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Textos y documentos del tema 6.

El reinado de Isabel II

Arancel de 1841

Caric
atura publicada en 1842 por el periódico barcelonés El Republicano, en que se representa a
Espartero cobrando una comisión a los ingleses a cambio de su política librecambista. Los
trabajadores industriales, especialmente del sector textil, temen que sus intereses se vean
seriamente afectados.
El rechazo al proyecto terminó desembocando en una insurrección en Barcelona a finales de ese
mismo año.

La Constitución de 1837 (Fragmento)

Siendo la voluntad de la Nación revisar, en uso de su soberanía, la Constitución política


promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, las Cortes generales, congregadas a este fin,
decretan y sancionan la siguiente Constitución:

Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura,
con sujeción a las leyes. (...)
Art. 4. Unos mismos Códigos regirán en toda la Monarquía, y en ellos no se establecerá más
que un solo fuero para todos los españoles en los juicios comunes, civiles y criminales.
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su mérito y
capacidad.
Art. 7. No se puede ser detenido ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni
allanada su casa, sino en los casos y forma que las leyes prescriban.
Art. 9. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el juez o tribunal
competente. (...)
Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica (...).
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de dos cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados (...).
Art. 45. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 63. A los tribunales y juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en
los juicios civiles y criminales (...).

Constitución de 1837.

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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II

La Constitución de 1845

Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española, Reina de
las Españas (…) hemos venido, en unión y de acuerdo con las Cortes actualmente reunidas, en
decretar y sancionar la siguiente Constitución.

Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura,
con sujeción a las leyes.
Art. 3. Todo español tiene derecho de dirigir peticiones por escrito a las Cortes y al Rey, como
determinen las leyes.
Art. 4. Unos mismos códigos regirán en toda la Monarquía.
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su mérito y
capacidad.
Art. 6. Todo español está obligado a defender la Patria con las armas cuando sea llamado por la
ley, y a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos del Estado.
Art. 7. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni allanada
su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban.
Art. 8. Si la seguridad del Estado exigiere en circunstancias extraordinarias la suspensión
temporal en toda la Monarquía o en parte de ella, de lo dispuesto en el Artículo anterior, se
determinará por una ley.
Art. 9. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el Juez o Tribunal
competente, en virtud de leyes anteriores al delito y en la forma que éstas prescriban.
Art. 10. No se impondrá jamás la pena de confiscación de bienes, y ningún español será privado
de su propiedad sino por una causa justificada de utilidad común, previa la correspondiente
indemnización.
Art. 11. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado se
obliga a mantener el culto y sus Ministros.
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de los Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados.
Art.14. El número de senadores es limitado; su nombramiento pertenece al Rey.
Art.15. Sólo podrán ser nombrados senadores los españoles que, además de tener treinta años
cumplidos pertenezcan a las clases siguientes: Presidentes de alguno de los Cuerpos
Colegisladores (…), Ministros de la Corona, Consejeros de Estado, Arzobispos, Obispos,
Grandes de España, Capitanes Generales (…) Embajadores (…). Los comprendidos en las
categorías anteriores deberán además de disfrutar 30.000 reales de renta, procedentes de bienes
propios o de sueldos (…), jubilación, retiro o cesantía.
Art. 17. El cargo de Senador en vitalicio.
Art. 21. Los Diputados se elegirán por el método directo, y podrán ser reelegidos
indefinidamente.
Art.45. Además de las prerrogativas que la Constitución señala al Rey, le corresponde (…)
nombrar y separar libremente a los ministros.
Art. 66. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes
en los juicios civiles y criminales; sin que puedan ejercer otras funciones que las de juzgar y
hacer que se ejecute lo juzgado.

Constitución de 1845

La Paz de Vergara

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El Abrazo de Vergara
Generales Maroto (carlista) y Espartero (liberal)

Convenio celebrado entre el Capitán General de los Ejércitos Nacionales D. Baldomero


Espartero y el Teniente General D. Rafael Maroto.

