Está en la página 1de 2

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE CARRETERAS.

Las carreteras, que conectan casi todas las poblaciones de los países
desarrollados, forman hoy parte de la cotidianidad. Son el resultado de una ingente
tarea colectiva y de una evolución histórica en la que las exigencias de movilidad
dieron lugar a sucesivas innovaciones técnicas.

En Mesopotamia se construyeron caminos y los cartagineses se dotaron de un


sistema de carreteras, pero fueron los romanos quienes levantaron la primera gran
red –más de 100.000 kilómetros de calzadas–: comunicó todo el Imperio para
facilitar los desplazamientos militares y propició los intercambios. Construidas con
una técnica notable –varias capas de piedra y grava en una zanja profunda,
pavimento de losas de piedra, drenaje–, las calzadas romanas tuvieron gran
longevidad. Algunas carreteras actuales reproducen su trazado.

No hubo avances en el Medievo, en el que desaparecieron los movimientos


imperiales. Las mayores relaciones mercantiles de la Edad Moderna exigieron
mejorar las carreteras. Del siglo XVIII datan nuevas técnicas: usaban piedras y
grava que se intentaban compactar.

Hacia 1820, el ingeniero escocés John Loudon Mac Adam desarrolló carreteras con
tres capas de grava, compactadas por rodillo y algo elevadas del suelo para facilitar
el drenaje. El macadán –así se le llamó–fue utilizadísimo en Europa y Estados
Unidos. Exigía un cuidado continuo, pues su duración era limitada, si bien hacia
1848 comenzó a usarse alquitrán para mejorar su resistencia.

Concebido para vehículos de tracción animal, el macadán quedó obsoleto cuando,


desde 1900, se propagó el automóvil. Levantaba mucho polvo y las velocidades
provocaban que la carretera se desmoronase. Resultaban imprescindibles los
cambios. Aunque se usó el alquitrán, se impondrían otros materiales: firmes rígidos
de cemento, como en las autopistas alemanas, o pavimentos flexibles de base
granular y capas de asfalto, la técnica que alcanzó más uso.

El asfalto puede hallarse de forma natural y se usaba desde la Antigüedad para


impermeabilizar tanques de agua o calafatear barcos. Al utilizarse para construir
carreteras, empezó a obtenerse también a partir del petróleo refinado: en 1907, la
producción de este asfalto superó al natural. También cambiaron los diseños, con
carreteras pensadas para vehículos de motor, con menos curvas cerradas y menos
pendientes bruscas.

El proceso fue rápido en Gran Bretaña y los países europeos avanzados, así como
en Estados Unidos. En España, con un desarrollo de los vehículos de motor más
lento –4.000 automóviles en 1910, 32.000 en 1920–, esta necesidad se sintió en los
años veinte. En 1926 se constituyó el Circuito Nacional de Firmes Especiales, para
renovar las principales vías. La depresión del 29, la guerra y la paralización de la
posguerra retrasaron la modernización de las carreteras, que alcanzó un ritmo
creciente desde la década de 1950.

No solo fue el caso de España. Durante la segunda mitad del siglo XX se construyó
en todo el mundo una extensísima red de carreteras (actualmente, más de 33
millones de kilómetros), a medida que se propagaban el automóvil y el transporte
de mercancías por camiones. Permiten hacer con fluidez largos recorridos y acceder
a todo tipo de lugares, superando las distancias físicas y dificultades de
comunicación propias de otros periodos históricos.

También podría gustarte