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TRABAJO

FINAL
ENTREGA 20 de enero de 2024

JIBRAIN EMANUEL GOMEZ VARGAS


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MAYORÍAS Y MINORIAS
Me pregunto si la historia puede abordar la diversidad de la sociedad antigua, desde los pocos
personajes ilustres hasta las mayorías anónimas en campos y periferias. ¿Debería ocuparse
de hombres, mujeres y aquellos menos privilegiados económica, social o culturalmente? En
mi reflexión, considero que algunos historiadores podrían enfocarse en personajes y minorías
para fortalecer perspectivas sociales, mientras que otros podrían reclamar las suyas al relegar
esas minorías. ¿Es positiva la insatisfacción y la búsqueda de nuevas opciones
historiográficas, incluso si las críticas son inevitables debido a metodologías incipientes e
indefinidas?
En este mundo historiográfico por así decirlo, veo la importancia de la constante
búsqueda de nuevas vías de reflexión y fuentes, sin olvidar lo fundamental de conservar
nuestras conexiones de suma importancia con las personas de la antigüedad, a pesar de las
amenazas y descalificaciones.

LA OPCIÓN DEL GIREA Y LA TIERRA COMO FUENTE


Encuentro de mucho interés aquel intento lejano, pero aún joven y lleno de promesas, que
comenzó al reconocer el valor de nuestra propia tierra como fuente histórica. A lo largo de
los años (celebrándose este año su XXV coloquio en 1998), pocos pueden negar, por lo
evidente, que la vida de las personas tiene el poder de crear, dibujar y dar forma a paisajes
sobre la tierra. Al examinar los perfiles dejados, se revela como una forma de entender las
condiciones de gestación y las vidas de sus creadores.
Nada más obvio, pero era necesario verlo. Nada más claro, pero había que descubrirlo.
Estas breves alusiones a la tierra como fuente también sirven como homenaje para aquellos
que, en su momento considerados visionarios (y otras cosas peores), supieron percibir en la
génesis, definición y evolución de espacios, paisajes y territorios, el impacto de unas
relaciones sociales vinculadas a los derechos de propiedad y uso de la tierra. Es un
reconocimiento para aquellos que captaron las formas en que se materializaron en esas tierras
relaciones de fuerza, de explotación y depredación, donde los grupos propietarios siempre
buscaron apropiarse de tierras y personas.
Sí, en las épocas antiguas, cómo la gente se relacionaba entre sí dejó su huella única
en el paisaje, creando esos lugares históricos tan especiales. Ahora, en mi chamba actual, me
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estoy metiendo de lleno en analizar y entender esas sociedades a través de lo que hacían con
el medio ambiente y el espacio. No estoy simplemente jugando a armar rompecabezas
antiguos, desde cómo dividían la tierra hasta las construcciones, sino que estoy tratando de
entender las relaciones complicadas entre la gente, especialmente las de explotación y
dominio en las villas esclavistas.

Esos paisajes bien ordenados y controlados no solo son una demostración de poder,
sino también la manera en que querían integrar a los que estaban sometidos. Al estudiar esos
lugares y territorios, veo cómo los concibieron como si estuvieran escribiendo en la tierra
misma, mostrando un orden cósmico para los que mandaban y siendo algo ineludible para
los que lo sufrían. Reconstruir y estudiar estos lugares me da una perspectiva nueva sobre
cómo vivían las personas allí, desde los que lo planearon hasta los que trabajaron y sufrieron.
El método, una vez establecido, ha dado pie a maneras nuevas de entender las cosas y
perspectivas únicas, adaptándose a lo que piensa cada investigador, incluso yendo por
caminos que los creadores originales quizás no pensaron.
Nunca hay que ver el cambio en el paisaje como una señal de peligro, sino como
prueba de que la sociedad está viva y en movimiento. En mi opinión, es un viaje de ida y
vuelta. Primero, se trata de estudiar detalladamente cómo un sistema social impacta en los
paisajes históricos existentes, creando así su propio paisaje histórico único (eso es la ida).
Después, una vez que conocemos las formas en que ese sistema social actuaba, podemos
estudiar los restos más o menos borrosos de esos paisajes para entender a fondo las realidades
sociales que los crearon (eso es la vuelta).

