Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Biblia constituye uno de los hipotextos (Genette 1989) más productivos de la historia de la
literatura y, más generalmente, del arte occidental. Reescrituras y transposiciones de sus libros
subyacen en infinidad de relatos, poemas, novelas, pinturas, dramas y filmes (Boitani 1999, Vélez
2009). Northrop Frye sostiene que las imágenes y la narrativa bíblicas, más allá del valor religioso
que se les pueda atribuir, “forjaron una estructura imaginativa […] en la cual se desarrolló la
literatura occidental hasta el siglo XVIII, y en gran medida hasta nuestros días” (2001:11). En
muchos casos, estos hipertextos literarios de la Biblia funcionan en una dirección corrosiva de
cualquier hegemonía hermeneútica. Si el discurso religioso institucional procura cerrar el sentido de
los textos, “imponer un único canon y una única verdad”, el discurso literario, al reescribir los
textos bíblicos, pone de manifiesto que “cada historia es infinita, porque infinitas son las lecturas e
interpretaciones que de ella se pueden dar” (Fresko 2002:87, nuestra traducción).
En nuestra investigación doctoral estudiamos las relaciones de Borges con los intelectuales del
llamado “catolicismo integral argentino” en la primera mitad del siglo XX (Mallimaci 1988, 1992),
delimitando las distintas –y, en algunos momentos, polémicas- posiciones que el escritor y este
grupo sostuvieron en relación con el cristianismo y el modo en que estas contribuyen a definir un
lugar singular para Borges en el campo literario argentino (Adur 2014). En el curso de nuestra
investigación posdoctoral, abordamos más específicamente la serie de reescrituras bíblicas
producidas por Borges y ampliamos la indagación de la hipertextualidad bíblica a otros escritores
argentinos del siglo XX (Adur 2016a, b, c, 2018 y en prensa, Adur, Cabezas y Dondo en prensa).
Encontramos que las obras que toman como hipotexto la Biblia constituyen una tradición
significativa en nuestras letras, que prácticamente carece de estudios específicos (cfr.
Antecedentes). Por lo tanto, el presente proyecto propone indagar sistemáticamente las reescrituras
del texto bíblico en la narrativa argentina contemporánea, retomando hipótesis de investigación
desarrolladas en nuestras investigaciones previas.
Tomamos como punto de partida el período comprendido entre la segunda mitad de los años
cincuenta y el comienzo de la década siguiente. En ese lapso se registra una serie de
desplazamientos que justifican el recorte aquí propuesto, tanto en el campo literario argentino
(Terán 1991, Cella 1999, Marsimian y Grosso 2009) como con respecto a la lectura e interpretación
de la Biblia en el ámbito católico, a partir de la realización del Concilio Vaticano II (cfr. Morello
2003, Rivas 2006, Bonnin 2013).1 Nuestro corpus contempla inicialmente obras publicadas desde
ese período y hasta la actualidad, con la posibilidad de incorporar nuevos textos, de acuerdo al
desarrollo de la investigación.
1. OBJETIVOS
1.1 Objetivos específicos
Caracterizar las diversas formas de relación hipertextual con la Biblia que presentan las obras de
narrativa argentina contemporánea que constituyen nuestro corpus, de acuerdo al marco teórico-
metodológico especificado.
1
En el campo literario argentino el derrocamiento del peronismo (1955) y, pocos años después, el impacto de la
revolución cubana (1959) provocaron una reorganización con desplazamientos en las posiciones vigentes hasta entonces
y la emergencia de nuevos modelos del escritor y la praxis literaria. Por otra parte, en el ámbito católico, las décadas del
cincuenta y sesenta implican transformaciones radicales en la Iglesia, especialmente a partir de la preparación y
realización del Concilio Vaticano II (1962-1965). Basta con destacar aquí que el Concilio implicó una revalorización de
la Biblia, que tendría resonancias en la práctica y el discurso de la jerarquía eclesiástica y la intelectualidad católica
argentina (Di Stefano y Zanatta 2000, Zanca 2006, Zanatta 2015). Merece mencionarse también la difusión de los
descubrimientos de manuscritos gnósticos y esenios realizados en Nag Hamaddi y en Qumran, que renovó el interés por
los estudios bíblicos, propiciando una intensa discusión acerca de la formación del canon (Wilson 1956, Laperrousaz
1964). Estos descubrimientos tuvieron además un notable impacto en la ficción literaria y cinematográfica, que suelen
retomarlos (Rivas 2006), como puede apreciarse en las novelas de Saénz (1988), Castillo (1999) y Ramos (2005) que
integran nuestro corpus.
Estudiar los efectos de sentido que producen las transformaciones y desplazamientos de los
hipertextos literarios con respecto al hipotexto bíblico.
Indagar el lugar de Borges como precursor fuerte de las reescrituras bíblicas en la literatura
argentina contemporánea, estableciendo el modo en que los escritores posteriores operan
continuidades y rupturas, en particular con respecto a las figuras de Jesús y de Judas que se
desprenden de la producción borgeana.
Analizar los episodios de sacrificio que se incluyen en ciertas obras que integran nuestro corpus
en relación hipertextual con las narraciones evangélicas sobre el sacrificio de Cristo, a partir de la
descripción del mecanismo sacrificial propuesta por Girard.
Definir los posicionamientos estéticos, políticos y religiosos desde los que se reescribe la Biblia
en el campo literario argentino, y en base a los cuales pueden delimitarse series o tradiciones
interpretativas del hipotexto bíblico.
2
Cabe aclarar que “precursor” no tienen en Bloom el sentido de “primero” u “original”. No se trata de que antes de
Borges nadie haya compuesto reescrituras bíblicas en la literatura argentina, sino de la relevancia que su abordaje tiene
para los escritores posteriores. Cfr. Bloom (1991:109-ss).
3
Castellani incluye entre sus Doce parábolas cimarronas (1960), una titulada “Jorge Luis y Epulón”, donde imagina un
diálogo entre el escritor y el personaje evangélico. Es perceptible también la impronta borgeana en varios de los breves
medida la obra borgeana inaugura una forma de reescribir la Biblia en la literatura argentina
contemporánea y el modo en que se sitúan frente a esta ciertos escritores posteriores, en continuidad
con el trabajo ya iniciado en nuestra tesis doctoral (Adur 2014).
Con respecto a la producción crítica sobre Biblia y literaturas nacionales, tanto para las
literaturas europeas como para la norteamericana, existen además de los numerosos trabajos
dedicados a autores o períodos específicos (cfr. la exhaustiva guía bibliográfica confeccionada por
Del Olmo Lete 2016), obras de síntesis como Blondel (1990) y Jeffrey (1992) para la literatura en
lengua inglesa, Kuschel (1978) o Bach (1999) para la alemana, Jullien (2003) para la francesa, y
Del Olmo Lete (2008) para la española. Frente a este caudal bibliográfico, es notable la escasez de
estudios sobre la Biblia en la literatura argentina y, más generalmente, en el ámbito
latinoamericano. No contamos con obras de envergadura que aborden literaturas nacionales del
subcontinente, aunque recientemente se ha publicado un volumen colectivo sobre La Biblia en la
literatura hispanoamericana (Attala y Fabry 2016) que se propone como un primer intento para
paliar esta notable laguna bibliográfica.4 El libro propone un recorrido por más de cinco siglos de
producción literaria, desde los textos de Cristóbal Colón hasta un ensayo de Fernando Vallejo en el
siglo XXI. Como los mismos editores señalan, no se trata de una “síntesis comprensiva” –para la
que no están dadas las condiciones-, sino de una combinación de algunas “vistas panorámicas” con
“una serie de estudios monográficos de casos que contribuyan a hacer avanzar la cartografía para
futuras visiones de conjunto” (Attala y Fabry 2016:18). Con respecto al período que nos ocupa, el
volumen no ofrece “vistas panorámicas” sino únicamente estudios consagrados a autores
individuales -Vallejo, Neruda, Arguedas, García Márquez, entre otros-. Con todo, constituye un
valioso aporte al objeto de nuestra investigación en, al menos, tres sentidos. En primer lugar,
incluye artículos dedicados a autores argentinos, que consideramos como antecedentes (ver infra).
