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Miércoles de Ceniza, imposicón

1. Es muy recomendable que, principalmente en tiempo de Cuaresma, se conserve y se


fomente la antigua costumbre de reunirse Ia Iglesia local, siguiendo el ejemplo de las
«estaciones» de la Iglesia romana, al menos en las principales poblaciones y del modo más
apto para cada Lugar.
Estas asambleas de fieles se pueden reunir, sobre todo bajo la presidencia del Pastor de la
diócesis, en los domingos y en los días de la semana que se juzgue más oportuno, donde se
conserva el sepulcro de algún santo o en las iglesias y santuarios principales de la ciudad o
en los lugares de peregrinación que tengan en Ia diócesis mayor afluencia de fieles.
Si antes de Ia misa que se celebra en estas reuniones de fieles, según las circunstancias
temporales y locales, hay procesión, entonces se congrega al pueblo en Ia iglesia menor u
otro lugar apto, fuera de la iglesia a Ia que se dirige Ia procesión.
Después de saludar al pueblo, el sacerdote dice la oración colecta del Misterio de la Santa
Cruz (p. 761), o de la misa «por el perdón de los pecados» (pp. 1050 -1051), o por Ia
Iglesia, especialmente «por Ia Iglesia local» (p. 999), o una de las oraciones sobre el
pueblo. A continuación, se ordena la procesión hacia la iglesia en que se celebrara la misa,
mientras se cantan las letanías de los santos. Se pueden introducir en su lugar
correspondiente las invocaciones de los Santos Patronos o Fundadores, así como de los
santos de Ia Iglesia local.
Cuando la procesión llega a la iglesia, el sacerdote venera el altar y, según la oportunidad,
lo inciensa. Omitidos los ritos iniciales y, si parece oportuno también el Kyrie, dice Ia
colecta de la misa, que prosigue en el modo acostumbrado.
2. En estas reuniones, en lugar de Ia misa, se puede tener también alguna celebración de Ia
palabra de Dios, especialmente en forma de celebración penitencial, como se propone en el
Ritual Romano para el tiempo de Cuaresma.
3. En las ferias de este tiempo se puede añadir oportunamente, al final de la misa, antes de
Ia bendición, Ia oración sobre el pueblo, que se ofrece para cada día.
4. En este tiempo se prohíbe adornar con flores el altar y se permiten los instrumentos
musicales solo para sostener el canto. Se exceptúan, sin embargo, el domingo Lætare (IV
de Cuaresma) y las solemnidades y fiestas.
5. En la misa de este día se bendice y se impone la ceniza hecha de ramas de olivo o de
otros árboles, bendecidos el año precedente.
La bendición e imposición de la ceniza se puede hacer también fuera de la Misa. En este
caso es recomendable que preceda una liturgia de la Palabra, utilizando la antífona de
entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la misa. Sigue después la
homilía y la bendición e imposición de la ceniza. El rito concluye con la oración universal,
bendición y despedida de los fieles.
Ritos iniciales y liturgia de la palabra
INTRODUCCIÓN
La Cuaresma es el espacio pastoral ideal para una catequesis
bautismal: del sepulcro de piedra resurge el Cristo Glorioso, del
sepulcro de agua renace el hombre nuevo (Cfr. Rom 6).
La eficaz recreación obrada por la gracia no es mágica pero tampoco
cae en un terreno neutro. El destinatario de ella es el hombre libre que
debe entablar un diálogo con su Dios. A la palabra bautismal de Dios
el hombre debe responder con la palabra viva de su conversión:
‘Conviértanse y crean en el Evangelio’. La conversión nos permite
liberar nuestra tensión hacia Dios, es la explosión gozosa de nuestro
deseo de Dios, de la nostalgia y del abandono en él, es transformación
de la vida y del corazón. Pero esta conversión a Dios para ser
auténtica exige también la conversión al prójimo, al hombre oprimido,
débil y pobre. Conversión significa un radical cambio de sí mismo para
adquirir la dimensión de la vida de Cristo.
A la conversión y a la salvación se opone muchas veces la tentación
que es similar a una muerte o a un callejón oscuro. Israel en el
desierto no logra salir de ese callejón y muere sin llegar a la tierra.
Cristo, nuevo Israel sale, en cambio, como Mesías Salvador. La
tentación es el signo de nuestra humanidad, vivida también por Cristo,
es el tiempo constante en el cual estamos puestos y del cual puede
nacer nuestro sí claro y total a Dios, pero del cual puede también salir
la miseria de nuestro rechazo.
RITOS INICIALES
Todo esto se realiza desde el Ambón, nunca desde el Altar.
Canto de entrada
Antífona de entrada Cf. Sal 90, 15-16
Me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él, en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida.
Saludo y monición breve.
M. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
A. Amén
M. Bendigamos al Señor porque nos ha reunido nuevamente a
celebrarlo en su Palabra y en su Cuerpo y nos permite crecer cada día
en amor a Él y a los hermanos.
Se hace un breve momento de silencio.
ORACIÓN COLECTA
Se hace la oración colecta del domingo correspondiente desde el
Ambón.
M. Oremos.
Dios todopoderoso, concédenos que por la práctica anual de la
Cuaresma, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo y
vivamos en conformidad con él. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por
los siglos de los siglos.
Toda la asamblea se sienta y se introducen las lecturas.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Alianza de Dios con Noé, liberado del diluvio.
Lectura del libro del Génesis 9, 8-15
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
“Yo establezco mi Alianza con ustedes, con sus descendientes, y con
todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el
ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del
arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la
tierra. Yo estableceré mi Alianza con ustedes: los mortales ya no
volverán a ser exterminados por las aguas del Diluvio, ni habrá otro
Diluvio para devastar la tierra”.
Dios añadió: “Este será el signo de la Alianza que establezco con
ustedes, y con todos los seres vivientes que los acompañan, para
todos los tiempos futuros: Yo pongo mi arco en las nubes, como un
signo de mi Alianza con la tierra. Cuando cubra de nubes la tierra y
aparezca mi arco entre ellas, me acordaré de mi Alianza con ustedes y
con todos los seres vivientes, y no volverán a precipitarse las aguas
del Diluvio para destruir a los mortales”.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL 24, 4-5b. 6. 7b-9


