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Miembro fantasma
Lone Nikolajsen y Troels Staehelin Jensen
Otros factores
El dolor fantasma puede modularse por otros factores internos y
externos, como la atención, angustia, tos, micción y manipulación
del muñón. Se ha sugerido que el uso de una prótesis funcional-
mente activa reduce el dolor fantasma, en contraposición al empleo
de prótesis estéticas (Lotze et al 1999, Weiss et al 1999).
Se ha alegado que el dolor fantasma puede ser provocado por una
anestesia medular en las amputaciones de miembros inferiores
(Mackenzie 1983). Sin embargo, Tessler & Kleiman (1994) investi-
garon de forma prospectiva 23 anestesias medulares en 17 pacien-
tes, y sólo un paciente desarrolló dolor fantasma, con resolución
espontánea en 10 minutos.
Hay evidencia creciente de que la disposición genética individual
para desarrollar dolor neuropático puede ser importante. Por ejem-
plo, Seltzer y colaboradores sugirieron varios genes candidatos en el
cromosoma 15 que podrían estar involucrados en la autonomía que
sigue la neurectomía periférica en roedores, un modelo animal de
dolor fantasma (Seltzer et al 2001). Un componente hereditario no
siempre es característico del dolor de la extremidad fantasma.
Schott describió un caso interesante, en el que cinco miembros de
una familia sufrían amputaciones traumáticas de sus extremidades. Fig. 61.2•Telescopaje: contracción progresiva del miembro fantasma. En la
El desarrollo de dolor de la extremidad fantasma era impredecible amputación de la extremidad inferior, el pie fantasma, finalmente, se localiza
a pesar de ser familiares de primer grado (Schott 1986). a nivel del muñón.
C A P Í T U L O 61•Miembro fantasma 989
8 días, 6 meses y 2 años posteriores a la amputación, respectiva- (Carlen et al 1978, Jensen et al 1985, Nikolajsen et al 1997b) y en
mente. Mientras la incidencia de las sensaciones fantasma no dis- encuestas más recientes (Kooijman et al 2000). Otros estudios clíni-
minuía durante el tiempo de seguimiento, tanto la duración como cos han demostrado que la temperatura y la actividad muscular del
la frecuencia del fenómeno del miembro fantasma decrecían de muñón están relacionadas con el dolor fantasma (Katz 1992, Sherman
forma significativa (Jensen et al 1984). En un estudio más reciente, & Glenda 1987, Sherman et al 1992). Nikolajsen et al, estudiaron a
se preguntó a los amputados sobre la frecuencia de las sensaciones 35 amputados y encontraron que unos umbrales bajos para los estí-
fantasma tras un tiempo medio posterior a la amputación de mulos mecánicos (algometría de presión) en la zona del muñón se aso-
19 años. El 22% había experimentado sensaciones fantasma siem- ciaban con dolor fantasma y en el muñón en la primera semana poste-
pre, otro 11% tenía sensaciones fantasma diarias, y el resto habían rior a la amputación (Nikolajsen et al 2000).
tenido sensaciones fantasma a intervalos semanales, mensuales o La asociación entre el dolor en el muñón y el dolor fantasma es
incluso anuales (Kooijman et al 2000). Las sensaciones fantasma consistente, como lo demuestran los estudios experimentales sobre
son menos frecuentes en los casos de amputaciones congénitas y en amputados. Nyström & Hagbarth (1981) observaron una actividad
los pacientes a los que se les realiza una amputación antes de los 6 anormal en las fibras de los nervios peroneo y mediano de dos
años de edad (Melzack et al 1997). amputados con dolor continuo en su pie y mano fantasma, respec-
tivamente. La percusión de los neuromas en estos dos pacientes
producía un incremento de las descargas de las fibras nerviosas y un
Dolor en el muñón
aumento de su dolor fantasma.
