Está en la página 1de 17

La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

Adela Ruiz, Florencia Mendoza


Anuario de investigaciones 2012, noviembre 2013. ISSN 2408-3992
http://www.anuariodeinvestigaciones.com

LA ENSEÑANZA DE LA EDICIÓN
TÉCNICA EN LAS CARRERAS
DE COMUNICACIÓN

AUTORAS
Adela Ruiz Taller de Edición Técnica
Florencia Mendoza Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Universidad Nacional de La Plata
Argentina

Resumen
Palabras clave En el presente trabajo se desarrollan algunos de los principales argumen-
tos que reflejan la importancia y el alcance de incorporar en las carreras
edición técnica de comunicación la enseñanza de la edición técnica, entendiendo a ésta
enseñanza como el proceso a partir de cual un original no ficcional se convierte en un
comunicación producto editorial de calidad.
competencias El campo de la edición técnica necesita de profesionales que aporten a
los diferentes materiales editoriales no sólo una mirada global, general
y organizativa, sino también un punto de vista comunicacional. Añadir la
enseñanza de esta actividad editorial específica en las carreras de comu-
nicación significa: desarrollar y fomentar las competencias comunicativas
que poseen los estudiantes para que cuenten con herramientas que les
permitan intervenir en el medio editorial; especializarlos en un campo que
está en constante crecimiento y posibilitar otro espacio de inserción labo-
ral tanto en ámbito privados como públicos.

PROYECTO

LA EDICIÓN DE PUBLICACIONES ACADÉMICAS EN ÁMBITOS


UNIVERSITARIOS DE PRODUCCIÓN EDITORIAL

INSCRIPCIÓN INTEGRANTES

INVESTIGACIÓN DE CÁTEDRA Lic. Adela Ruiz


Esta obra está bajo Taller de Edición Técnica
una Licencia Creative
Lic. Florencia Mendoza
Facultad de Periodismo
Commons Atribución- Lic. Eduardo Aller
NoComercial-SinDerivar y Comunicación Social - UNLP
4.0 Internacional. Fabia Hujarshi

UNLP
LA ENSEÑANZA
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

DE LA EDICIÓN TÉCNICA
EN LAS CARRERAS
DE COMUNICACIÓN
1


La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

La edición técnica supone un proceso editorial diferenciado,


que no se distingue de la edición literaria sólo por el carác-
ter no ficcional de los impresos sobre los que se aplica, sino
que supone características particulares en todas las etapas
que conlleva su realización: preedición, edición, corrección,
revisión de estilo, maquetado y lectura de pruebas. En este
escenario, el rol del editor es vital en tanto garante del pro-
ceso comunicativo.

Si bien en la actualidad la figura del editor técnico está en


constante desarrollo, todavía existe un gran desconocimien-
to sobre las características que asume y sobre los requeri-
mientos que implica el quehacer editorial. Por este motivo,
y por la mirada abarcadora, crítica, cuestionadora e inte-
gral que caracteriza a los profesionales de la comunicación,
se considera imprescindible profesionalizar esta actividad,
puesto que permitirá consolidar y legitimar las prácticas edi-
toriales y asegurar la calidad comunicacional de los materia-
les que se producen en estos procesos en particular.

El editor se concibe, desde esta perspectiva, como un profe-


sional que puede desarrollar su tarea en un amplio abanico
de actividades y que puede cumplir funciones específicas
que van desde la generación, la evaluación y la selección de
obras hasta las sucesivas actividades por las que un origi-
nal de autor se convierte en un original de imprenta. Esto
supone la puesta en práctica de conocimientos específicos
y demanda, para cada especialidad, niveles diferenciales de
complejidad.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


Desde esta premisa, y partiendo de asumir al editor como el
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

«primer lector» de una obra más que como su «segundo autor»


(Tarutz, 1992), la incorporación de la enseñanza de la edición
técnica en la propuesta curricular de una carrera de comu-
nicación busca profundizar el desarrollo de las competencias
comunicativas que ponen en juego los profesionales de la
edición en los principales roles que asume su tarea: editor de
contenidos, corrector, revisor de estilo y lector de pruebas.

