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En un rincón encantado de la ciudad, dos corazones entrelazados latían al ritmo de

un amor aparentemente perfecto. Laura y Andrés eran una pareja que irradiaba
felicidad y complicidad. Ella, una joven llena de alegría y cariño, y él, un chico
encantador y atento. Juntos parecían formar la combinación perfecta, pero la
sombra de los secretos acechaba.

Laura: (riendo) ¿Puedes creer lo divertido que fue el picnic de ayer, Andrés?

Andrés: (sonriendo) Fue increíble, Laura. No puedo imaginar un mejor día que
pasar tiempo contigo.

Laura: (tomando la mano de Andrés) Sabes que eres el mejor novio del mundo,
¿verdad?

Andrés: (besando su mano) Y tú eres la razón de mi sonrisa constante, Laura.

En ese mismo escenario, Laura tenía una mejor amiga llamada Sofía, mientras que
Andrés tenia a su mejor amigo Alejandro, quien secretamente estaba enamorado
de Laura. Aunque siempre había ocultado sus sentimientos, Alejandro nunca dejó
de estar cerca de Laura, como un amigo fiel y apoyo constante.

Alejandro: (observando a Laura y Andrés desde lejos) Parecen la pareja perfecta,


¿verdad?

Sofía: (asintiendo) Sí, es como si estuvieran destinados a estar juntos.

Un día, Laura y Andrés decidieron organizar una fiesta para celebrar el cumpleaños
de Alejandro. Querían que fuera una noche especial para su querido amigo y para
todos los demás que formaban parte de su círculo íntimo. Laura se puso manos a
la obra con la planificación, mientras Andrés ofrecía su ayuda en todo lo que
pudiera.

Laura: (entusiasmada) ¡Chicos, tengo una idea! El cumpleaños de Alejandro se


acerca. ¿Qué tal si organizamos una fiesta para él?

Andrés: (animado) ¡Eso suena genial! Alejandro se merece lo mejor.

Sofía: (asintiendo) ¡Estoy dentro! Vamos a hacer que su cumpleaños sea


inolvidable.

Alejandro: (sonriendo) Ustedes son los mejores. No puedo esperar para ver qué
están planeando.
Después de la conversación, Sofía observó a Alejandro mientras Laura y Andres se
alejaban del grupo. Notó cómo su mirada se dirigía sutilmente hacia Laura en
varias ocasiones. Intrigada por la posibilidad de que Alejandro tuviera sentimientos
por su amiga, Sofía decidió hablar con él en privado.

Sofía: (con una sonrisa pícara) Oye, Alejandro, ¿hay algo que no me estás
contando?

Alejandro: (se pone un poco nervioso) ¿A qué te refieres, Sofía?

Sofía: (levantando una ceja) No te hagas el despistado. He visto cómo miras a


Laura y cómo ella te sonríe. ¿Hay algo más que amistad ahí?

Alejandro: (se ruboriza) No sé de qué estás hablando. Laura y yo somos solo


amigos y nada más.

Sofía: (mirando a Alejandro) ¿Estás seguro de que solo eres su amigo?

Alejandro: (sorprendido) ¿A qué te refieres, Sofía?

Sofía: (con una sonrisa cómplice) No puedo evitar notar cómo la miras, Alejandro.
Parece que hay algo más allá de la amistad.

Alejandro: (nervioso) No sé de qué estás hablando, Sofía. Laura es la novia de


Andrés, y yo nunca me metería en eso.

Sofía: (con curiosidad) ¿Nunca? ¿No crees que a veces las cosas se complican?

Alejandro: (firme) Jamás me interpondría en su relación. Andrés es mi mejor amigo


y no puedo hacerle eso.

Sofía: (pausando) ¿Y si la persona por la que sientes algo es alguien muy


importante para ti?

Alejandro: (frunciendo el ceño) ¿Qué estás insinuando, Sofía?

Sofía: (evadiendo la pregunta) Oh, nada. Solo estoy diciendo que a veces las
emociones son complicadas y confusas.

Alejandro: (cruzándose de brazos) Bueno, independientemente de eso, yo nunca


cruzaría esa línea.

Sofía: (en tono enigmático) Supongo que cada uno tiene sus propios límites.
Llegó el esperado día de la fiesta de cumpleaños de Alejandro. El lugar estaba
decorado con colores alegres y luces parpadeantes, y todos los amigos se habían
reunido para celebrar.

Alejandro: (sonriendo) Chicos, en serio, no puedo creer todo lo que han hecho por
mí. Gracias por esta increíble sorpresa.

Laura: (riendo) ¡Es lo menos que podemos hacer por ti, Alejandro! Feliz
cumpleaños.

Andrés: (levantando su copa) ¡Por muchos años más de amistad!

Sofía: (con una sonrisa) ¡Salud!

Más tarde en la noche, algunos de los amigos se encontraban sentados en la barra


del bar, incluyendo a Laura, Alejandro y Sofía. El ambiente era relajado y lleno de
risas.

Laura: (bromeando) Saben, creo que Alejandro y Sofía harían una bonita pareja.

Sofía: (sonrojándose) ¡Oh, por favor, Laura! No digas tonterías.

Alejandro: (nervioso) Sí, exacto. Somos solo buenos amigos.

Laura: (riendo) Bueno, solo lo decía en broma. Pero en realidad, siempre han
tenido una química especial.

Alejandro: (tratando de disimular) ¡Vamos, Laura! Deja de decir esas cosas.

Sofía: (riéndose) Sí, Laura, ya basta.

Las miradas cómplices entre Alejandro y Sofía no pasaron desapercibidas para


Laura, quien solo sonrió ante la reacción de sus amigos.Detrás de las sonrisas y
abrazos, Andrés comenzó a sentirse inseguro y celoso debido a la broma de Laura.
Sus pensamientos se enredaron en la idea de que algo más estaba sucediendo
entre Alejandro y Sofía. Laura, preocupada por la actitud distante de Andrés, buscó
respuestas.

Laura: (mirando a Andrés) ¿Estás bien? Has estado un poco callado.

Andrés: (forzando una sonrisa) Sí, solo estoy disfrutando de la fiesta. No te


preocupes.

Laura: (frunciendo el ceño) No me convences del todo, pero si dices que todo está
bien.
La noche continuó con bailes y conversaciones, pero la grieta entre Laura y Andrés
se hizo más evidente. Andrés comenzó a sentirse cada vez más inseguro. La idea de
que Alejandro y Sofía pudieran tener algún tipo de conexión lo llenaba de celos y
dudas.

Andrés: (frustrado) Laura, ¿alguna vez has sentido que alguien más podría estar
interesado en ti?

Laura: (confundida) ¿A qué te refieres, Andrés?

Andrés: (vacilando) No sé, siento que hay algo extraño entre Alejandro y Sofía.
Como si tuvieran secretos que no nos cuentan.

Laura: (tranquilizándolo) No seas paranoico, Andrés. Alejandro es solo un buen


amigo, y Sofía es igual. No hay nada de qué preocuparse.

La noche de la fiesta finalmente llegó, y el ambiente estaba lleno de risas y música.


Laura y Andrés parecían estar más unidos que nunca, pero los celos y la
inseguridad lo invadieron nuevamente, y decidió enfrentar a Alejandro en busca de
respuestas.

Andrés: (serio) Oye, Alejandro, tengo que preguntarte algo. ¿Hay algo entre tú y
Laura?

Alejandro: (defensivo) ¡No! ¿Por qué lo preguntas?

Andrés: (frustrado) Solo pareces estar demasiado cerca de ella últimamente. Y no


puedo evitar sentir que ocultas algo.

Alejandro: (suspirando) No hay nada que ocultar, Andrés. Laura es tu novia, y yo


soy solo su amigo. Nada más.

Después de la fiesta, la ciudad parecía respirar un aire fresco y tranquilo. Laura se


despertó con una sonrisa en el rostro, llena de emoción por la noche anterior y
ansiosa por compartir sus sentimientos con Andrés. Se acercó a él cariñosamente y
le dio un beso tierno.

Laura: (con una sonrisa) Buenos días, ¿te gustó la fiesta de anoche?

Andrés: (responde cortante) Sí, estuvo bien.

Laura: (algo desconcertada) ¿Solo "bien"? Pensé que la pasaríamos genial.

Andrés: (evitando mirarla) Sí, sí, la pasamos bien. Pero sabes, necesito salir a tomar
un poco de aire fresco.
Laura: (preocupada) ¿Estás bien? ¿Pasa algo?

Andrés: (intentando sonreír) No te preocupes, solo necesito un poco de espacio.


Nos vemos luego.

Sin esperar a una respuesta de Laura, Andrés se alejó apresuradamente. Laura se


quedó parada allí, confundida por su actitud repentina. A pesar de sus sospechas,
no pudo evitar sentirse inquieta por el cambio en el comportamiento de Andrés.

Esa mañana, Andrés se reunió con Sofía en un lugar discreto. Mientras caminaban
juntos, la tensión entre ellos era palpable.

Sofía: (con voz suave) Andrés, ¿estás seguro de que podemos seguir haciéndolo de
esta manera? Laura es mi mejor amiga y no quiero lastimarla.

Andrés: (mirando a otro lado) Lo sé, Sofía, pero no puedo evitar lo que siento.
Estoy confundido y necesito tiempo para pensar.

Sofía: (suspirando) Esto es complicado, Andrés. Aunque nuestros sentimientos


sean reales, no podemos seguir lastimando a Laura.

Andrés: (frustrado) Lo entiendo, pero necesito resolver esto primero. No puedo


seguir ocultando lo que siento.

Mientras tanto, Laura trataba de distraerse en casa, pero no podía evitar pensar en
la actitud distante de Andrés. Finalmente, decidió enviarle un mensaje, preocupada
por su bienestar.

Laura: (mensaje de texto) Hola, ¿estás bien? Me tienes un poco preocupada por
cómo te fuiste esta mañana. Por favor, háblame cuando puedas.

Andrés, por su parte, recibió el mensaje de Laura mientras seguía con Sofía. Se
sintió atrapado entre sus emociones y sus acciones, sin saber cómo manejar la
situación.

Sofía: (susurrando) ¿Qué vas a responder?

Andrés: (nervioso) No sé, Sofía. No sé qué decirle.

Sofía: (suspirando) Solo dile que todo está bien y que tenías algunas cosas en la
cabeza. No la hagas sospechar.

Andrés finalmente respondió el mensaje de Laura.

Andrés: (mensaje de texto) No te preocupes, solo tenía algunas cosas en la mente.