El dolor en el muñón consiste en el dolor localizado a este nivel, La exploración sensorial cuidadosa de los muñones amputados
mientras que el dolor fantasma y las sensaciones fantasma se refie- puede mostrar zonas con alteraciones sensoriales, como hipoestesia,
ren a la extremidad amputada. El dolor en el muñón es frecuente hiperalgesia o alodinia (Nikolajsen et al 1998). Sin embargo, no está
en el período postamputación inmediato (Jensen et al 1983, Parkes claro si existe alguna correlación entre el dolor fantasma y la exten-
1973). En un estudio prospectivo en el que se incluyó a amputados sión, así como con el grado de las alteraciones sensoriales en el muñón.
de la extremidad inferior, 54 pacientes presentaron unánimemente
dolor en el muñón en la primera semana posterior a la amputación,
MECANISMOS DEL DOLOR FANTASMA
con una intensidad media de 15,5 en una escala visual analógica
entre 0 y 100 (Nikolajsen et al 1997b). Los mecanismos subyacentes del dolor fantasma no se han aclarado
El dolor en el muñón, no obstante, puede persistir más allá de la todavía, pero las investigaciones clínicas y sobre modelos animales han
fase de recuperación posquirúrgica. En una encuesta realizada a 78 contribuido a la comprensión del dolor fantasma tras una amputación.
amputados traumáticos, Pezzin et al encontraron que el 14,1% No existen evidencias de la participación del sistema nervioso central
padecían un dolor intenso y constante en la zona del muñón (Pezzin y periférico en el dolor fantasma, como se destaca brevemente en este
et al 2000). Otros autores han encontrado resultados similares en apartado. La comprensión de los mecanismos subyacentes del dolor
pacientes a los que se les practicó una amputación por motivos fantasma contribuirá, con toda probabilidad, al desarrollo de nuevos
diversos, incluyendo los médicos (Ehde et al 2000, Kooijman et al tratamientos, por otra parte más racionales. En la Figura 62.3 se mues-
2000, Pohjolainen 1991). La incidencia de dolor crónico en el tra un modelo propuesto del desarrollo de dolor fantasma.
muñón probablemente sea mayor en las zonas de guerra (Husum et
al 2002, Lacoux et al 2002).
Factores periféricos
El dolor en el muñón se describe como opresivo, vibratorio, que-
mante, constreñido o punzante (Jensen et al 1985). Algunos pacientes El dolor fantasma es significativamente más frecuente en los
tienen movimientos espontáneos del muñón, que oscilan entre unas pacientes amputados con un dolor en el muñón de larga evolución
ligeras y casi inapreciables sacudidas hasta contracciones importantes. que en los individuos sin un dolor persistente. Tras la sección del
El dolor en el muñón y el dolor fantasma tienen una fuerte correla- nervio, se produce de forma universal la formación de neuromas.
ción. El grupo de Carlen observó que el dolor fantasma disminuía al Dichos neuromas muestran una actividad patológica espontánea y
resolver los trastornos del muñón terminal (Carlen et al 1987). En una provocada tras la estimulación mecánica o química (para una revi-
encuesta a 648 amputados Sherman & Sherman (1983) observaron sión del tema, véase Devor & Seltzer 1999). El incremento de la
que el 61% de los amputados con dolor fantasma presentaban dolor actividad espontánea y provocada de localización ectópica proce-
en el muñón y sólo el 39% de los que no referían dolor fantasma. Se dente de la periferia se asume como una consecuencia del aumento
han obtenido resultados similares en otros tres estudios prospectivos y nueva expresión de los canales de sodio (Novakovic et al 1998).
La percusión del muñón o de los neuromas surgidos en el muñón manifestarse en el transcurso de varios días, y comprende el descen-
induce la aparición de dolor fantasma y en el muñón. En un estudio so de los umbrales, el incremento persitente de las descargas neuro-
microneurográfico clásico realizado en dos amputados, Nyström & nales con dolor prolongado tras la estimulación y la extensión de las
Hagbarth (1981) demostraron que los golpecitos sobre los neuro- zonas receptivas periféricas (para más detalles, véase el Capítulo 5).
