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ARQUIDIÓCESIS DE BARQUISIMETO

INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES “DIVINA PASTORA”


FACULTAD DE FILOSOFÍA
ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

VERDAD, CERTEZA Y ERROR.

Autor: Castro Robert


Prof.: Pbro. Jesús Alejos
III Filosofía

BARQUISIMETO, ENERO DEL 2020


El siguiente texto no es más que un informe, donde se expondrá ciertos argumentos
de lo que es el conocimiento; se preguntarán por qué conocimiento y no los 3 aspectos que
se nombran en el título, pues porque la verdad, la certeza y el error son parte fundamental
del camino hacia el conocer y se espera que mediante el desarrollo del trabajo se pueda
saciar un poco la búsqueda del saber. Resulta oportuno aclarar que se tratará de ser lo más
objetivo y certero posible.
Después de las consideraciones anteriores, no es posible el clasificar todas las
posiciones que se han tomado en el curso de la historia sobre lo que es el conocimiento. La
importancia radica en que se logre confirmar en la certeza y objetividad, en otras palabras,
el poseer la verdad de las cosas en el acto de conocer. El hombre es capaz de conocer la
verdad, pero esta no se da independientemente de un objeto exterior al sujeto.
La verdad no es un producto de la inteligencia o del hombre; por el contrario, no es
posible tener conocimientos verdaderos si no existen objetos o sujetos, es decir, la realidad
que circunda, precede y existe independientemente del sujeto. La realidad no está fundada
por el acto de conocer del hombre, sino, por el contrario, es el acto de conocer el que se
funda en la existencia de las cosas o de los otros. Del mismo modo que la potencia no pasa
al acto sino por lo que está en acto, así la inteligencia, que es potencia de conocer, no puede
ser actualizada sino por la realidad extra-mental, la cual se encuentra en acto.
Al comprender esto, se podrá resolver un poco la crítica que existe sobre si el espíritu
humano es capaz de alcanzar la verdad, o lo que es lo mismo, si tiene certezas legitimas.
Aunque las fronteras que las pudiesen separar no están claramente señaladas, todas llegan a
una conceptualización de lo que es la adquisición de la verdad, pero en el caso de este
informe se reducirán a 5 corrientes en específico.
El escepticismo es una de las tentativas del espíritu humano para alcanzar el
conocimiento o la verdad absoluta; por ello es muy atractiva esta corriente. Pero si lo es, es
porque se ha despojado de su humanidad sin substituirla por nada. La seducción del
escepticismo, es en el fondo la de la nada. Así como el escepticismo, cuando es fiel a su
esencia, degrada al hombre al nivel de la planta, el empirismo, si fuese lógico, degradaría al
hombre al nivel del animal. Pero negar al hombre la inteligencia es completamente inútil y
nadie se arriesga a ello, ya que se caería en un gran error. Ahora bien, en el empirismo el
papel de la inteligencia queda reducido al mínimo, o más bien no se reconoce, aunque de
hecho se emplee.
Igual que el empirismo no puede evitar emplear la inteligencia si quiere afirmarse
como verdad universal, el racionalismo no puede justificarse sin recurrir a la experiencia.
El mayor error del racionalismo, consiste en englobar en el empirismo la teoría aristotélica
de la abstracción. Según esta doctrina, los conceptos son sacados de la experiencia. Pero no
quedan limitados a ella, porque el acto de abstracción consiste en separar de la experiencia
una esencia universal. El empirismo ve más claro, aunque rechaza las ideas abstractas a la
vez que las ideas innatas, porque trascienden lo sensible.
El idealismo es una de las numerosas tentativas hechas por el hombre para
divinizarse, pues el poder de crear el mundo, que él atribuye al espíritu humano, es propio
del espíritu divino. La forma de idealismo que parece más coherente es la de Brunschvicg,
para quien Dios es la Razón impersonal de la que participan todos los espíritus finitos y que
es en cada uno el principio de su actividad espiritual. Como el pensamiento del hombre es
demasiado débil para llevar el peso del universo, el idealismo se inclina lógicamente hacia
el panteísmo.
El realismo, por el contrario, considera evidente que las cosas existen en sí y que el
hombre es capaz de conocerlas; el realismo es evidente, puesto que es dar un juicio de valor
sobre el conocimiento.
Si el hombre se desespera por alcanzar la verdad en algún dominio, se es escéptico. El
escepticismo consiste precisamente en suspender su juicio sobre todas las cosas. La
posición contraria es el dogmatismo; que consiste en sostener que podemos conocer la
verdad y que lo conseguimos en algunos casos. Al hombre decidirse por el escepticismo
todo se soluciona, la crítica se detiene, así como toda filosofía e incluso todo pensamiento.
Pero ¿Por qué medio o facultad el hombre conoce la verdad? Por la experiencia,
responderá un empirista. Es la única fuente de conocimientos. Por la razón, saldrá a refutar
el racionalista, pues es la única fuente que puede captar verdades necesarias y universales.
En el orden de las ideas anteriores, ¿Qué es lo que se puede conocer, qué cosas le son
accesibles al hombre? El idealista pretenderá responder diciendo que el espíritu humano
está cerrado, encerrado en sí mismo y que sólo puede conocer sus propias ideas. Mientras
que el realista sostiene que se puede conocer lo real, es decir, el ser que existe en sí fuera
del espíritu humano.
En conclusión, el hombre es capaz de conocer con certeza, por la experiencia y la
razón conjuntamente, el ser real. Esta posición rechaza el escepticismo, pues es dogmática.
Rechaza a la vez el empirismo y el racionalismo, porque los excluye, el primero, la razón y,
el segundo, la experiencia. Por último, rechaza el idealismo: Es Pues Realista. La
dificultad que se puede encontrar es que no hay un término adecuado, lo suficientemente
amplio y preciso para poder designarlo. No hay duda de que solamente interesa desde el
punto de vista académico en el que toda doctrina debe tener su título.

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