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La educación ambiental requiere una conexión con los escenarios naturales, económicos y culturales donde ocurren procesos ambientales y la relación entre sociedades y naturaleza se modela diariamente. En la última década, los graves problemas ambientales causados por la intervención humana y la tecnología, junto con la falta de valores ecológicos y conciencia ambiental, hacen necesario educar a las futuras generaciones en prácticas de desarrollo sostenible.
La educación ambiental requiere una conexión con los escenarios naturales, económicos y culturales donde ocurren procesos ambientales y la relación entre sociedades y naturaleza se modela diariamente. En la última década, los graves problemas ambientales causados por la intervención humana y la tecnología, junto con la falta de valores ecológicos y conciencia ambiental, hacen necesario educar a las futuras generaciones en prácticas de desarrollo sostenible.
La educación ambiental requiere una conexión con los escenarios naturales, económicos y culturales donde ocurren procesos ambientales y la relación entre sociedades y naturaleza se modela diariamente. En la última década, los graves problemas ambientales causados por la intervención humana y la tecnología, junto con la falta de valores ecológicos y conciencia ambiental, hacen necesario educar a las futuras generaciones en prácticas de desarrollo sostenible.
La Educación Ambiental supone, precisamente, una reconexión con los
escenarios donde ocurren e interactúan procesos naturales, económicos, productivos y culturales. Espacios “concretos” donde la relación sociedades-naturaleza se modela día a día, como una red de espacios de conflicto y de luchas de poder.
En la última década, se han puesto de manifiesto los graves problemas
de tipo ambiental, originados por múltiples causas, dentro de las cuales la más relevante está relacionada con la intervención de la especie humana en la modificación de su entorno a partir de procesos tecnológicos. Esto asociado a la escasa formación en valores ecológicos y a la falta de una conciencia ambiental en las personas, hace que la comunidad científica insista en la necesidad de no aplazar más, las acciones concretas para educar a las futuras generaciones en las prácticas para el desarrollo sostenible de nuestra especie en el planeta.