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CRECEMOS EN LA PLENITUD DEL ESPIRITU

I. PASAJE BIBLICO: Gálatas 5: 16- 26.


II. CONTEXTO
En el capítulo 5 Pablo escribe acerca de la libertad que goza el cristiano. El creyente ya no está
sujeto a la ley para su justificación. Pero esa libertad no debe convertirse en libertinaje. No debe ser
excusa para hacer lo malo, sino debe motivarnos a andar en el Espíritu. De lo contrario, viviríamos
en la carne.

III. NOTA ACLARATORIA


Carne (V.16) no se refiere al cuerpo, sino a un estilo de vida opuesto a la voluntad de Dios. Incluye los
pecados sexuales, pero también mucho más. Es todo lo que se opone a Dios
IV. PREGUNTAS EXPLORATORIAS

1. ¿Cuál es la clave para no satisfacer los deseos de la carne?

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2. ¿Son lo mismo para Dios los celos las orgias, o la envidia que la hechicería?

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3. ¿Quién es el agente de la plenitud del Espíritu?

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V DESARROLLO Y SIGNIFICADO
1. La plenitud del Espíritu requiere una vida sexual ordenada; Pablo condena la fornicación, las
impurezas el desenfreno. Dios es el creador del sexo por ende este es bueno. Pero la vida sexual debe
desarrollarse en el marco del amor y del matrimonio. Quien vive desordenadamente su vida sexual no
puede tener la plenitud del Espíritu

2. La plenitud del Espíritu expresa lealtad a Dios. Se mencionan dos pecados de infidelidad a Dios:
idolatría y hechicerías. Dios es un Dios celoso y no comparte su lugar ni su gloria con nadie ni nada.
Adoración a los santos, culto a la virgen, espiritismo, brujerías, curanderismos, magia, tarot, astrología,
videncia, quiromancia, numerología, etc., son todas formas de idolatría y hechicería. Son trampas de
satanás para que no vivamos en el Espíritu.

3. La plenitud de Espíritu demuestra el amor al prójimo: Enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas,
disensiones, partidismos, envidia son condenados por Dios. El que tiene la plenitud del Espíritu no puede
estar peleado con el prójimo. Si Dios es amor, su plenitud se demuestra la plenitud de amor.

4. La plenitud del Espíritu se manifiesta en autocontrol: Borracheras, orgias y cosas semejantes; todo
tipo de adicción y de desorden. Dios es un Dios de orden semejantes; todo tipo de adicción y de
desorden. Dios es un Dios de orden y cuando su Espíritu inunda plenamente la vida del creyente hay
orden.
5. la plenitud del Espíritu se expresa en nuestra relación con Dios: El fruto del Espíritu es amor, gozo
paz. Amor a Dios, sin infidelidad, que se demuestra en actos concretos de entrega a él. El gozo de vivir
unido a él. De disfrutar de su presencia permanente, de saber que él es lo más importante en nuestras
vida. La paz de estar a cuentas con él. Esa paz que solo Jesús da a través de su Espíritu.

6. La plenitud del Espíritu se manifiesta en nuestra relación con los demás: el fruto del Espíritu es
paciencia, benignidad, bondad. Paciencia con el que piensa diferente o nos hace algo mal. La actitud que
no se irrita fácilmente, sino que soporta. Benignidad expresada en la cortesía del trato, en la
consideración por otros, en la palabra apacible. Bondad que debe caracterizar al creyente en todas sus
actitudes.

7. La plenitud del Espíritu se verifica en nuestro interior: fe, mansedumbre y dominio propio. Si bien el
fruto del Espíritu debe exteriorizarse, obviamente debe enraizarse primero en nuestro interior.

8. La plenitud del Espíritu tiene fundamentalmente una dimensión ética: el concepto de carne es
fundamentalmente ético. Lo opuesto es andar en el Espíritu, que también denota el aspecto ético. El que
anda en el Espíritu es un creyente espiritual, tiene la plenitud del Espíritu y está lleno del Espíritu Santo.
Es decir, que la verdadera espiritualidad no depende de los dones que uno pueda tener sino del fruto del
Espíritu. Los hermanos de corinto tenían todos los dones (1 Corintios 1: 7); sin embargo no eran
espirituales (3: 1-3) porque Vivian en pecado.

V. DIALOGO Y REFLEXION

1. Solicite a los miembros del grupo que nombren personas de las iglesias que son verdaderamente
espirituales. ¿Por qué lo son?
2. Invite a que cada uno, en oración, crucifique los deseos de la carne.
3. Mientras continúan en oración lea pausadamente la lista del fruto del Espíritu. Que cada uno le pida a
Dios que desarrolle fruto.
4. Como grupo oren consagrando a Dios sus vidas.

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