mas se asociaban con un aumento de la actividad en las aferencias Algunos amputados muestran una sensibilidad anormal a la presión
de las fibras C y con un aumento de la sensación de dolor fantasma. o bien a la estimulación repetida del muñón con una hebra de Von
De acuerdo con estos hallazgos, un estudio más reciente mostró Frey, que a menudo es capaz de producir crisis de dolor fantasma. La
una correlación inversa entre la intensidad del dolor fantasma y el farmacología de la sensibilización medular involucra un incremento de
umbral del dolor por presión del muñón en fases precoces posterio- la actividad en los sistemas controlados por el receptor NMDA, y así
res a la amputación (Nikolajen et al 2000). los antagonistas del receptor NMDA pueden reducir muchas manifes-
La anestesia local del muñón puede reducir o abolir el dolor fantas- taciones de la sensibilización central (Eide 2000). En los seres huma-
ma de forma temporal. Chabal et al demostraron que modulando las nos, la provocación de dolor fantasma o en el muñón al realizarse una
señales periféricas con la anestesia local de los neuromas del muñón estimulación repetida en el muñón puede reducirse con el empleo de
con lidocaína, se reducía el dolor del muñón desencadenado por los un antagonista del NMDA, la ketamina (Nikolajsen et al 1996). Tam-
golpecitos (Chabal et al 1989). Por el contrario, la inyección perineu- bién se puede dar otro tipo de reorganización anatómica que contribu-
romal de un bloqueante de los canales del calcio, la galamina, producía ye de esta forma a la sensibilización central. La sustancia P se produce
una exacerbación clara del dolor. Estos hallazgos eran compatibles con habitualmente en las fibras aferentes pequeñas, pero tras una lesión
la idea de que la anómala captación por parte de los nociceptores nerviosa esta sustancia P puede expresarse en las fibras largas Aβ; este
periféricos es un importante mecanismo productor de dolor. En las cambio fenotípico de las fibras largas Aβ en fibras nerviosas similares a
células de los ganglios de la raíz dorsal (GRD), los cambios se suceden las nociceptivas puede ser una de las razones que expliquen la razón
tras la sección completa del nervio. Los cuerpos celulares de los GRD de que los estímulos no nocivos se perciban como dolorosos (Hökfelt
muestran una similar actividad patológica espontánea y una sensibili- et al 1997). Recientemente, se ha observado que, tras una denerva-
dad aumentada a la estimulación mecánica y neuroquímica (Kajander ción periférica o amputación, los pacientes pueden desarrollar áreas
et al 1992). En el estudio de Nyström & Hagbart (1981), la anestesia referidas a los dermatomas situados por encima y por debajo de las
local de los neuromas abolió las descargas de las aferencias inducidas regiones lesionadas. La estimulación en estas zonas genera un dolor
por los golpecitos así como la exacerbación del dolor fantasma tras los fantasma referido en la extremidad amputada o anestesiada. El patrón
mismos, pero no se modificó el dolor espontáneo ni la actividad de localización funcional y anatómico de este fenómeno no está acla-
espontánea registrada. Esto concuerda con la idea de que la generación rado, pero en estudios psicofísicos recientes sobre este fenómeno se
de la actividad se produce en las células de los GRD. Las células de los ha sugerido que puede representar una sensibilización central del
GRD muestran cambios importantes en la expresión de los canales del tronco encefálico inferior y de la parte proximal de la médula espinal
sodio, con una alteración en el patrón de expresión de diferentes cana- (observaciones no publicadas). Por ejemplo, en los amputados de la
les (Waxman 1999). Coward et al han confirmado estos hallazgos en extremidad inferior o en avulsiones de plexo se ha observado que los
diversos trastornos por dolor en humanos (Coward et al 2000). puntos gatillo por encima de las partes del cuerpo desaferenciadas que
El sistema nervioso simpático también desempeña un importante generaban dolores fantasma se encontraban en los núcleos no desafe-
papel en la generación y, sobre todo, en el mantenimiento del dolor renciados y en los dermatomas faciales correspondientes al dermato-
fantasma. A partir de estudios en animales, es bien conocido que la ma de C3 y se extendían hacia el dermatoma del núcleo trigémino,
aplicación de noradrenalina o la activación de las fibras simpáticas que es la proyección facial del segmento C3 de la médula espinal.
