió la columna hasta la nuca. Sus dedos se incrustaron en mi cabello y
apretaron los mechones, sosteniendo mi cabeza como si de su tesoro más preciado
se tratara. Los omóplatos sobresalientes de Agares presionaron fuertemente mi
mejilla cuando habló. —Ponerte la yiola fue la mejor decisión de mi vida. Desharow,
¿cómo puedo agradecerle a tu abuelo?
—Entonces trata bien a su nieto, señor jefe —refunfuñé, pensando que mi abuelo
no tuvo más alternativa que "dedicarme" a Agares solamente porque era un recién
nacido que estaba muriendo de una terrible enfermedad.
Si mi abuelo se enterara de que Agares solo me estaba usando con fines de
liberación sexual, definitivamente pelearía con él con su propia vida.
—Tratarte bien. —Una risa sonó cerca de mi oído y su voz ronca se vertió en mi
tímpano—. Entonces será mejor que empiece a poner eso en práctica ahora mismo.
Dicho esto, la mano ubicada en mi trasero de repente acarició la pretina de mis
pantalones, agarró el cinturón de cuero a su alrededor y lo jaló de golpe (debería
haberme alegrado de que esta vez no me arrancara los pantalones). Finalmente,
después de dos o tres intentos, logró quitarme los pantalones mojados que se me
habían pegado. Me levantó entonces las piernas desnudas para colocarlas sobre
sus hombros, y su lengua escarlata comenzó a lamer cuesta abajo hasta la raíz de
mis piernas, mientras que dos pares de ojos entornados y depredadores, similares
a los de un gran lobo salvaje, se posaban en mí.
Ese tipo de mirada prácticamente provocó que muchos deseos se precipitaran
desde abajo hasta la coronilla de mi cabeza como una inundación veloz y
estrepitosa. Tras ser jalado así, mi espalda terminó desmoronándose contra el
tablón de la puerta, mientras que mis manos buscaban a tientas sobre la superficie
de la madera resbaladiza un mejor equilibrio, pero no pude agarrar nada. La parte
inferior de mi cuerpo desnudo ahora casi cabalgaba sobre los hombros de Agares,
quien me sostenía firmemente y observaba estúpidamente a mi amiguito que
estaba descaradamente erecto justo debajo de sus labios inferiores.
Miré hacia la puerta de hierro para echar un vistazo al exterior, temiendo que
alguien nos viera adentro en una posición tan ambigua, pero por suerte, aquí
estaba demasiado oscuro y no pasaban otros canales o barcos. Lo único que nos
miraba era el abierto cielo nocturno sobre nuestras cabezas. Así, en este tipo de
ambiente secreto, finalmente se liberó mi audacia sexual.
A pesar de que la fuerte lluvia caía sobre mi cuerpo, no podía enfriar la temperatura
urente de mi cuerpo. Todo mi ser se sentía como una estufa a gas,
extremadamente caliente y lista para explotar. Incluso mi piel comenzaba a
ruborizarse como si la estuvieran cocinando. Sin embargo, Agares simplemente
seguía echándole leña al fuego y me lamía con más fuerza en ese lugar. Solo hasta
que no pude soportarlo más y estuve a punto de eyacular, finalmente bajó la
cabeza. Su lengua húmeda y suave se sumergió directamente en el territorio
privado que anhelaba ser invadido, y jugó lascivamente con mis temblorosas
paredes internas.
—Ngh... M-maldita sea... —cerré fuertemente los ojos, gimiendo mientras mis
pequeños dedos de los pies ni siquiera podían evitar curvarse. Sintiéndome
insatisfecho y lleno de deseo, mis piernas se tensaron alrededor de la espalda de
Agares hasta que mis pantorrillas llegaron a frotarse contra sus robustos músculos
de allí. Aunque, en casi un instante, fueron separadas por sus garras. Acarició mi
tobillo con suavidad y lentitud, centímetro a centímetro hasta las raíces de mis
piernas, ello con una clara implicación. Esta acción me hizo sentir como si fuera
una almeja a la que le abrieron el caparazón, donde luego [Agares] disfrutaría
cuidadosamente de la deliciosa carne dentro, y me devoraría sin dejar ni una gota.
Mi cuerpo, que no ha sido tocado por Agares durante dos años, estaba
extremadamente sensible. Para probar mi punto, ya había llegado al clímax una
vez solo con sus lamidas, y en un corto período de tiempo, se volvió a endurecer.
Mi puerta trasera que se apretaba alrededor de la lengua atacante se contraía
bruscamente, anhelaba que algo más largo y grueso la follara hasta la sequedad,
pero me encontraba endemoniadamente incapaz de abrir la boca y decirlo. Agares
también parecía estar atormentándome a propósito sin mostrar intención de
detenerse, y continuó entonces con el "tema principal".
Me acosté de espaldas, confundido. Mi boca parecía perder aire, jadeando sin
aliento. Había un interminable estiramiento de placer, pero no poder llegar por
completo al final gratificante me estaba volviendo loco. Justo cuando apenas logré
bajar la mano para ayudarme a darme alivio, mi muñeca ya estaba firmemente
atrapada por Agares. Lo siguiente que supe fue que me giró por completo para que
mi estómago se exhibiera contra el desvencijado y crujiente panel de la puerta.
Allí, volvió a abrir de par en par los dos pétalos de mi trasero y comenzó a besar y
lamer de una manera no tan bruta, pero no tan suave, mientras sus dedos
acariciaban mi erección. Aunque parecía como si no se rendiría hasta que todo mi
ser quedara suave debido al frotado, podría jurar que ya estaba bastante suave,
de adentro hacia afuera, tal como un pastel, donde incluso apretarme y sacarme
crema parecía plausible.
—¡Agares! —lloré con voz ronca y balanceé ligeramente mi trasero para instarlo.
El abrigo mojado envuelto a mi alrededor me hacía sentir incómodo, así que
simplemente tiré del dobladillo interior, planeando quitarme el traje exterior y la
camisa dentro al mismo tiempo, pero Agares no vino a ayudarme, a pesar de que
escuchaba la respiración detrás de mis orejas; el fuelle era rápido y la cosa contra
mis nalgas era tan dura como una barra de acero. Estaba muy consciente de que
este maldito tipo simplemente disfrutaba de verme quitándome personalmente la
ropa, disfrutaba de la sensación de que soy como un niño pidiéndole caramelos.
Maldición.
No podía soportarlo más. Todas las noches, durante los últimos dos años solitarios,
he estado soñando constantemente hacer el amor con él. Sin embargo, en un
momento como ahora, este tipo me tenía que poner a prueba. Lo maldije en secreto
en voz queda, con impaciencia me quité la ropa, la tiré a un costado y apoyé la
cabeza contra el tablón de la puerta. —Ya estoy desnudo... Quiero... que hagas
eso... —susurré.
—¿Qué cosa? —Su cabeza finalmente se movió de mi trasero a mis orejas,
preguntando con una sonrisa profunda y burlona. Su robusto pecho se apretó
contra mi espalda, lo que hizo que sus líneas musculares se resbalaran por mi
columna y, a su vez, que mis poros se abrieran de estimulación y excitación.
—Carajo, quiero que... ¡me lo hagas! —dije con resignación a través de mis dientes
apretados, tembloroso.
Tan pronto como terminé de expresar mis pensamientos, el fuerte brazo que
Agares había enganchado a mi alrededor subió mi cintura, haciendo mi trasero se
levantara al lugar donde sus "piernas" escamosas lo rozaban. Podía sentir su cosa
hinchada presionándome las nalgas. Era aterradoramente enorme.
Los labios de Agares se frotaron contra la parte posterior de mi cuello, y el sonido
de su deglución fue bastante fuerte. Incluso pude oler el aroma de mi semen
mezclado con su aliento. —Nunca me has resistido realmente. No sabes lo feroz
que puedo ser, Desharow...
¿Todas las múltiples cosas hechas en el pasado no eran lo suficientemente buenas
para contar como "resistencia"?
De repente me asusté un poco. Sin embargo, en el segundo siguiente, su cosa
erigida atravesó la entrada de mi puerta trasera y estiró inesperadamente mi frágil
esfínter. En ese momento, sentí que su cosa era inigualablemente grande, pero
puede ser que mi trasero se había vuelto demasiado apretado después de dos años
sin alojarlo. No podía dejar de gemir intermitentemente, con mis dedos casi
incrustados en el tablón. Las paredes de mi intestino lo estrujaban de una manera
tan ceñida que ni una sola grieta abierta quedaba. Estaba tan apretado que incluso
mis nalgas tiritaban.
Aun así, Agares siguió marchando centímetro a centímetro al interior. Su
imponente y erguida longitud se presionaba contra mi espalda, y con los violentos
golpes de los huesos de su cadera en mi trasero, hizo que toda la parte inferior de
mi cuerpo fuera expulsada de la superficie del agua. Esta acción provocó que todo
mi cuerpo se presionara severamente contra el tablón de madera frente a mí, hasta
que finalmente se rompió en pedazos, en los que inmediatamente me derrumbé
después.
Tumbado de lleno en el banco, sentí que sus manos rodeaban los lados de mis
nalgas mientras insertaba su cosa completamente en mí, permitiendo que su saco
golpeara la piel y creara un sonido húmedo y mojado. El enorme pilar cilíndrico
parecía haber llenado hasta el borde toda mi cavidad interior.
Mis lágrimas brotaron de la simulación, pero a pesar de eso, aun así, no pude evitar
abrir los ojos y mirar hacia atrás. Me encontré con un tallo grueso adherido a una
gran cantidad de líquido blanco y mojado profundamente empotrado en mi agujero.
Sus venas azules estaban expuestas, mostrando la devastadora imagen de una
gran barra de hierro roja. Debido al hecho de que no había membranas escamadas
en este momento, ese tallo gigantesco también estaba completamente expuesto;
el tamaño probablemente excedía el del brazo de un niño. Simplemente no podía
creer yo que fuera capaz de tragarme esta cosa inhumana. Ver esta escena era
verdaderamente aterrador.
Mi cara se sonrojó, mirando fijamente a Agares y la escena visible, con las lágrimas
acumuladas por todo mi rostro. Agares tenía la mirada gacha, sus pestañas
revoloteaban. La comisura de su boca se volvió más ambigua y complacida
mientras miraba con admiración la escena de nuestro vinculo. Obviamente, estaba
muy orgulloso de su propia arma. Luego me frotó el trasero con sus garras
palmeadas y se giró para mirarme con una cara lujuriosa, sonriendo triunfalmente.
—¿Te gusta? Desharow, ¿ves lo fuerte que me chupa ese pequeño agujero tuyo?
—Malnacido... —tragué saliva y regañé intermitentemente, ahogándome con mis
sollozos. Pero todo eso se detuvo cuando de repente se inclinó para presionarme y
bloquear mis labios con los suyos. Su lengua se extendió por mis dientes, donde
abrió su propia boca para succionar la raíz de mi lengua húmeda y suave,
llevándonos a un profundo beso francés. La cosa incrustada en mi cuerpo salió
lentamente como un arco y una flecha, la punta se frotó contra la boca de mi
agujero antes de embestir profundamente. Esta vez, fue lento y delicado,
completamente diferente de su rudeza pasada. Era como si estuviera tratando de
desmoronarme lentamente, poco a poco.
Su bombeo sacaba espesos hilos líquidos a lo largo del camino. El tallo estaba
moliendo lentamente cada centímetro de mis paredes internas como si estuviera
dibujando un círculo; incluso podía percibir claramente su forma. La barra de
Agares era, de hecho, fundamentalmente diferente de los seres humanos. Tal vez
no lo parezca, pero una vez que entraba, esa cosa prácticamente se convertía en
un tentáculo de pulpo, muy flexible, y parecía ser capaz de cambiar de forma para
estimular cada punto sensible en su interior. Esto permitía que el placer sexual se
cuadruplica más de diez veces.
Maldita sea, esta era probablemente la única conclusión definitiva a la que he
llegado hasta ahora de mi investigación de sirenios, porque yo mismo lo había
experimentado y confirmado personalmente.
Me mordí el labio inferior y pensé, confundido. El inefable placer debajo de mi
cuerpo se reunía en una cuerda de arco que Agares jalaba. Mis pezones
endurecidos, así como mi erección inferior, estaban firmemente controlados en la
palma de sus garras palmeadas y, siguiendo los ritmos de su ritmo, la textura de
los guantes de cuero apretados frotaba mi parte delicada y prácticamente me volvía
loco.
Mi cintura temblaba tanto que posiblemente podría doblarse y formar un arco. Mis
rodillas se arrodillaban sobre el tablón de madera y tiritaban violentamente como
si fuertes vientos las soplaran. Mis nalgas se deslizaban vergonzosamente sobre
sus escamas resbaladizas, y debajo de mis párpados, las lágrimas rodaban, pero
todos mis gemidos y gruñidos estaban siendo tragados por los fuertes besos de
Agares. Solo podía soltar canturreos sollozantes en silencio.
Después de un largo momento de molienda lenta, Agares volvió a volcar mi cuerpo
y lo apoyó sobre la pila de ropa mojada que [yo] había lanzado a un lado, justo
cuando estaba a punto de llegar al clímax. Sus labios se retiraron, de modo que
finalmente pude recuperar el aliento y desbordé frenéticamente un grito
desordenado. A través de los ojos nublados por las lágrimas y la lluvia, vi a Agares
envolviéndome desde arriba. Puso mis piernas alrededor de su cintura para que la
entrada de mi trasero absorbiera su barra más profundamente, y ello también hizo
que mis nalgas presionaran sus fuertes y protuberantes músculos abdominales.
Agares jadeaba vigorosamente, obviamente excitado al máximo. Las venas visibles
de su rostro se abultaban y sobresalían bajo su piel pálida. Sus cejas y ojos estaban
entrelazados con clara atención, como un cuchillo afilado que podría impactar a
cualquiera. Sin embargo, por mi parte, descubrí que Agares ahora se veía más
encantador que nunca, hasta el punto en que pensé que yo mismo estaba
enloqueciendo.
Temblando, envolví mi brazo alrededor de su cuello y lo enfrenté. Contra las gotas
de lluvia que caían de su cuerpo y cara, subí a besarlo en los labios. Entonces, por
la cintura, me levantaron a la fuerza y todo mi cuerpo quedó sostenido en su abrazo
en el aire. Al haberme enderezado tan rápido, sentí como si la cosa dentro de mi
cuerpo se hinchara aún más en un abrir y cerrar de ojos.
Simultáneamente, el cuerpo de Agares tembló con violencia. Sentí sus dos piernas
humanas cerrándose y alargándose con rapidez. Temblaba como las olas debajo
de la cazadora, con el sonido de la tela rasgada resonando mis oídos, y entonces
una cola grande, gruesa y larga se formó poco a poco entre mis piernas.
Inconscientemente quise bajar la vista para ver, pero me agarraron de la cintura y
me arrastraron para seguir sus violentas y rigurosas embestidas, tal como una
flecha con su arco. Con la ayuda del temblor creado por la transformación de la
cola de pez, mi ser rebotaba hacia arriba y hacia abajo. La forma en que el órgano
sexual atacaba mi cuerpo interior como un tiburón creó un placer fuerte e
incomparable que se roció por todo mi cuerpo, haciéndome desechar todos los
demás sentidos y dejando atrás una sensación de vértigo de mi conexión con él.
Mi orgasmo prostático pronto llegó a la cima del intenso coito, derramando mi
esencia en oleadas sobre la parte inferior del abdomen de Agares. Pero eso solo
duró unos minutos, antes de que volviera a erguirse firmemente debido a la
frecuencia de bombeo cada vez más salvaje de Agares.
No sabía si esto tenía algo que ver con nuestro intenso ejercicio, pero, en resumen,
la parte inferior del cuerpo de Agares finalmente había regresado completamente
a su forma original después de que alcanzamos juntos la cima del éxtasis. Ahora,
mientras soportaba las continuas olas de felicidad primitiva, la cola de pez gruesa
y sorprendentemente larga se enroscaba alrededor de mi pantorrilla como siempre
lo había hecho en el pasado.
No podía creer que lo habíamos estado haciendo hasta que amaneció, cuando ya
no tenía más fuerzas para soltar un solo gemido. No fue hasta ahora que Agares,
esta barra sexual “andante”, al fin se dio cuenta de que podíamos estar expuestos
a los otros canales y barcos que pasaban durante la madrugada, y finalmente me
entró a su ridícula nueva residencia.
Supongo que este era el comienzo de nuestra convivencia a partir de ahora. ¡Oh,
un humano y un tritón que era equivalente a un padre adoptivo!
Capítulo 69

