Está en la página 1de 16

Las Bienaventuranzas y las 8 Opciones de Sanidad – Rick Warren. Traducido por pastor Victor M.

Ojeda

Todos tenemos heridas, hábitos y debilidades. ¿Cuáles son las suyas? ¿Estrés o miedo? ¿Trabajar de más?
¿Atracciones no saludables? ¿Adicciones, preocupaciones, enojo o deshonestidad? ¿Una necesidad de
controlar? ¿Finanzas? ¿Resentimientos? La lista continúa.

Todo problema en nuestras vidas tiene la misma raíz. Todo problema en nuestras vidas comienza cuando
jugamos a Dios.

En el sermón del monte, el más famoso de Jesús, nos enseña 8 maneras de ser felices. Estas 8 maneras no
son como el mundo pretende que seamos felices. Podemos llamarlas “8 opciones para una vida sana”:

Para deshacer nuestros malos hábitos, heridas y debilidades. “Bienaventurados los pobres en espíritu….”.
¿Qué significa ser pobre en espíritu? Es admitir que necesitamos ayuda y que no tenemos poder para controlar
la tendencia para hacer el mal. Es admitir que necesitamos de Dios.

“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados”. Es la opción de fervientemente creer que Dios
existe, que yo le import y que El tiene el poder para ayudarme a cambiar.

Esta opción es crítica porque de acuerdo a tu compromise las demás funcionarán o no. “Bienaventurados los
humildes (o mansos)”. Ser manso significa escoger concientemente tener mi vida completa comprometida con
Jesucristo para Su cuido y control.

Limpieza de casa. Escogemos esta opción cuando decimos, “abiertamente examino y confieso mis faltas a mí
mismo(a), a Dios y alguien en quién confío. “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”.
Esto habla de sacar los sucio dentro de mí para fuera.

Transformación. Voluntariamente me someto a todo cambio que Dios quiere que yo haga y humildemente
pedirle que remueve todo defecto de carácter. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia…”.
Cuando escogo esta opción, estoy decidiendo permitirle a Dios reemplazar mis heridas, hábitos y faltas con
novedad de vida.

Relación. En Mateo 5:7 y 9 se nos dice, “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán
misericordia…..Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios”. Aquí es
donde evalúo todas mis relaciones, le ofrezco perdón a quienes me hirieron y pido perdón por los daños que yo
he causado a otros.
Comenzamos a crecer y ser espiritualmente saludables y desarrollar madurez cuando reservo un tiempo diario
con Dios en el studio Bíblico, autoexamen y oración para conocer a Dios y Su voluntad para mí y para obtener
poder para seguir Su voluntad.

Cuando me externalizo y ayudo a otros tomar estos mismo pasos. Es parte de “procurar paz” y es el gran
resultado de haver caminado en recuperación. Nada es más contagioso que el poder del evangelio para
cambiar una vida.

Sentirse bien con uno mismo y hacia las personas

Normalmente no encontramos solución para todos los problemas, ni respuesta para todas las preguntas, ni
remedio para todos los males. Sin embargo, casi sin excepciones, es posible sentirse bien a pesar de lo que
pase a nuestro alrededor.

Nuestros pensamientos determinan nuestros estados de ánimo: los pensamientos positivos nos hacen sentir
bien y los negativos nos hacen sentir mal.

Luego, atraemos a nuestras vidas (de una manera milagrosa el tipo de situaciones que nos permiten
mantener nuestros estados de ánimo más frecuentes.

Es como si el Universo nos dijera: Muy bien, decidiste sentirte contento (o triste) otra vez, entonces vamos a
regalarte más de esas experiencias que te ponen tan contento (o tan triste).

Sentirse bien, además de ser muy agradable, determina la calidad de nuestras experiencias, de toda nuestra
vida. Por eso es tan importante.

Sé que parece que, si pasan cosas desagradables, nuestros pensamientos necesariamente serán negativos,
pero en realidad siempre estamos eligiendo, aunque sea de una manera inconsciente.

Muchas cosas maravillosas suceden todo el tiempo. Son pequeños milagros, que normalmente pasamos por
alto por considerarlos ordinarios, con los que podemos despertar en nosotros una permanente emoción de
gratitud.