posganglionares excita y sensibiliza las fibras nerviosas lesionadas, Estas observaciones, por supuesto, no excluyen la posibilidad que la
sin afectar a las fibras indemnes (Koltzenburg & McMahon 1991). reorganización se produzca a un nivel más superior, por ejemplo, en el
Los bloqueos simpaticolíticos pueden abolir el dolor neuropático, y córtex, debido a que la información somatosensorial procedente de las
en los pacientes que consiguieron un alivio tras un bloqueo simpati- estructuras medulares y del tronco del encéfalo convergen en zonas
colítico, el dolor puede reproducirse al minuto de inyectar noradre- más proximales.
nalina en la piel (Torebjork et al 1995). Se ha visto que al cabo de
mucho tiempo de la amputación, la inyección de noradrenalina
Reorganización cerebral
alrededor del neuroma del muñón ha resultado ser extremadamen-
te dolorosa (Chabal et al 1992). La sensibilidad a las catecolaminas La percepción del miembro fantasma, con complejas propiedades
también puede evidenciarse a nivel mismo de la piel mostrando una perceptivas y las modificaciones secundarias a una variedad de es-
extremidad más fría en el lado amputado, y se ha sugerido que la tímulos internos (p. ej., atención, distracción o estrés), muestra que
intensidad del dolor fantasma está inversamente relacionada con la imagen fantasma es un producto del cerebro. Los estudios elec-
la temperatura cutánea del muñón (Sherman & Glenda 1987). El trofisiológicos han documentado la existencia de neuronas específi-
acoplamiento sensorial del sistema simpático a nivel del DRG tam- cas nociceptivas y una variedad de neuronas dinámicas en el córtex
bién puede contribuir al aumento de la respuesta dolorosa, seguido cerebral. Tras la amputación de una extremidad y la desaferencia-
de cambios en la actividad simpática (Devor & Seltzer 1999). ción en monos adultos, se produce una reorganización del córtex
somatosensorial primario; aunque estos cambios se atribuyan sólo al
córtex, también es posible que se produzcan, por lo menos en
Plasticidad medular
parte, como consecuencia de alteraciones a nivel del tálamo, y
La sensibilización de las neuronas espinales es una respuesta fisioló- quizás incluso del tronco encefálico o de la médula espinal.
gica normal en un sistema nervioso indemne. Tras la lesión nerviosa, Tras una rizotomía dorsal, se evidencia una disminución del
se produce un aumento de la excitabilidad general de las neuronas umbral para provocar actividad en el tálamo y el córtex, y los
de la médula espinal, en las que las fibras C y las aferencias Aδ con- monos adultos muestran una reorganización cortical en la que la
tactan con las segundas neuronas transmisoras del dolor. La sen- boca y el mentón ocupan zonas de corteza correspondientes a
sibilización de las neuronas del asta dorsal está mediada por la li- la representación de los brazos y dedos que han perdido su normal
beración de glutamato y neurocininas. Esta sensibilización puede transmisión aferente (Florence & Kaas 1995, Pons et al 1991).
C A P Í T U L O 61•Miembro fantasma 991
En los seres humanos, se ha observado una reorganización similar Cuadro 61.1•Recomendaciones para el tratamiento del dolor
empleando técnicas de resonancia magnética funcional y magneto- postamputación (sin basarse en las evidencias)a
encefalografía. Curiosamente, esta reorganización cerebral se pro-
ducía en un número limitado de pacientes, observándose única- Dolor postoperatorio precoz
mente en los que presentaban un dolor fantasma y una relación
Dolor en el muñón
lineal entre el dolor y el grado de reorganización (Birbaumer et al • Analgésicos convencionales (paracetamol, antiinflamatorios no
1997, Flor et al 1995, 1998, Grüsser et al 2001). A otros niveles esteroideos y opioides) que pueden combinarse con un bloqueo
subcorticales, también se observan cambios. Empleando técnicas de analgésico epidural
registro neuronal y estimulación, se observó que las neuronas talá-
Dolor en el muñón y dolor fantasma
micas que habitualmente no responden a la estimulación, empeza- • En caso de signos claros de dolor neuropático (paroxismos o
ban a responder y a mostrar una ampliación de los mapas soma- sensibilidad anómala en el muñón), pueden intentarse dosis pequeñas
totrópicos en el caso de los amputados (Davis et al 1998, de antidepresivos tricíclicos y antiepilépticos
Dostrovsky 1999).
