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Como todos sabréis, estamos hablando de la "no dualidad".

La única realidad de la
que uno puede estar seguro es del hecho de que existe. Para empezar, sugerimos que
simplemente os relajéis. No os esforcéis por comprender con la mente lo que aquí se
diga porque, como veis ―como vais a ver― el problema es la mente. Relajaos y
manteneos receptivos porque las palabras que ahora salen de aquí provienen de esa
inteligencia-energía.

Si la mente no os hace de nube ―de obstrucción―, será esa misma inteligencia-


energía la que reciba estas palabras y lo que se capte o se comprenda surgirá en la
mente en el momento adecuado ―que será un momento presente―, en el lugar apropiado
―que será aquí y ahora―. Eso hará que entonces se lleve a cabo, a partir de ahí, la
acción adecuada. Por tanto, eso es lo que sugerimos que está teniendo lugar aquí.

No hay nadie, aquí mismo, en este preciso instante, que pueda negar su propia
existencia. Todos sabemos en qué consiste ese "yo existo". Como ese "yo existo" no
es algo consistente a lo que aferramos, recurrimos a todos los sucesos,
experiencias y condicionamientos para formar una imagen, una idea que consideramos
que es lo que somos en esencia.

De ahí es de donde surgen todos nuestros problemas porque es precisamente esa idea
de "mí mismo" la que me separa de "lo que no es yo mismo", del "no-yo". La
separación es aislamiento, es soledad, es miedo, es inseguridad, es vulnerabilidad.
Pues eso es lo que hacemos continuamente. Lo compartimentamos todo y nos pasamos el
tiempo buscando la totalidad, la seguridad o la felicidad. No es culpa nuestra ni
de nuestros padres, sino que es el condicionamiento que hemos recibido, es decir,
la forma en que nos han condicionado.

Si estoy convencido de que soy un individuo aislado, un ente o una persona aparte,
me sentiré inseguro. Entonces, en el primer nivel, a nivel familiar, intentaré
forjarme una familia con un ambiente de calidez y cariño que me aporte seguridad.
El siguiente nivel es el tribal y, si consigo estar en "sintonía" con la tribu, me
sentiré más seguro. A continuación, está el nivel de la nación ―y las naciones se
enfrentan entre sí por idénticas razones de egocentrismo o de inseguridad:
divisiones y separaciones.

Sin embargo, todos los grandes textos sagrados, todas las grandes religiones y
todas las grandes tradiciones nos dicen que solo hay un Dios ―si os apetece
utilizar ese término―; nos dicen que no hay dualidad; que no es más que esta
consciencia presente, que no es más que esto y nada más.

En algunas escrituras cristianas se dice: "Yo soy el Señor, tu Dios, y no hay


ningún otro". Otros términos que se utilizan para nombrar a Dios son
"omnipresencia", "omnisciencia" y "omnipotencia" ―presencia total, conocimiento
total y potencia total― y eso es precisamente lo que quieren decir: no-dual; único
e indivisible, presencia-consciencia.

Entonces, ¿qué cabida hay para un Tú, un Yo o cualquier otra cosa? Si existiera un
Tú o un Yo en esta potencia total, presencia total y conocimiento total, querría
decir que no es conocimiento total, presencia total ni potencia total. Así que,
desde ese punto de vista, toda esta manifestación no puede ser más que Eso, y esa
es una de las grandes afirmaciones del hinduismo: "Tú eres Eso" porque no hay nada
más que Eso. Otra gran afirmación es: "Yo soy Eso".

