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Di Tullio “Manual de gramática del español” Unidad 2

La oración y el enunciado.
La sintaxis se ocupa de la estructura interna de las oraciones, de la combinación de las palabras
que la integran. La oración es la unidad máxima, para definirla, se acumulan cientos de
definiciones basadas en diferentes criterios.
Dos nociones de oración.
Todas las definiciones tienen en común considerar a la oración como una unidad de
comunicación (unidades en las que se puede dividir un texto). Esta unidad, denominada
enunciado, se define en términos extragramatical-semántico, pragmático y fonológico, es una
unidad que corresponde al análisis del discurso. Si la oración es una unidad estrictamente
gramatical, lo que se requiere es que se la caracterice como unidad de construcción, para lo
cual corresponde definirla a partir de su estructura interna. Tradicionalmente, se definió dos
constituyentes: sujeto y predicado. En su caso típico, el núcleo del predicado es un verbo
conjugado en concordancia con el sujeto. La oración se define como una construcción
predicativa. Como unidad de construcción, la oración es la máxima unidad de sintaxis; como
unidad de comunicación, es la unidad menor del discurso. Ambos conceptos no se
corresponden. La oración es una entidad teórica que se define por las reglas de la gramática, el
enunciado es una unidad observable. Las construcciones predicativas de sujeto y predicado
son, al mismo tiempo, oraciones y enunciados. Las secuencias que no contienen los
constituyentes necesarios en la oración, que necesitan del contexto, son enunciados. La
gramática prescinde, por lo general, de la noción de enunciado.
Oración como unidad gramatical.
Toda oración está formada por un sujeto y un predicado. El componente “flexión” es el
elemento capaz de vincular al sujeto y al predicado, que resulta del núcleo de la oración. La
flexión comprende tanto los rasgos de concordancia como los de tiempo y modo. Una oración
puede convertirse en un fragmento ocasionalmente, por razones pragmáticas.
La oración y el discurso.
La oración constituye el límite entre la gramática y el discurso. Se entiende “discurso” como
una secuencia coherente de enunciados. Gramática y análisis del discurso no se oponen, se
complementan. Hay aspectos del discurso que difieren de la oración y elementos de ésta que
trascienden los límites oracionales. Pero oración y discurso son objetos diferentes. Solo en el
marco de la oración pueden formularse reglas que diferencien netamente las secuencias bien
formadas de las agramaticales. En el discurso, en cambio, se dan regularidades de naturaleza
estadística, dependientes de factores pragmáticos.

La estructura de la oración simple. El sujeto y el predicado.


Las oraciones simples tienen un solo predicado verbal y no contienen subordinadas. Todos sus
constituyentes son sintagmas. Requieren que los dos constituyentes inmediatos (sujeto y
predicado) compartan las propiedades flexionales y que estén relacionados mediante la
concordancia.
Predicados y argumentos.
Toda oración es una estructura predicativa, que contiene un predicado y algún argumento,
excepto las que denotan fenómenos atmosféricos, que no requieren argumento. Los
argumentos son expresiones referenciales que permiten identificar entidades del mundo
extralingüístico. El predicado atribuye una propiedad a un argumento o describe la relación
existente entre los argumentos. El predicado determina cuantos y cuales argumentos son
necesarios. El grado de un predicado es el número de argumentos seleccionados: predicados
cero-ádicos, que no requieren argumentos (llueve; amanece); predicados monádicos, admiten
un solo argumento (toser; trabajar; correr); predicados diádicos, que se construyen con dos
argumentos (borrar; dilucidar; temer) y predicados triádicos, con tres argumentos (dar; decir;
prometer; ordenar). No solo los verbos son predicados, también lo son los adjetivos,
sustantivos y preposiciones, pero como estas carecen de los rasgos flexivos, requieren de un

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elemento gramatical que los contenga: los verbos cópula “ser” y “estar”. Este tipo de
predicativos son monádicos.
Los predicativos semánticos tienen una estructura argumental formada por los argumentos
que seleccionan; a su vez, cada argumento está caracterizado por un papel temático. El papel
temático es una unidad semántica que indica cual es la participación del argumento en el
estado de cosas descripto por el predicado (por ejemplo, agente, experimentante, etc.). No
existe correspondencia entre los papeles temáticos y las funciones sintácticas. La información
sobre la estructura argumental y la referida al papel temático que corresponde a cada
argumento se especifican en la entrada léxica de cada predicado. De la estructura argumental
depende que elementos son obligatorios para formar una oración. La oración es una
proyección del predicado semántico.
El sujeto.
Es un constituyente que desempeña una función sintáctica dentro de la oración. En cuanto a la
categoría, es una proyección nominal completa, que abarca no solo los sintagmas nominales,
sino también los nombres propios y los pronombres, pero quedan excluidos los demás tipos de
sintagmas. Todo el predicado se predica del sujeto. La marca estructural que permite
identificar al sujeto gramatical es la concordancia con el verbo en los rasgos flexionales. La
gran flexión del verbo en español hace posible que el sujeto pueda no estar expreso. Cuando el
sujeto ocupa la posición inicial, la oración se interpreta como predicativa, cuando el sujeto está
pospuesto, las oraciones se interpretan como la información sobre un evento o la introducción
del sujeto en el discurso, y se conocen como presentativas. El caso nominativo es una marca
de la función de sujeto que el sintagma nominal desempeña en la oración. Solo los
pronombres personales están marcados en caso.
Sujeto, definición semántica.
El término sujeto es ambiguo; puede entenderse como un argumento del predicado que se
opone a los demás argumentos de éste. En algunos modelos gramaticales, todos los
argumentos se hallan al mismo nivel; pero en otros se plantea que el sujeto es el argumento
externo del que se predica no solo el verbo, sino el predicado en conjunto. Se establecería una
asimetría entre el sujeto y los demás complementos del sintagma verbal, la cual puede
fundamentarse porque: solo el sujeto concuerda con el verbo (las propiedades flexionales del
verbo transmiten información al sujeto y no a los demás argumentos del predicado), el papel
temático del sujeto se asigna composicionalmente (será un agente), las locuciones están
compuestas por el predicado y sus argumentos internos, pero no incluyen al sujeto, lo mismo
ocurre con las palabras compuestas. La definición de oración como unidad de construcción, en
términos de sujeto y predicado, hace referencia a los constituyentes sintácticos, no así a sus
correlatos semánticos. Como el español admite sujetos tácitos, es posible entender que
también tiene un sujeto o una categoría nula o tácita, en concordancia con la información
flexional del verbo. Todas las lenguas comparten la exigencia de un sujeto (explícito o no). El
sujeto tácito corresponde a una entidad definida o a una no determinada (aunque haga
referencia a un sujeto plural, puede referirse a un solo individuo, por lo que sería una marca de
indefinición). El sujeto de esta última se lo denominaría pro arbitrario. La posición de sujeto
puede estar ocupada por un elemento de naturaleza meramente sintáctica

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