Estoy bien.
Laura sintió un alivio momentáneo al recibir la respuesta de Andrés, pero algo en
su interior le decía que había algo más detrás de su actitud distante.Andrés regresó
al apartamento con flores en la mano. Entró con una sonrisa forzada en el rostro y
se acercó a Laura, quien estaba sentada en el sofá.

Andrés: (con voz suave) Hola, cariño. Tengo algo para ti.

Laura: (confundida) ¿Flores? ¿Qué las trae?

Andrés: (intentando parecer normal) Solo pensé que te alegrarían el día. (le da las
flores y le da un beso en la mejilla)

Laura: (cambió su expresión a una sonrisa) Oh, gracias, Andrés. Eres muy dulce.

A pesar de sus dudas, Laura decidió pasar por alto su extraño comportamiento. Se
besaron nuevamente y trataron de disfrutar su tiempo juntos como lo habían
hecho antes. En los siguientes días, la rutina entre Laura y Andrés continuó. Aunque
había momentos de cercanía, Laura notó que Andrés se mostraba distante en
ocasiones, pero intentó no darle importancia y concentrarse en mantener la
relación que habían construido.Sin embargo, la tensión entre Andrés y Alejandro
seguía en aumento. Un día, en el trabajo, Alejandro notó la inquietud en la
expresión de Andrés y decidió que era hora de enfrentar la situación. Aunque le
dolía admitirlo, no podía quedarse de brazos cruzados ante la angustia de su mejor
amigo.

Alejandro: (serio) Andrés, necesitamos hablar. Sé que algo está pasando contigo, y
no puedo simplemente ignorarlo.

Andrés: (suspira) Alejandro, no es el mejor momento...

Alejandro: (insistente) No voy a dejarlo pasar más tiempo. Estás actuando de


manera extraña y eso no solo te afecta a ti, sino también a Laura.

Andrés: (mirando al suelo) Lo sé, y lo siento. No quería que nadie saliera lastimado.

Alejandro: (con firmeza) Entonces, ¿por qué lo estás permitiendo? ¿Qué está
pasando, Andrés?

Andrés: (vacilante) Está bien, te lo diré. He estado viendo a alguien en secreto.

Alejandro: (sorprendido) ¿Qué? ¿A quién te refieres?

Andrés: (bajando la mirada) A Sofía. He estado saliendo con Sofía a escondidas.


Alejandro: (enojado) ¡¿Qué?! ¿Cómo pudiste hacer algo así, Andrés? Sabes que
Laura es tu novia y...

Andrés: (interrumpiendo) Lo sé, Alejandro, pero es complicado. No sabes cómo me


siento.

Alejandro: (furioso) ¡No me importa cómo te sientes! Lo que estás haciendo está
mal y sabes que Laura no merece ser traicionada de esta manera.

Andrés: (desesperado) Alejandro, por favor, necesito que me guardes el secreto.


No quiero perder a Laura y sé que si se entera de esto, todo se arruinará.

Alejandro: (respirando hondo) No puedo creer que estés haciendo esto, Andrés,
pero como tu amigo, te guardaré el secreto. Pero debes tener en cuenta que esto
no está bien.

A pesar de su desaprobación, Alejandro aceptó guardar el secreto de Andrés,


aunque su corazón se encontraba en una encrucijada entre su lealtad hacia su
mejor amigo y sus sentimientos hacia Laura, quien también era su amiga cercana.
La historia tomaba un giro inesperado y complicado, dejando a todos los
involucrados atrapados en un torbellino de emociones y decisiones difíciles.

A medida que los días avanzaban, el peso de las mentiras y los secretos se hacía
cada vez más insoportable. La distancia entre Andrés y Laura crecía, y aunque
Andrés intentaba mantener la fachada, no podía evitar sentir la culpa que lo
consumía por dentro. En medio de esta situación, una noche en la que las estrellas
brillaban en el cielo, Laura buscó respuestas.

Laura: (con tristeza) Andrés, ¿podemos hablar?

Andrés: (tratando de parecer calmado) Claro, Laura. ¿Qué sucede?

Laura: (mirándolo directamente) No puedo ignorar más esta distancia entre


nosotros. Algo ha cambiado y necesito saber qué es.

Andrés: (vacilante) Laura, es complicado. Estoy pasando por algunas cosas en este
momento.

Laura: (con lágrimas en los ojos) ¿Y no crees que merezco saberlo? Somos una
pareja, Andrés, deberíamos poder compartir nuestras preocupaciones.

Andrés: (culpable) Lo sé, Laura, y me duele no poder ser completamente honesto


contigo en este momento.
Laura sintió un nudo en la garganta mientras luchaba por contener sus emociones.
Sabía que algo estaba mal, pero la falta de respuestas la estaba volviendo loca. La
canción "Mientes" de Camila resonaba en su mente, como si fuera un reflejo de su
situación.

Laura: (con lágrimas) ¿Acaso todo este tiempo ha sido una mentira?

Andrés: (angustiado) Laura, por favor, entiende que no es tan simple. Hay cosas
que necesito resolver.

Laura: (furiosa) ¡No mereces mi confianza si no puedes ser honesto conmigo!


¿Tanto te cuesta decirme la verdad?

En un arranque de emoción, Laura no pudo contener su enojo y la abofeteó.


Andrés quedó en shock, sintiendo el peso de sus decisiones en ese doloroso
momento.Los días que siguieron a esa confrontación fueron tensos y llenos de
incertidumbre. Andrés sabía que no podía mantener las mentiras por mucho más
tiempo, pero el temor a perder a Laura lo paralizaba. Una tarde, decidió hablar con
ella, en un intento desesperado por encontrar una solución.

Andrés: (con nerviosismo) Laura, necesito hablar contigo.

Laura: (fría) ¿Otra vez, Andrés? ¿Más mentiras?

Andrés: (con tristeza) No, Laura, escúchame por favor. Quiero empezar diciéndote
que nunca te he traicionado de la forma en que piensas. Pero eso no significa que
no haya cometido errores, y eso es lo que necesito que entiendas.

Laura: (escéptica) ¿Qué estás diciendo, Andrés? No puedo seguir creyendo en tus
palabras cuando has ocultado tanto.

Andrés: (con voz quebrada) Sé que no merezco tu confianza en este momento,


pero necesitas saber que lo que sea que hayas escuchado no es cierto. No he
traicionado nuestra relación de esa manera.

Laura: (confundida) No entiendo, Andrés. ¿Qué estás tratando de decirme?

Andrés: (respira hondo) Lo que sea que hayas escuchado es falso. Pero eso no
significa que no haya cometido errores. He estado siendo distante contigo, y eso es
algo de lo que sí soy culpable. Ha sido por el trabajo, por cosas que están pasando
en mi vida que no he sabido cómo manejar.

Laura: (frustrada) ¿Así que has estado distante por trabajo? ¿Esa es la razón detrás
de todo esto?
Andrés: (asiente) Sí, pero no es una excusa. He cometido un error al no ser sincero
contigo, al no hablarte de lo que estaba pasando. Y eso es algo de lo que me
arrepiento profundamente.

Laura: (sintiendo una mezcla de emociones) No sé qué creer, Andrés. Estoy


cansada de las mentiras y las medias verdades. ¿Por qué no pudiste simplemente
hablarme desde el principio?

Andrés sintió el peso de sus mentiras aplastándolo mientras veía el dolor en los
ojos de Laura. Sabía que había llegado el momento de enfrentar la verdad, pero
también sabía que esa verdad podía destruir lo que tenía con Laura.

Andrés: (con sinceridad) Tienes razón, Laura. Mi miedo y mi egoísmo me


impidieron ser honesto contigo. No quiero perderte, pero entiendo si ya no puedes
confiar en mí.

Laura: (con lágrimas) No sé qué hacer, Andrés. Te amo, pero también me duele
pensar en que has estado ocultando cosas. No sé si podré superarlo.

Andrés miró a Laura, con la esperanza de que algún día ella pudiera perdonarlo. La
canción "Mientes" de Camila seguía resonando en su mente, una melodía amarga
que recordaba sus mentiras y las consecuencias de sus acciones.

Andrés: (con voz temblorosa) No espero que me perdones de inmediato. Pero


quiero que sepas que estoy dispuesto a hacer todo lo que esté a mi alcance para
ganar tu confianza nuevamente. Si me lo permites, lucharé por ti y por nuestro
amor.

Laura miró a Andrés, sintiendo una mezcla de amor y desconfianza. A pesar de


todas las dudas, quería creer en él. Decidió darle una oportunidad, pero su corazón
seguía lleno de confusión y miedo.

Laura: (suspira) Te perdono, Andrés. Pero necesitamos tiempo para sanar esto. Aún
estoy confundida y asustada, pero quiero intentarlo.

Andrés sintió un peso levantarse de sus hombros al escuchar esas palabras. Sabía
que tenía mucho trabajo por delante para demostrar su sinceridad y reconstruir la
confianza de Laura.

Andrés: (con gratitud) Gracias, Laura. Haré todo lo que esté en mi poder para que
no te arrepientas de esta decisión.
La canción "Mientes" de Camila, seguía resonando en el fondo, una melodía que
encapsulaba la complejidad de sus emociones y las promesas de redención en el
aire.

Después de la confrontación con Andrés, Laura se encontraba en un torbellino de


emociones. A pesar de su enojo y confusión, no podía evitar sentir un profundo
amor por él. Buscando respuestas y consuelo, recurrió a su mejor amiga, Sofía, sin
saber que ella era la pieza clave en todo este rompecabezas de engaños.

Laura: (suspirando) Sofía, necesito hablar contigo. No sé qué hacer con todo esto
que está pasando entre Andrés y yo.

Sofía: (fingiendo sorpresa) ¿Qué? ¿Pasa algo entre ustedes? Pensé que eran la
pareja perfecta.

Laura: (frustrada) Parece que las cosas no son tan perfectas como pensaba. Andrés
ha estado distante y evasivo, y cuando intento hablar con él, siempre me da
excusas vagas.

Sofía: (con una sonrisa forzada) Laura, las relaciones tienen sus altibajos. A veces,
los chicos simplemente necesitan su espacio. Seguro que pronto todo se aclarará.

Laura: (mirando a lo lejos) Ojalá fuera tan fácil. Siento que algo más está
sucediendo, pero no puedo poner el dedo en el porqué.

Sofía: (tratando de mantener la calma) Laura, confía en Andrés. Siempre han sido
una pareja increíble y estoy segura de que resolverán cualquier problema que
tengan.

Laura: (suspirando) Supongo que tienes razón. Solo espero que todo se aclare
pronto. Necesito saber que puedo confiar en él.

Sofía: (con una mirada esquiva) Por supuesto, Laura. Siempre debes confiar en la
persona que amas.

