Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todo el mundo tiene en mente la imagen de un terremoto. Los hemos visto en el cine y en la
televisión, donde se han colado a través de la ficción o en los canales de noticias cuando tienen
lugar en diferentes países. Los terremotos están asociados al movimiento del suelo, lo que
conlleva que todo a nuestro alrededor tiemble y que, en algunos casos, se den grandes
devastaciones y daños personales.
Sin embargo, ¿qué son exactamente los terremotos? ¿Cuántos tipos existen?
Las causas de los terremotos pueden ser de dos tipos: naturales o artificiales
Causas naturales de los terremotos
Son la consecuencia de la actividad humana. En estos casos, los temblores del suelo no
proceden de la actividad interior del planeta, sino que son consecuencia de acciones humanas
que pueden producir que la tierra tiemble igual que lo hace cuando se producen terremotos
de forma natural. Un ejemplo de este tipo de terremotos lo encontraríamos durante la
detonación de una bomba atómica, que además de la devastación causada por la propia
bomba y la radiación consecuente, también implicaría un temblor del suelo que se podría
calificar a todas luces como un terremoto.
Las consecuencias de los terremotos dependen siempre de su propia fuerza y otros factores.
Sin embargo, a grandes rasgos, podemos mencionar dos consecuencias principales.
Se trata de consecuencias que causan daños a las poblaciones humanas, animales y demás
seres vivos debido a la destrucción que está asociada a estos fenómenos. Como hemos visto,
dependiendo de la fuerza que tengan y de los puntos asociados en la escala de Richter, serán
más o menos destructivos, pero se puede destruir toda una zona en poco rato y puede llegar a
quedar irrecuperable o difícilmente recuperable.
Consecuencias en la evolución geográfica
Por otro lado, los terremotos tienen como consecuencia el cambio del paisaje del planeta.
Debido a la actividad de los terremotos, las placas tectónicas se mueven, un fenómeno conocido
como deriva de placas tectónicas. Esto, a lo largo de millones de años, puede hacer que la
orografía de nuestro planeta estén en constante cambio.
La madrugada del lunes 6 de febrero, un terremoto de magnitud 7,8 impactó Turquía y Siria, al
que le siguieron múltiples réplicas. Dos semanas después, el lunes 20 de febrero, se registraron
dos fuertes réplicas, ahora de magnitud 6,4 y 5,8, en la ya devastada provincia de Hatay.
Los terremotos han dejado una enorme devastación: 49.397 personas fallecidas y decenas de
miles de heridos en ambos países; más edificios derrumbados y dañados, en los que destacan
hospitales; casi un millón de residentes turcos viviendo en tiendas de campaña, entre muchas
afectaciones más.