Art. 1. El Capitán General D. Baldomero Espartero recomendará con interés al gobierno el


cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión
o modificación de los fueros.
Art. 2. Serán reconocidos los empleos, grados y condecoraciones de los generales, jefes y
oficiales, y demás individuos dependientes del ejército de mando del Teniente General D.
Rafael Maroto (...) quedando en libertad de continuar sirviendo y defendiendo la Constitución
de 1837, el trono de Isabel II y la Regencia de su augusta Madre, o bien retirarse a sus casas los
que no quieran seguir con las armas en la mano.
Art. 3. Los que adopten el primer caso (...) tendrán colocación en los cuerpos del ejército (...).
Art. 4. Los que prefieran retirarse a sus casas siendo generales y brigadieres obtendrán su
cuartel para donde lo pidan con el sueldo que por reglamento les corresponda. (...).

Cuartel general de Vergara, a 31 de agosto de 1839


Convenio de Vergara.

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Planteamientos ideológicos del Carlismo

Religión, Patria y Rey (…). Rey, pero rey por la gracia de Dios y no por la gracia de la
soberanía nacional (…). Según el liberalismo, de la soberanía nacional emana todo el poder y
los poderes que existen, negándose de este modo todo poder de origen divino. Ahora bien, esto
está condenado por la Iglesia católica y con razón; pues la escritura sagrada dice expresamente:
todo poder viene de Dios (…). El liberalismo es puro absolutismo, porque se atribuye para sí un
poder que No le viene de Dios, de quien prescinde, ni del pueblo soberano, porque a este no se
le concede sino el vano y ridículo derecho de depositar una boleta en una urna electoral.

Exposición de algunas de las ideas fundamentales del carlismo realizada por María Teresa
de Braganza y Borbón, esposa del infante don Carlos.

Tratado de la Cuádruple Alianza

Tratado de la Cuádruple Alianza entre España, la Inglaterra, Francia y el Portugal;


firmado en Londres el 22 de abril de 1834, con el fin de expulsar del territorio portugués a
los infantes son Carlos y don Miguel.

Su Majestad la reina gobernadora y regente de España durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, reina de España, y su Majestad imperial el duque de Braganza, regente del reino de
Portugal y de los Algarves, á nombre de la reina doña María II, (…) han determinado reunir sus
fuerzas con el objeto de compeler al infante don Carlos de España y al infante don Miguel de
Portugal, á retirarse de los dominios portugueses.
En consecuencia, pues, de estos convenios, sus Majestades regentes se han dirigido á sus
Majestades el rey de los franceses, y al rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda, (…) y
hallándose además animadas del mas vehemente deseo de contribuir al establecimiento de la
paz en la península, (…) sus Majestades han consentido en entrar como partes en el propuesto
convenio. (…)

Artículo 1.º
Su Majestad imperial el duque de Braganza, regente del reino de Portugal y de los Algarves, en
nombre de la reina doña María II, se obliga á usar de todos los medios que estén en su poder,
para obligar al infante don Carlos á retirarse de los dominios portugueses.

Artículo 2.º
Su Majestad la reina gobernadora y regente de España, durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, (…) teniendo además motivos de justas y graves quejas contra el infante don Miguel
por el sostén y apoyo que ha prestado al pretendiente de la corona de España, se obliga a hacer
entrar en el territorio portugués el número de tropas españolas, que acordarán después ambas
partes contratantes, (…) á fin de hacer retirar de los dominios portugueses á los infantes don
Carlos de España y don Miguel de Portugal; (…)

Artículo 3.º
Su Majestad el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda se obliga á cooperar empleando
la fuerza naval en ayuda de las operaciones que han de emprenderse (…)

Artículo 4.º
En el caso que la cooperación de la Francia se juzgue necesaria por las Altas partes contratantes
para conseguir completamente el fin de este tratado, su Majestad el rey de los franceses se
obliga á hacer en este particular todo aquello que él y sus tres augustos aliados determinaren de
común acuerdo.

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Artículo 5.º(…) y su Majestad imperial el duque regente, á nombre de la reina doña María II,
declara también su intención de asegurar al infante don Miguel, luego que salga de los estados
portugueses y españoles, una renta correspondiente á su rango y nacimiento.