Examinar mis conductas pasadas de manera que vea, como los defectos de carácter me han dominado toda
la vida, llevándome a hacer cosas que han dañado, a las personas que me rodean y a mí en lo personal. Al
examinar como mis defectos de carácter me han castigado, intento estar dispuesto a no actuar en base a
ellos.

Defectos de carácter
Así, dándome cuenta de mis defectos de carácter, voy dejando de lado el dolor de mi vida, dolor que ya no
siento. Se trata de analizar, que me dolía, para que ahora, en el aquí y el ahora no se repita, y deje de
lastimarme, y de esa manera se acabe mi angustia y dolor.

Orgullo:

Durante mucho tiempo tuve la autoestima por los suelos por la cantidad de abusos que sufrí en mi niñez y en
mi adolescencia. Así que después, cuando entre en la juventud todo lo mío tenía que ser de lo mejor.

El mejor coche, la mejor novia, el mejor trabajo, el mejor amigo. Necesitaba ser mejor que los demás, para
compensar toda la marginación que sufrí y poder sentirme bien. Hoy reconozco al típico Chingón que todo lo
puede. 

Mi orgullo me ha hecho creerme mejor que todos. También me he creído mejor que las personas normales
por tener un programa de recuperación. Esto es absurdo porque, esas personas pueden vivir sin hacerse
daño como yo lo hago ahora. Mi mente enferma tiende a buscar la manera de destruir.

No es cuestión de ser mejor o peor, yo necesito un programa para vivir. Primero lo primero, darme cuenta
que el Orgullo es parte de mi Personalidad, y equilibrarlo con mis emociones.

Autocompasión:

La autocompasión me ha hecho dolerme de mi mismo, recrearme en el dolor de mi vida, creer que es todo
peor de lo que yo me creo, llevándome en un torbellino de sufrimiento, dolor y miedo. Mezclada con la
pereza, logran que no tenga ganas de hacer nada y nada, y me quede tirado en la cama sufriendo, sin querer
hacer nada ni siquiera asistir a mi grupo.

La autocompasión me destroza la autoestima. Durante años me vi a mí mismo como un mediocre, y luego el


rebote, enfermo de todo eso me llevó al orgullo extremo y me convierto en un Resentido.

Yo siempre era la víctima, y aparentaba ser peor para que me dejaran tranquilo. Al salir a la calle tomaba mi
mascara, dependiendo a donde fuera. Cultivaba una imagen de mí mismo que nunca he sido.

Intolerancia:

La intolerancia me hace sacar de mi vida a personas que yo juzgo y crítico, como personas enfermas y cuyas
conductas dañinas me afectan. No se convivir con esas personas (soy antisocial). Soy intolerante con estas
personas por qué no acepto que la vida está llena de personas enfermas y he de aprender a vivir entre ellas.
La no aceptación de esto y mi intolerancia me lleva a querer recuperar a todas las personas, y yo no puedo,
igual que no puedo vivir enfrentándome a la enfermedad de los demás.

Egocentrismo:

Nunca me he sentido el centro del universo, soy el mejor del mundo. Me creía el típico chingón. (Testimonio
de vida cuando llego al grupo por primera vez, a mí que me van a enseñar estos mediocres.)  Chingón que
cree que tiene el suficiente dinero para sentirse de la clase alta, y que cree que camina entre las nubes
porque tengo un coche último modelo. Y lo peor del caso que me siento un Galán y conquistador…. (Enfermo
Ególatra)

Codependiente:

Por codependencia he mantenido mi enfermedad al borde de la locura, haciéndome mucho daño, por que
dependía de esas personas. Mi madre en primer lugar, mi esposa en segundo lugar. Y dependiente del
Alcohol para darme seguridad, y mantener mi autoestima alta.

Avaricia:

Por avaricia he llegado a no rechazar trabajos hasta sobrecargarme al máximo y secuestrarme mi vida, no


teniendo tiempo luego de nada, ni para vivir ni para el programa, ni para el ocio.

Por avaricia (mezclado con fuertes resentimientos) he robado en los trabajos. Creía que o bien no me
pagaban lo suficiente, o yo me merecía más (mezcla con orgullo), y eso me ha llevado a robar.