En segundo lugar, los estudios sobre la intertextualidad bíblica en autores latinoamericanos
contemporáneos a los que conforman nuestro corpus, resultan útiles para la contextualización del
caso argentino en el marco más amplio de la literatura latinoamericana, habilitando, para futuros
estudios, la indagación de sus especificidades y sus afinidades con otras tradiciones literarias. En
tercer lugar, si bien no se desarrolla una reflexión específica sobre cuestiones teórico metodológicas
referidas a Biblia y literatura, los lineamientos presentados por los editores y los abordajes que de
hecho adoptan los diversos autores para sus artículos contribuyen a forjar un repertorio
metodológico específico para estudiar las reescrituras bíblicas en la literatura latinoamericana, que
consideramos, críticamente, para la construcción de nuestro propio enfoque. La aparición de esta
obra, en síntesis, puede considerarse fundamental –y, en buena medida, inaugural- para un campo
de estudios en el que nuestra investigación puede inscribirse productivamente (cfr. Adur 2017). En
esta misma línea, podemos mencionar otro trabajo reciente, que si bien se dedica a una tradición de
lectura muy específica –el pensamiento libertario- implica un antecedente para nuestro trabajo:
Cuando los anarquistas citaban la Biblia (Attala y Delhom, 2014) ofrece, además del análisis de
autores particulares –vg, entre los argentinos, Almafuerte y Ghiraldo-, una propuesta de “tipología
temática y funcional de los usos de la Biblia” en la literatura anarquista hispanoamericana de
principios del siglo XX, que resulta relevante para la identificación de tradiciones y
posicionamientos en torno a las reescrituras bíblicas en el ámbito latinoamericano. 5
textos apócrifos que constituyen las Falsificaciones de Denevi (1966); uno sobre Judas, por ejemplo, se titula “Otra
versión”, remitiendo a “Tres versiones de Judas” (Borges 1974). En El evangelio según Van Hutten, Castillo alude a un
“un mínimo ensayo escatológico sobre el problema de Judas” (1999:26), cuya autoría se atribuye el narrador y que es
otra referencia al texto de Borges. En uno de los cuentos de Vidas de Santos, Fresán incorpora un episodio de “El
evangelio según Marcos” y hace explícita su deuda con Borges en el epílogo del libro (1993:66, 301).
4
Attala y Fabry, en su introducción al volumen, señalan la ausencia, para la literatura latinoamericana, de “estudios
sistemáticos y menos aún de síntesis que abarcaran períodos, países y ni siquiera obras más o menos completos de tal o
cual autor. Tal laguna en los estudios literarios puede sorprender y sorprende” (“Introducción”, 2016:10).
5
Existe un trabajo previo que los dos volúmenes mencionados parecen ignorar pero que podría considerarse como un
antecedente sobre Biblia y literatura hispanoamericana: Jesucristo en la literatura española e hispanoamericana del
siglo XX (Carro Celada 1997). Su relevancia, sin embargo, es limitada para nuestros fines, en tanto no contiene análisis
críticos sino sinopsis argumentales de numerosas obras –en su mayoría españolas- que recrean distintos momentos de la
vida de Jesús. Lo citamos únicamente porque aporta información útil para establecer algunos rasgos centrales de la
En lo que atañe específicamente a la literatura argentina, los antecedentes que relevamos son,
como dijimos, comparativamente muy escasos. Dos trabajos breves de Daniel Attala -“Littérature
et tradition biblique en Argentine” y la entrada “Argentine” en el Dictionnaire encyclopédique de la
Bible dans la littérature mondiale- (2016a y b), aparecidos el último año, son los únicos abordajes
panorámicos que conocemos. El propio crítico se ocupa de aclarar que se trata de un tema
prácticamente ignorado por los estudios literarios en Argentina, sobre el que no existen especialistas
ni una tradición crítica (Attala 2016b:99-100). 6 -“Littérature et tradition biblique…” propone un
recorrido panorámico que parte de los primeros textos producidos en nuestro territorio –el
“Romance elegíaco de Luis de Miranda”, “La Argentina” de Del Barco Centenera, Peregrinos en
Babilonia de Luis de Tejeda- y llega hasta principios del siglo XX –la poesía de Lugones y La
gloria de don Ramiro de Larreta-. En su artículo para el Diccionario enciclopédico, Attala reitera
ese recorrido, y agrega algunas referencias a los autores más relevantes que han abordado esta
temática en el siglo XX –Borges, Arlt, Marechal, Castillo, Lamborghini, Gelman-. Finalmente
señala la escasa presencia que tiene el tema en la literatura contemporánea –hipótesis que, según
señalamos en este mismo proyecto, debería matizarse-. Si bien, como dijimos, se trata de trabajos
breves y panorámicos –abordan, en pocas páginas, siglos de producción literaria en diversos
géneros- resultan valiosos antecedentes para nuestra propia investigación. Por un lado, permiten
identificar la presencia de ciertos temas bíblicos en la literatura argentina, prácticamente desde sus
orígenes –el cautiverio, las peregrinaciones, la oposición Jerusalén/Babilonia, la parábola del hijo
pródigo-, y posibilitan rastrear sus continuidades y desplazamientos en la narrativa contemporánea.
Por otro lado, aunque presentadas de modo sintético, muchas de las hipótesis que Attala formula
acerca de los autores del siglo XX, serán incorporadas y discutidas en nuestra propia investigación.
Aunque estos trabajos no llegan a delimitar un mapa acabado de los autores o movimientos
literarios que han trabajado con la Biblia, constituyen hitos en esa dirección.
Existe también una serie de investigaciones acerca de la literatura argentina desde una
perspectiva teológica, realizada por un grupo radicado en la Universidad Católica Argentina, que ha
dado origen a cuatro volúmenes colectivos en los últimos años (Avenatti y Safa 2003, Avenatti,
Campana y Koira 2007, Avenatti y Quelas 2010, Avenatti 2011). Muchos de los trabajos allí
reunidos incluyen consideraciones sobre reescrituras bíblicas en la narrativa argentina, aunque su
enfoque y objetos difieren de los de nuestra investigación, en tanto apuntan a una interpretación
teológica antes que literaria.
En cuanto a estudios sobre autores específicos, Borges es el escritor argentino cuya obra ha sido
más frecuentemente examinada en relación con la Biblia (cfr. Aizenberg 1997, Attala 2016c,
Nahson 2009, Vélez 2011, Walsh y Tworney 2015 y Adur 2011a y b, 2014, 2016b y c). Estos
trabajos constituyen antecedentes para nuestra investigación en tanto estudian la presencia de la
Biblia, no sólo en las referencias más explícitas sino en la construcción de la poética de un escritor
que, como ya hemos dicho, constituye un precursor fuerte en nuestra literatura. Vélez (2011) aporta
además una reflexión teórica acerca de la especificidad del uso literario de la Escritura en la
contemporaneidad, señalando una mayor libertad frente al hipotexto, en contraste con las
reescrituras realizadas por escritores de siglos anteriores (cfr., en el mismo sentido, Attala y Fabry
2016). Fuera de Borges, que parece haber monopolizado la atención de la crítica en este aspecto, los
estudios dedicados a la presencia de la Biblia en otros autores argentinos del período que nos
interesa son escasos. Podemos mencionar la tesis doctoral de Ana Benda (2000) sobre la
manifestación de lo divino en la obra de Federico Peltzer –que incluye significativas
consideraciones sobre los hipertextos bíblicos reunidos en Fronteras (1999)-; los estudios sobre la
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Corpus inicial
Aguinis, Marcos (1970). La cruz invertida. Buenos Aires: Planeta.