La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

El desafío que reviste esta formación aumenta si se conside-


ra que la función del editor no sólo se reduce a las interven-
ciones que éste realiza sobre los materiales, sino que sobre
él recae la responsabilidad de coordinar a todos los profe-
sionales que intervienen en el proceso de edición, lo que en
el caso de las publicaciones técnicas incluye, de manera es-
pecial, a los autores o a los equipos autorales. Como señala
Siegfried Unseld (1982), al retomar las palabras de Wilhelm
Friedrich, las particularidades que debe tener un buen editor
son la claridad y la amplitud. El editor interactúa con el autor,
con el director o con el responsable de la publicación; escu-
cha, atiende, observa y luego, comenta, aconseja y crea lazos
entre quienes intervienen en la producción de una obra.

Sin desconocer el modo de funcionamiento y las lógicas que


rigen la actividad de las editoriales comerciales, desde este
ámbito de formación la mirada sobre el fenómeno de la edi-
ción comprende el vasto campo de publicaciones que se ge-
neran en ámbitos que no tienen como objetivo central esta
actividad, y en los cuales las publicaciones son pensadas, la
más de las veces, desde la lógica de la oferta –esto es, de
lo que el emisor quiere difundir–, lo que lleva a no consi-
derar ni las necesidades del público lector al que se dirigen
los materiales ni los cuidados editoriales que cada tipo de
publicación requiere. Como precisan las editoras argentinas
Marcela Castro y Patricia Piccolini:

El mayor problema de la ausencia de un proceso de edición pro-


fesionalizado no es el conjunto de errores que saltan a la vista del
lector, sino que lleguen a publicarse –y se difundan como bue-
nos– materiales de escasa calidad informativa, con información
falsa, presentada de modo innecesariamente complejo y oscuro.
Lo que está en juego puede ser, en cierto sentido, la posibilidad
misma de que se produzca una comunicación eficaz (2007: 83).

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


Entender a la comunicación como un proceso de producción
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

de sentidos supone asumir que este proceso se produce y se


configura por medio del lenguaje y de las prácticas discursi-
vas que atraviesan todos los ámbitos de la vida social (Hall,
1997). Esto significa que las personas, al usar estas normas,
despliegan estrategias mediante las cuales se puede percibir
su visión del mundo y su ideología. Por este motivo, la edi-
ción técnica, enfocada desde la comunicación, implica leer,
• analizar y organizar un texto desde su propia multiplicidad.
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

Estas consideraciones constituyen el fundamento que dio


origen al TALLER DE EDICIÓN TÉCNICA, asignatura que en el ciclo
lectivo 2012 se incorporó como materia optativa cuatrimes-
tral del ciclo superior de la Licenciatura en Comunicación
Social de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social
(unlp).2 El espacio asume como objetivo principal:

Desarrollar los saberes y las habilidades necesarias para abor-


dar de manera profesional las distintas instancias que involucra
el proceso de edición técnica de materiales impresos, atendien-
do a las particularidades que presentan los diversos tipos de pu-
blicaciones no literarias que se producen en el medio editorial
contemporáneo (Ruiz, 2012: 16).

Desde esta perspectiva, se propone una formación de pro-


fesionales de la edición que, más allá del ámbito específico
de acción en el cual se desempeñen y de la diversidad de los
materiales a los que se enfrenten, cuenten con saberes y con
herramientas que les permitan intervenir en el medio edito-
rial desde una mirada multidimensional.

A continuación, se desarrollan los principales argumentos


que dan cuenta de la importancia de incorporar la enseñanza
de la edición técnica a las carreras de comunicación y sobre
los que se cimentó, en nuestra unidad académica, la creación
de este espacio curricular. Tales fundamentos comprenden:

la especificidad de la edición técnica dentro de la activi-


dad editorial en general;
las competencias que demandan las tareas y las funcio-
nes que conlleva;
la necesidad de brindar a esta actividad profesionaliza-
ción universitaria.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


La especificidad del proceso
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

Aunque la palabra edición no tiene una sola definición, sino


varias, en sentido estricto supone la preparación de un ori-
ginal para su publicación. Al abordar esta cuestión, Piccoli-
ni propone la siguiente conceptualización: «La edición es el
proceso por el cual un original –o un conjunto de ideas acer-
• ca de un posible impreso– se transforma en una matriz o en
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

un prototipo del cual se obtienen, por métodos industriales,


cientos o miles de copias» (2002: 119). Cualquiera sea el tipo
de publicación sobre el que se aplique, el proceso integral de
edición comprende una serie de etapas que siguen un orden
estricto:

la preedición;
la macroedición;
la microedición;
la revisión de estilo;
el diseño y la diagramación;
la corrección de pruebas;
la elaboración del original gráfico final.