Dolor crónico
mentos de 300 mg hasta la dosis máxima de 2.400 mg diarios. Tras (Flor et al 2001). La ventaja de la mayor parte de las técnicas cita-
6 semanas de tratamiento, la gabapentina resultó ser mejor que el das es su ausencia de efectos secundarios y complicaciones, así
placebo en la reducción del dolor fantasma. Rusy et al obtuvieron como su fácil repetición. Sin embargo, la mayoría de estos estudios
un efecto similar en un estudio abierto (Rusy et al 2001). tratan observaciones no controladas.
El fracaso para proporcionar un alivio del dolor de forma eviden-
te no se debe considerar hasta que no se hayan introducido los
Tratamiento quirúrgico
opioides. Éstos pueden utilizarse con seguridad, con un riesgo limi-
tado de dependencia y durante varios años (Dellemijn 1999). En La cirugía de la amputación de los neuromas y la amputación más
un estudio aleatorizado, cruzado y a doble ciego con placebo, se extensa tuvo anteriormente un papel importante en el tratamien-
administró a 31 amputados una infusión de lidocaína, morfina o to del dolor en el muñón y dolor fantasma. Actualmente, la revisión
difenhidramina, en 40 minutos (Wu et al 2002). En comparación del muñón se realiza, con toda probabilidad, sólo en casos de pato-
con el placebo, la morfina reducía tanto el dolor del muñón como el logía evidente en el muñón, y en los muñones que han cicatrizado
fantasma, mientras que la lidocaína disminuía sólo el dolor del correctamente, casi nunca existe una indicación de extensión pro-
muñón. En otro estudio cruzado controlado con placebo que incluía ximal de la amputación debido al dolor. Los resultados de otras téc-
a 12 pacientes, el grupo de Huse encontró una reducción significa- nicas invasivas, como por ejemplo, las lesiones en la zona de entra-
tiva del dolor fantasma durante el tratamiento con morfina por vía da de las raíces dorsales (Prestor 2001), la simpatectomía y la
oral (Huse et al 2001). Casos referidos sugieren que la metadona es cordotomía, suelen tener resultados desfavorables, y la mayoría se
capaz de disminuir el dolor fantasma (Bergmans et al 2002). han abandonado. La cirugía proporciona un alivio del dolor a corto
Se ha analizado el efecto de los antagonistas del receptor de plazo pues a menudo éste reaparece.
NMDA en diferentes estudios. En un trabajo a doble ciego, con un
control de placebo, la ketamina por vía intravenosa redujo el dolor,
PREVENCIÓN
la hiperalgesia y el dolor en ráfagas en 11 amputados con dolores en
el muñón y fantasma (Nikolajsen et al 1996). En otros dos ensayos La idea de una acción analgésica anticipada en el dolor postampu-
se ha estudiado el efecto de la memantina, un antagonista del tación se sugirió a raíz de las siguientes observaciones:
receptor de NMDA disponible en presentación oral. En ambos
estudios, se administró memantina a doble ciego, con un grupo con- • El dolor fantasma se reproducía, en algunos casos, de igual forma
trol de placebo y cruzado, a pacientes con dolor en el muñón y fan- que el dolor experimentado antes de la amputación.
tasma. La memantina en dosis de 20 o 30 mg/día, respectivamente, • Los amputados con dolor fantasma padecían, con mayor fre-
no mostró ningún efecto sobre el dolor espontáneo, la alodinia y la cuencia que los pacientes sin dolor fantasma, un dolor intenso
hiperalgesia (Maier et al 2003, Nikolajsen et al 2000). Se ha suge- y de larga evolución antes de la amputación.