¿Existe alguien aquí, ahora mismo, que no sea esa presencia? Vosotros estáis
presentes, aquí mismo y ahora mismo. Pero ¿esa presencia es "vuestra"? ¿Es Mi
presencia? ¿Se trata de la presencia "individual" de cada uno de nosotros o se
trata de una presencia absoluta? ¿Hay alguien aquí que no sepa eso en este momento?
¿Lo sabéis vosotros? ¿Lo sé yo? ¿Lo sabe alguien distinto de nosotros? ¿Es
omnisciencia, conocimiento total? El hecho de saber implica una actividad y toda
actividad es energía. Podéis oír los coches que pasan, podéis oír los sonidos que
hay en esta habitación, podéis ver los movimientos que hay en la habitación. ¿Todos
estos sonidos, todos estos movimientos son tuyos? ¿Son míos? ¿Se trata de la
actividad, energía o poder de un tercero? ¿Se trata de omnipotencia, de potencia
absoluta?

Fijaos en esto y vedlo con claridad; entonces, preguntaos: ¿Quién soy yo? ¿Qué es
este Yo, este "mí mismo" que se cree distinto? ¿Dónde comienza? ¿Dónde acaba? ¿Qué
es? Si os fijáis, como os dije antes, la búsqueda siempre se produce "ahí fuera".
Ahí fuera es donde se nos ha condicionado para que miremos y encontremos algo que
nos aporte seguridad, que nos aporte plenitud, que nos haga felices.

Si no es en la familia, en la tribu o en la nación, entonces se busca en un trabajo


mejor, en más dinero, en mejores relaciones, en una buena casa y en todo tipo de
cosas que están ahí fuera, convencidos de que cuanto más acumulemos, más seguros
nos sentiremos o ―si hablamos de la búsqueda espiritual―, convencidos de que nos
iluminaremos, nos liberaremos o alcanzaremos la plenitud, todo esto con la
expectativa de conseguirlo en un futuro.

Me puedo pasar la vida entera así, pero si resulta que no lo consigo en esta vida,
entonces ¿qué hago? Si soy cristiano, conceptualizo un Dios que está por ahí, en
algún sitio y que tiene un cielo en algún lugar del futuro. Si no me van muy bien
las cosas "aquí", rezo un poco y hago algunas buenas acciones para poder acabar
"allí" en el futuro. ¡Pero todo eso no son más que conceptos! No son más que una
idea sobre un tiempo futuro, sobre un lugar en el futuro y sobre una deidad o ente
gracias al cual, en un futuro, todo me irá bien. Si practico una religión oriental,
entonces me reencarnaré, ¡en algún momento futuro!, ¡tendré otra vida!, pero sin
darme cuenta nunca de que lo único que existe es "ahora"; sin pararme a pensar qué
es lo que va a experimentar esa otra encarnación, sin pararme a pensar quién es el
que disfruta de "esta vida" o el que tiene la sensación de ser dueño de esta vida.

Es muy sencillo. Si os fijáis, lo veréis con claridad y facilidad. ¿De qué está
hecho este cuerpo? De la esencia de la comida. ¿De dónde vienen los alimentos?
Provienen de la tierra y la tierra proviene del fuego. Fuego, agua, aire y espacio
no son más que elementos. ¿De dónde vienen los elementos? En esa vibración, en ese
movimiento es donde aparecerán estas cosas, así que no son más que energía, la
única energía que existe (omnipotencia).

Con la mente pasa lo mismo. ¿Qué es la mente? ¡La mente no es más que pensamiento!
Los pensamientos son una forma sutil del sonido. Las palabras son sonidos. ¿Qué es
el sonido? Vibración. ¿Qué son las vibraciones? ¡Energía! Una vez más, es la
omnipotencia que aparenta ser algo distinto.

Por lo tanto, jamás me he apartado de ello ni he estado separado de ello; así que
es una tontería que intente encontrar la totalidad, la plenitud o lo que sea en un
determinado momento futuro. Si me vuelvo a fijar en la mente y me pregunto: "¿Dónde
está el pasado a menos que me ponga a pensar en él? ¿Dónde está el futuro a menos
que me ponga a pensar en él?" Si me fijo en eso, me daré cuenta, con toda claridad,
de que ni el pasado ni el futuro existen, a menos que se piense en ellos.

