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SOR ISABEL DE VILLENA, SU VITA CHRISTI Y UN EJEMPLO DE ESCRITURA

INMACULISTA DE GÉNERO EN EL SIGLO XV Lesley K. Twomey Universidad de


Northumbria

Sor Isabel de Villena (1430-1490) es una de las pocas autoras hispanas del siglo XV cuya
obra ha sobrevivido hasta tiempos modernos (Deyermond 1978, 1983, 1995; Garrido 1997;
López Estrada 1986; Luna 1995; Whetnall 1984, 1992-3). Martí de Riquer reconoce la
singularidad de Isabel de Villena en su recorrido por la prosa catalana, cuando la cataloga
como: "l'unica figura femenina importante de la literatura catalana medieval" (1972, 70). Lola
Luna, en su estudio histórico sobre la autoría femenina, se plantea la cuestión de si esta
singularidad se debe a la eliminación sistemática por parte de los hombres de otras escritoras
o si las mujeres carecieron de los reprobes necesarios para poder escribir (1995, 127). Pero
Rosanna Cantavella y Llu'isa Parra, en su introducción a una edición parcial de la Vita
Christi, subrayan el atractivo de un libro escrito por una abadesa, preparado para la imprenta
por su sucesora, hecho público a petición de una reina, y cuyo el tema es en gran parte los
personajes femeninos de los Evangelios (1987, vii). Cualquiera que sea la razón de la
singularidad atribuida por los críticos a la Vita Christi, proporciona un ejemplo supremo de
literatura de género en el siglo XV. Sor Isabel, abadesa franciscana del convento de Santa
Trinitat en Valencia e hija ilegítima de la noble familia Villena, fue una mujer educada en la
corte con conexiones reales. Ingresó al convento a los 15 ya los 33 fue elegida abadesa. El
argumento de Eileen Power de que los conventos "ofrecieron al cuerpo principal de monjas
oportunidades de educación, La presentación de tales eventos muestra cómo trata el tema de
la Inmaculada Concepción y cómo pretendía moldear el mundo de sus lectores a través de su
versión de los hechos.

El propósito de Sor Isabel al escribir

La mayoría de los críticos consideran que die Vita Christi es una respuesta al antifeminismo
que abunda en la Valencia contemporánea. Alberto-Guillem Hauf i Vails (1995), en su
edición de Die Vita, se refiere al concepto que Sor Isabel escribió en respuesta a la diatriba
contra las mujeres que se vive en Valencia. Una particular conexión entre el mundo cerrado
de las monjas y las diatribas antifeministas contenidas en el Espili o Llibre de les dones,
escrito por el coetáneo de Isabel, Jaume Roig, eminente médico valenciano, es que Roig era
benefactor del convento, ya que su hija era profesó allí como monja. Marti de Riquer también
se refiere a la diatriba misógina dirigida específicamente a las religiosas en el Espili,
señalando la conexión entre Roig y las hermanas de Santa Trinitat (1972, 71). En su opinión,
esta conexión podría explicar "algunas notas féministes que es troben a la Vita Christi" (1972,
71). Cantavella y Parra también postulan que Sor Isabel pudo haber intervenido en el "debate
pro i antifeminista" (1987, xxi). Cantavella reitera que Sor Isabel deseaba promover la causa
profeminista en su Vita (2000, 50). Considera a las bodi Isabel de Villena y Christine de Pisan
como escritoras que buscaron justificar su propio estatus como autoras (2003, 45). Las
escritoras de finales del período medieval tuvieron que lidiar con el mandato de San Pablo,
desarrollado por los doctores de la Iglesia, que las mujeres deben guardar silencio (Timoteo
2:13). Su impacto en los autores de clausura ha sido elaborado por Surtz y
Seidenspinner-Núñez entre otros (Surtz 1995, 5; Seidenspinner-Núñez 1998, 18-19;
Lozano…

