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EVANGELIO
Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.
M. Escuchemos, hermanos, el
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 12-15
El Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por Satanás
durante cuarenta días. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea.
Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha
cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la
Buena Noticia”.
Luego de leer el Evangelio.
M. Palabra del Señor.
El ministro NO besa el Evangelio.
Gloria y honor a Ti, Señor Jesús.
El ministro puede hacer su propia reflexión, leerla la indicada por el
Sacerdote, extraer de algún lugar adecuado o simplemente hacer un
momento de silencio para la reflexión personal.
Bendición e imposición de la ceniza
Después de la homilía, el Ministro impone la ceniza a todos los
presentes que se acercan hasta él; a cada uno le dice:
Cf. Mc 1, 15
Convertíos y creed en el Evangelio.
O bien:
Cf. Gén 3, 19
Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.
Mientras tanto, se entona un canto apropiado o alguna de las
antífonas.
Antífona 1
Cf. Joel 2, 13
Cambiemos nuestro vestido por la ceniza y el cilicio; ayunemos y
lloremos delante del Señor, porque nuestro Dios es compasivo y
misericordioso para perdonar nuestros pecados.
Antífona 2
Jl 2, 17; Est 13, 17
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y
digan: ten compasión de tu pueblo y no cierres, Señor, los labios de
los que te alaban.
Antífona 3
Sal 50, 3
Dios mío, borra mi culpa.
Puede repetirse después de cada uno de los versículos del salmo 50:
Misericordia, Dios mío.
Puede cantarse también otro canto apropiado.
Acabada la imposición de la ceniza, el Ministro se lava las manos y
prosigue con la oración universal u oración de los fieles, continuando
la celebración en la forma acostumbrada.
ORACIÓN UNIVERSAL
Credo
Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia,
implorando la misericordia divina a favor de todos los hombres y
suplicando el perdón para cuántos hemos pecado, diciendo:
Perdona nuestros pecados, oh Dios.
Oremos por la Iglesia Universal, el Papa Francisco, nuestros Obispos,
Sacerdotes, Religiosas, Diáconos y consagrados Laicos, para que, en
este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos, la fuerza necesaria
para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al
camino del bien, con María roguemos al Señor.
Oremos por nuestros gobernantes y autoridades para que quienes
administrando los bienes de la tierra sepan moderar el uso de las
riquezas ajenas y las propias, en provecho de los necesitados y no
vivan absortos en los bienes de este mundo, con María roguemos al
Señor.
Oremos por los pobres y pequeños que se han alejado de la Iglesia a
causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza, para que se
reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el
pecado de escándalo, con María roguemos al Señor.
Oremos para que nuestros corazones lleguen a ser, por medio de la
penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de
Dios produce fruto del ciento por uno, con María roguemos al Señor.
Oremos especialmente el Señor suscite en medio de su pueblo
abundantes y generosas vocaciones de mujeres y hombres que
aceptando sus limitaciones, miedos y pecados estén dispuestos a
entregar su vida al Reino de Dios y al servicio de su Santo Pueblo, con
María roguemos al Señor.
Señor Dios, paciente y misericordioso, que, a través de las
distintas etapas de la historia, renuevas tu alianza con todas las
generaciones, escucha nuestras súplicas y prepara nuestros
corazones a escuchar a tu Hijo amado, para que, por medio de
estos días de penitencia, alcancemos una verdadera conversión
del corazón y renovemos nuestra alianza contigo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
A. Amén.
Liturgia eucarística
Antífona de comunión Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la
boca de Dios,
RITO DE LA COMUNIÓN
El ministro extiende el corporal sobre el altar, retira del Sagrario el
copón con la Eucaristía, lo deposita en el centro del altar y hace una
genuflexión. Se puede hacer un momento de Adoración.
M. Como hijos que somos del mismo Padre y fieles a las enseñanzas
de Jesús, nos atrevemos a decir todos juntos:
Padre Nuestro...
M. Dios nos libra de todos los males si hacemos el esfuerzo de vivir en
paz con Él y con nuestros hermanos, con este pensamiento, nos
damos fraternalmente la Paz (o: Intercambiemos un saludo de la Paz).
El ministro abre el copón, hace una genuflexión y muestra el Pan
Eucarístico a todos.
M. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, felices
nosotros, los invitados a la mesa del Señor.
A. Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya bastará para sanarme.
Antes de comulgar el ministro dice:
M. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
El ministro distribuye la Eucaristía.
M. El cuerpo de Cristo.
A. Amén.
Terminada la distribución de la Eucaristía, el ministro guarda la reserva
en el Sagrario, hace una genuflexión y vuelve a su lugar.
Breve silencio
RITO DE DESPEDIDA
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Se hace la oración pos comunión del domingo correspondiente.
M. Oremos.
Te pedimos, Padre, que reconfortados con el pan del cielo que
alimenta nuestra fe, acrecienta nuestra esperanza y fortalece nuestra
caridad, aprendamos a tener hambre de este pan vivo y verdadero y a
vivir de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
A. Amén.
M. Pidamos todos juntos la bendición del Señor: El Señor nos bendiga
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
A. Amén.