Envidia:

En mi cabeza la envidia y la autocompasión van muy unidas. La envidia me lleva a la autocompasión cuando


empiezo a compararme con otras personas. He sentido envidia de otras personas por el dinero y la
capacidad de hacer cosas.

He sentido envidia de conocimientos, de trabajos, de relaciones laborales, posiciones de liderazgo, que me


recuerdan mi propia incapacidad y límites como persona. La envidia la veo también unida a mi auto estima.
He deseado lo que otros tenían y vivían porque mi propio yo no me gustaba. Era más fácil para mí envidiar y
hacer daño, que centrarme en mí y mejorar yo.

Impaciencia:
Por impaciencia (mezclado con orgullo) he sometido a otras personas pensando que yo sabía hacer mejor y
más rápido lo que esas personas estaban haciendo.

La impaciencia me lleva a funcionar de una manera compulsiva. Veo algo, lo pienso, y lo quiero
aquí, ya, ahora. He aprendido que las cosas llevan su proceso., no puedo pretender ir de cero a 100 por que
el acelerón me inestabiliza, o no llego al 100 y me frustro. (Neurótico)

Lujuria:

Entiendo que todos los hombres sufrimos algún defecto de la lujuria, puesto que nuestros órganos sexuales
se mantienen por fuera, y actúa de manera directa con nuestros cinco sentidos, (tacto, oído, olfato, vista y el
gusto.) simplemente mi vista se recrea al mirar a una bella dama, e imagino mil cosas con su aroma tan
sensual, que de inmediato en mi enferma mente miro de qué manera la estoy tocando, para deleitarme de
sus encantos.

La lujuria, la combato pidiendo la ayuda necesaria al que todo lo puede e inmediatamente aparecen en mi
mente la imagen de mis cuatro mujeres, mis tres hijas y mi mujercita. Y al momento enderezo mi torcida
mente, puesto que a mí no me gustaría que les hicieran lo mismo a ellas, ese es un obstáculo suficiente para
que yo domine mi lujuria y vea con ojos diferentes a toda mujer, con el respeto que ellas se merecen.

Gula:

Por gula he arrancado comida de las manos de un amigo, he comido comida que era de otras personas, y he
robado comida de sitios en los que trabajaba.

Celos:

Los celos me han hecho ponerme violento y amenazar a otras personas, por miedo a perder a mi esposa, los
celos me han hecho ver espejismos, y tener celos hacia personas que competían conmigo por la atención de
otras terceras personas. 

Falta de honradez:

No he sido honrado cuando he robado dinero y objetos. Y en varias ocasiones he robado en el trabajo porque
consideraba que estaba justificado por mis resentimientos (que si me trataban mal, que si me debían
dinero…)

También he mentido mucho. Ahora sé que solo la sinceridad y honestidad me salvan, pero a veces no me
libro de la hipocresía como método de protegerme, pensar una cosa y decir otra, o no decir lo que creo por
no hacer daño a una persona.
Pereza:

Por pereza me sentía un miserable cuando en los estudios no hacia los trabajos que encargaba en profesor.
Cuando me tocaba y no tenía el trabajo hecho por pereza, me sentía muy mal.

La pereza me ha hecho no concentrarme en mi trabajo, no rendir como debiera, y eso hace que las personas
para las que trabajo se enfaden conmigo. Mi pereza logra paralizarme. Tengo tanto trabajo que no sé por
dónde empezar a hacerlo, me agobio y no hago nada. 

En un alcohólico recuperado, lo primero que se manifiesta es la pereza, porque al superar su alcoholismo se


siente merecedor de disfrutar un verdadero descanso, y de disfrutar su nueva vida, y olvida los daños
causados a sus familiares, Ánimo perezoso a trabajar.

Miedo:

Por miedo a que otros chicos abusaran de mí no salí a la calle durante mucho tiempo.

He sentido miedo de mí mismo y mis extrañas reacciones y comportamientos. Por miedo me he humillado
ante otras personas cuando he sentido una gran amenaza.