Cuando este proceso tiene por objeto la producción de im-


presos no literarios se habla de edición técnica. Ahora bien,
la diferencia entre la edición técnica y la edición literaria no
está dada, únicamente, por el carácter no ficcional de los
impresos sobre los que se aplica. Por el contrario, la edición
técnica constituye un proceso editorial diferenciado, espe-
cialmente, en la etapa de preedición y en la instancia de edi-
ción propiamente dicha (Piccolini, 2002).

La edición de impresos técnicos no sólo supone un traba-


jo sustantivamente diferente con los autores de los textos y
con el equipo de profesionales que interviene en las etapas
sucesivas del proceso, sino que demanda de los editores sa-
beres específicos –además de los comunes a editores técni-
cos y literarios– que les permitan llevar adelante procesos
que, como sostiene Piccolini, son «habitualmente complejos
y siempre trabajosos» (2002: 121).

Como apunta la editora estadounidense Judith Tarutz (1992),


aunque todo trabajo de edición conlleva y requiere de creati-
vidad, cuando se trata de publicaciones no literarias la tarea

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


siempre se realiza dentro de los límites que impone la propia
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

naturaleza del proceso. Tales limitaciones, según la autora,


están dadas por:

las necesidades de la audiencia;


el propósito del texto;
las reglas y las convenciones del idioma y del estilo edi-
torial;
• las consideraciones técnicas (según las normas y los es-
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

tilos de cada especialidad);


las consideraciones relacionadas con la maqueta;
el tiempo;
el presupuesto;
la tecnología disponible y la forma en que se opera en el
proceso de edición.

Uno de los factores que incide de manera directa en la espe-


cificidad que encierra este proceso, y en la consecuente ne-
cesidad de contar con profesionales capacitados para llevar-
lo a cabo, se relaciona con las características que presentan
los originales con los que se trabaja. Según Piccolini (2002)
estas particularidades pueden sintetizarse en los siguientes
aspectos principales:

los autores de las publicaciones técnicas no son escri-


tores;
numerosas publicaciones técnicas están escritas por
equipos de autores;
las publicaciones técnicas suelen contener un significa-
tivo volumen de información;
en muchas publicaciones técnicas los originales se ela-
boran a pedido de los editores;
los libros técnicos tienden a presentar maquetas com-
plejas;
las publicaciones técnicas suelen dirigirse a públicos
acotados;
en las publicaciones técnicas el orden de lectura puede
no ser lineal.

En este escenario, es primordial la figura del editor técnico


en tanto garante del proceso comunicativo.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


La diversidad del campo laboral
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

Un segmento importante de los impresos producidos por las


editoriales en lengua española y la casi totalidad de los ela-
borados en ámbitos no editoriales pertenecen al campo de la
edición técnica. Una parte de este amplio y variado conjunto
se genera en empresas editoriales, mientras que el resto se
• produce en ámbitos cuya función principal no es la edición.
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

Entre estos últimos pueden mencionarse:

dependencias de gobierno;
universidades e instituciones educativas;
empresas;
organismos e instituciones privados;
centros de investigación o de innovación tecnológica;
organizaciones del tercer sector.

Las particularidades y las competencias que demandan las


múltiples tareas que realiza un editor determinan que este
pueda desempeñar sus funciones en un ámbito público o pri-
vado, en relación de dependencia o que pueda desarrollar
sólo algunas de ellas a solicitud de organismos, de institucio-
nes, de empresas o de manera independiente.