Laura asintió, sintiendo un poco de alivio después de su conversación con Sofía. Sin
embargo, ni siquiera podía imaginar que su mejor amiga estaba ocultando un gran
secreto que cambiaría por completo su perspectiva de la situación.Mientras tanto,
Andrés seguía lidiando con su propia lucha interna. A pesar de sus mentiras, no
podía evitar sentirse culpable por herir a Laura. Sabía que la verdad eventualmente
saldría a la luz, pero temía las consecuencias de sus acciones. La historia seguía
tejiendo una red de engaños y emociones encontradas, mientras la canción
"Mientes" resonaba en el fondo, sirviendo como un recordatorio constante de la
fragilidad de la confianza y el poder destructivo de las mentiras.
El día siguiente amaneció cargado de tensión. Alejandro, quien había estado
llevando el peso de los secretos de Andrés, finalmente descubrió la verdad que
había estado oculta a sus ojos. Mientras caminaba por la ciudad, pasó frente a un
café y vio a Andrés y Sofía besándose en una esquina, como si no tuvieran cuidado
de ocultar sus sentimientos. La ira y el dolor se apoderaron de Alejandro quien los
confrontó.

Alejandro: (con voz temblorosa) ¡Andrés! ¡Sofía!

Andrés y Sofía se separaron abruptamente, sorprendidos al ver a Alejandro frente a


ellos. Las miradas culpables en sus rostros eran evidencia suficiente de su traición.

Andrés: (nervioso) Alejandro, yo...

Alejandro: (interrumpiéndolo) No quiero excusas. He visto lo que han estado


haciendo, traicionando a Laura y a todos nosotros.

Sofía: (intentando intervenir) Alejandro, por favor, déjanos explicarte...

Alejandro: (furioso) ¡Tú deberías ser la última persona en hablar, Sofía! Tú, que has
estado mintiendo y traicionando a Laura, a tu mejor amiga.

Sofía: (con lágrimas en los ojos) Lo sé, y me duele...

Alejandro: (interrumpiéndola) ¡No quiero escuchar tus lágrimas de cocodrilo!


(mirando a Andrés) Y tú, Andrés, ¿cómo pudiste hacerle esto a Laura? ¿Cómo
puedes traicionarla de esta manera?

Andrés: (con voz apesadumbrada) Alejandro, yo...

Alejandro: (con desprecio) ¡Y ahora quieres disculparte? Las disculpas no cambian


lo que han hecho.

Sofía: (interviniendo de nuevo) Alejandro, entiende, por favor. No es tan simple...

Alejandro: (explotando de frustración) ¡¿Qué es lo que no entiendo?! (mirando a


Andrés) Lo que más me duele es que hayas traicionado a Laura, a tu novia.

Sofía: (mirando a Alejandro con comprensión) No es solo eso, Alejandro. También


estás lastimado porque... porque estás enamorado de Laura.

Un silencio incómodo invadió el ambiente. Alejandro se quedó sin palabras


mientras procesaba lo que Sofía había dicho. Las palabras resonaron en su mente,
y su expresión pasó de la ira a la sorpresa y la incredulidad. Andrés, por su parte,
miró a Sofía con asombro y enojo.
Andrés: (con furia) ¿¡Qué acabas de decir, Sofía?!

Sofía: Lo siento, Andrés, pero es la verdad. Alejandro ha estado sufriendo en


silencio por Laura, y eso es parte de por qué reaccionó de esta manera.

El dolor y la confusión llenaron el aire mientras los tres se enfrentaban a la verdad


cruda y desgarradora. La canción "Mientes" parecía resonar con más fuerza que
nunca, encapsulando el engaño, la traición y los sentimientos enredados que ahora
estaban al descubierto.

Después de la confrontación con Andrés y Sofía, Alejandro se encontró en un


estado de agitación y confusión. Necesitaba espacio para procesar todo lo que
había descubierto y las emociones que lo abrumaban. Sin pensarlo demasiado,
decidió dirigirse a un bar cercano, buscando un lugar para desahogar sus penas y
encontrar algo de claridad.

El bar estaba relativamente tranquilo esa noche, con un suave murmullo de


conversaciones y la música de fondo que creaba un ambiente acogedor. Alejandro
se sentó en un rincón apartado, apoyando los codos en la barra y hundiendo la
cabeza entre sus manos. Se sentía abrumado por la mezcla de enojo, tristeza y
decepción que lo embargaban.

Mientras luchaba con sus pensamientos, su mirada se cruzó con la de Laura, quien
estaba sentada en un rincón cercano. Aunque ella no sabía lo que había sucedido,
pudo percibir la tristeza en la expresión de Alejandro. Intrigada y preocupada, se
acercó a él.

Laura: (notando a Alejandro en el bar) Alejandro, ¿qué estás haciendo aquí? (con
preocupación)

Alejandro: (evitando su mirada) Oh, solo necesitaba un poco de aire fresco, nada
importante.

Laura: (cruzándose de brazos) No me mientas, Alejandro. Puedo ver que algo te


está molestando. No soy ciega.

Alejandro: (suspira) Laura, en serio, no es nada. Solo estoy pasando por un


momento complicado.

Laura: (frustrada) ¿Y crees que yo no noto cuando algo está mal contigo? Ya tengo
suficiente con Andrés mintiéndome, no necesito que tú también lo hagas.

Alejandro: (se remueve incómodo) No quiero causarte más problemas, Laura. Solo
quiero que estés bien.
Laura: (enojada) ¡No te atrevas a decidir por mí lo que es mejor! Si somos amigos,
deberías confiar en que merezco la verdad.

Alejandro: (con tristeza) Laura, por favor, no puedo decirte.

Laura, frustrada y enojada, miró a Alejandro con desilusión. La canción "Mientes"


parecía ser un eco de la situación, recordándole las mentiras y engaños que la
rodeaban. Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se alejó del bar, dejando a
Alejandro solo con sus pensamientos y su conciencia agitada.

Alejandro, después de su encuentro con Laura en el bar, caminaba con pasos


cansados hacia su apartamento. Aunque la noche estaba tranquila, su mente
estaba en una tormenta de emociones. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a
su destino, fue confrontado por Andrés, quien parecía furioso y decidido a hablar.

Andrés: (con voz tensa) ¡Alejandro, detente!

Alejandro se detuvo en seco al escuchar su nombre y giró para enfrentar a Andrés.


Sus miradas se encontraron en una mezcla de ira y frustración.

Alejandro: (sosteniendo la mirada) ¿Qué quieres, Andrés?

Andrés: (enfadado) Quiero saber qué demonios estás pensando al estar


enamorado de Laura.

Alejandro: (frunciendo el ceño) ¿De qué estás hablando?

Andrés: (acercándose amenazadoramente) No te hagas el tonto. He notado cómo


la miras, cómo te preocupas por ella. ¿Quién te crees que eres para tener
sentimientos por mi novia?

Alejandro: (defendiéndose) No estoy en posición de reclamarte nada, Andrés. Tú


eres el que ha estado engañando a Laura con Sofía.

La tensión en el aire era palpable, y ambos hombres estaban a punto de estallar en


una pelea. Pero en ese momento, Laura llegó al lugar, escuchando la verdad de la
situación sin previo aviso.

Laura: (conmocionada, interrumpiendo) ¡Espera un momento! ¿Qué dijiste,


Alejandro?

Andrés y Alejandro se separaron de inmediato, girando hacia Laura con sorpresa en


sus rostros. La expresión atónita de Laura mostraba que no estaba preparada para
lo que estaba presenciando.
Andrés: (tratando de acercarse a Laura) Laura, déjame explicarte...

Laura: (interrumpiéndolo con enojo) ¡Explicarme qué, Andrés? ¿Que has estado
viendo a Sofía a mis espaldas?

Andrés: (nervioso) Laura, no es tan simple como parece...

Laura: (con lágrimas en los ojos) No puedo creer que hayas sido capaz de hacerme
esto, Andrés. Tú, de todas las personas...

Andrés: (con angustia) Laura, escúchame, por favor...

Sin darle la oportunidad de explicarse, Laura alzó la mano y abofeteó a Andrés con
fuerza. El sonido resonó en el aire, y la tensión entre los tres era palpable. Andrés
se llevó la mano a su mejilla, mirando a Laura con tristeza y culpa.

Andrés: (con voz temblorosa) Laura, yo... yo nunca quise lastimarte.

Laura: (con voz entrecortada) Las mentiras y las traiciones duelen más que
cualquier cosa, Andrés. Pensé que éramos diferentes.

Alejandro, que había estado observando la escena en silencio, finalmente se atrevió


a mirar a Laura. Pero lo que vio en sus ojos fue desilusión y enojo, dirigido también
hacia él.

Laura: (dirigiéndose a Alejandro) Y tú... (con lágrimas en los ojos) ¿También has
estado mintiéndome?

Alejandro: (con sinceridad) Laura, yo...

Laura: (con frustración) ¡No quiero más mentiras! ¿Acaso no merezco la verdad?

Alejandro: (intentando explicarse) Laura, lo siento, pero había prometido a


Andrés...

Laura, sin dejarlo terminar, le dio una cachetada a Alejandro. La expresión de dolor
y tristeza en su rostro era palpable, pero también estaba acompañada de una
resolución firme.

Laura: (con voz quebrada) No pensé que tú también serías capaz de traicionarme
así. Esto es demasiado...

Con lágrimas en sus ojos, Laura se dio la vuelta y se marchó, dejando a Andrés y
Alejandro con el peso de sus decisiones y el dolor que habían causado. La canción
"Mientes" parecía resonar en el aire, recordándoles las consecuencias de las
mentiras y la importancia de la confianza en una relación.
Alejandro y Andrés se quedaron en silencio, enfrentando las consecuencias de sus
acciones. A pesar de sus deseos de enmendar sus errores, sabían que habían
perdido la confianza de Laura y que la herida que habían causado era profunda. La
historia de amistad y amor que habían compartido se había fracturado
irreparablemente, y la canción "Mientes" parecía ser el eco de su triste realidad.

Con el corazón hecho pedazos y el peso de la traición todavía latente, Laura tomó
una decisión difícil pero necesaria. Después de confrontar a Andrés y a Alejandro,
después de descubrir las mentiras que habían tejido su relación, Laura sabía que no
podía seguir adelante como si nada hubiera pasado.

Una mañana, mientras el sol se alzaba en el horizonte, Laura recogió sus


pertenencias y escribió una carta breve pero cargada de emociones. En ella, dejó
palabras no dichas, sentimientos no expresados y un adiós que dejaba en claro su
decisión. Dejó la carta sobre la mesa, junto a una fotografía de ella y Andrés en
tiempos más felices, y se dirigió hacia la puerta.