rido que el dextrometorfano, otro antagonista del receptor de
NMDA, es efectivo a raíz de un estudio que incluía a 10 pacientes Estas observaciones llevaron a pensar en la teoría de que el dolor
con dolor fantasma (Abraham et al 2003). de la preamputación dejaba una impronta memorizada en las
La calcitonina reduce significativamente el dolor fantasma cuando estructuras del sistema nervioso central, y que dicha impronta sería
se utiliza de forma intravenosa en la fase postoperatoria precoz (Jae- la responsable del dolor persistente tras la amputación. Inspirándo-
ger & Maier 1992). Un gran número de diferentes tratamientos, por se en esto, el grupo de Bach llevó a cabo el primer estudio sobre la
ejemplo, los betabloqueantes (Ahmad 1979, Marlsand et al 1982), la prevención del dolor fantasma (Bach et al 1988). Se distribuyeron
mexiletina, un análogo oral de la lidocaína (Davis 1993), la aplicación en función del año de nacimiento 25 pacientes en un grupo que
tópica de capsaicina (Rayner et al 1989), los opioides intratecales recibía tratamiento con bloqueo analgésico, y otro con analgésicos
(Jacobsen et al 1990, Omote et al 1995), varios bloqueos anestésicos convencionales en las 72 horas previas a la amputación. Todos los
(Lierz et al 1998, Wassef 1997) y la inyección de toxina botulínica pacientes recibían analgesia epidural durante la amputación, y am-
(Kern et al 2003) se han propuesto como efectivos en el dolor fan- bos grupos utilizaron analgésicos convencionales para tratar el dolor
tasma, pero ninguno de ellos ha demostrado serlo en ensayos adecua- postoperatorio. No se contempló el enmascaramiento. Tras 6 me-
damente controlados y con una muestra suficiente de pacientes. ses, la incidencia de dolor fantasma fue menor entre los pacientes
que habían recibido el bloqueo epidural preoperatorio.
Los hallazgos de Bach et al fueron apoyados por un aumento en el
Otros tratamientos
grueso de los trabajos sobre animales y otros contextos clínicos,
La terapia física engloba el masaje, la manipulación y la moviliza- mostrando el efecto del tratamiento anticipado del dolor en el pos-
ción pasiva, y previene los cambios tróficos y la congestión vascular terior desarrollo del dolor (Woolf & Chong 1993). Desde entonces,
del muñón. Otros tratamientos como la estimulación eléctrica se han realizado pocos ensayos para evaluar el impacto a corto y
transcutánea del nervio, la acupuntura, los ultrasonidos y la hipno- largo plazo de la anestesia regional (epidural y bloqueos nerviosos)
sis, pueden en algunos casos producir un efecto beneficioso en el en el dolor fantasma. Alguno de estos estudios, pero no todos, han
dolor del muñón y en el dolor fantasma. Por lo menos tres estudios confirmado que la anestesia regional puede ser efectiva para reducir
han analizado el efecto de la estimulación eléctrica transcutánea el dolor postamputación. Por desgracia, alguno de estos ensayos son
nerviosa, pero los resultados no son consistentes (Finsen et al 1988, de una calidad metodológica muy pobre.