La variedad de géneros editoriales

En estos ámbitos, el trabajo del editor técnico recae sobre


todos aquellos materiales que suelen ser incluidos en la ca-
tegoría de impresos no ficcionales. Esto supone que el cam-
po de aplicación de los conocimientos y de las habilidades
de estos profesionales se extiende a una amplia variedad de
géneros editoriales:

publicaciones científicas (revistas, libros de divulgación,


tesis doctorales);
publicaciones académicas (revistas, anuarios, libros de
ensayo, tesis);
materiales escolares (manuales, libros de texto, diseños
curriculares);
publicaciones periódicas (revistas técnicas, especializa-
das y de información general);

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


publicaciones gubernamentales (informes de gestión,
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

proyectos, newsletters);
publicaciones institucionales (libros, boletines informa-
tivos, house organs);
publicaciones comerciales (guías, catálogos, manuales
de uso);
piezas gráficas diversas (folletería institucional, mate-
riales de promoción, catálogos).

La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

En cualquiera de estos casos, la edición desempeña un papel


central a la hora de pensar productos que atiendan a los ob-
jetivos comunicacionales buscados, a la audiencia a la cual
van dirigidos, al contexto de circulación previsto y a las con-
diciones de producción.

Las particularidades de las competencias

El abanico de funciones que puede desempeñar un editor


técnico comprende desde su rol como posible empresario
editorial hasta su responsabilidad última como garante de
todo el proceso por el que un original de autor3 se convierte
en un original de imprenta; tareas que muchas veces inclu-
yen el lanzamiento y la promoción del producto alcanzado.
Claro que no todos los editores recorren de manera com-
pleta este arco de actividades, sino que se limitan a cumplir
algunas tareas en particular.

Si nos detenemos en las diferentes etapas que involucra el


proceso de edición propiamente dicho, podemos seguir la
clasificación elaborada por Gill Davies (2005) y distinguir,
para estos profesionales, las siguientes funciones principa-
les: el editor de adquisiciones, el editor de contenidos, el co-
rrector de estilo y el lector de pruebas. Si bien en muchos
ámbitos de trabajo estas tareas son desempeñadas por una
misma persona, cada uno de estos roles supone la puesta en
práctica de conocimientos específicos y demanda, para cada
especialidad, niveles diferenciales de formación profesional.

La caracterización de estas competencias requiere de la


explicitación de dos puntos de partida imprescindibles. Por
un lado, y en línea con lo planteado por María Marta García
Negroni y Andrea Estrada (2006), se adopta el concepto de

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


competencia comunicativa propuesto por Dell Hymes (1972),
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

ya que esta noción incluye, además del conocimiento del len-


guaje y de la capacidad de actuar lingüísticamente, todos los
sistemas semióticos con los que cuenta una comunidad so-
ciocultural dada.

Por otro lado, y retomando la distinción que Judith Tarutz


(1992) sintetiza con una claridad meridiana, se asume al edi-
• tor como el «primer lector» de una obra más que como su
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

«segundo autor». Esto permite dar cuenta de una serie de


tareas que, invisibles por su naturaleza, sólo pueden ser per-
cibidas por sus efectos, a diferencia de lo que sucede con los
niveles de intervención más vinculados a la escritura (co-
rrección, enmienda o reparación de los textos).

Sin duda, el primer elemento que hace a estas competencias


está dado por la capacidad de los editores para establecer
una buena relación de trabajo con el autor o con los autores
de una obra, condición decisiva para marcar el éxito o el fra-
caso de un proyecto editorial. No obstante, en la edición pro-
piamente dicha, cuando el editor se enfrenta a los originales,
el trabajo se centra en los textos y no en los autores, y exige
realizar en cada etapa del proceso las tareas que garanticen
la calidad del producto final.

Las especificidades de cada etapa

En la práctica, esta operatoria suele dividirse en dos grandes


momentos: la macroedición y la microedición, a las que se
suman la corrección de estilo y las correcciones de pruebas.4
Si bien en un proceso ideal de edición, cada una de estas ins-
tancias debería ser resuelta por diferentes profesionales, la
responsabilidad última recae sobre el editor, que es quien in-
terviene en los principales procesos que conlleva la edición
de un original y quien atiende, en cada etapa, a diferentes a
tipos de dificultades.

