El desarrollo tecnológico ofrece constantemente nuevas
oportunidades para el diseño innovador; el diseño innovador siempre se desarrolla junto con la tecnología innovadora, y nunca puede ser un fin en sí mismo. 2. Un buen diseño hace que un producto sea útil. La gente compra productos para utilizarlos. Tiene que satisfacer ciertos criterios, tiene que enfatizar la utilidad de un producto al tiempo que prescinde de las cosas que podrían disminuirla. 3. Un buen diseño es estético. La belleza de un producto forma parte de su utilidad, porque los productos que utilizamos a diario nos afectan a nosotros y a nuestro bienestar. Un producto no puede estar bien ejecutado si no es bello. 4. Un buen diseño hace que un producto sea comprensible; aclara la estructura del producto. Mejor aún, puede hacer que el producto “hable”. Si un producto está diseñado de forma impecable, se explica por sí mismo. 5. Un buen diseño es discreto. Los productos cumplen una función. Son como herramientas. No son objetos decorativos ni obras de arte. Por ello, su diseño debe ser neutro y comedido, dejando espacio para la autoexpresión del usuario. 6. El buen diseño es honesto. No intenta manipular al consumidor; no promete lo que no puede cumplir. 7. El buen diseño es duradero. Evita las tendencias de la moda, por lo que nunca parece una antigüedad de la edad media. A diferentica del diseño de moda, el buen diseño dura muchos años, incluso en el acelerado mundo actual. 8. El buen diseño es minucioso hasta el último detalle. Nada debe ser arbitrario o dejarse al azar: el cuidado y la precisión en el proceso de diseño muestran respeto hacia el usuario. 9. El buen diseño es respetuoso con el medio ambiente. Conserva los recursos y minimiza la contaminación física y visual a lo largo del ciclo de vida del producto. 10. El buen diseño es el menor diseño posible. Lo has oído mil veces: menos es mejor. Aunque suene a tópico, Dieter Rams cree que es cierto. El buen diseño se concentra en lo esencial y no impone cargas innecesarias al producto.