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CULCyT//Victoriano Garza Almanza

Publica o perece
Correspondencia y Ciencia

esde el momento en que empezaron que contenía varias cartas escritas por él a
D a surgir los científicos, como un Isaac Barrow, John Collins y al mismo
movimiento de individuos agudamente Leibniz.
pensantes y pragmáticos, cuyas arrojadas Las cartas científicas no seguían
ideas y reflexiones incidieron en el otra regla que la del autor; podían ser tan
pensamiento y actitudes de la sociedad cortas como una nota o tan extensas como
occidental y la forzaron a transformarse y una monografía. El lenguaje podía estar
evolucionar, la escritura se convirtió en la muy recargado y no pocas veces poético.
mejor aliada –mensajera y depositaria– de La objetividad no era una característica
sus iniciativas, proyectos, logros, determinante, ya que a veces prevalecía la
memorias y debates. opinión superficial del autor. Rumores
Aquellos precursores de los escuchados a viajeros o falsas
científicos contemporáneos no observaciones de exploradores llegaban a
publicaban, como sucede hoy día y a la ser descritos con fantasía para luego
manera que conocemos, los resultados de convertirse en creencias.
sus investigaciones en “journals” o La correspondencia fue el lazo que
revistas especializadas. Las modernas comunicó y unió a los sabios de los siglos
revistas, y los estructurados y funcionales XVII y XVIII, en Europa y apartados
artículos, son producto del progreso del lugares del mundo, a través de la cual se
pensamiento científico, de su esmerada crearon auténticas redes de investigadores
organización y, sobre todo, de más de e informadores. No pocas áreas del
trescientos cincuenta años de evolución conocimiento, como la vulcanología,
editorial. según Young (2003), se desarrollaron a
En el siglo XVII, época en que se partir de información proporcionada por
estima da inicio la llamada revolución científicos exploradores que escribían
científica, el correo era el principal medio largos comunicados a sus colegas, como
de comunicación entre los sabios, pues el caso de William Hamilton, que al final
utilizaban textos manuscritos para recopiló sus cartas y anotaciones en un
informarse entre sí o para intercambiar volumen acerca del Monte Vesuvio,
ideas. Tal era la importancia de la Monte Etna y otros volcanes.
correspondencia, como Kronick (2001) lo Los intercambios epistolares a veces
detalla, que las cartas tuvieron numerosos incluían mapas, ilustraciones y cualquier
propósitos, como zanjar disputas de tipo de figura que ayudara al sabio a
autoría. Ese fue el caso ocurrido entre comunicar lo que quería. El propósito de
Newton y Leibniz, quienes peleaban la esos apoyos gráficos, de acuerdo a
invención del cálculo. Newton defendió Medows (1991), era:
su causa publicando anónimamente un
libro llamado Commercium epistolicum,

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1. iluminar la descripción verbal información, como era la costumbre,
cuando la narración era difícil de podía hacerlo leyendo la carta en
seguir reuniones de sociedades científicas, en
medio de eventos sociales, o copiada por
2. mostrar organismos o cosas que el
algún escribano y enviada a varias
lector no tendría oportunidad de
personas para que estos, a su vez, la
conocer
recircularan entre los académicos y
3. autenticar lo descrito en el texto miembros de sociedades. Este simple
4. proveer hecho levantaba
esquemas opinión a favor o
para la en contra de lo
reproducci escrito, y
ón de despertaba
algún inquietudes para
aparato o el
actividad emprendimiento
de tipo de alguna
experimen actividad
tal relacionada.
Paradójicamente,
5. presentar los autores de las
datos de cartas casi nunca
una forma se conocían entre
asimilable si.
Por otro lado, En el
se debe de tener ambiente de la
en cuanta que denominada
tampoco todos los república de las
temas abordados letras, la
eran exactamente correspondencia
lo que ahora era un elemento
Carta de Galileo a Peiresc. 1635. Stanford Univ.
podemos vital entre los
distinguir como “científicos”, pues aún no intelectuales. Tan así era que hubo casos,
había una clara demarcación entre la como el del llamado Príncipe de la
objetividad y la subjetividad, lo científico Erudición, Fabri de Peiresc (1580–1637)
y lo pseudocientífico. La perspectiva (Tolbert, 2003), que a su muerte dejó un
filosófica del llamado método científico legado de aproximadamente 14,000
aún estaba por venir. Tampoco existían cartas, en que el intercambio de misivas
teorías que pudieran utilizarse como era una de las partes más importantes de
punto de referencia en sus observaciones, sus trabajos. Peiresc tuvo como
la ciencia estaba en construcción y esos correspondientes a más de 500 personas
sabios eran los constructores. en toda Europa, por lo que hoy día se
La divulgación de esas cartas tampoco considera que él, como núcleo de su
estaba reglamentada por norma alguna: el propia red de conocimiento, constituyó
receptor de una misiva podía participarla uno de los principales centros de
a otros o guardarla para sí. Si compartía la aprendizaje de Paris y Roma.

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Peiresc condujo numerosos Meadows, A.J. 1991. The evolution of
experimentos y disecciones e hizo graphics in scientific articles. Publishing
algunos descubrimientos, como la Research Quarterly: 7 (1).
Nebulosa Orión en 1610. Y aunque sus Young, Davis A. 2003. Mind over magma: The
aportaciones no fueron tan reconocidas story of igneus petrology. US: Princeton Univ.
como las de Galileo y Kepler, su labor Press.
ayudó a cimentar la idea de la utilidad de Tolbert, Jane T. 2003. Peiresc and Censorship:
las investigaciones científicas, y la mejor The Inquisition and the New Science, 1610-1637.
forma de hacer esto fue mediante la The Catholic Historical Review - Volume 89,
comunicación escrita. Number 1, pp. 24-38

Debido a esta forma en como el


conocimiento científico permeó las
sociedades europeas de los siglos XVII y
XVIII, a la estructura de transmisión de la
información que se constituyó se la
conoce de tres formas (Kronick, Op.cit.): publicaoperece@yahoo.com

1. colegio invisible
2. red
3. república de las letras
Ahora, en los albores del siglo XXI, a
pesar de que la comunicación epistolar
puede hacerse vía electrónica y desde el
hogar mismo, la correspondencia entre
científicos está muy lejos de ser lo
puntillosa, seria, asombrosa, y excitante
que una vez fue. De hecho, el acelerado
progreso tecnológico que permite difundir
a la velocidad de la luz los detalles de
cualquier invento o descubrimiento, y la
sobresaturación de información científica,
ha convertido en obsoletas todas las
formas de comunicación existentes hasta
hace una década, y tornado lo grandioso
del saber en luces de bengala, que por ser
millares y de corta vida apenas alumbran
y ninguna llama la atención.

Referencias
Kronick, David A. 2001. The commerce of
letters: Networks and “invisible colleges” in
seventeenth and eighteenth century Europe. The
University of Chicago. Library Quarterly: 71 (1) Carta de Albert Einstein a Bertrand Russell. 1947. Univ. Hebrea de
Jerusalem.

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