Durante la macroedición el editor realiza la primera lectura


de un original con el objeto de evaluar la calidad integral de
los materiales y de medir, una vez considerada la convenien-
cia de su publicación, el trabajo necesario para cumplir con

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


las restantes etapas del proceso. En este momento, el editor
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

determina si el original tiene el nivel de calidad necesario


para abordar, sin dificultades, los pasos siguientes; es decir,
si sólo requiere de modificaciones leves o si es preciso reen-
viarlo al autor.5

Entre otros aspectos, en esta instancia el editor evalúa: que


el texto sea correcto, que esté bien organizado, que se ade-
• cue a la audiencia a la que se dirige, que cumpla con el pro-
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

pósito para el que ha sido escrito, que sea consistente con


respecto a otros capítulos del libro y a otros títulos de la
serie, que no lesione la imagen de la empresa o que sea con-
tradictorio con sus políticas (Piccolini: s/d).

Durante la microedición la lectura es más localizada y se


orienta a detectar problemas específicos. El corrector rea-
liza un trabajo minucioso y centra la atención en el nivel de
las microestructuras del texto, con el objeto de lograr ajus-
tes en las dimensiones notacional, morfológica, sintáctica y
semántica. En esta etapa las tareas conllevan la verificación,
la exhaustiva corrección y la reescritura del original. Entre
otros aspectos, se busca asegurar: la apropiada estructu-
ración lógica y la coherencia de la secuenciación de la ex-
posición, la corrección de la ortografía, la precisión de los
datos presentados, la consistencia de las enumeraciones, la
verificación de la terminología, la calidad y la pertinencia del
material icónico y su relación con el texto.

Las competencias del corrector de estilo, en tanto, pueden


definirse, tomando la definición de García Negroni y de Es-
trada, como «el conjunto de habilidades relacionado con el
conocimiento del lenguaje y con su uso en contexto, que
debe poseer o adquirir un corrector para poder enmendar,
mejorar o enriquecer un texto con pericia y solvencia» (2006:
29). Tales competencias conciernen a tres grandes esferas
de conocimientos: enciclopédicas, gramáticas y textuales, e
incluyen, en muchos casos, la revisión de estilo, que supone
la adecuación de los textos a las pautas de estilo fijadas por
un ámbito editor para sus publicaciones.

Por último, durante la lectura de pruebas los profesionales


aplican sus competencias sobre los materiales que han sido
puestos en página: primero, sobre las pruebas galeradas o
primeras pruebas; luego, sobre las pruebas paginadas o se-

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


gunda pruebas. El principal objetivo de esta última etapa es
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

la corrección de los errores cometidos durante la composi-


ción o de aquellos que provienen de las etapas anteriores.

La necesidad de profesionalización

• Gran cantidad de especialistas en la materia coinciden en


La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

afirmar que una idea fuertemente arraigada en el ámbito edi-


torial es que en el oficio de editor «se nace». Como sostiene
el editor argentino Ricardo Nudelman, durante mucho tiem-
po esto provocó que «el éxito o el fracaso de los proyectos
del sector dependiera de la personalidad más o menos vigo-
rosa del fundador, quien concentraba en su persona todas
las decisiones referidas a objetivos, a ritmos, a presupuestos
y demás» (2002: 227).

En la actualidad, este concepto ha perdido vigencia, pero lo


cierto es que aún existe un gran desconocimiento respecto de
las características y de los requerimientos que supone y que
exige la actividad editorial, lo que se acentúa cuando se trata
del caso específico de la edición técnica. Situación a la que se
suma, además, la falta de espacios de formación en la materia.

La incorporación de la formación editorial a los estudios univer-


sitarios es relativamente reciente en el mundo de habla hispana.
En América Latina sólo hay dos ofertas de estudios de grado
(una de ellas en Brasil) y, tanto en nuestros países como en Es-
paña, es incipiente el desarrollo de posgrados en Edición. La
mayoría de ellos están focalizados en los aspectos económicos
de la actividad editorial y suelen desatender las cuestiones re-
feridas al proceso de edición (Especialización en Edición, s/d).6

Frente a esta situación, facilitar los principios básicos para la


profesionalización de esta actividad constituye un modo de
contribuir a paliar las consecuencias negativas que en nu-
merosos ámbitos editoriales, tanto públicos como privados,
provocan estos vacíos de conocimiento sobre el proceso
editorial (Ruiz & Fiori, 2009).