En el caso del mundo romano, que fue el foco principal de interés para los pioneros,
estos son, en mi opinión, los mecanismos fundamentales de impacto en el espacio y la
creación de paisajes:

1. Intensificación de la explotación agropecuaria de la tierra: La tierra siempre fue


la principal fuente de riqueza en la Antigüedad, y la intensificación de su productividad,
impuesta por los poderosos, fue crucial en la degradación ambiental y la formación de nuevos
paisajes. La sobreexplotación agrícola y ganadera implicaba la eliminación constante y la
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lucha continua contra la diversidad de especies indígenas, reemplazándolas violentamente


por especies más "rentables" pero menos variadas. Esto arruinaba los ecosistemas previos y
daba lugar a paisajes cada vez más distintos de los originales.
2. Implantación y dinamización de formaciones urbanas: Las ciudades, en el sentido
que las estamos considerando, actuaron como centros de acción humana concentrada que
alteraron significativamente el entorno. A través de la sobreexplotación intensiva y continua,
las ciudades alteraron tanto el relieve como las especies vegetales y animales. Dependiendo
de su tamaño, crearon un sistema morfogenético específico que, con su dinamismo y
apariencia, generó una red de influencias ambientales que dejaron su marca en paisajes y
territorios.
3. Creación y mantenimiento de toda una red de comunicaciones. Fue muy importante
crear y mantener un montón de caminos grandes y pequeños en la tierra, así como rutas en
ríos y mares con sus respectivas cosas que se necesitan. Esto fue esencial para tener control
y poder sobre la tierra y las personas. Claro, estas construcciones dejaron su marca en los
lugares por donde pasaban.
4. Aceleración en los ritmos de deforestación y sus consecuencias morfogenéticas.
Muchas fueron las razones que llevaron a la disminución de los bosques y la vegetación:
- La expansión y aumento de las actividades agrícolas, que requerían la constante apertura de
tierras.
- El aumento de la ganadería y la necesidad de realizar quemas periódicas para obtener
nuevos pastizales, junto con la acción de algunas especies animales que dificultaban la
regeneración vegetal.
- Los requerimientos de actividades militares, especialmente la construcción naval, asedios
y la destrucción deliberada de bosques para el control estratégico de territorios.
- Las actividades mineras continuas, entre otras.
5. Impulso de todo un conjunto de construcciones. Es importante destacar que la
presencia constante de formaciones vegetales desempeñaba un papel crucial en la estabilidad
del paisaje, regulando los recursos hídricos, manteniendo el humus y suelo, y contribuyendo
a la prevención de inundaciones y deslizamientos de tierra. Sin embargo, la eliminación de
estos bosques resultaba en consecuencias negativas como la pérdida de suelo fértil, alteración
de cursos de agua y aumento de la degradación ambiental.
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La construcción de diversas estructuras, ya fueran por razones económicas, sociales,


políticas, militares o ideológicas, tuvo un impacto claro en la apariencia del paisaje y el
territorio. Esto incluye villas con sus divisiones de tierras, edificaciones y límites, ciudades
con sus ubicaciones, edificios tanto públicos como privados, sistemas de defensa, lugares
religiosos, zonas suburbanas, calzadas y puertos fluviales y marítimos.

Pero lo más importante es considerar el conjunto de huellas que la presencia romana


dejó en las relaciones entre las personas y su entorno. Estas huellas se reflejan en paisajes y
territorios distintivos. Con el tiempo, otras formas de vida, relaciones sociales y diversas
historias se han superpuesto, recreando continuamente estos lugares. La tierra actúa como un
enorme palimpsesto, donde se escriben y borran paisajes y territorios sin cesar.
Si somos capaces de reconstruir los antiguos paisajes, a menudo apenas perceptibles,
también podemos observar las condiciones de su creación y las formas de vida de quienes
los diseñaron, promovieron y experimentaron. Estos esfuerzos por reconstruir, como un
rompecabezas eterno, registros catastrales y divisiones de tierras adquieren un significado
histórico. Ayudan a entender las intenciones de los creadores y promotores, así como las
condiciones de vida de las personas que habitaron y trabajaron en esos lugares.