Katz & Melzack 1991, Lundeberg 1985). Un estudio mostró el Jahangiri et al evaluaron el efecto de la infusión perioperatoria
efecto del Farabloc, un calcetín tejido de metal que se colocaba epidural de diamorfina, bupivacaína y clonidina en el muñón post-
sobre el muñón (Conine et al 1993). Ramachandran & Rogers- amputado y en el dolor fantasma (Jahangiri et al 1994). Trece
Ramachandran (2000) empleaban técnicas de retroalimentación pacientes recibieron tratamiento epidural en las 5-48 horas previas
visual con un espejo para eliminar los espasmos dolorosos del a la intervención y durante por lo menos 3 días postoperatoriamen-
miembro fantasma. Flor et al demostraron que el entrenamiento en te. Un grupo control de 11 pacientes recibieron analgesia opioide a
la discriminación sensorial obtenida al aplicar los estímulos en el demanda. Todos los pacientes recibieron anestesia general durante
muñón reducía el dolor en cinco amputados del miembro superior la amputación. La incidencia de dolor fantasma importante fue
C A P Í T U L O 61•Miembro fantasma 993
Tabla 61.2•Resumen de los estudios sobre la prevención del dolor fantasma (A, B, C se refieren a los diferentes brazos de tratamiento en cada estudio)
Número de
Referencia Aleatorización Enmascaramiento pacientes Intervención Efecto
Analgesia epidural
Bach et al 1988 + ? 25 A (n = 11): bupivacaína epidural y morfina en +
las 72 horas previas a la amputación
B (n = 14): analgesia sistémica
Analgesia perineural
Fischer and Meller 1991 – – 11 A (n = 11): bloqueo de la vaina nerviosa con +
bupivacaína tras 72 horas de la amputación
menor en el grupo que recibió epidural a los 7 días, 6 meses y año grupo (n = 15) recibía bupivacaína y morfina epidural en los 3 días
posteriores a la amputación. El estudio no estaba aleatorizado ni previos a la amputación, manteniéndose la infusión durante las 72
enmascarado. horas posteriores a la intervención; otro grupo (n = 12) recibió
Schug y colaboradores presentaron, en una carta, los resultados analgésicos convencionales antes de la amputación y analgesia epi-
de un estudio en los que 23 pacientes recibían una analgesia epidu- dural posteriormente a la amputación; y el tercer grupo (n = 18)
ral antes, durante y después de la amputación (n = 8), analgesia recibió analgésicos convencionales antes y después de la amputa-
epidural intraoperatoria y postoperatoria (n = 7) o anestesia gene- ción. Tras 6 meses, la incidencia de dolor fantasma era significativa-
ral más analgesia sistémica (n = 8) (Schug et al 1995). Al cabo de mente menor en el grupo que recibió tratamiento analgésico epidu-
un año, la incidencia de dolor fantasma era significativamente me- ral en los 3 días previos a la amputación, en comparación con los
nor entre los pacientes que recibieron analgesia epidural pre, intra y dos grupos que no lo recibieron. Los resultados de estos dos ensa-
postoperatoriamente, en relación con los pacientes que recibieron yos no se han publicado nunca en artículos médicos.
anestesia general más analgesia sistémica. Katsuly-Liapis et al pre- El grupo de Nikolajsen realizó un estudio aleatorizado, a doble
sentaron, en un formato abstracto, un estudio en el que se distri- ciego y con un grupo control de placebo en el que 60 pacientes con
buía a 45 pacientes en tres grupos (Katsuly Liapis et al 1996). Un una amputación de extremidad inferior programada se asignaron de
994 SECCIÓN 7: Dolor neuropático
forma aleatorizada a uno de estos dos grupos: un grupo con bloqueo tratamiento perineural intra y postoperatorio, y su incidencia fue
que recibía bupivacaína y morfina epidural antes y durante la am- similar en ambos grupos tras 3 días, 6 y 12 meses.
putación (29 pacientes), y un grupo control que recibía por vía epi- Los estudios mencionados anteriormente se enumeran en la
dural suero salino o bien morfina oral o intramuscular (31 pacien- Tabla 61.2.
tes) (Nikolajsen et al 1997a). Ambos grupos recibían anestesia El objetivo del tratamiento anticipado es evitar la sensibilización
general en la amputación, y todos los pacientes recibieron analgesia medular mediante el bloqueo previo a la cascada de respuestas
epidural para el tratamiento del dolor postoperatorio. Se interrogó intraneuronales que acontecen tras la lesión del nervio periférico.