No había ni una sola alma en el Instituto de Investigación Acuática abandonado,


aunque, para empezar, eso no debía preocuparme porque cuando Agares me llevó
al gran depósito dentro del instituto, mi cuerpo de repente tuvo una reacción
anormal: la mutación que se había detenido repentinamente durante esos dos
años, volvió a suceder, tomándome con la guardia más baja que nunca.
Observé impotente cómo muchas relucientes escamas plateadas se formaban poco
a poco en mis piernas. Había una cantidad excesiva de tejido muscular que crecía
sin control entre la parte interna de mis muslos, fusionando mis piernas en una y,
además, numerosos filamentos delgados y translúcidos que se extendían en mis
empeines, torciéndose fuertemente alrededor de mis pies como hilos tejidos a
máquina, los que luego se desplegaron rápidamente en una afilada aleta caudal
circular.
Mi cuerpo estaba mutando rápida y violentamente, como si hubiera legiones de
células actuando como demonios embravecidos, librando guerras y explosiones
debajo de mi piel. Esto hizo que mi sangre hirviera en mis venas mientras se
dispersaban, y una enorme fuerza burbujeó dentro de mí, haciéndome sentir como
si fuera a despedazarme en cualquier momento. No hubo tiempo ni advertencia
sobre la conmoción o el dolor, solo pude cerrar los ojos y soportar todo lo que
estaba ocurriendo mientras mi cuerpo convulsionaba violentamente.
Durante este tortuoso proceso, Agares no dejó de abrazarme hasta que se completó
mi mutación. Descansé en su firme y amplio abrazo, con mi cabeza aún embrollada.
Sin embargo, inesperadamente después de la mutación, mi celo volvió como un
fantasma que me persiguía, haciéndome enrollar, torcer y frotar instintivamente
mi débil cola de pez que acababa de tomar forma, tanto que incluso parecía estar
coqueteando con la cola de Agares que era mucho más grande y áspera que la mía,
coqueando hambrienta y torpemente como un recién nacido que necesitaba la leche
de su madre.
No podía describir este maravilloso sentimiento...
Cuando toqueteé mi nueva cola, definitivamente pude sentir que la estructura
arriba de mis muslos no era diferente de mi forma humana (excepto por la delgada
capa de membranas con fisuras invisibles, de mi vértebra caudal hasta el agujero
en mi trasero). Incluso la función de estas estructuras no debería tener ninguna
diferencia significativa con respecto a mi forma original. Sin embargo, se sentía
como si todos mis puntos sensibles estuvieran cubiertos por las escamas, y solo
frotarme contra la cola de Agares ya me hacía sentir tan cómodo que me sentía en
el cielo.
Debido a esto, no pude evitar recodar la escena en la que acaricié descuidadamente
la cola de Agares en el barco. Ahora sabía por qué se comportó así en aquel
entonces, porque, por un lado, acariciar su cola con tanta impetuosidad era como
tocar su zona sensible, y por el otro, ello también desprendía involuntariamente
una señal de cortejo: "Oye, vamos. ¡Te pertenezco, ven y hazme tuyo rápido!".
Las colas de pez no son algo que uno pueda tocar de manera casual, por eso Agares
debió haber pensado que lo estaba seduciendo, diablos...
Reflexioné mientras tocaba aturdido las escamas en mi mitad inferior, pero
entonces la figura de Yukimura apareció ante mis ojos y mi alma comenzó a caerse.
¿Todavía puedo volver a ser humano? ¿O estoy destinado a seguir siendo un tritón
por el resto de mi vida? Negué con la cabeza, y entonces Agares me abrazó
fuertemente mientras besaba con cariño mi oreja alada recién formada. Este
pensamiento parpadeante se extinguió rápidamente en mi cabeza, hundiéndose en
el oscuro abismo, sepultado por la tentadora esencia que se acumulaba en mi nariz.
—¿Aún sientes dolor, Desharow?
Agares no sabía en lo que estaba pensando, solo me peinó tiernamente el cabello
con sus manos palmeadas y movió mi cabeza para descansarla sobre su hombro.
Pero, independientemente de cómo me tocara, eso solo provocaba que mi sangre
se precipitara aún más.
—Te adaptarás rápido.
Murmuré un ruido ronco y levanté mi pesada cabeza, enjaulando
inconscientemente sus dedos. Su mano era robusta, pero delgada; su piel fría y
brillante, pero gruesa. Cada una de sus articulaciones era prominente, lo que
mostraba la hegemonía de un rey. Chupé cada nudillo de su mano de una manera
intoxicada, levanté mis párpados y lo miré con los ojos entornados como un gato.
Agares parecía adorar muchísimo la forma en que lo cortejaba. Sonrió lentamente,
con sus ojos oscuros y húmedos como un pantano. Al mismo tiempo, extendió su
otra mano palmeada para tocarme la oreja, usando sus uñas para rascar
suavemente la parte de atrás de mi oreja como si lo estuviera disfrutando. Pero
debido a él, mi oreja se sintió cosquilleada, haciéndola temblar en ambos lados
como pequeños abanicos. Mi cola se enroscó con más fuerza alrededor de su
cuerpo, casi torcida como una trenza, y no quería soltarlo ni un poquito.
Debido a mi provocación, Agares se excitó inmediatamente y me dio la vuelta,
inmovilizándome contra la pared del depósito. Usó su cola de pez fuerte y
contundente para torcer mi inquieta cola recién formada, y me atacó con la misma
ferocidad de la noche anterior.
De esta manera, pasamos cerca de un día en el depósito de agua. No puedo contar
cuántas veces lo hemos hecho, pero fue hasta el punto en que perdí el
conocimiento. Incluso sentí que, si continuaba más tiempo con Agares, moriría de
exceso de indulgencia. Después de que el celo causado por la mutación finalmente
disminuyera, prácticamente me desmayé en los brazos de Agares y perdí la
totalidad de mi conciencia enseguida.
Después de eso tuve un sueño muy caótico.
En mi sueño, vi a mis familiares y mi hogar en Moscú, soñé con las personas que
me despidieron en el puerto cuando partí, soñé con la escena en la isla de los
sirenios hace dos años, soñé con el enorme cementerio del mundo de los sirenios,
soñé con Lafarre y Davis perdidos hace mucho tiempo atrás, así como con Rhine y
sus tropas.
Había tantos sueños fragmentados.
Escena tras escena, como esas películas de cine, revolotearon en mi mente
fotograma a fotograma, breves y silentes, dejando atrás las luces dispersas de un
pasado único y memorable, a medida que se alejaban poco a poco de mí.
Estiré mi suave y delgada cola de pez mientras la espalda de Agares me conducía
a través del cuerpo interior de una enorme y brillante criatura submarina
desconocida. Parecía tratarse de un breve encuentro de algo que alguna vez
contuvo vida, aunque pude experimentar su indescriptible tormento y angustia,
antes de hundirme en el tranquilo abismo del mar, como si hubiera vivido una larga
vida.
—¡Derte, Derte! Atento Derte, ¿me escuchas?
En medio de mi somnolencia, una voz me despertó gradualmente. Abrí los ojos y
miré en la dirección del sonido, aturdido, y me di cuenta de que venía de la pila de
ropa en el borde de una mesa cerca del depósito. Provenía de mi mensáfono, y
además, era la voz de Rodia.
Me acerqué inmediatamente y bajé al piso, y solo entonces me di cuenta de que
mis piernas habían vuelto a cambiar, con solo unas pocas escamas brillantes que
quedaban en mis empeines, ya que aún no se habían retirado de mi piel. Sin
embargo, mi tez se había vuelto extremadamente pálida con un ligero tono azul,
al igual que Agares, y tampoco sentía nada de frío. De hecho, quedarme en el agua
me hizo sentir muy cómodo, tanto que pude quedarme completamente dormido
aquí mismo. Esta puede ser la última vez que vuelva a cambiar a mi forma humana,
puesto que mi cuerpo ya mostraba signos de cambiar a una forma de tritón por
dentro y por fuera.
Parece que la razón por la que mi cuerpo dejó de mutar en dos años es que no tuve
ningún contacto sexual con Agares. Pensé alicaído. Me levanté, miré a mi alrededor
y pronto descubrí que Agares no estaba aquí, y tampoco sabía a dónde había ido.
Ya era de noche afuera.
Había un bata de baño seca sobre la mesa, obviamente preparada para mí. Parecía
que Agares sabía que iba a volver a mi forma humana por un rato. Solté un suspiro
superficial, me puse la ropa proporcionada y busqué el mensáfono, en el cual el
agua ya se había filtrado. Aun así, la luz seguía encendida, y no pude evitar
asombrarme por la calidad del producto estadounidense.
—Aló, aló, Rodia, ¿eres tú? Soy Derte.
Un episodio de ruido surgió del mensáfono. Presioné algunos botones y esperé un
poco antes de finalmente escuchar una respuesta. —Atento Derte, ¿eres tú? Dónde
estás, pasaron algunas cosas en la ciudad, estoy muy preocupado por ti.
—No tienes que preocuparte, Rodia. Estoy muy a salvo. ¿Pero qué pasó? Suenas
muy nerviosa —respondí.
—¿Tienes el periódico de hoy ahí? —susurró Rodia.
—No, ¿qué sucedió?
—La transacción de ayer con la familia Camorra... eh, lo que trato de decir es que
la gente de la empresa alemana que planeaba comprar esas gemas extrañas que
Kolov recuperó, llegó a Venecia. Pero solo esta mañana, algunas personas de la
empresa fueron encontradas muertas debido a causas no naturales. Yo misma vi
sus cuerpos flotando en el agua con la columna vertebral destrozada, ¡¿puedes
creerlo?! Sus médulas óseas incluso fueron succionadas hasta secarlas, y detrás de
sus cuellos había marcas de dientes de animales. Esto es demasiado horrible,
¿dónde estás? Vuelve rápido, Venecia no es segura en estos momentos. La policía
está buscando al monstruo asesino por todas partes.
Mi corazón se dio un fuerte porrazo e inhalé aire frío, pensando que Agares podría
haberlo hecho, ¿verdad? Esas personas de esa supuesta empresa alemana deberían
ser del grupo de Sakarol, era lógico que Agares tuviera que lidiar con ellos para
recuperar las esporas de sirenio, pero ¿por qué tuvo que vaciarles la médula ósea?
¿Los consideró convenientemente como comida? Aparte, hacer esto sería
demasiado desenfrenado, provocaría disturbios en toda Venecia. Tsk... Es
realmente demasiado extraño...
—Entendido. No tienen que preocuparse por mí, estoy con un viejo amigo, pero
manténganse en contacto. —Después de decir esto, apagué el mensáfono y me
aferré a él con la cabeza llena de dudas. Caminé hasta una ventana del instituto de
investigación y miré al exterior, buscando la figura de Agares.
No había luces alrededor del canal de agua circundante, especialmente en la zona
en la que nos encontrábamos ahora, la que estaba sumida en la oscuridad. Aun
así, no muy lejos estaban las gloriosas luces de la ciudad, donde grandes y
pequeños barcos viajaban de un lado a otro. La fuerte lluvia se entrelazaba,
deslumbrando y confundiéndome. Incluso mi corazón, en este momento, se
encontraba en un embrollo desordenado.
Un pánico indescriptible surgió en mi corazón.
Esos pocos nazis que sobrevivieron se estaban reagrupando y se preparaban para
su regreso. No sé si Rhine y Sakarol todavía estaban vivos o no, tampoco si habían
detectado la existencia de Agares y qué medidas tomarían de ser así. Esta ciudad
estaba bajo el control de la mafia, y esos alemanes eran sus aliados en el
intercambio de relaciones comerciales, pero al final, este lugar seguía siendo un
territorio ocupado por la fuerza militar. Si unían manos para ir contra Agares, ¿sería
capaz de arreglárselas? Definitivamente era el invencible líder de los sirenios en el
mar, pero una vez en tierra, estaba expuesto a artillería que posiblemente podría
ponerlo en desventaja, no diferente a un pez ubicado en una tabla de cortar. Agares
sabía esto mejor que nadie, por eso estaba haciendo todo lo posible por disfrazarse
de humano y esconderse en el grupo de la mafia.
No podría ser que Agares se hubiera encontrado con un percance y lo hubieran
capturado ¿cierto? Debería esperar un poco, solo hasta mañana por la mañana, y
si no regresa para entonces...
Caminé inquieto y corrí escaleras arriba para tener una mejor vista, pero tan pronto
como abrí la puerta del segundo piso, me sorprendió descubrir que en la habitación
se habían proporcionado todo tipo de necesidades de vida humana, como una
cama, ropa, armario, escritorio, etc. No solo eso, aquí arriba había algunas que una
vez había usado hace mucho tiempo, e incluso estaba la pelota de playa que solía
lanzar con Agares en mi niñez. Me quedé desconcertado durante unos buenos
segundos. Sintiéndome incrédulo, sostuve la pelota en mi mano, y una
indescriptible corriente cálida se precipitó a mi corazón, dejándome incapaz de
recuperar mi alma por un tiempo. Ahora siento real y profundamente el peso del
amor que Agares sentía por mí. Era algo que no podía medirse con nada, ni con el
tiempo ni con el espacio.
Con la pelota de playa en la mano, me agazapé y le di unas palmaditas, todavía
algo distraído mientras la miraba perplejamente.
De repente se escucharon ruidos provenientes de la planta baja. Mi corazón se
contrajo de inmediato y corrí apresuradamente justo a tiempo para ver a Agares
abriendo la puerta. Su cola había desaparecido y vestía una fantasmal cazadora
negra. Guardó su paraguas mojado y cerró la puerta como un misterioso viajero
que llega para pasar la noche. Lo saludé y le tomé el paraguas, solo para oler el
fuerte olor metálico de la sangre.
—¿Dónde has estado? ¡Agares! —Lo agarré por el cuello, temiendo que se hubiera
lastimado, y lo desabroché apresuradamente para inspeccionar.
Después de abrir el abrigo de Agares, me di cuenta de que su cuerpo estaba ileso.
Lo que fue más sorprendente es que la parte inferior de su cuerpo se veía más
normal que la última vez (excepto por el increíble tamaño de su cosa, por
supuesto). No había ni una sola escama en la piel, tampoco la adherencia del tejido
muscular en el interior de sus piernas. Solo quedaban las membranas
transparentes en sus pies, pero si uno no miraba con detención, esto era como
cualquier par de piernas masculinas y pies de un ser humano.
—Si quieres disfrazarte de humano, al menos deberías usar un par de calzoncillos
dentro, o sospecharan que eres un exhibicionista, señor jefe —fruncí el ceño,
acariciando el rostro húmedo de Agares y haciendo que me mirara directamente a
los ojos.
Mis dos manos volvieron a agarrarle el cuello. —Oye, dime. Qué sucedió, cómo
hiciste toda esta transformación.
Cuando le pregunté, tuve una sensación muy extraña, porque mi comportamiento
y actitud me hicieron sentir como si me hubiera convertido en ama de casa. Oh,
espera, no, un esposo que se quedaba en casa esperando a su hombre que no
había regresado en toda la noche para preguntar por su paradero después de llegar
tarde a casa. Maldita sea, en verdad que no quiero actuar así, pero realmente me
importaba a dónde había ido anoche. No podía evitar sentir ansiedad, estaba
extremadamente preocupado en estos momentos.
—Maté a algunas personas, necesitaba absorber sus genes para poder mutar —
susurró con voz ronca contra mi nariz. Su respiración era pesada. Cuando habló,
se torció el cuello y creó un crujido en su columna.
A pesar de que me había preparado mentalmente de antemano, aun así, me quedé
estupefacto. —Realmente fuiste tú... Al succionar por la columna... Dios mío...
Quizás así era como Agares podía mantener una forma humana temporal.
Necesitaba absorber células humanas de forma regular para realizar mutaciones
de imitación. No podía usar la biología para explicar las cosas que Agares había
logrado, tan solo describirlo ya era difícil. ¿Cómo deberíamos llamar a esto, donde
se fusionan genes humanos para cambiar parte de tu propia forma? Era
simplemente demasiado espantoso e inimaginable. Si no conociera a Agares, y no
supiera que las personas que mató eran nazis, definitivamente lo pondría en la lista
de alerta máxima de criaturas alienígenas agresivas e invasoras.
—Pensé que huirías —dijo Agares, mirando mi expresión pensativa mientras sus
labios se levantaban. Se quitó la cazadora y se pegó a mí con su cuerpo desnudo,
haciendo que mis orejas se calentaran un poco. Mi mirada se posó ávidamente en
su imponente cuerpo y sus dos piernas largas y robustas recientemente formadas.
Mirándolo de esta forma, era ciertamente una figura modelo que, debido a sus
proporciones áureas, podría publicarse en una revista de moda italiana.
Tragué, mi boca y lengua se secaron. —No lo haré, ya no huiré —murmuré.
Capítulo 70

Se rio entre dientes, puso una mano alrededor de mi cuello e inclinó la cabeza para
besar mis labios. Inmediatamente pude distinguir un fuerte sabor a sangre en su
lengua, y en mi mente, instantáneamente lo imaginé succionando médula ósea. No
pude evitar encoger reflexivamente mi cuello hacia atrás, sintiendo que mi cuero
cabelludo se entumecía. Esto como que mató un poco la vibra.
—Agares —recordé en un susurro.
—Lo olvidé. —Agares me miró y se tocó el lado del labio. Fue a desenroscar el grifo
del borde del depósito y se enjuagó la boca, luego miró su reflejo en el agua y se
acuclilló. Tocó sus orejas mutadas que se habían convertido en orejas humanas y
giró la cabeza de un lado a otro mientras las examinaba.
Las gotas agua en su cara rodaban por su nítido contorno facial y volvían a caer
para fusionarse con la superficie del agua. La expresión de Agares me hizo pensar
en los indígenas nativos de América que conocí cuando estaba explorando una selva
de allá. No pude evitar reírme un poco.
—Oye, oye, viejo. Te prometo que no hay nada de malo en tu apariencia, solo que
si tus ojos pudieran ser un poco más amigables... —Me acerqué y le acaricié la
cabeza, mirando el agua mientras hablaba y fingiendo decencia.
En realidad, esto era cierto, si había alguna diferencia entre Agares y los humanos,
entonces eran sus ojos, esos ojos que siempre parecían emitir tinieblas aterradoras
durante la noche y que podían asustar a la gente. No solo eso, ese par de ojos
penetrantes revelaba una malicia nata, del tipo que podría llamar la atención de la
policía. De repente pude entender por qué Agares iba de allá para acá con una
máscara puesta. Al menos en la vida nocturna de Venecia, las máscaras son los
adornos faciales menos inusuales, ya que los bailes de disfraces eran un evento
frecuente.
—¿Más amigables? —Agares preguntó en respuesta, entrecerrando los ojos y
mostrando una sonrisa de hileras de dientes blancos. Juraba que su sonrisa nunca
podría encajar en la categoría de la bondad, y, es más, la forma en que le tocaba
la cabeza parecía crear claramente un peligroso trasfondo en dicha sonrisa.
Entonces atrapó mi muñeca, la bajó hasta su nariz e inhaló profundamente mi
aroma.
—Cuando estaba afuera, estaba muy nervioso, Desharow —murmuró—. Me
preocupaba que una vez que volviera, te habrías escapado en secreto como la
última vez.
—Ni una sola vez pensé en irme. Si te soy sincero, estaba arriba mirando tus
colecciones de... eh, recuerdos. —Me rasqué la cabeza y expliqué, sintiéndome
como un alumno interrogado por el director.
La fuerza de la presión en mi brazo capturado aumentó. Levantó la cabeza, con
ojos oscuros que se aferraban posesivamente a mí, recordándome la escena en la
que Agares me buscaba en la orilla mientras gritaba desesperadamente mi nombre
después de que me escapara de su guarida la última vez.
En ese momento, mi cabeza estaba llena de miedo y no me importaba nada lo que
él sintiera. Ahora que lo pensaba, tal vez para Agares, ese momento fue como
tomar un cuchillo y arrancar un trozo de carne de su corazón, y ahora, tan pronto
como dejara su vista, se sentía extremadamente inquieto.
De acuerdo con el hecho de que recogió mi diario, en realidad me había estado
observando en secreto en los últimos dos años, viendo cómo estaba haciendo todo
lo posible por encontrarlo.
Aunque esté pensamiento me hizo sentir un poco desconcertado, sentí como si mi
cuerpo estuviera un poco febril, como envuelto en indescriptibles emociones de
amor, y mi razón incluso se volvió un poco lenta. No fue hasta que Agares se inclinó
y me presionó en el borde del depósito y me lamió la manzana de Adán, que de
repente recordé las preguntas que reprimía en mi garganta. Pero maldita sea, podía
sentir la gran cosa de Agares colgando sobre mi estómago. Estaba claramente dura
otra vez.
Su rodilla recientemente formada se frotó contra el interior de mis muslos, lo que
hizo que mi cuerpo se excitara, que la sangre se precipitara hasta mi frente. Apretó
mi cintura, rasgó mi bata de baño con los dientes y besó cuesta abajo la piel
desnuda y expuesta. Me tragué un gran bocado de saliva y quise preguntar, pero
mi cabeza colgaba de la pared del depósito, lo que me hizo sentirme vagamente
mareado. Mis manos no pudieron evitar acariciarle desenfrenadamente la espalda,
con mis dedos tocando sus abultadas articulaciones y todas las cicatrices dejadas
por sus victoriosas batallas en el mar. Mi respiración se volvió errática.
—Tu período de celo es una vez al día acaso, carajo... Algún día definitivamente
me follarás hasta matarme... —expresé con la garganta ronca, encontrándolo
bastante inadmisible, con mis labios y dientes suaves y entumecidos.
—Siempre que estoy contigo, nunca puedo controlarme. —Agares respiró
ásperamente contra el lóbulo de mi oreja, y sus dedos, como si punzaran cuerdas,
se deslizaron por el contorno de mi cintura. Sin embargo, justo cuando estaba a
punto de volver a intoxicarme con la fragancia de su aliento, sus movimientos de
repente se detuvieron. Su cuerpo se congeló en el lugar, y esto me hizo sentir como
si quedara colgando en el aire.
Levanté el cuello y lo miré con perplejidad. —¿Qué ocurre?
—No se puede... Desharow. —La cabeza de Agares se presionó contra mi hombro,
su saliva rodó por su garganta y su pecho ondulado se frotó contra mi cuerpo,
haciendo que mi corazón picara de una manera insoportable.
No pude evitar inclinarme hacia adelante para besar su seductora manzana de
Adán. —Oye, ¿dime por qué? No me digas que ha llegado un día en el que tú, este
gran jefe, no puede hacer algo —dije lentamente. Mientras hablaba, ni siquiera
sabía de dónde venía mi valor. Me había convertido instantáneamente en un
diablillo. Hice que mis dedos recorrieran provocativamente los músculos de su
abdomen que estaban pegados a mí, tratando agarrar la cosa de abajo que era
mucho más grande que la mía, pero Agares rápidamente capturó mis dos manos y
las puso alrededor de su cintura, presionando los hoyuelos de su coxis.
Bajó la cabeza, pareció levantar las cejas sorprendido. Echó un vistazo a mis
pequeños y astutos movimientos antes de volver a mirarme fijamente a los ojos.
Yo nada más yacía acostado con pereza, y con la comisura de mis labios curvada,
solté una risilla coquetona.
Creo que nadie se ha atrevido a "ofenderlo" tocando la parte vital del líder de los
sirenios, ¡creo que nadie se había atrevido a "ofenderlo" de esa manera! Era
prácticamente la muerte. Pero yo me atrevo, y solo soy yo quien se atreve. Aunque
se puede tener la sensación de ser demasiado mimado y arrogante, ser follado así
no estaba nada mal, era muy agradable. Me di cuenta de que no sabía cuándo
empecé a disfrutar de ver las reacciones desprevenidas de Agares ante mi
comportamiento inesperado.
—Lo olvidé hace un momento. Entrar en ti me hará a volver a mi forma original...
Sus ojos me recorrieron todo el cuerpo, aparentemente deseando poder usarlos
para devorar mi cuerpo desnudo que la bata de baño exponía, pero siguió
obligándose a abstenerse de hacerlo.
Solté un "oh" al darme cuenta, y tras ver su expresión facial rígida y controlada,
casi me largué a reír alegremente. Agares probablemente nunca había probado la
abstinencia y, por primera vez, descubrí que jugar así con él era muy interesante.
Francamente, yo también estaba duro y se sentía incómodo, pero aun así estaba
en un mejor estado en comparación con él. ¡Esa fuerte erección que se presionaba
contra mi vientre prácticamente iba a explotar! Entonces, no satisfecho con mi
pequeña ganancia, abracé con fuerza su cintura y saqué maliciosamente la lengua,
siguiendo su ejemplo anterior para lamerle la oreja. Gracias a Agares, poco a poco
me había convertido en un chico completamente malo.
Agares obviamente no pudo soportar todo mi jugueteo. Inclinó la cabeza y me
lamió el cuello de una manera casi feroz. Presionó mis muñecas inquietas a ambos
lados de mis hombros y su entrepierna chocó contra mí, mas no se atrevió a
apresurarse. Sintiéndose impaciente, me mordió varias veces, mordiendo todo el
camino desde mi pecho hasta mis nalgas redondas, dejando marcas de dientes en
todo mi cuerpo como si estuviera asediándolo. Ni la región entre mis piernas que
se presionaba apretadamente contra su parte vital se salvó y, encima, esa zona se
mordió con un poco más de intensidad. Cuando luché por sentarme y suplicarle
misericordia, ya podía ver un círculo rojo y púrpura de aspecto terrible arraigado
en esa área. Era insoportable de ver.
—¡Diablos! Chico malo...
Me levanté de un salto, ruborizado, antes de abalanzarme sobre él y derribarlo.
Tomado por sorpresa, Agares quedó inmovilizado en el suelo por mí, pero
aprovechó esto para atraparme en su abrazo, permitiéndome recostarme sobre su
cuerpo con mi ropa desordenada. Su cuerpo resbaladizo, húmedo y firme que me
amortiguaba se sentía extremadamente cómodo. Acompañando al pecho en
movimiento estaba su latido resonante, y el sonido me hizo mirarlo con intoxicación
y distracción.
Agares simplemente yació de espaldas, sosteniendo mis caderas con los dedos
abiertos, y sus ojos entornados me contemplaron profundamente. La mirada
debajo de esos párpados que revoloteaban guardaba un amor insondable. Su largo
cabello plateado se rizaba en el suelo, manchado con agua mojada, y las frías líneas
de su rostro incluso parecían suavizarse, aunque sabía que eso podría ser solo mi
alucinación.
Agares era terriblemente fuerte. Era como un témpano afilado que se incrustaba
directamente en mi vida, en mi cuerpo y alma, dejándome sin espacio para el
arrepentimiento o la fuga.
Capítulo 71