desde su subordinación a
la audioridad masculina significaba que se les ordenaba obedecer el edicto de Pablo y desistir
de escribir. Las autoras también tuvieron que lidiar con la percepción
Sor Isabel de Villena, su Vita Christi9 1
consecuencias negativas de romper su silencio y plasmar sus pensamientos en papel (Weber
1993, 486-87; Seidenspinner-Núñez 1997,
1 3). Se considera que el mismo acto de escribir puede desviar a otros, ya que,
las mujeres, como hijas de Eva, están en asociación directa con el diablo
(Blamires 1992, 83-98).
Dados estos antecedentes, llama la atención que, a diferencia de sus coetáneas femeninas, Sor
Isabel no incluye ninguna referencia a cómo se inspiró
para comenzar su Vita y su razón de escribir. Ronald Surtz ha ejemplificado, a propósito de
los homólogos castellanos de Sor Isabel, cómo
Teresa de Cartagena y Costanza de Castilla reclaman autoridad de
inspiración espiritual. Surtz (1995, 23), así como Dayle Seidenspinner-Núñez (1997, 8),
notan cuán frecuente es la convención de llamar a la
humildad topos está en escritura femenina. Surtz sostiene que Teresa de
Cartagena "invoca tácticas que se habían convertido en lugares comunes retóricos
para las escritoras medievales" (22). Teresa se refiere a su propia debilidad
e indignidad y combina esto con el topos de la inspiración divina, sugiriendo que Dios la
inspirará. La arboleda de los enfermos
contiene referencias al poco sentido común de la autora, su poca discreción y
el hecho de que, debido a que sus intenciones son buenas, espera que su libro
será agradable a los ojos de Dios (Seidenspinner-Núñez 1998, 25). Costanza de Castilla,
igualmente, se refiere a su "simpleza" y "grosería"
y afirma que considera que sus obras son defectuosas (Surtz 1995,
45). En la Vita Christi, hay una llamativa falta de referencia a la obra del audior.indignidad
No hay ningún intento por parte de la autora de humillarse a través de descargos de
responsabilidad como los expresados ​por otras escritoras. En lugar deella se cubre con el
manto de la audioridad bíblica, e incluso se atrevepara glosar las fuentes que utiliza. En
ocasiones habla con autoridad, por ejemplo, para castigar a quienes no aceptan la doctrina de
laInmaculada Concepción (1992, 210). Seidenspinner-Núñez argumenta que
todos los actos de significado, tales como escribir, glosar, alegorizar son en sí mismos
generizados y asociados con el masculino (1998, 21). en morir
caso de Sor Isabel, se deja a su sucesora reclamar la inspiración divina
en nombre del autor:
i los raigs de del ciar sol dejusticia, participante per les finiestres de
la sua luminosa inteldigencia, aixi en esa cesa caritat
l'escalfaren, que volgué ab afanyós treball compondré aquest
tan otorgar volumen e llibre. (1995, pág. 64)

Esto lo hace en una carta, dirigida a la Reina, que sirve como


prólogo de la edición impresa de 1497. La Vita no está sola
pero está sellada herméticamente por otros dos textos breves, ellos mismos
92 Lesley K. Twomey La corónica 32.1, 2003
escrito por la sucesora de Sor Isabel, ella misma lectora de la Vita. Estas
Los textos conducen al lector al capítulo inicial de Die Vita y sirven como su
conclusión, actuando para nosotros como "espacio de transiçao entre o texto e o
extra-texto" (Silva Machado 1995, 132). Dentro de la Vita, es Sor
Aldonça, que proporciona el puente al texto para el lector y en
En nombre de Isabel, por así decirlo, Sor Aldonça se apropia repetidamente de la
humildad topos, como si deseara reclamar protectoramente estera ausente
modestia en nombre de Sor Isabel. Ella incluso reclama la abadesa
decisión de no poner su nombre en el texto como prueba de su humildad,
a pesar de que la Vita está en realidad sin terminar y no podemos saber si Sor
Isabel podría haber escrito su propia captatio benevolentiae. Sin embargo,
Aldonça argumenta, "en tan baix centre d'humilitat era devallada que no
volgué scriure lo seti nom en alguna parte de aquest libre" (63).
El énfasis de Sor Aldonça en la humildad de Isabel de Villena tiene un
número de factores motivadores. Se refiere a su ex abadesa como "humil
religiosa", mientras que, en la misma frase enfatizando el linaje real de Isabel: "la claredat de
son il.lustrissim llinatge" (68) y declarándola
nombre anterior "iHustre doña Elionor". Sor Aldonça sugiere que la
la humildad de Sor Isabel es aún más digna porque requirió un mayor sacrificio de
reconocimiento mundano, pero la mezcla de orgullo y humildad es de dos tonos y refleja una
necesidad de reforzar la autoridad del texto
a través de la evidencia de su noble procedencia. Sor Aldonça no es reacia a convertir en suyo
el topos de la humildad
beneficio de acumular parte del mérito al asociarse con
el texto espiritual y poniendo el nombre de Isabel en el dominio público:
"io en cree atényer no poc merit davant Déu en publicar lo nom de tan
yegua singular" (69). En una declaración tripartita formulista, Aldonça
revelando el nombre del autor: "Sor Isabel de Villena lo ha fet; sor
Isabel de Villena l'ha compost; sor isabel de villena ab elegant y dolç
stil l'ha ordenat" (69). Los sinónimos para el acto de escribir abundan en el
letra "scriure", "compondré", "ordenar", "fer". El acto de escribir es
representado como un acto de producción considerado como una siembra de semilla en el
dado
papel blanco (en sí mismo un acto masculino, con el papel sirviendo como una imagen de lo
femenino, como explica Seidenspinner-Núñez [1998, 21]).

