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El reinado de Isabel II
Arancel de 1841
Caric
atura publicada en 1842 por el periódico barcelonés El Republicano, en que se representa a
Espartero cobrando una comisión a los ingleses a cambio de su política librecambista. Los
trabajadores industriales, especialmente del sector textil, temen que sus intereses se vean
seriamente afectados.
El rechazo al proyecto terminó desembocando en una insurrección en Barcelona a finales de ese
mismo año.
Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura,
con sujeción a las leyes. (...)
Art. 4. Unos mismos Códigos regirán en toda la Monarquía, y en ellos no se establecerá más
que un solo fuero para todos los españoles en los juicios comunes, civiles y criminales.
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su mérito y
capacidad.
Art. 7. No se puede ser detenido ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni
allanada su casa, sino en los casos y forma que las leyes prescriban.
Art. 9. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el juez o tribunal
competente. (...)
Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica (...).
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de dos cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados (...).
Art. 45. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 63. A los tribunales y juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en
los juicios civiles y criminales (...).
Constitución de 1837.
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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II
La Constitución de 1845
Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española, Reina de
las Españas (…) hemos venido, en unión y de acuerdo con las Cortes actualmente reunidas, en
decretar y sancionar la siguiente Constitución.
Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura,
con sujeción a las leyes.
Art. 3. Todo español tiene derecho de dirigir peticiones por escrito a las Cortes y al Rey, como
determinen las leyes.
Art. 4. Unos mismos códigos regirán en toda la Monarquía.
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su mérito y
capacidad.
Art. 6. Todo español está obligado a defender la Patria con las armas cuando sea llamado por la
ley, y a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos del Estado.
Art. 7. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni allanada
su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban.
Art. 8. Si la seguridad del Estado exigiere en circunstancias extraordinarias la suspensión
temporal en toda la Monarquía o en parte de ella, de lo dispuesto en el Artículo anterior, se
determinará por una ley.
Art. 9. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el Juez o Tribunal
competente, en virtud de leyes anteriores al delito y en la forma que éstas prescriban.
Art. 10. No se impondrá jamás la pena de confiscación de bienes, y ningún español será privado
de su propiedad sino por una causa justificada de utilidad común, previa la correspondiente
indemnización.
Art. 11. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado se
obliga a mantener el culto y sus Ministros.
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de los Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados.
Art.14. El número de senadores es limitado; su nombramiento pertenece al Rey.
Art.15. Sólo podrán ser nombrados senadores los españoles que, además de tener treinta años
cumplidos pertenezcan a las clases siguientes: Presidentes de alguno de los Cuerpos
Colegisladores (…), Ministros de la Corona, Consejeros de Estado, Arzobispos, Obispos,
Grandes de España, Capitanes Generales (…) Embajadores (…). Los comprendidos en las
categorías anteriores deberán además de disfrutar 30.000 reales de renta, procedentes de bienes
propios o de sueldos (…), jubilación, retiro o cesantía.
Art. 17. El cargo de Senador en vitalicio.
Art. 21. Los Diputados se elegirán por el método directo, y podrán ser reelegidos
indefinidamente.
Art.45. Además de las prerrogativas que la Constitución señala al Rey, le corresponde (…)
nombrar y separar libremente a los ministros.
Art. 66. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes
en los juicios civiles y criminales; sin que puedan ejercer otras funciones que las de juzgar y
hacer que se ejecute lo juzgado.
Constitución de 1845
La Paz de Vergara
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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II
El Abrazo de Vergara
Generales Maroto (carlista) y Espartero (liberal)
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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II
Religión, Patria y Rey (…). Rey, pero rey por la gracia de Dios y no por la gracia de la
soberanía nacional (…). Según el liberalismo, de la soberanía nacional emana todo el poder y
los poderes que existen, negándose de este modo todo poder de origen divino. Ahora bien, esto
está condenado por la Iglesia católica y con razón; pues la escritura sagrada dice expresamente:
todo poder viene de Dios (…). El liberalismo es puro absolutismo, porque se atribuye para sí un
poder que No le viene de Dios, de quien prescinde, ni del pueblo soberano, porque a este no se
le concede sino el vano y ridículo derecho de depositar una boleta en una urna electoral.
Exposición de algunas de las ideas fundamentales del carlismo realizada por María Teresa
de Braganza y Borbón, esposa del infante don Carlos.