Artículo 6.º
Su Majestad la reina gobernadora, regente de España durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, reina de España; en virtud del presente artículo declara su intención de asegurar al
infante don Carlos, luego que salga de los estados españoles y portugueses, una renta
correspondiente á su rango y nacimiento. (…)
Dado en Londres á 22 de abril del año de Nuestro Señor el 1834.

Artículos adicionales al tratado llamado de la Cuádruple Alianza ajustado entre España,


Inglaterra, Francia y Portugal en 22 de abril de 1834.

(…)
1.º Su Majestad el rey de los franceses se obliga á tomar en los puntos de sus dominios
fronterizos á España las medidas mas conducentes á impedir que se envíe del territorio francés
ninguna especie de socorros de gente, armas, ni pertrechos militares á los insurgentes de
España.
2.º Su Majestad el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda se obliga á dar á su Majestad
católica los auxilios de armas y municiones de guerra que necesite, y ayudarle además si fuera
necesario con una fuerza naval. (…)

Dado en Londres á 18 de agosto del año de nuestro señor el 1834.

Alejandro del Cantillo. Tratados, convenios y declaraciones de paz y de comercio que han hecho
con las potencias extranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbón. Desde el año de 1700
hasta el día. 853-855. 1843. Madrid.
Selección del tratado realizada por Antonio Manuel Martín Martín.

El concordato de 1851

Deseando vivamente Su Santidad el Sumo Pontífice Pío IX proveer al bien de la Religión y á la


utilidad de la Iglesia de España, con la solicitud pastoral con que atiende á todos los fieles
católicos, y con especial benevolencia á la ínclita y devota nación española, y poseída del
mismo deseo S. M. la Reina Católica Doña Isabel II, por la piedad y sincera adhesión á la Sede
Apostólica heredadas de sus antecesores, han determinado celebrar un solemne Concordato, en
el cual se arreglen todos los negocios eclesiásticos de una manera estable y canónica.

(…)

Art. 1.º La Religión Católica, Apostólica, Romana que, con exclusión de cualquier otro culto,
continúa siendo la única de la nación española, se conservará siempre en los dominios de S. M.
Católica, con todos los derechos y prerrogativas de que debe gozar según la ley de Dios y lo
dispuesto por los sagrados Cánones.

Art. 2.º En su consecuencia, la instrucción en las Universidades, colegios, seminarios y escuelas


públicas ó privadas de cualquiera clase, será en todo conforme á la doctrina de la misma
Religión Católica; y á este fin no se pondrá impedimento alguno á los Obispos y demás prelados
diocesanos, encargados por su ministerio de velar sobre la pureza de la doctrina de la fe y de las

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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II

costumbres, y sobre la educación religiosa de la juventud, en el ejercicio de este cargo, aun en


las escuelas públicas.
(…)

Ramón Fort, Carlos. El Concordato de 1851. Madrid. 1853.

El Manifiesto de Manzanares, 1854

Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el ejército liberal; el


esfuerzo de los soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de
Vicálvaro; el aplauso con que en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico
alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la libertad y de las leyes, que hemos jurado
defender.

Dentro de pocos días la mayor parte de las provincias habrá sacudido el yugo de los tiranos; la
nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta
ahora tanta sangre inútil y ha soportado tan costosos sacrificios. Día es, pues, de decir lo que
estamos resueltos a hacer en el de la Victoria. Nosotros queremos la conservación del Trono,
pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales,
mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos,
fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles
la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los
devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses
propios; y como garantía de todo esto queremos y plantearemos bajo sólidas bases la Milicia
Nacional.

Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponérselo por eso a la Nación.
Las Juntas de Gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes
generales que luego se reúnan; la misma Nación, en fin, fijará las bases definitivas de la
regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional
nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.

Cuartel General de Manzanares, a 7 de julio de 1854. El General en Jefe del Ejército


Constitucional, Leopoldo O'Donnell, Conde de Lucena.”

García-Nieto. M. ª del Carmen e Yllán,


Esperanza, Historia de España, 1808-1978. 1. La Revolución liberal, 1808-1868,
Madrid, Crítica, 1987, pp. 98-99.

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