Andrés, que había estado tratando de ponerse en contacto con ella desde la
confrontación, la llamaba una y otra vez. Pero cada vez que su teléfono sonaba,
Laura resistía la tentación de responder. Sabía que necesitaba alejarse de esa
situación para sanar y encontrar su propio camino.

Sin mirar atrás, Laura cerró la puerta de su apartamento y se alejó de su vida con
Andrés. Sus pasos resonaban en el pasillo, y a medida que se alejaba, la canción
"Mientes" parecía acompañarla en su triste partida. Cada paso que daba estaba
marcado por la dolorosa realidad de las mentiras que habían socavado su relación.

La canción, que había sido un hilo conductor a lo largo de esta historia de engaño
y desilusión, resonaba una vez más mientras Laura se adentraba en un futuro
incierto. A pesar del dolor que sentía, sabía que tomar esta decisión era un paso
necesario para recuperarse y encontrar la paz que había perdido en medio de la
confusión y las mentiras.

Y así, la historia llegaba a su fin con Laura marchándose, la canción "Mientes"


sonando en el fondo y la certeza de que, aunque las heridas sanarían con el
tiempo, las cicatrices de la traición y el engaño siempre estarían presentes como
recordatorios de las lecciones aprendidas.

FIN

El nuevo ciclo universitario estaba a punto de comenzar, y en medio de la


efervescencia en el campus, Alex y Mateo, dos estudiantes de ingeniería, se
encontraban en un rincón apartado de la biblioteca de la universidad. Un beso
apasionado rompió el silencio del lugar, y el mundo desapareció a su alrededor
mientras se perdían en ese momento.

La melodía de "Secreto de Amor" se deslizó en segundo plano, acompañando la


dulce intimidad de su beso, que parecía un secreto compartido solo por ellos dos.
Cuando finalmente se separaron, la tristeza llenó los ojos de Alex.

Alex: (susurrando, con tristeza en los ojos) Mateo, ¿por qué tenemos que mantener
esto en secreto todo el tiempo?

Mateo: (susurrando, con una mirada preocupada) Lo sabes, Alex. No estoy listo para
que todos lo sepan. Tengo miedo de las consecuencias, especialmente en nuestra
carrera.

Alex: (suspira, con pesar) Pero, Mateo, a veces me duele que nuestra relación sea un
secreto, sobre todo aquí en la universidad.

Mateo: (entrelaza sus dedos con los de Alex, su mirada llena de conflicto) Yo
también lo siento, Alex, pero no puedo arriesgarnos. Nuestra carrera es importante
para ambos.

Alex: (asiente con tristeza) Entiendo, pero... (pausa) a veces, es difícil de aceptar.

Mateo: (acaricia suavemente la mejilla de Alex) Te amo más de lo que puedes


imaginar, Alex. Pero debemos ser pacientes y cuidadosos. Por favor, comprende.

Alex: (con un nudo en la garganta) Lo entiendo, Mateo, pero desearía que no


tuviéramos que vivir así.

Mateo revisó su reloj y notó que era hora de dirigirse a clases. Antes de partir, miró a
Alex con determinación.

Mateo: (con una sonrisa tranquilizadora) Alex, todo estará bien, lo prometo.

Mientras caminaban hacia el aula de clases, Mateo, sin darse cuenta, chocó con una
chica que pasaba por allí. Mateo se disculpó por el choque, y la chica se sonrojó y
bajó la mirada. Tanto Alex como Mateo notaron la reacción extraña de la chica, pero
decidieron continuar hacia el aula, sin darle mayor importancia. La tensión entre
ellos era palpable. Alex permaneció en silencio, frustrado por la necesidad de ocultar
su relación, mientras que Mateo tomó el encuentro como algo sin importancia en ese
momento.
Luego, al llegar al aula de clases, la tensión persistía en el ambiente mientras todos
los estudiantes se preparaban para clases. El maestro les indicó que tomaran
apuntes, y los estudiantes sacaron sus cuadernos y revisaron sus mochilas.En medio
de la preparación para la clase, alguien tocó la puerta del aula. El maestro la abrió y
presentó a la nueva estudiante, Doménica.

Maestro: (invitando a Doménica) ¡Por favor, entra! Clase, permítanme presentarles a


nuestra nueva estudiante, Doménica.

Todos los estudiantes saludaron a Doménica con un murmullo de bienvenida. Alex,


sorprendido, susurró a Mateo:

Alex: (susurrando a Mateo) ¡Es la misma chica con la que te chocaste esta mañana!

Doménica, sin saber en dónde sentarse en este nuevo entorno, eligió un asiento al
lado de Mateo y Alex. La entrada de Doménica al aula creó un ambiente inesperado,
ya que ahora se encontraba entre ellos, sin conocer la conexión previa que existía
entre Mateo y la chica con la que se había chocado. La clase comenzó con una nueva
dinámica que nadie podría haber anticipado.

Los tres estudiantes se encontraban en sus asientos, y la tensión era palpable. Alex
mantenía silencio, mirando alternativamente a Mateo y a Doménica. Mateo, por su
parte, intentaba concentrarse en la clase, pero no podía evitar sentirse incómodo por
la presencia de Doménica, quien, a su vez, se mostraba tímida y ajena a la dinámica
subyacente en el aula. El maestro comenzó la clase, pero para Alex y Mateo, era
difícil concentrarse. La entrada de Doménica había cambiado la dinámica de su vida
universitaria de una manera que nunca habrían imaginado.

La clase termina, el maestro anuncia el proyecto que será una parte importante de la
calificación final. Alex y Mateo, mientras empacaban sus cosas, se dieron cuenta de
que necesitarían un tercer miembro en su equipo. Mientras salían del aula y se
dirigían a la cafetería, comenzaron a discutir sobre su elección. Una vez en la
cafeteria la frustración se reflejaba en el rostro de Alex mientras hablaban sobre su
preocupación de no encontrar un tercer miembro para completar su equipo en el
proyecto.

Alex: (frustrado) Mateo, no sé qué vamos a hacer. Necesitamos un tercer miembro


para el proyecto, y el tiempo se nos está agotando.

Mateo: (tratando de calmar a Alex) Tranquilo, Alex, encontraremos a alguien. No te


preocupes tanto.

Mientras discutían posibles opciones, Dominica se acercó a ellos, aparentemente


nerviosa por interrumpir su conversación.
Domenica: (amablemente) Perdón por interrumpir, pero no pude evitar escuchar su
conversación. No tengo grupo y me encantaría unirme a ustedes.

Tanto Alex como Mateo se quedan pensando en la oferta de Dominica. Alex, aunque
se siente incómodo, intenta sugerir que no, pero Mateo responde afirmativamente.

Alex: (incómodo y sorprendido) Eh, creo que...

Mateo: (interviniendo y aceptando) ¡Sí, Dominica, sería genial trabajar juntos!

Alex, al ver la respuesta afirmativa de Mateo, mostró un claro gesto de sorpresa en


su rostro. Con una mirada que parecía preguntar "¿Qué estás haciendo?", Alex
intentó disimular su incomodidad y finalmente aceptó:

Alex: (con una sonrisa forzada) Está bien, no hay problema. Haremos equipo.

Dominica se emociona y asegura que serán un gran equipo.


Alex, Domenica y Mateo se encontraban sentados alrededor de una mesa,
discutiendo los detalles del proyecto asignado por el maestro. Hablaban sobre las
ideas iniciales y cómo podrían abordar el trabajo en equipo. La conversación fluía
con entusiasmo y energía, pero se detuvo cuando Mateo decidió ir al baño, dejando a
Alex y Dominica solos.

Domenica aprovechó la oportunidad, mirando a Alex con un brillo de sinceridad en


los ojos, y decidió confiar en él:

Dominica: (con un suspiro): Alex, necesito hablar contigo. Tengo que ser sincera.

Alex: (tratando de parecer tranquilo) Claro, ¿qué pasa?

Domenica: (con cierta timidez) Lo de formar el grupo... en realidad, fue solo una
excusa para acercarme a Mateo. Me gusta mucho.

Alex: (ocultando su incomodidad) Oh, entiendo.

Domenica: (Siendo sincera) A pesar de que apenas conozco a Mateo, me cae


realmente bien. Además, parece que tú y él son buenos amigos, y eso me hace sentir
más cómoda.

Alex sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Domenica. Sabía que
debía ser cuidadoso con su respuesta, dadas las circunstancias de su relación secreta
con Mateo.

Domenica: (apenada) Sé que puede sonar egoísta, pero necesito tu ayuda. ¿Puedes
decirme más sobre él? ¿Qué le gusta?
Alex: (intenta mantener la calma) Bueno, Mateo es una persona genial. Le gustan
los deportes y la música. Es muy simpático y le encanta ayudar a los demás.

Domenica: (emocionada) ¡Eso suena increíble! Pero, permíteme ser sincera... (su
expresión cambió a una sonrisa nerviosa) Sé que es un poco extraño, pero me
gustaría acercarme más a él. ¿podrías darme algunos consejos para conquistarlo?

Antes de que Alex pudiera responder a la solicitud de Domenica, Mateo regresó a la


mesa, interrumpiendo la conversación. Domenica, notando la llegada de Mateo, le
hizo un gesto rápido a Alex, pidiéndole que no dijera nada al respecto.

Mateo: (sonriendo) ¿Qué están hablando?

Domenica: (rápidamente) Estábamos discutiendo el proyecto, ¿verdad, Alex?

Alex: (asintiendo) Sí, exacto. Estábamos hablando del proyecto.

Domenica: (entusiasmada) ¡Genial! Estoy emocionada de trabajar en esto juntos.

La conversación continuó, pero en el fondo, Alex se sentía atrapado en una


encrucijada. Tenía sentimientos encontrados por Mateo y, al mismo tiempo,
Domenica le había confesado sus propios sentimientos hacia Mateo. La tensión
aumentaba a medida que el secreto se volvía más complicado y las emociones se
agitaban.

A la salida de clases, mientras los demás estudiantes se dispersaban por el campus,


Alex caminaba lentamente, perdido en sus pensamientos. Mateo lo seguía de cerca,
preocupado por la expresión en el rostro de Alex.

Mateo: (preocupado) Alex, ¿estás seguro de que estás bien? Has estado callado
desde la cafetería.
Alex: (tratando de sonreír) Sí, Mateo, solo ha sido un día largo, eso es todo.

Aunque Alex intentó ocultar sus verdaderos sentimientos, Mateo notó la tristeza en
su mirada. Sin embargo, decidió no presionar más en ese momento.