Bodoc, Liliana (2013). El perro del peregrino. Buenos Aires: Alfaguara.
Borges, Jorge Luis (1974). Obras completas. Buenos Aires: Emecé.
Cabezón Cámara, Gabriela (2009). La virgen cabeza. Buenos Aires: Eterna cadencia.
________, (2012a). Le viste la cara a Dios. Buenos Aires: La isla de la Luna.
________, (2012b). Sacrificios. Buenos Aires: Biblioteca Nacional.
Caparrós, Martín (2001). Un día en la vida de Dios. Buenos Aires: Seix Barral.
Castellani, Leonardo (1960). Doce parábolas cimarronas. Buenos Aires: Itinerarium.
________, (1978). Los papeles de Benjamín Benavidez. Buenos Aires: Dictio.
Castillo, Abelardo (1999). El evangelio según Van Hutten. Buenos Aires: Seix Barral.
________, (2012). Cuentos completos. Buenos Aires: Alfaguara.
Cortázar, Julio (1994). “El perseguidor” y “Apocalipsis de Solentiname” en Cuentos completos. Buenos
Aires: Alfaguara.
Cross, Esther y Ángela Pradelli (comp.) (2009). La Biblia según veinticinco escritores argentinos. Buenos
Aires: Emecé.
Denevi, Marco (1966). Falsificaciones. Buenos Aires: Eudeba.
Fresán, Rodrigo (1993). Vidas de santos Buenos Aires: Planeta.
Marechal, Leopoldo (1965). El banquete de Severo Arcángelo. Buenos Aires: Sudamericana.
Mazora, Martín (2004). María Magdalena condenada. Buenos Aires: Simurg.
Monti, Ricardo (2017). La creación. Buenos Aires: Resurrexit-FFyL (UBA).
Mujica Lainez, Manuel (1993). “El asno y el buey” en Cuentos inéditos. Buenos Aires: Planeta.
Murena, H.(1956). “El centro del infierno” en El centro del infierno. Buenos Aires: Sur.
Oyola, Leonardo (2008a). Gólgota. Madrid: Salto de página.
_______, (2008b). Chamamé. Madrid: Salto de Página
_______, (2012). Cruz diablo. Orsai revista, n° 5-10.
Peltzer, Federico (1999). Fronteras. Buenos Aires: El Francotirador.
Ramos, Omar (2005). La elegida. Buenos Aires: Emecé.
Saénz, Dalmiro (1957). Setenta veces siete. Buenos Aires: Emecé.
_____, (1988). Cristo de pie. Buenos Aires: Puntosur.
Saer, Juan José (1974). El limonero real. Barcelona: Planeta.
Objetivos
Fundamentación
La noción de identidad se halla ligada, a lo largo de casi toda la tradición occidental, a las de
mismidad y estabilidad. Por lo menos desde San Agustín, quien considera a la memoria el primer
principio de la identidad, ésta resulta entonces de la percepción de lo mismo que se repite a través
de la mutación en el tiempo. Por ello, al enfrentar la lectura de la gran novela cervantina, emerge la
siguiente pregunta: ¿cómo es posible concebir un cambio como el que don Quijote propugna?
El texto postula que han de usarse otras herramientas que las socialmente instituidas y aceptadas
para predicar la identidad, lo que produce un choque con el mundo social circundante. Y este es el
punto en el que se basa la afirmación tácitamente aceptada por muchos de que don Quijote es, por
ello, un loco. Así, por ejemplo, la ignorancia voluntaria del pasado, actuar desde el olvido de lo que
“fue” – y por tanto “es”- sería una de las varias operaciones que ubican al protagonista como un
insano.
Sin embargo, este recorte del problema no hace sino dejar a la vista que la mayor parte de la crítica
ha elegido centrarse siempre en alguno de los dos polos de un aparentemente insalvable binarismo:
ha corrido tinta acerca del hidalgo y el caballero, así como de los molinos y los gigantes, de la
polvareda y los ejércitos, pero no está agotado –tal vez ni siquiera se haya intentado- el esfuerzo de
estudiar la dinámica del cambio en tanto tal en un texto que, sin embargo, hace de la mutación
permanente un principio fundante y constructivo.
En efecto, la novela puede leerse como una postulación extrema de la dinámica del cambio, su
misterio y su lógica, pues todo el recorrido de la dupla protagónica comporta el interrogante acerca
de la posibilidad de devenir otro. Por ello cabe insistir en que el problema de la identidad no ha sido
con frecuencia enfocado desde esta clave de lectura, lo que ha parcializado su análisis en un cúmulo
de estudios sobre diversas temáticas que rozan la cuestión. Situación esta que permite afirmar que el
cambio sigue siendo percibido como “ese escándalo ontológico” del que hablaba el célebre
medievalista Étienne Gilson.
Objetivos específicos
Ante esta situación, este proyecto se propone, en primer lugar, estudiar la vinculación entre
identidad y cambio que postula el texto del Quijote, relacionando el problema de la identidad
caballeresca que pone en escena el protagonista con las estrategias discursivas socialmente
autorizadas para predicar la esencia y existencia de cada individuo y su posible migración
estamental. Es decir, dilucidar cuáles son las estrategias legitimadas en oposición a las que esgrime
don Quijote.
En relación con ello, un segundo objetivo será estudiar el rol de los modelos en la configuración de
la fabulación identitaria, tomando en cuenta tanto los modelos literarios como los sociales, por
cuanto funcionan como protocolos regulatorios de la conformación identitaria. Tomaremos en
cuenta no sólo el ejemplo vital de don Quijote, sino también el de los otros personajes, atravesados
en su mayoría por inestabilidades que cuestionan la pretendida pureza de las categorías de toda
asignación identitaria.
Un tercer objetivo será analizar la dinámica de memoria y olvido en varios de los personajes de la
obra, quienes frente al anclaje identitario que supone la memoria del pasado, construyen un relato
de vida plagado de elisiones y olvidos que opera como condición de posibilidad del cambio.
El cuarto objetivo será estudiar la utilización de las prácticas discursivas (especialmente la promesa)
en el proceso de construcción de la identidad, teniendo en cuenta el nuevo papel que adquiere el
lenguaje en la Modernidad, no ya como representación de las cosas sino como posible germinador
de nuevas realidades.
Objetivo general
Se espera que este estudio permita poner en relación el problema del cambio en el texto del Quijote
con el contexto de una España obsesionada por predicarse a sí misma desde la unidad, la estabilidad
de los límites y la pureza de sus “legítimos” integrantes, a costa de invisibilizar realidades vitales
más fluidas y fronteras culturales menos precisas.