a los pacientes acerca del dolor preamputación el día antes de la Un abordaje previo completo, probablemente no es posible realizar-
misma, y sobre el dolor en el muñón y dolor fantasma tras 1 sema- lo en pacientes con amputaciones programadas. Muchos sufren un
na y a los 3, 6 y 12 meses. La duración media del bloqueo epidural dolor isquémico durante meses o años y, probablemente, asocien
preoperatorio (en el grupo de bloqueo) fue de 18 horas. Tras una se- una hiperexcitabilidad neuronal previa. No se puede olvidar que el
mana, el porcentaje de pacientes con dolor fantasma era del 51,9% bloqueo epidural preoperatorio durante un tiempo prolongado
en el grupo de bloqueo, y del 55,6% en el grupo control. Posterior- (quizá semanas) previene el desarrollo del dolor fantasma. Sin em-
mente, los porcentajes fueron (bloqueo/control): a los 3 meses, bargo, esto es poco práctico. A menudo, la decisión de amputar no
82,4/50%; a los 6 meses, 81,3/55%, y a los 12 meses, 75/68,8%. La se toma hasta el día anterior o incluso en el mismo día de la cirugía.
intensidad del dolor en el muñón y el dolor fantasma, así como el Para concluir, el bloqueo epidural es efectivo en el tratamiento de
consumo de opioides, fue similar en ambos grupos y en las cuatro dolor isquémico preoperatorio y en el dolor del muñón postopera-
entrevistas realizadas tras la intervención. torio. Hasta el momento, no se dispone de estudios de una mínima
Otros autores han examinado el efecto del bloqueo perineural o calidad metodológica que demuestren que el bloqueo epidural pre-
intraneural en el dolor fantasma. Fischer & Meller (1991) introdu- operatorio tiene un efecto beneficioso en la prevención del dolor
jeron un catéter en una vaina nerviosa transeccionada en el momen- fantasma. No debe olvidarse que otro tipo de abordajes pueden ser
to de la amputación, e infundieron bupivacaína durante 72 horas efectivos. Por ejemplo, Dertwinkel et al sugirieron, en un estudio
en 11 pacientes. Ninguno de ellos desarrolló dolor fantasma en los abierto con controles históricos, que la ketamina administrada a
12 meses de seguimiento. En un estudio retrospectivo, Elizaga et al nivel intraoperatorio y en las 72 horas posteriores a la amputación
no obtuvieron un beneficio con este tratamiento (Elizaga et al reducía el dolor fantasma (Dertwinkel et al 2002).
1994). Pinzur et al aleatorizaron de forma prospectiva a 21 pacien-
tes con una infusión continua postoperatoria, bien de suero salino o
CONCLUSIÓN
de bupivacaína, pero fracasaron al no encontrar ninguna diferencia
entre ambos grupos en relación a la incidencia de dolor fantasma en El miembro fantasma y el dolor fantasma, especialmente tras una
los 3 y 6 meses posteriores (Pinzur et al 1996). amputación de extremidad, constituyen un fenómeno intrigante
En un reciente estudio, el grupo de Lambert comparó dos técni- que, en una minoría de amputados se presenta con una intensidad
cas de analgesia regional; 30 pacientes fueron aleatorizados para insoportable, alterando su rutina diaria. Los mecanismos subyacen-
recibir por vía epidural, ya sea bupivacaína o diamorfina, empezan- tes del dolor fantasma y del miembro fantasma son múltiples, pero
do en las 24 horas previas de la amputación y continuando en los 3 el punto inicial posiblemente sea de origen periférico, seguido de
días postoperatorios, o bien un catéter perineural intraoperatorio una cascada de acontecimientos que, en última instancia, afecten a
para la administración intraoperatoria y postoperatoria de bupiva- los centros superiores del cerebro con una reorganización. El tra-
caína (Lambert et al 2001). Todos los pacientes recibían anestesia tamiento debe tener en cuenta los cambios en la neuroplasticidad.
general durante la amputación. El tratamiento epidural pre, peri y El hipotético papel de las medidas preventivas para el desarrollo
postoperatorio para prevenir el dolor fantasma no fue superior al y mantenimiento del dolor fantasma no están todavía aclarados.
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