Mateo: (con resignación) Está bien, si lo dices.

Alex simplemente se alejó sin decir una palabra, y Mateo lo observó alejarse con una
mirada de tristeza en sus ojos, consciente de que algo había cambiado entre ellos, y
no sabía cómo arreglarlo.

Al llegar a casa, Alex se sintió abrumado por todas las emociones que habían surgido
durante el día. La melodía de "Secreto de Amor" sonaba de fondo, añadiendo una
capa de tristeza a la situación. Sin poder contenerse más, las lágrimas comenzaron a
correr por sus mejillas. Alex se dejó caer en una silla y cubrió su rostro con las
manos, sollozando en silencio.

La canción parecía resonar con sus propios sentimientos ocultos y la complejidad de


su relación con Mateo. El peso de mantener su amor en secreto, combinado con la
aparición de Dominica en sus vidas, había dejado a Alex en un estado emocional
confuso y doloroso.Mientras las lágrimas brotaban de sus ojos, su teléfono vibró con
un mensaje entrante. Era Mateo, preocupado por su reacción, pero Alex decidió dejar
el mensaje en visto.

Mateo revisó su teléfono, notando el mensaje que le había enviado a Alex,Vio el


icono de "Visto" y sintió un nudo en el estómago. Sabía que algo había cambiado en
Alex ,pero no estaba seguro de qué. La preocupación y la confusión llenaron su
mente mientras miraba el mensaje en visto una y otra vez. Finalmente, decidió dejar
su teléfono a un lado y reflexionar sobre lo que había sucedido.

En ese momento, la voz de su madre, Carolina, lo llamó desde la cocina.

Carolina: (llamando) ¡Mateo, ven a almorzar, cariño!

Mateo dejó su teléfono a un lado y se dirigió a la cocina, donde la mesa estaba


puesta para el almuerzo. Sus padres, Juan y Carolina, estaban sentados y
conversando. Mateo notó que intercambiaron miradas discretas cuando lo vieron
acercarse.

Juan: (con una sonrisa) Mateo, ¿cómo te fue en la universidad hoy? ¿Tuviste un buen
día?

Carolina: (con ternura) Mateo, ¿seguro que estás bien, cariño?

Mateo respondió de manera cortante, evitando mencionar sus preocupaciones sobre


Alex.

Mateo: (con un tono brusco) Sí, estuvo bien. Gracias.

Mientras almorzaba, la tensión en la mesa era palpable. Mateo se sumió en sus


pensamientos, tratando de comprender lo que estaba sucediendo con Alex y cómo
eso afectaría su relación. Por otro lado, sus padres intercambiaron miradas
preocupadas, pero decidieron no presionar a su hijo en ese momento.

Después de un rato, Mateo sintió la necesidad de espacio y decidió retirarse de la


mesa sin terminar su almuerzo.

Juan: (con una mirada comprensiva) No te preocupes, Carolina, a veces todos


tenemos un mal día.
Carolina asintió, pensativa. La escena dejó en claro que algo estaba afectando a
Mateo, pero nadie parecía saber la causa exacta de su mal humor.

Al día siguiente, Mateo decidió buscar respuestas y confrontar a Alex antes de que
comenzara el día en la universidad. Sabía que algo andaba mal y necesitaba
entender por qué la actitud de Alex había cambiado drásticamente. Se ubicó en un
parque que sabía que Alex cruzaría en su camino hacia la universidad y lo esperó
con determinación.

Cuando finalmente vio a Alex aproximarse, notó que su rostro estaba serio y
preocupado. A pesar de su propia confusión, Mateo decidió abordar la situación.

Mateo: (decidido) Alex, necesito hablar contigo. ¿Por qué esta actitud?

Alex, aunque se mostró reacio al principio, decidió escuchar a Mateo, sabiendo que
era el momento de ser sincero.

Alex: (respira hondo) Mateo, quiero que sepas la verdad. En la cafetería, Domenica
me confesó que le gustas. Me dijo que se acercó a ti para intentar conquistarte. No
puedo dejar de pensar en eso.

Mateo, aunque sorprendido por la revelación de Alex, decidió enfrentar la situación


con sinceridad.

Mateo: (serio) Alex, independientemente de lo que Domenica haya dicho, eres la


persona que amo. No permitas que eso afecte nuestra relación.

Alex quedó pensativo por un momento, reflexionando sobre las palabras de Mateo.

Alex: (suspira) Mateo, sabes que esto sería mucho más fácil si no tuviéramos que
mantener nuestra relación en secreto. Me duele no poder estar contigo abierta y
libremente.

Mateo, consciente de las limitaciones y miedos que enfrentaban, intentó explicar su


perspectiva.

Mateo: (triste) Entiendo lo que sientes, Alex. Pero, como te he dicho antes, mi
situación como becado y mi familia... Tengo miedo de lo que podría pasar si se
enteraran de que soy gay. No quiero que eso nos afecte a ambos.

Alex, frustrado por la situación, finalmente explotó:

Alex: (enojado) Mateo, no podemos seguir viviendo así. Necesitas tomar una
decisión. No sé cuánto más puedo soportar esto.
Mateo, sintiéndose atrapado entre su amor por Alex y sus miedos personales, solo
pudo mirar a su novio con tristeza mientras este continuaba su camino hacia la
universidad.

Alex se alejó con pasos decididos, dejando a Mateo solo en el parque, con el corazón
apesadumbrado. Mientras observaba a Alex alejarse, se dio cuenta de que su relación
se estaba volviendo cada vez más frágil, y se quedó pensando en el futuro incierto de
su amor, acompañado por la melancólica melodía de "Secreto de Amor".

La distancia entre Alex y Mateo se hizo palpable mientras continuaban asistiendo a


clases. Los dos estaban atrapados en un mar de pensamientos y emociones,
incapaces de recuperar la conexión que una vez compartieron. La melodía de
"Secreto de Amor" seguía resonando en el fondo de sus mentes, recordándoles su
amor y la complejidad de su relación.

En un día normal, Mateo se encontraba solo en la cafetería de la universidad, con la


mirada perdida en su computadora mientras intentaba concentrarse en sus deberes
académicos. Sus pensamientos lo consumían, y las palabras no dichas entre él y Alex
pesaban en su corazón.

De repente, la presencia de Alex rompió su concentración. Sin mediar palabra, Alex


entregó la parte de su proyecto que le correspondía a Mateo. Su expresión era seria,
y sus palabras eran contundentes.

Alex: (serio) Mateo, a partir de ahora, creo que es mejor que nos tomemos un
tiempo. Necesitas decidir por completo acerca de nuestra relación. Estoy dispuesto a
continuar trabajando juntos en el proyecto, pero solo te entregaré mi parte, y no nos
reuniremos más.

Mateo se sintió abrumado por la noticia, pero no pudo evitar comprender la


frustración de Alex y su necesidad de claridad. La melodía de "Secreto de Amor"
resonó en sus oídos, recordándole lo complicado que se había vuelto su amor y lo
mucho que estaba en juego.

Los dos quedaron separados por una brecha de silencio incómodo en medio de la
cafetería llena de gente. El tiempo que una vez compartieron, lleno de risas y
complicidad, parecía un recuerdo distante. Si alguna vez querían recuperar lo que
tenían, Mateo sabía que tendría que enfrentar su miedo y tomar una decisión con
valentía.

Alex salió de la cafetería con un rostro serio y una mirada preocupada en sus ojos.
Doménica lo observó mientras se alejaba y, sintiendo curiosidad por su estado de
ánimo, se acercó a él con amabilidad.
Doménica: (preocupada) Alex, ¿estás bien? Pareces molesto.

Alex, tratando de disimular sus sentimientos, respondió con una sonrisa forzada:

Alex: (tratando de sonar amable) Estoy bien, Doménica, gracias por preguntar.

A pesar de su respuesta, la verdadera expresión de Alex aún se podía notar en su


rostro. Doménica, confundida por la discrepancia entre sus palabras y su expresión,
se dio cuenta de que algo no estaba bien.

Mientras tanto, Mateo, quien había observado la interacción desde la distancia, se


unió a Doménica después de que Alex se alejara.

Doménica, al ver a Mateo, aprovechó la oportunidad para preguntarle:

Doménica: (curiosa) Mateo, ¿puedes decirme si pasa algo entre tú y Alex? Lo vi salir
molesto de la cafetería.

Mateo, aún sintiéndose triste por su pelea con Alex, intentó minimizar la situación.

Mateo: (tratando de sonar despreocupado) Oh, no te preocupes, Doménica. Fue solo


una pequeña discusión entre amigos, nada importante. Seguiremos trabajando
juntos en el proyecto.

Doménica asintió, pero notó que Mateo no estaba siendo completamente honesto
con ella. A pesar de eso, decidió no presionar y cambiar el tema para aligerar la
atmósfera.

Después de un momento, Mateo propuso:

Mateo: (amablemente) ¿Por qué no vamos a un lugar más silencioso para trabajar
en el proyecto? Podremos concentrarnos mejor allí.

Doménica aceptó la sugerencia de Mateo y se dirigieron juntos a un rincón más


tranquilo de la biblioteca de la universidad, donde podrían enfocarse en sus tareas
académicas. La melodía de "Secreto de Amor" seguía resonando en sus cabezas,
recordándoles la complejidad de las relaciones y los sentimientos no expresados que
los rodeaban.

Alex, sintiéndose abrumado por la situación con Mateo, decidió buscar apoyo y
consejo de uno de sus amigos de confianza, Daniel. Sabía que podía contar con él en
momentos difíciles. Se reunieron en una acogedora cafetería cercana al campus.

Daniel: (preocupado) Alex, ¿qué te trae por aquí? Pareces agobiado.


Alex: (suspirando) Necesitaba hablar contigo, Daniel. Se trata de Mateo. Hemos
estado pasando por un momento complicado últimamente.

Daniel: (amable) Estoy aquí para escucharte. ¿Qué está pasando?

Alex compartió con Daniel los detalles de su relación con Mateo, incluyendo la lucha
de Mateo por mantener su orientación sexual en secreto y cómo eso estaba
afectando su relación.

Daniel: (comprensivo) Entiendo que esta situación es complicada. Mateo está


lidiando con sus propios miedos y preocupaciones.

Alex: (triste) Lo sé, pero... a veces me duele tener que ocultar nuestra relación. Siento
que está afectando lo que tenemos.

Daniel: (amistoso) Alex, siempre he notado que eres una persona tan amorosa y
apasionada. Tu sinceridad y determinación son cualidades admirables.

Alex: (sonriendo levemente) Gracias, Daniel. Trato de ser honesto con mis
sentimientos.