Desde la memoria, puedo traer a la mente todo lo que sucedió ayer, pero no son
hechos auténticos. Por ejemplo, ayer me encontré con fulano de tal, nos dimos la
mano, etcétera. Pero ¿hoy también pasará lo mismo? Puede que me haya olvidado de
algunos detalles y que haya añadido otros que no sucedieron. Así que lo que hago es
inventarme un concepto o idea en el presente de lo que sucedió ayer. También me
puedo anticipar o imaginar el futuro. Me imagino que algo sucede en el futuro y me
puede dar miedo o hacerme sentir feliz. Pero fijaos bien. ¿Cuándo sucede todo eso?
¿En el presente? ¿Es que puede existir algún otro momento en que eso suceda y que
no sea el presente?

Podéis decir: "¡Claro! ¡Todo eso pasó ayer!", pero ¿cuándo lo decís? ¿Acaso no es
ahora mismo? O también podéis decir que mañana será un día distinto. ¿Cuándo lo
decís y lo pensáis? ¿Acaso no es ahora mismo? Ahora todo sucede en el presente.
¿Acaso se trata de una presencia distinta de esa otra presencia, la omnipresencia,
la presencia absoluta?

Podéis decir que todo es Dios. ¡No! ¡Dios lo es todo! Ese "todo" no es más que un
espejismo. "Todo" no existe. "Todo" no es más que una palabra y una palabra no es
la realidad. Nunca ha sido real. Agua, agua, agua: la palabra "agua" no se puede
beber.

Estas palabras ―¡estas palabras!― tampoco son nada, pero ¿a que tienen
omnipotencia, a que tienen esa vibración, ese movimiento de energía? ¿Está
sucediendo aquí? ¿Allí? ¿Está sucediendo en algún lugar en particular? Se puede
sentir. El hecho de oír las palabras ―en este preciso instante― es una vibración.
Lo que se está oyendo, todo esto, está vibrando y palpitando. El corazón late, los
pulmones se expanden y se contraen. Siente cómo la energía se mueve por todo ese
cuerpo. ¿Hay alguien que no se dé cuenta de eso? La omnipotencia está funcionando.
¿Cuándo sucede todo eso? En el presente. La omnipresencia está en funcionamiento.

Por lo tanto, tal y como dije antes, las palabras, el cuerpo, la mente o cualquiera
de estos entes no son nada. La presencia es lo que se manifiesta en forma de
materia y no se puede independizar de la presencia. Para separarse tiene que haber
alguien, y ese alguien no existe. Todo movimiento, toda vibración, todo lo que
sucede no es más que esa omnipotencia que aparece en forma de otra cosa, que
aparece como materia, con la forma o con el nombre que nosotros queramos ponerle.

La omnisciencia consiste en conocer Eso. Esa omnisciencia es lo único que existe.


Esa forma en la que aparece no es ni más ni menos que Eso manifestado como algo
distinto.

Aquí mismo, ahora mismo, sigue sin haber nadie que haya negado el hecho de su
existencia o esa sensación de presencia. ¿Tiene esa presencia algo de malo a menos
que nos pongamos a pensar en ello? Y cuando me pongo a pensar en ello, ¿en qué
consiste el hecho de pensar? ¿Pueden los pensamientos pensarse a sí mismos? ¿O no
será más bien que el hecho de pensar aparece en esa presencia, en esa percepción
consciente? ¿Es que se convierte en algo más que en presencia al aparecer como algo
distinto?

Recordad lo que dijimos al empezar: no os preocupéis por las palabras. Escuchad y


sentid la resonancia de las palabras, su vibración, su energía. ¿Es muy distinto
esto del sentido del oído?

Sentid y sed conscientes de la vibración en el nivel donde se produce el fenómeno


de la audición. Ese hecho de ser consciente, esa consciencia de Eso, sigue estando
en el presente. ¿Acaso ha cambiado alguna vez?

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