La semilla más tarde llegará a buen término, lo que permitirá al lector recoger el fruto,
representando la utilidad del tema para el lector. Aldonça
contrasta el acto de escribir con la realización de actos nobles, y
la escritura se apropia sutilmente de lo femenino, mientras que los actos de guerra
permanecen en el dominio masculino.
Tenemos el privilegio de que en la carta se nos ofrezca una foto de Isabel
trabajando en la producción. El arduo trabajo que tiene que hacer para componer ((La raíz y
las ramas que emanan del libro en el regazo de Isabel recuerdan imágenes del árbol de
Jesse. Las miniaturas de los rondels de la parte inferior representan el matrimonio de Joachim
y Anna,
los padres de la Virgen, la Anunciación a María y la Natividad de Jesús. el grabado en madera
se incluye en la edición de 1513 (Valencia) de la Vita Christi.))
tan pesado tomo es observado de cerca por sor Aldonça: "que volgué ab afanyós treball
compondré aquest gran volum" (69). Él
El acto de escribir no se percibe como un simple acto de inspiración divina, sino que requiere
un esfuerzo mental de Sor Isabel, según Aldonça, quien subraya un aspecto de la Regla
reformada de Santa Clara en la que
la contemplación debía estar aliada con el trabajo. Aldonça pone tal énfasis en la escritura
como una actividad agotadora para enfatizar el hecho de que Sor
El trabajo de Isabel no era físico sino mental (Regla 1988, 28). además de morir
laboriosa composición del texto, sor Aldonça quiere dar a conocer a lo largo de su carta los
profundos conocimientos que poseía su predecesora, refiriéndose a la "lluminosa
inteldigencia" de Isabel ejercida "ab la Hum del seu ciar enteniment" (68). Su evaluación de
Sor Isabel surge claramente del orgullo por un miembro importante de la
tanto por el orden como por el orgullo de sus logros en el mundo masculino.
de autoría.
En la introducción epistolar a la Vita Christi, la respuesta de
se proporciona un lector a la autoría femenina, Sor Aldonça considera necesario proporcionar
el puente de humildad faltante al texto, porque su
la ausencia en la escritura de Sor Isabel contrasta con su abundancia en otros textos religiosos
de autora femenina. Ella también refuerza la audioridad de la
texto de dos maneras al reclamar inspiración divina para él, así como al
subrayando la alta posición social del autor. Sor Aldonça hace
no extiende el topos de la humildad a concebir a Sor Isabel como una autora "receptiva",
respondiendo simplemente a los impulsos de la gracia divina, sino que establece
firmemente en el contexto masculino de la audiencia "productiva", por
describiendo sus labores.
los le
Hy esto mismo establescemos agora: que el principe los ordene a los sus fieles assi cuerno
viere que es mester en la tierra e fagales tanto de bien porque aya los otros que an de venir en
sus poder. E que las cosas que ellos ganaron con derecho, que las dexe dellos que las den a
sus fijos o a quien ellos quisieren.

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