Numerosos ejemplos pueden encontrarse en las editoriales


universitarias y en los diversos departamentos y direcciones
de publicaciones o de producción de contenidos de un sin-

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


fín de organismos y de instituciones públicas y privadas de
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

nuestro país. En ellos, los profesionales que tienen a su cargo


todas las tareas que conlleva el proceso de edición –editores,
correctores, lectores de pruebas– provienen de las más di-
versas disciplinas y carecen de una formación específica en
la materia. En muchos casos, «las personas que trabajan en
estos ámbitos editan sin saberlo y desarrollan de modo más
o menos intuitivo, más o menos artesanal, tareas enormes
• pero, a menudo, insuficientes para obtener un buen resultado
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

editorial en un plazo acorde» (Castro & Piccolini, 2007: 82).

Esta situación también se presenta en el ámbito privado,


donde es frecuente observar que, incluso dentro de una mis-
ma editorial, la formación que se brinda a los editores varía
significativamente según el profesional a quien se encomien-
de el entrenamiento. Como afirman Leslie Sharpe e Irene
Gunther, «en la mayoría de las editoriales sencillamente no
se les enseña a los editores cómo editar; simplemente se su-
pone que saben cómo hacerlo, o bien que aprenderán con el
tiempo y a partir de la propia práctica» (2005: XX).

Más allá de la importancia que reviste para la industria edito-


rial, la tarea de profesionalización de la edición técnica cons-
tituye un requerimiento central en un escenario marcado
por la vertiginosa introducción de tecnologías y de nuevos
estilos de consumo. Consolidar la formación en las tareas
básicas e imprescindibles que demanda esta parte de la in-
dustria cultural es lo que permitirá asegurar la calidad comu-
nicacional de los materiales elaborados. Para esto, el rol de la
universidad es central tanto como garantía de la formación
de los futuros profesionales como por la posibilidad de ac-
tualización y de debate para quienes hoy se desempeñan en
el medio editorial.

La propuesta del TALLER DE EDICIÓN TÉCNICA

Como señala el Documento Curricular de la Facultad de Pe-


riodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional
de La Plata, la construcción del curriculum universitario su-
pone «pensar en la profesión, en la inserción social del profe-
sional, en los sectores a quienes va a beneficiar con su prác-
tica, en su concepción de vida y en su orientación científica»

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


(1997: 53). Desde esta perspectiva, un proyecto educativo
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

no queda limitado a lo que establece su propuesta curricular


formal, sino que debe tener la capacidad de dar respuesta a
los cambios y a las transformaciones que experimenta el ám-
bito del conocimiento para el que fue pensado; en este caso,
el complejo campo de las comunicaciones.

En nuestra unidad académica, un mecanismo que ha permi-


• tido hacer frente a estas cuestiones es la construcción de un
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

curriculum abierto que, a partir de orientaciones terminales


de grado, permite «una experimentación constante en relación
con el cambiante mundo del trabajo» (DCyPE, 1997: 39). Este
enfoque no estático de la propuesta curricular, no sólo permi-
te considerar que las ausencias formativas señaladas en aquel
entonces hoy se encuentran ampliamente cubiertas, sino que
también posibilita proponer la incorporación de campos del
conocimiento ausentes en el Plan de Estudios 1998.

Este escenario hizo posible que, a fines de 2012, se incluyera


como materia optativa de la Licenciatura en Comunicación
Social el TALLER DE EDICIÓN TÉCNICA, un espacio que aborda un
campo profesional no contemplado en la propuesta curricular
elaborada hace más de una década y que introduce en la cu-
rrícula un tipo de actividad editorial claramente diferenciada
de la propuesta por las materias que abordan la producción
de materiales impresos. De este modo, la asignatura –que
comenzó a dictarse en 2013–7 busca contribuir al perfil de-
seado para los egresados de la carrera, que en sus diferentes
orientaciones persigue un perfil común de formación: el de un
«productor de comunicación» (DCyPE, 1997: 43).