Antecedentes
El problema de la identidad resulta un aspecto sumamente productivo del Quijote. Sin embargo, se
observa en los críticos a la hora de enfocar la cuestión una variedad de perspectivas que centran su
análisis en zonas muy diversas de la novela, lo cual demuestra que no está todo dicho siquiera sobre
la determinación o localización de tal problema en el texto. Creemos que es la multiplicidad de
aspectos que entran en juego en dicho problema lo que ha provocado la dispersión de la crítica en
trabajos que si bien arrojan luz sobre muchos de ellos, resultan enfoques demasiado parciales y
desarticulan muchas veces los nexos entre ejes de sentido.
Así, por ejemplo, algunos investigadores han prestado atención a los juegos cervantinos en torno a
los nombres propios, pero omitieron integrar esta problemática a un principio constructivo del texto.
Riley se limita a afirmar que la variedad nominativa corresponde a las “distintas personas” que
encarna a la vez el protagonista: el que es para sí mismo difiere del que es para los demás, del que
aspira a ser, etc. (Riley: 2001). Sin embargo, esta noción de “distintas personas” no es
problematizada a lo largo del trabajo, además de que, como se circunscribe al personaje de don
Quijote, termina siendo fácilmente atribuible a la locura del hidalgo.
Muchos críticos se abstuvieron de insertar el debate en torno a los nombres propios en el problema
filosófico de los universales, y en los casos en que se da cuenta de esta perspectiva y se predica la
justa correspondencia entre nombres y seres en el universo cervantino no se ponen en relación los
diferentes estados de los personajes en tránsito o pasaje. Redondo, a su turno, ha trabajado sobre la
justicia nominal como principio cohesivo de la construcción de varios de ellos, poniendo de relieve
diversas tradiciones culturales que intervienen en dicho proceso (Redondo: 1998), si bien no
vincula estas determinaciones con las distintas facetas de un mismo personaje.
Con respecto al “problema de la realidad” (Green: 1961, Parker: 1948, Predmore: 1953, Shutz:
1955), la mayoría de los estudios circunscriben el análisis a la figura del protagonista, por lo cual
las conclusiones acerca del por qué de la transformación de ventas en castillos o molinos en
gigantes terminan constituyendo una matriz interpretativa de la locura del hidalgo. Si en lugar de
tomar la “realidad” como un dato dado se la considera producto de la construcción de un sujeto –de
todo sujeto, no sólo el loco- puede verse cómo ese enfoque parcial de la cuestión transforma el
problema de la construcción identitaria en el de la falsa percepción de la realidad circundante que
caracterizaría al enfermo don Quijote.
Por ello es indispensable, a nuestro entender, poner en relación la construcción identitaria del
protagonista con la del resto de los personajes que pueblan la novela, donde pueden descubrirse
varios otros locos, más o menos delirantes, cuya excentricidad consiste, como la de don Quijote, en
haber desafiado los límites de lo asignado a cada cual y haberse enfrentado por tanto a las diversas
lecturas que provoca dicha transgresión. Creemos que el personaje protagónico funciona en el texto
como una caja de resonancia de otro tipo de situaciones, otro tipo de inestables identidades – moras
que desean ser cristianas, enamorados alienados, doncellas travestidas, mujeres que reniegan del
matrimonio, cautivos, renegados, etc.- a la espera de interpretación.
Con respecto a esto, se comparte el postulado de Resina, quien afirma que “…la determinación de
la realidad de cosas y personas no consiste tanto en una cuestión de perspectiva, ni mucho menos en
un relativismo ontológico, cuanto en una confrontación de intereses vitales” (Resina: 1991). Este
autor discute así la conocida tesis del “perspectivismo” cervantino (Spitzer: 1955) al afirmar, por el
contrario, que “la realidad se escinde, no tanto en perspectivas, cuanto en valoraciones”. Deseamos
poder extender este análisis tomando en consideración los intereses vitales de diversos personajes
de la obra.
Sobre el problema de la memoria y el olvido resulta indispensable tener en cuenta el trabajo de
Aurora Egido, quien pone de relieve que el Quijote se afilia más a la concepción médica y filosófica
de la memoria que a la tradición retórica de la misma (Egido: 1994). La autora señala allí algunas
productivas líneas de análisis en lo tocante al tema que nos ocupa, como la relevancia de la
“memoria andante” de Don Quijote, la estratégica posibilidad de olvido que se le ofrece por
ejemplo al personaje de Dorotea, quien “fingirá su autobiografía, es decir, falsificará sus recuerdos”
y también el valor potencial del olvido como “técnica constante de creación literaria”. Sin embargo,
estos comentarios, al no estar integrados en el marco de una reflexión sobre el problema de la
identidad, no aparecen vinculados entre sí ni son tomados como las condiciones de posibilidad para
pensar dicho problema.
En lo que respecta al valor del discurso como elemento fundamental de la predicación y
autoconstrucción identitaria, existen numerosos trabajos acerca de las estrategias lingüísticas típicas
de los personajes, mayormente en el marco de la oposición ente cultura popular (Redondo:1998,
Molho: 1976, Chevalier:1981, Joly:1996) y cultura letrada (Egido:1994, Bernat Vistarini:2006),
pero nuevamente la parcialidad del enfoque evita la confrontación con las zonas de la novela donde
estas oposiciones tienden a desdibujarse. Suele afirmarse, por ejemplo, que don Quijote encarna una
conciencia textualizada (Resina: 1989) subsidiaria del prestigio de la alta cultura letrada, pero no se
interpretan los interludios grotescos o cazurros donde los refranes afloran en su boca, así como las
consejas o cuentos populares de marcado erotismo.
Ha habido a su vez una gran cantidad de trabajos sobre el habla característica del “rústico” Sancho
Panza (Alonso: 1948, Hatzfeld: 1966, Rosemblat: 1971, Joly: 1996) Todos ellos resultan
sumamente útiles en lo que respecta a la percepción de la cohesión interna del habla del personaje,
aunque no incluyen en el análisis la dinámica de la interacción del mercado lingüístico (seguimos
aquí los asertos de Bourdieu:1999) por lo que se quedan muchas veces en un mero recuento de
refranes o giros populares, sin dar cuenta de las estrategias discursivas que determinan su uso según
cada contexto.
En este sentido, la promesa, una práctica discursiva a la cual se le concederá especial relevancia por
cuanto creemos que juega un papel fundamental en la conformación del proyecto vital de los
protagonistas, ha sido estudiada por Hutchinson en el marco de un análisis que retoma los
postulados de Bourdieu y enfoca la circulación económica de los intercambios lingüísticos
(Hutchinson: 2001).
La mayoría de los estudios citados no ha vinculado el estudio de la construcción de identidades en
el texto cervantino con el problema del cambio, y los pocos acercamientos críticos que ha habido en
tal sentido se centran mayormente en la figura del protagonista asumido como un loco, lo que
dificulta la posibilidad de un estudio de conjunto de tal fenómeno en el texto.
Sin embargo, la vigencia e interés actual por el estudio de este problema resulta visible en algunas
investigaciones recientes que apuntan claramente en esa dirección. Así, Bárbara Fuchs, en su
Passing for Spain. Cervantes and the fictions of Identity, (Fuchs: 2003), analiza la representación de
personajes cervantinos en diversas escenas de “pasaje” genérico, étnico o religioso, a partir de la
idea de que dicha representación plantea un desafío a la empresa de consolidación nacional
mediante el establecimiento de rígidas categorías sobre la identidad cultural de los integrantes de la
Nación española. El aporte de esta autora resulta de cabal importancia para nuestro acercamiento
crítico, pues creemos que la gesta del hidalgo enloquecido adquiere, al ponerla en relación con
diversos otros “locos” o “desviados” que pueblan las páginas de la novela, un claro contenido
político, ya que su proyecto vital, decirse diferente, escribir para su vida otra historia, socava los
dispositivos identitarios que sostienen el orden social de la época. En el contexto de una España
obsesionada por la unidad y la pureza (piénsese en los estatutos de limpieza de sangre), la
multiplicidad de voces de la novela cervantina, donde ni siquiera los narradores ocupan un lugar
rector, y las migraciones identitarias de varios de sus personajes, ponen en cuestión el intento de
delimitar individuos, colectivos (“las mujeres”, “los moriscos”, etc.) e incluso la Nación española y
sus “legítimos” integrantes.