Para complementar un poco más acerca de los defectos de carácter investigue lo siguiente:

1. La Soberbia. 

 La vanagloria: es la complacencia que uno siente de sí mismo a causa de las ventajas que uno tiene y
se jacta de poseer por sobre los demás.
 La Jactancia: falta de los que se esmeran en alabarse a sí mismos para hacer valer vistosamente su
superioridad y sus buenas obras.
 La altanería: Se manifiesta por el modo imperioso con el que se trata al prójimo, hablándole con
orgullo, con terquedad, con tono despreciativo.
 La ambición: Deseo desordenado de elevarse en honores y dignidades como cargos o título.
 La hipocresía: simulación de la virtud y la honradez.
 La presunción: consiste en confiar demasiado en sí mismo.
 La desobediencia:

2. La Acidia (Pereza).

Tomado en sentido propio es una “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales y
divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran.

 La repugnancia y la aversión al bien que hace que este se omita o se practique con notable defecto.
 La inconsistencia en el bien, la continua inquietud e irresolución del carácter que varía, sin ejecutar
nada.
 Una cierta pusilanimidad y cobardía por la cual el espíritu abatido no se atreve a poner manos a la
obra y se abandona a la holganza.
 La ociosidad, la fuga de todo trabajo, el amor a las comodidades y a los placeres.
 La curiosidad o desordenado deseo de saber, ver, oír, que constituye la actividad casi exclusiva del
perezoso.

3. La Lujuria.

Involucra directamente la utilización del otro, del prójimo, como un medio y un objeto para la satisfacción de
los placeres sexuales.

4. La Avaricia.

Es pecado mortal siempre que el avaro ame de tal modo las riquezas y pegue su corazón a ellas que está
dispuesto a ofender gravemente a Dios o a violar la justicia y la caridad debida al prójimo.

5. La Gula

Ocurre cuando:

 Por el solo placer de comer se llega al hurto o se reduce a la familia a la mendicidad.


 Trasgrede los preceptos de la Iglesia en los días de ayuno y de abstinencia de ciertos alimentos.
 Se provoca voluntariamente el vómito para continuar el deleite de la comida.
 Se auto infiere grabe daño a la salud o sufrimiento a si mismo y a los que lo rodean.

6. La Ira.

La ira es el uso de una fuerza directa o verbal que trasgrede los límites de la legitima restitución de un bien
ofendido.

7. La Envidia

La envidia es definida como “Desagrado, pesar, tristeza, que se concibe en el ánimo, del bien ajeno, en
cuanto esté bien se mira como perjudicial a nuestros intereses o a nuestra gloria.

CAMINO A LA RECUPERACIÓN 
El camino para la recuperación emocional empieza al momento en que podemos vernos como hijos e hijas
de Dios. No existe mejor antídoto para la recuperación crónica, que aceptar el hecho de que somos seres
creados para vivir en paz con Dios, en paz con nosotros mismos y en paz con nuestros semejantes. Al
aumentar el nivel de aceptación de esta verdad, disminuye el riesgo de vernos envueltos por el círculo vicioso
de las preocupaciones. Recordemos siempre que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. 

Oremos: Señor Dios, es bueno saber que somos creados para la felicidad. Ayúdanos a vivir felices a pesar
de las dificultades. Amén. 

“Y por ser sus hijos tendremos también parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual
compartiremos con Cristo, si en verdad sufrimos con él para después estar con él en su gloria”. Romanos
8:17

Para las personas que están luchando con la adicción a las drogas, la recuperación parece una tarea
imposible. Las drogas han tomado posesión de sus vidas en formas que nunca creyó posible. Ellos no
pueden imaginar su vida sin drogas. Pero la recuperación de la adicción, aunque es muy difícil, es posible
con un poco de trabajo y esfuerzo.

¿Tienes adicción a algo o simplemente estás aquí porque te interesa saber sobre el tema? La razón es
irrelevante, lo importante es que estás, y que tienes la gran oportunidad de bendecir tu vida y la de otros con
este material. Todos pueden celebrar la recuperación de una adicción, ese es el propósito. Si te has perdido
el artículo anterior de Celebremos la Recuperación | Parte I  te invitamos a que lo leas.