—¿Realmente te devolverá a tu forma original? —susurré a modo de broma,


presionando cerca del puente de su nariz, sin querer dejar de molestarlo. Agares
asintió lánguidamente. Mis labios se arquearon hacia arriba y lentamente deslice
mi cabeza hacia abajo como una pitón suave y flexible. Ahora, con mi mentón
descansando en su abdomen, lo miré fijamente a los ojos y me lamí los labios.
—Y si... ¿hago esto...? Lo que querías que te hiciera la última vez... —susurré con
ronquera y, como un gato voraz y glotón, lamí el agua salada de su abdomen.
Respiré hondo para calmar mi corazón que latía violentamente y bajé el cuello, con
la intención de abrir la boca, y fui a por ello.
Sin embargo, sin demora, Agares me levantó el mentón con los dedos y se sentó
para pescarme en sus brazos. Después de poner mis manos detrás de su espalda,
sus labios bajaron para un feroz ataque, besándome y mordiéndome fuertemente.
Sus dientes se apretaron alrededor de mi lengua para succionar con agresividad, y
en poco tiempo, mi lengua se puso algo adolorida debido al jugueteo. Era como si
Agares me estuviera castigando deliberadamente por lo que hice hace un
momento.
Pero no rogué misericordia como lo hice recién. Le devolví el beso con la nueva
fuerza de mi cuerpo, nada listo para admitir la derrota. Incluso fui tan lejos como
para morderle los labios mientras me mecía imprudentemente en su cuerpo. Reacio
a pasarlo por alto o perdonar, Agares encadenó inflexiblemente mi cintura con sus
brazos en forma de aros de acero y me presionó en el suelo para tratar de
someterme, pero en lugar de eso simplemente usé mis piernas para enredarme
fuertemente con él. Éramos como dos focas peleando en la playa, pero por
supuesto, si el resultado final de su lucha era que uno muriera y otro viviera,
entonces, naturalmente, lo que Agares y yo éramos era diferente.
Pronto, en esta "guerra", Agares ganó la delantera sin dificultad. La totalidad de
mis labios se había hinchado, apenas podía respirar. Mientras jadeaba en busca de
aire, fui completamente envuelto desde arriba por la sombra que su cuerpo
proyectaba. Con solo una mano, mis dos brazos fueron presionados sobre mi
cabeza, pero pude sentir que sus dedos temblaban un poco: Agares estaba
extremadamente excitado. La expresión oscura que su rostro mostraba podía
convencer de ello, y eso me dejaba muy satisfecho.
—¿Me estás cortejando, Desharow... Hm? —Agares prácticamente pronunció esto
con los dientes apretados, pero al mismo tiempo, sonreía. Aunque parecía divertirse
con mi comportamiento, al mismo tiempo, parecía darle dolor de cabeza.
—¿Por qué, no soy lo suficientemente obvio?
Me volví a acercar para lamerle los labios, después lo miré triunfalmente. Tras
abrazarle el cuello, mi nariz se movió levemente para oler el aroma que se emitía
de la raíz de su oreja. Pero Agares me volvió a presionar hacia abajo con otro beso,
y frotó sus manos lasciva y salvajemente dentro de mi bata, antes de detenerse a
regañadientes después de un rato.
Tragó y miró a nuestros dos juguetes orgullosamente erguidos abajo. —No estás
al tanto. Es la eyaculación... Acelera mi flujo sanguíneo, altera el orden de mi
sistema corporal y no puedo mantener una forma estable.
—Resultó ser así... Entonces...
¿Ni siquiera podíamos hacer otras cosas? ¡¿Qué carajo?!
Resoplé, la comisura de mi boca se contrajo. De repente sentí como si me vertieran
un recipiente de agua fría encima y mi cuerpo entero se marchitó. Justo cuando
estaba a punto de aflojar mis piernas apretadas alrededor de su cintura, Agares
me volvió a pescar en sus brazos. Al momento siguiente, me encontré
enderezándome en su abrazo mientras se levantaba y me llevaba al depósito junto
con él.
La temperatura del agua helada enfrió todas las células calientes de mi cuerpo y
no pude evitar estremecerme. El estado de Agares también pareció calmarse un
poco. Me levantó y me presionó contra la pared del depósito, cerró los ojos y
absorbió mi aroma. Miró fijamente mis labios, sus dedos acariciaron mi mejilla en
tanto su otra mano iba a frotarme los labios. Sus dedos separaron mi boca y dientes
sin advertencia alguna, causando que mi saliva se deslizara incontrolablemente por
las esquinas de mi boca. Entonces, fue directamente a jugar con mi lengua, y no
pude esquivarlo en absoluto, lo que hizo que mis mejillas se enrojecieran.
—Si no fuera porque se está acabando el tiempo, definitivamente te dejaría
probarme bien...
Se acercó a mi oído y escupió esas palabras vulgares y obscenas como un demonio
sexual, pero mi atención fue completamente capturada por otro punto clave. —¿Se
está acabando el tiempo? —pregunté en voz baja—. Qué estás tratando de hacer
con tanta prisa, para que te conviertas en humano. ¿Es para recuperar esas... Um...
yiolas tuyas?
—Nhn —respondió con un asentimiento, luego se giró para mirar por la ventana.
Sus ojos se volvieron fríos en un instante, como si se hubiera sometido a un cambio
de cara—. Puedo sentir que están cerca. Realmente necesito que regresen a mi
cuerpo ahora mismo.
—¿Por qué? ¿Las yiolas están en manos de la mafia, o de la supuesta empresa
alemana? —fruncí el ceño, pensando que no importaba de qué lado se guardaran
las esporas de sirenio, debían estar muy bien protegidas.
Agares negó pensativamente. —No lo sé, no estoy seguro. Están aisladas por una
sustancia metálica especial que me impide "enlazarme" con ellas. Tengo que
encontrar una manera de mezclarme entre esa gente —entornó los ojos y apretó
la línea de su mandíbula. Abrió la palma de su mano para que viera, y de inmediato
me sorprendió descubrir que una de sus venas en su pulso parpadeaba débilmente
con una tenue luz azul, como si no hubiera electricidad suficiente.
—Debo llevarlas de regreso antes de que el pasaje se cierre por completo, o de lo
contrario no tendré suficiente energía para traer a mi gente de regreso a Atlantis.
—¿Qué? —Me quedé atónito—. Hace dos años, ¿no abrieron el pasaje para
regresar?
—No. —La voz de Agares se volvió lúgubre, y a través de sus párpados
entrecerrados, sus ojos se volvieron oscuros y nublados—. Cuando esos barcos se
hundieron con nosotros, de repente explotaron, haciendo que mi gente y yo nos
quedáramos atrapados en el vórtice espacio-tiempo en el pasaje. Tan solo salir de
él me tomó un año entero.
—Qué es el "vórtice espacio-tiempo", es el desastre que destruyó la Atlantis. Como
un campo magnético de memoria, permanece en el pasaje formando un agujero
de gusano que puede absorber cualquier cosa que lo atraviese, por eso lo llamamos
vórtice. Tengo que encontrar una manera de ir a ese punto de origen, encontrar
esa cosa que destruyó Atlantis en ese momento y usar su energía para abrir el
pasaje y regresar al tiempo de ese momento, para salvarlos. Esos especímenes
jóvenes son la última sangre de nuestra raza —murmuró para sí mismo,
irresolutamente.
Me sorprendió e inmediatamente relacioné esto con Lafarre, Davis y los demás.
¿No significa esto que tal vez todavía estén vivos y también estén atrapados en
este presunto vórtice espacio-tiempo? Sintiéndome incrédulo, reflexioné las frases
que contenían una gran cantidad de información. ¿"Esa cosa"? ¿No se refería
precisamente a la bomba atómica que puso fin a la Segunda Guerra Mundial?
—¿Quieres decir que debes volver a Hiroshima, Japón antes de la Segunda Guerra
Mundial? Más exactamente, ¿debes volver al mar donde cayó la bomba atómica?
¡¿Quieres encontrar los restos de la bomba atómica?!
—Bomba atómica... —repitió las palabras en voz baja, pareciendo no saber cómo
llamarla—. Sí, así es. Debo encontrarla, o de lo contrario los jóvenes que están
atrapados dentro del vórtice serán contaminados por la materia oscura emitida en
el interior, lo que puede provocar alguna mutación espantosa. No puedo permitir
que eso suceda. No puedo permitir que mi gente muera en este siglo, cueste lo que
cueste.
Bajó la vista al reflejo en el agua. Sus cejas y ojos estaban teñidos con la misma
apariencia afilada de la hoja de un cuchillo, lo que hacía que su rostro originalmente
pálido y frío pareciera más excepcionalmente sombrío, tanto que incluso se sentía
irreconocible para mí.
Esto también me dio la leve sensación de que estaba decidido a enfrentarse solo a
este peligro. Aunque no sabía si era solo una preocupación superflua,
inmediatamente me sentí un poco intranquilo.
—Iré contigo, Agares —miré fijamente sus ojos—. Puedo ayudarte. Fui a Hiroshima
hace unos años y buceé allí también. Sé dónde están los restos de la bomba
atómica. Aunque no pude acercarme a esa zona, todavía recuerdo sus coordenadas
de latitud y longitud en el navegador electrónico.
Cuando dije esto, forcé una sonrisa remisa, pero las imágenes que se me vinieron
a la mente hicieron que mi cuero cabelludo hormigueara. Juro que, de hecho, esa
zona de mar es un lugar que nunca me gustaría visitar por segunda vez. En aquel
entonces, con el propósito de completar un informe de investigación científica sobre
la mutación de los cangrejos araña causada por la radiación nuclear, un compañero
de clase japonés y yo hicimos el viaje en lancha más aterrador de nuestras vidas.
Jamás podría olvidar a esas espantosas criaturas que tenían patas de hasta dos
metros de largo y tenazas lo suficientemente fuertes como para romper el cuello
de un humano. Si no fuera porque mis habilidades de buceo no eran tan malas,
temí haber muerto allí, y mi compañero de clase inclusive casi perdió una pierna.
Justo cuando me quedé atrapado en esos terribles recuerdos, me desperté
sobresaltado por una mano que Agares colocó en mi mejilla. Su mirada significativa
fue muy avasalladora, haciéndome sentir como si una fuerza invisible me
estrangulara. —Tú me esperas aquí. Si vas al vórtice, no puedo garantizar tu
seguridad porque deberé mantener temporalmente la forma humana para
esconderme. Desharow, además de los peligros desconocidos, también están los
conocidos. Anoche, vi al hombre que no dejaba de acosarte en el pasado. No está
muerto y es el encargado de la transacción.
¿Rhine?
En un instante, sentí como si una serpiente fría y repugnante se me hubiera subido
por la espalda, y mis pelos no pudieron evitar erizarse. Sin embargo, esto no me
impidió protestar de inmediato. Agarré la muñeca de Agares. —¡No!
Definitivamente no, ¡ni se te ocurra abandonarme y actuar solo! Lo que pasa es
que no crees que soy lo suficientemente fuerte y valiente, ¿o no, Agares? —dije
con resolución.
—No eres diferente de un recién nacido.
—No es lo mismo. Te tengo a ti, el linaje del líder —apreté más fuerte y me
enderecé, levantando un poco la cabeza para presionar la punta de mi nariz contra
su labio inferior.
—Puedo sentir que mi fuerza crece. En estos dos años en los que estuviste fuera,
pude protegerme muy bien. —Lo miré a los ojos y utilicé un tono incuestionable
para enfatizar aún más—. Oye viejo, ¿por quién me tomas? ¿El mismo niñito de
hace quince años? Diablos, eso es muy divertido. Te diré una cosa, quiero luchar
contigo y nadie puede detenerme, ni siquiera tú.
Me apretó la nuca con una mano, y sus ojos parecían estar gestando una oscura
nube tormentosa, lo que me hizo sentir un poco asustado de lo que haría en caso
de que no obedeciera sus órdenes. Pero no mostré ningún retraimiento, sino que
simplemente contuve la respiración, fulminándolo con atención absorta. —Si no me
dejas seguirte, Agares, entonces, de ahora en adelante, nunca me volverás a ver.
Huiré muy, muy lejos, donde nunca me encontrarás.
—¿Me estás amenazando? —Agares entrecerró los ojos, y la tormenta bajo su
mirada pareció estar a punto de asolar mis pensamientos e ideas, sin dejar nada
atrás.
Dudé por un segundo antes de asentir inexpresivamente. —Sí. Créeme, lo haré.
Iré a Estados Unidos. Ahí no puedes llegar con tu cola.
Agares tiró de mi cintura en un santiamén y me sostuvo firmemente contra su
cuerpo. Su mano presionó mi frente y sentí débilmente que un entumecimiento
parecido a una corriente eléctrica me penetraba desde el hueco de su palma, lo
que hizo que mi cerebro comenzara a marearse. Esto inmediatamente me hizo
darme cuenta de que quizás estaba tratando de desmayarme. No pude evitar el
pánico y mi mandíbula tembló. —No, no me hagas esto... Agares...
Justo cuando estaba a punto de perder por completo el conocimiento, un repentino
disparo sonó a mi lado. En una fracción de segundo, el agua salpicó en todas las
direcciones y el cristal del depósito explotó, haciéndome despertar repentinamente
de la creciente fatiga. Solo escuché un sonido bajo de Agares cerca de mi oído,
antes de que rápidamente me abrazara y saltara por la ventana más cercana hacia
el oscuro canal.
Lo seguí, buceando rápidamente entre los pilares del edificio, los cuales se
encontraban bajo el agua y parecían junglas. No sé cuánto tiempo nadé, pero seguí
nadando hasta que terminamos en un puerto abierto donde se abandonaron grupos
de botes, antes de finalmente salir a la superficie. Estaba inusualmente oscuro y
no había nadie. Mejor escondite que este no había.
Sintiéndome vacilante y asustado, me limpié el agua de la cara. —¿Qué está
pasando? ¿Alguien nos disparó recién? ¿Te siguieron?
Agares me giró hasta que mi espalda estaba ahora frente a él. Era como si estuviera
revisando si estaba herido. Solo después de que estuvo seguro de que estaba bien,
finalmente habló.
—Eso creo.
Dicho eso, me abrazó por detrás, envolviendo todo mi cuerpo en su abrazo amplio
y sólido como una roca. Sus labios bajaron y me besaron la nuca. Aspiró mi aroma
mientras su mano me tocaba suavemente la frente y susurraba:
—No huyas demasiado lejos, Desharow.
Inmediatamente después, la oscuridad apareció ante mis ojos y perdí el
conocimiento en un instante.
Capítulo 72