Descubrir cómo se organizaba el territorio no solo implica entender el control sobre


la tierra, sino también los continuos esfuerzos por controlar y aprovechar la vida material y
espiritual de las personas. Mirar la tierra se convierte así en una actitud historiográfica, y la
tierra misma se convierte en una fuente histórica valiosa.

LAS FUENTES ORALES


Estaba insatisfecho debido a las malas consecuencias del "paradigma de la
simplificación" en la Historia Antigua, que se basa en el Positivismo. Con el tiempo, mi
rechazo creció porque sentía la necesidad de encontrar nuevas formas de entender la
Antigüedad. Estos sentimientos, tanto emocionales como racionales, son compartidos por
aquellos que no se sienten cómodos con ideas conservadoras, y me incluyo en ese grupo.
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Desde el principio, busqué identificar los errores en la forma convencional de ver la


Historia, desafiando principios arraigados en la Teoría Social que consideraba incorrectos.
Aunque disfrutaba cuestionando las normas, mi principal motivación era la creencia de que
seguir un enfoque uniforme en la historiografía era perjudicial para la capacidad crítica y la
dignidad social. Pensaba que avanzar en la comprensión del pasado requería nuevas
perspectivas, más allá de acumular conocimientos tradicionales.

Aunque no respaldo completamente la idea de "todo vale" de la nueva manera de


pensar propuesta por Feyerabend, siempre me pareció mejor arriesgarme a tener diferentes
puntos de vista que seguir una única línea impuesta. Creía que esto último solo llevaría a la
pérdida de la capacidad crítica y, por ende, a la ruina de la Teoría Social.

Con esta actitud, busqué desafiar la forma cerrada de pensar que se considera dueña
de la verdad, adoptando una actitud de rebeldía e insumisión. No esperaba que otros me
siguieran, ya que eso podría obstaculizar la libre expresión de ideas, incluso las mías, al
rechazar constantemente la sensación de certeza que, en realidad, está llena de problemas y
limitaciones. La razón por la que no abandoné esta postura es porque aún no conocía opciones
más generosas desde el punto de vista social.

LA GESTACIÓN DE LOS PAISAJES ORALES


Quiero entender la historia antigua explorando cómo las actitudes y formas de
comportarse se reflejaron en expresiones habladas que caracterizan paisajes orales. Mi
enfoque es similar al estudio de territorios, pero ahora parto de las formaciones sociales hacia
la oralidad y regreso desde los restos de la oralidad a las formaciones sociales. Al igual que
investigué parcelaciones y marcas territoriales, ahora busco marcas en paisajes orales, como
fábulas, cuentos, chistes, maldiciones, canciones y proverbios. Aunque este es un esfuerzo
más subjetivo, creo que, si los restos conquistados nos ayudan a entender socialmente el
pasado, pueden considerarse fuentes históricas válidas.

A pesar de que una minoría ha negado a la mayoría la capacidad de pensar y sentir,


sostengo como principio fundamental que, en el mundo antiguo, al igual que en el nuestro,
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todas las personas pensaron y sintieron. Este principio impulsa mi esfuerzo historiográfico.
Creo que reconocer las creaciones e ideologías de todas las clases sociales es esencial para
aspirar a una sociedad igualitaria. Registrar las capacidades mentales y afectivas de las
personas del pasado también busca entender las capacidades de todas las personas y
comunidades de hoy. Así, no sería necesario liderar ni convencer a nadie. Las personas
podrían actuar por sí mismas, sin necesidad de salvadores ni guías. ¡Que nos dejen en paz de
una vez por todas!

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