La hipótesis preliminar de la cual partimos es, pues, que el análisis de la construcción de la
identidad en los personajes del Quijote constituye una útil línea de lectura a partir de la cual
descubrir en el texto cervantino las huellas de un malestar de época, signado por la creciente
preocupación por anclar el “ser” de cada quien en un relato unificado y sin fisuras, en concordancia
con un modelo de conducta social.
Bibliografía
Cervantes Saavedra, Miguel de, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, edición del instituto
Cervantes dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Crítica, 2000. Contiene versión digitalizada en CD-
ROM.
Se consultará asimismo la edición de Celina S. de Cortazar e Isaías Lerner (Buenos Aires, Eudeba,
1969, 2 tomos), pues cuenta con una anotación pensada especialmente para un público
latinoamericano. Sin perjuicio de ello, cuando el tema así lo requiera podrán consultarse las ediciones
anotadas por Robert M. Flores, Martín de Riquer, Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Juan
Bautista Avalle Arce, entre otras.
Bibliografía específica
Sobre la construcción de la identidad y el problema de los nombres
Avalle Arce, Juan Bautista, 1961, “Conocimiento y vida de Cervantes”, en Deslindes cervantinos,
Madrid.
---, 1965, “Tres comienzos de novela”, Papeles de Son Armadans, CX, pp. 181-214, ampliado en
“El nacimiento de un héroe”, en Don Quijote como forma de vida, Madrid, Fundación March-Castalia.
Castro, Américo, [1925] El pensamiento de Cervantes, Barcelona, Noguer, 1972, edición ampliada.
Durán, M., 1961, “La ambigüedad en el “Quijote”, Universidad Veracruzana, Xalapa.
Fuchs, Barbara, 2003, Passing for Spain. Cervantes and the fictions of Identity, Urbana and
Chicago, University of Illinois Press.
Llorens, Vicente, 1974, “Don Quijote y al decadencia del hidalgo”, en Aspectos sociales de la
literatura española, Madrid, Castalia, pp. 47-66.
Márquez Villanueva, Francisco, 1975, Personajes y temas del Quijote, Madrid, Taurus.
Ortega y Gasset, [1914], Meditaciones del “Quijote”, Madrid, Revista de Occidente, 1958, 5ta ed.
Rey Hazas, 1996, “El Quijote y la picaresca: la figura del hidalgo en el nacimiento de la novela
moderna”, Edad de Oro, XV, pp. 141-160.
Riley, Edward C., 1989, Teoría de la novela en Cervantes, Taurus, Madrid.
---, 2001, “Quién es quién en el Quijote. Una aproximación al problema de la identidad”, en: La
rara invención, Barcelona, Crítica.
Metodología
Como marco teórico-metodológico para el estudio de las estrategias de construcción del cambio
identitario en el texto del Quijote seguiremos algunas líneas de análisis propuestas por la escuela
francesa de sociocrítica (Redondo: 1998, 2007), una de cuyas últimas sistematizaciones,
Revisitando la culturas del siglo de oro: mentalidades, tradiciones culturales, creaciones
paraliterarias y literarias (editado este mismo año, luego de que su autor obtuviera el Premio
Nebrija), pone de relieve la diversidad de tradiciones culturales que se hace necesario tener en
cuenta para el abordaje crítico de los textos del período. Este tipo de análisis provee las
herramientas a nuestro juicio más idóneas para el análisis de una cultura en continuo cambio
(Kamen: 1998), en la cual confluyen distintas mentalidades y sistemas de representación.
Por otra parte, en la medida en que postulamos que la identidad se construye discursivamente, será
de suma importancia para el desarrollo de nuestra investigación el análisis exhaustivo del discurso
de los diferentes personajes, procurando leer a partir de las marcas textuales las estrategias llevadas
a cabo para predicar la propia identidad. Para ello ofrece una invaluable ayuda contar con el soporte
electrónico del CDROM, pues el buscador de la versión digitalizada del texto nos permitirá agilizar
el rastreo sistemático de recurrencias léxicas o isotopías en relación con los temas nodales de la
problemática en estudio.
Este enfoque procurará trascender el mero análisis de las hablas de cada personaje y atender a su
contexto discursivo, a fin de situar esas producciones verbales en un mercado lingüístico
determinado (Bourdieu: 1999) que incide fundamentalmente en su valoración. Esta vía de
acercamiento al texto ha sido retomada desde perspectivas léxico-ideológicas por los trabajos de
Steven Hutchinson, quien recupera para el horizonte de la producción cervantina las teorizaciones
económicas de la Escuela de Salamanca (Hutchinson: 2001). Algunos de los protocolos críticos
utilizados por este autor también contribuirán al propósito de nuestro trabajo, ya que las estrategias
de valoración social serán un punto fundamental a tener en cuanta al analizar los procesos de
cambio identitario que atraviesan varios de los personajes del texto.
Factibilidad
La Biblia constituye uno de los hipotextos (Genette 1989) más productivos de la historia de la
literatura y, más generalmente, del arte occidental. Reescrituras y transposiciones de sus libros
subyacen en infinidad de relatos, poemas, novelas, pinturas, dramas y filmes (Boitani 1999, Vélez
2009). Northrop Frye sostiene que las imágenes y la narrativa bíblicas, más allá del valor religioso
que se les pueda atribuir, “forjaron una estructura imaginativa […] en la cual se desarrolló la
literatura occidental hasta el siglo XVIII, y en gran medida hasta nuestros días” (2001:11). En
muchos casos, estos hipertextos literarios de la Biblia funcionan en una dirección corrosiva de
cualquier hegemonía hermeneútica. Si el discurso religioso institucional procura cerrar el sentido de
los textos, “imponer un único canon y una única verdad”, el discurso literario, al reescribir los
textos bíblicos, pone de manifiesto que “cada historia es infinita, porque infinitas son las lecturas e
interpretaciones que de ella se pueden dar” (Fresko 2002:87, nuestra traducción).
En nuestra investigación doctoral estudiamos las relaciones de Borges con los intelectuales del
llamado “catolicismo integral argentino” en la primera mitad del siglo XX (Mallimaci 1988, 1992),
delimitando las distintas –y, en algunos momentos, polémicas- posiciones que el escritor y este
grupo sostuvieron en relación con el cristianismo y el modo en que estas contribuyen a definir un
lugar singular para Borges en el campo literario argentino (Adur 2014). En el curso de nuestra
investigación posdoctoral, abordamos más específicamente la serie de reescrituras bíblicas
producidas por Borges y ampliamos la indagación de la hipertextualidad bíblica a otros escritores
argentinos del siglo XX (Adur 2016a, b, c, 2018 y en prensa, Adur, Cabezas y Dondo en prensa).
Encontramos que las obras que toman como hipotexto la Biblia constituyen una tradición
significativa en nuestras letras, que prácticamente carece de estudios específicos (cfr.
