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La reflexividad y su relevancia en el ejercicio investigativo

El proceso de investigación implica una compleja relación entre el objeto de estudio y el


investigador social, elementos que están íntimamente ligados y cuya dependencia se
enriquece tanto desde la objetividad como de la subjetividad. ¿Pero cómo es esto posible?
tal premisa parece un tanto contradictoria. Sin embargo, en estas líneas pretendemos
esbozar a groso modo lo planteado por Baranger en sus análisis de la reflexividad y el
abordaje de la misma centrado en lo acotado por el renombrado sociólogo Bourdieu,
esperando explorar lo objetivo y subjetivo desde la necesidad que implica ser reflexivo.

¿Pero que es la reflexividad? para dar respuesta a ello Baranger recurre a Lynch (2000),
quien esquematiza y tipifica la reflexividad como una práctica social que, de acuerdo a su
uso, obedece a una disposición de seis tipologías. Así mismo, estos tipos responde a dos
categorías en las que se distinguen la reflexividad como una característica inherente a las
estructuras sociales y a los individuos. En este contexto, las sociedades analizan y
modifican sus propias reglas y/o estructuras, a este tipo de reflexividad el autor la denomina
reflexividad sustantiva, frente a esta idea adhieren autores como Schütz, Garfinkel y
Gouldner. Una última categoría es la reflexividad epistémica o metodológica, en ella se
vislumbra la reflexividad como un método de investigación social donde el investigador
contribuye a la producción del suceso investigado. En este orden de ideas, se le atribuye al
investigador social la capacidad de confrontar sus propias acciones y la incidencia de las
misma en el objeto de estudio.

Lo antes mencionado, nos presenta una estructura de la reflexividad. No obstante, para


entender el termino y su aplicabilidad Baranger nos acerca a Bourdieu y su obra. Este autor
plantea una dinámica en la que se hace imperiosa la necesidad de analizar la relación del
investigador y su objeto de estudio. Presentando una dura crítica a la reflexividad
norteamericana como una práctica empírica en la que la intromisión del investigador denota
una contaminación a la investigación. En contra posición exhorta y toma partido por la
reflexividad francesa, en la que se invita a retornar sobre sí mismo como sujeto del
conocimiento. Para Bourdieu la reflexividad es el retorno del sujeto al proceso y por ende
sobre sí mismo. Por su parte Bachelard (1979) afirma que la investigación científica para
tener objetividad debe ser el fruto de un constructo colectivo.

En este sentido, Bourdieu plantea una salida a la dicotomía de la objetividad – subjetividad


en la investigación social. Para ello presenta tres niveles de reflexividad, descritos de la
siguiente manera: en el primero de ellos nos encontramos con un investigador que no
escapa a su realidad. Por el contrario, al ser un individuo social está condicionado por sus
características inherentes a su condición tales como su raza, sexo entre otros.

De lo anterior, se desprende el hecho de que el investigador mismo hace parte de un campo


social, en este caso el campo de la investigación científica. Acotando que para Bourdieu un
campo social, es una estructura social en el existente posiciones sociales y capital, por el
cual los individuos luchan en una búsqueda para su apropiación. Este capital es único para
cada campo, a diferencia de Marx y sus limitadas estructurales sociales (capitalistas y
proletariado), así como su concepción de capital como una manera de generar riquezas. En
lugar de ello, Bourdieu plantea una visión más amplia del concepto de capital que afecta la
investigación científica, ya que el mismo investigador se ve inmerso en esa lucha de capital
en el determinado campo en el que está confinado. Para ello, Lynch (2000) sugiere la
autoconciencia metodológica que no es más que la conciencia que debe tener el
investigador frente a sus posiciones y prejuicios. Lo anterior corresponde al segundo nivel
de reflexividad en la teoría Bourdiciana.

Por último, existe un tercer nivel de reflexividad en el que el investigador corre el riesgo de
sesgar lo investigado, ya que su visión académica de las situaciones le impide en ocasiones
contemplar los objetos de estudio como parte de un problema real y no como un problema
de tipo académico o intelectual.

Finalmente, Bourdieu plantea la necesidad de ser reflexivos propendiendo por el


autosocioanalisis individual y/o asistido, como la necesidad de entender que las
experiencias sociales no son solo parte de una vivencia personal, sino que existe una
correlación muy estrecha entre lo que imponen las estructurales sociales, que de alguna u
otra manera condicionan al individuo y su accionar, en este caso su labor como
investigador.

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