Desde el Taller, la confluencia entre lo editorial y lo comunica-


cional se concibe como una articulación necesaria e impres-
cindible para impactar en las condiciones y en la calidad de
la comunicación que se produce mediante las publicaciones
impresas, cualquiera sea el género editorial. Las tareas que
conlleva el proceso de edición técnica requieren, al tiempo
que propician, el perfil de un comunicador capaz de resolver o
de dar respuesta a necesidades comunicacionales específicas
y concretas sobre la base de una formación humanística inte-
gral y mediante el empleo de técnicas propias de la profesión.
En cualquiera de estas modalidades, se busca que los estu-
diantes «tengan la oportunidad de confrontar en una praxis
el andamiaje teórico-práctico desarrollado y de aproximarse

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


a prácticas reales del campo profesional» (DCyPE, 1997: 55). En
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

esta línea, la multiplicidad de conocimientos que pone en jue-


go el editor técnico al llevar adelante su práctica profesional
determinan que su formación conjugue, invariablemente, el
«hacer» con competencia y el «saber» con integralidad. De la
combinación de ambas perspectivas surge el propósito que
guió la construcción de la propuesta:

• Aunque parezca un contrasentido, la formación académica en


La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

edición técnica no debería apuntar a formar mayoritariamente


académicos sino profesionales cuya acción en el campo edito-
rial pueda constituir una acción política, una intervención cultu-
ral. No parece necesario defender el valor cultural de las publi-
caciones técnicas, no sólo por lo que podríamos denominar su
contenido explícito sino también por su incidencia en prácticas
sociales (Castro & Piccolini, 2007: 82).

En línea con estos planteos, el énfasis de la materia está


puesto «en los procesos prácticos y técnicos referidos a la
construcción del rol profesional con basamento académico»
(DCyPE, 1997: 60), orientados, en este caso, al campo de la edi-
ción técnica. Atento a esto, el proceso formativo se constru-
ye en pos de lograr que los estudiantes exploren los proble-
mas específicos que enfrenta el editor y que experimenten
la relación entre conocimientos, reflexión y práctica que su-
pone una resolución eficaz de la ecuación entre el propósi-
to comunicacional, el género editorial y los destinatarios de
una publicación.

La incorporación de esa asignatura, no sólo permite legitimar


desde el curriculum la formación profesional de una práctica
que llevan a cabo muchos de nuestros graduados en diversos
ámbitos de producción editorial, sino que actúa como princi-
pal articulación entre la carrera de grado y la Especialización
en Edición –la primera y, hasta el momento, única carrera de
posgrado del país sobre este campo, que nuestra institución
ofrece desde 2011–, al tiempo que nutre a aquellos espacios
de la propia institución que llevan a cabo estas tareas. Tal es
el caso del Área de Producción Gráfica, que brinda asistencia
editorial a numerosas publicaciones que se editan desde dife-
rentes espacios de la unidad académica, y de la Editorial, que
bajo el sello Periodismo y Comunicación edita ensayos y libros
de investigación, cuadernos de cátedra y tesis doctorales.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


De este modo, el recorrido propuesto por el Taller, no sólo
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

redunda en una formación más integral de los futuros gra-


duados, mediante la incorporación de contenidos que apor-
tan a los estudiantes de la Licenciatura conocimientos so-
bre los saberes y las habilidades que demanda este proceso
particular de la actividad editorial, sino que incrementa sus
posibilidades de inserción en un campo laboral que se en-
cuentra en creciente desarrollo y que ofrece a los comuni-
• cadores un amplio espectro de posibilidades para el ejercicio
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

profesional tanto en ámbitos públicos como privados.

En un contexto social y político nacional en el cual a partir de


la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se debate y
se redefine el rol del comunicador y en el que los desarrollos
continuos de las tecnologías de la comunicación abren nue-
vas áreas de producción, la propuesta de contenidos de la
materia busca dar a conocer y concientizar sobre un nuevo
ámbito de incumbencia en el cual los egresados de la Facul-
tad pueden ejercer la profesión, ampliando las perspectivas
de producción –hasta el momento vinculadas al periodismo
y a la planificación– y permitiéndoles convertirse en profe-
sionales de la edición.

Notas

1
LA EDICIÓN DE PUBLICACIONES ACADÉMICAS EN ÁMBITOS UNI-
VERSITARIOS DE PRODUCCIÓN EDITORIAL. Proyecto de investigación
de la cátedra Taller de Edición Técnica. Dir. Lic. Adela Ruiz. Integrantes:
Lic. Florencia Mendoza, Lic. Eduardo Aller, Fabia Hujarshi.