Antecedentes). Por lo tanto, el presente proyecto propone indagar sistemáticamente las reescrituras
del texto bíblico en la narrativa argentina contemporánea, retomando hipótesis de investigación
desarrolladas en nuestras investigaciones previas.
Tomamos como punto de partida el período comprendido entre la segunda mitad de los años
cincuenta y el comienzo de la década siguiente. En ese lapso se registra una serie de
desplazamientos que justifican el recorte aquí propuesto, tanto en el campo literario argentino
(Terán 1991, Cella 1999, Marsimian y Grosso 2009) como con respecto a la lectura e interpretación
de la Biblia en el ámbito católico, a partir de la realización del Concilio Vaticano II (cfr. Morello
2003, Rivas 2006, Bonnin 2013).8 Nuestro corpus contempla inicialmente obras publicadas desde
ese período y hasta la actualidad, con la posibilidad de incorporar nuevos textos, de acuerdo al
desarrollo de la investigación.
1. OBJETIVOS
1.1 Objetivos específicos
Caracterizar las diversas formas de relación hipertextual con la Biblia que presentan las obras de
narrativa argentina contemporánea que constituyen nuestro corpus, de acuerdo al marco teórico-
metodológico especificado.
8
En el campo literario argentino el derrocamiento del peronismo (1955) y, pocos años después, el impacto de la
revolución cubana (1959) provocaron una reorganización con desplazamientos en las posiciones vigentes hasta entonces
y la emergencia de nuevos modelos del escritor y la praxis literaria. Por otra parte, en el ámbito católico, las décadas del
cincuenta y sesenta implican transformaciones radicales en la Iglesia, especialmente a partir de la preparación y
realización del Concilio Vaticano II (1962-1965). Basta con destacar aquí que el Concilio implicó una revalorización de
la Biblia, que tendría resonancias en la práctica y el discurso de la jerarquía eclesiástica y la intelectualidad católica
argentina (Di Stefano y Zanatta 2000, Zanca 2006, Zanatta 2015). Merece mencionarse también la difusión de los
descubrimientos de manuscritos gnósticos y esenios realizados en Nag Hamaddi y en Qumran, que renovó el interés por
los estudios bíblicos, propiciando una intensa discusión acerca de la formación del canon (Wilson 1956, Laperrousaz
1964). Estos descubrimientos tuvieron además un notable impacto en la ficción literaria y cinematográfica, que suelen
retomarlos (Rivas 2006), como puede apreciarse en las novelas de Saénz (1988), Castillo (1999) y Ramos (2005) que
integran nuestro corpus.
Estudiar los efectos de sentido que producen las transformaciones y desplazamientos de los
hipertextos literarios con respecto al hipotexto bíblico.
Indagar el lugar de Borges como precursor fuerte de las reescrituras bíblicas en la literatura
argentina contemporánea, estableciendo el modo en que los escritores posteriores operan
continuidades y rupturas, en particular con respecto a las figuras de Jesús y de Judas que se
desprenden de la producción borgeana.
Analizar los episodios de sacrificio que se incluyen en ciertas obras que integran nuestro corpus
en relación hipertextual con las narraciones evangélicas sobre el sacrificio de Cristo, a partir de la
descripción del mecanismo sacrificial propuesta por Girard.
Definir los posicionamientos estéticos, políticos y religiosos desde los que se reescribe la Biblia
en el campo literario argentino, y en base a los cuales pueden delimitarse series o tradiciones
interpretativas del hipotexto bíblico.
9
Cabe aclarar que “precursor” no tienen en Bloom el sentido de “primero” u “original”. No se trata de que antes de
Borges nadie haya compuesto reescrituras bíblicas en la literatura argentina, sino de la relevancia que su abordaje tiene
para los escritores posteriores. Cfr. Bloom (1991:109-ss).
10
Castellani incluye entre sus Doce parábolas cimarronas (1960), una titulada “Jorge Luis y Epulón”, donde imagina
un diálogo entre el escritor y el personaje evangélico. Es perceptible también la impronta borgeana en varios de los
medida la obra borgeana inaugura una forma de reescribir la Biblia en la literatura argentina
contemporánea y el modo en que se sitúan frente a esta ciertos escritores posteriores, en continuidad
con el trabajo ya iniciado en nuestra tesis doctoral (Adur 2014).
Con respecto a la producción crítica sobre Biblia y literaturas nacionales, tanto para las
literaturas europeas como para la norteamericana, existen además de los numerosos trabajos
dedicados a autores o períodos específicos (cfr. la exhaustiva guía bibliográfica confeccionada por
Del Olmo Lete 2016), obras de síntesis como Blondel (1990) y Jeffrey (1992) para la literatura en
lengua inglesa, Kuschel (1978) o Bach (1999) para la alemana, Jullien (2003) para la francesa, y
Del Olmo Lete (2008) para la española. Frente a este caudal bibliográfico, es notable la escasez de
estudios sobre la Biblia en la literatura argentina y, más generalmente, en el ámbito
latinoamericano. No contamos con obras de envergadura que aborden literaturas nacionales del
subcontinente, aunque recientemente se ha publicado un volumen colectivo sobre La Biblia en la
literatura hispanoamericana (Attala y Fabry 2016) que se propone como un primer intento para
paliar esta notable laguna bibliográfica.11 El libro propone un recorrido por más de cinco siglos de
producción literaria, desde los textos de Cristóbal Colón hasta un ensayo de Fernando Vallejo en el
siglo XXI. Como los mismos editores señalan, no se trata de una “síntesis comprensiva” –para la
que no están dadas las condiciones-, sino de una combinación de algunas “vistas panorámicas” con
“una serie de estudios monográficos de casos que contribuyan a hacer avanzar la cartografía para
futuras visiones de conjunto” (Attala y Fabry 2016:18). Con respecto al período que nos ocupa, el
volumen no ofrece “vistas panorámicas” sino únicamente estudios consagrados a autores
individuales -Vallejo, Neruda, Arguedas, García Márquez, entre otros-. Con todo, constituye un
valioso aporte al objeto de nuestra investigación en, al menos, tres sentidos. En primer lugar,
incluye artículos dedicados a autores argentinos, que consideramos como antecedentes (ver infra).
En segundo lugar, los estudios sobre la intertextualidad bíblica en autores latinoamericanos
contemporáneos a los que conforman nuestro corpus, resultan útiles para la contextualización del
caso argentino en el marco más amplio de la literatura latinoamericana, habilitando, para futuros
estudios, la indagación de sus especificidades y sus afinidades con otras tradiciones literarias. En
tercer lugar, si bien no se desarrolla una reflexión específica sobre cuestiones teórico metodológicas
referidas a Biblia y literatura, los lineamientos presentados por los editores y los abordajes que de
hecho adoptan los diversos autores para sus artículos contribuyen a forjar un repertorio
metodológico específico para estudiar las reescrituras bíblicas en la literatura latinoamericana, que
consideramos, críticamente, para la construcción de nuestro propio enfoque. La aparición de esta
obra, en síntesis, puede considerarse fundamental –y, en buena medida, inaugural- para un campo
de estudios en el que nuestra investigación puede inscribirse productivamente (cfr. Adur 2017). En
esta misma línea, podemos mencionar otro trabajo reciente, que si bien se dedica a una tradición de
lectura muy específica –el pensamiento libertario- implica un antecedente para nuestro trabajo:
Cuando los anarquistas citaban la Biblia (Attala y Delhom, 2014) ofrece, además del análisis de
autores particulares –vg, entre los argentinos, Almafuerte y Ghiraldo-, una propuesta de “tipología
temática y funcional de los usos de la Biblia” en la literatura anarquista hispanoamericana de
principios del siglo XX, que resulta relevante para la identificación de tradiciones y
posicionamientos en torno a las reescrituras bíblicas en el ámbito latinoamericano. 12
breves textos apócrifos que constituyen las Falsificaciones de Denevi (1966); uno sobre Judas, por ejemplo, se titula
“Otra versión”, remitiendo a “Tres versiones de Judas” (Borges 1974). En El evangelio según Van Hutten, Castillo
alude a un “un mínimo ensayo escatológico sobre el problema de Judas” (1999:26), cuya autoría se atribuye el narrador
y que es otra referencia al texto de Borges. En uno de los cuentos de Vidas de Santos, Fresán incorpora un episodio de
“El evangelio según Marcos” y hace explícita su deuda con Borges en el epílogo del libro (1993:66, 301).