R/. Tus senderos, Señor, son amor y fidelidad.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por
el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi
salvador.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos.
Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los
extraviados; Él guía a los humildes para que obren rectamente y
enseña su camino a los pobres.
SEGUNDA LECTURA
Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son
salvados.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 3, 18-22
Queridos hermanos:
Cristo padeció una vez por los pecados -el justo por los injustos- para
que, entregado a la muerte en su carne y vivificado en el Espíritu, los
llevara a ustedes a Dios. Y entonces fue a hacer su anuncio a los
espíritus que estaban prisioneros, a los que se resistieron a creer
cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé
construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a
través del agua.
Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son
salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal,
sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la
resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, después de
subir al cielo y de habérsele sometido los Ángeles, las Dominaciones y
las Potestades.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO
Mt 4, 4b
El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios.

EVANGELIO
Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.
M. Escuchemos, hermanos, el
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 12-15
El Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por Satanás
durante cuarenta días. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea.
Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha
cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la
Buena Noticia”.
Luego de leer el Evangelio.
M. Palabra del Señor.
El ministro NO besa el Evangelio.
Gloria y honor a Ti, Señor Jesús.
El ministro puede hacer su propia reflexión, leerla la indicada por el
Sacerdote, extraer de algún lugar adecuado o simplemente hacer un
momento de silencio para la reflexión personal.
Bendición e imposición de la ceniza
Después de la homilía, el Ministro impone la ceniza a todos los
presentes que se acercan hasta él; a cada uno le dice:
Cf. Mc 1, 15
Convertíos y creed en el Evangelio.
O bien:
Cf. Gén 3, 19
Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.
Mientras tanto, se entona un canto apropiado o alguna de las
antífonas.