CAMINO A LA RECUPERACIÓN 

El camino para la recuperación emocional empieza al momento en que podemos vernos como hijos e hijas
de Dios. No existe mejor antídoto para la recuperación crónica, que aceptar el hecho de que somos seres
creados para vivir en paz con Dios, en paz con nosotros mismos y en paz con nuestros semejantes.

Al aumentar el nivel de aceptación de esta verdad, disminuye el riesgo de vernos envueltos por el círculo
vicioso de las preocupaciones. Recordemos siempre que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. (…)

 
El primer paso hacia la recuperación de su adicción es admitir que existe un problema. Esto es a menudo la
parte más difícil. Tome una buena mirada a su vida y su consumo de drogas. Mira cómo ha afectado a
diferentes partes de su vida. 

Una buena manera de empezar a hacer esto es escribir las cosas. Hacer ” categorías como la familia, el
dinero “, ” trabajo “, ” escuela, etc.

Una vez que tenga las categorías, empezar a hacer una lista de cómo el consumo de drogas ha afectado a
todos. Y esencial que usted es brutalmente honesto con usted mismo a medida que empiezan a ir a través de
las partes de su vida, y cómo la droga ha tenido un impacto en los diversos aspectos de la misma.

Una vez que te das cuenta de que tienes un problema con las drogas, la recuperación de la adicción que
puede empezar realmente. Usted necesita decirle a su familia y pedirles su apoyo.

Sea sincero y honesto acerca de sus logros y pedirles que compartan sus sentimientos sobre el uso de
drogas. Cuando se tiene el apoyo de su familia, la recuperación será mucho más fácil.

Usted tendrá que decidir si va a la recuperación a tientas por su cuenta o con la ayuda de una clínica de
rehabilitación. Si usted decide ir por su cuenta, es esencial que usted encuentre a un médico calificado para
ayudar con los síntomas de abstinencia, como un terapeuta o consejero que le ayude con las emociones que
van a estar sintiendo. 

Las drogas son una parte muy importante de tu vida, si el uso ha progresado a la adicción y la recuperación
de tomar uno de su vida es muy emocional. Y ‘como tomar su mejor amigo, que no es nada fácil. Cuando
tienes a alguien que puede hablar de ello y ayudar a entender por qué se siente como usted es, es su fácil
recuperación. 

Es posible que desee encontrar un cierto tipo de programa de 12 pasos, como Alcohólicos Anónimos o
Narcóticos Anónimos. Aquí podrás encontrar a otros que están pasando por las mismas emociones y
sentimientos que son.

La mayoría de las personas que son programas de 12 pasos indican el éxito durante su recuperación de la
adicción, principalmente debido al apoyo que son de la otra. 

La recuperación de la adicción a las drogas no es un proceso fácil. Es un trabajo duro y puede ser frustrante
y solo a veces. Pero cuando se está comprometido con su recuperación, usted puede superar con éxito su
adicción a las drogas y realmente empezar a vivir la vida de nuevo – pero esta vez, ¡va a vivir saludable y
libre de drogas!

Tratamiento y Recuperación
Mientras que la recuperación es el proceso mediante el cual el adicto detiene su uso y produce cambios
positivos en su estilo de vida, el tratamiento se define como una serie de actividades clínicas estructuradas
que se utilizan con el fin de ayudar al adicto a reconocer y detener la adicción activa; así como promover y
mantener la recuperación sostenida.

Es necesario clarificar la relación entre estos dos procesos que actúan de manera armónica y coordinada.

La recuperación es para toda la vida y su objetivo es el de mejorar la calidad de vida del adicto en
recuperación.

El tratamiento está delimitado a un período de tiempo, aunque podría ser necesario varias sesiones de
tratamiento a lo largo de la vida del adicto.

El objetivo del tratamiento es poder asistir al paciente a lograr su recuperación.


La intervención familiar es un procedimiento dirigido a poder ayudar al adicto a tomar la decisión de entrar en
recuperación. Esta intervención debe ser guiada por un profesional entrenado y se basa en el poder de la
familia como grupo de presión positiva.

La intervención clínica también puede ser eficaz para comenzar el proceso de recuperación. Muchas veces el
primer contacto con el tratamiento lo hace el adicto para tratar alguna complicación secundaria al uso. Por
ejemplo, una gastritis aguda en el alcoholismo, o una enfermedad venérea en el adicto al sexo.