Su Majestad la reina gobernadora y regente de España durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, reina de España, y su Majestad imperial el duque de Braganza, regente del reino de
Portugal y de los Algarves, á nombre de la reina doña María II, (…) han determinado reunir sus
fuerzas con el objeto de compeler al infante don Carlos de España y al infante don Miguel de
Portugal, á retirarse de los dominios portugueses.
En consecuencia, pues, de estos convenios, sus Majestades regentes se han dirigido á sus
Majestades el rey de los franceses, y al rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda, (…) y
hallándose además animadas del mas vehemente deseo de contribuir al establecimiento de la
paz en la península, (…) sus Majestades han consentido en entrar como partes en el propuesto
convenio. (…)
Artículo 1.º
Su Majestad imperial el duque de Braganza, regente del reino de Portugal y de los Algarves, en
nombre de la reina doña María II, se obliga á usar de todos los medios que estén en su poder,
para obligar al infante don Carlos á retirarse de los dominios portugueses.
Artículo 2.º
Su Majestad la reina gobernadora y regente de España, durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, (…) teniendo además motivos de justas y graves quejas contra el infante don Miguel
por el sostén y apoyo que ha prestado al pretendiente de la corona de España, se obliga a hacer
entrar en el territorio portugués el número de tropas españolas, que acordarán después ambas
partes contratantes, (…) á fin de hacer retirar de los dominios portugueses á los infantes don
Carlos de España y don Miguel de Portugal; (…)
Artículo 3.º
Su Majestad el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda se obliga á cooperar empleando
la fuerza naval en ayuda de las operaciones que han de emprenderse (…)
Artículo 4.º
En el caso que la cooperación de la Francia se juzgue necesaria por las Altas partes contratantes
para conseguir completamente el fin de este tratado, su Majestad el rey de los franceses se
obliga á hacer en este particular todo aquello que él y sus tres augustos aliados determinaren de
común acuerdo.
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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II
Artículo 5.º(…) y su Majestad imperial el duque regente, á nombre de la reina doña María II,
declara también su intención de asegurar al infante don Miguel, luego que salga de los estados
portugueses y españoles, una renta correspondiente á su rango y nacimiento.
Artículo 6.º
Su Majestad la reina gobernadora, regente de España durante la menor edad de su hija doña
Isabel II, reina de España; en virtud del presente artículo declara su intención de asegurar al
infante don Carlos, luego que salga de los estados españoles y portugueses, una renta
correspondiente á su rango y nacimiento. (…)
Dado en Londres á 22 de abril del año de Nuestro Señor el 1834.
(…)
1.º Su Majestad el rey de los franceses se obliga á tomar en los puntos de sus dominios
fronterizos á España las medidas mas conducentes á impedir que se envíe del territorio francés
ninguna especie de socorros de gente, armas, ni pertrechos militares á los insurgentes de
España.
2.º Su Majestad el rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda se obliga á dar á su Majestad
católica los auxilios de armas y municiones de guerra que necesite, y ayudarle además si fuera
necesario con una fuerza naval. (…)
Alejandro del Cantillo. Tratados, convenios y declaraciones de paz y de comercio que han hecho
con las potencias extranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbón. Desde el año de 1700
hasta el día. 853-855. 1843. Madrid.
Selección del tratado realizada por Antonio Manuel Martín Martín.
El concordato de 1851
(…)
Art. 1.º La Religión Católica, Apostólica, Romana que, con exclusión de cualquier otro culto,
continúa siendo la única de la nación española, se conservará siempre en los dominios de S. M.
Católica, con todos los derechos y prerrogativas de que debe gozar según la ley de Dios y lo
dispuesto por los sagrados Cánones.
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Textos y documentos del tema 6. El reinado de Isabel II
Dentro de pocos días la mayor parte de las provincias habrá sacudido el yugo de los tiranos; la
nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta
ahora tanta sangre inútil y ha soportado tan costosos sacrificios. Día es, pues, de decir lo que
estamos resueltos a hacer en el de la Victoria. Nosotros queremos la conservación del Trono,
pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales,
mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos,
fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles
la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los
devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses
propios; y como garantía de todo esto queremos y plantearemos bajo sólidas bases la Milicia
Nacional.
Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponérselo por eso a la Nación.
Las Juntas de Gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes
generales que luego se reúnan; la misma Nación, en fin, fijará las bases definitivas de la
regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional
nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.