2
Desde una perspectiva horizontal, el Taller se inscribe en el área de pro-
ducción, espacio en el que se integran todas aquellas unidades didácticas
que, tanto el Ciclo Común como en el Ciclo Superior, buscan articular «los
procesos de producción de conocimientos y las habilidades profesionales
relacionados con el mundo profesional del comunicador» (DCyPE, 1997: 69).

3
Se utiliza el concepto de original y no de manuscrito porque este último
se emplea para los textos literarios.

4
Los saberes seleccionados para la propuesta pedagógica del Taller de
Edición Técnica se organizan siguiendo esta secuencia: Unidad 1. El proce-
so de edición técnica; Unidad 2. La macroedición; Unidad 3. La microedici-
ón; Unidad 4. La corrección de estilo; Unidad 5. La corrección de pruebas;
Unidad 6. Los ámbitos de producción editorial.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


5
En numerosos ámbitos de producción editorial, en particular el de las
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

dependencias que realizan estas actividades pero que no son editoriales


en sentido estricto, el editor carece de la potestad de incidir en el proceso
de selección de los originales –o tiene un escaso margen de acción–, por
lo que su intervención se centra más en los contenidos o en el enfoque
general de una obra, y no así en la definición de los autores, las temáticas
e incluso la pertinencia editorial de las obras que resultan publicadas.

6
Extraído de la síntesis que se ofrece sobre la carrera en <http://www.
perio.unlp.edu.ar/node/1149>.

7
Al momento de presentarse este trabajo, la materia se encuentra de-
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

sarrollando su primera edición con estudiantes del ciclo superior de la


Licenciatura en Comunicación Social.

Bibliografía citada

CASTRO, Marcela y PICCOLINI, Patricia (2007). «La edición técni-


ca como cuestión estratégica». Espacios de crítica y producción,
N.° 35, pp. 76-83. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Universidad
de Buenos Aires.

DAVIES, Gill (2002). Gestión de proyectos editoriales. México D.


F.: Fondo de Cultura Económica.

DOCUMENTO CURRICULAR Y PLAN DE ESTUDIOS 1998 (1997).


La Plata: Ediciones de Periodismo y Comunicación.

GARCÍA NEGRONI, María Marta y ESTRADA, Andrea (2006).


«¿Corrector o corruptor? Saberes y competencias del corrector de
estilo». Páginas de Guarda, N.° 1, pp. 26-40. Buenos Aires: Univer-
sidad de Buenos Aires.

HALL, Stuart (1997). El trabajo de la representación. Londres: Sage


Publications.

NUDELMAN, Ricardo (2002). «La capacitación es una inversión


productiva». En De Sagastizábal, Leandro y Esteves Fros, Fernan-
do (comps.). El mundo de la edición de libros (pp. 223-232). Buenos
Aires: Paidós.

PICCOLINI, Patricia (2002). «La edición técnica». En De Sagasti-


zábal, Leandro y Esteves Fros, Fernando (comps.). El mundo de la
edición de libros (pp. 117-137). Buenos Aires: Paidós.

__________ (s/f). «¿Qué es editar un original?» (Guía de la cátedra


Edición Editorial). Buenos Aires: mimeo.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992


RUIZ, Adela y FIORI, Georgina (2009). «La edición técnica de tex-
Adela Ruiz y Florencia Mendoza

tos educativos». Actas digitales del XI Congreso redcom . San Mi-


guel de Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán.

RUIZ, Adela (2012). «Propuesta pedagógica – Taller de Edición Téc-


nica». La Plata: mimeo.

SHARPE, Leslie y GUNTHER, Irene (2005). Manual de edición li-


teraria y no literaria. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.

TARUTZ, Judith (1992). Technical Editing. Nueva York: Hewlett-
La enseñanza de la edición técnica en las carreras de comunicación

Packard Press.

UNSELD, Siegfried (1982). El autor y su editor. Barcelona: Taurus.

Anuario de investigaciones 2012 Noviembre 2013 ISSN 2408-3992

También podría gustarte