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La lactancia materna es un hecho biológico sujeto a modificaciones por

influencias sociales, económicas y culturales, que ha permanecido como


referente para los bebés humanos desde los orígenes de la humanidad, tanto si
se trata de leche de la propia madre o leche de otra madre, a cambio o no de
algún tipo de compensación. A principios del siglo xx se inicia lo que ha sido
considerado como el mayor experimento a gran escala en una especie animal:
a la especie humana se le cambia su forma de alimentación inicial y los niños
son alimentados con leche modificada de una especie distinta. La frecuencia
y duración de la lactancia materna disminuyeron rápidamente a lo largo del
siglo xx. En 1955 se había creado en las Naciones Unidas el Grupo Asesor en
Proteínas (GAP), para ayudar a la OMS a ofrecer consejo técnico
a Unicef y FAO en sus programas de ayuda nutricional y asesoría sobre la
seguridad y la adecuación del consumo humano de nuevos alimentos
proteicos. En los años setenta el GAP emite informes donde advierte la
preocupación por el problema de la malnutrición infantil derivada del
abandono de la lactancia materna e invita a la industria a cambiar sus
prácticas de publicidad de productos para la alimentación infantil.

Las señoras que se dedicaban a esta labor debían tener buena salud y tener
menos de 30 años. Además, debían tener buena actitud, ser educadas y
limpias. Sus hijos debían ser niños robustos y sanos. Fue durante el siglo XX
que se le dio más valor a la proximidad emocional de la madre con su bebé y
con la aparición de la leche en polvo, desapareció por completo esta labor. En
la actualidad, han existido personas que han denunciado esta práctica en
diversas ocasiones, ya que muchas de las nodrizas fueron mujeres
indígenas raptadas de sus casas y de sus comunidades para ser prisioneras en
casas de personas adineradas, obligándolas a abandonar a sus propios hijos
recién nacidos. En la época de la Edad Media se consideraba que la
mejor lactancia era la suministrada por la propia madre. Si ésta no podía,
delegaba este trabajo a la nodriza. Ya en esta época empezaron a usarse
biberones bien lavados, lo cual incidió directamente en la disminución de la
mortalidad infantil por infecciones.
Areola: es la parte más oscura alrededor del pezón. Durante el embarazo se
oscurece aún más, para hacerse más visible cuando el bebé empiece a mamar.
El niño debe tomar parte de la areola para mamar bien.
Pezón: es la punta del pecho por donde sale la leche a través de 15 a 20
pequeños agujeros.

Alvéolos: es donde se produce la leche. Con cada mamada éstos se contraen


para sacar la leche.
Conductos lactíferos: son los que conducen la leche de los alvéolos a los
senos lactíferos. Continuamente la leche baja por ellos.
Senos lactíferos: los senos lactíferos quedan debajo de la areola; es allí
donde se almacena la leche. Por eso, es importante que el niño abarque
parte de la areola para exprimir la leche.
Nervios: son los que mandan la orden al cerebro de hacer más leche en los
alvéolos. También transmiten la orden al cerebro para hacerla salir del
pecho.
Tejido graso: envuelve todo el seno y le sirve de colchón protector.
Algunas mujeres tienen más grasa en los pechos que otras. Por eso, las
mujeres tienen diferentes tamaños de pechos. Tener senos grandes o
pequeños no afecta la producción de leche.

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