¿Dónde es esto? Abrí los ojos de mi sueño y vi un techo de madera ante mis ojos.
Estaba lleno de grietas y, además, se podía ver un agujero oscuro roto en un lado
de la esquina. Lo contemplé rutinariamente durante un buen rato, hasta que mi
mente se despabiló lentamente, y solo entonces me di cuenta de que estaba
acostado en mi propio camarote en el Poseidón. No había duda de que fue Agares
quien me trajo de regreso aquí.
Esto estaba mal.
Me dispuse a incorporarme enseguida, y froté mi cabello despeinado antes de saltar
de la cama. Mientras me preparaba para abrir la puerta y salir, vi de reojo las cosas
que usaba para disfrazar mi apariencia en la mesa. Mis pasos se detuvieron. Debo
encontrar a Agares y alcanzarlo lo antes posible, pero no podía salir así. Era
demasiado peligroso. Soy un fugitivo y, además, Rhine y sus hombres también
estaban en Venecia. A menos que fuera mi último recurso, debo actuar de forma
encubierta tanto como sea posible.
Pensando en esto, me giré hacia mi escritorio y saqué una tijera. Mirando mi reflejo
en el cristal de la ventana, rápidamente me corté el pelo en un peinado bastante
afilado y astuto, luego me puse lentes de sol, una barba falsa y me oscurecí la cara.
Pronto, en el reflejo, apareció un hombre de mediana edad que ni siquiera yo podía
reconocer. Observé mi cara de lado a lado y unté cuidadosa y uniformemente la
crema cosmética. Hurgué en el cajón y encontré una pistola, unos binoculares y
una linterna. Los envolví en bolsas de plástico impermeables antes de meterlos
dentro de mi chaqueta recién cambiada, esto para evitar que se dañaran en caso
de que necesitara actuar en el agua.
Empujé la puerta, busqué alrededor del barco y descubrí que no había nadie en el
Poseidón. Un barco tan enorme, pero no había nada más que silencio. Sin embargo,
cuando llegué a la cabina del capitán, escuché un mensáfono con ruidos
clamorosos. Lo presioné, llamé varias veces e inmediatamente escuché la
respuesta de Rodia y varios otros compañeros del Poseidón. Me enteré de su boca
que Kolov seguía involucrado con la mafia y la transacción de la presunta empresa
alemana. No solo eso, fue invitado con éxito a participar como intermediario en su
misterioso proyecto, y el Poseidón iba a Japón con ellos.
Sus voces sonaban emocionadas porque creían que esta vez podrían hacer una
gran suma de dinero, pero mi corazón se hundió como un ancla, y mis entretelas,
como los movimientos de balanceo de la cadena del ancla, comenzaron a sentirse
inquietas.
¿Por qué Rhine y los demás también quieren ir a Japón? ¿Ya sabían que la ubicación
de los restos de la bomba atómica eran la clave para abrir el pasaje?
Pero esto también era bastante bueno; después de todo, era mucho más fácil
recuperar las esporas en el mar que en una ciudad controlada por fuerzas humanas.
Esto le daba a Agares una ventaja absoluta, pero ¿dónde estaba ahora?
Me bajé del Poseidón sintiéndome extremadamente nervioso y tomé una góndola
en dirección al casino clandestino al que Kolov nos había llevado ese día. Sin
embargo, tan pronto como pasé por el Puente de los Suspiros, vi inmediatamente
que no muy lejos, un transatlántico anclado al lado oeste del puerto se acercaba
lentamente al Poseidón. Después de poner el puente en su cubierta, se vio un grupo
de figuras saliendo del transatlántico. Eran mis compañeros. Además de ellos, había
varias otras figuras de pie en la tercera cubierta de ese sospechoso transatlántico.
De un vistazo, vi una figura familiar con un abrigo verde militar. Me agazapé por
reflejo, me metí en el fondo de la tienda de la góndola, di un rápido y ágil salto a
tierra y, desde allí, observé esa ubicación desde mi lugar resguardado por una
pared.
Esa persona era claramente Rhine. Pero entonces, ¿dónde estaba Sakarol? Observé
atentamente el resto del transatlántico, pero no encontré la figura de esa mujer
siniestra y pérfida. No pude evitar sentirme temporalmente aliviado y recé mucho
para que no hubiera venido o ya estuviera muerta. Aunque es cierto que Rhine era
una gran amenaza, no era tan difícil lidiar con él como Sakarol.
Pese a que no pude encontrar a Sakarol, descubrí otra gran amenaza: Shinichi.
Estaba de pie en la segunda cubierta, conversando con Kolov y la madrina de la
familia Camorra, Licciardi. Verla a ella me llenó de ánimo, y rápidamente me moví
a un lugar con una mejor vista y busqué a Agares en todas partes, pero aun así no
vi ni rastro de él.
Sin embargo, podía sentir vagamente que estaba aquí, ya que podía sentir un
campo magnético invisible atrayéndome, haciendo que mis nervios saltaran. Tal
vez estaba escondido en el Poseidón o en algún lugar del transatlántico de Rhine.
Lo más probable es que fuera esto último.
—Quieres jugar a las escondidas conmigo, ¿o no, mi señor jefe? —pensé en voz
alta mientras entrecerraba los ojos. No pude evitar estar extremadamente feliz de
que Kolov también se hubiera adentrado en el agua fangosa, lo que me permitía
estar naturalmente con Agares de este viaje en adelante. Agares probablemente
no esperaba esto en absoluto.
Al ver a Rhine regresar al interior del transatlántico, aproveché la oportunidad para
escabullirme de regreso al Poseidón y me escondí en mi camarote para espiar la
situación en el barco opuesto con los binoculares. A través de la lente, vi a Shinichi
sosteniendo un navegador electrónico mientras hablaba con Licciardi; quizás estén
hablando precisamente de la ubicación de los restos de la bomba atómica en
Hiroshima. Detrás de él había varios guardaespaldas de negro y entre ellos, uno
llevaba un maletín de cuero que probablemente contenía efectivo para la
transacción. Al final, no encontré ningún contenedor sospechoso alrededor de
Shinichi que pudiera tener las esporas de sirenio. No sé dónde las guardan en este
momento.
Seguí observando todo esto atentamente. La lente de los binoculares rozó
inadvertidamente las caras de esos hombres detrás de Shinichi, pero entonces, mi
corazón palpitó de repente, lo que hizo que mis ojos se congelaran a través de la
lente. No pude evitar enfocarme emocionalmente en el rostro de cierta persona.
Era la persona que llevaba el maletín, un hombre alto con lentes de sol y la cabeza
llena de cabello castaño corto.
No había parecido entre la apariencia de este hombre y la de Agares salvo por la
misma piel blanca pálida. Claramente parecía un extraño, pero no podía apartar la
mirada, era como si estuviera siendo succionada. ¡Juro que no tuve un cambio de
afecto ni amor!
Si Agares podía replicar la parte inferior del cuerpo de un ser humano adquiriendo
genes vía succión de la médula ósea de una persona, ¡¿tal vez podría hacer algo
similar para copiar la apariencia facial de otra persona?! ¿Quizás estaba fingiendo
ser una de las tres personas que había matado?
Aunque una suposición audaz atravesó mi mente, si se trataba de Agares, podría
ser una hipótesis razonable. Tenía que encontrar una manera de determinar mi
conjetura, si no estaré ansioso hasta el punto de volverme loco porque no sé si fue
solo mi imaginación o no. Tengo que encontrar una manera de subirme a ese barco,
pero es una estupidez intentarlo a plena luz del día, ya que hay dos personas a
bordo que me conocen. Los dos barcos que viajan juntos no estarán muy separados
el uno del otro, por lo que podría nadar allí por agua y subirme a ese otro barco.
Después de usar los binoculares para examinar claramente la estructura del
transatlántico, planeé en silencio mi operación nocturna en mi mente mientras
observaba cómo la pareja que hablaba en la cubierta caminaba hacia las bodegas.
Parecía que se celebraba un banquete de apuestas en el interior. El hombre que
me transmitió una sensación peculiar los siguió al interior y desapareció entre los
círculos abarrotados.
Poco a poco, a medida que el cielo se oscurecía, el Poseidón y el otro barco zarparon
del puerto uno tras otro.
A las ocho en punto de la noche, Rodia, Nick y algún otro compañero vinieron a
invitarme a jugar al póquer. No me negué y jugué hasta la medianoche, antes de
finalmente usar la excusa de ir al baño para escabullirme. En el momento en que
nadie se dio cuenta, salté furtivamente al mar y nadé como un tiburón en busca de
comida al otro barco no muy delante de nosotros, aprovechando la noche oscura y
el viento fuerte. La velocidad del otro barco era muy veloz y las olas generadas por
la trayectoria eran particularmente grandes. Sería imposible para la gente común
alcanzarlo nadando, pero para un cuerpo mutado como el mío, no era tan difícil.
Después de varios intentos, al fin pude agarrarme a un bote salvavidas atado al
exterior del transatlántico con una daga. Agarrándome de la cuerda que colgaba,
subí con cuidado, y cuando llegué al borde, levanté la cabeza para espiar en
silencio: toda la gente se encontraba en el comedor del barco, completamente
absortos en el banquete de apuestas que pronto terminaría. Una banda de
acordeones cantaba canciones alemanas, con una hermosa artista rubia medio
sentada en el escenario, y al parecer sus hermosos muslos níveos atraían toda la
atención de los presentes. Esto permitió que nadie se diera cuenta de que cierto
"fantasma" como yo, había subido del mar en la oscuridad.
Me metí velozmente en el barco y me pegué a una ventana del gran comedor a fin
de observar el interior. El humo ondulante era negruzco, con las luces bastante
moteadas y deslumbrantes. A pesar de que aún no podía encontrar a Agares, con
solo un vistazo, ya vi a Rhine sentado en una mesa de juego con Kolov y los demás,
no muy lejos, con un cigarrillo en la boca y muchas fichas en mano; se comportaba
como un líder disfrutando de una vida de lujo. Ni siquiera sabía qué rango militar
tenía ahora. Quizás, en estos momentos, sin la supresión de Sakarol, al fin pudo
mezclarse en su yo privado.
Tras tragarme el disgusto que subía por mi garganta, me acuclillé y me moví al
otro lado del comedor, pensando que tal vez Agares estaba en la segunda o tercera
cubierta, así que subí a hurtadillas las escaleras que conducían a los pisos
superiores. Todo el segundo y tercer piso estaba a oscuro, todas las cabinas del
pasillo estaban cerradas, y había varios hombres armados custodiando la proa y la
popa. No sabía si empezarían pronto a patrullar. Me escondí silenciosamente en la
oscuridad, prácticamente deslizándome contra la pared sin hacer ningún ruido.
Mientras me acercaba a las escaleras que conducían al tercer piso, de repente olí
un aroma familiar, y mi corazón no pudo evitar comenzar a latir salvajemente.
Agares estaba cerca, en el tercer piso, en algún lugar muy cerca mío.
Busqué a tientas la barandilla para subir, casi resbalándome debido a la urgencia
de trepar, pero por suerte fui rápido para equilibrarme en los escalones. Al asomar
la cabeza por la puerta de la cabina, una espalda negra apareció ante mi vista en
la tenue luz de la noche. Ese es el hombre que vi con mis binoculares durante el
día. Estaba mirando el mar, aparentemente fascinado, como si meditara
profundamente algo, y ni siquiera detectó mi presencia repentina. Aunque la parte
inferior de su cuerpo no tenía una cola de pez, tampoco un largo cabello gris
plateado en su cabeza, e incluso su altura era un poco diferente, eso no impidió
que el fuerte aroma en el viento nocturno perteneciente específicamente a Agares
me atrajera paso a paso.
—Hola, Agares.
Me arrastré a sus espaldas y sus hombros saltaron ante mi silenciosa exclamación.
Supuse que lo había sorprendido. Antes de que pudiera darse la vuelta, levanté el
brazo y envolví su cintura por detrás. Enterré mi nariz en su traje y olí
profundamente el tentador aroma que salía de él. —Ni siquiera pienses en dejarme.
Una mano fría me sostuvo la muñeca y sus dedos frotaron mi piel con cuidado. Se
giró lentamente, y cuando levanté la mirada, lo que vi fueron unos lentes de sol de
tono negro, y detrás de ellos había un par de ojos largos y angostos que irradiaban
un débil resplandor. Me acerqué al puente de su nariz y pensé que recibiría un beso
ansioso, pero de repente sentí que un objeto de metal duro y frío se presionaba
contra mi frente. En el momento siguiente, antes de que pudiera reaccionar, mis
dos brazos se presionaron abruptamente detrás de mi cuerpo, y todo mi cuerpo
fue empujado con fuerza por las escaleras hasta el segundo piso. La voz familiar y
profunda al lado de mi oído espetó una breve frase en alemán que no entendí, y
en un instante, hombres armados me rodearon, con cañones negros apuntándome
directamente.
¿Qué está sucediendo? Mi cerebro zumbaba profundamente, momentáneamente
incapaz de comprender algo, y solo pude quedarme anonadado en el lugar.
—¿Qué está sucediendo? —Otra voz hizo la misma pregunta que yo tenía en mente,
pero provino de la cubierta inferior. Eché un vistazo hacia abajo y vi a Rhine parado,
mirándome a mí, este invitado inesperado que fue capturado vivo.
Capítulo 73

Mi cuerpo fue forzado a bajar a la cubierta inferior. Rhine se acercó a mi dirección


e inmediatamente bajé la cabeza, por si acaso pudiera ver mi disfraz.
Sentí las ansias de dirigirme al tipo que me inmovilizaba las manos para una
confrontación, pero me tragué mis palabras y resistí el impulso. Estaba seguro de
que esta persona era Agares, por ese par de ojos que jamás admitirían su error
incluso si se redujeran a cenizas. No sabía por qué Agares estaba haciendo esto,
pero definitivamente debía tener sus razones. Si [yo] entraba en pánico ahora...
Eso probablemente revelaría su identidad. Sin embargo, al menos debería haber
dicho algo, ¡todo sucedió tan rápido que me tomó con la guardia baja!
Mi mente se sumió en una pequeña confusión. Mi mirada se posó en las botas de
cuero de Rhine que el piso de la cubierta proyectaba, y mis nervios se retorcieron
por el frío sonido de sus pasos que se acercaban.
—¿Quién eres? ¿Qué estabas haciendo escabulléndote allá arriba? —Rhine dejó de
caminar y se paró a un metro de mí.
—Buscaba... buscaba el baño —reprimí deliberadamente mi voz a una octava más
baja, llegando incluso a hablar en español. Aunque no sabía si encontraría familiar
mi voz, rezaba para que no fuera así.
—Levanta la cabeza.
Mi respiración se aceleró y mi corazón dio un vuelco, pero entonces las manos que
me sujetaban las muñecas en la espalda de repente se tensaron. Tal vez fue una
especie de insinuación, mas no pude entender el significado. Sabía que no podía
mantener la cabeza gacha para siempre. La base de mi cuello se sentía
tremendamente oxidada, muy rígida. Levanté un poco el mentón con gran
dificultad, sintiendo que cada nervio de mi cara se crispaba de tensión. Pero
entonces llegó la inspiración, y rápidamente fingí estar borracho, inclinando
perezosamente la cabeza para mirarlo mientras soltaba una risita beoda. —Oye,
no estés tan nervioso. Tengo que echar una meadita, por eso estoy buscando un
baño...
Sus ojos se centraron en mi cara. Su mirada era tan aguda que podía calar mis
lentes de sol y hacer que mi confianza en mi disfraz vacilara. Solo espero que su
habilidad para reconocer a las personas no fuera como la de un agente del FBI. Por
suerte, para mi alivio, no mostró ningún signo de reconocimiento después de ver
mi acto de embriaguez, simplemente me miró vigilantemente como si fuera un
ladrón. —No parezco haberte visto antes. ¿Eres subordinado de Kolov o Licciardi?
—Eh, ¿de qué estás hablando? —dije, balanceando la cabeza antes de volver a
bajarla—. Tsk... ¡Dios mío, me voy a hacer pipí! No les importa si me vació aquí en
la cubierta, ¿verdad?
—¿Alguien aquí que reconozca a este tipo? —Rhine gritó en voz alta. Pronto, lo que
siguió fueron sonidos de gente reuniéndose en la cubierta, por lo que solo pude
juntar coraje y continuar este acto apoyándome inestablemente contra la figura de
Agares, con mi cuerpo meneándose de un lado a otro. De repente pensé que, si
esto fuera una película, tal vez podría ganar un premio o algo así, pero
desafortunadamente, parecía que solo me había puesto en un aprieto y no podía
salir del escenario. En el fondo, también había un protagonista que claramente no
estaba cooperando conmigo en absoluto.
Eso ciertamente lo empeoraba.
Nadie en la multitud le respondió a Rhine, y obviamente ni Kolov podía reconocer
mi apariencia actual.
—Enciérrenlo en una de las cabinas de abajo primero —ordenó Rhine.
Fui arrojado entonces como un verdadero borracho a una cabina oscura ubicada en
el primer piso. Allí, me restringieron con esposas y me obligaron a beber una
repugnante medicina que supuestamente ayudaba con la sobriedad, y tuve
temporalmente la oportunidad de estar solo. Pero que me consideraran como un
borracho que irrumpió accidentalmente en el barco, eso no sería tan fácil y lo sabía.
Tarde o temprano me iban a interrogar, y en ese momento, ¿cómo les ocultaría mi
identidad a Rhine y los demás? ¿A qué diantres estaba jugando Agares?
Justo cuando estaba perdido en mis pensamientos, la puerta de la cabina se abrió
con un clic y levanté la cabeza de una manera asustadiza. La figura que entró a la
habitación me erizó todos los pelos del cuerpo, pero al momento siguiente, me
quedé atónito una vez más: la persona que entró era Rhine, pero detrás había
alguien más, Agares disfrazado de humano. Parecía un matón leal o, más bien, un
séquito, con un rostro circunspecto en su cabeza gacha, pero los objetos de metal
que sostenía en sus manos podían hacer que cualquiera se estremeciera de miedo.
Esos artículos parecían instrumentos de tortura que los nazis usaban al momento
de interrogar a sus prisioneros. Había alicates, un par de tijeras, un cepillo de púas
y algo que se parecía a un cucharón para sacarle un ojo a alguien. Mirar todos estos
artículos me hizo tiritar.
Le lancé una mirada suplicante al rostro desconocido de Agares, pero sus ojos
estaban ocultos entre las sombras de sus lentes de sol y no hicieron ningún
contacto visual conmigo. Era como un cadáver andante controlado por un taoísta.
En un instante, el pánico aumentó y una sensación de peligro inminente me
obstruyó la garganta, como si un ciempiés estuviera subiendo por mi corazón para
inyectar su veneno. ¿Quizás, esta persona realmente no era Agares? No, no creo
estar equivocado. ¿Podría ser que estaba siendo controlado? Pero, ¿qué tipo de
fuerza podría controlar a esta criatura extraterrestre altamente inteligente?
Mis pensamientos recorrieron mi cerebro caóticamente y mi respiración se dificultó.
La sombra de Rhine se cernió sobre mí, y la sombra de su abrigo, envuelta en el
desagradable olor a tabaco y alcohol bloqueó toda la luz. —Entonces, amigo mío,
ya estás lo suficientemente sobrio, ¿cierto?
Rhine murmuró fríamente y me agarró el cabello con brusquedad, lo que obligó a
toda mi cabeza a mirar hacia arriba, mientras que su otra mano me ahogaba el
cuello. En el momento siguiente, mi cuerpo fue estrellado contra la pared, el
movimiento brusco y el impacto me hicieron toser. Mi rostro entonces se sintió
repentinamente ligero, pues los lentes de sol se habían resbalado del puente de mi
nariz. Inmediatamente, miré hacia un lado con miedo, pero ya era demasiado
tarde; sentí que la mano grande y áspera que me ahogaba se ponía rígida, antes
de que la aflojara con un temblor. Acaricio mi mejilla, jalando a la fuerza mi cabeza
para que pudiera enfrentarlo directamente.
—¿Eres... Desharow?
Bajo la luz blanca y fría, las pupilas de Rhine se dilataron tanto por la conmoción
que casi colmaron en totalidad sus ojos, llenos de incredulidad, con cada línea de
su rostro temblando de emoción. Su aliento caliente plagado de alcohol y tabaco
se roció en mi rostro. —Dios mío, cómo diablos estás aquí... —murmuró, sus labios
se curvaron en una mueca—. Es porque me extrañabas, chiquillo...
—¡No seas asqueroso! —resistí el impulso de vomitar y presioné mi cabeza contra
la pared como un intento de deshacerme de su dedo.
Sin embargo, inevitablemente, cuando sus manos se mezclaron con mi cuello,
rompió bruscamente algunos de mis botones. Mi solapa se abrió de par en par ante
sus ojos. Pude sentir su ardiente mirada en mi cuerpo, haciendo que se me pusiera
la piel de gallina por todas partes. Mire en dirección a Agares por reflejo, pero mi
vista fue bloqueada por completo por Rhine, y tampoco hubo ningún movimiento
de protesta del otro lado. El silencio de Agares me hizo sentir más ansioso que
enfrentarme a Rhine. Aunque sabía que sería más prudente encontrar una manera
de deshacerme de Rhine yo solo, otro pensamiento más fuerte me llevó a apretar
los puños y no moverme ni un centímetro. Quería ver cuándo Agares finalmente
reaccionaría, quería saber qué le ocurría.
Al menos muévete un poco, Agares. ¿Qué es exactamente lo que te pasa?
—¿En qué piensas, mi adorable alumno? En estos momentos, sospecho seriamente
que estoy teniendo un hermoso sueño, porque caíste en mis manos una vez más,
mi pequeña polilla... —Rhine bajó la cabeza y se acercó a mis labios, observándome
a los ojos de una manera casi obsesiva. Me obligué a no forcejear, pero mi mente
era como una bola de hilo a punto de romperse que colgaba del borde de un
acantilado. Todos mis sentidos para escuchar estaban enfocados donde se
encontraba Agares.
De repente, escuché un ruido: una intención asesina se precipitó hacia nosotros en
un instante. Vi que antes de que Rhine pudiera siquiera darse la vuelta para
reaccionar, una mano pálida se extendió por sus espaldas, y como una araña
venenosa atacando su rostro, los dedos casi se clavaron en las cuencas de sus ojos.
A través de la piel casi transparente de Agares, las venas que sobresalían de su
mano parecían llenas de una tenue corriente eléctrica azul brillante. Al mismo
tiempo, proveniente del lugar donde la palma de Agares se encontraba con la piel
facial de Rhine, escuché un chisporroteo similar al cacareo de un cable.
Observé con asombro a Rhine mientras su cuerpo se sacudía y estremecía como si
se hubiera electrocutado. Su cuerpo se desplomó casi de inmediato, pero Agares
lo sostuvo por el cuello. Luego, el rostro desconocido miró hacia Rhine, que estaba
paralizado, y sonó un murmullo familiar de su boca. —¿Dónde están las cosas
ahora? Las piedras azules que sacaron del fondo del mar, necesito saber
exactamente dónde están.
—Están... en el avión que se dirige a Hiroshima. Llegará al puerto en tres días.
Los ojos de Rhine se enfocaron y desenfocaron, y mientras miraba al techo, sus
manos y pies seguían tiritando. Obviamente, no se dio cuenta de lo que estaba
hablando, pero instintivamente escupió la información que sabía.
Parece que entiendo un poco la razón de la serie de acciones de Agares, pero lo
que vino después no fue alivio ni iluminación, sino una gran oleada de dolor y furia,
como una botella de vino de grosella podrido atascado en mi garganta, provocando
que mis entrañas se sintieran como si estuvieran ardiendo. El dolor era caliente y
fermentado, incluso transformando mi respiración en ácido.
—Entonces, ¿este fue tu gran plan impulsivo, señor jefe? —tragué, mi mirada
fulminaba el rostro desconocido de Agares. Continué con una risa burlona—.
¿Usarme como cebo para controlar a este tipo? Qué excelente plan.
—Ha recibido un entrenamiento especial, su mente es muy fuerte. Solo podía hacer
esto cuando su guardia estuviera en su punto más bajo. No te lo dije por miedo a
errar y revelar nuestra tapadera, Desharow.
Agares agarró a Rhine por el cuello, arrastró todo su cuerpo con facilidad y lo arrojó
como un trapo contra la pared. Tras recoger la llave que cayó de Rhine, caminó
hacia mí para ayudarme a quitarme las esposas. Una vez que mis manos estuvieron
libres, lo agarré inmediatamente por el cuello y le quité los lentes de sol en la cara
y los tiré al suelo. En este momento, me encontraba contemplando al único medio
que me permitía sentir el alma oculta debajo del cuerpo, para poder capturar lo
que quería del interior.
Sus ojos se hundieron, ocultando sus emociones. —No dejaré que ese tipo te toque
un dedo.
Me agarró la muñeca, presionó sus labios en mis nudillos como de costumbre y
lamió el lugar donde las esposas mi hirieron. Sin embargo, esa cara completamente
desconocida hizo que mi corazón sintiera una sensación de resistencia, como un
catalizador que empujó al frente mis emociones suprimidas estos dos días, y retiré
mi mano instintivamente.
—Dime, Agares, ¿originalmente planeaste abandonarme e irte sin más, o ya lo
habías planeando de antemano y esperaste a que viniera a buscarte para que se
pudiera poner en marcha? —pregunté en voz baja.
Después de decir esta oración, respiré hondo y me apoyé contra la pared, poniendo
cierta distancia entre nosotros mientras lo miraba fijamente.
Dios sabe que realmente no quería que fuera lo último, porque he tenido suficiente
de la sensación de ser usado. Toda mi vida había estado luchando en una red de
conspiración, siendo medido por todos y cualquiera, atrapado en todo tipo de
mentiras y engaños. Cuando miro hacia atrás a todos los rostros de las personas
en las que he confiado, encuentro que se han vuelto indistinguibles, como personas
enmascaradas de los bailes de Venecia. Cuales fueran las mentiras que susurraban
a sus espaldas, cuales fueran los dulces en sus manos, lo que hacían para conmover
los corazones de los demás con sus súplicas, todas eran cosas que ya no me atrevía
a tocar, escuchar o incluso tratar de entender.
Siempre me aseguré de mantener una distancia segura de las otras personas,
incluidas las del Poseidón.
Admito que ahora mismo, tengo problemas para confiar en los demás, y Agares
era la única fortaleza en la que podía depender. Pero ahora, la fortaleza frente a
mí también comenzaba a desvanecerse. Estaba envuelto en una sensación de
incertidumbre, como si detrás de mí hubiera un abismo que, si tuviera que entrar
en él, todo mi cuerpo se caería y haría añicos.
Sus ojos negros se clavaron en mí. —No, no sabía que vendrías.
—Entonces tu reacción fue muy rápida. —Tampoco sabía lo que me había pasado
y solté sarcásticamente.
—Es la verdad.
Agares susurró para sí mismo, aparentemente irritado por mi actitud, y frunció el
ceño. Avanzó, sus manos heladas que eran casi como la temperatura del mar
agarraron mis brazos firmemente, sujetándome. Apreté mi puño e intenté
liberarme de su supresión, pero su brazo detrás de mi espalda se apretó alrededor
de mi cintura y usó su fuerza bestial para acercarme a su pecho.
Me agarró la mandíbula con la otra mano, dejándome incapaz de mover el cuello.
Después de eso, bajó la cabeza para besarme con fuerza.
—¡Ngh!
¡Maldita sea, este idiota!
Resistí obstinadamente su invasión y levanté mi rodilla contra su estómago, pero
Agares estaba un paso adelantado: agarró mis dos piernas y usó sus vigorosos
brazos para separarme del suelo, ello mientras hacía uso de su cintura para
apretarme entremedio. En un instante, perdí mi centro de gravedad y no tuve más
remedio que apoyarme contra la pared, con Agares sosteniéndome por el trasero
y mis caderas golpeando la parte inferior de su cuerpo...
Ese lugar claramente ya estaba duro.
—¡Carajo, bastardo, siempre pensando en hacerlo tan pronto como me ves! —
regañé.
Usé mi codo para empujar firmemente su hombro y poder alejar un poco mi trasero
de esa zona de peligro, pero no pude evitar sorprenderme cuando mis ojos se
posaron en su rostro. Los músculos de esa cara masculina desconocida se movían
suavemente como las olas del agua, y toda su fisionomía parecía estar cambiando,
con los rasgos con los que estaba más familiarizado luchando por atravesar la piel.
Era como si dos caras diferentes estuvieran tratando de destrozarse bajo una
misma piel. Este hecho extraño e inusual podría describirse como espantoso, y me
dejó estupefacto.
—Está empezando a ser inestable de nuevo, Desharow... no debí haberte tocado.
Agares entornó los ojos, prácticamente diciéndolo con los dientes apretados.
Levantó un poco la cabeza, como si estuviera muy angustiado. Las pequeñas venas
se extendían desde sus orejas hasta su mejilla, e incluso el blanco de sus ojos
comenzó a crecer. Las venas azules que sobresalían de su cuello parecían estar a
punto de estallar. El cabello plateado creció de su cabeza y reemplazó al cabello
rubio, casi como la germinación de una planta. Desconocido era para mí si este
proceso era doloroso o no, pero mi corazón también se sentía como si estuviera
siendo pinchado por los mismos pequeños mechones de cabello, lo que se sentía
insoportable.
Estiré la mano, pensando en tocarle la cabeza, pero capturó mi muñeca y alejó mi
cuerpo con un empujón. Mientras temblaba tanto que se arrodilló en el suelo, con
sus cinco dedos abiertos se rascó el pantalón en el muslo, resistiéndose a rasgarlo.
Lo miré con nerviosismo, preocupado de que su cola de pez pudiera regresar
repentinamente.
Por suerte, el cuerpo de Agares pareció volver a estabilizarse debido a su distancia
de mí. Jadeó profundamente y se apoyó contra la pared a mi lado, usando el silencio
para construir una pared invisible entre nosotros.
—Entonces es porque... cuando me ves, no puedes reprimir tu deseo sexual, por
lo que temías que yo hiciera que revelaras tu identidad, ¿verdad? —No pude evitar
romper esta atmósfera congelada. No tuvo nada que decir cuando expuse esta
razón. Me metí las manos en el bolsillo y escupí—. Lo siento, te estoy causando
problemas. Debería volver a mi propio barco y estar lo más lejos posible de ti. Solo
cuando el líder pueda volver a hacérmelo, entonces apareceré.
Espeté ligeramente estas últimas palabras y caminé hacia la única ventana
corrediza ubicada en la cabina. Empujándola para abrirla, solo había sacado una
pierna antes de que una fuerza poderosa me volviera a empujar hacia adentro.
Unos brazos pálidos me sujetaron vigorosamente, con los mechones plateados de
cabello cayendo por mis hombros. Sintiendo sus labios contra mi cuello, dijo con
una voz baja y ronca:
—No te vayas.
Capítulo 74