Antífona 1
Cf. Joel 2, 13
Cambiemos nuestro vestido por la ceniza y el cilicio; ayunemos y
lloremos delante del Señor, porque nuestro Dios es compasivo y
misericordioso para perdonar nuestros pecados.
Antífona 2
Jl 2, 17; Est 13, 17
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y
digan: ten compasión de tu pueblo y no cierres, Señor, los labios de
los que te alaban.
Antífona 3
Sal 50, 3
Dios mío, borra mi culpa.
Puede repetirse después de cada uno de los versículos del salmo 50:
Misericordia, Dios mío.
Puede cantarse también otro canto apropiado.
Acabada la imposición de la ceniza, el Ministro se lava las manos y
prosigue con la oración universal u oración de los fieles, continuando
la celebración en la forma acostumbrada.
ORACIÓN UNIVERSAL
Credo
Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia,
implorando la misericordia divina a favor de todos los hombres y
suplicando el perdón para cuántos hemos pecado, diciendo:
Perdona nuestros pecados, oh Dios.
Oremos por la Iglesia Universal, el Papa Francisco, nuestros Obispos,
Sacerdotes, Religiosas, Diáconos y consagrados Laicos, para que, en
este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos, la fuerza necesaria
para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al
camino del bien, con María roguemos al Señor.
Oremos por nuestros gobernantes y autoridades para que quienes
administrando los bienes de la tierra sepan moderar el uso de las
riquezas ajenas y las propias, en provecho de los necesitados y no
vivan absortos en los bienes de este mundo, con María roguemos al
Señor.
Oremos por los pobres y pequeños que se han alejado de la Iglesia a
causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza, para que se
reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el
pecado de escándalo, con María roguemos al Señor.
Oremos para que nuestros corazones lleguen a ser, por medio de la
penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de
Dios produce fruto del ciento por uno, con María roguemos al Señor.
Oremos especialmente el Señor suscite en medio de su pueblo
abundantes y generosas vocaciones de mujeres y hombres que
aceptando sus limitaciones, miedos y pecados estén dispuestos a
entregar su vida al Reino de Dios y al servicio de su Santo Pueblo, con
María roguemos al Señor.
Señor Dios, paciente y misericordioso, que, a través de las
distintas etapas de la historia, renuevas tu alianza con todas las
generaciones, escucha nuestras súplicas y prepara nuestros
corazones a escuchar a tu Hijo amado, para que, por medio de
estos días de penitencia, alcancemos una verdadera conversión
del corazón y renovemos nuestra alianza contigo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
A. Amén.
Liturgia eucarística
Antífona de comunión Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la
boca de Dios,
RITO DE LA COMUNIÓN
El ministro extiende el corporal sobre el altar, retira del Sagrario el
copón con la Eucaristía, lo deposita en el centro del altar y hace una
genuflexión. Se puede hacer un momento de Adoración.
M. Como hijos que somos del mismo Padre y fieles a las enseñanzas
de Jesús, nos atrevemos a decir todos juntos:
Padre Nuestro...
M. Dios nos libra de todos los males si hacemos el esfuerzo de vivir en
paz con Él y con nuestros hermanos, con este pensamiento, nos
damos fraternalmente la Paz (o: Intercambiemos un saludo de la Paz).
El ministro abre el copón, hace una genuflexión y muestra el Pan
Eucarístico a todos.
M. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, felices
nosotros, los invitados a la mesa del Señor.
A. Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya bastará para sanarme.
Antes de comulgar el ministro dice:
M. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
El ministro distribuye la Eucaristía.
M. El cuerpo de Cristo.
A. Amén.
Terminada la distribución de la Eucaristía, el ministro guarda la reserva
en el Sagrario, hace una genuflexión y vuelve a su lugar.
Breve silencio
RITO DE DESPEDIDA
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Se hace la oración pos comunión del domingo correspondiente.
M. Oremos.
Te pedimos, Padre, que reconfortados con el pan del cielo que
alimenta nuestra fe, acrecienta nuestra esperanza y fortalece nuestra
caridad, aprendamos a tener hambre de este pan vivo y verdadero y a
vivir de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
A. Amén.
M. Pidamos todos juntos la bendición del Señor: El Señor nos bendiga
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
A. Amén.

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