Si en ese momento se hace el adecuado diagnóstico de adicción es más probable que se haga una
recomendación de tratamiento específico para la adicción. Pero muchas veces no se hace el diagnóstico por
la falta de entrenamiento que existe en las profesiones de ayuda en esta área del tratamiento de las
adicciones.

 
Es recomendable asesorarse con un profesional de la adicción que está entrenado en esta área y cumpla con
los requisitos para poder ser de ayuda.

Aun así, no es necesariamente indispensable la intervención profesional pues muchos adictos se recuperan
sin necesidad de tener contacto con el sistema de salud.

Existe aún mucha ignorancia en la comunidad profesional acerca del tema de la adicción, pero también hay
una población, cada vez más grande, de profesionales que están comprometidos con el entrenamiento, la
actualización y la calidad de la atención necesaria para trabajar en el área del tratamiento de las adicciones.

Por otro lado, hay que guardar cuidado y prudencia pues, siempre hay un sector de farsantes que se
aprovechan de la desesperación de las familias que sufren de la adicción para engañar con falsas promesas
o “curas” mágicas.

No existen “curas” rápidas o mágicas; el simple hecho de proponerlas denota un desconocimiento craso del
tema. Además, esa actitud es precisamente el centro de la dinámica mental de la adicción: la búsqueda
obsesiva del arreglo rápido, la sustancia mágica, la persona, lugar o cosa que nos “arreglará” la vida

El tratamiento de las adicciones debe ser integral, sistémico y estratégico abordando la mayor cantidad de
niveles posible: personal, familiar, laboral, social, etc.; y se debe tener en cuenta a la persona de manera
integral y completa. Los cambios psicosociales son el foco donde la mayor cantidad de energía de
tratamiento se invertirá, pues es allí donde la posibilidad de cambio constructivo es mayor.

Las diferentes herramientas terapéuticas pueden y deben ser usados de manera integral y teniendo en
cuenta las necesidades especiales de cada persona, pero nunca como substituto del tratamiento psicosocial.

No existen tratamientos mejores que otros, sino que cada persona tiene necesidades distintas y cada
modalidad de tratamiento ofrece posibilidades distintas. Cada plan de tratamiento individual debería basarse
en la severidad del proceso adictivo, las características individuales de la persona y la situación de
funcionamiento psico-social en ese momento.

Los grupos de autoayuda son modalidades de tratamiento que han sido exitosos a lo largo del tiempo y son
siempre recomendables especialmente en la etapa de mantenimiento.
Los estudios demuestran que un plan balanceado compuesto de asistencia a grupos de autoayuda y
seguimiento profesional, es la terapia más efectiva, en los pacientes que no necesitan estar internados.

Etapas de la Recuperación de la adicción

El proceso de recuperación puede ser dividido en etapas, para su estudio y comprensión. Estas etapas están
basadas en el “modelo evolutivo de la recuperación”.

Cada una de estas etapas lleva consigo una necesidad básica del proceso de recuperación, y está asociada
a una serie de tareas que aseguran que la recuperación a la adicción se mantenga en marcha.

1. Transición: En esta etapa la tarea básica es dejar ir la necesidad de control sobre el uso, ya sea de
sustancias, en las adicciones químicas, o de conductas adictivas en las conductuales.
2. Estabilización: En esta fase toda la energía está enfocada en recuperarse de los efectos dañinos, que
el uso compulsivo ha tenido sobre la vida de la persona en recuperación.
3. Recuperación Temprana: En esta fase se producen los primeros cambios internos, de pensamiento,
sentimientos y actitud con respecto al uso.
4. Recuperación Media: Aquí se producen los cambios externos. La reparación del estilo de vida dañado
por la adicción y el desarrollo de un estilo de vida más sano y balanceado.
5. Recuperación Avanzada: Esta etapa está definida por la superación de los asuntos emocionales y
familiares pendientes, que provienen de la crianza, niñez y adolescencia.
6. Mantenimiento: Esta etapa se basa en la capacidad para mantener una vida balanceada y un
crecimiento personal continuo.

Todas estas etapas se sobreponen unas a otras y no existe realmente una definición exacta que separe a
unas de otras, pero funcionan para poder ubicarse en las tareas pertinentes al momento que se vive en la
recuperación de cualquier adicción.