Daniel: (reflexionando) Y Mateo, es un chico increíble en muchos aspectos, ¿verdad?


Es inteligente y considerado, pero a veces su miedo lo limita.

Alex: (asintiendo) Sí, así es. Mateo tiene un gran corazón, pero su miedo a perder su
beca y el miedo al juicio de su familia lo mantienen atrapado.

Daniel: (animando a Alex) Ánimo, Alex. Mateo te ama, eso es seguro. A veces, las
personas necesitan tiempo para enfrentar sus miedos. No permitas que esta
situación te haga sentir menos valioso.

Daniel invitó a Alex a disfrutar de un café juntos. Continuaron hablando sobre la


relación y cómo podía sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Daniel,
con su apoyo incondicional, trató de animar a Alex y recordarle que su amor era
fuerte, a pesar de los desafíos.

Mientras compartían su conversación en la acogedora cafetería, la melodía de


"Secreto de Amor" se filtraba en el fondo, recordándoles la complejidad de sus
sentimientos y la importancia de apoyarse mutuamente en tiempos difíciles.

Mientras tanto, en la biblioteca, Doménica y Mateo se encontraban en medio de una


conversación sobre el proyecto asignado. Mateo explicaba los detalles mientras
Doménica lo escuchaba con atención. Ella notó la tristeza en los ojos de Mateo y,
creyendo que un gesto de cariño podría animarlo, se inclinó hacia él con la intención
de darle un beso.
En ese preciso momento, alguien que pasaba por allí capturó una foto de la escena.
Mateo, sorprendido y aturdido por la repentina cercanía de Doménica, se apartó
rápidamente.

Mateo: (alarmado) ¡Doménica, ¿qué estás haciendo?!

Doménica: (nerviosa y apenada) ¡Oh, Mateo, lo siento! Pensé que... no quería verte
triste.

Mateo: (decidido) Creo que es mejor dejar el proyecto hasta aquí. Necesitamos un
descanso.

Mateo se levantó de su silla y se dirigió hacia la salida de la biblioteca, dejando a


Doménica en silencio

Doménica: (murmurando para sí misma) Lo arruiné todo...

Mateo, después de alejarse de la situación, se encontró en un pasillo vacío de la


universidad, tratando de procesar lo que había sucedido. Se sentía abrumado por la
inesperada muestra de afecto de Doménica y preocupado por las posibles
consecuencias.

Mientras tanto, en la biblioteca, los estudiantes que habían presenciado el incidente


murmuraban y comentaban sobre la situación. Algunos estaban sorprendidos,
mientras que otros simplemente se limitaban a observar en silencio.

Doménica, con un nudo en la garganta, se sintió abrumada por la vergüenza y la


incertidumbre. Después de unos minutos, decidió abandonar la biblioteca y darle a
Mateo el espacio que parecía necesitar.

Doménica se dirigió a la salida, tratando de encontrar a Mateo para disculparse y


aclarar la situación. La melodía de "Secreto de Amor" seguía sonando en su cabeza,
recordándole la complejidad de las relaciones y los secretos no expresados.

La mañana siguiente, Doménica se encontró a sí misma luchando con un torbellino


de emociones. La confusión y la incomodidad la abrumaban, y sabía que tenía que
hablar con alguien en quien confiara. Decidió buscar a su amiga Valentina, una
compañera de la universidad con quien compartía muchas confidencias.

Después de clases, Doménica encontró a Valentina en la cafetería y, sin rodeos, le


contó lo que había sucedido con Mateo en la biblioteca. Valentina escuchó
atentamente mientras Doménica compartía su experiencia.

Valentina: (sorprendida) ¿Mateo Pérez? ¿El mismo Mateo Pérez que siempre está
con Alex?
Doménica: (asintiendo) Sí, él mismo. No entiendo por qué rechazó mi beso,
Valentina. Me siento tan avergonzada.

Valentina: (pensativa) No insinúo nada, Doménica, pero tengo que admitir que es
un tanto extraño. Siempre los veo juntos en la universidad.

Doménica, sintiendo que Valentina estaba insinuando algo más, la miró con
curiosidad y un atisbo de sospecha.

Doménica: (frunciendo el ceño) ¿A qué te refieres, Valentina? ¿Qué insinúas?

Valentina: (encogiéndose de hombros) No insinúo nada, de verdad. Pero, ya sabes


cómo son las lenguas. Siempre hay rumores y chismes en la universidad.

Doménica se resistió a aceptar la idea de que hubiera algo más entre Mateo y Alex.
Se sentía confundida y emocionalmente vulnerable en ese momento.

Doménica: (negando con la cabeza) No, no puede ser. No veo por qué Mateo
rechazaría un beso mío si no fuera por una buena razón. Valentina, sin presionar
más el tema, decidió cambiar de conversación y sacó uno de sus snacks de su
mochila.

Valentina: (sonriendo) Bueno, dejemos de lado ese tema. ¿Quieres un snack? Son
deliciosos. Doménica, perdida en sus pensamientos, negó con la cabeza.

Valentina: (haciendo una expresión de resignación con los ojos) Bueno, como
quieras.

Valentina siguió disfrutando de su snack en silencio mientras Doménica reflexionaba


sobre la complicada situación en la que se encontraba.

La melodía de "Secreto de Amor" parecía seguir resonando en la cabeza de


Doménica, recordándole la complejidad de las relaciones y la incertidumbre que se
cernía sobre su encuentro con Mateo.

Alex se encontraba en una cafetería cercana a la universidad, compartiendo sus


pensamientos y preocupaciones con su amigo Daniel. A medida que compartía su
nostalgia y su deseo de reconciliarse con Mateo, Daniel lo escuchaba atentamente y
asentía de vez en cuando.

Daniel: (comprensivo) Alex, es evidente que extrañas a Mateo. A veces, las


diferencias y los secretos pueden crear una brecha entre las personas. Creo que es
importante que tú y Mateo se sienten a hablar abierta y sinceramente.
Alex: (reflexionando) Tienes razón, Daniel. La comunicación es clave en una relación,
y no podemos dejar que esta situación nos separe más.

Daniel: (animando a Alex) Exactamente, Alex. La única forma de superar estos


obstáculos es enfrentarlos juntos. Sé que pueden hacerlo.

Animado por las palabras de Daniel, Alex decidió que era hora de abordar la
situación con Mateo y tratar de resolver sus problemas. Se levantó de su silla en la
cafetería y agradeció a su amigo antes de salir con un renovado sentido de
determinación.

Cuando Alex llegó a la universidad, notó que había un ambiente inusual en el


campus. Los estudiantes susurraban entre ellos, mirando sus teléfonos y
compartiendo una foto en particular. Alex se sintió intrigado y decidió preguntar a
uno de los estudiantes cercanos para averiguar lo que estaba sucediendo.

Alex: (curioso) Oye, ¿qué está pasando? ¿Por qué todos están tan inquietos?

Estudiante: (mostrando la foto en su teléfono con ternura) ¡Mira esto! Es tan tierno.

Alex miró la foto y se sintió como si el mundo se hubiera detenido. En la imagen, se


veía claramente a Mateo y Doménica besándose en la biblioteca de la universidad.
Mientras el estudiante admiraba la foto, Alex sentía que su mundo se venía abajo.

Estudiante: (sonriente) Awww, ¿no es una foto encantadora? Parece que Mateo y
Doménica están juntos. ¡Me alegra que Mateo haya encontrado a alguien!

Alex, incapaz de contener su ira y tristeza, arrancó su mirada de la foto y se alejó


rápidamente, dejando atrás al estudiante sorprendido. Su mente estaba llena de
emociones encontradas mientras se dirigía a toda prisa en busca de Mateo.

Alex, lleno de emociones y con la foto en la mano, busca a Mateo en el campus.


Finalmente, lo encuentra solo en un rincón y se dirige hacia él con determinación. Su
voz tiembla mientras cuestiona a Mateo:

Alex: (enfadado) ¡Mateo! ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué juego estás jugando?

Mateo, con una expresión de sorpresa y preocupación, mira la foto en la mano de


Alex. Comprende de inmediato la gravedad de la situación, pero también sabe que
debe explicar lo que sucedió.

Mateo: (nervioso) Alex, puedo explicar...

Alex, interrumpiendo a Mateo antes de que pueda dar su explicación, sacude la


cabeza con tristeza.
Alex: (decidido) No, Mateo, no quiero explicaciones. Ya he tenido suficiente de los
secretos y las mentiras. No sé en qué piensas que estamos jugando, pero esto ha ido
demasiado lejos.

Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, Alex da un paso atrás y mira a Mateo
profundamente.

Alex: (con la voz quebrada) Esto se acabó, Mateo.

Mateo, con el corazón pesado, se acerca a la cafetería donde Doménica suele pasar
su tiempo entre clases. Cuando la ve, intenta forzar una sonrisa a pesar de la
tormenta emocional que lo envuelve.

Doménica: (alegre) ¡Hola, Mateo! ¿Qué te trae por aquí?

Sin embargo, su expresión se torna de preocupación cuando nota la cara enojada de


Mateo. Él se sienta frente a ella, sin responder a su saludo, y su mirada es penetrante.

Doménica: (preocupada) ¿Pasa algo, Mateo? Pareces molesto.

Mateo respira profundamente antes de sacar su teléfono y mostrarle la foto que


había visto en el campus.

Mateo: (serio) ¿Puedes explicarme esto? ¿Por qué publicaste esta foto en las redes?

Doménica mira la foto en el teléfono de Mateo y su rostro refleja confusión e


incredulidad.

Doménica: (desconcertada) Mateo, no sé de qué estás hablando. Yo no subí esa foto.

Mateo, frustado por la situación, se siente abrumado por las emociones. Doménica,
al ver su angustia, le pide que se calme y toma asiento junto a él.

Doménica: (compasiva) Mateo, respiremos y hablemos con calma. Esto debe ser un
malentendido.

Mateo se esfuerza por tranquilizarse y después de un momento, suspira.

Mateo: (más calmado) Lo siento, Doménica. Esto me ha tomado por sorpresa y me


siento tan confundido ahora.

Doménica le pone una mano en el hombro en un gesto de apoyo.

Doménica: (amable) Está bien, Mateo. Estoy aquí para escucharte. Siéntete libre de
compartir lo que te preocupa.
Mateo, después de un largo suspiro, decide abrir su corazón y contarle la verdad a
Doménica sobre su relación con Alex. A pesar de la incertidumbre y la complejidad
de la situación, siente que es necesario sincerarse.

Mateo: (sincero) Doménica, la verdad es que Alex y yo hemos estado en una relación
desde hace tiempo. Hemos estado ocultándolo, y esa foto ha hecho que todo
termine. No quería herirte, pero es importante que sepas la verdad.

