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EN BUSCA DE LA TIERRA SIN MAL

Capítulo 4

Agos se levantó temprano, antes de desayunar hizo algunos ejercicios de yoga hacia donde estaba
el sol, mientras Antonio y su mujer tomaban unos mates, mirándola de lejos.
Juan alistaba la camioneta para ir hasta Mercedes, mientras pensaba en aprovechar para traer
provisiones y de paso hacerse ver el dolor en la muñeca que lo afectaba desde la última
intervención en el incendio que intentaron apagar. Se había hecho una venda para inmovilizarla
y había tomado aspirinas para el dolor, pero seguía inflamada. Lamentó no tener algún otro
antiinflamatorio en su botiquín.
- Me podrás traer algunas bebidas deportivas, esas hipertónicas para tener de refuerzo-
le encargó Agos a Juan.
- Venite y nos hacemos atender en el hospital o en alguna clínica de Mercedes, Agos.
- Prefiero descansar, viste que siguen los incendios… vamos a tener mucho trabajo en
estos días.
- Como quieras ¿algo más que haga falta? - preguntó Juan.
- Agua mineral, alguna leche vegetal, galletas de arroz, y de alimentos no sé cómo
estamos.
- Antonio ¿me acompaña?
Juan y Antonio partieron y la mujer de éste se acercó a Agos ofreciéndole mate. Agos aceptó y
aprovechó para preguntarle:
- ¿Cómo es eso del pitogüé? ¿Qué tiene que ver con el embarazo? La mujer de Antonio
se rió.
- Es que si ese pájaro canta al mediodía en tu casa te anuncia un nacimiento, otros dicen
que llegan parientes o amigos a visitarte- le explicó.

Agos asintió con la cabeza mientras tomaba un


mate.
- ¿Le escuchaste canta vo’?
- No, se lo escuché decir al papá de la
chica que llevamos ayer al hospital, y
también mencionó al Yasí yateré.
- Seguro está embarazada la gurisita
esa entonce’- sentenció. ¿Y a vó el Yasí
no te volvió a visitar?
Agos se rió mientras entraba una llamada a su
celular. Atendió mientras caminaba en
dirección opuesta a la casa.
- Hola Ma, sí… todo bien… no te
preocupes. Sí, siguen los focos de
incendios, pero van a mandar
refuerzos de ayuda. Sí, sí estoy bien,
Juan también.

Los padres de Agos se habían separado cuando ella tenía 7 años. Su papá, un médico oncólogo
que trabaja en Curuzú Cuatiá, a unos 200 kilómetros de Pellegrini, volvió a formar una familia y
tiene una media hermana que ahora tiene 12 años. Su mamá ahora también está en pareja con
Graciela, la tía Graciela como le decía cuando ella era chica.
Mientras hablaba con su mamá, se le cayeron unas lágrimas:
- Ma, te extraño…- del otro lado se escuchaba a su mamá llorar- Y Graciela … ¿cómo
está?

Asignatura: “Medicina, hombre y sociedad”. Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Nordeste. Argentina. 2024
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Antes de venir para los esteros, Agostina había tenido una fuerte discusión con ella porque todavía
no supera la nueva relación de su mamá con la Tía Graciela.
La mujer de Juan había comenzado en la cocina a preparar el almuerzo, mientras un benteveo, o
más comúnmente conocido como pitogüé, comenzó a cantar sobre la rama de un árbol.

Antes de la llegada de los conquistadores españoles, la organización social de los Tekohá


guaraníes fueron los guaras, agrupaciones territoriales bien delimitadas en las cuales sus
miembros cazaban, pescaban y vivían en abierta comunidad.
La sociedad guaraní se organizaba en grandes casas comunales, denominadas tapy-guazú. Un
pueblo podía albergar cientos de personas, ubicadas en varias de estas viviendas colectivas, de
diversas formas y tamaños. En una casa común podrían convivir entre diez y sesenta familias
emparentadas entre sí, formando el grupo macrofamiliar unido por parentesco. El lugar principal
de la vivienda guaraní era el fogón, el tataipí, donde se encontraban las mujeres cocinando y
realizando las labores domésticas, pero también se ubicaban ahí ya que el hecho de permanecer
junto al fuego poseía un sentido espiritual al estar considerado el lugar de asentamiento de la
palabra, tan importante para los guaraníes.
Para los pueblos guaraníes, se produjo un gran cambio con la llegada de la Compañía de Jesús y
de sus reducciones, ya que los Jesuitas los protegieron y dignificaron frente a los abusos de los
españoles y portugueses, preocupándose también de salvaguardar su rica cultura. La poligamia y
las viviendas comunales fueron los dos puntos de interés de los misioneros desde su llegada. Las
transformaciones implementadas condujeron a la aparición de la casa unicelular, la familia
católica, el matrimonio monogámico y nuevos estereotipos en relación a las mujeres, además de
la erradicación del infanticidio, del aborto, de las uniones libres y de la poligamia, instituyendo
en su lugar el modelo de la familia cristiana.
El establecer a los guaraníes en asentamientos concretos, supuso que la población pasara a ser
sedentaria, rasgo no habitual entre estos grupos seminómadas que basaban su vida en la caza, la
recolección y la explotación de la tierra que, cuando se agotaba, los obligaba a trasladarse a otro
lugar.

Asignatura: “Medicina, hombre y sociedad”. Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Nordeste. Argentina. 2024
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