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Anarquía y anarquismo

Publicado: Domingo, 22 Mayo 2016 14:03

https://www.portaloaca.com/historia/historia-libertaria/11854-anarquia-y-anarquismo.html

Kropotkin, en su Palabras de un rebelde, aludía a los que se refieren a la palabra anarquía


en términos despectivos. Incluso, aquellos que reconocen la belleza de las ideas libertarias,
pero consideran que el término que las sintetiza infunde temor y había sido elegido
torpemente. En lenguaje corriente, "anarquía" sería sinónimo de caos y desorden, y
evocaría lo contrario de lo que se propone: un estado entre los hombres en el cual la
armonía no sería posible.

Incluso Proudhon, el primero que parece que le dio un carácter positivo a la palabra, a
veces la empleaba todavía en su sentido negativo. Kropotkin continúa recordando que hubo
incluso controversia con el término en el seno de la Primera Internacional, en su vertiente
obviamente antiautoritaria, ya que los enemigos pretendían insistir en la búsqueda de
desorden y de caos que según ellos buscaba el anarquismo. Hubo recelos para adoptar el
nombre debido a esa concepción negativa, y se buscaron alternativas como "libertarios" o
"antiautoritarios". Yo considero un bello nombre el de "anarquismo" y "anarquista" (sin
acepción peyorativa, a diferencia de "anarquía", y lo considero equiparable políticamente a
"antiautoritario" y "libertario", aunque éste último hay personas que no lo emplean como
sinónimo, debido tal vez al equivalente sajón, que aquí se emplea ahora como
"libertariano", y que vienen a defender un capitalismo con un Estado mínimo).

A pesar de los elementos que nos encontramos al día de hoy, que se proclaman anarquistas
defensores del capitalismo, tal doctrina económica es incompatible con las ideas libertarias
desde la misma génesis de éstas (insistiremos, a pesar de lo que se oiga por ahí). Es cierto
que la raíz que se inicia con Godwin, al que no puede llamarse anarquista en rigor, conduce
a un liberalismo radical que parece en consonancia con la defensa de cierto capitalismo (o,
al menos, con defender la libertad económica y la propiedad privada). Pero los anarquistas
insistirán en que la libertad es un concepto tanto individual como social, por lo que nunca
puede establecerse en detrimento de los otros o mediante la explotación de su fuerza de
trabajo (los medios de producción deben ser colectivos). El anarquismo es socialista, siendo
la única rama que defiende la libertad individual como valor primordial y respeta la
autodeterminación de quien lo desee (algo que en sociedad se mostrará quimérico, ya que
será necesario cooperar aunque sea por utilidad), porque busca la autogestión económica y
social, y considera que la participación de todos en la gestión de los medios de producción
(agrupados éstos de la forma más eficaz que consideren los gestores) es esencial para la
defensa de la libertad y de la libre iniciativa.

El enemigo del anarquismo es la autoridad coercitiva, que representa el Estado en


cualquiera de sus formas, pero reclama tal vez una forma de autoridad superior, no
coactiva, que reposa en la sociedad libre y cooperativa: frente al mando, el reglamento y la
disciplina, se invoca como mucho más creadora la iniciativa de los individuos en un contexto
libre que fomente el desarrollo, la comunicación y la capacidad de raciocinio. Se confía en
que esta situación reduzca al mínimo los actos antisociales y el ser humano no actúe con
miedo al castigo, sino por iniciativa propia y reconocimiento de lo que es correcto. Es tal vez
esta situación de un excesivo optimismo, pero no hay que olvidar la confianza plena que las
ideas libertarias otorgan a la educación y a la cultura, a la plena expansión de las ciencias y
de la artes, y al desarrollo de las ideas como enemigo del dogma. Algo que, junto a la
defensa que realiza de la soberanía individual, sitúa en nuestra opinión al anarquismo como
la teoría política moderna más profunda y poderosa. Si podemos seguir confiando en la
perfección de esto que denominamos "civilización" (en singular, ya que debería ser un
modelo el que guíe a la humanidad con unas premisas esenciales), habría que profundizar
en los valores que siempre han defendido las ideas libertarias, valores que convencerán
estoy seguro a muchos que rechazan los nombres de "anarquía" y "anarquismo"

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