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Artículo n°1

ACERCA DE LA PRESENCIA DEL BINOMIO EN LA EXÉGESIS DE LA VIDA DEL ARTISTA

Gabriel Darío Fernández (comentario para la cátedra de “Filosofía del Arte” del profesor Fagioli)

Buenas noches a todos, antes de comenzar con la reflexión solicitada, quisiera hacer una salvedad que me
permita ser lo más honesto posible al momento de atender la consigna propuesta. A mi entender sería un
trabajo ineficaz, cuando no fútil, intentar extraer una escena y relacionarla con un binomio en particular,
dado que toda la obra de Andres Duprat parece ser, en su totalidad, una alegoría “del binomio” en general;
en tanto que el guion hace ostensible la idea de que es posible ocupar ampos polos del mismo binomio al
mismo tiempo.
Tomemos como ejemplo el de Deleuze (Cosmos/Caos); en primer lugar, el artista deja claro la muestra del
estadio de su arte que le suscita el hecho de ser “merecedor” del premio políticamente correcto por
excelencia en el mundo académico (el nobel):
“…tengo la convicción de que este reconocimiento unánime tiene que ver directa e inequívocamente con el
ocaso de un artista. Este galardón revela que mi obra coincide con los gustos y necesidades de jurados,
especialistas, académicos y reyes. Evidentemente yo soy el artista mas cómodo para ustedes, y esa
comodidad tiene muy poco que ver con el espíritu que debe tener todo hecho artístico. El artista debe
interpelar, debe sacudir…”
Esto refleja su pesar por haber sido arrancado despóticamente del caos, que es la génesis y ontología de
todo artista y hecho artístico; y a su vez ser autoritariamente subsumido en la trágica monotonía del
cosmos, un paraguas que no solamente, no sostiene él mismo, sino que además está situado tan alto que le
resulta imposible alcanzar a rasgarlo para volver a la incomodidad anhelada. Es así como, nuestro
protagonista, emprende tamaña empresa al intentar posicionarse bajo un paraguas más pequeño, el cual,
si alcanzase a rasgar y dejar al descubierto una porción del beneplácito primermundista que, al
diferenciarse del cosmos ulterior le provea de la ilusión de la contemplación del caos, aunque menos no
sea, temporalmente. Ahora bien, en el transcurso de su estancia en su ciudad natal (Salas) se producen
(para disfrute del buen Mantovani) entredichos y enfrentamientos con personajes influyentes del
población, y no tanto también, que lo acusan de hacerse rico relatando sus propias historias de vida, lo cual
deja en total evidencia que un artista y su obra pueden estar de pie simultánemante y con total solvencia
en el caos y en el cosmos, en la periferia y en el epicentro, conquistando lo apolíneo por medio de lo
dionisíaco, siendo participe digno ahora sí, de un binomio significativamente más próximo a su identidad,
ahí donde le es lícito interpelar al otro, porque como dijo Satonyi: “… la verdad es verdad mientras pueda
ser albergada dentro del paradigma que la produjo…”.
Alumno: Gabriel Darío Fernández; Asignatura: Filosofía del Arte; Cátedra: Fagioli.

Damus; UNA (Universidad Nacional de las Artes)

Mayo de 2023.

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