11
Attala y Fabry, en su introducción al volumen, señalan la ausencia, para la literatura latinoamericana, de “estudios
sistemáticos y menos aún de síntesis que abarcaran períodos, países y ni siquiera obras más o menos completos de tal o
cual autor. Tal laguna en los estudios literarios puede sorprender y sorprende” (“Introducción”, 2016:10).
12
Existe un trabajo previo que los dos volúmenes mencionados parecen ignorar pero que podría considerarse como un
antecedente sobre Biblia y literatura hispanoamericana: Jesucristo en la literatura española e hispanoamericana del
siglo XX (Carro Celada 1997). Su relevancia, sin embargo, es limitada para nuestros fines, en tanto no contiene análisis
críticos sino sinopsis argumentales de numerosas obras –en su mayoría españolas- que recrean distintos momentos de la
vida de Jesús. Lo citamos únicamente porque aporta información útil para establecer algunos rasgos centrales de la
En lo que atañe específicamente a la literatura argentina, los antecedentes que relevamos son,
como dijimos, comparativamente muy escasos. Dos trabajos breves de Daniel Attala -“Littérature
et tradition biblique en Argentine” y la entrada “Argentine” en el Dictionnaire encyclopédique de la
Bible dans la littérature mondiale- (2016a y b), aparecidos el último año, son los únicos abordajes
panorámicos que conocemos. El propio crítico se ocupa de aclarar que se trata de un tema
prácticamente ignorado por los estudios literarios en Argentina, sobre el que no existen especialistas
ni una tradición crítica (Attala 2016b:99-100).13 -“Littérature et tradition biblique…” propone un
recorrido panorámico que parte de los primeros textos producidos en nuestro territorio –el
“Romance elegíaco de Luis de Miranda”, “La Argentina” de Del Barco Centenera, Peregrinos en
Babilonia de Luis de Tejeda- y llega hasta principios del siglo XX –la poesía de Lugones y La
gloria de don Ramiro de Larreta-. En su artículo para el Diccionario enciclopédico, Attala reitera
ese recorrido, y agrega algunas referencias a los autores más relevantes que han abordado esta
temática en el siglo XX –Borges, Arlt, Marechal, Castillo, Lamborghini, Gelman-. Finalmente
señala la escasa presencia que tiene el tema en la literatura contemporánea –hipótesis que, según
señalamos en este mismo proyecto, debería matizarse-. Si bien, como dijimos, se trata de trabajos
breves y panorámicos –abordan, en pocas páginas, siglos de producción literaria en diversos
géneros- resultan valiosos antecedentes para nuestra propia investigación. Por un lado, permiten
identificar la presencia de ciertos temas bíblicos en la literatura argentina, prácticamente desde sus
orígenes –el cautiverio, las peregrinaciones, la oposición Jerusalén/Babilonia, la parábola del hijo
pródigo-, y posibilitan rastrear sus continuidades y desplazamientos en la narrativa contemporánea.
Por otro lado, aunque presentadas de modo sintético, muchas de las hipótesis que Attala formula
acerca de los autores del siglo XX, serán incorporadas y discutidas en nuestra propia investigación.
Aunque estos trabajos no llegan a delimitar un mapa acabado de los autores o movimientos
literarios que han trabajado con la Biblia, constituyen hitos en esa dirección.
Existe también una serie de investigaciones acerca de la literatura argentina desde una
perspectiva teológica, realizada por un grupo radicado en la Universidad Católica Argentina, que ha
dado origen a cuatro volúmenes colectivos en los últimos años (Avenatti y Safa 2003, Avenatti,
Campana y Koira 2007, Avenatti y Quelas 2010, Avenatti 2011). Muchos de los trabajos allí
reunidos incluyen consideraciones sobre reescrituras bíblicas en la narrativa argentina, aunque su
enfoque y objetos difieren de los de nuestra investigación, en tanto apuntan a una interpretación
teológica antes que literaria.
En cuanto a estudios sobre autores específicos, Borges es el escritor argentino cuya obra ha sido
más frecuentemente examinada en relación con la Biblia (cfr. Aizenberg 1997, Attala 2016c,
Nahson 2009, Vélez 2011, Walsh y Tworney 2015 y Adur 2011a y b, 2014, 2016b y c). Estos
trabajos constituyen antecedentes para nuestra investigación en tanto estudian la presencia de la
Biblia, no sólo en las referencias más explícitas sino en la construcción de la poética de un escritor
que, como ya hemos dicho, constituye un precursor fuerte en nuestra literatura. Vélez (2011) aporta
además una reflexión teórica acerca de la especificidad del uso literario de la Escritura en la
contemporaneidad, señalando una mayor libertad frente al hipotexto, en contraste con las
reescrituras realizadas por escritores de siglos anteriores (cfr., en el mismo sentido, Attala y Fabry
2016). Fuera de Borges, que parece haber monopolizado la atención de la crítica en este aspecto, los
estudios dedicados a la presencia de la Biblia en otros autores argentinos del período que nos
interesa son escasos. Podemos mencionar la tesis doctoral de Ana Benda (2000) sobre la
manifestación de lo divino en la obra de Federico Peltzer –que incluye significativas
consideraciones sobre los hipertextos bíblicos reunidos en Fronteras (1999)-; los estudios sobre la
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Corpus inicial
Aguinis, Marcos (1970). La cruz invertida. Buenos Aires: Planeta.
Bodoc, Liliana (2013). El perro del peregrino. Buenos Aires: Alfaguara.
Borges, Jorge Luis (1974). Obras completas. Buenos Aires: Emecé.
Cabezón Cámara, Gabriela (2009). La virgen cabeza. Buenos Aires: Eterna cadencia.
________, (2012a). Le viste la cara a Dios. Buenos Aires: La isla de la Luna.
________, (2012b). Sacrificios. Buenos Aires: Biblioteca Nacional.
Caparrós, Martín (2001). Un día en la vida de Dios. Buenos Aires: Seix Barral.
Castellani, Leonardo (1960). Doce parábolas cimarronas. Buenos Aires: Itinerarium.
________, (1978). Los papeles de Benjamín Benavidez. Buenos Aires: Dictio.
Castillo, Abelardo (1999). El evangelio según Van Hutten. Buenos Aires: Seix Barral.
________, (2012). Cuentos completos. Buenos Aires: Alfaguara.
Cortázar, Julio (1994). “El perseguidor” y “Apocalipsis de Solentiname” en Cuentos completos. Buenos
Aires: Alfaguara.
Cross, Esther y Ángela Pradelli (comp.) (2009). La Biblia según veinticinco escritores argentinos. Buenos
Aires: Emecé.
Denevi, Marco (1966). Falsificaciones. Buenos Aires: Eudeba.
