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Monólogo de la “Suerte”

Hola a todos, me presento para quie es o e co oce soy la sue te . Bueno en realidad no necesito una gran
presentación, porque todos me conocen. No sólo en Chile sino en el mundo entero. Me paso la vida haciendo feliz o
tremendamente infeliz a la gente que cree en mí. Y vaya que muuuuucha gente cree en mí. Puedo ser muy benevolente
y generosa, pero cuando se me antoja soy muy mala y ni siquiera me arrugo, cero remordimiento. A veces soy la euforia
y la alegría de las personas, pero otras veces soy la desgracia, la tristeza y el desconsuelo. Tengo muchísimos seguidores
y me alimento de ellos. Mientras más creen en mí, más hago por ellos. Me imagino que se están preguntando ¿cómo
hago para decidir si ser buena o mala con una persona?

La verdad es que mis seguidores me la hacen fácil. No soy yo quien tiene que decidir y eso me encanta, sino que hago lo
que mis seguidores me piden. Bueno ahora se van a preguntar, ¿Quién va a pedir que le suceda una desgracia en su
vida? Muchos, aunque ustedes no lo crean. O me dirán que todos mis seguidores deben pedir alegrías. Parece lógico,
pero no. La mayor parte de mis seguidores me piden ser mala con ellos. ¿Pueden creerlo? La verdad es que a mí me da
exactamente lo mismo que me pidan ser mala o ser buena. Porque yo no me alimento del agradecimiento ni del
remordimiento. Yo me alimento y crezco de la cantidad de mis seguidores y de lo que me piden. Pero ojo, no crean que
tengo una varita mágica que cumple sus deseos al instante, y menos soy el genio de la lámpara de Aladino. Si así fuera,
te ga po segu o de ue todos pedi ía cosas ue les p oduzca aleg ía, co fo t, segu idad, libertad, lujos, etc. Yo en
cambio, les entrego lo que me piden sostenidamente pero inconscientemente. Claro, porque si tuvieran conciencia de lo
que están pidiendo, pedi ía sólo cosas que consideren buenas y nada que les cause tristeza, dolor, inseguridad ni
miedo. Sin embargo, si hacemos un balance de mi, o sea de la Suerte, todos sabemos que la balanza se inclina
fuertemente hacia la Mala Suerte, y en eso sí son conscientes mis adeptos. Varias veces me hice la pregunta de por qué
la gente pide más desgracias que bonanzas para su vida.

Uf!! Tantos años en este trabajo me han permitido sacarle el rollo del por qué me llaman más por la Mala Suerte que
por la Buena Suerte. Bueno, llegué a la conclusión de que la responsable es la inconsciencia y las historias de vida. La
inconsciencia, primero porque la gente piensa, dice y hace muchas más cosas de las que debieran de una forma
automática, aprendida e inconsciente. Y las historias de vida de cada persona, todas ellas diferentes, pero con algunos
puntos en común que marcan el subconsciente, como una educación basada en la culpa y el castigo. En general las
personas que nacen y crecen bajo el alero de la religión católica y otras (no las conozco todas) aprenden rápidamente de
que son culpables de la muerte de Jesucristo, de haber comido la manzana prohibida, que son culpables de deshonrar a
la familia, de comer mucho, o de comer poco, de ser demasiado gordo, de contestarle a sus mayores, de ensuciar la
ropa, de romper algún objeto, de ser flojo, de no cuidar a sus hermanos, de hablar en la mesa, de ser demasiado
hiperactivo, de ser muy antisocial, de ser homosexual, etc., etc. y etc.… La cuestió es ue pod ía pasa ucho tiempo
enunciando las culpas que les inculcaron. Y efectivamente muchas de esas culpas pueden haber sido ciertas, y la culpa
en su real dimensión es necesaria. Pero, en su real dimensión. La culpa bien dimensionada permite revertir o mitigar
e o es ue se co ete , pe o la sociedad hoy e día pa ece hace le u culto a la culpa .

Es increíble como la gente carga culpas del ayer, pero esas mismas personas también culpan a otros por sus desgracias.
Es que, por Dios que es difícil reconocer los errores propios, por lo tanto es mejor decir que otro tiene la responsabilidad
de lo ocurrido, aún cuando sepan que también tuvieron responsabilidad en el hecho. Y lo saben, pues guardan sus
culpas y las almacenan en el baúl de las culpas y rencores. Pero la gente es tan masoquista, que siente culpa de
situaciones en las cuales no tiene porqué sentirla. Entonces ustedes comprenderán que el cargamento de culpas es
mayúsculo y con ese precedente, que para colmo muchas veces es inconsciente, es por lo cual tengo más adeptos de
Mala Suerte que de Buena Suerte. Claro, si sus mentes guardan una gran cantidad de culpas, errores y rencores, en lugar
de guardar agradecimientos y logros, es lógico que sus mentes opten más frecuentemente por mi lado más perverso.
¿Han escuchado hablar de la Ley de la Atracción? Aquí estamos en presencia de dicha Ley o de la denominada también
Visualizació c eativa . Esta dice, a g oso odo, ue se at ae lo ue se pie sa y si e la e te de is adeptos
predominan los pensamientos negativos, entonces ellos reciben lo que piden a través de sus pensamientos. Lo más
insólito de todo es que para colmo después se quejan y me culpan a mí de su suerte. Una culpa más para llenar sus
baúles o mochilas de culpa y rencor. Yo de ala…. No te go ada. ¿O acaso es ser mala, obedecer las peticiones de mis
seguidores? Juzguen ustedes mismos. Pero bueno que ingenua soy ¿Cómo voy a pedirle peras al olmo? Si son ustedes
mismos los que me difaman. Pero recuerden que soy la Suerte, no tengo agradecimiento ni remordimiento por nada ni
por nadie, no acumulo culpas ni rencores y menos agradecimientos. Por lo tanto me da lo mismo ser buena o mala, no
padezco alegría ni sufrimiento por los deseos concedidos, así es que puedo ver con claridad y desde afuera cómo mis
seguidores se hunden en su propia trampa. Claro está, están entrampados en un círculo vicioso de nunca acabar. Pues
mientras más pensamientos oscuros se presentan en sus mentes, más nuevos pensamientos negativos se generan y así
sucesivamente e indefinidamente. ¿Será tan difícil modificar los pensamientos? Parecer ser una tarea difícil, de lo
contrario, la balanza no estaría tan inclinada hacia la Mala Suerte, sino más bien equilibrada, o por qué no decir, más
inclinada hacia la Buena Suerte. El responsable parece ser el arraigo . Y tiene que ver con la importancia que se le da a
las cosas. Claramente la gente le otorga mayor importancia en su subconsciente a los sucesos negativos que a los
positivos y el subconsciente los arraiga con mayor fuerza. Y ahí quedan almacenados, recobrando importancia
periódicamente y sostenidamente. Uf!!! Que complejo es el ser humano, ya me agoté con todo esto y para qué darle
más vueltas al asunto si al cabo ¿Habrá realmente remedio para esta enfermedad? Desde de mi mirada, yo creo que si la
hay, pero se requiere voluntad, determinación, perseverancia en un cambio en sus vidas, cualidades que podemos
encontrar en algunas personas y que aplican muy bien cuando se trata de sus tareas laborales, sin embargo estas
cualidades generalmente se anulan cuando se trata del manejo de sus propias vidas, dejando a su suerte, ya vimos que
más mala que buena, el destino de sus vidas.

La Suerte

Autora: Andrea Martel Sotomayor

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