Doménica, sorprendida por esta revelación, asimila la información. La melodía de


"Secreto de Amor" sigue resonando en su mente, recordándole la complejidad de las
relaciones y los secretos no expresados.

Doménica: (reflexionando) Mateo, no puedo decir que no me duela escuchar esto,


pero agradezco que hayas sido honesto conmigo. Entiendo que las cosas son
complicadas en el amor.

Doménica, después de escuchar la sincera confesión de Mateo, se toma un momento


para procesar la información. A pesar de la sorpresa y el dolor inicial, decide ser
comprensiva y aceptar a Mateo tal como es.

Doménica: (comprensiva) Mateo, aunque esto me duele, quiero que sepas que te
apoyo. Entiendo que el amor puede ser complicado, y no puedo juzgarte por eso.

Mateo aprecia la comprensión y el apoyo de Doménica en medio de la confusión.


Aunque las cosas siguen siendo inciertas en cuanto a quién publicó la foto en el
campus, al menos siente que puede ser sincero con ella.

Mateo: (agradecido) Gracias, Doménica. Significa mucho para mí que puedas


entenderlo.

Mientras continúan su conversación, alguien se aproxima y toma una foto de Mateo


y Doménica. En la imagen, se les ve tomados de la mano y abrazándose, un gesto de
apoyo y amistad.

La persona que tomó la foto, sin conocer la historia detrás de la imagen, la publica
en las redes sociales, y rápidamente se convierte en objeto de comentarios y
especulaciones.

En otra parte de la ciudad, Alex se reúne nuevamente con su amigo de confianza,


Daniel, en busca de apoyo en medio del dolor que siente por la revelación de la
relación entre Mateo y Alex. La cafetería ofrece un refugio tranquilo para su
conversación.
Daniel: (amable) Alex, estoy aquí para ti en estos momentos difíciles. Entiendo lo
que estás pasando.

Alex: (triste) Gracias, Daniel. No sé cómo lidiar con todo esto. No puedo dejar de
pensar en Mateo y lo que teníamos.

Mientras Daniel intenta consolar a Alex, su teléfono emite una notificación que lo
toma por sorpresa. Alex nota la expresión de sorpresa en el rostro de Daniel y le
pregunta qué sucede.

Alex: (preocupado) Daniel, ¿qué acaba de pasar? ¿Por qué te sorprendió tanto esa
notificación?

Daniel, inicialmente evasivo, titubea al responder la pregunta de Alex.

Daniel: (inseguro) No es nada, solo un mensaje... no es importante.

Alex, sintiendo que algo no cuadra, insiste en que Daniel le muestre la notificación.
Después de un momento de vacilación, Daniel finalmente accede a mostrarle la
pantalla de su teléfono. En la pantalla, se ve la misma foto de Mateo y Doménica
que se compartió en el campus.

Alex, al ver la foto, se quiebra emocionalmente. La confirmación visual de la relación


de Mateo con Doménica es abrumadora, y siente que su mundo se derrumba aún
más.

Alex: (con la voz quebrada) ¡No puedo soportar esto, Daniel! Todo lo que teníamos
se ha desmoronado.

Daniel abraza a Alex en un gesto de consuelo, mientras este derrama lágrimas de


dolor y frustración. En ese momento, la melodía de "Secreto de Amor" resuena en el
fondo, recordándoles la complejidad de las relaciones y los secretos que ahora han
salido a la luz.

Mientras tanto, Doménica y Mateo también reciben la misma notificación en sus


respectivos teléfonos. Doménica, al ver la imagen que se ha compartido, se indigna y
lanza su teléfono sobre la mesa.

Doménica: (enojada) ¡Esto es inaceptable! ¿Quién puede hacer algo así?

Mateo, desconcertado y frustrado, también examina la notificación en su teléfono.

Mateo: (frustrado) No sé quién podría estar detrás de esto. Es una calumnia


malintencionada.
Doménica y Mateo comparten su confusión y se preguntan quién podría querer
dañarlos de esta manera.

Mientras tanto, Valentina sonreía y disfrutaba de su snack, observando una foto de


Mateo y Alex en su mano, se sentía satisfecha por lo que había logrado. En su mente,
Mateo merecía pagar por haberla rechazado y herido cuando le había confesado sus
sentimientos en el pasado.

En un flashback, Valentina recordaba el día en que le había declarado su amor a


Mateo:

Valentina: (con tristeza) Mateo, necesito decirte algo. Estoy enamorada de ti.

En ese entonces, ella ya sabía que él era gay y estaba en una relación con Alex. A
pesar de eso, no pudo evitar expresar sus sentimientos por él.

Mateo: (amable pero firme) Valentina, aprecio mucho tu sinceridad, pero sabes que
estoy con Alex y que soy gay. No puedo corresponder a tus sentimientos de esa
manera.

Valentina quedó con el corazón destrozado y sintió que Mateo se las tendría que
pagar de alguna manera.

De vuelta en el presente, Valentina, con lágrimas en los ojos por la frustración y el


rencor acumulado, rompió la foto de Mateo y Alex en pedazos. Guardó los
fragmentos rotos en su bolso sin darse cuenta. Determinada, murmuró para sí
misma:

Valentina: (con determinación) Esto no ha terminado, Mateo. Verás lo que es perder


lo que más valoras.

Valentina se sentó frente a su ordenador con una sonrisa maliciosa en el rostro.


Había logrado su objetivo y estaba dispuesta a seguir adelante con su plan. Subió la
foto que había tomado de Alex y Mateo besándose en la biblioteca a las redes
sociales. Mientras lo hacía, sus ojos brillaban de satisfacción.

Valentina: (susurrando con malicia) Ahora, todos sabrán quién eres, Mateo.

La foto se compartió rápidamente, y los comentarios y reacciones no se hicieron


esperar. Valentina había desatado una tormenta de controversia en la comunidad
universitaria, y las consecuencias de sus acciones eran impredecibles.

Mateo llegó a la universidad al día siguiente, sintiendo la tensión en el ambiente. No


entendía por qué todos lo miraban de manera extraña y murmuraban a sus
espaldas. Entonces, Doménica se acercó y lo tomó del suéter, urgente.
Doménica: (preocupada) ¡Mateo, tienes que ver esto!

Ella lo llevó a la biblioteca y le mostró las redes sociales, donde la foto que Valentina
había subido estaba causando un revuelo. Mateo se sintió impotente y triste al darse
cuenta de que su secreto había salido a la luz, y peor aún, su reputación estaba en
entredicho. La gente creía que estaba saliendo con Doménica y Alex y no sabía
dónde esconderse.

Mateo: (angustiado) No puedo creer que esto haya sucedido, Doménica. Esto no es
lo que parece.

La situación empeoró cuando el director lo llamó a su despacho. Mateo, con el


corazón en un puño, se presentó en la oficina del director, quien estaba visiblemente
molesto.

Director: (severo) Mateo Pérez, no toleramos este tipo de conducta en nuestra


universidad. Las acciones que has tomado han manchado la reputación de la
institución.

Mateo sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras del director.

Mateo: (preocupado) Director, por favor, déjeme explicarle...

Pero el director fue inflexible y anunció una decisión drástica.

Director: (decidido) Lamento informarte que tu beca queda suspendida hasta nuevo
aviso. Debes entender que nuestras normas de conducta son fundamentales, y no
podemos permitir este tipo de escándalos.

Mateo salió del despacho del director con el mundo aplastándolo. Había perdido su
beca y su reputación en la universidad estaba en ruinas. No sabía cómo iba a
enfrentar esta situación y deshacer el daño causado por las maliciosas acciones de
Valentina.

La historia continúa con un momento de encuentro entre Mateo, Doménica y Alex


después de que Mateo ha perdido su beca y su reputación en la universidad debido a
la foto compartida por Valentina. Mateo sale devastado del despacho del director, y
Doménica, esperándolo afuera, se preocupa por su estado emocional.

Doménica: (preocupada) Mateo, ¿qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho el director?

Mateo, con los ojos llenos de tristeza, le cuenta a Doménica lo que sucedió en la
oficina del director y cómo su beca ha quedado suspendida. Doménica lo escucha
con empatía y comprensión.
Doménica: (compasiva) Mateo, esto es terrible. Lo siento mucho por lo que estás
pasando.

Mateo se siente agradecido por el apoyo de Doménica, pero en ese momento, ella le
menciona que hay alguien más que quiere verlo. Antes de que pueda preguntar
quién es, Alex aparece. La sorpresa en el rostro de Mateo es evidente.

Alex: (decidido) Mateo, necesitamos hablar.

Mateo, sintiéndose culpable y preocupado por la situación, se apresura a disculparse:

Mateo: (angustiado) Alex, lo siento. No puedo creer que esto haya sucedido. Nunca
quise que pasara.

Alex, sin embargo, lo detiene.

Alex: (sereno) Mateo, no tienes que disculparte. Doménica ya me explicó todo lo que
sucedió. No es tu culpa. Estamos juntos en esto, y encontraremos al responsable.

La expresión de Mateo cambia a una mezcla de sorpresa y alivio al escuchar las


palabras de Alex. Aunque la situación sigue siendo complicada, al menos sabe que
no está solo.

Mateo: (emocionado) Gracias, Alex. No sé qué haría sin ti y Doménica.

Alex: (decidido) Juntos, resolveremos esta situación. Encontraremos al responsable y


limpiaremos tu nombre.

Los tres, unidos por la determinación de hacer justicia, se preparan para enfrentar la
situación y descubrir quién está detrás de la maliciosa publicación en las redes
sociales.

Doménica sigue su rutina, sin embargo se siente muy mal por lo que ha sucedido
con Mateo y su expulsión de la universidad. Valentina se cruza en su camino y, al
notar la tristeza de Doménica, le pregunta qué le pasa.

Valentina: (curiosa) Doménica, ¿qué te sucede? ¿Por qué pareces tan afligida?

Doménica, con la mente llena de preocupación por Mateo, le cuenta a Valentina la


situación que ocurrió con Mateo en la universidad. Valentina, en lugar de mostrar
comprensión, responde de una manera extraña.

Valentina: (emocionada) ¿En serio? ¡Qué buena noticia! Me alegra que lo hayan
expulsado.
Doménica, confundida por la reacción de Valentina, la mira con asombro. Valentina,
consciente de que ha dicho algo inapropiado, cambia su expresión y finge tristeza.

Valentina: (fingiendo tristeza) Lo siento, Doménica, no era mi intención alegrarme.


Me preocupas, y no me gusta verte así.