—No te vayas, Desharow.


Como si tuviera miedo de que saltara por la ventana y escapara en cualquier
momento, Agares rodeó con fuerza mi cintura y me abrazó. La brisa helada del mar
sopló alrededor de mi cuerpo desde la ventana abierta, haciéndome temblar.
Agares aprovechó esta oportunidad para arrastrarme unos centímetros dentro y
reubicarnos rápidamente en una esquina de la habitación. Mi espalda se apretó
contra su pecho, sin dejar espacio entre nosotros, y mis brazos también quedaron
restringidos contra la pared, oprimiendo toda mi resistencia con su fuerza habitual.
Era como si no le importara en absoluto o no entendiera mis emociones y
razonamiento.
Ahora, mi ira estaba a punto de encenderse. Luché por estrellar mi espalda contra
su cuerpo, pisando su aleta caudal que ya había mutado a piernas humanas, con
la intención de hacer que me soltara. Por desgracia, mi fuerza, en comparación con
su fuerza demoníaca, ni siquiera podía competir, y descubrí que estaba mordiendo
más de lo que podía masticar. Cuanto más lo intentaba, más me reprimía; era
como si se tratara de un volcán (aunque su temperatura corporal era tan baja que
es más adecuado llamarlo iceberg) lleno de hormonas masculinas arrinconándome
en un rincón. Simultáneamente, su mano entró por la costura de mi camisa y
comenzó a explorar. Con mi solapa ya rasgada, sus manos exploraron mi pecho
lujuriosamente y rozaron mis dos puntos más sensibles, luego bajaron en línea
recta para tocar el plato principal. La estimulación hizo que mi cuerpo se ablandara
y no pude evitar soltar un gemido de mi garganta.
Agares planeaba utilizar el control que tenía sobre mi cuerpo para mantenerme
aquí, pero juro que su comportamiento en este momento no me hace tener el más
mínimo interés, sino que me hace sentir más enojado. Agares, con el mejor de sus
esfuerzos, usó su rodilla para abrir mis piernas y, cuando comenzó a tirar de mis
pantalones sin decir una palabra, prácticamente monté en cólera.
—¡Bastardo, libertino viejo y repulsivo! ¿Hay algo más que puedas hacer además
de usar un método tan rastrero para controlarme? —rugí mientras jadeaba—.
Puede que estés acostumbrado a esclavizar y mandar a tus súbditos, ¡pero yo no
soy uno de ellos! No me toques...
Mi voz se hizo más fuerte a medida que espeté cada palabra. La sangre de la vena
de mi cuello se precipitó a mi cabeza, haciendo que el borde de mis ojos ardiera
levemente. —No me toques, Agares. Realmente me arrepiento ahora. Como una
mascota leal, vine aquí a buscarte, pero al final me usaste y después me alejaste.
¡¿Y ahora, quieres usarme para desahogar tu imparable lujuria?!
Tan pronto como terminé, su agarre sobre mí se aflojó y la ofensiva que invadía mi
parte inferior del cuerpo también se detuvo. Inclusive el pecho violento y ondulado
que se me pegaba se calmó paulatinamente. Sus manos se retiraron de debajo de
mi ropa y se movieron para tocar mi cara, pero las evité con un movimiento de la
cabeza. Giré mi cuerpo y lo empujé unos pasos. En ese momento, Agares de
repente se congeló como si le hubieran arrojado encima metal fundido que se
endureció, e incluso su expresión facial se solidificó. Sus ojos profundos se
encontraron con mi mirada, y parecían estar llenos de una densa niebla. No podía
entender lo que estaba pensando, y esto llenó mi corazón hasta el fondo,
dificultándome la respiración como un pez atrapado en una red.
Lo enfrenté en silencio. Mis manos se mantuvieron en una postura defensiva
mientras lo miraba agresivamente como un gato enojado. Por esta razón, sabía
muy bien que Agares probablemente estaba lleno de rabia, pero yo no quería
admitir la derrota todavía. Odiaba que me protegería y odiaba su actitud tiránica,
después de todo. Solo quería que nos amáramos por igual, pero Agares no era
humano y, además, era el líder superior de su propia raza. Probablemente ni
siquiera podía entender lo que estaba moralmente mal con sus acciones. Esta era
nuestra diferencia fundamental.
El sentimiento de que Agares ignorara por completo mis opiniones y mi libertad
realmente me enfurecía. Era como si me estuviera domesticando… ¡Solo Dios sabía
cuán obstinado era yo por naturaleza!
Justo cuando la atmósfera en la cabina estaba a punto de estallar, de repente
escuché una serie de pasos: no muy cerca, pero tampoco tan lejos.
Subconscientemente miré al Rhine desmayado, cuyo cuerpo se movía levemente,
como si su conciencia se estuviera recuperando y no estuviera lejos de despertar.
Así, supe que no era el momento de causar problemas. Apreté mis puños y bajé
las manos, metiéndolas en los bolsillos de mis pantalones, y le sugerí a Agares en
un susurro frío. —Alguien viene. Es hora de limpiar el desastre aquí, jefe. ¿Qué
quieres hacer con este tipo de aquí?
—No recordará nada de esto.
Agares entrecerró los ojos, le echó una mirada descuidada al cuerpo de Rhine y
caminó directamente hacia mí. Capturó mi cabeza entre sus manos, tomándome
desprevenido, y bajó la cabeza contra el puente de mi nariz.
—Quiero arreglar las cosas entre nosotros dos primero... Desharow, ¿cómo se
supone que debo tratarte? —continuó.
Mordió pesadamente cada sílaba rusa.
Antes de que pudiera reaccionar, los labios de Agares ya estaban ansiosa y
ferozmente presionados sobre los míos, envolviendo mi rostro con una fuerte
fragancia cual bandada de cuervos. Bajo su agarre sentí muchísimo dolor en la
nuca, y pronto sentí un fuerte sabor a sangre en mi boca. Aunque aparté su mentón
por el dolor, era como si no tuviera control de sí mismo. Saboreaba cada rincón y
grieta de mi boca, como si a través de ella buscara los pensamientos en mi cabeza
que se resistían obstinadamente a su voluntad de agarrarlos con firmeza. Era casi
como si tuviera miedo de que una parte de mi corazón se le escapara.
No pude evitar pensar que, a veces, la obsesión y la animalidad salvaje de Agares
me asustaban. No tenía ninguna duda de que me lo haría aquí, una vez más. Su
gentileza me había hecho valiente, pero ahora, una vez más recordé el miedo que
sentí en el pasado cuando lo enfrenté por primera vez. Aturdido y desconcertado,
traté de evitar que me rasgara la ropa, pero me levantó y me hizo descansar en el
suelo en un movimiento completo, y después volvió a besarme salvajemente, como
si no le preocupara la otra persona en la cabina. Era una turbulencia creciente,
nada podía detenerlo.
Me encontraba tiritando por doquier, no estaba seguro de si era de ira o de miedo,
pero podía sentir que mis manos y pies se estaban debilitando. Al final, me quedé
sin fuerzas para resistirme a él, lo que le permitió rasgarme la ropa hasta que no
quedó nada. Sus labios y lengua viajaron más allá de mi cuello para atacar mi
entrepierna. Pero en ese momento, de la nada, el sonido de huesos dislocados
apareció y el cuello de Agares se torció en un ángulo extraño. De repente pude ver
claramente que sus ojos se habían convertido en algo anormal: toda su blancura
parecía haber sido tragada por sus pupilas lúgubres, y los ojos eran tan oscuros y
malvados como un pantano brumoso, llenos de un aura siniestra. Similar a un
demonio salido de una tumba, ya no había rastro de emoción o racionalidad en él.
No pude distinguir si fue su mutación o sus fluctuaciones emocionales lo que lo
llevó a distorsionarse de una manera tan terrible, solo sabía que me asustaba
muchísimo. —Agares, ¡¿qué te ocurre?! —grité en voz alta, con el pelo erizado.
Parpadeó y levantó un poco la cabeza, mirándome fijamente con sus ojos sosos y
negros, donde el blanco no se encontraba por ninguna parte. Entonces, sonrió y
mostró sus colmillos peligrosamente afilados.
Surgió un miedo indescriptible, como si hubiera insectos venenosos subiendo desde
la punta de los dedos de mis pies hasta mi columna. Esa expresión suya me hizo
darme cuenta de que lo que quedaba en su cabeza ahora eran solo instintos puros,
como el deseo sexual, el hambre y tal vez algunos de los otros quince instintos
básicos, pero estos dos son los más evidentes.
Estaba muerto de miedo.
—Agares... Soy yo, Desharow —tragué nerviosamente mi saliva mientras
temblaba. Sus párpados parecieron palpitar por un segundo, y una neblina notable
se infló en sus ojos, pero volvió a bajar la cabeza. Con sus labios acercándose a mi
estómago, salió un siseo que nunca antes había escuchado.
Boom, boom, boom. El sonido de alguien llamando repentinamente la puerta me
sonó como un aviso de muerte, pero al mismo tiempo, el sonido de una música que
salva vidas.
Agares me liberó de inmediato, se alejó de mí sin dudarlo y se pegó al suelo. En
una postura anormal, similar a la de un gran lagarto negro, se arrastró
silenciosamente hacia la puerta. Sintiéndome desconcertado y aterrorizado,
observé su mano mientras se acercaba para abrir la manija de la puerta de la
cabina. Afuera había un tripulante armado, y una vez que la puerta se abrió, la
atención del hombre aterrizó instantáneamente en mi cuerpo, sin siquiera notar a
Agares, que estaba en el suelo. Antes de que el tripulante pudiera rugir en busca
de ayuda, Agares ya lo había arrastrado fácilmente al interior de la cabina. En tanto
lo arrastraban, el tripulante también fue azotado contra la pared, provocando que
se desmayara enseguida.
Agares lo levantó del suelo y, como si partiera una ramita, ¡le partió el cuello al
tipo con un crujido! De la columna blanca y gruesa del hombre, el plasma acompañó
al hueso y salió a borbotones. Al mismo tiempo, varios filamentos delgados que
parecían tentáculos azules aparecieron y crecieron detrás de las orejas de Agares,
todos los cuales perforaron el centro de la columna rota y extrajeron la médula
ósea blanca que estaba mezclada con la sangre roja que gorgoteaba.
Agares estaba succionado la médula ósea del hombre.
¡Finalmente vi esta horrible escena con mis propios ojos! Pensé que no había nada
más en Agares que pudiera asustarme, pero ahora me di cuenta de que estaba
equivocado. Me arrodillé en el suelo. Una cantidad incesante de vómito y ácido
estomacal burbujeó dentro de mi garganta, pero mis ojos no podían apartarse de
la sangrienta escena, abiertos como platos para ver la apariencia de Agares
transformándose poco a poco en otra persona. Exactamente la misma apariencia
que la persona que acababa de matar.
Mi cabeza tronaba con un zumbido feroz, me encontraba anonadado en mi lugar y
procesando el curso de los eventos. Solo cuando Agares lanzó por la ventana el
cadáver de la persona que mató y se tambaleó hacia mí, me desperté de mi
ensueño. Me puse de pie apresuradamente, solo para ver a Agares, que parecía
haber recuperado algo de conciencia, ir rápidamente a cerrar la ventana primero.
Pese a sus ojos habían vuelto a su apariencia original, sus manos trajeron un fuerte
hedor a sangre cuando tocó mi mejilla con su palma, acariciándola suavemente.
Hace un momento, esa escena pudo haber sido mi alucinación, pero sabía que era
real, incluido su forzoso intento de agredirme otra vez.
Les eché un vistazo a los lentes de sol que estaban en el suelo. Me agaché para
recogerlos, retrocedí unos pasos inconscientemente, abrí la puerta de la cabina y
salí corriendo, arrojándome al casino lleno de niebla. Pronto avisté a Agares con su
nueva apariencia entrando al casino, mezclándose silenciosamente con la multitud
sin que nadie notara nada raro.
Capítulo 75