Fresán, Rodrigo (1993). Vidas de santos Buenos Aires: Planeta.
Marechal, Leopoldo (1965). El banquete de Severo Arcángelo. Buenos Aires: Sudamericana.
Mazora, Martín (2004). María Magdalena condenada. Buenos Aires: Simurg.
Monti, Ricardo (2017). La creación. Buenos Aires: Resurrexit-FFyL (UBA).
Mujica Lainez, Manuel (1993). “El asno y el buey” en Cuentos inéditos. Buenos Aires: Planeta.
Murena, H.(1956). “El centro del infierno” en El centro del infierno. Buenos Aires: Sur.
Oyola, Leonardo (2008a). Gólgota. Madrid: Salto de página.
_______, (2008b). Chamamé. Madrid: Salto de Página
_______, (2012). Cruz diablo. Orsai revista, n° 5-10.
Peltzer, Federico (1999). Fronteras. Buenos Aires: El Francotirador.
Ramos, Omar (2005). La elegida. Buenos Aires: Emecé.
Saénz, Dalmiro (1957). Setenta veces siete. Buenos Aires: Emecé.
_____, (1988). Cristo de pie. Buenos Aires: Puntosur.
Saer, Juan José (1974). El limonero real. Barcelona: Planeta.
En los textos de Borges pueden encontrarse numerosas menciones y alusiones a una figura
central para la tradición occidental y cuya representación ha sido (y es) eje de debates y
polémicas (Frye 1988, Pelikan 1997): la figura de Cristo. La presentación que se hace de este
personaje tiene matices muy diversos. Afirmaciones escépticas y distantes que niegan la divinidad
y función redentora de Jesús (Borges 2004b:158 y 453, Borges 1999:19) coexisten con textos que
exploran la idea de encarnación y presuponen la naturaleza divina de Cristo (Borges 2004a: 218,
271 y 355-356). Ante tal diversidad, es difícil definir la imagen de Jesús que emerge de los textos
borgeanos de un modo unitario15. Esta es compleja y por momentos contradictoria.
A esta heterogeneidad de imágenes contribuye, sin duda, la diversidad de fuentes que el autor
maneja y combina. Además de las numerosas citas bíblicas, la cantidad de obras teológicas,
filosóficas y literarias a las que Borges acude (aunque no siempre de primera mano) es realmente
apabullante. La “loca erudición” que Pauls (2000:141) le atribuye a nuestro autor se comprueba
plenamente en lo referente Cristo. En las páginas de Borges encontramos referencias a autores
fundacionales para el cristianismo como Ireneo, Agustín o Tomás de Aquino y escritores católicos
como Dante o Chesterton, pero también a pensadores heterodoxos como Swedenborg, Renan o
los gnósticos. Textos que presentan a Jesús como el Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad
(Borges 2002:210, 359), coexisten con los que lo describen como un guerrero (Borges 1991:810,
2004b:146 ), un suicida (Borges 2004a:80) o hasta un prestidigitador (Borges 1997: 72,
1999b:179)
Se buscará entonces, en primer lugar, determinar cuáles son las imágenes o rasgos de Cristo
que se ponen en juego en los diversos textos e indagar sus fuentes, en el marco de la teoría de
las transtextualidad postulada por Genette (1989). Sostenemos que la diversidad de fuentes que
Borges maneja contribuye a una presentación muy peculiar y distante de la ortodoxia cristiana (y,
especialmente, la católica) como puede comprobarse a partir del cotejo con determinados autores
confesionales que le fueron contemporáneos16.
15
Algunos críticos han intentado definir la “cristología” de Borges (Romero 1977, Navarro 1997, Fresko 2002) y han
postulado como central la imagen de la crucifixión. Sin negar la importancia que esta tiene en la obra borgeana,
sostenemos que no la agota y que es necesario un examen más exhaustivo de los distintos rasgos y fuentes que se ponen
en juego.
16
Pensamos en las imágenes más tradicionales sobre Jesús, como las que pueden encontrarse en la antología comentada
Jesucristo en la literatura española e hispanoamericana del siglo XX (Carro Celada: 1997)
En segundo término, intentaremos demostrar que el modo de presentar la figura de Cristo
varía, al menos parcialmente, de acuerdo con el género en cuestión: prosa ficcional, prosa
ensayística, prosa poética, poesía, entrevistas, reseñas periodísticas. Así, por ejemplo, podemos
contrastar la dramática búsqueda del rostro de Jesús que aparece en “Paradiso XXXI, 108” o en
“Cristo en la cruz”, con el análisis de la persona del Hijo como parte de la Trinidad, “una
deformación que solo el horror de una pesadilla pudo parir”, presente en ensayos como “Una
vindicación de la Cábala” o “Historia de la eternidad”. Prestaremos una especial atención a la
producción poética ya que en este género (ciertamente menos estudiado que la prosa), el tono
irónico y distanciado deja lugar muchas veces a uno más íntimo y cercano a lo emotivo. Como ha
señalado Fresko (2002:12), esto no significa que la poesía nos “revele” un Borges creyente, pero
sí que permite apreciar un tono y una posición de sujeto que no son frecuentes en su prosa.
Por último, se intentará especificar cuáles son los usos de la figura de Cristo en el corpus
borgeano. Entendemos que estos son múltiples: Jesús puede funcionar como término de
comparaciones o metáforas (vg “los ojos se nos están muriendo en lo alto como Jesús”, Borges
2002:89), como sinécdoque del cristianismo en contraposición a otras religiones (en particular el
budismo, cfr. Borges 1991:729), y de otros modos que esperamos determinar.
Nos interesa detenernos particularmente en un uso de esta figura que, si bien fue señalado por
algunos críticos (Fresko 2002, Vélez 2008) no ha sido debidamente explorado. Más allá de las
menciones explícitas, ciertos rasgos y elementos de la historia de Cristo se reiteran asociados con
diversos personajes o situaciones: el ejemplo más evidente es el de Baltasar Espinosa de “El
evangelio según Marcos”. Esta recurrencia puede explicarse si recordamos que en distintos
lugares (Borges 2004a: 446, 504, 2001b:64-65) Borges sostiene que la pasión de Cristo, la
historia del “sacrificio de un dios” (Borges 2004a:504), es una de las pocas historias que los
hombres “han repetido siempre” (1970a: 446) y que “durante el tiempo que nos queda seguiremos
narrándola[s], transformada[s]” (2001b:65). Entendemos que esta afirmación puede aplicarse a su
propia literatura e indagaremos en qué medida la historia de Jesús puede funcionar, al menos
parcialmente, como matriz para varios textos y personajes borgeanos. En este sentido nos
proponemos constituir un corpus de relatos y poemas cuyo hipotexto pueda ser la historia de
Cristo, tal como se presenta en los evangelios canónicos o apócrifos o en alguna de las diversas
fuentes establecidas anteriormente. Este corpus, cuya composición se ampliará o reformulará
durante la investigación, incluiría, al menos, “Tema del traidor y del héroe”, “Tres versiones de
Judas” (Ficciones), “Emma Zunz”, “La casa de Asterión”, “Deustches Réquiem” (El aleph), “Lucas
XXIII” y “Paradiso XXXI, 108” (El hacedor), “Juan I, 14” (El otro, el mismo), “Juan I, 14”,
“Fragmentos de un evangelio apócrifo” (Elogio de la sombra) “La intrusa”, “El evangelio según
Marcos” (El informe de Brodie), “La secta de los treinta” (El libro de arena), “Cristo en la cruz” y
“Otro fragmento apócrifo” (Los conjurados)
Bibliografía inicial