El Proceso de Recaída

La adicción, como enfermedad crónica está asociada con una tendencia natural a la recaída. Eso no significa
que sea inevitable o apropiado tener recaídas, sino que son una realidad, y la mejor forma de prevenirlas, es
aceptando el riesgo y conociendo mejor el proceso de la recaída, también llamado síndrome de la recaída.

Uno de los malentendidos más frecuentes es que la recaída es simplemente la vuelta al uso.
Aunque esto es parcialmente cierto, en realidad se le llama recaída a todo el proceso (1) que lleva desde un
estado de abstinencia sostenida (2), hasta el consumo o adicción activa (3). Este proceso ocurre a lo largo
del tiempo (4) y se manifiesta como una serie de síntomas o cambios, que son en realidad regresiones a los
antiguos patrones de conducta y pensamiento que ya se habían superado.

Usualmente este proceso está formado por pequeñas decisiones riesgosas (5) que la persona toma, y que,
enlazadas unas con otras, van llevando a construir el camino de la recaída. Estas pequeñas decisiones,
llamadas también “decisiones de riesgo relativo”(5), son aparentemente sin importancia, pero su efecto es
acumulativo y van llevando al adicto hacia una situación imposible de resistir (7), donde será inevitable el uso,
pues los márgenes de susceptibilidad se sobrepasan.

Existe una línea imaginaria, o línea de no-retorno (6) luego de la cual no es posible dar marcha atrás a la
conducta de búsqueda y el uso es inminente. Aun así en la zona de transición entre la línea de no retorno y el
uso, la recaída es primariamente conductual y de actitud, sin que hubiese ocurrido aún el uso.

Definición de la Recaída

La recaída se define como el proceso de retroceso a los patrones de comportamiento y pensamiento típicos
de la adicción activa, que ya se habían superado, y que finalmente llevan de vuelta al uso, retrocediendo
hasta llegar de vuelta al estado de enfermedad adictiva que existía antes de comenzar la recuperación.

Para poder hablar de recaída una persona debe haber estado previamente en recuperación, o sea abstinente
y con cambios de conducta, por un período significativo de tiempo. Por el simple hecho de no haber usado
por un tiempo, el volver a usar, no necesariamente es una recaída. Podría tratarse de episodios de consumo
alternos, dentro de un período de adicción activa.

A pesar de que una recaída puede ser peligrosa y se traduce finalmente en sufrimiento y pérdida de tiempo y
energía, a veces las recaídas también son períodos de aprendizaje, para una persona que desea
recuperarse. A pesar de estar conscientes de su problema y de tener buena disposición para la recuperación,
un adicto puede recaer, sino maneja bien las situaciones de riesgo o descuida su proceso de cambios. Luego
de una recaída es más probable que el adicto este más claro en qué cosas ha estado haciendo mal. Aun así,
no es necesario recaer para poder aprender o avanzar en la recuperación.
Síntomas de una Recaída

Una persona en recuperación puede comenzar a mostrar síntomas de una recaída mucho antes del
consumo. Poder identificar estos síntomas y tratarlos a tiempo puede ayudar a prevenir una recaída:

1. Retorno del pensamiento obsesivo con respecto al uso:  Podrían ser pensamientos relativos al uso,
sueños o deseos de usar que vuelven luego de que habían desaparecido.
2. Actitud de desafío con respecto al plan de recuperación:  Volver a los lugares de riesgo, volver a ver
las personas relacionadas con el uso.
3. Descuidar el plan de recuperación:  Dejar de ir a reuniones, o faltar a las citas con el terapeuta, dejar
de leer o hacer ejercicio.
4. Aislamiento o pérdida de contacto: con las nuevas relaciones de recuperación.
5. Irritabilidad: especialmente en las relaciones significativas del adicto.
6. Obsesión con la imagen o los defectos físicos:  dietas excesivas, preocupación excesiva acerca del
peso.
7. Sentimientos de depresión y ansiedad flotantes:  sobrevienen estados emocionales incómodos que no
necesariamente se relacionan con ningún evento externo.
8. Renacen o se exaltan los resentimientos hacia otras personas.
9. Discusiones frecuentes en el hogar y la familia.
10. Defensividad al hablar del tema de su recuperación o al ser retroalimentados.
11. Insomio, intranquilidad y dificultad para descansar.
12. Preocupación obsesiva por el dinero y por la seguridad financiera.