Me escondí en el casino y al final logré huir al baño. Como esperaba, escuché


inmediatamente el sonido de la puerta abriéndose a mis espaldas. Vi la figura de
Agares entrando. Al abrir la ventana de una patada, vi que el océano estaba
simplemente a un paso de distancia, podía saltar en cualquier momento y dejar
atrás esta noche caótica. Pero mi cuerpo se congeló en el lugar.
Maldita sea, hasta ahora, honestamente no quería irme. Solo quería que Agares
detuviera su forma animal de manejar las cosas y se comunicara mejor conmigo,
pero había fallado. Ahora, Agares me asustaba, y todavía me encontraba
conmocionado por la escena de lo que sucedió hace unos momentos. No tenía
ninguna duda de que, si fuera en contra de su voluntad, me capturaría de nuevo y
me castigaría hasta que supiera mi lugar.
Aunque Dios sabe que en serio no quería que se repitiera lo que sucedió recién,
tampoco quería irme agraviado, temeroso y lleno de dudas. Con esto en mente,
giré la cabeza y miré a Agares a los ojos. Tragué saliva. —Me preguntaste cómo
deberías tratarme, Agares. Eso debería preguntarte yo, ¡maldita sea!
Abrí la boca, queriendo decir más cosas, pero se sentía como si una espina de
pescado se hubiera atascado en mi garganta. Aunque mi mente rugía, lo miré como
un títere con la mandíbula desarticulada, esperando su respuesta.
Inesperadamente, Agares se quedó allí en silencio, a una distancia de tres metros.
No se apresuró a agarrarme ni nada, sino que se quedó mirándome a través del
reflejo del cristal. Su rostro desconocido estaba rígido, como si cambiar su
apariencia también cambiara su actitud, excepto que aún tenía esos ojos cuyas
pupilas emitían un brillo especial, un brillo que todos los sirenios tenían.
Realmente no pude distinguir lo que estaba pensando su cerebro de pez y, después
de un rato, finalmente vi que sus labios se movían suavemente. —Vete, Desharow.
Vuelve a tu barco y mantente alejado de mí —ordenó en voz queda.
Esas pocas palabras me dejaron muy impactado, y mientras yacía de pie allí, la
niebla se espesó en mi cabeza. En ese momento, me pregunté si me había vuelto
loco o no, o si solo estaba soñando. Todo lo que estaba sucediendo ahora debe ser
mi imaginación, porque solo de esta manera podía explicar la volubilidad y la
contradicción de Agares en este momento. Sin embargo, sabía que esta era la
realidad. Después de todo, fue hace unos minutos que estuvo ante a mí
obligándome a quedarme, pero ahora, quería que me fuera.
—¡Púdrete! ¡¿A qué rayos te refieres?! ¿Me estás tomando el puto pelo?
Mi corazón se sentía extremadamente acongojado, mojado y pegajoso como si
goteara sangre. Ahora, realmente tenía muchas ganas de saltar por la ventana e
irme, pero la ira y la renuencia residían en mi corazón.
Arremetiendo con un puño cerrado, agarré a Agares por el cuello con ambas manos
y lo golpeé contra la esquina de la pared sin advertencia alguna. Miré fijamente su
rostro desconocido y hablé con los dientes apretados. —Bastardo, ¿qué rayos pasa
contigo? Tu personalidad, eh, no... ¿Tal vez tu pez-sonalidad se dividió en múltiples
partes, o me estás engañando a propósito? Dijiste que no tenía que tenerte miedo,
que me dirías todo sobre ti, pero ¿cómo puedo hacer eso cuando te contradices?
Solía tener miedo... Me matabas completamente del miedo, Agares, porque eras
tan misterioso, aterrador y voluble, pero ahora, al fin no te temo. Sin embargo,
andas así de nuevo... Realmente no puedo entenderte.
Escupí lentamente esas últimas palabras con gran dificultad, con mi garganta
temblando y repleto de emociones. Las pupilas en la oscuridad ondularon como un
pantano muerto debido a mis palabras, pero pude notar que reprimía sus
emociones a ultranza, con la boca estirada en una firme línea delgada como si
sellara un secreto. Si fuera posible, realmente me gustaría abrir su cerebro para
obtener algunas muestras de su tejido nervioso y ponerlas bajo un microscopio
para observar detenidamente la composición cerebral de este tipo, para finalmente
comprender su complicado razonamiento. Solo entonces podría saber exactamente
lo que estaba pensando.
—Mantente lo más lejos de mí —abrió la boca y volvió a repetir esta frase, con voz
profunda.
—¡No lo haré! —solté reflexivamente, y mis manos presionaron su cuerpo con más
fuerza—. Cuéntame sobre lo que acaba de pasar y esa extraña... mutación tuya,
con tus ojos y tu comportamiento...
—¡Soy muy peligroso, Desharow! —levantó repentinamente las manos para
agarrarme la muñeca, apartándome de su cuerpo. Inclinó la cabeza más cerca de
mi cara y su voz bramó como si un trueno explotara en mis oídos—. ¡Me volveré
cada vez más peligroso!
Como en respuesta a su advertencia, hubo un relámpago fuera de la ventana. La
deslumbrante luz blanca atravesó la oscuridad e iluminó la mitad de su rostro.
Pareció verse aún más siniestro y feroz en ese momento.
Mi respiración se aceleró como si estuviera apretada en la palma de una mano.
Tomé una trepidante bocanada de aire. —¡Siempre has sido peligroso, señor jefe,
ya lo he experimentado personalmente desde la primera vez que me hiciste todas
esas cosas! Hiciste que me ahogara en ellas, y ahora, ¿cómo se supone que me
libere? ¡No puedo hacer eso! Si quieres que me mantenga alejado de ti, eso no es
suficiente. Tienes que ser más peligroso...
—Tú... —Agares apretó su agarre sobre mí, haciendo que mi pulso doliera de la
aceleración. La sangre acumulada en mis venas se precipitó a mi corazón,
provocando que mi cabeza se hinchara. Un impulso surgió por todo mi cuerpo y me
incitó a envolver mis manos alrededor de su cuello. Quise subir mis labios, pero
retrocedió como si tuviera miedo de tocarme. Al final, debido a mi cabeza, se vio
obligado a inclinar la suya contra la pared. Hice lo mejor que pude para mirar
fijamente sus ojos inconmensurables, para tratar de calar su corazón como él pudo
con el mío, explorar y tocar todo lo que le pertenecía.
Mis labios se crisparon. Lo fulminé con la mirada fija y respondí a su advertencia,
palabra por palabra. —Soy muy altruista y sacrificado, especialmente frente a cosas
a las que no quiero renunciar. Me asustas, pero no creas que este miedo me
detendrá.
Sus párpados temblaron un poco. A pesar de que no pude ver si sus pupilas
presentaron algún cambio, sabía claramente que mi actitud impactó a Agares. ¡Jaj!
Quizás no predijo que su Desharow, el que siempre huía de él, tomaría la iniciativa
de atacarlo e interrogarlo aquí. Esto me dio una pequeña sensación de equilibrio
en mi corazón. Ciertamente, aunque aún no lo conocía completamente, al menos
Agares no entendía todos los factores de mi personalidad. Si yo era un cebo,
entonces Agares era el gran pez que me mordió, pero quedó firmemente atrapado
en el anzuelo escondido en mi cuerpo. Y yo no estaba dispuesto a permitir que se
rompiera el hilo de pescar.
—No sabes en lo que me convertiré… —dijo repentinamente después de un largo
silencio. Sus manos se trasladaron a mi cintura y sus dedos abiertos temblaron,
con la sensación helada filtrándose por mi ropa—. Podía reprimirlo al principio, pero
una vez que me acerqué a ti, se me ha hecho cada vez más imposible controlarlo...
Sus labios estaban al lado del puente de mi nariz, y el aliento frío salió de su boca.
—Una vez que eso se libere, posiblemente podría matarte o incluso comerte.
Incluso podría exprimirte hasta secarte... ¡Desharow!
De repente hubo un trueno en el cielo. —Eso... ¿Qué es "eso"? —murmuré con
asombro.
Le sostuve la cabeza, tratando de calmarlo, pero mi cuerpo fue empujado por una
fuerza peligrosamente fuerte, haciéndome golpear la ventana. El cristal detrás se
agrietó ante el contacto, provocando que fragmentos rotos me cortaran la piel. Sin
embargo, no sentí nada de dolor.
—Materia oscura... —Agares me miró fijamente, logrando exprimir estas pocas
palabras con gran dificultad a través de sus dientes tremendamente apretados.
Su mano agarró su pecho por encima del traje, sus dedos se clavaron en el material
y la sangre azul fluyó por los agujeros. Además, con la luz del relámpago, pude ver
que había pequeñas líneas construyéndose y retorciéndose debajo de la superficie
de la piel de sus mejillas, como si algo quisiera abrirse paso desde el interior de su
cuerpo. Dichas líneas hacían que sus ojos parecieran manchados por marcas de
tinta, y el color oscuro carcomía lentamente el blanco de sus ojos.
No pude evitar retroceder un poco al recordar la horrible escena de antes , casi
haciendo que me cayera de cabeza al mar. Pero inmediatamente me aferré al
alféizar de la ventana y me quedé en mi lugar, mirando fijamente a Agares con los
ojos de par mientras su cuerpo se doblaba como un árbol que se cae después de
infestarse de termitas. Sus brazos lo sostenían en el suelo, pero su espalda se
retorcía de una forma extraña, como si fuera una persona poseída luchando con
demonios malvados que se habían colado en su cuerpo.
Sin embargo, una vez que recobré el sentido y quise acercarme para ayudarlo,
Agares repentinamente emitió un aterrador siseo. —Tiene más sed y anhelo por ti
que yo... ¡Desharow, apúrate y baja de este barco! ¡Ahora!
—Oigan, ¿qué está pasando ahí dentro? ¿Quién grita?
Al otro lado de la puerta, la voz de un borracho gritó mientras llamaban a la puerta,
y al momento se abrió de golpe. Un borracho irrumpió en la oscuridad del baño,
pero antes de que tuviera la oportunidad de liberarme de mi aturdimiento para ver
su rostro entre los rayos de luz, los gritos desgarradores y el sonido del cuerpo de
alguien siendo destrozado, junto el ruido de la sangre salpicando y gorgoteando,
resonaron por la pequeña habitación. En el mismo momento, la sombra de Agares
comenzó a parecerse a un monstruo demoníaco. Se balanceó por delante de mi
visión, y envuelto en el olor de un cazador en el viento frío, se había sumergido
directamente en las oscuras olas del mar.
Limpiando el líquido denso y pegajoso que me salpicó la cara, retrocedí dos pasos
antes de tropezar con algo. Al bajar la mirada, vi un montón de algo muy
destrozado, tal vez una cabeza o algunas extremidades, no podía distinguirlo ni
quería hacerlo. Apiñándome en un rincón, mis brazos y piernas se sentían como
gelatina mientras mis oídos sonaban con fuerza, como si un reloj de metal roto
estuviera sonando constante y persistentemente en mi cabeza, haciendo que el
mundo no parara de girar a mi alrededor. Los ruidos circundantes se volvieron
instantáneamente inexistentes, salvo por el sonido de mi propia respiración rápida.
Maldita sea, ¿a dónde se fue?
Con los ojos abiertos en demasía, busqué en el océano cualquier rastro de Agares,
pero, dentro de las peligrosas aguas, solo pude ver capas de olas blancas y
tormentosas. No había forma de buscarlo. Además, mi mente y mis ojos ya se
habían vuelto confusos y desordenados. Un presentimiento intenso enloqueció en
mi corazón, tan intenso que fue avasallador y me hizo oler el olor de la muerte
inminente por primera vez. Quizás esta vez, Agares realmente moriría.
Este pensamiento ocupó mi mente, llevándome a trepar por el borde de la ventana,
pisotear los vidrios rotos y saltar sin dudarlo.
Miré, grité a todo pulmón y busqué su paradero en los baches del enorme mar
tempestuoso, pero fue inútil. No solo eso, la tormenta se estaba volviendo más
violenta. Me di cuenta de que, si no volvía al barco, me perdería en este vasto mar.
Entonces, con gran dificultad, nadé todo el camino de regreso al Poseidón. Lo único
afortunado fue que Kolov, el capitán, no estaba cerca, y que el resto ya estaba
dormido por lo tarde que era, así que nadie notó mi regreso.
Esa noche tuve fiebre alta, y Agares no apareció. Usara el radar del barco o
explorara con el sonar, aun así, no pude detectar su paradero. Así, pasaron dos o
tres días de una manera tan desorientada que no sabía si era de mañana o de
noche. No fue hasta escuché el pitido del detector del sonar, que me desperté de
mi caótica pesadilla.
Aparentemente, ahora era de noche. Corrí a cubierta y miré al mar, sintiendo la
misma emoción que sentí la primera vez que vi a un sirenio. Pero este barco no
tenía redes de pesca, y tampoco podía determinar la ubicación de Agares. Confiar
solamente en mi visión y mi sentido del olfato, eso era prácticamente como intentar
pescar un grano en el océano. Me quedé en el borde de la cubierta y esperé un
buen rato. Justo cuando estaba a punto de perder toda esperanza en el mar
ilimitado, de repente escuché un ruido sordo proveniente de un costado.
Giré la cabeza en respuesta al sonido, y de la nada, apareció una figura oscura en
el borde exterior de la cubierta. Acompañada por la respiración pesada que conocía,
su cuerpo trepó y cayó fuertemente sobre la cubierta. Una cola larga y negra
serpenteó y se estiró débilmente junto a mis pies.
—¡Agares!
Me sorprendí. Miré a mi alrededor con nerviosismo, y al ver que nadie veía nada,
lo arrastré inmediatamente a mi propio camarote.
Capítulo 76

Después de arrastrar y embetunar el pesado y largo cuerpo de Agares en mi


estrecho espacio donde vivía, cerré la puerta con seguro e incluso cubrí mi ventana
con una sábana para evitar que otros descubrieran que había escondido aquí un
sirenio macho de un tamaño increíble. Este era un asunto muy importante, pero en
estos momentos no tengo tiempo para pensar si las repentinas acciones de Agares
de abordar el barco habían alarmado a alguien o no, ya que toda mi atención se
centraba únicamente en su cuerpo...
No sé cómo describir las heridas de su cuerpo. Hay muchas manchas púrpuras y
negras en la piel de su pecho y abdomen. Parecían juntarse, hinchadas por dentro
y rezumando tinta negra, y en contraste con su piel pálida, eran tan impactante
como las venenosas estramónicas en flor. Era una vista horripilante.
Sus cabellos plateados parecían contaminados por aceite de queroseno oscuro,
incluso con las puntas teñidas de negro. Los ojos de Agares estaban solo medio
cerrados, y las sombrías luces de las pupilas en sus ojos parpadeaban de allá para
acá, luciendo algo medio despiertas. Sin embargo, su respiración se fue volviendo
paulatinamente intermitente como una vela que estaba a punto de extinguirse.
—¡Agares! —Le agarré las mejillas, llamándolo unas cuantas veces, pero aparte del
sonido de la respiración, no recibí respuesta.
Una enorme ola de pánico golpeó mi corazón y casi me dejó sin aliento, pero me
di cuenta de que era el único apoyo de Agares en este momento. Nadie más podía
ayudarlo excepto yo, así que tenía que tratar de mantener la calma. Respiré hondo
y me agaché para escuchar los latidos de su corazón. El movimiento en su pecho
era muy débil, hasta el punto de que podía contar con claridad la frecuencia de sus
latidos, lo que inmediatamente hizo que mi corazón se anudara.
He aprendido el método básico de primeros auxilios. No sé si funciona con sirenios,
pero obviamente no hay otra manera en estos momentos: nivelé el cuerpo con la
cabeza de Agares en el suelo, después utilicé el método de RCP, bombeándole el
pecho repetidamente. Controlé cuidadosamente mi fuerza, mi mano apuñada
temblando más que nunca. Después de hacerlo por un rato, le sostuve la cabeza y
me preparé para darle respiración artificial. Dios mío, respiración artificial para un
sirenio. ¡Oh, incluso yo creo que es ridículo!
Pero Agares realmente lo necesitaba. Abrí la boca para inhalar un poco de aire,
tomé su nuca para levantarle el mentón y abrir sus vías respiratorias. Entonces, le
pellizqué la nariz y cubrí firmemente mis labios sobre los suyos, soplando el aliento,
y luego repetí el proceso sin cesar. Después de no saber cuántas veces había bajado
la cabeza ya, de repente noté que los ojos de Agares se ensanchaban. Ese par de
ojos negros y muertos me miraba fijamente de una forma siniestra.
Se me salió un escalofrío, y al darme cuenta de que algo andaba mal, reculé
instintivamente, pero fue demasiado tarde: una garra mojada ya retenía mi
espalda. Me jaló firmemente sobre su cuerpo húmedo y resbaladizo. Luché por
levantarme inmediatamente, pero mis piernas fueron firmemente enrolladas por
su gruesa y sólida cola de pez, y mi cara terminó presionándose contra la cara de
apariencia siniestra de Agares. Vi que de repente abrió la boca, y de entre sus
labios y dientes, una larga lengua negra se extendió como un lagarto que repta, y
se acercó directamente hacia la estrecha abertura de mi boca.
—No... ¡Agares! Que no te controle... —Mientras palidecía, intenté esquivar la cosa
con miedo, pero bajo la presión de su mano no pude mover la cabeza y solo pude
levantar un poco mi cuello. Sus afiladas garras palmeadas me pellizcaron la
mandíbula, obligándome a abrir la boca del dolor, y tan pronto como se abrió el
hueco, un objeto resbaladizo penetró repentinamente mis dientes. No pude evitar
lloriquear entre las arcadas.
Bajé la mirada instintivamente y vi que la membrana escamosa en el vientre bajo
de Agares se había abierto en algún momento. Lo que se revelaba no era su
orgulloso objeto duro, sino un tallo grueso como tentáculos de pulpo. ¡Uno de ellos
había invadido mi boca para entonces, mientras que los otros se abrían camino a
retorcijones en mi pantalón!
Tiene sed y te anhela más que yo... Desharow.
En este momento, esta frase inimitable y clara flotó en mi mente. Ahora entendía
completamente el horror de la "materia oscura" que afectaba a Agares. Bajo la
supresión de la cola de pez, blandí mis manos con muchísimo miedo y congoja,
tratando de detener los tentáculos que salían de Agares y que me agredían.
Finalmente logré agarrar uno que estaba perforando los agujeros de mis pantalones
con gran dificultad. Quise contratacar, pero no me atreví.
No estoy seguro de si eso dañará el cuerpo de Agares, pues no sabía si estas cosas
eran un parásito o un derivado mutante del cuerpo. Así como así, esta breve
vacilación me hizo perder instantáneamente la oportunidad de defenderme...
Mi cuerpo fue enrollado en el aire por la cola de pez de Agares. Sus tentáculos eran
como enredaderas devoradoras de hombres en mis pantalones, agitándose y
toqueteando precipitadamente como si estuvieran a punto de invadir mi cuerpo.
Podía imaginar que, si estas cosas terribles asediaran mis entrañas, definitivamente
me destrozarían y moriría una dolorosa muerte por hemorragia.
Agares me miró desde abajo, la expresión en su rostro no tenía ningún deseo ni
anhelo, sino que las líneas en su apariencia delineaban la sed de sangre y frialdad
de un cazador. Era como si no me conociera en absoluto y me estuviera tratando
simplemente como un delicioso festín.
—Soy... Desharow... ¡Agares!
Traté de exprimir algunas sílabas rotas, pero el dolor del estrangulamiento de mi
lengua en mi boca era insoportable, provocando que mis ojos se mojaran. Lo miré
fijamente a los ojos, tratando de recuperar cualquier conciencia que perteneciera
al Agares original.
La opresión de la muerte inminente estimuló toda mi adrenalina. Desde mis cuatro
extremidades, pude detectar el poder explosivo de mi propio tritón interior que
quería salir, también pude sentir que las uñas afiladas comenzaban a sobresalir de
mi carne y piel en cada uno de mis cinco dedos. El instinto de mi cuerpo era
resistirse contra su supresión y probablemente incluso podría llegar a liberar un
brazo para hacer algo. Aunque sabía que debía exhibir la función de estas guadañas
de uñas afiladas, me preocupaba que, si le coartaba la piel, ello agravaría
inadvertidamente sus heridas. No solo eso, ahora era imposible pedir ayuda a la
gente del barco porque terminarán matando a Agares a balazos, o todos
convirtiéndose en la comida de este tritón.
Estas preocupaciones me obligaron a forcejear en silencio, sujetando mis piernas
para resistir el ataque debajo de mí, pero esos tentáculos resistentes ya habían
llegado a la entrada de mi cuerpo. Podía sentirlos claramente luchando en la zona
de la entrepierna, secretando moco y tratando violentamente de abarrotarse para
romper las barreras de mi frágil esfínter. Este horrible sentimiento era como si
varias personas me violaran al mismo tiempo, y el dolor desgarrador me hizo llorar
miserablemente. Mis pantalones se mojaron muy rápido; sabía que estaba
sangrando.
En esa fracción de segundo, un pensamiento resonó en mi mente: ¡Joder,
realmente me va a matar!
Reconocí claramente este hecho, pero aun así apreté los puños para resistir el
instinto de autodefensa de mi cuerpo. Mis uñas atravesaron profundamente la mi
palma de mi mano para evitar perder el control y lastimarlo.
Mi cuerpo tiritaba. El interior de mi cuerpo dolía cada vez más y aquello dentro de
mi boca correspondía atormentando mi lengua. Todo era demasiado hasta el punto
de que iba a desmayarme debido a la tortura. Todo esto era como una prueba de
mis límites, obligándome a elegir entre mi propia vida o Agares. Pero lo ridículo es
que no fue hasta hoy, hasta ahora, que pude darme cuenta plenamente del peso
de Agares en mi corazón. Era pesado, pesado hasta el punto en que estaba
dispuesto a añadirme como peso extra allí para que el lado de la balanza del destino
pudiera desviarse a su favor (pero este era un secreto que no le contaré).
Me reí con amargura, y poco a poco sentí la sangre húmeda y caliente arrastrarse
por las raíces de mis piernas, cayendo gota a gota sobre el cuerpo de Agares, en
el que fueron instantáneamente absorbidas por las manchas negras. Entonces, de
la nada, su torso convulsionó, y las cosas que invadían mis entrañas se retrajeron
como serpientes asustadas, enrollándose en grupos. Incluso la cola de pez que me
estaba forzando a la sumisión me había liberado.
Caí repentinamente sobre el pecho de Agares y vi sus párpados temblando
violentamente. La oscuridad en sus ojos se desvaneció como tinta diluida en agua,
y su corazón comenzó a latir con más poder. Se sentía como si estuviera repicando
en mi propio pecho. Resistí el dolor y aupé mi cuerpo. Me sorprendió encontrar,
una vez más, grupos de luz azul tenuemente expuestos en la piel que debajo de su
corazón. Eso me animó inmediatamente.
—Desharow...
En este momento, escuché un murmullo ronco en mi oído, y una garra palmeada
fue a acariciarme suavemente la nuca. No pude evitar temblar por todas partes y
levanté la vista con gran deleite, viendo que Agares me miraba profundamente,
con sus serenas pupilas repletas de cariño y amor. Supe que mi sashimi, mi señor
jefe, al fin había vuelto. En ese momento, mi nariz se volvió amarga. No dije nada,
solo envolví silenciosamente mis brazos alrededor de su cuello, con el puente de
mi nariz contra su mentón, y olí profundamente el aroma familiar que me fascinaba,
el aroma que extrañaba, mas no me atreví a ser codicioso. Mi toque tal vez lo haga
padecer la invasión de "materia oscura" de nuevo.
Rápidamente me levanté, pero el dolor en la parte inferior de mi cuerpo hizo que
mis piernas se debilitaran. De una manera rápida y receptiva, agarré la barandilla
junto a la cama, evitando que me volviera a estrellar contra Agares. Pero Agares
levantó un poco su cuerpo, puso sus garras palmeadas alrededor de mi cintura y
me sostuvo en sus brazos. Su movimiento tembloroso y lento me hizo sentir como
si estuviera haciendo todo lo posible para hacer estas cosas, tal como un anciano
moribundo, aunque parece tan joven.
Abracé la espalda de Agares, preso del pánico, incrustando mis cinco dedos en su
cabello mojado. Me apretó con más fuerza, su cabeza pesada contra mi hombro, y
sus labios besaron mi mejilla. Me volvió a girar para usar su lengua y arrastrarla a
lo largo de mi columna hasta mi coxis.
Esto me sorprendió. Con la situación actual, todavía quería sanar mis heridas
usando el mismo método del pasado, y ni mencionar esa zona. ¡Quién sabe si las
cosas se saldrán de las manos o no, hasta el punto de no poder parar! Forcejeé
para cubrirme el trasero y empujé a Agares hacia atrás. —¡Estoy bien, Agares!
Déjame ayudarte primero... ¿Qué debería hacer?
No me respondió, solo usó sus garras palmeadas para tocar la sangre que se secaba
entre mis piernas. Su boca se adelgazó en una línea, los músculos alrededor de sus
labios temblaron ligeramente y las emociones complejas surgieron en sus ojos: la
culpa, la angustia y el dolor se mezclaron.
Esas manchas negras se hincharon inmediatamente después, y el agua negra como
tinta rezumó de su piel. Me di cuenta de que la causa podría ser la fuerte fluctuación
emocional, y me apresuré sujetar sus mejillas entre mis manos. —Oye, no seas
así... Cálmate, solo derramé un poco de sangre, no es nada grave. Las heridas
pronto se curarán solas. Tengo tus genes, ¿verdad? —susurré.
Agares me miró fijamente, abrió la boca y comenzó con una voz baja. —Enciérrame
por ahora, Desharow.
Lo miré, y he ahí en sus ojos yacía la advertencia de no atreverse a descuidarme
más. Encontré inmediatamente una larga y gruesa cadena en el camarote cuyo fin
era para evitar robos, y amarré firmemente su cola de pez a la barandilla junto a
la cama. Después de eso, también le amarré los brazos con la cuerda de nylon que
ataba el detector del sonar submarino, y al final mi mirada se centró en su vientre
bajo.
¿Cómo debería lidiar con esa cosa extraña? ¿Es eso en lo que se convertía después
de su mutación? Al recordar la escena hace un momento, estiré una mano a pesar
de mi miedo trepidante. Agares me miró, guardando silencio, como si aprobara mi
inspección. Fui audaz y abrí cuidadosamente la hendidura en su membrana
escamada. Después de ver que lo que estaba dentro no era diferente de la forma
normal que había visto antes, inconscientemente lo agarré y le di una ligera caricia.
Solo entonces solté un suspiro de alivio.
Gracias a Dios, de lo contrario sería miserable en el futuro. Toqué mis dolorosas
nalgas que parecieron dividirse en cuatro pétalos y me estremecí. Le eché un
vistazo a Agares como un ladrón furtivo. Parecía que al fin había logrado escapar
de su estado de tensión extrema: sus ojos estaban entornados, y entre las largas
y estrechas brechas, un destello de luz tenue me atrapó. De una forma un poco
juguetona, la comisura de su boca se curvó.
—Solo me estoy asegurando de que esa cosa todavía esté ahí —tosí con inquietud
y usé mi mano para recorrer suavemente la mancha negra visible que ocupaba su
piel—. ¿Cómo debería lidiar con estas cosas... Agares? Recién, vi que tu cuerpo
absorbió mi sangre y te recuperaste instantáneamente. ¿Tengo usar más sangre...?
—¡No hagas eso! —Agares respondió en voz baja, luchó un poco contra su brazo
amarrado y me contempló fijamente por miedo a que realmente actuara—.
Córtame la piel y libérala.
Mi corazón palpitó. Miré su cuerpo, y aunque me preocupaba, tenía que hacerlo.
Después de encontrar una daga en el cajón y desinfectarla con un encendedor,
respiré hondo y lo corté con cautela como un cirujano. Tras cortar la piel con
manchas negras, un líquido negro gorjeó. Pero al entrar en contacto con el aire, se
evaporó como el alcohol de etanol, sin dejar rastro en el cuerpo de Agares, salvo
por las varias incisiones descuidadas hechas a mano que parecían a una horrible
boca sonriente, sonriendo cruelmente ante la miserable situación en la se
encontraba ahora el gran líder superior de los sirenios.
Agares parecía yacer allí como si ignorara el dolor. Incluso si había dolor, no hacía
ningún sonido. Aunque ojos estaban cerrados, con su cara fría cual estatua, tan
inamovible y tranquila, aun así, se podían ver las pequeñas gotas de sudor en ella.
Después de que terminé de purgar el agua negra con el último corte, el cuerpo
rígido de Agares se relajó repentinamente, y su respiración se volvió suave y larga,
como si cayera en un profundo sueño tras una larga batalla agotadora.
No intenté despertarlo. Traté el proceso de curación de seguimiento como un
enfermero confiable y responsable, y le permití disfrutar de mi comodidad
pacificadora en la mayor medida posible. Había grupos de espinas y cardos
creciendo en mi corazón, y solo disfrutando completamente de su aroma pude
aliviarme de esta sensación incómoda. Lamí cuidadosamente cada centímetro de
su herida, de arriba a abajo, cada parte de piel intacta, ni siquiera su vientre bajo
se escapó.
No puedo evitar alegrarme de que se haya dormido en este momento, ello me
permitía sentir menos aprensivo y alejar mi despreciable ego para disfrutar de mi
avaricia. Nunca pensé que también existiera el potencial de enamoramiento oculto
dentro de mi cuerpo. Si alguna vez me encontrara a mi antiguo yo, definitivamente
me habría reído de él. Pero me enamoré de este tipo, así que, ¿qué podía hacer?
En tanto pensaba imprudentemente para mí mismo, de repente sentí que la cola
de Agares se movía ligeramente. —¿Qué estás haciendo... pequeño pervertido?
Levanté los párpados para ver a Agares despierto desde quién sabe cuándo. Sus
ojos se entrecerraron ante la boca que pegué en sus escamas. Su cosa algo inquieta
ya se había erguido. Sentí que mi mejilla se calentaba, pero no tenía intención de
evitarlo. Saqué la lengua y lamí la parte superior de ella, sonriendo. —¿Te gusta
esto?
Su cola de pez se volvió a menear inquietamente entre las cadenas. Su garganta
se contrajo mientras tragaba, su respiración se volvió pesada una vez más. Cerró
los ojos, obligándose a soportarlo, y habló con un susurro sombrío y ronco. —Te
lastimaré, Desharow.
Mi culo que había olvidado comenzó a doler de nuevo. Me estremecí como si me
hubieran electrocutado. Agares volvió a abrir los ojos y su mirada se fijó en mí. —
Ven aquí.
—Oh. —Me arrodillé sobre la cabecera y me acosté a un lado de su cuerpo. Actué
tan obedientemente que incluso yo lo encontré incomprensible. Inclinó la cabeza,
la punta de su nariz se cernió primero sobre mis labios y después se acercó a mí
con un beso.
Capítulo 77