Doménica, notando la extraña actitud de Valentina, se siente incómoda. Para romper


el silencio incómodo, Valentina le propone a Doménica compartir un snack.

Valentina: (intentando ser amigable) ¿Por qué no compartimos un snack para


alegrarnos un poco? Tengo tus favoritos aquí.

Mientras Valentina abre su mochila y saca el snack, sin darse cuenta, hace que los
pedazos de la foto rota de Mateo y Alex salgan volando. Doménica los recoge
rápidamente y mira la foto con sorpresa.

Doménica: (confundida) Valentina, ¿por qué tienes una foto rota de Alex y Mateo?

Valentina, sorprendida por su error y tratando de ocultar la verdad, responde


evasivamente.

Valentina: (tratando de no delatarse) No es nada, Doménica. Debe haber sido un


accidente. Mejor olvidemos la foto y compartamos el snack.

Doménica, cada vez más sospechosa, no está dispuesta a dejarlo pasar.

Doménica: (cuestionando) Valentina, estoy segura de que hay algo que no me estás
diciendo. ¿Fuiste tu quien rompió la foto de Alex y Mateo?

Valentina se hace la desentendida y finge no saber de qué habla, pero Doménica no


se da por vencida.

Doménica: (furiosa) ¡Basta de mentiras, Valentina! ¿Fuiste tú quien subió las fotos a
las redes sociales?

Valentina, acorralada, sigue negándolo.

Valentina: (negando) No sé de qué estás hablando, Doménica. Deberías calmarte.

Doménica, furiosa y decepcionada por la actitud de Valentina, le dice que se vaya.

Doménica: (decidida) Está claro que no puedo confiar en ti. Mejor vete.

Valentina, sintiéndose atrapada, se aleja de Doménica y de la situación incómoda


que ha creado con sus acciones. Mientras tanto, Doménica queda sola, reflexionando
sobre la traición de Valentina y las consecuencias de sus actos en la vida de Mateo y
Alex.

Doménica se apresura a buscar a Alex después de la incómoda conversación con


Valentina. Alex, preocupado por la situación, se muestra dispuesto a ayudar a
resolver el problema. Juntos, deciden buscar a Mateo, quien ha estado lidiando con
las consecuencias de las fotos comprometedoras que se compartieron en las redes
sociales.

Finalmente, encuentran a Mateo y Doménica se acerca para compartirle la noticia.

Doménica: (decidida) Mateo, ya sé quién está detrás de todo esto. Fue Valentina
quien subió las fotos con mala intención.

Después de la revelación de que Valentina había sido la autora de la difamación de


Mateo en las redes sociales, Mateo se sintió abrumado por una mezcla de emociones.
Si bien entendía que Valentina actuó desde la frustración de su rechazo en el pasado,
sabía que debía enfrentar las consecuencias de sus acciones. La reputación de Mateo
había sufrido un duro golpe, y su beca estaba suspendida. En medio de la confusión,
Doménica compartió su opinión sobre la situación.

Doménica: (compasiva) Mateo, creo que es hora de que hables con sinceridad sobre
lo que realmente sucedió. La gente merece saber la verdad y comprender que todo
fue un malentendido.

Mateo reflexionó sobre las palabras de Doménica. Se dio cuenta de que no podía
vivir con la falsa imagen que se había creado en las redes sociales, ni seguir
ocultando su orientación sexual. Tomó un suspiro profundo y, con determinación,
decidió hacer un live para aclarar la situación.

Mateo: (resuelto) Gracias, Doménica. Tienes razón. Es hora de que diga la verdad y
deje de vivir con miedo. La gente merece saber quién soy realmente y lo que siento.

Mateo preparó su teléfono, conectó al público en su live y comenzó a hablar con


sinceridad.

Mateo: (serio) Hola a todos, estoy aquí para aclarar una situación que ha estado
afectando mi vida. Las fotos que se compartieron en las redes sociales son falsas.
Doménica y yo somos amigos, pero no estamos en una relación amorosa. La persona
a la que realmente amo es Alex.

En ese momento, Mateo confesó abiertamente su orientación sexual, dejando en


claro que es gay y que no tenía por qué ocultarlo. Sus palabras fueron sinceras y
emotivas.
Mateo: (emocionado) No está bien vivir con miedo y ocultar quiénes somos. Quiero
que todos sepan que soy gay y estoy orgulloso de serlo. No hay razón para
avergonzarse de nuestra identidad.

La gente que veía el live de Mateo comenzó a comprender la verdad detrás de la


situación. Los comentarios y reacciones en tiempo real reflejaban apoyo y
comprensión. La mayoría de la gente estaba dispuesta a aceptar la sinceridad de
Mateo.

Mateo: (agradecido) Quiero agradecer a todos los que han estado a mi lado y me
han apoyado. A veces, las circunstancias nos llevan a tomar decisiones equivocadas,
pero estoy comprometido a corregir esto.

Terminó su live con un sentimiento de alivio y satisfacción. Aunque la difamación


había dañado su reputación, al menos había sido honesto con su público y consigo
mismo.

Sin embargo, a pesar de la resolución del malentendido, Mateo seguía sintiéndose


triste por la pérdida de su beca.

Mateo se siente abrumado por la tristeza que lo había envuelto, pero la expresión de
alegría en el rostro de Alex le da un rayo de esperanza. La noticia de que Alex ha
logrado recuperar su beca lo llena de emoción, y no puede evitar preguntar cómo lo
hizo.

Mateo: (emocionado) ¿Cómo es posible, Alex? No puedo creerlo.

Alex, con una sonrisa radiante, le responde a Mateo mientras comparte la historia de
su valiente gesto. Mientras Alex habla, hacemos un flashback a sus esfuerzos para
convencer al director y a su ingenioso plan para obtener las pruebas que
demostraban la inocencia de Mateo. Vemos a Alex y Doménica trabajando juntos en
este plan, en el que logran hacerse con el celular de Valentina mientras ella está
distraída.

Alex recuerda con emoción:

Alex: (reflexivo) Recuerdo claramente cómo me sentí cuando fui a hablar con el
director. Al principio, pensé que sería imposible convencerlo.

En el flashback, vemos a Alex en la oficina del director, luchando por explicar la


situación y presentar las pruebas. El director parece escéptico, pero Alex continúa
luchando por la justicia.
Alex: (determinado) Pero no me di por vencido. Sabía que tenía que hacerlo por tí,
por nuestro amor.

Alex y Doménica trabajan en equipo para desbloquear el celular de Valentina. Se


enfrentan a desafíos técnicos y momentos de incertidumbre, pero su determinación
es inquebrantable.

Alex: (con determinación) Doménica y yo trabajamos juntos para obtener el celular


de Valentina. Fue arriesgado, pero sabíamos que era la única forma de encontrar las
pruebas que necesitábamos.

Mientras recuperan las pruebas en el flashback, se ven momentos de tensión y


emoción en el rostro de Alex, quien estaba decidido a demostrar la verdad.

Regresamos al presente, donde Mateo escucha asombrado y agradecido la historia


de cómo Alex y Doménica se unieron para obtener las pruebas que demostraron la
verdad.

Mateo: (asombrado) ¡Alex, no puedo creer que hicieras todo eso por mí! Eres
increíble.

Alex, humilde pero lleno de alegría, agrega más a la historia y revela cómo confrontó
al director con las pruebas, lo que finalmente convenció al director de devolverle la
beca a Mateo.

Alex: (orgulloso) Bueno, eso no es todo, Mateo. Fui a hablar con el director y le
mostré las pruebas. Al verlas, reconoció que cometió un error y llamó a Valentina a
su oficina.

En el flashback, vemos al director reprendiendo a Valentina y expresando su firme


decisión de no permitir ese tipo de conducta en la universidad. Finalmente, la
expulsa ante la mirada de Alex.

Regresamos al presente, donde Mateo se siente conmovido por el esfuerzo y la


valentía de Alex. Mateo no puede evitar demostrar su gratitud y, con un gesto de
agradecimiento, le da un dulce beso a Alex.

Mateo: (agradecido) ¡Alex, no sé cómo agradecerte! Eres increíble y valiente.

Doménica, en un tono juguetón, interviene en la conversación:

Doménica: (bromeando) ¡No olvides que también fui parte de este plan, chicos!

Mateo, sonríe y se gira hacia Doménica, agradecido por la ayuda de sus amigos, y la
abraza cariñosamente.
Mateo: (sonriente) Tienes razón, Doménica. Gracias a los tres, esto significa el
mundo para mí.

Los tres amigos se abrazan en un gesto de unión y agradecimiento, sabiendo que


han superado un obstáculo importante juntos.

Mateo siente que ha llegado el momento de enfrentar a sus padres y compartir la


verdad sobre su orientación sexual. Aunque siente cierto miedo en su interior, la
presencia de Alex a su lado le brinda la fuerza y el apoyo necesarios para dar este
paso importante. Mateo mira a Alex con gratitud y cariño, y le roba un tierno beso
en la mejilla antes de dirigirse a la casa de sus padres.

Una vez en casa de sus padres, Mateo reúne coraje y, con voz temblorosa pero firme,
comienza a compartir su verdad con ellos. Al principio, sus padres parecen serios
mientras escuchan atentamente, pero luego sus expresiones cambian. Su madre es la
primera en hablar, con un tono de amor y aceptación.

Carolina: (sonriendo) Hijo, quiero que sepas que siempre te hemos amado y
aceptado tal como eres. No importa tu orientación sexual; sigues siendo el mismo
hijo maravilloso que siempre hemos conocido y amado.

Las palabras de su madre llenan el corazón de Mateo de alegría y alivio. Su padre


asiente con seriedad, pero con una expresión de comprensión.

Juan: (asintiendo) Estoy orgulloso de ti por ser valiente y compartir esto con
nosotros, Mateo. Siempre te apoyaremos.

Mateo siente una gran carga liberada de sus hombros, y las lágrimas de felicidad
llenan sus ojos. Se acerca a sus padres y los abraza con gratitud y emoción. Después
de los abrazos, Mateo se gira hacia Alex, quien ha estado a su lado en todo
momento, y le ofrece un apasionado beso como símbolo de amor y agradecimiento.

La música de fondo se eleva, marcando el cálido y conmovedor final de esta historia.


La comprensión y el amor de sus padres, el apoyo incondicional de Alex y la amistad
sólida de Doménica han ayudado a Mateo a superar las adversidades y a aceptarse
tal como es. La canción refleja la alegría y la paz que siente Mateo al vivir
auténticamente y rodeado de personas que lo aman por lo que es. La historia llega a
su emotivo final con una sensación de triunfo, aceptación y amor.

FIN

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