Estos son solo algunos de los síntomas relacionados al síndrome de la recaída. Cada persona es diferente y
por lo tanto mostrará síntomas propios, pero en general es marcadamente notable la presencia y evolución
de este síndrome. Una de las paradojas de la recaída es que mientras más marcados son los síntomas,
menos capacidad tiene el adicto para poder aceptar las críticas constructivas de las personas que lo rodean,
y que podrían preocuparse por la posibilidad de una recaída.

El proceso de recaída puede ser detenido ya sea por la propia iniciativa o por la intervención de personas que
rodean al adicto y que le sirven de apoyo tales como familiares, terapistas o compañeros de grupo.

En conclusión:

Acepta tu asignación como hijo de Dios.


“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
pongamos en práctica” EFESIOS 2:10 

Fuiste puesto en la tierra con un propósito: para servir a Dios y a los demás. Este es el cuarto propósito de
Dios para tu vida. Siempre que sirves a otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y
cumpliendo uno de tus propósitos. No estamos en la tierra solo para respirar, comer, ocupar un espacio y
divertirnos. Dios nos formó individualmente para que hiciéramos un aporte singular con nuestras vidas.

Dios te redimió para que hicieras su obra santa. Tú no eres salvo por buenas obras, sino para hacer buenas
obras. En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una función que cumplir. Esto le da a tu vida
un gran valor y significado. Una vez que has sido salvado, Dios intenta usarte en sus planes. Él te tiene
un ministerio en su iglesia y una misión en el mundo.

“Él es quién nos salvó y escogió para su obra santa, no porque lo merecíamos sino porque estaba en su
plan” 2 TIMOTEO 1:9 

Jesús dijo: “Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar
mi vida”  MATEO 20:27-28 

Para los cristianos, el servicio no es opcional, algo que debe incluirse en nuestros horarios si disponemos de
tiempo. Es el corazón de la vida cristiana. Jesús vino a servir y a dar, y esos dos verbos también pueden
definir tu vida en la tierra. Servir y dar.

Formados para servir a Dios

Eres una obra de arte hecha a mano por Dios. No has sido fabricado en una línea de producción, ni
ensamblado ni producido en cantidades industriales. Eres un diseño hecho a medida, una pieza original. Dios
deliberadamente te hizo y te formó para que le sirvieras de una que hace tu ministerio único. Dios no solo te
formó antes que nacieras, sino que planeó cada día de tu vida para apoyar su progreso para formarte. Eso
quiere decir que nada de lo que pasa en tu vida es irrelevante. Dios usa todo eso para formarte para que
ministres a otros y para servirlo a él.

Formación espiritual

Dios le da a cada creyente dones espirituales para usarlos en el ministerio. Son habilidades especiales que
Dios da a los creyentes para servirle. Los dones espirituales son un regalo, no se pueden obtener o merecer.
Son una expresión de la gracia de Dios para ti. No puedes escoger los dones que quieras tener, Dios es
quien los determina. No nos dio el mismo don a todos. Por otra parte, ningún individuo recibe todos los
dones. Tus dones espirituales no se te dieron para tu propio beneficio sino para el de otros, así como los de
ellos son para tu beneficio. Cuando usamos nuestros dones juntos, todos nos beneficiamos. Ese es el motivo
por el que se nos manda descubrir y desarrollar nuestros dones espirituales.

Oportunidades

La Biblia usa el término corazón para describir el manojo de deseos, esperanzas, intereses, ambiciones,


sueños y afectos que posees, en fin, tus oportunidades. Tu corazón es la fuente de todas  tus motivaciones, lo
que amas hacer y lo que más te importa. Tu latido emocional es la segunda llave para entender tu forma para
servir. Cuando sirves a Dios de corazón, lo sirves con entusiasmo y efectividad. Descubre lo que te gusta
hacer, lo que Dios te puso en el corazón, y hazlo para su gloria.

También podría gustarte