No pude evitar envolverme alrededor de su cuello y saborear este beso a mayor


profundidad. Su lengua resbaladiza invadió entre mis labios y dientes, una lengua
suavemente experimental, lamiendo cada centímetro de mi cavidad interna ya
hinchada debido a actividad anterior causada por la mutación. Era como si estuviera
consolando silenciosamente mi corazón asustado. Después de eso, se movió hacia
el lóbulo de mi oreja, comenzó a oler tozudamente mi aroma y presionó sus labios
para obtener una muestra del sabor de mi cuello.
Quizás fue debido a la supresión de las cadenas de hierro, pero su beso al fin había
regresado al nivel de desenfreno original. Como un pervertido borracho, su cabeza
se meció perezosamente, merodeando en ambos lados de mi cuello. Entre este
roce íntimo, sentí el balanceo de la sexy manzana de Adán tocándome el mentón
periódicamente, lo que me permitió sentir sus hormonas masculinas fuertemente
suprimidas que suscitaban involuntariamente la calentura de mi cuerpo.
Cerré los ojos y subconscientemente lamí sus orejas, que sabían a la salinidad del
agua marina, mientras mi mano toqueteaba inquietamente su pecho rocoso. Aun
así, no me atreví a bajar...
Lo que sucedió hace unos minutos fue como un mandamiento que impedía que mi
razón cruzara el límite.
—Maldita sea, ¿así que este va a ser un período de abstinencia? Qué tormentoso
es esto. —No pude evitar quejarme en voz baja. Dios sabe que, si pudiera, estoy
dispuesto a tomar la iniciativa de montarlo solo para que me lo hiciera. Mis piernas
no pudieron evitar enredarse con su cola húmeda, con mis pies descalzos
acariciando juguetonamente esas diminutas escamas que estaban incrustadas
como una cota de malla. Enterré mi cabeza en su cabello y solté un bajo suspiro
de insatisfacción. Su respuesta fue un mordisco castigador en mi oreja, y sus labios
se aferraron a ese lugar mientras soltaba una risotada tarareada que me dejó
comezón en la oreja.
¡Diablos! Maldije en silencio, y moví ligeramente mis nalgas heridas. El dolor que
reaccionaba entre mis piernas ya me recordaba que debía detener mi ondulante
lujuria carnal.
Así, a regañadientes, retiré mi atención a la fuerza y acaricié con mis dedos las
cicatrices entrecruzadas que marcaban su pecho y abdomen. Mi corazón
inmediatamente tembló y se hundió hasta el fondo. De repente fui traído de vuelta
a la dura realidad. —Oye, estas cosas horrorosas, la materia oscura que
mencionaste, es lo que te infectó cuando estabas atrapado en ese pasaje del
vórtice, ¿cierto?
Agares asintió.
—¿Hasta cuándo te torturará, hay alguna manera de arreglarlo? —pregunté con
voz taciturna. Me incorporé un poco y lo miré a los ojos, sintiendo que estaba
haciendo preguntas superfluas. Si aún fuera estudiante de la Academia Marítima
Rusa de San Petersburgo, podría haber encontrado una manera de lidiar con ella
experimentando con la materia oscura secretada por Agares, pero ahora era un
inútil.
—Hay una manera, pero sería un precio muy grande a pagar. No puedo soportar
pagarlo —murmuró Agares, frotando mi mejilla con sus labios levemente abiertos.
Sintiendo el pecho congestionado, levanté la mano y le acaricié la mejilla. —¿Ese
precio soy yo, Agares? —pregunté con una voz profunda—. Vi muy claramente
cómo reaccionó tu cuerpo con mi sangre. Dime, ¿cuánta sangre más tengo que
darte para que vuelvas a la normalidad?
—Morirás. —Los ojos de Agares se entornaron, con una mirada tan afilada como
una cuchilla mortal.
Lo miré inevitablemente a los ojos, fingiendo un encogimiento de hombros ligero y
despreocupado. —Estoy al tanto de eso, y estoy dispuesto a hacerlo.
Su expresión se vio claramente sorprendida, y me miró a los ojos con cierta
consternación. Creo que eso se debía a que Agares no estaba al tanto de que lo
tenía en un posición tan importante y pesada en mi corazón o, tal vez,
originalmente no tenía una cantidad excesiva de expectativas en mí.
No habló durante mucho tiempo; parecía que le estaba tomando tiempo dejar de
mirar mis ojos. Sin embargo, no siguió con mi discusión, en cambio, miró hacia
arriba, y su concentración pareció distante como si se desvaneciera a algún lugar
lejano. —Espera a que vuelva a Atlantis. Puedo hacer que mi nido madre recree mi
cuerpo.
—¿Recree?
—Así es. Haré que rompan mi cuerpo original y que se cree un nuevo cuerpo para
mí.
Mientras reflexionaba esta oración, la descripción biológica de las larvas que salían
de su capullo y se convertían en mariposas se me vino a la cabeza. Tal vez la
"recreación" de Agares era similar a este proceso, donde regresar al "nido madre"
equivalía a un capullo. Entonces se descompondría en un estado líquido o,
posiblemente, celular, y se reproduciría en un nuevo ser. Aunque no sabía si Agares
sufriría algún dolor al someterse a este proceso, sabía que las larvas de mariposas
eran sometidas a una tortura.
Miré la pálida cara helada de Agares desde abajo, y mi mente representó
involuntariamente la imagen de él disolviéndose en líquido transparente. Un miedo
desconocido e inexplicable surgió del fondo de mi corazón. Como si para aliviar mi
ansiedad, Agares presionó suavemente su frente sobre la mía, y en un abrir y cerrar
de ojos, una deslumbrante luz azul sepultó mi línea de visión.
Una esfera ovalada muy enorme flotó ante mis ojos. Su apariencia externa parecía
cubierta de membranas blancas similares a las de la piel humana, pero
translúcidas. Arterias y venas entrelazadas la cubrían por todas partes, y al igual
que el ligero latido del corazón, podía escuchar claramente el sonido constante y
rítmico de la vida, "bdum, bdum... bdum, bdum", que provocaba terapéuticamente
que la mente de las personas se calmara de manera involuntaria. Mi mirada recorrió
la membrana blanca y exploró vagamente su interior, que mostraba un contorno
delgado.
Me acerqué a la esfera y vi la figura familiar de Agares congelada en su interior. Su
cuerpo estaba siendo estirado silenciosamente, y su piel se estaba volviendo tan
translúcida como la cáscara del nido madre. A través de su piel podía ver las venas,
los músculos, los huesos e incluso el débil corazón azul. Era como observar a un
bebé recién nacido a través de una radiografía.
—¿Lo ves, Desharow? —La voz de Agares sonó en este cielo vacío, convergiendo
en mi tímpano y obligándome a despertar de esta imagen ilusoria para mirar dentro
de sus profundas pupilas.
Asentí. Esto era todo lo que quería que viera para que pudiera entender plenamente
su forma de vida y convencerme de que había otra manera de curarlo además de
sacrificar mi vida.
Pero, ¿y si... el pasaje de regreso a Atlantis no se podía abrir? ¿Cómo podría
sobrevivir?
Aunque no me atrevía a hacer semejante suposición, si sucedía algo así de malo,
encontraría una manera de curarlo a cualquier costo necesario. Apreté el puño,
pensando esto. Agares seguía lamiéndome las mejillas y el lóbulo de mi oreja, como
un amo consolando a su gatito, para que no pudiera desviar mi atención de él y
pensar más en otras cosas.
Me incliné en su cuerpo y descansé la cabeza sobre su pecho. Escuché el suave,
pero poderoso latido del corazón dentro, y gradualmente sentí que el mundo estaba
vacío y silente, que todas las distracciones ya no existían. Era tan tranquilo y
pacífico como hundirse en el fondo del mar. Una sensación de seguridad me
envolvió como el mar, e inconscientemente me sumergí en el sueño mientras
abrazaba a Agares.
Aturdido, sentí que flotaba, y pronto apareció un mar azul frente a mi vista.
Entonces noté un bote salvavidas donde yacía acostado un adolescente pelinegro,
de piel blanca y manos y pies delgados. Lo reconocí de un vistazo, era yo. Tenía
puesto un traje de buceo, con un corte profundamente herido en la pantorrilla. La
sangre gorgoteaba del traje de goma roto y había un objeto afilado todavía
insertado en mi tobillo.
Esta era una extremidad rota de un cangrejo araña. Me di cuenta de que estaba en
un recuerdo de Japón hace muchos años, donde un compañero de clase y yo fuimos
atacados por un cangrejo araña mutado en la zona de radiación.
Pero, ¿por qué estaba solo en el bote de goma? Recuerdo claramente que regresé
a mi barco después de un breve desmayo, e incluso había rescatado a mi
compañero de clase herido. ¿No podía ser que este fuera otro recuerdo que había
olvidado?
Miré mi ser inconsciente desde arriba, y de repente avisté una larga ola de agua
que venía hacia el bote. Mis ojos se expandieron con cierta premonición. Como era
de esperarse, vi la figura de cabello gris plateado levantándose desde debajo del
mar y cerca del borde. Se acercó al borde del bote, y como cada vez que me había
curado, comenzó a lamer la herida en mi pierna. Rasgó el ya inútil traje de buceo
de mi cuerpo y trajo al joven en crecimiento a su abrazo, tal como lo había hecho
durante mis años de infancia.
Mi yo joven en ese momento parecía atrapado en los horribles recuerdos de lucha
contra el cangrejo araña, ya que comencé a forcejear instintivamente ante este
repentino abrazo, pateando y gritando de pánico. Pero Agares simplemente me
abrazó más fuerte, se inclinó con vacilación y bloqueó mi tembloroso grito con sus
labios mientras me acariciaba dulcemente la espalda. Me tranquilicé con rapidez,
envolví inconscientemente su cuello y mis piernas emparedaron su cintura y cadera
por reflejo, frotándose suavemente contra esas escamas apretadas, como si fuera
un hábito establecido desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, mi hábito obviamente provocó algún tipo de reacción en Agares: la
mano que acariciaba mi espalda de repente se congeló en su lugar. Se puso rígido
un momento, derribando a este pequeño Desharow que colgaba de él como un
koala, y lo tumbó de lleno en el bote. Me vi mojado y expuesto ante Agares, con
mi piel enrojecida por el sol que se veía tan tersa como la piel de un delfín. Mis ojos
estaban medio cerrados, murmuraba algo indistinto, con las piernas un poco
dobladas y separadas, revelando mi trasero blanco como si estuviera seduciendo
miserablemente a Agares para que entrara.
Lo vi bajar la cabeza para mirarme durante mucho tiempo, con los ojos relucientes
de embravecido deseo. Sus garras palmeadas acariciaron mi cuerpo inmaduro que
aún no se había convertido en adulto, se inclinó como si no pudiera soportarlo y
me envolvió completamente debajo de él. Así como así, mi yo joven, en un estado
temporalmente semiconsciente, levantó un cuello delicado y esperó soportar y
disfrutar de la llegada de la invasión. No pasó mucho tiempo antes de que la cola
de pez negra, que aún estaba sumergida en el agua, comenzara a moverse. Todo
el bote comenzó a balancearse en la superficie del mar.
Con tanto la lengua como la boca secas, miré el pasado secreto que desconocía, y
de repente entendí por qué me dolía tanto trasero que, durante días después de
que llegara de esa mala travesía, no me pude levantarme de la cama. Agares, ese
bastardo, no pudo soportarlo y me hizo suyo en ese momento... ¡Tenía quince
años!
La escena de Agares y yo frente a mí estimuló constantemente mis nervios, lo que
me obligó a despertarme debido al insoportable calor. La parte inferior de mi cuerpo
se había vuelto extremadamente dura hasta el punto de dejarme atolondrado.
Abrí mis ojos hinchados y vi que los de Agares estaban cerrados, con su pecho
uniformemente ondulante como si no tuviera idea de mis sueños y las reacciones
de mi cuerpo. Mi mirada planeó sobre el contorno de sus temblorosas cejas, luego
merodeó un poco más en su manzana de Adán levemente arrulladora, antes de
deslizarse incontrolablemente hacia abajo.
No sé por qué soñé con esto. Puede ser porque estaba durmiendo con Agares y me
vi afectado por sus ondas cerebrales. Él también parecía estar teniendo un buen
sueño, quizá era el mismo que el mío. En la noche tranquila, tragué ruidosamente
mi saliva. Dios sabe cuánto Agares, que ahora yacía frente a mí, era como un gran
refrigerador lleno de deliciosa comida.
Me quede inmóvil durante un rato, mirando el techo y respirando hondo. Pero al
final, me senté sin poder soportarlo más y me puse mi ropa cuidadosamente, con
la intención de ir al baño a resolver mis necesidades fisiológicas.
Me arrastré fuera de la cama de puntillas, abrí la puerta y salí. La escena exterior
ciertamente me sorprendió un poco. La superficie del mar circundante estaba
brumosa, y la cubierta no era la excepción. La visión era difícil después de diez
pasos de distancia, e incluso la barandilla del barco se quedaba en un esbozo vago.
El baño no muy lejos tenía la luz encendida, como si alguien estuviera dentro.
Envolviéndome la ropa más cerca del cuerpo, caminé hacia él rápidamente, pero,
desde el frente, de repente vi una figura solitaria allí. No podía distinguir quién era.
—Oye, ¿quién anda ahí? —grité. La figura se movió lentamente, su postura era un
poco extraña. Su hombro se torció hacia arriba e inclinó el cuello, levantándome la
mano como para indicarme que fuera allí.
Avancé algunos pasos con recelo, pero el hombre también comenzó a moverse. No
pude seguirle el ritmo, y casi de repente, la figura desapareció bajo la cubierta de
la bruma. Además, en ese instante, descubrí que la luz del baño, que no estaba
lejos de mí antes, en algún momento había aparecido a mi lado. Me encontraba de
pie en el borde del barco, rodeado por el mar gris. Agité la cabeza pensando que
probablemente aún no me he despertado, o quizás me desorienté en esta bruma.
Pero en este momento, vi el contorno de otro barco apareciendo débilmente en el
mar a unos pocos metros frente a mí.
¿Rhine y su barco se acercan? Me arrodillé subconscientemente y miré en esa
dirección, pero inmediatamente descubrí que no era el barco de Rhine. La proa del
barco estaba brillantemente iluminada de la misma manera, la bodega del barco
era de un color blanco familiar, pero sorprendentemente, en el cuerpo del barco,
había grabada una palabra en español: Poseidón.
Mis ojos se abrieron de par en par, confundido, mientras escudriñaba este barco.
Navegaba lentamente hacia mi dirección, acercándose cada vez más. Estaba a solo
unos metros de mí cuando una figura de repente entró en mi vista. En un instante,
sudé frío.
¡Ese era claramente yo!
Y detrás de mí, había una sombra negra.
Se me enfrió la sangre y me giré lentamente. A unos pasos de distancia, de pie en
la cubierta había un... sirenio podrido y muy deformado. Había mucho ratán negro
y cosas como plantas unidas alrededor de su cuello, y sus hombros colgaban
extrañamente flácidos. Su cuello era muy largo y se inclinaba hacia adelante en un
arco extremadamente extraño. Su profunda y hundida cuenca ocultar emitía una
tenue luz verde misteriosa en tanto me observaba atentamente.
Me dio tanto miedo que mis piernas se convirtieron en gelatina y tuve que
apoyarme en la borda para obtener apoyo. Al principio, pensé que era Agares quien
había vuelto a sufrir una horrible mutación, pero cuando noté la cola púrpura detrás
del cuerpo, me di cuenta de que era otro sirenio, un terrible invitado inesperado.
Me quedé allí, rígido, aguantando la respiración. No me atreví a actuar
precipitadamente porque en este momento, estaba en una desventaja absoluta. Si
se precipitaba hacia mí, mi única salida solo sería el mar a mis espaldas.
Todo el barco estaba extrañamente tranquilo como si no hubiera una sola persona
viva en él. Sin embargo, esta no era la parte más extraña, sino el hecho de que
donde me encontraba no era el Poseidón. Más bien, era obvio por las ventanas,
que estaban decoradas con motivos japoneses, que estaba en un barco japonés.
Dios mío, qué diablos, ¿qué está pasando exactamente? ¿Todavía estoy soñando?
Estupefacto, me congelé en el lugar, con esa aterradora cosa fantasmal
acercándose a mí con un cuello ansiosamente levantado. Quebró la boca en una
sonrisa. —Sesson... Sesson...
Casi me caí al mar del miedo. Me aferré a la barandilla del barco mientras, al mismo
tiempo, me conmocionaba ante el significado de esas sílabas.
Está diciendo, "Yukimura".
De repente me di cuenta de que no importa lo absurdo y aterrador que considerara
esto, realmente estaba atrapado en este terrible y presunto misterioso campo
magnético. Lo más probable es que esté parado en el mismo barco que el hijo de
la anciana, el tritón llamado Yukimura que conocí en el barco nazi, el mismo barco
que naufragó hace muchos años atrás.

