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- Apraxia oral (AO) o buco-linguo-facial: se define como "una dificultad para ejecutar

movimientos voluntarios con los músculos de la laringe, faringe, lengua, labios y


mejillas con preservación de los movimientos automáticos de estos mismos grupos
musculares" (De Renzi y cois., 1966). Obviamente, la producción depende del contexto
y es más fácil si éste es espontáneo y relevante. Durante años, la AO se tomó como
signo integrante de la afasia expresiva porque, con frecuencia, en su comienzo, ambos
fenómenos se presentan concomitantemente (De Renzi y cois., 1966; Alajouanine,
1960) y porque la severidad afásica tiende a correlacionar con la AO. Sin embargo, la
AO no correlaciona con ningún tipo en especial de afasia, pero en cambio se asocia
estrechamente con la presencia en sí de afasia y con la dificultad en emisión fonémica
(De Renzi y cois., 1966). La mayoría de los lesionados izquierdos, afásicos o no, pero
ningún lesionado derecho, falló la prueba de AO de la Tabla VIII-2 (De Renzi y cois.,
1966). A algunos lesionados izquierdos se les dificulta más esta prueba que la
producción fonémica en sí, pero en cambio se encontraron pacientes afásicos severos
sin AO. Esto indica que la AO no es un mero remanente afásico o fonatorio. Además,
salvo casos evaluados en profundidad, siempre surge la duda del estado intelectual del
paciente. La autora vio una demente quien, al no poder sacar la lengua bajo demanda,
declaró que "eso es mala educación".
- Apraxia constructiva: Kleist (1934) la definió como una dificultad ejecutiva en
presencia de percepción espacial íntegra y buen movimiento manual, y la asoció a
lesiones parietales. La apraxia constructiva es un rótulo artificial que agrupa respuestas
muy dispares ante condiciones de examen muy diversas y no es un fenómeno unitario
ni en cuanto a terminología, ni en cuanto a déficit comportamental en sí. Puede
evaluarse mediante copia de dibujos con y sin significado (praxis grafomotora) o
mediante reproducción en dos o tres dimensiones de modelos reales o dibujos con
cubos o barras. Estadísticamente, los puntajes de lesionados cerebrales en
construcciones tri-dimensionales no correlacionan con los de construcciones bi-
dimensionales o los de dibujos (Benton, 1969), aunque algunas autoridades consideran
estos defectos como diferentes grados de severidad del déficit (Barraquer-Bordás,
1976). Sin embargo, vuelve a presentarse la hipótesis de la equivalencia de las
demandas externas para el SNC que concuerda más con los hallazgos estadísticos de
Benton y con la hipótesis de que, bajo condiciones patológicas, la misma secuencia
motora no se computa de modo equivalente. La copia de dibujos y las construcciones
tri-dimensionales parecen ser más sensibles a lesiones derechas excepto si, por lesión
izquierda, hay afasia de comprensión (Benton, 1969). Parece que las ejecuciones
defectuosas son diferentes según la lateralización de la lesión. Gazzaniga y cois., (1967)
y Hécaen y cois., (1961) trabajando con comisurotomizados y lesionados derechos
respectivamente, mostraron que los dibujos tri-dimensionales realizados sin mediación
del hemisferio derecho carecen de perspectiva, lo que indica la importancia del HD en
la transformación de relaciones topológicas. Los lesionados izquierdos efectúan más
movimientos más lentos y de menor amplitud para reproducir modelos
bidimensionales; en cambio, los derechos realizan menos movimientos pero más
amplios, y "simplifican" el modelo (Mack y col., 1981; Consoli, 1979).
Desgraciadamente no existen muchos estudios bien sistematizados al respecto,
excepto el de Mendilaharsu y cois., (1971) quienes encuentran en los pacientes
izquierdos tendencia a no dibujar ángulos rectos y a distorsionar la perspectiva, y en
los pacientes derechos, tendencia a microdibujos en el extremo inferior derecho de la
página. Lo anterior es parte del signo de negligencia del hemi-espacio izquierdo que se
detallará en el último capítulo y que se evidencia gradualmente en cuanto más difícil la
tarea (Pillon, 1981).

- La apraxia de la marcha es una alteración en los movimientos de inicio y avance de la


deambulación de forma coordinada. Pueden conservarse movimientos voluntarios de
las extremidades inferiores realizados a la orden cuando el paciente permanece
sentado. También, es posible realizar la bipedestación con apoyo.
La apraxia de la marcha es una rara afección, las alteraciones observadas en miembros
se han descrito principalmente, en los superiores y de forma excepcional, en los
inferiores. Se trata de una alteración en los movimientos de inicio y avance de la
deambulación de forma coordinada. Pueden conservarse movimientos voluntarios de
las extremidades inferiores realizados a la orden cuando el paciente permanece
sentado. También, es posible realizar la bipedestación con apoyo. Se origina por
alteraciones cerebrales, cuando una persona realiza una acción, ha de planificar los
movimientos, luego organizarlos o programarlos y finalmente ejecutarlos. Todas estas
acciones se realizan a nivel cerebral. Los pacientes apráxicos pueden fallar en alguna de
las etapas descritas para conseguir el acto motor [1].

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