El autor tiene algo que decir: No me culpen, oh... No sé si han oído hablar del desencriptado de la apariencia
de los barcos fantasma, que está relacionado con el campo magnético en algunas zonas del mar. El campo
magnético puede registrar algunas cosas ocurridas en un determinado momento y volver a reproducirlas~
Capítulo 78

Tan pronto como el pensamiento me golpeó, una masa de chispas increíbles explotó
estrepitosamente desde la proa del barco, y de repente, muchas figuras que huían
frenéticamente aparecieron ante mis ojos. Un joven vestido con un kimono también
salió corriendo desde el interior de la cabina. Lo reconocí inmediatamente como
Yukimura, la misma persona que conocí en la isla de los sirenios en aquel entonces.
Grité su nombre por instinto, pero miró a su alrededor con prisa y una mirada
desesperada, como si no pudiera ver mi existencia en absoluto.
La fría e inclemente brisa marina abrió la solapa de su túnica de kimono, haciéndolo
lucir como un pájaro lamentable y triste, pero hermoso. Se tambaleó en retroceso
hacia el borde del barco, como si tuviera mucho miedo de algo.
Seguí su línea de visión y vi a lo que le tenía miedo...
Era un tritón con una cola púrpura oscura. El luminoso fuego abrasador y las
chispas brillaban sobre su cuerpo empapado de sangre, haciéndolo parecer más
siniestro dentro de la noche, como un espíritu vengativo que se había arrastrado
fuera de su tumba. Poco a poco salió de la cabina inferior a los escalones de la
cubierta, su cabello azabache mojado se arrastraba sobre la cola de pez, como una
multitud de anguilas parasitarias. Noté entonces que había una katana perforada
por su espalda que salía por la parte delantera de su abdomen, mas no parecía
obstaculizar su movilidad. Rápida y brutalmente, capturó a las personas que huían
en el barco y destrozó sus cuerpos sin piedad como un carnicero experimentado.
En cuestión de minutos, la cubierta se convirtió en un baño de sangre. Además,
durante el lapso de estos eventos y acciones, miró fijamente a Yukimura, con los
ojos llenos de cierta emoción frenética que se acercaba a la insania.
Estaba seguro de que la mirada en sus ojos no era odio, sino todo lo contrario.
Un amor feroz.
Estas palabras se me vinieron a la mente, pero no me atreví a adivinar qué tipo de
enredo tenían entre sí, porque el protagonista de la historia que se mostraba ante
mí no era yo. Aun así, como si estuviera hechizado, miré aturdidamente esta escena
extremadamente espeluznante mientras se desarrollaba, como si hubiera visto por
accidente la esquina de una página de un diario que registraba el pasado secreto
de otro.
—Lo siento…
De repente escuché gritar a Yukimura, con lágrimas brillantes que reflejaban las
ardientes chispas circundantes deslizándose por sus blancas mejillas. Inclinándose
contra el borde del barco, se arrodilló, pero aun así mantuvo la etiqueta tradicional
bajo la situación frenética. Se postró en el suelo de una manera similar a ofrecerse
como sacrificio, inclinándose ante ese tritón y levantando la cabeza de nuevo,
riendo mientras sollozaba. —Eres un dios del mar... ¿Cómo podría atreverme a
ofenderte? Te ruego que hagas la vista gorda por la gente en este barco y finjas
que nunca me conociste...
—Session... Session...
El tritón cantó esta palabra como una maldición, serpenteando a través de las pilas
de cadáveres en la cubierta y acercándose lentamente al postrado Yukimura. Le
levantó la mandíbula con una mano repleta de sangre, forzando a este último a
levantar la cabeza en su dirección.
Yukimura lo miró obedientemente. Estiró una mano trepidante como si quisiera
tocar las manos palmeadas del tritón, pero la dejó colgando en el aire con los dedos
temblando. Había un profundo anhelo suprimido en esos hermosos ojos. Sentí que
también estaba enamorado de este tritón, pero aparte de esto, pude leer un
sentimiento más profundo de desesperación y dolor en su expresión.
Un mal presentimiento de repente surgió en mi corazón. Entonces, en el segundo
siguiente, mis sentimientos fueron confirmados.
Vi a Yukimura agarrar el mango de la katana a una velocidad increíble. Terminó de
embestir la afilada hoja a través de la espalda del tritón, con la punta perforándolo
a sí mismo también. Abrazó firmemente al tritón, llevándolos a caer de espaldas al
vasto océano, juntos como una pareja íntima que muere en nombre del amor...
—¡Yukimura! —No pude evitar inclinarme en el borde del barco y mirar al mar,
gritando. Incluso si sabía que esta era la visión de un evento ocurrido hace décadas
registrado por el campo magnético, aun así, estaba horrorizado. ¿Qué tipo de
enredo hay entre Yukimura y este tritón de escamas púrpuras, para que se
encontraran con un final tan trágico? Cuando no pude evitar recordar las vivencias
de Yukimura y su solitaria figura en el mar, mi corazón palpitó inexplicablemente.
—Session...
En este momento, el mismo llamado débil se volvió a escuchar de mis espaldas, y
antes de que pudiera girarme, mi nariz olió un hedor repugnante y podrido. Un
líquido viscoso como veneno goteó por mi hombro y, por detrás, una garra negra,
huesuda y marchita se extendió alrededor de mi cintura sin que me diera cuenta.
Un repentino escalofrío profundo me penetró la espalda, haciéndome sentir como
una cámara de hielo. Me di cuenta de que el monstruo al que no sabía cómo
dirigirme era el tritón que se involucró con Yukimura en el pasado. Pero ahora, era
probable que me considerara una sombra de él...
—Oye... ¡No-no soy Yukimura!
Mi boca tiritaba. Levanté las rótulas de mis rodillas y pisé la barandilla del barco,
con solo un pensamiento en mi cabeza: ¡Corre! Sin embargo, en el mismo instante,
escuché una espeluznante risa ronca proveniente de mis espaldas. Las garras que
descansaban en mi cintura subieron para envolverse alrededor de mi garganta,
pillándome desprevenido. Desde mi visión periférica, pude verlo expandiendo su
mandíbula hasta el monstruoso tamaño de un tiburón, llegando hasta un lado de
sus orejas, ¡y me mordió firmemente el hombro!
Grité incontrolablemente de dolor y mi visión se oscureció. —¡Aaah...!
—¡Derte, Derte!
Fue en este momento que escuché voces familiares gritando mi alias mientras gotas
heladas caían sobre mi cara. Abrí los ojos enseguida, jadeando sin aliento, y vi
frente a mí las caras de Rodia, Nick y algunos otros compañeros del Poseidón.
Después de que me jalaran para incorporarme, me sorprendió descubrir que estaba
acostado en la cubierta del Poseidón, y todas las horribles visiones de ahora habían
desaparecido en el aire.
¿No pude evitar reflexionar sobre si solo tuve una pesadilla? Pero, ¿por qué soñaría
con el pasado de Yukimura? No sé nada sobre sus asuntos… Algo está gravemente
mal.
Me limpié el agua de la cara, mi cabeza todavía parecía atrapada profundamente
dentro del vórtice hasta ahora, lo que me hizo dudar si realmente había vuelto a la
realidad o si seguía soñando. Pero luego una mano que se posó sobre mi hombro
me trajo de vuelta a la realidad actual. —Derte, ¿cómo es que estás acostado aquí?
¡Pensamos que te caíste al mar!
—Yo tampoco lo sé —dije, levantando la cabeza y mirándolos con desconcierto—.
—¿Vieron… o experimentaron algo fuera de lo normal recién?
—Bruma. Recién entramos en la infame zona donde los barcos desaparecen, y
quedamos atrapados en una gran masa de bruma. Pero ya salimos de la zona y
ahora no estamos lejos de Hiroshima. Pero cuando se trata de extrañeza, ajá, no
creo que haya nada más extraño que esto, Derte. Deberías venir a echar un vistazo.
—Nick me sujetó para que me pusiera de pie. Levanté el brazo y lo estiré, pero el
dolor estalló en la zona que me habían mordido. Palpé alrededor de esa zona con
nerviosismo, pero sentí que mi piel no tenía heridas abiertas, solo hinchazón en un
lugar. Esto era realmente peculiar.
Los seguí hasta la cabina del capitán. De un vistazo, vi que en la pantalla del
escáner de radar se mostraba un objeto grande estaba a solo cien metros de
nosotros. Parecía ser una pequeña isla o un barco abandonado.
—¿Qué es esa cosa? —señalé la pantalla.
—¡Pecios! —Nick expresó emoción por ello, torciendo su puño con entusiasmo—.
Estamos cerca. Tengo un buen presentimiento al respecto, vamos a hacer una
fortuna de nuevo.
—Siento lo mismo. Deberíamos alegrarnos de que nuestra velocidad fuera más
rápida que la de nuestro nuevo jefe. Según las leyes marinas, no les corresponde
un pedazo del pastel, es por orden de llegada. —Rodia chasqueó los dedos y se
echó a reír.
—¿Pecio? —miré fijamente la imagen que poco a poco se aclaraba, y un escalofrío
se coló en mi columna. Incluso mis dientes comenzaron a forcejear ante la charla.
Me volteé y negué con la cabeza—. No vayamos, créanme, es peligroso allí.
—Imposible, amigo mío. —Shilok, que equivalía a ser el capitán en el Poseidón, me
dio palmaditas en el hombro.
—Debemos pasar por aquí para llegar al punto de radiación de nuestro destino —
señaló una ruta verde en el sistema de navegación junto a la pantalla del radar—.
Esta es la ruta que nuestro nuevo jefe nos estableció. Desde aquí, después pasamos
por este estrecho de aquí para llegar al destino final, la cueva prohibida del Rey del
Infierno, creo. Probablemente se llama así, pero como sea, ese naufragio está cerca
de la entrada del estrecho.
Nick aplaudió. —Oh, esto debe ser un golpe de suerte enviado por los cielos. ¡Tengo
el presentimiento de que seremos multimillonarios! Después de que hayamos
terminado con esto, ya no tendremos que andar a la deriva por todas partes. Quiero
emigrar a Estados Unidos para encontrarme a una hermosa chica de California...
—¡Eh, eh, eh! —No pude evitar interrumpir su ensueño. Sostuve los hombros de
Nick y miré fieramente a estos intrépidos forajidos—. ¡Escuchen, no sean
impulsivos! ¡Mi presentimiento es totalmente opuesto al de ustedes! Escuchen...
Acabo de ver un monstruo.
—¿Qué monstruo? —Rodia me miró burlonamente—. ¿Te encontraste con uno
mientras dormías aquí en el piso de la cubierta?
—¡Probablemente soñó con una sirena sexy!
Los otros estallaron de la risa. Me froté la frente y supe que, desde el principio, no
había forma de convencerlos de la visión que tuve. Hacer que renunciaran a la
riqueza que se les servía en bandeja de plata era prácticamente imposible.
Justo cuando estaba pensando profundamente en qué hacer, la velocidad de
navegación se redujo paulatinamente. Pude escuchar un sonido de pitido
simultáneo proveniente del sistema de navegación y el radar. Desde la oscuridad
fuera de la ventana, se pudo distinguir el contorno vagamente elevado de los dos
lados del estrecho. Usando mi visión nocturna, entrecerré los ojos para mirar a la
distancia. Por supuesto, vi un gran barco anclado a la entrada del estrecho. El barco
subía y bajaban con la marea, y de vez en cuando, el casco chocaba contra el
acantilado. Esto mostraba claramente que había estado abandonado durante
mucho tiempo.
A medida que la distancia se acercaba cada vez más, poco a poco vi que el casco
del barco estaba cubierto con algún tipo de cosa negra, como una gruesa capa de
fango que hacía que el barco fuera indistinguible de su apariencia original.
Aun así, estaba seguro de una cosa: este no era el barco japonés que vi en esa
visión. Ese barco era mucho más grande, tal vez incluso más grande que el
rumoreado Titanic. Este era un crucero. Un crucero naufragado era la mina de oro
más buscada que cualquier equipo de salvamento marino querría codiciar, ya que
dentro del barco se escondían artículos remanentes de élites ricas que tenían de
valor incalculable. Así que pedirles a estos tipos en el Poseidón, que estaban
dispuestos a tirar sus vidas por la borda si se trataba de dinero, que renunciaran
era algo imposible.
Fruncí el ceño ante la gente que había abierto cerveza para celebrar. Una por una,
saqué las pocas armas y rifles colgados en las paredes y los sostuve en mis brazos,
antes de romper sus latas de cerveza con amargura. —¡Ey, ey! No se dejen llevar
demasiado. ¡Llévense estas armas con ustedes!
—Derte, ¡¿desde cuándo tu comportamiento se volvió tan parecido al de Kolov?! —
Rodia se rio despreocupadamente y tomó el arma—. ¿No vienes, nuestro caballero
más aventurero?
—Yo... —apreté el largo cuerpo del rifle.
Dios sabe cuánto quería bajar con ellos, pero todavía estaba el Agares encerrado
en mi camarote. Ahora era un enfermero, no podía dejar atrás a un paciente
enfermo... No, quiero decir, un tritón enfermo. Por lo tanto, me volteé para tomar
mi mensáfono y lo levanté, mostrando que me quedaría atrás como refuerzo y
esperaría cualquier noticia de ellos.
Varias personas empacaron rápidamente y llegaron al barco negro a salvo a través
de las cadenas de hierro. Mientras miraba sus figuras exploradoras en la cubierta,
el dolor en mi hombro aumentó y un zumbido en mis oídos me aterrorizó la mente,
dejándome incapaz de siquiera estar de pie correctamente. Mi intuición instintiva
decidió que ahora la mejor opción era ir a buscar a Agares, así que me giré
apresuradamente y me precipité de vuelta a mi propio camarote.
En el segundo que estuve frente a mi puerta, pude escuchar el choque de las
cadenas desde dentro. Mi respiración se atascó. Temiendo que Agares pudiera estar
en ese estado anormal de nuevo, abrí solo una cuidadosa rendija en la puerta.
Cuando lo vi voltear la cabeza hacia mí, pude ver que sus ojos no habían cambiado
a ese color negro puro, y el alivio se elevó en mi corazón. Cuando cerré la puerta
a mis espaldas y caminé a su lado, pude ver que las cadenas que lo ataban se
habían deformado por su constante forcejeo, y también había cúmulos de
moretones púrpura oscuro en su piel. Esos ruidos recién fueron evidentemente
causados por su lucha.
No pude evitar agacharme para besar las zonas magulladas por las cadenas, una
por una. Su cuerpo estaba inusualmente seco en este momento, y su piel se estaba
despellejando levemente como lo haría después de la exposición al sol, lo que me
hizo sentir un poco inquieto. Después de todo, Agares era una criatura acuática, ¡y
la separación a largo plazo del mar puede convertirlo en un enorme pez seco!
Debería darle un poco de agua para mantenerlo hidratado. Una vez que pensé en
esto, inmediatamente fui debajo de mi cama para sacar una pequeña jofaina de
lavado, pero fue alejada por la cola inferior de Agares. —¿Dónde has estado,
Desharow?
Levanté la cabeza y encontré su mirada, su mirada llena de preocupación desnuda.
—En la cubierta. —Me recosté obedientemente en la cama, acurrucado junto a su
cuerpo árido, y lo enfrenté con detención. Sentí que sus labios estaban tan secos
que también se estaban despellejando, lo que me hizo lamerlos instintivamente
antes de confesar—. Aunque experimenté algo extraño. Vi una visión, algo que ver
con el tritón llamado "Yukimura". ¿Lo conoces?
—¿Yukimura? —Agares levantó las cejas a modo de cuestionamiento—. A diferencia
de los humanos, nosotros no usamos nuestras cuerdas vocales para llamarnos
entre sí, más bien, usamos ondas ultrasónicas que ustedes no pueden escuchar.
Tampoco puedo garantizar que recuerde a todos y cada uno de los miembros de
mi gente, excepto por algunas existencias especiales.
—Entonces, ¿cuál es tu nombre original? —Mis pensamientos se descarriaron
inmediatamente.
—Mi nombre es un tabú, Desharow, y solo a los cadáveres se les permite escucharlo
en su funeral.
—¿Por qué? ¿Podría ser que también esté relacionado con la dignidad y el honor,
al igual que los humanos? —reí suavemente.
—Nosotros no tenemos ese tipo de restricción, Desharow. Nosotros usamos nuestra
fuerza y linaje para decidir al monarca. Mi nombre es una cadena de códigos
secretos para el renacimiento. Una vez que digo mi nombre con mi propia boca,
nuestro nido madre despierta y abre su pasaje de vida para generar una vida
nueva.
Se inclinó en mi oído y lo susurró palabra por palabra, y mi mente imaginó
inmediatamente la estructura de una colmena. Al fin entendía cómo se reproducen
los sirenios: todos nacen por eclosión y asimilación selectiva de seres humanos a
través de esporas diferentes, en lugar de extender su raza a través de la viviparidad
como los mamíferos. Esta conclusión era aún más difícil de creer que las
grabaciones de los ovnis. Esta era la mejor evidencia que demuestra que los
sirenios eran verdaderamente una raza milagrosa. Era una lástima que todos estos
misterios no fueran descubiertos a partir de mi investigación, sino que el propio
líder me los informara personalmente. Eso realmente provocaba desanimo. Pero el
hecho más decepcionante era que no podía documentar esto, solo podía satisfacer
mi sed de conocimiento.
—Asumo que esta es la razón por la que esos nazis te consideran un factor tan
importante.
Acaricié la mejilla de Agares. Cerró los ojos, rozando sus labios contra mi palma.
Pero entonces, fulminó con la mirada mi hombro, como si hubiera olido algo
desagradable. —Desharow, quítate la camisa, déjame echar un vistazo a tu cuerpo.
—Diablos, casi lo olvido. Estaba a punto de mostrarte esto.
Recién ahora me desperté de mi ensueño. Me desabroché la camisa para exponer
la mitad de mi hombro, mostrando dónde fui atacado. Al bajar la vista, me
sorprendió encontrar que se había hinchado más. Una roncha oscura había florecido
bajo mi piel a juego con Agares. Además, se movía suavemente bajo mi piel. Mi
corazón se cayó en picada al abismo. Miré a Agares con incredulidad. Su cara se
congeló y sus párpados inferiores se contrajeron. Guardó silencio por un momento
antes de hablar. —Te lastimaré, pero debo hacerlo.
Mi corazón se balanceó, mi mente casi se descarriló tras escuchar estas palabras
que sonaron bastante ambiguas. Cuando asentí, levantó el cuello y yo estiré los
brazos alrededor de su cabeza al pasar. Sus labios flotaron y succionaron la piel y
la carne allí, los colmillos en su boca parecían estar buscando dónde morder para
que fuera menos doloroso para mí. Mientras dudaba, su cabello seco me hacía
cosquillas en el pecho desnudo. No pude evitar bajar la cabeza, frotando mis labios
pícaramente contra sus mejillas. —No pasa nada, adelante, señor jefe...
Tragó saliva, merodeando un poco alrededor de mi hombro y dándome suaves
besos de mariposa. Entonces, sus colmillos perforaron duramente mi piel, rasgando
un agujero de un ancho similar a un dedo índice. Después de que succionara un
trago de sangre escarlata, me sorprendió ver filamentos negros como pelo, siendo
excavados de mi piel. Se movían, tratando de hundirse de nuevo en mi hombro.
Sin embargo, la boca de Agares los enganchó inmediatamente, y antes de que me
diera cuenta, fueron extraídos de mi cuerpo en un santiamén y escupidos al suelo.
Dentro de ese segundo, un dolor similar al despellejo de la piel y los tendones fluyó
por todo mi ser. Se sintió tan doloroso que me dejó temblando por todas partes,
pero me alegré de que la tortura solo durara unos segundos. La lengua de Agares
era como un anestésico, lo que palió rápidamente mi sufrimiento.
—¿Qué era esa cosa de recién, Agares? —Me enterré en su cuello mientras jadeaba.
—Es una yoila que ha sido afectada por la materia oscura. Le pertenece a una
especie joven que fue contaminada. Te tiene en la mira, Desharow. Los
contaminados son muy peligrosos, pueden aparecer en cualquier momento, espacio
o lugar, porque sus formas de vida han sufrido una terrible mutación.
—¿Tiempo, espacio y lugar? —exclamé con incredulidad. La existencia de esta cosa
superaba a toda existencia tridimensional. Prácticamente debería llamarse una
criatura de cuatro dimensiones en su lugar. No es de extrañar que esa maldita cosa
pudiera atacarme sin que me diera cuenta; no estaban limitados por el tiempo y el
espacio, después de todo.
¿No son igual de aterradores que los fantasmas?

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